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TAREA Nº 2

Diagrama de Pareto: principio de “pocas vitales, muchas triviales”


Herramientas básicas de la calidad para asignar Recursos finitos entre
opciones competitivas
Una constante al gestionar y mejorar procesos es que siempre hay más cosas por
resolver que el tiempo y recursos con los que contamos. Por este motivo, es clave
preguntarnos con cuáles empezar.
En 1896, el economista Vilfredo Pareto descubrió un hecho interesante: el 80% de
la tierra en Italia pertenecía a un 20% de la población. Curiosamente, esa
tendencia se veía también en la distribución de riqueza de otros países, y además
está presente en múltiples órdenes de los negocios y la naturaleza.

Algunos ejemplos clásicos de este comportamiento: el 20% de los clientes


representan el 80% de las ventas, un 20% de los artículos representan el 80% de
la facturación, alrededor del 20% de los tipos de fallas generan el 80% de los
problemas.

En su forma general, la regla de Pareto nos dice que un pequeño porcentaje de


las causas producen una gran proporción de los resultados.
Enfoquémonos en las pocas vitales

Esta relación 80-20, en forma más generalizada como ley potencial (donde existe
una relación no lineal entre causas y efectos) nos sugiere una idea simple pero
poderosa:
Enfoquémonos en las pocas causas críticas que producen el mayor impacto en los
resultados.
El proceso es simple, listemos las diferentes causas con su impacto (ventas,
cantidad de defectos, costo de los defectos) y ordenémoslos de mayor a menor.
Adicionalmente podemos incluir el % relativo acumulado.

Diagrama ABC

También llamado análisis ABC: unas pocas A ocasionan mucho del efecto, B’s
que conllevan algo, y las C’s que conllevan casi nada.

De esta forma, podremos tener una idea de la importancia relativa de cada causa
y priorizar nuestros esfuerzos en las más importantes para maximizar nuestro
impacto.

Diagrama de espina de pescado, Diagrama de Ishikawa o Análisis de causa


raíz

Quedarnos en la superficie del problema no es efectivo

Por intentar resolver los problemas rápidamente podemos caer en la tentación de


trabajar en los efectos más superficiales con soluciones de corto plazo.
Si bien estas acciones pueden tener un efecto visible, generalmente terminan
siendo un “parche” a un problema de fondo no evidente a simple vista.

Analicemos la causa raíz

Este análisis, también análisis de los 5 por qué, busca sistemáticamente indagar
hasta llegar al meollo de la cuestión. Algo que inicialmente se pudo haber
explicado con “falta de voluntad” o “cosas que pasan” generalmente tiene una raíz
en cómo ese proceso o sistema está diseñado.

La solución: Invertir tiempo en analizar la causa raíz para generar un cambio


robusto.

Resulta de mucha utilidad en este sentido realizar el análisis en equipo, buscando


que distintos puntos de vista estén involucrados (operaciones, mantenimiento,
proyectos, calidad, u otros) y no censurar inicialmente ninguna idea (cual dinámica
de brainstorming).

Los pasos son simples: se define el problema central que se quiere resolver y se
identifican los factores o dimensiones principales que se supone son causa del
problema. A su vez, dentro de cada dimensión, se incluyen las causas primarias,
secundarias, terciarias, etc., a fin de tener una representación gráfica del
problema.
A continuación vemos un diagrama de ejemplo:

Diagrama de Ishikawa

También conocido en el entorno manufacturero como análisis de las 5M, el


análisis puede ser realizado tomando como punto de partida estas categorías u
otras.

La lógica es abarcar todos los posibles aspectos que pueden tener influencia en el
problema, distinguiendo causas de mayor y menor orden en cada caso.

Esta herramienta puede ser combinada con su posterior disposición en una matriz
de impacto-probabilidad (o impacto-probabilidad-esfuerzo) para priorizar las
acciones de mejora que se originen.

Histograma

Al analizar temáticas de calidad, pueden existir relaciones en los datos no


evidentes a simple vista. Una herramienta para detectar patrones o
comportamientos es la de evaluar cierto aspecto de acuerdo a cierto agrupamiento
de los datos.

El histograma es una representación aproximada de la distribución (forma y


dispersión) de cierto fenómeno en los grupos que estamos analizando.
A su vez, el histograma nos servirá como herramienta de comparación de la
distribución de dos conjuntos de datos. Por ejemplo: defectos por tipo de producto,
edades de los clientes de distintos tipos de producto, comparación entre dos
momentos de tiempo distintos u otras.

Histograma de la proporción de clientes por edad para dos productos distintos

Los grupos se definen con rangos generalmente de igual tamaño, consecutivos,


en los que se registra el número de observaciones correspondiente.

El histograma nos permite obtener una primera aproximación de la distribución


real de los datos y detectar patrones que sirvan como punto de partida
para mejorar y controlar los procesos.
Hoja de recogida de datos

Lo que no se mide, no se gestiona

Esta herramienta posibilita registrar en tiempo real y en el lugar en el que ocurren


los eventos (ej: defectos de calidad) de cada tipo. Este tipo de planilla permite
rápidamente registrar ocurrencias mediante un batonado de eventos, simplificando
y facilitando el proceso de registro como punto de partida para un análisis más
pormenorizado.
Un aspecto clave del uso de estos registros será el uso y análisis que
realizaremos sobre dichos datos para convertirlos en información que guíe la toma
de decisiones.

Hoja de recogida de datos

De esta forma, podremos reducir las fricciones asociadas al registrar y así


asegurarnos una mayor visibilidad sobre los detalles de nuestros problemas para
tomar mejores decisiones.

Gráfico de control

Todo proceso de manufactura o servicios tendrá en mayor o menor medida cierta


variabilidad en sus resultados. Al monitorear y controlar un proceso, queremos
saber si la variabilidad del proceso está dentro de límites razonables (proceso
controlado) o si por el contrario existen causas especiales que puedan estar
haciendo que el proceso no funcione correctamente, a fin de detectarlas y
corregirlas.
Los gráficos de control son una herramienta de Control Estadístico de Procesos
que nos permiten realizar este análisis. En función del proceso que estemos
analizando se determinan gráficos de tendencia central y/o dispersión, en los que
se podremos fijar valores límites mínimos y máximos (límites de control inferior y
superior), en los que iremos monitoreando la/s variable/s de interés del proceso.
Gráfico de control de tendencia central y dispersión

A menudo utilizados en forma conjunta, los gráficos de control X-barra y R o S (u


otros) nos darán cuenta de distintos aspectos de un proceso. Un proceso
controlado deberá estar dentro de los límites simultáneamente en aspectos de
tendencia central (ej: X-barra) y dispersión (ej: R, S).

El monitorear estos gráficos (ej: una observación fuera de los límites de control u
otros patrones anormales) nos indicará cuándo es necesario tomar una acción
para que el proceso vuelva a estar bajo control.

Diagrama de dispersión

Estos tipos de diagramas, generalmente de 2 variables en coordenadas


cartesianas, nos sirven también para detectar patrones que inicialmente hayamos
podido pasar por alto.
Diagrama de dispersión

Aparte del análisis visual, existen numerosos análisis que podremos realizar sobre
el conjunto de datos, como por ejemplo entender si existe o no una relación entre
las variables analizadas. Estas correlaciones podrán ser positivas (si una magnitud
aumenta la otra también), negativas (si una aumenta la otra disminuye) o nulas (no
existe correlación).

La cantidad y calidad de los datos de los que dispongamos serán variables clave
que definirán qué tan fino podremos hilar sobre la cuestión.

Diagrama de flujo
Los diagramas de flujo son una representación gráfica de las etapas,
ramificaciones y decisiones presentes en nuestros procesos. El diagrama de flujo
permite visualizar un proceso mediante diferentes tipos de “cajas” conectadas con
flechas, y ayuda a documentar, comunicar, analizar y gestionar el proceso

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