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334 REVISTA CLINICA ESPA"DOLA 1:5 diciembre 1948

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RESUMEN TERAPEUTICO DE ACTUALIDAD
FISIOPATOLOGIA, PROFILAXIS Y TRATAMIEN- diencefálicas (ALLAJOUAINE, QUENU, LANDET 8 ), asi
TO DE LA "ENFERMEDAD POSTOPERATORIA" como la de los que pretenden encontrar en el neu-
rovegetativo la única y exclusiva causa de este i3Ín-
J. A. RIBELLES BARRAQUER drome (STAJANO 7 ).
b) Teorías tóxicas.-Que creen el shock debido
Cirujano. AIIC'ante. a la acción de ciertas sustancias liberadas en el
área traumatizada, t ales como la histamina, el
M. S. F . (CANNON \ GREE...'< 8 ), la leucotaxina (Cu-
En el curso postoperatorio d.e todo enfermo que LLUMBINE, McDONALD y SIMl'SON 9 ) . Dentro de este
sufre una intervención quirúrgica, se presentan una apartado, queremos mencionar la teoría que admi-
serie de trastornos, funcionales primero y orgáni- tía la acidosis como causa del shock, y la teoría de
cos más tarde, si no se presta la debida atención a la toxicosis capilar de MooN 10 , o de la "hiperemia
los primeros trastornos que, afectando a los apara- inflamatoria generalizada".
tos cardiovascular, sistema nervioso, metabolismo, e) Teorías endocrinas. - Estas llaman la aten-
etcétera, pueden ocasionar la muerte del enfermo ción sobre el importante papel de las suprarrenales
por un cuadro irreversible, del que más adelante nos en el shock, y admiten que éste sería producido por
vamos a ocupar. el agotamiento de la secreción de adrenalina. Otros,
En el mejor de los casos, al desaparecer este sin- por el contrario, creen que sería la descarga ma-
drome postoperatorio, deja en el organismo las siva de adrenalina la causante del shock (BAL'ffiRID-
huellas más o menos marcadas de su paso; son las GE y TREVAN 11 ) .
complicaciones postoperatorias tan conocidas, y que Si estudiáramos a fondo, una por una, el gran
se han venido atribuyendo a múltiples causas aisla- número de estas teorías patogénicas del shock, ha-
das, sin pensar que todas ellas eran el exponente de ríamos este trabajo interminable, y lo que es peor,
un "handicap" generalizado, de una economía ta- no daríamos al lector una idea clara de su meca-
rada, de una agresión demasiado violenta a un or- nismo.
ganismo insuficientemente pertrechado para r eci- A nuestro juicio, el mecanismo íntimo de este
•o·u•ta. •l.:'1.'ln:J.....カエGWNセ@ "'t.'b セ@GB_ セ jNセ エ@ . @セ. セ@ ;. BャュuNエセ@. セオエN L@ 'l.ltnAAil.CL,
Fisiológicamente, nada me obliga a separar el nos conducen a un círculo vicioso, en el que el fac-
shock operatorio del shock traumático, la enferme- tor fundamental es la anoxia. Es este mecanismo,
dad postoperaloria del shock operatorio; en ambos, formado por las alteraciones vasculares (atonía, va-
todos los trastornos fisiológicos están caracteriza- sodilatación, hiperpermeabilidad) ; el factor neuró-
dos por los mismos desórdenes circulatorios, las geno1 y la disminución de la masa sanguínea cir-
mismas lesiones anatomopatológicas, los mismos culante (deshidratación, hemorragia, pérdida de
desequilibrios metabólicos. plasma), el que determina el síndrome de s hock ope-
Hasta hace poco tiempo ha reinado una gran con- r atorio, en el cual, cualquiera y cada uno de estos
fusión en el mecanismo patogénico del shock; se ha n factores, puede ser el iniciador del círculo vicioso,
ideado múltiples teorías, las cuales pecan en su to- en el que cada componente da lugar a la aparición
talidad de enjuiciar el problema a través de un pris- de los demás (fig. 1).
ma unilateral. Por el contrario, estamos muy lejos de creer que
P asaremos revista a algunas de ellas, que fueron la causa del shock pueda ser única, como han veni-
estudiadas y recogidas casi en su totalidad por CAN- do afirmando a través de los tiempos diversos a u-
NON 1, en 1923. tores que, adentrándose en los intrincados laberin-
Para simplificar la enumeración de tantas teorías, tos de la especulación científica, han llegado a ob-
las agruparemos en tres apartados: tener incluso pruebas experimentales contradicto-
a) Teorías neurógenas. -- Atribuyen al sistema rias de las tesis que mantenían recíprocamente. Sir-
nervioso, ya sea central o periférico, el papel pato- va de ejemplo los debates sostenidos a favor de la
génico. Dentro de este grupo pueden considerarse la t eoría tóxica y de la teoría nerviosa, que tienen en
teoría refleja (explicada por el experimento de contra cada una infinidad de argumentos que las in-
GOLTZ 2 ), la teoría cinética de CRILE \ que achaca el validan para hacer de ellas el pilar base de un cri-
shock a los estímulos producidos, sea por la ex- t erio unicista. El shock traumático no es, pues, una
citación de los nervios periféricos o por la de los entidad morbosa, sino un síndrome que representa
órganos de los sentidos, estímulos psíquicos. In- la suma de todos los efectos ya mencionados. Pero
cluimos aquí la teoría de la Acapnia de HENDERSON es que además, como veremos más adelante, en el
y HAGGARD ᄋMセN@ que admitían que, como consecuen- curso del shock la evolución adquiere un caráct er
cia de los estímulos dolorosos, se producía la acap- progresivamente acelerado dentro del orden de su
nia por hiperpnea, que conduciría a la disminución gravedad, porque a estos f actores iniciales, que po·
del tono de la musculatura vascular, con fallo del dríamos llamar desencadenantes, se suman una se-
reflejo venopresor; ha sido modificada esta teoría rie de trastornos y desequilibrios que, influencian-
por sus autores, que además admiten que el des- do en forma nociva el círculo vicioso, aceleran el
censo de co2 en sangre produce oligohemia por acontecimiento de un desenlace fatal por conducir al
emigración de flúidos a los tejidos, y pérdida de ál- organismo a un estado en que las alteraciones son
calis (Na). Agrupamos aquí también aquellas t eo- ya irreparables, estado en el cual los trastornos son
rías que creen como causa del shock las lesiones tan カ。イゥセッウL@ que es imposible luchar, ofreciendo
tッセ@ XXXI "ENFERMEDAD POSTOPERATORIA" 335
NOMERO 5

un frente suficientemente amplio para combatirlos secutivos a las hemorragias agudas son diametral-
a todos a la par. mente opuestos a los del shock. BLALOCK, por el
Vamos a analizar, pues, esos factores, que cons- contrario, se opone a los argumentos de MooN, y
tituyen lo que podríamos llamar el "primum movens" demuestra que, en determinadas circunstancias la
de la enfermedad postoperatoria. hemorragia pura puede producir todo el complejo
de síntomas que caracterizan al shock, según el
ALTERACIONES VASCULARES.- Dice LERICHE 12 que concepto del primer autor, es decir: hemoconcen-
todo traumatismo es en sí un traumatismo de la tración, congestión capilar generalizada, hemorra-
vasomotricidad. El trauma quirúrgico a los tejidos gias capilares, no respondiendo este cuadro a los
provocaría un estado de "estupor vascular", acom- efectos de la transfusión sanguínea. Logra este au-
pañado de ciertas alteraciones parietales de los ca- tor mantener la presión arterial a un nivel muy bajo
pilares, que consisten en un trastorno de la integri- mediante sangrías sucesivas en animales de expe-
dad de los coloides que las constituyen y que per- rimentación, al final de las cuales obtiene el cua-
miten el paso de las grandes moléculas de prótidos dro completo de shock.
sanguíneos y elementos formes leucocitarios. De A este respecto son muy interesantes las expe-
esta forma se instaura una plasmorrea que origina riencias de EATON 17 en perros, a los que somete a
una hemoconcentración, hipovolemia y consecutiva- hemorragia aguda.
Dos son los factores que rigen el intercambio de
líquidos entre el árbol vascular y los espacios ti-
sulares:
1.0 La presión sanguínea, merced a la cual pasa
líquido de la sangre a los espacios tisulares.
2. 0 La concentración de proteínas del plasma,
que determina lo que constituye la presión oncótica,
gracias a la cual los líquidos de los espacios tisula-
res vuelven a pasar al torrente circulatorio.
Después de una hemorragia importante, la hipo-
tensión arterial periférica se acompaña de una se-
rie de trastornos circulatorios y pulmonares, carac-
terizados por una elevación de la presión sanguínea
en la arteria pulmonar, así como de la presion ve-
nosa periférica. A estas alteraciones se acompaii:J.
una disminución de la tasa de proteínas plasmáticas;
esto hace que haya una pérdida de plasma local en
el área pulmonar por el aumento de la presión hi-
Fl¡-. 1.
drostática y disminución de la presión oncótica al
mismo nivel. Por este mecanismo es por el que ex-
mente anoxia y acidosis que vienen a incrementar plica EATON 17 el cuadro que llama "wet lung", pul-
aún más la permeabilidad capilar. Este "estupor món húmedo, que no es otro que el del edema pul-
vascular" y sus consecuencias es lo que llama BLA· monar, que mejora con plasma y se agrava con
LOCK 13 "shock vasógeno". suero glucosado o suero salino, que, como más ade-
MooN 14 ha demostrado que ciertas sustancias m('· lante veremos, está absolutamente contraindicado
tabólicas eliminadas por las células tisulares causan en el tratamiento de estos enfermos.
dilatación y aumento de la permeabilidad de los ca- En la hemorragia, la pérdida de glóbulos rojos
pilares. Estas sustancias son liberadas, ya sea por determina una anoxia tisular, primero por la dismi-
actividad funcional o por lesiones de las células; nución del número de vectores de oxígeno, y segun-
supone este autor que cuando la circulación de la do, por la lentificación del torrente circulatorio pe-
sangre de una gran parte del organismo está difi- riférico, ocasionado por el aumento de la presión ve-
cultada, o cuando hay una lesión tisular extensa, nosa periférica; esta anoxia tisular queda agrava-
estas sustancias serían liberadas en cantidades ex- da por el edema pulmonar más o menos larvado,
cesivas, y por su amplia acción sobre los capilares que dificultaría el funcionamiento alveolar y la 5a·
de todo el organismo ocasionarían la plasmodesis turación normal de oxígeno en la sangre. De esta
generalizada y el shock. forma la hemorragia abocaría a la anoxia y ésta
Según LuzUY 15, cualquier injuria mecánica a los continuaría al círculo vicioso. El edema, que empie-
tejidos trastornaría, por la liberación de histamina, za siendo pulmonar, se generalizaría a los demás
la normal función vasoconstrictora del simpático, tejidos de la economía por la generalización de la
dando lugar a un reflejo axónico que convertiría al anoxia y de la permeabilidad capilar.
simpático en vasodilatador, con la consecuente alte- Pero es que además la hemorragia, al igual que
ración del endotelio capilar y de su permeabilidad; cualquier trauma operatorio, constituye una injuria
es la llamada "función vasodilatadora antidrómica a los centros nerviosos. Como clínicos, sabemos per-
del simpático". fectamente la gravedad inusitada del anémico cró-
Los anestésicos tóxicos podrían desencadenar nico; de ese enfermo quirúrgico, frágil cual nin-
igualmente lesiones capilares generalizadas, más o guno, en el que la más simple intervención nos hace
menos intensas. temer, con la justa razón de la experiencia, un des-
enlace fatal. Es este tipo de enfermo el que muere
DISMINUCIÓN DE LA MASA SANGUÍNEA CIRCULANTE.- con un cuadro de shock irreversible. Se deja morir.
Puede ser debida a pérdida de plasma, a hemorr a-
gia y a deshidratación. Constituye lo que llama BLA· ANOXIA.-Los dos factores anteriormente desc)\i·
LOCK 13 "shock hematógeno". tos hacen abocar el organismo a la anoxia; ésta
En el caso de la hemorragia se plantea el proble- puede ser agravada en las anestesias por el empleo
ma ya debatido entre MooN y BLALOCK 1 ,¡; el prime- inexperto de aparatos anestésicos de circuito ce-
ro afirma categóricamente que los fenómenos con- rrado; también la hipoventilación pulmonar post-
REVISTA CLINIOA ESPA1VOLA 1!5 diciembre 1948

operatoria coopera de forma eficaz a la agravación gánicamente injuriados. Así se explica que existan
de esta anoxia que, como ya hemos dicho, es el ele- complicaciones postoperatorias viscerales, que, ais-
mento esencialmente nocivo en el círculo vicioso del ladas en apariencia, son, sin embargo, secuelas de
shock. un estado de shock que ha pasado desapercibido.
ScHNEDORF Q セ@ ha demostrado la importancia del Son estos casos en los que se revelarán más tar-
oxigeno en el mantenimiento del tono y permeabi- de las alteraciones viscerales, hepáticas, pulmona-
lidad normal de los capilares. Como dice MooN 19 , res, renales, que habrán sido el corolario inevitable
"la atonía capilar lleva a la anoxia y ésta a la ato- de una reacción inicial demasiado intensa. Estas
nía capilar" ; de este modo la anoxia nos llevaría complicaciones, que veremos a continuación, me-
de la mano a la agravación de la plasmodesis y de recen encuadrarse dentro del síndrome de shock
la hipovolemia. operatorio, y no reconocen otra profilaxis o trata-
miento que las terapéuticas del shock mismo.
MECANISMOS DE DEFENSA.-A las diversas excita-
ciones que supone el trauma quirúrgico, el organis- TRASTORNOS GASTROINTESTINALES.- Dejando a un
mo responde con una serie de reacciones de defensa, lado, para no extendernos demasiado, ciertos facto-
que pueden revestir grados y modalidades diversas. r es, como la magnitud de la intervención y el fac-
En ciertos casos estas reacciones de defensa llegan tor individual, que tiene una cierta influencia, di-
a frenar y aun a romper el círculo vicioso del shock, remos que toda intervención abdominal, cualquie-
llevando al enfermo a la curación; en otros, en ra que sea la anestesia y su vía, determina un sín-
cambio, y esto ocurre en los casos en que existe de- drome de intensidad variable, que en ocasiones ad-
ficiencia orgánica, o aquellos en que la agresión es quiere caracteres de verdadera complicación, como
de una intensidad excesiva, los efectos iniciales del en el caso de una dilatación aguda de estómago,
traumatismo son tales, que atentan contra la inte- íleo paralítico, dilatación aguda de colon, etc., ex-
gridad misma de los mecanismos reguladores, abo- ponentes de una disfunción de los sectores organo-
cando al enfermo a un cuadro de gran shock irre- vegetativos, y que se manifiestan igualmente en los
versible, a la muerte. Podemos hablar, por tanto, de síndromes hiposecretorios del estómago e intestino
shock compensado y shock descompensado, respec- en el postoperatorio (fig. 2).
vamente.
El sistema de regulación y de defensa está inte-
grado por dos elementos: f()ríodo d() parálisis .!=onstant()
Un sistema intermediario, sistema orto y para- 、セ@ todo postop()ratorio abdominal
simpático, glándulas endocrinas (suprarrenales, ti-
roides, páncreas, gonadas), que por un mecanismo
simpático y adrenalínico tiende a conservar para los
centros nerviosos la mayor parte de la sangre cir-
culante, pese a provocar una disminución de la cir-
-co'm'Li.tm JlmTirnca, que aa 'mgar a una anmóa Ttge-
1
ra a nivel de las grandes vísceras y músculos. Este
es un mecanismo de defensa urgente, imperfecto,
que por la calidad de sus efectos podríamos compa-
rar a los servicios de incendio que por salvar a un
edificio no dudan en sacrificar ciertas partes y es- MOTRiciORO F'ISiOLOG(R
tropear otras. NORMAL RECUPERADA
Un núcleo central, en donde se conjugan los in- OPERACióN<§) u .• _...
trincados mecanismos de la región talámicohipofisa- •
ria; este mecanismo de defensa tiene una acción Flg. 2.-(Tomada del Stajano.)
más lenta, pero también más prolongada, tiende a
adaptar el metabolismo tisular dentro de unas con-
diciones de aerobiosis reducidas y mantener den- TRASTORNOS DEL APARATO RESPIRATORIO. - Los
tro de estos trastornos fisiológicos los cambios ener- desórdenes circulatorios entrañan una alteración
géticos, asimilativos y desasimilativos, los equili- de la permeabilidad del endotelio respiratorio que,
brios humorales y el comienzo de las r eparaciones y como ya hemos dicho, es causa de un edema pul-
cicatrización indispensables. monar. La r epercusión operatoria sobre este apa-
Se comprende, pues, que en el shock la descom- rato se manifiesta también por una modificación
pensación resulte de dos hechos diferentes: funcional de tipo parético en el sector de la fibra
Bien porque el primer mecanismo sea impotente lisa traqueobroncopulmonar, que hace que los gran-
para resistir una agresión demasiado violenta. des bronquios estén inertes, y, por tanto, que la
O bien, otras veces, porque es la insuficiencia fun- tos no sea eficaz para la expectoración; si a esto
cional preexistente de los sistemas neuroendocrinos añadimos la hipersecreción bronquial concomitante
la que limita secundariamente el mecanismo de de- y el edema tisular más o menos acusado del parén-
fensa. quima pulmonar ya mencionado, fácil será com·
Finalmente, en otros casos se asiste a un juego ex- prender el origen de esas atelectasias postoperato·
cesivo del primer mecanismo, exceso que es debido ya rias, de esas neumonías que durante tanto tiempo,
sea a la intensidad de la agresión traumática inicial tan injustamente, se han inculpado a la anestesia
o bien por una verdadera hiperexcitabilidad o des- como único factor causal.
equilibrio del sistema simpático. El organismo parece
haberlo sacrificado todo a la lucha inmediata, para SÍNDROMES HEPATORRENALES.-El paso de los CO·
mantener las funciones esenciales de la circulación loides sanguíneos a los t ejidos se ha identificado
cerebral; la mayor parte de los órganos no habrán con la inflamación serosa (EPPINGER, KAUNITZ Y
sufrido más que trastornos funcionales reversibles; POPPER 20 ). Dicha inflamación serosa acarrea la des·
sin embargo, algunos más frágiles, más expuestos trucción de los elementos celulares de diversos pa·
o alterados por lesiones anteriores, quedarán or- rénquimas, y entre éstos el del hígado. La anoxia,
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además, a la que es extraordinariamente sensible la como son la vasoconstricción y el vaciamiento de los


célula hepática, pondría a dura prueba la integridad órganos de depósito que se oponen a la dcscompen-
orgánica y funcional de la misma. Se sabe que el sación. El shock operatorio somete también al apa-
hígado recibe las tres cuartas partes de su sumi- rato cardiovascular a una dura prueba; extraordi-
nistro sanguíneo de la vena porta; esta sangre ve- naria es, pues, la importancia que tienen las com-
nosa tiene una saturación de oxígeno de 15 volú- plicaciones de este aparato, contra las que hay qua
menes por 100. En los estados de shock su satura- estar prevenido explorando la capacidad del siste-
ción baja al 5 por 100 o menos; lógico es, pues, ma circulatorio del futuro operado, para descartar
pensar que si estos trastornos circulatorios y de "a priori" el fallo de este sector. La prueba del Ve-
anoxemia persisten, la vitalidad de la célula hepá- rito! ha sido empleada sistemáticamente durante
tica se ha de ver forzosamente comprometida. Pero años atrás, pero hay autores, como MACINTOSH セZᄋL@
la capacidad funcional del hígado es extraordinaria, que no le conceden gran valor. DESMAREST y
y cuando el órgano está sano, resiste generalm.:nte JACQOT 26 practican una prueba basada en las modi-
las injurias que conlleva el acto quirúrgico, po- ficaciones del pulso y tensión arterial en los en-
niéndose en ocasiones solamente de manifiesto la fermos sometidos a las pruebas de ortoestatismo y
agresión hepática por una insuficiencia larvada y esfuerzo.
pasajera, que se traduce por una acetonemia. He- Sobre la participación del corazón en el shock se
mos observado esto especialmente en individuos jó- ha discutido mucho. DALE y LAIDLAW 27 , MANN 2S y
venes, de sistema neurovegetativo lábil, operados CANNON 1 han demostrado su integridad. Sin em-
con anestesia general; creemos que la base de 」ウエセ@ bargo, es incomprensible que un miocardio que se
trastorno puede atribuirse a una inmadurez he- contrae prácticamente en vacío por la disminución
pática, que se revelaría por esa fragilidad ante del débito cardíaco, y que es afectado también por
cualquier insulto, que quizá en un organismo adul- las condiciones de anoxemia, pueda mantenerse in-
to, con un hígado también sano, pasaría desaperci- demne. WERLE, COSBY y WIGGERS 29 , KOHLSTEADT y
bida (S. SAN JULIÁN 2 1 ). PAGE 30, han demostrado la debilidad del miocardio1
Un grado más avanzado de este shock segmenta- que es un resultado lógico de la anoxia prolongada
río hepático acontece cuando el órgano ha sido que afecta la función de todos los tejidos.
asiento de una alteración estructural con anterio- BLANCO ACEVEDO y STAJANO 31 han descrito cier-
ridad, sus elementos nobles claudican al no poder tas asistolias y taquicardias "sine materiae" del
hacer frente a la ofensa de que son objeto, entran- postoperatorio, que atribuyen a una claudicación de
do ya de lleno en la gran insuficiencia hepática, y los sistemas reguladores neurovegetativos.
entonces las sustancias tóxicas que le llegan en el A más de estas complicaciones circulatorias, las
curso del metabolismo normal del organismo, son trombosis y tromboflebitis ocupan también un lugar
eliminadas sin desintoxicarse. Pero después del hí- importante en el postoperatorio; la destrucción ti-
gado, el riñón es el gran órgano desintoxicante del sular y la hiperleucocitosis reacciona!, la lentifica-
organismo, y una vez que el hígado ha fallado en ción circulatoria, la alteración de los endotelios vas-
su función, el riñón debe tomar a cargo su tarea, culares, la anoxemia, la hipotensión y la baja de la
un trabajo para el cual no está capacitado, pues reserva alcalina son factores todos predisponentcs
también en él han hecho mella el edema tisular y a la formación de las trombosis postoperatorias; la
la anoxia; el resultado es que pronto se viene aba- inhibición o alteración hepática y el prolongado re-
jo y una toxemia abrumadora hace lógicamente su poso en cama se suman como factores coadyuvantes
aparición (HEYD 22 , BOYCE 23 ). a la formación de estas trombosis (en la insuficien-
En n.1estra experiencia hemos tenido ocasión de cia hepática disminuye la producción de antltrom-
ver dos casos muy demostrativos, ambos con hiper- bina).
pirexia, ictericia y trastornos del sensorio; es el
cuadro llamado "Liver death" por los autores ame- DESEQUILIBRIOS HUMORALES QUÍMICOS Y METABÓLI·
ricanos, y del cual pudimos hacer salir con éxito a cos. - La enfermedad postoperatoria es un hecho
uno de nuestros enfermos. constante después de cada intervención quirúrgica,
Si es de gran valor, como hemos visto, conocer el pero muchas veces es inaparente, revelándose úni-
estado del funcionalismo hepático antes de la inter- camente su presencia por los desequilibrios humo-
vención, no menos importancia tiene la exploración rales químicos y metabólicos que nos demuestra t:l
funcional del riñón. En las intervenciones quirúr- laboratorio.
gicas se somete también a este órgano a un esfuer- El Na y el Ca disminuyen en las horas inmediatas
zo que requiere de su completa integridad anató- a la intervención (este último especialmente cuando
mica y funcional, y especialmente en las interven- se trata de operaciones sobre el simpático o supra-
ciones urológicas está justificado el derroche de téc- rrenales), pero pronto recuperan su tasa normal
nicas de exploración antes de decidirse a operar. cuando el curso del postopcratorio es favorabl.:l.
Ya en 1944 GRANDE CoviÁN セ T@ señala el interés El K, por el contrario, generalmente es objeto de
que encierra el conocer los mecanismos elementales un alza pasajera, que parece condicionada por el
de la función renal. Según él, la capacidad de fil- equilibrio ácido base (acidosis moderada). Pero lo
tración del glomérulo, la capacidad de reabsorción que verdaderamente tiene interés en este grupo de
y excreción del túbulo, constituyen las funciones iones es la relación Ca/K, que normalmente es
elementales sobre las que descansa el concepto mo- de 0,60; cuando disminuye, es índice de una vagoto-
derno del funcionalismo renal. El más ligero tras- nía, y cuando aumenta, de una simpaticotonía. El
torno de una o todas estas funciones elementales equilibrio de estos iones regula el tono neurovegeta-
ponen al riñón en un estado precario que le impide tivo, y de esto podrá deducirse su importancia en
hacer frente a los desequilibrios fisiopatológicos del el tema que nos ocupa.
operado. La baja de Cl en los estados de shock es conocida
de todos, pero desde el primer momento nos vemos
TRASTORNOS CffiCULATORIOS.-Ya nos hemos ocu- obligados aquí a hacer una división en dos grandes
pado del fallo circulatorio periférico y de las reac- grupos de hipocloremias. El primero es el de aque-
ciones compensadoras del árbol capilar en el shock, llos que sufren pérdida de cloro por algún emunctOl'io
セSX@ REVISTA OLINIOA ESPA'NOLA 111 dlclem.bre 1948

anormal, por ejemplo, vómitos o escasamente por colinérgica, se sintetiza por la intervención de una
sudoración; otras veces no existe este arrastre de enzima, la colinoacetilasa, y es destruida por otra
cloro fuera del organismo, pero puede existir en enzima, la colinesterasa, que la disgrega en sus
grandes cantidades de líquidos clorurados conteni- componentes, prácticamente inactivos: colina y ra-
dos en las vísceras huecas, como en el caso de la dical acético (LOEWI y NAVRATIL 34 ).
oclusión intestinal, es decir, fisiológicamente fuera FROM1\1EL y PIQUET 3 " señalan la relación que exis-
del organismo. Se trata en este caso de hipoclore- te entre la colinesterasa y el terreno neurovegetati-
mias con cloropenia. En el segundo grupo, no hay vo y metabolismos, dando a este fermento una gran
pérdida de cloro que explique la hipocloremia, que. importancia. GosSET 36 propone, para conocer el es·
por otra parte, no conseguimos anular con inyeccio- tado del sistema neurovcgetativo, medir la tasa de
nes de ClNa. ¿Qué pasa con el Cl que había normal- actividad de la colincstcrasa del suero,· según él, la
mente en la sangre y con el inyectado? Es evidcute actividad de la colincstcrasa del suero es una prue-
que hay un gran trastorno del mecanismo regula- ba magnífica para enjuiciar la resistencia de los
dor intercambio tisohumoral, que hace que el cloro enfermos a la intervención. La tasa de actividad de
sanguíneo, así como el inyectado, después de un alza esta enzima estaría elevada en los simpaticotónicos
momentánea, vaya a perderse en el mar muerto de y disminuida en los vagotónicos y en todos los es-
los plasmas tisulares. Son hipocloremias sin cloro- tados de shock. Este es, por tanto, un gran medio
penia. Para explicar estas hipocloremias, basta re- de valorar la gravedad de shock operatorio.
cordar el importante papel que la corteza suprarre-
nal desempeña en el metabolismo de este ión, y su
perturbación queda aclarada desde el momento que
nos es conocido el efecto siderante del shock sobre
las suprarrenales.
El trauma operatorio tiende a crear una acidosis,
que el organismo procura compensar con sus meca-
nismos reguladores : eliminación de ácidos por el
.. pulmón y por el riñón, y la actividad de sus siste-
mas tampones. De esta manera se compensa la aci-
dosis.
La biperglicemia postoperatoria, que es habitual-
mente fugaz, se debe a la hipersecreción de adrena-
lina y a la liberación del glicógeno hepático.
La honda perturbación del catabolismo tisular
Preoperaforlo l
tnlervencíÓn
1 e 3 ,. tS a 1 8
PostopeNJtorio
9 10 11 12 13 Qセ@

proteico se traduce por la azoemia y polipeptidemia 1


elevadas de los operados. Junto a la hipcrazotemia Flg. 3.
ureica existe otra hiperazotemia residual constitui-
da por los polipéptidos, fase intermediaria de la
transformación de las moléculas albuminoideas. El comportamiento del porcentaje de actividad de
Según DUVAL y BIZ...""ET セ R M S |@ habría un paralelismo la colinesterasa puede verse en la gráfica (fig. 3).
<.'ntre la polipeptidemia y la gravedad de la en- que corresponde a una resección de cáncer de esó-
fermedad postoperatoria. Estos polipéptidos son fago.
transformados por el hígado en urca; la hiperpo- En las grandes intervenciones, la tasa de A. C. S.
lipeptidemia pertinaz nos pondría de manifiesto baja considerablemente, observándose un descenso
una insuficiencia hepática, que podría llegar hasta también en todas las complicaciones del postopera-
una verdadera hepatitis o a un síndrome hepato- torio. Su valor se remonta considerablemente des-
rrenal. pués de las transfusiones sanguíneas. Esta valora-
Debido a la anhidremia, SP. produce un aumento ción tiene gran importancia practicada preoperato-
relativo de los elementos formes de la sangre, hay riamente, ya que las reacciones del enfermo en el
poliglubulia y leucocitosis. También es constante. postoperatorio, su succptibilidad a la anestesia y
especialmente en las grandes intervenciones, obser- dentro de ésta a uno u otro tipo de narcosis, de-
var una baja de las proteínas totales del plasma, penden considerablemente de su personalidad ve-
que en unos casos es debida a su pérdida por plas- getativa, que por este procedimiento podremos po-
matexodia o hemorragia, otras veces es el orga- ner de manifiesto, neutralizando "a priori" sus des-
nismo el que consume sus reservas proteicas al no equilibrios con una terapéutica apropiada, practi-
recibirlas en su alimentación y en otros casos la cándoles la anestesia que más convenga. En el caso
hipoproteinemia obedece a un trastorno del meta- de los simpaticotónicos habrá que emplear los bar-
bolismo proteico; esta baja de proteínas tiene un bitúricos que son vagotonizantes, y cuando exista
gran interés fisiopatológico, pues, como se sabe, des- una vagotonía, será necesario administrar grandes
empeñan un papel importantísimo en los mecanis- dosis de atropina; si ambos productos se emplean
mos de cicatrización, de defensa contra las infec- como anestésicos base en los casos apropiados, ve-
ciones, de regulación de los balances líquidos y en remos desarrollarse más eficazmente las narcosis y
la hematopoyesis. disminuir el número de complicaciones postopera-
Estos son, a grandes rasgos, los desequilibrios torias.
químicos, humorales y metabólicos de más relieve.
SÍNDROMES HIPERTÉRMICOS DEL POSTOPERATORIO.-
DESEQUILIBRIOS NEUROVEGETATIVOS.-Hemos visto Sólo dos palabras acerca de esta, por fortuna, r ara
ya el importante papel que tiene el neurovegetativo complicación.
en la génesis del shock y de la enfermedad post- La hiperpirexia postoperatoria puede obedecer a
oper atoria; sabemos también que este sistema re- la entrada en escena de una complicación de orden
gula sus funciones merced a la liberación de S1lS- infeccioso (neumonía, peritonitis, flebitis, etc.),
tancias adrenérgicas (simpaticotropas) y colinérgi- como todo el mundo conoce, pero no nos referire-
cas (parasimpaticotropas). La acetilcolina, sustancia mos aquí a esta clase de pirexias, y nos limitaremos
'l'OMO JOCXI
NúM!lRO 6
"ENFERMEDAD POSTOPERATORIA" 339

a concentrar nuestra atención sobre dos tipos de cer los equilibrios humorales y energéticos median-
episodios febriles completamente distintos: te la administración d e aquellas sustancias que nC'-
a) Hiperpirexias de origen nervioso, exponente cesita el operado para el perfecto desarrollo de sus
de una hiper simpaticotonía, o de trastornos hipofi- procesos de reparación, y para devolver al organis-
sarios. Su pronóstico es severo, y reclaman un tra- mo los materiales perdidos por y a consecuencia de
tamiento a base de aplicaciones y enemas fríos, ade- la inter vención.
más de r establecer el desequilibrio neurovegetativo Se aprecia poco, en general, la gravedad de la
con los fármacos apropiados. deshidratación postoperatoria. La pérdida de agua
b) Hiperpirexias tóxicas, análogas a las que se preoperatoria por evaporación, los sudores, el ayu-
presentan en los grandes quemados, y que son más no, los vómitos, etc., colaboran en esta deshidrata-
graves que las anteriores, pues si bien aquéllas en· ción, que afecta en grado variable a los dos depó-
trañan un desequilibrio funcional de los centros ier- sitos de agua del organismo: el intracelular y el
morreguladores, éstas son el resultado de graves extr acelular , siendo este último, que comprende la
alteraciones orgánicas, generalmente irreversibles, sangre y los líquidos intersticiales, el primero en
a las que el papel del hígado está íntimamente li- afectarse. Estas pérdidas de agua conducen a la
gado. instauración de t rastornos funcionales, renales y
Como es lógico suponer, todas las gradaciones hepáticos, y a los desequilibrios fisiológicos más di-
son posibles dentro de la gravedad y la intensidad versos, que son consecuencia de la lucha impotente
de este último tipo, aunque, como digo, suelen ser del organismo contra la deshidratación. En la des-
funestas; el solo hecho de la deshidratación post- hidratación grave, la reducción del volumen de san-
operatoria, puede producir una hiperpirexia (Gos- gre circulante y el aumento de viscosidad de la san-
SET 36 ) . gre da lugar a una isquemia funcional, que h ace
Hemos tenido ocasión de .estudiar dos casos, en que los -productos ácidos resultantes del met a bolis-
los que la claudicación hepática fué origen de ac- mo celular no puedan ser eliminados normalmente,
cesos térmicos continuos y elevadísimos, y de los y esto conduce a un gradual aumento de la acidosis
que sólo pudimos salvar un enfermo. en los tejidos.
CLAUSEN y RINGSTED ss valoran la deshidratación
EL SHOCK CRÓNICO.-Es grande el número de en- postoperatoria en 4.000 gr. cada veinticuatro ho-
fermos que acuden a manos del cirujano despu¿s de ras, aparte de las pérdidas por vómitos, diarrea,
haber sufrido, por temor a la intervención, una exudado, etc., y teniendo en cuenta que si no se pre-
afección prolongada. Estos enfermos, que se en- sentan éstas, el organismo pierde muy poca canti-
tregan a la Cirugía como un r ecurso desesperado, dad de ClN a (algo por sudoración) , se administrará
suelen llegar a nuestras manos en un estado de- un litro de suero fisiológico y tres de glucosado al
plorable, bajos de proteínas, deshidratados, con ten- 5 por 100 cada día, o sea, en total, 4 litros de agua,
dencia a la.acidosis y agotamiento de sus sistemas 9 gr. de ClNa y 150 de glucosa.
reguladores y de defensa, constituyen, como ha di- No obstante, no se puede rehidratar y reclorurar
cho CLARK 37 , enfermos con un estado de shock cró- siempre sin una pauta que nos oriente sobre las ne-
nico. Si en estos casos no se lucha preoperatoria- cesidades de cada caso en particular, ya que, se-
mente contra estos desequilibrios, por el mero he- gún el tipo de deshidratación, así tendremos que ad-
cho de la operación, se suman los efectos del shock ministrar suero salino, plasma o sangre. Para orien-
quirúrgico, que, por mínimo que sea, puede origi- t arnos es necesario practicar las determinaciones
nar la muerte. Se impone, pues, corregir sus iras- del valor hematocrito y proteínas totales del plas-
tornos y desequilibrios preoperatoriamente; es más, ma, ateniéndonos al esquema de la figura 4 ; si
si es posible, hipercorregirlos para poner al enfer-
mo en condiciones de resistir la injuria operatoria.
Es de un gran interés, por lo tanto, conocer a
fondo el estado del enfermo que viene a nuestras
manos, para descubrir igualmente estados patoló- ........
dッウOQ
...,.
O、イセ@

gicos concomitantes a sus desequilibrios humora-


les (diabetes, sífilis, alcoholismo, etc.), a los cua- ........
les habrá que poner imperiosamente remedio.
........ ...
TRATAMIENTO.- Estamos seguros que, prestando
la debida atención a los trastornos fisiopatológicos "
...
1

incipientes de la enfermedad postoperatoria, evita- Valor hefTIIIfocrifo y proteinas plasm8ficas en distintos C<Jsos ¡>8/0IÓgicos
remos en la mayor parte de los enfermos el cortejo
de complicaciones que son consecuencia de este es- Flg. 4.
tado de shock no trat ado, o indebidamente atendido.
Como ya hemos repetido anteriormente, la profila-
xis de estas complicaciones se identifica con la pro- el V. H. y las Pr. T. están aumentadas, se trata
filaxis del shock y el tratamiento de los tipos fi- de una deshidratación simple, y tendremos que ad-
siológicamente compensables de la enfermedad post- ministrar única mente suero salino y glucosado.
operatoria. Cuando la descompensación, en cual- Para darnos cuenta de las necesidades de sal, CoL-
quiera de sus aspectos, tiene lugar, es cuando apa- LER 39 sugiere que se t asen los cloruros del plasma
recen con profusión estas complicaciones, cuya te- y que por cada 100 mgr. por 100 que bajen de la
rapéutica no podemos describir aquí, por lo limita· cifra normal (560-650), deben administrarse 5 gr.
do de este trabajo. de cloruro sódico por kilogramo de peso. En el de
El tratamiento de la enfermedad postoperatoria potasio y magnesio, parece razonable, pues, que
podemos dividirlo en dos tipos: Medidas de orden cuando se trate de r eparar pérdidas de sales intra-
general (tratamiento general), y Tratamiento far- celulares, se añada a la mezcla corriente de eleclroli-
macológico. tos cierta cantidad de sales de potasio y magnesio.
Tratamiento general.- Va encaminado a restable- En la mayor parte de los casos los .deseq'Q.ilibrios
StO REVISTA OLINJOA ESPANOLA U5 diciembre 19411

£」ゥ、ッ「←Nウエセ・@ consecutivos a la deshidratación se !izados de caseína en igual cantidad de suero glu-


corrigen espontáneamente después de tratar la des- cosado; de esta forma mantenemos al mismo tiem-
hidratación misma con suficiente cantidad de sue- po el balance calórico del enfermo.
ro salino. Sin embargo, en ciertos casos esta medi- Existen otros efectos nocivos, como los que deri-
da es insuficiente, y es preciso inyectar intraveno- van de la acidez de los aminoácidos inyectados. La
samente soluciones neutralizantes. En los casos rle solución de amigeno se prepara con un pH de 6,5, y
acidosis se emplean desde hace mucho tiempo las ésto tiene gran importancia, pues si se inyectan
soluciones de bicarbonato sódico, pero recientemen- aminoácidos con una acidez mayor, pueden produ-
te HARTMANN 4 0 ha introducido el empleo del lactato cirse flebitis, como han descrito HORVITZ 44 y co-
sódico, que es más fácil de preparar, más estable y laboradores.
suministra calorías a la vez que álcalis (se meta- WHITE y WEINSTEIN T セ@ han observado la aparición
boliza inmediatamente formando bicarbonato y glu- de trombosis en los enfermos a los que se les prac-
cosa). P ara el tratamiento de las alcalosis, el pro- ticaba transfusiones de aminoácidos.
cedimiento más seguro son las soluciones ácidas de
aminoácidos, a pesar de que se corrigen general-
mente sin necesidad de estas soluciones neutrali-
zantes, con el solo tratamiento de la deshidrata-
ción.
Cuando el V. H. y las Pr. T. están disminuidas,
N."dt
putos
Trolomienfo de
Reposición
l
o
Tiempo de svpervivenda en horas
1 2 3 ... セ@ es
será necesaria la transfusión de sangre, que comba- 10 fin reposiCiÓn
tirá a la par la anemia, la deshidratación y la bi- 20 6/ucosa
poproteinemia. En el caso en que el V. H. esté au-
mentado y las Pr. T. estén bajas, tendrá su indica- 6 Aminoácido¡puros
ción la administración de plasma, no debiendo ad- 10 Suero
ministrar en manera alguna suero fisiológico hasta 10 Plasma cifrado
haber elevado la proteinemia, y, por tanto, la pre-
sión oncótica, pues nos exponemos a severas com- 20 hゥエャイッ。、セ@ pr1JIÚ1o
plicaciones de edema pulmonar, edema de bocas 10 Plasma heparimioóo
anastomóticas en cirugía abdominal y edema cere-
bral en las operaciones craneales (MATAS 41 , Jo:NES
Fig. 5.
y EATON 42 ) .
Cuando la pérdida de proteínas plasmáticas es
brusca, como en la hemorragia y en el shock, las Entre las contraindicaciones a la inyección de
reservas del organismo intentan compensar esta aminoácidos se encuentran los enfermos con insufi-
pérdida a expensas de sí mismas, agregándose a ciencia hepática grave. SoPPS y CA:\1PBELL •s han
esta baja de las proteínas plasmáticas la hipopro- descrito el caso de un paciente ictérico en el que la
teinemia tisular. Sustituir esta pérdida de proteínns inyección de un hidrolizado de proteína fué seguido
en la sangre circulante puede realizarse directamen- de muerte, encontrándose en la autopsia graves le-
te con sangre total o plasma. La corrección del ago- siones hepáticas. En los casos de insuficiencia re-
tamiento de las proteínas tisulares es más fácil y nal también están contraindicados. pues obligarían
más directa con aminoácidos que con plasma, aun- al riñón a ejecutar un mayor trabajo al tener que
que se administren grandes cantidades de éste. En eliminar una cantidad adicional de amoníaco y urea,
el primer caso hay una necesidad urgente de pro- cuando lo que se necesita es ahorrarle todo el tra-
teínas, que es conveniente reponer rápidamente; en bajo posible. Por ello, cuando se presenta :muria
el segundo caso es preferible emplear el gota a después de una intervención quirúrgica, parece
gota. ELMAN 43 demuestra experimentalmente la su- aconsejable limitarse a la inyección de soluciones
perioridad del plasma heparinizado sobre el citra- glucosadas para dar el mayor reposo posible al
tado (fig. 5). riñón.
De todas formas, hay que tener en cuenta que En muchos casos no basta con administrar una
la administración de proteínas es casi tan importan- sola vez ·sangre, plasma o aminoácidos, sino que ha·
te en el caso de una hipoproteinemia como en el brá que repetir, basta que el control riguroso, sis-
caso en que se trata de subvenir a las necesidades temático y repetido del cuadro humoral del enfer-
del balance nitrogenado de los enfermos operados mo demuestre la normalidad. ELl\iAN 47 ha llegado a
sometidos a dieta. administrar el plasma a dosis de 20 c. c. por kilo-
La administración de aminoácidos puede hacerse gramo de peso y día, durante cuatro días. En In-
por vía oral o intravenosa; en igualdad de circuns- glaterra son varios los autores (DRURY 48 , BICK y
tancias, las ventajas de una u otra vía es un asun- DREVERMANN 49 , BROWN y MOLLISON 60 ) que prefie-
to muy discutido, que no podemos abordar aquí. ren el suero sanguíneo al plasma, porque es mayor
El empleo de los aminoácidos por vía parenteral no su concentración de proteínas, ya que no se le tie-
es todavía un problema resuelto, pues la mayoría de ne que añadir ninguna solución anticoagulante, con
los específicos dan reacciones febriles y anafilácti- lo cual se evita también las reacciones producidas
cas. El amigeno y la paranamida americanas tienen por el citrato.
más o menos, dentro de su mayor garantía, los mis- Del mismo modo que por todo lo anteriormente
mos inconvenientes. Se han de administrar gota a descrito se reparan las pérdidas de agua, electroli-
gota en un plazo no superior a cuatro horas, para tos y proteínas; no menos interés tiene el mante-
evitar el desarrollo y multiplicación en el producto ner el aporte diario de glucosa para subvenir a las
de los gérmenes procedentes del ambiente; pero, por necesidades energéticas. Sabido es que el organismo
otra parte, tampoco puede ser muy rápida su admi- consume principios energéticos, tanto si la alimen-
nistración; los mareos y sudores profusos, el dolor tación es normal como si existe una privación de
de cabeza, los vómitos y otros síntomas de intole- alimentos; en este último caso el balance energéti-
rancia obligan a suspender la inyección. Para evi- co es mantenido a expensas de un gasto de las pro-
tar estos inconvenientes se aconseja diluir los hidro- teínas y del tejido adiposo del cuerpo, así como de
To.'\tO XXXI
NúMERO 6
"ENFERMEDAD POSTOPERATORIA" 341

glucógeno hepático. Para evitar esta autofagia, así tro respiratorio, evitando así la acapnia y resta-
como la desaparición del glucógeno hepático y las bleciendo el equilibrio acidobásico, alterado a con-
consecuencias que de estas contingencias se derivan, secuencia de la misma.
se hace necesario la administración diaria de solu-
ciones glucosadas. VITAMINAS. - Los estudios sobre vitaminas y
Desde hace un tiempo a esta parte, se emplea shock han sido casi exaustivos. LAMBRET y DRIES-
mucho en América una solución de suero glucosauo SENS st, teniendo en cuenta la íntima relación que
alcohólico y vitaminado (Alcohol in Vitadex-B). existe entre la hormona corticosuprarrcnal y el áci-
BEHAN セ Q L@ MOORE y KARP セ R@ han demostrado la ac- do ascórbico, a partir del cual se forma, recomien-
ción sedante que el alcohol intravenoso tiene en el dan la administración de vitamina e como prepa-
enfermo operado, con el cual, en muchos casos no ración en las intervenciones, a fin de prevenir el
hay que recurrir a los opiáceos. Basándose en estos shock operatorio. Es de dominio general el papel
trabajos y en las necesidades de complejo vitamí- importante que esta vitamina desempeña en los pro-
nico B, se ha podido comprobar las ventajas del sue- cesos de cicatrización, en la activación de los pl'o-
ro alcohólico y vitaminado, que tiene sobre la mor- cesos oxidativos del organismo, sobre los síndromes
fina la superioridad de una acción más prolongada, asténicos de la convalecencia de las intervenciones
de estimular la respiración, no producir náuseas ni quirúrgicas, en las que se pierde gran cantidad de
vómitos, ni disturbios gastrointestinales, tiene una esta vitamina, que, por lo tanto, se administrará a
acción diurética y produce una vasodilatacióa sin razón de 1 gr. por día durante varios días. En los
cambio apreciable de la presión arterial. Este pre- casos de infección postoperatoria, incluyendo las
parado ha sido obtenido en España por el labora- complicaciones pulmonares, pueden ser necesarias
torio Ibys recientemente. dosis aún mayores.
La temperatura como parte del tratamiento del También es conocida la necesidad de la vitami-
shock operatorio ha sido muy discutida. BLALOCK na e para que la coagulación sanguínea tenga lugar.
y MAsoN 53 llegan a la conclusión de que la eleva- Esta acción coagulante puede explicarse por la po-
ción acentuada de la temperatura disminuye las pro- tencialización que desarrolla sobre el poder de la
babilidades de vida y acorta la supervivencia. La vitamina antihemorrágica (K), pero además se aabe
aplicación de frío no aumenta las probabilidades de que la vitamina e interviene disminuyendo el tiem-
supervivencia, pero las prolonga. Estamos de acuer- po de coagulación, aumentando la resistencia capi-
do con estos autores en que el calentamiento ex- lar y actuando sobre los trombocitos o plaquetas.
cesivo de los operados puede ser nocivo, porque al
producir una vasodilatación cutánea se opone al va- La vitamina K también debe ser administrada;
soespasmo de defensa y lleva sangre a territorios su papel en la coagulación sanguínea y síntesis de
vasculares que carecen de importancia vital; asi- la protrombina es de gran importancia. Son varios
mismo el calor aumenta el metabolismo y las exi- los estados patológicos en los que existe una hipo-
gencias de oxígeno, con lo que se agrava la anoxia; avitaminosis K; ésta puede ser debida a su defi-
produce sudoración y, por consiguiente, aumenta la ciencia en la alimentación, a alteraciones intestina-
anhidremia y la tendencia a la acidosis. les (íleo paralítico del postoperatorio) o bien por-
Este concepto de la nocividad del calor ha llega<lo que el tipo de intervención requiera la administra-
hasta el extremo de que algunos autores, como ción de ciertos fármacos, como el Sulfathalidin, que
FAY 5 \ aconsejen la refrigeración de los enfermos destruyen en gran parte la flora microbiana del in-
hasta alcanzar una temperatura rectal de 32•. Bien testino, que es la encargada de sintettzar una gran
conocidas nos son también el procedimiento de 1:1 proporción de la citada vitamina; en las lesiones he-
"amputación fisiológica" de ALLEN 55 , que para evi- páticas graves está muy disminuida la síntesis de
tar el shock sumerge el miembro en un recipiente la protrombina, aunque inyectemos grandes cantida-
de agua con hielo. des de vitamina K; parece conveniente aquí aso-
ciar su administración con el extracto hepático, yn.
OxiGENOTERAPIA. - Teniendo la anoxia un papel que hasta ahora no se dispone de preparados de
tan importante en la fisiopatología del shock, ló- protrombina pura para inyectar por vía intravenosa
gico es pensar que la administración de oxígeno es sin excluir el peligro de una trombosis, con las con-
uno de los pilares fundamentales sobre los que se secuencias consiguientes.
basa el tratamiento de la enfermedad postoperato- El complejo vitamínico B también es un factor
ria. Wooo, MASON y BLALOCK 56 han demostrado ex- importante en el tratamiento de la enfermedad post-
perimentalmente la acción favorable de la exigeno- operatoria. Es bien conocida su acción sobre el sis-
terapia en el shock. Rurz RIVAS 57 considera que el tema nervioso. Nosotros, por nuestra parte, hemos
tratamiento del shock debe orientarse desde el pun- observado un acortamiento de la convalecencia en
to de vista "respiratorio", entendiendo por respi- los enfermos tratados con dosis masivas de esta
ración el conjunto de fenómenos en virtud de los vitamina.
cuales pasa el oxígeno atmosférico a los tejidos; GoviER 62 , basándose en la hiperglicemia que exis-
según él, con sólo aumentar al doble la tensión de te en los estados de shock, y que no cede a la insu-
oxígeno en el aire respirado, se logran efectos se- lina, atribuye esta hiperglicemia a la falta de uti-
mejantes a si se aumentara en un 150 por 100 el lización de la tiamina en el shock, sin la cual no se
volumen de sangre circulante. realiza la síntesis del glicógeno hepático.
La administración de oxígeno se puede realizar La tiamina, para convertirse en cocarboxilasa y
con tienda, con intubación o mediante inyección ser eficaz en el metabolismo pirúvico, debe fosfori-
subcutánea. LEFEBURE セウ@ aconseja la transfusión de lizarse. En condiciones normales, la mayor parte de
sangre oxigenada, y NEGOVSKY "9 refiere los éxitos la ti ami na se halla en forma fosforilizada; en el
obtenidos con este método en los soldados shocl;:a- shock, debido a la anoxia, la tiamina del organis-
dos en la pasada guerra. Lo mejor es administrarlo mo sufre una desfosforilización, reduciéndose la
con el anhídrido carbónico al 5 por 100 en 95 tasa de tiamina "activa". Así, pues, aun recibiendo
por 100 de oxígeno, mezcla llamada por HENDER- una cantidad suficiente de tiamina, en los estados
SON 60 "carbógeno"; de esta forma se excita el .r.en- de shock hay un déficit de ésta, puesto que en vir-
セTR@ REVISTA CLINICA ESPA!J'OLA l15 diciembre 1941!

tud de la anoxia se ha hecho metabólicamente in· nismo que de farmacoterapia, y, sobre todo, pode-
activa. mos asegurar que el mejor tratamiento es la profi-
Lo mismo ocurriría con otras coenzimas, como laxis, la preparación preoperatoria del enfermo y su
las que contienen riboflavina y las formadas por cuidado postoperatorio, en el sentido de no olvidar
la nicotinamida. sus necesidades, que sólo se llegan a conocer si nos
La administración de cantidades masivas de es- identificamos con la fisio patología del operado.
tas vitaminas facilitaría la resíntesis de todas estas
coenzimas en un estado en que los mecanismos de
fosforilización se encuentran grandemente reduci- RESUMEN.
dos por la acción de la anoxia. Por este motivo es
por lo que consideramos de gran interés la adminis- Se hace un estudio patogénico del shock opera-
tración en el postoper atorio del suero alcohólico y torio, analizando los factores desencadenantes, las
vitaminado a que antes nos hemos referido. reacciones de defensa del organismo y las compli-
caciones postoperatorias.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO.-Poco vamos a de- Se considera la enfermedad postopcratoria, pre-
cir ya sobre este aspecto del tratamiento de la en- sente siempre después de una intervención, como el
' fermedad postoperatoria. Estamos profundamente resultado de la suma de insultos a que se somete
convencidos de que el derroche que suele hacerse el organismo en virtud del trauma quirúrgico.
en muchas clínicas de infinidad de medicamentos, Las complicaciones postoperatorias de los siste-
estricnina, vasoconstrictores, coramina, cardiazol, et- mas respiratorio, digestivo, nervioso, endocrino, cir-
cétera, tiene un efecto puramente ilusorio en los es- culatorio, urinario, etc., no son más que el exponen-
tados de verdadero shock. te del profundo trastorno del fisiologismo normal.
Cuando el organismo pone en juego sus mecanis- La exploración funcional preoperatoria de todos
mos defensivos para luchar contra él, es inútil y estos sistemas y el conocimiento de los desequili-
casi puede afirmarse que nocivo, el estimular con brios humorales existentes se impone para poner en
la medicación los fenómenos compensadores, que, práctica una profilaxis concienzuda, compensando
por así decir, funcionan al máximo; no pueden dar preoperatoriamente las deficiencias funcionales <.le
más de sí. Cuando estos mecanismos de defensa se cada órgano en particular y las alteraciones humo-
agotan, es vano también acosarlos con medicamen- rales.
tos; no r esponden a ninguno. El tratamiento de la enfermedad postoperatoria
E l primer objetivo en el tratamiento del shock no consiste únicamente en atender las necesidades del
es elevar la presión arterial, sino aumentar el aflu- organismo manteniendo el equilibrio de sus balan-
jo de sangre a los capilares del organismo; es de- ces hídrico, electrolítico, calórico, nitrogenado, etr..,
cir, el volumen sanguíneo minuto. Esto no puede bastando esto si se ha hecho una buena profilaxis
ser logrado por medicamentos, y sólo las transfu- para evitar la aparición de una descompensación y
siones constituyen un tratamiento racional. de las severas complicaciones que agravan aún más
En la enfermedad postoperatoria existe una aner- el pronóstico de la enfermedad postoperatoria.
gia medicamentosa ; fármacos que a ciertas dosis
serian tóxicos en un sujeto normal, no despiertan
en el shockado la menor reacción. Lo mismo su- BIBLIOGRAFIA
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7<J'MO XXXI NOVEDADES TERAPEUTIOAS
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NOVEDADES TERAPEUTICAS

Empleo de antihistaminicos para combatir la veinticuatro horas de mejoría de los dolores). Las
alergia a la insulina.-Aunque la alergia a la in- reacciones desagradables de su empleo consisten en
sulina no es frecuente y varía mucho de unas a sequedad de boca y molestias debidas a la parálisis
otras estadísticas, puede considerarse que uno ue de la acomodación; en algún caso se observaron
cada 1.000 casos tratados la presenta. En ocasiones, también sofocos en la cara. La toxicidad del prepa-
es suficiente cambiar la marca de la insulina para rado es escasa. Algunos pacientes han recibido 100
que no se produzca ninguna manifestación de into- miligramos diarios, de un modo duradero, durante
lerancia, pero otras veces la hipersensibilidad se es- meses, sin más reacción desagradable que las indi-
tablece a la insulina misma, y en tales casos el tra- cadas; lo mismo sucede después de dosis individua-
tamiento es punto menos que imposible. Se ha re- les de hasta 30 rngr.
comendado la inyección de calcio o la de dosis cre-
cientes de histamina con cada inyección de insulina, Estomatitis por estreptomicina. - Aunque no
pero rara vez se consigue así éxito. KLEIN ("Arr.h. son muy frecuentes las reacciones desagradables
Int. Med.", 81, 316, 1948) ha tratado un caso de dia- surgidas en el curso de un tratamiento con estrep-
betes leve, el cual presentaba síntomas de intoleran- tomicina, la generalización de esta sustancia en la
cia a la insulina, con clorhidrato de piribenzamina, clínica hace necesario que se conozcan todas las po-
en tres tomas diarias, de 150 mgr. cada una. El en- sibilidades de las mismas, a fin de enjuiciar correc-
fermo se mantuvo bien todo el tiempo que se em- tamente los síntomas que presenten los enfermos.
pleó el antihistaminico, pero la supresión del mismo Es sabido que la reacción más frecuente es la afec-
daba lugar a la aparición de la sintomatología de ción del octavo par craneal, pero también se han
intolerancia a la insulina, así como a la de glicosu- descrito fenómenos de irritación local en el sitio de
ria, síntomas todos que cedían al reanudar el trata- la inyección, fiebre, dermatitis, prurito, conjuntivi-
miento con piribenzamina. Teniendo en cuenta la es- tis, sofocos, edema de mucosas, eosinofilia, etc. A
casa toxicidad de la piribenzamina, es recomendable ellas se debe asociar la posible aparición de estoma-
su uso siempre que en un diabético aparezcan sig- titis aftosa, como han señalado en tres casos BEH.\l\1
nos de hipersensibilidad a la insulina. y PERR ("Journ. Am. Med. Ass.", 138, 495, 1948).
El cuadro fué similar en los tres casos, consistente
El nuevo antiespasmódico dibutolina.-La di- en erosiones muy dolorosas, en la superficie de la
butolina (dibutil-uretano del dimetil-etil-beta-hidro- mucosa bucal y de la lengua. Aparecieron a los tres-
xi-etil-sulfato amónico) posee una acción antiespas- siete días del comienzo del tratamiento con estrep-
módica sobre la musculatura lisa de los sistemas di- tomicina y duraron trece a quince días, cuando se
gestivo, urinario y genital, así como un efecto suprimió la estreptomicina; la reanudación del tra-
midriático. Se ha demostrado que el mecanismo es tamiento fué seguida de un nuevo brote, lo cual
en parte directo sobre la fibra muscular, pero tam- prueba que la causa era la estreptomicina.
bién posee una acción antiacetilcolínica o atropínica.
MARQUARDT, CASE, CUMMINS y GROSSMAN ("Am. J. Parpanita en los reumatismos.-La parpanita,
Med. Sci.", 216, 203, 1948) han empleado la droga que se propuso para el tratamiento de afecciones ex-
en forma de inyecciones subcutáneas de 10 ó de 20 trapirarnidales, ha sido utilizada por PoLICZER
miligramos en numerosos casos de afecciones gás- ("Schweiz. Med. Wschr.", 78, 962, 1948) como tera-
tricas, cólicas, biliares, urinarias o genitales. Se ob- péutica de diversas formas de reumatismos. Gene-
tiene una desaparición de los espasmos dolorosos, ralmente se inició el tratamiento con un cuarto de
objetivable en la pantalla radiológica, con una gran comprimido (0,05 gr. de parpanita fuerte), dos ve-
constancia. Unicamente no se consiguió éxito en un ces al día, y aumentando un cuarto de tableta al
caso de crisis gástrica tabética. Los inconvenientes dia, hasta llegar de 6 a 12 dosis diarias de la can-
de la dibutolina se deben a que no es activa por vía tidad indicada; estas 6 a 12 tornas de un cuarto de
oral y a que su acción es poco duradera (de una a tableta son más eficaces que la misma cantidad acu-

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