Está en la página 1de 5

Vázquez González, Tammy Andrea

241

26/marzo/2023

El arte latinoamericano, sus relaciones y disociaciones con Occidente

Las vanguardias más conocidas son las que se han desarrollado en el continente

europeo, especialmente en Francia, y en parte también, en Estados Unidos; sin embargo, la

mayoría de ellas también tuvieron su lugar en los países latinoamericanos, como es el caso de

romanticismo, el concretísimo argentino y el neoconcretismo de Brasil. Se desarrollan

aproximadamente por el siglo XIX, en un contexto lleno de cambios y revoluciones en todos

los aspectos (social y económico), además de desarrollar y crear nuevas líneas de

pensamiento, como el nacimiento del realismo en 1850; el simbolismo en 188); el

impresionismo en 1874; el naturalismo en 1880 y el modernismo en 1888. En el contexto

artístico fue una época donde se le veía más de una forma decorativa y el mercado tomo

mucho poder sobre este, sometiéndolo a sus exigencias y parámetros. Todo esto se vio

claramente representado en el arte de la época, un arte dramático en busca de libertad y

fortaleza, que podía ser tanto individual como colectivo.

El romanticismo fue un movimiento desarrollado en Alemania y Reino Unido como

un movimiento de oposición a capitalismo industrial y al racionalismo ilustrativo entre el

siglo XVIII y XIX. Por otro lado, en Latinoamérica se desarrolló entre los años 1830-1860 y

este buscaba integrar la naturaleza, la idealización del indígena, evocar ideas democráticas,

liberales, un nacionalismo muy pasional, repudia mensajes españoles, libertad política y

personal y exaltación a los valores populares y nacionales. En lo social, tenía como base las

ideas del liberalismo por la Revolución francesa, llegando así a la democracia, mostrando en
las obras, aquella preocupación por una América Latina libre de tiranos y progresista, donde

los pueblos fueran cultos, prósperos, sin desigualdad e injusticia social. Mientras que en lo

sentimental deja de lado lo político y las luchas entre grupos sociales, pues busca conmover a

las personas con sentimientos intensos, historias amorosas y poesía lírica subjetiva. Todo esto

se representaba con símbolos de la naturaleza, la valoración de la historia, voluntad de gloria,

el héroe, la familia y el costumbrismo. Algunos de sus representantes son Esteban Echeverría,

José Hernández, Manuel Orozco, Juan Díaz Covarrubias, Jorge Isaacs, Eugenio María de

Hostos y Guillermo Blest Gana.

El concretísimo argentino cambió la forma de ver el arte en este país. Inicio con una

asociación creada en 1945 por Tomás Maldonado, Lidy Prati, Enio Iommi, Claudio Girola y

Alfredo Hlito. El contexto se ubica después de la segunda guerra mundial, cuando el país se

encontraba en una situación de abundancia y trabajo en la construcción y la industria. En esos

momentos el arte se veía como la transformación de la realidad y en 1944 se publicó la

revista Arturo, hablando de un arte geométrico, que fuera abstracto, racional y reflexivo

científicamente. El concretísimo argentino se divide en tres etapas o grupos distintos, siendo

el primero, el “arte concreto-invención”, una asociación creada en 1945 a la que le interesaba

la pintura objetualizada, una estética científica y dándole prioridad a la invención en lugar de

la creación; su propósito era enfrentar los problemas sintácticos de la forma, sin dimensiones

semánticas y el espiritualismo. El arte del grupo “arte concreto-invención” era colectivo,

directo, sin gestos, espontaneidad, ni pinceladas marcadas; se interesaban en lo anónimo, lo

práctico y no tocaba lo imaginario porque, según ellos, eso causaba problemas. El segundo

grupo, llamado “Madí” creado en 1946; a este grupo le interesaba la libertad morfológica, el

color bidimensional, los marcos irregulares, inventar y crear, al mismo tiempo, los temas

propios, lo lúcido, la pluralidad y abolir la figuración romántico-naturalista, además de que

decían que no debía existir ningún cuadro, pues decían que esto marcaba un fin de cierta
forma. Por último, el “perceptismo”, creado en 1947 por Raúl Lozza y sus hermanos, quienes

se separaron del grupo “arte concreto-invención”. Este grupo estaba interesado por las formas

plásticas que fueran geométricas e independientes de la superficie, la participación activa del

espectador, la acción y exaltación creada por el espectador, un arte de transformación fuera de

lo imitativo y el abandono de recursos pictóricos; además, le daban más importancia a la

forma del color y a la relación dialéctica entre la pintura y el ambiente.

El neoconcretismo de Brasil veía a la experiencia artística como praxis vital. Sus

objetivos principales eran la experiencia y participación real del espectador, y la relación de

la vida con el arte. Entre sus objetivos también se encontraba la crítica a la abstracción

geométrica, proponer nuevas interacciones prácticas, la experiencia estética y en parte

también se interesaba por el arte corpóreo. También estaba interesado en la mecanización y

desvalorización del trabajo, pues la industria estaba tomando terreno, esto sumado a la

invención derivada de la interacción, ver la vida fuera de la ilusión y más cerca de la realidad

capitalista eran algunas de las dificultades a las que se enfrentaba este movimiento. Fue un

movimiento incomprendido en su momento, pues hasta pasada la revolución se le divulgó y

entendió. A pesar de que no es su referente directo, guarda cierta relación con Duchamp.
Reflexión personal.

Algo que me parece importante rescatar del arte concreto, más específicamente del

perceptismo, fue que en ese momento Lozza critica el valor del arte y rechaza la obra única e

irrepetible, pues siempre se le ha dado más importancia a la supuesta originalidad y no a la

propuesta como tal. Esto ocasionó que se empezara a cuestionarse el valor monetario y social

del arte, bajándolo de ser solo contemplativo. El arte concreto en general trata de quitar lo

despectivo de la frase “así pinta cualquiera” de la pintura inventada, pues la intención que

tenía este, era precisamente esa, que cualquier persona que pueda pensar también pueda

pintar y crear. Otra propuesta nueva e importante de esta vanguardia es la de hacer que los

marcos sean cortados e irregulares, pues se salen de lo que estaba establecido hasta ese

momento, lo cual habla de un cambio de paradigma. También es interesante la forma en que

aprovecharon el desarrollo industrial del país, usando ese material industrial para las obras, al

igual que el uso de la pared como lienzo.

Después de revisar las lecturas me agrada mucho ver que aunque fuimos conquistados

tanto política como culturalmente, logramos poco a poco dejar la influencia europea, para así

darle una personalidad propia a las vanguardias desarrolladas y creadas aquí en

Latinoamérica, claro que cada país representaba algo diferente según su contexto. Lo

importante de todo esto es que se le debe empezar a tomar la misma relevancia y darles su

lugar a las vanguardias desarrolladas en Latinoamérica, no solo a las europeas, pues estas

también tienen grandes propuestas y cambios de paradigmas muy importantes y que no

podemos dejar a la deriva. Con todo esto solo me afirman más que somos claramente capaces

de lograr cosas del mismo nivel que otros países y culturas, solo es cuestión de esforzarse en

cambiar nuestro contexto y aportarle más cosas desde nuestro trabajo artístico. Aún nos

queda mucho por hacer, en especial deslindarnos de ese peso, de sentirnos menos que los
otros; es difícil porque es a lo que estamos acostumbrados, pero si nosotros no empezamos

ese cambio será más difícil y tardado empezar a ir por ese camino hacia el desarrollo.

También podría gustarte