Hoy nos convoca un aniversario más de la Revolución de Mayo. Un suceso que
estudiamos en nuestra historia como la primera expresión del pueblo argentino que, en 1.810, ha manifestado su deseo de libertad. Hoy, repetimos la misma inquietud y compromiso. Aquella expresión de anhelo de libertad, que los hombres de mayo hicieron realidad, se expresaba en un ardiente deseo desde antes de 1810, como un vínculo indestructible que uniría para siempre al pueblo argentino, más allá de sustanciales diferencias. Nuestra Patria nacía con calor popular y con aquella expresión, de verdad se anunciaba la presencia de los hombres del pueblo para dar vida a la naciente revolución. Ese es el ideal que rescatamos hoy para seguir construyendo entre todos nuestra historia nacional. Ese ideal libertario es el camino más difícil, pero es aquel que se nos enseñó desde Mayo de 1.810 y que no podemos olvidar y menos ignorar. Aunque ya lo sepamos, “es bueno volver a señalar que a partir de saber quiénes somos, cuál es nuestro legado cultural, nuestra memoria colectiva, podremos marchar como unidad histórica significativa en la búsqueda de nuestro destino como pueblo”. Si queremos estar a la altura de esos hombres que soñaron una Patria libre, nueva, nos tenemos que animar nosotros hoy a soñar, soñemos ahora un cambio, una Argentina mejor. Motivemos a los niños desde casa y la escuela, a imaginar un futuro mejor, impulsémoslos a pensar que tipo de país les gustaría habitar. Si nos animamos a soñar y a dar los primeros pasos para hacer realidad un cambio, ya habremos cambiado mucho. Habremos cambiado nuestra actitud, positivizando nuestra forma de pensar. Una realidad difícil solo se revierte con actitudes positivas. Trabajemos juntos, uniéndonos en un solo esfuerzo, buscando salir adelante, practicando la solidaridad, la honestidad y el respeto al prójimo, y con la vista en un futuro de bienestar para todos, para si poder empezar a hacer realidad la Argentina que soñamos. A partir de hoy cada uno de nosotros puede hacer historia, como la hicieron nuestros próceres; a partir de hoy podemos luchar para defender y definir nuestro futuro, el camino va a ser largo, fatigoso y difícil, como el de aquel entonces a aquellos hombres de 1.810. Pero hoy, gracias a esas personas, nosotros vivimos libres y sabemos que, si luchamos todos juntos, podemos ser la Nación que tanto soñamos. Pero para seguir siendo libres es necesario que todos nos eduquemos, sigamos aprendiendo cada día, en casa, en la escuela, en la calle, en el trabajo. Sólo de esa forma nuestro querido país, la Argentina, será un lugar hermoso para vivir en paz, en familia y con la libertad que todos nos merecemos.