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La cultura en Popayán cambió

Desde tiempos anteriores a la ‘Fenomenología del Espíritu’ de Hegel, ya se decía que


la cultura es y le pertenece a quienes transforman la naturaleza desde el trabajo. La
cultura en sí misma guarda una finalidad y objetivo particular: no existe cultura por
cultura, ni arte por arte, sino auténticas manifestaciones al servicio del momento
histórico de cada sociedad. Además, la cultura también es una actividad agonal y esa
es su característica más valiosa porque las tensiones nutren el debate, atomizan la
creatividad y el atributo reivindicativo del arte, tal y como lo presenciamos con los
movimientos ‘Provos’ de la década de 1960 en Holanda.
Popayán no es ajena a estas pugnas, pues, existen tensiones en el sector cultural, las
venimos reciclando desde la colonia, pero poco se ha hablado sobre la materia y, peor
aún, mucho me temo que no se ha abordado la contradicción de forma correcta, al
menos desde la esfera del Estado. Por un lado, nuestra ciudad hace gala, con causa
justa, de la patrimonialización de algunas manifestaciones culturales; pero, por otro
lado, hay un sector cultural emergente que reclama más espacios no solo para la
formación, circulación e investigación, sino también para el reconocimiento de
manifestaciones propias y de su integración a la otredad de nuestra ciudad.
El papel insuficiente del Estado para canalizar e impulsar esta dualidad de esfuerzos ha
profundizado la tensión sin encontrar y explotar su valor agregado, por el contrario, ha
replicado ejercicios poco transparentes que van en contravía de la democratización no
solo de la oferta de bienes y servicios culturales, sino de los recursos públicos de la
cultura. Por fortuna, el sector cultural ya no es el mismo de años atrás, y quienes
estamos al frente de la cultura en Popayán tampoco somos los mismos.
Hoy existe un sector cultural más cualificado que comprende la dinámica y
relacionamiento con el Estado, y sabe que puede ser garante y veedor. En el municipio
quienes estamos al frente de la cultura respiramos un nuevo aire, entendemos que
desde el Estado solo se puede avanzar a través del diálogo y el acceso democrático y
trasparente a los recursos; lo cual queda en evidencia por la apuesta decidida del
alcalde Juan Carlos López Castrillón hacia este sector. La creación de la Secretaría de
Cultura y Turismo en 2021 y más de $12.000 millones de inversión desde su creación
son hechos que hablan por sí solos.
En este momento, 2023, la cultura en Popayán tiene grandes retos y una de nuestras
apuestas más importantes es entregarle a la ciudad un Plan Decenal de Cultura que
conjugue la diversidad de nuestras manifestaciones y expresiones culturales y
artísticas, democratice el acceso a la cultura, brinde alternativas económicas a las y los
gestores culturales, genere un tejido social en torno al diálogo artístico y cimente las
bases de una nueva gobernanza cultural.
¡Que florezcan cien flores y cien escuelas de pensamiento para promover el progreso
de las artes y la cultura en nuestra ciudad!

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