establecen en las preguntas 3,5 y 6 resume la concepción antidemocrática del gobierno de Lasso. Las razones para votar NO en la consulta y referéndum son varias, en este artículo analizaremos los cuestionamientos principales a las preguntas 3, 5 y 6:
¿Está usted de acuerdo con reducir el número de asambleístas y
que se los elija de acuerdo a los siguientes criterios: 1 asambleísta por provincia y 1 asambleísta provincial adicional por cada 250.000 habitantes; 2 asambleístas nacionales por cada millón de habitantes; y 1 asambleísta por cada 500.000 habitantes que residan en el exterior, enmendando la Constitución de acuerdo con el Anexo 3? Según lo que se desprende de los anexos, los datos que deben ser usados para calcular el número de asambleístas son los del último censo, como hasta el momento el censo no termina de encuestar a la población, se tendría que usar los datos del 2010. Según esa información, la población del Ecuador supera los 14 millones, lo que significaría que, según el anexo 3, deberían haber 28 asambleístas nacionales, casi duplicando a los que hay actualmente.
Por otro lado, provincias como Carchi, Bolívar, Cañar,
Orellana, Morona Santiago, Sucumbios, Zamora Chinchipe, Pastaza, Napo tendrían un solo representante, agudizando el discrimen que históricamente han tenido esas provincias. La reducción del número de asambleístas deja sin representación a gran parte de la población que no voto por el primer legislador que resultaría electo, lo que violenta la participación de los pobladores y beneficiaría a quien tenga mayor capacidad económica para garantizar maquinarias electorales.
Esta pregunta muestra de cuerpo entero la concepción
antidemocrática de Lasso, se pretende eliminar la representación de las minorías y en especial la presencia de legisladores que representen a estos sectores de la población ecuatoriana. ¿Está usted de acuerdo con eliminar la facultad de designar autoridades que tiene el CPCCS e implementar procesos públicos que garanticen participación ciudadana, meritocracia y escrutinio público, de modo que sea la Asamblea Nacional la que designe a través de estos procesos a las autoridades que actualmente elige el CPCCS enmendando la Constitución de acuerdo con el Anexo 5? La trampa de esta pregunta está en los anexos, en el que se reforman los artículos de la Constitución y se crea un periodo de transición, con el cual, el gobierno pretende mantener a sus adláteres que se encuentran hoy, encargados de las direcciones de varias de las instituciones como: la Contraloría; Consejo de la Judicatura; Consejo Nacional Electoral; Defensoría del Pueblo; Defensoría Pública; Tribunal Contencioso Electoral. “Todas las autoridades cuya designación le compete actualmente al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y que no han sido legalmente reemplazadas, debiendo serlo, se entenderán prorrogadas en sus funciones hasta que sean reemplazadas previo cumplimiento de la Disposición Transitoria Primera y culminación del proceso de designación previsto en la Constitución” señala la transitoria segunda que se encuentra en el anexo a esta pregunta.
A esta mañosería, se suma el proceso de designación que se
propone. Serán los delegados de las “comisiones técnicas” los que terminen definiendo los nombres de entre quienes el pleno de la Asamblea deberá designar. Esta comisión está integrada, principalmente, por delegados de las funciones del Estado, en número de cinco, dejando de lado la representación de la ciudadanía a dos integrantes. Además de que se reduce la representación externa al Estado, está no será nombrada por méritos en donde se garantice la paridad de género o la representación de los pueblos o nacionalidades indígenas, ya que, serán nombrados por sorteo. Esta conformación únicamente se realiza para designar a las máximas autoridades de la Contraloría General del Estado, Fiscalía General del Estado, Defensoría del Pueblo, Defensoría Pública, miembros del Consejo Nacional Electoral y Tribunal Contencioso Electoral y sus respectivos suplentes.
En el caso de la máxima autoridad de la Procuraduría y la
Superintendencia, no existiría comisión que revise los requisitos sino que sería el pleno de la Asamblea directamente, mientras que, en el Consejo de la Judicatura, la “comisión técnica” sería conformada por dos funcionarios públicos (delegado de la Función de Transparencia y Control Social, un asambleísta nacional) y tres representantes de las universidades, con lo cual, desaparece la participación de ciudadanos o ciudadanas.
La enmienda que se pretende hacer al artículo 205 cambia
incluso el periodo de funciones recortando de cinco a cuatro años el periodo de los consejeros y consejeras del CPCCS, d ela misma manera, de manera silencioso se elimina el texto que obliga a que las máximas autoridades de la Función de transparencia y Control Social sean elegidos por “concurso público de oposición y méritos en los casos que proceda, con postulación, veeduría e impugnación ciudadana”.
Como señalamos en el análisis de la pregunta anterior, en esta
pregunta se puede apreciar la concepción antidemocrática del gobierno de Lasso.
¿Está usted de acuerdo con modificar el proceso de designación
de los miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, para que sean elegidos mediante un proceso que garantice participación ciudadana, meritocracia, escrutinio público, llevado a cabo por la Asamblea Nacional, enmendando la Constitución de acuerdo con el Anexo 6? Esta propuesta no influiría en la elección de los consejeros que se realiza en el 2023, sino que entraría en vigencia para luego de cuatro años. La propuesta de Lasso quita la autonomía que esa institución debería tener para promover el control social, ya que, provienen de listados conformados por la “comisión técnica”, cuyos integrantes son representantes de las instituciones que deberían ser controladas por el CPCCS.
La participación ciudadana de la que habla la pregunta es casi
nula, ya que, sólo son dos los ciudadanos o ciudadanas que integrarían la “comisión técnica” conformada principalmente por delegados de las funciones del Estado, además, es el propio CPCCS el que debe acreditar a las organizaciones veedoras del proceso, bajo el arbitrio de lo que considere trayectoria y experticia, con lo cual, podría excluirse a organizaciones que no sean del agrado de los consejeros.