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Conferencia de Berlín

La Conferencia de Berlín (en alemán, Berliner Konferenz,


pronunciado  /bɛʁˈliːnɐ ˌkɔnfeˈʁɛnt͡s/), también conocida como
la Conferencia del Congo (en alemán, Kongokonferenz,
pronunciado  /ˈkɔŋɡoˌkɔnfeˈʁɛnt͡s/) o Conferencia de África
Occidental (en alemán, Westafrika-Konferenz, pronunciado  /
ˌvɛstˈʔaːfʁika ˌkɔnfeˈʁɛnt͡s/),1 ​ celebrada entre el 15 de
noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885 en la ciudad de
Berlín (Imperio alemán), fue convocada por Francia y el Reino
Unido2 ​ y organizada por el canciller de Alemania, Otto von
Bismarck, con el fin de solventar los problemas que implicaba
la expansión colonial en África y resolver su repartición. Representación de la conferencia en una
publicación de la época, el Die
Gartenlaube.
Índice
Contexto internacional
La exploración del continente africano
La cuestión del Congo
Participantes
Acuerdos
Consecuencias Comparación del reparto de África en
Conflictos y resistencia 1880 y en 1913 (en inglés).

Territorios no sometidos
Véase también
Referencias
Enlaces externos

Contexto internacional

La exploración del continente africano

La presencia europea hasta 1885 se había limitado a enclaves costeros salvo en la zona de Argelia y Túnez
francesas, África del sur británica y estados bóeres, y los territorios portugueses, el interior era un territorio
poco conocido y donde se desarrollaban culturas nativas con distintos grados de desarrollo. Además se
hallaban las posesiones del Imperio otomano. El proceso de exploración se realizó siguiendo las grandes
vías fluviales, unos años después (1888), consecuencia de aquellos que lo lograron como los territorios del
Níger, que fueron explorados entre los años 1788 y 1830; la cuenca del Nilo y la región de los Grandes
Lagos Africanos, entre 1854 y 1859; el Zambeze, con David Livingstone, entre 1852 y 1865, y finalmente
en 1884, fecha en la cual Frederick Stanley Arnot localizó su cuenca.3 ​
El viaje de exploración de Henry Morton Stanley, entre 1874 y 1877, de la cuenca del río Congo,
financiado conjuntamente por el periódico británico Daily Telegraph y el estadounidense New York Herald,
determinó que prácticamente todo el territorio de África fuese conocido y cartografiado detalladamente por
los europeos. Como resultado, el interés de los países europeos en África aumentó considerablemente,
donde el nacionalismo y el imperialismo influyeron para que diversos estados de Europa enviaran
expediciones científicas y militares a territorio africano con el doble fin de conocer las posibilidades de
explotación económica e instalar guarniciones y puestos comerciales que asegurasen su presencia y control
efectivo antes que otros competidores.

La cuestión del Congo

El monarca Leopoldo II de Bélgica, cumpliendo su deseo de apropiarse de las tierras en beneficio propio,
contrató a Stanley para introducir la civilización occidental y la religión en la zona, y Stanley regresó al
Congo por mandato del rey para negociar con los jefes tribales la obtención de concesiones de terrenos.

Leopoldo había formado la Asociación Internacional del Congo para explotar las riquezas de la cuenca de
ese río, aunque manteniendo dicho territorio en forma de propiedad privada y sin que dicha zona se
transformara aún en posesión de Bélgica. Si bien esta Sociedad controlaba la desembocadura del río
Congo, encontró la oposición de Portugal, que controlaba la zona sur con Angola, y su aliado el Reino
Unido.

Por su parte, Francia había logrado en 1881 tomar posesión de Túnez, y en ese mismo año una expedición
francesa dirigida por Pierre de Brazza tomó posesión efectiva del Congo Occidental a orillas del océano
Atlántico y entraba en disputa con los dominios del rey Leopoldo. Al año siguiente el Reino Unido asumió
por completo el gobierno de Egipto (que estaba sujeto al Imperio otomano solo en la teoría) y consiguió así
los derechos de soberanía egipcia sobre Sudán y el norte de Somalia. En 1884 Francia aseguró su posesión
de la costa de Guinea, con lo cual resultaba evidente en Europa que la carrera por África debía ser
regulada.

Participantes
Véase también: Relaciones internacionales de las Grandes Potencias (1814-1919)

La tensión generada por dicha situación dio pie a buscar una solución negociada a la crisis. Este intento de
solución fue aprovechado por el canciller alemán, Otto von Bismarck, quien convocó a las principales
potencias a una conferencia en Berlín, capital del Imperio alemán. La convocatoria se hacía, en palabras de
Bismarck, para "establecer las condiciones del desarrollo del comercio, la civilización y el bienestar moral y
material africanos", pero también buscaba una norma internacional para las futuras ocupaciones del
territorio africano.4 ​

La conferencia se inauguró el 15 de noviembre de 1884 y continuó hasta su cierre el 26 de febrero de 1885.


Se convocaron a doce países europeos más el Imperio turco y los Estados Unidos. Aunque algunos no
tenían intereses en África, se buscaba un reconocimiento internacional a los resultados de la conferencia,
aunque excepcionalmente, los Estados Unidos se reservaron el derecho de rechazar o aceptar las
conclusiones de la Conferencia. Ningún estado africano estaba representado.2 ​

Estatus Delegación Miembros


Otto von Bismarck (canciller alemán), Paul von Hatzfeldt
Imperio alemán (secretario de Estado), Clemens Busch y Heinrich von
Kusserow (jefe del Departamento Colonial)
Gabriel August van der Straten-Ponthoz (embajador en
Reino de Bélgica
Alemania), Auguste Lambermont
Reino de España Francisco Merry y Colom (embajador en Alemania)
Estados con
intereses en República Francesa Alphonse de Courcel (embajador en Alemania)
África Imperio otomano Mehmed Saíd Bajá (Gran visir)
Reino de Italia Edoardo de Launay (embajador en Alemania)
Reino Unido de
Edward Baldwin Malet (embajador en Alemania)
Gran Bretaña e Irlanda
Antônio José da Serra Gomes (embajador en Alemania) y
Reino de Portugal
António de Serpa Pimentel
Imperio Emerich Széchényi von Sárvári Felsö-Vidék (embajador en
austrohúngaro Alemania)
Países Bajos Philipp van der Hoeven (embajador en Alemania)
Estados sin Reino de
Emil Vind (embajador en Alemania)
intereses en Dinamarca
África Estados Unidos John A. Kasson (embajador en Alemania) y Henry S. Sanford
Imperio ruso Pyotr Kapnist (embajador en los Países Bajos)
Unión entre Suecia
Gillis Bildt (embajador en Alemania)
y Noruega

Acuerdos
Los propósitos del rey Leopoldo II encontraron apoyo en
Francia y en Alemania convenciéndolos que para los intereses
de ambos países era necesario asegurar el libre comercio en
África. Portugal era un país demasiado débil para proteger un
imperio africano demasiado vasto, por lo que tuvo que
conformarse con la adquisición del territorio de Cabinda, en
las bocas del río Congo, como reconocimiento de sus derechos
en la zona.

En la Conferencia se proclamó la libre navegación marítima y


fluvial por los ríos Congo y Níger, se estableció la libertad de La conferencia de Berlín, según una
comercio en el centro del continente africano formado por la ilustración de "Illustrierte Zeitung".
cuenca del Congo, se acordó la prohibición de la esclavitud, y
se estableció el derecho a reclamar una porción de la costa
africana solo si dicho territorio se ocupaba efectivamente y se
comunicaba de este evento a otros estados.

Un elemento importante que fue pactado en la Conferencia fue


reconocer como regla de Derecho Internacional el principio de
uti possidetis iure (principio de ocupación efectiva), en tanto
para que un estado europeo reclame derechos de soberanía
sobre un territorio africano debería de establecer previamente
una real posesión sobre este. Para acreditar esta posesión era
preciso que la potencia europea reclamante hubiese suscrito un
tratado con la población local y ejerciera actos efectivos de
administración, o que hubiera establecido una ocupación
militar permanente que bastase para asegurar su posesión, Caricatura sobre la Conferencia de Berlín.
adquiriendo también el derecho a la explotación económica permanente. El objetivo era evitar que las
naciones europeas reclamasen derechos sobre un territorio donde no tuviesen presencia alguna, lo que
afectaba a los países como Portugal, cuyos derechos reclamaba sobre la base de su exploración, por
navegantes portugueses, en el siglo xv.

El acta final5 ​contaba con cuatro capítulos y treinta y cinco artículos. Las disposiciones generales fueron:

Libertad de comercio en la Cuenca del río Congo, su desembocadura y regiones


circundantes.
Declaración sobre la trata de esclavos.
Neutralidad internacional de la zona central de África.
Ley de navegación para los ríos Níger y Congo.
Introducir en las relaciones internacionales normas uniformes para futuras ocupaciones.

En el capítulo I, que consta de 8 artículos, hace referencia a la libertad de comercio en el Congo y la


delimitación del territorio de libre comercio (artículo 1), libre acceso de los comerciantes de cualquier
nación (art. 2), la importación de productos de cualquier nación y referente a los impuestos a esas
mercancías (art. 3), eliminación de impuestos por circulación (art. 4), derechos de monopolio de las
potencias signatarias y defensa de las propiedades (art. 5). Finalmente se hace referencia a la protección de
los nativos, la libertad religiosa y la eliminación de la esclavitud (art. 6); así como, a la implantación del
Convenio de Unión Postal Internacional en la zona (artículo 7). Estos derechos estarán vigilados por una
Comisión Internacional de Navegación del Congo (artículo 8).

En el capítulo II, declara la prohibición del comercio de esclavos en la zona del Congo (art. 9).

En el capítulo III, la neutralidad de los territorios y el mantenimiento de esta pese a una posible guerra
(artículos 10 y 11). En caso de disputas de soberanía o de límites se podrá recurrir a la mediación de un
tercero (art. 12).

Los capítulos IV y V hace referencia a la libre navegación por el río Congo y el río Níger respectivamente.
En el río Congo se establece la libre navegación (art. 13), sin restricción (art. 14), igual aplicación a los
afluentes (art. 15), a los medios de transporte distintos al río (art. 16). Además, se crea una Comisión
Internacional para velar por estas disposiciones (art. 17), su inviolabilidad (art. 18) y su constitución (art.
19). En los últimos artículos se indica sus poderes (20), la utilización de buques de guerra de los países
signatarios para mantener la libertad (21), la libertad de navegación de los buques de guerra (22) incluso en
época de guerra (25). También se mencionan medidas sanitarias (24) y económicas (23). Para el río Níger
se establecen los mismos criterios (artículos 26 al 29, y el 33) salvo los aspectos militares que son asumidos
por Gran Bretaña y Francia en los tramos del río que discurre por sus colonias (artículos del 30 al 32).

El capítulo VI hace referencia a la forma de ocupación:

Artículo 34, La potencia que en adelante tome posesión de un territorio en las costas del continente
africano, situado fuera de sus posesiones actuales o que no habiéndolas tenido antes las adquiera más
adelante, así como la potencia que asuma un protectorado, remitirá adjunta al Acta respectiva una
notificación dirigida a las demás potencias signatarias de la actual, a fin de que, si ha lugar a ello, puedan
hacer valer sus reclamaciones
Artículo 35, Las potencias signatarias de esta Acta reconocen la obligación de mantener, en los territorios
que ocupen en la costa del continente africano, la autoridad competente para hacer respetar los derechos
adquiridos y, en caso necesario, la libertad de comercio y de tránsito en las condiciones que se hubieren
estipulado.El

Consecuencias
Los resultados de la conferencia sentaron las
bases para la ocupación efectiva de África, que
para el año 1914 prácticamente había
concluido.

El norte de África fue objeto de disputa


especialmente en el siglo  xx con la ocupación
franco-española de Marruecos (1913), la
ocupación italiana de Libia (1911-12) y el
reconocimiento entre las potencias de las
ocupaciones realizadas con anterioridad como
Túnez (1881) o Egipto (1882).

En la costa occidental, la penetración hacia la


costa fue dominada por Francia, que logró el
control de la zona sahariana y de zonas
costeras como Costa de Marfil, Dahomey,
Guinea, Senegal o Mauritania. El resto de
Mapa del África colonial en vísperas de la Primera Guerra
potencias logró establecer colonias como Gran
Mundial (1914). Tras la Conferencia de Berlín (1884-1885),
Bretaña en Gambia, Sierra Leona, Costa de
Europa se repartió toda África, con la excepción de Abisinia
Oro y Nigeria, de cierta entidad; Portugal en
(actual Etiopía) y Liberia. Hubo continuas tensiones entre
Guinea portuguesa y Cabo Verde, y los
países durante la colonización del continente, visto como
alemanes en Togolandia.
muy desfavorable para Italia y Alemania y muy beneficioso
para Francia y Reino Unido.
En la zona ecuatorial, encontramos la
continuidad de los dominios franceses del
Sáhara que discurren en dirección sur hacia el
Congo francés, y la presencia del Estado Libre del Congo (posesión personal de Leopoldo II), que en 1909
pasará a dominio del gobierno belga. Los alemanes lograron establecerse en Camerún, cuyo territorio se
amplió con un acuerdo franco-alemán en 1911. También están presentes los portugueses en Santo Tomé y
los españoles en la Guinea española, dividida en un pequeño territorio continental (Río Muni) y otros
insulares (Fernando Poo y Elobey, Annobón y Corisco).

En el África oriental, los británicos intentaron establecer una continuidad desde sus dominios del Sudán
anglo-egipcio pero se vieron interrumpidos por la presencia alemana. No obstante, Londres, logró someter
Uganda, Kenia, y la Somalia británica. Los alemanes, por su parte, se establecieron en el África Oriental
Alemana. La presencia italiana se repartía entre Eritrea y Somalia sin posibilidad de continuidad tras su
derrota frente a Abisinia (1896); los franceses quedaron relegados a una posesión en el Mar Rojo, la
Somalia francesa.
Finalmente, en el África Austral, se sitúan los grandes territorios coloniales portugueses de Angola y
Mozambique, el África del Sudoeste Alemana y los amplios territorios británicos que desde África del Sur
ascendía hacia el norte ocupando Bechuanalandia y la región de Rodesia. En la zona insular del Índico las
posesiones se repartían entre franceses (Reunión, Comoras y Madagascar) y británicos (Zanzíbar,
Seychelles y Mauricio).

Conflictos y resistencia
La fórmula de reparto establecido en Berlín no supuso el fin de las disputas coloniales entre los países. Con
posterioridad se suceden las tensiones entre Londres y París en el llamado incidente de Fachoda (1898). El
motivo del conflicto vino por el deseo de ambas naciones de establecer una continuidad colonial, oeste-este
por Francia y norte-sur por Reino, que se solucionó de forma diplomática en favor de los británicos.
También, las tensiones entre el Reino Unido y Portugal, en el últimatum de 1890, otra vez motivadas por la
continuidad del imperio portugués frente a los deseos británicos de ocupar Rodesia. Pese a que no deriva en
tensiones armadas, la situación en el norte de África era complicada con la injerencia alemana en las
pretensiones francesas sobre Marruecos (1905-1913), la falta de reconocimiento francés de la ocupación de
Egipto por los británicos (1882) o los recelos italianos por la ocupación francesa de Túnez en 1881.
Finalmente, el conflicto ítalo-turco (1911-12) por el control de la Cirenaica y Tripolitana.

La penetración europea también encontró la resistencia de las culturas nativas, que si bien dificultaron el
avance colonial, a la larga no pudieron impedir la ocupación efectiva del territorio, salvo en el caso de
Abisinia en 1896 sobre los italianos. Algunos ejemplos de resistencia indígena fueron:

Las guerras entre Reino Unido y los Ashanti en Costa de Oro (actual Ghana) entre 1824 y
1900
Resistencia de los Anyong en Nigeria (1904)
Resistencia del pueblo Nandi en Kenia (1895-1905)
Rebelión Maji Maji en el África Occidental Alemana (1905-1907)
Zulúes en África del Sur (Guerra anglo-zulú 1879 y revuelta de 1906)
Herero en África del Sudoeste Alemana (1904-1906)
La resistencia de los rifeños de Abd el-Krim al protectorado franco-español en Marruecos
(1921-1923)
La oposición libia liderada por Omar Al-Mukhtar a la penetración italiana (1923-1932)

Territorios no sometidos
En pocos años, tras la conferencia, todo el continente africano quedaba repartido entre las potencias salvo
Liberia y Abisinia (hoy Etiopía), cuyo control deseaba Italia, resistió a la invasión y permaneció
independiente. En 1889 el soberano abisinio Menelik II firmó el Tratado de Wuchale (2 de mayo) y entre
las dos versiones firmadas, una en italiano y otra en amhárico se generó una controversia en la
interpretación del artículo 17: en la versión europea sometía la política exterior de Abisinia a la dirección del
gobierno italiano, mientras que en la versión africana simplemente se indicaba una consulta a Roma sobre
las acciones exteriores de Abisinia. La presión italiana y los ataques abisinios a las posesiones costeras
italianas en Eritrea a partir de 1893 desembocó en un conflicto armado, la Primera guerra ítalo-etíope
(1895-1896), que acabó con la derrota italiana en Adua y el reconocimiento de la independencia de
Abisinia.

Liberia, por su parte, era el territorio escogido por la American Colonization Society (ACS) para fundar una
colonia en África con antiguos esclavos afroamericanos.6 ​ Las primeras colonias en la zona sufrieron el
ataque de las tribus locales, como los Malinké.7 ​El número de colonias fue en aumento y se asociaron en la
Mancomunidad de Liberia (1842), esta fue aumentando su autonomía con respecto a la ACS hasta que en
1847 se declaró la independencia del territorio como la República de Liberia.

Véase también
Imperio británico
Imperio colonial francés
Imperio colonial alemán
Imperio colonial italiano
Imperio colonial belga
Imperio portugués
Imperio español
Nuevo Imperialismo
Reparto de África

Referencias
1. Conferencia de África Occidental (https://www.britannica.com/event/Berlin-West-Africa-Conf
erence) en la Enciclopedia Británica (en inglés)
2. Julia Moreno García. La conferencia de Berlín. Cuadernos Historia 16. ISBN 84-85229-77-0.
3. Keir Howard, J. (en inglés) Ficha biográfica. (https://dacb.org/stories/democratic-republic-of-c
ongo/arnot-stanley/) Dictionary of African Christian Biography.
4. Miralles, Ricardo (1996). «3». Equilibrio, hegemonía y reparto. Las relaciones
internacionales entre 1870 y 1945. Editorial Síntesis. p. 76. ISBN 84-7738-443-6.
5. «Acta General de la Conferencia de Berlin» (https://www.dipublico.org/3666/acta-general-de
-la-conferencia-de-berlin-26-de-febrero-de-1885/).
6. «Mapa de Liberia, África Occidental» (http://www.wdl.org/es/item/446/). World Digital Library.
1830. Consultado el 25 de enero de 2020.
7. Schick, Tom W. (1980). Behold the Promised Land: A History of Afro-American Settler
Society in Nineteenth-Century Liberia. Baltimore: Johns Hopkins University Press.

Enlaces externos
Acta general de la Conferencia de Berlín (https://www.dipublico.org/3666/acta-general-de-la
-conferencia-de-berlin-26-de-febrero-de-1885/)

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