Daniel Santiago Millán Corredor

Anticonceptivos, la manzana de discordia en la Iglesia

“¿Quien, de vosotros, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcar los gastos y
ver si tiene para acabarla?
Lc 14,28.
La Iglesia lleva aproximadamente 2000 años de historia, y a través de su recorrido
se ha preocupado, por todo tema religioso, y social que se le presenta a la humanidad, y
esto lo hace porque su misión es guiar al pueblo de Dios hacia la plenitud de Cristo,
además de que es su deber por ser una institución que se encuentra en el mundo, y que la
componen personas, y como resultado se encuentra sumergida no solo en la historia, sino
también en las alegrías, tristezas, problemas, y por supuesto, en los grandes interrogantes
que se presentan a lo largo del tiempo.
No es la excepción nuestro siglo XXI, en donde la Iglesia se ha visto cuestionada
con el tema del hambre del mundo, la existencia de Dios, la moralidad, el auge de nuevas
expresiones religiosas, la descristianización de Occidente, temas de abusos sexuales, etc.,
los cuales han hecho que la Iglesia presente sus propuestas y se mantenga radical en ellas
para salvaguardar su fe; a veces de una forma paranoica, y otras de una manera heroica.
La mayoría de los temas más cruciales de nuestro tiempo, podemos sintetizarlos,
en la temática del V y VI mandamiento, no matarás, y no cometerás actos impuros, en
donde entraría la eutanasia, el aborto, el suicidio, la ideología de género, los abusos
sexuales, la cultura sexualizada, la prostitución, la pornografía, la infidelidad, la
anticoncepción, entre otros problemas.
En el presente trabajo de investigación se pretende tocar el tema de los métodos
anticonceptivos, ya que, es un tema que ha tenido críticas hacia la Iglesia, de parte de la
sociedad, y de sectores de la Iglesia, en los cuales se incluyen laicos, teólogos, sacerdotes,
e incluso de los mismos jerarcas. Se desarrolla de la manera más breve posible, centrando
la atención en los siguientes puntos de referencia:

 Historia de los métodos anticonceptivos.

 Posición de la Iglesia a través de la Humanae Vitae1, argumentación y conclusiones.
 Contraposición más reciente a la Humanae Vitae.
 Posición mediadora.
 Conclusión.
Con lo anterior se busca, una exposición objetiva y breve de este tema. Sin más
preámbulos iniciemos por medio de un recorrido histórico.

1
Carta encíclica de Pablo VI, sobre la regulación de la natalidad. Se presentó al mundo el 25 de Julio de 1968.
 En primera lugar, es necesario decir que, los métodos anticonceptivos no son algo
nuevo, sino que siempre han estado en la historia de la humanidad; por ejemplo, en
Egipto introducían piedras o huesos en los úteros de las camellas, para que no quedaran
embarazadas; en la cultura griega las mujeres se ponían “pesarios”, que sería el
equivalente al método moderno del “DIU” 2, y se usaba el método natural, de días fértiles y
no fértiles, aunque de manera incipiente; incluso la misma Biblia nos muestra un ejemplo
de anticoncepción en Gn 38, 8-10, texto que se ha usado como base para el rechazo de los
métodos anticonceptivos, pero que “de acuerdo con los biblistas, Dios castigó a Onan no
propiamente por el pecado de impedir la natalidad sino más bien de haber transgredido la
ley judía, según la cual él debía llevar vida marital con su cuñada, quien quedó sin hijos a
la muerte de su marido, para que su hermano tuviera descendencia que perpetuara su
nombre”3. El empleo de estos mecanismos, y otros como ungüentos o bebidas, se
siguieron utilizando, pero su gran desarrollo se dio a partir de los años cuarenta donde se
descubrieron las píldoras, los gobiernos iniciaron a promoverlas, y recibieron el apoyo de
la revolución sexual en 1960, en donde básicamente se disocio la sexualidad de la
procreación, para incentivar la dimensión del placer.
Lo anterior no significa que los métodos conceptivos hayan tenido siempre
aceptación, e incluso promoción a través de la historia, pues los estoicos fueron los
primeros que hablaban de que todo acto sexual, debía estar en miras estrictamente a la
procreación, y además promovían el control de las pasiones. Los padres de la Iglesia, y la
escolástica mantuvieron esta opinión, afirmando que “el fin primario del acto conyugal
era la procreación y que la expresión del mutuo amor de los esposos era solo un fin
secundario o subordinado a la procreación”4 e incluso se afirmaba que todo acto dentro
del embarazo era inmoral, ya que se había dado la procreación. Esta concepción fue la que
predominó hasta el Concilio Vaticano II (1962-1965), el cual cambiara le perspectiva
afirmando que el amor esponsal se expresa y perfecciona en el acto conyugal, y abandona
el enunciado anterior.
Posteriormente Pablo VI con su encíclica “Humanae Vitae” de 1968, mantendrá la
doctrina del concilio y afirmara que todo método anticonceptivo es inmoral, exceptuando
el “método del ritmo” o “método natural” por no ser transgresor de las leyes naturales del
proceso creador. Esta encíclica fue una de las más controversiales del siglo XX.
El contexto, en que se desarrolló la “Humanae Vitae” puede esbozarse de la
siguiente manera: el sistema económico feudal había caído por completo, y se había
posicionado el industrial, donde las familias numerosas se vieron como una carga para el
desarrollo, y no como una ayuda, como lo era para el sistema feudal, a lo que se le
agregaba la dificultad para sostenerla; además se buscaba controlar la natalidad por su
2
El dispositivo intrauterino (DIU) es un pequeño dispositivo que se pone en tu útero para evitar embarazos
3
Bioética principales problemas, pág. 47.
4
Bioética principales problemas, pág. 47.
acelerado crecimiento, hasta llegar al punto que los mismos estados imponían métodos
anticonceptivos para controlar la población; se le agrega también la revolución o
liberación sexual, que con la aparición de la píldora, cambió la forma de ver el sexo, el
matrimonio, y por supuesto la prole, situación que después influiría en la posteriores leyes
del divorcio, y del aborto; y como no mencionar que fue en este periodo en donde se vivió
el azote de las dos guerras mundiales que azotó la humanidad. Además, hay que sumarle
que en este tiempo predominaba la teoría del mal menor, y la idea de la totalidad, en
donde un acto infecundo era disminuido frente al resto de la fecundidad de la vida
matrimonial.
Otro punto a mirar de la encíclica es que, aparte del contexto que fue expresado
hace un momento, este documento fue controversial dentro del mismo grupo que
estudiaba este tema, ya que, fue Juan XXIII el que le encargó a una comisión su estudio, la
cual le dio su opinión al papa predecesor Pablo VI, diciendo que, los métodos
anticonceptivos no entraban en conflicto con la ley natural si se practica para promover la
paternidad responsable, teniendo muy poco apoyo la opinión contraria, sin embargo esta
conclusión no le agrado a Pablo VI, la condenó, y tomo la opinión de la minoría, sacando la
carta encíclica ya mencionada, la cual como se dijo anteriormente fue la manzana de la
discordia del momento, ya que, habían opiniones divididas, tanto de la sociedad, como de
los gobiernos, e incluso de los mismos representantes de la Iglesia. Hubo documentos a
favor y en contra, y los siguen habiendo, en donde se pide la replantación de la posición
de la Iglesia; cabe resaltar que la encíclica fue una de las que más rápido se divulgó en
todo el mundo, no pasando de la semana para ser traducida en todos los idiomas, pues
era un tema que tenía mucha importancia, no solo para el mundo cristiano católico, sino
para toda la sociedad.
Después de analizar un poco la historia, veamos en qué consisten los métodos
anticonceptivos. Los métodos ya mencionados consisten en distanciar o prever no tener
más hijos por medio de “dos modos: siguiendo el ritmo natural de la fertilidad o
interviniendo artificialmente con un anticonceptivo”5. El primer método consiste en
regular la fertilidad siguiendo el mismo metabolismo de la mujer, descifrando que días son
los que ella es fértil y los que no, y teniendo el acto sexual, en los días que sea infértil, la
pregunta en este método es ¿Cómo saber qué periodo es fértil o infértil?, para responder
esto hay varios métodos que podemos clasificar de la siguiente manera:

 Por medio de la “temperatura basal”, lo que consiste en que la mujer por

tres meses, tendrá que analizarse a sí misma tomándose la temperatura y
tomando datos del resultado, para ver los cambios que se presentan.
Cuando esté en su periodo fértil su temperatura estará entre los (35.5 a
36.6 ºC) y cuando esté en su periodo infértil, su temperatura será de (36.1 a
37.2 ºC), esto dará como resultado que “los días seguros-infértiles
5
Explícame la bioética, pág. 66.
 comiencen después de que el aumento de la temperatura se mantenga
durante al menos 3 días y terminan cuando la temperatura baja, justo
antes de que se dé el próximo periodo.” 6 ese cambio de temperatura de
0,5ºC  se da cuando se libera el óvulo.  Se necesita ayuda profesional, y
tener en cuenta que la temperatura puede variar por otros factores.
 Observar matemáticamente los ciclos fértiles por seis meses y determinar
cuáles son los infértiles. Se necesita compañía médica.
 El método “Billings”, el cual consiste en inspeccionar el flujo vaginal, ya que
este cambia de color, textura y cantidad durante el ciclo menstrual,
especialmente cuando se está cerca de la ovulación. Este método tiene que
tomarse en un período de un año, y ver si el flujo es seco, pegajoso, o
turbio, en donde los días secos son los infértiles. Para este método se
necesita compañía médica.
 Método sintotérmico, el cual reúne los métodos anteriores, junto a un
análisis técnico computarizado, este “método combina la medición de la
temperatura corporal en reposo (temperatura corporal basal), con los
métodos del moco cervical y del calendario. Por tanto, el método
sintotérmico es el más fiable entre los métodos de conocimiento de la
fertilidad.”7
Estos métodos según la opinión eclesial de la Humanae vitae, no presentan
problemas éticos en cuanto respetan la naturaleza del acto sexual conyugal, fomenta su
paternidad responsable, y evita motivos hedonistas y egoístas; es un estilo de vida
responsable y moralmente licito.
El segundo método, consiste en los anticonceptivos artificiales, los que se dividen a
su vez: en los que impiden la unión del espermatozoide y el óvulo, y los que son abortivos,
es decir, que impiden que el óvulo fecundado se siga desarrollando. La anticoncepción
puede ser mecánica u hormonal. Lo más importante en ellos, según el autor Lucas Lucas
“no es la técnica usada, sino la voluntad de impedir la concepción” 8. Los métodos
anticonceptivos más conocidos son: el preservativo-condón; el diafragma, que sirve para
la mujer e impide que los espermatozoides pasen al útero; la esponja, que une la acción
mecánica con la química para impedir el paso del espermatozoide al útero; los
espermicidas, que lo usa la mujer como el hombre, para debilitar o impedir la acción del
espermatozoide; la píldora anticonceptiva, que es hormonal, bloquea la ovulación, impide

6
https://www.plannedparenthood.org/es/temas-de-salud/anticonceptivos/metodos-basados-en-la-
observacion-de-la-fertilidad-fam/en-que-consiste-el-metodo-de-la-temperatura-de-observacion-de-
la#:~:text=El%20m%C3%A9todo%20de%20la%20temperatura%20(tambi%C3%A9n%20conocido%20como
%20m%C3%A9todo%20de,cuerpo%20durante%20tu%20ciclo%20menstrual.
7
https://www.msdmanuals.com/es/hogar/salud-femenina/planificaci%C3%B3n-familiar/m%C3%A9todos-
anticonceptivos-de-conocimiento-de-la-fertilidad#:~:text=El%20m%C3%A9todo%20sintot%C3%A9rmico
%20combina%20la,de%20conocimiento%20de%20la%20fertilidad.
8
Explícame la bioética, pág. 69.
subir los espermatozoides a las trompas de Falopio, o impiden el paso y la anidación del
embrión (es abortiva); el “depot” que libera hormonas, que impide que el espermatozoide
llegue al ovulo, o que este se anide ya cuando es fecundado (en el último caso es
abortivo); y el coito interrumpido.
Luego de ver los métodos anticonceptivos que hay, y sus divisiones, conozcamos la
carta encíclica de Pablo VI, que marcará un hito en la Iglesia en la forma de ver los
métodos anticonceptivos.
En el siglo XX se dio el surgimiento de “nuevas cuestiones que la Iglesia no podía
ignorar por tratarse de una materia relacionada tan de cerca con la vida y la felicidad de
los hombres”9, uno de ellos fueron los métodos anticonceptivos, que se hacía patente en
la sociedad, y ya había permeado en los fieles; frente a esto, la Iglesia, tenía que dar una
respuesta clara, y radical, para defender su doctrina moral, ya que, se encontraba
amenazada, por las ideologías nacientes, y por los gobiernos anticatólicos de la época.
Pablo VI, inicia exponiendo los puntos a favor que los pro anticonceptivos
promovían para defenderlos, los que podemos sintetizar de la siguiente manera: la alza de
población y el difícil mantenimiento de la prole, el cambio de mentalidad del hombre, que
busca “someter a su razón y a su voluntad, más que a los ritmos biológicos de su
organismo, la tarea de regular la natalidad” 10, la paternidad responsable, el acto sexual
como expresión del “amor”, y el mal menor.
Acto seguido, Pablo VI afirma que la doctrina que enseña está fundada sobre la ley
natural y es iluminada por la revelación, y que hablar sobre este tema es competencia del
magisterio, el cual no responde al azar, sino que es el resultado del estudio de comisiones
y de la Gaudium et Spes11.
Humanae Vitae, para hablar del tema quiere definir dos principios que, responden a
las preguntas que se encontraban en medio de la polémica ¿Qué es el amor conyugal? y
¿Qué es la paternidad responsable?, las que definirá de la siguiente manera:

 Amor conyugal: Muestra el amor de Dios, y el amor de Cristo a la Iglesia; este

amor es humano, es decir, sensible y espiritual, no solo sumergido en el instinto,
sino que es un “acto de voluntad libre”12. Es total, no se guarda, ni se reserva, es
fiel y exclusivo; es fecundo, porque está llamado a “suscitar nuevas vidas”13 y en
ello radica su naturaleza, en “la procreación y educación de la prole.”14
 Paternidad responsable: Es conocer su cuerpo y dominar sus pasiones, no significa
no tener hijos. Por situaciones económicas la pareja puede “evitar un nuevo
9
Humanae vitae, 1.
10
Humanae vitae, 3.
11
Constitución pastoral del Concilio Vaticano II, que trata sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo.
12
Humanae vitae, 9.
13
Humanae vitae, 9.
14
Humanae vitae, 9.
 nacimiento durante un tiempo”15, pero debe reconocer su deber, y no pueden
actuar arbitrariamente, sino ajustar sus objetivos al plan de Dios.
Después, afirma que la enseñanza de la Iglesia es que “todo acto debe quedar abierto
a la vida”16 y que hay dos aspectos fundamentales e indisolubles en el acto conyugal: el
“unitivo y procreador”, con lo cual se conserva el sentido del amor mutuo verdadero y su
vocación, que es seguir el plan de Dios, estando abiertos a la vida, y que, al rechazar este
plan se rechazan su naturaleza y vocación.
Siguiendo la idea anterior, el Papa condenará como vías ilícitas “la interrupción directa
del progreso generador ya iniciado, y sobre todo el aborto directamente querido y
procurado, aunque sea por razones terapéuticas” 17 la esterilización, y “toda acción que, o
en previsión del acto conyugal, o en su realización o en el desarrollo de sus consecuencias
naturales, se proponga, como fin o como medio hacer imposible la procreación.” 18 Insiste
además que, tampoco se puede recurrir a la idea del mal menor, y mucho menos afirmar
que actos fecundos anteriores valen por los infecundos del presente.
Con lo anterior, se podría pensar que la Iglesia rechazó todo medio anticonceptivo, y la
respuesta es no, pues Pablo VI condenó todo medio artificial, pero declaró como lícito el
recurso a los periodos infecundos, y se expresará de la siguiente manera: “la Iglesia es la
primera en elogiar y recomendar la intervención de la inteligencia en una obra que tan de
cerca asocia la criatura racional a su creador, pero afirma que esto debe hacerse
respetando el orden establecido por Dios” 19 dando a entender que frente a serios motivos
“es licito tener en cuenta los ritmos naturales inmanentes a las funciones generadores
para usar del matrimonio solo en los periodos infecundos y así regular la natalidad sin
ofender los principios morales”20, por ende, la Iglesia defiende el método natural porque
es biológico y no manipulado, y plantea como ilícito, lo artificial, porque impide el
desarrollo natural, además agregará que la abstinencia en los periodos fecundos “dan
prueba de amor verdadero e íntegramente honesto.”
La encíclica enumerará a continuación, unas consecuencias de los métodos artificiales,
estos son: la infidelidad, la degradación general de la moralidad, la pérdida del respeto a la
mujer, sin la mínima preocupación de su equilibrio físico y psicológico, llegando así a una
instrumentalización de la mujer, y la imposición de los gobiernos a las familias para
controlar la natalidad.
Es interesante hacer notar que, de una forma profética el Papa sabe que sus palabras
van a ser tema de disputa, y lo expresa afirmando: “estas enseñanzas no serán quizá

15
Humanae vitae, 10.
16
Humanae vitae, 11.
17
Humanae vitae, 14.
18
Humanae vitae, 14.
19
Humanae vitae, 16.
20
Humanae vitae, 16.
fácilmente aceptadas por todos: son demasiadas voces que están en contraste con la de la
Iglesia”21, además, “aparecerá fácilmente a los ojos de muchos difícil e incluso imposible
en la práctica”22, pero insistirá que la enseñanza que imparte, es posible cumplirla con la
ayuda de la gracia.
La encíclica finalizará con consejos a los fieles cristianos, a los esposos se les invita a la
ascesis, a la continencia periódica, ya que, esto ayudará a que, su matrimonio, alcance un
amor más sublime, y por supuesto, les servirá a enriquecerse espiritualmente, y a huir al
egoísmo, y de ese modo seguirán su vocación cristiana, aun en las dificultades que se le
presenten, y su testimonio será un medio para hacer apostolado con otros esposos.
Mencionara también que frente a una sociedad sexualizada, es deber de los cristianos
responder con el mensaje evangélico; a los gobiernos se les pide no aceptar los métodos
anticonceptivos y buscar otros medios para el control demográfico; insiste en una
educación moral a la juventud. A los científicos les invita a que, aclaren “más
profundamente las diversas condiciones favorables a una honesta regulación de la
procreación humana”23 dentro de los límites obviamente de los ritmos naturales; a los
médicos y al personal sanitario, les dice que se formen bien y sigan la fe; a los sacerdotes,
les invita a enseñar la doctrina de la Iglesia, y que estén unidos al magisterio,
especialmente al que se propone en este documento, y que no se olviden que deben amar
a los demás. A a los obispos finalmente les insistirá que salvaguarden el matrimonio, para
que sea vivido en plenitud humana y cristiana.
Hemos visto la exposición de la doctrina de la Humane vitae, ahora veremos cuales
son los argumentos que se han propuesto para defender la enseñanza de Pablo VI,
aunque la mayoría han sido ya esbozados en la encíclica; podemos resumirlos de la
siguiente manera:

 Todo método anticonceptivo artificial es ilícito porque impide la procreación, lo

cual va contra los fines unitivos y procreadores del matrimonio, los que al
separarse perjudican la verdad intima de la sexualidad.
 Todo acto sexual implica responsabilidad, o en otras palabras “la procreación
responsable, es asumir la sexualidad en su verdad.” 24 Es decir, aceptar la vida que
puede proseguir al acto, y aceptarlo con responsabilidad.
 Frete al interrogante “¿Qué diferencia hay entre métodos naturales y métodos
anticonceptivos? La diferencia está en el estilo de vida y en el comportamiento
sexual de la persona.”25. Con la anticoncepción el acto sexual modifica al hombre,
en el natural, el hombre modifica el acto sexual, es no estar esclavo al sexo, sino

21
Humanae vitae, 17.
22
Humanae vitae, 19.
23
Humanae vitae, 24.
24
Explícame la bioética, pág. 72.
25
Explícame la bioética, pág. 72.
 ser libre. Lo que se pone en juego aquí no es si afecta lo biológico, sino la
naturaleza del alma racional, ya que el hombre es la unión de materia y espíritu.
 Frente a la opinión de que los métodos anticonceptivos como el condón ayuda a
prever enfermedades, afirman que esto es relativo, ya que este en ocasiones no es
eficaz contra enfermedades como el SIDA, además de que los métodos
hormonales, generan enfermedades, como por ejemplo esterilidad.
 El argumento de usar estos métodos, pro ejercicio de paternidad responsable, es
una muestra del pensamiento contraceptivo de la sociedad. La paternidad o
maternidad responsable equivale al ejercicio razonable del derecho, del dominio
de las pasiones, y de la libertad de procrear dentro del matrimonio, y de tener
hijos razonablemente siguiendo las leyes naturales.
 Los métodos anticonceptivos menoscaban el sentido del matrimonio cristiano, ya
que predomina en vez del matrimonio el concepto de pareja, y el placer
irresponsable por encima del sentido procreativo.
 la neo-escolástica, considera que la ley natural es lo esencial, ella es la norma que
Dios ha puesto anterior al hombre, y ante lo cual él no puede interferir, sino
sujetarse a ella.
 El hombre está llamado al Bien, por ende, toda su vida debe tender a ello, y que
estos valores trascendentes, son superiores a las leyes biológicas, un ejemplo es
que ante el instinto predomine la castidad.
 La castidad es la pureza del corazón, es sinónimo de rectitud sexual, la cual ayuda a
los esposos a acrecentar el amor. Implica que los esposos sean dueños de su
sexualidad, para entregarse totalmente el uno al otro. El acto sexual es
manifestación del amor conyugal, que debe estar abierto a la vida, pues el amor da
vida. Ese amor es personal, es decir la persona no puede ser un medio, ya sea para
el placer, o solo para la función procreadora. La castidad supone no cerrar
deliberadamente a la vida el acto sexual, e implica la fidelidad.
 La contracepción rechaza a la vida e idolatra la sexualidad, y tergiversa la escala de
valores.
Con los ítems anteriores he querido resumir lo que se ha propuesto después de la
humane vitae contra los anticonceptivos artificiales, pero como veíamos en un principio,
siempre en todo pensamiento hay la contra partida, y no es la excepción esta enseñanza,
por lo tanto, a continuación, propondremos lo que se ha opinado en contra de lo ya
expuesto.
Las opiniones contrarias a Pablo VI han sido muchas, por eso se dirigirá la mirada
aquellas opiniones más recientes, por motivos de extensión de este trabajo. Una de las
más recientes objeciones, son del teólogo John Wijngaards 26, que en 2016, con su Instituto
Wijngaards de Investigación Católica, pedía la revaloración de la doctrina propuesta en el
26
Sacerdote católico, el cual renuncio en 1998, por no estar de acuerdo con la prohibición de la ordenación
de mujeres
magisterio de Pablo VI en la Humanae Vitae, afirmando que los argumentos propuestos
no están respaldados por las pruebas pertinentes. Podemos resumir sus puntos de vista
de la siguiente forma:

 Todos los actos sexuales no son fecundos, pues como nos muestra la misma
naturaleza, hay días que son infecundos, y otros que no, por ende, por ley natural
no puede defenderse que todo acto sexual por naturaleza, por finalidad o por
significado sea fecundo, por lo tanto, no es ley natural-divina.
 La afirmación de que los seres humanos no pueden interferir en las leyes
biológicas que regulan la reproducción humana porque han sido establecidas por
Dios, está en contradicción con la evidencia observable del hombre que interactúa
con el orden creado, cuando toma un medicamento, o trabaja por la mejoría de la
alimentación.
 Es contradictorio afirmar que todo acto sexual que no tenga como fin procrear es
malo, y después afirmar que el método natural que tiene la misma finalidad de no
ser procreador sea bueno, es decir, la intención de ambos métodos es el mismo.
 Frente al principio de autoridad, hace notar que este documento no es infalible,
(aunque en algunos ambientes se haya entendido como tal) ya que para que una
doctrina sea infalible “debe ser revelada o requerida para la defensa o explicación
de la verdad revelada (…) si no lo es, entonces no puede definirse infaliblemente. La
enseñanza de que usar anticonceptivos “artificiales” es un mal intrínseco siempre y
en todas partes no se revela, ni se ha demostrado que sea esencial para la verdad
de la revelación cristiana. En consecuencia, no puede convertirse en objeto de una
definición infalible.”27 Esto da como resultado que apelar a una tradición existente,
no puede resolver la cuestión, además le agrega que este asunto es “ley moral
natural” ante la cual la revelación no ilumina, sino que es la razón la que lo hace.
 Afirma que la relación sexual no tiene solo como objetivo el procreativo, sino
también el amor de la pareja, la celebración, la comodidad.
 Se deben evitar los métodos abortivos, a menos que exista una razón
proporcionada para hacerlo.
Otras objeciones que se presentan son:

 El hombre tiene dominio sobre su cuerpo y “las leyes biológicas no deberían

identificarse con la moralidad”28, el hombre es más, que su biología, y por medio
de su razón puede apreciar la importancia de valores que se relacionan con todo
su ser y no solo con su cuerpo.
 La procreación debe tener en cuenta el bien de toda la familia, los padres, los hijos,
la sociedad, por ende, el hombre puede interferir en ella, por el bienestar de la

27
https://www.wijngaardsinstitute.com/declaracion-de-etica-del-anticoncepcion/ parágrafo 6.3
28
Bioética principios fundamentales, pág. 50.
 persona misma, y esto lo hace porque es un ser racional, y no sujeto solo a sus
instintos, como los animales que se unen solo para procrear.
 Que todo acto sexual por naturaleza no es procreativo, lo notamos en que “la
misma naturaleza biológica de la sexualidad humana separa los aspectos unitivo y
procreativo del acto conyugal”29 en el ciclo del ritmo, a partir de esto, si basamos
nuestra moralidad solo en lo biológico, la finalidad de la vida sexual parece más
como acto en miras al amor que a la procreación, ya que cada vez que aumenta la
edad, la fecundidad se va disminuyendo, hasta que aproximadamente la vida
sexual se acabe a los 66 años de edad.
Recogiendo las objeciones anteriores, (de Wijngaards y de otros textos) Wijngaards
concluye que no hay fundamentos para la prohibición de todo método anticonceptivo, ni
bíblico, ni de la naturaleza, y la enseñanza según la cual todos y cada uno de los actos
sexuales tienen un significado y una finalidad procreativos, y que, en consecuencia, el uso
de anticonceptivos “artificiales” con el propósito de la planificación familiar siempre es
mala o “intrínsecamente mala” puede ser reformada, además de que el uso de los
anticonceptivos puede ser una decisión ética, responsable e incluso podría decirse que en
ocasiones, es una obligación ética.
Luego de leer las dos posiciones opuestas sobre el tema de los anticonceptivos, se
hace necesario aclarar sobre la eficacia de estos métodos, y sobre lo que se entiende
sobre la ley natural, pues ocupan un papel importante en la discusión.
Cuando hablamos de la eficacia de los métodos anticonceptivos, hay que
mencionar que el método que propone la Iglesia, según estudios su fiabilidad es menos
del 30% lo que significa que hay un alta probabilidad de embarazo, además de que
necesita un amplio conocimiento del cuerpo y acompañamiento médico (no todas las
parejas puedes acceder, por cuestiones económicas) , y se le agrega que los medios que
ayudan a inspeccionar el metabolismo de la mujer varían, recordando que el sistema
humano cambia constantemente, dando como resultado que sea objetivamente difícil, de
marcar bien los días fértiles e infértiles, lo que origina que este método “sea considerado
como uno de los menos eficaces (…) En general, unas 24 de cada 100 mujeres que utilizan
métodos naturales de planificación familiar como método anticonceptivo quedan
embarazadas el primer año (…)y no protege contra las infecciones de trasmisión sexual.” 30
En contraposición con los métodos artificiales que “Su eficacia esta entre el 80% y el
90%.”31
El otro punto a agregar es la concepción que se tiene de la ley natural, y su
influencia en la moralidad. Hay dos propuestas para entender la ley moral natural, la neo-

29
Bioética principios fundamentales, pág. 48.
30
https://www.mayoclinic.org/es-es/tests-procedures/rhythm-method/about/pac-20390918#:~:text=En
%20general%2C%20unas%2024%20de,las%20infecciones%20de%20trasmisi%C3%B3n%20sexual.
31
Bioética fundamental, pag.75.
escolástica, y la de Santo Tomas de Aquino, (ambas están de acuerdo que la naturaleza
humana es el criterio de la moralidad, pero difieren en la interpretación de esta naturaleza
con referencia a la sexualidad) la primera afirma que, la ley natural es creada por Dios
anteriormente al hombre, y que la interferencia de este, está prohibida; la defendida por
el Aquinate afirma que, en el entendimiento del ser humano se presenta la ley natural, es
decir, en su razón ve su naturaleza y su fin, y gracias a que la ley natural, Dios se la ha
presentado en su entendimiento, él puede valorar su vida, y dar un orden racional a
valores en conflicto, es gracias a esto que “los valores de la persona y familia que miran a
la totalidad de la naturaleza singular del hombre, se tienen por superiores a las leyes
biológicas de la sexualidad, que contemplan tan solo una parte de la naturaleza del
hombre”.32 con esto se da a entender que el hombre no está esclavo a las leyes biológicas
de la procreación, sino que a partir de su razón puede discernir sobre la situación que se le
presenta.
Traje a colación estos dos temas, porque en el primero podemos ver un vacío en la
enseñanza de la Iglesia, pues ha formulado su exposición sin tener en cuenta la realidad
biológica (el metabolismo vive en constante cambio), y la realidad sociocultural que
muchos cristianos viven, en donde a duras penas pueden acceder a servicios médicos
básicos, mucho menos van a poder acceder a un servicio médico que les ayude a conocer
los días fértiles e infértiles de su matrimonio. Lo segundo lo traje a colación, porque
siempre caemos en tildar de revolucionarios, herejes, liberales, a argumentos que se
contraponen a la enseñanza ortodoxa, pero en este caso, ambas opiniones, nacen dentro
de la Iglesia, y se fundamentan en la teología de la Iglesia.
Después de la exposición leída, veamos la posición mediadora que busca recoger
de ambas opiniones lo que es conforme a la fe, y a la realidad, sin caer en dogmatismos
esclavizantes, y sin perder el sentido cristiano de nuestras vidas.
El autor Niceto Blázquez, sacerdote dominico, muerto el 3 de agosto del 2022, en
su libro Bioética, la nueva ciencia de la vida, se cuestiona sobra la practicidad de la
enseñanza de la Iglesia respecto a la prohibición del mal menor, afirmando que: “Eso de
que no se puede invocar el principio del mal menor para el tratamiento moral de la
regulación de la natalidad es muy discutible” 33 pues aunque trampear la fecundidad es un
“mal moral”, sin embargo frente a un embarazo muchas veces se vuelve en un bien moral
que no se puede despreciar, ya sea por la situación económica de la familia, el bien del
niño, e incluso el bien de los padres, un ejemplo es que una pareja de esposos que sepan
que en sus genes hay una enfermedad hereditaria, que puede traerle un problema físico a
su hijo, por responsabilidad con el niño deben abstenerse que su relación sexual sea
procreativa.

32
Bioética, principales problemas, pág. 49.
33
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 261.
 También opina Niceto que el ideal que la Humanae Vitae presenta para todos los
matrimonios, en realidad no se realiza en cada acto humano, sino que es pretender
obligar al hombre a ser un héroe en cada momento y eso es imposible. El heroísmo moral
al que se pretende, es relativo porque depende de las circunstancias, porque una familia
puede ver como bendición una muchedumbre de hijos, pero otra puede verlo como una
calamidad, además de que a lo anterior se le suma que la crianza de un hijo en
determinadas circunstancias puede resultar más problemático que criar media docena, un
ejemplo es criar a un hijo que no se puede valer por sí mismo por cuestiones físicas o
mentales.
El matrimonio tiene su mística pero no elimina la razón, expone nuestro autor, por
ende expone lo siguiente: “que el acto humano sea objetiva e intrínsecamente malo no
significa que la gravedad moral del mismo sea necesariamente intolerable” 34 por ejemplo
todos sabemos que mentir es objetiva e intrínsecamente malo, pero hay mentiras
insoportables y otras que son cotidianas e insignificantes, y si lo hacemos no significa que
seamos perversos, aterrizando esto a nuestro tema de exposición, “los esposos se
encuentran a veces en situaciones en las que la intimidad sexual sin derivaciones
procreativas es más razonable que un nuevo embarazo inoportuno o altamente
arriesgado”35 y aunque sepan que su vida matrimonial esta llamada a la vida, se abstienen
de ello por justos motivos, no significa que sean un matrimonio “anti vida, anti amor y
anticristiano”, sino que ejercen la procreación responsable, que “no es tener hijos por
tener”, por lo tanto, puede pensarse en la paternidad responsable como compatible con
el uso prudente y razonable de anticonceptivos, como una forma de ser responsables
consigo mismos, y con su prole.
Estos planteamientos dice Niceto, no son abstracciones o ideales fuera de
contexto, antes bien, esta convicción que él defiende, se basa en la experiencia pastoral y
en el realismo de la vida, y en los principios de Santo Tomas de la “razón práctica” 36, que
son asumidos por el magisterio pastoral de la Iglesia, en donde el hombre con su razón,
tomando una ley universal, la aplica a su situación particular de la forma conveniente. La
Humanae Vitae expone Blázquez, nos expone el principio objetivo, y expone el rechazo de
los métodos anticonceptivos, pero reconoce que su práctica no es la misma en todos los
matrimonios; pues aunque todos saben que el ideal no es acudir a estos medios, por
situaciones se hace necesario recurrir a ellos ya que “pueden darse situaciones concretas
en las que sea conveniente que los esposos mantengan relaciones sexuales unitivas
evitando la procreación, siempre y cuando no se incurra en la actitud o mentalidad de
rechazo de la vida, o se busquen falsas excusas para evadir las responsabilidades

34
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 262.
35
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 263.
36
Hay razones universales (ley natural), y todos la conocemos, pero esta la razón práctica en la que la ley
universal depende de cada caso, ejemplo es deber decir la verdad en todo caso, pero si esta es perjudicial
para otra persona inocente, es necesario ocultarla.
ineludibles del matrimonio”37 Pablo VI, asume este principio de la anticoncepción con el
método natural frente a situaciones que se podrían presentar en los matrimonios
cristianos, pero nunca a los artificiales, y es acá donde entra la problemática.
La posición anterior de la Iglesia, objetivamente no resuelven las situaciones
conflictivas de la vida matrimonial, (como exponíamos unos párrafos atrás), frente a ello,
la Iglesia “habrá que aceptar razonable y humildemente la ayuda e incluso de algunos
métodos contraceptivos artificiales”38 en la vida matrimonial, esto no significa que todo
método sea válido, sino que deben salvaguardarse principios que exponía la encíclica,
como el rechazo total al aborto, pues es “matar deliberadamente al hijo en el seno de su
madre”39, se incluye aquí el rechazo a métodos anticonceptivos abortivos que frenen el
desarrollo del ovulo ya fecundado, y cualquier método que sea esterilizante “pues una
vergonzosa castración”, en síntesis el aborto y la esterilización, que eran los métodos que
se exponían en el contexto de la encíclica, son métodos que por sí mismos son falsos
objetivamente y una inmoralidad inaceptables, “siendo solo racionablemente tolerables
los métodos propiamente anticonceptivos que tienden a impedir la unión del ovulo con el
espermatozoide”40 pero nunca tolerables “los dispositivos intrauterinos, el ligamento de
trompas o los productos químicos anovulatorios.”41
Usar los métodos anticonceptivos “tolerables” que no son abortivos, no significa
irresponsabilidad y desenfreno sexual, sino que deben usarse con prudencia cuando haya
conflicto entre la conveniencia de mantener una relación sexual unitiva y la
inconveniencia obvia de un embarazo.
Lo anterior, necesita madurez cristiana, tanto de los matrimonios, como de la
misma Iglesia, pues esta posición expone Niceto, deja abierta la puerta al heroísmo a los
que lo desean, sin necesidad de que la jerarquía lo imponga a sus fieles. A esto se le
agrega también lo filosófico, pues en “ética lo defectuoso no es intolerable”, se le suma la
educación anticonceptiva, para saber cuáles métodos son abortivos, y así rechazarlos;
además expone nuestro autor que al sacerdote, no le toca recomendar ningún método,
sino tolerarlos, y aconsejar lo mejor y ayudar a los matrimonios a sanear la conciencia de
quienes lo desean, uniendo comprensión cristiana con la debilidad humana, pues “el
agente pastoral debe instruir con objetividad, comprender las debilidades humanas,
respetar la buena fe de los demás y perdonar amorosamente como Cristo enseño.” 42
Después de esta exposición de las tres posiciones frente al tema, la de la Iglesia, la
de los que van a favor de los métodos anticonceptivos, y la posición “mediadora” de
37
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 264.
38
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 266.
39
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 265.
40
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 266.
41
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 266.

42
Bioética, la nueva ciencia de la vida, pág. 267.
Niceto, puede verse claramente que la última opción es la más acertada, y esto puede
concluirse porque la posición de la Humanae Vitae, fue defensiva, pues todos estos
métodos, se veían como un ataque directo a la autoridad de la Iglesia, además hay que
hacer notar como exponían los autores, que la forma de pensar ha cambiado, ya tener
hijos en gran cantidad, no es visto como una bendición sino como una irresponsabilidad
de parte de los padres, teniendo en cuenta muchas veces lo difícil no solo del
sostenimiento, sino también de la crianza; otro aspecto es que la encíclica está pensada
para un mundo europeo, donde hay facilidad de servicios médicos, de estabilidad
material, no como en otros continentes como América, en donde acudir a un doctor para
cuadrar lo del método natural, sería complicado, además de que su efectividad es baja;
además lo que expone Pablo VI, como resultado de los métodos anticonceptivos, como la
infidelidad, los divorcios, la degradación moral, la pérdida del respeto a la mujer, en sí no
es resultado de los métodos anticonceptivos, sino que es la respuesta a un mundo que se
ha descristianizado; asimismo habría que hacer mención de que la Humanae vitae como
exponía Niceto, es idealista, muy aparte de la realidad de los matrimonios cristianos, ya
que los que exponen esta enseñanza, son célibes, no han experimentado una vida
matrimonial, por ende su panorama es limitado, y no tienen las capacidades suficientes
para dar una respuesta real, que ilumine en realidad lo que viven los esposos, pues es lo
mismo que sucede cuando se afirma que las parejas cristianas o el mundo no entiende el
celibato, pues de igual manera los sacerdotes de la Iglesia no comprenden la vida marital,
porque no conocen el terreno del que hablan.
Frente a la posición de los que defienden los métodos anticonceptivos, me viene a
la memoria la frase de San Pablo “no sigan la corriente del mundo en que vivimos”43 y esto
es en lo que puede caer esta posición, ya que aceptan cualquier método, incluso sea
abortivo, olvidando así el mensaje esencial del cristianismo, otro punto en contra es que
reducen la revelación a la Escritura, olvidando que el magisterio como la tradición,
también son fuente de ella, aunque por supuesto en este tema debe reflexionarse; sin
embargo hay que resaltar en esta posición, el llamado a la Iglesia, para que de una
enseñanza más humana, y que sus postulados no sean idealistas, sino que vean la
realidad, que no se cierre en su visión, sino que cada día reflexione, para que la vida de los
hombres sea iluminada realmente por Cristo, por la esencia cristiana que libera, y no por
la norma que esclaviza.
Frente a lo anterior, la posición mediadora de Niceto, es la más satisfactoria, ya
que como dije antes, es una enseñanza a partir de la realidad, que no califica a la otra de
retrograda o de heterodoxa, sino que ve lo bueno en ambas, sin perder los valores
cristianos, pero tampoco en caer en abstracciones inútiles que no dicen nada al hombre, o
que le son imposibles cumplirlas, y de este modo reconoce el cambio de mentalidad, y por
supuesto da un sentido más satisfactorio al término de “paternidad responsable”, de ese
modo igual que en la parábola del vino nuevo y los odres viejos, Niceto propone una
43
Romanos 12, 2.
enseñanza nueva de la Iglesia, que sin perder su tradición y mensaje cristiano, ilumine
satisfactoriamente a la humanidad de nuestra época, que le dé sentido al odre nuevo que
es el hombre de hoy, con el vino de Cristo que es siempre nuevo y liberador, y no que con
enseñanzas antiguas, haga incomprensible el evangelio, o aleje más a las personas de
Dios.
Para concluir este trabajo de investigación, sobre los métodos anticonceptivos, es
iluminadora la enseñanza de Jesús, que hace sobre el hombre que quiere construir una
torre, o del rey que quiere salir a hacerle frente a un oponente que trae 20.000 soldados,
con 10.000 hombres, pues enseña que en ambos casos deben prever, si tiene para
terminar la torre, o hacerle frente al enemigo, del mismo modo pasa en los matrimonios
que están llamados a la vida, a mostrar el amor de Dios, y de Cristo hacia su Iglesia, deben
prever si pueden sostener sus familias, si pueden educarlos de la manera que la Iglesia
enseña, si van a acompañarlos, porque obviamente el matrimonio cristiano está llamado
a ser fecundo, porque Dios es vida, pero también debe imitar a Dios que se responsabiliza
de su creación, y esta responsabilidad no solo es aceptar las consecuencias del acto
sexual, sino que se encamina más a reflexionar si tienen los medios necesarios para
sostener más hijos y si van a darles una vida digna, para que así muestren al Dios que
ama, pero también al Dios que no hace apuestas, ni improvisa con el hombre.

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