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NUESTRO TIEMPO
Cuando me planteo que tipos de libros estoy leyendo y hago en mi mente un recorrido de las
últimas semanas, llego a la conclusión de que mis lecturas son en su gran mayoría académicas; pero
debo confesar que tengo un momento del día dedicado exclusivamente a mi hija en donde
compartimos cuentos infantiles. Nos gusta mucho leer una colección de cuentos cortos que
tenemos en casa de Stamponi, Florencia, “¿Donde esta? ¡Acá está!”, “1, 2, 3…”, “Animales a jugar”,
“Dinosaurios en colores”, también leemos mucho sobre una colección “Carrusel de cuentos cortos
una vuelta más”, en la versión de Alba, Antonella y Andreone, Aidé, con títulos reconocidos como:
“Jack y las habichuelas mágicas”, “Pulgarcito”, “Pequeños piratas”, entre otros; en muchas ocasiones
estos libros impresos gracias a sus imágenes, nos lleva a imaginar lo que irá sucediendo. Guadalupe,
mi hija, disfruta este momento tanto como yo.
Mis horarios de lectura son imprecisos porque no cuento con mucho tiempo horario entre
las dos carreras universitarias que estoy cursando, sumado a esto el trabajo profesional que
realizo de estilista y la hermosa tarea de ser madre. Sin em
bargo busco los momentos para poder realizar la lectura. Estos son durante los viajes en
transporte público y también en alguna oportunidad de receso de mis actividades.
Hay un tiempo que no entra en estos parámetros y es el momento madre-hija, nuestra
lectura, nuestro espacio, nuestro momento, es ahí donde el reloj se detiene y somos
nosotros tres, Guadalupe, el libro y yo.