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Nehemías 1
Contexto histórico
Entre los años 607-586 los judíos fueron exiliados de su tierra y llevados cautivos al imperio de
Babilonia bajo el reinado de Nabucodonosor (Daniel).
Como se profetizó en las Escrituras, al pueblo judío se le permitiría regresar 70 años después
del cautiverio, uno de esos profetas fue Jeremías, quien fue testigo del último exilio y de la
destrucción total del templo y de las casas en Jerusalén. Esto bajo el rey de Judá, Sedequías,
quien alentado por profetas falsos, se rebeló contra Nabucodonosor y terminó siendo testigo
de la muerte de sus hijos y después le sacaron los ojos.
Setenta años después se cumplió el primer regreso de judíos a Jerusalén bajo el mando del Rey
Ciro de Persia quien autorizó a los judíos regresar a Jerusalén y reconstruir la ciudad y el
templo.
Este primer grupo lo dirige Esdras y ocurre un gran avivamiento entre los judíos, quienes
aprendieron su lección de no inclinarse a otros dioses y se consagraron a Dios.
Así como el exilio se llevó en tres partes, el regreso a su tierra se hizo en tres partes también.
Nehemías lidera el tercer grupo de judíos y su misión es reconstruir las murallas (ya el templo y
las casas están reconstruidas pero el peligro es inminente al no tener las murallas levantadas).
Estas son las memorias de Nehemías, hijo de Hacalías. A fines del otoño, en el mes de quisleu,
del año veinte del reinado del rey Artajerjes, me encontraba en la fortaleza de Susa. Hananí, uno
de mis hermanos, vino a visitarme con algunos hombres que acababan de llegar de Judá. Les
pregunté por los judíos que habían regresado del cautiverio y sobre la situación en Jerusalén. Me
dijeron: «Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes
dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron
consumidas por el fuego». Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días
estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo, Nehemías 1:1-4 (NTV)
Al principio Nehemías se quedó quieto, expresando su tristeza ante el Señor. Estaba
preocupado por causa de la gran necesidad que existía y porque sabía que podía afectar
negativamente a la gloria de Dios. Esto lo motivó a buscar un remedio (1:4a), pero antes de
hacer cualquier otra cosa, llevó su problema al Señor, le abrió su corazón y lo presentó todo
ante él. No podía ignorar la situación de su pueblo, debía intentar hacer algo para cambiar su
condición; por eso elevó sus oraciones y pidió ser utilizado.
“y dije: «Oh SEÑOR, Dios del cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor
inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos.” Nehemías 1:5 (NTV)
Su adoración
Después del prolongado tiempo pasado en silencio en presencia de Dios, Nehemías se dirigió a
Él y lo alabó; lo adoró por su fidelidad para con su pueblo. Reconoció que es fuerte y temible,
fiel y todo amor. Confiado en todo ello, y en su grandeza, Nehemías elevó su petición.
“¡Escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que
hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Hemos pecado
terriblemente al no haber obedecido los mandatos, los decretos y las ordenanzas que nos diste
por medio de tu siervo Moisés.” Nehemías 1:6-7 (NTV)
Su confesión
La consideración de la fidelidad de Dios nuevamente puso de manifiesto la infidelidad y
rebelión del pueblo. Por eso, Nehemías confesó su pecado y desobediencia y se identificó con
el pueblo y su fracaso. No trató de justificar su participación como miembro de él, ni de culpar a
los demás. Reconoce su parte de culpabilidad diciendo “Yo … he pecado”.
»Te suplico que recuerdes lo que le dijiste a tu siervo Moisés: “Si me son infieles los dispersaré
entre las naciones; pero si vuelven a mí y obedecen mis mandatos y viven conforme a ellos,
entonces aunque se encuentren desterrados en los extremos más lejanos de la tierra, yo los
volveré a traer al lugar que elegí para que mi nombre sea honrado”. »El pueblo que rescataste
con tu gran poder y mano fuerte es tu siervo. ¡Oh Señor, te suplico que oigas mi oración!
Escucha las oraciones de aquellos quienes nos deleitamos en darte honra. Te suplico que hoy me
concedas éxito y hagas que el rey me dé su favor Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso
conmigo». Nehemías 1:8-11 (NTV)
¿Qué tiene este relato que ver con nosotros? Todo esto se refiere a Israel y aunque vale la pena
conocer el plan de Dios para ellos y como lo llevó a cabo, ¿cómo nos afecta a nosotros hoy?
En resumen, se nota que Nehemías mantuvo un equilibrio sano entre las tres cualidades que
debe tener un líder espiritual:
Para orar:
Jesús, necesito de tu sabiduría para ser alguien sensible a las situaciones
desafiantes que otros están viviendo. Perdóname por las veces que me
enfoco tanto en mí y no tengo en cuenta las necesidades de otros. Gracias
por enseñarme a cómo orar por mi prójimo. En el nombre de Jesús. Amén.
Para hacer:
Tómate un tiempo para pensar y orar:
• ¿Tengo carga por alguna necesidad en mi familia, comunidad,
nación?
• ¿De qué manera he orado, intercedido por ello?
• Al estudiar este pasaje, ¿habrá algo que Dios quiere mostrarme en
cuanto a cómo orar?
• Tómate un tiempo para hablar e interceder ante Dios por
necesidades de otros.
SESIÓN 2: SIGUIENDO UN PLAN DE ACCIÓN
Nehemías 2
En el capítulo 1 de Nehemías, vemos que recibe malas noticias de los judíos que están en
Jerusalén. Nehemías 1:3 NTV dice “Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia
de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada,
y las puertas fueron consumidas por el fuego”.
Esas noticias le trajeron mucho dolor a Nehemías. La Biblia dice que oró, ayunó, y clamó a Dios
por el pueblo de Israel, que estaba sufriendo en muchas partes del mundo.
Al final del capítulo, Nehemías le pide al Señor, que le dé favor con el Rey y ahí es, cuando
comienza este capítulo.
“me preguntó:—¿Por qué te ves tan triste? No me parece que estés enfermo; debes estar
profundamente angustiado.Entonces quedé aterrado.” Nehemías 2:2 (NTV)
• ¿Por qué estás triste? – era una falta de respeto estar ante el rey de manera triste o de
luto (Ester 4:2)
• “Quedé aterrado”- Su vida podría peligrar o su misión de encontrar favor con el rey
“pero le contesté:—Viva el rey para siempre. ¿Cómo no voy a estar triste cuando la ciudad
donde están enterrados mis antepasados está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por
el fuego?” Nehemías 2:3 (NTV)
• “Viva el rey para siempre”- manera de respetuosamente contestar pero de regresar a
una posición de favor.
• Cuidad de mis antepasados- “En ese momento no mencionó el nombre de la nación a la
que pertenecía. Parece que conocía bien la mentalidad del rey pagano porque en vez de
hacerlo, apela a la reverencia que se debe dar a los antepasados 1
“El rey preguntó:—Bueno, ¿cómo te puedo ayudar? Después de orar al Dios del cielo.”
Nehemías 2:4 (NTV)
• ¿Cómo te puedo ayudar?- Respuesta clara del favor del rey sobre Nehemias
pero mas importante la respuesta de Dios a su oración en el capitulo anterios
(Neh 1:11) …Te suplico que hoy me concedas éxito y hagas que el rey me dé su
favor. Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso conmigo».
• “después de orar”
“contesté:—Si al rey le agrada, y si está contento conmigo, su servidor, envíeme a Judá para
reconstruir la ciudad donde están enterrados mis antepasados.” Nehemías 2:5 (NTV)
• Contesté- sabía lo que debía pedir y estaba preparado para hacerlo. Cuando Dios
abrió la puerta, temblando presentó su solicitud. 2
Para que el rey le preguntare ¿cuánto tiempo vas estar afuera? es porque el rey ya lo tenía
pensado, o porque Nehemías era bueno en su trabajo como copero, y confiaban mucho en él.
El rey fácilmente podría haberle dicho que no, especialmente cuando Nehemías quería
fortalecer las murallas de una ciudad extranjera.
Pero podemos ver el favor de Dios sobre Nehemías. Encontramos después en el capítulo de 5,
que le llevó 12 años.
1
Porter, R. (1991). Estudios Bı́blicos ELA: Edificando para Dios (Nehemı́as) (pp. 22–28). Puebla, Pue., México:
Ediciones Las Américas, A. C.
2
Poter, R.
“Además le dije al rey: Si al rey le agrada, permítame llevar cartas dirigidas a los gobernadores
de la provincia al occidente del río Éufrates, indicándoles que me permitan viajar sin peligro por
sus territorios de camino a Judá. Además, le ruego que me dé una carta dirigida a Asaf, el
encargado del bosque del rey, con instrucciones de suministrarme madera. La necesitaré para
hacer vigas para las puertas de la fortaleza del templo, para las murallas de la ciudad y para mi
propia casa. Entonces el rey me concedió estas peticiones porque la bondadosa mano de Dios
estaba sobre mí.” Nehemías 2:7-8 (NTV)
Vemos en el capítulo 1 y 2, que antes que Dios le diera favor con el rey, o contestar cualquier
petición, Nehemías se había preparado.
Tenía pasión y dolor por el pueblo de Israel. Estudió lo que el iba necesitar Para que cuando
fuese el tiempo de Dios, él ya estaba listo.
Nehemías, sabía que no iba ser fácil pasar por territorios de los enemigos. Tuvo un plan .
“Cuando llegué ante los gobernadores de la provincia al occidente del río Éufrates, les entregué
las cartas del rey. Debo agregar que el rey mandó oficiales del ejército y jinetes para
protegerme.” Nehemías 2:9 (NTV)
Sólo Dios, puede tocar todos los corazones. Sólo Dios, puede hacer cosas que se ven imposibles,
pero no lo son para Él. Muchas personas no lo ven como una bendición. Otros se molestan
como Sanbalat.
3
Porter, R.
4. Nehemías habla con líderes (Nehemías 2:16-20)
“Los funcionarios de la ciudad no supieron de mi salida ni de lo que hice, porque aún no le había
dicho nada a nadie sobre mis planes. Todavía no había hablado con los líderes judíos: los
sacerdotes, los nobles, los funcionarios, ni con ningún otro en la administración.”
Nehemías 2:16 (NTV)
¿Por qué no dijo nada Nehemías a nadie? ¿Por qué fue importante que lo dijera?
Las personas no lo conocían. No había nacido en Jerusalén. Si hubiera mandado una carta
diciendo que iba a llegar a construir las murallas. Muchos hubieran dicho “¿Quién es este
hombre? ¿Quién lo manda?”
“pero ahora les dije: Ustedes saben muy bien las dificultades en que estamos. Jerusalén yace en
ruinas y sus puertas fueron destruidas por fuego. ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y
pongamos fin a esta desgracia! Después les conté cómo la bondadosa mano de Dios estaba
sobre mí, y acerca de mi conversación con el rey. De inmediato contestaron: ¡Sí, reconstruyamos
la muralla! Así que comenzaron la buena obra.” Nehemías 2:17-18 (NTV)
Por un lado estaban animados y felices con la reconstrucción de la muralla y por el otro lado, el
diablo y los enemigos van a hacer todo lo posible para parar la reconstrucción y a hacer la vida
imposible para Nehemías.
“Sin embargo, cuando Sanbalat, Tobías y Gesem el árabe se enteraron de nuestro plan, se
burlaron con desprecio. ¿Qué están haciendo? preguntaron. ¿Se rebelan contra el rey?”
Nehemías 2:19 (NTV)
“Yo contesté: El Dios del cielo nos ayudará a tener éxito. Nosotros, sus siervos, comenzaremos a
reconstruir esta muralla; pero ustedes no tienen ninguna parte ni derecho legal o reclamo
histórico en Jerusalén.” Nehemías 2:20 (NTV)
En otras palabras, ustedes no son nadie, y Dios nos va a dar la victoria. La muralla sí se va a
reconstruir.
SESIÓN 2: SIGUIENDO UN PLAN DE ACCIÓN
Preguntas para dialogar
En Nehemías 2:17-18 encontramos a Nehemías dando ánimo para iniciar la
reconstrucción de la muralla de Jerusalén: “pero ahora les dije: Ustedes saben muy
bien las dificultades en que estamos. Jerusalén yace en ruinas y sus puertas fueron
destruidas por fuego. ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y pongamos fin a esta
desgracia!18 Después les conté cómo la bondadosa mano de Dios estaba sobre mí, y
acerca de mi conversación con el rey. De inmediato contestaron: ¡Sí, reconstruyamos la
muralla! Así que comenzaron la buena obra”.
• ¿De qué manera los animó?
Para orar:
Jesús, sé que con mis palabras, actitudes, acciones, puedo inspirar y ser de
ánimo para otros. Quiero ser el tipo de persona que anima, en vez de
desalentar, que inspira, en lugar de criticar, que aporta, en lugar de sacar
provecho. En el nombre de Jesús. Amén.
Para hacer:
¿A quién puedo animar hoy? Tómate un tiempo hablar por teléfono, o bien,
enviar un mensaje, escribir una nota, u alguna otra manera en que puedas
inspirar a alguien hoy.
SESIÓN 3: ORGANIZANDO PARA EDIFICAR
Nehemías 3
Una gran tarea no es trabajo de un solo hombre. Somos el cuerpo de Cristo y cada uno es
necesario. Nehemías 3, se dedica a presentar la división de responsabilidades entre los
diferentes grupos del pueblo.
Se menciona en este pasaje, una lista de nombres y lugares. Podemos aprender mucho al
estudiar entre líneas, lo que se dice acerca de la organización del proyecto.
Aunque es fácil perderse en los muchos detalles que da el capítulo, se puede apreciar el
resultado de la inspección nocturna y de la planificación cuidadosa hecha previamente por
Nehemías.
Todos somos administradores de nuestra vida o familia, de una iglesia o de algún trabajo. Por
esto lo que vemos hoy se aplica a diferentes áreas en nuestras vidas. ¡Hay sabiduría para
aplicarla!
1. El principio de la organización
La grandeza y complejidad de la tarea exigía mucha organización. Era importante que cada
persona entendiera su responsabilidad y la realizara fielmente. Observe la repetición de las
frases: “Junto a ellos”, “después de ellos”, “tras ellos”, y otras frases semejantes a través del
relato. Cada uno tenía su lugar, trabajando hombro con hombro con sus vecinos.
2. El principio de la delegación
Nehemías se dio cuenta que, para alcanzar la meta de reconstruir la ciudad, todos tendrían que
participar. Por eso, el líder asignó distintos equipos de personas a cada parte del proyecto.
Logró involucrar a todo el pueblo, desde los más pequeños hasta los más grandes, hombres y
mujeres. Todos tenían su trabajo, asignado conforme a las capacidades de cada uno.
Este capítulo da una lista de las familias completas que colaboraron en la reconstrucción de los
muros de Jerusalén. Nehemías supo delegar responsabilidades y todos trabajaron de alguna
manera en el proyecto. De este ejemplo podemos observar que la obra de Dios es de
cooperación; sólo así se obtienen buenos resultados. No es de uno solo, no es de una estrella.
No se trata de llaneros solitarios, no súper héroes. Porque en el cuerpo de Cristo cada uno
cumple una parte importante.
Observamos en este pasaje que el Señor utilizó gente de diversos oficios y de todas las clases
sociales; algunos tenían grandes talentos, otros, dones administrativos, y unos sólo contaban
con buena disposición de trabajar. Sin embargo, todos, hombres y mujeres de todas las edades,
estuvieron dispuestos a cumplir con su tarea y aun a sacrificar sus propios intereses por el bien
común. Las familias completas trabajaron unidas.
Nehemías 3:12 NVI: “Salún hijo de Halojés, que era gobernador de la otra mitad del distrito de
Jerusalén, reconstruyó el siguiente tramo con la ayuda de sus hijas.”
En especial la obra de Dios, requiere gente comprometida. Algunos tenían que laborar por sí
solos o en lugares solitarios; otros tenían trabajos muy difíciles y algunos trabajos más fáciles.
No obstante, todos tuvieron que comprometerse a pagar el precio que les pudiera costar para
terminar el trabajo que se les había encomendado.
Con demasiada frecuencia la obra de Dios se parece a un estadio de fútbol soccer en que
50,000 espectadores necesitados de ejercicio se la pasan observando a once jugadores que
tienen necesidad de descansar. Pero esto no debe ser así; todos debemos participar en ella.
• Si eres líder, delega, reproduce líderes. Apóyalos y dales tareas.
• ¿Quieres hacer todo solo?
• ¿Qué trabajo está realizando su iglesia en el que usted está colaborando?
• ¿Está comprometido para ayudar en él?
• ¿Qué más puede o debe hacer?
• ¿Hasta que punto esta involucrado en el ministerio de su congregación,
utilizando sus dones espirituales, capacidades y recursos personales?
Te animamos a no ver lo que haces para Dios como algo insignificante. Eres especial, se fiel. En
lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré.
3. El principio de la coordinación
Un factor esencial de la reconstrucción del muro fue la coordinación de los distintos aspectos
del trabajo de tal manera que todas las piezas se unieran bien para formar la obra completa, no
podían dejar algo olvidado. Cada uno tenía que empezar sus labores precisamente donde el
anterior terminaba.
Parece que la asignación del trabajo fue determinada conforme al lugar donde vivían (3:21, 23,
24, 28–30).
puerta de los Caballos. El siguiente tramo lo reconstruyó Sadoc hijo de Imer, pues quedaba
frente a su propia casa. El sector que sigue lo reparó Semaías hijo de Secanías, guardián de la
puerta oriental. Jananías hijo de Selemías, y Janún, el sexto hijo de Salaf, reconstruyeron otro
tramo. Mesulán hijo de Berequías reconstruyó el siguiente tramo, pues quedaba frente a su
casa.”
Observe la repetición de las frases: “cerca de su casa”, “frente a su casa”, o algo semejante. De
esa manera, cada uno sería motivado a trabajar con mayor interés, porque era más
conveniente para ellos. En caso de un ataque enemigo, estarían cerca para defender su casa y
podrían participar en la obra con mayor facilidad.
Los que vivían fuera de la ciudad también recibieron tareas y colaboraban en las partes más
remotas del muro donde había menos gente. Otra consideración que se tomó en cuenta para
asignar las tareas tenía que ver con el oficio de cada quien.
Aplicación: tenemos que conocer cuales son nuestros dones y ponerlos al servicio del Cuerpo
de Cristo. Los sacerdotes eran responsables de la puerta de las Ovejas, donde los animales
entraban para los sacrificios en el templo y algunos otros lugares claves. Es probable también
que se adjudicaran de acuerdo a los talentos individuales de los que trabajarían en ciertas
zonas.
Nehemías reconocía el trabajo bien hecho de los trabajadores, se interesaba por ellos y los
conocía por nombre. Aunque no aparecen todos, muchos se mencionan específicamente. Es
interesante notar que el líder sabía quién había hecho determinada parte de la obra y no olvidó
agradecer sus logros.
Dios honra a quienes le sirven bien y los líderes no deben dejar pasar desapercibidos y olvidar a
quienes trabajan con ellos. Nehemías alentaba y estimulaba a quienes lo merecían, ya fuera en
lo positivo o en lo negativo (3:5, 20). Se destaca el trabajo fervoroso de Baruc. No nos cuenta en
qué manera se hizo resaltar este obrero notable, pero su entusiasmo especial era evidente y
Nehemías lo señala para todas las generaciones futuras de pueblo de Dios.
1. Cuando usted empieza algún proyecto, ¿lo organiza de tal manera que se haga el
mejor trabajo posible para la gloria de Dios? ¿Lo divide en secciones manejables? ¿Lo
ordena conforme a las prioridades principales? ¿Lo hace por partes hasta haberlo
terminado todo?
2. ¿Está satisfecho con trabajar a solas, sin que nadie más le ayude? O, ¿concede a otros
el privilegio de colaborar con usted y participar en el trabajo de Dios?
3. ¿Planifica los proyectos de tal manera que todos los aspectos sean realizados por
alguien, sin dejar partes incumplidas? ¿Intenta hacerlo lo más conveniente posible
para quienes colaboran?
6. Al considerar estas preguntas prácticas, señale algunas áreas que debe corregir.
¿Dónde está su lugar en el gran “muro”? ¿Qué pasos debe dar para colaborar en la
mejor forma posible para la gloria de Dios?
SESIÓN 3: ORGANIZADO PARA EDIFICAR
Preguntas para dialogar
En Nehemías 3, se dedica a presentar la división de responsabilidades entre los
diferentes grupos del pueblo al reconstruir la muralla. En el versículo 20, resalta
una actitud con la cual se realizaba el proyecto. Nehemías 3:30 (NTV) dice “Junto a él
estaba Baruc, hijo de Zabai, quien reparó con entusiasmo una sección adicional, desde
el ángulo hasta la puerta de la casa de Eliasib, el sumo sacerdote.”
• ¿De qué manera el entusiasmo afecta el proceso y el resultado final en lo
que hacemos?
• ¿Soy una persona entusiasta?
Para orar:
Jesús, enséñame a vivir con sabiduría, a aprovechar al máximo el tiempo
que me regalas. Quiero ser y hacer lo que has planeado para mi, con una
actitud positiva y entusiasta. En el nombre de Jesús. Amén.
Para hacer:
• Piensa: ¿Cuáles son algunos de los proyectos, tareas más
importantes que estoy realizando en este tiempo? ¿Necesito hacer
cambios en mi actitud en alguno de ellos?
SESIÓN 4: ENFRENTANDO EL DESÁNIMO
Nehemías 4
Al iniciar el trabajo en el muro, los obstáculos no se hicieron esperar. Así resulta casi siempre.
Cuando empezamos la obra de Dios, la oposición nunca tarda en llegar. Los primeros problemas
eran externos, introducidos por los vecinos que se oponían al trabajo y que querían frenar el
proyecto de reconstrucción. Cuando observaron el progreso alcanzado, empezaron a poner
tropiezos desde afuera, burlándose y amenazándolos con supuestos ataques violentos para
hacerlos desistir de su empeño.
Nehemías, se vio obligado a trazar un plan para enfrentarse a esta situación y al desánimo que
surgió en medio de los escogidos.
El problema
“Cuando Sanbalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se enojó muchísimo.
Se puso furioso y se burló de los judíos, diciendo ante sus amigos y los oficiales del ejército de
Samaria: «¿Qué cree que está haciendo este pobre y debilucho grupo de judíos? ¿Acaso creen
que pueden construir la muralla en un día por tan solo ofrecer unos cuantos
sacrificios? ¿Realmente creen que pueden hacer algo con piedras rescatadas de un montón de
escombros, y para colmo piedras calcinadas?». Tobías, el amonita, que estaba a su lado,
comentó: «¡Esa muralla se vendría abajo si tan siquiera un zorro caminara sobre ella!».
Nehemías 4:1–3 (NTV)
Los enemigos perpetuos de Israel que se mencionan en este libro pronto regresaron. Sanbalat y
Tobías no estaban conformes con el proyecto de reedificación (2:10). Desde el primer día
empezaron a menospreciar a quienes tenían la intención de realizar esta magna obra para la
gloria de Dios (2:19). Es probable que no creyeran en que iban a avanzar gran cosa, porque
hacía mucho tiempo que habían regresado a la tierra y nada había sucedido. ¿Por qué creer que
esta vez tendrían éxito? No obstante, después de unos días, les llegó la noticia de que el muro
se estaba levantando con rapidez.
Sanbalat estaba furioso. Aunque probablemente no creía que los judíos pudieran terminar su
plan, al ver tanto progreso, empezó a tener sus dudas y no quería arriesgarse. Por eso, hizo
burla de ellos en público con el fin de hacerlos flaquear (4:1–2). Sus palabras indican que no
temía a Dios ni lo tomaba en serio. Convocó una asamblea con el exclusivo fin de hacer mofa de
los esforzados judíos, probablemente de una manera sarcástica para poner de manifiesto su
desprecio. Quería desanimarlos.
Los describió con desdén diciendo:
1. ¡Estos débiles judíos! ¡Jamás podrán completar el trabajo! ¿Harán sacrificios
(Cuestionaron su capacidad) y orarán, pidiendo que Dios lo haga de la noche a la
mañana?
2. ¿Creerán que el Señor les va a conceder un milagro sobrenatural para terminar en un
día? (Cuestionaron su fe y su Dios)
3. ¿Pensarán que pueden hacer algo de valor de ese montón de ruinas?
(Cuestionaron sus recursos)
4. A las palabras de Sanbalat, Tobías añadió que cuando terminaran el muro, éste sería tan
débil que cualquier ataque, por pequeño que fuera, lo haría caer; no serviría para frenar
el avance de los enemigos (4:3). Añadió que hasta una zorra podría derrumbarlo.
(Cuestionaron su trabajo)
La meta de este ataque era traer desánimo, debilitarlos.
Al repasar este texto, concluimos que la única razón lógica que tenían para hablarles así era que
les tenían miedo, al ver la posibilidad de que tal vez lograran su propósito. Sin embargo, los
enemigos cometieron un error grave; pensaban que el muro pertenecía al pueblo de Israel y no
se daban cuenta de que no era así, sino que era del Señor.
El remedio
“Entonces oré: «Escúchanos, Dios nuestro, porque se burlan de nosotros. ¡Que sus burlas
recaigan sobre sus propias cabezas, y que ellos mismos sean llevados cautivos a una tierra
extraña!” Nehemías 4:4 (NTV)
1. Nehemías no respondió al ataque con violencia; hacerlo hubiera sido rebajarse. En lugar
de dar una contestación en público, se apartó a solas a orar . En el pasaje se registra la
oración quieta del siervo de Dios. Tal como Pablo aconseja en Filipenses 4:6–7, no se
sentía ansioso; mediante la oración y súplica, con acción de gracias, dio a conocer sus
peticiones delante del Señor y su corazón fue consolado con la paz del Padre celestial
que sobrepasa todo entendimiento.
2. No sofocó sus sentimientos de ira y frustración ni los ocultó en su corazón, sino que
todo lo presentó delante del Señor.
3. No se dejó desanimar por el desprecio ni lo discutió con nadie. Dios era su único refugio
y le entregó el problema (4:4–5).
La verdad es que nunca tenemos mayor éxito que cuando estamos de rodillas en oración.
Nada logra menos que un debate a gritos con el enemigo. Si queremos alcanzar las metas
que el Altísimo nos ha dado, es mejor cerrar la boca y entregar cualquier oposición en sus
manos para que él se encargue del asunto.
Proverbios 15:28–29 (RVR1960) nos recuerda este mismo principio: “El corazón del justo piensa
para responder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas. Jehová está lejos de los impíos;
pero él oye la oración de los justos”.
Sin duda, una de las reacciones más inútiles que podemos tener cuando nos encontramos bajo
el ataque de nuestros enemigos es tratar de pelear o vengarnos. Nehemías no malgastó su
tiempo en esas trivialidades, sino que las puso en las manos de Dios para que él las manejara.
Dios es dueño de su obra; él puede arreglar los problemas con sus opositores. La oración del
líder no era en el sentido de pedir un castigo fulminante contra ellos; más bien pedía que todo
se hiciera de acuerdo a la voluntad divina.
¡Pensemos!
• ¿Cómo respondemos cuando alguien nos critica o se opone al plan de Dios para nuestra
vida o para la iglesia?
• ¿Qué resultados ha habido?
Al observar lo que hizo Nehemías, ¿qué podríamos cambiar que fuera más adecuado y eficaz
para lograr lo que Dios quiere? ¿Qué debe hacer usted al respecto?
El pueblo de Dios estaba desmoralizado porque había estado trabajando duro, bajo presión y
seguramente estaba cansado. La gente que los rodeaba no reconocía su esfuerzo. Por el
contrario, lo despreciaban. Además, temían por sus vidas, tenían miedo.
Quienes buscan el aplauso de los espectadores, especialmente de los del mundo, tendrán que
esperar un largo rato y se verán frustrados continuamente. Realizar la obra del Señor conforme
a su plan pocas veces obtiene el respeto y reconocimiento de quienes nos rodean.
Sus adversarios profesaban adorar a Jehová, Dios de Israel; se suponía que apreciarían lo que
estaban haciendo. Sin embargo, esta gente que se decía ser religiosa no entendía su entrega ni
tampoco los felicitaba por su deseo de glorificar al Creador.
Actitudes de Nehemías que debemos imitar:
1. Decisión de dejar a los enemigos en las manos de Dios,
2. Decidió seguir adelante, cumpliendo la tarea que se le había asignado (4:6).
“Haciendo caso omiso de sus adversarios, Nehemías se dedicó a cumplir la tarea que Dios le
había encomendado”
De este ejemplo podemos aprender que nuestro deber es hacer lo que Dios nos indica sin
importar cómo responden los demás. Nehemías sabía que tenía que motivar a la gente a
continuar el proyecto y se dedicó a ello enteramente.
Los creyentes estaban dispuestos a trabajar y él muy motivado por la esperanza de cumplir la
visión que Dios le había encomendado. Gracias a esta actitud, todos se dedicaron a la obra con
más ahínco y no dejaron que la oposición les desanimara. Dice el pasaje que trabajaron sin
interrupción hasta que alcanzaron la mitad de la altura requerida. La respuesta entusiasta del
pueblo también animó a Nehemías para seguir adelante. El intento de sus adversarios falló por
la intervención divina y les dio nuevas fuerzas para trabajar y terminar el proyecto porque
sabían que era para la gloria de Dios.
“Mientras tanto, nuestros enemigos decían: «Antes de que se den cuenta de lo que está
pasando, caeremos encima de ellos, los mataremos y detendremos el trabajo».”
Nehemis 4:11 (NTV)
Parece que el número de sus enemigos iba en aumento; otros más se unieron a ellos cuando
observaron que el proyecto continuaba en dirección ascendente. Se sumaron los de Samaria en
el norte, los del pueblo de Amón en el este, los árabes en el sur, y Asdod (Filistea)al occidente,
de tal modo que los rodeaban por doquier.
Cuando la oración de Nehemías fue contestada y los opositores vieron que el desprecio no
había servido para parar la reconstrucción de los muros, se conjuraron para atacar la ciudad y
destruirla (4:7–8). Querían eliminar a los trabajadores.
Diez veces les advirtieron que el enemigo venía para atacarlos. Parece que era una guerra de
nervios. Les dieron a entender que cuando menos lo esperaran, iban a caer sobre ellos por
todos lados. Esta amenaza les dio miedo. Aunque sabían que Dios los había regresado a su
tierra, que había prometido restaurarlos, y que habían visto su mano providente durante la
preparación de los planes para la reconstrucción, tenían temor. El Señor puede utilizar estos
momentos de miedo y desánimo para prepararnos a realizar una obra que lo honre.
El gran predicador inglés Carlos Spurgeon lo describió así: “Antes de conseguir algo grande,
frecuentemente nos asalta algo de depresión … Tal fue mi experiencia al llegar a ser pastor de
la iglesia en Londres … Fue precisamente en aquellos días que Dios levantaba el telón para
revelarme el que sería el ministerio principal de mi vida … Parece que este tipo de depresión
llega a molestarme siempre que él prepara una mayor bendición para mi ministerio”.
¡Pensemos!
• ¿Qué tipo de escombro se encuentra alrededor del proyecto de construcción que Dios
quiere realizar en ti?
• ¿Estás confiando en Él para que lo retire y traiga algo de valor a tu vida?
• ¿Cuándo fue la última vez que te atreviste a intentar algún proyecto imposible de
realizar sin la intervención divina?
• ¿Conoces este tipo de reacción cuando te ves amenazado y hay quien se opone a tus
proyectos?
• ¿Ha experimentado la sensación de que Dios quiere hacer algo a través de usted pero le
ha dado miedo aceptar la encomienda? ¿Cómo debe reaccionar?
• ¿Qué clase de oposición encuentra a lo que el Señor quiere hacer en su vida?
• ¿Qué debe hacer para convertir en realidad la visión de lo que Dios quiere hacer en su
iglesia, su comunidad, su familia, o su vida? ¿Cómo podrá llegar a la victoria y vencer a
los enemigos que se le presenten?
Sin embargo, de ahí en adelante, solo la mitad de los hombres trabajaba mientras que la otra
mitad hacía guardia con lanzas, escudos, arcos y cotas de malla. Los líderes se colocaron detrás
del pueblo de Judá 17 que edificaba la muralla. Los obreros seguían con el trabajo, sosteniendo
con una mano la carga y con la otra un arma. Todos los que construían tenían una espada
asegurada a su costado. El que tocaba la trompeta quedó conmigo para tocar alarma. Entonces
les expliqué a los nobles, a los oficiales y a todo el pueblo lo siguiente: «La obra es muy extensa,
y nos encontramos muy separados unos de otros a lo largo de la muralla. 20 Cuando oigan el
sonido de la trompeta, corran hacia el lugar donde esta suene. ¡Entonces nuestro Dios peleará
por nosotros!». Nehemías 4:16–20 (NTV)
En lugar de permitir que esta amenaza les hiciera parar la obra para contraatacar al enemigo,
diseñaron un plan que les permitió seguir edificando el muro mientras vigilaban y protegían a
los obreros y el proyecto. Esta solución creó desconcierto en sus atacantes y no les hicieron
nada. Fue así que pudieron seguir adelante a pesar del miedo.
El plan que Nehemías utilizó para vencer a sus enemigos nos puede enseñar a enfrentar a
quienes nos agreden.
Cuando los enemigos nos amenazan, ¿cómo seguir hasta cumplir con la encomienda que Dios
nos ha dado? Este ejemplo bíblico nos muestra cuatro pasos:
1. Presenta el problema a Dios y deja que él se encargue del asunto (4:9). Nehemías
enseñó a sus seguidores a que se unieran a él en oración. Observa que el pasaje dice
“nosotros oramos”. Es evidente que motivó al pueblo a involucrarse juntamente con él
en la súplica.
2. Recuerda quién es el que está contigo (4:14; Romanos 8:31). Nehemías hizo frente a las
circunstancias recordándoles que Jehová, el grande y Todopoderoso estaba a su lado. Él
era quien había hecho el pacto de ser su Dios, protegerlos y proveer todo lo que
necesitaran. Por lo tanto, también les daría el poder para vencer cualquier enemigo.
3. Prepara un plan de defensa. Decidieron poner guardias de día y de noche (4:9) para no
quedar a merced de sus adversarios ni un solo instante del día; aun en los lugares
menos protegidos pusieron gente armada (4:13). La mitad del pueblo se asignó a la
defensa y el resto a la reconstrucción del muro (4:16). Además, todos trabajaban con
una mano y sostenían sus armas en la otra; de esta manera siempre estaban listos para
contraatacar (4:17). Debemos notar que la defensa se basó en la participación de toda la
comunidad. Tenían que unirse para pelear contra el enemigo. Se les dijo que una
trompeta les avisaría para que todos acudieran al lugar que recibiera un ataque (4:19–
20). Nadie debía pelear a solas con el enemigo porque sería imposible vencerlo; más
bien tenían que ayudarse unos a otros. Aun con todos estos preparativos, sabían que
era Dios quien ganaría la pelea. No obstante, ellos tenían que hacer su parte. Debían
estar siempre listos (4:23).
4. Organízate para continuar la tarea que Dios te ha dado aun cuando estás bajo
amenaza. Mientras la mitad de la gente trabajaba con sus armas en una mano, la otra
los defendía (4:16–17). Nehemías no permitió que la necesidad de protección se
interpusiera en la obra que tenía entre manos. Tampoco se dio por vencido porque
sabía que el Señor lo había enviado a edificar la ciudad de nuevo. Se lo había probado
cuando se enfrentó a Artajerjes, el enemigo más fuerte que podría oponerse a su plan.
Al ver la determinación del siervo de Dios y del pueblo en general, los contrincantes se
dieron cuenta de que esta estrategia había arruinado sus planes malvados; el Altísimo
los había desbaratado. Habían contado con tener la ventaja al atacarlos por sorpresa,
pero debido al informe anterior y la preparación de Israel, ahora tendrían que
enfrentarlos en una batalla total para la que no estaban preparados. Fue así que el
Señor dio a su pueblo la capacidad de dominar a sus enemigos y seguir cumpliendo su
tarea.
Para orar:
Jesús, gracias por recordarme hoy, que tienes planes y propósitos para mi
vida, y que cuando haya oposición, estarás conmigo y pelearás por mi. En el
nombre de Jesús. Amén.
Para hacer:
Piensa: ¿Qué es lo que Dios me está hablando hoy a través de este pasaje?
SESIÓN 5: EL VERDADERO ENEMIGO
Nehemías 5
Nehemías ha emprendido una noble lucha a favor del pueblo que ha regresado a Jerusalén para
restaurarla. Su misión puntual es la de levantar los muros alrededor de la ciudad con el fin de
hacerla mas segura.
En esencia Dios llamó a su pueblo a no actuar como lo hacían las naciones paganas.
La abnegación de Nehemías
“Durante los doce años en los que fui gobernador de Judá—desde el año veinte hasta el año
treinta y dos del reinado del rey Artajerjes—ni yo ni mis funcionarios reclamamos la ración de
comida que nos correspondía. Los gobernadores anteriores, por contraste, impusieron pesadas
cargas al pueblo, al exigir una ración diaria de comida y vino, además de cuarenta piezas de
plata. Hasta sus ayudantes se aprovechaban del pueblo. Sin embargo, como yo temía a Dios, no
actué de esa manera. También me dediqué a trabajar en la muralla y me negué a adquirir
tierras. Además, exigí a todos mis sirvientes que dedicaran tiempo a trabajar en la muralla. No
pedí nada, aunque con frecuencia daba de comer a ciento cincuenta funcionarios judíos en mi
mesa, ¡sin contar a todos los visitantes de otras tierras! Las provisiones que yo pagaba todos los
días incluían: un buey, seis ovejas o cabras selectas y una gran cantidad de carne de ave.
Además, cada diez días necesitábamos una abundante provisión de toda clase de vino. Sin
embargo, rehusé exigir la ración que me correspondía como gobernador porque el pueblo ya
tenía una carga pesada. Oh Dios mío, acuérdate de todo lo que he hecho por este pueblo y
bendíceme.” Nehemías 5:14-19 (NTV)
Este dirigente, aprendió lo difícil que es ser líder político al servicio de Dios en medio de un
mundo contaminado.
¿Por qué asumió este siervo de Dios tal actitud? El pasaje revela los tres motivos que tuvo.
Para orar:
Jesús, quiero vivir honrándote a Ti y a las personas que me rodean con las
decisiones que tomo. Dame sabiduría y fuerza. En el nombre de Jesús.
Amén.
Para hacer:
Piensa en alguna decisión que tienes que tomar en este tiempo, en las
opciones que estás planeando, y luego pregúntate, ¿estoy honrando a Dios
y a quienes me rodean con esa decisión?
SESIÓN 6: LA INTIMIDACIÓN Y LA VOLUNTAD DE DIOS
Nehemías 6 y 7
¿Han oído de la ley de Paretto? La ley de Paretto se le conoce como el 80/20 ¿Qué significa?
20%
80%
80%
20%
Prioridades Resultados
Si nos enfocamos en el 20% de las prioridades más importantes, logramos el 80% de los
resultados que deseamos, pero si no establecemos nuestras prioridades correctamente ahora
trabaja en mi contra, nos drenamos en el 80% de nuestro esfuerzo con un 20% de resultados.
Recordemos que la tarea de Nehemías era redificar las murallas de Jerusalén y lo logró en 52
días y él no era arquitecto ni ingeniero o militar, pero si había aprendido a como resolver
conflictos al estar cerca de rey Artajerjes al ser su copero personal.
Si sacamos un paralelismo de nuestras vidas en los inicios de nuestro caminar con el Señor es lo
mismo:
• Vidas en ruinas.
• Hay que reconstruir.
• Al ir levantando los muros de nuestras vidas, como por ejemplo poner límites a
otros no les va a gustar y van a querer que desistas creer lo que la Palabra dice.
Regresando con Nehemías, ¿qué tenía claro? Sus prioridades.
Jesús dijo, busca primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas.
Analizando el versículo 4:
• ¿Cuántas veces le enviaron el mensaje para reunirse? Cuatro veces.
• ¿Cómo respondió Nehemías? De la misma manera, no voy a distraerme.
“Entonces Sanbalat me envió su siervo en la misma forma por quinta vez, con una carta abierta
en su mano. En ella estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gasmu dice, que tú y los
judíos estáis tramando rebelaros; por eso reedificas la muralla. Y según estos informes tú vas a
ser su rey. También has puesto profetas para anunciar en Jerusalén en cuanto a ti: «Un rey está
en Judá». Y ahora llegarán a oídos del rey estos informes. Ahora pues, ven, consultemos
juntos.” Nehemías 6:5-7 (LBLA)
“Entonces le envié un mensaje, diciendo: No han sucedido esas cosas que tú dices, sino que las
estás inventando en tu corazón. Porque todos ellos querían amedrentarnos, pensando: Ellos se
desanimarán con la obra y no será hecha. Pero ahora, oh Dios, fortalece mis manos.
Nehemías 6:8 (LBLA)
“Cuando entré yo en casa de Semaías, hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, que estaba
encerrado allí, él dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas
del templo, porque vienen a matarte, vienen de noche a matarte. Pero yo dije: ¿Huir un hombre
como yo? ¿Acaso uno como yo entraría al templo para salvar su vida[g]? No entraré. Entonces
me di cuenta de que ciertamente Dios no lo había enviado, sino que había dicho su profecía
contra mí porque Tobías y Sanbalat le habían pagado. Le pagaron por esta razón, para que yo
me atemorizara y obrara de esa manera y pecara, y ellos tuvieran un mal informe de mí y
pudieran reprocharme. Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat conforme a estas obras
suyas, también de la profetisa Noadías y de los demás profetas que estaban atemorizándome.
Nehemías 6:10-14 (LBLA)
“La muralla fue terminada el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y aconteció
que cuando se enteraron todos nuestros enemigos y lo vieron todas las naciones
que estaban alrededor nuestro, desfalleció su ánimo; porque reconocieron que esta obra había
sido hecha con la ayuda de nuestro Dios. También en aquellos días iban muchas cartas de los
nobles de Judá a Tobías, y de Tobías venían cartas a ellos. Porque muchos en Judá estaban
unidos a él bajo juramento porque él era yerno de Secanías, hijo de Ara, y su hijo Johanán se
había casado con la hija de Mesulam, hijo de Berequías. Además, hablaban de sus buenas obras
en mi presencia y a él le informaban de mis palabras. Y Tobías me enviaba cartas para
atemorizarme.” Nehemías 6:15-19 (LBLA)
“Aconteció que cuando la muralla fue reedificada y había yo asentado las puertas y habían sido
designados los porteros, los cantores y los levitas, puse al frente de Jerusalén a mi hermano
Hananí y a Hananías, comandante de la fortaleza, porque este era hombre fiel y temeroso de
Dios más que muchos; y les dije: No se abrirán las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol;
y estando todavía los porteros en sus puestos, se cerrarán y atrancarán las puertas. Designad
también guardias de los habitantes de Jerusalén, unos en su puesto de guardia, y otros delante
de su casa. Y la ciudad era espaciosa y grande, pero el pueblo dentro de ella era poco y no había
casas reedificadas. Entonces mi Dios puso en mi corazón reunir a los nobles, a los oficiales y al
pueblo para que fueran inscritos por genealogías. Y encontré el libro de la genealogía de los que
habían subido primero, y hallé escrito en él: Estos son los hijos de la provincia que subieron de la
cautividad, aquellos que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos y que
volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa,
Nehemías, Azaría, Raamía, Nahamaní, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana.”
Nehemías 7:1-7 (LBLA)
“Los sacerdotes: los hijos de Jedaías de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres; los hijos de
Imer, mil cincuenta y dos; los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete; los hijos de Harim,
mil diecisiete.” Nehemías 7:39 (LBLA)
“Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Perida, los
hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel, los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los
hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Amón. El total de los sirvientes del templo y de los hijos
de los siervos de Salomón, era de trescientos noventa y dos.” Nehemías 7:57 (LBLA)
“Y estos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adón e Imer, aunque no
pudieron demostrar si sus casas paternas o su descendencia eran de Israel: los hijos de Delaía,
los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos; y de los sacerdotes: los hijos
de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, que había tomado por mujer a una de las hijas
de Barzilai galaadita, con cuyo nombre fue llamado. Estos buscaron en su registro de
genealogías pero no se hallaron, y fueron considerados inmundos y excluidos del sacerdocio. Y el
gobernador les dijo que no comieran de las cosas santísimas hasta que un sacerdote se
levantara con Urim y Tumim. Toda la asamblea reunida era de cuarenta y dos mil trescientos
sesenta, sin contar sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y tenían
doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras. Sus caballos eran setecientos treinta y seis; sus
mulos, doscientos cuarenta y cinco sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; sus asnos, seis mil
setecientos veinte. Algunos de los jefes de casas paternas contribuyeron para la obra. El
gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta
túnicas sacerdotales. Los jefes de casas paternas dieron para el tesoro de la obra veinte mil
dracmas de oro y dos mil doscientas minas de plata. Lo que dio el resto del pueblo fue veinte mil
dracmas de oro, dos mil minas de plata y sesenta y siete túnicas sacerdotales. Y habitaron en
sus ciudades, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, algunos del pueblo, los
sirvientes del templo y el resto de Israel.” Nehemías 7:61-73 BLA
Cuando llegó el mes séptimo, los hijos de Israel ya estaban en sus ciudades.
Conclusión
Nehemías no tomó crédito de lo que hizo ni lo aceptó, sino que toda la gloria se la daba a Dios
porque sabía que le había dado favor y gracia para realizar la tarea que se El Señor le había
asignado.
¡Pensemos!
• ¿De qué manera te ayudó este estudio?
• ¿Cómo puedes aplicar los principios de Nehemías en tu vida?
• ¿Qué resultado te ha dado cuando no lo hacemos?
• Menciona alguna área del sistema de defensas que Dios te ha provisto y ¿cómo
podrías aprovechar más?
SESIÓN 6: LA INTIMIDACIÓN Y LA VOLUNTAD DE DIOS
Preguntas para dialogar
En Nehemías 6:5-9 (LBLA) encontramos cómo Nehemías responde de
manera clara y objetiva ante la intimidación de un gobernante
Para orar:
Dame sabiduría Dios, para no distraerme, ni dar lugar al desánimo cuando
vengan las presiones, mientras estoy haciendo lo que me llamas a hacer.
Quiero estar listo/a para afrontarlas con la seguridad de que Tú estás
conmigo, y me das todo lo que necesito para abordarla de manera acertiva.
En el nombre de Jesús. Amén.
Para hacer:
Piensa:
• ¿Me siento intimidado/a por alguien?
• ¿Cómo estoy respondiendo?
SESIÓN 7: EDIFICADOS POR LA PALABRA
Nehemías 8
Recapitulación, Nehemías 7
• Los muros han sido reconstruidos.
• Se hace un registro de los nuevos habitantes de Jerusalén.
• Se encuentran registros de los que habían regresado a Judá con Zorobabel (casi 50 mil
personas más sus animales).
• Donaron dinero para la obra del templo.
• En el mes de octubre (séptimo mes del calendario lunar hebreo) el escriba Esdras se
disponía a empezar algo muy importante para el pueblo.
Es tiempo para edificar el pueblo hacia la obediencia de la ley de Dios. Algo que sus
antepasados no hicieron. Era el momento de hacer las cosas de manera diferente y construir
una base sólida en la ley de Dios
“Todo el pueblo se reunió con un mismo propósito en la plaza, justo dentro de la puerta del
Agua. Le pidieron al escriba Esdras que sacara el libro de la ley de Moisés, la cual el Señor, había
dado a Israel para que la obedeciera. Así que el 8 de octubre el sacerdote Esdras llevó el libro de
la ley ante la asamblea, que incluía a los hombres y a las mujeres y a todos los niños con edad
suficiente para entender. Se puso frente a la plaza, justo dentro de la entrada de la puerta del
Agua, desde temprano por la mañana hasta el mediodía y leyó en voz alta a todos los que
podían entender. Todo el pueblo escuchó atentamente la lectura del libro de la ley”.
Nehemías 8:1-3 (NTV)
En esos tiempos la mayoría de las enseñanzas era solo para los hombres. Ahora era para toda la
familia.
Solo los escribas tenían la ley (El libro). Para muchos, fue la primera vez que escucharon la ley
de Moisés.
“Esdras estaba de pie en la plataforma a plena vista de todo el pueblo. Cuando vieron que abría
el libro, se pusieron todos de pie”. Nehemías 8:5 (NTV)
Como reverencia, respeto a la ley porque la palabra que van a escuchar vino de Dios. Esta
generación respetaba la importancia de La Ley. No sólo es un Libro, es la palabra de Dios Esa
generación vio lo que vivió Israel por falta de no obedecer la ley de Dios. Esta nueva generación,
tenía hambre de Dios y un deseo fuerte para hacer las cosas diferentes. Una generación
renovada.
“Entonces Esdras alabó al SEÑOR, el gran Dios, y todo el pueblo, con las manos levantadas,
exclamó: «¡Amén! ¡Amén!». Luego se inclinaron y, con el rostro en tierra, adoraron al SEÑOR”.
Nehemías 8:6 (NTV)
“Leían del libro de la ley de Dios y explicaban con claridad el significado de lo que se leía, así
ayudaban al pueblo a comprender cada pasaje”. Nehemías 8:8 (NTV)
No solo leían, también explicaban con claridad el significado. Era importante que el pueblo
entendiera. ¿Por qué era importante? Porque la Palabra de Dios es poder. Lo mismo es hoy, hay
poder en este libro. Hay vida en este libro.
Cuando uno entiende lo que la Palabra de Dios dice de nosotros, lo que Jesús hizo por nosotros,
no hay nada más que estar agradecidos por su amor y sacrificio.
“Luego Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que interpretaban
para el pueblo dijeron: «¡No se lamenten ni lloren en un día como este! Pues hoy es un día
sagrado delante del SEÑOR su Dios». Pues todo el pueblo había estado llorando mientras
escuchaba las palabras de la ley”. Nehemías 8:9 (NTV)
La palabra de Dios trae convicción a nuestros corazones. La palabra de Dios nos lleva a la
reconciliación con Dios.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para
hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos
enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar) a su pueblo para que haga
toda buena obra”.
Pero entonces, ¿por qué estaban llorando? Probablemente lloraban por sus antepasados, que
sufrieron mucho por no obedecer y también lloraban por agradecimiento a Dios. Un
agradecimiento que nos hacer llorar de gozo, de alegría.
“Mientras estudiaban la ley descubrieron que el Señor había ordenado, por medio de Moisés,
que los israelitas debían vivir en enramadas durante el festival a celebrarse durante ese mes. Él
había dicho que debía proclamarse al pueblo en todas sus ciudades y en Jerusalén, que fueran a
las colinas a buscar ramas de olivo, olivo silvestre mirto, palmeras y otros árboles frondosos.
Con esas ramas debían construirse enramadas para que habitaran en ellas durante el festival,
como está establecido en la ley. Así que el pueblo salió y cortó ramas y las usó para levantar
enramadas en las azoteas de sus casas, en sus patios, en los atrios del templo de Dios o en las
plazas justo dentro de la puerta del Agua y de la puerta de Efraín”. Nehemías 8: 14-16 (NTV)
“Entonces todos los que habían regresado del cautiverio vivieron en las enramadas durante el
festival, ¡y todos ellos se llenaron de alegría! Los israelitas no habían celebrado de esa forma
desde los días de Josué, hijo de Nun”. Nehemías 8: 17 (NTV)
Toda esa nueva generación se alegró al hacer esto. No se hacía desde los tiempos de Josué.
“Esdras leyó del libro de la ley de Dios en cada uno de los siete días del festival. Luego, al octavo
día, realizaron una asamblea solemne, tal como lo exigía la ley”. Nehemías 8:18 (NTV)
Conclusión
• ¿Cómo está nuestro deseo de escucharla? Muchos de nosotros la podemos leer
fácilmente y no aprovechamos la oportunidad que el Señor nos ha dado.
• ¿Buscamos de verdad la voluntad de Dios? ¿Queremos comprenderla para acatarla?
¿Obedecemos lo que hemos comprendido ya? Evalúa tu propia vida a la luz de los
ocho aspectos de la respuesta de Israel a la lectura bíblica. ¿Cuáles hacen falta en tu
vida? ¿Qué puedes hacer al respecto?
SESIÓN 7: EDIFICADOS POR LA PALABRA
Preguntas para dialogar
En Nehemías 8:3, 8 y 12 (NTV) encontramos cómo Esdras lee la ley al
pueblo.
Para orar:
Gracias Dios porque podemos tener por escrito, lo que has hablado.
Espíritu Santo, gracias por ayudarme a entenderlo. Quiero vivir de acuerdo
a tu Palabra. En el nombre de Jesús. Amén.
Para hacer:
¿Cuál fue el último versículo o pasaje bíblico que leíste, escuchaste y/o
meditaste, que te permitió “entender” o te dio luz, acerca de algo nuevo
para ti?
SESIÓN 8: LA CLAVE PARA UN AVIVAMIENTO
Nehemías 9
Cuando la necesidad material de la reconstrucción del muro ya se había resuelto, los asuntos
espirituales internos tomaron lugar. Ahora lo importante era renovar el compromiso de Israel
con el pacto.
En este compromiso era importante regresar a una sumisión a la autoridad de Dios, quien había
establecido el pacto (Nehemías 8–10). Tendrían que iniciar una amplia serie de reformas
específicas para conformar su estilo de vida al que Dios quería ver en medio de ellos (Nehemías
11–13). Además de resolver el asunto primordial de la confianza en Dios y la obediencia a su
autoridad.
“El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.” Mateo 4:4 (RVR1960)
“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.” Oseas 4:6 (RVR60)
¿Qué es arrepentimiento?
Sentir una pena por algo con tal fuerza que conduzca a un cambio de actitud frente
al objeto por el cual se siente la pena.
A través de la historia de la iglesia, muchos han observado que los avivamientos más
notables en el pueblo de Dios se han originado porque se reconoce el pecado
personal.
Así empezó el movimiento galés en el siglo diecinueve; el que se realizó bajo Wesley
en el siglo dieciocho; la Reforma en el siglo dieciséis, y aún el de Nínive en tiempos
de Jonás.
Después de leer la Palabra tres horas al día y alabarle tres horas al día durante tres
semanas, estaban listos para comprometerse en serio con Dios. En realidad no
sabemos exactamente cómo utilizaron esos días porque sólo se nos dan algunas
pistas.
La fiesta concluyó el día veintidós. No se nos indica cómo pasaron el siguiente día,
pero en el día veinticuatro, se nos explica que pasaron tres horas leyendo la Palabra
de Dios y tres horas en alabanza y confesión de pecado (9:3).
Para ellos el proceso empezó con la lectura prolongada de la Palabra Santa.
Después, llegaron al punto de cambiar su opinión en cuanto a Dios y ellos.
Reconocieron que tenían un gran Dios y que tenían un gran problema.
El cilicio era una tela tosca, hecha de pelo de cabra, que indicaba que la persona
estaba de luto. Con menos frecuencia se echaba polvo sobre la cabeza con el mismo
propósito.
“Los de ascendencia israelita se separaron de todos los extranjeros para confesar sus
propios pecados y los pecados de sus antepasados.” Nehemías 9:2 (NTV)
2. Reconocieron su pecado
En contraste con la gracia y fidelidad de Dios, tuvieron que admitir su infidelidad.
Cada manifestación del amor del Señor había sido pagada con un acto desleal de
parte de ellos.
No les había faltado nada a través de todo su peregrinaje por el desierto (9:21),
pero ellos no se lo habían agradecido (9:15-17). Sabían que ahora estaban en
esta situación tan triste por causa de su propio fracaso y merecían todo lo que
habían recibido. No obstante, durante siglos de pecado y rebelión (9:29), Dios
había seguido siendo paciente con ellos exhortándoles por medio de los profetas
(9:30).
Los de ascendencia israelita se separaron de todos los extranjeros para confesar sus propios pecados
y los pecados de sus antepasados. Nehemías 9:2 (NTV)
Por todo esto que nos ha pasado, nosotros los israelitas nos comprometemos firmemente a obedecer
a nuestro Dios. Este compromiso lo ponemos por escrito, sellado y firmado por nuestros jefes, los
sacerdotes y sus ayudantes. Nehemías 9:38 (TLA)
Según estos versículos, ¿Qué hicieron los israelitas que repercutió en su vínculo con Dios?
Para orar:
Dios Tu eres bueno, incluso luego de fallarte, nos das la oportunidad de
arrepentirnos, de confesar nuestros errores y Tu nos perdonas y renuevas.
Gracias por expresarme tu amor de tantas maneras. Perdóname por cada
vez que te fallo. Quiero seguirte. En el nombre de Jesús. Amén.
Para hacer:
Para pensar y orar:
• ¿Cuándo fue la última vez que me tomé un tiempo con Dios, para
ponerme a cuenta con El? ¿Hay algo por lo cual necesito pedirle
perdón?
• ¿Hay algún momento/os en mi vida que le expresé a Dios mi
compromiso de obedecerle fielmente? ¿De qué manera?