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FACULTAD DE CIENCIAS
CARRERA DE MICROBIOLOGÍA INDUSTRIAL
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Degradación de Polietileno de Baja Densidad Utilizando Hongos. Revisión
Sistemática de la Literatura
APROBADO
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Luis David Gómez Méndez. M.Sc.
Director del Trabajo de Grado
_____________________________________________
Raúl A. Poutou Piñales, BQ., M.Sc., Ph.D.
Codirector del Trabajo de Grado
__________________________________________
Aura Marina Pedroza Rodríguez. PhD.
Jurado
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NOTA DE ADVERTENCIA
"La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus
trabajos de tesis. Solo velará por que no se publique nada contrario al dogma y a la moral
católica y por qué las tesis no contengan ataques personales contra persona alguna, antes
bien se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia".
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AGRADECIMIENTOS
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CONTENIDO
1. RESUMEN………………………………………………………………………………..8
2. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………...8
3. MARCO TEÓRICO………………………………………………………………………9
4. OBJETIVOS……………………………………………………………………………. 11
4.1 Objetivos generales………………………………………………………………...11
4.2 Objetivos específicos……………………………………………………………….11
5. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN……………………………………………………11
6. METODOLOGÍA…………………………………………………………………………11
7. RESULTADOS Y DISCUSIÓN…………………………………………………………12
7.1 Pre-tratamientos del PEBD antes de la biodegradación………………………...13
7.1.1 Por productos químicos……………………………………………………………...13
7.1.2 Adición de sustancias oxo-degradables al PEBD………………………………...13
7.1.3 Fototermodegradación del PEBD…………………………………………………..14
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INDICE DE TABLAS
INDICE DE GRÁFICAS
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INDICE DE FIGURAS
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1. Resumen
El plástico es un material que ha sido de gran utilidad a nivel mundial. Existen diferentes
tipos de plásticos que se clasifican de acuerdo a sus propiedades; según su estructura
química, térmicas y degradabilidad. La disponibilidad final de estos materiales polímeros
pueden ser: reutilizar, reciclar o desechar. Este último, conlleva a una acumulación de
residuos plásticos en el medio ambiente causando una contaminación severa de la fauna,
flora, el ser humano, recursos hídricos y forestales a nivel mundial. Estos materiales
pueden presentar modificaciones en sus propiedades físicas y químicas por factores
abióticos naturales como la luz solar, calor, humedad, entre otros. Aunque, es muy lento
este proceso de degradación lo que lleva a que estos materiales estén presentes por
mucho tiempo en el ambiente. Sin embargo, estas condiciones mencionadas
anteriormente se pueden controlar por medio de metodologías a nivel de laboratorio con
el uso de microorganismos que se denomina biodegradación. El Polietileno de baja
densidad (PEBD) es un tipo de termoplástico el cual presenta una alta demanda en el
mundo ya que es utilizado para elaborar envases alimentarios y artículos no alimentarios.
El PEBD se puede someter a condiciones abióticas (fotodegradación, termodegradación y
oxodegradación) antes del proceso de biodegradación para que este sea más susceptible
de ser utilizado como fuente de carbono y energía. Existen hongos que son capaces de
producir enzimas intra y extracelulares que permiten después asimilar el PEBD dentro de
la célula, entre estos hongos está el género Aspergillus spp., Penicillium spp., entre otros.
Los cambios observados en la estructura y superficie del PEBD después del tratamiento
con microorganismos se llevan a cabo por medio de técnicas cualitativas y cuantitativas,
donde, según esta revisión, las más predominantes son: Espectroscopia infrarroja
transformada de Fourier (FTIR), Microscopia electrónica de barrido (SEM) y evolución de
CO2. En esta última, está involucrada la pérdida de peso del PEBD.
2. Introducción
El plástico es la sustancia sintética de mayor utilidad, compuesta de elementos extraídos
de los recursos de combustibles fósiles. Este material ha hecho posible la mayoría de las
revoluciones industriales y tecnológicas de los siglos XIX y XX. Durante los últimos 30
años los materiales plásticos se han utilizado ampliamente en la alimentación, el vestido,
la vivienda, el transporte, la construcción, la industria médica y el ocio, debido a que son
ligeros, de bajo costo, extremadamente duraderos y relativamente resistentes. Los
plásticos no se descomponen fácilmente en el ambiente, pues son resistentes al ataque
microbiano, debido a su gran masa molecular, alto número de anillos aromáticos, o
sustituciones de halógenos. La generación de residuos de plástico en todo el mundo es
cada año de 57 millones de toneladas, como resultado de ello permanecen en el ambiente
durante mucho tiempo sin deteriorarse y la acumulación a gran escala de residuos
plásticos en la biosfera ha dado lugar a una contaminación ambiental severa que afecta la
fauna, flora, el ser humano, los recursos hídricos y forestales a nivel mundial (Dey et al.
2012).
Hay varios tipos de plásticos que se clasifican de acuerdo con su estructura química, sus
propiedades térmicas y a la degradabilidad de los mismos. Dentro de los tipos de
plásticos están los: termoplásticos como el polietileno (PE), polipropileno (PP),
poliestireno (PS), cloruro de polivinilo (PVC), politetrafluoroetileno y los polímeros
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termoestables. Existen dos tipos de polietileno: los de alta densidad (PEAD) y los de baja
densidad (PEBD) (Ghosh et al. 2013); este ultimo presenta alta demanda mundial para la
producción de bolsas plásticas que sirven como envase de alimentos y artículos de toda
clase, lo que conduce a la acumulación excesiva de estos plásticos en el mundo.
Existen diferentes métodos de degradación de PEBD que están clasificados como físicos,
químicos y biológicos. Entre los físicos están la: foto-degradación, que es la degradación
de los materiales por la acción de la luz que se considera como una de las principales
fuentes de daños ejercida sobre sustratos poliméricos en condiciones ambientales y la
termodegradación que produce reacciones de despolimerización por la luz térmica y UV
(Singh B & Sharma N 2008). Entre los químicos está la oxo-degradación, que consiste en
la adición de una sustancia oxo-degradable al PEBD que lo vuelve más susceptible a la
acción de la degradación (Ojeda et al. 2009). Por último, el biológico que es la
biodegradación en la cual están implicados los microorganismos que degradan este
material debido a las actividades enzimáticas intra y extracelulares (Dey et al. 2012). Sin
embargo, debido a la insolubilidad en agua y al tamaño de las moléculas del polímero, los
microorganismos no son capaces de transportar este material directamente a las células
donde la mayoría de los procesos bioquímicos tienen lugar; en este sentido primero
deben secretar enzimas extracelulares que despolimericen los polímeros fuera de las
células. Como resultado, los productos finales de estos procesos metabólicos incluyen
agua, dióxido de carbono y metano, junto con biomasa (Dey et al. 2012).
Según Kathiresan (2003), una gran diversidad de los microorganismos del suelo de
manglar son capaces de degradar los plásticos, aunque a un ritmo muy lento, comparado
con los microorganismos de otros tipos de suelos. Los factores ambientales no sólo
influyen en que el polímero se degrade, también tienen una influencia crucial sobre la
ecología microbiana y la actividad de los diferentes microorganismos. Otro factor que
hace difícil la biodegradación de plásticos es la complejidad de los plásticos con respecto
a sus posibles estructuras y composiciones. Aunque los plásticos convencionales son
relativamente resistentes a los factores ambientales, en algunos casos los
microorganismos pueden atacar parcialmente los plásticos y causar cambios no deseados
en las propiedades del material, como el color, la flexibilidad o la resistencia mecánica
(Palmisano & Pettigrew 2014).
La adherencia de los microorganismos a la superficie polimérica es fundamental para la
biodegradación se lleve a cabo (Volke-Sepulveda et al. 2002). Debido a la falta de
solubilidad en agua y al tamaño de las moléculas del polímero, los microorganismos no
son capaces de transportar este material directamente a las células donde la mayoría de
los procesos bioquímicos toman lugar; deben primero secretar enzimas extracelulares que
despolimerizan los polímeros fuera de las células (Dey et. al. 2012). En la biodegradación
del polietileno, el paso inicial implica la oxidación abiótica de la cadena polimérica que
conduce a la formación de grupos carbonilo. Estos grupos forman eventualmente grupos
carboxílicos, que sufren posteriormente β-oxidación y se degradan completamente a
través del ciclo del ácido cítrico que resulta en la formación de CO2 y H2O. La β-oxidación
y el ciclo del ácido cítrico son catalizadas por microorganismos (Esmaeili et al. 2013).
3. Marco teórico
Los plásticos debido a su versatilidad se convierten en los ingredientes esenciales para
proporcionar una “mejor” calidad de vida. Este material es relativamente de bajo costo,
duradero y muy fácil de fabricar, lo que puede traer problemas de contaminación
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ambiental al depositarse con los residuos sólidos domiciliarios y no reutilizarse.
Químicamente, hay varios tipos de plásticos que se clasifican de acuerdo con su
estructura química y sus propiedades. De acuerdo con sus propiedades térmicas, los
plásticos se clasifican en dos grupos: termoplásticos y termoestables. Los primeros son
aquellos que no pueden someterse a cambios químicos cuando se expone al calor, y por
lo tanto, puede someterse a moldeo varias veces. Polietileno (PE), polipropileno (PP),
poliestireno (PS), cloruro de polivinilo (PVC) y politetrafluoroetileno, son algunos ejemplos.
También son conocidos como plásticos comunes que van desde 20.000 a 500.000 uma
(unidad de masa atómica) de peso molecular. El segundo grupo, los termoestables, son
otros tipos de plásticos que cuando se han fundido en una forma particular, siguen siendo
sólidos y después no se pueden fundir ni modificar de nuevo; el cambio químico es
irreversible y por lo tanto no pueden ser reciclados. Ejemplos incluyen la baquelita (fenol-
formaldehído), y poliuretanos, entre otros. La otra forma de clasificación se basa en la
relevancia del proceso de fabricación y el diseño teniendo en cuenta parámetros como
conductividad eléctrica, durabilidad, resistencia a la tracción, degradabilidad, y estabilidad
térmica.
Las propiedades químicas de los plásticos son también criterios importantes para
diferenciarlos en polímeros degradables y no degradables. Por lo general, los plásticos no
biodegradables se conocen como plásticos sintéticos y se derivan de los productos
petroquímicos. Tienen una repetición de unidades de monómeros pequeñas y por lo tanto
tienen un peso molecular muy alto. En comparación, los plásticos degradables están
hechos de almidón y no son de muy alto peso molecular. Por lo general, se descomponen
como consecuencia de la interacción con los rayos UV, agua, enzimas y cambios
graduales en el pH. Ejemplos de plásticos biodegradables son Biopol y el Ecoflex (Ghosh
et al. 2013; Mohee et al. 2008).
El polietileno (PE) es un plástico sintético estable, que consiste de largas cadenas de
monómeros de etileno. El PE no es fácilmente degradado por microorganismos; sin
embargo, Mohee et al. 2008 reportan que los oligómeros de PE de peso molecular bajo
(PM = 600-800) fueron parcialmente degradados por Acinetobacter sp. 351 en dispersión,
mientras que PE de alto peso molecular no pudo ser degradado. Según lo anterior, el
polietileno de baja densidad es más susceptible a ser degradado por microorganismos, al
parecer debido a su bajo peso molecular.
La degradación es un proceso irreversible que conduce a un cambio significativo de la
estructura del material, típicamente caracterizado por una pérdida de propiedades (por
ejemplo, integridad, peso molecular, estructura o resistencia mecánica) y/o fragmentación.
La degradación se ve afectada por las condiciones ambientales y el producto durante un
período de tiempo que comprende uno o más pasos (Gautam 2009). De acuerdo con la
norma ASTM D5988 -03, la biodegradabilidad de materiales plásticos ha sido definida
como la capacidad de sufrir descomposición hasta dióxido de carbono, metano, agua,
compuestos inorgánicos o biomasa predominante, por la acción enzimática de
microorganismos (Mohee et al. 2008). La degradación, ocurre por la acción del calor, la
humedad, la luz del sol y/o enzimas que acortan y debilitan las cadenas del polímero
(Bidlingmaier & Papadimitriou, 2000). Sólo si los fragmentos son consumidos por los
microorganismos como fuente de carbono y energía, se dice que es biodegradable.
La biodegradación puede ser aeróbica que se lleva a cabo de forma acelerada por una
población microbiana mixta en un ambiente húmedo, cálido y en presencia de oxígeno. En
la biodegradación anaeróbica, la desintegración de la materia orgánica se da en ausencia
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de oxígeno para producir gas metano, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno,
amoníaco, hidrógeno y agua. Los factores que afectan la biodegradabilidad de los
plásticos son condiciones de la superficie (hidrofilicas o hidrofóbicas), la estructura
química, la temperatura de transición vítrea, el peso, la distribución del peso molecular,
temperatura de fusión, elasticidad y cristalinidad (Tokiwa et al. 2009; Gautam 2009).
También, el valor de pH es un factor clave para la supervivencia y la actividad de los
hongos; sin embargo, varía en función de los metabolitos presentes, generalmente, el pH
debe estar entre 7 y 9 (Zahra et al. 2010; Esmaeili et al. 2013). Los métodos estándar
para la medición de la biodegradabilidad de los plásticos están bajo el desarrollo de la
Sociedad Americana para Pruebas y Materiales (ASTM). Actualmente no hay métodos
uniformes de ensayo utilizados para la determinación de biodegradabilidad de plástico.
Los procedimientos en uso incluyen: Ingestión enzimática, crecimiento en sustrato de
plástico como fuente de carbono y el efecto de entierro en suelo (Palmisano & Pettigrew
2014).
4. Objetivos
6. Metodología
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7. Resultados y Discusión
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