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La figura de un gorila crucificado preside el altar de la antigua iglesia de la Santa Trinidad en

el barrio londinense de Marylebone, convertida hoy en una galería de arte donde este mes se
expone una muestra inspirada en los Cuartos de las Maravillas populares en el siglo XVI. La
exposición ´no pretende ser blasfema´.

Este gorila es una de las piezas más destacadas de la exposición ´La edad de lo maravilloso´. Otra
obra suya potencialmente polémica es un Cristo negro en una silla eléctrica, en lo que quiere ser
una versión contemporánea de la Pietá, pero adaptada al simbolismo que tuvo la cruz vista desde
los ojos de la modernidad.

Pese a lo que pueda parecer a algunos, la intención del autor no es ofender. Y alega una
razón de peso: él mismo es creyente. Su intención, afrirma, es llamar la atención sobre la
necesidad de conservación de los gorilas africanos.

El gorila, una de las piezas más destacadas de la exposición ´La edad de lo maravilloso´, es
obra del artista británico Paul Fryer, quien, para elaborarlo, contó con la ayuda de un antiguo
empleado del museo de cera de Londres y un especialista en implantes capilares que logró
reproducir con enorme fidelidad la piel del animal.

Fryer ha declarado al periódico ´Evening Standard´ que, pese a lo que pueda parecer, su
intención no es en ningún modo ofender, puesto que él mismo es un cristiano creyente. «Sólo
espero que la gente entienda que el espíritu es crear debate y hacer pensar, y no ofender», ha
dicho al diario.

 Abad Husita

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