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A...L...G...D...G...A...D...U...

S...F...U...
RES... Y BEN... LOG... LUMEN No 14
Junio 6 de 2022 (E.·. V.·.)

EL PRIMER VIAJE DEL APRENDIZ


Mis queridos hermanos, con el más fraternal de los saludos me permito presentar
a vuestra consideración la plancha que he titulado, “El primer viaje del aprendiz”.

El autor Aldo Lavagnini en su libro Manual del Aprendiz, nos dice con
relación a los viajes del aprendiz que, “Toda posibilidad de progreso, tanto interior
como exterior, estriba en el conocimiento de un camino, como algo que está
delante de nosotros y en el discernimiento de una determinada dirección, hacia
una meta que percibimos con mayor o menor claridad. La concentración de
nuestras energías interiores hacia una meta determinada es, en todo caso, la base
indispensable de todo esfuerzo que podamos hacer y de todo paso que podamos
dar en esa dirección”.

En ese mismo libro el autor también determina que, “El primer viaje se
presenta lleno de dificultades , de ardides y peligros, y se cumple en medio de los
ruidos más fuertes y variados, que representan el desencadenamiento de las
tempestades y de los vientos, símbolos de las falsas creencias, opiniones y
corrientes contrarias al mundo, con las que hay que enfrentarse en este primer
viaje, que es la prueba del aire de las antiguas iniciaciones, como lo demuestra
la purificación por el aire que corona este viaje”.

En el libro Masonería – El código de la luz - de autoría de Kaleb y Kashiel, se


hace referencia a que, “El primer viaje corresponde a la búsqueda de la verdad y
a la prueba del aire. La verdad es algo que evoluciona de forma permanente dentro
de su esfera. Por ello el candidato apenas llegado al templo, se ve obligado a
realizar este primer viaje simbólico, porque en él, solo puede encontrar el destello
indicador del camino. La prueba del aire será la prueba de las ideas, porque en
medio del ruido ensordecedor, el candidato debe de buscar su verdad”.

Kaleb y Kashiel complementan lo anterior diciéndonos que, “Este primer


viaje que se inicia en occidente y finaliza en este mismo punto cardinal después
de pasar por oriente, significando este viaje que las ideas por luminosas que sean
encuentran su ocaso en occidente y que el futuro aprendiz, debe de estar
dispuesto a abandonar el confort de las ideas establecidas, para ir donde la luz
nace y hacerse cargo de los nuevos designios, debiendo aportar al mundo su
subjetivismo, que tendrá como finalidad el trasladar la luz de oriente a occidente”.

Desde otra perspectiva masónica y de acuerdo con lo establecido en el libro


Diccionario Akal de la Francmasonería del autor Juan Carlos Daza, quien estipula
que “El candidato posterior a su ingreso al templo, es sometido a los viajes y
pruebas ritualisticas correspondientes, guiado por el hermano experto, quien lo
guía y motiva ser receptivo y a aprender, simbolizando esta guía el sentido íntimo
de lo justo, de lo bueno y de lo verdadero, y que el mismo es quien puede
conducirse por el sendero del progreso”.

Juan Carlos Daza complementa lo anterior diciéndonos que, “Este primer


viaje que corresponde también a la prueba del aire, es el emblema de la vida
humana con su dureza y dificultades, como lo son la ignorancia, las pasiones
impetuosas de la juventud, las inquietudes y penas de la madurez y los achaques
de la vejes, inconvenientes que no se pueden evitar y que solo se pueden afrontar
con la ayuda fraternal de un hermano”.

Para Saint Martin “El aire es un símbolo de lo sensible de la vida invisible y


un móvil universal y purificador. El aire también representa el elemento sutil e
intermedio entre el fuego y el agua, así como el resultado de la unión de las
propiedades del calor y de la humedad, que están unidas simbólicamente al viento
y al aliento, por lo que es considerado adicionalmente como el símbolo de la
espiritualidad, y que por ser uno de los elementos simbólicos por excelencia de
la masonería, que corresponde al movimiento, a la respiración que alimenta la
vida, a lo positivo y a la intelectualidad, siendo esencialmente uno de los
elementos que purifican al aprendiz”.

El primer viaje simbólico que realiza el recipiendario, lo cumple vendado o


sea restringido del sentido de la visión y desplazándose en sentido levógiro,
estando el místico sendero pleno de obstáculos, que no impiden pero si dificultan
la marcha, además que su sentido de la audición por momentos es saturado por
variados y diferentes ruidos, recordando todos estos obstáculos y sonidos, la
inestabilidad de la vida, con sus desniveles, situaciones imprevistas y
aparentemente fuera de control, pero que en realidad son un compendio de
enseñanzas simbólicas y fundamentales para el nuevo iniciado, porque al recorrer
el tortuoso camino en compañía del hermano experto, experimenta que debe de
hacerlo con serenidad, la cual le es trasmitida con benevolencia por su guía quien,
además de irradiarle tranquilidad le infunde la entereza necesaria, para que pueda
superar las dificultades de esos apartes ritualisticos de la ceremonia de iniciación.

Finalmente considero que el primer viaje y la purificación por el aire, hacen


parte del despertar esotérico del intelecto del nuevo iniciado, porque después de
vivir la prueba de la tierra dentro del cuarto de reflexiones, complementa la
trasformación alquímica e iniciática con la prueba del aire, que sencillamente le
enseñan a mantenerse firme ante las tempestades de la vida y a buscar un mejor
porvenir existencial, con el dominio simbólico del aire y de los vientos.

H .·. JUAN MANUEL LESMES DUQUE 33°


P .·. V .·. M .·. LOGIA LUMEN No 14
Bibliografía:
• Lavagnini, Aldo, Manual del Aprendiz, Editorial Kier, 2002
• Kaleb y Kashiel, Masonería - El Código de la Luz, Editorial Arkano Books,
2007.
• Daza, Juan Carlos, Diccionario Akal de la Francmasonería, Ediciones Akal,
1997.

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