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Texto:
Sanbalat y Tobías estaban desesperados al ver como la obra de reconstrucción de los
muros avanzaba a pasos agigantados. Ya el muro de la ciudad estaba casi terminado
y sus esfuerzos por detener su construcción estaban fracasando. Así que intentaron
otra cosa: centraron sus ataques en el carácter de Nehemías. Si lograban asustar o
eliminar a Nehemías destruyendo su credibilidad frente al pueblo, los podrían
desanimar y poner fin a su esfuerzo [1]. Los ataques personales hieren y más
cuando la crítica es injustificada. En tales circunstancias es fácil desesperarse,
perder el entusiasmo y la pasión en el servicio. Ninguno de nosotros está exento de
recibir ataques personales porque cuando nos empeñamos en hacer la obra de Dios,
somos blanco de nuestros opositores. Nehemías enfrentó y venció los ataques
contra su carácter, porque no le dio crédito a quienes se oponían, él se enfocó en la
asignación que tenía de Dios. NO fue la “gente” la que te llamó a realizar esta labor,
sino Dios.
Quiero dejar en tu mente tres maneras de cómo responder a los ataques que
pretenden restarte credibilidad, infundirte miedo e impulsarte para que renuncies a tu
llamado.
Una «carta abierta» sugería que la información que contenía era de dominio público.
Estaba llena de acusaciones difamatorias contra Nehemías y su pueblo. «Se dice» es
una de las principales armas del diablo. «Dicen» o «he oído» son frases que por lo
general preceden al chisme y a las mentiras.
Quisieron sembrar la duda en el pueblo sobre los verdaderos motivos e intenciones
del liderazgo de Nehemías. Lo acusaron sus detractores de rebelión y de apoyarse en
falsos profetas para proclamarse rey de los judíos, y rebelarse abiertamente contra el
rey Artajerjes, quien lo había autorizado a reconstruir los muros de Jerusalén [4]. Sus
enemigos se ofrecen como amigos protectores para buscar silenciar las calumnias que
ellos mismos habían inventado contra Nehemías.
Tengamos presente que Dios siempre reivindica a los siervos que le sirven con
integridad. Siempre que nos mantengamos enfocados en la asignación divina, Dios se
encargará de todo lo demás.
La verdadera intención del falso profeta Semaías era que Nehemías profanara el lugar
santo (la casa de Dios), al no estar autorizado por no ser sacerdote, para luego
cuestionar su devoción a Dios delante del pueblo (Número 18:7).
Como ellos conocían la vida espiritual de Nehemías querían usarla en su contra para
desacreditarlo como un violador de la ley de Dios. Los enemigos de Daniel usaron la
misma estrategia (Daniel 6).
Nehemías se dio cuenta de que Dios no había enviado a Semaías, sino que Tobías y
Sambalat lo habían sobornado para intimidarlo y hacerlo pecar. Generalmente el
“traidor” se muestra amigo e interesado en ayudar, haciendo un desborde de
generosidad y lisonjas.
EL PERFIL DE UN TRAIDOR.
Se muestra amigo.
Está cerca.
Comparte espacios.
Se alimenta de ti.
El amor a intereses es mayor que hacia ti.
Se muestra sumiso.
Exagera ser justo.
Se ahorcan solos.
JUDAS ES SU NOMBRE.
CONCLUSIONES
Winston Churchill, el gran orador y líder político de Inglaterra dijo: “¡Nunca se dé por
vencido! Nunca, nunca, nunca, nunca. ¡Nunca se dé por vencido!”.
La tentación que Nehemías tuvo que resistir fue rendirse ante la oposición interna y
externa. Sin embargo, el siguió trabajando hasta terminar el proyecto de
reconstrucción.
Nada ni nadie lo desvió del propósito de Dios. Insistió en que hasta sus enemigos
aceptaran que sólo el Señor había logrado este gran triunfo, no su siervo (Nehemías
6:15-16). Se aseguró de que Dios recibiera toda la gloria