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El álbum: materialidad y literatura

En esta unidad, nos adentraremos en uno de los géneros literarios que más
desarrollo ha tenido en los últimos 30 años. Es un género que se produce
masivamente, se lee masivamente y ha sido indicado como la herramienta más
eficaz para promover el gusto por la lectura en los niños.

Pero antes de entrar de lleno en sus características y posibilidades, nos


detendremos para definir ciertos aspecto elementales que hacen un libro sea un
álbum y no otra cosa. Te invitamos a ver la siguiente presentación: Algunas
definiciones de álbum

Y a leer los siguientes textos, con el fin de consolidar la definición que podemos
construir de álbum:

1. El primer artículo es del investigador y autor de libros álbum,oriundo de


Polonia, Uri Shulevitz.Qué es un libro álbum-Shulevitz
2. El segundo artículo es del también autor de álbumes, David McKee. El
álbum como medio-David McKee

Por los escasos límites semánticos y semióticos del álbum, éste ha empezado a
constituirse como un género literario que no es solo para público infantil. De
hecho, ya se habla de álbumes para jóvenes y adultos, construidos en base a una
complejidad diferente, tanto en textos como en imágenes.

Volviendo al tema que hablábamos en la unidad anterior, en el caso del libro


álbum, la utilización que se hace del lenguaje escrito es, en general, escasa y es
la imagen la que toma el protagonismo. Por su concepción, los álbumes utilizan,
generalmente, entre 8 y 12 palabras por página por lo que la construcción
lingüístico-estética no es fácil de lograr. Concebir una imagen con una carga
poética y estética, que no solo describa el hecho que está sucediendo, es el gran
desafío de los autores de álbumes que, para ser exitosos en este propósito
debieran apartarse de la creación con un afán literario y centrarse en el hecho de
que están creando una forma de arte visual.

Uri Shulevitz

Tal como señala el escritor e investigador polaco Uri Shulevitz: “en


un verdadero libro álbum las palabras no se sostienen por sí solas”
y eso es porque el álbum se conforma de dos códigos, el visual y el
escrito, y, dependiendo del libro del que estemos hablando,
muchas veces será el código visual el que sea el constructor
principal de imagen significativa.
 Kenneth Marantz

El investigador estadounidense Kenneth Marantz va más


allá, y señala:

“Los libros álbum deberían percibirse y valorarse como una


forma de arte visual y no como arte literario. Insistir en
estudiarlos como literatura, nos lleva a apreciar las
ilustraciones más como simples asistentes que como símbolos con personalidad
propia.”

Zorro, de Margaret Wild

Contenidos
● 1. Materialidad
● 2. Constitución de un álbum
● 3. La doble página
● 4. Evaluación
Materialidad
Cuando somos capaces de mirar el álbum desde una perspectiva diferente, sin
establecer

Gerard Genette

una jerarquización de códigos, sino que leyendo cada signo lingüístico y visual en
su mérito, muchas de las categorías de análisis literarias dejan de ser suficientes.
Así, los niveles textuales identificados por el estructuralista francés Gérard
Genette solo sirven como base teórica para construir nuevas categorías o para
adaptarlas a la realidad del álbum.

En este sentido, nos abocaremos a lo que Genette identifica como paratextos.


Esta categoría de análisis fue ampliamente difundida a través de una de las obras
cumbre de la teoría literaria con base estructuralista: Palimpsestos. Para el
francés, todo lo que sucede fuera del libro también contribuye a la experiencia
lectora. Así, hay paratextos fuera del libro, que abordan todo lo que sucede en el
espacio exterior al libro: lanzamiento, crítica literaria sobre la obra, firmas de autor,
etc. Paratextos externos, que involucran portada, portadilla, contraportada; y
paratextos internos, analizados desde el papel, la tipografía, ilustraciones
interiores.

Cuando el libro álbum comienza a ser objeto de estudio y de análisis literario, los
investigadores comenzaron a adaptar la nomenclatura utilizada por Genette para
que sirviera a los propósitos del análisis. Así, en el concepto de los paratextos
externos se incorporaron las guardas, la segunda portadilla y el lomo; y en los
paratextos internos, se agregó la doble página y las ilustraciones interiores –por
razones lógicas de carga semántica- comenzaron a desbordar la categoría de
paratexto, puesto que sus nociones de análisis resultaban claramente
insuficientes.
Así, surgen nuevos conceptos definitorios de los elementos en base a los que se
construyen los libros. Nos remitiremos a la categorización que realiza la
investigadora francesa Sophie Van der Linden, quien estructura la categorización
bajo el rótulo de materialidad.

Este concepto está arraigado en el libro mismo pues considera que todo lo que
conforma el libro álbum es fundamental para su lectura, comprensión e
interpretación.

Ya no hablamos de elementos accesorios, sino que de recursos formales que


están involucrados en la construcción de sentido del libro. La tipografía, el tipo de
papel, la portada, son tan importantes como el cuerpo mismo de la historia.

Constitución de un álbum
A continuación, definiremos cada una de las partes que constituyen un libro álbum,
siempre pensando en que los que cumplen con estas características son
los buenos libros.

Portada
Constituye la puerta de entrada al álbum. En la portada hay información de mucha
relevancia y es en ella donde comienza a contarse la historia. En algunos casos
tendrá una ilustración representativa de lo que sucede al interior del libro; en otros
casos, será una imagen completamente nueva, distinta, que no veremos
nuevamente al interior. El diseño editorial juega un rol fundamental en la portada
de un álbum, puesto que una mala decisión puede, literalmente, matar al libro.

Por ejemplo, Lobo, del francés Oliver Duzou, es un libro para primera infancia en
que el lobo se va armando por partes a medida que avanzan las páginas. Cuando,
finalmente, el lobo se pone sus dientes y da un gruñido, se quiere lograr un efecto
de ‘lobo feroz’, que no es tal, ya que al final este lobo tan feroz, terminará
comiendo una zanahoria. Las portadas de la edición en francés y en español son
idénticas; sin embargo, la portada diseñada para el mercado anglosajón destruye
la sorpresa final del libro, puesto que nos informan de inmediato que el almuerzo
del lobo es una zanahoria.
Algo similar sucede con la edición en francés de nuestro clásico Voces en el
parque, del autor inglés Anthony Browne. En la portada original ingles y en la
edición en español, se mantiene el mismo texto y el cambio de tipografías para la
palabra VOCES, lo que aporta una amplia gama de significados al álbum. Sin
embargo, en la edición francesa, el título es “Una historia a cuatro voces”,
eliminando todo el significado que el lector le puede dar al libro en una primera
lectura, antes de saber que son cuatro las voces que narran la historia.
Por el contrario, una buena decisión editorial en torno a la portada, realzará el
contenido estético y literario del álbum. Te invitamos a ver algunas buenas
portadas de álbumes aquí.

Guardas (iniciales y finales) 
Fundamental para todo libro álbum, cuando es bien utilizado, este elemento
construye una significación muy amplia dentro del libro. En muchos casos cuenta,
incluso, una historia paralela, diferente a la que narra el libro; por lo tanto, su uso
va a amplificar las significaciones semánticas y semióticas de la narración. Es
importante tener en cuenta que esta misma amplificación de significaciones
implica que, en muchos casos, la guarda no necesariamente tendrá un correlato
lógico con la historia y tampoco será introductoria de la narración. En ocasiones,
entregará pistas o, como recién señalamos, algún relato paralelo.

Asimismo, podremos encontrar guardas de un solo color, guardas ilustradas,


guardas distintas para el inicio y para el final.
Podríamos decir que hay dos reglas para que una guarda sea considerada como
un recurso bien utilizado: 1. que sea coherente con algo dentro del libro; de este
modo, si la guarda es de un solo color, este color debe tener una relevancia para
la historia o para la materialidad del álbum; y 2. que sea de doble página. No
puede haber una página simple de guarda pues, como veremos más adelante, la
doble página tiene un rol fundamental en el ritmo de la narración y en ese espacio
de tiempo que el lector destina a detenerse en la página.

Te invitamos a ver algunas buenas guardas aquí.

Portadilla
Esta parte del libro también se constituye en un recurso muy importante a la hora
de generar expectativas de lectura, y también para mostrar ciertos elementos que
serán importantes para la narración. Un aspecto importante a destacar es el hecho
de que algunos libros incluyen una doble y hasta triple portadilla, iniciando la
narración paulatinamente. Siempre, siempre, hay que prestar atención a los
elementos de esta parte del álbum.

Un clásico ejemplo lo constituye la portadilla de Voces en el parque (Anthony


Browne, 1991), que muestra el sombrero rojo de la madre de Carlos, que estará
presente, de diversas maneras, a lo largo de todo el libro.

Portadilla Voces en el parque

Aquí podrás ver algunas buenas portadillas.

Contraportada
Por lógica o costumbre, podríamos entender que toda contraportada debe ‘cerrar’
el libro, cerrar la narración. Y es lo que sucede en la mayoría de los libros. Sin
embargo, en algunos casos la contraportada abrirá una nueva línea en la historia,
dejará algún cabo suelto o nos mostrará que no todo está dicho.

Algunos autores generan una contraportada que crea un todo con la portada, por
lo que al abrir completamente el libro, hay una imagen continua, en doble página.
En la siguiente presentación, puedes ver variados ejemplos de buenas
contraportadas.

Una vez analizados todos estos recursos, es fundamental insistir en que todos los
recursos que utilizan los álbumes son importantes para su comprensión global.

Lo mismo sucede con las narraciones gráficas, puesto que los autores han
comprendido que pueden utilizar todo el espectro material de la obra para contar.

La doble página
“La doble página, superficie de inscripción privilegiada del álbum, es su unidad primaria.
El álbum es uno de los pocos tipos de libros estructurado a partir de esta escala, y puede
incluso llegar a ignorar la compartimentación de la página, con composiciones que se
expandan sobre la totalidad de la superficie del libro abierto. El formato, la sucesión de las
páginas, la materialidad del libro y, más globalmente, la misma organización de los
mensajes sobre el soporte, adquieren así una mayor importancia en la producción de
significado.” En Álbum[es], Sophie Van der Linden.
 

Doble página de El Túnel, Anthony Browne


 
 La doble página es la unidad estructural del álbum. Así como en el cómic lo es la
viñeta, en el álbum es la doble página.
El uso de esta unidad tiene una doble finalidad. Por un lado, su objetivo estético es
generar una sensación de llenura, al completar dos páginas con una ilustración
que, por general, está sangrada, es decir, no hay un marco que delimite el inicio y
el fin de la ilustración, y se genera una sensación de que la imagen continúa.
Por otro lado, el objetivo narrativo es generar un quiebre en la narración. No por el
hecho de pasar a otro tema, sino que porque la doble página rompe con el ritmo
de la narración para generar un impacto en el lector. Dar vuelta la página y llegar a
una doble página, provoca, por un par de segundos, que el lector deba readaptar
su vista y la estructura narrativa que venía siguiendo, a este espacio en el que la
ilustración o el texto amplían las significaciones. Esto no quiere decir que,
obligatoriamente, una doble página deba “agrandar” la imagen –puesto que puede
haber dobles páginas blancas con un mínimo texto- sino que se expande el
espacio de lectura del lector, rompiendo con su esquema inicial. Asimismo, la
doble página generará, irremediablemente, un cambio en la velocidad de lectura:
la doble página nos obliga a quedarnos ahí por más tiempo, para descubrir por
qué el autor insertó ese doble espacio en ese preciso lugar. Además, entre una
doble página y otra, hay una brecha, un vacío que el lector debe llenar, lo que
acrecienta su importancia en para una lectura activa.
Es importante señalar que, en ocasiones, algunos autores se engolosinan con la
doble página y ésta deja de tener el sentido estructural y narrativo para el que fue
creada. De hecho, hay muchos libros que se componen únicamente de dobles
páginas, sin dejar espacio a ese quiebre, a ese cambio de ritmo, a ese vacío que
provoca la aparición de una doble página.
Un ejemplo notable de la buena utilización de las dobles páginas es el libro del
maestro Sendak, Donde viven los monstruos.
Te invitamos a leerlo y a analizar la utilización de la página simple, de la doble
página y de los espacios en blanco que deja el libro. (La versión que leerás, no
tiene texto).
Donde viven los monstruos
 

Evaluación
Para sintetizar los contenidos que hemos revisado hasta el momento, acerca del
nuevo concepto de infancia, de los temas que tratan los libros dirigidos a los niños
y los aspectos de la materialidad, te invitamos a leer detenidamente los siguientes
álbumes:
Los tres bandidos, Tomi Ungerer

 
La cocina de noche, Maurice Sendak
Luego de la lectura, deberás:
1. Realizar un análisis de los elementos que componen cada uno de los álbumes
propuestos en cuanto a su materialidad.
2. Una vez identificadas cada una de sus partes, señala por qué crees que los
autores utilizaron esas portadas, guardas, portadillas, etc. y de qué manera
influyen en la forma en la que entendemos y apreciamos la historia.
3. Analiza los libros desde una perspectiva literaria en cuanto a lo que sucede con los
protagonistas. ¿Cuáles son las implicancias que crees que estos libros tienen en
los lectores niños y adultos? ¿Generan esa instancia de descubrimiento intersticial
de que hablamos en la unidad 1?
Formalidades:
● Extensión: 2 páginas máximo
● Letra Verdana, Trebuchet, Calibri o Times New Roman, tamaño 11
● El documento debe contener tu nombre y apellido en el nombre de archivo
● Adjunta el documento en esta misma página.
● Plazo de entrega: 24 de septiembre.

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