Pontificia Universidad Javeriana

David Alejandro Castillo Salazar

Seminario Práctica educativa y políticas

Enfoques teóricos y metodológicos de las Políticas y Gestión de los Sistemas Educativos

Barcena, Fernando y Mélich, Joan-Carles. La educación como acontecimiento ético. La condición

humana en la época moderna. (Capítulo 1).

Arent, Hannah., (2004). ¿Qué es la Política? España: Editorial Paidos.

Identificar los conceptos del autor y explicar porque ayuda a la comprensión del texto

Los principales conceptos que se ven reflejados en el análisis que se realiza frente a la obra
inconclusa es que cuando Hannah Arendt afirma en las primeras páginas de la condición humana,
que lo que se propone es nada más que pensar en lo que hacemos, está sugiriendo que no se
trata de investigar la naturaleza humana sino las actividades humanas en términos de la
experiencia de éstas, en términos de los más recientes temores y experiencias.

Arendt entiende la labor como la dimensión ligada a la necesidad, al ciclo de repetición de la

naturaleza, esto es, la labor produce todo lo necesario para mantener vivo al organismo humano y
a la especie. Se caracteriza por no dejar nada tras de sí: sus productos están destinados a ser
consumidos y desaparecen casi tan rápidamente como han aparecido (Arent, 2004).

Por otra parte trabajo: es productivo, sus resultados están destinados no tanto a ser consumidos
como a ser usados, tienen un cierto carácter duradero. Frente a la característica repetición del
laborar, el trabajo, la fabricación multiplica, amplía algo que ya posee una existencia relativamente
estable. El trabajo constituye la dimensión por medio de la cual se produce la variedad inagotable
de cosas que constituyen el mundo en que se vive, el artificio humano. (Arent, 2004)

El proceso de fabricación está enteramente determinado por las categorías de medio y fin. La cosa
fabricada es un producto final en el doble sentido de que el proceso de producción termina en ella
y de que sólo es un medio para producir tal fin. A diferencia de la rutinaria actividad de la labor,
donde laborar y consumir son sólo dos etapas de un idéntico proceso, la fabricación y el uso son
dos procesos absolutamente distintos. (Arent, 2004)

La categoría de natalidad la acción como natalidad apunta exclusivamente al hecho del inicio,
nacer es aparecer, hacerse visible, por primera vez, ante los otros, entrar a formar parte de un
mundo común. Estar vivo, en este sentido, significa no poder resistirse a la auto exhibición para
reafirmar la propia apariencia. (Arent, 2004)

La libertad tiene que ver, pues, con pluralidad la cual es entendida como elemento constitutivo de
la condición humana. Pluralidad tiene que ver con distinción, tiene que ver con lo que se muestra
a través de la acción y del discurso. Con las cosas compartimos la alteridad, la curiosa calidad que

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posee todo lo que es, pero la distinción es propia de la acción humana. En la medida que
pluralidad significa distinción, es posible la revelación en el medio público de la individualidad de
cada uno, de la identidad. (Arent, 2004)

El pensamiento político y filosófico de Arendt busca una teoría política que no condiciones, ni
ordene la forma en cómo actuar significa, por una parte, obviar la fragilidad de la acción, la
incertidumbre de su curso y, por otra, constituye uno de los síntomas de la desaparición del
espacio público en el mundo moderno, condición de la acción y de la libertad.

El totalitarismo rompe la continuidad de la historia occidental y subvierte nuestra manera

tradicional de pensar la cultura y la educación. El totalitarismo busca no la dominación despótica
sobre los hombres, sino un sistema en el que los hombres sean superfluos. El poder total sólo
puede ser logrado y salvaguardado en un mundo de reflejos condicionados, de marionetas sin el
más ligero rasgo de espontaneidad.

Este auge de la duda cartesiana conduce a la pérdida de un mundo común y la desvalorización de

la experiencia pública de la acción y del discurso en beneficio del mundo privado.

La época moderna se caracteriza por el auge de lo social. Este auge de lo social consiste en
la expansión de las actividades económicas como objeto central, y casi único, de la
actividad política, algo así como en la gestión y administración de la vida, como propósito
central de lo político. Esta preocupación casi exclusiva por los asuntos económicos se
resuelve en la destrucción de la esfera pública, el único ámbito en que pueden aparecer la
libertad y la acción. (Barcena, 2000, pág. 41)

El ideal de la ciudadanía apunta, sin embargo, a la idea de una actividad que compromete la propia
identidad personal, como habitante de la ciudad, y que depende de una manera pública de ver y
estar en el mundo.

El concepto de ciudadanía defendido por Hannah Arendt el derecho a gozar de todos los derechos
específicos de una sociedad democrática y de un mundo común. Esta perspectiva sobre la
ciudadanía está conectada con la experiencia de los desposeídos, de los que un día tuvieron voz y
un espacio público en el que moverse libremente, y ya no lo tienen (Barcena, 2000)

Que pregunta responden

La educación como acontecimiento ético, la pedagogía de la radical novedad, un intento

incesante por traducir en el lenguaje de la experiencia el peligroso y a menudo brutal choque del
hombre moderno con los hechos.

Párrafo que se quiera discutir

Lo que necesitamos es más civilización y otra clase de civilización al mismo tiempo. Es decir: una
educación en la que el principio de la novedad le sea esencial e implique otra diferencia y una
cierta durabilidad o permanencia, es decir, repetición, pero de lo distinto. Se trata de una

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civilización que acepte en su esencia otra manera de pensar la razón como motor del progreso
(Barcena, 2000, pág. 46)

Se trata de una educación asentada y generadora al mismo tiempo de una razón y cultura
anamnéticas, basadas en la formación de la memoria. Sólo una educación así será capaz de
reconocer la humanidad allí donde se encuentre. Además, tenemos que aprender a pensar con el
hilo de la tradición rota, y con la conciencia formada de una historia discontinua. Tenemos que
aprender a pensar la educación y la civilidad en la hendidura del tiempo, en un punto separado
tanto del pasado como del presente. (Barcena, 2000, pág. 47)