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MALVINAS Bajo palabra

Jorge Sáenz

JORGE SAENZ

MALVINAS
BAJO PALABRA
LA VERDAD FUE LA PRIMERA VICTIMA DE LA GUERRA

CONCLUSIONES DEL INFORME RATTENBACH

ENTREVISTAS Y DECLARACIONES DE LOS VETERANOS DE GUERRA

LOS MOTIVOS OCULTOS QUE NOS LLEVARON AL CONFLICTO

Atlantic Ebooks
2VCYA23-12-13

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Diseño de tapa: del autor.


Corrección de texto y diseño: Lic. Gabriela Ocampo
Fecha de catalogación: 09/10/2013

Sáenz, Jorge
Malvinas bajo palabra, 1a. ed. Del autor.
Buenos Aires, 2013. E-Book
Edición en PDF Adobe Acrobat 8.1 a 649 páginas.
ISBN 978-987-33-3975-2
1. Historia Argentina. I. Título.
CDD 982

Todos los derechos reservados


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No te dejes vencer por nada extraño a tu espíritu.


Piensa, en medio de los accidentes de la vida, que tienes
dentro de ti una fuerza madre, algo fuerte e
indestructible, como un eje diamantino alrededor del cual
giran los hechos mezquinos que forman la trama del
diario vivir. Sean cuales fueran los sucesos que sobre ti
caigan, sean de los que llamamos prósperos, o de los
que llamamos adversos, de los que parecen envilecernos
con su contacto, mantente de tal modo firme y erguido,
que al menos se pueda decir siempre de ti que eres un
hombre.
Séneca

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ÍNDICE
PALABRAS DEL AUTOR 13

Capítulo I

RESPONSABILIDADES 20
El rol de los gobiernos 25
Los golpes cívico militares 29
Rivalidad entre las FF AA 36
Desmalvinización 42
Capítulo II

EL SILENCIO DE LOS CULPABLES 48


Kelpers 52
Farsa británica 55
Punto de inflexión 60
Capítulo III

¡HUNDAN AL SHACKLETON! 62
Señor Almirante… teléfono 63
Hipocresía británica 66
Hace 200 años 69
Aterrizaje inesperado 72
Capítulo IV

ANGLOFOBIA 74
Invasiones inglesas ¿cuál de ellas? 77
Influencia de la educación 79

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Desmanes en Buenos Aires 80


Capítulo V

MARCO ESTRATEGICO MUNDIAL 83


La guerra fría 83
Desarrollo naval soviético 84
El rol de las Islas Malvinas 87
El Tratado Antártico 91
Capítulo VI

ESPIONAJE EN PARÍS 93
Agentes del MI6 y de la DGSE 97
Julio… te estoy escuchando 101
Al mercado negro 103
Capítulo VII

EVOLUCIÓN DE LA CRISIS 107


Origen de la opción militar 108
En el Pentágono 113
En la Casa Rosada 119
Enfoque británico 122
Apoyo político y militar chileno 124
Capítulo VIII

OPERACIONES ANFIBIAS 130


Incidente en las Georgias 135
Advertencias de Reagan 144
Washington DC 147
La Fuerza de Tareas en camino 154
Capítulo IX

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LAS ISLAS MALVINAS 155


El ambiente en Puerto Stanley 157
Vuelos sospechosos 158
Recuperación de las Malvinas 160
¡Opsss! 175
El apoyo de EE UU 177
Capítulo X

¿VENDRÁN LOS INGLESES? 183


Bruselas sede de la NATO 183
Opiniones 184
Evasión de información 188
La trampa británica 190
Capítulo XI

EN UN MANTO DE NEBLINA 192


Las Islas Georgias 197
Recuperación de las Georgias 201
Capítulo XII

BARCOS Y AVIONES ESPÍAS 205


Exploración aérea conjunta 206
Naves espías 209
Capítulo XIII

EL DÍA DESPUÉS 213


¿Soberanía o negocios? 214
Problemas logísticos 217
Llega el Gobernador 223
Capítulo XIV

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LA INFANTERÍA DE MARINA 225


El Batallón de IM N° 5 228
Psicosis 236
El superior jerárquico 237
Cruce del BIM 5 240
Capítulo XV

LA ODISEA DEL RI 5 263


Órdenes y contraórdenes 263
Obediencia debida 269
Capítulo XVI

DESPLIEGUE NAVAL 275


Alcázar de Toledo 277
Vaticinio 280
Pérdida de las Georgias 283
Capítulo XVII

DISCIPLINA 288
Falso acuerdo de paz 289
Rutinas de trinchera 291
Problemas logísticos 296
Capítulo XVIII

LA FUERZA SILENTE 300


Armas estratégicas 300
Problemas de mantenimiento 304
Submarino ARA San Luis 305
En el Departamento RRPP 307
Capítulo XIX

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Y UN DÍA LA TIERRA TEMBLÓ 309


Operación “Black Buck‖ 321
Capítulo XX

GUERRA EN EL MAR 325


Sin viento para volar 331
Crucero “Belgrano” 334
Aviso “Sobral” 337
Señor tengo un rumor hidrofónico 339
Ataques frustrados 343
El Submarino “Salta” 347
Operación “Algeciras” 349
Capítulo XXI

LA TUMBA DE LOS HÉROES 353


Lecciones olvidadas 354
Naves auxiliares 357
Ataque al “Narwal” 359
Ataque al “Isla de los Estados” 365
El fin de los buques logísticos 368
Capítulo XXII

EXOCET 370
Sheffield, ataque histórico 372
Bombardeo naval 383
Capítulo XXIII

SORPRESAS 387
Radio “Pavada” 389
Chatarreros 393

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Pasados por agua 395


Los dos desertores 397
Capítulo XXIV

GOBIERNO MILITAR EN MALVINAS 401


El General Jofre 406
Golpe de mano en Borbón 413
Capítulo XXV

LA ODISEA DEL RI 12 416


El Servicio de Conscripción 418
Capítulo XXVI

OPERACIÓN “MIKADO” 432


Londres 432
Un objetivo estratégico 435
Río Grande 437
El SAS en Tierra del Fuego 440
Los bebés duermen 447
“Bandidos” en el radar 448
El fracaso del SAS 452
Capítulo XXVII

DESEMBARCO ENEMIGO 456


Atlantic Conveyor 463
En la primera línea 470
Fugas de información 474
Capítulo XXVIII

EL ROL DE LOS MEDIOS 476


Ética, derechos y mentiras 478
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Copetes sin fundamentos 483


En venta 488
La ropa sucia se lava en casa 491
La Nueva “Rosa de Tokio” 494
La Gaceta Argentina 496
Operaciones sicológicas 496
Capítulo XXIX
DEFENSA DE DARWIN 500
Los medios enemigos 505
Órdenes a distancia 508
Papelón 509
Rendición 513
Capítulo XXX

OPERACIÓN “UKA-UKA” 517


Iniciativas 517
¿Y el enemigo dónde está? 520
Capítulo XXXI

HECHOS 525
Aventuras en el Paraíso 526
Acción conjunta: “Invincible‖ 529
Propuesta indecente 533
Indisciplina 538
Arenga del Gral. Menéndez 544
Capítulo XXXII

BAHÍA AGRADABLE 546


Ataque aéreo 548
Inoperancia del Alto Mando 549

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Capítulo XXXIII

EN LA GRAN MALVINA 555


RI 8, Bahía Fox 556
RI 5, Puerto Howard 558
Capítulo XXXIV

RI 4, SISTERS Y HARRIET 563


Experiencias de guerra 565
Una misión de sacrificio 567
Relevo inesperado 572
Visita Papal 574
Improvisaciones 577
RI 7, Longdon 579
El repliegue del RI 7 584
Capítulo XXXV

BIM 5, TUMBLEDOWN 585


Los demonios de Pony Pass 589
Decisión temeraria 594
No aguantarán mucho más 597
Capítulo XXXVI

COMBATE DE SAPPER HILL 614


Una carta por diez medallas 622
Castigo de un castigado 624
Un padre, miles de padres 625
Aprender las lecciones 627
Capítulo XXXVII

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MALVINAS Bajo palabra
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REFLEXIONES 630
La soberanía 632

TESTIMONIOS 635

BIBLIOGRAFÍA 639

DEL AUTOR 646

OTRAS OBRAS DEL AUTOR 648

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Palabras del autor:


Esta obra fue escrita después de 31 años de ocurrido los
hechos. Tiene por lo tanto una sensible ventaja porque la heurística
resulta más sencilla y la documentación abunda. Las pasiones se
enfriaron y los sentimientos no son los mismos, aunque se
mantienen porque todavía permanecen heridas abiertas. Las
posibilidades de recuperar las Islas son actualmente nulas, porque
nuestro reclamo de soberanía se encuentra en el punto cero;
podríamos decir debajo del cero, en virtud de no tener una política
exterior en armonía con las nuevas circunstancias, y las Islas se
han convertido en una fortaleza militar británica. Adicionalmente
hemos perdido credibilidad en el concierto internacional, y un país
africano hasta se dio el lujo de humillarnos al retener nuestro buque
insignia, la Fragata ARA Libertad en el puerto de Toma.
A contrapelo del respeto que se merecen nuestros veteranos de
guerra, hay organismos oficiales que los ofenden cuando describen
la Guerra de Malvinas como una ―humillante derrota‖, concepto
completamente alejado de la realidad, porque nuestros
combatientes lucharon de tal manera, que debería ser una fuente de
orgullo para nuestra juventud. Una cosa es estar en el frente de
combate, y otra muy diferente es el comentario superficial, a veces
resentido, surgido alrededor de un café humeante en algún ignoto
lugar.
No es suficientemente conocido el enorme esfuerzo que
significó para la Argentina, reclamar a Inglaterra durante un siglo
y medio la soberanía sobre las Islas Malvinas, Sándwich, y
Georgias del Sur, que recibieron como respuesta actitudes
arrogantes, a veces humillantes o intimidatorias por parte del Reino
Unido, cuyos únicos títulos se basan en el empleo de la fuerza, la
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dilación y el engaño. El gobierno británico violó el Tratado 1825 de


Comercio, Amistad y Navegación; hizo caso omiso de las
Resoluciones de las Naciones Unidas, y explota descaradamente los
recursos renovables de las Islas en su zona de influencia. Un
fatigoso siglo y medio de fracasadas tratativas, no fueron suficientes
para que nuestros gobiernos intentasen buscar otros caminos en el
marco de su política exterior, porque antes de reclamar la
soberanía, habría que haber producido una penetración cultural y
comercial importante y predisponer favorablemente a los isleños y
al gobierno inglés.
Durante las conversaciones espontáneas generadas en las
reuniones sociales, al enterarse de que fui infante de marina, me
preguntaban si había participado de la Guerra de las Malvinas. Ese
interrogante siempre me incomodó, porque el tema fue politizado y
tergiversado de tal manera, que se instaló en la mayoría de los
argentinos una imagen fuertemente negativa, incrementada por la
falta de conocimiento de los hechos y de la influencia que tuvo el
contexto internacional de los acontecimientos. Se ignora o se oculta
lo honroso de la actuación de buena parte de nuestros soldados en
tierra, de los pilotos, y de algunos marinos, que lucharon a pesar
de estar convencidos de que iban a ser derrotados por una potencia
mundial apoyada día y noche por los EE UU y Chile. La falta de
preparación, improvisación, y las serias limitaciones evidenciadas
por el gobierno de facto y de los Altos Mandos para conducir las
operaciones, no fueron obstáculos para que nuestros combatientes
produjeran a los ingleses enormes e inesperados daños, que no
tienen parangón desde la Segunda Guerra Mundial. Ante la decisión
de desembarcar en las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982 sin
prever su posterior defensa, se abre un importante interrogante,
porque ningún militar profesional habría dispuesto una acción de
ese tenor sin desarrollar planes para el ―día después‖. ¿Qué
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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

suposición manejaba Galtieri para decidir esa operación? Este


fundamental interrogante es revelado en esta obra de investigación,
dato que asombrará al lector. Todo lo ocurrido después es una
lógica consecuencia, y desnuda las limitaciones que tuvieron
nuestras Fuerzas Armadas para enfrentar un conflicto inesperado y
de envergadura. A pesar de ello, la iniciativa personal o colectiva,
el patriotismo y sacrificio de muchos de nuestros combatientes en el
aire y en la tierra, sorprendieron por su bravura y efectividad, que
estuvieron a punto de obligar al enemigo a suspender la ofensiva.
Para concretar esta obra, no todos los veteranos aceptaron ser
entrevistados, porque la guerra los había marcado muy fuerte y no
querían revivirla en sus recuerdos. Otros hablaban con entusiasmo
y relataban en detalle sus vivencias, y revelaron aspectos
interesantísimos que salen a la luz por este medio.
Por las funciones que desempeñaba en ese entonces, me
encontraba muy alejado de la guerra, porque en 1982 fui Jefe de
Ceremonial y Protocolo en el Departamento Relaciones Públicas
del Estado Mayor General de la Armada, Edificio Libertad. Era un
cargo que podríamos definir como la antípoda del conflicto, aunque
con los años me di cuenta de que si bien no había participado de la
guerra, tuve la oportunidad de vivirla paso a paso y desde una
posición privilegiada.
Semanas antes del desembarco del 2 de abril, fui sometido a
una intervención quirúrgica, y durante los días del posoperatorio en
el hospital y posterior convalecencia domiciliaria, fueron
desarrollándose los hechos de las Georgias y el posterior
desembarco en las Islas Malvinas. Mientras me recuperaba recibí
en mi domicilio un llamado telefónico del Contralmirante Luis
Tártara, que ocupaba el cargo de Jefe de Infantería de Marina en el
Estado Mayor General, para preguntarme si tenía algún

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

inconveniente en realizar cada dos días, una guardia de 24 horas,


para ―llevar la situación tierra‖ en la Sala de Situación instalada
en la Jefatura de Operaciones del Estado Mayor. Por supuesto, que
contesté afirmativamente.
Esa Sala tenía un gigantesco mapa del Atlántico Sur que
abarcaba parte de la Patagonia y de las Islas Malvinas, donde se
graficaba la ―situación mar y aire‖. Para ello contaba con un
oficial de enlace de la Fuerza Aérea, pero no del Ejército. La
situación tierra se llevaba en un cuarto vecino, donde estaban
desplegados mapas generales de las Islas y otros de determinadas
áreas específicas de la Isla Soledad y de la Gran Malvina, en
especial de la zona de lo que comenzó a denominarse ―Puerto
Argentino‖. En varios biblioratos se archivaban los mensajes
navales enviados desde el Teatro de Operaciones, la mayoría de
ellos clasificados con los más elevados grados de reserva. En base a
estos mensajes se graficaban en la carta por medio de símbolos de
colores, (rojos para el enemigo, azules para los nuestros) el lugar
del acontecimiento, el día, la hora y las fuerzas intervinientes. Un
Suboficial infante de marina me auxiliaba en la tarea y hacía más
llevadera la jornada de 24 horas y las tensiones que nos producían
las noticias procedentes de las Islas. Me llamó la atención que en el
archivo cartográfico hubiera excelentes mapas ingleses editados
años atrás y en una escala tan grande, que hasta figuraban
alambradas y tranqueras. Cubrir esa guardia era en la práctica
seguir la guerra en tiempo real, enmarcados en un ambiente
tranquilo y seguro, asistido por toda la bibliografía imaginable en
inglés, sobre las fuerzas y el material del enemigo. Esta
característica, nos permitía hacer apreciaciones de inteligencia e
imaginar modos de acción para cada situación táctica que vivían
las fuerzas terrestres. Durante los días en que estuve cubriendo ese
servicio, ocurrieron varios importantes acontecimientos:
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- La organización del dispositivo de defensa de las Islas.


- El desembarco británico en San Carlos.
- El ataque con torpedos al crucero ARA Gral. Belgrano y la
búsqueda de los náufragos.
- El primer lanzamiento del misil Exocet por los aviones navales
Super Etendart.
- Los temerarios ataques de la Fuerza Aérea y la Aviación
Naval a la flota británica.
- El ataque británico al aviso ―ARA Sobral‖.
- El hundimiento del ―Isla de los Estados‖.
- El Combate de Prado del Ganso.
- El desastre inglés en Bahía Agradable.

Durante estos acontecimientos, sentí en carne propia la variada e


incontenible gama de emociones de que es capaz un ser humano.
Simultáneamente tuve ocasión de participar de otros eventos que
podríamos llamarlos ―intimidades‖, porque cotidianamente tenía
que conversar con los más altos mandos de la Armada y sus
colaboradores, y años más tarde con muchos Jefes y Oficiales y
Suboficiales que fueron actores de la guerra, cuyos comentarios
enriquecen esta obra.

Como estaba bien al tanto de los acontecimientos bélicos


cotidianos, comprobé que los medios inventaban noticias sobre
hechos que nunca habían ocurrido, y alentaban al público con
expectativas de triunfo que no respondían a la realidad. Este factor
tendría más tarde consecuencias gravísimas, al ser sorprendidos los
lectores por la cruda realidad de la derrota.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La Historia como ciencia social, describe los acontecimientos


realizados por la humanidad, es decir por el hombre, y es éste el
elemento más importante en todas las guerras. En la práctica la
historia se compone de una cadena infinita de causas y efectos, que
como veremos en esta obra, las raíces del conflicto son muy
anteriores a 1982, posiblemente podríamos remontarnos al año
1711, año de los primeros intentos británicos de conquistar las
colonias españolas americanas.

La Guerra de Malvinas podría analizarse desde diferentes


puntos de vista; cada uno de ellos presenta aristas bastante
complejas. En primer lugar, los antecedentes históricos que como
vimos abarcan varios siglos antes del conflicto armado; en segundo
lugar la influencia de la guerra fría, es decir el enfrentamiento
político-militar de los EE UU con la Unión Soviética, en el marco
de la OTAN y el Pacto de Varsovia, cuyos mandos necesitaban
mover algunas piezas en el tablero mundial, una de las cuales eran
las Islas Falkland; en tercer lugar la política exterior y la acción
diplomática argentina en relación con las Islas Malvinas; en cuarto
lugar los ocultos entretelones del gobierno británico que nos
condujeron al enfrentamiento armado; en quinto lugar la deficiente
capacitación y conducción del Ejército Nacional orientado para la
lucha contra la subversión; y el agregado de la participación de las
Fuerzas de Seguridad, la Aviación Comercial, y la Marina
Mercante. Persisten algunas heridas y consecuencias de la guerra,
entre ellas la desinformación y la tergiversación de los hechos por
razones inconfesables, a partir del momento en que recuperamos la
democracia.

He notado que la mayoría de los libros sobre la Guerra de


Malvinas tratan temas específicos relatados cronológicamente, pero

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

fuera del contexto de la situación global, es decir de lo que ocurría


simultáneamente en otros lugares, como en Europa o América, o en
nuestras aeronaves, buques y unidades terrestres. Es por eso que me
pareció conveniente integrarlo, para que el lector pudiera ubicarse
en tiempo y espacio, e interpretar cabalmente la complicada trama
del conflicto.

Creo oportuno anticipar, que a veces relato experiencias


personales relacionadas con el entrenamiento y ejercitaciones que
experimenté durante mi paso por la Infantería de Marina, y que
lejos de pretender un protagonismo inexistente y no buscado, tratan
de testimoniar lo exigente y sacrificado de la instrucción y el
adiestramiento a que fuimos sometidos en la Armada, que sin duda
contribuyó positivamente con nuestra capacitación profesional y
temple moral, por las reconocidas virtudes personales de aquellos
que fueron nuestros instructores y comandantes.

Como la Guerra de las Malvinas todavía me duele, hasta


ahora nunca había intentado escribir sobre este tema; pero la
insistencia de mi hija Amy que vivió varios años en Inglaterra junto
a su esposo y sus hijas, Agustina, y Carola que nació en Londres,
agregado al valioso testimonio de un distinguido caballero y
veterano de guerra, el Capitán de Navío Infante de Marina Daniel
Ponce, que fue Segundo Comandante del Batallón de Infantería de
Marina Nº 5 durante la guerra, sentí algo distinto y…¡me cayó la
ficha!
Aquí vamos.
Cordialmente:
Jorge Sáenz

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo I

RESPONSABILIDADES
Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, después de la
cacería y durante la guerra.
Otto Von Bismarck

Durante una entrevista que le hicieron en un canal de


televisión de Buenos Aires a la Sra. Ingrid Betancourt, años después
de ser liberada por las FARC, la conductora del programa le
preguntó si había algo que considerase más importante que proteger
la propia vida. Sin dudar un instante respondió: “Si, la dignidad. La
necesidad de vivir con dignidad es superior a la muerte.‖

Cuando una persona prioriza su dignidad, el honor, o los altos


valores adquiridos durante su formación, llega un momento en que
su instinto de conservación pasa a segundo plano y se convierte en
héroe. Fueron héroes todos aquellos que en el aire, en tierra, o en el
mar, combatieron en la Guerra de Malvinas con la dignidad que
exigían las circunstancias, y obedecían las misiones impuestas por
sus superiores, y en cuyo cumplimiento algunos sobrevivieron y
otros inmolaron sus vidas.

Para desarrollar la Instrucción y el Adiestramiento, las Fuerzas


Armadas imaginan un oponente intangible e imprescindible para
realizar la actividad, que denominan “enemigo”. Éste se materializa
en los mapas por medio de símbolos, y durante la instrucción se
asigna al enemigo una determinada “capacidad”, los rasgos de su

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

“personalidad” y las características de las armas que poseen. Estos


detalles le permiten a la tropa saber con quiénes van a enfrentarse, y
qué tipo de fuego recibirán del oponente. Cuando realizan ejercicios
en el terreno, suelen materializar al enemigo por medio de efectivos
que cumplen ese rol. Mientras tanto un “árbitro” relata lo que
supuestamente hace el oponente, y toma nota de los aciertos y de los
errores del instruido. Después de finalizado el ejercicio desarrollan
una “crítica”, en la que es analizado en detalle lo actuado, que luego
queda como enseñanza para el futuro. Cuantos más ejercicios
realicen, aprenderán más, exigirán más, realizarán más esfuerzos
físicos y morales, y más fuerte será su espíritu. Los soldados de
todas las jerarquías estarán mejor preparados para la guerra, porque
en el ámbito militar es reconocido que cuanto mayor sea el esfuerzo
realizado durante la paz, mejor será el desempeño en la guerra.
Tanto es así que en los ejercicios de combate, el escenario es
bastante parecido a la realidad: ataques aéreos, explosiones, fuegos
de artillería, disparos de ametralladoras, humo, incendios de campo,
simulación de evacuación de heridos, reabastecimiento de munición,
hambre, limitaciones de todo tipo, esto es: la guerra.

Cuando una crisis internacional desemboca en un conflicto


armado, los planes estratégicos desarrollados durante la paz
materializan al enemigo, y en esa ocasión las Fuerzas Armadas
serán puestas a prueba y actuarán de acuerdo con el grado de
preparación que adquirieron previamente. Durante el desarrollo del
conflicto viven el riesgo constante de perder la vida, y lo dramático
de todo esto, es que los soldados de cualquier jerarquía son
conscientes de esa posibilidad y tienen que sobreponerse
constantemente al miedo, que dejará una impronta imborrable en su
espíritu. Saben perfectamente que algunos morirán, que otros
saldrán heridos, y que no pocos podrían quedar mutilados. A pesar

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de esa dramática y constante amenaza, el deber les impone seguir


adelante sin claudicar, en procura del cumplimiento de su misión. ¡Y
lo hacen! (1)
(1)El historiador militar inglés Martin Middlebrook, según relata
Errecaborde, es un personaje altanero, frio y guarangamente distante
(Capitán de Navío de IM Jorge Errecaborde, ―Narraciones de Infantes de
Marina en Combate‖ Malvinas 1982, p. 162 y 163). Al entrevistar en Buenos
Aires al Teniente de Fragata Carlos Vázquez y enterarse de lo que hizo en la
defensa del Monte Tumbledown, le dijo con sorprendente e inesperado gesto
de respeto: ―¿sabe joven teniente que Ud. es un héroe?‖. Vázquez respondió:
―no lo sé señor, en esos momentos yo sólo estaba tratando de controlar mi
miedo.‖

El General Douglas Mc Arthur decía que “ninguna guerra debe


iniciarse, si no se está dispuesto a ganarla‖. Este concepto podría
tener validez para un general perteneciente a una potencia militar
como los EE UU, y está directamente vinculado con la decisión
política de entrar en guerra, a no ser que se trate de una reacción
originada por orgullo o por la dignidad nacional, reales o falsos, en
cuyo caso las decisiones podrían tornarse irracionales. Durante un
conflicto los aprestamientos militares o ataques preventivos buscan
obtener un efecto disuasivo, para que el oponente acceda a sentarse a
la mesa de negociaciones, porque en el caso de llegar al
enfrentamiento armado, aun con la posibilidad de lograr la victoria,
los costos serían enormes.

Es parte de una larga tradición que los soldados de todas las


naciones juren fidelidad a su bandera, ocasión en que prometen dar
la vida por su país en una solemne ceremonia pública. (2)
(2) Actualmente en la Argentina se reemplazó la fórmula ―juráis a la Patria
seguir constantemente su bandera, y defenderla hasta perder la vida‖ por la
de ―defender la Constitución‖.

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MALVINAS Bajo palabra
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En la práctica, algunos claudican y otros se desempeñan


valientemente. ¿Actúan así, por aquel juramento? por supuesto que
no, lo hacen porque durante su formación militar aparecen fuertes
factores estructurales y psicológicos de la Fuerza a la que
pertenecen, enriquecidas por la capacidad de liderazgo de sus
mandos, que generan un alto grado de cohesión y orgullo de
pertenecer a una determinada Unidad, en un marco de razonable
disciplina. En estos casos la empatía entre el superior y el
subordinado de cualquier jerarquía, cumple un rol sumamente
importante, mucho más si aquél no toma ventajas y comparte las
penurias y los rigores de las campañas en época de paz, y muy
especialmente durante la guerra. Estos factores hicieron que los
infantes de marina argentinos adquiriesen un espíritu de cuerpo y
profesionalismo sensiblemente superior al de sus pares del Ejército
de todas las jerarquías, incluyendo los Conscriptos. Este cuerpo de
infantes de marina se caracteriza por su obsesión por el
entrenamiento y el alistamiento, donde el más ínfimo detalle es
tomado como un asunto de vital importancia. (3)
(3)Nota del autor: como muestra valga este ejemplo: en el año 1967 era Jefe
de la Agrupación de Combate ―Alfa‖ del Batallón de IM Nº 5, en Río Grande,
Tierra del Fuego. Esta Subunidad estaba integrada por unos 210 hombres que
vivíamos alistándonos permanentemente para salir para cualquier lado con
todos nuestros bagajes en camiones, en buque, o en avión. Vivíamos muy
exigidos, y por eso acostumbraba desplazarme por el cuartel acompañado
permanentemente por el Conscripto mensajero-radiooperador de la
Compañía. El Encargado de esa Subunidad era en ese momento el legendario
Suboficial Principal Néstor Rodríguez, una garantía de eficiencia y
profesionalismo, en el que me apoyaba (nos apoyábamos) ciegamente. A las
5 de la tarde de un día cualquiera, poco antes de la hora de salir franco, fui
citado al Comando del Batallón, donde me esperaban el Comandante, el
Segundo Comandante, el Jefe de Operaciones y el Jefe de Inteligencia, con
caras de pocos amigos. El Segundo me entregó un ―mensaje naval‖, que

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

decía que tenía que alistar la Compañía para desplazarme ―modo terrestre‖
a un determinado lugar de la Isla. Mientras leía el mensaje, distraídamente
abrí la puerta y, como al descuido, hice una señal al mensajero que partió a
la carrera inmediatamente. El ejercicio escogido consistía en tomar el tiempo
que tardaba desde el momento en que recibía la orden de alistamiento, y la
hora en que la Compañía estaría lista con camiones y bagajes, formada en la
Plaza de Armas del Batallón, para posteriormente pasarnos inspección.
Habrían transcurrido más o menos unos 15 minutos entre la lectura,
aclaraciones y recomendaciones, cuando fui autorizado a salir del despacho
del Comandante, momento a partir del cual comenzaba a correr el tiempo. Al
abrir la puerta de la oficina, vi al mensajero muy sonriente con la cara roja y
todavía jadeante, que mostraba el pulgar levantado. Entonces giré sobre mi
mismo e informé al Comandante que la compañía estaba lista y formada en la
Plaza de Armas con sus bagajes y los camiones para su traslado. Hubo caras
de sorpresa e incredulidad, seguidas de un silencio total, porque el ejercicio
técnicamente había durado algunos segundos. Con caras graves mis
superiores me preguntaron cómo podía ser que esté la Compañía lista sin
haber salido de la oficina. Dadas las explicaciones me retaron por algo que
tomaron como una ―viveza‖ de mi parte, pero lo cierto es que esos 200
hombres de oro estaban formados al pié de los camiones, con todo el
equipo… ¡las cosas eran así!

Lo notable es que todos los infantes de marina, cualquiera sea


el país al que pertenecen, están convencidos de que son los mejores.
En la Infantería de Marina los mandos tienen adquirida una buena
capacidad de liderazgo y confianza en sí mismos y un especial
afecto hacia sus subalternos, aunque exigen de ellos una férrea y a
la vez paternal disciplina. (4)
(4) En declaraciones a un diario fueguino, el Conscripto José Luis Montivero
veterano de la guerra en el Batallón de Infantería de Marina N° 5, decía del
Capitán Hugo Robacio, Comandante de esa Unidad durante el conflicto: ―él
nos ha protegido, nos ha cuidado como seres humanos‖ […] ―le tenemos un
enorme aprecio, un gran respeto‖. Y el Conscripto veterano Oscar Mendoza
comentaba: ―el Comandante Robacio recorría cada uno de los pozos (de

24
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

zorro), siempre preguntándonos cómo estábamos, qué necesitábamos…‖


Estos comentarios son unánimes dentro de los veteranos del BIM5 al referirse
a la campaña de las Islas Malvinas.

La iniciativa, imaginación y espíritu de cuerpo, son otros


rasgos característicos de los infantes de marina, que como veremos
más adelante, durante la defensa de las Islas Malvinas les
permitieron tener en las trincheras algunas de las comodidades del
cuartel.

El rol de los gobiernos


Los malos entendidos son muy probables entre los militares y el pueblo,
a causa de la formación diferente de sus espíritus.
Alte. Castex (Francia)

Cualquiera sea su orientación o ideología política, los


gobiernos tienen la delicada responsabilidad primaria de determinar
detalladamente qué quieren de sus Fuerzas Armadas, y según reza
nuestra Constitución, prepararlas para proveer a la defensa común.
Coherente con esto, tienen la responsabilidad de proponer los
presupuestos militares adecuados, en armonía con los alcances de su
política exterior y la planificación de mediano o largo plazo. El
devenir de los hechos en el marco geopolítico y los compromisos
internacionales, podrían llegar a ampliar la misión de las Fuerzas
Armadas, como sería el hecho de participar en misiones de paz o en
operaciones de guerra integradas con países aliados. Como está
ocurriendo actualmente y casi desde siempre en las Fuerzas
Policiales, si a las Fuerzas Armadas no les proveen los materiales,
medios, y el armamento adecuado para su función, el
profesionalismo de sus integrantes disminuye, pierden el orgullo, y

25
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

tienden a aburguesarse y a no preocuparse por su preparación, que


en cualquier guerra conducirá indefectiblemente al desastre. (5)
(5) Nota del autor: cuando en 1966 fui Jefe de Compañía en el Batallón de
Infantería de Marina Nº 2, nos asignaron dos Oficiales con carácter de
becados; uno de la Prefectura Naval Argentina y otro de un país limítrofe. En
el momento de despedirse este último me dijo con espontánea franqueza:
―ustedes son verdaderamente profesionales, nosotros no.‖

Desde los tiempos de la organización nacional de la República


Argentina, que podríamos arbitrar comenzó a partir de la
Constitución de 1853, surgieron tres hipótesis de conflicto que tarde
o temprano los gobiernos tendrían indefectiblemente que afrontar.
En ese entonces los mapas políticos de la Argentina fijaban límites
territoriales ficticios, porque no todo el país estaba bajo el control
real del gobierno nacional, gran parte estaba desde tiempos
inmemoriales bajo el dominio de los aborígenes, llamados hoy
“pueblos originarios”. Para integrarlos, e incorporar al territorio
nacional las extensas áreas en las que habitaban, tales como el centro
Norte; el Sur de las actuales provincias de Mendoza, San Luis, La
Pampa y Buenos Aires, además de toda la Patagonia; era ineludible
establecer una política de asimilación cultural que incluya mezclas
de sangre, educación y campañas militares. De no concretarse
oportunamente esa política, corría el peligro de que los chilenos, los
ingleses, o ambos a la vez, podrían quedarse con gran parte del
territorio.
Los otros potenciales conflictos eran la amplia y compleja
cuestión de límites con Chile; y la recuperación del control soberano
sobre las Islas Malvinas que permanecían ilegalmente en poder de
Inglaterra desde el 3 de enero de 1833, época del gobierno de Juan
Manuel de Rosas. Para cubrir y satisfacer esas tres contingencias
tendrían que prepararse nuestras Fuerzas Armadas, y los gobiernos

26
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

tenían que asumir la responsabilidad de diseñar su perfil material y


humano, e implementar una política exterior adecuada para tratar de
lograr esos fines pacíficamente. Lo expresado quiere decir en la
práctica, que con el correspondiente asesoramiento y análisis
suministrado por expertos militares y civiles, había que definir la
organización, distribución territorial, y capacitación del Ejército
Nacional, y decidir su equipamiento en armonía con los fines
perseguidos en el marco geopolítico y geoestratégico de la Nación.
Esta responsabilidad gubernamental fue encarada seriamente
en las postrimerías del Siglo XIX al concretarse la Campaña del
Desierto, que le fue ordenada al General Julio A. Roca, en la que
participaron en forma conjunta efectivos del Ejército y la Armada,
con armamento moderno y buques adaptados para navegar por los
ríos patagónicos, para brindar el necesario apoyo logístico de la
campaña. Las Campañas del Chaco y del Desierto, culminaron con
la consolidación primaria de los límites territoriales de nuestra
Nación, y la incorporación de decenas de miles de aborígenes a
nuestra cultura, aunque después de tantas décadas, todavía no
existen planes oficiales verdaderamente eficaces para resolver el
estado de abandono en que se encuentran. Mientras tanto los
primeros colonos chilenos instalados en el sector argentino de la Isla
Grande de Tierra del Fuego, fueron los que comenzaron a
exterminar una raza: los Onas o Shelk´nam, cuya última
sobreviviente Ángela Loij, vivía en la década de los sesenta lavando
ropa en Río Grande, hasta que por intermedio de la Dra. Anne
Chapman, la Universidad de la Sorbona le otorgó una pensión
vitalicia para que pudiese vivir dignamente. No hubo un gesto
similar por parte del gobierno nacional, ni por el provincial, ni por
el municipal.

27
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Del mismo modo que ocurría en los tiempos de la Guerra de la


Independencia, era bastante común la falta de pago de sueldos a los
militares por falta de presupuesto; es por ese motivo que trataban de
compensarlos entregándoles la titularidad de grandes o pequeñas
extensiones de los terrenos incorporados. (6)
(6) Nota del autor: Mi bisabuelo Coronel Dionisio Álvarez, combatió
voluntariamente a los 16 años en la Guerra de la Triple Alianza. Fue
condecorado por su actuación en las acciones de Humaitá y Curupaití.
Después de la guerra ingresó al Ejército regular, y participó de las
Campañas del Chaco y del Desierto. Cobró buena parte de sus haberes con
campos ubicados cerca de Ituzaingó, Corrientes, zona inundable que ahí
está como era entonces…

La Campaña del Desierto y el pago de haberes mediante este


arbitrio, son tergiversados en la actualidad por ciertos sectores
políticos y grupos ideológicos minoritarios, que no representan ni les
interesan los objetivos inmanentes de la Nación. Han politizado
tanto esta parte de la historia, que en la mayoría de los casos sus
seguidores no conocen los hechos. A pesar de la trascendencia de la
Campaña del Desierto, el General Roca es cuestionado actualmente
a pesar de que en cumplimiento de las órdenes recibidas del
gobierno, logró el dominio territorial de enormes extensiones que
permanecían al alcance de otros países, y la incorporación a la
civilización de decenas de miles de aborígenes. Consciente de los
conflictos pendientes, al asumir la presidencia el General Roca, le
encomendó al General Pablo Ricchieri la compra de 40.000 fusiles
Máuser en Alemania para equipar al Ejército Nacional, que fue
reorganizado y modernizado. Fundó los “Tiros Federales”,
instituciones que contaban con el total apoyo de la Dirección
General de Tiro del Ejército, donde el joven ciudadano concurría a
practicar bajo el significativo lema: “Aquí se aprende a defender a
la Patria”.

28
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Era una época en la que los gobernantes eran verdaderos


patriotas, crecíamos como Nación vertiginosamente, y los políticos
de turno ejercían sus funciones con gran responsabilidad y hacían
gala de una honestidad personal y pública digna de todo elogio.
Por el contrario, durante el gobierno del Dr. Carlos Menem, fueron
sancionadas las leyes Nº 24.184 y 24.488 que perjudicaban a nuestro
país en beneficio de Inglaterra. También durante ese gobierno fueron
vendidas armas al Ecuador, un verdadero papelón ante nuestros
hermanos peruanos y una vergüenza internacional.

Los golpes cívico militares


No hay un solo error que no haya tenido sus seguidores.
John Locke

Al llegar la década del 30 y a partir del lamentable golpe cívico


militar encabezado por el General salteño José Félix Uriburu, el
ambiente político cambió substancialmente y los sucesivos
gobiernos democráticos comenzaron justificadamente a perder
interés en los asuntos vinculados con las Fuerzas Armadas.
Comenzó a fallar el tratamiento honesto entre políticos y militares,
surgió la hipocresía, se distanciaron y recelaron mutuamente. Una de
las consecuencias de esta situación fue el constante argumento
político de la falta de presupuesto para equipar a las FF AA, criterio
que descuidó gravemente los objetivos (si es que los hubo)
relacionados con la Defensa Nacional. Esa actitud fue mantenida
durante varios lustros hasta el gobierno del General Juan Domingo
Perón, que logró reunir en sí mismo el liderazgo político, militar y
obrero. Durante su gestión se preocupó por modernizar las Fuerzas
Armadas; adquirió en Inglaterra un centenar de cazas a reacción
Gloster Meteor; blindados de la 2ª. Guerra Mundial; los Cruceros

29
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

ARA 17 de Octubre (luego Gral. Belgrano) y 9 de Julio, y potenció


la industria militar. En esa época fueron diseñados y fabricados en el
país los cazas a reacción Pulqui I y Pulqui II, entre otras aeronaves
verdaderamente originales. El Pulqui II fue el primer avión en el
mundo con “ala delta”, que tenía un perfil muy parecido al posterior
e imbatible MIG 15 soviético, empleado durante la Guerra de Corea
en la década de los 50.

Después del derrocamiento de Perón en septiembre de 1955, la


situación política se mantuvo inestable durante largos y dramáticos
años, durante cuyo período se incrementó notablemente la
desconfianza entre los políticos y los militares y afectó la intimidad
de las Fuerzas Armadas, generando un constante recelo entre ellas,
inaceptable en el marco de la defensa de una nación. Ante la falta de
liderazgo real a nivel presidencial en su rol de “Comandante de las
Fuerzas Armadas”, el divorcio existente condujo fatalmente a que
cada una de las Fuerzas, durante años, comenzarán a establecer sus
propios objetivos y alcances en la capacitación de su personal y en
la obtención de medios. Sus máximos jefes acostumbraban a
negociar individualmente con el Poder Ejecutivo de turno para la
adquisición o fabricación de materiales bélicos, en momentos en que
buena parte del presupuesto militar histórico comenzaba a desviarse
para fines que no hacían a ese rubro. Es decir que transitaban un
camino regresivo, provocado por las mismas Fuerzas Armadas. En
ese contexto llegaron a tener cierto apoyo político de la oposición
que nunca fue redirigido, porque los Gobiernos Constitucionales
perdieron interés en el tema debido a la desconfianza e inestabilidad
institucional, que no les ofrecía garantía alguna. (7)
(7) En el año 1984, durante la Presidencia del Dr. Alfonsín, me encontraba
realizando un trabajo en una dependencia del Ministerio de Defensa, vecina a
la de uno de los Asesores del Ministro Raúl Borrás. La oficina de este señor

30
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

estaba separada de la mía sólo por un delgado tabique, de manera que no


podía evitar escuchar todo lo que decían del otro lado. El anónimo
funcionario estaba conversando sobre bueyes perdidos con el Secretario de
Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires, y recibía a menudo
llamadas telefónicas desde el Bloque Radical de la Cámara de Diputados.
Después de un rato me di cuenta de que se dedicaba a realizar tareas de
índole política, completamente ajenas a sus funciones de ―Asesor‖ del
Ministro de Defensa. En determinado momento alguien golpeó a la puerta y le
dijo: ―Doctor, el Coronel fulano desea verlo‖. El ―Asesor‖ le respondió:
―dígale que espere un momento que estoy ocupado‖ y luego dirigiéndose a su
interlocutor le comentó en voz baja: ―a éstos, hay que hacerlos esperar‖.
Una hora después todavía no lo había atendido. Ese hombre seguramente
cobraba un buen sueldo que por supuesto no merecía, mientras en la práctica
obstaculizaba el normal funcionamiento del Ministerio.

En este contexto enrarecido, los militares rara vez se integraban para


realizar ejercicios conjuntos, porque el despliegue territorial válido
para el primer tercio del siglo XX resultaba obsoleto, lo dificultaba,
y a veces lo impedía. En el ínterin no se cumplía la trascendente
tarea que le cabía al Ministerio de Defensa a través del Estado
Mayor Conjunto; cuyo importante rol estaba afectado por los celos
existentes entre las Fuerzas y que en determinado momento quedó
reducido a la mínima expresión, con el consecuente desprestigio,
porque ser destinado al EMCO (Estado Mayor Conjunto),
representaba en la mayoría de los casos el fin de la carrera militar, es
decir para los destinados allí era como ingresar a una especie de vía
muerta.
Se necesita poco para hacer las cosas bien, pero menos aún para hacerlas
mal.
Adam Smith
La mayoría de las veces el Ministerio de Defensa era un cargo
ocupado por distinguidos funcionarios, que al asumir sus
responsabilidades no tenían la menor idea del significado y
31
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

trascendencia de sus funciones. Era como una pasantía previa a


ocupar otro cargo de relevancia, que se convertía a su vez en una
nueva pasantía. Los Ministros eran políticos profesionales, a veces
con títulos universitarios y estudios o conocimientos ajenos a las
responsabilidades de su gestión, en la que muchas veces su único
mérito era el de ser amigos del Presidente de la Nación, o pertenecer
a determinado partido político, al que le pagaban con ese cargo los
compromisos preelectorales. En este ambiente tóxico las Fuerzas
Armadas realizaban demostraciones y ejercitaciones muy vistosas,
pero con un trasfondo profesional limitado y desactualizado, que
culminaba normalmente con una felicitación vacía de contenido de
la máxima autoridad civil, “por el alto grado de eficiencia
alcanzado‖.

El siguiente es un diálogo imaginario en el Ministerio de


Defensa. Ministro: Bueno…chofer, vamos a casa…¡edecán!
¿Cuándo nos toca la próxima inspección en el Ejército?
Una honrosa excepción fue la del Dr. Horacio Jaunarena,
Ministro de Defensa de los Presidentes Raúl Alfonsín, Fernando de
la Rúa, Ramón Puerta (interino) y Eduardo Duhalde; que el 17 de
diciembre de 1988 declaró la posición del gobierno en relación con
la denominada “guerra sucia”, (entre los militares este tipo de
conflicto armado se denomina doctrinariamente “Operaciones no
Convencionales”), con la presencia del Presidente Alfonsín y los
Jefes de las tres armas:
―Las fuerzas armadas se vieron ante la circunstancia de tener
que enfrentar militarmente a un enemigo de nuestra convivencia, sin
el diseño ni la adaptación necesaria para esta emergencia. La
mayor parte de la lucha se llevó a cabo fuera del marco de los
Gobiernos constitucionales, quedando cuestionada la legitimidad

32
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

política y jurídica de una lucha que era necesaria [...] (los militares)
eliminaron el fenómeno, pero no evitaron el reproche por la manera
de hacerlo. Debemos admitir que nos equivocamos todos. ¿Vamos a
seguir tratando de cargar todas las culpas en el otro, sin la
admisión de la menor responsabilidad propia? Volvamos a aceptar
esta realidad, que es evidente para todo argentino sensato.17 de
diciembre de 1988‖
El Dr. Jaunarena tuvo que afrontar durante esa gestión
presidencial, las insurrecciones encabezadas por dos veteranos de la
Guerra de Malvinas: el Mayor Aldo Rico y el Coronel Mohamed Alí
Seineldín. Durante su gestión Jaunarena logró reconstituir la
relación con los EE UU, afectada durante la guerra, que permitió
destrabar el bloqueo a la venta de armas y repuestos que había
ordenado el Presidente Reagan. Como legislador se opuso
terminantemente a la venta de material bélico al Ecuador, (que
perjudicaba a nuestro histórico y generoso aliado, el Perú) y a
Croacia, que fue y sigue siendo un verdadero papelón internacional
de la presidencia del Dr. Carlos Menem. (8)
(8) El Dr. Menem fue condenado a 7 años de prisión por este hecho, pero sus
fueros como Senador Nacional impiden su cumplimiento efectivo.

Jaunarena también se opuso al desmantelamiento del proyecto misil


Cóndor ocurrido durante esa gestión presidencial, que dio por tierra
con nuestro importante desarrollo misilístico, que fue promovido
entre bambalinas por el Reino Unido después del conflicto. También
dio un fuerte apoyo durante su última gestión a la tarea desarrollada
por el Registro Nacional de Armas RENAR. (9)
(9) La presente lista detalla la trayectoria de algunos de los Ministros de
Defensa de los gobiernos constitucionales, que muestran la intensa y
destacada actividad realizada por ellos en varios campos de la política, y en
el Poder Legislativo o Ejecutivo, cuyos antecedentes no están directamente

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

relacionados con la Defensa Nacional. La misma falencia han tenido los


gobiernos de facto, salvo en los casos de haberse nombrado Ministros de
Defensa militares, cuya actividad se vio fuertemente influenciada por las
presiones derivadas de su arma de origen y por ser de alguna manera
instrumentos de la política del presidente de turno. Estos son algunos
ejemplos:
1. Raúl Borrás; fue presidente del Concejo Deliberante de Pergamino;
Subsecretario de Agricultura de la Nación durante el gobierno del Dr. Arturo
Illia; periodista; Diputado Nacional; Jefe de Campaña del Dr. Raúl Alfonsín
y Ministro de Defensa entre el 10 de diciembre de 1983 y el 25 de mayo de
1985.
2. Ricardo López Murphy; es Licenciado en Economía; Diputado Nacional;
Jefe de la Policía bonaerense durante el gobierno de Arturo Illia;
posteriormente durante el gobierno del Dr. Fernando de la Rúa, fue Ministro
de Defensa entre el 10 de diciembre de 1999 y el 5 de marzo de 2001, y más
tarde obtuvo otras pasantías como las de Ministro de Infraestructura y
Vivienda y Ministro de Economía. Abandonó el radicalismo y militó sin éxito
en diversos partidos.
3. Jorge Domínguez; Licenciado en Economía, fue Intendente de la Ciudad
de Buenos Aires, y Ministro de Defensa del Dr. Carlos Menem entre el 7 de
agosto de 1996 y el 10 de diciembre de 1999. El Lic. Domínguez quiso crear
un ―Pentágono‖ argentino y destinar los edificios de las Fuerzas para
tribunales judiciales, pero se opuso a ello el General Martín Balza. Dispuso
que en vez de reparar el Submarino ARA San Luis, sea vendido como chatarra
o destinado a museo.
4. José Pampuro; médico oncólogo. Fue Secretario de Salud del municipio
de Lanús y luego Diputado Nacional; durante la primera magistratura del Dr.
Duhalde desempeñó el cargo de Secretario General de la Presidencia. Al
asumir el Dr. Néstor Kirchner fue designado Ministro de Defensa entre el 25
de mayo del 2003 al 28 de noviembre del 2005. Posteriormente fue electo
Senador Nacional y obtuvo una nueva pasantía como Vicepresidente del
Banco de la Provincia de Buenos Aires.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

5. Nilda Garré; abogada, titular de un Registro Automotor, diversificó su


actividad como Diputada Nacional; Secretaria de Asuntos Políticos del
Ministerio del Interior; Viceministra del Interior; Embajadora en Venezuela,
Ministra de Defensa, Ministra de Seguridad durante la Presidencia de la Sra.
Cristina Fernández de Kirschner y posteriormente Embajadora ante la OEA.
6. Roque Carranza; ingeniero civil y militante radical. Durante el gobierno
del Dr. Arturo Illia se desempeñó como Secretario de la CONADE; y durante
la presidencia del Dr. Alfonsín tuvo pasantías como Ministro de Obras y
Servicios Públicos y Ministro de Defensa entre el 27 de mayo de 1985 y el 8
de febrero de 1986, en que apareció muerto en su residencia de Campo de
Mayo.

Los cortos períodos en que desarrollaron sus funciones los


mencionados Ministros en la Argentina, no pueden compararse con
la política canadiense en este sentido, cuyos gobiernos mantuvieron
como Ministro de Defensa durante 23 años al Honorable Paul
Hellyer.

El Senado de la Nación tiene en su orgánica una Dirección de


Comisiones, entre las cuales está la de Defensa, que al momento de
redactarse esta obra está conformada por 17 miembros, que tienen la
responsabilidad de desarrollar las siguientes tareas:

―Dictaminar sobre lo relativo a la organización, armamento y


disciplina de las Fuerzas Armadas de tierra, mar y aire de la
Nación y sus servicios auxiliares y afines; las cuestiones atinentes
con las misiones que a estas fuerzas corresponden; y las que se
refieren a recompensas, honores y todo otro asunto referente al
ramo de Defensa Nacional.‖ En la práctica, las tareas realizadas por
esta Comisión, en general están relacionadas con las recompensas y
honores.

35
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Rivalidad entre las FF Armadas


Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano.
Konrad Adenauer

En ocasión de visitar la ciudad de Washington DC, un infante


de marina argentino integrante de la Junta Interamericana de
Defensa el entonces Capitán de Fragata Gerardo Pazos, me hizo el
siguiente comentario: durante la recorrida que realizaron los
miembros de ese organismo a la Academia Militar de West Point,
les llamó la atención que contra el protocolo, en vez de vestir el
tradicional uniforme de ese Instituto, todo el mundo usaba el
enmascarado de combate. Cuando los recibió con ese uniforme el
Director del famoso Instituto, les pidió disculpas diciendo que
estaban vestidos así porque estaban en guerra: dado que el lunes se
disputaba la final de fútbol (americano) contra el equipo de la
Fuerza Aérea. La anécdota no terminaba ahí, porque días antes
varios cazas de la Fuerza Aérea habían efectuado ataques simulados
a West Point, y un Grupo Comando se había infiltrado en la
Academia ¡y pintó de rosado la estatua del General Mc Arthur! Por
supuesto que en nuestro país esas bromas hubieran terminado con
varios relevos, después de un descomunal escándalo institucional y
mediático.
Como vemos, entre las Fuerzas Armadas existe un elevado
grado de rivalidad, que de todas maneras es algo bastante común en
todos los países, pero en menor grado y sin afectar la camaradería.
Encontramos innumerables ejemplos en las operaciones de guerra de
la Segunda Guerra Mundial.
Cuando adquirimos el Warrior de la Royal Navy,
posteriormente convertido en el portaviones Independencia, hubo

36
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

intentos de la Fuerza Aérea de operar con sus aviones en él, y a su


vez la Armada puso el grito en el cielo cuando adquirieron aviones
A4C Skyhawk, que se decía tenían el gancho de cola para su empleo
en portaviones. A veces estos celos se incrementaban por la
personalidad de los máximos Jefes de cada Fuerza, que en
determinado momento podría llegar a afectar la estructura defensiva
de la Nación, o lo que es mucho peor: quebrar la vigencia de la
democracia. Han ocurrido en esta temática varios casos extremos en
el ámbito internacional, como en el Estado Mayor del Japón antes
del ataque a Pearl Harbour; y en la intimidad del mando del General
Eisenhower durante la planificación y posterior ejecución del
desembarco en Normandía. Estas importantes operaciones
estuvieron plagadas de intrigas, ambiciones personales, y agrias
discusiones entre los militares. (10)
(10) Beevor. “El Día D, la Batalla de Normandía‖. El autor constantemente
hace mención a este aspecto.

Ningún jefe de Estado argentino tuvo la decisión y el coraje


suficiente para revertir esta situación, y quienes intentaron
imponerse no pudieron o no supieron hacerlo, convirtiéndose en
víctimas de sus justificados intentos. Una excepción fue el
Presidente Dr. Ricardo Alfonsín, que después de asumir expresó que
iba a “profesionalizar las FF AA”, para lo cual destinó al Estado
Mayor Conjunto los mejores jefes de cada arma y llevó a juicio a las
Juntas Militares, ordenó el desarrollo de un Curso de Planeamiento
Militar Conjunto, e intentó poner fin a las revanchas políticas
internas mediante las leyes de obediencia debida y punto final. Éstas
fueron suprimidas más tarde, y actualmente dividen dramáticamente
a nuestra sociedad, generando nuevos resentimientos y renovados
deseos de revancha que parece no tener fin. Esta situación nos aparta

37
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

del sentido de superación y de progreso, que debería primar en un


país emergente.

Pasada la Guerra de Malvinas, se formaron espontáneamente


vínculos personales entre nuestros veteranos y sus antiguos
enemigos británicos. Nuestra poco conocida historia revela
exhaustivamente que los períodos de bonanza fueron aquellos en
que no hubo perseguidos políticos, en los que existía una justicia
independiente y un elevado grado de honestidad de procederes en el
Poder Ejecutivo, que actuaban embargados por un profundo
sentimiento patriótico cada vez que tenían que adoptar sus
decisiones. La desconfiada relación entre los gobiernos y las Fuerzas
Armadas celosas entre ellas mismas, hicieron crisis en 1976 cuando
fue roto el equilibrio democrático, en momentos en que las
organizaciones guerrilleras estaban en plena actividad.

Era innegable la debilidad política de la Sra. Presidente de la


Nación María Estela Martínez de Perón, pero su incompetencia no
justificaba el golpe cívico militar autodenominado “Proceso de
Reorganización Nacional”, más conocido como la “última dictadura
militar”, de oscura trayectoria, que en 1981 había alcanzado un
notable descrédito doméstico e internacional. Al desatarse en ese
contexto la Guerra de Malvinas, cada Fuerza actuó en base a su
capacitación y posibilidades, empleando los materiales y el
armamento adquiridos en los años precedentes, pero sin
planificación conjunta, circunstancia que produjo sensibles altibajos
en su desempeño en combate. Las Fuerzas Armadas, de Seguridad y
Policiales fueron sangrientamente hostigadas por las organizaciones
subversivas durante el período democrático, y la denominada “lucha
contra la subversión”, hizo que la instrucción y el adiestramiento
estuviesen orientados contra aquéllas. Como era de esperar, durante

38
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

el desarrollo del “proceso” hubo fricciones entre los mandos


superiores de las Fuerzas, estas desinteligencias disminuían
notablemente entre las jerarquías menores, aquellos que años más
tarde junto a sus hombres, tuvieron que poner el pecho a las balas
durante la Guerra.
La derrota sufrida en este conflicto fue un golpe tremendo para
todos los argentinos, especialmente para el gobierno de facto y los
integrantes de las Fuerzas Armadas, cuyo resultado incrementó aún
más su desprestigio, que fue muy bien aprovechado por sus
opositores. Este efecto negativo afectó institucionalmente a las
Fuerzas, la mayoría de cuyos integrantes fueron presa del
denominado síndrome de la derrota, un fenómeno psicológico
natural que se presentó en su momento entre los vencidos japoneses,
italianos, o alemanes. Muchos de estos veteranos, de acuerdo con
sus valores, tradiciones o daño psicológico, optaron por el suicidio,
como ocurrió en nuestro país y entre los ingleses, porque la guerra
se paga muy cara en el complejo laberinto de la mente de los
combatientes. Después del conflicto bélico - del que se conoce más
el alumbramiento que su gestación - por medio de la propaganda
mal intencionada, tratóse de instalar en la sociedad la idea de que el
desembarco del 2 de abril, no fue más que un intento de la
Dictadura para perpetuarse en el poder. No admite el menor
análisis que, para un gobierno de fuerza no era necesario realizar un
desembarco en las Malvinas para lograr ese objetivo. Este concepto
dista mucho del verdadero intento de la Junta, que buscaba obtener
prestigio aunque basado en premisas erradas. Un segundo e
importante ingrediente, fue el enfoque estrictamente legal que dieron
a las exigencias británicas en las Georgias en el caso Davidoff y la
posterior reacción militar británica, que fue considerada sin más
trámite por el Gobierno Militar como un “acto de fuerza”, es decir
como una agresión armada que justificaba la propia. Sin embargo la
39
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

diplomacia tiene abundantes caminos para evitar que la sangre


llegue al río, pero no fue puesta oportunamente en práctica.
Uno de los factores que favoreció la decisión de efectuar el
desembarco del 2 de abril, fue el arraigado sentimiento anglofóbico
instalado durante generaciones en la sociedad argentina, sostenido
por nuestros innegables derechos soberanos sobre las Islas Malvinas,
que en las aulas escolares hizo carne en todos los alumnos
transformándose en un sentimiento visceral. Lo que desconocía la
Junta Militar por su falta de plafond estratégico era el ingrediente
principal, porque no sabía que Inglaterra necesitaba provocar una
reacción militar argentina, para aplastarla militarmente y poder
instalar con el derecho de la fuerza lo que ahora es la “Fortaleza
Falkland”. Era ésta una necesidad estratégica de la NATO en
tiempos de la guerra fría, que analizaremos detalladamente más
adelante. Por otra parte se presentaba una buena ocasión para
recuperar imagen a la Primera Ministra Margaret Thatcher, bastante
disminuida por su cuestionada gestión de gobierno.
Paralelamente, la impecable y prolija contrainformación
británica, diseminaba entre los círculos del poder argentinos
versiones distintas a las verdaderas intenciones del Reino Unido.
Éstas fueron tomadas como ciertas por la Junta Militar en los años
1981 y 1982, especialmente a través del General Galtieri, que
encontró en el Almirante Anaya la persona ideal para apoyarlo. El
efecto que obtuvo la Junta Militar sin habérselo propuesto, fue que
la derrota en la Guerra de las Malvinas, marcó el principio del fin
del “Proceso de Reorganización Nacional” y el regreso a la
Democracia.
En el presente relato son detallados hechos positivos y
negativos ocurridos en esta gran Batalla, una Batalla que excede a la
guerra en sí misma, cuyas enseñanzas políticas, militares, y
40
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

diplomáticas, deberían asimilarse para avanzar como sociedad y


como Nación. Con nuestros grandes defectos, algunas virtudes y
muchas improvisaciones, nuestros combatientes han luchado contra
una potencia militar mundial, apoyada por los EE UU, la NATO, y
sus vasallos chilenos. Demostramos a los ingleses y al mundo que
fuimos capaces de mucho más de los que ellos suponían, y que
aunque obtuvieron la victoria, ésta les fue mucho más costosa de lo
que inicialmente habían apreciado, en la que estuvimos a punto de
doblegarlos, faltando para ello una adecuada conducción de la
guerra.
La principal falla fue la de partir de supuestos equivocados
respecto de las intenciones británicas; en segundo término la
actuación improvisada y desorganizada de los mandos; la falta de
capacitación de las Unidades terrestres, con excepción de la
Infantería de Marina, los artilleros y los Comandos del Ejército; y el
pobre, muy pobre desempeño del mando en Puerto Argentino. Una
buena parte de los nobles Regimientos del Ejército Argentino no
tuvieron la posibilidad de combatir durante la guerra, debido al mal
diseño de la defensa, la falta de liderazgo, y a los criterios erróneos
adoptados durante las operaciones. Las Unidades que a pesar de sus
limitaciones alcanzaron a luchar sin ser simples espectadores de la
guerra, lo hicieron muy bien. Si los Generales Menéndez y Jofre
hubiesen tenido la suficiente lucidez y alguna dosis de algo más
como para tomar las decisiones tácticas correctas en el momento
oportuno, los ingleses se hubieran visto en la necesidad de detener
su avance y parlamentar, como ellos mismos lo reconocen; que al fin
y al cabo era el efecto deseado por el gobierno de facto cuando
decidió el desembarco del 2 de abril de 1982. Influyó para
concretarlo el Almirante Anaya, cuyo deseo de recuperar las Islas ya
tenía varios años, y gozaba de un buen ascendiente sobre el General
Galtieri, compañero de Promoción del Liceo Militar. En tercer lugar,
41
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

el supuesto de que no habría respuesta militar británica al


desembarco, cuyo poco conocido origen analizaremos
detalladamente. Es por eso que a partir de la reacción militar casi
inmediata del gobierno británico, todo lo demás se convirtió en una
vorágine de improvisaciones, cambios en la cadena de mando y
acciones tácticas erróneas, caracterizadas por una inexplicable
pasividad ante las magníficas oportunidades tácticas que dieron los
ingleses, que en ningún momento fueron aprovechadas por el Alto
Mando en las Islas por su innegable falta de decisión y
profesionalismo.
¿Pero eso era todo? ¿O todavía existía un factor oculto? sí,
quedaba otro elemento fundamental que condujo al General Galtieri
a un error estratégico fatal: la influencia de quienes lo impulsaron a
asumir la presidencia, que como veremos más adelante no eran
argentinos.

Desmalvinización
Un general que ve con los ojos de otros, nunca será capaz de
mandar un ejército como es debido
Napoleón Bonaparte
Después de la derrota, la Junta Militar no podía intentar su
defensa a través de declaraciones oficiales o desmentidos, porque
estaban inmersos en el mayor de los descréditos y la temperatura
política ambiental no era de lo mejor. A partir del fracaso
comenzaron a correr rumores negativos, y actitudes que condujeron
a un inesperado proceso de “desmalvinización” provocado por el
gobierno, que se prolongó durante varios años, aun durante los
primeros gobiernos democráticos. En este contexto fueron filmadas
algunas películas que en vez de exaltar el patriotismo y el sacrificio

42
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de los combatientes, denigraban y ridiculizaban a los militares


profesionales, y dejaban un testimonio completamente negativo. A
todo esto los auténticos veteranos de guerra fueron confundidos con
los que sin haber estado nunca en las Islas Malvinas, en las
operaciones aéreas, o en el mar, esgrimían supuestos derechos
buscando ser favorecidos con alguna pensión. Fue así que los
siempre presentes oportunistas del río revuelto, tomaron el asunto
como una forma de obtener ganancias por el camino de la
corrupción. La primitiva “desmalvinización”, fue convirtiéndose de
a poco en “desmilitarización”, que culminó con el desarme de las
tres Fuerzas Armadas y otras acciones paralelas. Fueron éstas el
revisionismo histórico, la humillación pública, la reducción al
mínimo del presupuesto para la defensa, la baja estrepitosa de los
sueldos y retiros militares, la burocratización de la actividad, la
desaparición de los desfiles militares en las fechas patria, y un grado
de tolerancia hacia las faltas de disciplina y de caminos legales para
oponerse a las órdenes, único en el mundo.
Desde la Presidencia del Dr. Fernando de la Rúa no se realizan
desfiles militares, que eran manifestaciones admiradas y queridas
por la población, desarrolladas normalmente en el magnífico
escenario de la avenida del Libertador en la ciudad de Buenos Aires,
y en las principales avenidas de las grandes ciudades de la
Argentina. Entre varios otros feriados nacionales, los del 25 de mayo
y 9 de julio fueron aprovechados para “fomentar el turismo” no el
patriotismo, y los discursos de las autoridades en esas fechas, se
convirtieron en mensajes políticos. Las banderas argentinas
comenzaron a desaparecer de los balcones de los edificios, en la
misma proporción que el sentido de Patria en las escuelas; fueron
modificadas la forma y los colores de la Escarapela, y el Himno
Nacional ya no se canta, se tararea, y también fue propuesto el
cambio de su letra. Las Bandas Militares fueron reemplazadas por
43
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

las de rock o percusionistas del tipo folklórico, y se llegó al colmo


en ocasión de la visita del famoso tenista suizo Roger Federer,
cuando antes del partido de demostración con Juan Manuel del
Potro, el Himno Nacional fue interpretado por un dúo lamentable
integrado por un bandoneonista y una violinista, que mediante
sonidos cacofónicos trataban de emitir algo parecido a la canción
patria, todo esto en un hermoso escenario de la localidad de Tigre
caracterizado por la ausencia de la bandera argentina.
Quien tenga la posibilidad de visitar el Museo Histórico
Nacional en Buenos Aires, podrá ver una valiosa cantidad de objetos
personales que pertenecieron al General José de San Martín, pero no
figura ni se muestra todo lo relacionado con el Combate de San
Lorenzo, la Campaña de los Andes, o la del Perú. Lo mismo sucede
con las Expediciones y Batallas del General Belgrano, a quien
últimamente es mencionado como “doctor”, en vez de “general”. En
las escuelas primarias los niños no van a las ceremonias vistiendo
uniforme de granadero; ahora alquilan trajes de paisano y de “Dr.
Belgrano”. Las Invasiones Inglesas están representadas en el
principal museo histórico de la Argentina, mediante una solitaria
cartuchera de un soldado británico del Regimiento 71, pero no se
muestra cómo fueron las acciones; la Guerra del Paraguay, la Guerra
contra el Imperio del Brasil, y las luchas contra los realistas del
General Martín Miguel de Güemes, tienen que ser imaginadas por el
visitante. Ni qué decir de la Campaña del Desierto del General Roca,
cuyo único testimonio está representado por el enorme y magnífico
cuadro de Juan Manuel Blanes, que se exhibe sin tener ninguna
explicación de su significado geoestratégico. No se muestran armas
ni “elementos de tortura”, porque un memorándum emitido durante
la presidencia del Dr. Alfonsín lo prohíbe en los Museos Nacionales,
que mantienen en depósito una enorme cantidad de armamento
histórico sin exhibir. Existe una excepción como es lógico: el Museo
44
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Nacional de Armas, ubicado en el edificio del Círculo Militar en


Buenos Aires.
Algunos periodistas e ideólogos aprovecharon la ocasión para
escribir sobre el candente tema de la Guerra de Malvinas, y fueron
en definitiva los que instalaron en la sociedad un guión antojadizo y
estructuralmente falso, en momentos en que todavía no existían
suficientes elementos de juicio, como para redactar con seriedad la
historia de la guerra. Los argentinos conocemos muy bien nuestro
temperamento exitista, nuestra tendencia a lo sentimental y al
melodrama tanguero, a la protesta pública ¡y qué mejor que una
derrota militar para alimentarlo! Pronto comenzaron a aparecer
libros escritos por actores del drama malvinense, que en la práctica
deseaban expresar su propia versión de los hechos y que en general
tratan de enaltecer su actuación, enfatizar sus aciertos si los hubo, y
justificar sus errores. En algunos casos buscan ponerse bajo el
paraguas de los afectados por las improvisadas decisiones de la
Junta Militar; y los errores tácticos de la cúpula de mando en Puerto
Argentino, ejercida por los Generales Menéndez y Jofre.
Contribuyen con la desinformación varios autores ingleses, entre los
cuales está el Almirante Sandy Woodward, un arrogante especialista
en ocultar determinados hechos; Nikel West, que se esfuerza
innecesariamente en demostrar lo hábil de la inteligencia inglesa; y
lo autores Hastings y Jenkins, cuyo relato coincide con la versión
oficial británica de la guerra, donde exageran tanto las virtudes
inglesas como los defectos argentinos. Esta última obra muestra un
sistemático ocultamiento de los gravísimos daños sufridos por la
Flota británica, las importantes bajas en tierra, y los fracasos de
varios de sus Planes de Operaciones debido a la acción de nuestros
combatientes.

45
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Estos diferentes y apasionados puntos de vista dificultan el


desarrollo de un libro sobre la Guerra de Malvinas y la convierten en
una tarea compleja, sobre todo si es abarcativa como en el presente
caso, donde se describen con crudeza episodios y testimonios
desconocidos, para lo cual contamos actualmente con una cantidad
importante de documentos: el “Informe Frank” del Reino Unido y el
producido por la “Comisión de Evaluación del Conflicto del
Atlántico Sur” (CAERCAS), más conocido como “Informe
Rattenbach”, sumado a los relatos de sus actores plasmados en
numerosos libros. (11)
(11)Al referirnos a la CAERCAS, también la denominaremos como ―Informe
Rattenbach‖.

Estas referencias nos permitirán descubrir que cuando el rostro de


los ingleses se enrojecía por la euforia de haber logrado que la Junta
Militar actuara en la dirección que buscaban, a medida que se
producían los hechos cotidianos de la guerra, comenzaron a
empalidecer, porque encontraron un enemigo de valor inesperado,
letal e imaginativo. Inglaterra nunca perdió tantos buques de guerra,
aeronaves, y hombres en tan poco tiempo, como en la Guerra de
Malvinas. Sólo por horas y por la mencionada incompetencia
operativa de nuestros mandos en las Islas, los argentinos estuvimos a
punto de ganar el primer round. El segundo tendría que establecerse
seguramente en el plano diplomático.

Resulta conveniente describir el conflicto comenzando por las


necesidades estratégicas provocadas por la guerra fría; los
antecedentes y evolución de la crisis de las Georgias; los motivos
que llevaron a la guerra desde el punto de vista argentino; la trama
secreta británico-chilena esperando que caigamos en la trampa; su
dramático desarrollo; y que aun perdida la guerra demostró a los

46
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

ingleses y al mundo, que existe un sentimiento generalizado, una


política persistente en todos los gobiernos, y el deseo unánime de
lograr la restitución de la soberanía en las Islas Malvinas, hoy,
mañana y siempre, aunque sea buscada sistemáticamente por el
camino equivocado. Lo que tiene que encontrarse es el rumbo
correcto para lograrlo, que propondremos en esta obra.
Ésta es su historia.

47
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo II

EL SILENCIO DE LOS CULPABLES


Lo que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos
marcamos, sino los caminos que seguimos para lograrlo.
Henry Ford

Apenas traspuso la puerta del despacho del Jefe de la Armada,


el Contralmirante Segura le dijo a quemarropa: ―¡Negro! ¡te
equivocaste!‖ Con gesto de sorpresa, los impenetrables ojos oscuros
del Almirante Anaya quedaron fijos en el rostro de su compañero de
promoción. Edgardo Segura era un distinguido Oficial Superior
retirado, que tenía sobrados motivos personales para manifestarle al
Jefe de la Armada lo que consideraba un error estratégico de la Junta
Militar. Era el 2 de abril de 1982, el país había despertado con una
noticia que conmocionó a la Argentina y al mundo: ¡los argentinos
recuperaron por la fuerza las Islas Malvinas! La operación realizada
por nuestras Fuerzas fue tan precisa y profesional, que según el
comentario de los expertos militares del mundo occidental, había
sido una acción que cumplía rigurosamente los Manuales de la
Doctrina Anfibia. Participaron en la “Operación Azul” (también se
la denominaría “Carlos” y finalmente “Rosario”), helicópteros,
submarinos, buques de desembarco, destructores, fuerzas de
Infantería de Marina, buzos tácticos y Comandos Anfibios,
apoyados por la Aviación Naval, la Fuerza Aérea y la participación
de una Sección de tiradores del Regimiento de Infantería 25 del
Ejército.

48
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Corría el año 1978 cuando después de una larga entrevista con


el Canciller, función que desempeñaba el Vicealmirante Oscar
Montes, el Contralmirante Segura abandonaba su despacho ubicado
en la Cancillería frente a la Plaza San Martín en Buenos Aires. En
esos momentos caminaba bajo el follaje de los enormes paraísos, y
no pudo dejar de recordar el largo camino recorrido hasta concretar
esa importante reunión, porque la misión que lo había llevado hasta
allí era de vital importancia para la recuperación de las Islas
Malvinas. Años atrás, cuando se graduó a la cabeza de sus pares en
el Curso de Comando y Estado Mayor de la Escuela de Guerra
Naval, fue seleccionado por las autoridades navales para trasladarse
a Inglaterra con el fin de asistir al Curso de Oficial de Estado Mayor
de la Real Armada Británica. A este Curso concurrían
exclusivamente aquellos marinos ingleses que perfilaban como
futuros Almirantes. Entre los numerosos temas que trataron, hicieron
mención a lo que consideraban una errónea política de España con
sus colonias, porque habían sido expulsados de ellas por ejércitos
armados en las llamadas “guerras de la independencia”. Durante las
clases mencionaron a San Martín y a Bolívar, y se dijo que el
reconocimiento del gobierno español a la independencia de las
nuevas naciones fue tardío, y que durante muchos años persistió un
profundo resentimiento mutuo.
Como Inglaterra había asimilado la dura experiencia de la
derrota cuando trató de sofocar los intentos de emancipación de su
antigua colonia en Norteamérica, comprendieron que era preferible
entregarlas pacíficamente con la condición de establecer tratados
comerciales e intercambios culturales, o sea un lease back (arriendo
con posterior reconocimiento de soberanía sobre la colonia), de
manera de mantener buenas relaciones culturales y comerciales, que
posteriormente haría que la antigua colonia formase parte del
Commonwealth. Durante su estadía en Londres, fue invitado varias
49
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

veces a la Cámara de los Lores, donde conoció a varios de ellos y


también a miembros de la nobleza. Culminada su permanencia en
Inglaterra, fue ascendido años después a Contralmirante y
posteriormente designado Comandante del Área Naval Austral, con
asiento en Ushuaia, cargo que ocupó hasta principios de 1976.
Durante el ejercicio de ese Comando desarrolló un generoso y
permanente apoyo a los isleños malvinenses, consistente en
remitirles gas en tubos, que era un combustible inexistente en las
Islas, además de verduras frescas y otras vituallas. En varias
oportunidades hizo evacuar a kelpers para que fueran atendidos en
hospitales de Comodoro Rivadavia, dado que la capacidad sanitaria
de las Islas no era suficiente o había sido superada.
Después de entregar el comando en Ushuaia fue designado
Agregado Naval en Londres, y grande fue su sorpresa cuando
comprobó que los ingleses conocían perfectamente la ayuda que
había dado a los isleños. Durante ese período conoció a otros
miembros del Parlamento, y observó el creciente interés del
gobierno inglés en afianzar las relaciones comerciales con la
Argentina y en establecer corrientes de intercambio cultural entre los
estudiantes de ambos países. El marino se había convertido en una
persona grata para los ingleses y éstos nos estaban señalando el
camino correcto.
Una vez cumplida su misión como Agregado, regresó al país y
solicitó el retiro para dedicarse a la actividad privada. Poco tiempo
después, el Encargado de Negocios de la Embajada Británica lo
invitó a un almuerzo en el que iba a estar presente un miembro de la
nobleza inglesa. (12)
(12) No había sido designado el Embajador Británico, lo representaba el
Encargado de Negocios.

50
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Todavía no se había percatado de que los ingleses estaban realizando


un análisis profundo de su personalidad, ideas y tendencias, para
saber si era confiable para ellos. A mediados de 1978 fue invitado
nuevamente a almorzar por el diplomático británico, y durante el
encuentro le expresó que el gobierno inglés le había dado
instrucciones para canalizar por su intermedio la propuesta de un
lease back, y negociar la entrega de la soberanía de las Islas
Falkland a la Argentina en un plazo de 25 años. Muy sorprendido
por esa designación, reaccionó inmediatamente y esa misma tarde se
dirigió al Ministerio de Relaciones Exteriores para entrevistarse con
el Canciller, Almirante Montes. Concluida la reunión, nunca llegó a
tener respuesta alguna de ese funcionario, ni de ningún otro
miembro del gobierno militar. (13)
(13) Fuente: Boletín del Centro Naval Nº 827, correspondiente a los meses de
mayo-agosto del año 2010, artículo ―Malvinas ya serían nuestras‖, del
Contralmirante Edgardo Segura. Nota del autor: antes del desarrollo de esta
obra, solicité al Almirante Segura una entrevista. Nos reunimos en el Centro
Naval en Buenos Aires durante más de dos horas donde traté de convencerlo
concretar un libro con el relato de sus experiencias con los ingleses, pero
fracasé. Su argumento era que ―no había suficiente fundamento para
hacerlo‖. No obstante, lo relatado hasta ahora fue parte de nuestra
conversación. Por otro lado es conocido que Inglaterra buscó siempre
afianzar su influencia mediante tratados comerciales, que en la práctica
producían mutuos beneficios. Napoleón, acérrimo enemigo de Inglaterra, una
vez había dicho despreciativamente ―ese conjunto de tenderos‖. ¡Es que de
eso se trataba!

No era la primera vez que los ingleses intentaban negociar la


soberanía sobre las Islas Malvinas. El Embajador Carlos Ortiz de
Rosas, en el capítulo VIII de su libro “Confidencias Diplomáticas”
relata un episodio similar. El entonces Embajador argentino en
Londres, Brigadier Eduardo Mc Loughlin, vivió en el año 1968 otro
intento británico de negociar la entrega de la soberanía de las Islas,
51
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

pero esta vez teniendo en cuenta las recomendaciones de la


Asamblea General de las Naciones Unidas, que protegía los
intereses y la voluntad de los isleños, lo que originó una corriente
decididamente adversa por parte de éstos. Esta iniciativa fue
saboteada por una interna malvinense apoyada en Londres, que se
dio a publicidad a través del “Daily Express” y la presentaba ante la
opinión pública como si los 1800 isleños tuvieran algún tipo de
capacidad de veto de las decisiones del gobierno británico, situación
que produjo el colapso de las negociaciones. Mc Loughlin
preguntaba a los funcionarios británicos si debería negociar con el
gobierno inglés, o con los 1800 kelpers, porque la supuesta voluntad
de ellos era uno de los principales argumentos británicos para no
negociar. Considerando que eran habitantes de una colonia inglesa,
era natural que fuesen probritánicos, con el agregado de los ocultos
intereses comerciales, políticos y militares existentes en la
metrópoli.

Kelpers
Detestamos a los argentinos a quienes no conocemos, y odiamos a los
ingleses a quienes conocemos.
Un kelper
La ONU condicionaba las negociaciones al hecho de respetar
la voluntad de los isleños, pero…¿quiénes eran realmente éstos?
¿Cuál era la realidad social y demográfica de los habitantes de las
Islas? En marzo de 1982, convivían tres clases sociales en las
Malvinas; la integrada por los funcionarios o miembros de las
Falkland Islands Company (FIC), integrada por unas cien personas,
la mayoría de ellas nacidas en Inglaterra, que eran trasladados a
otros lugares del Imperio Británico cada dos o tres años, y los únicos
que podían ingresar en Puerto Stanley al exclusivo Colony Club. En

52
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

segundo lugar el estrato social formado por los comerciantes


británicos estables, que habían alcanzado cierto nivel económico por
la abundante presencia de turistas. El tercer nivel estaba conformado
por los nativos de las Islas o kelpers, considerados ciudadanos de
segunda, que vivían ajenos a lo que ocurría en el mundo y
conformaban una manada conducida por los arrogantes funcionarios
británicos que les decían cómo pensar y qué hacer en cada caso
durante las reuniones organizadas en el Town Hall de Puerto
Stanley. Así como a los argentinos nos educaron inmersos en el
eslogan “Las Malvinas son Argentinas‖, los kelpers se educaron en
el “Keep the Falkland Islands British.‖

―Mantenga las Islas Falkland Británicas‖ dice la inscripción de la remera de


la chica de la foto, instalada frente a la casa del Primer Ministro en 10
Downing Street, Londres. Los kelpers son manejados por una minoría
aristocrática británica.

53
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En el censo de 1980 se contabilizaron 1813 “isleños”, según cifras


oficiales. No es conocido que para arribar a esa cifra, fueron
incluidos turistas y tripulantes de las naves que ocasionalmente se
encontraban en puerto. Por este motivo en el censo figuran
“habitantes” de origen argentino, australiano, canadienses, chilenos,
alemanes, neozelandeses, sudafricanos, norteamericanos, uruguayos,
colombianos, singapurianos, chinos, chipriotas, dinamarqueses,
egipcios, franceses, griegos, irlandeses, polacos, suizos, ugandeses y
yugoeslavos. A todos ellos y al sólo efecto del censo, se les dio
carácter de isleños para hacer número y justificar la cláusula que
obliga al respeto a los derechos de los habitantes de las Islas
Falkland. (14)
(14) En marzo de 1982, cumplía funciones como Representante de la Armada
Argentina ante el gobierno colonial, el Capitán de Fragata Adolfo Gaffoglio,
que atendía los asuntos comerciales de los buques de carga de la Marina que
hacían viajes regulares entre las Islas y el Continente. Sus reiteradas visitas a
las Islas Malvinas le permitieron alternar con los principales personajes del
gobierno, los comerciantes y los kelpers, y es la persona que mejor conoce la
sociedad malvinense. Poco antes del desembarco del 2 de abril, (que el
Capitán Gaffoglio ignoraba), comprobó el ambiente enrarecido existente
entre las autoridades y representantes de los intereses británicos. Durante su
permanencia experimentó el ataque vandálico de los kelpers contra las
oficinas de LADE (Líneas Aéreas del Estado) en Puerto Stanley. Lo concreto
es que antes del desembarco, los isleños sospechaban que podría ocurrir un
acontecimiento como el del 2 de abril. Fuente: ―Operación Rosario‖, Carlos
Büsser, p. 21 a 23. Cabe señalar que a principios del año 2013 y mientras
arreciaba la demanda diplomática argentina por la soberanía, se estableció
un ―referéndum‖ para conocer si los isleños deseaban o no, formar parte del
territorio argentino. Como es de suponer, el resultado negativo fue
aplastante.

54
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En consecuencia, cabe acotar que el desembarco del 2 de abril de


1982 no “liberó” a los isleños, muy por el contrario, ellos se
sintieron invadidos por los argentinos y adoptarían una conducta
hostil, aunque formal y en algunas ocasiones cálida, cuando
entraban en confianza al auxiliar a nuestros pilotos derribados. En
Puerto Argentino la situación era diferente, se notaba la hostilidad
permanentemente. El Guardiamarina David Ruiz, que vivía en una
de las casas de Puerto Argentino junto con otros miembros del
Estado Mayor, me comentó en su momento que todas las mañanas al
salir de la vivienda, un vecino lo miraba con cara de pocos amigos y
se pasaba el dedo índice por la garganta, cuyo significado era obvio.

Farsa británica
Las conversaciones siempre son peligrosas, si se tiene algo que ocultar.
Aghata Christie

El domingo 4 de marzo del año 2012, fue invitado al programa


“Hora Clave” que conduce el Dr. Mariano Grondona, el ex
Vicecanciller argentino Dr. Andrés Cisneros. Durante la entrevista,
mencionó dos de los casos en que los ingleses intentaron negociar la
soberanía sobre las Malvinas. El inesperado comentario llamó la
atención de Grondona, aunque la escueta información suministrada
por el ex funcionario no fue profundizada por el conductor del
programa, posiblemente por no responder a los lineamientos del
tema central de ese momento. Lo notable de todo esto, era que la
“novedad” divulgada por Cisneros no fue levantada por ningún
medio, y el capítulo VIII del libro del Embajador Ortiz de Rosas
tampoco tuvo eco, ni originó un análisis serio y profundo de lo
acontecido. Nadie investigó el por qué del rechazo, o indiferencia de
las autoridades gubernamentales a las propuestas inglesas, ya sea

55
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

durante los gobiernos democráticos, o de facto. Si consideramos


estos intentos ingleses, aparentemente resultarían infundadas,
injustificadas, e injustas las declamaciones argentinas, cuando se
dice que Inglaterra nunca quiso sentarse a la mesa de negociaciones
para discutir la soberanía de las Islas.
Enmarcando este panorama, aparece nuevamente el factor
político, ya sea británico o argentino, que parecía no cumplir o no
saber cumplir sus roles diplomáticos para negociar la entrega y
recepción consensuada de las Malvinas. Cuando el Contralmirante
Carlos Büsser hizo declaraciones públicas, diciendo que el
desembarco en las Islas Malvinas estaba plenamente justificado por
la falta de diálogo por parte de Inglaterra, produjo la reacción
inmediata del Contralmirante Segura, que le remitió una carta en la
que mencionaba cuatro de los intentos ingleses para entregar la
soberanía de las Islas. Büsser nunca le respondió. (15)
(15) Al efectuar esas declaraciones públicas, Büsser se refería
indudablemente a la invitación a negociar propuesta por la ONU a principios
de 1982, que no fue respondida por Gran Bretaña. No cabe duda que a esa
altura de los acontecimientos los ingleses tenían perfectamente definida su
actuación en el caso Davidoff en las Islas Georgias, al cual nos referiremos
más adelante, para ejecutar los planes de contingencia previstos desde el año
1978.

A todas luces, la Argentina parecía estar desperdiciando estas


atractivas iniciativas inglesas de lograr un lease. Finalmente se
produjo una guerra, que algunos sectores de interés todavía afirman
que fue un manotazo de la Junta Militar para perpetuarse en el
poder. Por supuesto que existen numerosas versiones en este
sentido, entre ellas la de la argentina Virginia Gamba, especialista
internacional en estudios estratégicos, Premio Nobel de la Paz 1995
como miembro de la Organización Pugwash por el desarme nuclear,
autora de varios libros sobre la Guerra de Malvinas y actualmente

56
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

funcionaria de la ONU. Gamba expresa en un reportaje que “no


encontró prueba alguna de que haya sido una aventura militar‖ y
que:
―No es justo juzgar algo sin la información del contexto del
momento en que se toma esa decisión‖. Y agrega: ―Creo que hubo
una reacción militar, no que lo hayan planeado tal como sucedió. Sí
estoy absolutamente segura de que, para diciembre de 1981, ya
tenían una idea muy clara de que iban a tener que hacer algo para
forzar a Gran Bretaña a negociar de una vez la soberanía de las
Islas Malvinas. Estaban muy preocupados por cuestiones
geopolíticas, de que todavía se estaba negociando con el Vaticano
por Chile por el Beagle, entonces había muchos temas en el aire que
afectaban la soberanía y también la libre circulación de la
Argentina en su propia zona. Así que, invariablemente, cualquier
cosa que estallara en el Atlántico Sur iba a requerir de una acción
fuerte. Gran Bretaña confunde los mensajes de la Argentina, que
trata de decirle en forma muy clara: necesito soluciones en el tema
Malvinas. En Inglaterra la crítica es la misma: se dijo que fue todo
para tapar los problemas domésticos de la Sra. Thatcher en un
momento de baja popularidad. Pero afirmar hoy, treinta años
después, que todo eso fue una aventura militar hecha por un
gobierno agonizante que quería perpetuarse en el poder, es de un
simplismo muy grande […] Podrían haber tomado otra decisión. La
decisión que podrían haber tomado era no hacer nada. Pero si no
hubieran hecho nada, tenían un riesgo grande de perder las
Malvinas para siempre. Se sabe que desde 1960 Gran Bretaña tenía
interés en dialogar sobre la soberanía, pero en ese momento había
un grupo de presión en Londres para impedir la negociación con la
Argentina. Nuestro país no era el de hoy‖. (16)
(16) Diario La Nación, Buenos Aires 26 de febrero de 2012.

57
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

He aquí posiciones antagónicas sobre la cuestión Malvinas, en la


que participaron de buena fe algunos ingleses y argentinos, inmersos
en la oculta y tortuosa política británica, la de la mala fe, porque
como veremos, desde el primer momento los británicos estuvieron
decididos a provocar un enfrentamiento armado, para el logro de
sus propios fines.
Para desarrollar con claridad toda esta compleja situación, y
proveernos de suficientes elementos de juicio antes de poder
responder con propiedad a la pregunta: ¿por qué se produjo el
desembarco del 2 de abril de 1982? desde el punto de vista de las
relaciones internacionales, es necesario remontarnos a 1960, porque
el 14 de diciembre de ese año, la ONU emite la Resolución 1514,
que señalaba los caminos legales para descolonizar los territorios
ocupados. El 4 de enero de 1966 el mismo organismo emite la
Resolución 2065, dirigida específicamente a la cuestión de las Islas
Malvinas, Georgias, y Sándwich del Sur.
El 3 de enero de 1833 Inglaterra había tomado por la fuerza las
Islas Malvinas, en momentos en que nuestro país se encontraba
políticamente inestable y con numerosos frentes en carne viva
internos y externos; era la época de Juan Manuel de Rosas. En base
a aquellas Resoluciones de la ONU, en un principio el gobierno
inglés demostró lo que parecía ser un rasgo de buena voluntad, ya
que en junio de 1971 se reunieron en Buenos Aires los
representantes de ambas naciones para dialogar sobre el candente
tema. El 1º de julio de ese año, se llegó a un acuerdo en relación con
el tránsito de personas entre las Islas y el continente. Además se
acordó que los ingleses establecerían un servicio marítimo regular
para el transporte de pasajeros, correspondencia y carga; y que la
Argentina establecería un enlace aéreo. También quedaba
establecida la cooperación argentina en el campo técnico, sanitario,

58
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

educativo, de agricultura y de comunicaciones telegráficas y


telefónicas. Este acuerdo era más beneficioso para los isleños que
para los argentinos, pero permitía introducir una cuña cultural que
podría influir positivamente entre ellos, con la posibilidad de
integrarlos al pensamiento e interés de nuestro país. (17)
(17) De los 2000 isleños casi la mitad vivía en zonas rurales. En el año 1969
un malvinense era administrador de la Estancia Sara, ubicada al Norte de
Tierra del Fuego, y exhibía a menudo el pasaporte argentino.

Cabe señalar que en materia internacional, los Tratados y Acuerdos


permanecen vigentes y se cumplen las pautas establecidas, en la
medida que sigan resultando de interés para ambas partes, de lo
contrario pueden ser denunciados unilateralmente y pierden vigor.
Inglaterra encaró el tema políticamente, influenciada por los fuertes
intereses económicos y militares existentes. Entre los primeros
estaban los de las Falklands Islands Company; la British Antartic
Survey y el United Kingdom Falkland Committee.
Por otra parte existía un creciente interés militar sobre las Islas,
porque podrían ser la estructura de una gran Base Naval y Aérea,
llave de las comunicaciones entre los océanos Pacífico y el Atlántico
en la región del Cabo de Hornos, cuyo único enlace práctico es el
Canal de Panamá. Fue en este período que de acuerdo con las
pautas establecidas, el Contralmirante Segura despachaba aviones
con ayuda para los isleños y evacuaba pacientes de alto riesgo. De
hecho muchos isleños estaban optando por estudiar en
Universidades en el continente, y algunos argentinos vivían en las
Islas cumpliendo diversas funciones vinculadas con los acuerdos en
vigor.
A todo esto la OPEP comenzó a incrementar el valor del barril,
que llegó a un escandaloso 1000% de aumento, lo que produjo una

59
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

grave crisis petrolera en simultaneidad con la disminución del


rendimiento de los yacimientos ingleses off shore del Mar del Norte.
En este marco, el 8 de diciembre de 1975 sorpresivamente el
gobierno británico efectuó una declaración pública que decía que
impediría cualquier intento extranjero de explotación de
hidrocarburos en el archipiélago de las Falkland. Nubes negras
comenzaron a aparecer en el horizonte. Poco después de la
declaración, Inglaterra dispuso el envío del buque de investigación
científica Ernest Shackleton, que bajo la responsabilidad de Lord
Shackleton, tenía que realizar un estudio profundo del potencial
económico de la zona, no solamente del archipiélago malvinense,
sino también de varias áreas del Atlántico Sur que incluían
extensiones del Mar Epicontinental Argentino, ubicado dentro del
límite de las 200 millas de nuestras costas.

Punto de inflexión
La verdad mal intencionada es peor que la mentira.
William Blake

El 3 de enero de 1976, Lord Shackleton arribó a las Islas


Malvinas a bordo del buque HMS Endurance. La significativa fecha
elegida para la llegada del noble británico parecía recordar la de
usurpación inglesa del año 1833, lo que motivó una viva protesta de
la Cancillería Argentina por la guarangada imperialista. La
respuesta del Canciller británico decía que era estéril la disputa por
la soberanía de las Islas, (ya se sentía olor a petróleo) y, como diría
Napoleón, ―esa manga de tenderos‖ había cambiado su postura.
Poco después la inteligencia naval tomó conocimiento a través del
informe de un avión explorador naval “Neptune‖, sobre la presencia
del buque de investigación Shackleton en nuestra plataforma
continental. La armonía existente a partir de los acuerdos de 1971,

60
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

había sido rota completamente por los ingleses, debido


aparentemente, a los potenciales intereses económicos de las Islas
Malvinas.

61
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo III

¡HUNDAN AL SHACKLETON!
Lo que la experiencia y la historia nos enseñan, es que los pueblos
nunca han aprendido nada de la historia, o actuado de acuerdo a principios
deducidos de ella.
Hegel
A raíz de las declaraciones públicas vinculadas con la
investigación que estaba por realizar el buque científico británico
Shackleton, la Armada envió a los mares del Sur un avión
explorador Neptune y al Destructor ARA Storni. Tenían como misión
determinar la ubicación del buque, e interceptarlo si era sorprendido
en aguas argentinas. Días después el Neptune encontró a la nave
inglesa navegando en aguas argentinas, e informó al Comando del
Área Naval Austral y al Comando de Operaciones Navales, sus
coordenadas, velocidad, y rumbo.

En la ciudad de Ushuaia, estaba por realizarse en esos


momentos la ceremonia de entrega y asunción del Comando del
Área Naval Austral, acto que tuvo que postergarse, porque la
operación de interceptación estaba efectuándose en esos momentos
dentro de esa jurisdicción, y la reglamentación naval no permite el
relevo de un Comandante que se encuentra en operaciones.
Paralelamente el Destructor Storni al mando del Capitán de Fragata
Ramón Arosa, se dirigía a toda máquina hacia el Shackleton. En el
caso de producirse una interceptación, correspondería seguir una
serie de “pasos” para lograr la detención del buque sospechoso. La
primera acción consiste en comunicarse por el canal radioeléctrico
de contacto internacional para intimarlo a detenerse, y si no se
62
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

recibe respuesta, en el segundo paso se le dispara un tiro de cañón


dirigido a las aguas frente a la proa del intruso. De insistir en su
actitud, podría considerárselo buque hostil, y en última instancia se
dispararía directamente sobre la nave.

Buque de investigación Ernest Shackleton

Señor Almirante…teléfono
Solemos caer en las trampas que nosotros mismos tendemos.
Rodolfo Terragno

A todo esto el Comandante de Operaciones Navales


Contralmirante Luis María Mendía, estaba alojado en la Casa de
Huéspedes de la Base Naval Ushuaia. El Comando del Área Naval
Austral era un organismo que dependía de él, y aguardaba el
momento para presidir la ceremonia de relevo del Contralmirante
Segura. Cuando llegó a Ushuaia la noticia de que el Shackleton
había sido interceptado en aguas argentinas, Segura llamó por
teléfono a la Casa de Huéspedes y fue atendido por el ayudante que

63
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

le dijo a Mendía: “Señor Almirante…teléfono, es el Almirante


Segura”. Le informaba que había sido avistada la nave incursora, y
que se dirigía a toda máquina hacia el límite de las 200 millas.
Mendía le respondió: ―está bien…sigan los pasos‖, y después de
cortar la comunicación siguió leyendo el diario.
El Destructor Storni llamaba por radio a la nave intrusa por el canal
internacional y, ante la falta de respuesta, disparó un cañonazo
delante de la proa. Poco antes de las 11 de la mañana, Segura hizo
un segundo llamado a su Jefe para informarle de la actitud que había
adoptado el buque inglés. Muy calmo le respondió:
-¿Así que no se detiene? bueno…entonces hay que hundirlo- y cortó.
Dirigiéndose a su ayudante que lo miraba asombrado, le propuso:
-¿Tomamos un café?-
-Señor…- respondió - dadas las circunstancias ¿no sería mejor un
whisky?-
En los minutos posteriores intentaron varias veces llamar al
Contralmirante Mendía, pero éste se había retirado de la Casa de
Huéspedes con su ayudante, para dar un paseo en auto por el Monte
Olivia, en las afueras de la ciudad.
El Destructor Clase
Fletcher Storni, fue
adquirido a los EE UU.
Llegó al país el 12 de
noviembre de 1971 y se
integró a la Armada
como D-24. Tiene una
eslora de 114,7 m, 11,9
m de manga y 3.500
Tm. Su máxima
velocidad era de 35
nudos. ( 64,82 Km/h).

64
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El primer disparo del Storni impactó en el agua en la proa del


Shackleton, que conocedor de la reglamentación internacional
despertó de su silencio, e informó que “llevaba explosivos a bordo‖.
Por no tratarse de un buque de guerra y con civiles a bordo, era un
factor inhibidor de los denominados “pasos” a seguir para estos
casos, porque de continuarse con el cañoneo, podría producir su
hundimiento con víctimas inocentes.

Cuando el Contralmirante Mendía arribó a la Base un par de


horas después, se enteró que la Sra. Presidente María Estela
Martínez de Perón, había ordenado suspender cualquier acto de
agresión al buque inglés, en base al asesoramiento del Comandante
en Jefe de la Armada, Almirante Eduardo Emilio Massera. De esta
manera el Shackleton logró llegar sano y salvo a aguas
internacionales y posteriormente a Puerto Stanley en las Islas
Falkland.
Algunos meses después del incidente, Lord Shackleton elaboró
un prolijo informe, que fue entregado al gobierno inglés el 20 de
julio de 1976. En él se destacaba:
- El relevante potencial petrolero y de gas de la zona.
- La riqueza pesquera existente en la Plataforma Continental
Argentina y en las Islas Falkland, que la ubicaban como dos
veces superior a la del resto del mundo.
- Los beneficios de la explotación del krill; de la lana; y de
algunos minerales.
- El atractivo de las Islas desde el punto de vista turístico.
Este reporte científico-económico, conocido como “Informe
Shackleton”, hizo cambiar radicalmente la política inglesa en cuanto
a las Islas Falklands, porque no solamente decidieron cancelar

65
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

cualquier posibilidad de entregarlas, sino que pensaban construir


una importante base militar. Parecía que lo primero podría justificar
lo segundo, pero no era así, había otras causas mucho más
importantes para instalar una base militar.

Hipocresía británica
Todos los hombres estamos hechos del mismo barro, pero no del mismo
molde.
Proverbio mexicano
Para distraer la atención de la Cancillería Argentina, el
gobierno británico iba a simular la voluntad de negociar la soberanía
de las Islas mediante un lease, lo que les daría tiempo suficiente para
preparar un Plan de Contingencia para el caso de una eventual
reacción militar argentina, cuya muestra había sido la persecución
del Shackleton por el destructor Storni, y el cañoneo al que fue
sometido. El informe cambiaba substancialmente la importancia
económica que se le atribuía a las Islas hasta ese momento, que
originó una corriente política británica más dura hasta convertirse en
un nuevo paradigma de la diplomacia inglesa. Al año siguiente,
(1977), el Ministerio de Defensa británico elaboró un Plan de
Contingencia, que sería puesto en práctica si se producía una
agresión militar argentina en las Islas en conflicto.
En 1979 los conservadores ganaron las elecciones en
Inglaterra, que llevó al cargo de Primera Ministra a Margaret
Thatcher. (18)
(18) El cónyuge de Margaret Thatcher, formaba parte del Directorio de la
―Falkland Islands Company‖, por lo tanto la Primera Ministra tenía
intereses familiares que influían en sus decisiones políticas.

66
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Para el cargo de Secretario de Asuntos Exteriores nombró a Lord


Carrington, y como Ministro de Estado al Sr. Ridley. El gobierno de
la Thatcher escogió las siguientes opciones sobre la cuestión de las
Islas Falkland:
- Interrumpir las negociaciones con la Argentina.
- Prepararse para mantener y defender las Islas de cualquier acto
de agresión argentina, o
- Abandonar las Islas y reubicar a los kelpers, o
- Simular negociaciones para entregar la soberanía, o
- Negociar de buena fe, buscando una solución aceptable para
los isleños y el gobierno británico.
El 2 de diciembre de 1980, el Sr. Ridley propuso en el
Parlamento una solución similar a la optada en su momento para
Hong Kong, cuya soberanía iba a ser entregada a los 99 años del
acuerdo establecido. (En la actualidad la soberanía fue devuelta a la
República Popular China). La postura de Ridley fue rechazada de
plano, y la Cámara propuso la continuación de la negociación con
los argentinos, siempre que quedara resguardada la voluntad de los
isleños. Esto último era de hecho, un factor inhibidor de todo lo
demás.
En enero de 1981, la mayoría isleña propuso el congelamiento
de toda negociación con la Argentina por los próximos 25 años. A
su vez Lord Carrington solicitó al Ministerio de Defensa que
actualizara la estimación preparada en 1977, para el caso de una
agresión militar argentina, y que se especifique detalladamente cuál
debería ser la respuesta de Inglaterra ante la emergencia. En base a
este requerimiento, el Estado Mayor británico comenzó a realizar

67
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

una detallada evaluación de los posibles modos de acción de la


Argentina, que incluía un desembarco en las Islas Falkland.
Partiendo de ese supuesto se evaluó minuciosamente cuál debería
ser la respuesta, que una vez definida, observamos que coincide
exactamente con el Plan de Operaciones británico desarrollado
durante la guerra de 1982. Es decir que los planes elaborados para
una respuesta militar en el caso de un desembarco argentino en las
Islas Malvinas, datan de varios años antes. De acuerdo con estos
antecedentes, surge claramente que los intentos ingleses de negociar
para entregar las Islas, no fueron más que una pantalla con el fin
de velar sus verdaderas intenciones, es decir, como una forma de
ganar tiempo para instalar en las Islas una base militar antes de un
desembarco argentino. Si bien hubo negociaciones basadas en las
Resoluciones de la ONU para entregar la soberanía de las Islas,
aquellas que fueron citadas por el Dr. Cisneros en el programa de
Grondona; más lo relatado por el Embajador Ortiz de Rosas; y la
experiencia del Brigadier Mc Laughlin en Londres; surge que la
gestión encomendada al Contralmirante Segura, sólo fue una nueva
pantalla esgrimida por los ingleses para hacer creer al gobierno
argentino su voluntad de negociar. Cuando el Canciller Camillión
visitó Londres para tratar el tema de las Malvinas, el Secretario de
Asuntos exteriores Lord Carrington lo recibió con aire aburrido. Esa
actitud del Lord, hizo que Camillión le dijera al Embajador Ortiz de
Rosas que en la agenda del funcionario británico, la cuestión
Malvinas tenía prioridad 238. La política exterior dual escogida por
los ingleses, produjo un efecto anestésico en el gobierno argentino,
que hasta fines de 1981 no había encarado nada serio que condujera
a un desembarco para recuperar las Islas Malvinas, mientras el
objetivo británico seguía siendo el de reforzarlas, para instalar una
gran base militar y naval.

68
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Cuando la inteligencia inglesa tomó conocimiento de que el


gobierno argentino creía que las gestiones para entregar las Islas era
sólo una cortina de humo, decidió hacer circular en los mandos
militares otra versión, que decía que para entregar las Islas el Reino
Unido necesitaba un argumento fuerte. Con ese fundamento podría
justificar ante la opinión pública británica la cesión de la soberanía,
como por ejemplo una acción militar incruenta sobre las Islas, que
llevaría a entrar en negociaciones para el traspaso de la soberanía.
Como fue comentado, éste sería el factor más importante y
excluyente, de todos los que influyeron en la decisión de efectuar
un desembarco en las Islas Malvinas en 1982 y que más adelante
analizaremos en profundidad su origen.

Hace 200 años


Me interesa la historia, para buscar algunas ideas que expliquen por
qué estamos hoy así.
René Favaloro
En los años de la Revolución de Mayo y posteriores, existen
numerosos y definidos ejemplos relacionados con la política exterior
de Inglaterra. Esta política se caracterizaba por manejar
diplomáticamente las cosas, como si fuera un gigantesco ajedrez
internacional. Sabemos de este juego-ciencia, que una movida
aparentemente inocente ahora, producirá un efecto a veces
catastrófico para el oponente algunos movimientos más adelante. Es
por la actuación de los ingleses que apoyaban la Revolución, que en
la ciudad de Buenos Aires existen calles con el nombre
“Strangford”, “Ramsay” y hasta hace poco “Canning”. El primero se
refiere a Percy Clinton, Vizconde de Strangford, Embajador de la
corona británica ante la corte lusitana instalada en Río de Janeiro.
Strangford fue un eficaz moderador de las intenciones del Regente
Juan de Portugal y de su esposa la Princesa Carlota, que se oponían
69
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

política y militarmente a la Revolución de Mayo. Robert Ramsay


fue un destacado marino británico a cargo de la flotilla inglesa
fondeada en el Río de la Plata, que simpatizaba con la revolución y
cautivó a la Primera Junta; y George Canning era Ministro de
Asuntos Exteriores británico. En realidad todos ellos actuaban
protegiendo o facilitando el camino para obtener los objetivos
británicos previstos para Sudamérica, a veces coincidentes con los
Revolucionarios de Mayo, que buscaba el desmembramiento en
varios países del enorme Virreinato del Río de la Plata, como son
ahora Uruguay, Paraguay y Bolivia. En el caso del Virreinato del
Perú la diplomacia británica buscaba que los chilenos obtuviesen su
independencia, dado que hasta el momento era una Capitanía
dependiente de Lima; y también pretendían la independencia del
Perú, y el desmembramiento de Quito (Ecuador) de ese Virreinato.
Por otra parte Inglaterra actuó subterráneamente para evitar la unión
de Chile con el Perú o con la Argentina; y después de la Batalla de
Ayacucho, saboteó la integración de Bolivia con nuestro país, para
lo cual utilizó a un argentino decididamente anglófilo y socio de los
negocios británicos, llamado Bernardino Rivadavia. Más cercano
está el ejemplo de cómo por la intervención solapada británica,
Chile se apropió del área costera del Océano Pacífico que pertenecía
a Bolivia, precisamente para facilitar negocios de interés común con
el gobierno inglés. (Ese conjunto de tenderos…como decía
Napoleón)
Inglaterra tuvo una participación activa durante las Guerras de
la Independencia en Sudamérica, tanto, que la flota que transportaba
en 1820 a San Martín hacia el Perú, estaba al mando del Almirante
inglés Lord Thomas Cochrane, que se incorporó a las fuerzas
patriotas en el año 1817, justo y casualmente el año en que San
Martín cruzó los Andes. En el Ejército Libertador iban a participar
militares ingleses como el General Guillermo Miller, que justo y
70
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

casualmente también se incorporó en ese año al Ejército Libertador.


(19)

(19) Podemos agregar que justo y casualmente, el comerciante inglés John


Parish Robertson se encontraba en San Lorenzo el día del histórico combate,
y fue invitado por San Martín para observarlo desde la espadaña del
Convento San Carlos.

Los ingleses tomaron conciencia de su capacidad militar en


épocas tan remotas como el siglo XIV con motivo de la Batalla de
Crècy, cuando derrotaron a un ejército francés muy superior, que
originó la guerra de los 100 años, que culminó en el siglo siguiente
con la gesta de Juana de Arco. (20)
(20) En la Batalla de Crècy, (26 de agosto de 1346), Eduardo III de
Inglaterra derrotó a Felipe VI de Francia, que tenía un ejército muy superior.
La diferencia la dio el ―arco largo‖ inventado por los británicos, que
disparaba flechas más lejos y que podían atravesar las armaduras de la
época. También empleó dos cañones, arma novedosa en esos tiempos. Los
ingleses aprendieron en esa Batalla la importancia que tiene la tecnología
para hacer la guerra, y que podían lograr ayuda en el campo enemigo
mediante el soborno. Un deshonesto francés llamado Gobin Agache guió a los
ingleses hasta un vado llamado Blanque Taque a cambio de un pago en oro.
En ese momento todos los puentes habían sido destruidos por los franceses.
Esta traición permitió el cruce del río de los 10.000 ingleses de Eduardo III.
Tecnología y soborno, experiencia inglesa muy interesante…

En 1805, cuando el Almirante Nelson derrotó a la flota franco


española en la Batalla de Trafalgar, obtuvo con esa victoria el
dominio de los mares; situación que se mantuvo hasta la Segunda
Guerra Mundial. Las invasiones inglesas de 1806 y su réplica de
1807, fueron una de las consecuencias de aquella batalla naval,
donde los españoles, criollos, negros, y aborígenes del Virreinato del
Río de la Plata, lograron un contundente triunfo sobre el Ejército
Inglés en nombre del rey Carlos IV de España.

71
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Aterrizaje inesperado
Es todo muy sencillo en la guerra, pero hasta lo más sencillo resulta
dificultoso.
Carl von Clausewitz

El 11 de marzo de 1982, un avión Hércules C-130 que


supuestamente se dirigía a la Base Antártica Vicecomodoro
Marambio, realizó un aterrizaje de emergencia en Puerto Stanley.
Con este acto, la Fuerza Aérea comenzaba a manejarse en forma
independiente de los planes conjuntos para el desembarco. El
supuesto aterrizaje de emergencia, era una forma burda de obtener
información sobre la capacidad de la pista de Puerto Stanley, y nadie
en la Isla creyó que se trató de una emergencia. El gobernador
británico se molestó mucho por la grosera maniobra de la Fuerza
Aérea Argentina, dado que para ir a la Antártida las Islas Falkland
quedaban muy alejadas del plan de vuelo del Hércules. En ese
momento se desarrollaban en el mayor secreto los planes para
ocuparlas, y teniendo en cuenta que las tareas de inteligencia
preceden a las operativas, parecía que la presencia de la aeronave
respondía a una necesidad de inteligencia. En realidad esa tarea
podría haber sido cubierta muy bien por los pilotos militares de las
Líneas Aéreas del Estado (LADE), que realizaban vuelos semanales
a las Islas. El episodio no tuvo trascendencia alguna en los medios
nacionales, pero sí en Londres, porque el 19 de marzo el Latin
American Weekly Report, difundía la versión de que en la Argentina
estaría preparándose una invasión a las Islas Falkland, y que la
supuesta emergencia del avión argentino había sido programada. Esa
impresión fue corroborada por el Capitán Gaffoglio, cuando llegó a
las Islas después del episodio. Habría que ser muy ingenuo y

72
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

bastante torpe para concebir una operación de inteligencia de ese


tipo, cuyo efecto inmediato fue el de generar sospechas sobre una
potencial amenaza militar a las Islas Falkland.

(Arriba) La desolada pista de cemento de Puerto Stanley en las Islas


Malvinas. Su inhabilitación sería un objetivo prioritario de los malvinenses
para impedir aterrizajes durante la jornada del 2 de abril de 1982. Pueden
verse los vehículos anfibios LVTP7 o VAO, de la Infantería de Marina.

73
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo IV

ANGLOFOBIA
En tu lucha contra el resto de mundo, te aconsejo que te pongas del
lado del resto del mundo.
Konrad Adenauer

En los tiempos de la colonia, la estricta política comercial de


los Borbones hizo que en el Río de la Plata y otros Virreinatos,
solamente pudieran ingresar mercaderías de origen español. Esta
política comercial conocida en ese entonces como monopolio, era
sostenida por flotas que transportaban mercaderías en convoyes un
par de veces al año y regresaban con la materia prima colonial. La
mercadería española resultaba más cara y de inferior calidad que las
de origen inglés, país que perfilaba como potencia industrial y que
había conquistado un mercado muy importante en la Europa
Continental. En esos tiempos las relaciones entre Inglaterra y España
eran inestables, alternando períodos de guerra con los de paz. El
objetivo británico de comerciar sus mercaderías en América era
legalmente impracticable, por lo que buques mercantes ingleses o de
terceras banderas, llevaban al Nuevo Continente mercaderías de
contrabando que incluía productos de Oriente. A muchos
funcionarios españoles, y a la mayoría de las familias criollas
pudientes, les encantaba adquirir a buen precio lozas, porcelanas,
sedas, té de Ceylán, muebles, máquinas y telas de calidad, entre
otros numerosos artículos no españoles.
Corría el año 1711, cuando fue presentado al gobierno
británico un estudio denominado: “Propuesta para humillar a
74
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

España”, relacionado con un Plan para hacerse de las colonias


españolas en América. (21)
(21) Obsérvese el arrogante y despectivo nombre del plan inglés.

De este modo obtendrían un amplio mercado para sus mercaderías, y


beneficios territoriales con su rico contenido. Esta iniciativa se vio
reforzada alrededor del año 1800, cuando el General Thomas
Maitland propuso un Plan concreto: desembarcar en el Río de la
Plata para conquistar las ciudades de Buenos Aires y Montevideo;
reemplazar las autoridades españolas por criollos; tomarles
juramento de fidelidad al monarca inglés; posteriormente instalarse
en Mendoza para preparar un ejército para cruzar los Andes;
conquistar la Capitanía de Chile que dependía del Virreinato del
Perú; reemplazar las autoridades como en el Río de la Plata y, con el
apoyo de la Marina Real, efectuar un desembarco en el Perú con el
mismo fin, hasta alcanzar la alta California. (22)
(22) Por supuesto que lo expresado, seguramente trae a la memoria del
lector las Invasiones Inglesas, y la gesta de los Andes del General San Martín.
¡Es que de eso se trataba!

En 1789 estalló la Revolución Francesa, que proclamó la


república. En esos momentos en la Europa continental los monarcas
eran absolutistas, a quienes escandalizó la idea republicana, e
inmediatamente se opusieron. Un producto natural de esa revolución
fue el General Napoleón Bonaparte, cuya ambición desmedida
sumada a su capacidad militar, hizo posible que con un poderoso
ejército conquistase casi toda Europa. En 1804 Napoleón se auto
coronó Emperador, y poco más tarde decidió que su próximo
objetivo sería la invasión de Inglaterra, que requería el dominio del
mar, porque la flota inglesa defendía las Islas Británicas. Para
presentar batalla a los ingleses, estableció un acuerdo que sumaba la

75
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

flota española a la francesa para destruir la inglesa. El


enfrentamiento se produjo frente al Cabo Trafalgar, lugar donde el
Almirante Horatio Nelson logró una aplastante victoria con el
sacrificio de su propia vida. Napoleón reaccionó violentamente y
dispuso como represalia la prohibición del ingreso de mercaderías
inglesas a la Europa Continental. El impacto en Inglaterra fue
tremendo, y dada su condición hegemónica en el mar, y el estado de
beligerancia con España, el gobierno inglés puso en ejecución el
Plan Maitland. Por ese motivo en 1806 y en 1807 se produjeron la
Primera y Segunda Invasión Inglesa, con el resultado conocido. En
1808 estaba a punto de concretarse una tercera invasión integrada
por unos 10.000 hombres, al mando de Arthur Wellesley, más
conocido como Duque de Wellington, cuando una inesperada
decisión de Napoleón la hizo abortar, porque Portugal era aliado de
Inglaterra, y continuaba ingresando mercaderías inglesas por sus
puertos. (23)
(23) Años más tarde Wellington iba a derrotar a Napoleón en Waterloo,
Bélgica.

Esa actitud de Portugal fue motivo suficiente para que Napoleón,


con la anuencia de su aliado el rey Carlos IV de España, ingrese a la
Península Ibérica con un ejército de 100.000 hombres, con el
argumento de conquistar aquél país, que logró a fines de 1807. En
1808 las fuerzas francesas habían ocuparon Madrid, y desconfiando
de Napoleón, la familia real pensaba emigrar a América. A
consecuencia de un motín promovido por su hijo Fernando, Carlos
IV abdica y Fernando se convierte en Fernando VII. Disgustado
Napoleón, invita a la familia real a Bayona, Francia, y como
resultado de esa reunión, el Emperador recluyó en Francia al rey
Carlos IV y a su hijo Fernando VII, y nombró a su hermano José
Bonaparte rey de España, sin tener legitimación alguna. El gobierno

76
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

provisional de España, estableció una alianza con Inglaterra para


luchar contra Napoleón, con el apoyo de Portugal. Wellington tomó
el mando de las fuerzas en la Península Ibérica, y fue el motivo por
el cual no se concretó la tercera invasión inglesa al Río de la Plata, y
provocó la Guerra de la Independencia de España, que se
prolongaría hasta 1814. La irregular situación producida en la
Península Ibérica, produjo en la capital del Virreinato del Río de la
Plata la Revolución de Mayo de 1810, y los primeros intentos
autonomistas. Estas ideas de aparente fidelidad al rey de España, en
1814 se convirtieron en emancipadoras cuando regresó al trono
Fernando VII, y se comprobó que de ninguna manera permitiría la
autonomía de la colonia y mucho menos toleraría su independencia,
proceso éste en el que influyó notablemente José de San Martín
entre otros patriotas. Como la decisión de declarar la independencia
se demoraba, el Libertador urgía desde Mendoza su concreción,
porque no deseaba cruzar los Andes al mando de un ejército a quien
podría calificárselo de “insurgente”.

Invasiones inglesas ¿cuál de ellas?


Un gran país no puede tener una guerra pequeña.
Wellington
No ha trascendido suficientemente en el conocimiento popular,
que las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807, época del Virreinato del
Río de la Plata, no fueron las únicas. Los historiadores sabemos muy
bien que esos intentos eran una consecuencia lógica del estado de
beligerancia entre Inglaterra y España. Como sabemos, las
invasiones de 1806 y 1807 fueron rechazadas por el marino francés
Santiago de Liniers, que fue designado Virrey por sus indudables
méritos, además de ser un hombre absolutamente leal a la corona
española.
77
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Desde los tiempos de la Revolución de Mayo, pensar distinto


nunca fue tolerado por el oficialismo, es por eso que el héroe de la
Reconquista, el Conde de Buenos Aires Brigadier Santiago de
Liniers y Bremont, fue pasado por las armas por orden de la
Primera Junta. Hasta ahora no existen señales de haberse aprendido
la lección. Tampoco aprendimos la lección de la personalidad
tozuda, mentirosa, perseverante, altiva, arrogante, hipócrita, etcétera,
de los ingleses, que sin ninguna duda después del 2 de abril no
solamente iban a intentar reconquistar las Islas Malvinas por la
fuerza, sino que tratarían de hacerlo espectacular y mediáticamente
para darnos una ejemplar paliza con la ayuda de su aliado histórico,
los EE UU, y la eficaz colaboración de sus pajes chilenos. Sin
embargo, el triunfo británico en las Islas Malvinas no fue ni grande
ni ejemplar, pero lograron la victoria a pesar de la meritoria e
inesperada resistencia de los argies (argentinitos), que los dejaron
con la nariz sangrante, muchos moretones y politraumatismos. Es
por eso que el archivo de la Guerra de las Falkland, sólo será
revelado por el gobierno británico casi al finalizar este Siglo, cuando
todos estemos en otro lado. La liberación de esos archivos podría ser
muy significativa, si como actualmente se especula, podría haber
sido hundido el portaviones Invencible y un Submarino británico. En
cuanto a las bajas enemigas, existen serios testimonios de quienes
observaron la extraordinaria cantidad de muertos encontrados
delante de nuestras líneas, que conducen a suponer que fueron dos
veces superiores a las declaraciones oficiales del gobierno inglés.
Después del 9 de julio de 1816, es decir después de nuestra
independencia, contabilizamos las siguientes “invasiones inglesas”:
- Usurpación de las Islas Malvinas el 3 de enero de 1833.

78
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- 1845-47. Bloqueo anglo francés en el Río de la Plata, originada


por la política comercial de Juan Manuel de Rosas. Otra
lección no aprendida.
- 1908. El Reino Unido publica la “Carta Patente” que muestra
los territorios de la corona, que incluían grandes extensiones
de la Patagonia que afortunadamente habían sido
recientemente incorporadas al control del gobierno argentino,
como resultado de la campaña del General Julio A. Roca. Por
medios diplomáticos se logró revertir la situación, pero
entonces los ingleses comenzaron a adquirir tierras en la
Patagonia. Afortunadamente hay indicios de que hemos
aprendido esta lección.

Influencia de la educación
Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más de lo que
desgraciadamente somos.
Manuel Belgrano
Desde principios del siglo XX, y como fruto de la historia
redactada por Bartolomé Mitre, fue instalándose en todos los
escalones de la enseñanza y en la sociedad misma, un profundo
sentimiento anti británico basado en las Invasiones Inglesas y en la
usurpación de las Islas Malvinas. En el primer caso no quedaba bien
aclarado que los ingleses en realidad habían invadido la capital del
Virreinato del Río de la Plata, colonia perteneciente al rey de
España, no fue una invasión a la República Argentina.
No obstante, los historiadores cuya mayoría seguía los
lineamientos de Mitre, idealizaban y simplificaban los hechos de
Mayo de 1810, que en la práctica fue una revolución con tendencia
autonomista, pero fiel al rey. En el gobierno ejercido por la Primera

79
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Junta, o más exactamente: Junta Superior Provisional Gubernativa


de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Sr. Don
Fernando VII, existían serias diferencias entre Cornelio Saavedra, su
Presidente, y el Secretario Mariano Moreno. También quedaba
olvidada entre los pliegues de la historia, la Revolución de tendencia
emancipadora y localista del 25 de Mayo de 1809 en La Paz y
Chuquisaca, Alto Perú, Virreinato del Río de la Plata.
Mientras tanto se había producido el relevo de Liniers, que fue
concretado porque se sospechaba injustamente que apoyaba a
Napoleón. Lo reemplazó otro marino: Baltasar Hidalgo de Cisneros,
que a raíz de la revolución de Chuquisaca, envió para sofocarla entre
otros efectivos, unos mil hombres del Regimiento Patricios. Es decir
que esa Unidad criolla tan idealizada, actuaría en apoyo del bando
realista.
De esta manera comenzó a formar parte de la educación en las
escuelas, un fuerte sentimiento anti británico con el agregado de una
enorme exaltación de la Revolución de Mayo de 1810, bien
merecida por cierto, aunque para nada decidida a lograr nuestra
emancipación. La conocida frase “Las Malvinas son Argentinas‖ se
convirtió en un eslogan popular, visceral, patriótico y sentimental
que con toda razón, se instaló muy fuertemente en los argentinos.
Cuando en la mañana del 2 de abril de 1982 el pueblo se enteró que
sus Fuerzas Armadas habían recuperado las Islas Malvinas, se
produjo un consenso generalizado, una euforia poco común, y un
renovado y profundo sentimiento patriótico anti británico.

Desmanes en Buenos Aires


Nuestras discordias tienen su origen en las dos más copiosas fuentes de
calamidad pública: la ignorancia y la debilidad.
Simón Bolívar

80
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Ese espíritu antibritánico se puso de manifiesto paralelamente


a la orden que tenían las fuerzas argentinas en las Islas Malvinas, de
respetar a los kelpers y sus propiedades a rajatabla, que como
veremos no se cumplió cabalmente. En Buenos Aires ciertos grupos
tumultuosos e irracionales realizaban desmanes, y destruyeron la
base de la “torre monumental”, o Torre de los Ingleses, en el barrio
porteño de Retiro. La famosa Torre es un hermoso obsequio a la
Argentina de los residentes británicos, con motivo del Centenario de
la Independencia. También manos anónimas produjeron destrozos
en la tienda Harrod´s, la farmacia Franco-Inglesa, y todo aquello que
aparentaba tener alguna relación con supuestos intereses británicos.
(24)

(24) Durante los largos años de influencia inglesa en la Argentina, dejaron


importantísimas obras de infraestructura como los FF CC, Subterráneos de
Buenos Aires, infinidad de puentes y edificios monumentales, las instalaciones
de Obras Sanitarias y aguas potables, y líneas de transporte de superficie,
entre muchas otras obras que nunca fueron emuladas por su magnitud e
importancia, por ninguno de los gobiernos que tuvo la Argentina.

Simultáneamente se hacían burlas en los medios de prensa contra la


Sra. Thatcher, en especial en la prensa amarilla, donde no faltaban
expresiones verdaderamente groseras. Esto mismo sucedía en
muchos diarios y revistas de habla hispana, sobre todo en el Perú.
Ese espíritu triunfalista caería en picada semanas después, al
conocerse la inesperada y sorpresiva rendición de la Guarnición
Militar Argentina en las Islas Malvinas.
Como vimos anteriormente, los gobiernos argentinos tenían
pendiente un conflicto de límites con Chile en la zona del Canal
Beagle, donde se disputaba la soberanía sobre las Islas Picton,
Nueva, Lennox y varios islotes sobre ese Canal. También había que

81
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

definir dónde terminaba el Océano Atlántico, y dónde comenzaba el


Pacífico, reconocido internacionalmente como que era el Cabo de
Hornos. La cuestionada mediación papal surgida en 1978, daba por
chilenos todos los puntos en discusión, y otorgaba a ese país una
buena parte del Océano Atlántico; la Santa Sede se había excedido
en el laudo arbitral. Para dar una solución definitiva, el Presidente
Dr. Ricardo Alfonsín llamó a un plebiscito el 25 de noviembre de
1984, donde los ciudadanos teníamos que votar por aceptar, o no
aceptar el laudo. A tres años de la euforia por la recuperación de las
Malvinas, hubo una gran propaganda política del gobierno radical
por el Sí, y también un enorme afán del electorado por obtener una
solución pacífica, aun a costa de perder importantes territorios
marítimos. El resultado fue favorable a la aceptación del laudo por
un 81,13%, con el voto del 70,17% de los electores. ¿Cómo era
posible? La mayoría de los votantes no tenían idea de dónde
quedaban exactamente las Islas y la dimensión del territorio
marítimo que se perdería. No hubo reacciones en contra porque no
nos habían educado en las escuelas sobre esa controversia con Chile,
como se había hecho con el caso Malvinas. Esto demuestra que el
sentimiento patriótico, es una cuestión de formación.

82
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo V

MARCO ESTRATEGICO MUNDIAL

El factor global es un ingrediente de suma importancia para


analizar las causas de la Guerra de las Malvinas, porque en el año
1982, la llamada “guerra fría” estaba en su apogeo, en la que jugaba
un rol fundamental la NATO, a través de los EE UU e Inglaterra.

La guerra fría
Respetar tratados y convenios no es una cuestión de derecho, sino de
conveniencia.
Espinoza

En un artículo cuya autoría pertenece al Corresponsal Naval


Oscar Filippi, se pregunta: ―¿por qué el Reino Unido se prestaría al
juego del General Galtieri?‖ Opina que existe una falsa percepción
sobre nuestra situación geográfica, originada por la educación
volcada en las aulas primarias, que incidió en la mente de nuestros
jóvenes durante generaciones: ¿a quién le importamos, si al fin y al
cabo vivimos en el fin del mundo? Recordemos que después de
asumir el papado el Cardenal Jorge Bergoglio, en sus primeras
palabras públicas expresó que los Cardenales lo fueron a buscar “al
fin del mundo”. Desde ese fin del mundo la Argentina contempló
pasivamente y durante años, la confrontación europea de los años
1914 al 18; la Segunda Guerra Mundial; las Guerras de Corea y de
Vietnam; y sobre todo la guerra fría entre los EE UU y la URSS, es
decir entre el capitalismo y el comunismo, como algo que no nos
afectaría en absoluto porque era un problema ajeno.
83
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Al referirse a los argentinos Albert Einstein, dijo que era “un


país de mentes simples”. Nada más acertado. Como también fue
acertada la frase de Ortega y Gasset: “argentinos a las cosas”.
El hemisferio Norte de nuestro planeta se caracteriza por la enorme
extensión de tierras, y el hemisferio Sur por sus grandes océanos. El
primero forma el “mundo continental” y el segundo el “mundo
marítimo”. Obviamente nosotros pertenecemos a este último,
aunque desde la Revolución de Mayo le hemos dado la espalda al
mar, sin considerar que en la práctica los océanos conforman
infinitos caminos por los que transita el comercio mundial y el
propio. Filippi opina que existe un conflicto entre esos dos mundos,
y que no nos damos cuenta.
El “mundo continental” estaba liderado en 1982 por la ex
URSS, cuyo instrumento armado era el Pacto de Varsovia, integrado
por naciones autosuficientes en materia energética y elementos
estratégicos. El “mundo marítimo” estaba encabezado por los EE
UU junto con sus aliados europeos, que conforman la NATO
(Organización del Tratado del Atlántico Norte, u OTAN).
Japón y Corea del Sur eran países aliados que necesitaban la
vía marítima para subsistir, cuyas aguas estaban custodiadas por el
poder naval de los EE UU e Inglaterra, que estaban en condiciones
de contener cualquier intento de expansión del “mundo continental”
hacia el resto de planeta. En la práctica, EE UU e Inglaterra
controlaban los Canales de Panamá y de Suez, ambos ubicados en el
hemisferio Norte, que aseguraban el libre tránsito de los buques para
satisfacer las necesidades de occidente.

Desarrollo naval soviético


Una flota convierte el obstáculo del mar en infinitos caminos.

84
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

A partir de 1950 la URSS comienza un modesto proyecto


impulsado por el Almirante Sergey Gorshkov, para expandir la zona
de influencia de la flota roja al resto de los mares del mundo. Esta
intención se vio impulsada años después, debido a la impotencia
soviética demostrada en la “Crisis de los Misiles” de 1962, en Cuba.
En el bloqueo a la Isla de Cuba, participó activamente nuestra
Armada. Esta crisis de la guerra fría, convenció a la Unión
Soviética, de que era imprescindible establecer planes concretos
para expandir su flota. Al comenzar la década de los 70, la URSS
sumaba cuatro poderosas flotas de guerra: la del Mar del Norte; la
del Pacífico; la del Mar Negro y la del Mar Báltico. Esas fuerzas
navales podrían convertirse en una amenaza concreta para la
navegación comercial del mundo occidental y marítimo, si se
lanzaban a la conquista del Océano Atlántico, el Mediterráneo, el
Índico, y el Caribe.
Al producirse la guerra de Yom Kippur en Oriente Medio, la
URSS aprovechó la coyuntura estratégica para expandir su
influencia a través de los países árabes, y de esa manera logró
puertos, bases aeronavales y de apoyo logístico en Siria, Somalia y
Egipto. Por su política de acercamiento a los países africanos,
intervino en Guinea y más tarde en Angola. De este modo los
soviéticos ingresaron con su flota al Índico, el Mediterráneo y el
Atlántico, y constituían una amenaza a las rutas comerciales de
occidente si la guerra fría se convertía en caliente. A esa altura de
los acontecimientos, era conocido que los Submarinos nucleares
soviéticos navegaban por la ruta del Cabo de Buena Esperanza, el
Cabo de Hornos, y el litoral marítimo argentino.
También era conocido que si se hundía un barco en el
estratégico Canal de Suez, podría inhabilitar el paso de otros buques.
Se sabía que las naves de más de 70.000 toneladas, no podían

85
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

navegar por esa arteria vital por su elevado porte. Esta limitación
hizo que los superpetroleros y los cargueros de gran tonelaje, se
vieran obligados a doblar el Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica.
Mientras tanto el Canal de Panamá convivía con la presencia de
Submarinos nucleares y aviones soviéticos, que tenían sus bases
logísticas en Cuba y Nicaragua. Cuando en 1981 Cuba y la URSS
enviaron asesores militares a Granada, los EE UU creyeron que
podría ser la génesis de una futura interdicción al tráfico de
hidrocarburos procedentes de Venezuela, y decidieron invadir la
Isla. De esta manera la inteligente estrategia naval soviética, había
logrado dar vuelta la situación en el Mundo Marítimo Occidental. Si
el Canal de Suez quedaba inhabilitado, el Cabo de Buena Esperanza
estaba a merced de los Submarinos y aeronaves soviéticas, que
podrían cortar la principal línea de abastecimiento de occidente. Esta
capacidad soviética originó el desarrollo de tecnologías satelitales,
para obtener información primaria de la navegación en todo el
mundo.
Entre los días 2 y 5 de octubre de 1979, se realizó en la
Escuela de Guerra de los EE UU en Newport, Rhode Island, el 5to.
Simposio Internacional del Poder Marítimo (ISS), cuya primera
edición se realizó en el año 1969. Esta reunión concentra a los
Comandantes en Jefe de las marinas del mundo occidental y sus
aliados de Oriente, y tiene por fin incrementar la seguridad marítima
y la colaboración entre aquéllas. Esa vez el tema principal era ―El
papel de las Armadas en un mundo de paz‖. Durante su desarrollo
era habitual aprovechar el trato directo entre los más altos jefes
navales, que normalmente culminaban en acciones de intercambio e
interés mutuo. Ese año debería haber concurrido el Comandante en
Jefe de la Armada Argentina, Almirante Armando Lambruschini,
pero por no poder hacerlo designó en su lugar al Contralmirante
Juan José Lombardo, que hablaba francés e inglés. Entre otros altos
86
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

jefes navales, durante el Simposio expusieron los Comandantes de la


Marina de los EE UU, Inglaterra, Japón, y el Jefe de los
Guardacostas estadounidenses. Resultaba evidente la preocupación
de los EE UU y sus aliados por la navegación segura en los
estrechos marítimos del mundo, no solamente en los Canales
Artificiales Interoceánicos mencionados, sino también en los pasos
de los estrechos de Gibraltar y Ormuz.
En ese entonces la capacidad tecnológica satelital permitía
conocer la ubicación de los buques en navegación, pero no su
identificación, que sólo podía lograrse tomando contacto visual con
la nave desconocida. Para realizar eficientemente la tarea de control
marítimo, se requiere la instalación de bases aeronavales en zonas
estratégicas. Un lugar que reunía características ideales para ese fin,
eran las Islas Falkland. De manera que el “informe Shakleton” de
1976, resultaba parcial y localista, porque la nueva estrategia global
impuesta por la guerra fría, respondía a las necesidades de la NATO
liderada por los EE UU e Inglaterra, que habían puesto el ojo en la
privilegiada situación de las Falkland para el control del Estrecho de
Drake. Para el Simposio, los altos jefes navales fueron invitados con
sus respectivas esposas, y mucho llamó la atención del
Contralmirante Lombardo, que durante el banquete final, su mujer
haya sido ubicada entre el Jefe de la Armada de los EE UU y de
Inglaterra, porque esa ubicación protocolar no respondía al orden de
precedencia. Evidentemente, ese sitio tenía un significado distinto,
de tipo político.

El rol de las Islas Malvinas


En el caso de quedar inhabilitado el Canal del Panamá, y
neutralizado el paso de abastecimientos por el Cabo de Buena
Esperanza, el Cabo de Hornos adquiriría un rol estratégico

87
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

fundamental para occidente. Resultaba prudente reforzar preventiva


y militarmente las Islas Falkland, para obtener el control del Cabo de
Hornos y la navegación sobre la Plataforma Continental Argentina.
El refuerzo de las Falkland no podía concretarse directamente,
porque produciría una reacción instantánea de la Argentina, que
sería inmediatamente apoyada por el bloque latinoamericano, y por
supuesto por la URSS. Para que Inglaterra pudiera reforzar un
territorio en conflicto como las Islas Falkland/Malvinas sin provocar
reacciones, necesitaba un argumento fuerte, muy fuerte, que lo
justificase. Para lograrlo el Reino Unido comenzó a enfriar las
negociaciones con la Argentina, cuyos fundamentos iban mucho
más allá del informe Shackleton, porque aportaban un nuevo
ingrediente, esta vez secreto, relacionado con los planes estratégicos
de la NATO contra la Unión Soviética.
A partir de esa necesidad, el león inglés se agazapó y esperó
que el gobierno militar de la Argentina cometiese un error, y ese
error fue el apoyo, podríamos decir el ingenuo apoyo dado al
empresario Constantino Davidoff en un momento clave de la guerra
fría, cuya trama secreta elaborada en detalle por Inglaterra, era
completamente ignorada por los militares argentinos.
La “Fortaleza Falkland” que deseaba Inglaterra, fue
interpretada erróneamente por la Argentina, porque pensaba que
estaba destinada a disuadir cualquier intento de acción militar propia
contra las Islas, algo así como una nueva demostración de soberanía.
Para impedir ese reforzamiento, hay quienes todavía creen que fue
concretado el desembarco del 2 de abril. Como decía Einstein:
“Argentina, país de mentes simples‖.
En ningún momento consideraron en el Comité Militar los
factores de nivel estratégico relacionados con la guerra fría, que
fueron expuestos anteriormente. Eran momentos en que nuestros
88
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

diplomáticos y autoridades gubernamentales hablaban


permanentemente de soberanía en las Islas Malvinas, que como
resulta lógico, si analizamos este punto de vista ni remotamente
podría ser considerada por el Reino Unido, que buscaba lograr un
fin estratégico completamente distinto. Un fin que nunca se
investigó en nuestro país porque estamos en “el fin del mundo”, y se
partía de una base analítica localista y simple en materia de política
exterior.
Mientras Inglaterra aguardaba un buen momento para provocar
una reacción armada argentina, los militares ingleses realmente
creyeron que el enfrentamiento iba a ser un Pic Nic. Como sucedía
en todos los conflictos, el Reino Unido iba a tener el apoyo político
y militar de los EE UU, postura que en su momento Galtieri daba
por descontado que iba a mantenerse neutral. En el estratégico juego
de ajedrez internacional, tanto Inglaterra como los EE UU moverían
sus piezas aprovechando la tradicional ingenuidad argentina. Una de
estas piezas sería el General Vernon Walters, un veterano jefe de
inteligencia para Latinoamérica, que ante la decadencia e inminente
caída del gobierno militar en la Argentina, antes de la Guerra de las
Malvinas tomó contacto en Buenos Aires con dos destacados
políticos argentinos, los Dres. Arturo Frondizi y Ricardo Alfonsín.
Alfonsín no hizo ninguna declaración al respecto por razones que se
llevó a la tumba, pero que pueden inferirse. Frondizi reveló lo
conversado tardíamente, después de la guerra. Dijo que Walters le
habían dicho que para contener la expansión de la Unión Soviética,
sería necesario instalar una base militar en las Islas con la
colaboración de las Fuerzas Armadas argentinas. Si ése era el deseo
real de los EE UU y sus aliados, nunca llegó a oídos de los militares
y menos de la Junta Militar. En su lugar supuso que una
recuperación incruenta, que no afectase el orgullo británico, sería el
mejor camino para establecer negociaciones definitivas con
89
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Inglaterra. Queda un importante interrogante: ¿cuál fue el origen de


esa suposición?
Las fuerzas terrestres inglesas eran profesionales, estaban en
permanente entrenamiento, y formaban parte del núcleo defensivo
de la NATO. Empleaban la última generación de armas portátiles,
arrojables, antiaéreas, y el más moderno equipo individual, apto
para zonas frías. Su flota de superficie estaba especializada y
preparada para la defensa antiaérea y antisubmarina, y tenía varios
portaviones con los inigualables Harrier, que podían bombardear
con bombas inteligentes dirigidas por láser. Disponía también de
varios submarinos nucleares y convencionales, que estaban en
capacidad de destruir la flota argentina en pocos días. Todo esto sin
tener en cuenta su capacidad nuclear. En la práctica estaban
acostumbrados a lograr éxitos militares fáciles, generalmente contra
países cuyos combatientes no podían compararse con los argentinos,
a los que subestimaron completamente. La inusitada resistencia
argentina, cuyas Fuerzas Armadas no tenían en su haber nada de la
experiencia y preparación para el combate que tenían los ingleses,
sumado al hecho de que las Unidades terrestres estaban integradas
en un 80% por soldados Conscriptos, sorprendió mucho a los
británicos por su extraordinario rendimiento en combate. Los
grandes daños producidos por los combatientes argentinos en el aire
y en tierra, en determinado momento hizo evaluar al Comandante de
la Fuerza de Tareas británica la posibilidad de abandonar la
campaña, porque sus pérdidas no tenían parangón desde la Segunda
Guerra Mundial y eran muy superiores a las sufridas durante la
Guerra de Corea.
Esta dura experiencia debería ser aprovechada por nuestro país,
para lo cual se requiere rever con seriedad y profundidad su política
exterior, porque siempre hemos formado parte del mundo occidental

90
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

y cristiano, y no podemos seguir ignorando que pertenecemos a él y


al mundo marítimo, en un marco estratégico de gran importancia,
que todavía no supimos reconocer. De concretarlo, nos conducirá a
un auténtico crecimiento económico y social en armonía con quienes
fueron nuestros enemigos, que han calificado el conflicto de las
Malvinas como “disparatado”.
Ésta es la principal lección que nos dejó la Guerra de
Malvinas, que todavía nuestros gobernantes no aprendieron a
reconocer y analizar en profundidad.

El Tratado Antártico
Desde principios del siglo pasado los países vecinos al
Continente Antártico, o los que habían realizado expediciones
exploratorias, comenzaron a exhibir supuestos derechos sobre
aquellas tierras. A partir del “Año Geofísico Internacional” de 1957
al 58 pudieron encausarse los diferentes reclamos, que culminaron
con el “Tratado Antártico” que entró en vigencia en 1961 por un
período de 30 años, y que incluía a Rusia, Bélgica, Japón, Sudáfrica
y Polonia. Este Tratado venció en 1991 y fue renovado.
Actualmente existen tres tendencias respecto a la Antártida:
1. Internacionalizar el Continente, cuya explotación podría
alcanzar a todos los países del mundo.
2. Posturas que reclaman soberanía por proximidad al Continente.
En este caso el mantenimiento de las colonias británicas de las
Falkland, Georgias y Sándwich del Sur, dan cierto sustento a
las pretensiones del Reino Unido.
3. Una posición intermedia entre las dos anteriores.

91
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Las siguientes declaraciones revelan el fuerte interés que tiene la


corona británica sobre la Antártida, en relación con las Islas en
conflicto. John Biggs Davidson, Vicepresidente del Comité de
Asuntos Exteriores del Partido Conservador británico, pronunció
estas palabras dos días después de la llegada del Empresario
argentino Constantino Davidoff a las Georgias:
“Se trata de un acto provocativo y de agresión que hace
necesarias inmediatas explicaciones y excusas”, y agrega: ―La
Antártida posee un enorme patrimonio de recursos potenciales y es
vital no perder la soberanía británica en ese territorio.‖
Por su parte Winston Churchill (h), miembro del Parlamento
Británico, decía el 22 de junio de 1982: “a la Argentina hay que
revolcarla en el barro de la humillación‖, y agregaba: ―hay que
desalojarla de las tierras antárticas que le corresponden a Gran
Bretaña como extensión de sus derechos sobre las Falkland y sus
dependencias, las Georgias y las Sándwich del Sur.‖ Churchill
salió a su padre, evidentemente.
Rex Hunt, que fuera gobernador de las Islas en 1982, en
declaraciones al diario The Guardian, manifestaba:
―Cualquier gobierno sea del color que fuere, que entregue
cualquier pedazo de propiedad en el Atlántico Sur, en los próximos
cincuenta años, sin conocer totalmente lo que es explotable en la
Antártida, será acusado, y con razón, por las futuras generaciones
de británicos, de irresponsabilidad y miopía.‖
Es decir que hoy más que nunca, Inglaterra se aferra a las Islas
Malvinas.

92
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo VI

ESPIONAJE EN PARIS
Para los ingleses, la inteligencia constituye más que un servicio, una pasión.
Charles de Gaulle
A fines de la década de los años 70, la Aviación Naval tenía
la necesidad de reemplazar los aviones A4Q Skyhawk de origen
norteamericano, que operaban desde el portaviones liviano ARA 25
de Mayo. Con ese fin la Armada intentó - infructuosamente- adquirir
cazas modernos en los EE UU capaces de operar en portaviones, que
estaba afectada por la enmienda Humphrey-Kennedy para la compra
de armamentos. La negativa del gobierno estadounidense estaba
relacionada con su política defensora de los Derechos Humanos; las
condiciones irregulares del gobierno de la Junta Militar; y más tarde
el inesperado interés del gobierno de Margaret Thatcher en sabotear
cualquier intento argentino de modernizar el armamento de sus
Fuerzas Armadas. Este fracaso inicial ante el gobierno
norteamericano, le permitió a la Aviación Naval dar un paso
importantísimo, porque le abriría las puertas para adquirir 10
aviones de última generación, aptos para operar tanto desde bases
terrestres como desde portaviones. Se trataba del magnífico Super
Etendart (SUE) que fabricaba la firma francesa Dassault Breget. Se
agregaban a esa adquisición 10 misiles aire mar Exocet AM-39 que
serían provistos por la empresa estatal francesa Aeroespatiale, a un
costo de 200.000 dólares cada uno. La compra de la Marina
argentina era insignificante comparada con la que había encarado el
Sha de Persia: 290 cazabombarderos Phantom, 33 cazas F5, 80
supersónicos F14, y 160 F16. Paralelamente encargaron por un
valor de 2 mil millones de dólares, aviones radar AWAC. Era ésta
93
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

una típica adquisición de materiales bélicos por un país del Tercer


Mundo, que además requiere la formación de buenos pilotos e
instalaciones adecuadas, (que Irán las hizo).

No había explicación racional en la Marina argentina que


justificase la adquisición de tan sólo 10 misiles para el mismo
número de aeronaves, y una escasa cantidad de repuestos. Esta
limitada compra tuvo consecuencias adversas durante la Guerra de
las Malvinas, porque desde hacía muchos años atrás persistía en la
Armada el criterio de organizar y administrar una fuerza de
adiestramiento, no orientada a la autodefensa, y menos aún
integrada con las otras Fuerzas Armadas. Esa integración no era
posible, porque no existía una Doctrina Militar Conjunta, situación
que produjo grandes altibajos en el nivel de capacitación de cada
una de las Fuerzas, aspecto que se notó especialmente durante la
Guerra de Malvinas. En general eran competentes limitadamente en
el empleo táctico de los medios, pero muy bien capacitadas
intelectualmente, sobre todo si de ejercicios se trataba, aunque
faltaba introducir la praxis de la guerra.

La integración de los SUE con los misiles, era una novedad


mundial que iba a configurar un letal Sistema de Armas, moderno y
eficaz, todavía no probado en operaciones de combate. Para adaptar
el portaviones a las nuevas aeronaves, sería necesario efectuar
algunas modificaciones. Nuestro país encaminó la compra, y una
vez establecidos los contratos, la Subcomisión Naval se instaló en la
rue Klever Nº 42, segundo piso, París. Para cumplir con la tarea con
cierto nivel de reserva, ante indicios de probables intentos de
espionaje anglo francés, se estableció una política de
contrainteligencia mediante la cual:

94
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

 Se intentaría ocultar el nivel de nuestros técnicos, para que el


espionaje no supiese que estaban capacitados para poner a
punto el sistema SUE, sin ayuda de los franceses.
 Se ocultaría el verdadero nivel de capacitación de nuestros
pilotos, para lo cual tenían que argumentar que no sabían volar
por instrumentos, es decir de noche, aunque en realidad el
personal seleccionado era un conjunto de verdaderos ases de
nuestra Aviación Naval.
 Paralelamente se trataría de obtener un aceptable nivel de
repuestos para los SUE, algo importantísimo para mantenerlos
en servicio.
 En caso de presentarse dificultades para obtener los misiles
Exocet y repuestos para los SUE, se trataría de adquirirlos en
terceros países, es decir a traficantes de armas de Francia,
España o Italia, con el fin de distraer la atención de los agentes
de espionaje franceses e ingleses.

El Super Etendart
La adaptación de los aviadores navales a los SUE se realizó en
la Base Aeronaval de Landivisiau, bajo el liderazgo del Capitán de
Corbeta de la Marina francesa Paul Habert, secundado por tres
Tenientes de Navío. En esa época era Jefe de la Comisión Naval

95
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Argentina en Europa con sede en Londres, el Contralmirante


Rodolfo Carmelo Lucchetta, que gestionó ante las autoridades de la
Armada poner a la cabeza de la Subcomisión Naval en Francia a un
Oficial Superior. La nueva responsabilidad recayó en la persona del
Capitán de Navío aviador naval Carlos Corti, que permitió al
Capitán de Fragata aviador Julio Lavezzo, dedicarse exclusivamente
al programa Super Etendard. También integraban esa Comisión el
Capitán de Fragata ingeniero Julio Pérez, experto en misiles y un
grupo de pilotos, Suboficiales y civiles de diversas especialidades
técnicas.
El primer despegue de un SUE, lo realizó el Capitán de
Corbeta Colombo el 1º de abril de 1981, y la última de las salidas el
Teniente de Navío Mayora. Durante el intenso entrenamiento
lanzaron con éxito un misil Exocet AM 39, en un sector del Canal de
la Mancha.

El 6 de julio de 1981 los primeros SUE fueron trasladados desde la Base


Landivisiau, a la de Cazaux. De izquierda a derecha: el Capitán de Corbeta
Colombo, Teniente de Navío Francisco, Capitán de Corbeta de la aviación

96
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

naval francesa Haberti, Capitán de Corbeta Curilovic, Capitán de Fragata


Lavezzo y Teniente de Navío Barraza.

Agentes del MI6 y de la DGSE


Todos los países del mundo realizan actividades de espionaje,
y no iban a ser una excepción los Servicios Secretos de Inglaterra y
Francia. La Misión Naval no ignoraba que iban a ser blanco del
espionaje de agentes extranjeros, pero desconocían hasta qué punto
Margaret Thatcher había comprometido a su par francés Francois
Miterrand para que permitiese actuar con cierta libertad a los agentes
de inteligencia del MI6 en territorio francés, para buscar
información de los pormenores de la compra de aviones y misiles, y
para evaluar la capacidad de los pilotos navales argentinos. En este
sentido la DGSE (Dirección Nacional de Seguridad Exterior),
recibió instrucciones del gobierno para colaborar con los agentes
británicos en París, y designó a Pierre Marion como responsable
ante el Palacio del Elíseo. Sin embargo, los franceses se prestarían a
un doble juego, porque un agente de inteligencia informó al
Embajador argentino en París, Gerardo Schamis, que en un edificio
vecino al de la Embajada Argentina, agentes británicos de
inteligencia habían instalado una oficina denominada CBI
(Confederation of British Industries). El verdadero mensaje era que
la oficina era una pantalla para monitorear los movimientos de la
delegación diplomática argentina. La Embajada Argentina, la
Subcomisión Naval, y la CBI, estaban ubicadas a pocos metros entre
sí. La infidencia de la inteligencia francesa, fue la primera de una
serie de informes de los agentes galos, que vulneraban
ostensiblemente el compromiso formal anglo francés establecido por
los primeros ministros de ambos países. Al enterarse del
establecimiento de la CBI, el Embajador Schamis preguntó:

97
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

-¿Es que nos espían desde allí?- la respuesta del espontáneo


colaborador francés fue:
- Hasta acá podemos llegar, porque los argentinos son amigos, en
cambio los ingleses son nuestros aliados…- Esta primera
advertencia de los franceses no sería la única, y confirmaba la
sospecha que tenía la delegación argentina del inusitado interés
británico en conocer sus andanzas. A esta altura de los
acontecimientos podríamos preguntarnos: ¿por qué el gobierno
inglés, se interesaba tanto en la compra de ese moderno sistema de
armas?

El status diplomático de la Subcomisión Naval Argentina


complicaba un poco las cosas, pero no fue un impedimento para que
los franceses establecieran un sistema de escucha de las
conversaciones establecidas en la sede, ignorado en parte por
nuestros marinos, cuyo resultado era enviado al MI6 a través de sus
agentes. En la oficina argentina se hablaba de temas específicos,
vinculados con los avances logrados en la adquisición de los aviones
y la adaptación de nuestros pilotos a las aeronaves. El material
adquirido iba siendo recibido accidentada e irregularmente por la
Delegación Argentina, que estaba realizando una compra
extremadamente modesta comparada con las de los países del Golfo.
En la Subcomisión Naval se respetaban las medidas de
contrainteligencia doctrinarias de rutina, para evitar la evasión de
datos de carácter reservado.
En su fuero íntimo, los proveedores franceses estaban ansiosos
por conocer la eficacia del sistema que adquirían los argentinos, que
de cumplirse el pedido del gobierno de no entregar los códigos
secretos de acceso a los misiles y no compatibilizar los SUE con el
Exocet, estaban convencidos de que no funcionarían. Esta situación
de no operatividad del sistema podría afectar el mercado
98
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

internacional, porque las ventas de misiles Exocet iban a negociarse


con armas no probadas, en vez de misiles cuya eficacia se había
demostrado. Todo esto era considerado desde un punto de vista
netamente comercial.
Fue entonces cuando los escalones intermedios de la
inteligencia francesa vulneraron nuevamente el compromiso
adquirido por su gobierno con Inglaterra, y comenzaron a colaborar
con los argentinos, que a su vez trataban de engañarlos. A todo esto
los destructores de la flota de mar estaban provistos de abundantes
misiles Exocet del tipo superficie superficie MM38, que
funcionaban muy bien.
Para realizar sus operaciones en el mar, el sistema SUE-Exocet
requiere una aeronave exploradora, que podría ser el SP-2H
Neptune, que la Armada tenía solamente dos al borde de su vida útil.
Con su poderoso radar, este avión estaba capacitado para detectar
buques a muy larga distancia, (portaviones, destructores, o barcos
logísticos). Una vez confirmados los ecos radar, el avión explorador
informa a su base la ubicación, rumbo y velocidad de los potenciales
blancos. Con esos datos la Central de Operaciones realiza un análisis
de la rentabilidad y factibilidad del ataque, que de ser positivo
dispone el despegue de una Sección (2 aviones) de SUE armados
con misiles. Uno de los SUE ejerce las funciones de navegador y el
otro de bombardero, llevando uno o dos misiles. Después de decolar
de día o de noche, los SUE inicialmente vuelan alto para economizar
combustible, hasta una zona en que se torna necesario volar al ras de
las olas para evitar ser detectados por los radares enemigos, e
impedir que los intercepten.
Cuando el SUE navegador estima estar cerca del blanco, por
ejemplo a unos 40 km, ascienden unos cientos de metros para
efectuar un barrido radar en muy breve tiempo. Obtenidos los ecos,
99
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

descienden para volar otra vez al ras del mar. El piloto analiza los
ecos radar adquiridos, y escoge uno de ellos que se convierte en
blanco y transfiere los datos al Exocet, que se activa y memoriza los
factores cinemáticos de su objetivo, mientras continúa la
aproximación al blanco en vuelo rasante, a unos 900 km por hora. Al
llegar a la distancia de tiro, el piloto bombardero eleva su avión,
suelta el misil, que cae unos metros, y enciende su motor. Después
que el Exocet inicia su vuelo a ras de las olas, los pilotos de los SUE
vuelven a casa para el desayuno.
La flota inglesa estaba preparada para derribar aviones
enemigos que volaran a mediana altura mediante el empleo de
misiles Sea Dart, que requerían un preaviso importante para poder
ser lanzados. El método que iban a emplear los pilotos navales,
anulaba la capacidad misilística británica porque los SUE no podían
ser detectados durante la aproximación, y el misil aparecía en los
radares demasiado tarde para poder interceptarlo.
Con los sistemas de bombardeo convencionales, como se hacia
en la Segunda Guerra Mundial, los aviones atacantes tienen que
aproximarse a baja altura y a gran velocidad para evitar los radares.
Al llegar a inmediaciones del blanco, efectúan la corrida final para
lanzar sus bombas con un ángulo determinado respecto del eje de la
nave (o crujía), mientras la sobrevuelan. Todo esto en medio de un
terrorífico fuego antiaéreo integrado por cañones, ametralladoras y
misiles antiaéreos. Este modo de atacar iba a ser realizado por
nuestra Fuerza Aérea, y los Skyhawk A4Q de la Armada, que tenían
una diferencia tecnológica deficiente respecto de los SUE.

Los franceses habían entregado cinco Exocet, y tenían que


suministrar cinco más, cuando le solicitaron a la Delegación
Argentina su devolución en préstamo para poder satisfacer un

100
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

supuesto pedido urgente de un país del Golfo Pérsico, Irak. Los


argentinos mordieron el anzuelo y los entregaron. Sin que lo
supiesen los marinos, el espionaje francés seguía realizando
escuchas de las conversaciones establecidas en la oficina de la
Subcomisión Naval, empleando sensores dirigidos a los cristales de
las ventanas, que interpretaban las vibraciones en los vidrios que
producía la voz. A esto se sumaban las escuchas telefónicas. La
DGSE estaba muy presionada por su par inglesa y por el gobierno,
para investigar los pormenores de la compra argentina.

Julio… te estoy escuchando


Una mañana sonó el teléfono en la oficina de la rue Klever,
mientras se encontraban en una reunión. Atendió el Capitán Lavezzo
que al tomar el tubo escuchó una voz que le decía:
-Julio, te estoy escuchando- Lavezzo interpretó que era lógico que lo
estén escuchando, dado que tenía el tubo del teléfono en sus manos.
La voz repitió:
-Te estoy escuchando…¡te estoy escuchando!…- el marino muy
extrañado no atinaba a responder, pero la voz insistió:
-¿No entendés? acercate a la ventana- entonces se dirigió a la
ventana y vio que en el departamento de enfrente, calle de por
medio, un francés del servicio de inteligencia conocido de él, lo
saludaba sonriente y le señalaba el aparato detector de vibraciones.
Por eso “lo estaban escuchando”.

El efecto fue instantáneo. Se mudaron a una oficina interior y


las reuniones reservadas comenzaron a realizarse en lugares
públicos. Uno de los métodos utilizados por el Capitán Corti para
evitar la interceptación telefónica, era el de establecer una llamada
previa a las autoridades navales de su país, en la que anunciaba que

101
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

a determinada hora de la noche iba a establecer una comunicación


telefónica a un número previamente establecido que no se
mencionaba. Para concretar la llamada iba a un hotel cinco estrellas,
y pedía una comunicación con la Argentina desde una cabina
telefónica del lobby. No obstante, observaron que al decir
determinadas palabras como “Exocet”, “Misil” o “Super Etendart”
sonaba un click, como si algún sistema informático estableciera la
escucha automática de la llamada.
Los franceses también les informaron que uno de los
principales interrogantes planteados por el espionaje inglés, era si
los técnicos navales argentinos podrían compatibilizar sin ayuda el
sistema de armas SUE- Exocet. La respuesta de los franceses fue
positiva; entonces los galos se vieron exigidos por los ingleses para
no entregar las claves de los misiles. Un nuevo disgusto los
afectaría: los misiles AM39 que supuestamente habían sido
suministrados a Irak, nunca serían devueltos. El Sistema de Armas
SUE-AM39 adquirido por la Marina, había fracasado parcialmente
por las intrigas y exigencias de la inteligencia británica, que contaba
con la tolerancia y el apoyo aunque parcial, de su par francesa.
La fábrica entregaría cinco misiles Exocet, pero no los códigos
para habilitar el funcionamiento e integración con los SUE. Entonces
comenzó una guerra de contrainteligencia entre los argentinos y los
agentes europeos, cuando los marinos comenzaron a buscar misiles
en el mercado negro internacional. Esa búsqueda in vitro, hizo que
el Embajador de Israel en París, Meyer Rosenne, organice en su
residencia un encuentro entre Schamis y el Ministro de Defensa
francés, que le dijo: ―no sigan tratando de comprar misiles, no
pierdan tiempo, nadie les venderá nada y les van a robar el dinero‖.
Decía el Embajador Schamis “que había un desfile de influyentes

102
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

que pasaban por París, con supuestas instrucciones del Gobierno


para comprar armas y misiles".

Al mercado negro
Durante el período en que los marinos simulaban buscar
misiles Exocet en Italia y en otros países, tomaron contacto con
varios intermediarios. A todo esto los ingleses fueron inducidos a
error, porque la información que les daban los agentes franceses
sobre el nivel de capacitación de nuestros pilotos, revelaban que les
faltaba adiestramiento para volar en todo tiempo. Eso quería decir
que la amenaza potencial del Sistema SUE-Exocet quedaba
disminuida en su grado de peligrosidad. Los marinos habían
establecido en los contratos de compra que por razones de seguridad
sólo volarían con buen tiempo, pero, como se demostró después,
nuestros pilotos podían operar perfectamente en las condiciones más
adversas del invierno en el Atlántico Sur, tanto de día como de
noche.
No obstante, la situación frustraba la expectativa de los
fabricantes franceses, que deseaban conocer el nivel de eficacia del
Sistema. Cuando estaba todo listo para regresar a la Argentina, poco
antes de cerrarse la Oficina de la Subcomisión, un desconocido tocó
la puerta. Se trataba de un hombre que decía haber pertenecido a la
fábrica Aerospaciale, que venía a entregarles algo. Relató que hacía
años que trabajaba en esa fábrica y que a pesar de todas sus virtudes
y apego fiel a sus funciones, había sido despedido injustamente. Dijo
que sentía un gran resentimiento y que para vengarse y como
represalia ¡les traía las claves de los Exocet! Por supuesto que nadie
creyó en la versión del misterioso resentido, ¡pero allí estaban las
claves!, que después de ciertos recaudos fueron trasladadas a la

103
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Argentina con la colaboración del comandante de un jumbo de


Aerolíneas Argentinas, el pintoresco ex piloto naval Walter “Max
O´Menox” Oppen, que fue el que relató al autor los pormenores del
episodio. Cuando el Capitán Julio Pérez requirió a un funcionario de
Aeroespatiale unos Manuales que le resultarían imprescindibles para
integrar los Exocet al SUE, en tan solo una hora y media estuvieron
en sus manos. Estos documentos técnicos fueron trasladados a
Buenos Aires por intermedio de otro Comandante de Jumbo de
Aerolíneas Argentinas, el Teniente de navío aviador naval retirado
Roberto Oscar Villa, de la Promoción 76. Después de aterrizar en
Ezeiza, se dirigió directamente al Edificio Libertad acompañado de
su tripulación, donde en horas de la madrugada entregó los
documentos a un Oficial que lo estaba esperando en el acceso.
El Puerto de Saint-Nazaire se revolucionó cuando arribó el
buque transporte “Cabo de Hornos”, que tenía que realizar la carga
de los misiles y los Super Etendart, que fueron trasladados por
carretera en medio de un espectacular operativo de seguridad
apoyado por la Gendarmerie. Cuando se realizaba el embarco,
previeron la posible instalación de minas explosivas debajo del
casco por comandos ingleses. Si ocurría una misteriosa explosión de
origen desconocido en alta mar, podría mandar todo al fondo.
Entonces solicitaron apoyo a la Armada Argentina para neutralizar
esa posibilidad. Días después llegó una dotación de Comandos
Anfibios de la Infantería de Marina, que inspeccionaban el casco del
Cabo de Hornos varias veces por día, hasta el momento mismo de la
zarpada. Esa fue una de las medidas de seguridad tomadas, que
permitieron llegar a la Argentina el material adquirido sin
inconvenientes. La nave amarró en un puerto cercano a la Base
Naval Puerto Belgrano con su preciosa carga en octubre de 1981, y
desde allí trasladaron los SUE por tierra hasta el aeródromo auxiliar

104
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

del Km 7, desde donde despegaron para arribar minutos después a la


Base Aeronaval Comandante Espora.
En junio de 1982, después de los exitosos ataques de los SUE a
la flota británica, la prensa europea reflejaba la tirantez existente por
el fracasado espionaje inglés, saboteado por los franceses. Una
fuente de ese origen le comentaba al diario norteamericano “The
New York Times”: “Los británicos piensan que los argentinos son
unos monos subdesarrollados, y tal vez lo sean política y
económicamente, pero sus técnicos son buenos.‖

Por su parte John Nott, ex Secretario de Defensa inglés durante


la guerra, decía: “Francia fue un aliado incondicional de Gran
Bretaña.‖ Afirmaba que ese país les había permitido el acceso a los
SUE similares a los que poseía la Armada Argentina, para que los
pilotos de los Harrier pudieran aprender a atacarlos. También
entregaron los franceses buena información del sistema radar de los
Exocets para poder interceptarlos. Todo eso fue inútil; los Harrier
nunca pudieron interceptar a los SUE, por las excelentes tácticas de
aproximación y escape utilizadas por los pilotos navales.

El Embajador argentino Ortiz de Rosas, en declaraciones al


diario “Clarín” aporta lo suyo: ―Años después los franceses seguían
quejándose de que los ingleses nunca les creyeron que no habían
prestado asistencia técnica a los argentinos, para instalar los
misiles‖.

Pasado algunos años, el banquero y abogado ex ministro John


Nott, cambió substancialmente de parecer cuando tomó
conocimiento tardío de la verdadera trama. Exasperado, acusaba a
los franceses de esta manera: ―Si me preguntan ¿fueron los
franceses traicioneros?‖ la respuesta es: “por supuesto que lo

105
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

fueron, y siempre lo han sido‖. No satisfecho con sus comentarios,


también los acusó de ―traidores‖ y de ―duplicidad‖.

Cuando en 1983 la Fragata Libertad arribó a la Base Naval de


Toulón, la Marina Francesa la recibió de una manera espectacular.
El Portahelicópteros Jeanne D´Arc abría el camino, mientras una
escuadrilla de SUE franceses realizaba acrobacias y lanzaba estelas
de humo con los colores franceses y argentinos. La Marina y los
fabricantes de los Super Etendart y Exocet´s, estaban muy
satisfechos por el rendimiento de ese Sistema de Armas durante la
Guerra de las Malvinas, y lo estaban manifestando. La cotización de
esos materiales subió geométricamente, y en realidad, desde la
Batalla de Crècy del 26 de agosto de 1346, en adelante los franceses
no se llevaron muy bien con sus vecinos insulares. Esta guerra
llamada “de los cien años”, culminó en el Siglo siguiente por la
actuación de Juana de Arco. La presencia del Jeanne D´Arc en la
bienvenida a la Fragata Libertad, tenía un significado más profundo
que el de un simple buque escolta.

106
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo VII

EVOLUCIÓN DE LA CRISIS
Mantener una actitud dilatoria, fue la política adoptada por el
Foreign Office para su política exterior respecto de las Falkland.
Buscaba de ese modo neutralizar las Resoluciones de la ONU de
1960 y 1966. Es a partir de la Resolución 2065, obtenida por la
brillante gestión del Ministro de Relaciones Exteriores argentino Dr.
Bonifacio del Carril, que se logra cierto acercamiento con el
gobierno inglés, que facilitó la concreción de algunos acuerdos
comerciales. Para el desarrollo de las Islas, a Inglaterra le resultaba
imprescindible contar con el apoyo de la Argentina, es decir del
continente, que en los momentos actuales lo está desarrollando el
gobierno de Chile. (25)
(25) En un discurso reciente (2012), la Sra. Presidenta Cristina Fernández de
Kirschner, dijo que pensaba programar dos vuelos semanales desde la
Argentina a las Islas. No hubo eco inglés. Hasta este momento los vuelos
parten desde Chile con aeronaves de esa bandera.

A partir del informe Shackleton de 1976, la política exterior inglesa


dio un vuelco importante y comienza a endurecerse, no obstante el
Lord inglés reconocía en una conferencia de prensa que para el
desarrollo de la economía, en especial si se trataba de los recursos
del mar, “sea asegurada si es posible, la cooperación y aun la
participación de la Argentina‖. (26)
(26) Del London Times del 21 de julio de 1976, citado en ―El Futuro de las
Malvinas‖, del Carril, p.49.

107
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En el Capítulo I analizamos las responsabilidades a las que se


ven obligados los gobiernos, en relación con la preparación de sus
Fuerzas Armadas y los consecuentes planes de contingencia. A pesar
de persistir la crisis relacionada con las Islas Malvinas, a principios
de 1977 no había plan alguno que considerara en detalle esta
hipótesis de conflicto, y contemplara la opción militar. De haber
existido, parte de la preparación de las Fuerzas Armadas tendría que
haber estado dirigida a satisfacer esa hipótesis, y el despliegue
territorial del Ejército Nacional, que estaba orientado a una eventual
crisis con Chile o con el Brasil, tendría que haber sido modificado.
De haberse considerado responsablemente esta hipótesis, nuestras
Fuerzas Armadas se hubieran adiestrado y preparado; en otras
palabras: estar en condiciones de operar en zonas frías, con
materiales y equipos adecuados, y una Fuerza Aérea capacitada para
atacar buques, con todo lo que ello implica en entrenamiento, tipo de
aeronaves, y armamento apto para esos fines, porque la actitud del
gobierno inglés se había endurecido notablemente, siguiendo una
secuencia anual cada vez más inflexible y dura.
Después de las elecciones generales realizadas en Inglaterra en
mayo de 1979, llegó al poder la Sra. Margaret Thatcher, que no
solamente ratificaba esa postura, sino que la profundizaría aún más.

Origen de la opción militar


Cuando se resuelve emprender una operación, se supone como es
evidente, que no se ignora nada sobre ella y que se la ha analizado
correctamente con anterioridad.
Alte. Castex (Francia)
A mediados del año 1977, el Contralmirante Jorge Isaac Anaya
ejercía el cargo de Comandante Naval, es decir que era el Jefe de la
Flota de Mar. Sus comandos paralelos eran el Comandante de la
108
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Infantería de Marina y el Comandante de la Aviación Naval. Los


tres componentes dependían del Comandante de Operaciones
Navales Vicealmirante Antonio Vañek, cuyos asientos estaban
ubicados en la Base Naval Puerto Belgrano. Entre las Unidades
navales subordinadas al Almirante Anaya, estaba la Fuerza de
Submarinos con base en la ciudad de Mar del Plata, que en ese
momento comandaba el Capitán de Navío Juan José Lombardo. Este
jefe había desarrollado en su momento una planificación relacionada
con el empleo de los submarinos en caso de un conflicto con el
Brasil, que fue del agrado de Anaya y se ganó su respeto. A
mediados de ese año, Lombardo fue citado por Anaya a la sede de su
Comando. Establecida la reunión, le expresó que realizaba por
propia iniciativa una planificación para recuperar las Islas Malvinas,
y que le solicitaba el aporte de ideas para el empleo de submarinos.
Durante la larga y reservada conversación que tuvieron, Lombardo
se enteró que el Almirante Vañek no tenía conocimiento de la
iniciativa, y que la desarrollaba reservadamente con la anuencia del
Almirante Emilio Massera, Comandante en Jefe de la Armada. (27)
(27) La cúpula naval en ese momento estaba integrada por el Almirante
Massera, el Jefe de Estado Mayor Contralmirante Lambruschini y el
Comandante de Operaciones Navales Contralmirante Vañek. Los tres eran
compañeros de la misma promoción.

Como especialista en la materia, Lombardo se explayó en el tema y


después de hacerlo retornó a la sede de su comando en Mar del
Plata. En un encuentro posterior, le preguntó a su jefe en qué había
quedado el asunto, respondiéndole Anaya que el plan quedó en la
nada, porque el General Videla no estaba de acuerdo, y le comentó
además las sensibles diferencias de criterio y los celos existentes
entre los miembros de la Junta Militar.

109
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La idea de desembarcar en las Malvinas persistió a través del


tiempo en la mente de Anaya, y cobró nueva fuerza cuando años
después fue designado Comandante en Jefe de la Armada por
influencia del Almirante Massera, que había pasado a retiro y que en
esos momentos trataba escalar en el plano político, con el auxilio de
algunos ex Montoneros. El 15 de diciembre de 1981, el
Contralmirante Lombardo fue designado Comandante de
Operaciones Navales. La ceremonia de asunción del mando se llevó
a cabo en la Base Naval Puerto Belgrano y fue presidida por el
Almirante Anaya, en ese momento Comandante en Jefe de la
Armada y miembro de la Junta Militar. El recientemente nombrado
Presidente de la Nación, General Leopoldo Fortunato Galtieri, era
compañero de promoción de Anaya en su paso por el Liceo Militar,
y pensó que sería una excelente coyuntura para retomar su antiguo
proyecto de recuperar las Islas por la fuerza. Cuando se dirigía a la
Base Aeronaval Comandante Espora para tomar un avión y regresar
a Buenos Aires, Lombardo lo acompañó en el coche oficial, y
durante el viaje le dio indicaciones para que desarrolle un Plan
Esquemático para “capturar” (SIC) las Islas Malvinas. La sorpresa de
Lombardo fue mayúscula.
Recibida esta primera directiva sin que Anaya agregara
mayores detalles, el 28 de diciembre recibió un oficio firmado el 23
de ese mes por el número dos de la Armada, Vicealmirante Alberto
Vigo, para que confeccionara un Plan para la “recuperación” y
posterior ―defensa‖ de las Islas. (28)
(28) Se trata del oficio N° 326 ―S‖ 81, JEOP, P14, que se agrega a
continuación. El Almirante Vigo se caracterizaba por tener una percepción
realista y contextual de los acontecimientos político militares.

Ante esa aparente contradicción, Lombardo fue a ver a Anaya, que


le reiteró que sólo debería planificar la ―captura”.

110
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Facsímil del oficio enviado por el Almirante Vigo al Almirante Lombardo

111
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Esa extraña limitación, sólo el desembarco sin posterior defensa,


como veremos más adelante, formaba parte de un arreglo
establecido en el Pentágono por el General Galtieri.
Lo primero que hizo Lombardo fue reunirse con sus
subordinados: el Almirante Walter Allara, que mandaba la Flota de
Mar; el Almirante Carlos Alberto Büsser, de la Infantería de Marina;
y el Almirante Carlos Alfredo García Boll, de la Aviación Naval,
que de esta manera se enteraron de la operación apenas iniciado el
año 1982. Dada la parquedad de las instrucciones dadas por Anaya,
en la reunión surgieron varias dudas importantes. La principal de
ellas era la más lógica: ¿qué se haría después de la recuperación de
las Islas? como por ejemplo: defenderlas ante una posible reacción
inglesa. Otro de los puntos delicados era el del mantenimiento del
secreto. Surgió que como se trataba de una acción político-militar,
debería darse intervención a la Cancillería, para que analice la
posible actitud política de Inglaterra, los EE UU, y la URSS y sus
satélites que tenían intereses económicos vigentes en la zona. Otro
factor era lo que Lombardo denominaba “secreto estratégico”, de
manera tal que si la información de un posible desembarco llegara a
Londres, tenía que ser lo suficientemente tarde como para
imposibilitar un reforzamiento de las Islas por medio del envío
urgente de tropa, naves, y submarinos nucleares o convencionales.
Finalmente quedaba por definir si el desembarco iba a ser
concretado como una Operación Conjunta, es decir con la
participación de las otras Fuerzas, o si sería exclusiva de la Armada.
Se consideraron en ese momento como posibles modos de
acción, la ejecución de un desembarco por superficie, o
helitransportado, o por medio de un asalto aéreo con tropas
paracaidistas.

112
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Almirante Lombardo le entregó el Plan Esquemático a


Anaya en la primera semana de enero de 1982, en su despacho del
Edificio Libertad. Después de analizarlo detenidamente, le dijo que
iba a conversar al respecto con el General Galtieri. Lombardo había
conocido a Galtieri años atrás, cuando con el grado de Capitán de
Navío realizó una visita a la ciudad de Rosario abordo de un
Submarino. Entre las visitas protocolares previstas se encontraba el
saludo al Comandante del III Cuerpo de Ejército, cargo que era
ejercido en ese momento por Galtieri, que lo recibió muy
afablemente y de quien conservaba un buen recuerdo. Entonces se
animó a proponerle ir a ver al Presidente en ese mismo momento. La
entrevista se estableció de inmediato.

En el Pentágono
El cuadro de situación elaborado por el Gobierno Militar, no tomaba
en cuenta la coyuntura internacional.
Juan Eduardo Fleming

Cuando Galtieri asumió la presidencia, dijo a sus generales


que no debía sorprenderles que tomara “medidas efectistas y
efectivas para revitalizar el proceso” y que se encontraba bien
predispuesto para escuchar toda iniciativa contribuyente con ese fin.
(29)

(29) Declaración del General Menéndez ante la CAERCAS, Tomo III, Folio
481.

La recuperación de las Islas Malvinas era un sentimiento, un deseo


muy arraigado en todos los argentinos, independientemente de la
forma en que pudiera ser lograda. Lo que no dijo Galtieri a sus
generales, fue la conversación que había mantenido con el alto
mando militar estadounidense en el Pentágono, presidida por su
113
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

colega General Edward Meyer en ocasión de su visita a Washington


DC, iniciada el 31 de octubre de 1981. Se trataba de la XIV
Conferencia de Ejércitos Americanos, realizada en la Base McNair,
donde Galtieri fue objeto de tal consideración, que lo hizo sentir
importante. Sin embargo, aun investido de su condición de
Comandante en Jefe del Ejército, es probable que el general
argentino se haya sentido psicológica e intelectualmente disminuido
frente a los veteranos militares profesionales de alto rango del
Pentágono. Esta circunstancia sumada a su condición de invitado,
generó un diálogo en apariencia franco, durante el cual jamás pensó
que sus anfitriones podrían estar buscando el logro de otros fines.
Durante las entrevistas no tuvo en cuenta que más allá de la
cordialidad que reinaba en ellas, estaba dialogando con generales
estadounidenses que protegían los intereses de la NATO, y nunca
pensó que sus sonrientes anfitriones lo conducían a una trampa.
Privadamente le dijeron que el proceso militar estaba desprestigiado
y agotado, y que los militares argentinos deberían buscar una salida
elegante, como por ejemplo lograr la recuperación de la soberanía
sobre las Islas Malvinas, dado que el gobierno inglés deseaba
deshacerse de ellas. Este comentario sorprendió sobremanera a
Galtieri, y más cuando le dijeron que para concretarlo, el Reino
Unido necesitaba un argumento que justificase esa medida política,
que podría ser un desembarco en las Islas hecha por los argentinos
en forma incruenta, que provocaría inmediatamente negociaciones
que culminarían con la entrega de la soberanía, sin que se originen
protestas en el frente interno opositor británico. La propuesta causó
una gran conmoción en Galtieri, que se vio como el instrumento
ejecutor de lo que podría ser el logro político más importante de la
Argentina del Siglo XX. También le comentaron que el General
Viola no era de su agrado, porque estaba realizando acuerdos
comerciales importantes con la Unión Soviética, y que esas

114
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

negociaciones traerían como consecuencia un inoportuno


acercamiento con ese bloque, que ellos no veían con buenos ojos.
Todavía más fuerte que la propuesta de desembarcar en las Islas
Malvinas iba a ser la pregunta que le hicieron a continuación:
-General, ¿está Ud. dispuesto a asumir la presidencia?- Galtieri no
podía creer lo que estaba escuchando. Entonces respondió:
-Bueno…en ese caso… debería consultar con los generales…-
-De acuerdo- le respondieron- de ser así nosotros lo vamos a
apoyar, y le aseguramos nuestra neutralidad para el caso de un
desembarco en las Islas- (30)
(30) Nota del autor: en mayo de 2013, dialogué en Buenos Aires sobre este
punto tan importante con el Capitán Alberto Varela, un hombre que había
vivido buena parte de nuestra historia moderna desde un lugar privilegiado,
debido a su función de Secretario del General Juan Domingo Perón, que lo
trataba como a un verdadero hijo. Le pregunté acerca de la fuente de esta
información y me respondió que era el General Galtieri, que le hizo este
comentario en 1981 al regresar de los EE UU. Coherente con estos hechos, el
21 de noviembre el General Viola dejaba la Casa de Gobierno ―por razones
de salud‖, y días después asumía Galtieri. Cuando éste prestó declaración
testimonial ante la Comisión Rattenbach, las cinco primeras preguntas que le
hicieron estaban relacionadas con las Malvinas, antes de que asumiera la
presidencia. (CAERCAS, Declaraciones, Tomo IV, fojas 686). De la misma
manera, las primeras preguntas efectuadas al Almirante Anaya, fueron
realizadas sobre hechos vinculados con la decisión de recuperar las
Malvinas, mucho antes de asumir la presidencia el General Galtieri. Tomo IV
Folios 733 a 736. Lo mismo sucede con el Brigadier Lami Dozo; ibíd., Folios
803 a 805. Por su parte el General Menéndez en declaraciones al diario
Clarín el 15 de febrero del 2002, dice que ―Malvinas fue planeada para
desarrollarse en forma incruenta y hasta el Día D más cinco.‖ Es decir: el 7
de abril debía haber negociaciones.‖ Y agrega: “Los planes eran sólo para
la ocupación y cinco días más. El resto no estaba preparado, no estaba
estudiado.‖ Hubo dos aspectos de interés de la Comisión Rattenbach al
realizar estas preguntas, primeramente para saber si existía una intención
política tendiente a satisfacer el marco interno y el prestigio del gobierno

115
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

militar al realizar el desembarco, y si no era así, conocer el origen de esa


acción. Sólo quedó aclarada la primera parte.

Desde el punto de vista militar, resulta inconcebible planear y


concretar una acción de fuerza contra una posesión territorial bajo el
control de una potencia militar como Inglaterra, sin por lo menos
prever su defensa o la inmediata retirada del objetivo; a no ser que
exista un acuerdo previo con el oponente, como creía Galtieri en
base a lo conversado en Washington. Este supuesto fue la base y el
fundamento del desembarco del 2 de abril de 1982, que no previó un
Plan de Defensa posterior, dado que se esperaba una reacción
positiva del Reino Unido, para establecer negociaciones que
culminarían con el traspaso de la soberanía de las Islas Malvinas.
Fue así que el General Galtieri aceptó el desafío de incorporarse al
complicado juego del ajedrez internacional, pero aplicando la
estrategia del Ta-Te-Ti.

Las sensibles diferencias entre los actores y sus roles, las


responsabilidades en juego, y las múltiples percepciones de sus
protagonistas, hacen que el analista que trate de buscar el origen de
la decisión de Galtieri, se pierda entre sus pliegues y enredos, que
conducen inevitablemente a conclusiones falsas o equivocadas, que
van desde “un intento de la Junta para perpetuarse en el poder”,
hasta “un acto en legítima defensa de la Nación”.

Como demostración palpable del apoyo que las autoridades del


Gobierno de los EE UU le daban a Galtieri, el 2 de noviembre de
1981 a las 13:00 se realizó un almuerzo en la residencia del
Embajador Argentino Esteban Takacs, en el 1815 Q Street, de
Washington. Estuvieron presentes Richard Allen, Asesor de
Seguridad Nacional del Presidente Reagan; Thomas Enders,
Subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de la Secretaría de
116
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Estado; William Middendorf, Embajador ante la OEA; Paul Roberts,


Subsecretario del Tesoro; Edward Meyer, Jefe del Ejército; John
Marsh, Secretario General del Ejército; Vernon Walters, Embajador
itinerante para América Latina (ex Jefe de la CIA); Raúl Quijano,
Embajador ante la OEA; Alejandro Orfila, Secretario General de la
OEA; y además de Galtieri, los Generales Alberto Valin y Mario
Benjamín Menéndez.

Otro de los temas que fueron tratados en el Pentágono, fue lo


relacionado con el envío de militares argentinos para integrar una
Fuerza Multinacional de Paz en el Sinaí, después del conflicto
Egipcio- Israelí, que ante la excelente expectativa que le mostraron
los generales estadounidenses, Galtieri aceptó de muy buen grado.
Esta solicitud intentó ser encaminada por Jeanne Kirkpatrick,
representante del Presidente Reagan, y por el Embajador de los EE
UU en Buenos Aires, que realizaban constantes esfuerzos en tal
sentido, y que chocaba cada vez con la oposición terminante del
presidente Viola. Incluso le llegaron a proponer algo así como una
“Organización del Tratado del Atlántico Sur”.

Los gobiernos no supieron interpretar en su momento las


señales que le enviaban los EE UU e Inglaterra, para lograr una
definición política que habilite la militar, de manera de integrar una
“Fortaleza Falkland” argentino-británica para el control del
Estrecho del Drake. Inglaterra no podía establecer una Base
aeronaval importante por sí misma, porque como resultaría natural la
Argentina se opondría terminantemente y sería apoyada
inmediatamente por los países americanos y la OEA. El ancestral
deseo de obtener la soberanía en las Islas Malvinas cuya solución
parecía estar dándosela el mismísimo Pentágono, sólo fue una
jugada de jaque mate en la que Galtieri cayó ingenuamente, porque

117
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

si la Argentina efectuaba ese desembarco, Inglaterra estaría


preparada para desalojarlos y establecer la Fortaleza Falkland con
argumentos firmes. Galtieri fue engañado y adoptó como propia la
versión de los generales estadounidenses que le hacían el caldo
gordo a sus aliados ingleses, como sería distraído más tarde por el
Secretario de Estado del gobierno estadounidense General Haig, que
haría de “mediador” durante las fases iniciales del Conflicto
Malvinas, y que le darían tiempo para adecuar técnica y
logísticamente el apoyo militar incondicional de los EE UU a
Inglaterra. Recordemos que de acuerdo con las declaraciones del
lúcido Embajador Takacs a la CAERCAS, en la reunión que
mantuvo con Haig el 1° de abril, éste se cuidó mucho de emplear el
término “mediar”, usando en su reemplazo el de “asistir”. No
obstante, siguiendo criterios elementales, altos funcionarios y la
prensa argentina en general, hablaban de la “mediación” de Haig.

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, la equivocada


política exterior del gobierno argentino no pudo imaginar el nivel de
daño que tendría su condición de país “neutral” durante el conflicto.
La influencia de los militares pro nazis, y de ciertas organizaciones
nazi-fascistas fue determinante. Es por ello que al final de la guerra
dos submarinos alemanes recalaron en la Base Naval Mar del Plata
para rendirse, y los tripulantes del averiado y posteriormente
hundido Acorazado “Graff Spee” fueron internados en la Argentina
bajo condiciones de excepción. Por otra parte un núcleo importante
de oficiales nazis se radicaron en la Argentina después de la guerra,
y el gobierno del General Perón también ofreció refugio a los que
escapaban a América después del conflicto. En sus poco divulgadas
“Memorias”, Cordell Hull ex Secretario de Estado, hacía incapié
reiteradamente sobre este tema en sus críticas a nuestro país, y
ponderaba al Brasil que no solamente había colaborado con

118
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Unidades terrestres, sino también con buques y pilotos, además de


facilitar sus Bases militares a los EE UU para el cruce del Atlántico
para iniciar las operaciones contra Rommel en África. La Argentina
nunca fue un país aliado de los EE UU, fue solamente “amigo”, y su
política exterior pendular irritaba a la Casa Blanca y a la Secretaría
de Estado. Las buenas relaciones se mantuvieron a nivel militar,
porque el intercambio castrense siguió independientemente de la
política exterior estadounidense, que varias veces había bloqueado la
venta de material bélico o de repuestos.

En la Casa Rosada
Una vez reunidos en el despacho presidencial con Galtieri,
Anaya y Lombardo presentaron el Plan Esquemático del desembarco
en Malvinas. Al culminar, Galtieri les dijo muy suelto de cuerpo que
no tenían de qué preocuparse, “porque estaba todo resuelto‖; que
Inglaterra deseaba “sacarse de encima las Islas Malvinas‖; y que
para ello necesitaban un argumento muy fuerte, precisamente una
acción en fuerza que debería ser incruenta, para de esa manera poder
justificar ante la opinión pública inglesa las negociaciones que iban
a iniciarse para la entrega de la soberanía después del desembarco.
Durante la conversación Galtieri afirmó que a lo sumo los ingleses
iban a ocupar la Isla Gran Malvina, y que desde esa posición
negociarían sin llegar a un enfrentamiento armado. (31)
(31) Nota del autor: el testimonio del Almirante Lombardo, (que coincide
conceptualmente con lo que le comentó Galtieri al Capitán Varela), fue el
resultado de la entrevista que mantuve en su domicilio en noviembre de 2012,
en la ciudad de Mar del Plata. Cuando mencionó lo del arreglo, me dí un
fuerte golpe en la frente con la palma de mi mano. ―¡Pero claro!‖me dije.

La cruda realidad era que lo dicho por Galtieri era la versión que
hizo circular la inteligencia británica en diversas formas, y que contó

119
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

con el eficaz auxilio del Pentágono para ocultar sus verdaderas


intenciones. En ningún momento sospechó que la tentadora
posibilidad de llegar a la presidencia, sumada a la perspectiva de
generar el mayor acontecimiento histórico del siglo, era demasiado
bueno como para ser verdad y lo adoptó como algo preciso y viable,
sin darse cuenta de que caía en una trampa y con ella, el resultado de
la guerra que estaba por desatarse.

El supuesto de Galtieri de que los ingleses ocuparían la Isla


Gran Malvina, fue el origen de la decisión del General Menéndez de
enviar Unidades a ese lugar después del desembarco. En 1997 el
General Américo Daher aportó lo suyo, cuando hizo declaraciones al
diario El Litoral, que fueron publicadas por La Nación del 7 de abril
de ese año. Decía que el intento de recuperación "fue un acto
suicida", y agregaba que la misión encomendada se hizo "sin saber
lo que nos esperaba, pues fuimos preparados para hacernos cargo
de la Isla por un supuesto arreglo consolidado con Gran Bretaña”.
Agregó “no estábamos alistados para una guerra".

Volviendo a la reunión en la Casa Rosada, Galtieri les comentó


que como primer paso pensaba designar Embajador en Londres al
Contralmirante Lucchetta, con el fin de hacerse cargo de los detalles
del traspaso de la soberanía de las Islas, en reemplazo del Embajador
Ortiz de Rosas. Como dijimos anteriormente, el Almirante Lucchetta
ya estaba en Londres como Jefe de la Misión Naval en Europa.
Después de la reunión Lombardo le informó a Anaya que estaba en
condiciones de realizar la operación de recuperación de las Islas, sin
la intervención de las otras Fuerzas. Anaya le dijo que debería ser
Conjunta, porque el desembarco sería sólo la primera fase de la
operación, ya que de acuerdo con la Doctrina Anfibia, los efectivos
de la Marina serían inmediatamente relevados por elementos del

120
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Ejército y de la Fuerza Aérea. Por supuesto que la pregunta del


millón, era saber qué sucedería después del desembarco. En este
aspecto tanto Anaya como Galtieri, respondieron a sus subordinados
en todos los casos, “que era un tema del Comité Militar”, “que
estaba todo previsto”, “que no era un asunto de ellos”, y que los
británicos no iban a presentar batalla, que sólo habría que sostenerse
un par de semanas hasta iniciar las negociaciones. Este supuesto de
Galtieri tomó carácter oficial, y fue adoptado por los mandos
superiores de las tres armas por convicción o por subordinación,
aunque en la mayoría de los casos con reservas, donde los escalones
inferiores de mando iban a ser los más escépticos y realistas.
Fuera del contexto diplomático y de las relaciones bilaterales
en desarrollo, el 12 de enero de 1982 quedó establecido un equipo
de trabajo para el planeamiento detallado del desembarco, cuya tarea
debería estar lista para el último cuatrimestre del año 1982. La
Comisión estaba integrada por el General de División Osvaldo Jorge
García, Comandante del V Cuerpo de Ejército; el Vicealmirante
Juan José Lombardo, Comandante de Operaciones Navales; y el
Brigadier Mayor Sigfrido Martín Plessl, de la Fuerza Aérea.
Quedaba excluido el Estado Mayor Conjunto, organismo en el que
debería haberse realizado la tarea. No fue así porque se creía que no
reunía la suficiente garantía de confidencialidad, y se estimaba que
de trascender esa información y llegaba a manos de los ingleses,
podría dispararse una acción militar temprana. La Comisión debería
expedirse en el Segundo o en el Tercer Cuatrimestre del año 1982,
es decir que no actuaba con plazos perentorios, y mucho menos para
fines de marzo de ese año.
Simultáneamente agentes de inteligencia del Ejército de Chile
comenzaban a viajar a Londres, con el fin de recibir instrucciones y
obtener materiales de escucha para el caso de concretarse un

121
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

enfrentamiento con la Argentina, hecho potencial surgido por el


resultado favorable para los chilenos de la mediación papal por el
tema del Beagle. Los altos mandos de las tres Fuerzas hasta ese
momento desconocían que estaba planeándose un desembarco en las
Malvinas, y la masa de los efectivos se preparaban para un nuevo
conflicto con Chile. Coexistían dos conflictos probables, pero sin
fechas ciertas.

Enfoque británico
En mayo de 1981 Inglaterra avanzaba en el tema Falkland, y
ordenaba al Estado Mayor británico revisar los planes de
contingencia previstos en 1977, y se ordenaba actualizarlos. Es decir
que mientras Inglaterra en ese año analizaba orgánicamente una
opción militar en las Falkland, en la Argentina un Almirante de
segunda línea como Anaya, planeaba en forma personal algo al
respecto. Del plan británico surgía que existía una aplastante
superioridad militar argentina en el área de las Islas, y que los 42
infantes de marina británicos de Puerto Stanley trabajaban solamente
medio día, disponían solamente de armamento liviano, y contaban
con el apoyo de un solitario buque en estación en Puerto Stanley, el
Endurance. También se hacía mención de la precariedad de la pista
de aterrizaje de ese puerto, y que en el caso de decidirse una
respuesta militar, tendría que realizarse por medio de una Fuerza de
Tareas aeronaval, que llegaría a las Islas desde la metrópoli, después
de un período de navegación de por lo menos 20 días. El estudio
contemplaba los siguientes probables modos de acción argentinos:
- Realizar tareas de hostigamiento y/o captura de buques
británicos.
- Concretar la ocupación militar de una o más Islas deshabitadas.

122
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- Capturar el equipo británico de la BAS (British Antartic


Survey), en las Islas Georgias del Sur.
- Realizar una operación militar de pequeña escala contra las
Islas Falkland.
- Realizar una operación militar de gran escala contra las
Falkland.
Para impedir esta última amenaza, es decir un desembarco masivo
argentino sobre Puerto Stanley, sería necesario obtener un efecto de
disuasión que anulase esa posibilidad, por medio del envío de una
fuerza naval importante, con un portaviones de la clase Invincible, y
numerosos buques de guerra, y por lo menos un submarino nuclear,
buques de abastecimiento, y una Brigada de desembarco para
reforzar la guarnición de las Islas Falkland. Se consideraba que si al
momento de la llegada de la Fuerza de Tareas, las Islas habían sido
ocupadas por los argentinos, no había seguridad de que las
recuperaran. Por lo tanto para poder hacerlo, se necesitarían fuerzas
aeronavales mucho más importantes, que traerían aparejadas
necesidades logísticas de gran envergadura. En consecuencia, para
adoptar este último modo de acción, debería producirse un incidente
grave con los argentinos, que justificase el envío de una Fuerza de
Tareas.
Según teoriza el Dr. De Vita en Malvinas/82, páginas 65 a 67,
un tema importante a considerar era que si los británicos enviaban
al Atlántico Sur una Fuerza de Tareas, podría producir un efecto
inverso, es decir precipitar lo que los ingleses intentaban disuadir,
es decir un desembarco argentino en las Islas Malvinas. Como puede
observarse, todas las posibilidades estaban previstas y analizadas por
el gobierno británico. Según la investigación volcada en su libro por
el Dr. De Vita, esto sucede porque Gran Bretaña desea que así sea, y

123
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

dice que por lo tanto fueron los ingleses los que provocaron el
conflicto bélico de 1982, donde la Junta Militar, con Galtieri a la
cabeza mordió el anzuelo buscando realizar un acto que la prestigie.
Simultáneamente, y en los pliegues oscuros de la especulación
política, comienzan a hacerse sentir en Londres corrientes de
opinión en el sentido de que el gobierno inglés debería establecerse
definitivamente en las Islas, mediante un conflicto bélico que
congelase definitivamente las negociaciones con la Argentina y se
proceda a instalar la Fortaleza Militar Falkland, porque era una
necesidad de la NATO. (32)
(32) Ibíd., p. 68.

Comenzó también a hacerse notar en los medios ingleses la voz de


los kelpers, que se oponían a toda negociación con los argentinos en
cuanto a la soberanía de las Islas. En la Cámara de los Lores, Lord
Mottistone exigió al gobierno inglés que actuara en forma positiva y
contundente para calmar a los isleños, mediante el uso de la fuerza y
el envío de una flota. El 16 de diciembre de 1981 hubo un debate en
la Cámara de los Comunes, en la que se proponía terminar con las
negociaciones sobre las Islas Falkland con los argentinos, e iniciar
una nueva era de cooperación entre esa Cámara y los isleños. (33)
(33) Ibíd. p.70.

Se debatió asimismo la decisión del gobierno de liquidar la flota de


superficie de la Marina Real, que como es natural no contaba con el
acuerdo del Almirantazgo. Como vemos, existía un claro espíritu
bélico en el parlamento inglés, cuyos planes ya estaban listos para
el 21 de septiembre de 1981.

Apoyo político y militar chileno

124
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El 22 de octubre de 1981, fue levantado el embargo de armas a


Chile por gestión del Senador estadounidense Jesse Helms. De esta
manera el Plan de Contingencia inglés iba a tener la colaboración
activa del gobierno de Chile, que en enero de 1982 dispuso en un
marco de estricto secreto, (sólo el dictador Pinochet y dos de los
altos mandos del Ejército de Chile lo sabían), el envío a Londres de
una comisión de militares de la CIE (Comando de Inteligencia del
Ejército). La misión estaba encabezada por el Jefe de ese organismo
Víctor Pinto, el experto militar en inteligencia Maximiliano Ferrer
Lima, y otros auxiliares. Decía Pinochet años más tarde: “Ordené
ofrecerles asistencia a nuestro amigo y aliado. (Inglaterra). Era una
cuestión de honor.” ¿Cuestión de honor, General Pinochet? o todo lo
contrario.
En julio del 2005, Pinto declaraba públicamente:
―A mí me mandaron debido a mi cargo, a que viera con la
firma Racal (empresa inglesa de comunicaciones), si podíamos
renovar los 20 radioescuchas de inteligencia que existían en el país,
que nos permitían hacer barridos, y escuchar los desplazamientos
que hacía Argentina‖
Por su parte Ferrer Lima reconoció su participación en ese viaje de
enero de 1982, donde planificó con el MI6 lo que denominaron en
su momento “Operación Volcán‖, un plan de espionaje metódico
contra la Argentina al servicio de Inglaterra. Cabe hacer la pregunta
del premio mayor: ¿por qué en enero de 1982? en momentos en que
todavía se estaban realizando tratativas diplomáticas, y no había
ningún indicio de alistamiento militar en la Argentina para realizar
un desembarco en las Islas. La respuesta es, que Inglaterra era
quien buscaba realizar una confrontación bélica, con el fin de
cerrar definitivamente la discusión sobre la soberanía en las Islas y
proceder –como lo hizo posteriormente- a establecer una importante
125
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

base militar en ellas. El apoyo chileno a su histórico aliado


británico, iba a ser mucho más importante como veremos más
adelante.

Los gobiernos chilenos tienen una larga tradición en procura


de salvaguardar sus propios intereses, aun en desmedro de la
Argentina, Bolivia, o el Perú. En 1819 el Virreinato de Lima seguía
siendo un poderoso bastión realista, situación que se mantenía desde
la Revolución de Mayo de 1810. Desde Lima partían los ejércitos
que derrotaron a Balcarce, Belgrano, y Rondeau, por lo que
resultaba imprescindible realizar una acción ofensiva sobre el Perú
para liberarlo del yugo español, y a la vez terminar con la constante
amenaza militar a nuestra independencia desde el Alto Perú.
Después de la Batalla de Maipú, el Virrey del Perú General Pezuela
sabía que Chile estaba firmemente consolidado en manos de San
Martín, y que el Almirante inglés Lord Cochrane dominaba las
costas Sudamericanas del Pacífico con sus naves. Como Chile había
logrado su propio objetivo de independencia, (gracias a la campaña
libertadora de San Martín), decidió no continuar la guerra, y se
mostraba remiso a apoyar el plan de desembarcar en el Perú, según
lo previsto. El Libertador lo expresa claramente en un oficio al
Director Supremo Pueyrredón, despachado en Santiago el 12 de
enero de 1819:

“En fin, desde el momento en que la escuadra de este Estado


ha tomado la superioridad en el mar Pacífico, se han creído que los
brazos del Ejército de los Andes no le son ya necesarios, pues se
consideran, y con razón, libres de todo ataque, y su objeto es
aburrirnos con las miserias que nos bloquean.”

En otro oficio reservado dirigido cuatro días después a


O´Higgins, San Martín es contundente:
126
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

“Tengo dicho, que para esperar un suceso favorable de la


expedición, se necesitan 6.100 hombres. Espero se me diga si el
Estado de Chile se halla en disposición de aprontarme los efectos
que tengo pedidos, y en qué tiempo.”

El mensaje de San Martín era contundente. En ese escrito anuncia a


O´Higgins la posibilidad de tener que repasar los Andes para sofocar
la anarquía existente en el litoral, y le aclaraba los serios
inconvenientes que traería aparejada la retirada de Chile de su
ejército, y la libertad que le otorgaría al Virrey del Perú ese
movimiento, que dispondría de no menos de 7.000 hombres para
lanzarlos en una acción ofensiva contra ese país. Como era de
esperar la respuesta de O´Higgins fue positiva, y de esta manera
pudo continuar la campaña Sanmartiniana.

En esa línea de conducta probritánica, el Jefe de la Armada


chilena Almirante José Toribio Merino Castro, emitía el 14 de abril
de 1982, un mensaje que decía en uno de sus párrafos:

―…estar preparada toda la Armada Chilena para prestar


colaboración encubierta o descubierta a Gran Bretaña, a partir del
19 de abril, en la guerra que libra contra la Argentina.‖

Cinco días después del desembarco del 2 de abril, Inglaterra


estableció una Zona de Exclusión Marítima de 200 millas alrededor
de las Islas Falkland, que entraría en vigencia el 12 de abril, e inició
el movimiento de la Fuerza de Tareas aeronaval hacia ellas, sin
declararse como estado beligerante contra la Argentina. Sería un
conflicto focalizado, con la intervención solapada de otros países.
No obstante el Gabinete de Guerra inglés, consideró en determinado

127
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

momento lanzar ataques contra las bases aéreas argentinas del


continente, empleando bombarderos Vulcan desde aeródromos
chilenos. El Presidente Reagan fue el principal opositor a este modo
de acción británico, porque suponía con criterio que el conflicto
podría llegar a ampliarse de una manera imprevisible, iniciando con
una acción ofensiva argentina contra Chile con el apoyo de países
aliados sudamericanos.

Paralelamente el gobierno británico congeló la suma de 940


millones de dólares depositados en el Banco de la Nación de
Londres, que no pudieron ser transferidos por interferencia de
algunos funcionarios de esa Institución, a pesar de los esfuerzos del
responsable del área Señor Guillermo Cabral. Los fondos fueron
restituidos en 1983, sin el pago de intereses.
Volviendo a nuestro tema, diremos que en febrero de 1982
existía el compromiso de realizar una ronda de negociaciones en
Nueva York con los representantes ingleses, para tratar el asunto de
las Islas en conflicto. El criterio argentino se basaba en proponer una
Comisión Negociadora Permanente, con el fin de llegar a resultados
más concretos relacionados con la soberanía en las Islas Malvinas,
Georgias, y Sándwich del Sur, en forma pacífica, definitiva y rápida,
cuyas deliberaciones deberían comenzar en el segundo bimestre de
1982. Las reuniones se llevarían a cabo durante un año, una vez por
mes, en forma alternada entre Buenos Aires y Londres. Durante la
reunión, la Delegación Argentina buscó por todos los medios
encontrar en los ingleses una real voluntad de negociar, pero todas
las propuestas fueron rechazadas una por una, con el argumento de
dar prioridad a la voluntad de los isleños. La Cancillería argentina
negociaba con una pared de concreto.

128
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Mientras Galtieri pensaba relevar al Embajador Ortiz de Rosas,


que sería designado Embajador en el Vaticano; el futuro Embajador
en Londres Contralmirante Lucchetta estaba preparándose para su
nueva función. Lucchetta era un hombre de confianza de Massera.
Una premisa impuesta para la planificación, era la de no producir
bajas británicas. Posiblemente sea ésta una imposición sin
precedentes en la historia militar moderna para una operación de tal
magnitud. De esta manera se creía que el gobierno inglés negociaría
la entrega de la soberanía sin resentimientos, aun si se producía
alguna escaramuza de poca intensidad.
Cuando Lombardo mantuvo la reunión con Galtieri en la Casa
de Gobierno, no estaba convencido de la buena voluntad del
gobierno británico según decía el Presidente, pero comenzó a dudar
cuando al poco tiempo se enteró que Lucchetta era designado
Embajador en Londres, tal como se lo había adelantado. Días
después el Foreign Office rechazó el placet solicitado para
Lucchetta, que durante su permanencia en Londres había cosechado
muchos amigos. El argumento era que se había publicado la
designación, antes de recibir una comunicación formal al Foreign
Office. Por otra parte el gobierno británico, decía que no veía con
agrado la designación de un Embajador que no fuera de carrera. En
realidad anteriormente habían sido designados como Embajadores
en Londres un General, un Almirante y un Brigadier, por lo que el
argumento británico no tenía valor alguno. La sorpresiva firmeza del
gobierno inglés, no condecía con el optimismo de Galtieri.

129
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo VIII

OPERACIONES ANFIBIAS

Cuando se asigna una misión anfibia a la Infantería de


Marina, el planeamiento se desarrolla en forma metódica en un
ambiente aislado y secreto, con el mayor detalle posible. Se necesita
durante la planificación toda la información del área de desembarco;
la evaluación de la calidad y cantidad de las fuerzas enemigas; un
riguroso estudio de la zona costera para determinar las playas aptas
para desembarcar; estadísticas meteorológicas para analizar cuál
sería el mejor período del año para la acción; el esquema de
maniobra en tierra; los medios necesarios tales como naves de
guerra, buques de transporte, submarinos, aeronaves y las
necesidades logísticas de la operación.

Durante el desarrollo del planeamiento sólo pueden ingresar a


los locales de trabajo el personal autorizado, que tienen que exhibir
una identificación especial. La zona se mantiene custodiada por
efectivos de la Policía Militar durante las 24 horas. Los gráficos y
documentos empleados son cubiertos permanentemente por
cortinados de tela, para ocultarlos de los ojos curiosos de cualquier
persona. Una vez establecido el Plan de Desembarco, es puesto a
prueba por medio de prácticas que se realizan en forma separada, es
decir los Comandos Anfibios y buzos por un lado, los que
desembarcarán en helicópteros y los infantes de marina que
arribarán a las playas en vehículos anfibios, por otro lado. En los
medios navales y aéreos a emplear sucede lo mismo. Los ejercicios
se realizan en lugares de características semejantes a los del objetivo

130
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

real, con el fin de efectuar las correcciones pertinentes para el caso


de presentarse fallas. Todo esto se realiza sin que el personal de las
Unidades tenga conocimiento de cuál va a ser su misión y dónde se
concretará la operación. Simultáneamente, parte del personal
jerárquico realiza Cursos afines con la operación y establecen
acuerdos, como los de Observadores Adelantados de Artillería, o
Spotters de Fuego Naval o Aéreo.
Durante el desarrollo de los Cursos, en enero de 1982 el
Guardiamarina José Barrios del Batallón de Infantería de Marina Nº
2, fue enviado a una zona de la Base de Infantería de Marina
Baterías, donde un helicóptero Sea Linx perteneciente a una de
nuestras Fragatas Tipo 42, lo trasladó a la nave. Una vez a bordo,
efectuó las coordinaciones pertinentes tendientes al control del fuego
de apoyo naval.
Durante ese mes las actividades del Batallón cambiaron
notablemente, porque realizaban constantes alistamientos, largas
marchas que requerían gran esfuerzo físico, ejercicios de tiro, y
prácticas de embarco y desembarco en vehículos anfibios. Estas
actividades eran absolutamente rutinarias dentro de la Infantería de
Marina, la diferencia consistía en que en este caso podría llegar a
concretarse en la realidad, aspecto que muy pocos conocían. En base
a las directivas recibidas, el Comando de la Infantería de Marina
(COIM) a cargo del Contralmirante Carlos Büsser, iniciaba un
trabajo de planeamiento, previendo el alistamiento de los materiales
y equipo, y el adiestramiento detallado de las Unidades. Pensaba
desarrollar una sencilla planificación del desembarco, para evitar
errores. Después de los primeros días, el “Cuarto de Guerra” donde
se desarrollaban las primeras fases del planeamiento, fue trasladado
al Cuartel de la Fuerza de Apoyo Anfibio (FAPA) en Puerto
Belgrano, donde tenían acceso exclusivamente los Almirantes

131
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Lombardo, Allara, García Boll, Büsser y Rodríguez, como así


también el Comandante del V Cuerpo de Ejército, General García y
el Brigadier Plessl. También participaban del planeamiento en el
área Inteligencia, los Capitanes Alberto Varela, del Comando de
Operaciones Navales (CON); Guillermo Botto, del Comando de la
Infantería de Marina (COIM) y Alfredo Weinstabl Comandante de
BIM 2.
“Largas horas pasaron en este cuarto estudiando la
información disponible, las cartas y los gráficos ocupaban todas las
paredes del local, todos los documentos eran manuscritos. Un punto
importante era la limpieza del cuarto y las meriendas, que llegaban
hasta la puerta y desde allí las repartían los mismos Oficiales
Superiores. Aún hoy recuerda el General García los momentos en
que debieron barrer el local junto con el Almirante Büsser.” (34)
(34) Revista ―Desembarco‖, Separata Nº 11.

Cuando comenzaron a analizarse las acciones de detalle, en el


mes de febrero fueron integrándose más Oficiales, para lo cual tuvo
que habilitarse el 1er. Piso del Edificio del Comando del BIM 2, que
era la Unidad escogida para realizar la operación. El Cuarto de
Guerra allí establecido lucía carteles que advertían: “paso vedado a
toda persona ajena al planeamiento”, y era custodiado por Policías
Militares con cara de pocos amigos. Una madrugada el
Guardiamarina Barrios intentó ingresar a la zona vedada, y el Policía
Militar que custodiaba el lugar cruzó su fusil en el pecho y le dijo
con firmeza; “señor, no puede pasar”, y no pasó. El BIM 2 tenía su
Cuartel en el Km 11 del acceso a la Base de Infantería de Marina
Baterías, (en el Km 7, estaba ubicado el aeródromo desde donde
habían despegado los Super Etendart para ir a su Base definitiva), y
era visitado en medio de una gran reserva por el Contralmirante
Büsser; el Comandante de la Brigada de Infantería de Marina Nº 1
132
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

(ahora Segundo Comandante y Jefe de Estado Mayor) Capitán de


Navío Miguel A. C. Pita; el Jefe de Operaciones Capitán de Fragata
Luis A. Carbajal y el Jefe de Logística Capitán de Fragata Lorenzo
Payba, entre otros auxiliares. El Capitán Pita había dejado sus
funciones de Agregado Naval en Bolivia, y asumió el Comando de
la Brigada el día 11 de febrero. Un traslado tardío, teniendo en
cuenta que desde hacía varias semanas estaban planificando la
Operación “Azul”. A pesar de que el grueso de las fuerzas que iban
a desembarcar en las Islas Malvinas pertenecían a la Brigada, el
Almirante Büsser le informó de la operación recién el día 18 de
febrero. Al tomar conocimiento del futuro desembarco, le dijo a
Büsser: “entonces el Comandante de la Fuerza de Desembarco seré
yo”. No, le dijo el Almirante, “voy a ser yo”. (35)
(35) El Capitán Pita, como Comandante de la Brigada, era el jefe del grueso
de las tropas que se preparaban para desembarcar en las Islas Malvinas, que
estaban por producir un episodio importante en la historia de nuestra Nación,
cualquiera sea su resultado. A él le hubiese correspondido el honor de haber
sido el Comandante de la Fuerza de Desembarco en Malvinas, no el
Contralmirante Büsser, que era Comandante de toda la Infantería de Marina,
que podría haber tenido un gesto de grandeza dando un paso al costado.

Finalizada la etapa de Planificación, el Batallón y sus refuerzos


realizaron ejercicios de ensayo en la zona de Punta Buenos Aires, en
la Península Valdés, Chubut. Practicaron desembarcos con posterior
combate en localidades, empleando vehículos anfibios blindados a
oruga de la Infantería de Marina, conocidos como “VAOS” o
LVTP7 y camiones anfibios o VAR. Era una actividad de instrucción
muy intensa para esa temprana época del año, cuando la mayoría de
las Unidades estaba de vacaciones. Esta circunstancia podría llamar
la atención del personal, y fue por eso que al regresar a sus Cuarteles
los difusores transmitían música, actuaciones de Les Louthiers, o de
otros personajes famosos. Lo que habían planificado en secreto

133
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

durante los meses de enero y febrero y ensayaban en marzo, en


realidad era nada menos que el desembarco en las Islas Malvinas. En
paralelo el Ejército planificaba un Plan de Defensa Estratégica,
previo a una posible acción militar contra Chile, porque el gobierno
no aceptaba el resultado de la mediación papal que otorgaba a ese
país todos los territorios isleños y marítimos en disputa.
Durante la planificación del desembarco en las Islas Malvinas,
no se tuvo en cuenta un trabajo afín desarrollado por la Secretaría de
Planeamiento. Un conflicto con Inglaterra estaba previsto en el
“Plan de Inteligencia Estratégica Nacional”, que no fue consultado
con el argumento de mantener el secreto de la futura operación.
Cabe señalar que a la hora de la verdad, el sistema operativo
nacional no estaba funcionando, porque los organismos pertinentes
no actuaban orgánicamente y menos aún en Conjunto, con el
argumento de salvaguardar el secreto de la operación.
La Junta Militar iba variando los plazos de ejecución del
desembarco, de acuerdo con los hechos. Fueron sucesivamente: no
antes del 9 de julio de 1982; no antes del 15 de mayo; para
finalmente intentar ejecutarlo el 1º de abril, con alternativas para el
día 2, ó 3 de ese mes, de acuerdo con las condiciones
meteorológicas. Se preveía la ocupación incruenta de las Islas el día
D, la instalación de un gobierno militar y el repliegue de las fuerzas,
salvo una reducida guarnición militar de apoyo al gobernador, tarea
que debería estar lista el día D + 5 días. A todo esto la Infantería de
Marina estaba en condiciones de cumplir su misión, y sólo faltaba la
decisión del Comité Militar.

134
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Incidente en las Georgias


Mientras se desarrollaban las negociaciones previstas en el
cronograma diplomático que contemplaba una ronda de
conversaciones en Nueva York, la Argentina era la parte menos
interesada en que se produzcan incidentes colaterales que pudiesen
empañar las negociaciones, porque el camino diplomático seguía su
curso independientemente de los planes militares.
En octubre de 1981, en cumplimiento de su política de generar
presencias argentinas en las áreas en conflicto, la Armada autorizó al
Sr. Constantino Davidoff, el empleo de uno de sus buques de
transporte, para trasladar personal y equipo a las Islas Georgias. Al 9
de marzo de 1982, Davidoff tenía un contrato vigente con la
Empresa Salvensen and Co. para retirar la chatarra de las antiguas y
abandonadas factorías balleneras de las Islas. El buque de carga
asignado fue el Transporte ARA Bahía Buen Suceso, que pertenecía
a la Agrupación Naval Antártica. En el primero de los viajes no se le
iba a cobrar flete, y posteriormente tendría tarifas preferenciales, lo
que le resultaba al empresario sumamente ventajoso. El 11 de marzo
Davidoff entregó formalmente en la Embajada británica en Buenos
Aires, los detalles del viaje y de la estadía en las Georgias. Con ese
trámite disponía de los certificados exigidos por el Acuerdo de
Comunicaciones de 1979, para las personas que viajen desde y hacia
las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur, bajo el poder colonial de
los ingleses. (36)
(36) Las Islas Georgias estaban bajo la jurisdicción administrativa británica
de las Falkland, o Malvinas.

De esta manera la Embajada de Inglaterra tomó conocimiento


en tiempo y forma del movimiento de Davidoff, con la lista del
personal, el buque en que se trasladarían, la fecha de viaje y día de

135
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

arribo. Una presentación similar fue hecha ante el Foreign Office en


Londres por la empresa contratista Salvensen and Co. En un gesto
de cortesía, Davidoff ofreció trasladar materiales destinados a la
British Antartic Survey, y también iba a poner a disposición de ellos
un médico y una enfermera durante la estadía en Puerto Leith. El 19
de marzo el Bahía Buen Suceso arriba a ese puerto, y encuentra en el
muelle tres funcionarios del BAS (British Antartic Survey), con una
bandera argentina izada en el lugar, sin que todavía haya
desembarcado ningún tripulante del buque. (37)
(37) Esta versión sobre la bandera surge de las declaraciones de Davidoff
ante la Comisión Rattenbach. No obstante se da por cierto que la bandera en
cuestión fue izada por los obreros de Davidoff al instalarse en tierra. El error
de la Armada consistió en insertar un ingrediente incontrolable, como era el
grupo Davidoff, en momentos en que existía una situación diplomática tensa,
que fue muy bien aprovechada por el gobierno inglés porque de esa manera
obtuvo el argumento que necesitaba para lograr sus propios fines.

El Sr. Constantino Davidoff mantiene en su poder el contrato establecido con


la firma Salvensen, y copias de las cartas enviadas a principios de marzo de
1982 a la Embajada de Gran Bretaña en Buenos Aires. En ellas notificaba los
detalles de la expedición a realizar a las Islas Georgias, con la lista de los
operarios que tenían que desmontar las instalaciones. Este documento tiene el
sello de ―recibido‖ por la Embajada británica. El ―Informe Franks‖
difundido en 1983, en el artículo 230 dice que el desembarco de los operarios

136
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

en las Georgias, nada tenía que ver con los planes de la Junta Militar, y que
Davidoff no tenía vinculación alguna con la marina argentina, a quien había
alquilado un buque de transporte.
Según las conclusiones del Informe Rattenbach:
―el incidente de las Islas Georgias del Sur se originó al
desembarcar personal argentino en la Isla San Pedro, izar el
pabellón nacional – por propia iniciativa- y no cumplimentar
requisitos de inmigración exigidos por las autoridades británicas.‖
Y agrega:
―No existen evidencias de que el grupo de la empresa ―Islas
Georgias del Sur SA‖, haya sido empleado por una u otra parte
para precipitar los acontecimientos, si bien la Armada tenía
intención de aprovechar estas actividades privadas para facilitar el
asentamiento de una estación científica en la Isla San Pedro, con la
aprobación del Ministerio de RR EE.‖
Para investigar lo actuado por la Sra. Margaret Thatcher
durante la Guerra de Malvinas, en Inglaterra se designó a un
destacado funcionario y filósofo llamado Oliver Shewell Franks,
más conocido como Lord Franks. La investigación llamada “Informe
Franks”, exonera a la Sra. Thatcher de toda responsabilidad y sus
conclusiones aclaran aspectos de interés relacionados con las
decisiones del gobierno de facto de la Argentina, y los hechos que
condujeron al conflicto armado. Entre otros aspectos importantes
concluye:
1. El gobierno argentino no provocó el incidente en las Georgias.
(párrafo 228).
2. El desembarco en las Georgias del 19 de marzo, no había sido
planificado por el gobierno argentino.
137
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

3. Que ante el envío de una flota misilística y dos submarinos


nucleares, el gobierno argentino se vio obligado a acudir a la
Ley de Defensa.
4. Que el acto ilícito lo cometió Gran Bretaña.
Por otra parte el Dr. Moreno Ocampo, fiscal de la Cámara Federal,
el 26 de julio de 1988 se pronunció diciendo que la reconquista de
nuestras Islas Malvinas, fue un acto de legítima defensa, que no se
discute en ningún fuero internacional.
A partir del desembarco del Grupo Davidoff en las Georgias,
se precipitaron los acontecimientos. Inglaterra entrega a la
Cancillería Argentina un paper conteniendo una queja airada, que
decía que entre el personal desembarcado en Leith había militares;
que se enarboló una bandera argentina; y que se consideraba ilegal
la presencia del personal argentino en la Isla. (38)
(38) Reiteramos que al dar su testimonio ante la Comisión Rattenbach, el Sr.
Davidoff dice que antes de desembarcar, ya estaba la bandera izada y que
había tres miembros del BAS en el muelle.

El incidente ocurrido en las Georgias no le convenía de modo


alguno al gobierno argentino, que hasta ese momento permanecía
completamente ajeno a lo sucedido. Mientras tanto el gobierno
británico informaba a la Cancillería Argentina que “consideraba
grave‖ el hecho, y negaba que el personal desembarcado en Leigth
tuviese autorización alguna para hacerlo.
A todo esto el Gobernador de las Islas Falkland tomó un
tanque de nafta y lo arrojó sobre las chispas de Londres, cuando
informó que la Marina Argentina estaba utilizando al Sr. Davidoff
como cobertura para establecer su presencia en las Georgias. Una
nota entregada el 20 de marzo a la Cancillería en Buenos Aires,

138
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

adelantaba que si el Bahía Buen Suceso no se retiraba de la Isla


inmediatamente, “se vería obligada a tomar las medidas que
considere necesarias‖. El Foreign Office también arrojó leña al
fuego, cuando confirmó la versión de que no se tenía conocimiento
de la visita, y que la Embajada en Buenos Aires no había concedido
ninguna autorización al Sr. Davidoff. Una descarada mentira.
Tan sólo 20 horas después del episodio, el gobierno inglés
dispuso el envío a las Georgias del Endurance con infantes de
marina a bordo. Esto era ni más ni menos que una respuesta armada
a un entredicho diplomático. La inmediata respuesta británica revela
que estaba todo preparado, que la prudencia había desaparecido de
las reacciones del Reino Unido, y que con este hecho iniciaba el
empleo de la fuerza. (39)
(39) En el ―Informe Franks‖ (puntos 167 y 168), dice que el Sr. Davidoff
informó de sus movimientos a la Embajada británica en Buenos Aires y el
transporte que utilizaría. Agrega en el punto 168, que ―el 9 de marzo el Sr.
Davidoff envió a la Embajada británica en Buenos Aires una notificación
formal de que 41 trabajadores iban a viajar a las Georgias del Sur el 11 de
marzo en el Bahía Buen Suceso, un buque de apoyo de la Marina Argentina y
que iban a permanecer allí durante un período inicial de cuatro meses‖.
Agrega que Davidoff se ofreció para transportar provisiones a la BAS y de
poner a disposición de ésta los servicios de un médico y una enfermera, que
viajarían con el grupo. La Embajada británica informó de esto al Gobernador
(de las Islas Malvinas), a la Oficina de Asuntos Exteriores, y al
Commonwealth.

El 21 de marzo, es decir al día siguiente del arribo del Buen Suceso a


Leith, el Comandante de la Base inglesa en Grytviken informó que
la bandera argentina había sido arriada, pero que no había indicios
de la zarpada del buque de la Marina. En tal sentido y ante la
protesta británica, el gobierno informó que el Buen Suceso no era un

139
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

buque de guerra sino de transporte; y que Davidoff no disponía de


otro medio para arribar a la Isla. (40)
(40) El barco pertenecía a la Armada, independientemente de sus funciones
de buque de carga y de transporte de personal.

También informó que la nave zarparía una vez descargados los


materiales; que nunca desembarcó personal militar; que la versión
de que habían desembarcado armas como decía el reclamo inglés no
se ajustaba a la realidad, y que el tono del reclamo contribuía
innecesariamente a aumentar el nivel del incidente. (41)
(41) De Vita, op. cit. p. 8.

Con motivo de estos hechos, el 22 de marzo el Encargado de


Negocios de la Embajada argentina en Londres, se entrevistó con el
Sr. Robin Fearn del Departamento América del Sud del Foreign
Office, que admitió que la Embajada británica en Buenos Aires tenía
conocimiento con anterioridad de la tarea de Davidoff, pero que se
había enterado sólo un día antes, y cuestionó el hecho de que hayan
recalado en Leith y no en Grytviken. El representante inglés
reconoció la condición de civiles del personal desembarcado, y
afirmó que Gran Bretaña consideraría el incidente superado, una vez
que el personal y el buque partieran de las Georgias. Ese mismo día
el diario The Standard, publicaba un comunicado de la cancillería
inglesa como si fuera una invasión a las Islas Falkland, de quien
dependían. No obstante, la Cancillería argentina emitió otro
comunicado, que decía que el Buen Suceso había zarpado de las
Georgias el día 21 de marzo de 1982, y que proseguía su viaje
habitual hacia otros puertos.
El 22 de marzo un funcionario de la Embajada británica se
comunicó con la Cancillería, para saber si el personal de Davidoff
había sido reembarcado. Se le respondió que los trabajadores habían

140
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

quedado en Leith para cumplir el contrato establecido, a lo que el


funcionario inglés respondió que ese personal no había cumplido
con los trámites inmigratorios. La dualidad británica ya era evidente.
(42)

(42) Ibíd., p.90 y 91.

El diplomático inglés se mostraba intransigente respecto de lo


acaecido en Leith, y no había manera de satisfacer sus exigencias,
que en el contexto de los acontecimientos comenzaba a afectar la
dignidad de nuestro país y escapaba al uso y costumbres en el trato
diplomático. El día anterior había zarpado el Endurance con 22
infantes de marina a bordo, y se dirigía a las Georgias. Como ese
envío de militares fue consideraba como una acción armada, se
reunió la Junta Militar a las 09:30 del 22 de marzo, para analizar los
hechos con la presencia del Canciller Costa Méndez. Como
resultado de la reunión se resolvió: enviar al buque de la Armada
Bahía Paraíso, procurando llegar antes de cualquier intento de
evacuación de la gente de Davidoff. En el caso de arribar después
del Endurance, no tenía que realizar ninguna acción de
interceptación, para no agravar el conflicto y dar pie a un incidente
de envergadura. El Informe Franks dice al respecto, que los informes
de inteligencia británicos indicaban que al 23 de marzo, el gobierno
argentino en general, aún no tenía intenciones de invadir las Islas.
(43)

(43)Ibíd., p.92.

Por el contrario, en esa fecha el gobierno británico ya había


aprobado el envío de infantes de marina a las Georgias, y la Sra.
Thatcher hizo declaraciones diciendo que con respecto al conflicto
por las Falkland, había que considerar planes de contingencia. (44)

141
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

(44) Es decir el envío de una Fuerza de Tareas, intención expresada antes


del desembarco del 2 de abril.

El 24 de marzo el Embajador británico entrega una nota al Canciller


argentino en Buenos Aires, que entre otros aspectos exigía que los
trabajadores se presentaran en Grytviken para ―regularizar‖ la
situación mediante el sellado de las tarjetas blancas que portaban.
Agregaba la nota que ese acto sería el último esfuerzo de buena
voluntad británica.
La demanda británica estaba fuera de toda consideración,
porque el Acuerdo de Comunicaciones de 1971 no preveía ese
sellado, y constituía de hecho una nueva y prepotente demanda no
acordada previamente, en una Isla cuya soberanía estaba en disputa.
Comienza aquí un proceso en el que estaba jugándose la dignidad de
la Nación, originada por las marchas y contramarchas británicas
relacionadas con el caso Davidoff. ¿Por qué actuaba de esa manera
el gobierno británico? Dado el tono de la exigencia inglesa, la Junta
Militar se reunió nuevamente el atardecer del 26 de marzo para
considerar la situación planteada. Durante el encuentro se barajaron
las diferentes posibilidades factibles de adoptar, la primera de ellas
era la de continuar las negociaciones, que en este caso Inglaterra
podría derivar hacia la consideración de la soberanía sobre las
Georgias solamente. Además se estaba perfilando un clima bélico, y
en este sentido las fracasadas reuniones diplomáticas establecidas en
Nueva York, demostraban que los ingleses no tenían voluntad
alguna para negociar. Asimismo existía el peligro de que durante
las reuniones, Inglaterra aprovechara el tiempo para enviar una
flota al Atlántico Sur y establecerse en fuerza en las Malvinas.
En el caso de recurrirse al Consejo de Seguridad de la ONU,
no existían argumentos concretos para solicitar su intervención,

142
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

dado que sólo se trataba de notas diplomáticas, no de hechos bélicos.


El envío de infantes de marina a las Georgias, podría interpretarse en
el Consejo como una acción nada significativa, aún si Inglaterra
enviaba su flota a las Islas Falkland, que estaban al fin y al cabo bajo
su administración. Por otra parte Inglaterra tenía el derecho de veto
en la ONU, organismo que no se caracteriza por evitar guerras
porque no está dentro de sus reales capacidades. Se consideró que si
se ocupaban militarmente las Islas Malvinas, podría defenderse
positivamente la postura argentina sobre la soberanía de las Islas
Georgias; e impediría el establecimiento de la Fortaleza Falkland.
Además la Junta Militar estaba convencida por la opinión de
Galtieri, de que el desembarco sería un fuerte incentivo para que los
ingleses reanudasen las negociaciones inmediatamente. Llegado a
este punto, se creía que la ocupación militar de las Islas fortalecería
la posición negociadora argentina y daría un vuelco positivo a la
deteriorada imagen de la Junta Militar. (45)
(45) Informe Rattenbach, Tomo III fojas 57 y siguientes, declaración del
Almirante Lombardo.

El 23 de marzo de 1982 a las 9 y media, se reunió el Comité Militar


en el Edificio Libertad, en la que participaron el Jefe del Estado
Mayor Conjunto, y el Canciller. En esa reunión se decidió concretar
el desembarco, y asignarle el nombre de “Operación Azul”.
Decidida la acción militar, que debería ser incruenta y con total
respeto por los isleños, paralelamente se seguiría negociando,
dejando en las Islas una pequeña guarnición. Resulta oportuno
reiterar que el Informe Franks, dice que la inteligencia inglesa
concluyó que el incidente de las Georgias, no había sido planificado
por el gobierno argentino. (46)
(46) Ibíd., p. 100.Informe Frank, puntos 230 y 310.

143
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Por supuesto, porque fueron los ingleses los que aprovecharon esa
ocasión para ser utilizada políticamente. La suposición del General
Galtieri acerca de la voluntad británica de deshacerse de las Islas
Malvinas estaba cayéndose a pedazos, porque permanecía
sumergido en una trampa tendida por el gobierno británico apoyado
por el Pentágono, pero todavía no era consciente de ello.

Advertencias de Reagan
Como un hecho alejado de las versiones recibidas por Galtieri
en el Pentágono, el Secretario de Estado norteamericano General
Alexander Haig, a través de su Embajador en Buenos Aires hizo
notar a su par argentino su preocupación por el cariz de los
acontecimientos en el tema Malvinas. Horas después de este
mensaje, el 1º de abril el Presidente Reagan llamó telefónicamente al
General Galtieri para hacerle notar la preocupación de los Estados
Unidos ante la información de que la Argentina en cortísimo plazo
iba a realizar un ataque a las Islas Malvinas. Agregaba que esta
intención sería sumamente gravosa y peligrosa para la paz, y
advirtió al General Galtieri que la reacción militar inglesa sería
inevitable, y le solicitaba que no concretara acción militar alguna
contra las Islas Malvinas. Reagan le dijo que cualquier medida de
fuerza argentina podía afectar la paz mundial, y que conociendo el
carácter de la Sra. Thatcher, estaba seguro de que iba a reaccionar
violentamente. Agregaba que dada la gravedad de la situación,
ofrecía enviar a la Argentina al Vicepresidente Bush como
mediador.
Se transcriben a continuación la parte del diálogo en que el
General Galtieri rechaza la intermediación de Reagan y adopta una
posición inflexible y exigente:

144
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Galtieri:
―Usted sabrá que esta situación lleva 149 años, y durante los
últimos 17 años hemos mantenido conversaciones con Gran Bretaña
sin progresar hacia una solución.‖[…] La tranquilidad que le
puedo dar está condicionada a que se concrete el reconocimiento
público y expreso de nuestra soberanía y la estipulación también
pública de que durante el año 1982 se concretarán las
consecuencias de dicho reconocimiento.‖

Reagan:
―Si usted procede en su ataque mañana y Gran Bretaña resiste
con la fuerza, como sé que lo hará, no podré evitar que mis
conciudadanos no posibiliten el mantenimiento de nuestras
relaciones. Le pediría a mi Vicepresidente que baje y trate de
arreglar esta situación, pero por favor eviten el conflicto.‖

Galtieri:
―Le agradezco pero es tarde, los hechos están lanzados.‖

Reagan:
―Esto quiere decir que siguen adelante con el desembarco.‖

Galtieri:
―Esto quiere decir que Argentina es un país soberano y tiene
la libertad de decidir la utilización de sus medios diplomáticos o la
fuerza.‖

145
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Reagan:

―Si hay desembarco, habrá resistencia y la violencia continuará.‖

Galtieri:
―Si esta noche Gran Bretaña reconoce nuestra soberanía, el
Gobierno Argentino tiene muy buena voluntad para efectuar la
transferencia durante el año 1982.‖

Reagan:
―Lamento mucho esto, vamos a ver un conflicto armado. Le
ofrezco mis buenos oficios en Naciones Unidas o donde Uds. Lo
deseen. Creo que será una trágica situación de guerra en el
Hemisferio Sur.‖ (47)
(47) ¿Qué hubiera hecho Ud. amable lector, en esta situación? Galtieri en
ese momento debería haberse dado cuenta de que había sido víctima de un
engaño por los militares del Pentágono, dado que se presentaba una enorme
contradicción entre lo que le dijeron, y la severa advertencia de Reagan. Por
el contrario, muestra ante el Presidente estadounidense una actitud no
solamente arrogante, sino también desafiante ante los hechos; Reagan chocó
contra una pared de granito. Muy fácil le hubiera resultado dar marcha atrás
y olvidarse de su oculta pretensión de pasar al bronce. Las causas por las
cuales persistió en la idea del desembarco, a pesar de las serias advertencias
de Reagan no han trascendido todavía, y se las habría llevado a la tumba.
Prefirió pasar a la historia como irresponsable, antes que ingenuo. Esta
versión de la conversación fue tomada en sus partes principales del Anexo
II/25 del Informe de la CAERCAS, que concluye diciendo que: ―Se modificó
en el transcurso del tiempo que siguió a la recuperación de las islas, el
propósito de negociar su posesión por el de conservarla por la fuerza, lo cual

146
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

contradecía la intención original, conforme lo expresaran los ex miembros de


la Junta Militar‖.

En relación con la política exterior norteamericana existían dos


tendencias bien definidas: los latinoamericanistas o palomas, y los
halcones. Entre los primeros se encontraba la Embajadora de ese
país ante la OEA Sra. Jeanne Kirpatrick, el Senador Jesse Helms
(republicano), y el Subsecretario de Estado o Vicecanciller Tom
Enders. Durante los prolegómenos del desembarco en las Islas y los
encuentros diplomáticos, la actitud de los EE UU fue moderada y
daba a entender que adoptarían una actitud neutral. Enders lo
expresó taxativamente cuando semanas antes de desembarco visitó
Buenos Aires.

Washington DC
Nadie en el gobierno se ocupó de informar al Embajador
argentino Esteban Takacs, del inminente desembarco en las Islas
Malvinas. Éste sería un error importante de nuestra Cancillería, dado
el predecible protagonismo que iba a tener el gobierno
estadounidense en la crisis. Así como el Estado Mayor Conjunto y
los organismos de planeamiento e inteligencia orgánicos del Estado,
no tuvieron conocimiento previo de la operación, al no disponer de
alguna información previa, Takacs no pudo tener oportunamente las
herramientas necesarias para desenvolverse con solvencia en sus
funciones como Embajador en Washington. Resultaba inconcebible
que el 1° de abril por la mañana, todavía desconocía que una Fuerza
de Tareas argentina se dirigía hacia las Islas Malvinas con la misión
de recuperarlas. Paradójicamente, la primera noticia la tuvo la
mañana de ese día, por medio de un llamado telefónico que le hizo
desde Nueva York la Embajadora Jeanne Kirkpatrick. Le preguntó si
era cierto lo que decían los informes de inteligencia de EE UU,
147
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

acerca de una inminente operación militar en las Malvinas. Por


supuesto, el Embajador no sabía qué responderle, pero su
interlocutora insistió y se ofreció para interceder con sus buenos
oficios ante el gobierno argentino. Inmediatamente nuestro
Embajador se comunicó con el Canciller Costa Méndez para
informarle de la novedad, sin recibir eco alguno de su parte. El
Canciller Costa Méndez seguía convencido de que los EE UU iban a
adoptar una actitud neutral, creencia que coincidía con el
pensamiento del General Galtieri. A las 7 de la tarde de ese mismo
día, Takacs fue citado al Departamento de Estado por el Secretario
General Alexander Haig, que le reiteró y amplió lo adelantado por la
Embajadora Kirkpatrick y ofreció por todas las vías posibles los
recursos de su gobierno para evitar lo que sería una tragedia.
Agregó que en esos momentos en que todavía no se había resuelto la
crisis surgida en Polonia, su gobierno deseaba preservar el equilibrio
entre dos gobiernos amigos, como era el de la Sra. Thatcher y el del
General Galtieri. Dijo que por ese motivo, había estado toda la tarde
en la Casa Blanca para convencer al Presidente Reagan para que
estableciese una conversación con el General Galtieri, y que el
Vicepresidente Bush estaba dispuesto a viajar de inmediato a la
Argentina para tratar de encontrar una solución al diferendo. Haig
agregó que en el caso de establecerse un conflicto entre los dos
países, “whe are going to side with Britain”, es decir que se
pondrían del lado de su aliado. Esta información fue transmitida de
inmediato por Takacs a los tres agregados militares argentinos en
Washington, que tampoco estaban sobreaviso y desconocían el tema,
y que informaron inmediatamente a sus respectivos Comandos en la
Argentina. El Embajador hizo lo propio ante el Canciller Costa
Méndez.

148
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Se presentaban dos caras de la misma moneda, por un lado los


planes de la NATO relacionados con la necesidad estratégica de
controlar el pasaje Drake, mediante el establecimiento de una gran
base militar en las Falkland; y por el otro, la política exterior
estadounidense que deseaba mantener el equilibro y la paz entre dos
naciones amigas, sin perder de vista el efecto buscado por la NATO.
Es decir por el lado británico la guerra, por el lado estadounidense
una paz condicionada. Evidentemente se presentaban en la
estructura gubernamental de los EE UU posturas encontradas, que
como sucede en todos los países, cada grupo de interés se manejaba
internamente para lograr del gobierno acciones tendientes a obtener
sus propios fines. Lo que no cabía duda era que desatado el
conflicto, el gobierno de los EE UU daría el visto bueno para brindar
todo el apoyo posible a su principal aliado: Inglaterra. No obstante,
como veremos más adelante, Reagan se opondría a la intención
británica de llevar la guerra al continente, como también quiso
infructuosamente, que el gabinete de guerra inglés no concrete el
asalto final a las posiciones argentinas alrededor de Port Stanley
para evitar una masacre, que en la práctica no fue.

Galtieri interpretó a su manera y en forma exclusivamente


personal lo que quisieron decirle en el Pentágono, postura que
adoptó posiblemente por vanidad, ambición, y una buena dosis de
soberbia, porque no dominaba el inglés y era un amateur en materia
de relaciones internacionales. Es por eso que hizo propia la idea del
desembarco incruento, que suponía que iba a ser el resorte
disparador de unas supuestas negociaciones tendientes a la entrega
de la soberanía. Todo ello sin solicitar el asesoramiento de los
funcionarios experimentados en política internacional, como el
Embajador Takacs o el Agregado militar General Miguel A. Mallea
Gil. Este último había cursado su carrera como becado en la

149
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Academia Militar de West Point, y era compañero y amigo de


quienes en esos momentos ocupaban muy altos cargos, como el
General Meyer, Jefe del Ejército de los EE UU; el Jefe de
Operaciones General Richardson; y el Secretario de los EE UU ante
la NATO. Mallea Gil pensaba que todos aquellos que suponían que
Inglaterra no iba a reaccionar ante un hecho como el desembarco en
Malvinas, era porque no conocían la historia. También pensaba que
si el Comité Militar creía que los EE UU no iban a apoyar a
Inglaterra, no se ajustaba a la tradición histórica de las relaciones
entre ese país e Inglaterra. Es decir que existía en la Junta Militar
argentina, un alto grado de desconocimiento de los factores que
conducen a una decisión acertada en materia internacional, cuyos
errores en los campos comerciales, políticos o militares, se pagan
caros. Como las importantes fuentes de información mencionadas no
fueron utilizadas por la Junta Militar, no logró ver la luz en el fondo
del túnel, porque siempre creyó en la neutralidad del gobierno
norteamericano y sobre todo, que no habría una respuesta militar
británica de envergadura después del desembarco en las Malvinas.

Decidido el apoyo de EE UU a Inglaterra, durante las primeras


semanas después del 2 de abril, la intervención del Secretario de
Estado Alexander Haig para la negociación entre Buenos Aires y
Londres, no fue sino una forma de otorgar tiempo estratégico a los
ingleses para completar el alistamiento operativo de su Fuerza de
Tareas, además del sistemático ocultamiento de las propuestas
negociadoras de la Argentina. Las ideas expresadas a Haig por
nuestro gobierno, fueron ocultadas a Reagan hasta tal punto, que
llegó a decirle que “todo lo que podemos esperar de los argentinos,
es una actitud opuesta a las negociaciones”, es decir que el General
Haig protegía los intereses de la NATO e Inglaterra por sobre la
política de Reagan. Fue por ese motivo que el 26 de junio Reagan le

150
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

pidió la renuncia. Ciertamente Galtieri había concebido una idea


basada en un panorama completamente distinto, que impulsó su
decisión de actuar militarmente.
A todo esto el 2 de abril se hallaba en Buenos Aires el
Comandante de Operaciones Navales de la Armada de los EE UU
Almirante Hayward, (qué casualidad), que como al pasar le comentó
al Almirante Anaya que su país tenía suficiente capacidad satelital
como para determinar durante las horas diurnas el rumbo, la
velocidad y las características de todos los buques que se encuentren
navegando en el Atlántico Sur. Decía que en horas de oscuridad y
mediante el empleo de cámaras infrarrojas, sólo podían determinar
la posición. Este comentario era una velada advertencia para la
Marina argentina, porque esos datos serían vitales para conducir
cualquier operación en el mar. Lo que quería decirle a Anaya, era
que esa información podría ser entregada a Inglaterra si ésta se lo
requiriese, e implicaba la neutralización de nuestra flota para las
operaciones en el mar ante una amenaza submarina. En realidad la
Armada Argentina iba a proceder con medios y conceptos
relativamente obsoletos, para determinar la posición de la flota
enemiga, en cambio los ingleses dispondrían de una oportuna y
eficaz información satelital.
En este momento crítico, el Comité Militar sabía:
1. Que para el caso de desatarse un conflicto bélico, Chile iba a
apoyar a Inglaterra a todo efecto.
2. Que la Argentina recibiría el apoyo incondicional del Perú, que
iba a entregar material bélico y respaldo político. Que también
recibiría el apoyo de Ecuador y Venezuela, cuyos
representantes fueron muy generosos en sus posteriores
declaraciones públicas.

151
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

3. Que la Marina, la Fuerza Aérea y el Ejército estaban listos para


realizar y apoyar un desembarco en las Islas Malvinas.
4. Que de acuerdo con las advertencias del Presidente Reagan,
Inglaterra iba a reaccionar militarmente, y que los EE UU
podrían llegar a apoyarlos.
5. Que las Fuerzas Armadas en ese momento no estaban
preparadas para oponerse a los ingleses con probabilidades de
éxito si éstos desembarcaban en las Islas.
6. Que el incidente en las Islas Georgias (Caso Davidoff), fue
exagerado por Inglaterra, y que se utilizó como herramienta
para establecer injustificados reclamos diplomáticos, y enviar
efectivos militares a esas Islas.
7. Que Inglaterra pensaba fortificar las Islas Falkland en breve
plazo, y de concretarlo, en adelante no sería factible ni
aceptable una acción en fuerza de la Argentina.
8. Que los isleños adoptarían una actitud hostil a las fuerzas
argentinas.
9. Que la OTAN iba a apoyar a sus socios principales: EE UU e
Inglaterra.
Hasta aquí lo que sabía el Comité Militar. Ahora lo que creía:
1. Que un desembarco en fuerza en las Islas Malvinas, induciría
inmediatamente al gobierno británico a sentarse a la mesa de
negociaciones, para tratar la soberanía.
2. Que un refuerzo militar argentino de envergadura en las Islas,
sería un ingrediente adicional de importancia para lograr lo
indicado en 1.

152
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

3. Que los EE UU adoptarían una posición de neutralidad.


4. Que la ONU trataría de evitar un enfrentamiento militar y que
no consideraría a la Argentina país agresor.
A pesar de la advertencia del Presidente Reagan, de la posición
adversa de Chile, y del potencial militar de Inglaterra, influenciado
especialmente por el Almirante Anaya, Galtieri no dio marcha atrás
y ordenó concretar la Operación Azul.
El 31 de marzo la Sra. Margaret Thatcher recibió un informe
de inteligencia que decía que una Fuerza de Tareas podría efectuar
un desembarco en las Falkland a partir del 2 de abril. La 1ra.
Ministra convocó inmediatamente al Secretario de Defensa John
Nott, funcionarios del Foreign Office, y al Almirante Leach, que
recibió instrucciones para preparar una Fuerza para retomar las Islas,
de acuerdo con los planes de contingencia previstos. El 1º de abril se
ordenó pasar a 48 horas de preaviso a los Portaviones Hermes e
Invincible, y el 2 de abril se ordenó a las FF terrestres pasar a 72
horas de preaviso. Paralelamente se alistaban medios antiaéreos.
Inmediatamente comenzaron a considerar los factores logísticos
hasta el mínimo detalle, como por ejemplo se calculó el peso
máximo por cm2 que podrían soportar los diferentes tipos de terreno
en las Islas, para estimar la carga de los vehículos. Del estudio
surgió que lo más conveniente era el empleo de helicópteros para el
transporte de tropas y carga. El factor meteorológico fue estudiado
al máximo, y se sacaron importantes conclusiones para el empleo de
los medios. Por estar las Falkland lejanas de sus Bases operativas, se
previó utilizar una enorme flota de buques auxiliares para el
transporte de los abastecimientos y tropa. Los planes de
contingencia para un caso de emergencia como el de las Falkland,
estaban planeados desde varios años atrás, y actualizados cada uno o

153
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

dos años. Fue por eso que los submarinos de ataque habían zarpado
hacia el Atlántico Sur.

Inicialmente se formó la Fuerza de Tareas FT 317 al mando


del Almirante Fieldhouse, con un Comandante Aéreo y otro
Terrestre; y tres Comandantes de Fuerza de Tareas; (CFT 317.8)
integrado por el Grupo Portaviones, Contralmirante Sandy
Woodward; el Comandante de la Fuerza de Tareas Anfibia, (CFT
317.0) Comodoro Clapp; y el Comandante de la Fuerza de
Desembarco (CFT 317.1), Brigadier Thompson. A partir del 20 de
mayo, Thompson fue reemplazado por el Mayor General Moore y
pasó a comandar el (CFT 317.1.1) de los Royal Marines; y el
Brigadier Wilson comandó el CFT 317.1.2. No hubo
improvisaciones.

La Fuerza de Tareas en camino


La flota argentina destinada a las Islas, había zarpado el 28 de
marzo para realizar una operación que podría ser cancelada como
hora límite, a las 6 de la tarde del 1º de abril. Pasada esa hora no
habría vuelta atrás. Como el gobierno británico esperaba esta
reacción argentina, tan temprano como el 29 de ese mes, comienza a
enviar buques de superficie y submarinos al área de las Islas
Falkland, y el Almirante Sandy Woodward fue nombrado
Comandante de la Fuerza de Tareas a ser enviada al Atlántico Sur.
Mientras tanto los satélites norteamericanos ploteaban el
movimiento de la flota argentina en el Atlántico Sur, que era
inmediatamente informado al Gabinete de Guerra británico. El
conflicto armado era inminente.

154
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo IX

LAS ISLAS MALVINAS


Las conversaciones son siempre peligrosas si se tiene algo que ocultar.
Lola Flores
Se dice que una Operación Anfibia no puede lograr la
“sorpresa estratégica”, porque se supone que todo el mundo sabe
que va a llevarse a cabo, pero sí podría lograrse la “sorpresa
táctica”, porque no se conoce en qué lugar van a desembarcar. Este
supuesto –obsoleto por la información satelital- no se dio en las
Islas, porque estaban aguardando el desembarco y bien alertas, la
pequeña guarnición de los Royal Marines y de las Falkland Defense
Force, esta última integrada por unos cien civiles militarizados, que
hacían un total para la defensa de unos 180 efectivos. Al producirse
el desembarco, los residentes argentinos habían sido reunidos y
encerrados en un local; y el aeródromo estaba cubierto de
obstáculos para impedir cualquier aterrizaje. El secreto que tan
celosamente había sido guardado durante el planeamiento, había
quedado completamente desvirtuado. El Canciller de ese entonces,
Nicanor Costa Méndez lo expresa claramente:
―En suma, a esta altura de la disputa, a mediados de 1981 ya
no había funcionario británico alguno, conocedor o responsable del
asunto, que no previera la confrontación militar o por lo menos un
duro enfrentamiento diplomático. En Buenos Aires nadie o casi
nadie, salvo algunos periodistas avisados y atentos, percibía la
gravedad de la situación y la orientación de los acontecimientos.
Quienes recién hoy se asocian al tema y desconocen estos
antecedentes, carecen de los elementos de juicio fundamentales

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

para juzgar con objetividad y responsabilidad las decisiones que


condujeron al 2 de abril de 1982.‖
Los indicios que hicieron sospechar a las autoridades británicas
de las Islas la inminencia de un desembarco, fueron los siguientes:
- El comentario de algunos diarios y revistas argentinos, sobre
una posible acción militar.
- La actitud extrañamente dura de la Argentina durante las
negociaciones diplomáticas.
- El supuesto aterrizaje en emergencia de un avión Hércules C-
130 de la Fuerza Aérea, ocurrido el 7 de marzo en Puerto
Stanley.
- La homilía de Monseñor Daniel Spraggon, obispo católico en
las Islas, que había vuelto recientemente de Buenos Aires para
una atención médica, que dijo que “la Marina Argentina
estaba preparándose para invadir las Islas.” (48)
(48) Büsser, ―Operación Rosario‖. Declaraciones del Capitán Gaffoglio,
p.22. Para facilitar la lectura, en el relato que sigue fueron parafraseadas las
declaraciones del Capitán Gaffoglio, algo que no tiene desperdicio, y que
relata con magistral precisión los acontecimientos previos al desembarco
argentino. Nota del autor: me consta que muchos mandos inferiores de la
Armada sabían que se iba a producir el desembarco el día 2 de abril. En lo
personal lo ignoraba. Por otra parte el Teniente Coronel Seineldín Jefe del
Regimiento de Infantería N° 25, informó del desembarco a sus Oficiales y de
éstos a los Suboficiales mucho antes de embarcar a bordo de un buque de la
Armada con sus hombres para desplazarse a las Islas. Una gravísima
vulneración del secreto

- Los precisos informes de inteligencia británicos.


- El conocimiento de nuestras claves por parte de la
inteligencia británica.
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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El ambiente en Puerto Stanley


Desde el 4 de marzo estaba de paso en Puerto Stanley el
Capitán de Fragata Adolfo Gaffoglio, que viajaba regularmente a las
Islas como representante del Comando de Transportes Navales ante
el gobierno colonial. Después de descender del avión, le llamó la
atención lo minuciosa que fue la revisación de su equipaje, realizada
personalmente por el jefe de la Aduana de Puerto Stanley. También
le llamó la atención, que las autoridades tuviesen en su poder una
semblanza de todos los pasajeros. No sabía que en ese momento, la
Marina estaba desarrollando las últimas fases del planeamiento
anfibio. Al llegar a la Isla se enteró que estaba en Puerto Stanley
Michael Hickson, Primer Secretario de la Embajada Británica en
Buenos Aires. En esos momentos el Sr. Davidoff desarrollaba su
tarea empresaria, y desmantelaba las instalaciones balleneras
abandonadas en las Georgias, actividad que Gaffoglio no conocía.
Mientras circulaba por las calles de Stanley tuvo un encuentro
con el Secretario del Gobernador, con quien mantuvo una breve
conversación. Durante el diálogo fue invitado para participar de un
cóctel en su casa. Otro de los invitados iba a ser el diplomático
británico destinado en Buenos Aires; el Gobernador; la cúpula del
FIC (Falkland Islands Comitee), encabezada por su presidenta
Velma Malcon; y el Mayor Gary Noot, Jefe del Destacamento de los
Royal Marines 8901 en Stanley. Resultaba obvio que la reunión
estaba preparada de antemano. Gaffoglio solicitó a un camarógrafo
malvinense para que tomase algunas instantáneas de la inesperada
reunión, pero más tarde los asistentes se opusieron terminantemente
a ser fotografiados. Durante el cóctel mantuvo un aparte con el
Gobernador Hunt que le preguntó:

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

-Capitán Gaffoglio, ¿Dónde está en estos momentos el Señor


Constantino Davidoff? -la respuesta fue breve:
-No sé quién es Davidoff- Hunt insistió:
-Viene navegando en el ―Bahía Buen Suceso‖, ¿no es así?-
-Mire gobernador, lo ignoro, hasta mi salida de Buenos Aires no
tuve conocimiento de lo que Ud. me informa, además no sé quién es
esa persona – A Hunt le resultaría increíble que su interlocutor
estuviera en ayunas en los asuntos que trataba, y procedió a
explicarle quien era Davidoff y qué pensaba hacer en las Georgias.
También le dijo que el empresario había estado en esas Islas en
diciembre del año pasado a bordo del rompehielos argentino Irízar,
y que había desembarcado sin autorización. Agregó que había dado
orden al Jefe de Policía, y al capitán del buque de patrulla Forrest,
para que lo detuviese y encarcelase si arribaba a las Islas Falkland.
A esa altura de los acontecimientos, la posible invasión argentina,
era un tema de conversación cotidiano entre los isleños. Una mujer
le dijo al marino argentino: “todos estamos atentos por si divisamos
alguna amenaza proveniente del mar, y no piensan que también hay
que observar el cielo, pues pueden invadirnos con paracaidistas.‖

Vuelos sospechosos
El 11 de marzo un avión Hércules de la Fuerza Aérea efectuó
un aterrizaje de emergencia en Puerto Stanley, y poco después de
reparada la supuesta avería, despegó hacia el continente.
Cumpliendo con su rutina semanal el martes 16 de marzo
arribó un vuelo de LADE, que despegó con pasajeros al día
siguiente. El representante de la Fuerza Aérea que viajaba en el
mismo, comentó que iba a regresar a la Isla en un vuelo no
programado previsto para el día siguiente. Ese vuelo “no
programado” no estaba autorizado por las autoridades coloniales, es

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

por eso que al día siguiente, miércoles, lo esperaban varios vehículos


militares con efectivos de los Royal Marines bien armados, cámaras
con teleobjetivo, policías, funcionarios de la aduana, y un grupo de
curiosos. Ante esa situación la aeronave argentina no aterrizó, e
informó a la torre que regresaba al continente por inconvenientes en
la presurización. Ese argumento pueril no lo creyeron ni los niños de
Puerto Stanley. El comentario general de la población, era que había
sobrevolado la zona para tomar fotografías.
Hay que tener en cuenta que en Puerto Stanley, la llegada de
un buque o un avión era toda una novedad y un verdadero
acontecimiento social, incentivado por la presencia de autoridades
ajenas a la Isla. Todo esto en medio de la incertidumbre que causaba
el fuerte rumor de la inminencia de una invasión argentina a la
colonia británica. Lo que se conocía perfectamente era que los
isleños se oponían a cualquier cambio de bandera, y no querían
saber nada con los argentinos. Durante esos días algunos infantes de
marina ingleses festejaban su pronto regreso a sus hogares en la
metrópoli, y consumían grandes dosis de alcohol, como lo hacían los
kelpers antes de agarrarse a las piñas en los pubs de Puerto Stanley.

En este contexto trascendió que el 11 de marzo, había sido


avistado un avión de la Fuerza Aérea Argentina sobrevolando las
Islas Georgias.

El 20 de marzo hubo una reunión reservada en el Cuartel de los


Royal Marines en Moody Brook, y por la noche del 21, grupos de
activistas antiargentinos asaltaron el local de LADE, donde fue
reemplazada la bandera argentina por una británica. Además
produjeron destrozos y dejaron inscripciones agraviantes.

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Jorge Sáenz

El martes 23 de marzo llegó un avión de LADE, y en vez de


pernoctar, dada la situación existente, su Comandante decidió
despegar ese mismo día. Las autoridades coloniales solicitaron que
permaneciese hasta el día siguiente porque varios pasajeros aún no
estaban listos. Se accedió con la condición de que efectivos ingleses
custodiasen el avión por razones de seguridad.
Puerto Stanley tenía un sistema de comunicación con todos los
hogares isleños por medio de una radio, donde se daban las últimas
noticias, avisos, y consejos. En este caso el gobernador salió al aire
para referirse al atentado a las oficinas de LADE, y criticó la acción
de los anónimos autores, aunque se sabía perfectamente quienes
habían sido.
En el ínterin había llegado a Stanley el transporte Isla de los
Estados, que después de completada su carga zarpó hacia el
continente. El Capitán Gaffoglio regresó a Buenos Aires, e
inmediatamente después de su llegada, recibió la orden de hacer un
informe sobre la situación en las Islas. Poco después tuvo que
presentarse en Puerto Belgrano ante el Almirante Lombardo y el
Comandante Naval Almirante Allara. Tenía que participar del
desembarco para recuperar las Islas; su nueva función: asesor de los
mandos participantes. Posteriormente sería el Jefe del Apostadero
Naval Malvinas.

Recuperación de las Malvinas


El 26 de marzo zarpaba de su apostadero en Mar del Plata, el
Submarino Santa Fe con la Agrupación de Buzos Tácticos. Este
grupo, entre otras misiones, tenía que señalar las playas empleando
señales luminosas visibles sólo desde el mar. El 28 de marzo lo
hacían el Rompehielos Alte. Irízar, el Destructor Santísima
Trinidad, y el Buque de Desembarco de Tanques Cabo San Antonio.
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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Dejaban atrás la Base Naval Puerto Belgrano, rumbo a los mares


del Sur. La Fuerza de Tareas británica al mando del Almirante
Woddward, estaba por zarpar pocos días más tarde con el mismo
destino.
El 31 de marzo la flota comenzó a sufrir las consecuencias de
un fuerte temporal, que afectó a los hombres y produjo la
destrucción de un helicóptero PUMA que estaba trincado a bordo del
Santísima Trinidad. El San Antonio estaba sobrecargado y rolaba
peligrosamente, mientras avanzaba a sólo 3 nudos. Esta condición
de mar obligó a cambiar el día D previsto para el 1º de abril, para el
día siguiente. Al mediodía pusieron rumbo directo a las Malvinas, y
al enterarse el Capitán Gaffoglio del cambio, le comentó al
Comandante del buque: “En este momento el satélite nos está
fotografiando, dentro de algunos minutos los ingleses tendrán la
certeza de que vamos hacia Malvinas, esperemos que no tengan un
submarino en las cercanías.”
Esa misma tarde se confirmaba en el Pentágono lo que se
sospechaba; los buques argentinos se dirigían a las Islas Falkland.
Por gestión del Secretario de Estado General Haig, el Presidente
Reagan se comunicó con el General Galtieri para intentar disuadirlo.
A bordo de los buques existía un entusiasmo extraordinario, y se
realizaban brindis por el éxito de la operación. A las 10 de la noche
Gaffoglio escuchaba la frecuencia de Puerto Stanley, y oyó al
Gobernador Hunt que decía por la radio que se iba a producir un
ataque por parte de la Argentina, pero que no tuviesen temor, porque
los marines los iban a defender. Inmediatamente diseminó la noticia,
porque era previsible que los Grupos Comandos que estaban por
desembarcar en pocas horas, podrían encontrar una inesperada
resistencia.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Facsímil del Diario de Guerra del Departamento Operaciones de la Fuerza


de Desembarco, correspondiente al 1° de abril por la mañana.

NOTA ACLARATORIA:
IPI=Informe Periódico de Inteligencia. Eno=enemigo.RM=Royal Marines.
Cte. FD=Comandante de la Fuerza de Desembarco (Alte. Büsser). ALFA,
DELTA etc. =nombres códigos de los objetivos.

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Jorge Sáenz

A las 3 de la mañana del día 2 de abril de 1982 tocó diana a bordo


del San Antonio, y poco después se ordenó por los altavoces
sincronizar los relojes a todos los integrantes de la Fuerza de
Desembarco, que era el Grupo de Tareas GT 40.1. Ese día Fuerzas
de la Marina y una Sección de Infantería del Ejército, concretan la
operación “Azul”, que en algún momento del planeamiento se
denominó “Carlos”, y que finalmente fue llamada “Rosario” por
pedido del Teniente Coronel Seineldín, que afirmaba que invocando
a la Virgen del Rosario, el día del desembarco el mar iba a estar
calmo, como así fue.
Esta operación fue el resultado de una planificación y
ejecución excelente, apoyando la idea preconcebida de la Junta
Militar de obligar a los ingleses a negociar la soberanía sobre las
Islas Malvinas, Georgias, y Sándwich del Sur. De esta manera se
materializaba esa figura intangible que los militares llaman
“enemigo”: ¡era Inglaterra! El excelente informe suministrado a la
Fuerza de Desembarco por el Capitán Gaffoglio, produjo algunas
ligeras modificaciones en el esquema de maniobra en tierra. El
gráfico siguiente nos muestra la Operación Azul-Rosario en la zona
de Puerto Stanley.
La hora H prevista para la llegada de los infantes de marina a la
playa, era las 06:30. A la hora H - 6 horas, es decir media hora
después de la medianoche, los Grupos Comando de la Infantería de
Marina comenzaron a desembarcar en botes de goma para tomar la
Casa del Gobernador y el Cuartel de los Royal Marines en Moody
Brook.
El Jefe de Comunicaciones de la Fuerza de Desembarco,
Capitán de Corbeta Roberto “Tito” Roscoe, había ordenado que
durante la aproximación a la playa, toda comunicación radioeléctrica
tendría que realizarse en inglés, para evitar llenar las frecuencias con
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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

mensajes en nuestro idioma, que alertarían a los marines. En


realidad, hemos visto que estaban alertados desde mucho antes de la
zarpada de los buques de la Fuerza de Tarea.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Al llegar al final de la rampa del BDT se zambullían por unos instantes bajo
el agua para emerger pesadamente segundos después. En la fotografía el
VAO recuperador, puede verse en la parte superior la pluma.

A las 6 y 20 minutos los enormes tractores anfibios LVTP7 o


VAO (Vehículo Anfibio a Oruga), fueron lanzados al mar uno a uno
desde el San Antonio, con sus tripulaciones completas en medio de
la oscuridad. Una vez estabilizados, el sistema de propulsión a
chorro del vehículo rompía la inercia, y comenzaron a encolumnarse
para dirigirse al punto de reunión y poner rumbo a la playa, guiados
por las señales luminosas rojas instaladas horas antes por los buzos
tácticos. Durante la navegación los infantes de marina permanecían
en silencio, visiblemente tensionados y emocionados, porque sabían
que estaban viviendo un momento histórico, y que en pocos minutos
pisarían tierra malvinense, que desde el momento de su captura
volvía a pertenecer a la Nación Argentina.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El radar del buque madre verificaba el rumbo de los 21 tractores que


se dirigían a la peligrosa playa rocosa, lugar donde encenderían los
faros infrarrojos, cuya luz podían ver sólo los conductores mediante
el empleo de sus visores. Los apuntadores de las ametralladoras
pesadas instaladas en las torretas de los vehículos, observaban la
lejana playa utilizando el visor nocturno adosado a ellas. Puerto
Stanley seguía iluminado a pleno.
A las 06:15 de ese día despegaba de Comodoro Rivadavia el
primero de los aviones Hércules que transportaba el grueso del
Regimiento de Infantería 25. Su Jefe, el Teniente Coronel Mohamed
Alí Seineldín, en esos momentos navegaba con 24 soldados de esa
Unidad en el VAO 10 hacia la playa, al son de la marcha “Cala
Cuerda” emitida desde un radiograbador que llevaba. (49)

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

(49) El grupo que lideraba el Teniente Coronel Seineldín, había sido


incorporado en enero de 1982, y no tenía el mismo nivel de instrucción y
adiestramiento que sus pares infantes de marina, que llevaban un año de
ejercicios. Ese grupo del Ejército era el que tenía que capturar al
Gobernador Hunt en su casa, por medio de un movimiento helitransportado.
Era a todas luces una misión difícil y de alguna manera peligrosa, a realizar
por una tropa novata. Por el temporal que se desató durante la travesía, el
helicóptero que iban a utilizar sufrió graves averías. La novedad hizo que se
cambiara la misión del Grupo del RI 25, que tendría que tomar el aeropuerto.
Los Comandos Anfibios liderados por el Capitán Giachino, fueron designados
para cumplir esa misión. Nota del autor: durante la entrevista que mantuve en
Buenos Aires con el Capitán de Navío Miguel C. A. Pita, Jefe de Estado
Mayor de la Fuerza de Desembarco, le pregunté por qué había sido escogido
ese grupo del Ejército para una misión tan delicada, teniendo un
adiestramiento insuficiente (entre otros aspectos, nunca habían volado en
helicópteros). Su respuesta fue: ―buena pregunta, en realidad yo tenía
algunos puntos de disidencia con Büsser‖.

El aterrizaje de los aviones en Stanley, dependía del éxito de la


operación anfibia en proceso. Faltaba un minuto para la hora H,
cuando el VAO Nº 5 tocó fondo, y el conductor inmediatamente pasó
de la tracción hidráulica a la terrestre. El fuerte sonido de las
poderosas orugas conmovió a la dotación de infantes, mientras se
dirigían a las salidas de playa marcadas por los buzos tácticos, que
sólo eran una sombra negra tendidos en la arena sosteniendo la señal
lumínica. El tractor comando en el que iba el Almirante Büsser,
sufrió una inoportuna avería en la caja de cambios, que provocó que
solamente pudiera desplazarse en reversa. El Capitán Roscoe que
iba a bordo de ese vehículo, pensó: “Qué vergüenza, nuestra
primera operación anfibia y llegar marcha atrás‖.
Los infantes de marina habían desembarcado en la península
donde se encontraba la única pista asfaltada de las Islas Malvinas,
que era uno de los objetivos previstos. La Sección del Teniente

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Coronel Seineldín obtuvo el control del aeródromo a las 7 de la


mañana sin encontrar resistencia alguna. La pista estaba colmada de
máquinas viales y vehículos de todo tipo, como una manera de
impedir los aterrizajes. Los obstáculos fueron retirados con la ayuda
de tres tractores anfibios, uno de los cuales era el vehículo
recuperador o de auxilio, que disponía de una grúa. A las 08:45 pudo
aterrizar en la pista el primero de los aviones Hércules, que
Transportaba al RI 25. Puede observarse en el gráfico siguiente su
ubicación, a la izquierda del Cabo San Felipe, (marcado con rojo).

Mientras tanto los vehículos anfibios repletos de infantes de


marina se dirigían hacia la población sin encontrar resistencia, pero
al llegar a un lugar conocido como casas blancas, ubicado al Este de
la zona urbana, comenzaron a recibir un intenso fuego de
ametralladoras, cuyos proyectiles impactaron 67 veces en uno de los
vehículos. Las esquirlas hirieron levemente al Conscripto Horacio
Tello, apuntador de la ametralladora pesada.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Ante el fuego enemigo los marinos desembarcaron inmediatamente


de los vehículos, desplegaron en abanico sin disparar, y alistaron un
cañón antitanque para tirar sobre la parte superior del nido de
ametralladora reconocido, intentando no producir bajas. Cuando se
efectuó el disparo, que impactó cerca del techo, las tropas enemigas
se replegaron y dejaron abandonados armamento, equipo y parte del
uniforme. Se cree que pertenecían a la Fuerza de Defensa de las
Falkland.
Cuando llegaron los Grupos Comando al Cuartel de los Royal
Marines en Moody Brook, barrieron con el fuego de sus armas la
instalación, que produjo la huída de los únicos dos soldados ingleses
que había. El resto estaba protegiendo al Gobernador desde hacía
algunos minutos. Un grupo de Comandos al mando del Capitán
Pedro Giachino, tenía la misión de tomar la Casa del Gobernador,
que también era la sede del Gobierno. Giachino se adelantó
rápidamente seguido del Teniente García Quiroga, al que le dijo:
-Háblele- García Quiroga hizo bocina con las manos y expresó en
inglés:

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

-Míster Hunt, somos marines argentinos, la Isla está tomada, los


vehículos anfibios han desembarcado y vienen hacia aquí, hemos
cortado su teléfono y le rogamos que salga de la casa solo,
desarmado, y con las manos sobre la cabeza, a fin de prevenir
mayores desgracias. Le aseguro que su rango y dignidad así como
la de toda su familia serán respetados- pasado unos instantes, no
hubo respuesta, por lo que el mensaje fue repetido. Otro silencio.

Dentro de la Casa del Gobernador intercambiaban opinión


nerviosamente, para decidir qué hacer. Esa demora iba a generar las
bajas argentinas. Giachino le ordenó a García Quiroga arrojar una
granada, que segundos después estalló en el patio. Fue entonces que
se oyó una voz que decía:
-Mr. Hunt is going to get out…- pero como nada pasaba, a los dos
minutos Giachino insistió:
-¡Apúrelos carajo!- esta vez dispararon algunas ráfagas de pistola
ametralladora. Nuevo silencio… y después de unos instantes, se oyó
otra voz que decía:
- Dont´go Mr. Hunt- simultáneamente comenzaron a recibir fuego
desde el pueblo con munición trazante. Alarmado por esa nueva
resistencia, García Quiroga le dijo a Giachino:
-Jefe, si no entramos nos cocinan- La respuesta fue muy enérgica
-¡Si! hay que entrar- y acto seguido saltó una cerca y corrió hacia
adentro seguido por García Quiroga y varios comandos anfibios.
Luego de romper un vidrio empleando el peso de una granada,
llegaron a una especie de habitación que tenía una escalera que
comunicaba con los altos. Giachino observó el lugar y dijo en voz
alta:
-Por aquí no, hay que dar la vuelta- y comenzó a desplazarse con la
granada en la mano seguido por García Quiroga. En ese mismo
instante recibieron una ráfaga de ametralladora que hirió gravemente

170
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

a Giachino que cayó invocando a su esposa: “¡me dieron Cristina!


¡me dieron!”. García Quiroga sintió un fuerte golpe en el brazo y en
el estómago, producto de dos impactos. Un tercer impacto se
incrustó en una navaja Victorinox que colgaba de su cintura.
También evocó a su esposa. Ambos pidieron a gritos el auxilio de un
enfermero. El Cabo enfermero Urbina corrió para socorrer a los
heridos y cuando se aproximaba recibió otra ráfaga de
ametralladora. Luego todo fue silencio quebrado solamente por los
quejidos de los heridos.

Poco después de la hora H+2, el gobernador solicitó por medio


de la radio parlamentar en su casa. El mensaje fue captado en uno de
los buques que estaba en escucha y retransmitido a Büsser, que
ordenó el alto el fuego. Mientras se acercaban a la casa, comenzaron
a ver infantes de marina ingleses fuertemente armados que
apuntaban al estómago. Para sorpresa de los británicos, el Almirante
Büsser comenzó a saludar a todos los soldados ingleses que
encontraba en su camino, uno por uno, que lo miraban atónitos sin
poder creerlo. ¿Eran éstos los indios sudamericanos?
La entrevista con Hunt fue tensa y breve, hasta que éste miró al
Mayor Noot como pidiendo su acuerdo, que asintió con la cabeza.
Minutos después se lograba la rendición de la pequeña guarnición
británica.

Mientras tanto los heridos seguían sin recibir auxilio. Cuando


llegaron los enfermeros les inyectaron morfina, pero la hemorragia
que sufría Giachino era muy grande y produciría su fallecimiento
minutos más tarde. El vehículo solicitado con urgencia para trasladar
los heridos al hospital, no podía acercarse porque una cerca de
madera se lo impedía. El Jefe de los Royal Marines Mayor Noot,
rompió la cerca a patadas para franquear el paso. Un médico

171
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

argentino trabajó junto con los británicos en el hospital, y atendieron


solícitamente a García Quiroga y Urbina; ellos salvarían sus vidas.

Todavía los soldados ingleses no habían entregado su


armamento, cuando se produjo un momento de grave tensión. Un
Comando Anfibio argentino se aproximaba lentamente esgrimiendo
su pistola ametralladora en actitud agresiva, en dirección de un
inglés que también estaba armado y muy alerta. Büsser le dijo que se
detuviese, pero parecía no haberlo escuchado. Siguió avanzando y al
pasar al lado del Almirante, le dijo con gesto severo y con la mirada
fija en el soldado inglés:
-Salga del medio Señor, estos hijos de puta levantaron bandera
blanca y luego le han tirado a Giachino, hay que matarlos a todos-
Como no reaccionaba, Büsser tuvo que emplear palabras fuertes
para que reaccionara. Finalmente se detuvo y le dijo:
-Discúlpeme Señor, estaba tan caliente que no me di cuenta- con eso
se dio por terminado el incidente.

El Capitán de Corbeta (Comando Anfibio, es decir buzo y paracaidista) Pedro


Giachino, la primera víctima de la Guerra de las Malvinas,

172
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Poco después llegaba en helicóptero el General García para


relevar al Almirante Büsser, y hacerse cargo de la situación. Si
durante la Operación Azul-Rosario no hubo bajas inglesas, que era
una de las premisas establecidas, fue solamente por azar.

Ese mismo día la flota chilena se hacía a la mar, y


simultáneamente los kelpers comenzaban a enviar información a
Londres por medio de sus equipos de radioaficionados.
Durante el planeamiento de una operación, mucho antes de
llegar al enfrentamiento, el área inteligencia de ambos bandos trata
por todos los medios de definir de qué es capaz el oponente en base
a sus medios operativos, es decir sus elementos aéreos, navales y
terrestres disponibles. Se definen de esta manera lo que se denomina
Capacidades del Enemigo, como por ejemplo desembarcar con tales
efectivos, bombardear con naves y aviones a partir de determinado
momento, realizar operaciones Comando sobre tal lugar, etcétera.
En este sentido las capacidades de las Fuerzas Armadas de todos los
países están in vitro, excepto en temas muy puntuales que mantienen
bajo cierto grado de reserva. Durante la etapa de planeamiento en
un Estado Mayor, para cada Capacidad del Enemigo expuesta por el
Jefe de Inteligencia, el Jefe de Operaciones tiene que diseñar una
acción operativa que podríamos llamar “anticuerpos”, de manera
que pueda oponerse a esa Capacidad. De este modo las Capacidades
del Enemigo, son neutralizadas por los Modos de Acción operativos
que tienen que prepararse para ese fin. El resultado del combate
siempre concede la razón al más capacitado, al mejor conducido, al
más equipado y disciplinado, no al más valiente.
Otra forma de trabajar para desarrollar planes de guerra, es
hacerlo en base al planteo de las probables “intenciones” del
enemigo, no sus Capacidades, que si fallan, y normalmente fallan,

173
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

conducen inevitablemente al desastre. Uno de los graves errores de


Comité Militar fue la de considerar para sus decisiones las posibles
―intenciones‖ de los ingleses, y la principal intención asignada a los
británicos, era la expresada por los generales del Pentágono, que
decía que después del desembarco en las Islas Malvinas iban a
sentarse a la mesa de negociaciones. Es por ese motivo que después
del Día D no se había previsto un Plan B; y si la defensa que se
estableció en las Islas por la aproximación de la Fuerza de Tareas
inglesa era un Plan B, estuvo plagado de improvisaciones y graves
errores tácticos, operativos, y sobre todo logísticos. (50)
(50) El estratega inglés ya fallecido, Capitán Liddell Hart, decía que todo
plan, para que sea exitoso debe tener ramas, es decir los planes ―B‖.

Cuando Inglaterra rompió sus relaciones diplomáticas con la


Argentina, ganarle una guerra suponía partir de un supuesto
imposible, porque en caso de obtenerse un triunfo militar en
Malvinas, hubiese sido sólo el primer round de toda una larga pelea,
que podría llegar a trasladarse al continente con la ayuda del
gobierno de Chile, que detrás de la frontera estaría restregándose las
manos pensando em nuestra Patagonia.
Si bien el desembarco en nuestras Islas fue impecable,
inmediatamente comenzaron algunas desinteligencias entre los
mandos de las tres Fuerzas Armadas. (51)
(51) El desembarco del 2 de abril en Malvinas fue realizado impecablemente,
y tenía la premisa de no producir bajas británicas. Como sabemos, esta
exigencia trataba de evitar represalias y moderar la respuesta político militar
y diplomática de Inglaterra, y es muy difícil que pueda ser cumplida por una
fuerza ofensiva como la Infantería de Marina, que en reiteradas
oportunidades abrió fuego. La ausencia de bajas británicas, en realidad fue
obra de la casualidad. Sin embargo ese desembarco tan bien realizado
ocultaba varias falencias de la Marina. Nada tenía que hacer el Rompehielos
Irízar en el desembarco, que fue empleado como transporte de tropas y de

174
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

alguna manera como portahelicópteros. Se necesitaba un Buque Transporte


de Ataque para llevar la tropa, que no fue utilizado. Los vehículos anfibios
deberían haber salido navegando desde un Buque Dique de Desembarco
(BDD), y no lanzados al agua uno por uno desde un Buque de Desembarco de
Tanques, modelo 2da. Guerra Mundial, aunque más moderno y hecho en
nuestro país. Este buque es utilizado normalmente para varar en las playas y
bajar vehículos por la rampa. Los Comandos que tenían que marcar la playa
de desembarco señalaron una playa equivocada, y el buque madre tuvo que
guiarlos por radar al darse cuenta del error el jefe de la ola de desembarco.
El Submarino Santa Fe no estaba en las mejores condiciones durante la
operación. Felizmente todo salió bien por la capacidad de improvisación e
iniciativa de los mandos y una buena dosis de suerte.

En la doctrina anfibia, una vez que los infantes de marina conquistan


el objetivo, son posteriormente relevados por Unidades del Ejército
para continuar la campaña. La Sección que desembarcó el 2 de abril
al mando del Teniente Coronel Seineldín, Jefe del Regimiento 25,
fue en la práctica el pelotón adelantado de su propia Unidad, cuyos
efectivos comenzaron a arribar esa misma mañana en aviones de la
Fuerza Aérea.

¡Opsss!
Una vez capturado Puerto Stanley, comenzó a solicitar pista un
avión naval Fokker F-28 proveniente de Rio Grande, en el que
viajaba el Contralmirante García Boll, Comandante de la Aviación
Naval, que llegaba a la Isla para coordinar el repliegue de la Fuerza
de Desembarco por vía aérea y evacuar las bajas. Pero el
responsable del flamante Aeropuerto Malvinas, Comodoro Héctor
Luis Destri, no le dio autorización. Destri tenía instrucciones de
permitir aterrizar prioritariamente a los aviones de la Fuerza Aérea,
que despegaban desde Comodoro Rivadavia con destino a Puerto
Stanley. Cada Fuerza deseaba que uno de sus aviones sea el primero
en aterrizar en la Isla bajo pabellón argentino, que sería de alguna
175
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

manera un hecho histórico, y éstos fueron los Hércules de la Fuerza


Aérea. La inesperada presencia en la zona de ese avión naval,
contradecía las instrucciones recibidas por el Jefe del Aeropuerto. El
piloto del Fokker informó que no le alcanzaba el combustible para
regresar y que se veía obligado a aterrizar, por lo que insistió en el
pedido de autorización. No solamente volvió a negársele el permiso,
sino que para impedirlo comenzaron a colocar obstáculos sobre la
pista. Esta actitud motivó un fuerte choque entre el Jefe del
Aeropuerto y Büsser, que ante la reiterada negativa de aquél,
exasperado y fuera de sí, mandó llamar al Teniente de Navío Oscar
Oulton Jefe de la Reserva de la Fuerza de Desembarco, para
ordenarle: ―¡tome el aeropuerto! saquen a los miembros de la
Fuerza Aérea a patadas, y no me dejan a nadie‖. Cuando la
Compañía de infantes de marina comenzó a desplegar, el Comodoro
Destri se dio cuenta de dos cosas: la primera que hablaban en serio;
y la segunda, que era mejor otorgar el permiso solicitado para el
aterrizaje del F-28 a pesar de tener órdenes en contrario. De esta
manera tan disparatada pudo aterrizar el avión de la Marina. (52)
(52) La mutua antipatía entre la Aviación Naval y la Fuerza Aérea es un
hecho histórico. A un Jefe de la Base Aeronaval Punta Indio, se le ocurrió
instalar en la entrada del Casino de Oficiales una gigantografía de Jorge
Newvery luciendo uniforme de marino, dado que lo fue como ingeniero
durante una etapa de su vida. Existen numerosos ejemplos de hechos o
actitudes similares, que formaron una mala predisposición entre los jefes de
ambas fuerzas y que no contribuyeron para nada al momento de un
enfrentamiento bélico como el que estamos tratando. Por ejemplo, el entonces
Vicecomodoro Carlos Alberto Rey, cuando era Jefe de la Base Aérea Mar del
Plata en la década de los 50, no dejaba aterrizar aviones de la Armada, que
tuvieron que hacerlo en la misma Base Naval, que aún hoy luce la torre de
control. Años más tarde el Brigadier Rey iba a formar parte de la ―Comisión
Rattenbach‖, en la que mantuvo esa mala predisposición.

176
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Simon Jenkis, coautor junto con Max Hastings del libro: “La
Guerra de las Malvinas”, hacía el siguiente comentario durante una
entrevista hecha por Hugo Ezequiel Lezama para el diario “La
Nación”:
―Lo que más sorprendió y no lo pudimos comprender, fue la
guerra interna de los servicios de inteligencia argentinos y una
cierta hostilidad entre las Fuerzas Armadas de su país. Creemos
que hubo fallas psicológicas entre ustedes.‖
Nos hemos referido a esta fractura al principio de esta historia,
que en ningún momento trató de superarse a través de los años, ni
fue tenida en cuenta por los altos mandos militares o funcionarios
civiles, que hubiera sido una iniciativa sublime. No obstante existir
esta crónica falla, durante las operaciones terrestres en Malvinas
hubo una espontánea colaboración entre las diferentes Fuerzas, en
especial en las bajas jerarquías, lo que significa que lo que faltaba
era trabajar en conjunto, en aras de un objetivo común.

El apoyo de los EE UU
Para la mayoría de los argentinos los EE UU son un país
amigo, porque hubo y hay una importante emigración y existen
fuertes vínculos comerciales, sociales, culturales, científicos, y
militares. La cosa se complica cuando se alcanzan los estratos más
altos del poder estadounidense, porque para ese país somos
“amigos”, no “aliados”. Ellos fueron siempre leales aliados de
Inglaterra, y el Presidente Ronald Reagan iba a demostrarlo en la
práctica, porque la colaboración de los EE UU con Inglaterra
durante el conflicto de las Malvinas fue descomunal. Sin ese auxilio
los ingleses no hubieran tenido mucho que hacer, y entonces habría
sido posible llevarlos a la mesa de negociaciones. Pero ellos no
177
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

tenían entre sus planes hacerlo, porque estaban decididos a ganar la


guerra a cualquier costo, con la ayuda de los EE UU y Chile.

El primer auxilio que recibieron los ingleses de los


estadounidenses, fue la actuación del Secretario de Estado (o
Canciller) General Haig, que nos entretuvo lo suficiente mientras su
madre patria iba recibiendo materiales, equipos, misiles, aeronaves
de combate, información de inteligencia, técnicas de guerra
electrónica de última generación, aviones espía, gigantescas
cantidades de combustible y las facilidades aeroportuarias y
logísticas de la Isla Ascensión. (53)
(53) Por razones inconfesables, los detractores argentinos de la guerra
minimizan la ayuda norteamericana en los medios y películas de propaganda,
en las que afirman que sólo proveyeron ―información satelital‖. Analistas del
Servicio de Inteligencia Naval de la Marina Argentina, observaron en una
revista de la Infantería de Marina de los EE UU, a uno de sus aviones
Harrier, que tenía pintada al costado de la cabina del piloto la silueta (kill
mark) de un Mirage. ¿Cuándo se habían enfrentado estas dos aeronaves hasta
ese momento? sólo en las Islas Malvinas. Ahora ha trascendido en parte la
importante ayuda recibida por Inglaterra, que consistió en:

-Total apoyo político a Inglaterra y embargo económico a la Argentina.


-Uso del aeropuerto militar norteamericano de la Isla Ascensión.
- Varios centenares de los letales misiles aire aire AIM-9L Sidewinder.
- Dispositivos para adaptar estos misiles a los Harrier.
- Una decena de sistemas Stinger antiaéreos.
- Armas Antimisiles ―Vulcan Phalanx‖.
- Misiles antibuques ―Harpoon‖.
- Misiles anti radiación aire tierra ―Shrike‖.
- Una veintena de contenedores especiales, para aeroabastecimiento.

178
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

-4700 toneladas de pistas de aterrizaje de campaña.


- Repuestos para helicópteros.
-Válvulas para torpedos antisubmarinos.
- 12 millones de galones de combustible.
-Sistemas de comunicación satelital criptográfica.
-Equipos de detección submarina.
-Cartuchos iluminantes.
-Munición iluminante para morteros.
-Lentes de visión nocturna.
-Calentadores de rancho para infantería.
-Decenas de miles de raciones de combate.
-Información satelital de las posiciones argentinas.
-Informe de la capacidad operativa de la Armada Argentina extraída de
los Operativos ―Unitas‖.
-Información proveniente de reconocimientos aéreos mediante el
empleo de aviones U-2 y SR71.

La ayuda norteamericana que se conoce -habría que ver cuál fue la


que no se conoce- fue minimizada sistemáticamente por los
funcionarios del gobierno inglés y sus historiadores, de la que se
hicieron eco en la Argentina los interesados en atacar permanente y
sistemáticamente la imagen de nuestras Fuerzas Armadas por
resentimiento, ideología, o políticas de organizaciones no
gubernamentales afines.
En ese período, miembros de la Agregaduría Militar chilena en
Madrid viajaban regularmente a Londres. Esta información llegó por

179
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

medio del Agregado Militar de Bolivia a su colega argentino en esa


ciudad, que no le dio importancia; pero sí lo tomó muy en serio el
Agregado Naval. A mediados de marzo de 1982, el Cónsul boliviano
en Cádiz invitó al Agregado militar de su país a visitar la costa de
Algeciras. El diplomático detuvo su auto en un punto dominante y
pasándole un prismático le dijo: “observa”. El militar boliviano
quedó estupefacto al ver el importante movimiento de naves de
guerra y aviones de transporte Hércules que aterrizaban y
despegaban desde la base británica de Gibraltar, donde dejaban
numerosos contingentes de tropa.
Como vimos anteriormente, la colaboración anglo chilena
llevaba casi dos siglos; y el espionaje trasandino y el apoyo a las
operaciones británicas en el área de Tierra del Fuego y la Patagonia,
iban a ser verdaderamente escandalosos.
A todo esto, en 1981 el Presidente François Mitterrand, se veía
en figurillas para contener y satisfacer a la Sra. Thatcher, que
convencida de su leal apoyo, exigía que interfiriera la misión
argentina que estaba adquiriendo y adiestrándose en los modernos
aviones Super Etendart, y encaraban la compra de misiles Exocet
AM-39 (aire mar 39), mientras la inteligencia británica actuaba en
las narices del gobierno galo.
El Ejército Argentino iba a dirigirse nuevamente a las
fronteras, como lo hizo en 1978 durante la disputa en el Canal
Beagle, que fue una amenaza militar que los chilenos no olvidarían
jamás.

180
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

François Mitterrand cursó estudios de


Derecho, Literatura y Ciencias Políticas
en la Universidad de París. De
extracción socialista, ocupó varios
ministerios y en 1965 compitió con
Charles De Gaulle por la presidencia de
la nación, en la que fue derrotado. Se
presentó nuevamente en 1974, pero esta
vez fue derrotado por escaso margen por
Valéry Giscard d'Estaing, En 1981 logró
ser elegido como primer presidente
socialista de la V República,
oportunidad en que estableció una
sólida relación política con Margaret Thatcher, aunque no pudo contener los
intereses empresarios de las firmas proveedoras de armas a la Argentina.
Fue reelegido en 1988, y en 1995 le sucedió Jacques Chirac, en elecciones en
que no se presentó. Falleció el 8 de enero de 1996 en París.

181
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Margaret Hilda Roberts nació el 13 de


octubre de 1925 en Grantham,
Inglaterra. Estudió química en Oxford.
En 1951 contrajo enlace con Denis
Thatcher, ejecutivo de la industria
petrolera, que la introdujo en política en
la línea conservadora. Su desempeño la
llevó a ser miembro de la Cámara de los
Comunes y posteriormente fue Secretaria
de Estado y Ministra de Educación y
Ciencia, y alcanzó a tomar la conducción
del Partido Conservador inglés. En el
año 1979 la Sra. Thatcher se convirtió en
la primera mujer que alcanzaba el cargo
de Primera Ministra, pero sus medidas
de austeridad provocaron airadas protestas y desempleo. De línea dura,
adoptó medidas impopulares para reducir la inflación. Retirada de la
actividad, padeció de locura senil. Falleció en abril de 2013

182
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo X
¿VENDRÁN LOS INGLESES?
Una retirada a tiempo es una victoria
Napoleón

Bruselas, sede de la NATO


El Capitán de Fragata infante de marina Eugenio “Tito”
Noziglia, Secretario del CISM (Conseil Internationale du Sport
Militaire) con sede en Bruselas, después del desembarco comenzó
a recibir de sus colegas de la NATO las más cálidas felicitaciones
por la impecable acción en las Islas Falkland. Cuando fueron
pasando los días y se dieron cuenta de que las fuerzas argentinas no
se retiraban del objetivo para dejar el caso en manos de las Naciones
Unidas, los rostros joviales fueron endureciéndose, hasta llegar a
decirle: ―¡ustedes están locos! ¿qué?, ¿van a la guerra?‖
Según se dice con sorna de los planes militares, sólo sirven
para el primer disparo, después: la incertidumbre. El General
Galtieri había recibido en varias oportunidades las inquietudes de
varios subordinados jerarquizados, que tenían serias dudas en cuanto
a la conveniencia de actuar militarmente para recuperar las Islas,
entre los que se encontraba el General Menéndez. También hubo un
llamado de advertencia del Presidente Reagan y el reiterado aviso
de que emplearían la fuerza, hecha por diplomáticos y medios de
prensa ingleses, que se hacían eco de las declaraciones de los
envalentonados miembros del Parlamento inglés. Estos aspectos
¿no fueron argumentos harto suficientes para repensar la decisión de
desembarcar en las Islas?

183
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

A todo esto en Buenos Aires comenzaron los contactos diplomáticos


con funcionarios de países amigos o no tanto, que actuaban como
intermediarios, porque en el más alto nivel de gobierno seguían
convencidos de que el gobierno inglés iba a negociar, en vez de
enviar una Fuerza de Tareas.

Opiniones
Horas después de la recuperación de las Malvinas por las
fuerzas argentinas, el 3 de abril por la noche se hallaban cenando en
el Casino de Oficiales del Batallón de Infantería de Marina Nº 5 en
Río Grande, Tierra del Fuego, varios infantes de marina entre los
que se encontraba el jefe de las fuerzas desembarcadas
Contralmirante Büsser; su Jefe de Estado Mayor, Capitán de Navío
Pita; el comandante del Batallón 5, Capitán de Fragata Carlos
―Perro‖ Robacio; y su Segundo en el mando Capitán de Fragata
Daniel Ponce. Como era natural, la conversación estaba centrada en
los acontecimientos ocurridos el día anterior y sus características.
Comentaron que cuando estaban en alta mar, El Teniente Coronel
Seineldín optó por subordinarse al Capitán de Corbeta Hugo
Santillán, que recuerda que le dijo algo más o menos así:
“No se haga ningún problema. A partir de este momento
nosotros también somos infantes de marina. Este plan es algo muy
bien hecho; entre todos vamos a hacer que salga mejor todavía, así
que Ud. mande sin dudarlo: somos un solo equipo.‖
Santillán era un Jefe de Infantería de Marina más moderno que
Seineldín, Jefe del Ejército que no tenía experiencia anfibia, y que
en el marco de la disciplina y subordinación militar adoptó una
actitud poco común.

184
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Durante la cena no faltaron comentarios sobre las numerosas


demostraciones populares que había producido la recuperación de
las Islas, y se mencionó en especial las dramáticas circunstancia que
produjeron la muerte del Capitán Pedro Giachino. Los del BIM 5
dejaron entrever su disgusto por no haber participado de la
operación, dado que por tener su asiento en esa zona, se suponía que
eran en realidad los que estaban más adaptados para operar en esas
latitudes. (54)
(54) Nota del autor: Hacía varias décadas que la Infantería de Marina
enviaba sus Unidades al Sur por partes. Para ello aprovechaba los viajes de
la Flota de Mar o los vuelos de la Aviación Naval, de modo que los Oficiales,
Suboficiales, Cabos y Conscriptos tuviesen oportunidad de conocer la zona, la
rigurosidad del clima, y de qué manera podría afectar el desarrollo de las
operaciones. En julio de 1966 por ejemplo, cuando era Jefe de Compañía en
el Batallón de Infantería de Marina Nº 2, recibí la orden de embarcar en el
Portaviones ARA Independencia con 2 Secciones de tiradores de distintos
Batallones y sus Oficiales, unos 80 hombres. Según las instrucciones tenía
que desembarcar en Ushuaia para instalarnos durante una semana en un
vivac ubicado al pie del Monte Olivia, con el fin de realizar determinadas
ejercitaciones en la zona boscosa austral, y experimentar en esas latitudes el
uso del uniforme de zona Norte. Después de una interesante navegación
desembarcamos en medio de un temporal, y al llegar al pie del Olivia
ocupamos el vivac con una temperatura ambiental de -20º C, rodeados de una
capa de nieve de unos 60 cm y ráfagas muy fuertes de viento blanco. Debido a
las pésimas condiciones meteorológicas reinantes, en los primeros días
recibimos en tres ocasiones la sugerencia de replegarnos del Comandante del
Portaviones, Capitán de Navío Horacio Repetto Peláez, pero daba la
casualidad que el equipo de comunicaciones GRC9 que llevábamos, justo se
descomponía en ese momento... Finalmente la sugerencia se transformó en
una orden, por lo que tuvimos que partir. Después de la helada experiencia
elevé un pormenorizado informe, donde relataba entre otros aspectos lo
inadecuado del uniforme de zona Norte para ser utilizado en el Sur, aun con
todos los abrigos adicionales que habíamos llevado. El oficio decía que
―sufrimos mucho el frio‖, (debo confesar que era ésa una frase muy

185
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

elegante, porque no podía poner lo que hubiera querido: ¡que nos cagamos
de frío!)

Después de escuchar el espontáneo y ciertamente airado comentario


de los Oficiales del Batallón, explicaba Büsser que el desembarco en
las Islas era una manera de inducir a los ingleses a negociar, efecto
que debería estar produciéndose en un par de semanas, según
afirmaba el General Galtieri. Se produjo un prolongado silencio
después de esa afirmación, que fue cortado inesperadamente por
Büsser, que con gesto grave se dirigió a Robacio, mirándolo a los
ojos:
-Dígame, si se diera la oportunidad de defender las Islas, ¿estaría
dispuesto a cruzar?- con el ceño fruncido, la respuesta de Robacio
fue inmediata y enfática:
-Por supuesto Señor Comandante-
-Bueno…- el Almirante se acarició el mentón y quedó pensativo por
unos instantes, hasta que le dijo:
- Mantenga alistada la Unidad, que yo gestionaré autorización del
gobierno para que sea relevada de su misión en Tierra del Fuego y
pueda cruzar- los Oficiales del Batallón intercambiaron miradas de
satisfacción.

La propuesta del Contralmirante Büsser generó


inmediatamente varios comentarios, entre ellos si el Reino Unido
enviaría una expedición punitiva. En oposición a la opinión de
Büsser, el Capitán Robacio dijo que los ingleses iban a combatir de
todas maneras por una cuestión de prestigio, y apoyando ese
comentario el Capitán Pita acotó con su típica sonrisa:
-Si llegara a ser así, entonces mejor que agudicemos la viveza
criolla, ¡o nos van a romper el culo en siete partes!

186
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Ese mismo día se reunía el Almirantazgo en el Edificio


Libertad, y entre los aspectos que discutían estaba la actitud que
adoptaría el gobierno inglés por el desembarco. (55)
(55) El Edificio Libertad está ubicado en la zona de Retiro, cerca del puerto
de Buenos Aires. Es la sede donde ejerce sus funciones el Jefe de la Armada y
la estructura administrativa y técnica de la Marina de Guerra. Como dato
pintoresco, por su tamaño y color blanco era conocido como ―elefante
blanco‖, pero por una disposición interna se prohibió terminantemente
emplear ese apelativo. El ingenio de los marinos hizo que pronto se lo
comenzara a denominar ―Libertad Leblanc‖, el nombre de una conocida y
voluptuosa actriz del momento.

En esos tiempos prestaba servicios en la Jefatura de


Operaciones del Comando en Jefe, el Capitán de Fragata Edgardo
Ciocchi, destacado profesional que vivió varios años en Inglaterra
durante la construcción de la Fragata tipo 42 ARA Santísima
Trinidad, que se encontraba en gradas junto a su gemela la HMS
Sheffield, cuya construcción estaba más avanzada. Culminada la
reunión de Almirantes sin haberse llegado a ninguna conclusión en
cuanto a la actitud de Inglaterra, a uno de ellos se le ocurrió
convocar al Capitán Ciocchi, que cuando se hizo presente, le
preguntó a quemarropa:
-¡Ciocchi! Ud. que estuvo en Inglaterra y conoce muy bien a los
ingleses ¿vendrán, o no vendrán?- hubo algunas leves sonrisas entre
los altos jefes, pero el silencio era total. Con sus ojos azules
clavados en su interlocutor, respondió muy serio y sin dudar:
- Sí Señor Almirante, van a venir y nos van a romper el culo-

A partir de la posibilidad de que el Batallón 5 pudiera ser


trasladado a las Islas para su eventual defensa, no quedaba nada por
hacer, porque por Procedimientos Operativos Normales (llamados
PON), y varias veces puestos a prueba, la Unidad podía estar lista

187
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

en sólo 4 horas con todos sus abastecimientos. Durante los ejercicios


de alistamiento se consideraba la posibilidad de ser transportados
por medios aéreos, navales, o terrestres, para lo cual existía un PON
que incluía el Plan de Embarco de los medios humanos y materiales,
y se detallaba el orden de prioridad para el traslado de cada
componente de la Unidad con los elementos a transportar. El BIM 5
estaba listo.

Evasión de información
El 6 de abril Büsser regresaba a Buenos Aires, y en el avión se
enteró por los diarios que antes del desembarco se había puesto en
conocimiento de la Operación Azul-Rosario, a los ex Presidentes de
la Nación. La teoría que dice que una operación anfibia no puede
lograr la sorpresa estratégica pero sí la táctica, no se dio en el caso
Malvinas. La medida tomada por el Jefe de Comunicaciones de la
Fuerza de Desembarco Capitán Roscoe, de que todas las
comunicaciones previas a la hora H tenían que hacerse en inglés era
atinada, pero ingenua e inútil en la práctica. Cuando desembarcaron,
la pista aérea estaba plagada de obstáculos para impedir aterrizajes;
todos los argentinos estaban encerrados en una de las casas; la
residencia del gobernador Hunt estaba protegida por los Royal
Marines; las fuerzas de defensa estaban desplegadas; se habían
instalado campos minados y trampas cazabobos; el propio
gobernador avisó a los isleños por radio del inminente desembarco;
la BBC de Londres lo había anunciado la noche anterior; y el
Presidente Reagan había llamado al General Galtieri para disuadirlo
horas antes de la operación. Se había vulnerado completamente la
disciplina del secreto.

188
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Según relata en su libro “Malvinas, un sentimiento”, el


Teniente Coronel Seineldín desarrolló el Plan Esquemático del
desembarco en las Malvinas con sus Oficiales en el asiento del
Cuartel de su Unidad en Colonia Sarmiento, mucho antes de
embarcar hacia las Islas. Numerosos Generales, Almirantes y
Brigadieres habían sido informados con anticipación. El Capitán de
Navío José Ferrer reunió a su familia la noche del 1º de abril, para
avisarles de la operación. ¿Qué más se necesitaba para saber que las
medidas de contrainteligencia habían fracasado? ¿el motivo? la falta
de experiencia de guerra, y un elevado grado de falso protagonismo
de todos aquellos que no cumplían roles directamente relacionados
son la operación. Büsser estaba convencido de que el fallecimiento
del Capitán Giachino y los otros tres heridos, se debía a fallas de
contrainteligencia, y que si se hubiera respetado la disciplina del
secreto, la Casa de Gobierno no debería haber estado protegida por
los infantes de marina enemigos cuando desembarcaron. (56)
(56) Nota del autor: al tocarse el tema del secreto de la operación, durante la
larga entrevista que mantuve con el Capitán Pita, comentó que a mediados de
1981 durante la permanencia de una de las Fragatas tipo 42 argentinas en
Portsmouth, Inglaterra, un Almirante inglés le dijo al comandante argentino,
Capitán Nelson Raúl Castro: ―¿y? ¿cuándo van a desembarcar en las
Falkland?‖ Otro caso ocurrió en Washington el 1° de abril de 1982, cuando
el Agregado Militar argentino General Mallea Gil se despedía del Jefe del
Departamento América Latina de la CIA, que le dijo sonriente: ―bueno, ¡no
vayan a invadir las Malvinas esta noche!‖. Más todavía: el Embajador de los
EE UU ante la ONU Anthony Parsons, presentó un paper a las tres y media
de la tarde de ese día, que decía: ―Tenemos serias razones para pensar que la
Argentina ha dispuesto la ocupación de las Islas Malvinas, de tal manera que
pedimos la reunión urgente del Consejo de Seguridad‖.

El día de la llegada a Buenos Aires. Büsser fue a la Casa de


Gobierno, donde Anaya le dijo que el Ejército iba a solicitar el
apoyo de la Infantería de Marina. Agregó ―déles todo lo que le
189
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

pidan‖. El General García recibió una lista de las Unidades de


Infantería de Marina, de las cuales escogió un Batallón de infantería,
otro Antiaéreo, y la Compañía de Ingenieros Anfibios. Durante la
reunión se hicieron varias exposiciones sobre la eventualidad de ser
atacados por una Fuerza de Tareas británica. Al finalizar, Büsser
solicitó autorización para exponer en privado sus puntos de vista
ante la Junta Militar. Una vez reunidos les dijo que si había guerra
podrían pasar dos cosas: si ganábamos ellos serían los protagonistas
del hecho más trascendente del Siglo XX para nuestro país; pero si
perdíamos, serían los autores del mayor desastre de ese Siglo. Con
gesto grave Galtieri le agradeció y le dio garantías de la seriedad con
que se realizarían todas las tareas. (57)
(57) Boletín del Centro Naval Nº 834, Reflexiones y experiencias sobre la
actuación de la Infantería de Marina en la defensa de las Islas Malvinas en
1982. Carlos A.C. Büsser, p. 302.

La trampa británica
En la última semana de marzo, el gobierno inglés adoptó una
serie de medidas que reflejaban su interés por provocar un
enfrentamiento militar en el Atlántico Sur. Uno de los indicios fue la
iniciativa de mantener Unidades de superficie en forma permanente
en las Islas en disputa, y la ratificación de la orden dada al
Endurance de desalojar a los argentinos desembarcados en las
Georgias. Además envió a la zona varias unidades de superficie y
submarinos nucleares. Existen fuertes indicios que señalan que la
respuesta militar británica al desembarco del 2 de abril, venía siendo
preparada desde el año anterior, porque:

190
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

1. A principios de 1982, fue dejada sin efecto la radiación de los


buques de asalto anfibio Fearless e Intrepid, y fueron alistados
para operar.
2. Los portaviones Invincible y Hermes estuvieron listos en
tiempo récord y zarparon hacia el Atlántico Sur el 4 de abril.
El Hermes estaba a punto de ser desguazado, sin embargo al
momento de la zarpada estaba operativo.
3. Tenían alistadas dos Brigadas de Infantería en vez de una,
como era lo indicado para cumplir los planes de la NATO.
4. Varias unidades de superficie presentaban modificaciones
estructurales, tales como pistas de aterrizaje para helicópteros,
antes inexistentes, o plataformas para despegue de los
Harriers.
5. Varios remolcadores fueron convertidos presurosamente en
dragaminas.
6. Hubo un mejoramiento de los servicios en algunas Unidades
de superficie, entre ellos la instalación de quirófanos
adicionales en los buques hospitales.
7. Se enviaron submarinos nucleares al Atlántico Sur antes del 2
de abril.
8. Se nombró antes del 2 de abril, al Comandante de la Fuerza de
Tareas que operaría en el Atlántico Sur.

Mientras tanto en los altos mandos argentinos, seguía sosteniéndose


que todo se arreglaría pacíficamente por medio de una negociación
posterior al desembarco. En realidad, el momento ideal para
presentar in vitro ante el mundo y los organismos internacionales la
cuestión de las Malvinas, y llegar a una negociación diplomática
positiva fue el 1° de abril, cuando Galtieri perdió la excelente
oportunidad de comprometer a Reagan para lograr ese objetivo a
cambio de suspender el desembarco.

191
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XI

EN UN MANTO DE NEBLINA

Fueron muchísimos los reclamos del gobierno argentino,


durante los 150 años de usurpación británica. Se menciona
frecuentemente a las Malvinas, olvidando las Islas Georgias y
Sándwich del Sur que también fueron usurpadas por los ingleses.

El archipiélago malvinense está conformado por un sinfín de


islas e islotes de unos 12.000 km2, entre las cuales se destacan por su
tamaño la Isla Gran Malvina ubicada al Oeste, y la Isla Soledad al
Este, donde está Port Stanley, su pequeña y principal población.
Están ubicadas sobre la Plataforma Continental Argentina, que se
desprende desde la Patagonia. Esta plataforma tiene una profundidad
máxima de 200 m, y es la reserva pesquera más importante del
planeta. Puerto Stanley (o Puerto Argentino, como se lo bautizaría
posteriormente), queda a unos 2.000 km de Buenos Aires; 670 km
de Río Gallegos; y a 6.000 de la Isla Ascensión, base militar que
tendría una importante gravitación durante el conflicto. Para
materializar imaginariamente lo que significa la extensión de este
territorio, podemos decir que tiene una superficie equivalente a la
mitad de la Provincia de Tucumán.

Las dos principales Islas presentan un terreno quebrado con


alturas suaves que descienden hacia el mar; en sus costas tienen
abundantes algas o kelps adheridas a las rocas costeras, que dieron
nombre a sus habitantes, los “kelpers”. Las Islas no tienen ríos, los
cursos de agua son pequeños arroyos que circulan por un terreno

192
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

impermeable hasta desembocar en el mar. Los únicos ríos son los


llamados “ríos de piedra”, conformados por largas extensiones de
piedras, como muestra la fotografía siguiente:

Uno de los famosos ―ríos de piedra‖, que presentaba severas dificultades


para el tránsito peatonal. Circulando a pie y de noche, se podría caminar
aproximadamente unos 500 a 1000 m por hora en las zonas de mayor
dificultad. Puede verse en esta foto la falta de vegetación. Fotografía de Keith
Padgett

El viento predominante proviene del Oeste y suelen producirse


temporales con ráfagas de 70 km por hora. Es común la presencia de
nieblas, (que son aquellas con menos de 100 m de visibilidad), y la
presencia de lloviznas o nieve en invierno, durante 20 días al mes.
Esta personal característica de las Malvinas, exige a los isleños que
para llegar a destino tengan que emplear camionetas de doble
tracción, hidroaviones, avionetas, embarcaciones medianas, o
motocicletas.

193
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En la Islas Malvinas no existen árboles o arbustos naturales, sólo pastos de


mediana altura. A partir del otoño se presentan temperaturas de varios
grados bajo cero. Los turbales cubren una buena parte del territorio insular,
que es un material orgánico de color oscuro, rico en carbono, (primitivo
origen del carbón de piedra), liviano y esponjoso al tacto. Por la escasez de
caminos, los desplazamientos a pie se ven dificultados por los ríos de piedra
y los turbales.

Durante el desarrollo de la guerra resultaron imprescindibles los


helicópteros, pero el total dominio aéreo obtenido por los ingleses y
el intenso bombardeo aéreo, terrestre y naval, iba a limitar o a
impedir su empleo por los argentinos. Los británicos usaban los
helicópteros cotidianamente de día o de noche, para adelantar
efectivos, efectuar cambios de posición, socorrer heridos, actuar
como observadores de artillería, o patrullar determinadas zonas.

194
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Yacimiento de turba en explotación, enmarcado por un paisaje desolado. La


turba se extrae formando bloques del tamaño de un ladrillo, se deja secar y
posteriormente se lo utiliza como combustible. En Tierra del Fuego también
existen grandes extensiones de turba. Fotografía de Fabrice Bettex.
Los isleños extraían turba para usarlo como combustible, porque no
poseían gas. El turbal puede llegar a tener varios metros de espesor,
y tiene características parecidas a las de una ciénaga. Resulta
impracticable circular sobre la turba con vehículos, y si se camina
sobre ella es bastante dificultoso y desagradable. La movilidad a pie
se logra más fácilmente a través de los escasos caminos o sectores
donde no existen turbales o ríos de piedra, o bien, cuando el terreno
está congelado. El principal centro urbano es Puerto Stanley, y
siguen en importancia en la Isla Soledad los poblados de Darwin,
Goose Green, y Bahía San Carlos. En la Gran Malvina podemos
destacar otros pequeños poblados como los de Howard y Puerto
Fox. Existen varias pistas de aterrizaje de tierra y de corta extensión,
cuya operatividad está directamente vinculada con el nivel de
195
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

precipitaciones. La presencia de turba, que actúa como una esponja,


hace que el terreno sea muy húmedo hasta el momento del
congelamiento, en que adquiere características similares al hielo,
como si fuese de piedra. Es por eso que la construcción de “pozos de
zorro” o posiciones defensivas, en general resultan bastante
dificultosas y necesitan algo más que palas o picos, los que son casi
inútiles. Por su experiencia en la Isla Grande Tierra del Fuego, el
BIM 5 estaba preparado para enfrentar esta dificultad, porque
usaban grandes barretas de hierro, que facilitaban el cavado de
trincheras para la defensa. Las restricciones para la movilidad eran
muchas pero no imposibles, motivo por el cual la tropa se
desplazaba con dificultad, pero podían hacerlo a pesar de todo. Las
viviendas isleñas son de madera con techos de zinc, y en su interior
tienen mobiliarios ingleses, con luz eléctrica y agua corriente.

La molesta turba resultó benéfica para los defensores, porque disminuía el


efecto de las esquirlas de las granadas de artillería, que los obligaba a
disparar una enorme cantidad de proyectiles para obtener algún efecto. En la
fotografía pueden verse los cráteres producidos por la artillería inglesa,
convertidos en piletones. Arriba y a la derecha de la foto, se ve uno de los

196
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

pocos y rudimentarios caminos de la Isla. Imagen tomada de ―Pensar


Malvinas‖ del Ministerio de Educación de la Nación.

Un sector del Monte Longdon, lugar donde combatió el Regimiento de


Infantería Mecanizado Nº 7 ―Coronel Conde‖

Las Islas Georgias


La enorme Cordillera de los Andes culmina su desarrollo
continental en la Isla Grande de Tierra del Fuego, prolongándose en
la Isla de los Estados y en un arco muy hacia el Este hacia las
Malvinas, los islotes Cormorán y Roca Negra; y más alejadas aún,
las Georgias y Sándwich del Sur. Estas islas forman un amplio arco
que se introduce en el Continente Antártico por la península San
Martín, también llamada Tierra de Graham. Las Georgias del Sur
están a unos 3.000 km de Buenos Aires; 2.300 de Río Gallegos y a
1.500 de Puerto Stanley. Suman unos 4.000 km2 de superficie, y a
diferencia del paisaje malvinense, estas Islas poseen hielos
permanentes con vistas espectaculares. Durante seis meses al año el
terreno está cubierto de nieve. Las temperaturas medias oscilan en
invierno en unos 2ºC, y en verano 23ºC. Las Islas tienen varias

197
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

instalaciones balleneras abandonadas en puerto Leith, Husvik,


Stromness y Grytviken. Las Georgias como las Malvinas, también
están ocupadas ilegalmente por los ingleses, que instalaron hace
varios años en Grytviken el asentamiento del BAS (British Antartic
Survey), de manera que están permanentemente habitadas por ellos.
Las acciones relacionadas con la ratificación de nuestra
soberanía, comenzaron a principios del siglo XX, por medio del
establecimiento de Estaciones Científicas, como forma de
materializar los reclamos que sistemáticamente hizo nuestro país
sobre las Islas ocupadas. De todos los países del mundo y por
razones geográficas, la Argentina es la que tiene acceso más cercano
y rápido a esos inhóspitos lugares. Si se emplean medios de
transporte navales, Ushuaia es el puerto más cercano y Punta Arenas
el más próximo para Chile. Todos los demás países tienen que
realizar largas navegaciones desde sus lejanos puertos, y la mayoría
de las expediciones hacen escala en el puerto de Mar del Plata antes
de continuar hasta la Antártida. Desde el aeropuerto de Río Gallegos
operan aviones de carga, que llevan abastecimientos a nuestras
Bases en el Continente Blanco, y relevar sus dotaciones.
En el año 1976, en forma subrepticia fue instalada en Thule,
Islas Sándwich del Sur, la estación científica “Corbeta Uruguay”,
cuyo asentamiento produjo una leve protesta británica. Lo mismo
sucedía cuando los británicos instalaban alguna en cualquiera de las
Islas en disputa. Si no se concretaban esos actos de soberanía, las
Islas quedarían abandonadas en manos de los intereses de cualquier
país del mundo. Encontramos en nuestra historia una larga
experiencia en lo referente al abandono de grandes extensiones
territoriales en beneficio de países vecinos como Chile, Brasil,
Paraguay y Bolivia, que a medida que se fue avanzando en materia
científica, revelaron tener importantes riquezas antes desconocidas.

198
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Un caso destacado es el del Alto Perú, hoy Bolivia, y el sector Oeste


de la Isla Grande de Tierra del Fuego, rica en petróleo y gas, cedida
por la Argentina a Chile a principios del Siglo XX por el Presidente
Roca.
La cuestión de la soberanía sobre esas lejanas Islas, es para
nuestro país un tema muy importante por su proyección sobre la
Antártida, que no puede quedar abandonada. En su momento la
Armada y la Cancillería habían estudiado los pasos a seguir con la
finalidad expresada, que concluyeron en la conveniencia de
establecer una Estación Científica en las Georgias. (58)
(58) Es un hecho normal que en las tierras en conflicto de los mares del Sur,
convivan estaciones científicas de diversos países. Por ejemplo, en la
conocida Isla Decepción existe una base argentina, otra inglesa y una
chilena, que llegado el momento se brindan mutuo apoyo en casos de
emergencia.

Aprobado el proyecto de la Base Científica, que nada tiene que ver


con la crisis posterior que nos llevó a la guerra, el Comandante de la
Agrupación Naval Antártica, Capitán de Navío César Trombetta,
recibió la orden de planificar su instalación en las Georgias durante
la Campaña Antártica 1981-1982. Esta Base iba a estar integrada por
militares, misión que fue bautizada como “Operación Alfa”. El
grupo iba a ser trasladado junto con el de Davidoff, y su
asentamiento iba a darse a publicidad en el invierno de 1982, cuando
Inglaterra ya no tendría buques en la zona. Cabe acotar que la
“Operación Alfa” y el apoyo al empresario Davidoff, eran
independientes de la “Operación Azul/Rosario” de recuperación de
las Malvinas. Desde la tradicional simpleza conceptual argentina en
el marco geopolítico, se creía que la “Operación Alfa” y el apoyo a
Davidoff no iban a influir en la posterior operación “Azul-Rosario”.
Pero considerado desde el punto de vista británico, estos tres
factores eran ingredientes suficientes para tomar una decisión muy
199
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

importante para la Argentina, como fue la total ruptura de las


negociaciones y el inicio de una guerra.
Después de enviar un “Mensaje de Movimiento” a la Central de
Operaciones de la Armada, que decía que su destino era el Puerto de
Ushuaia, el 15 de diciembre de 1981 zarpó el Rompehielos Irízar,
para dirigirse a las Islas Georgias con Davidoff a bordo. Las
autoridades navales ignoraban que ese mismo día Davidoff había
elevado una nota a la Embajada británica, informando que se dirigía
a Leith a bordo del rompehielos; un papelón.
El viaje tenía la finalidad de determinar en rasgos generales la
futura ubicación de la Base Científica, y para que el empresario
pudiera apreciar la rentabilidad de su proyecto. Después de
permanecer solamente 24 horas en el lugar, se dirigieron a su real
destino. Arribados a Ushuaia desembarcaron Davidoff y su gente.
(59)

(59) Dado el elevado nivel de tirantez existente entre nuestro país y el Reino
Unido, resultaba impracticable ocultar ante la inteligencia británica, la
presencia del Rompehielos en las Georgias. Como relatamos anteriormente,
el Gobernador de las Islas Mr. Hunt, se refirió al tema con evidentes signos
de molestia cuando conversó con el Capitán Gaffoglio en Puerto Stanley. En
ese momento seguían las negociaciones por la soberanía con evidente
dificultad, y esa visita sumada a la posterior presencia de Davidoff en las
Georgias, iba a ser un argumento importante para la actitud hostil definitiva
que adoptaría el gobierno británico, y que desembocaría en una reacción
militar inusitada.

No obstante haber recibido la orden de planificar la “Operación


Alfa”, como consecuencia de las conversaciones establecidas con el
Embajador Blanco en nuestra Cancillería, el Capitán Trombetta
tenía la impresión de que nunca se produciría para no interferir las
negociaciones que estaban en desarrollo con los ingleses. Sin
embargo todo continuó, porque poco después el Almirante Edgardo

200
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Otero, Jefe de Operaciones del Estado Mayor General, designó al


Jefe del grupo que debería concretar esa operación, el Teniente de
Navío Alfredo Astiz y diez hombres, que tenían que desembarcar en
Grytviken, cuando no hubiera en la zona ningún buque inglés. Como
veremos a continuación, la decisión de desembarcar en las Georgias
y la designación de Astiz, sería un gravísimo error estratégico de la
Armada. (60)
(60) El Contralmirante Edgardo Otero, conocido en la Armada como el
―Tata‖ Otero, era una persona de mucho carácter, que se evidenciaba con
sólo verlo caminar. Poco después fue designado para ir a las Islas Malvinas
para cumplir funciones en el Estado Mayor del General Menéndez.

Recuperación de las Georgias


Para el rescate de las Islas de manos británicas, la Agrupación
Naval Antártica al mando del Capitán Trombetta se convirtió en el
Grupo de Tareas 60.1. Tenía la misión de abastecer las Bases
Antárticas y relevar sus dotaciones, en conjunto con elementos de la
Fuerza Aérea y del Ejército. El Grupo de Tareas destinado a las
Georgias estaba integrado por:
- El Transporte polar Bahía Paraíso.
- La Corbeta misilística Guerrico.
- Una sección de infantes de marina integrada por 2 Oficiales, 4
Cabos y 34 Conscriptos del Batallón Nº 1, embarcados a bordo
de la Guerrico, al mando del Teniente Alberto Luna.
- Dos helicópteros sin armamento, uno del Ejército y otro de la
Armada, que eran utilizados durante la Campaña Antártica
para helitransporte.

201
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- El grupo “Alfa”, integrado por Comandos Anfibios y Buzos


Tácticos con un total de 10 hombres, al mando del Teniente
Alfredo Astiz.
El 31 de marzo de 1992, el Endurance fue avistado por el
Bahía Paraíso, que por noticias provenientes de las Malvinas se
enteró que llevaba a bordo 22 hombres de los Royal Marines. Los
infantes de marina ingleses desembarcaron en Grytviken esa misma
tarde. El 1º de abril, el Capitán Trombetta recibió una orden secreta,
donde se le ordenaba ocupar Grytviken y mantener Puerto Leith, a
fin de asegurar el dominio de las Islas Georgias. Mientras aguardaba
mar afuera a la Corbeta Guerrico que traía a la Sección de infantes
de marina que tenía que tomar la Isla, un yate francés que zarpó de
Grytviken los vio y retornó a puerto para avisar de la novedad a los
ingleses.
La inteligencia británica tiene desde antes de la Segunda
Guerra Mundial, un organismo dedicado a descifrar las claves
secretas de las Fuerzas Armadas de los países con quienes tienen, o
podrían tener un conflicto. Esos expertos en su momento habían
logrado descifrar las claves secretas de los japoneses, que le
permitieron en 1941 enterarse del futuro ataque a Pearl Harbour,
información que pasaron a sus aliados estadounidenses. Cabe
suponer que las claves de la Marina argentina también les eran
conocidas, por lo que es posible que todos los mensajes cursados
durante la guerra, llegaban a conocimiento de los altos mandos
británicos. Contribuyeron entusiastamente en este sentido los
chilenos.
Así como la planificación y posterior desembarco en las
Malvinas había sido calificada como brillante, la correspondiente a
la recuperación de las Georgias estaría en la antípoda. El Teniente
Luna no recibió instrucciones precisas, ni tuvo la oportunidad de
202
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

interiorizarse de las características del objetivo, como tampoco fue


consultado sobre su Plan de Maniobra en tierra, ni sus previsiones
logísticas. La Corbeta Guerrico que trasladaba a los infantes al
mando de Luna, había sufrido un fuerte temporal que los afectó por
el mal de mar, y atrasó el inicio de la operación. El tiempo corría en
contra, porque en ese momento el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas estaba reunido a raíz del desembarco del 2 de abril
en las Malvinas, y estaba votando la Resolución 502, que exigiría la
suspensión de toda actividad bélica, y resultaba inaceptable
desembarcar una vez promulgada.
Cuando Luna se presentó ante Trombetta para ser impuesto de
su misión, tomó conocimiento por su intermedio de que en el lugar
del desembarco no había fuerzas enemigas. Luna le dijo que había
leído un mensaje, en el que se informaba la presencia de 22 hombres
de los Royal Marines. Trombetta le respondió que la información
real era la que acababa de expresarle, y que a lo sumo habría algún
civil que abriría fuego con algún arma de caza.
La desorganizada operación comenzó con un helidesembarco,
con el apoyo de la Corbeta Guerrico, que no estaba en su mejor día,
ni en buenas condiciones. Hubo un cruce de disparos con la reducida
dotación enemiga. El breve combate culminó con el abatimiento de
un helicóptero Puma del Ejército, que causó la muerte de los
Conscriptos Águila y Almonacid, y cuatro heridos. La Guerrico
recibió el impacto de un misil antitanque, que produjo la muerte del
Cabo 1º Guanca, y cinco heridos, además de graves averías que
afectaron la capacidad misilística del buque.
Al producirse la rendición de la dotación de infantes británica,
que sólo tuvo un herido en un brazo, el Oficial a cargo dijo: ―he
cumplido con la misión de obligar a las fuerzas argentinas a actuar
en forma beligerante, para la conquista de Grytviken‖. Acto
203
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

seguido entregó sus armas, e informó los lugares donde habían


instalado minas y trampas explosivas, en cuyo levantamiento
colaboró. Poco después fue trasladado al “Bahía Paraíso” para ser
atendido junto con los heridos argentinos. Uno de ellos era el Cabo
Alejandro Ibáñez de 18 años, que se acercó al prisionero inglés
herido y después de mirarse largamente, espontáneamente se
estrecharon la mano.
Mientras tanto, el Jefe de Comunicaciones del Bahía Paraíso,
Teniente de Fragata “FL”, recibía un mensaje cifrado. Era la
posición de la Flota británica, obtenida por los satélites de la Unión
Soviética.
La desastrosa operación de recuperación de las Georgias,
culminó con la permanencia por tiempo indeterminado en Gritviken
del Teniente Luna y sus hombres, que fueron reabastecidos para
sobrevivir varios meses. Además desembarcó en Leyth el Grupo
“Alfa”, al mando del Teniente Astiz, con el fin de dar protección a
los hombres de Davidoff. Su misión: rendirse si eran atacados.
Insólito.

204
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XII

BARCOS Y AVIONES ESPÍAS


En todo conflicto resulta imprescindible y urgente disponer de
información sobre el enemigo, para lo cual tienen que arbitrarse los
medios de búsqueda y recolección. Como la decisión de
desembarcar en las Islas Malvinas y su planeamiento fueron
tomadas en el secreto más absoluto, los servicios de inteligencia de
cada Fuerza y del Estado Mayor Conjunto no estaban actualizados
sobre la capacidad de combate de Inglaterra.

A principios de abril la operación británica “Corporate” estaba


en pleno desarrollo, y consistía en el envío de una poderosa Fuerza
de Tareas que navegaba hacia el Sur para desalojar a los argies y
recuperar las Islas Falkland y Georgias. A esa altura de los
acontecimientos, sólo algunos de los altos mandos argentinos,
seguían confiando en que los ingleses optarían por sentarse a la
mesa de negociaciones, en lugar de verse obligados a iniciar
acciones bélicas. El día 7 de abril el Servicio de Inteligencia Naval
presentó un informe que abarcaba el contexto global de la situación
en Inglaterra, y los ingredientes políticos en el campo militar.
Relacionado con este último aspecto, consignaba la necesidad
británica de “salvar la dignidad herida”, y la posibilidad de una
acción militar para recuperarlas. Agregaba que podría tratar de
recuperar primeramente las Islas Georgias; que emplearía sus
submarinos para atacar Unidades de superficie propias; que podría
establecer un área de exclusión alrededor de las Islas; que terceros
países pro británicos podrían presionar en el campo diplomático a
nuestro país y que ofrecerían ayuda a Inglaterra. Culminaba con un
205
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

comentario sobre el peligro que significaba la actitud a tomar por


Chile, durante el desarrollo de las operaciones militares argentinas.
La crisis de las Falkland era una verdadera fiesta para la
inteligencia británica, estadounidense, francesa y chilena, además de
algunos espontáneos probritánicos, entre los que se encontraban los
isleños, que no querían saber nada con eso de pasar a depender de la
Argentina.

Exploración aérea conjunta


Mientras se planificaban vertiginosamente los pasos a seguir,
la Armada y la Fuerza Aérea coordinaron una operación conjunta
destinada a detectar la aproximación de la Fuerza de Tareas británica
en el Atlántico, y conocer tempranamente su composición. Además
se coordinó con la empresa Aerolíneas Argentinas, para que desvíen
su ruta al cruzar el Atlántico con el mismo fin. Si avistaban la flota
inglesa, tendrían que enviar determinados mensajes codificados. Si
la situación hubiese sido inversa, todo eso no sería necesario, dado
que el empleo de los satélites norteamericanos sería suficiente para
lograr esa importante información.
Como al llegar al archipiélago malvinense el dominio del mar
iba a quedar inmediatamente en manos de los ingleses, resultaba
imprescindible obtener información concreta de su composición
mediante el empleo de aviones de exploración de largo alcance. La
Fuerza Aérea asignó a la Armada dos Boeing 707, para realizar
vuelos de exploración marítima lejana. Con ese medio aéreo el
Servicio de Inteligencia Naval pudo organizar el Elemento de Tareas
ET 17.1, integrada por pilotos de la Fuerza Aérea y expertos en
búsqueda y exploración de la Marina, que analizaron la zona del
Océano Atlántico en que podría estar navegando en esos momentos
la Fuerza de Tareas inglesa.
206
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El primero de los vuelos despegó del aeropuerto de Ezeiza el


21 de abril, y se dirigió a la zona designada. A las 12 y media de ese
día, a unas 1500 millas de la Isla Ascensión, el piloto descendió para
investigar un eco radar, que poco después comprobaron que se
trataba de un mercante aislado. En ese momento el Portaviones
Hermes obtuvo un contacto radar a gran altura y distancia. Cuando
retomaban altura y corregían el rumbo, fueron sorprendidos por el
avistamiento de numerosas naves cuyas estelas observaron
fascinados: era nada menos que la flota inglesa al mando del
Almirante Woodward. A bordo del avión los tripulantes pegaron sus
narices en los vidrios de las ventanas para poder ver mejor los
buques allá abajo, sus características, distribución, rumbo y
velocidad, mientras navegaban desplegados en formación
antisubmarina. Cuando se dieron cuenta que se trataba de un avión
argentino explorador, los buques aumentaron su velocidad y
adoptaron un dispositivo antiaéreo.
El primer día de exploración fue todo un éxito por el precioso
resultado obtenido; porque a partir de ese momento estaban en
condiciones de calcular con bastante aproximación el día de llegada
a las Islas y las capacidades de los buques, que fueron identificados
uno por uno en un posterior trabajo de gabinete, basado en las
numerosas fotografías tomadas desde el aire. Mientras tanto
Woodward mantenía listo a despegar a un Harrier, y comenzó a
sospechar de cuanto avión volase cercano a la flota. Una madrugada
interceptó un avión de pasajeros con luces de navegación
encendidas, al que hizo desviar de su ruta, y después del crepúsculo
otro avión comercial tuvo que cambiar su recorrido, porque fueron
considerados aviones argentinos de exploración. La sicosis comenzó
a velar la mente del Almirante Inglés y su Estado Mayor, que
consideraban “intruso-explorador” a todos los vuelos comerciales de
y hacia Europa y África. Entonces propuso que el Cuartel General
207
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de Northwood dejara trascender la noticia de que la flota estaba


autorizada para abatir cualquier aeronave exploradora argentina.
Simultáneamente solicitó autorización para hacerlo realmente, y le
dieron el visto bueno siempre que el intruso se acercara a cierta
distancia de la flota, y si obtenían una identificación positiva.
Inmersos en esa confusión de ideas, estuvieron a punto (exactamente
a un minuto), de abatir con un misil Sea Dart un avión de línea
brasileño que se dirigía de Río de janeiro a Durban.
El seguimiento posterior de la flota británica sería una tarea
sencilla, pero el 22 de abril a las 5 de la mañana los Harrier
interceptaron el avión explorador. Eran tres los aviones que se
pusieron al costado del Boeing durante 28 minutos, y que para
amedrentarlos le mostraban al piloto sus misiles, lo que produjo el
aumento vertiginoso de la adrenalina en los tripulantes, porque
estaban a merced de ellos. Por supuesto que suponían de antemano
que podrían ser derribados, aunque poco después interceptaron en la
radio las órdenes reiteradas de “no disparar‖, dadas desde el
Portaviones, porque hasta ese momento no habían recibido de
Londres la autorización para hacerlo. La tensión era enorme.
Esta tarea conjunta tuvo un éxito rotundo y corrió definitivamente
el velo misterioso de la ubicación, despliegue y composición inicial
de la flota enemiga.

Cuando la Fuerza de Tareas británica navegaba a la altura de


Buenos Aires, se transfirió la responsabilidad de la exploración al
Comandante del Área de Operaciones del Atlántico Sur,
COATLANSUR. A partir de ese momento la armonía existente
entre las dos Fuerzas cambió de golpe, cuando el Comando Aéreo
Estratégico de la Fuerza Aérea con sede en Buenos Aires, dispuso la
finalización de la asignación de los Boeing y se hizo cargo de la

208
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

exploración en forma independiente, sin responder a su comando


operativo natural.
Lejos de allí, los pilotos navales adiestraban a los de la Fuerza
Aérea sobre las técnicas y tácticas para realizar ataques a los buques
de guerra. Hacían de blanco nuestras Fragatas Tipo 42, que estaban
equipadas como las inglesas, de manera que pudo investigarse
cuáles tenían que ser los perfiles de aproximación, y el ángulo de
ataque. No obstante, este adiestramiento podría haber sido el origen
de una futura táctica operacional errónea, porque los verdaderos
objetivos entre las Unidades de superficie enemigas debieron haber
sido los buques logísticos; es decir los buques transporte, de
desembarco y petroleros. Todo iba bien hasta que del mismo modo
que en el caso de los Boeing, los pilotos de la Fuerza Aérea tuvieron
que volver a sus asientos naturales, por una orden “que vino de
arriba”.
La poca autonomía operativa de la Fuerza Aérea sobre el cielo
de las Malvinas cuando despegaban del continente, fue un factor
negativo para el posterior desarrollo de la guerra, y mucho más
cuando cierto tipo de aeronaves como los Mirage no tenían
posibilidad de ser reabastecidos en vuelo.

Naves espías
El mar argentino está surcado permanentemente por buques
pesqueros, que tienen sus Bases en los puertos del litoral marítimo
argentino. Esa actividad comercial podría aprovecharse para enviar a
la zona de conflicto naves pesqueras, con la tarea de detectar la
ubicación detallada de los buques enemigos. A semejanza de los
vuelos comerciales, se requirió de los barcos mercantes de ELMA
(Empresa Líneas Marítimas Argentinas), que intentasen navegar por
determinadas zonas del Atlántico con el mismo fin. Durante ese
209
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

período, el buque mercante Río de la Plata obtuvo valiosísima


información cuando navegaba en proximidades de la Isla Ascensión.
Por la presencia de ese barco, Inglaterra se vio obligada a establecer
una zona de exclusión alrededor de aquella Isla. Por otra parte pudo
establecerse la composición de los buques logísticos, a través de los
informes publicados por el Lloyds Register, que detallaba el nuevo
costo de los seguros de los buques requisados por la Royal Navy.
Éste fue un grave error de la contrainteligencia británica.
El Servicio de Inteligencia Naval organizó el elemento de
Tareas ET 17.2 que tenía como misión “localizar a partir del 20 de
abril la Fuerza de Tareas británica, manteniendo una exploración
de contacto, e informando la presencia y movimientos de la misma.‖
Integraban este elemento el mercante Tierra del Fuego II, donde
embarcó el Capitán de Corbeta Alberto Pico para dirigirse a la Isla
Ascensión; los pesqueros Usurbil, María Luisa y Mar Azul a cargo
del Teniente de Fragata F. Amorena, que pasaron a depender del
Comando de Operaciones Navales. Se presentaron problemas en el
Usurbil, dado que su tripulación integrada en parte por españoles, no
estaba de acuerdo en realizar la tarea encubierta prevista, por lo que
tuvo que ser reemplazada parcialmente y fueron posteriormente una
excelente fuente de información a favor del enemigo. La flotilla
zarpó de Mar del Plata el 21 de abril para cumplir su cometido.

Mientras tanto el pesquero de altura Narwal, después de


realizar algunas reparaciones en Buenos Aires, hacía poco más de
dos días que estaba capturando calamares frente a la costa de Mar
del Plata, cuando a la una y media de la tarde del 21 de abril fueron
sorprendidos por un llamado de la Prefectura Naval local,
exigiéndole su urgente regreso a puerto. No existían razones
meteorológicas, ni problemas administrativos que justificasen esa
inesperada exigencia. Prontamente los tripulantes suspendieron la
210
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

tarea y pusieron la nave a son de mar para iniciar el regreso. Poco


después el joven Capitán del Narwal Astenio Wagata, paraguayo de
nacimiento y padres japoneses, puso proa al puerto marplatense. A
las 11 de la noche encararon el canal de entrada, preguntándose el
motivo de tanta urgencia. A lo lejos pudieron ver que en el muelle
habitual del pesquero había un numeroso grupo de personas, varios
vehículos particulares, de la Prefectura Naval, y dos camiones de la
Armada. Entre los que aguardaban estaban los dueños de la empresa
armadora. Una vez amarrados, Wagata desembarcó y se encaminó
directamente a entrevistarse con sus patrones que le dieron
instrucciones de embarcar y estibar los víveres y bebidas que
estaban en los camiones, y preparar el barco para zarpar hacia el Sur
en compañía de los pesqueros María Alejandra y Constanza. Le
llamó la atención cuando recibió órdenes de desembarcar a los
tripulantes de origen chileno. Solamente se permitió la permanencia
a bordo de un extranjero, el uruguayo Jesús Morales Araujo; todos
los demás eran argentinos. Wagata no estaba en las mejores
condiciones físicas para enfrentar una nueva campaña en alta mar,
porque padecía de una antigua dolencia lumbar y pensaba
desembarcar después de la captura de calamares. Su sentido de la
responsabilidad hizo que guardase silencio. Cuando sus patrones le
dijeron que los pesqueros estarían a cargo del Teniente de Navío
Juan Carlos González Llanos, no pudo disimular un gesto de
sorpresa. Esta extraña novedad le hizo dudar acerca de la verdadera
tarea que realizarían en los mares del Sur; sospecha que fue
confirmada cuando les informaron a los Capitanes que tendrían que
dirigirse a la zona de exclusión impuesta por los ingleses, para
observar e informar los movimientos de la flota enemiga. Como no
estaban instruidos en medidas de contrainteligencia, hubo alguna
filtración de información, y por otra parte los tripulantes chilenos ya
habían sacado sus propias conclusiones y comenzaron a hablar. La

211
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

llamada urgente de la Prefectura; los dos camiones de la Armada


con víveres; la presencia de un Oficial de esa Fuerza a bordo; y una
precipitada zarpada hacia el Sur mientras la flota inglesa se
aproximaba, despertaba muchas sospechas.

212
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XIII

EL DÍA DESPUÉS
El Almirante Büsser y su Estado Mayor regresaron a Buenos
Aires el 4 de abril por la mañana, no sin antes adelantar a la Fuerza
Aérea un posible pedido de apoyo de sus aviones de carga Hércules
para el traslado del BIM 5 a las Islas Malvinas. Hasta el momento
sólo eran previsiones por si no se lograba el efecto deseado: inducir
a los ingleses a sentarse a la mesa de negociaciones, es decir las
ramas o planes B, que deberían tener los planes principales, según
decía Liddel Hart. No se consideraba la posibilidad de efectuar el
traslado de la Unidad por buque, por la demora que implicaría
llegar al Puerto de Ushuaia; la maniobra de carga; la amenaza
potencial de los submarinos británicos en alta mar; y la acción de los
agentes chilenos al servicio de Inglaterra. No obstante contar con los
Hércules, el Capitán Ponce tomó contacto con el Comandante de la
Escuadrilla de Transportes Aeronavales, que disponía de aviones
cuatrimotores Electra y reactores Fokker F-28, porque estimaba que
los requerimientos generales de carga saturarían las posibilidades de
la Fuerza Aérea. Los aviadores navales le solicitaron que en cuanto
tuviesen la confirmación del traslado a las Islas, enviarían los
aviones a Río Grande. Mientras tanto Büsser gestionaba la
autorización de la Junta Militar para reemplazar la misión defensiva
que tenía el Batallón en Tierra del Fuego, para poder saltar a las
Islas para participar de una eventual defensa. Como era su
costumbre, la Infantería de Marina estaba adelantándose a los
acontecimientos, que de hecho era un Plan B: defender las Islas de
un ataque inglés, que la Junta Militar ni siquiera la consideraba,

213
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

porque sus miembros seguían convencidos por Galtieri de que el


gobierno británico optaría por la negociación.
La idea, y sólo la idea de la ocupación militar de las Islas Malvinas,
era una consecuencia natural de la Hipótesis de Conflicto que traía
aparejada la usurpación inglesa, cuya soberanía buscó nuestro país
en forma diplomática e infructuosamente por el camino equivocado:
exclusivamente aplicando el derecho internacional. Antes de tratar
frontalmente con los ingleses el escabroso tema de la soberanía, la
política exterior argentina debería haber sido la de establecer
crecientes enlaces culturales y comerciales con Inglaterra y las Islas,
cuya consecuencia natural sería una mutua dependencia porque
reiteradamente los gobiernos ingleses expresaron en sus foros, que
era imprescindible la participación de la Argentina para el desarrollo
de las Falkland. El concepto que prevalecía en nuestra política
exterior, era que no teníamos por qué ser socios de ocupantes
ilegales de las Islas, por lo que ningún gobierno había adoptado una
estrategia persistente para desarrollar la explotación común de los
recursos del archipiélago, que hubiera convencido a los isleños
sobre la conveniencia de integrarse a la Argentina para su desarrollo
y bienestar.

¿Soberanía o negocios?
En la Cancillería también faltó un plan estratégico de largo
plazo, porque los ingleses nunca iban a sentarse a la mesa de
negociaciones. Para ellos las Resoluciones de la ONU, eran sólo un
argumento grosero que no contemplaba sus propias necesidades ni
las de los isleños. Ningún gobierno británico habría aceptado
negociar la soberanía a cambio de nada, y nada eran los vuelos
comerciales a las Islas, el correo, el envío de algunos
abastecimientos, la atención sanitaria de los isleños en el continente
para casos extremos, etcétera. ¡John Bull necesitaba buenos
214
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

negocios! alianzas estratégicas zonales, explotación comercial


pesquera en conjunto, facilidades portuarias y sanitarias, desarrollo
tecnológico, becas e intercambios estudiantiles, ejercicios militares
conjuntos para el control marítimo, y una enorme diversidad de
posibilidades que indefectiblemente culminarían en la integración
social de los isleños con nuestro país. Logrado esto, el tema de la
soberanía sería una consecuencia natural. La Argentina escogió un
camino no apto para ingleses, que si no representaba para ellos un
buen negocio, jamás en su historia reconocieron soberanía alguna en
sus colonias.
Otra opción viable era la ejecución de una acción militar para
recuperar las Islas, que necesariamente tendría que ser realizada
básicamente por la Armada, porque disponía de todos los medios.
De acuerdo con la doctrina, la Infantería de Marina debería
concretar la conquista física del objetivo, que una vez consolidado,
sus efectivos serían relevados por el Ejército y la Fuerza Aérea. Por
este motivo, tradicionalmente los altos mandos de la Armada
tuvieron cierto grado de interés en el tema, que a partir de 1976 y
por la expedición Shackleton, comenzó a profundizarse. Uno de
esos planes, de nivel esquemático solamente, fue desarrollado por el
Contralmirante Anaya en 1977, cuando era comandante de la Flota
de Mar, y por pedido del Almirante Massera, que posteriormente
expuso la idea ante la Junta Militar. Esta presentación primaria no
tuvo eco porque existían serios problemas en el marco interno como
consecuencia de la acción de las organizaciones subversivas que
dificultaba a las Fuerzas Armadas ocuparse de otros temas. La lucha
de tipo policial, a veces paramilitar, establecida en el marco interno
por lo que militarmente se conoce como Operaciones no
Convencionales, debilitó y desacreditó a las Fuerzas Armadas en lo
relacionado con sus funciones específicas en defensa de la Nación,
por los procedimientos empleados, similares a los utilizados por la
215
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

subversión. Cuando se produjo la crisis del Beagle en 1978, se


realizó un despliegue militar sin precedentes, aunque sólo consistió
en un bluff, porque buscaba negociar con el General Augusto
Pinochet. A la larga culminó con resultados adversos a la pretendida
soberanía insular y oceánica de las áreas en disputa. Para ese
entonces el prestigio del Proceso de Reorganización Nacional, si es
que lo tuvo alguna vez, había caído a su mínima expresión. (61)
(61) Nota del autor: durante la crisis del Beagle, fui designado Jefe de
Defensa de la ciudad de Ushuaia, que comprendía la Defensa Terrestre; el
Control de la Población; la Protección de Objetivos; y la Defensa Antiaérea.
En determinado momento tuve que viajar a Buenos Aires y, entre otras
actividades, fui invitado a almorzar en el Ministerio de Defensa, por el
ayudante del Ministro, Capitán de Fragata de Infantería de Marina Nicolás
Viejobueno. Conversamos sobre la problemática del inminente conflicto,
hasta que en determinado momento me dijo: ―Sáenz, lamento desilusionarlo,
pero no va a ver guerra, sólo es un bluff para inducir a los chilenos a
negociar.‖ Por supuesto que quedé de una pieza. Me pregunto: ¿no habrá
tenido en cuenta este antecedente Galtieri y el Comité Militar, para repetir lo
mismo en el caso Malvinas?

Relata el General Menéndez que al asumir la Presidencia el General


Galtieri, les dijo a un grupo de Oficiales Superiores: ―que no
debíamos sorprendernos de que él tomara medidas efectistas y
efectivas para revitalizar el proceso‖. Respecto de esa expresión
del Presidente, cuando fue designado por éste futuro Gobernador de
las Islas, se preguntaba si sería oportuno un desembarco en fuerza,
en momentos en que estaban desarrollándose gestiones
diplomáticas; y si se habían agotado otros caminos. Agrega que
cuando le hizo estos comentarios, Galtieri le respondió que ―no eran
asuntos de su incumbencia.‖[…] ―que estaba todo analizado.‖ (62)
(62) Informe Rattenbach, Op. Cit. Tomo III, Declaraciones, folio 480.

216
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Este tipo de respuesta podría ser ambigua, porque realmente estaría


“todo analizado”, o bien no tenían la menor idea de lo que podría
suceder. Lo cierto es que en la primera quincena de marzo, la
Armada estaba lista para operar; el Ejército podría hacerlo recién a
partir del 15 de mayo, porque tenía que preparar la Clase
recientemente incorporada; y la Fuerza Aérea determinó que la
mejor época para operar, era durante los meses de agosto y
septiembre, por razones meteorológicas.
El Plan Esquemático fue presentado a los Comandantes de cada
Fuerza y aprobado. Existía la premisa de no operar antes del 15 de
mayo, y para hacerlo se requería un preaviso de 15 días. (63)
(63) Mayorga, ―No vencidos‖, p. 42. Corroborado por el Almirante
Lombardo durante la entrevista en Mar del Plata.

Problemas logísticos
En la declaración ante la Comisión Rattenbach, el Almirante
Anaya niega terminantemente que la Junta Militar haya realizado la
acción de recuperación de las Islas por motivos políticos. Declaró
que se había establecido que cada fuerza tenía que realizar su propio
sostén logístico, para lo cual contaban en el continente con los
buques de transporte mercantes y de la Armada, y los aviones de
carga de la Fuerza Aérea y de la Marina. En realidad la Fuerza de
Tareas británica estaba en capacidad de aislar por aire y por mar a
las Islas Falkland, que significaba durante el conflicto la
neutralización de la llegada masiva de los recursos humanos y
materiales de la Argentina. También estaban en condiciones de
impedir la comunicación entre la Isla Soledad con la Gran Malvina,
separadas por el Estrecho de San Carlos. Esta capacidad de los
ingleses, sería de una importancia estratégica vital para el desarrollo
de nuestras operaciones. Por otra parte, la amenaza submarina
británica inhibía las posibilidades operativas de nuestros buques de

217
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

guerra, y, en cuanto a los barcos mercantes, se verían en peligro si


intentaban transportar abastecimientos y personal a las Islas.

El Almirante de cuatro estrellas de la Armada estadounidense


Harry Train, que fue Comandante de la Flota del Atlántico durante
la Guerra de Malvinas, en un análisis sobre el conflicto publicado en
el Boletín del Centro Naval Nº 748 de enero/marzo de 1987,
comenta la estrategia naval argentina de esta manera:

1. La interdicción con portaviones de la zona de las líneas de


comunicaciones marítimas, fue considerada y descartada. (Se
entiende por línea de comunicación marítima al sector de
tránsito de la zona de mar del conflicto, con sus bases
estables).
2. El uso de buques en Puerto Argentino como baterías móviles,
fue considerado y descartado también.
3. En definitiva decidió emplear el concepto de “Flota en
Potencia”, y conscientes de la necesidad de conservar una
capacidad naval de reserva, como defensa ante una posible
agresión chilena de posguerra, la conducción argentina decidió
no comprometer sus fuerzas navales en batallas frontales y
llevar una guerra de desgaste, lo que a la postre demostró ser la
decisión más atinada.
4. La mayor esperanza de la Armada Argentina era dañar la
Fuerza de Desembarco británica. La idea era atacar durante los
desembarcos y aferrar a los británicos mientras su libertad de
maniobra estuviera limitada por esas operaciones.
5.
Se agregaba a la preocupación argentina sobre la supervivencia
de la flota, la afirmación del Almirante Hayward de la marina
de los EE UU, en el sentido de que los satélites eran aptos para
mostrar en todo momento la ubicación de los buques

218
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

argentinos. (El Almirante Train, niega que en ese momento los


EE UU hayan adquirido esa capacidad). (64)
(64)Cuando la Sra. Thatcher consultó al Almirante Sir H. Leach, Primer
Lord del Almirantazgo, qué haría si fuera comandante de la flota argentina
ante la presencia de submarinos atómicos, respondió: ―volvería a puerto de
inmediato‖. (Hastings y Jenkins, ―La Batalla de las Malvinas‖, p. 86).

Como Inglaterra había anunciado el envío de submarinos,


algunos de los cuales eran nucleares, a medida que transcurrían los
días se incrementaba la posibilidad de que nuestros buques pudieran
ser torpedeados cuando navegaban llevando hombres y material
bélico para las Islas. El 4 de abril el pesquero Doña Manuela
denunció la presencia de un Submarino de bandera desconocida,
navegando en superficie en el Golfo San Jorge. La Corbeta
Granville que regresaba de Puerto Argentino a su base, informó el
10 de abril que detectó una emisión radar que calificó como
proveniente de un submarino, otro avistamiento se produjo 250
millas mar adentro a la altura de Puerto Belgrano. También se tenían
noticias de que un submarino nuclear fue enviado a las Islas
Georgias. Ante esa amenaza concreta, fue descartándose el medio
marítimo para el transporte de materiales y tropas, que
paulatinamente pasó a depender de los medios aéreos, hasta llegar a
ser el único viable. Muchos de los materiales necesitaban ser
transportados por mar por su peso y volumen, pero al cancelarse esa
posibilidad, como los aviones de carga no estaban en condiciones de
transportar vehículos de gran tamaño, nunca llegarían a las Islas.
Este fue el principio de los graves inconvenientes logísticos que
afectaron a todas las Unidades, y al desarrollo satisfactorio de las
operaciones.

De las tres Fuerzas intervinientes, la Armada era la única que


tenía una larga experiencia logística, dado que por su misión de
219
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

proyectarse sobre costas hostiles, tenía los adecuados medios de


transporte de superficie y aéreos. En cambio las Unidades del
Ejército y en menor medida de la Fuerza Aérea, dependían de los
buques de carga y de las aeronaves de transporte. Sorprendidos por
la respuesta militar de Inglaterra, el día 6 de abril la Junta Militar
convocó al Almirante Lombardo para que expusiera los lineamientos
generales de un Plan de Defensa de las Islas. Durante la reunión dijo
que la flota no podría enfrentar a su similar británica,
fundamentalmente por la presencia de submarinos nucleares, y que
la actitud de Chile no podría ser desatendida. Ante esta afirmación,
el Brigadier Lami Dozo expresó que “sus efectivos destruirían al
enemigo si se concentraba cerca de las Malvinas”. Por su parte el
General García dijo que habría que aumentar los efectivos a 2.000
hombres; y que el empleo de helicópteros sería imprescindible para
el control y defensa de las Islas. Agregó equivocadamente que la
población no era hostil. (65)
(65) ―No vencidos‖, op. cit. p. 116

Es probable que en su fuero íntimo, el General Galtieri comenzara a


darse cuenta del verdadero sentido de lo conversado meses atrás en
el Pentágono.

Para la defensa de las Islas Malvinas lo primero que había que


determinar era el objetivo a defender, teniendo en cuenta el factor
logístico o de abastecimientos. ¿Todo el archipiélago? imposible;
¿las Islas Gran Malvina y Soledad? esto podría generar problemas
logísticos al tener que abastecer desde Puerto Argentino a las
Unidades militares establecidas en la Gran Malvina; ¿solamente la
Isla Soledad? algo factible, considerando que los abastecimientos
llegarían regularmente a Puerto Argentino por avión. De acuerdo
con estas características, lo más criterioso consistía en defender la

220
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Isla Soledad y dentro de ésta a Puerto Stanley, centro neurálgico de


la actividad política y económica en las Islas.
¿Por qué no era conveniente instalar tropas en la Isla Gran
Malvina? porque el dominio del mar y posiblemente del aire, iba a
ser logrado por los ingleses. Por lo tanto el cruce del Estrecho San
Carlos para llevar abastecimientos en buques o aeronaves, sería muy
riesgoso o imposible. En la Isla Gran Malvina no existían pistas para
aviones de transporte, aunque podrían operar helicópteros si la
situación aérea y meteorológica lo permitía. Los helis (helicópteros)
no estaban en condiciones de transportar grandes cantidades de
carga; no estaban en condiciones de volar de noche; y se los
necesitaría para realizar movimientos operativos, con el peligro de
ser derribados por los aviones enemigos, o por los misiles tierra aire.
La defensa física de las Malvinas debería realizarse en Puerto
Argentino, pero ¿cómo y dónde?
El siguiente mapa muestra los probables lugares de
desembarco británicos en la Isla Soledad.

221
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Un desembarco hecho directamente sobre Puerto Argentino, era el


menos probable de todos, porque de acuerdo con la Doctrina
Anfibia, hacerlo en fuerza resultaría inaceptable por su costo en
vidas y pérdida de materiales. De producirse de todos modos, ese
desembarco daría de lleno sobre la masa de las fuerzas argentinas y
los ingleses estarían en inferioridad de condiciones, porque el
desembarco se caracteriza por presentar inicialmente una gran
debilidad, y sus buques podrían ser atacados por la aviación propia.
De todas las posibilidades señaladas con flechas rojas, el lugar más
apto era el Establecimiento San Carlos, sobre el Canal del mismo
nombre, que poseía instalaciones terrestres importantes y una pista
aérea, (flecha roja más gruesa). Estas instalaciones podrían servir de
abrigo y de depósito de abastecimientos, para iniciar posteriormente
un ataque terrestre sobre Puerto Argentino.
En cuanto al dispositivo de defensa terrestre, los miembros de la
Junta Militar opinaban así:
- El general Galtieri suponía que los ingleses iban a ocupar la
Isla Gran Malvina, y pensaba que habría que instalar Unidades
del Ejército en ella.
- El Brigadier Lami Dozo pensaba de la misma manera.
- El Almirante Anaya creía que la defensa de Puerto Argentino
tendría que emular a la resistencia del Alcázar de Toledo,
durante la Guerra Civil en España.
Los integrantes del COATLANSUR (Comando de Operaciones del
Atlántico Sur) instalado en Comodoro Rivadavia, opinaban:
- El Almirante Lombardo no estaba de acuerdo con el envío de
tropas a la Isla Gran Malvina.

222
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- El General García hizo propia la idea de la Junta, y coincidía


con la idea de trasladar efectivos importantes a la Isla Gran
Malvina.
- El Brigadier Mayor Sigfrido M. Plessl, coincidía con la
opinión de Lami Dozo, es decir aceptaba el envío de tropas a la
Gran Malvina.

Llega el Gobernador
En la mañana del 4 de abril despegó del Aeroparque
Metropolitano un avión F-28 de la Fuerza Aérea con destino a
Puerto Stanley, que llevaba al Gobernador designado de las Islas
Malvinas General Luciano Benjamín Menéndez. En el mismo avión
viajaba el Capitán de Corbeta Guillermo Gregorio, que tenía como
misión instalar una radioemisora que se llamaría LOV-4
RAMALVINAS, para evacuar tráfico administrativo y operativo con
una dotación importante de técnicos especializados. Esta estación
pudo operar hasta el 14 de junio, día de la derrota ante los ingleses.
El Capitán Gregorio relata que por haber estado anteriormente en las
Islas Malvinas y tratado con los kelpers, sabía perfectamente que no
deseaban renunciar a la Corona Británica. Durante los años 1976,
1977 y 1981, estuvo en Inglaterra afectado al programa de Fragatas
Tipo 42 y opinaba:
“no tenía duda de que los ingleses vendrían a recuperar las
Islas y dispondrían de todos los recursos necesarios para ello.‖ Y
agregaba: ―por un lado, se presentaba la gran oportunidad para la
Royal Navy de revertir una situación política de drástica reducción
presupuestaria, y a la Primera Ministro, fortalecer su desgastada
gestión de gobierno.‖

223
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Vale decir que tanto la Junta Militar como la Sra. Thatcher tenían un
interés común y antagónico a la vez, necesitaban del conflicto para
satisfacer sus propios intereses. En el primer caso para inducirlos a
negociar, y en el segundo, para reconquistar las Islas por la fuerza,
ganar prestigio político e instalar una Base militar. (66)
(66) Boletín del Centro Naval Nº 833, p. 162.

Pero esto no era todo, faltaban integrar factores como la guerra fría;
la actitud hostil y colaboracionista de Chile; y la Mediación Papal
sobre el reclamo argentino en el Beagle.

Ese mismo 4 de abril, el Comité Militar decidió reforzar la


defensa de las Islas. El Batallón Antiaéreo de la Infantería de Marina
con sede en la Base Naval Puerto Belgrano, recibió la orden de
alistarse para ser trasladado a Malvinas. Cuarenta y ocho horas
después llegaban las primeras fracciones a Puerto Argentino; y cinco
días más tarde entraba en posición en las cercanías de ese pueblo,
con sus cañones y misiles antiaéreos de modelo antiguo listos. A
partir de ese momento, todo fue un maremágnum de
improvisaciones.

224
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XIV

LA INFANTERÍA DE MARINA
La Guerra es tanto un conflicto de pasión como de fuerza, ningún jefe
puede llegar a ser un estratega si antes no conoce a sus hombres.
Omar Bradley
La IMARA (Infantería de Marina de la Armada), es uno de
los tres componentes principales de la Marina, integrada por la
Flota de Mar con sus buques de superficie y submarinos; y la
Aviación Naval, que poseía aeronaves de ataque, transporte y
exploración. Los Infantes de Marina son marinos que desembarcan
para combatir en tierra y cumplir con las necesidades operativas de
la Armada, tales como conquistar cabezas de playa, que una vez
consolidadas son reemplazados por tropas del Ejército y la Fuerza
Aérea. También están capacitados para destruir objetivos costeros,
como antenas, estaciones de radar, radios, o instalaciones de defensa
costera; pueden realizar incursiones para distraer fuerzas enemigas
y ocupar objetivos transitoriamente y la conquista de terrenos
costeros para el desarrollo de Bases Navales avanzadas. Para ello
necesita tener buques de desembarco que le permitan lanzar sus
vehículos anfibios y helicópteros, y el auxilio de submarinos para
desembarcar Grupos Comando.

En el año 1982 la Armada incorporaba ciudadanos de 18 años


para cumplir con el Servicio de Conscripción, que después de un
período básico de instrucción en un Centro de Concentración único,
eran destinados a alguno de los tres componentes mencionados.

225
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El LVTP 7 o VAO, (Vehículo Anfibio a Oruga), podía llevar 25 hombres, y


tenía dos turbinas a chorro para su desplazamiento en el agua. Poseía un
casco de aluminio con blindaje apto para proyectiles de hasta 12,7 mm. En
tierra alcanzaba una velocidad máxima de 80 km/h, podía inclinarse hasta
45º, pasar zanjas de hasta 2 m y trepar escalones de 1m. Tenía una
ametralladora calibre 12,7mm con visor nocturno y faros de luz infrarroja,
que le permitía el desplazamiento de noche sin delatar la luz. Su interior
estaba presurizado para impedir el acceso de gases o bacterias, (para guerra
química y biológica).
Los Conscriptos en la Marina ingresaban por “tandas” incorporadas
cada dos meses, y permanecían en servicio durante 14 meses.
Después de la instrucción básica, eran destinados e integrados a las
organizaciones existentes en los puestos más elementales, y a lo
largo del proceso de adaptación, se capacitaban para ocupar
diferentes funciones de combate. Durante ese período los
Conscriptos infantes tenían la oportunidad de participar en
numerosas ejercitaciones, embarcos, y campañas bajo cualquier
condición de tiempo, que los calificaba como soldados bien
entrenados. Cuando se incorporaba una “tanda”, simultáneamente se
daba de baja a otra, de este modo sólo el 20% de una Unidad no
tenía experiencia y podría encontrarse en proceso de capacitación,
que era facilitada por la veteranía de sus compañeros. Este criterio

226
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de incorporación no había sido adoptado integralmente por el


Ejército ni por la Fuerza Aérea.
Si se comparaba la instrucción recibida por un Conscripto
infante de marina con su par del Ejército, la diferencia de
capacitación alcanzada era abismal. Por ejemplo, el Conscripto
Víctor Hugo Bertone de 18 años, después de ser sorteado para el
Servicio de Conscripción, tuvo que presentarse el 2 de febrero de
1982 en el Distrito Militar Río IV, en Córdoba. Ese mismo día y sin
recibir ningún tipo de explicación, fue llevado al Aeropuerto Pajas
Blancas para ser trasladado en un Boeing 707 de la Fuerza Aérea a
Comodoro Rivadavia. De allí fue viajó en ómnibus a la Guarnición
Militar Sarmiento, donde llegaron a medianoche. Una vez en el
Regimiento de Infantería 25, comenzó a recibir instrucción básica en
el Cuartel y otro tanto en el terreno. A mediados de marzo recién se
le asignó un rol de combate definitivo en la Compañía C, a cargo del
Teniente 1º Carlos Daniel Esteban. El 27 de marzo recibió la orden
de alistarse y al día siguiente embarcó en el BDT Cabo San Antonio,
con destino a las Islas Malvinas. Bertone y sus 24 compañeros del
Ejército desembarcaron en un vehículo anfibio integrados con los
Infantes de Marina del Batallón 2, cuyos miembros estaban
altamente adiestrados y hasta habían participado el año anterior en
un ejercicio de desembarco con los “marines” de los EE UU.
Bertone hasta ese momento nunca había visto un buque de guerra, ni
había estado en alta mar, ni sabía lo que era un desembarco o un
helicóptero. Describía de esta manera su experiencia en el mar:
―…nos encontrábamos todos en muy mal estado, porque
debido a lo antes mencionado y a la falta de costumbre, sufríamos
descomposturas, náuseas, vómitos, mareos, etc. Mientras
pasábamos por esto, recibíamos instrucción sobre el uso del

227
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

armamento y sobre distintas alternativas a usar en caso de entrar en


combate.‖
Los 25 hombres del Ejército que embarcaron en el VAO 10 con
el Teniente Coronel Seineldín para ser llevados hasta la playa,
tomaron el aeropuerto sin resistencia porque no estaba defendido. A
pesar de su elemental instrucción previa, el RI 25 era considerada
como la ―más capacitada de las Unidades del Ejército en las Islas
Malvinas.” No obstante esta calificación, por el erróneo diseño de la
defensa establecida inicialmente por el General Jofre con el visto
bueno del General Menéndez, se le asignó al RI 25 la misión de
defender la pista de Puerto Argentino, en el supuesto de que los
ingleses desembarcarían en ese lugar. Sólo la Compañía C de ese
Regimiento enfrentó a los ingleses cara a cara, una parte en San
Carlos y el grueso de la Compañía en Darwin/Goose Green, y lo
hicieron muy bien a pesar de su corto entrenamiento. El resto de la
Unidad ubicada en el aeropuerto, refugiados en sus trincheras tuvo
que soportar reiterados bombardeos navales y aéreos desde el 1º de
mayo hasta el 14 de junio, es decir que no tuvieron la posibilidad de
entrar en contacto físico para medirse con el enemigo, como
tuvieron que hacerlo Unidades del Ejército mucho menos
capacitadas y no acostumbradas al clima hostil de las Islas.

El Batallón de Infantería de Marina Nº 5


En la Guerra se utilizan armas para pelear y hombres para ganar.
George Patton

En 1967 era alumno del Curso de Aplicación en la Escuela de


Guerra Naval, y a fin de año nos tocó realizar un interesante
ejercicio final, que requería desarrollar detallados estudios del
terreno en la Isla Grande de Tierra del Fuego. Para hacerlo se

228
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

formaron varios grupos entre los Oficiales alumnos, que teníamos


que realizar reconocimientos en cierto sector de la costa del Canal
Beagle y caminos interiores. La tarea se haría a pié por el borde del
Beagle, entre Punta Remolino, accidente geográfico ubicado un
poco al Este de la ciudad de Ushuaia y Puerto Almanza.
En la Base Naval Ushuaia nos surtimos de los materiales necesarios
para integrar la patrulla, tales como raciones de combate, una carpa
Nunantak, ropa de abrigo, equipo de radio, tres grandes mochilas,
bolsas cama térmicas, y linternas. La patrulla estaba formada por el
Jefe del Curso de Aplicación, Capitán de Fragata Gustavo
Mauvecín, un Conscripto Dragoneante de la Compañía de Infantería
de Marina de la Base, y yo. Como en esa época no había caminos
costeros, fuimos trasladados en una lancha de la Armada hasta Punta
Remolino, rodeados por un paisaje espléndido y acompañados por
un muy buen tiempo. Comenzamos a recorrer la sinuosa costa del
Canal Beagle hasta Almanza, un hermoso lugar que en ese momento
tenía una factoría dedicada a la pesca y enlatado de centollas,
ubicada exactamente frente a Puerto Williams, pequeña Base Naval
y aeródromo chileno de la Isla Navarino. Independientemente del
cumplimiento de la misión que llevábamos, los tres componentes de
la pintoresca patrulla compartimos la carpa, los alimentos, el
transporte de la carga sobre nuestras espaldas y las mateadas
vespertinas, mientras quedábamos maravillados por el espectacular y
bellísimo paisaje que nos rodeaba, y tomábamos nota de los datos
que necesitábamos. El agua para beber era tan pura y ausente de
microorganismos patógenos, que bebíamos directamente de los
innumerables arroyitos, (popularmente conocidos como
“chorrillos”), que desembocaban en el Beagle, Canal que lucía en
esos días un hermoso e intenso azul. Quedé tan deslumbrado por la
belleza de la Isla, que a mi regreso traté de lograr durante los
siguientes meses mi traslado al BIM 5, instalado en Río Grande.

229
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Finalmente pude hacerlo en marzo de 1968, cuando las actividades


de la Unidad ya habían comenzado y las temperaturas nocturnas
eran inferiores a 0º C. Ser trasladado a ese Batallón era todo un
privilegio, muy buscado por todas las jerarquías entre los infantes de
marina. El BIM 5 era una Unidad de frontera ubicada en una zona
inhóspita, que nada tenía que ver con la hermosa área cordillerana,
que tanto había admirado al patrullar el Beagle.

En el Ejército existía un criterio distinto, porque a las Unidades


de frontera o ubicadas en zonas hostiles, eran destinados algunos
Jefes, Oficiales y Suboficiales no muy bien conceptuados. (67)
(67)El Coronel Seineldín relata en su libro ―Malvinas, un sentimiento‖, que
fue destinado al Regimiento 25 por haberse opuesto al golpe militar de marzo
de 1976. Nota del autor: Cuando fui incorporado tardíamente al BIM 5, me
designaron Jefe de la Agrupación de Combate Alfa. El Batallón ya tenía una
bien ganada fama, y todos los Comandos superiores de la flota, la Infantería
de Marina, o la Aviación Naval iban a visitarlo. En una oportunidad
estábamos desarrollando un ejercicio defensivo en la Estancia ―Los
Flamencos‖, cerca del Cabo Domingo al Norte de la ciudad, cuando realizó
una visita de inspección el Comandante de Operaciones Navales. Era
Comandante del Batallón el Capitán de Fragata Roberto Wulff de la Fuente,
distinguido jefe, ex Edecán Presidencial, del que aprendí muchísimo
profesional y humanamente. Las posiciones defensivas del Batallón ya
estaban terminadas y el Comandante escogió mi compañía para ser visitada
por el Almirante. A la hora prevista envié un Conscripto que haría de guía
para orientar al conductor del jeep que traía la comitiva, mientras aguardaba
parado sobre un pozo de zorro tapado y completamente enmascarado, como
estaba el resto de los pozos. El vehículo se aproximó donde estaba parado, y a
unos 8 metros de distancia me presenté al Almirante, diciéndole quién era, de
qué Compañía, y qué hacía. Le dije que él estaba ubicado en el centro de la
posición defensiva de la Agrupación. Como el Almirante miró hacia todos
lados y no veía a nadie, me preguntó: ―¿dónde está su gente?‖ como
respuesta di un paso al costado y toqué el silbato, que era la señal prevista
para que mis hombres salieran de los pozos. Un par de segundos después,

230
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

surgieron de la nada 200 infantes de marina perfectamente enmascarados y


contentos de ver la cara de asombro e incredulidad del jerarquizado visitante.

Todos los integrantes del BIM 5 son expertos conocedores de la


zona y están muy bien entrenados en supervivencia en zona fría y
monte austral. Con sus medios auxilia y asiste a Comisiones
científicas, culturales o a simples viajeros, en coordinación con el
organismo de Defensa Civil de la Municipalidad de Río Grande. El
Batallón recibía cada tanto la visita de Secciones o Compañías de las
Unidades de Infantería de Marina del Norte, que se integraban
rápidamente y participaban de las ejercitaciones programadas en el
terreno. (68)
(68) Nota del autor: Cuando se dice que el Batallón ―sale al terreno‖, quiere
decir que se desplaza al campo, tarea que se realiza en cualquier época del
año. En invierno son normales las temperaturas de -10, -15, y hasta -20 C.
Miembros del Batallón colaboraron en su momento en las expediciones
científicas y antropológicas, como el caso de la Dra. Anne Chapman, de la
Universidad de la Sorbona, acompañada del cineasta Jorge Prelorán.

El Capitán de Navío Daniel Ponce, Segundo Comandante del BIM 5


en 1982, recuerda que la presencia del grupo aeronaval insular
facilitaba el adiestramiento, en especial por el empleo de sus
helicópteros, a los que se agregaban a veces los del Ejército y la
Prefectura Naval. Estas aeronaves colaboraban muy eficazmente
durante las ejercitaciones y permitían realizar rápidos traslados a
diversas zonas de la Isla, obteniéndose excelentes resultados
profesionales para el adiestramiento de la Unidad especializada en
acciones ofensivas de rápida ejecución, planificadas con poco
margen de tiempo. (69)
(69) Esta capacidad del BIM 5, hizo que su Comandante propusiera un
ataque a la Cabeza de Playa junto con alguna Unidad del Ejército, cuando
los ingleses desembarcaron en San Carlos. La propuesta fue descartada por

231
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

el General Jofre. Ese ataque podría haber alterado sensiblemente los planes
enemigos. Tampoco le aceptó a Robacio la propuesta de atacar a los ingleses
después del desastre británico en Bahía Agradable, éxito logrado por el eficaz
bombardeo de la Fuerza Aérea. Durante las conversaciones establecidas con
los mandos ingleses después de la rendición del 14 de junio, los jefes
británicos insistían en preguntar por qué no se habían hecho esos ataques,
que por otra parte son doctrinarios. La Guerra de Malvinas es estudiada en
las Escuelas Militares de occidente como la última guerra moderna. Una de
las mayores críticas es la relacionada con la inacción argentina en las
oportunidades mencionadas y por el concepto arcaico aplicado para la
defensa establecida, por los Generales Menéndez y Jofre. No todas son malas
noticias, porque se pondera mucho la actuación de la artillería, de la aviación
y de la Infantería de Marina.

En 1982 existía un grupo de civiles colaboradores, que se


acercaron al Batallón y establecieron un fuerte enlace entre la
población y los marinos. Hasta tal punto llegó esa comunicación,
que varios de ellos se integraron voluntariamente a las ejercitaciones
en el terreno y tuvieron el privilegio de ser adiestrados como
observadores adelantados de artillería y para el control del apoyo de
fuego aéreo. Demás está decir que si se entrenaba a los civiles, el
personal de Oficiales, Suboficiales, y Cabos del Batallón, habían
aprendido a dirigir los fuegos de apoyo aéreo y de artillería de
campaña, aspecto que tendría mucha importancia durante la guerra.
Cuando el Capitán Ponce era Comandante del BIM 4 con
asiento en Trelew, solicitó su traslado al BIM 5 porque consideraba
que era todo un desafío profesional debido al prestigio que tenía esta
Unidad, cuyo Comandante el Capitán Robacio, iniciaba el segundo
año como tal. Logrado el traslado, Ponce asumió como Segundo
Comandante en la Navidad de 1981. Ese mismo día el Comandante
de la Infantería de Marina Contralmirante Büsser, se presentó en la
Unidad para realizar una Inspección General de Eficiencia. Lo que
232
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

llamó más la atención, era que Büsser pasó por alto el aspecto
administrativo de la supervisión y se dedicó exclusivamente a la
actividad táctica, para lo cual tuvieron que salir al terreno para
realizar una ejercitación de ataque y defensa, con apoyo de fuego de
la Artillería de Campaña y la Aviación Naval. ¡Feliz Navidad,
muchachos!

Escudo del BIM 5 y su lema: ―Pugnam pereor per patriam‖. Nota del autor:
en 1968 el Comandante del Batallón Capitán de Fragata Wulff de la Fuente,
me solicitó que diseñe un Escudo para la Unidad. La Armada exige que se
respete la heráldica, y el escudo siempre tiene que tener una ―corona naval‖
representada por la popa de un galeón y velas cuadras como muestra la
figura. Se me ocurrió poner la Cruz del Sur, algún animal mitológico como la
serpiente marina y el apoyo para una lanza, representado por el corte lateral
en el escudo. Ese corte significaba para mí que las Islas Malvinas no eran
parte del territorio de Tierra del Fuego. Los burócratas de Buenos Aires
rechazaron la idea por belicosa o algo así, de manera que reemplacé lo de las
―Islas Malvinas‖ por la forma que tiene la ―Bahía de San Sebastián‖ Los
Oficiales del Batallón estaban disgustados porque decían que el escudo
―tenía colores muy chilenos‖. Esta imagen responde bastante al diseño
original.
Después de aprobar satisfactoriamente la inspección, continuaron
con la rutina de la Unidad, entre ellas el comienzo de las licencias

233
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

anuales, aunque siempre obsesivos por la instrucción, incluyeron


una salida más al terreno para verificar la eficacia de los planes de
alistamiento y llamada. (70)
(70) Un Plan de Llamada es la previsión escrita para convocar rápidamente
al personal de franco, en situaciones de emergencia.

Indudablemente el Batallón 5 era una Unidad lista para el combate,


y sólo le faltaba la oportunidad de demostrarlo. Llegado el año 1982,
el primer ejercicio con el Batallón completo comenzó el 3 de marzo,
y el segundo a mediados de ese mes, donde practicaron marchas y
ataques nocturnos y diurnos, con la participación de aviones y
helicópteros de la Aviación Naval, y la Batería de Artillería de la
Unidad.

El Capitán Robacio desconocía las tareas de planeamiento que


estaban desarrollándose en ese momento, para realizar un
desembarco en las Malvinas. Un día recibió la visita del Jefe de
Logística del Estado Mayor del Comando de la Infantería de Marina,
Capitán de Fragata Lorenzo Payba, compañero de promoción de él.
Notó que actuaba reservadamente y se mostraba muy interesado en
conocer el estado de las obras costeras en Cabo Domingo, cuyas
playas eran aptas para el varado de buques de desembarco del tipo
BDT Cabo San Antonio. Este tipo de buque estaba capacitado para
acercarse a la playa, varar, y por medio de la rampa existente en su
proa, embarcar o desembarcar materiales y vehículos pesados. De
los diálogos que mantuvieron, Robacio se dio cuenta, sin que Payba
se lo haya dicho explícitamente, que estaba planeándose un
desembarco en las Islas Malvinas y que el Batallón 5 no había sido
seleccionado para esa misión. Decepcionado por esa conclusión no
comentó a nadie su sospecha, pero a partir de ese momento insistió
en realizar ejercitaciones de ataque nocturno, técnica en que la

234
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Unidad había sido adiestrada desde el año anterior. También


hicieron ejercicios de alistamiento sin previo aviso, en momentos en
que todo el personal jerarquizado se hallaba en sus domicilios.
Estaba previsto para estos casos la escucha en determinado horario
de una radio comercial local; cuando se emitían ciertos mensajes,
quería decir por ejemplo que tenían que trasladarse al Cuartel en la
forma más velada y rápida posible, y desde allí, en el más absoluto
silencio marchar a un determinado lugar del terreno organizados por
Compañías. De esta manera se lograba dificultar o burlar el
constante espionaje chileno que seguía todos los movimientos del
Batallón, tomaba fotografías, y estaban atentos a cuanta actividad se
realizaba, ya sea en el Cuartel o en el campo.
Relata el Capitán Ponce:
―Al comenzar el mes de marzo de 1982 se notaba un ambiente
raro. Cuando nos comunicábamos por asuntos de rutina con Buenos
Aires, Puerto Belgrano, o la Base de Infantería de Marina Baterías,
los interlocutores habituales no estaban porque se encontraban en
ejercitaciones, en reuniones que no podían interrumpirse, o
realizando tareas que demandaban su ausencia. Todo muy raro.‖
Debido a esos indicios, excepto el Capitán Robacio, cuando
realizaban los alistamientos actuaban convencidos de que estaban en
vísperas de una nueva crisis con Chile. Cuando salían al terreno,
dejaban en el Cuartel una guardia de Estado Mayor, y los canales de
comunicaciones en escucha permanente, en especial los enlaces con
el Comando Superior, es decir la Fuerza de Infantería de Marina Nº
1 con sede en Rio Gallegos, cuyo Comandante era el Capitán de
Navío Manuel Tomé. (71)
(71) Como veremos más adelante al tratar el tema del espionaje británico
previo a la Guerra de Malvinas, describiremos el permanente enlace entre las
Agregadurías Militares chilenas en Europa con Londres. El MI6 necesitaba el

235
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

auxilio de los chilenos por su natural motivación contra nuestro país, y por la
facilidad para infiltrarse en las ciudades del Sur argentino, en especial en
Ushuaia y Río Grande. Sin duda Inglaterra podría haber supuesto que si se
desembarcaba en Malvinas, la Unidad designada podría ser el BIM 5, lo cual
justificaría ese espionaje. De todas maneras, esta actividad chilena era
constante desde muchos años atrás. El BIM 5 desde su origen, siempre vivió
un clima de guerra.

Psicosis
Una madrugada de fines de marzo de 1982, el comando del
BIM 5 recibió el siguiente mensaje radial: “están bombardeando Río
Gallegos”, noticia coherente con la creencia generalizada de que
habría una crisis con Chile. Si esa versión resultaba positiva, en
pocos minutos se produciría una acción similar en Río Grande y
seguramente contra el asentamiento del Batallón. Inmediatamente el
Capitán Ponce alertó a las Compañías que en ese momento estaban
ejercitándose en el terreno, al Comandante del Batallón, y a las
familias cuyas casas se encontraban cerca del Cuartel. Mientras
tanto puso a “cuanto operador tenía a mano para corroborar la
versión‖.
Esa alerta poco común, produjo el inmediato éxodo de las
familias que habitaban viviendas vecinas al Cuartel, que también
tenían cierto nivel de alistamiento. Escaparon dirigiéndose hacia el
Sur por el camino que conduce a Ushuaia, llevando mantas,
alimentos y agua. Había transcurrido no más de media hora y como
el ataque aéreo no se producía, insistieron en confirmar o desmentir
la especie cuanto antes. Dos horas después se enteraron que la
alarma se había originado cuando un centinela de una Unidad del
Ejército ubicada en Río Gallegos, detectó movimientos sospechosos
cerca de su Puesto, y había efectuado disparos de intimidación. La
versión se convirtió en una bola de nieve que creció
236
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

desmesuradamente. Al amanecer se comprobó que los movimientos


sospechosos que habían motivado los disparos, fueron originados
por algunos animales sueltos. La falsa alarma fue el resultado de una
larga cadena de malos entendidos, que produjo tal nivel de psicosis,
que culminó con la versión del bombardeo. El episodio fue tomado
con buen humor, porque decían que era un excelente argumento para
probar el grado de alistamiento de las familias. A pesar del
desmentido, el Batallón permaneció en estado de alerta amarilla, se
cubrieron todos los canales de comunicación operativos, y se
reforzaron las guardias.
A pesar de la reserva relacionada con la partida de la Fuerza de
Tareas Anfibia hacia las Islas Malvinas, en la noche del 1º al 2 de
abril, la BBC de Londres anunció que ―una Fuerza de Tareas
Anfibia argentina se dirigía a las Islas Falkland con el fin de
invadirlas‖. En esos momentos el BIM 5 estaba realizando
ejercitaciones en el terreno, y la noticia hizo que el Comando
ordenara el regreso inmediato de las Compañías a su Base. Al llegar
a la ciudad fueron sorprendidos por las demostraciones de euforia de
la población que se había reunido para festejar la recuperación de las
Islas, como ocurría en todos los centros urbanos de la Argentina.

El superior jerárquico
Días antes del desembarco del 2 de abril, fue designado
Gobernador de las Islas Malvinas el General Mario Benjamín
Menéndez. Como dijimos, la noticia le fue dada por el presidente de
la Junta Militar, General Galtieri. Mencionamos anteriormente que
Menéndez expuso sus dudas acerca de si era oportuno realizar un
desembarco en momentos, en que estaban desarrollándose
negociaciones diplomáticas. Ante este comentario Galtieri le
respondió con rostro serio:

237
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

-General Menéndez, este no es un tema de su competencia. Es un


tema que ya ha sido analizado por la Junta Militar y por el
Canciller.
-Mi general, ésta es una duda que yo como general, sentía la
obligación de expresar- le respondió. (72)
(72) Informe Rattenbach, Tomo III Declaraciones. General Menéndez, folio
480. Por supuesto que la lógica inquietud de Menéndez la tenían muchos
Generales, Almirantes y Brigadieres, pero la ―decisión‖ estaba tomada.

Invocar a “la Patria”, al ―Estado‖, al ―Gobierno‖, a la “Junta


Militar”; a la ―Institución‖, o a “la superioridad”, son argumentos
al que apelan los militares cuando no pueden o no quieren dar
explicaciones. Entonces presentan al subordinado una imagen
superior, intocable, sensible y ciertamente inalcanzable, a la que no
podría oponerse ningún subalterno.

Los Generales Jofre y Galtieri en Puerto Argentino.


Galtieri viajó a Puerto Argentino para visitar las Islas y
entrevistarse con los altos mandos. Cuando regresó al continente,

238
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

sin consultar a nadie dispuso el cruce a la Isla Soledad de la Brigada


de Infantería III, una “Gran Unidad de Combate” al mando del
General Omar Edgardo Parada. Sin lugar a dudas, a esa altura de los
acontecimientos el supuesto nacido en el Pentágono había
comenzado a desmoronarse y surgían las primeras improvisaciones.

El General de Brigada Mario Benjamín Menéndez gobernador de las Islas


Malvinas, en Puerto Argentino. Luce un super abrigo no reglamentario. En
su mano izquierda lleva el bastón de mando, tal como lo hacían los generales
alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Bajo su dirección el General
Daher estableció el primer plan de defensa, en el supuesto de que la Fuerza
de Desembarco británica iba a proyectarse directamente sobre la capital de
las Islas. Menéndez, ordenó el envío de los Regimientos de Infantería Nº 5 a
Puerto Howard y Nº 8 a Puerto Fox en la Gran Malvina, que traería
gravísimas consecuencias logísticas para esas Unidades. (Declaración de
Menéndez ante la Comisión Rattenbach).
Mientras tanto el 7 de abril fue creado el Comando del Teatro de
Operaciones del Atlántico Sur con asiento en Comodoro Rivadavia,
integrado por el General de División Osvaldo Jorge García, el
Vicealmirante Juan José Lombardo (que sería su Comandante) y el

239
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Brigadier Mayor Sigfrido M. Plessl. Cuando el General García


visitó Puerto Argentino, en armonía con lo que pensaba Galtieri
afirmaba que había que ocupar con fuerzas militares la Isla Soledad.
En este aspecto Menéndez fue influenciado por los deseos de la
“superioridad”, pero también por su cuestionable visión operacional
en la coyuntura. (73)
(73) La designación de un Comandante o de un Gobernador como en este
caso, implica que el superior que lo nombra deposita toda su confianza en el
subordinado para cumplir una determinada ―misión‖. Galtieri declaró en la
Comisión Rattenbach, que Menéndez era su mejor General. Durante el
desarrollo de sus funciones en Puerto Argentino, no debería haber sufrido las
interferencias que producía el General Galtieri, porque una vez designado e
impuesta su misión, lo que tendría que haber hecho, era preocuparse por
apoyar y solucionar las necesidades de su subordinado, a través de la cadena
de mandos. En nuestra historia militar, durante la Guerra de la
Independencia, Mariano Moreno, que era miembro de la Primera Junta,
interfería; Bernardino Rivadavia, miembro del Triunvirato interfería; Juan
Larrea y el Director Posadas también interferían. Estos personajes históricos
manejaban los asuntos desde miles de kilómetros, y perjudicaron las
decisiones operativas de Balcarce, Belgrano, San Martín, y Brown. Esta rica
experiencia, a la que se agregan numerosos casos ocurridos durante la
Segunda Guerra Mundial, parecería no haber sido asimilada por Galtieri y
revela cierto grado de inseguridad en sí mismo.

Cruce del BIM 5


Eran las 6 de la mañana, cuando en el aeropuerto de Río
Grande se encontraba parte de una tanda de Conscriptos Clase 62
dados de baja, que esperaban el avión para trasladarse a sus hogares.
Otra parte estaba formada de civil en la plaza de armas del Batallón,
lista para ser trasladada al aeropuerto. Abordar el avión era para
ellos regresar a la patria chica después de más de un año de
ausencia. Podrían abrazar nuevamente a sus familias y a sus

240
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

amores. En ese momento vivían un ambiente pleno de alegría,


porque el servicio de conscripción había sido muy duro.
Primero fue un rumor, que decía que el BIM 5 había sido
seleccionado para cruzar a las Islas Malvinas. Después se confirmó
la especie y que iban a ser reintegrados al Batallón. Relata el
Conscripto Clase 62 Javier Paredes, que “sintió bronca, impotencia
y angustia” cuando recibió la noticia, pero que después, cuando
volvió a vestir el uniforme de combate, comprendió el significado de
esa reincorporación, y comenzó a sentir el orgullo de poder defender
a la Patria y recuperó el antiguo espíritu de Unidad. La dramática
alternativa era la posibilidad de una guerra, de la que podrían no
regresar. Esos hombres componían un excelente conjunto de
veteranos que serían muy útiles para operar en las Islas. A Paredes
le asignaron el mismo puesto que tenía antes: Jefe de pieza de cañón
sin retroceso de 105 mm. Para reincorporar a los que estaban en el
aeropuerto, enviaron a un Oficial de Enlace . El reingreso de los
veteranos de la Clase 1963, permitió dejar en el continente a los
menos capacitados, y fue el motivo por el cual el Batallón 5 arribó a
las Islas con su máxima capacidad de combate. La esperada orden de
cruzar llegó el 8 de abril a las 9 de la mañana, por intermedio de un
llamado telefónico codificado entre el Almirante Büsser y el Capitán
Robacio. El Almirante le preguntó cuánto tiempo necesitaba para
estar listo para saltar a las Islas. Robacio le respondió:
-En el momento en que llegue la primera aeronave, la Unidad
iniciará su desplazamiento y embarque, así que dígame Ud. Señor
en cuanto tiempo aterrizarán en Río Grande, ya que el Batallón está
listo-
- Bien- dijo Büsser, sin ocultar su satisfacción y agregó:
- En aproximadamente cuatro horas aterrizará el primer avión, y a
partir de ese momento el traslado será continuado. (74)

241
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

(74) Robacio, ―Desde el frente‖, p. 40

Los aviones llegaron ese mismo día, e inmediatamente comenzó el


transporte a las Islas.
El traslado de una Unidad militar a otra zona es una función
compleja, para esa tarea los infantes de marina instalan lo que
llaman “Cuarto Logístico”, donde se realizan las coordinaciones
necesarias para desarrollar la tarea en orden y con la mayor fluidez,
de acuerdo con el cronograma establecido.
Mientras tanto la Junta Militar aún seguía confiando en que los
británicos optarían por negociar.
Desde el Cuarto Logístico era mantenido un contacto
permanente con el Comando de la Fuerza, es decir que todos los
niveles estaban informados de la situación y actividades que estaban
desarrollándose. Para coordinar las tareas de carga en el aeropuerto,
se designó un Oficial de Embarco con su correspondiente equipo de
comunicaciones, medios de movilidad y auxiliares de Estado Mayor.
(75)

(75) El ―Oficial de Embarco‖ es un experto en logística. especializado en


planificar y organizar la carga de los materiales y su estiba en un orden
determinado, y el embarco del personal. Se logra esta capacitación por medio
de un Curso.

Finalizada la carga de combustible, despegó el primero de los


aviones que llevaba al Comandante del Batallón con el “escalón
adelantado” del Puesto de Comando. Para el 11 de abril a la
madrugada, habían cruzado las Compañías reforzadas M y N, que
sumaban unos 500 hombres, y la Compañía O disminuida en
efectivos pero reforzada, que sumaba unos 100 hombres en total.
También había llegado a Puerto Argentino la Compañía de
Comando y Apoyo Logístico. Esta Subunidad estaba conformada
242
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

por la Sección Abastecimiento (Grupo Rancho, Munición,


Transporte y Combustibles); la Sección Sanidad, integrada por el
Puesto de Socorro, Ambulancia, Grupo Bioquímica, Grupo
Odontología y Grupo Clínico-Quirúrgico; la Sección
Mantenimiento; el Grupo Transporte, y el Grupo Pañol o vestuario.
También dependían de esa Subunidad la Sección Morteros de
81mm; la Sección Morteros de 106,6 mm; el Grupo de Cañones de
105 mm; el Grupo de misiles antitanques filoguiados Bantam; el
Puesto de Comando; la Sección Comunicaciones integrada por el
Grupo Alámbrico y el Grupo Radioeléctrico, que eran unos 300
hombres, lo que hacía un total de poco más de 900 efectivos con su
armamento, equipo, vestuario, combustible, munición y raciones de
combate.
La impactante noticia de que el Batallón iba ser trasladado a
las Islas Malvinas, produjo una reacción colectiva insospechada
entre los que tenían que quedarse en el Cuartel, porque todos querían
ir, lo cual era impracticable, porque era necesario dejar un grupo de
gente para mantener los servicios. Las reacciones no se hicieron
esperar; el Suboficial Mayor Jorge Hernández Encargado del
Batallón, había recibido la orden de permanecer en el Cuartel para
asesorar al Comando de la Fuerza que estaba por llegar proveniente
de Río Gallegos. Hernández se presentó ante el Capitán Ponce, que
sabía que era una pieza fundamental para la conducción del
Cuadro de Suboficiales y de la Unidad en general. De manera que
cuando le explicó su deseo, inmediatamente lo autorizó a cruzar en
el primer vuelo disponible. Así lo hizo.
En todas las Unidades existen Conscriptos díscolos, y el
Batallón no era una excepción, a quienes bautizaron con el nombre
de “Grupo Araña”, integrado por los vagos más indisciplinados y
habilidosos. Paradójicamente formaban el Grupo de Policía Militar a

243
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

cargo del Suboficial Julio Castillo, porque al darles la entidad de


policías era más fácil educarlos, formarlos y guiarlos, porque no
podrían contradecir sus funciones. El “Grupo Araña” era uno de los
que tenía que permanecer en Río Grande. Como era de esperar y con
la complicidad del Suboficial Castillo, llegaron a Puerto Argentino
como polizones en un avión naval. Estos hombres fueron
incorporados a la 4ta. Sección de la Compañía N, que formaba parte
del dispositivo de defensa del Monte Tumbledown. Ese lugar sería
el escenario del más sangriento combate de la guerra, donde
lograron rechazar tres asaltos de fuerzas inglesas muy superiores, y
como era de esperar, los insultaban a gusto.
La rapidez en la ejecución de la orden para cruzar a las Islas -
sólo cuatro horas- dificultó a los miembros del Batallón despedirse
de sus familias. Se dejó a criterio de cada uno la forma de darles la
noticia. Muchos optaron por decir que salían de campaña y cuando
se enteraron que habían ido a las Islas por tiempo indeterminado, la
reacción de algunas señoras resultó ser más peligrosa que el
enfrentamiento con los ingleses. En Buenos Aires, el Capitán de
Navío Juan Carlos Moeremans, no le dijo a su esposa María Elena
que partía para las Islas con el General Menéndez. Las mujeres de
los militares de todas las jerarquías, están acostumbradas y no
preguntan demasiado cuando sus esposos se ausentan por razones de
servicio. A los pocos días la prensa publicó en los diarios una
fotografía de la asunción del flamante gobernador. A María Elena le
pareció que uno de los Jefes que estaba al lado de Menéndez era
muy parecido a su marido. Entonces le comentó a su hijo lo
parecido que era a su padre, que le respondió: “no mamá, no es
parecido, es papá‖.
Después de despedirse de sus seres queridos, al Capitán Ponce
le tocó embarcar en un avión de transporte Electra, en el que viajaba

244
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

el Almirante Lombardo, sus ayudantes, y un grupo de periodistas. El


avión despegó al amanecer y poco después fue invitado por el piloto
a trasladarse a la cabina de mando. Una vez instalado en la cabina, el
Capitán de Corbeta aviador Ulises Pereiro le comentó: “Señor, ¿se
dio cuenta que estamos escribiendo la historia? ¡ya estamos en
guerra! en cualquier momento nos pegan un misilazo..‖ En ese
momento todavía no, pero días después la posibilidad de ser
derribados por un misil era bastante probable.

De pronto vieron una mancha verde intenso que apareció en el


océano, eso indicaba que estaban llegando a destino, ¡eran las Islas
Malvinas! El avistamiento produjo sensaciones y sentimientos
indescriptibles, que solamente podrían comprenderse estando allí.
Una vez aterrizados comenzaron a desembarcar, y vieron que el
aeropuerto era un inmenso depósito desordenado de materiales y
cajones desparramados por los costados de la pista. No estaba
previsto un servicio de estibadores para realizar la descarga,
acomodamiento, o traslado a otro lugar. En medio del caos, el Jefe
del Aeropuerto le dijo a Ponce que le daba 15 minutos para
descargar, porque necesitaba espacio de pista para que sigan
aterrizando otros aviones que venían del continente. Recuerda que
en ese momento comprendió lo que significa el término “imposible”,
porque demoró más de media hora para descargar el Electra
empleando los mismos pasajeros, que primero tenían que dejar su
equipo bajo custodia y después hacer de estibadores. Los
numerosos bultos también fueron colocados al costado de la pista, y
cuando el avión pudo despegar, quedaban en el aeropuerto decenas y
decenas de toneladas de carga completamente desordenadas, que no
podían ser transportadas a mano por su peso. Los Hércules no tenían
capacidad para transportar camiones, y estaba previsto que serían
trasladados a las Islas por mar, pero la amenaza submarina era real y

245
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

muy peligrosa, por lo tanto esa posibilidad iba a ser descartada días
después. Mientras transitaba por el aeropuerto en medio de un
maremágnum de gente y bultos, Ponce se cruzó con el
Contralmirante Büsser, que estaba por abordar un avión para
regresar al continente. No perdió la ocasión para solicitarle los
vehículos de la Unidad. El Almirante le dijo que los mandaría, (por
lo menos era lo que hubiera querido en ese momento), y al abordar
el avión agregó sonriente: “Muchachos, lo único que les pedimos es
que aguanten 15 días‖. Hasta este momento todavía pensaban en los
altos mandos que los ingleses iban a negociar. (76)
(76) Después de la guerra, la Cámara Federal en lo Penal Criminal, Sala 2,
de la Ciudad de Buenos Aires, en su fallo condena al general Galtieri:
… ―por no planificar la defensa de las Islas una vez recuperadas".

Ese transporte y desembarco por medios aéreos, era una muestra del
inevitable desorden que se produce durante un desembarco anfibio o
helitransportado, que genera un período de vulnerabilidad hasta que
puedan organizarse las Unidades y se establezcan las primeras
defensas.

Como corresponde por Doctrina, el Comando Militar de Puerto


Argentino no había previsto la asignación de Áreas de Reunión para
las Unidades a medida que iban llegando. Superados por los
acontecimientos, existía una enorme ansiedad por recibir, descargar,
y volver a recibir con la máxima premura. Por lo tanto cada Unidad
se las arreglaba como podía.
De este modo llegó el BIM 5 a Malvinas con su equipo
individual y abastecimientos, que por sus especiales características
resulta interesante describir. Estaba integrado por:
- Un overol enterizo impermeable forrado en matelassé, que
ayudaba a mantener el calor corporal. (Después de la guerra el
246
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capitán Robacio propuso su eliminación, porque dificultaba la


rutina de las necesidades fisiológicas).
- Camisetas de abrigo.

Los aviones navales de transporte despegaban directamente desde Río


Grande hacia las Islas. En la fotografía un Electra en el momento de
desembarcar personal y carga del BIM 5.
- Calzoncillos de abrigo largo y corto.
- Un sweater de lana.
- Una parka impermeable, con forro de lana.
- Un pasamontaña.
- Una bufanda.
- Varias medias de abrigo y botas de cuero con suela de goma.
- Un birrete de abrigo, guantes y antiparras.
- Mochila conteniendo una muda de ropa completa.
- Zapatillas y elementos de higiene personal.
- Ración de combate para un día o más, de acuerdo con las
necesidades operativas.

247
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- Un colchón inflable impermeable.


- Una bolsa cama térmica.

Cuando Ponce pudo salir marchando con su gente del aeropuerto,


llevaban el armamento y el equipo individual. Caminaron varios
kilómetros hasta llegar a un gran galpón de esquila, donde se había
alojado el resto del Batallón. El edificio se hallaba en inmediaciones
de un lugar que más tarde llamarían “Casa Amarilla”, ubicada a
unos 150 metros al Este de lo que sería semanas después la primera
línea de combate. Al día siguiente por la mañana, el Capitán
Robacio se presentó al Comando Militar de las Islas ubicado en
Moody Brook, antiguo Cuartel de los Royal Marines, para recibir
órdenes. Cuando los Comandos argentinos ocuparon ese lugar el 2
de abril, encontraron abundante armamento liviano, lanzacohetes,
vino francés, y las paredes cubiertas de imágenes de mujeres
desnudas, que fueron reemplazadas por mapas de las Islas Malvinas,
para organizar una Sala de Situación. Robacio estuvo en ese lugar
todo el día reunido con el Estado Mayor, hasta que las primeras
sombras invadieron el pueblo. Fue una agotadora jornada de trabajo,
prolongada aún más por su obsesión por los detalles. Cuando
regresó al alojamiento comprobó con disgusto que no veía centinelas
por ninguna parte, y que nadie le había dado el alto al acercarse al
lugar. Visiblemente fastidiado, buscó al Capitán Ponce para pedirle
explicaciones, que recordaría años más tarde: “vino a tirarme la
bronca”. La realidad era muy distinta, la seguridad estaba instalada,
no se veían luces por ninguna parte, y reinaba el más absoluto
silencio. Los centinelas habían sido apostados, pero permanecieron
en silencio y ocultos cuando vieron aproximarse al Comandante y
sus acompañantes. Inmediatamente avisaron al Capitán Ponce de su
aproximación y le pidieron que le diga al Comandante, que cuando
hable lo haga en voz baja, “porque delataba la posición”. Después

248
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de la explicación que le dio su Segundo, Robacio insistió en


recorrer el dispositivo de seguridad establecido, y comprobó que lo
dicho era exacto. Los centinelas estaban apostados pero no se
dejaban ver, y permanecían ocultos en las sombras del lugar.
Finalmente descargó su tensión riéndose de buena gana y se dio por
satisfecho. Era indudable que el personal del Batallón estaba muy
bien adiestrado, y sabían muy bien lo que hacían. (77)
(77) Nota del autor: Por ser contemporáneo del Señor Contralmirante Carlos
Hugo Robacio, lo conocí mientras cursábamos la Escuela Naval Militar.
Pertenecía a la promoción 85, dos años anteriores a la mía. Era un hombre
de contextura menuda, delgado, muy inteligente, de fuerte carácter y
temperamento. Su voz era inconfundible, daba pasitos cortos y veloces, de
manera que era fácilmente identificable y un Comandante ideal para el
Batallón 5 por su capacidad profesional. Hombre creyente, con un profundo
sentido de lo humano, usaba palabras cálidas en el momento justo. Tolerante
con sus subordinados, varias veces le oí decir ―hijo‖ al hablar con un Cabo o
un Conscripto.

Como eran tiempos de Semana Santa, para alegría de los


hombres del Batallón, comenzaron a recibir abundantes muestras de
aprecio desde la Ciudad de Río Grande, que aprovechaban los
vuelos de los aviones de Transportes Navales para enviarles
obsequios. Junto con los saludos llegó una abundante cantidad
de roscas y huevos de pascua, empanadas de vigilia y pan fresco que
fueron distribuidos entre todos. Todavía faltaba arribar desde el
aeropuerto el material pesado, porque no disponían de vehículos.
Fue entonces cuando recibieron el espontáneo apoyo del Batallón de
Helicópteros del Ejército, que les permitió cargar y transportar
rápidamente la pesada munición y las raciones de combate
pertenecientes al tren logístico.
En el Estado Mayor del General Menéndez, comenzaba a
planificarse preventivamente la defensa de las Islas con las Unidades

249
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

disponibles. En esa ocasión, Robacio tuvo activa participación para


determinar las Capacidades del Enemigo. Era ésta una tarea que
correspondía sea realizada por el Jefe de Inteligencia del Estado
Mayor, que había adoptado el supuesto de que el enemigo
desembarcaría en fuerza directamente sobre Puerto Argentino,
criterio erróneo que no iba a ser abandonado durante toda la guerra,
y que fue una de las principales causas del desmoronamiento de la
defensa que condujo a la derrota.
Cuando la Junta Militar decidió el desembarco en las Islas,
suponía que los ingleses no actuarían ofensivamente. Esto significa
planificar en base a supuestas “intenciones” del enemigo, en lugar
de sus “capacidades”, es decir todo aquello que realmente es capaz
de hacer con los medios que dispone. Esos medios le otorgaban la
capacidad de organizar una Fuerza de Tarea y desembarcar en las
Islas con no menos de 3 Brigadas, una de paracaidistas, otra de
infantes de marina y una tercera del ejército. Además iban a
disponer de un aplastante poder naval con uno o dos portaviones,
buques capaces de dar apoyo de fuego naval y transportar tropas,
submarinos nucleares y convencionales, artillería terrestre,
helicópteros para desplazarse rápidamente, y sobre todo, una enorme
superioridad aérea, naval y tecnológica.
A todo esto la Corbeta ARA Granville, zarpaba de Puerto
Argentino para regresar a su base. El 10 de abril detectó una emisión
radar que por sus características calificó como un submarino. Ese
día el Almirante Lombardo viajó de inspección a las Islas, donde
observó algunos inconvenientes en las relaciones de mando, y una
evidente falta de organización. No existía Unidad de mando, y
tampoco se había instalado una única Central de Operaciones, ni de
Inteligencia, ni de Logística, aunque apreció un clima de franco
optimismo. A todo esto los kelpers poseían equipos de radio de largo

250
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

alcance, que daban información a los ingleses de las Islas Británicas.


Lombardo dio instrucciones para corregir esos aspectos, que no
pudieron ser logrados a lo largo del conflicto.
Al día siguiente arribó a Puerto Argentino el Transporte ARA
Bahía Buen Suceso, y las primeras fracciones de la X Brigada del
Ejército. Mientras tanto, los Guardacostas de la Prefectura Naval
Islas Malvinas y Río Iguazú, habían zarpado de Puerto Deseado
rumbo a las Islas.
El Estado Mayor en Malvinas seguía jugando con las supuestas
intenciones de los ingleses, y no con sus capacidades, que como
vimos, es en la práctica lo que podrían hacer en base a sus medios.
De presentarse la Fuerza de Tareas directamente en el objetivo,
Puerto Argentino, los ingleses no tendrían suficiente apoyo de fuego
naval y aéreo para neutralizar los efectivos terrestres argentinos en
posición en ese lugar, y corrían el peligro de ser atacados en masa
por la aviación propia. Inglaterra ya había sufrido las consecuencias
desastrosas de una acción directa sobre el objetivo cuando
efectuaron una incursión en Dieppe, durante la Segunda Guerra
Mundial.

Robacio asistió a una nueva reunión del Estado Mayor con el


flamante Comandante de las Fuerzas de Infantería de Marina en las
Islas Malvinas (COFUERIMVINAS), función que desempeñaba el
Capitán Juan Carlos Moeremans. Ambos expresaron su opinión,
afirmando enfáticamente que los británicos tratarían de desembarcar
administrativamente y sin oposición en algún lugar alejado, y que
después iban a dirigirse a Puerto Argentino por medio de una
campaña terrestre. De las tres Brigadas que podrían traer, sólo una
era especialista en desembarcos, los Royal Marines; el resto
integrados por paracaidistas y fuerzas del ejército, no lo eran. A

251
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

pesar de ese asesoramiento, los Generales no coincidían con ese


criterio y ordenaron un dispositivo apto para enfrentar un
desembarco en fuerza directamente sobre Puerto Argentino. Para
realizar la defensa, se disponía en ese momento del Regimiento de
Infantería Nº 25 (RI 25), al mando del Teniente Coronel Mohamed
Alí Seineldín; el Regimiento de Infantería Nº 8 (RI 8), al mando del
Teniente Coronel Ernesto Repossi; y el BIM 5.

De acuerdo con la idea de Galtieri, el General Menéndez


dispuso que el RI 8 sea trasladado a Puerto Fox, Isla Gran Malvina,
separada de la Isla Soledad por el Estrecho de San Carlos. El RI 8
había recibido la orden de trasladarse a las Islas el 4 de abril, y el día
6 a las 11 de la mañana, comenzó el movimiento. Una vez en Puerto
Argentino fue transportado en helis y en el buque Isla de los Estados
a Bahía Fox, donde entró en posición el 14 de abril en lo que
denominaron Bahía Fox Este y Bahía Fox Oeste.

Esa decisión hizo que semanas más tarde las Unidades allí
establecidas sufrieran las consecuencias del aislamiento por la
interdicción aeronaval enemiga, con la consecuente ausencia de
abastecimientos de todo tipo, que provocaron hambre y posterior
rendición, sin haber tenido oportunidad de enfrentarse en un
combate abierto con los ingleses. Dos Conscriptos iban a morir de
inanición por las falencias logísticas en la Isla Gran Malvina.

252
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La Bahía Fox (mencionada a veces como Bahía Zorro). En este lugar


desembarcó el RI8. A partir del momento del ataque enemigo del 1º de mayo,
comenzó a incrementarse la falta de abastecimientos y las consecuencias del
aislamiento y falta de apoyos de todo tipo.

La desolada Bahía Fox, tomada en una panorámica hacia el SO. Fotografía


de Adrian Rinckert-Balfe
De esta manera se concretó el cuestionable primer Plan Defensivo.
Por otro lado y de acuerdo con la orden recibida, el BIM 5 adoptó el
siguiente dispositivo:
253
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- Compañía M (reserva) en la altura Sapper Hill.


- Compañía N en las alturas Monte William-Tumbledown.
- Compañía O (-) en Monte Longdon.

La orden del General Daher imponía al BIM 5 un frente de


despliegue de unos 16 km, extensión que contradecía la Doctrina
Defensiva, que para una Unidad de este tipo prescribía no más de 6
km de frente. Parecería que en la Central de Operaciones de Puerto
Argentino, utilizaban cartas topográficas con escalas diferentes. Una
posición defensiva de tanta amplitud tenía la misma fortaleza que
una tela de cebolla, indefendible en la práctica, y que fue una mala
decisión del Estado Mayor que insistía en que los ingleses iban a
desembarcar sobre Puerto Argentino. Por ese motivo dispuso que la
Unidad del Ejército más acostumbrada a la zona fría, el RI 25,
estableciera una defensa perimetral en el aeropuerto, que por su

254
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

distribución y extensión, también tendría la resistencia de una tela de


cebolla.
Una de las tendencias del Comando Militar en Malvinas, era la
de desmembrar Unidades para subordinarlas a otras, decisiones que
dificultaban la integración, adaptación, y coordinación entre las
mismas. A todo esto y contrariamente a lo supuesto por la Junta
Militar, tres días después del desembarco del 2 de abril, el gobierno
británico anunciaba con gran aparatosidad el envío de una poderosa
Fuerza de Tareas, integrada por 51 buques de guerra, 21 barcos
auxiliares, 54 naves mercantes, y 171 aeronaves, con un total de
28.000 hombres, que zarparon desde sus bases en medio de un gran
esfuerzo mediático. Indudablemente pensaban dar un escarmiento a
los que llamaban argies, con una fuerza que indudablemente estaba
preparada desde antes del 2 de abril. (78)
(78) Argies: ―argentinitos‖.

255
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En el mapa está representado el importante esfuerzo ofensivo de Inglaterra.


Desde la metrópoli y desde su base en Gibraltar, la Fuerza de Tareas Anfibia
se dirigió a la Isla Ascensión, que iba a ser su centro principal operativo y
logístico en tierra. Desde allí el esfuerzo se concentró en la recuperación de
las Georgias y las Malvinas.

Los infantes de marina inmediatamente comenzaron a preparar


sus posiciones defensivas, para lo cual disponían de todos los
medios, sin perjuicio de reforzar las posiciones con cuanto elemento
útil encontraban por las inmediaciones. También reconocían el
terreno hacia el frente y comenzaron a jalonarlo para aprovechar sus
características naturales. (79)
(79) Se jalonaba, es decir que por medio de jalones se tomaban referencias
en base al cambio de color de las zonas como los montículos vegetales y de
piedra. De esta manera se graficaban las distancias para regular las alzas de
las armas; se identificaban blancos auxiliares para realizar transportes de
tiro; se planificaban los fuegos para canalizar el avance enemigo y los fuegos
finales de protección con las ametralladoras y morteros, además de
identificar las direcciones principales de avance enemigo. También se
construyeron obras de protección integradas por casamatas, pozos de zorro,
nidos de ametralladoras, trincheras de arrastre y de comunicación entre las
obras, refugios antiaéreos, planes de cruzamiento de los fuegos, posiciones de
combate alternativas, secundarias y de recibimiento. También se planificaron
los contraataques considerando las probables avenidas de aproximación
enemigas, y seleccionaron las posiciones de partida para lanzarlos.
Posteriormente se ensayaron los Planes de Fuego con tiro real y se
efectuaron pruebas de comunicaciones radioeléctricas y por cable. La
Sección Comunicaciones del Batallón, llegó a instalar 120 Km de cables, una
cantidad superior a la establecida por la sumatoria de todas las Unidades del
Ejército.

El 17 de abril la Fuerza Aérea cuestionó ante el Estado Mayor


Conjunto el Plan de Búsqueda y Rescate del Comandante del Teatro
de Operaciones Sur, con el argumento de que esa tarea era de su

256
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

responsabilidad. Para ello requería que le fueran subordinados todos


los buques y aviones destinados a ese fin. Esta iniciativa era el
producto de la falta de una Doctrina Militar Conjunta y no se le dio
curso.

A partir del 20 de abril fueron integrados los Planes de Fuego


de las Subunidades del BIM 5 y de las armas de apoyo, con la
incorporación de la Batería B del Batallón de Artillería de Campaña
Nº 1, que entró en posición en Fellton Strem y estaba al mando del
Teniente de Fragata Mario Abadal. Como el terreno era blando y
muy húmedo, se lo reforzó con piedras y tierra. Finalmente y con el
muy eficaz apoyo de los helicópteros del Ejército se distribuyeron a
cada sector de responsabilidad las cocinas de campaña orgánicas del
Batallón y los víveres. (80)
(80) En las Unidades de la Infantería de Marina se disponía de varias
cocinas de campaña de origen israelí que funcionaban con gas oil. Se las
llamaba en la jerga ―judías‖. Buena parte de las cocinas del Ejército
funcionaban a leña, elemento inexistente en las Islas Malvinas

La distribución de las cocinas permitió distribuir diariamente tres


comidas calientes en tachos térmicos: desayuno, almuerzo y cena.
También tenían provisiones de cantina: galletitas, caramelos,
cigarrillos, harina, aceite, azúcar, yerba, té y chocolate. Durante el
combate sería impracticable distribuir comida caliente, entonces se
distribuyeron raciones de combate para ser consumidas en esos
casos. Estas raciones tenían caramelos, galletitas, chocolate en barra,
café con leche en polvo, cigarrillos, latas de conserva con guisos de
varios tipos, pastel de carne, o fideos al tuco. También tenía un
calentador con pastillas de alcohol sólido para calentarlas.
El humo de las judías, de los fuegos, y a veces de los asados,
se mantenían ocultos a la observación enemiga, que aunque no
257
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

habían desembarcado, seguramente contaban con la colaboración


espontánea de los kelpers, o de grupos de Comandos ingleses
infiltrados entre la población. Ciertamente iba a entrarse en combate
con la población en contra, con quienes las fuerzas argentinas no
tenían que tener ningún contacto, salvo por razones operativas.
Siempre hay que considerar una aproximación indirecta y planes alternativos.
Liddell Hart

Mientras tanto los días pasaban dramáticamente, y los ingleses


lejos de sentarse a la mesa de negociaciones, se aproximaban a las
Islas en disputa con la Fuerza de Tareas Anfibia. La actitud británica
desconcertó al General Galtieri, que ordenaba reforzar la defensa de
las Islas con Unidades que no estaban preparadas para hacerlo, cuyo
denominador común era la improvisación. Galtieri seguía
persuadido de que el gobierno inglés iba a dialogar antes de intentar
cualquier acción ofensiva, de acuerdo con la información que había
recibido en el Pentágono el año anterior. Esa engañosa versión fue
parte de la trama que nos condujo a la guerra, y un gran error
estratégico que se sumó a la creencia de que los ingleses
desembarcarían en fuerza sobre la capital malvinense. Cuando tomó
conciencia del catastrófico engaño, comenzó un período de
permanentes improvisaciones y el diseño apurado de la defensa.

Paralelamente los ingleses subestimaban a nuestras Fuerzas


Armadas, creyendo que la campaña de las Falkland les iba a resultar
muy fácil. Fue por eso que hubo expresiones jactanciosas y
arrogantes de los mandos británicos en el momento de la partida, y
la prensa británica llegó a decir que la campaña iba a ser un “pic
nic”. (81)
(81) El ABC de la doctrina militar, dice que nunca hay que subestimar al
enemigo.

258
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Acostumbrados a las campañas militares fáciles, otra de las


suposiciones de los ingleses era que los Oficiales y Suboficiales
abandonarían a la tropa, y que ésta iba a huir al primer disparo. Sin
embargo, a medida que fueron descubriendo las capacidades de
nuestros pilotos y la bravura de los integrantes de nuestra defensas
terrestres, que les provocaron pérdidas muy graves, se dieron cuenta
que el costo iba a ser mucho mayor de lo que pensaban inicialmente,
a tal punto que si la defensa hubiera ofrecido resistencia por un
par de días más, se habrían visto obligados a parlamentar. A la
Junta Militar le faltó calcular este factor, porque los ingleses no
responderían positivamente ante una simple amenaza, sólo
reaccionarían de ese modo si el costo de la guerra les resultara
inaceptable, y estuvimos a punto de provocarlo. De todas maneras
es indudable que no podríamos obtener un triunfo en Malvinas, pero
podríamos haber logrado el cese del fuego para parlamentar, sin
humillar al viejo león inglés.
Paralelamente en el continente, las tareas asignadas al BIM 5
en la Isla Grande de Tierra del Fuego, es decir la defensa del
territorio ante un hipotético ataque chileno, eran asumidas por
Unidades de Infantería de Marina provenientes de Puerto Belgrano.
Según declaraciones del Contralmirante Büsser en el Informe
Rattenbach, para la ejecución del desembarco del 2 de abril, pensaba
escoger batallones que ―consideraba mejor preparados‖ para la
ofensiva que el BIM 5:
―Para hacer la operación de captura (SIC) de Malvinas, el
mejor Batallón de asalto que yo tenía era el Batallón 2, de Puerto
Belgrano. Por eso se hizo la operación con el Batallón 2, porque
para hacer un asalto anfibio en una época en que el clima no era
muy riguroso, era mi mejor Batallón. Era el mejor de dos

259
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Batallones de nivel muy parejo: el 1 y el 2. Pero éste había actuado


el año anterior, en el mes de octubre, en el operativo UNITAS,
había hecho un ejercicio con los americanos de nivel Batallón,
entonces el sesenta o el setenta por ciento de los cuadros tenía un
adiestramiento muy próximo en asalto anfibio, de manera que, por
eso, yo lo llevé como Batallón el 2 de abril.‖ (82)
(82) CAERCAS Tomo V, Declaración del Contralmirante Büsser, folio 952.
El Operativo UNITAS se hacía regularmente con la Infantería de Marina,
submarinos y buques de superficie, integrados con fuerzas navales de los EE
UU. Nótese que en su declaración Büsser dice ―captura‖, en vez de
―recuperación‖.

De acuerdo con las declaraciones de Büsser, el adiestramiento del


BIM 5 era un poco inferior, o a lo sumo similar a sus pares del BIM
1 o BIM 2, de lo que se desprende que el nivel profesional de la
Infantería de Marina era muy parejo. Como dijimos anteriormente,
el desembarco del 2 de abril en Malvinas fue hecho a la perfección
por el BIM 2, conjuntamente con fuerzas especiales. Más allá del
indudable reto que significaba para Inglaterra el desembarco, desde
el punto de vista profesional fue muy ponderado en el ámbito militar
de los principales países del mundo. Es poco común tener que
cumplir una misión de esta naturaleza, con la orden de no producir
bajas en el bando enemigo; sin embargo así fue por una buena dosis
de suerte.
Durante el Conflicto de Malvinas el Almirante de cuatro
estrellas Harry Train, era Comandante de la Flota del Atlántico de
la Marina estadounidense. Referente al desembarco argentino dijo:
―La ocupación de Puerto Argentino el 2 de abril, sin
derramamiento de sangre británica, fue una operación ejemplar.
Bien planeada e impecablemente ejecutada. Los 700 infantes de
marina y 100 integrantes de las Fuerzas Especiales desembarcaron,

260
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

lograron sus objetivos, y se reembarcaron a medida que fueron


reemplazados por fuerzas de ocupación del Ejército.‖ […] ―Yo no
trato la Operación Rosario en este estudio porque fue impecable.‖
Durante ese periodo los medios de prensa argentinos y
extranjeros solicitaban a la Secretaría de Información Pública del
gobierno militar, el correspondiente permiso y acreditación como
Corresponsales en las Islas, con el fin de levantar información sobre
los acontecimientos. No solamente no se autorizó, sino que hubo
algunas excepciones y privilegios, como por ejemplo la presencia en
las Islas de Nicolás Kasanzew de ATC, que fue uno de los
periodistas acreditados que se preocupó por tratar de interpretar lo
acontecido desde un punto de vista distinto y positivamente. El 4 de
abril llegaron a las Islas varios corresponsales de la agencia
TELAM, cuya actividad informativa se redujo prácticamente a lo
que sucedía en Puerto Argentino, porque no se les permitía visitar el
frente por razones de contrainteligencia, y cuyos reportajes y
fotografías, a veces preparadas escenográficamente, eran remitidos
al continente en aviones de la Fuerza Aérea. (83)
(83) Las fuentes de información británicas eran numerosas. Los aviones
Nimrod de búsqueda y control marítimo; la información satelital; agentes de
inteligencia, submarinos y radares chilenos; los agentes británicos y
norteamericanos infiltrados en nuestro territorio continental; los kelpers que
no perdían oportunidad de colaborar con sus amos; las patrullas de
exploración integrada por Comandos británicos, algunos de ellos
mimetizados entre los isleños; fotografías aéreas; buques mercantes afines; y
un largo etcétera. Ante tamaña adversidad en el campo de la
contrainteligencia, no se podía aceptar que los periodistas visiten las
posiciones de infantería y artillería, y mucho menos conocer el estado de la
pista aérea. Había buques en Puerto Argentino y posiciones antiaéreas y
terrestres cercanas, cuyos reportes podrían brindar interesante información a
nuestros enemigos. En la obra ―Falkland Islanders War‖, del kelper Graham
Bound, se hace mención explícita a los numerosos Comandos ingleses que se

261
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

hacían pasar por kelpers que circulaban por Puerto Argentino, y vaya a saber
por qué otros lugares, que nunca fueron detectados por la falta de iniciativa
del Gobernador Militar.

262
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XV

LA ODISEA DEL RI 5
La Logística es una ciencia indispensable para el ejercicio del mando,
sobre todo en los niveles superiores, y para la eficaz conducción de las
operaciones. Se define como la parte del Arte de la Guerra, que tiene por
objeto proporcionar a las Fuerzas Armadas los medios necesarios para
satisfacer adecuadamente las exigencias de la guerra.
Salgado Alba

Órdenes y contraórdenes
Cuantas más fuerzas se malgasten, más aumentará el riesgo de que la
balanza de la guerra se incline en contra.
Basil Liddell Hart

Cuando se produjo el desembarco del 2 de abril, el Teniente


Coronel Juan Ramón Mabragaña era Jefe del Regimiento de
Infantería Nº 5, con asiento en Paso de los Libres, provincia de
Corrientes, justo en la frontera con el Brasil. Esta Unidad dependía
de la Brigada de Infantería III, que estaba al mando del General
Omar Edgardo Parada, con asiento en Curuzú Cuatiá. El Regimiento
realizaba incorporaciones trimestrales, y después del 2 de abril se
organizó la Unidad al completo, para lo cual hubo que convocar una
parte de los ciudadanos de la Clase 62 dados de baja. De este modo
las 3 Compañías de Infantería orgánicas, estaban formadas por
Conscriptos veteranos muy bien instruidos. Para completar los
cuadros, se le asignó un grupo de Oficiales y Suboficiales
provenientes de las escuelas de formación. Nuestro Ejército
denomina “Regimientos” a Unidades que en realidad son
“Batallones”. Un Batallón está integrado por 3 Compañías, más las
263
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

armas pesadas y los servicios, y normalmente no están completos en


tiempos de paz.
Al día siguiente del desembarco, el Jefe de Regimiento recibió
la orden de formar una Fuerza de Tareas que iba a llamarse
“Litoral”, mediante el agregado de una Compañía del RI 4 y otra del
RI 12, que iba a ponerse al mando de su Segundo Jefe. Es decir se
improvisaba una nueva organización que nunca había actuado en
conjunto. Cuando estaban organizando esa Fuerza, el 5 de abril se
anula la orden y reciben instrucciones de prepararse para ir a la
Patagonia, a órdenes del Comando del V Cuerpo de Ejército, con
asiento en Bahía Blanca, en vez del II Cuerpo al cual pertenecían. El
13 de abril comenzó el traslado aéreo de la tropa a Comodoro
Rivadavia, mientras que el material pesado era llevado por FF CC
hasta San Antonio Oeste, Río Negro, para desde allí efectuar una
marcha motorizada hasta aquella ciudad. El 18 de abril la Unidad ya
estaba en Comodoro Rivadavia, donde recibe la orden de ocupar una
posición de defensa costera de unos 20 km de extensión, que al día
siguiente se prolongó unos 30 km más, es decir que el Comando
Superior dispersaba los efectivos del RI 5 en un amplio frente. A
partir de ese momento pasaba a depender de la Brigada de Infantería
Mecanizada IX, con asiento en aquella ciudad. El 22 de abril la
Unidad fue relevada de sus funciones, y pasa a depender
nuevamente de la Brigada III, porque tenía que alistarse para cruzar
a las Islas Malvinas en un escalón aéreo y otro marítimo con el
material pesado que había llegado por vía terrestre, que debía seguir
hasta Puerto Deseado para embarcar en el buque mercante Córdoba.
Para establecer comunicaciones entre los mandos, durante esos días
tuvieron que recurrir a las redes policiales de Santa Cruz, Chubut, y
del Automóvil Club Argentino. Esta precariedad y falencia de
medios de comunicación, el continuo cambio de dependencia y la

264
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

variedad de tareas a cumplir, iba a afectar sensiblemente el posterior


desarrollo de las operaciones en las Islas Malvinas.
El día 23 aterrizaron en Puerto Argentino en aviones de la
Empresa Aerolíneas Argentinas, a los que se les habían quitado los
asientos para tener mayor capacidad. Sólo pudieron llevar una
cocina de campaña y las armas de dotación, con munición y víveres
para sólo 10 días.

Las órdenes y contraórdenes recibidas por el Teniente Coronel


Mabragaña a partir del 3 de abril hasta su llegada a las Islas, revela
el elevado grado de desorientación de los Altos Mandos con la
consecuente pérdida de tiempo, y sobre todo la incidencia negativa
en la organización de las funciones logísticas de la operación, que en
breve tiempo traería aparejada graves consecuencias. Cabe acotar
nuevamente la tendencia del Alto Mando a segregar Subunidades o
fracciones de una Unidad para ser agregada a otra, y los cambios de
dependencia en la cadena de mando. De esta manera se rompía el
espíritu de Unidad y de equipo formado a lo largo de meses de
instrucción, factor muy importante en el momento del combate.

Mientras tanto el resto de la Brigada III, o “Gran Unidad de


Combate” como se la define en el Ejército, tenía que estar lista para
trasladarse al Sur del país en el término de una semana, según
órdenes del Comandante del II Cuerpo de quien dependía el General
Parada en ese momento. La Brigada tenía que defender parte de la
frontera Sudoeste, para neutralizar una probable actitud ofensiva
chilena en ese sector fronterizo. Según las declaraciones del
General de División Edgardo Calvi ante la Comisión Rattenbach, la
III era “una de las Brigadas más pobres del Ejército”, algo
directamente vinculado con las restricciones presupuestarias que
afectaba al Ejército. (84)
265
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

(84) Informe Rattenbach, Declaraciones, Tomo III folio 531.

El 10 de abril a las 21:05, el Comando en Jefe del Ejército


(ejercido por el General Galtieri), envió el siguiente mensaje a sus
organismos dependientes:
―Con relación a los acontecimientos que son del dominio
público, derivado del histórico e irreversible acto de soberanía,
mediante el cual la República Argentina recuperó las Islas Malvinas
e Islas del Atlántico Sur, el Comandante en Jefe del Ejército
comunica a sus integrantes que ha adoptado medidas y previsiones
inherentes a su responsabilidad como componente terrestre del
poder militar de la Nación, según lo resuelto oportunamente por el
Comité Militar. En tal sentido han sido tomadas disposiciones
operacionales para la organización y ejecución de una adecuada
acción defensiva en el archipiélago de las Islas Malvinas y
previsiones de igual naturaleza para enfrentar eventuales acciones
de agresión sobre el litoral atlántico. Las mismas incluyen el
reforzamiento de efectivos, el emplazamiento de los modernos
medios que posee la Fuerza y la detallada coordinación de
esfuerzos y capacidades con la Fuerza Aérea y Armada Nacional,
conformando un sistema apto para ejecutar acciones contra el
agresor.‖ (Sigue el mensaje) (85)
(85) Este mensaje resultaba muy alentador en la coyuntura, porque estaba
cargado de precisiones y firmeza ante la incertidumbre. Era lo que todo
militar espera escuchar de sus superiores para lanzarse con entusiasmo y
convicción hacia el cumplimiento de una misión. Galtieri cumplía las
funciones de Presidente de la Nación, miembro del Comité Militar y
Comandante en Jefe del Ejército. En este mensaje originado como Jefe del
Ejército, descarga la responsabilidad de sus dichos en un componente
superior: el Comité Militar, que es una jugada típicamente castrense, porque
apela a la decisión de la ―superioridad‖. El General Parada relata con
266
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

sinceridad en la página 72 de su libro ―Malvinas Llagas de la Guerra‖, el


efecto positivo que le produjo el mensaje de Galtieri. Esa sensación es un
denominador común de lo que siente cualquier profesional de las Fuerzas
Armadas, al escuchar las palabras de seguridad y confianza de su superior
ante una situación crítica. Dice el General Parada: ―Creí entonces con
esperanza que los conceptos vertidos eran la respuesta ponderada y necesaria
para operar exitosamente en una acción conjunta que involucrara a las
Fuerzas Armadas en pos de un objetivo común. El tiempo me diría que al
pensar así, no había superado la edad de los sueños.‖

Las idas y venidas no eran habituales entre las Unidades del


Ejército, que no disponían de procedimientos estables para hacerlo,
y fue el resultado de una sana aunque tardía imaginación, y mucha
improvisación en el campo logístico. Cuando visitó Puerto
Argentino el Comandante del V Cuerpo de Ejército, General García,
dio la orden de armar carpas en el aeropuerto, mientras se
determinaba la misión que tendría que cumplir. Es decir que se
partió de un concepto doctrinario erróneo: enviar la tropa y después
ver para qué la necesitaban. (86)
(86) El General de División Jorge Osvaldo García iba a ser miembro del
Comando del Teatro de Operaciones Malvinas, (TOAS), como componente
del Ejército.

Lo normal hubiese sido establecer un Plan de Defensa en base a las


diversas Capacidades de los ingleses, y una vez definido efectuar los
requerimientos de Unidades y demás necesidades para cumplirlo,
asignándoles sus respectivas misiones y tareas de apoyo logístico. A
los dos o tres días de haber llegado a la Isla Soledad, el General
Parada le dijo a Mabragaña que su Unidad iba a ser trasladada a
Puerto Howard, en la Isla Gran Malvina, para lo cual tenía que hacer
un reconocimiento previo en helicóptero. El envío del RI 5 a esa
isla, por causas ajenas a la voluntad del General Parada, iba a
convertirse en un error táctico garrafal. Durante el vuelo hacia

267
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Puerto Howard, el piloto tuvo que regresar a Darwin por mal tiempo
y escasez de combustible. Horas después habían aterrizado en Puerto
Argentino.
Al anochecer del 24 de abril Parada se hizo presente en el
vivac del RI 5, para darle a su Jefe la orden de trasladar la Unidad en
helis a Puerto Howard. Mabragaña no había podido obtener un
medio de transporte para realizar el reconocimiento previo de esa
zona, y al recibir las instrucciones pertinentes para el traslado no se
le impuso su misión. En ese momento el Regimiento todavía tenía
importantes limitaciones logísticas, con víveres para cinco días, y la
munición que podían transportar a mano. El buque de transporte
Córdoba que iba a traer el material pesado de la Unidad, no había
arribado a Puerto Argentino, y no lo haría jamás por la amenaza
submarina.
Ese barco había llegado a Mar del Plata el 8 de abril
procedente de Buenos Aires, con las bodegas de carga completas
para abastecer a las tres Fuerzas. En ese puerto un jefe del Ejército
hizo demorar la zarpada, y ordenó remover la carga para permitir el
embarque de materiales pertenecientes al Grupo de Artillería de
Defensa Aérea GADA 601. La remoción se realizó sin conocimiento
del Estado Mayor Conjunto, e hizo que quedaran en el muelle dos
contenedores destinados a la Armada. Existía un factor adicional
inesperado que obstaculizaba la travesía del Córdoba a las Islas
Malvinas. Los barcos de transporte no orgánicos de la Marina,
tenían asignado un Capitán militar que entendía en todos los
aspectos operativos, y el Capitán mercante que era el titular normal,
sería responsable del resto de las tareas. Según las declaraciones del
Coronel Carlos Cordero ante la Comisión Rattenbach, el Capitán
mercante estaba aterrorizado por la situación imperante, que produjo
el desborde de su psiquis, lo mismo que una buena parte de la

268
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

tripulación. Cuando el barco llegó a Puerto Deseado, chocó


violentamente contra el muelle de hormigón produciendo averías en
la proa del Córdoba. Por todos estos inconvenientes el Capitán fue
relevado, pero ya era tarde, porque poco después se descartó
definitivamente el cruce a las Islas por la amenaza submarina que
hacía extremadamente peligroso intentar efectuar el transporte de
cargas por barco. Esto originó un enorme esfuerzo adicional a los
aviones de transporte de la Fuerza Aérea. En realidad el buque
podría haber zarpado tempranamente en condiciones normales, pero
hubo varios atrasos y esa inoportuna colisión contra el muelle. El
establecimiento de una zona de exclusión a la 1 de la mañana del día
12 de abril, produjo la cancelación definitiva de esos viajes. Es muy
difícil evaluar el daño operativo que causó en nuestras tropas el
frustrado cruce del Córdoba, que cargaba importantísimos
abastecimientos, vehículos, y armamento para nuestras fuerzas. La
cancelación del viaje causó un efecto tan negativo, que posiblemente
haya sido mayor que el que produjo a los ingleses el hundimiento
del Atlantic Conveyor.

Obediencia debida
El 25 de abril a las 10:00 comenzó el traslado del Regimiento 5
hacia Puerto Howard. Declara el Teniente Coronel Mabragaña en la
Comisión Rattenbach:
―Llegué a Puerto Howard, desembarcamos y, más o menos me
orienté por la carta cómo era ese sector. A todo esto, la orden que
yo había recibido era que fuera a ocupar Puerto Howard. Es decir
que después el Comandante me iba a decir qué es lo que yo tenía
que hacer ahí. Así que reconocí la posición y las alturas más
importantes para ver qué es lo que se podía hacer, pero sin saber
todavía si tenía que defender la localidad, si tenía que defender el

269
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

puerto, si tenía que defender un pequeño aeropuerto que había, o si


tenía que ocupar para defenderme yo solo en ese sector.‖
En los días sucesivos al 25 de abril fueron llegando más
efectivos en helicópteros y en embarcaciones medianas capturadas a
los isleños, con la tropa afectada por el mal de mar. A los pocos días
de la llegada del Regimiento a Howard, comenzaron a sentirse los
primeros indicios de escasez de víveres, por no haber arribado
todavía los abastecimientos generales. Un día en que Mabragaña
recorría las posiciones de las Compañías, comprobó que a las cuatro
y media de la tarde, una de ellas no había probado bocado. Decidió
entonces adquirir algunos corderos a un isleño, y ordenó al Jefe de la
Subunidad que organizara un asado. Después de impartir esa orden
se desplazó a las alturas circundantes para continuar con los
reconocimientos. En momentos en que estaba ausente Mabragaña,
llegó a Howard en helicóptero el General Parada, proveniente de
Puerto Fox. Estaba realizando una visita de inspección a las
Unidades de la Brigada bajo su mando, y aprovechaba el vuelo para
efectuar un reconocimiento aéreo de los lugares de interés de la Isla
Gran Malvina. Su intención era llegar a la Isla Borbón, pero se vio
obligado a descartar esa visita por escasez de combustible.
Relata el General Parada:
“Allí con motores en marcha, tomé contacto con distinto
personal del RI 5, comprobando los diversos problemas que se
presentaban. Antes de partir corregí algunas novedades, entre ellas,
que se expusieran, a la vista de todos, la bandera nacional y de la
Unidad cuanto antes. Conversé con el Mayor Garde, operaciones de
la Unidad, todo esto debía ser puesto en conocimiento del jefe,
Coronel Mabragaña, que se encontraba realizando gestiones ante el
administrador del establecimiento Señor Robin Lee.‖ (87)
(87) Parada. Opus cit. p. 123
270
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En su declaración ante la Comisión Rattenbach, Mabragaña dice que


cuando el General Parada vio al Teniente 1º Jefe de Compañía
realizando la tarea ordenada por él, lo relevó por estar haciendo un
asado en combate, y lo envió de regreso al continente. La Unidad
quedaba de esta manera sin uno de los Jefes de Compañía; inútiles
fueron las aclaraciones hechas posteriormente por Mabragaña ante el
Comando Superior, porque durante el episodio no había tenido la
posibilidad de tomar contacto con Parada. (88)

(88) Rattenbach, Tomo V. fojas 1014 a 1017, declaraciones del Coronel


Mabragaña. Nota del autor: Cuando cursaba el segundo o tercer año de la
Escuela Naval, (1957 o 58,) me tocó ir de visita al Colegio Militar de la
Nación con la Compañía de Cadetes de Infantería de Marina de la Escuela
Naval Militar. Mientras estábamos en uno de los dormitorios de los Cadetes
del Colegio, (era la hora de baño), un Oficial del Ejército que parecía estar a
cargo de la actividad, gritaba continuamente. Jamás en mi vida militar oí
vociferar a alguien en forma tan desconsiderada, maltratando a nuestros
pares de una manera casi humillante, y delante de nosotros que éramos una
visita. Impresionado por ese trato pregunté quién era ese Oficial, y la
respuesta fue ―el Teniente Parada‖. Después de la guerra, la Comisión de
Análisis Interfuerzas, decía del General Parada: ―Las características
personales del Comandante de la Brigada de Infantería III, fueron factores
determinantes de su inadecuada actuación.‖ (Ruiz Moreno, Comandos en
Malvinas, p. 55) Respecto de la visita a Howard hecha por Parada, su
inopinada presencia en el lugar revela que no estaban establecidas las
comunicaciones tácticas pertinentes, porque el Tenente Coronel Mabragaña
tendría que haber estado presente en el momento del arribo. También llama
la atención que el Jefe de Operaciones Mayor Garde, no estuviera realizando
el reconocimiento con su jefe. Si el helicóptero estaba escaso de combustible,
entonces: ¿por qué permanecía con el motor en marcha, según relata en su
libro? No existe explicación lógica para la orden que dio de izar la Bandera
Nacional en una posición defensiva (que estaría muy bien en el centro del
poblado de Puerto Argentino). El izamiento de esos símbolos posiblemente
haya sido de uso y costumbres dos siglos atrás, pero en el presente no se
271
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

regala a la inteligencia enemiga la identificación de la Unidad en posición.


En el Informe Rattenbach, Declaraciones Tomo III, folio 534, el General
Calvi se refiere a Parada como ―un general de mando duro, de valentía
personal, tal vez no muy brillante, que tiene mala suerte.‖

Durante el desarrollo de las operaciones, las aeronaves que


realizan vuelos de cualquier naturaleza, tienen que estar
“controladas” por una Central, de manera que se conozca
anticipadamente el Plan de Vuelo, es decir la hora de despegue, el
destino y la hora de arribo. En el lugar de destino el responsable de
la zona debería conocer de antemano la aproximación de tal o cual
aeronave, porque en caso contrario podría ser considerada “hostil”,
generaría una alerta, y podría ser abatida por fuego antiaéreo propio.
(De hecho, en determinado momento un avión argentino en
emergencia, fue abatido por el fuego de nuestra artillería en Puerto
Argentino). Este elemental aspecto no se cumplía en las Islas, cuya
responsabilidad le cabía a la Fuerza Aérea.
Después de cruzar el Estrecho de San Carlos, el heli con el
General Parada abordo arribó a Moody Brook, ex cuartel de los
efectivos ingleses y a las 7 y media de la tarde se presentó ante el
General Menéndez para darle parte de las novedades del viaje. Se
enteró en ese momento, que media hora después iba a salir hacia
Darwin el RI 12, al mando del Teniente Coronel Piaggi. Como las
principales Unidades iban a estar alejadas de su Puesto de Comando,
Parada debería haber programado un cambio de posición para estar
junto a ellas, pero nunca lo concretó durante todo el conflicto. Al
regresar a Puerto Argentino se instaló en el Town Hall con su Estado
Mayor, y algunas fracciones de infantería que le daban seguridad. A
todo esto los efectivos de los RI 5 y RI 8 comenzaban a sufrir los
efectos del hambre por la falta de abastecimientos.

272
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

A todo esto el 26 de abril arribaban a la Zona de Exclusión


varios pesqueros de bandera argentina de casco naranja y aspecto
inocente, que tendrían que cubrir diferentes puntos de estación. Su
misión era obtener información de la flota enemiga, porque eran
buques espía.
Después de la visita de Parada, se enteraron en Puerto Howard
que el material pesado que tenía que arribar en barco a Puerto
Argentino, no pudo concretarse por la amenaza submarina, y que
pensaban como alternativa hacerlo en avión. Una vez arribada a las
Islas, la carga fue embarcada en naves medianas capturadas a los
isleños, que la llevaron a Howard de a poco y desorganizadamente.
En el Alto Mando en Malvinas, tomaron la decisión de asignar una
Batería orgánica del Grupo de Artillería 4, al RI 5 en Howard.
Primero enviaron a los artilleros por separado de los cañones, que
iban a llegar más adelante en barco. Poco después arribaban los
cañones, pero recibieron la contraorden de enviar la Batería
nuevamente a Puerto Argentino. Así lo hicieron, pero al poco tiempo
llegó la munición para esos cañones, que nunca fue utilizada durante
la guerra. Un ejemplo de falta de profesionalismo en materia
logística.
Al decidir enviar el RI 5 a Howard, se partía del supuesto de
que iba a ser atacado por fuerzas inglesas, con el consiguiente
desgaste para éstas; también se suponía que si el enemigo
desembarcaba en algún lugar del Estrecho de San Carlos, esa
Unidad podría cruzar para caerles por la espalda durante la
aproximación hacia el objetivo principal: Puerto Argentino. Lo que
no se analizó acertadamente, era qué podría pasar si la superioridad
aérea inglesa fuera de tal magnitud, que no podrían emplearse los
helicópteros o las embarcaciones suficientes para transportar las
tropas hacia la otra orilla del Estrecho. La misión de ocupar Howard,

273
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

un objetivo sin importancia militar, se complicó cuando iniciadas las


operaciones enemigas quedaron completamente aislados, sin
víveres, con escasa munición, y sin la posibilidad de evacuar
heridos. Enviar esa Unidad a Howard, más que un error táctico, fue
un gravísimo error logístico.

274
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XVI

DESPLIEGUE NAVAL

El terceto de pesqueros espía que zarpó de Mar del Plata,


llegó a la zona de patrullaje asignada el 26 de abril. Durante ese
período ingresaron y salieron repetidas veces de la Zona de
Exclusión simulando pescar, hasta que un día fueron sorprendidos
por los ecos radar que revelaban la aproximación de la Fuerza de
Tareas británica. A esa altura de los acontecimientos los tripulantes
ya estaban enterados y bien compenetrados de su verdadera misión,
que aceptaron entusiasmados y con explícitas manifestaciones de
patriotismo.

Mientras tanto González Llanos comenzaba a enviar desde el


Narwal mensajes aparentemente comerciales, pero que en realidad
estaban codificados. El término “abadejo” por ejemplo, quería decir
“portaviones”; “salmón” era una “corbeta”, etcétera. Si con el radar
de navegación el Narwal podía detectar la flota enemiga, ésta
también podía detectar al pesquero, y de mucha mejor manera. Es
por eso que pronto fueron sobrevolados por los Harrier que acudían
a investigar esa extraña nave de casco rojo que deambulaba por allí,
que aparentemente realizaba inocentes tareas de captura. También
fueron sobrevolados por mirones ingleses a bordo de los
helicópteros Sea King, cuyos tripulantes les hacían señas para que se
alejaran de la zona. La dramática fiesta había comenzado.

275
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El ―Narwal‖, buque espía (spyship), tripulado por verdaderos héroes.

El pesquero informó a su Comando la presencia de aeronaves que


los sobrevolaban, y que no llegaron a avistar unidades de superficie
inglesas. Sin embargo resultaban interesantes los vectores de
aproximación que realizaban las aeronaves enemigas, que daban una
somera idea del lugar desde donde podrían estar despegando, porque
eran conocidos el radio de acción y la capacidad de combustible,
análisis que se hacía en el continente.
El control aéreo enemigo sobre el Narwal se hacía casi
diariamente, y justo el día anterior al primer ataque a Puerto
Argentino, se le ordenó al grupo ocupar una nueva posición de
patrullaje en la latitud 50º 25´ Sur y 53º 35´Oeste. Después de una
tranquila navegación, llegaron a ese lugar a las 10 y 4 minutos de la
mañana del 30 de abril. A esa hora fueron sobrevolados por un
Harrier, y una hora y media después por dos helicópteros Sea King.
A las 4 y veinte de la tarde otro Sea King se colgó cerca del Narwal,
y un Harrier volvió a sobrevolarlos. Cuatro veces son muchas veces,
de manera que González Llanos comenzó a recelar de esa presencia
inglesa, porque sospechaba un ataque inminente.
La novedad de la zarpada de los tres pesqueros del puerto de
Mar del Plata, comenzó a divulgarse de tal manera, que se publicó

276
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

con lujo de detalles en los diarios. Figuraba la lista de los tripulantes,


los nombres de los barcos y el del Oficial de la Armada a cargo.
¡Bingo! Estaba por producirse un desastre.
A bordo del Narwal la tensión aumentaba en cada momento,
por la molesta visita diaria de los ingleses. El día 1º de mayo, en
momentos en que se bombardeaba Puerto Argentino, fue avistado el
periscopio de un submarino, importante dato que González Llanos
transmitió inmediatamente a su Comando. Resultaba obvio que el
submarino enemigo también observaba los movimientos del
pesquero sospechoso.

A esta altura de los acontecimientos, era evidente el apoyo del


gobierno de Chile al enemigo, situación que hizo que enviaran al
Crucero General Belgrano a una zona de patrulla cercana al Cabo
de Hornos, para ejercer el control del tráfico marítimo fuera de la
zona de exclusión. La vieja nave estaba escoltada por los
Destructores Piedrabuena y Bouchard. Esta flotilla conformaba el
Grupo de Tareas 79.3 y era parte de la Fuerza de Tareas 79, al
mando del Almirante Gualter Allara. Otro Grupo, el 79.1 estaba
integrado por el Portaviones 25 de Mayo, que llevaba a bordo 8
aviones de ataque A4Q Skyhawk, 4 bimotores antisubmarinos
Tracker S2, y helicópteros; escoltados por tres Corbetas, un
Destructor y el auxilio de un buque petrolero para reabastecerse en
alta mar. La FT 79 zarpó hacia el Atlántico Sur el 15 de abril, desde
su Base en Puerto Belgrano.

Alcázar de Toledo
El 19 de abril llegó a Puerto Argentino el Comandante de la
Armada Almirante Anaya, acompañado del Almirante Lombardo.

277
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Su presencia tenía por objeto visitar el Comando de las Fuerzas


Terrestres. Una vez reunidos en el ex cuartel de los Royal Marines
en Moody Brook, el General Jofre expuso la situación.

Jorge Isaac Anaya, (1927-2008), hijo de un médico boliviano, estaba casado


con Nélida Sanchez Loira y tuvieron dos hijos varones. Se desempeñó en altos
cargos en la Armada y fue designado para cumplir funciones en la
Agregaduría Naval en Francia. Con el grado de Contralmirante, fue
Agregado Naval en Londres. Era uno de los tantos entusiastas por la
recuperación de las Islas Malvinas y llegado a Comandante en Jefe de la
Armada, estimó que dada la situación internacional provocada por
Inglaterra, era el momento de recuperarlas.

En determinado momento dijo que la defensa debería convertirse en


otro “Alcázar de Toledo”, y después de la reunión se dirigió al
General Menéndez diciéndole: ―Señor General, lo felicito a usted
porque va a tener el honor de morir por la Patria‖ El comentario
sorprendió al militar, que le contestó: ―Está equivocado señor, los
que morirán serán ellos‖. (89)
(89) Durante la Guerra Civil española disputada entre los años 1936 al 39,
el Coronel José Moscardó estableció un punto defensivo en el Alcázar de

278
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Toledo, que fue persistentemente bombardeado y sitiado por los republicanos,


pero pudo resistir el asedio durante 70 días, desde el 22 de julio al 28 de
septiembre de 1936. En determinado momento Moscardó fue intimado por los
republicanos, que habían hecho prisionero a su hijo: o se rendía, o lo
mataban. El Coronel optó por despedirse de su hijo, que fue asesinado
inmediatamente. El Alcázar fue liberado el 28 de septiembre por fuerzas al
mando del General José Enrique Varela. Se considera el sitio y resistencia de
Toledo, como una muestra del valor y perseverancia del espíritu español en
pos de sus ideales.

En presencia de todos, el General Jofre tuvo un gesto


jactancioso, cuando dijo que si las circunstancias lo permitían iba a
superar la resistencia del Alcázar de Toledo. En esa ocasión
Lombardo le preguntó a Menéndez si tenían algún problema
logístico, la respuesta fue: ―No, en la Isla tenemos seiscientas mil
ovejas”. (90)
(90) Cuando era necesario las ovejas eran adquiridas a sus propietarios. Lo
que Menéndez no consideró, era que la guerra del 14 había sido superada en
materia logística, porque resultaba fantasioso pensar que podrían arrearse
las ovejas, carnearlas y cocinarlas durante el combate. Una vez se envió
personal militar a la zona de Fitz Roy para comprar 600 animales, pero al
intentar trasladarlos sólo llegaron 35, el resto volvió a casa; fue un buen
negocio kelper.

Como es natural, el
precario e improvisado
alimento basado en el
consumo de ovejas, fue
bien aprovechado por la
prensa inglesa para
burlarse de nuestro
sistema logístico.

279
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Almirante Anaya tenía en las Malvinas a su hijo Guillermo, que


como Oficial helicopterista del Ejército realizaba una actividad de
mucho riesgo. El dramático ejemplo histórico del Alcázar de
Toledo, iba y venía en la mente militar de Anaya, que según
declaraba en la Comisión Rattenbach, estaba absolutamente seguro
de que íbamos a ser derrotados. Este pensamiento no lo compartió
con nadie durante el conflicto, pero indudablemente era una
constante tortura moral, porque su hijo estaba en las Malvinas por un
pedido especial que le hizo a Galtieri. Desde el bíblico sacrificio de
Abraham, pasando por la dureza paterna de los espartanos, entregar
la vida de un hijo en aras de un ideal, es una de las más dramáticas
posibilidades de la guerra. Anaya declaró en la Comisión
Rattenbach, que la dignidad del país estaba en juego, y que el
reclamo de la soberanía, esta vez quedaría sellada para siempre con
sangre.

Vaticinio
Fuera del edificio del Comando en Moody Brook, el Capitán
Robacio aguardaba el momento propicio para obtener una entrevista
con el Almirante Anaya. Después de un largo rato de espera, pudo
conversar con otro infante de marina, el Capitán de Fragata
Randolfo Agusti, ayudante del Almirante. El Jefe de la Marina evitó
conversar con el Comandante de la principal Unidad de la fuerza
que se encontraba en el frente, posiblemente porque le hubiera sido
muy difícil responder a todas sus inquietudes, que eran las mismas
que tenían los Jefes de las otras Unidades y él mismo. Habían ido a
las Islas para sostenerse sólo por unos días, hasta que el gobierno
inglés decidiera sentarse a la mesa de negociaciones. Como no se
cumplía ese supuesto, comenzaron a surgir una buena cantidad de
interrogantes, porque la guerra era inminente y existían muchos
baches para enfrentarla con probabilidades de éxito. Robacio no
280
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

aclara bien la circunstancia en su libro, pero durante su frustrada


gestión le ofrecieron 400 féretros, por si los necesitaba. No debe ser
muy agradable obtener ese tipo de respuesta, cuando alguien que va
a la guerra desea hablar con su jefe.
Durante la larga espera Robacio tuvo la oportunidad de
conversar con el Capitán Agusti, e intercambiaron sus puntos de
vista sobre la probable evolución de los acontecimientos. El visitante
graficó en un papel lo que él estimaba que iba a ocurrir. Esa opinión
mereció el siguiente comentario de Robacio: “…con mucha
antelación y con asombrosa precisión, (describió) lo que ocurriría
inevitablemente en ese cercano futuro que nos aguardaba.‖ (91)
(91) El Capitán Agusti debe haber sido uno de los cerebros más brillantes que
tuvo la Armada en los tiempos modernos. En 1992 tuve un encuentro con él en
Roma, cuando era Agregado Naval en Italia. Me comentó que dos años antes
había realizado un estudio estratégico en el marco mundial, que presentó al
Embajador Dr. Carlos Ruckauf. El trabajo estaba basado en determinados
indicios y fundamentos, y preveía el conflicto provocado por Irak en el Golfo,
cuando invadió Kuwait. El documento fue enviado a nuestra Cancillería en
Buenos Aires, que tiempo después respondió que no compartían ese criterio.
Cuando se desató la Guerra del Golfo, el Dr. Ruckauf le dijo: ―¡Ud. no se
separa de mi!‖. El posterior pedido de retiro de Agusti para colaborar con
Ruckauf, le costó no acceder a un Almirantazgo seguro, aunque años más
tarde se apartó del equipo de Ruckauf. Al día siguiente de nuestra entrevista
tenía que partir hacia la Base Naval de Taranto, porque dos de nuestros
Destructores Clase Meko pasaban por allí, y había obtenido de la Marina
Italiana la cesión de repuestos destinados a nuestros buques por valor de 300
a 400 mil dólares. En cuanto al descarte que la Cancillería hizo del acertado
pronóstico de Agusti, revela lo precario de las apreciaciones que allí se
realizaban en el marco mundial y habla muy mal de los funcionarios
afectados a esa área.

Muchos de los veteranos de la Guerra de Malvinas no pudieron


combatir por estar alejados del frente, por el mal diseño de la

281
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

defensa, y por la actitud operacional estática y desmembrante


establecida por el General Jofre. Hubo combatientes que estaban en
la primera línea que fueron dominados por el miedo y optaron por
replegarse hacia el poblado; de esta manera perdieron la oportunidad
de luchar por la dignidad de nuestro país por única vez en la vida,
como lo hicieron los que les vieron la cara a los ingleses cuando
combatían contra ellos. Algunos de esos “ex combatientes” ahora
están resentidos con ellos mismos, y son fuente de versiones falsas y
sombrías sobre lo acontecido en las Malvinas. Estos ciudadanos en
el mejor de los casos entregarán sus vidas en el ocaso de sus
existencias, en la cama de algún ignoto hospital. Decía el Comodoro
Gilobert, veterano de la guerra: “a los vivos nos queda la duda si no
podríamos haber dado más”.
Recordemos que el 24 de abril se produjo la llegada a las Islas
de la Brigada de Infantería III, la que estaba al mando del General
Parada. Esta presencia de efectivos agravó aún más la situación
logística general de las Unidades del Ejército, porque la reserva de
víveres prevista para determinada cantidad de días, con ese refuerzo
pasaba a ser sensiblemente menor. En el ínterin el General Daher
regresaba al continente, para formar parte del Estado Mayor del
General García.

Continuando con la improvisación, en un intento de acción


conjunta entre las Fuerzas, días después Daher regresó a las Islas
porque había sido nombrado Jefe del Estado Mayor del Comando
Conjunto Malvinas, integrado además de él, por el Brigadier Luis
Castellanos y el Contralmirante Edgardo Otero. Este último se había
desempeñado hasta ese momento como Jefe de Operaciones del
Estado Mayor General de la Armada, y arribó a la Isla el 27 de abril.
Ese mismo día se estableció el primer toque de queda y
oscurecimiento de la población de Puerto Argentino.
282
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Cuando Inglaterra decidió establecer una Zona de Exclusión


alrededor de las Islas Malvinas, neutralizó la navegación de los
buques de transporte con abastecimientos. Esta medida originó un
importante rol de los aviones cargueros de la Fuerza Aérea y de la
Aviación Naval, que unían las Islas y el continente realizando
temerarios vuelos a ras del agua para evitar ser detectados, y con el
peligro constante de ser derribados por los Harrier o por algún misil
antiaéreo. Era común referirse a esos viajes como “vuelos suicidas”.
Los aviones tienen una capacidad de carga mucho menor que los
buques, y los problemas logísticos se agravaron más por ese motivo.
Los británicos sabían muy bien que sus submarinos nucleares y
convencionales estaban en condiciones de impedir el tráfico naval
de y hacia las Islas, por lo que la pista de Puerto Argentino se
convertiría en un objetivo vital, porque sería el único cordón
umbilical con el continente.

Pérdida de las Georgias


El grupo empresario Davidoff, la “Operación Alfa” y el
luctuoso y mal planificado desembarco en Grytviken, fueron un
verdadero dolor de cabeza para la Armada, porque las Islas Georgias
nunca fueron un objetivo militar, sino político. Desde el punto de
vista castrense, no se había cumplido la pauta doctrinaria que dice
que deben elegirse “correctos objetivos materiales”. Las Georgias
no lo eran. El pequeño grupo del Teniente Astiz asentado en Leith, y
el más importante grupo en Grytviken a cargo del Teniente Luna,
necesitaban abastecimientos y refuerzos de personal de servicios,
médico, radiotelegrafistas, electricistas, maquinistas y de
maestranza, porque tenía que seguir funcionando el frigorífico, la
usina, la radio y el tratamiento de materiales radioactivos que había
en la Isla. Astiz daba protección al grupo Davidoff y sus obreros, y

283
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Luna convivía con los científicos británicos mientras defendía


Grytviken.

En Comodoro Rivadavia el Almirante Lombardo actuó con pie


de plomo al momento de decidir el envío de refuerzos a las
Georgias, y canceló el envío de una Corbeta con abastecimientos por
la amenaza submarina. Organizó en cambio el Grupo de Apoyo
“Golf”, que tenía que trasladarse a las Georgias en el Submarino
Santa Fe. Era ésta una nave veterana que estaba en malas
condiciones de mantenimiento, comandada por el Capitán de
Corbeta Horacio Bicain. Una vez reparadas con premura las más
importantes fallas del Submarino, embarcaron 11 hombres de
servicios y 9 infantes de marina con armamento pesado, al mando
del Capitán de Corbeta Julio Lagos. La nave zarpó de Mar del Plata
en sigilosa a las 23:00 del 16 de abril. El día 23 el Santa Fe recibió
información de que la Fuerza de Tareas británica se dirigía a las
Georgias, por lo que le ordenaron cumplir su misión lo antes
posible. Al día siguiente se le comunicó que Unidades de superficie
se hallaban a sólo 40 millas al Norte de las Islas. Bicain logró
quebrar el bloqueo, y el 25 de abril a las 02:30, estableció una
reunión a bordo con el Capitán Lagos y el Teniente Luna mientras
descargaban materiales y personal. Terminada la tarea, el Santa Fe
se dirigió a alta mar para ocupar una estación de patrulla, pero a las
05:45 de ese día, un heli británico le lanzó dos bombas de
profundidad, que al estallar por el lado de estribor le produjeron
daños severos. Varios helicópteros se agregaron a la desigual lucha,
ametrallando la nave que comenzó a inclinarse hasta que pudo llegar
al muelle de Grytviken. En ese lugar recibió el apoyo de los infantes
de marina que abrieron fuego con misiles antitanques y
ametralladoras. Las aeronaves enemigas se retiraron. El Submarino
tenía sólo un tripulante herido, pero su suerte ya estaba echada. El

284
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capitán Lagos intentaba comunicarse con Leigth y el continente


para informar la situación, pero sus comunicaciones fueron
interferidas por los chilenos desde la Base Naval de Talcahuano. Los
planes de interferencia de nuestras comunicaciones establecidas por
el gobierno de Chile, también iban a afectar los enlaces del
Comando del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur con sede en
Comodoro Rivadavia, y las comunicaciones tácticas de las Unidades
en operaciones en las islas. Chile estaba haciéndonos lo que se
conoce como “Guerra Electrónica”, y había desplegado sus
Unidades terrestres, aéreas y de la flota, conformando una severa
amenaza estratégica para nuestro país, que obligó a mantener a lo
mejor de nuestras fuerzas en la frontera. Por supuesto, los chilenos
lo hacían en coordinación con Inglaterra.
En ese momento el enemigo estaba operando en la zona desde
el día 21 de abril, en cumplimiento de los planes de la “Operación
Paraquat”. Ese día a las 07:00, tres grupos comando de 4 hombres,
fueron trasladados en dos helis para infiltrarse y reconocer las
posiciones argentinas en medio de una fuerte tormenta, pero los
pilotos se perdieron y tuvieron que regresar. A las 10:00 volvieron a
salir y lograron desembarcar cerca del objetivo. Al día siguiente a
las 08:00, el Capitán a cargo de los Comandos solicitó que sean
evacuados con urgencia, porque estaban congelándose. Enviaron
para el rescate 3 helis, dos de los cuales se estrellaron en un glaciar
al intentar aterrizar; el tercer heli pudo rescatar a todos. Ese mismo
día se intentó efectuar la operación por medio de botes de goma, que
durante la aproximación se pincharon y tuvieron que ser evacuados
en helicópteros. Volvieron a intentarlo horas después en otros
gomones, pero se detuvieron los motores y quedaron a la deriva.
También tuvieron que ser rescatados por helis que los
desembarcaron cerca de Leith. Por la noche otra vez tuvieron que ser

285
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

rescatados por helis, debido a las condiciones del terreno en que se


encontraban. Increíble.
A las 10:15 del 25 de abril, día del ataque al Santa Fe,
comenzó un bombardeo naval sobre las posiciones de los infantes en
Grytviken, les lanzaron misiles Milan y desde la retaguardia tropas
helitransportadas efectuaron un movimiento de pinzas con un
segundo helidesembarco con efectivos del orden de una compañía
reforzada. Entre los argentinos había 138 hombres, de ellos 45
infantes de marina y el resto tripulantes no armados del Submarino
Santa Fe. En esa situación se cumplía la premisa de rendirse si se
encontraban en “manifiesta inferioridad”; los Capitanes Lagos y
Bicain se pusieron de acuerdo y pactaron la rendición.

El ―Santa Fe‖ averiado en las Islas Georgias


Al día siguiente fue atacado el grupo de 14 hombres del
Teniente Astiz en Leyth, que tenía la misión de proteger a los
obreros de Davidoff. La misión impuesta a Astiz decía que en caso
de que el poderío de las fuerzas atacantes hiciera imposible la
resistencia, tendrían que rendirse sin provocar innecesarias bajas en

286
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

el personal propio. Los ingleses rodearon fácilmente al pequeño


grupo, e intimaron la rendición a las 16:30 del 25 de abril. El
enemigo había distribuido fuerzas muy superiores con apoyo de
ametralladoras, fuego naval y helicópteros. Los Comandos
argentinos abrieron fuego con armas portátiles sobre las posiciones
británicas, y recibieron como respuesta el bombardeo de la artillería
naval. Mientras trataba con el enemigo, Astiz logró establecer
comunicación con el continente, ocasión en que le informaron que al
día siguiente tendría apoyo aéreo. Pasaron una noche muy fría, y
cuando llegó el día, el ataque aéreo no se produjo por las adversas
condiciones meteorológicas. A las 10:00 el Teniente Astiz firmaba
la rendición a bordo de la Fragata Plymouth; una fotografía de ese
acto sería muy utilizada políticamente durante los años siguientes.
Así culminaban las acciones en las Georgias, con varias pérdidas
humanas y materiales, y otro enorme, costoso, y sobre todo
persistente esfuerzo enemigo.

287
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XVII

DISCIPLINA

Mientras tanto en Puerto Argentino el BIM 5 se había


reforzado muy bien en el terreno, y sus posiciones estaban
aceptablemente enmascaradas. No se advertía el humo de las cocinas
durante el día, y por la noche tampoco podían verse luces ni se oían
ruidos. Observada de noche la posición desde el Oeste; donde
estaban los infantes de marina el terreno aparecía como una mancha
oscura. Al Norte de esa zona en el sector del Monte Longdon,
podían verse numerosas luces. Eran las fogatas, linternas, y
encendido de cigarrillos de los integrantes del Regimiento de
Infantería 7 (RI 7). La mayoría de los hombres de esa Unidad
todavía dormían en carpas, porque pudieron construir escasas
trincheras y pozos de zorro, tarea que tendría que haber sido
prioritaria y sistemática como exige la Doctrina para una posición
defensiva, pero no contaban con los medios adecuados. (92)
(92) El cavado de trincheras en las posiciones defensivas era una tarea
agotadora por el congelamiento del terreno y las piedras existentes. Al
terminar la obra el pozo comenzaba a llenarse de agua. El BIM 5 tenía
solucionado ese problema por la experiencia de las campañas realizadas en
el continente, donde utilizaban grandes barretas de hierro que facilitaba
notablemente la tarea. Además se les envió desde el continente grandes
cantidades de telas de plástico reforzado, que permitía impermeabilizar las
posiciones.

288
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Falso acuerdo de paz


Los Oficiales de un Estado Mayor no tienen nombre.
Von Seeckt

La diferencia disciplinaria y de adiestramiento entre el BIM 5


y el RI 7 se notó mucho más, cuando llegó la falsa noticia de que se
había arribado a un acuerdo con Inglaterra, que motivó en las
posiciones del Ejército lo que el Capitán Ponce denomina “un
despelote mayúsculo”. Primero comenzó a sentirse un fuerte griterío
y después el disparo de armas de fuego, en oposición al silencio que
persistía en la zona ocupada por los infantes de marina. Eso revela
no solamente su disciplina, sino también el alto espíritu de combate
que tenían, porque los marinos realmente deseaban enfrentarse con
los ingleses.
El General Parada se refiere a este episodio en las páginas 261
y 262 de la obra mencionada, que transcribimos:
―En una ocasión de un espléndido día de esta época de espera,
a la media tarde, escuché lo que parecía un fuerte tiroteo
proveniente de la zona portuaria.‖ […] ―De la investigación surgió
que un numeroso grupo de soldados que realizaban diversas tareas
en galpones de aquella zona, ante un fuerte rumor surgido de un
soldado que creyó escuchar en la radio que la guerra había
finalizado, festejaron el fin del conflicto alegre y ruidosamente,
incluyendo disparos al aire.‖
Cuando días más tarde se dieron por descartadas todas
posibilidades de no entrar en guerra, los combatientes de todas las
jerarquías se vieron obligados a asumir la realidad. Los infantes de

289
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

marina seguían enterrándose más y más, y construían nuevas


trincheras para estar en condiciones de disparar en todas direcciones.
El Capitán Robacio decía “cada día medio metro más abajo”. En
base a la concepción de la defensa establecida por el General Jofre,
el BIM 5 y el RI 7 iban a ser la Reserva de las Unidades en posición
en Puerto Argentino, siempre convencido de que el esperado
desembarco inglés iba a producirse en ese lugar. El Capitán de
Navío Juan Carlos Moeremans, el más antiguo de los infantes de
marina en las Islas, se desvivía por tratar de convencer a Menéndez
y a Jofre, que el desembarco iba a concretarse en cualquier lugar
menos en Puerto Argentino, pero nunca fue escuchado. Durante las
conversaciones que mantuvo con Menéndez, llegó a decirle casi con
desesperación, que el último desembarco en fuerza se había
realizado en 1950, en Inchón, durante la Guerra de Corea. A todo
esto Jofre hacía oídos sordos a todo asesoramiento, y trataba de
mantener en un puño la conducción de las fuerzas bajo su mando.
Para hacerlo disponía de precarios medios de comunicación,
aplicando una alta dosis de arrogancia, porque en una oportunidad
habría dicho que ―su Estado Mayor no lo asesoraba, sino que
estaba para informarle‖. (93)
(93) Ruiz Moreno, ―Comandos en Malvinas‖, p.54. Nota del autor: El
Informe Rattenbach dice del general Jofre que ―ejerció el mando de su Gran
Unidad de Combate con las características que le eran propias, las cuales no
resultaban las más adecuadas para estimular las iniciativas y promover la
consagración y el entusiasmo necesarios para el mejor cumplimiento de las
misiones y tareas del servicio de armas. Así, cabe afirmar que más que
conducir las operaciones de su Gran Unidad de Combate, ejerció un mando
rígido que originó fricciones que afectaron el más eficaz aprovechamiento de
sus órganos de comando y de los medios puestos bajo su autoridad.‖ […] ―Su
actitud cohibió a otros comandos subordinados, lo que hizo que se viesen
limitados en el ejercicio de su mando en sus respectivas organizaciones
dependientes.‖

290
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Como hacía cierto tiempo que estaban en la posición defensiva, el


Comando del BIM 5 dispuso que un tercio de los efectivos
marcharan al Apostadero Naval de Puerto Argentino por turnos, con
el fin de pernoctar, asearse, y por medio de los sistemas de
comunicaciones de Telefónica Argentina, hablar al continente con
sus seres queridos. Al regresar aprovechaban para transportar
raciones, munición, y abastecimientos generales que seguían
llegando en los aviones navales, cuyo traslado era dificultoso por las
condiciones del terreno y el clima cada vez más adverso. También
comenzó a llegar correspondencia que era distribuida en el Puesto de
Socorro del Batallón, que hasta ese momento estaba casi inactivo.
Después de la intensa actividad diaria, durante los períodos de
descanso se formaban grupos que escuchaban radio, mateaban, o
intercambiaban opiniones sobre las negociaciones diplomáticas para
evitar la guerra. Cuando llegaban del continente Oficiales de enlace,
casi siempre se conversaba sobre cómo podría evolucionar el
conflicto. En general los visitantes decían que Inglaterra “no haría
llegar la sangre al río", aunque nadie lo creía y se reforzaba la idea
de que combatirían. Tenían la impresión de que el tiempo de paz, se
agotaba dramáticamente día a día.

Rutinas de trinchera
El grado de resistencia del soldado será menor si se encuentra cansado
y hambriento, que cuando están descansados y bien alimentados.
Liddell Hart
Durante esos dramáticos momentos de incertidumbre, la rutina
en la posición del BIM 5 era la siguiente:
En horas diurnas:

291
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- Antes de la 9 de la mañana el Comandante del Batallón


abandonaba su puesto, para reunirse con el Comandante de la
Defensa General Jofre. Iba acompañado del Jefe de
Operaciones Capitán Pernías, el Jefe de Comunicaciones
Teniente Guillen, el Jefe de la Central de Fuegos de Apoyo y
varios Suboficiales auxiliares de operaciones. Las reuniones
en el Estado Mayor normalmente duraban hasta las 4 ó 5 de la
tarde, y durante su transcurso los Jefes de las Unidades
informaban las novedades, analizaban la evolución de la
situación, los informes que se recibían y aprovechaban para
establecer coordinaciones y elevar requerimientos. No era una
buena medida del General Jofre provocar la ausencia cotidiana
de los Jefes de las Unidades, que dejaban de estar en el frente
junto a sus hombres, quitándoles libertad de acción e
iniciativas.
- El Segundo Comandante, Capitán Ponce, quedaba a cargo del
Puesto de Comando hasta el regreso de su Jefe.
- Si Robacio regresaba antes del anochecer, aprovechaba las
horas de luz para inspeccionar la primera línea. Un día visitaba
la Compañía M, otro día la Compañía N, y así
sucesivamente hasta completar la extensa área de
responsabilidad de la Unidad. Durante la inspección era
acompañado por el jefe de la fracción visitada y se
interiorizaba del estado del material y del armamento, del nivel
existente en los depósitos de abastecimientos y de la fortaleza
de las posiciones. Durante esas visitas el Segundo Comandante
permanecía en el Puesto de Comando, listo a cubrir cualquier
emergencia.

292
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- A partir de las 7 de la mañana desayunaban con mate cocido


con leche, (a veces café con leche), pan y mermelada, además
de una rebanada de dulce de batata o de membrillo.
- Los miembros del Batallón lavaban y secaban su ropa sin
exponerla a la intemperie para que no se vieran. Almorzaban
dos platos calientes. Para el 25 de mayo se preparó chocolate
con emparedados dulces, y se mejoró la comida agregando un
plato con fiambre. Toda la Unidad consumía el mismo rancho.
Luego del almuerzo se establecía un período de descanso,
durante el cual se improvisaban bien a retaguardia algunos
picados de fútbol, y en las trincheras juegos de naipes o de
mesa. También aprovechaban el descanso para escribir cartas o
leer el correo recibido. La comunicación con sus familiares era
algo vital para mantener la moral de los Conscriptos, porque si
pasaba algún tiempo sin tener noticias de sus familias, se
sentían moralmente afectados. Las "Cartas a un Soldado"
escritas por la población del continente, especialmente por
niños en edad escolar, muchas veces acompañadas por
paquetes con golosinas, producían en la tropa una gran alegría.
- A eso de las 4 de la tarde se distribuían galletitas, caramelos,
chocolate en barra y cigarrillos. También se distribuía aceite,
harina, azúcar, yerba y a veces té. Estos lujos permitían el
desarrollo de iniciativas personales, tales como hacer tortas
fritas que consumían mientras conversaban. En general no se
tocaban temas familiares, y en su lugar evocaban los
acontecimientos relacionados con la vida en el Batallón y las
innumerables anécdotas y experiencias de la Conscripción.
- A las 7 de la tarde comenzaba la distribución de la cena. Cada
fracción enviaba 2 o 3 hombres que ejercían la función de
abastecedores, y transportaban las marmitas de acero
293
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

inoxidable de paredes dobles, que a pesar del frío conservaban


muy bien el calor de los alimentos. La comida caliente
elaborada en las judías, llegaba a todas las posiciones y las
patrullas alejadas, que además mantenían como reserva
raciones de combate para dos días.
El abastecimiento diario del rancho era una responsabilidad directa
del Capitán Ponce, que siempre tuvo palabras de reconocimiento
para los cocineros, que se levantaban a las 5 y media de la mañana
para iniciar su tarea en medio de la oscuridad. Por propia iniciativa
establecían guardias para protegerse de posibles infiltrados
enemigos. Comenzaban la tarea con el encendido de las cocinas,
preparaban el desayuno, limpiaban las marmitas y comenzaba el
lavado y preparación de los alimentos, con el armamento al alcance
de la mano. Luego de distribuir el rancho del mediodía, limpiaban
las cocinas y después de un breve descanso, preparaban el mate
cocido y el rancho de la noche. Cuando las cocinas fueron destruidas
por el bombardeo, comenzó el momento de consumir las raciones de
combate, y el personal de cocina pasó a reforzar la guardia y a
formar grupos de reserva. Según comenta el Capitán Ponce, nunca
se mostraron cansados o desatentos en sus deberes, ni pidieron
consideraciones especiales o privilegios. De hecho, eran los mejor
alimentados.
La tarea de recibir o enviar cartas era difícil y peligrosa,
porque las Islas Malvinas estaban sitiadas por aire y por mar, y fue
peor a partir del 10 de mayo en que se estableció la zona de
exclusión aérea, porque los vuelos se hacían cuando las condiciones
eran favorables, es decir de noche y cuando no había aviones
enemigos patrullando sobre Puerto Argentino. (94)
(94) Cuando en la actualidad se establece una reunión de camaradería entre
los ex Conscriptos del Batallón, recuerdan las indicaciones de detalle que les

294
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

daba el Comandante para mejorar la posición y su constante inquietud para


que no tuvieran necesidades de ningún tipo, poniendo especial énfasis en la
calidad del rancho y su estado de salud. Esa preocupación de los mandos,
formó parte del alto espíritu de combate de la Unidad, donde todos se sentían
hermanados y mutuamente protegidos.

El peligro de los Harrier no amenazaba solamente los vuelos de y


hacia el continente, también hacían peligrar cualquier movimiento
de aeronaves en las Islas, porque no había forma de resguardarlas
contra los ataques aéreos o el bombardeo naval. Una vez
desembarcadas las fuerzas enemigas en San Carlos, la marcha a pie
presentaba dificultades y peligros por lo descampado del terreno, y
por el fuego naval y aeronaval británico, que disparaban sobre
cualquier cosa que se moviese aunque sea un soldado solitario.

La trinchera, hogar de los infantes de marina, con los rostros


renegridos por el humo de la turba malvinense.

295
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Problemas logísticos
Los ejércitos caminan sobre sus estómagos.
Napoleón
De acuerdo con las “capacidades” del enemigo, al arribar la
Fuerza de Tareas estaría en condiciones de lograr tempranamente la
superioridad aérea y marítima, factor determinante para el éxito de
las operaciones terrestres por tratarse de un teatro bélico insular.
Lograda esa superioridad, todo intento para abastecer a las Unidades
destacadas en la Isla Gran Malvina en Puerto Fox, Howard, y en la
Isla Borbón, podría ser impedido en mayor o menor medida por el
enemigo. Esta interdicción era perfectamente previsible durante el
planeamiento de la defensa, que pronosticaba que esas Unidades
estarían a merced de los bombardeos aéreos y navales, sin los
medios adecuados para oponerse, sin una misión concreta, y sin que
pudieran regresar a la Isla Soledad cuando se los necesitó para
contraatacar. Esos hombres estaban predestinados a padecer hambre,
a no poder presentar combate a las fuerzas terrestres enemigas, a
caer en las garras de la desmoralización y la impotencia, y a estar
obligados a ser simples espectadores de la guerra.
Cuando arribó a las Islas el BIM 5, estaba en Puerto Argentino
el RI 25 (Regimiento de Infantería 25), al mando del Teniente
Coronel Mohamed Seineldín. Más tarde llegó el RI 5, que como
vimos anteriormente fue destinado a Puerto Howard, y también el RI
8 (Regimiento de Infantería 8) que tenía órdenes de trasladarse a la
Isla Gran Malvina en la Bahía Fox. Tanto Robacio como Seineldín
trataron de convencer a Jofre que cancele ese traslado, pero fue
inútil porque según les dijo, la orden “venía de arriba”.

296
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El 5 de abril el Batallón de Artillería Antiaérea de la Infantería


de Marina recibía en Puerto Belgrano la orden preparatoria para
trasladarse a las Islas, cuyo movimiento fue iniciado dos días
después. El 8 de ese mes llegaron a Puerto Argentino e
inmediatamente comenzaron los reconocimientos alrededor de la
localidad para entrar en posición los lanzadores de misiles Tiger Cat
y los cañones antiaéreos Hispano Suiza. Iba a ser la Unidad
antiaérea con material menos actualizado. Como tenían buenos
elementos de comunicaciones, instalaron el Puesto de Comando de
la Defensa Antiaérea de Puerto Argentino. También se reforzaron
las posiciones y los refugios antibombas. El 11 de abril a la tarde
comenzó a llegar la Brigada X, bajo el mando del General Jofre. La
falta de comunicación entre los mandos del continente y el de las
Islas, hizo que ese importante movimiento de efectivos se llevara a
cabo sin que los Generales Menéndez o Daher tuvieran
conocimiento previo, que agregó un nuevo factor negativo a la
deficiente situación logística. Esta Gran Unidad de Batalla fue
trasladada a Puerto Argentino sin el material pesado, y con medios
logísticos precarios.
En una reunión que se realizó esa misma noche, Daher le dijo a
Menéndez que “sobraba un general‖, comentario que provocó su
decisión de nombrar al General Jofre (eran compañeros de
promoción), a cargo de las fuerzas terrestres, y la vuelta al
continente del General Daher, como comentamos anteriormente.
Puede observarse hasta aquí, el muy elevado grado de improvisación
y desorganización existente en los mandos superiores para la
defensa de las Islas.
Las tareas logísticas del Batallón de Infantería de Marina Nº 5
se desarrollaban normal e independientemente de las que realizaba
el Ejército, que tenía un nivel de abastecimiento de sólo 15 días para

297
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

unos 2000 hombres. Al llegar 3000 efectivos más sin planificación


centralizada ni aviso previo, se generaron nuevas e imprevistas
necesidades logísticas, que serían el origen de renovados problemas.
Al iniciarse los combates el abastecimiento se haría aun más
complicado y peligroso, sino imposible, por el asedio constante del
fuego naval y aéreo, que impedía el vuelo seguro de nuestros
helicópteros, y el traslado de munición y alimentos a primera línea.
El viernes 16 de abril en horas del medio día, arribó a la zona
el RI 7 (Regimiento de Infantería 7), y al anochecer estaba
marchando en medio de una fuerte tormenta para ocupar la zona de
responsabilidad asignada, ubicada en el flanco derecho y hacia el
Norte del BIM 5. Por las condiciones meteorológicas, esa Unidad no
pudo tener alistadas sus cocinas para preparar el rancho. El clima
sorprendió mucho a la gente de ese Regimiento platense, que no
estaba acostumbrada a las bajas temperaturas. Al pasar en columna
de marcha cerca de las posiciones del BIM 5, el Capitán Robacio se
enteró que no tenían comida preparada, y les dio la bienvenida
suministrándoles una sopa bien caliente seguida de un rico guiso,
que fue muy bien recibida por los efectivos del Regimiento.
A todo esto el Contralmirante Büsser se desvivía por dar apoyo
de cualquier tipo al BIM 5 y al resto de sus Unidades. Estaban en
eso cuando encontraron en los depósitos de armas de la Base Naval
Puerto Belgrano, un número importante de ametralladoras pesadas
calibre 12,7 mm, que podrían ser puestas a punto y enviadas a las
Islas. Inmediatamente comenzaron a recorrerlas, ponerlas en
servicio y a capacitar a una dotación de Infantería de Marina, para
enviarlas a las Islas como refuerzo para el BIM 5. Fue así que casi
simultáneamente con el arribo del RI 7, llegaba a Puerto Argentino
lo que denominaron Compañía de Ametralladoras 12,7mm. Cuando
el General Jofre se enteró, de acuerdo con su cuestionable

298
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

costumbre, ordenó que ese material fuera distribuido en tres partes;


un tercio para el RI 25 en posición en el aeropuerto; otro tercio para
el RI 7 en Monte Longdon; y el resto para el BIM 5, que era su real
destinatario. (95)
(95) El RI 25 del Teniente Coronel Seineldín, probablemente la mejor Unidad
de infantería del Ejército en las Islas nunca combatiría, salvo la Compañía C
y otras pequeñas fracciones que fueron enviadas a diferentes zonas. Un tercio
de las poderosas ametralladoras calibre 12,7 mm no entraron en combate por
estar agregadas al RI 25. El General Jofre seguía con la perniciosa
costumbre de desmembrar las Unidades para subordinarlas a otras y no
ordenó en su momento al RI 25 reintegrar las ametralladoras al BIM 5, que
hubieran sido muy útiles para frenar el ataque inglés.

El 24 de abril el BIM 5 ya tenía una posición defensiva fuertemente


organizada, y todos los fuegos de apoyo reglados y ajustados. A
partir de ese momento se perfeccionaron las obras en detalle; se
optimizaron las comunicaciones alámbricas y radioeléctricas; los
enlaces con las otras Unidades del Ejército; y se recuperó la
Compañía O que ocupaba Monte Longdon, que fue relevada por el
Regimiento 7. La Compañía O entró en posición al Oeste del Monte
Tumbledon, para dar seguridad al flanco izquierdo del Puesto de
Comando del Batallón. Estas modificaciones llegaban a
conocimiento de los ingleses, y alteraban sus planes de ataque. Las
ametralladoras pesadas 12,7 mm, no eran orgánicas del BIM 5 ni del
RI 7, y le darían al enemigo muchos dolores de cabeza por su
elevado poder de fuego y alcance.

299
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XVIII

LA FUERZA SILENTE
Finalizada la Guerra de Malvinas, una mañana iba manejando
por el barrio Las Cañitas en Palermo, cuando al llegar a la calle Arce
vi al Capitán de Fragata Fernando Azcueta, que fue Comandante del
Submarino San Luis. Frené y me dirigí hacia él con los brazos
abiertos para estrecharlo en un abrazo. Mi alegría y admiración no
era para menos, por los motivos que deseo compartir con el lector.

Armas estratégicas
En 1982 las Fuerzas Armadas poseían en su organización dos
armas estratégicas; ambas pertenecían a la Marina: el letal sistema
SUE-Exocet de la Aviación Naval, y la Fuerza de Submarinos con
asiento en la Base Naval Mar del Plata. El Submarino es un arma
estratégica, porque su sola presencia en la zona de operaciones de
una flota enemiga, podría llegar a neutralizar o paralizar su
actividad, como hicieron los ingleses con nuestra flota de mar. De
hecho tuvo que retirarse a aguas poco profundas para evitar ser
torpedeados por los modernos submarinos nucleares o
convencionales de los ingleses, cuya muestra iba a ser el ataque al
Crucero General Belgrano y probablemente también al Destructor
Bouchard, que culminó con el trágico hundimiento del Crucero.
Se denominan “unidades de superficie” a todas aquellas que
flotan, como los Portaviones, Cruceros, Corbetas y Fragatas,
además de los buques de transporte de tropa, de carga, o
combinados. Nos preguntamos ¿por qué son tan peligrosos los
submarinos? La respuesta nos puede sorprender.
300
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El submarino San Luis (del año 1974), llevaba el nombre de esa provincia, y
fue construido modularmente en Kiel, Alemania, y armado posteriormente en
los Astilleros Tandanor de Buenos Aires. Tenía un desplazamiento en
inmersión de 1356 Tm, 56 m de eslora, y una manga de 6,20 m. Poseía 4
motores diesel y 4 baterías de 120 elementos cada una, que alimentaba un
motor eléctrico Siemens de 5.000 hp a 200 rpm con una hélice de 5 palas. En
superficie alcanzaba los 12 nudos y en inmersión 25, con una autonomía de
6.000 millas. Tenía en la proa 8 tubos lanzatorpedos y era capaz de lanzar los
modelos alemanes SST-4 filoguiados y el estadounidense AS/Mk48
antisubmarino. Su sistema de control de tiro digital, le permitía atacar hasta
tres blancos simultáneamente. Tenía una tripulación de 36 hombres. Esta
nave también resultaba apta para combatir contra submarinos nucleares.

Para desarrollar su actividad los submarinos son enviados de


patrulla a determinadas áreas marítimas, a las que se les asigna un
nombre código. En esos lugares permanecen sumergidos al acecho,
tratando de localizar naves enemigas. Para ello disponen de un sonar
pasivo y otro activo. El pasivo o hidrófono no emite sonidos, sólo
escucha para no ser detectado por buques hostiles. En cambio el

301
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

sonar activo lanza un sonido (ping…ping…ping), que puede


producir un rebote o eco que es interpretado por los sonaristas. En
ambos casos pueden decir qué tipo de buque se trata, si el enemigo
lanzó un torpedo o cargas de profundidad, o si se aproximan
helicópteros a baja altura. Cuando se emplea el sonar activo, si la
nave enemiga no es un buque de guerra no tiene mayor importancia,
pero si lo es, la Unidad enemiga podría detectar el origen del
conocido sonido ping… ping…y atacará con cargas de profundidad
o torpedos antisubmarinos. De manera que lo normal es el empleo
de los sonares pasivos.
Lo interesante de todo esto, es que la capacidad de detección
del submarino, es mucho mayor que la del buque de superficie. Es
capaz de escuchar los sonidos de un buque a 30 o 40 mil yardas, y
puede dispararle torpedos a unas 20 mil yardas aproximadamente.
En cambio el buque podría detectar al submarino a sólo 10 o 15 mil
yardas. En otras palabras, un submarino puede detectar a un buque y
dispararle un torpedo, y la nave ni siquiera se enteró de su presencia.
En el caso de que el submarino sea detectado por una nave hostil, y
ésta tuviera armas antisubmarinas, el alcance de ellas es muy
inferior al de los torpedos. En estas condiciones un buque de
superficie normalmente estará en inferioridad de condiciones
respecto de un submarino, que cuando está en inmersión es mucho
más veloz que los buques a flote. Estas sensibles ventajas explican
por qué lo hacen temible. Cuando un grupo de buques detecta la
presencia lejana de submarinos, lo normal es poner pies en
polvorosa y en zigzag, para tratar de dificultar el ataque y evadir los
torpedos, mientras preparan sus cargas de profundidad y torpedos
buscadores antisubmarinos, si es que los tiene.
Existe una forma de compensar la ventaja que tiene el
submarino ante su presa: las Unidades de superficie disponen de

302
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

helicópteros o aviones antisubmarinos, que como es natural son más


veloces que aquéllos. Los helis o aviones “escuchan” con hidrófonos
que son descolgados hasta el mar, y analizan los sonidos existentes
bajo el agua. De establecer la ubicación de un submarino enemigo,
podría ser atacado con cargas de profundidad, torpedos
antisubmarinos, o si están a la vista con armas convencionales.
El submarino utiliza motores diesel para propulsarse en
superficie. Si navega a poca profundidad puede izar hasta la
superficie un snorkel, que permite renovar el aire y seguir utilizando
los motores diesel. Este motor sirve para cargar un numeroso
conjunto de baterías eléctricas, que acumulan la energía para hacer
funcionar los silenciosos motores eléctricos mientras navegan
sumergidos, que dificultan su detección en la inmensidad del
océano. Normalmente la tripulación no ve la luz del sol durante días
y aun semanas, porque en la mayoría del tiempo de patrulla
permanecen sumergidos. Los tripulantes ocupan ambientes muy
reducidos, no aptos para claustrofóbicos. Cuando navegan a
profundidad de periscopio para atisbar el mar, también elevan sus
antenas para recibir o transmitir información. Estas sofisticadas
naves son capaces de disparar sus torpedos sin tener que utilizar el
periscopio.
El momento de mayor tensión en combate, ocurre cuando están
bajo el ataque de torpedos antisubmarinos, o cargas de profundidad,
situación que podría prolongarse durante varias horas. En estos
casos el operador sonarista interpreta los sonidos del torpedo en
aproximación, que se encuentra a 7000 yardas…, 5000…, 1000
yardas…, hasta el momento del contacto y explosión seguida de una
muerte horrible para todos. La única defensa consiste en el
lanzamiento de señuelos que podría distraer el sistema electrónico
de orientación del torpedo, y simultáneamente se aleja a toda

303
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

máquina, o se lanza hacia la profundidad para asentarse en el fondo


del mar donde permanecerá en el más completo silencio…y rezar…
sobre todo rezar.

Problemas de mantenimiento
La Armada tenía en 1982 varias unidades submarinas de
diferentes modelos y capacidades, mantenidas deficientemente.
Presentaban limitaciones en su planta de propulsión, en los sistemas
electrónicos y en el armamento; factores que tendrían como
resultado consecuencias estratégicas graves debido a su ineptitud
para el combate. El colmo de esa ineficacia, fueron los torpedos
antisuperficie alemanes SST-4, que no habían sido probados y
fallaron todas las veces que se lanzaron contra buques enemigos.

En la Fuerza de Submarinos normalmente se desarrollaba un


Plan de Mantenimiento Correctivo, esto es, lo que se rompía se
arreglaba, siempre que el presupuesto lo permitiese, pero
ciertamente las partidas asignadas no alcanzaban. Por ese motivo
nuestros submarinos navegaban en época de paz con las limitaciones
que hemos comentado, porque rara vez podían desarrollar
mantenimientos preventivos, que hubiera permitido mantenerlos
operativos en forma satisfactoria. Lo ideal para estos casos, hubiese
sido elaborar un Plan de Mantenimiento Predictivo, disciplina que
nunca fue utilizada por la insuficiencia presupuestaria. Es decir que
la Marina también presentó serios problemas de naturaleza logística
en sus Unidades aéreas y navales antes y durante la Guerra de
Malvinas, porque el mantenimiento es una parte muy importante de
aquella disciplina.

304
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Submarino ARA San Luis


Solos contra todos

En marzo de 1982, el San Luis estaba ejercitándose en el Mar


Argentino junto con otros buques de la Armada, cuando recibió la
orden de regresar a su Base en Mar del Plata. En ese momento el
San Luis podía adquirir una velocidad máxima de inmersión de sólo
14 nudos, porque uno de los cuatro motores eléctricos no
funcionaba. (96)
(96) Relato basado en la versión del Contralmirante Alejandro Maegli, que
fuera tripulante del San Luis.

Meses atrás había estado de paso en la estratégica Base Naval Mar


del Plata el Submarino británico HMS Endurance. (97)
(97) ¡Qué casualidad! que especialistas ingleses en el arma submarina,
hayan pasado por la Base Naval Mar del Plata meses antes de la guerra…

Al llegar a su Base estaba por zarpar el Submarino ARA Santa Fe,


oportunidad en que uno de los tripulantes de esa nave le comentó
reservadamente al Teniente de Fragata Maegli, que su destino era
Malvinas. Producido el desembarco del 2 de abril, el Comandante de
la Fuerza de Submarinos ordenó alistar el San Luis con la mayor
premura.

Días después el Capitán Azcueta informó que estaba listo para


zarpar y se hizo a la mar el 11 de abril al anochecer, con todos los
compartimentos cargados con víveres y una buena provisión de
torpedos filoguiados y antisubmarinos. Como arma estratégica que

305
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

eran, se manejan por códigos completamente distintos de las


Unidades de superficie. (98)
(98) La Escuela de Submarinos de la Base Naval Mar del Plata, ostenta un
lema que dice: ―existen dos clases de buques; los submarinos y los blancos‖.

Por su alta peligrosidad, la zarpada de un submarino es un dato


importante para el enemigo, y desde la rotonda vecina al Golf Club
de Mar del Plata, o desde las escolleras Norte o Sur del puerto de
aquella ciudad, resulta muy fácil observar las idas y venidas de los
buques de la Base Naval; de manera que seguramente algún
anónimo pescador, o inquilino de las decenas de departamentos que
se alquilan por temporada en los edificios de las inmediaciones,
podrían ser en realidad agentes del MI6, o del espionaje chileno, y
estarían en condiciones de monitorear los movimientos de los
buques de guerra, entre ellos los pequeños y letales submarinos
argentinos. De hecho los chilenos monitorearon la zarpada durante
la guerra, y por vía satélite informaban directamente a la Fuerza de
Tareas inglesa.
Una noche estrellada despidió la negra silueta del San Luis,
que lentamente dejó el puerto y se dirigió hacia Cabo Corrientes;
una vez allí se sumergió y desapareció de la vista. Mientras
navegaban en inmersión abrieron el sobre “secreto” que les
ordenaba patrullar el área “Enriqueta” a la altura de Puerto Deseado,
Provincia de Santa Cruz. Paralelamente la Fuerza de Tareas
británica se aproximaba a las Islas Falkland.
El San Luis disponía de 10 torpedos filoguiados alemanes
contra unidades de superficie y 15 estadounidenses antisubmarinos.
Inesperadamente el sistema de control de tiro para lanzarlos se
averió. La posibilidad de repararlo resultaba impracticable en alta
mar por no tener los elementos para hacerlo, de manera que si
entraban en combate y tenían que lanzar torpedos, lo harían
306
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

manualmente. Llevaban 15 días de patrulla, cuando el 27 de abril


recibieron un mensaje secreto, donde les ordenaban ocupar el área
“María”, con un agregado que decía: “todo contacto es enemigo”.
La acción estaba por comenzar.
Cuando se produjo el desembarco del 2 de abril, el Submarino
de origen alemán Clase 209 Salta, se encontraba en Puerto Madryn
reparando uno de sus elementos de detección pasivos, con la
colaboración de técnicos franceses de la firma diseñadora del
equipo. Cuando los galos se enteraron del desembarco en Malvinas,
recibieron la orden de regresar inmediatamente a su país, donde
posiblemente hayan sido interrogados acerca del estado operativo de
los submarinos argentinos. El Salta producía en navegación un nivel
de ruido inaceptable para operar, y regresó a la Base Naval Puerto
Belgrano con el fin de alistarse lo antes posible para patrullar el mar.
Por la mala salud de su Comandante, el 17 de abril fue designado en
su reemplazo el Capitán de Fragata Roberto Salinas, que en ese
momento se desempeñaba como Edecán Naval del Presidente
Galtieri.

En el Departamento Relaciones Públicas


Como máquina de guerra, un submarino es un artefacto
enorme y complejo. Hay una gran diferencia entre los “sumergibles”
de la Primera Guerra Mundial, y los “submarinos” de la Segunda. El
diseño exterior del casco en esos tiempos, era muy diferente
respecto de los actuales, que se caracterizan por tener un aspecto
parecido al de una ballena o un delfín. Esto es lógico, porque
imitando el perfil hidrodinámico de estos mamíferos, les permite
navegar bajo el agua a mayor velocidad que en superficie.
Durante la guerra hubo grandes manifestaciones de patriótico
entusiasmo; la gran mayoría de los argentinos deseaba colaborar de
307
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

algún modo, y uno de ellos envió una carta al Departamento


Relaciones Públicas de la Marina, en la que proponía fabricar
submarinos utilizando tanques de combustible, de esos que se
emplean en las estaciones de servicio. Estos depósitos tienen forma
cilíndrica, con una torreta superior por donde se carga o extrae la
nafta o gasoil para la venta. Su aspecto general es parecido al de un
grotesco submarino, pero de ahí a poder ser uno de ellos, existe una
distancia sideral. No había forma de responder la carta, no podíamos
agradecer la colaboración del espontáneo ingeniero naval, que en
realidad no tenía la menor idea de lo que era un submarino.
Para esa época recibimos otra carta, en la que un turista se
quejaba de haber visto en un famoso restaurant del puerto de Mar
del Plata, una bandera argentina extendida en la pared, juntamente
con otros objetos propios de una zona costera marina, como redes y
anclas. El enojado turista recurrió a la Armada por creer que el tema
estaba dentro de nuestra jurisdicción. El asunto era más complejo,
porque esta vez había que responderle formal y fundadamente, como
un verdadero dictamen. Me vi en la necesidad de leer todas las
Leyes y Decretos relacionados con nuestra enseña Patria. La bandera
oficial es la que lleva el sol incaico y en vez de adoptar la
proporción generalizada en la mayoría de las banderas, de 2 partes
de largo por 1 parte de ancho, sus dimensiones reglamentarias son
más alargadas, de acuerdo con lo establecido en el Congreso de
Tucumán en julio de 1816. Algunos fabricantes las hacen en la
proporción 2 x 1, y otros respetan las medidas oficiales y las hacen
más largas, lo que dificulta el flameado. Curiosamente, existen
ciertas limitaciones para poder instalarlas en el frente de los edificios
particulares, por el contrario de lo que se estila en la mayoría de los
países. Otra curiosidad es que no tiene nada que ver con aquella que
en febrero de 1812 enarboló el General Belgrano en las barrancas de
la Villa del Rosario, que hoy luce el monumento más importante de
308
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

nuestro país. La bandera de Belgrano, más conocida como “Bandera


de Macha”, se encuentra en un museo en la ciudad de Sucre, en
Bolivia. Con motivo del acto del Bicentenario de la creación de la
Bandera realizado en Rosario, la Sra. Presidenta Cristina Fernández
de Kirchner lo reconoció públicamente por primera vez. Esa
primitiva enseña Patria, blanca con una franja horizontal central
celeste, fue rechazada por el Secretario del Triunvirato Bernardino
Rivadavia, que le envió para ser enarbolada durante su campaña, una
bandera española, ―la que se iza en el fuerte”, según sus propias
palabras.
Los estadounidenses se caracterizan por poner los colores de
su bandera en muchos objetos, incluyendo ropa interior. Una vez
Graciela Alfano lució la enseña de las barras y estrellas en una
bikini, sin que haya existido queja alguna por parte de la Secretaría
de Estado estadounidense. Le respondí al inquieto turista porteño
que, mientras no signifique una falta de respeto, y su exhibición en
la pared no lo era, no existían inconvenientes formales y legales que
lo prohíban.
Varias Unidades de nuestro Ejército llevaron la Bandera de
Guerra a la guerra. Esa enseña Patria, como la espada, o el bastón de
mando que usan los Generales, son símbolos. Una vez derrotados,
estos símbolos fueron motivo de preocupación para sus tenedores o
Jefes de Unidad, porque como es lógico, se negaban
terminantemente a que pudieran caer en manos del enemigo como
souvenirs. En algunos casos las quemaron, en otros las descosieron y
distribuyeron en partes, y también las enterraron, como sucedió con
las espadas de los Oficiales y Suboficiales del Regimiento de
Infantería 25.

309
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XIX

Y UN DÍA LA TIERRA TEMBLÓ


Esa habilidad inglesa para ganar el dominio del aire y disponer de
él a su antojo.
Mariscal Rommell

Para establecer una defensa que pudiera oponerse a los


bombardeos enemigos, las tres Fuerzas Armadas enviaron Unidades
de artillería y misiles antiaéreos a las Islas. El Grupo 1 de Artillería
Antiaérea de la Fuerza Aérea, desplegó sus 70 hombres el 5 de abril,
50 de ellos eran Conscriptos Clase 1963 recientemente
incorporados, y muy bien adiestrados. Este Grupo tenía una Batería
de 35 mm a 2 piezas, regladas mediante un Director de Tiro, y una
Batería de 20 mm, con 9 cañones operados manualmente y de gran
cadencia de fuego. Otras 6 piezas fueron enviadas al aeródromo
alternativo de Darwin, desde donde operaban los IA-58 Pucará. El
Ejército aportó el Grupo de Defensa Aérea 601 con misiles Roland,
y cañones antiaéreos dirigidos por radar, que tuvieron una actuación
destacadísima durante la guerra. La Infantería de Marina disponía
del Batallón Antiaéreo, con cañones y misiles Tiger Cat, más
anticuados que los del resto de las Fuerzas, que poco pudo hacer.
También hubo fracciones de infantería que disponían de misiles
Blow Pipe y SAM 7 soviéticos.
Como no podía suceder de otra manera, la Fuerza de Tareas
británica entró espectacularmente en el escenario de la guerra. A las
4 y 40 de la madrugada del 1º de mayo, la Guarnición de Puerto
Argentino dormía protegida por los centinelas de turno, cuando de
pronto…¡la tierra tembló! Un solitario bombardero Vulcan
310
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

proveniente de la Isla Ascensión, distante 5.600 km de las Malvinas,


comenzó a arrojar sobre la pista de Puerto Argentino bombas de
1.000 libras. En esos momentos el Capitán Ponce descansaba con
sus ayudantes en el Cuarto Administrativo del BIM 5, y fueron
despertados violentamente por la explosión de la primera de las
bombas. Inmediatamente salieron disparados para averiguar qué
pasaba, en momentos en que se producían otras tremendas
explosiones, que les hizo comprender súbitamente que la Batalla de
las Malvinas había comenzado.
El bombardeo enemigo parecía cercano a las posiciones del
Batallón, pero en realidad se había producido en la zona del
aeropuerto, ubicado a unos 8 km. Era el primero de los numerosos
ataques aéreos y navales destinados a demoler la pista de 1.200 m,
por 30 de ancho que fue construida por los argentinos mucho antes
de la guerra. Lo extraordinario del ataque era que de las 21 bombas
lanzadas, una sola dio en el blanco a mitad del recorrido de la pista,
sobre un costado, que produjo un cráter de 12 m de diámetro, por 6
de profundidad. El ancho operativo de la pista a partir de ese
momento, sería de sólo 16 m, limitación que iba a exigir a nuestros
pilotos un riesgo adicional, que se sumaba a los vientos cruzados y a
la falta de balizas. Otra de las bombas dio en la tierra, cerca de la
cabecera Este de la pista, que produjo un cráter más grande, pero
que no impedía operar a los aviones.
Este primer ataque a la pista y los numerosos que iban a
realizarse durante la guerra, completaron unas 130 toneladas de
explosivos. Medio centenar de bombas de 1.000 libras; unas 150 de
500 libras y alrededor de 1.200 granadas de fuego naval. Sin
embargo, el intento de destruir la pista fue un rotundo fracaso de la
RAF (Royal Air Force).

311
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Para engañar a los ingleses, los muchachos del Grupo 1 de


Construcciones de la Fuerza Aérea demostraron su profesionalismo,
porque simularon sobre la pista otros impactos, que aparentaban ser
tan reales a los ojos de la inteligencia enemiga, que a pesar del
reconocimiento aéreo, las fotografías sacadas por los Harrier, la
información de los satélites espía, y de los kelpers o Comandos
enemigos disfrazados de isleños, la consideraron inoperable. Existe
una contradicción entre la realidad; el engaño del maquillaje de la
pista; el espionaje; y la evidente continuación de los aterrizajes y
despegues, que de ninguna manera podrían pasar inadvertidos, y que
por lo tanto se podía deducir que la pista seguía operable. La parte
de la pista intacta era suficiente para que los pilotos operen, aunque
lo hacían en condiciones límite. De esta manera continuaron
abasteciendo y evacuando heridos de gravedad, situación que se
mantuvo sin variantes hasta la noche del 13 de junio.
Si bien los ingleses bombardearon la pista durante toda la
guerra, y los informes de inteligencia la daban como neutralizada
para operar, todavía quedaba un hilo suelto. La capacidad de guerra
electrónica británica era excelente, y mucho más cuando
interceptaban nuestras comunicaciones con operarios bilingües, de
manera que sabían de nuestros movimientos. Se sumaba la
información proveniente del continente de sus aliados chilenos, que
monitoreaban los despegues o aterrizajes de nuestros aviones.
Entonces la pregunta que cabe es: ¿por qué quedó ese cordón
umbilical logístico abierto hasta la rendición del 14 de junio?
Seguramente los pilotos no erraban a la pista a propósito, era un
verdadero milagro.
A las 7 y 40 cuatro aviones Sea Harrier bombardearon y
lanzaron cohetes sobre el aeropuerto. El ataque se repitió a las 8 y 20
con otras cuatro aeronaves más, de las cuales fueron derribadas

312
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

cuatro, un altísimo costo para el enemigo, porque un 50% de pérdida


de aviones en un raid, resulta inaceptable para cualquier planificador
militar. Era un porcentual superior al de las pérdidas sufridas por los
ingleses y norteamericanos, durante las incursiones aéreas realizadas
sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial. A partir de ese
primer ataque, las operaciones de vuelo diurnas se vieron afectadas
por la superioridad aérea enemiga, lo que provocó que las aeronaves
provenientes del continente tuvieran que volar de noche y rasante
sobre el mar, para no ser detectadas por los radares del enemigo. El
balizamiento nocturno de la pista era realizado por los hombres del
Grupo de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea, que se
distribuían cada 30 m en los laterales de la pista, portando balizas
manuales a lo largo de toda su extensión, encendidas solamente para
facilitar los aterrizajes o despegues de los aviones.
A la misma hora del ataque a Puerto Argentino, otros cuatro
Sea Harrier bombardearon la pista de tierra de Darwin, bautizada
como “Base Cóndor”, y lograron destruir en tierra dos aviones
Pucará. Los costos de la guerra en vidas y materiales, comenzaron a
sumarse dramáticamente en ambos bandos. Los ataques aéreos que
no lograron destruir la pista de Puerto Argentino, causaron el
fallecimiento de un Conscripto por efecto de las bombas. La pérdida
de aeronaves y pilotos en manos de los “argies”, era un costo muy
elevado e inesperado, porque habían subestimado completamente su
capacidad antiaérea. A partir de ese primer bombardeo, el enemigo
reaccionó inmediatamente y comenzaron a atacar desde una altura
de 12.000 pies, que les impedía obtener los resultados esperados en
sus misiones. La solución argentina fue inversa, los pilotos se
aproximaban en vuelo rasante, prácticamente a la altura de las
cubiertas de los buques enemigos, y durante el escape tenían que
evitar chocar contra sus antenas. Esta táctica traería aparejada que
las espoletas no tengan tiempo de armarse, y las bombas lanzadas
313
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

por la Fuerza Aérea no explotaban. Esta Fuerza inventó lo que


denominaron “bómbola”, una sola y enorme bomba cuya sola
energía permitiría averiar partes vitales de los buques de línea
enemigos, mientras sus técnicos desarrollaban rápidamente una
nueva espoleta que dio excelentes resultados (Coventry, Sir Tristam,
Sir Galahad, Plymouth, e Invincible, entre otros buques no
reconocidos). A partir del momento en que los aviones enemigos se
veían obligados a bombardear desde gran altura con poca
efectividad, fueron prioridad para los futuros ataques aéreos los
radares de la defensa antiaérea.
Para disminuir la eficacia de la artillería antiaérea, enviaron
desde la Isla Ascensión un bombardero Vulcan con un misil de
origen norteamericano anti radiación, con el fin de destruir el radar
de adquisición de blancos aéreos instalado en Puerto Argentino.
Cuando se produjo la alerta roja debido a la aproximación del
bombardero enemigo, la Fuerza Aérea ordenó apagar las emisiones,
pero el aviso llegó tarde al radar del Ejército. Fue entonces cuando
el misil captó la señal emisora, la siguió, y segundos después
destruyó el equipo produciendo varias bajas.

Sea Harrier en acción Restos de un Sea Harrier abatido


por nuestra artillería

314
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Bombardero británico Vulcan

En un artículo de su autoría el veterano de guerra Comodoro Oscar


Spath, relata:
“…cuando comenzaron a explotar las bombas del Vulcan nos
sentimos como zapateando sobre el terreno, el temblor y los
estallidos eran tremendos. Afortunadamente, la turba malvinera
conforma una superficie permeable y esponjosa, eso disminuía el
efecto devastador de las explosiones. Por alguna razón, la escasa
respuesta antiaérea hacia la incursión del solitario bombardero
británico, animó a la Royal Navy para atacar con los aviones ―Sea
Harrier‖ de los Escuadrones 800 y 801 a baja cota. Con las
primeras luces, un solitario Harrier pasó en vuelo de
reconocimiento, el único impacto sobre el lateral de la pista, ya
había sido maquillado y ésta parecía inoperable‖.
Cuando Spath regresó a su posición, encontró sobre el techo de
su bunker una bomba de 1.000 libras sin estallar. El artefacto había
rebotado en el campo hasta detenerse justo ahí, y cuando la hicieron
explotar por los ingenieros produjo la desaparición del Puesto de
Comando, que fue reemplazado por un enorme agujero. El
315
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

comportamiento de los Conscriptos de la Fuerza Aérea durante los


raids enemigos fue excelente. Así lo destaca el veterano Brigadier
Rodolfo Savoia:
―Durante los ataques de la Aviación Naval británica, no había
forma de mantener a los soldados en sus refugios. Su función
específica consistía en realimentar los almacenes de munición de
los cañones de 20 mm, pero cuando esto no era necesario, ellos
permanecían en las proximidades de las piezas, buscando blancos
para señalárselos a sus jefes de pieza, [. . ] los soldados habían sido
incorporados en enero y adiestrados en dos lugares distintos, y en
el mes de abril estaban plenamente operativos, incluso
maniobraban las piezas de 20 mm, hacían puntería y sabían
disparar, aunque no era esa su función específica, las horas de
entrenamiento en simulador en cada unidad, dieron su resultado.
No tuvimos a lo largo de toda la campaña ninguno que se pusiera a
llorar, ningún autolesionado, ningún desertor, ningún acto de
indisciplina, cosa que para los conductores es la mejor
condecoración.‖ […] ―Uno puede haber salido del azar de la
guerra un poco mejor o un poco peor, gracias a Dios todos
regresamos físicamente sanos [...] pero esa respuesta del personal,
aún hoy, después que ya han pasado dos décadas me emociona;
esos hombres que entonces tenían dieciocho años, supieron
comportarse como leones.‖
A continuación entró en escena la flota inglesa. A las 4 de la
tarde tres buques enemigos comenzaron a bombardear la zona del
aeropuerto, donde se encontraba el Regimiento 25, sin producirle
daños. Veinte minutos después, aviones de la Fuerza Aérea atacaron
los buques ingleses y lograron averiar severamente a uno de ellos y
levemente a otro. Durante el ataque británico fueron derribados dos
aviones propios. La Batalla Aeronaval había comenzado.

316
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

A esa misma hora el observatorio de los infantes de marina en


Sapper Hill, informó que se aproximaban dos buques enemigos
haciendo señales luminosas, lo que hizo pensar que en tierra había
infiltrados ingleses destinatarios de esa señal. Los infantes salieron
de sus posiciones para ver el espectáculo, pero esas supuestas
señales eran en realidad los fogonazos de la boca de los cañones de
la artillería naval, que disparaban precisamente sobre las posiciones
del BIM 5. Al estallar las primeras granadas todos se lanzaron de
cabeza a sus pozos. En ese bautismo de fuego perdieron el primer
hombre: el Conscripto Daniel Cabiglioli que no pudo alcanzar su
refugio. El bombardeo naval duró 45 minutos, y se reinició a las 11
de la noche. Ésta sería una terrorífica rutina que duraría hasta el 14
de junio, que rompía los nervios de los defensores, dificultaba el
descanso, el tránsito de y hacia retaguardia, y la tarea de evacuar
heridos hasta el hospital. También hacía difícil y peligroso el
transporte de abastecimientos y alimentos a las posiciones de
primera línea.
Describe Anthony Beevor, (ex oficial del Ejército Británico),
en la página 370 de su libro “El día D”, los efectos de los
bombardeos de la artillería alemana, y el miedo que sentían los
soldados aliados:
―…nada parecía reducir la marea de casos de hombres que en
medio del fuego de la artillería, caminaban con los ojos abiertos de
par en par y temblando, o echaban a correr dando vueltas en
círculo y llorando, o se encogían formando una bolita, o incluso
salían en trance a campo abierto y se ponían a recoger flores
mientras las bombas estallaban a su alrededor. Otros se venían
abajo debido a la presión de las patrullas enemigas, y se ponían a
llorar en forma repentina gritando ¡nos van a matar! ¡nos van a
matar! Los oficiales jóvenes tenían que vérselas a veces con

317
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

hombres que de pronto se ponían a lloriquear, se encogían en un


rincón y se negaban a levantarse, o salir de una trinchera, y a
seguir adelante bajo el fuego. Aunque algunos soldados recurrieron
a las autolesiones, un número menor, aunque desconocido se
suicidó.‖
Es ésta una dramática faceta poco difundida de la realidad de la
guerra, y rara vez se las muestra en las películas, que son los
referentes más comunes a los que accede el gran público. De manera
que si hubiera habido casos similares durante la Guerra de las
Malvinas, se trataba de una reacción natural en el ser humano, que
podría ser neutralizada por el liderazgo ejercido por el personal
jerárquico con su propio ejemplo. La realidad es que nuestros
combatientes mantuvieron un equilibrio emocional y psicológico
poco común ante los bombardeos, que hasta fue motivo de bromas.
El primer bombardeo enemigo dejó varias enseñanzas a los
infantes de marina; las señales luminosas de los buques que no eran
tales; la imprudencia de tomar la guerra como un espectáculo, y
enterarse de la excelente capacidad radiogoniométrica de los buques,
que les permitía detectar con precisión el origen físico de las señales
de radio, para luego bombardear la zona. Asimiladas las primeras
enseñanzas, a partir de ese momento se utilizaron exclusivamente
comunicaciones alámbricas y se cuidaron muy bien de permanecer
fuera de las posiciones durante los bombardeos.
La Batería de Artillería B que estaba en posición para dar
apoyo al BIM 5, también fue blanco de un intenso bombardeo naval.
Al caer los primeros proyectiles, un Guardiamarina (para la jerga
naval “Michi”) se lanzó de cabeza y antes que nadie al refugio.
Entró último el Teniente Abadal Jefe de esa Batería, que
inmediatamente le dijo en voz baja: “Michi, ésa no es una forma
elegante de entrar en un refugio, salga y entre como corresponde”.
318
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Guardiamarina aprendió la lección por el resto de la guerra, y fue


uno de los condecorados. Otro hecho curioso fue lo sucedido con el
Conscripto Clase 62 Pedro Moisés, que fue enviado al hospital
porque padecía de una hernia. De haber sido operado seguramente
habría sido evacuado al continente, pero en cambio se fugó del
hospital y se presentó ante el Teniente Abadal que le preguntó:
―¿Qué te pasó Moisés?”, el Conscripto le respondió: ―me volví
señor, porque este cañón no tira bien sin mi‖.
Esa misma noche los radares se llenaron de ecos, que
anunciaban un inminente desembarco de tropas sobre el aeropuerto.
Esto produjo una alerta general y renovadas tensiones entre los
defensores, en especial los del Regimiento 25 que ocupaban
posiciones en el aeropuerto. Fue entonces cuando nuestra artillería y
morteros comenzaron a disparar bengalas para iluminar las posibles
playas de desembarco, a la vez que bombardeaban la zona con
proyectiles explosivos. Nunca pudieron ver un helicóptero, una
embarcación, o algún soldado inglés, porque se trataba de un
engaño, había comenzado la guerra electrónica, por medio de la
cual el enemigo emitía ecos falsos que daban la impresión de un
desembarco. Bombardeos aéreos y navales, guerra electrónica,
incertidumbre, misiles antiaéreos y antirradar muy efectivos, todo
esto produjo un alto grado de impotencia y frustración en todos los
niveles. Muy alta tecnología, indudablemente superior a nuestras
posibilidades. La Guarnición Militar Malvinas experimentaba por
primera vez la guerra moderna, para la cual no estábamos
preparados. Durante las invasiones Inglesas de 1806 y 1807, la
tecnología de ambos mandos era pareja, en 1982 la diferencia era
abismal.
El bombardeo naval fue una experiencia dramática y violenta,
para nada común, que produjo caudales de adrenalina en todos los

319
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

soldados. Al día siguiente el Capitán Ponce fue a ver las posiciones


bombardeadas para investigar sus efectos, y prever lo que sucedería
cuanto lo hagan otra vez sobre sus posiciones. Los ingleses hacían
fuego con espoletas ultrasensibles aptas para tiro antiaéreo, que
estallaban antes de tocar el blanco. De este modo lograron dañar una
estación meteorológica y un equipo electrógeno que alimentaba uno
de los radares. De acuerdo con la experiencia adquirida, en la
posición de los infantes de marina comenzaron a reforzar el techo de
las trincheras, y a duplicar o triplicar las comunicaciones alámbricas.
El Batallón estableció contacto alámbrico permanente con las
Unidades vecinas. Con ese fin el Oficial de Comunicaciones de la
Unidad fue enviado por el Capitán Robacio al Puesto de Comando
del Regimiento 25, para proponerle a su Jefe el establecimiento de
un enlace alámbrico. El Teniente Coronel Seineldín rechazó de
plano el ofrecimiento, diciendo que ―no necesitaba
comunicaciones” que lo que necesitaba eran: ―fierros, más fierros, y
granadas‖.
De esta manera los infantes llegaron a tener enlaces alámbricos
hasta las menores fracciones del Batallón, incluyendo los puestos de
avanzada y los grupos de ametralladoras. Para evitar los ataques
aéreos propios, la flota enemiga dejó de bombardear de día la zona
de Puerto Argentino, para hacerlo exclusivamente de noche. Los
bombardeos comenzaban a eso de las 8 de la noche y culminaban
alrededor de las 4 de la mañana, ante la impotencia de los defensores
que no tenían con qué responderles el fuego.

La Guerra de Malvinas iba a tener una característica poco


común, porque ambos contendientes se habían obligado a proteger la
vida y hacienda de sus habitantes civiles, (en los poblados de San
Carlos, Darwin, Fox, Howard, Borbón y especialmente Puerto
Argentino), que fueron verdaderos oasis de la guerra. Esos lugares
320
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

estaban protegidos del fuego enemigo y propio, y de alguna manera


podría considerarse militarmente poco ético que los mandos
estuviesen asentados allí. La controversia mayor se presentó en
Puerto Argentino, que fue motivo de deserciones, se produjeron
algunos robos, y sobre todo muchas críticas a todos aquellos con
mando, cuyos efectivos estaban ocupando posiciones en el frente.
Un caso emblemático fue el del General Parada, aún en discusión.

Operación “Black Buck”


Una de las principales amenazas para la Fuerza de Tareas
británica era la poderosa Fuerza Aérea Argentina, que operaba desde
el continente y resultaba imprescindible evitar que lo pudieran hacer
desde la pista asfaltada de Puerto Stanley, que era a su vez la arteria
principal del apoyo logístico a las Islas. Como era necesario
destruirla, decidieron utilizar desde la Isla Ascensión los viejos
bombarderos estratégicos Vulcan y los aviones tanqueros Victor, en
vuelo sin escalas hasta las Falkland. Iba a ser el bombardeo a más
larga distancia de la historia de la aviación. Esta operación sería
denominada “Black Buck” (Ciervo Negro), y dentro de esos planes
preveía realizar ataques a las bases aéreas de la Argentina
continental.

El primer raid fue concretado por el Teniente Martin Withers,


piloto del Vulcan matrícula XM607, que fue el que bombardeó la
pista de Puerto Argentino el 1º de mayo. Este avión fue abastecido
por 12 aviones tanqueros Victor, y el apoyo de un Nimrod de
búsqueda de emisiones de radar. Durante su aproximación tuvo que
ser reabastecido cinco veces a la ida y otro tanto a la vuelta. El
despegue se hizo desde la Isla Ascensión el 30 de abril a las 07:40
hora local, con la participación de dos bombarderos Vulcan y los
tanqueros mencionados. Como los imprevistos tampoco respetan a
321
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

las potencias militares mundiales, tres de los aviones tanque Victor y


uno de los dos Vulcan, precisamente el que había sido designado
para efectuar el bombardeo, tuvieron que regresar a su base por
desperfectos técnicos. Ante esa situación se designó al Teniente
Withers para cumplir la misión, que piloteaba el avión muleto.
Cuando el Vulcan estaba próximo a las Islas, fue monitoreado por el
Portaviones HMS Hermes y comenzó el descenso para alcanzar una
altura de vuelo apta para lanzar sus bombas. De pronto se
descompuso el indicador de velocidad y cerca del objetivo fue
detectado por un radar, justo en el momento en que abrían la
compuerta de bombas, a unos 20 km del blanco. En el ínterin
también los descubrió un radar de tiro antiaéreo que guiaba los
letales cañones de 35 mm, pero volaban demasiado alto como para
ser abatidos. A pesar de esos ecos radar, no se produjo alerta
alguna en Puerto Argentino.
El piloto inició la corrida de bombardeo con un ángulo de 30º
respecto del eje de la pista, acorde con lo que dice la técnica para
estos casos y comenzaron a lanzar las 21 bombas de 1000 libras con
intervalos de un cuarto de segundo cada una, que en tierra equivalían
a unos 15 m de separación entre bomba y bomba. Cumplido el
lanzamiento, el piloto realizó un giro a la izquierda en ascenso y a
toda potencia, mientras el copiloto Pete Taylor veía entre las nubes
los relámpagos de las explosiones de las poderosas bombas. A bordo
del avión los tripulantes estaban en silencio y apesadumbrados,
porque con ese bombardeo acababan de iniciar una guerra. Eran las
4 y 30 de la madrugada del 1º de mayo de 1982.
Pasado el primer momento de shock, mantuvieron el Vulcan en
ascenso para economizar combustible, los pilotos intentaron evaluar
la misión, y llegaron a la conclusión de que habían tenido éxito en su
intento de destruir la pista. De acuerdo con lo establecido en los

322
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

planes, el operador de radio Huge Prior, transmitió a la Base Aérea


Wideawake de la Isla Ascensión, la palabra clave “superfuse‖, que
significaba que habían logrado realizar la misión con éxito. Los
tripulantes del Vulcan ignoraban que sería en vano todo ese
descomunal esfuerzo y también los siguientes, porque solamente una
de las bombas de 1.000 libras daría de lleno en la pista en toda la
guerra. Durante el vuelo de retorno del Vulcan, los portaviones de la
Fuerza de Tareas 317, comenzaron a tomar posiciones para lanzar
los Sea Harrier, que tenían que bombardear a partir de las 8 de la
mañana el aeropuerto y las instalaciones adyacentes de Puerto
Stanley. Comentaba el Teniente Withers piloto del Vulcan: ―… sería
un largo día, para nosotros y para los argentinos.‖
Siete fueron las misiones “Ciervo Negro”, dos de las cuales
tuvieron que abortarse. En una de las misiones fracasadas, un Vulcan
aterrizó en emergencia en Río de Janeiro por falta de combustible e
inconvenientes técnicos. Los otros ataques fueron los siguientes:
- 4 de mayo a las 05:30 sobre la pista, con resultados nulos.
- 31 de mayo ataque con misiles antirradar Shrike, que produjo
daños menores al radar de la Fuerza Aérea.
- 3 de junio 06:30 ataque con misiles antirradar Shrike, que
destruyó un equipo del Ejército y produjo varias bajas, entre
ellas el Teniente Dachary, cuyo hermano era miembro de la
Plana Mayor del BIM 5.
- 12 de junio a 05:45 sobre la pista, con resultados nulos.
Varias de las bombas de 1.000 libras transportadas por los Vulcan
desde la Isla Ascensión no estallaron. La Operación “Ciervo Negro”
fue un costosísimo fracaso de la RAF (Royal Air Force), por su
enorme esfuerzo y la increíble falta de puntería para darle a la pista.

323
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Extraemos del libro “Malvinas no vencidos”, otro impresionante


testimonio del efecto de esos enormes artefactos dado por el Capitán
de Fragata aviador Luis Anselmi, Jefe de la Agrupación Aeronaval
Malvinas:
―Una de esas bombas, explotando a escasos veinte metros de
donde dormíamos, produjo un ruido infernal que golpeó
estrepitosamente sobre nuestras cabezas, seguido por una lluvia de
piedras, fragmentos de hierro y mampostería, y astillas de cristal
con un verdadero efecto devastador.‖ […] ―El estampido aún
resuena en nuestros oídos, ya que dormíamos en bolsas de dormir
sobre el piso de cemento.‖
Se han publicado numerosos artículos que comentan con
excesivo optimismo, que si todas las bombas lanzadas sobre los
buques por nuestros aviadores hubiesen estallado, “habríamos
ganado la guerra”. En todo caso también podríamos decir que, si
todas las bombas lanzadas por los ingleses hubieran dado en el
blanco, nos habrían derrotado un mes antes.
El esfuerzo inglés fue enorme y con resultados escasos, para
beneficio de la Guarnición sitiada en las Malvinas, que pudieron
seguir utilizando la pista hasta el final. A las 07:30 del trágico 1º de
mayo, y mientras seguían los ataques aéreos, el Comandante de la
Fuerza de Tareas británica Almirante Woodward, intimó la
rendición al General Menéndez, que fue inmediatamente rechazada
por éste. Cerca del mediodía, comenzó el cotidiano bombardeo
naval, que iba a prolongarse durante toda la guerra.

324
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XX

GUERRA EN EL MAR
El dominio de la superficie, ha sustituido a su brillante antecesor, el
dominio del mar, y tendrá una influencia decisiva sobre el curso de los
acontecimientos.
Alte. Castex (Francia)

El 22 de abril el Crucero ARA Gral. Belgrano, al Comando


del Capitán de Navío Héctor Bonzo, arribó a Ushuaia proveniente de
Puerto Belgrano para tomar combustible. Era un paso previo a una
misión de patrullado entre la Isla de los Estados y el Banco
Burdwood, que queda al Sur de las Malvinas. Esta nave estaba
escoltada por los Destructores Piedrabuena y Bouchard. De ser
posible, tenían que mantenerse fuera de la Zona de Exclusión
establecida por los ingleses. Estas tres Unidades formaban el Grupo
de Tareas 79.3, y adolecían de fallas de mantenimiento en los
sistemas de radares de control tiro y en los sonares para la detección
de submarinos. En la Santabárbara llevaban munición de artillería
vencida, y algunos cañones presentaban averías, lo mismo que el
sistema de comunicaciones. Por otra parte funcionaban con
deficiencias, las calderas de propulsión y mantenimiento. Todo esto,
por haber sobrepasado holgadamente su vida útil. No se había
contemplado antes de la guerra una situación de crisis como para
invertir en la reparación de ese cúmulo de fallas, porque
representaban varios millones de dólares para aplicarlos en buques
que estaban por radiarse del servicio activo. Su misión - más utópica
que real- era la de desgastar, neutralizar, y destruir Unidades
enemigas, mediante ataques misilísticos con Exocet´s, que era la
capacidad ofensiva mejor conservada.

325
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Crucero ARA Gral. Belgrano, en su apostadero en la Base Naval del


mismo nombre
El Almirante Allara, Comandante de la Flota de Mar, había
propuesto en un principio llevar el Crucero a Puerto Argentino para
ser utilizado como batería costera y de defensa antiaérea, pero esa
posibilidad fue descartada. En la práctica hubiese sido un peligro
serio para los buques ingleses que pudieran acercarse a bombardear
Puerto Argentino, pero por ese mismo motivo su vida hubiese sido
efímera, porque sería un blanco rentable para la aviación enemiga.
El 30 de abril el GT 79.3 zarpó hacia la zona de operaciones
asignada, y a las 20:07 del 1º de mayo recibió la siguiente orden:
―se destacará al Sur del banco Burdwood en aproximación al
enemigo, intentando contactar con Unidades de superficie que
operen hacia el Sur de Malvinas, para desgastarlas mediante
ataques con misiles. Atacar solamente blancos de oportunidad
favorables, teniendo en cuenta amenaza aérea‖.
Dada la capacidad británica de detección satelital y de interceptación
y descriptado de mensajes, además de la colaboración del espionaje
326
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

chileno, cabe suponer que el enemigo sabía que había zarpado de


Ushuaia el GT 79.3, y que conocían su ubicación aproximada. La
misión asignada resultaba obvia, dada la capacidad misilística
integrada por los letales Exocet MM 38 de esa flotilla. De todas
maneras la tecnología naval británica sumada a la ayuda
norteamericana, estaban en condiciones de resolver rápidamente un
encuentro de superficie con esos buques argentinos de la época de la
Segunda Guerra Mundial, que aunque algo mejorados y
actualizados, sufrían de serias falencias por las razones expresadas.
En el ínterin y durante los ataques aeronavales del 1º de mayo,
después de dejar su carga en Puerto Argentino, el buque mercante
Formosa se alistaba para regresar al continente. Fue autorizado a
zarpar en horas de la madrugada de ese día, y para que no sea
confundido por la aviación propia, efectuaron las “comunicaciones
de movimiento” al Comando Aéreo Estratégico y al Comando de la
Fuerza Aérea Sur. El buque zarpó y navegó sin inconvenientes hasta
las 17:30, cuando fue atacado con cañones y bombas por un avión
solitario, que no produjo bajas. Después del sorpresivo ataque, el
Capitán ordenó una inspección de daños, y grande fue su sorpresa
cuando hallaron en la bodega una bomba sin explotar cuya espoleta
se había desprendido. El peligroso artefacto tenía una inscripción
que decía: ―Industria Argentina-250 kg”. Un anónimo y
desorientado piloto de la Fuerza Aérea, había bombardeado por error
nuestro buque mercante, que el 7 de mayo arribó a buen puerto con
toda felicidad…y con una bomba criolla sin estallar en su bodega.
Mientras tanto la FT 79 al mando del Almirante Allara, se
hallaba a la expectativa buscando la oportunidad de lanzar un ataque
aéreo a la flota inglesa. (99)

327
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

(99) Durante la entrevista que mantuve con el Almirante Lombardo en su


domicilio en Mar del Plata, al tocar este tema dijo que ―había dado al
Almirante Allara total libertad de acción.‖

Durante la Guerra de Malvinas nuestras tres Fuerzas Armadas


realizaban detallados análisis de la situación, para tener elementos
de juicio acerca de cuál debería ser la estrategia operacional más
adecuada. El ataque enemigo del 1º de mayo había iniciado la
guerra, como comentó acertadamente el piloto del Vulcan minutos
después del bombardeo de la pista de Puerto Argentino. El supuesto
que adoptó por influencia del Pentágono el General Galtieri, había
desaparecido y en consecuencia se improvisaban planes B. Cuando
la reacción militar británica se puso en evidencia, señalando el cielo
Galtieri afirmó desde el balcón de la Casa Rosada: ―Si quieren venir
que vengan‖. ¿Qué pensamientos estarían dando vueltas en su
cabeza en ese momento? ¿habrá tomado conciencia alguna vez de
las consecuencias de su actitud?
De esta manera contundente, nuestros pilotos, marinos y
soldados se vieron cara a cara con una dramática realidad. Los
distintos niveles de mando adoptaron posturas encontradas, y a pesar
de la enorme desventaja existente, algunos mantendrían el ideal de
luchar por la Patria, otros en cambio comenzaban a desmoralizarse
tempranamente. Los altos mandos en las Islas iban a cumplir sus
funciones sin arriesgar su pellejo, y tratarían de conservar su
prestigio para la posguerra. Los del continente dejarían de ir a las
Islas, como lo hacían antes. Los menos combatirían sin importarle el
resultado porque estaban suficientemente motivados, bien
conducidos, y priorizaban su profesionalismo, su dignidad personal
y su honor. Fueron la base y el sustento del excelente desempeño en
tierra de nuestros artilleros del Ejército y de la Fuerza Aérea, junto a

328
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

los infantes de marina, que fueron ponderados tanto por los


británicos, como por sus pares del Ejército y en las Conclusiones del
Informe Rattenbach. Los valientes pilotos de la Fuerza Aérea y de
la Marina, llegaron a adquirir fama internacional; al respecto dijo el
General francés Pierre Closterman, as de la Segunda Guerra
Mundial:
―Nunca en la historia de las guerras desde 1914, tuvieron los
aviadores que afrontar una conjunción tan terrorífica de obstáculos
mortales, ni aun los de la RAF sobre Londres en 1940, o los de la
Luftwaffe en 1945. Vuestro valor nos ha deslumbrado y no sólo el
pueblo argentino no debe olvidaros nunca, sino que somos muchos
los que en el mundo estamos orgullosos que seáis nuestros
hermanos pilotos.‖
El 29 de abril el Comandante de la FT 79 autorizó el empleo
sin restricciones de las armas en cualquier área, siempre y cuando se
trate de un blanco confirmado. El concepto “cualquier área”, podría
ser un criterio similar al utilizado por los ingleses cuando
torpedearon horas después al Crucero Gral. Belgrano fuera de la
zona de exclusión, es decir en “cualquier área.” Por su parte el
Almirante Allara necesitaba información con urgencia de la posición
de las Unidades de superficie enemigas, y logró a través de sus
propios medios de exploración obtener contacto radar con
submarinos y buques de superficie. No existe documentación
liberada para saber qué había pasado con la ayuda satelital soviética.
A todo esto había llegado desde Puerto Argentino la información de
un desembarco en fuerza sobre el aeropuerto, que tendría a la flota
británica empeñada y aferrada en el desarrollo de esa operación. Si
bien el Almirante Lombardo le había dado libertad de acción a la
flota, conociendo el temperamento agresivo de Allara (según dijo
durante la entrevista), le envió un mensaje que decía:

329
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―No aconsejable por ahora ocupar estaciones fuera de las 20


millas del continente‖ y más tarde envió otro:

―Grupo de tareas inglés no aferrado y con superioridad‖

porque se enteró que el supuesto desembarco inglés era sólo el


efecto de la guerra electrónica, que daba esos alarmantes ecos que
indicaban una falsa fuerza anfibia en aproximación. (100)
(100) El falso desembarco inglés sobre el aeropuerto, hecho de simulación
magistral empleado por primera vez en los tiempos modernos, fue
aprovechado en la posguerra por el Teniente Coronel Seineldín para su
propio beneficio. Quiso capitalizarlo a pesar de estar plenamente
documentado y reconocido que se trató de una falsa alarma, es decir una
―diversión‖ para comprobar el nivel de eficacia y de respuesta de nuestras
fuerzas. En efecto, en su libro ―Malvinas un sentimiento‖, p. 121 dice que en
esos momentos se dirigió a sus Oficiales diciéndoles: ―Señores, observen, al
frente y a aproximadamente 15 km, hay movimiento de tres buques ingleses.‖
Agrega después: ―Permanecimos pendientes de sus maniobras. De repente
dirigieron sus proas en nuestra dirección y comenzaron a descargar toda su
artillería naval sobre nuestra posición defensiva. Pero a pesar del intenso
fuego recibido la respuesta no se hizo esperar, con todas las armas propias de
la posición que tenían posibilidades de alcance, se les abrió fuego. Sin dudas
que su intención era la de ocupar rápidamente y por medio de helicópteros
nuestra posición. Simultáneamente fueron atacados por aviones de nuestra
Fuerza Aérea, quienes le produjeron serias averías. Al ser rechazados en este
intento de atacar Puerto Argentino en forma directa y frontal, se produjo el
cambio radical de sus planes, quedaron obligados a optar por lo más difícil y
desgastante alternativa; atacar la posición por los fondos o patio trasero.‖
Respecto de esta fantasiosa versión de Seineldín, cabe señalar que un buque
a 15 km, está detrás del horizonte, no se puede ver; el RI 25, como toda la
Guarnición Militar en Malvinas, no disponía de armas que tuviesen alcances
suficientes como para oponerse a los buques desde tierra. Por otra parte un
desembarco en fuerza requiere mucho más que tres buques, y como quedó

330
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

relatado, se trató de un hecho de guerra electrónica. Un engaño no puede ser


―rechazado‖. En su Libro ―Los cien días‖, el Almirante Woodward dice en la
p. 147, ―Pero los tiempos han cambiado, y nosotros debimos librar batalla en
la Era de los Engaños. De modo que tratamos de hacer todo lo posible para
que ellos creyeran que el 1° de mayo al amanecer, o tal vez el 2 era el día D‖.
Esta especulativa versión de Seineldín tomó estado público en los medios de
prensa de la posguerra, cuando declaró que debido a la fuerte resistencia de
su Regimiento, los ingleses tuvieron que optar por desembarcar en otro lado.
Una versión de los hechos absolutamente falsa, disparatada, y sobre todo
especulativa.

Sin viento para volar


Ningún capitán se equivoca, si ubica el buque junto al de su enemigo.
Almirante Nelson
A las 18:30 del 1º de mayo, los radares de la FT 79.1
detectaron la aproximación de 3 aeronaves desconocidas.
Inmediatamente se lanzó desde el portaviones una PAC (Patrulla
Aérea de Combate) integrada por dos Skyhawk, con misiles aire aire,
mientras las aeronaves detectadas se alejaban de la zona. Días
después se supo que se trataba de aviones bombarderos Canberra
propios. La falta de coordinación de la Fuerza Aérea con la Armada
a través del Comando del Teatro, comenzaba a manifestarse.
La exploración aérea realizada por los bimotores
antisubmarinos Tracker del portaviones dio su fruto, porque la FT
79.1 pudo localizar la fuerza británica. El 2 de mayo bien temprano,
el Almirante Allara ordenó al GT 79.1 (portaviones y escoltas),
aproximarse a toda máquina hacia la flota enemiga para buscar una
posición favorable y lanzar una acción ofensiva aérea diurna.
Simultáneamente le ordenó al GT 79.3 (Crucero Belgrano y
escoltas), ir a la zona del Banco Burdwood para intentar atacar con

331
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

misiles blancos de superficie. Mientras tanto las Corbetas Granville,


Drummond y Guerrico fueron adelantadas para atacar la flota
enemiga con misiles Exocet MM38, después de lo cual se efectuaría
el lanzamiento y posterior bombardeo de la aviación embarcada.
Este triple movimiento de pinzas podría llegar a afectar
sensiblemente a las Unidades de superficie enemigas,
desgastándolas prematuramente antes de intentar un desembarco.
En esos momentos dramáticos, el fuerte viento del Oeste
típico de la Patagonia y del mar adyacente, comenzó a disminuir.
Los vientos constantes de 60, 70, o más kilómetros por hora
disminuían paulatinamente. El viento sumado a la velocidad del
portaviones tendría que tener un rango de no menos de 40 nudos
(poco más de 70 km por hora), más los efectos de la catapulta, para
que los 6 aviones A4Q Skyhawk, tuviesen la oportunidad de
despegar con seis bombas de 250 kg cada uno, que era su máxima
capacidad de carga para atacar la flota enemiga. Llegó un momento
en que el viento era tan débil, que hubiese permitido despegar a lo
sumo con 2 bombas. Previamente se había calculado que de los seis
aviones podrían ser derribados hasta cinco de ellos, de manera que el
efecto que podría causar a la flota enemiga sería despreciable y con
un costo muy elevado en vidas y material. No obstante se mantuvo
el rumbo de ataque a toda máquina. Poco después de la medianoche
fue detectado un eco que podría ser un avión explorador enemigo a
una distancia de 70 millas. Entonces se consideró que el efecto
sorpresa se había perdido. La enorme superioridad aérea y la cortina
de cañones y misiles antiaéreos del enemigo, fueron considerados
decisivos como para abortar el ataque. Desde el punto de vista
táctico, se partía de un supuesto desactualizado, porque así como era
necesario explorar con aeronaves para ubicar la flota enemiga, ésta
obtenía la posición de nuestras naves por medio de satélites.

332
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Un A4Q Skyhawk en el hangar del portaviones ARA 25 de Mayo, durante la


febril actividad previa al ataque. En primer plano una bomba supuestamente
destinada al portaviones enemigo.
A las 02:50 Allara, informó al GT 79.3 (Crucero Belgrano y
escoltas), que había fracasado el intento de atacar desde el
portaviones 25 de Mayo a la flota británica, y que por lo tanto se
anulaba su misión.
En las Conclusiones de la CAERCAS, se le asigna al
Comandante de la Flota de Mar Almirante Allara, la siguiente
responsabilidad:
Folio 269 Cap. XII, “829: Al imponerle su Comando Superior
limitaciones para el empleo de sus fuerzas, debió haber preparado
planes alternativos‖.
En la mañana del 2 de mayo, el Almirante Lombardo envía un
mensaje “secreto” al Comandante del Crucero Belgrano,
advirtiéndole sobre la posibilidad de recibir un ataque submarino. Ni
esta nave ni los Destructores escolta, pudieron detectar al Conqueror
que los estaba siguiendo. Posiblemente el Capitán Bonzo confiaba
333
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

demasiado en la impunidad del GT 79.3 bajo su mando por estar


fuera de la Zona de Exclusión, porque no adoptó una formación
antisubmarina adecuada, como tampoco navegaba en zig zag a la
velocidad correcta, ni la variaba demasiado para dificultar un ataque
con torpedos.

Crucero “Belgrano”
El 2 de mayo por la tarde recibimos en la Central un dramático
mensaje que nos llenó de consternación y angustia, se trataba del
torpedeamiento del Crucero Gral. Belgrano, hecho ocurrido a las
16:01 fuera de la Zona de Exclusión. No lo podía creer.
Ansiosamente reclamé noticias a los que llevaban la situación mar,
pero sólo recibí una lacónica respuesta: “no aparece en el radar‖.

El ―Belgrano‖ en alta mar.


Sentía náuseas mientras recordaba la vez que años atrás había
navegado en el querido Crucero. La realidad de la guerra nos
golpeaba dramáticamente en el intelecto y en nuestros corazones,
porque en ese momento muchos compatriotas estarían luchando por

334
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

sus vidas en las frías aguas del Atlántico Sur, y otros ya las habrían
perdido y yacían en las profundidades del mar. Caminaba
nerviosamente de un lado a otro y me negaba a aceptar lo que estaba
pasando, mientras aguardaba con ansiedad el próximo mensaje
naval. El Comando del Teatro retransmitió un informe del Belgrano,
que decía que habían recibido un torpedo a las 16:01 y otro en la
proa instantes después. Agregaba que la explosión del torpedo que
hizo impacto en la proa, hinchó las chapas de acero de la cubierta,
que iban poniéndose al rojo progresivamente hasta convertirse en
una luz blanca deslumbrante, seguida de una gruesa columna de
humo gris que se elevaba rápidamente junto con restos de la proa,
que desapareció en el mar llevándose decenas de tripulantes. El
texto dejaba traslucir que existían sospechas de haber recibido un
torpedo nuclear. Nada que ver, era el producto de nuestra
inexperiencia en cuanto al efecto de los torpedos. A las 16:05 el
Destructor Bouchard sintió un golpe fuerte en su costado de babor,
que hizo caer de las cuchetas a varios tripulantes. Inmediatamente
pensaron que había sido el impacto de otro torpedo que
afortunadamente no estalló. Cuando días después el buque arribó al
puerto de Ushuaia, buzos civiles inspeccionaron el casco sin
encontrar rastros del impacto. Actualmente hay quienes opinan que
fue un tercer torpedo que impactó en el Destructor, y otros
consideran que se trató de la onda de choque producida por el
estallido del que dio en el Crucero. (101)
(101) El comandante del submarino nuclear Conqueror efectuó
declaraciones sobre el ataque, y dijo que lanzó tres torpedos y que sólo
explotaron dos.

335
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Crucero Belgrano torpedeado, sin la proa, rodeado de balsas. Fotografía


del Teniente de Fragata Sgut.
A las 17:02, el veterano Crucero había desaparecido de la superficie
del mar. Los últimos náufragos en ser rescatados estuvieron en las
balsas 48 horas, sufriendo hambre y penurias en la soledad de un
clima excesivamente frío, que conducía a la muerte por hipotermia.
Varias de las balsas encontradas, sólo contenían cuerpos congelados.
Trescientos fallecieron por los impactos de los torpedos y por quedar
atrapados en el buque, y veintitrés murieron de frío en las balsas. Lo
ocurrido era una muestra de lo que significaba la amenaza
submarina para la flota argentina, y el terrible drama que implica
todo naufragio.
A todo esto el área de patrullaje “María” asignada al
Submarino San Luis quedaba cercana a la Isla Soledad, donde se
estimaba que podrían estar operando buques enemigos. Cuando el
Comandante ordenó subir el snorkel para cargar las baterías de sus
motores eléctricos, también elevó sus antenas de comunicación. Un
escueto mensaje con el texto: “todo contacto es enemigo”, indicaba
que acababan de entrar en guerra.

336
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Aviso “Sobral”
Como consecuencia de la alarma que produjo la presencia de
buques ingleses cerca de Puerto Argentino, y lo que se suponía era
un desembarco inglés, el 1º de mayo seis bombarderos a reacción
Canberra de la Fuerza Aérea se dirigieron a baja altura y en grupos
de a tres hacia su objetivo. El portaviones Invincible los detectó y
envió una sección de Harrier para interceptarlos. Uno de los
bombarderos estaba piloteado por el 1er. Teniente Eduardo de
Ibáñez, que llevaba como navegante al 1er. Teniente Mario
González. Antes de avistar tierra fueron interceptados por el Sea
Harrier ZX451, que lanzó un misil AIM-9L Sidewinder, (aquellos
provistos por los EE UU), que impactó en el Canberra y lo derribó.
El resto de la formación decidió retornar a sus bases por el peligro
de ser abatidos, debido a que no llevaban una escolta de cazas y no
disponían de señuelos antimisil. Los pilotos informaron que los
tripulantes del avión derribado habían eyectado, y suministraron el
punto dato de su caída. En el supuesto caso de que hubieran llegado
con vida al mar, la supervivencia dependía de una única posibilidad:
la de ser rescatados por una nave de auxilio, de lo contrario sufrirían
una muerte lenta, horrible y solitaria, en el desolado, frío, y hostil
Atlántico Sur.
Cuando en el Comando del Teatro de Operaciones se enteraron
del abatimiento del Canberra y del punto dato, emitieron una orden
a la Fuerza de Búsqueda y Rescate FT 50 de Río Grande, que
dispuso a las 22:10 el envío del Aviso ARA Alférez Sobral, que
comandaba el Capitán de Corbeta Sergio Gómez Roca, que en esos
momentos se dirigía a Puerto Deseado. Cinco minutos después de
recibido el mensaje, el Aviso cambió el rumbo hacia el punto dato,
con una bandera de la Cruz Roja izada y las luces de navegación y
de cubierta encendidas. El pequeño buque navegó toda la noche, y
337
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

llegó al día siguiente al punto dato, sin hallar a los pilotos.


Lamentablemente las esperanzas de encontrarlos eran prácticamente
nulas.

A miles de kilómetros de allí, en la Sala de Situación del Edificio


Libertad, vivíamos las innumerables tensiones producidas por los
informes del ataque inglés y las primeras bajas producidas en la Isla,
entre ellos la vida de algunos hombres en tierra y de nuestros
valientes pilotos de la Fuerza Aérea. La ofensiva británica era
contundente, y ya nadie hablaba de la posibilidad de negociación
alguna con los ingleses. Cerca de la medianoche recibimos un
mensaje del Comandante del Sobral que decía: “GFH 02May2350
Heli inglés colgado en popa, posible mirón” (102)
(102) GFH, significa: grupo fecha hora. Un ―heli‖ es un helicóptero.
―Mirón‖ es el término empleado en la jerga para definir una aeronave en
actitud de observación.

El Sobral navegaba con la bandera de la Cruz Roja. De acuerdo con


el criterio personal, o las instrucciones del piloto del Sea King
enemigo, podría no ser molestado por estar realizando una tarea
humanitaria, como ocurre con los buques hospitales si cumplen las
leyes de la guerra. Sin embargo a los pocos minutos recibimos otro
mensaje del Aviso, cuyo texto me produjo un escalofrío: “GFH
338
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

03May23:53, abro fuego con ametralladoras y cañones”. Debo


confesar que pensé: ―¡no!...¡no!¡cagaste!‖, porque no tendría que
haber disparado sus armas. El heli enemigo evadió la ráfaga sin ser
tocado y se retiró de la zona; inmediatamente avisó a la nave madre
que se trataba de un buque “hostil”. Minutos después recibieron dos
ataques con misiles Sea Skua, uno de los cuales dio de lleno en el
puente del Sobral y afectó a todos los que estaban allí. Produjo 8
muertos y unos 30 heridos de diversa consideración; entre los
primeros estaba el Capitán Gómez Roca, primer Comandante naval
argentino fallecido en combate desde los tiempos del Almirante
Brown. El pequeño buque quedó sin comunicaciones, aislado, con
heridos a bordo, y en medio del mar.

Señor, tengo un rumor hidrofónico


Eran las 7 y media de la mañana del 1º de mayo; Puerto
Argentino había recibido el impacto de las primeras bombas
lanzadas por el Vulcan sobre la única pista asfaltada del
archipiélago. Los portaviones ingleses estaban cerca y comenzaban
a lanzar y recibir aviones; era el momento justo, el momento
esperado, la guerra submarina había comenzado por primera vez
para la Marina Argentina. A esa hora el Teniente de Fragata

339
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Alejandro Maegli, Jefe de Comunicaciones, fue despertado por el


sonarista de guardia que le dijo con ansiedad: ―Señor, tengo un
rumor hidrofónico‖.
Durante el patrullado en escucha pasiva, los sonaristas son
puestos a prueba, porque son los ojos y oídos del buque. El intenso
entrenamiento al que son sometidos en tierra, les permite discriminar
con elevada precisión cuando se trata de una ballena, cardúmenes de
distintas especies, una nave de superficie, otro submarino, o el vuelo
de aeronaves cerca del agua. El sonido hidrofónico detectado venía
desde el Noreste y tenía las características propias de un buque en
navegación. El sonarista también despertó al Capitán Azcueta que le
dijo: “Despiértelos a todos, uno por uno, y colóquelos en sus
puestos de combate‖. La tripulación tiene que mantener una
disciplina coherente, y evitar producir ruidos para no ser detectados
por los sensores del enemigo. En este caso se trataba de un oponente
que disponía de la más alta tecnología existente en el mundo para la
detección submarina, porque los buques y helicópteros
antisubmarinos ingleses integraban la NATO, y vivían ejercitándose
para detectar y eventualmente destruir los poderosos submarinos de
la flota soviética. Esos quilates tenía el oponente de nuestro
diminuto aunque temible Submarino San Luis.
Los tripulantes de una nave de estas características, se ven
obligados a combatir confiando y dependiendo totalmente de sus
elementos de detección, cuya información se analiza en el CIC,
(Central de Informaciones de Combate). Después de detectar la
presencia de naves hostiles, el sonarista informó que se aproximaban
hélices (de helicópteros), y que escuchaba explosiones submarinas.
Eran tres helicópteros antisubmarinos ingleses que se acercaban con
sus sonares activos, y lanzaban cargas de profundidad a ciegas,
mientras abrían paso a varias naves de guerra enemigas. Con toda

340
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

seguridad estaban enterados de la presencia del San Luis en el área.


El Capitán Azcueta adoptó una actitud agresiva, e hizo maniobrar la
nave para ponerse en la mejor posición de tiro, y ordenó cargar los
tubos con los torpedos alemanes filoguiados SST-4. A las 10:00 de
la mañana las naves estaban a unas 9000 yardas, y el Comandante
recibió la información de que los datos del blanco estaban
“ajustados”, informe que habilitaba el lanzamiento de torpedos.
Inmediatamente ordenó “fuego”. El artefacto guiado por cable salió
del tubo, produciendo un sonido fuerte que conmovió a los
tensionados tripulantes. Estaban a punto de hundir por primera vez
un buque enemigo, los corazones latían fuertemente, y sus miradas
alternaban entre los instrumentos y la chapa de acero del casco sobre
sus cabezas, cubierta de tubos, cables y manómetros. El torpedo
debería estallar en contados segundos, cuya onda expansiva y
estruendo iban a sentir en instantes. De pronto, una voz cortante dijo
que el cable guía se había cortado. La decepción fue enorme, ¡no
podían creerlo! el lanzamiento había fallado.
El torpedo continuó su carrera, y fue detectado por los buques
ingleses antes de perderse en el océano. Minutos después las
unidades británicas pusieron máxima velocidad y desaparecieron del
lugar.

341
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Pasaron varios minutos hasta que el operador del sonar informó la


peor noticia:...“splash de torpedo en el agua”. ¡Ahora los
torpedeados iban a ser ellos! el Comandante inmediatamente ordenó
“evasión a toda máquina”. El operador hidrofónico comenzó a
informar los pormenores de la aproximación del artefacto que se
dirigía a toda velocidad hacia el San Luis. Azcueta ordenó descender
a “máxima profundidad” y lanzar señuelos anti torpedos. Estos
elementos consisten en enormes pastillas que en contacto con el
agua producen gran cantidad de burbujas, que los tripulantes de los
submarinos llaman “Alka Seltzer‖.
“Torpedo acercándose por popa”, dijo el sonarista. Recuerda
Maegli que en ese momento pensó (y no debe haber sido el único)
―¡cagamos!, nos está persiguiendo, ¡nos va a reventar!”, mientras el
sonarista continuaba dando información lacónicamente: “torpedo a
700 yardas”, ―torpedo en la popa‖, la tensión a bordo era total,
todos esperaban la explosión que los mandaría para siempre al fondo
del mar…, pero de pronto el operador dijo: “torpedo pasó a la otra
banda”. Eran éstas unas palabras de esperanza, porque el proyectil
fue distraído por los señuelos, había pasado de largo y se alejaba.
La acción del comandante fue impecable y según decían “se
habían salvado por un pelo‖, pero todavía faltaba lo peor. Los helis
antisubmarinos se aproximaron y lanzaron cargas de profundidad,
mientras la nave seguía descendiendo. A las 4 y media de la tarde
tocó fondo suavemente, y permaneció en silencio con la tripulación
muy alterada esperando lo peor. Los ataques se renovaban cada 20
minutos, y no pudieron ubicar la posición exacta del San Luis que
reposaba en silencio. Los minutos parecían horas, una enorme
tensión embargaba a los tripulantes, que trataban de escuchar los
sonidos del exterior y los ecos de los elementos de detección del
enemigo. Para colmo, con el paso de las horas, el oxígeno comenzó

342
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

a disminuir y para que no alcance el nivel crítico de concentración


de anhídrido carbónico, Azcueta ordenó a los tripulantes abandonar
los puestos de combate y acostarse en sus literas. Cada hombre se
refugió en sí mismo tratando de dominar las tensiones, evocaban
recuerdos y conversaban con Dios. Temían ser aplastados por una de
esas cargas de profundidad, cuyas explosiones seguían
martillándoles los oídos. Los ataques continuaron durante varias
interminables horas, hasta que de pronto se hizo el silencio. Algunos
lograron dormir.

Después de 23 dramáticas horas, llegó el amanecer del 2 de


mayo momento en que el sonarista anunció: “¡área despejada!”. Por
fin había llegado el momento de subir a profundidad de periscopio, e
izarlo junto con el snorkel y la antena de radio. Al recibir el oxígeno
y los primeros mensajes, se enteraron del hundimiento del
Submarino Santa Fe en las Islas Georgias, cuando estaba amarrado
al muelle de Grytviken.

Ataques frustrados
El Submarino San Luis siguió patrullando en crucero de
combate durante varios días, con los tripulantes pensando que la
dura experiencia anterior podría repetirse. Necesitaban tener más
suerte y lograr impactar un torpedo válido en uno de los grandes
buques enemigos, por ejemplo un portaviones, situación que muy
pocos comandantes de submarinos han podido experimentar en la
historia.

Cinco días después del contraataque inglés, el operador de los


sensores acústicos detectó otro sonido hidrofónico: ―posible
submarino‖, dijo con emoción. Azcueta ordenó cubrir puestos de

343
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

combate y preparar un torpedo antisubmarino. Inmediatamente


ordenó navegar en zigzag para determinar con sus sensores y en la
forma más exacta posible, la distancia y ubicación del blanco. El
elemento detectado bautizado como “Alfa” también estaba
zigzagueando. “Blanco Alfa muy cerca” dijo el operador Cabo 1º
sonarista Mario Serrano. Azcueta sin perder tiempo ordenó “fuego”,
y otra vez se sintió el fuerte ruido característico del lanzamiento, que
hizo contener la respiración a todos. Lo que llaman los
submarinistas “splash” también tendría que haber sido detectado por
“Alfa”, que motivaría su inmediata evasión y escape, si es que
positivamente era una nave. Todos esperaban ansiosos mientras el
torpedo se desplazaba; los segundos parecían una eternidad y ya
había sido superado el tiempo de corrida previsto para el impacto,
cuando de pronto…¡escucharon un enorme estruendo! Serrano tuvo
que quitarse violentamente los auriculares del hidrófono, creyendo
que se le habían roto los tímpanos por el intenso dolor que le causó
el sonido de la explosión. Minutos después y ya repuesto, informó:
“despejado‖. Eso quería decir que el blanco había desaparecido,
nunca pudo saberse a qué le habían dado. (103)
(103) Nota del autor: entrevisté al Suboficial Mayor Sonarista retirado
Mario Serrano, en su domicilio en la ciudad de Mar del Plata. Me recibió
amablemente y bien predispuesto para el diálogo. Comentó que durante el
patrullado, los sonaristas no querían dormir en sus literas, y descansaban
directamente sobre el suelo de chapa en sus puestos de combate. Se explayó
relatando lo que transcribo más arriba y, al culminar la entrevista y referente
al ataque, le hice las siguientes preguntas:
-¿Podría haber sido una ballena?-
-No- respondió con firmeza.
-¿Un cardumen?- misma respuesta.
-Entonces…de acuerdo con su entrenamiento y capacitación, para Ud. ¿qué
podría haber sido?- otra vez respondió con firmeza:

344
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

-Un submarino…- el silencio nos rodeó por unos instantes, porque su


respuesta encerraba un contenido tremendo. Quedé pensativo mirándolo a los
ojos y le pregunté:
-El torpedo antisubmarino que lanzaron, ¿por qué estalla?- respondió:
-Por campo magnético…-
Días después conversaba con el corresponsal naval Oscar Filippi. Estábamos
intercambiando opiniones sobre este poco conocido episodio de la guerra. Le
dije que como es natural, la Marina Argentina no podría arrogarse el
hundimiento de un submarino, porque no tiene forma de certificarlo, pero
podríamos haber hundido un submarino inglés. Oscar agregó: ―o chileno‖, y
después de recuperarme de la sorpresa que me produjo su comentario,
agregué sonriente: ―bueno,… ¡o ruso!‖.

Habría que esperar 99 años desde los acontecimientos, cuando todos


los actores de la guerra hayan fallecido, para que el gobierno inglés
libere la información sobre la Batalla de las Malvinas.

El entonces Cabo 1º sonarista Mario Serrano durante el crucero de guerra,


ejerciendo sus funciones en su puesto de combate.

345
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En la madrugada del 11 de mayo, el Teniente Maegli estaba


nuevamente de guardia, cuando el operador sonar detectó lo que
podría ser un buque enemigo tipo Fragata, que se aproximaba desde
el Este. Minutos después se confirmó la aproximación de otra nave
desde el Norte. El San Luis estaba justo entre los dos buques
enemigos, que no se habían percatado de su presencia. El ataque fue
postergado para poder disfrutar con tranquilidad del almuerzo,
porque después de torpedear las naves inglesas, podrían ser
atacados durante horas y horas y sería impracticable alimentarse en
esas condiciones. (104)
(104) Algo similar había ordenado el Comandante del Submarino nuclear
Conqueror, antes de torpedear al Belgrano.

La tensión durante el frugal almuerzo fue enorme, y la mayoría


de la tripulación pensó que sería la última vez que iban a probar
bocado antes de morir en el fondo del mar. Finalizado el almuerzo,
pusieron la nave en posición de tiro, y atacaron a los dos buques que
en ese momento se dirigían al Estrecho de San Carlos. Azcueta
escogió el blanco más cercano a la costa y ordenó disparar un
torpedo a una distancia de 5200 yardas. Inmediatamente comenzó el
conteo de la corrida del artefacto, y los tripulantes apretaban los
dientes con los nervios en punta. De pronto se escuchó el sonido
metálico de un impacto: ¡clank!, pero no hubo explosión. El
sonarista informó que los buques se alejaban de la zona a toda
máquina. Era éste otro ataque frustrado por fallas en los torpedos,
aunque pronto se incorporarían a la lista otras deficiencias del
material empleado por nuestras Fuerzas.
El San Luis informó a su Comando las fallas detectadas en sus
torpedos, y las averías de la Central de Tiro que obligaba a efectuar
los lanzamientos en forma manual. Como respuesta recibió la orden
de regresar. Llegó a la Base Naval Puerto Belgrano el 19 de mayo, y
346
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

nunca más volvería al Teatro de Operaciones. Había perdido tres


interesantes presas por fallas en los torpedos.
La presencia de un submarino desconocido en inmediaciones
de las Islas produjo una gran alarma entre los ingleses, y se cree que
retrasó el desembarco en San Carlos. Mientras tanto quedará la
duda si el torpedo antisubmarino lanzado por el San Luis, cobró
realmente una presa. Durante la navegación completó 39 días de
patrulla, 38 de los cuales fueron en inmersión. (105)
(105) Nota del autor: durante la entrevista que mantuve con el experto
submarinista Almirante Lombardo, le pregunté qué había sucedido con los
torpedos alemanes y si no se habían dado cuenta anteriormente de esa falla.
La última parte de la pregunta, es respondida en el relato siguiente. Dijo que
la entrega de los submarinos clase ―San Luis‖ había sido consignada a un
astillero alemán y los torpedos a otra firma alemana. Los responsables de las
firmas se hacían cargos mutuos, y fueron prolongándose en el tiempo. Agregó
que hubo cierto grado de desidia, hasta que la guerra los sorprendió.

Submarino “Salta”
A principios de mayo el Comando de la Fuerza de Submarinos
recibió el informe del San Luis, respecto de las fallas de los torpedos
filoguiados SST-4. Mientras tanto había zarpado el Submarino Salta,
que producía durante la navegación sonidos de niveles inaceptables
para entrar en operaciones. Ambas noticias eran alarmantes. El
Comandante del Salta recibió la orden de zarpar, para mantener por
lo menos un submarino en la zona de operaciones. El Capitán
Salinas tenía que probar el funcionamiento de los torpedos SST-4
contra la costa, en la zona de Puerto Madryn. El 23 de mayo llegó al
área prevista y disparó un torpedo que para sorpresa de los
tripulantes no salió del tubo. Lanzaron un segundo torpedo que
tampoco salió y no hubo manera de extraerlos del lugar donde se

347
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

encontraban. Al llegar la noche comenzó a rotar la hélice de uno de


ellos, que se detuvo después de girar durante 45 minutos. Esa
situación no era para nada normal, porque debieron regresar a Puerto
Belgrano seis días más tarde convertidos en una bomba de tiempo.
Esta peligrosa anormalidad obligó a desalojar la zona portuaria, para
que una dotación de voluntarios se dedique a extraer los torpedos
defectuosos. Dice al respecto el Dr. Jorge Bóveda, en su artículo “El
Secreto del ARA Salta”:
―La falta de adiestramiento con torpedos con cabeza de
combate en los años previos al conflicto, evitó detectar y corregir a
tiempo las fallas acusadas en sistemas vitales del buque, todo lo
cual impidió a la Fuerza de Submarinos concretar su primer ataque
exitoso contra la flota de superficie británica. Este hándicap
contribuyó significativamente para que la Royal Navy pudiera
disputar con éxito a la Armada Argentina el control del mar en la
zona de operaciones, control que retuvo hasta el final del conflicto.”
(106)

(106) Boletín del Centro Naval, Nº 833, mayo-agosto de 2012, p. 175

Paralelamente se desarrollaba en Alemania la tarea de recibir y


tripular los nuevos submarinos TR 1700, que iban a ser incorporados
a la flota. Los submarinos que disponíamos no se encontraban
operativos en su máxima capacidad, y esa importante limitación no
fue considerada en su justa medida entre los factores negativos a
tener en cuenta, para decidir el desembarco del 2 de abril en las Islas
Malvinas. Nuestra arma estratégica presentaba carencias importantes
de personal, adiestramiento y material. Como el Comité Militar
partió de una premisa falsa, no fueron analizadas las numerosas
limitaciones existentes en nuestras Fuerzas Armadas. La escasa
capacidad ofensiva de los cuatro SUE en servicio, con solamente
cinco Exocet´s AM-39, los pocos Hércules de la Fuerza Aérea
348
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

sumado al desconocimiento de la guerra en el mar; y las


formaciones del Ejército que en su mayoría no estaban adiestradas
en su mejor nivel, con escaso equipo, y una logística precaria,
también eran factores negativos. La excepción fueron sus Unidades
de artillería antiaérea y de campaña. Por otra parte si la Marina salía
a aguas abiertas, era previsible un holocausto marítimo, víctima de
los submarinos nucleares ingleses. Todo era conocido en marzo de
1982, y estábamos en condiciones de evaluarlo seriamente, antes de
que el gobierno de facto tomara la decisión de desembarcar el 2 de
abril. La Junta Militar se mantuvo aferrada a la idea de que no habría
una reacción inglesa, pero una vez concretada la Operación
Azul/Rosario ya era tarde, porque habíamos ofendido el orgullo
inglés, y se abrió la caja de Pandora de la guerra. (107)
(107) Refiriéndose a la actuación de la Armada durante la guerra, en su libro
―Comandos en Acción‖, el historiador Isidoro Ruiz Moreno, hace el
siguiente comentario: ―en el mando responsable de la Armada, no aletea el
intrépido ánimo de Brown.‖

Operación “Algeciras”
El Río Santiago es un curso de agua muy contaminado con
petróleo, que separa varias Islas de la tierra firme, entre las que se
encontraba la Base Naval del mismo nombre, el Liceo Naval
Almirante Brown y la Escuela Naval Militar. Frente a ésta se halla
instalado el Astillero Río Santiago, donde estaba en pleno período
de alistamiento la Fragata Tipo 42 Santísima Trinidad.
La noche del 22 de agosto de 1975, una silueta oscura se
desplazaba de Norte a Sur siguiendo las sinuosidades de la costa del
río. Era un bote que transportaba varios integrantes de la
organización “Montoneros”, que llevaba amarrada debajo de la
embarcación poderosas cargas explosivas para ser colocadas en el
casco del buque. Durante la aproximación, una de las cargas se
349
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

hundió accidentalmente. Al llegar a inmediaciones de la Fragata, se


sumergió un buzo que retiró los explosivos y los amarró a un pilote
del muelle junto al casco del solitario buque. Minutos después de
que el bote se alejara, se produjo una explosión sorda que originó un
rumbo importante debajo de la línea de flotación. La Fragata
comenzó a hundirse lentamente, hasta que se asentó en el fondo
pocos metros más abajo, quedando la infraestructura equilibrada de
tal manera, que parecía que todo estaba normal. Los sonidos de ese
tipo eran bastante comunes en esa zona militar, de manera que a
nadie le llamó la atención. Recién a la mañana del día siguiente,
cuando llegaron los primeros operarios comprobaron que el buque
estaba más bajo respecto del muelle, y que las cubiertas inferiores se
habían inundado. Los daños producidos retrasaron notablemente la
puesta en servicio del buque, y su reparación costó varios millones
de dólares adicionales y posteriormente produjo fallas crónicas.
En 1977 el buzo profesional Máximo Nicoletti autor del
hundimiento de la Fragata Santísima Trinidad, fue apresado por un
grupo de la Armada, e internado en la tristemente célebre ESMA
(Escuela de Mecánica de la Armada). Posteriormente fue liberado
por causas que se desconocen. Nicoletti era mercenario, “soldado de
fortuna” como suelen llamarlos, y en 1982 estaba en la ciudad de
Miami cuando el Almirante Anaya lo convocó en el más absoluto
secreto. Al llegar a la Argentina, le propuso realizar una operación
similar a la de Río Santiago contra blancos de oportunidad
británicos, (si era posible el Submarino nuclear Conqueror). El
ataque tenía que concretarse en la Base Naval de Gibraltar, cerca de
Algeciras, España.
La operación planeada iba a estar a cargo del Capitán “F”, un
Jefe de la Infantería de Marina, y auxiliaban a Nicoletti dos
compañeros de la organización Montoneros, alias “El Pelado”, y

350
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

alias “El Marciano”, que también habían sido liberados en su


momento de su prisión en la ESMA. Como se trataba de un grupo de
ex Montoneros y un Oficial con identidades falsas, suponían que
ante cualquier eventualidad quedaría deslindada la responsabilidad
de la Armada y del Gobierno Argentino. Además de los fondos
necesarios para realizar la operación, la única exigencia logística del
grupo era que los explosivos a utilizar fueran puestos en Madrid,
desde donde serían retirados por ellos mismos. Tiempo después
llegaron a esa ciudad por valija diplomática las cargas de explosivos
de origen italiano, compuestas cada una por 20 kg de alto explosivo.
Para iniciar la operación alquilaron en Madrid cuatro autos, y
compraron un bote en la tienda “El Corte Inglés”. Para el traslado
hasta Algeciras, un primer coche haría de explorador por si
encontraban algún control de tránsito en la ruta, y el último de los
coches llevaría los explosivos. Durante el viaje no tuvieron
inconvenientes, y cuando llegaron a destino alquilaron una casa en
la playa a la vista de Gibraltar, para aguardar el momento oportuno
para realizar la operación.

Cuando desde la Argentina les dieron luz verde para operar,


decidieron partir a las 4 de la tarde de un día de mayo; sólo faltaba
pagar el alquiler del auto que tenía que esperarlos después de la
operación en la zona española cerca de Gibraltar, desde donde
pensaban dirigirse a Barcelona. Desde esa ciudad tenían planeado
cruzar a Francia por Figueras, y desaparecer. Faltaban pocas horas
para iniciar la operación, cuando el grupo fue detenido por la policía
española en el momento de realizar la reserva del coche.
Casualmente estaban buscando varios argentinos acusados de robo y
la falla de este grupo consistió en pagar el alquiler del auto en
efectivo, algo que despertó sospechas. Era el fracaso de la
operación.

351
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Cuando hablaron con las autoridades y explicaron la verdadera


finalidad de su presencia en España, el gobierno español entró en
pánico y los despachó inmediatamente a la Argentina pocas horas
después. De este frustrado y por cierto pintoresco intento de
extender la guerra a otras latitudes, se filmó en España un
documental llamado ―Operación Algeciras‖, donde dan su
testimonio los principales personajes de la historia, entre ellos el
Almirante Anaya. (108)
(108) Tomado del artículo de Daniel Gallo, publicado en ―La Nación‖, del 1º
de agosto de 2007, ―Operación Algeciras, una misión en el peñón de la
reina‖. La Armada Argentina no produjo ningún informe oficial al respecto.

352
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXI:

LA TUMBA DE LOS HÉROES

La importante tarea que tenían que realizar los buques


logísticos desde al continente hasta las Islas Malvinas, había sido
suspendida definitivamente. Para colmo la Zona de Exclusión
decidida por el enemigo, fue ampliada hasta las 12 millas de la costa
argentina. Esto significaba que el enemigo pensaba ampliar su área
de operaciones. Como vimos en su momento, la tarea logística de
los buques fue suplantada parcialmente por los aviones de
transporte, que tenían una menor capacidad de carga. Cuando quedó
descartada la posibilidad de establecer negociaciones con los
ingleses, y nos enfrentamos con la realidad de un conflicto,
comenzaron a aparecer estudios estratégicos muy bien elaborados,
que pronosticaban que el dominio aéreo y marítimo sería obtenido
desde un principio por los ingleses. Esto significaba que toda la
Guarnición Militar de las Islas iba a ser sitiada y podría rendirse por
inanición, aun sin entrar en combate. Como esto último podría
afectar a los súbditos británicos de las Falkland, los ingleses no
tenían otra opción que efectuar un desembarco para derrotar a las
fuerzas argentinas en tierra y salvaguardar la vida y bienes de los
isleños. Sin embargo, a partir del inicio de las hostilidades, la
resistencia ofrecida por la artillería antiaérea y la aviación,
comenzaron a costarles pérdidas mucho más graves que las que
habían previsto en los planes. Quedaba para después obtener el
triunfo mediante una campaña terrestre. Es decir que como sucede
en todas las guerras, la decisión no estaba en el aire ni en el mar,
sino en tierra. Los británicos habían logrado neutralizar la flota

353
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

argentina mediante una efectiva amenaza submarina, cuya muestra


era el hundimiento del Crucero Gral. Belgrano; pero no podían
hacerlo con los aviones que operaban desde el continente que les
causaban severos daños, aunque con sensibles pérdidas de pilotos y
aeronaves. A todo esto quedaban algunos buques logísticos que
seguían operando en el archipiélago malvinense que no habían sido
neutralizados.

Lecciones olvidadas
Los errores en la guerra se pagan muy caros.
Napoleón

Después del ataque a Pearl Harbour, el avance japonés fue


arrollador. En 1941 fueron ocupando decenas de Islas en el Océano
Pacífico y llegaron a desembarcar en las Islas Attu y Kiska, en el
archipiélago de las Kuriles, que dependían de Alaska. Un general
norteamericano dijo en ese entonces, que si los nipones pensaban
llegar a Washington DC isla por isla, si tenían suerte lo harían sus
nietos. La lección histórica de la guerra anfibia fue: estúpido, no
ocupes Islas inútilmente.
En las islas del Pacífico, los japoneses dejaron guarniciones
militares que indudablemente la pasaban muy bien porque tenían el
dominio del mar. El Comando del Pacífico instalado en Hawaii,
ansioso por lograr algún tipo de revancha, decidió enviar un
submarino que tenía que desembarcar un grupo de Comandos en
una isla ocupada por los japoneses con el fin de hostigarlos. Los
monos amarillos como los llamaban despectivamente, se dieron un
buen susto pero reaccionaron rápidamente, y a partir de ese
momento comenzaron a fortificar todas las Islas del Pacífico, al
darse cuenta de que eran vulnerables. La reacción del Alto Mando

354
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

japonés, les iba a costar a los estadounidenses decenas de miles de


bajas durante los desembarcos que fueron realizando más tarde
sobre las fortificadas islas del Pacífico. Fue entonces que el
Almirante Charles Nimitz, decidió efectuar acciones anfibias
solamente en las islas que tenían aeropuertos. Al adquirir el dominio
del mar, las islas que no eran de interés estratégico fueron rodeadas
y quedaron aisladas, sin posibilidad de recibir abastecimientos.
Muchos japoneses murieron por inanición por ese motivo y los que
no murieron, se enteraron del fin de la guerra años después. Esta otra
lección histórica de la guerra anfibia fue: tonto, no te olvides de la
logística.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los canadienses
realizaron una desastrosa incursión anfibia sobre Dieppe en Francia.
Por otra parte el luctuoso desembarco norteamericano realizado en
Tarawa en el Océano Pacífico, sumado a la experiencia de Inchón en
Corea, fueron base de la Doctrina Anfibia moderna, que aconseja
efectuar desembarcos administrativos, es decir sin oposición, para
después concentrar todos los medios sobre el objetivo, en este caso
Puerto Argentino. De esta manera las pérdidas serían mucho
menores que las que habría en un ataque frontal. Tanto es así que
actualmente las fuerzas anfibias poseen helicópteros, vehículos
anfibios blindados como los que teníamos, que podían circular por
tierra a 80 km por hora hacia el objetivo, y aeronaves de despegue
vertical o VTOL, como los Harriers. Basil Liddell Hart, uno de los
principales estrategas británicos, veterano de la I y II guerra
mundial, abogaba y con razón, por la “estrategia indirecta”. Esta
conclusión sobre la guerra anfibia, era: idiota, no hagas un
desembarco directamente sobre el objetivo.
Entre las erróneas decisiones del General Galtieri, estuvo la
iniciativa de enviar una Brigada del Ejército sin consultar al General

355
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Menéndez y sugerir la ocupación militar de la Isla Gran Malvina.


Menéndez se hizo responsable del envío del Regimiento de
Infantería 5 a Puerto Howard y del Regimiento de Infantería 8 a
Bahía Fox. (En el Informe Rattenbach, el General Menéndez declara
que fue por su propia iniciativa). Ambas Unidades estaban
disminuidas en sus efectivos, aunque tenían refuerzos de otras
especialidades. Al decidir el traslado de esos Regimientos,
posiblemente no tuvieron en cuenta que la Fuerza de Tareas
británica podría adquirir el dominio aéreo y naval, y por lo tanto
controlarían el Estrecho de San Carlos. Es posible que esa decisión
haya estado directamente relacionada con el supuesto, para nada
doctrinario, de que el desembarco inglés podría realizarse
directamente sobre Puerto Argentino, principal zona urbana de las
Islas y con el único aeropuerto asfaltado. También se suponía en el
mando malvinense, que el enemigo desembarcaría en la Isla Gran
Malvina, donde existían varias pistas precarias de tierra y de corta
extensión, que las lluvias las transformaban en inoperables. Es por
eso que el Gobernador británico y algunos isleños, tenían pequeñas
aeronaves para el traslado de isla en isla.
A pesar de las decisiones erróneas de Galtieri y Menéndez, los
Generales subordinados enviaron sus Unidades a la Gran Malvina
como una cosa decidida e irreversible, en contra de la opinión de los
marinos y del Teniente Coronel Seineldín, que así lo expresaron
oportuna y reiteradamente. Esa mala distribución de las fuerzas
contribuyó notablemente con nuestra derrota, porque durante el
desarrollo de las operaciones en tierra, debido al dominio aéreo y
naval inglés, cuando se las necesitó para combatir, no pudieron
cruzar el Estrecho de San Carlos y se encontraban en pésimas
condiciones. Durante la permanencia de esas Unidades en la Gran
Malvina, iban a sufrir bombardeos navales y aéreos sin tener con

356
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

qué responderles, y además no podían evacuar heridos ni ser


reabastecidos.

Naves auxiliares
Días antes del 2 de abril, el Capitán de Corbeta Alois Payarola
fue designado comandante militar del buque transporte Isla de los
Estados, que tendría la tarea de trasladar materiales desde el
continente a las Islas Malvinas, bajo dependencia del Comando de
Operaciones Navales. La tripulación estaba integrada por civiles que
desconocían esa misión, y que se mostraron desconcertados cuando
fue incorporada a la dotación un pequeño grupo de voluntarios de la
Armada. Una vez en alta mar, Payarola informó al Capitán del
buque Tulio Panigadi, que el destino del material embarcado sería
Puerto Stanley en las Islas Malvinas. Ambos reunieron a la dotación
para informarles de su misión. Recuerda Payarola que instantes
después de hacerles el anuncio, “se produjo una explosión de
euforia” y pudo experimentar uno de los momentos más
emocionantes de su vida. El buque había sido construido en España,
y llegó a la Argentina en 1980, adquirido por la Marina para integrar
la flota del Comando de Transportes Navales.

El ―Isla de los Estados‖. Pintura de J. Schwartz

357
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En marzo de 1982 completó un viaje comercial a las Islas


Malvinas, y poco después fue parte integrante de la Fuerza de Tareas
40, organizada para la Operación Azul (o Rosario). En esa ocasión
trasladó desde Puerto Deseado el material del RI 25 y de la
Compañía de Ingenieros 9, que dejó en el muelle de Puerto
Argentino el 4 de abril.
La Armada asignó varios buques para cumplir funciones
logísticas además del Isla de los Estados, entre ellos el Bahía Buen
Suceso y algunos barcos pertenecientes a ELMA (Empresa Líneas
Marítimas del Estado), como el Formosa, el Río Carcarañá, el
Córdoba, el Río Cincel, el Mar del Norte y el Yehuin. A estas naves
iban a agregarse las de pequeño porte confiscadas en las Islas
Malvinas: el Forrest, el Monsumen y el Penélope. El Cincel llegó a
trasladar 156 toneladas de carga perteneciente a la Fuerza Aérea y
80 cajones de planchas de aluminio para prolongar la pista. Por su
parte el Mar del Norte transportó, entre otras cosas, 500 tambores de
combustible de nafta de aviación JP1.
Pasadas las 7 de la tarde del 3 de mayo, a bordo del Narwal el
Teniente González Llanos recibió la orden del Comando de
Operaciones Navales de dirigirse junto con otros pesqueros espía, en
auxilio del Aviso Alférez Sobral. Cuando se dirigían al punto dato,
tomaron conocimiento de que un avión había encontrado el Aviso,
que informó que seguía a flote y navegaba. Por ese motivo los
pesqueros pudieron regresar a su antigua posición de patrullado.
A todo esto el Segundo Comandante del Sobral Teniente de
Navío Sergio Bazán, se hizo cargo del mando y ponía rumbo al
Oeste sin contar con los medios de navegación más elementales. No
tenían comunicaciones, y llevaban los muertos y heridos producidos
durante el ataque. Esta circunstancia extrema puso nuevamente a
prueba a la sacrificada tripulación. Tres buques, helicópteros y
358
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

aviones lo habían estado buscando, porque hasta el momento del


avisaje aéreo no se tenían noticias del pequeño Aviso. Días después
pudo llegar a Puerto Deseado por sus propios medios, y por el
esfuerzo y sacrificio de sus tripulantes. Los primeros tres días de
mayo fueron luctuosos, pero pronto, muy pronto, vendría el
contragolpe argentino.

Ataque al “Narwal”
Los pesqueros espías María Alejandra y Constanza, que
estaban patrullando los lugares asignados, tuvieron que regresar al
continente por falta de combustible y algunas averías. Por esas
ausencias se le asignó al Narwal una nueva posición de patrullaje,
que iba a culminar el 6 de mayo a las 8 de la mañana, para después
dirigirse a puerto. La noticia hizo que los tripulantes y el Capitán
Wagata comenzaran a disfrutar de antemano del placer del regreso,
porque habían experimentado muchas tensiones durante la
navegación. González Llanos decidió que en vez de permanecer
hasta las 8 de la mañana, iba a quedarse hasta las 3 de la tarde de
aquél día. A partir de esa hora iba a poner proa a Río Gallegos,
porque estaba llegando al límite de la existencia de aceite lubricante
y combustible. Por otra parte había observado muestras de fatiga en
la tripulación. El 8 de mayo por la tarde inició la navegación hacia
Río Gallegos sin mayores novedades, pero al día siguiente a las
09:05 fue atacado sorpresivamente por dos aviones Harrier, uno de
los cuales le lanzó una bomba de 1000 libras. Esta bomba por sí sola
hubiese pulverizado a la pequeña nave, pero afortunadamente no
explotó. (109)
(109) Una de las más ardientes críticas de posguerra a la Fuerza Aérea, fue
la de que sus bombas no explotaban.

359
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La poderosa bomba penetró por la cabina, llegó a los camarotes, e


hirió mortalmente al tripulante Omar Rupp que poco después
falleció. Los Harriers comenzaron a ensañarse con el pequeño
pesquero, al que le lanzaron cohetes y ametrallaron produciéndole
nuevos daños en el puente, cuarto de derrota, radio, y varios heridos
por esquirlas. Cuando el barco comenzó a hacer agua, González
Llanos ordenó el abandono. Algunos tripulantes de los 24 que tenía
el Narwal abordaron las balsas, mientras otros trataban de tapar los
rumbos empleando inflables y colchones. A las 11:08 otros dos
Harrier volvieron a atacarlos con cañones y cohetes desde una
posición estacionaria, que produjeron nuevos heridos por esquirlas y
perforaron algunas de las balsas que estaban en el agua. La
situación del Narwal y sus tripulantes era desesperante.
González Llanos permanecía en el puente y describía por radio
los acontecimientos con toda calma: la aproximación de los Harrier,
el bombardeo, el ametrallamiento y las pinchaduras sufridas en las
balsas por las esquirlas, como si estuviese relatando un partido de
fútbol: “el Harrier se aproxima otra vez, nos ametralla, el barco
sigue haciendo agua, hay más heridos, ordené el abandono…” Su
mensaje fue grabado por la Central de Operaciones y resulta
increíble que ese relato fuera realizado bajo condiciones extremas.
El noble pesquero se negaba ir al fondo.

Dos horas después la nave averiada fue sobrevolada


nuevamente por otros dos Harrier que guiaban a otros tantos
helicópteros, que al llegar a la vertical del pesquero se pusieron en
vuelo estacionario para permitir el abordaje de un grupo de infantes
de marina, que capturaron el buque a punto de hundirse. Los
infantes ingleses comenzaron a evacuar a los heridos y al tripulante
fallecido, y revisaron toda la nave. El que estaba a cargo se
aproximó al Oficial argentino que permanecía en el puente, y le dijo:
360
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―¿Ud. es el Teniente González Llanos,no?” Dos horas después


estaban a bordo del portaviones Invencible.

Durante el ataque inglés informaban de los sucesos al


Comando y atendían a los heridos como era posible, mientras vivían
la tensión que producía el inminente hundimiento. Esa circunstancia
hizo que permaneciera olvidado en el puente de mando un bolso con
la documentación secreta de la operación, que previamente había
sido lastrada y lista para ser arrojada al mar. De esta manera los
Royal Marines se hicieron de la Orden de Operaciones, el Plan de
Comunicaciones, la carta de navegación con los lugares de
observación en el mar, y varios documentos personales que
permitieron identificar al único militar a bordo. El estudio posterior
de los documentos encontrados, no hizo más que confirmar que el
Narwal y otros pesqueros, no eran más que un spyship, o buques
espía.

Durante el ataque al Narwal un helicóptero Puma del Ejército


despegaba de Puerto Argentino piloteado por el Teniente 1º Roberto
Mario Fiorito; el Teniente Juan Carlos Buschiazzo y el Cabo Raúl
Dimotta, para intentar rescatar a los náufragos. Eran todos
voluntarios y conocedores del riesgo que correrían debido al
completo dominio del aire de los ingleses. Nunca más los volverían
a ver.

Uno de los pilotos de los Harrier que atacaron el Narwal era el


Teniente Dave Morgan, del Escuadrón Aeronaval 801º embarcado
en el portaaviones Invencible, que relata:
―…habían pasado ocho días desde el primer ataque al
aeropuerto de Port Stanley, ese día teníamos que repetir la misión,
pero esta vez desde 18.000 pies (6.000 metros). Por entonces nos
361
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

dedicábamos a hostigar a sus ocupantes; debíamos soltar las


bombas sobre la pista. Pero se nos había ordenado cancelar la
misión si la visibilidad no era óptima en la zona del blanco. No
podíamos causar daños materiales ni víctimas en la población civil.
Debíamos asegurarnos de no alcanzar la ciudad de Stanley. Cuando
llegamos sobre el blanco, las nubes cubrían completamente el
aeropuerto y sus alrededores. Cancelamos el ataque y se nos
reasignó para cumplir una misión de Patrulla Aérea de Combate
(PAC), seríamos dirigidos por el controlador radar del HMS
Coventry, volaba en sección (dos aviones) con mi compañero
Gordie. Nos alejamos a 18.000 pies, la artillería antiaérea de los
argentinos había demostrado ser muy efectiva por debajo de esa
altura - de hecho, mi avión fue alcanzado por munición de 20 mm el
1º de mayo - conecté mi radar y detecté un blanco en superficie a
unas 60 millas al sudeste de Port Stanley, muy en el interior de la
Zona de Exclusión Total. Informé al Coventry y pregunté si era uno
de los nuestros. Contestaron que no y nos ordenaron investigar.
Volamos directo hacia el contacto y descendimos a través de las
nubes y emergimos a 500 pies (150 metros). Al acercarnos,
constatamos que era un buque pesquero, un gran arrastrero por
popa, que llevaba rumbo Oeste. Comunicamos la novedad y desde el
Coventry se nos dijo que esperáramos. Esperamos un par de
minutos orbitando el pesquero, hasta que desde el Coventry se nos
ordenó: ―¡Empeñen el blanco!‖ Le comuniqué la orden a mi
numeral, ―Gordie‖, quien me contestó: ―Muy bien, voy primero, le
disparo una ráfaga corta por la proa‖. Realizó la corrida de tiro,
pero el pesquero continuó su marcha con rumbo Oeste. Todavía
llevábamos la bomba de 1.000 libras (500 Kg) que deberíamos
arrojar al mar debido a que no podíamos aterrizar en el
portaaviones con ellas. Estaban calibradas para un ataque desde
alta cota, con un retardo de siete segundos entre el lanzamiento y la

362
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

activación de la espoleta. Ello quería decir que no tendrían tiempo


de armarse si la arrojábamos en vuelo a baja altura, pero pensamos
que nos daba lo mismo tirarlas sobre un buque argentino que en
cualquier otra parte…inicié mi corrida de bombardeo y la bomba,
apuntada a la chimenea, cayó al mar junto al costado de estribor.
Mi numeral siguió el ataque y su bomba cayó al costado de la
banda de babor, cerca de la proa. Pero como esperábamos, todavía
no se había armado y no explotó. Como el arrastrero no detenía su
marcha, realizamos dos pasadas más, le disparamos más de 200
proyectiles de 30 mm cada uno, elegimos el sector del puente de
mando y la zona de la sala de máquinas. La última pasada le obligó
a parar máquinas, informamos de ello y mandaron unos
helicópteros Sea King con dotaciones de presa para capturarlo.‖
Se hizo una crítica inmerecida al ataque aeronaval británico
porque perforaron varias balsas, que era el último y único refugio
de la tripulación. Se estima que no fue la intención de ellos, dado
que los tripulantes estaban heridos por esquirlas, que también
podrían haber perforado las balsas. El tripulante Lucio Busetti tenía
nada menos que 37 heridas de esquirlas. Por otra parte y de acuerdo
con este relato, el comando inglés no estaba completamente seguro
de que se trataba de un barco espía, cuya orden de ataque fue dada
por el hecho de encontrarse bien adentro de la zona de exclusión,
según relata el piloto inglés, que era evidente que no tenía buena
puntería.
Una vez en el Invincible, para sorpresa de los prisioneros
fueron muy bien recibidos a bordo, donde se dio sepultura a Omar
Rupp en el mar, en una formación de gala presidida por el
Comandante del portaviones, que tuvo la deferencia de invitar a los
prisioneros argentinos.

363
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En el Invincible los náufragos del Narwal fueron sometidos a un


interrogatorio formal, y permitieron al Capitán Wagata enviar una
carta a su familia en Mar del Plata por el correo inglés (Royal Mail).
Hoy la muestra como un verdadero e insólito trofeo, porque llegó en
plena guerra desde el mismísimo portaviones enemigo y después de
su regreso a la Argentina. Cuando los tripulantes solicitaron
máquinas de afeitar, elementos de aseo y cubiertos, produjo asombro
entre los tripulantes del portaviones que no esperaban que los argies
fueran tan civilizados. El 19 de mayo fueron trasladados al buque
hospital Uganda y después al Hecla, y antes de desembarcarlos les
hicieron una fiesta de despedida, en la que participó una
improvisada orquesta. También les regalaron chocolates, cigarrillos,
y souvenirs. El 1º de junio llegaron al puerto de Montevideo.
La buena predisposición del Comandante del portaviones
Capitán John Black, el excelente trato de los tripulantes de las naves
inglesas a los prisioneros, y su inmediata liberación en Montevideo,
habla muy bien de la política seguida en estos casos por los marinos
británicos.

364
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

A todo esto la integración, cooperación y coordinación entre


los altos mandos de las tres Fuerzas Armadas seguía resultando
difícil, aunque en las jerarquías más bajas existía una actitud
positiva. Los pilotos y tripulantes del Ejército no dudaron en
arriesgar sus vidas, como lo hicieron Fiorito, Buschiazzo y Dimotta,
fallecidos cuando volaban en auxilio del Narwal, en un helicóptero
que fue abatido por un misil Sea Dart de la Fragata inglesa
Coventry.

Ataque al “Isla de los Estados”


Debido al poco calado de este buque, pudo reabastecer sin
inconvenientes las guarniciones establecidas en Bahía Fox, Howard
y Goose Green. Otra de sus tareas fue el de alijar cargas en Puerto
Argentino, es decir el trasbordo de abastecimientos desde buques de
mayor porte para llevarlos al muelle. Como al aproximarse la flota
enemiga el riesgo operativo sería mayor, se dispuso que quedasen a
bordo solamente tripulantes voluntarios que sabían perfectamente
que podían arriesgar la vida. El 10 de mayo recibieron instrucciones
de encontrarse con el Río Carcarañá en el Estrecho de San Carlos,
con el fin de transbordar una cohetera que se necesitaba
urgentemente en Puerto Howard. El Isla de los Estados tenía los
tanques de combustible llenos y también transportaba carburantes
para la Fuerza Aérea, municiones, y abastecimientos generales para
las Unidades del Ejército. Después de zarpar el buque, llegó a Puerto
Argentino el Guardiamarina David Ruiz, que se vio obligado a
esperar el regreso a puerto del Isla de los Estados, para incorporarse
a la dotación. Esa demora en arribar a la Isla, iba a salvarle la vida.
Cerca de la medianoche el transporte navegaba en sigilosa por
el Estrecho de San Carlos, es decir sin luces exteriores a la vista,
cuando fueron sorprendidos por el estallido de una bengala que

365
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

iluminó la zona como si fuese de día. Instantes después recibieron


un certero fuego de artillería desde un buque enemigo que dio de
lleno en el casco. La mayoría de los tripulantes reaccionaron
corriendo hacia el puente de mando para saber qué pasaba. Todo
ocurrió muy rápidamente, en ese lugar había unos diez hombres
cuando el barco voló espectacularmente y comenzó una violenta
escora sobre el costado de estribor de casi 80º, en medio de un
pavoroso incendio. Los que pudieron prepararon las balsas
salvavidas. Iluminados por las llamas que devoraban el barco, el
Capitán Payarola junto con el mayordomo Sandoval y el marinero
López arrojaron al agua una balsa. Sandoval y López se arrojaron al
mar para abordarla, mientras Payarola permanecía abordo para
intentar auxiliar a los otros tripulantes. Cuando comenzó a caminar
dificultosamente por el costado del casco, vio horrorizado, como en
una escena dantesca, que todavía giraba la hélice. Tan rápido había
pasado todo. Como no pudo ver a nadie más, se arrojó al mar
portando una linterna y sin salvavidas, porque no tuvo tiempo de
ponérselo. El buque se hundía rápidamente y el marinero López
trataba de cortar el cabo que lo unía al casco, que afortunadamente
se rompió. Sandoval había desaparecido. Mientras flotaban en el
mar, fueron sobrevolados por un helicóptero inglés que no prestó
ayuda. Payarola escuchó gritos provenientes de una balsa tripulada
por los marineros Luzardo y Cayo, que gritaban como poseídos
¡viva la Patria! ¡viva la Patria! y nadó hacia ella, hasta que brazos
viriles lo alzaron a bordo. Como la balsa era muy chica, resolvió
arrojarse al mar otra vez. (110)
(110) La supervivencia en aguas gélidas es escasa, unos veinte minutos
aproximadamente. Recordemos que estaban en el mes de junio y muy al sur,
la hipotermia sería mortal. El Capitán Payarola actuaba en auxilio de sus
subordinados, con un desprendimiento y desprecio por la vida poco común.

366
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Estuvo nadando desesperadamente diez o quince minutos, tratando


de moverse activamente para mantener el calor, hasta que fue
rescatado por la balsa en la que estaban López, el Capitán del barco,
y el Primer Oficial Bottaro. La corriente era muy fuerte y los llevaba
mar afuera, aunque podía verse la tierra muy cerca. Si permanecían
abordo morirían por hipotermia en las próximas horas, entonces
Panigadi y Bottaro, que era el único que tenía salvavidas, se
arrojaron al agua. Payarola ató un cabo largo a la balsa y nadó hasta
la playa, y cuando llegó, tiró de la soga para acercarla. Estaba a
punto de desmayarse por el frío, que sería el principio de una muerte
segura, cuando oyó gritos: “se ahoga Bottaro, se ahoga Bottaro”, y
“se va Panigadi, se va Panigadi”. En un esfuerzo sobrehumano
Payarola se metió en el agua nuevamente y pudo rescatar a Bottaro.
La fuerte correntada y la oscuridad reinante desorientaron a
Panigadi, que se perdió definitivamente en la noche malvinense,
devorado por las aguas. Los únicos tres sobrevivientes quisieron
refugiarse en algún lugar abrigado de la costa, pero era imposible en
ese piso de roca. Pocas horas después Bottaro fallecía por
hipotermia.
Al amanecer del día siguiente divisaron una casa abandonada,
y se dieron cuenta que estaban en la Isla Cisne por el rótulo de unos
fardos de pasto. Completamente agarrotados por la baja temperatura,
se quitaron la ropa mojada y cubrieron sus cuerpos con jirones de
arpillera. En el lugar encontraron acumulada agua de lluvia, leche en
polvo y algo de avena, que “les permitieron salir del paso” según
relata Payarola. Días después fueron sobrevolados por varios
Harrier que se dirigían al Río Carcarañá. Estaba por comenzar otro
drama.

367
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Los náufragos estuvieron en esa pequeña Isla sobreviviendo en


condiciones infrahumanas, desde el 10 de mayo hasta el 16, en que
fueron rescatados por el Forrest, que logró trasladarlos a Puerto Fox.
De este modo perdimos el Isla de los Estados, que yace en el
fondo del estrecho y encierra los cuerpos de sacrificados
compatriotas. La bravura del océano austral y el intenso frío reinante
hicieron el resto. (111)
(111) Revista ―Sociedad‖ (SMSV) Nº 35, p. 22 y 23, tomado del diario ―La
Nueva Provincia‖, de Bahía Blanca.

El fin de los buques logísticos


El 26 de abril por la noche, el carguero Río Carcarañá iniciaba
tareas de descarga auxiliado por el Isla de los Estados en
inmediaciones de Puerto Argentino. Cuando el 1º de mayo se
produjo el ataque enemigo a la pista de esa localidad, uno de los
aviones Harrier intentó ametrallarlo sin dar en el blanco. Como
estaba cargado de combustible y munición, el Capitán mercante
decidió por prevención instalar balsas y botes salvavidas en su
costado. Posteriormente recibió la orden de partir hacia el Estrecho
de San Carlos. Durante la navegación se produjeron varios episodios
conflictivos entre los Capitanes mercante y militar, por la reticencia
del primero a aceptar los riesgos propios de la guerra. Llegado a
destino en estas condiciones, comenzaron a trasladar su carga al
Forrest, el Isla de los Estados, el Yehuin y el Monsumen. Debido a
la resistencia al acatamiento de las órdenes, el Capitán del barco y su
tripulación civil fueron movilizados y sujetos al Código de Justicia
Militar por disposición del Comandante de la Agrupación Naval
Malvinas. En este clima tenso, en la mañana del 16 de mayo un
avión de observación inglés los sobrevoló, y horas después los
atacaron dos Harrier, que lanzaron varias bombas que no dieron en

368
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

el blanco, seguido del fuego de ametralladoras. El barco fue


abandonado por la tripulación y embarcaron en el Forrest, que los
trasladó a Bahía Fox. El 20 de ese mes regresaron para inspeccionar
la nave, y dictaminaron que no estaba en condiciones operativas, por
lo que fue abandonado. No tardó en ser hundido por los ingleses,
que atacaban sistemáticamente nuestros medios de transporte
logísticos. El Bahía Buen Suceso era un viejo carguero de la
Armada, que realizaba tareas similares a las del Río Carcarañá.
Cuando estuvo en Puerto Fox se rompieron las amarras por un fuerte
temporal, y quedó varado definitivamente. La tripulación del buque
fue testigo del ataque aéreo al Río Carcarañá, y entonces lo
abandonaron suponiendo que harían algo similar con el Buen
Suceso. Durante ese período se intentó trasladar a los Regimientos 5
y 8 a la Isla Soledad para generar un segundo frente de combate,
pero no pudo concretarse por las condiciones en que se encontraba
ese buque, y por la disminuida capacidad de combate de las
Unidades terrestres.

369
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXII:

EXOCET
El avión no conquista ni ocupa.
Alte. Castex (Francia)

El sistema SUE-Exocet AM-39, que tanto preocupaba a la


inteligencia británica, finalmente pudo ser integrado por técnicos
argentinos. Su empleo durante la guerra configura un hito en la
historia militar, porque era la primera vez que se atacaban buques de
superficie desde el aire y a gran distancia. El misil autoguiado
justificaba el espionaje y la interferencia promovida por el gobierno
británico, con el fin de obstaculizar o impedir la adquisición de ese
moderno sistema de armas. Lo estaba adquiriendo un país a quienes
podrían confrontar por el cúmulo de intereses políticos, económicos,
y militares relacionados con las Islas Falklands. El inesperado
primer lanzamiento exitoso del Exocet, causó conmoción en Londres
y en el mundo entero.
Al iniciarse la guerra, la Armada tenía ocho aviones de ataque
A4Q Skyhawk y cinco SUE, uno de los cuales permaneció inactivo
para “canibalizarlo”, es decir para quitarle repuestos para los otros
aviones en caso necesario. Para bombardear los A4Q tenían que
sobrevolar el objetivo en medio de un infernal fuego antiaéreo
integrado por cañones, ametralladoras y misiles. En cada ataque el
abatimiento de un avión con la probable muerte del piloto, era una
posibilidad cierta. Similar era la situación de los aviones de la
Fuerza Aérea, integrados por los Mirage, Dagger y A4C Skyhawk.
Los SUE en cambio podían lanzar el misil Exocet desde muy lejos y

370
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

luego volvían a casa con un alto grado de seguridad. Era una enorme
diferencia de procedimientos facilitado por la tecnología.
La Guerra de Malvinas se caracterizó por sus inusuales
exigencias logísticas. Nuestras fuerzas en las Islas necesitaban
abastecimientos de todo tipo, que no podían llegar por mar y el
sostén logístico dependía exclusivamente de los aviones cargueros,
cuyos tripulantes y pasajeros arriesgaban sus vidas durante el cruce.
Los aviones cargueros solamente podían aterrizar en la única, y
siempre bombardeada pista de Puerto Argentino.
La Fuerza de Tareas enemiga, también dependía del envío de
abastecimientos desde sus lejanas bases. Necesitaban combustible,
munición, repuestos, aeronaves, alimentos, etcétera. Como
dominaban el aire y el mar, les resultaba mucho más sencillo
reabastecerse. Desde cierto punto de vista el primero de los
antagonistas que lograse limitar, o impedir la llegada de
abastecimientos a su oponente, ganaría la guerra. Es por eso que los
buques de sostén logístico británicos eran blancos estratégicos, que
de poder hundirlos la capacidad de combate de las Unidades
enemigas se vería gravemente afectada. Para destruir esos blancos la
Armada poseía submarinos que en la práctica demostraron su
inutilidad, porque las autoridades navales estaban en proceso de
adquisición en Alemania de naves de este tipo más actualizadas y
dejaron en segundo plano el mantenimiento de los existentes.
Durante las patrullas los Capitanes Salinas, Azcueta, y Bicain,
actuaron de acuerdo con sus posibilidades comandando naves con
muchas fallas. El San Luis perdió la oportunidad de hundir 3 o 4
buques de guerra en una sola de sus patrullas, y tuvo que volver a
casa con los torpedos inservibles para no retornar más al mar. En
cuanto a las aeronaves, los cuatro SUE hicieron lo que pudieron con
sólo 5 misiles. Por supuesto que todos estos factores eran conocidos

371
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

por la inteligencia inglesa en mayor o menor medida, e incidió


notablemente en el resultado de la guerra. Con solamente 12 aviones
de ataque y el apoyo de la Fuerza Aérea, la Marina contabilizó el
50% del tonelaje hundido durante la guerra, cuyo clímax se logró al
enviar al fondo del mar el buque logístico Atlantic Conveyor,
víctima de un misil Exocet.

Sheffield, ataque histórico

El Contralmirante aviador naval Horacio Mayorga, redactó el


libro “No vencidos”, en el que detalla muy bien los momentos
previos al primer disparo del Exocet, por lo que respetuosamente
dejamos la pluma para transcribir parte de su excelente relato:
―Todo comenzó con un vuelo de exploración, que
curiosamente no estaba directamente ligado a la conducción de un
ataque con Super Etendard sino a una exploración antisuperficie
para verificar si el área estaba libre de buques enemigos, y permitir
así la llegada a Puerto Argentino de tres aviones C-130, Hércules,
de la Fuerza Aérea Argentina, con abastecimientos para la Isla. Así
partió el avión Neptune, de la Primera Escuadrilla Aeronaval de
Exploración, sin protección alguna, pues nadie podía proveerla por
razones de autonomía.‖

372
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Diseñado en 1954 este avión había rendido todo lo que podía dar, era un
modelo viejo del que era difícil conseguir repuestos, y que con sus sensores
disminuidos no daba mayores seguridades operativas. Aun así, intervino en el
conflicto. La Escuadrilla contaba solamente con dos aviones de ese tipo y en
similar estado. Años atrás habíamos perdido dos Neptunes por accidentes: en
1965 en Brasil y en 1976 en la Antártida.

―El Neptune, comandado por el Capitán de Corbeta Ernesto


Proni Leston despegó a las 04:00 del 4 de mayo, y se internó en el
mar, con un arrumbamiento que lo llevaba inicialmente por el sur
de Malvinas, antes de rodearlas totalmente. Poseía un elemental
sistema MAE (Medidas de Apoyo Electrónico), que podía proveerle
un pobre aviso de haber sido iluminado por un radar enemigo. En
otras palabras, al no ser muy confiable este sensor, podía darse el
caso de volar, casi ciego, hacia un buque equipado con misiles. El
tiempo era malo, con nubes bajas, lo que si bien por un lado
dificultaba el vuelo, por otro le daba cobertura visual contra el
enemigo. La forma de operar era la clásica. Se volaba bajo y
cuando había que hacer una emisión radar para investigar, se
ascendía con rapidez hasta unos 1.000 metros, se hacía el barrido
descendiendo luego rápidamente con un sensible cambio de rumbo

373
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

para dificultar la posible detección o el seguimiento por radar del


enemigo si era descubierto. A las 05:00 obtuvo el primer contacto,
pero fue informado por su Comando que se trataba del Aviso ARA
Comodoro Somellera, en su estación de salvamento. A las 07:00 se
le informó que Puerto Argentino estaba bajo ataque, lo que
eliminaba la posibilidad del vuelo de los tres C-130.‖
―El explorador se mantuvo en el área esperando órdenes. En
mitad de su tarea, el radar quedó fuera de servicio, pero en lugar de
anular la misión y regresar, actitud que nadie le habría reprochado,
se trabajó afanosamente en pleno vuelo para lograr su
reparación.‖(112)
(112) El piloto del Neptune Capitán Proni Leston, declaraba años más tarde
que los pilotos de ños SUE volaban como si fuesen un ―salame‖, porque
vestían el traje anti G, un abrigo, el traje anti exposición para protegerlos del
congelamiento en el agua, el chaleco salvavidas y finalmente los arneses del
paracaídas. Por su parte, como volaba en un avión de la década de los años
50, no usaba nada ni siquiera casco, y como cábala, después de subir la
tripulación al avión, se acercaba a la rueda de nariz y le daba unas
palmaditas diciéndole: ―viejo geronte, hoy traéme de vuelta‖.

―A las 07:50, recuperado el equipo, se obtuvo un nuevo contacto


sobre un "duende" mediano, que los sorprendió, pues el análisis de
su emisión radar lo mostraba como un buque de guerra,
posiblemente un destructor misilístico tipo D-42. Una de las naves
más modernas de Gran Bretaña. Se informó al Comando de la
Fuerza Aeronaval FT 80, y se dio su posición y datos de radar.
Estaba a 85 millas al sur de Puerto Argentino, y a 90 millas al este
del Neptune. Casi con seguridad también el buque había detectado
al explorador, por las indicaciones del MAE. Minutos después se le
ordenó mantener contacto discreto sobre ese "duende", quedando
definitivamente anulada la exploración para los C-130. Así lo
hicieron, pero en cada ascenso y barrido radar que se realizaba
374
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

para verificar novedades del "duende", comprobaron que el


enemigo volvía a tenerlo inmediatamente en su pantalla; en una
oportunidad se escucharon las comunicaciones de transferencia a
una Patrulla Aérea de Combate, de una estación a otra, para
interceptarlo.‖

Los Harrier fueron una amenaza constante para nuestros pilotos. Estaban
armados con el letal misil Sidewinder provisto por los EE UU, y los Neptune
en caso de ser interceptados no tenían defensa alguna. Siempre permanecían
dos Harrier en el aire como ―Patrulla Aérea de Combate‖ o PAC.

―La emisión radar propia de las 08:45 trajo otra sorpresa. La


pantalla presentaba tres ecos; al anterior se había sumado uno
grande y otro mediano, todos a 60 millas de distancia. El
explorador continuó con sus maniobras evasivas, alejándose en
distintas piernas hacia el sur. En ese período, al hacer nuevas
pruebas de radar volvieron a quemarse sus cristales. Su Comando
estaba en conocimiento de este inconveniente por lo que se le pidió
que informara la posición de los buques a las 10:30 —cosa que se
cumplió—; el Neptune presumía, con razón, que estos datos
contribuirían a una misión de Super Etendard en desarrollo. En su
último ascenso para utilizar el radar, comprobó que había sido
detectado nuevamente. Dio la posición de los blancos, retomó su
375
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

vuelo rasante y se alejó de la zona para aterrizar luego de siete


horas de vuelo total, en conocimiento ahora de que los Super
Etendard estaban en camino.‖
―Con la ubicación inicial del enemigo a unas 100 millas al sur
de Puerto Argentino y aproximadamente a 380 millas de la Base
Aeronaval Río Grande, el Comando de la Aviación Naval ordenó el
despegue de los Super Etendard, a las 09:45. El binomio encargado
de la misión estaba constituido por el Capitán de Corbeta A.
Bedacarratz, Segundo Comandante de la Escuadrilla y el Teniente
de Fragata A. Mayora, quienes luego del despegue ascendieron
rápidamente hasta los 4.500 metros, proa al punto de encuentro con
el avión tanque KC-130 de la Fuerza Aérea. Tanto el vuelo como la
maniobra de transferencia de combustible se realizaron, como es
disciplina de esa Unidad Aeronaval en el más estricto silencio.
Entre ambos aviones de ataque sólo existían comunicaciones por
señas, y a veces el entendimiento entre ambos pilotos era tal que
podían prescindir de ellas.‖

La Fragata Tipo 42 HMS Sheffield fue botada el 10 de junio de 1971 en el


astillero Cammel Laird, con la presencia de la reina. A su lado se construía
su gemela, el ARA Hércules. Un incendio destruyó la popa de la Sheffield

376
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

mientras estaba en gradas. Entonces el gobierno inglés solicitó la popa que


pertenecía a la Hércules que estaba lista, para no atrasar su botadura. La
Comisión Naval Argentina autorizó el cambio y por eso pudo botarse en la
fecha prevista. Parte de la Sheffield era argentina.

―A las 10:04, una vez completado el reabastecimiento, se


desengancharon de las mangueras del avión tanquero y a 250 millas
del blanco comenzaron la fase final del ataque. A medida que se
acercaban al objetivo, mientras las condiciones meteorológicas
empeoraban, empezaron a recibir débiles señales de alarma en sus
equipos MAE, que los alertaban de que radares enemigos los
estaban iluminando en una primera fase de detección. Iniciaron el
descenso a ras del mar, un mar oscuro, con blancas olas que
contrastaban su color y que los veían pasar a 800 km por hora. El
tiempo era decididamente malo, con chubascos y bancos de niebla
que disminuían la visibilidad a 1.000 metros, mientras que un
colchón de nubes les daba un techo de 150 metros. A las 10:30,
como se ha dicho, el avión explorador les dio su informe final sobre
los blancos que tenía en su pantalla, y cerró su mensaje con una
última palabra no contemplada en el severo léxico naval para estas
comunicaciones operativas: "Aries, aquí Mercurio: confirmo
duende grande y dos medianos en 52° 33' 5" Sur y 57° 40' 5" Oeste;
otro mediano en 52° 48'5" Sur y 57° 31' 5" Oeste... Suerte".

377
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Los pilotos de la Armada no estaban adiestrados para recibir combustible


desde aviones tanqueros. Después de tres prácticas el sistema funcionó
adecuadamente y fue el origen de los brillantes lanzamientos de los misiles
Exocet. Los pilotos de la Fuerza Aérea solían usar en demasía las
comunicaciones radiales, aspecto que causaba un profundo recelo en los
aviadores navales, porque los británicos, que estaban siempre en escucha
podrían detectar tempranamente a los aviones en vuelo, e intentar
interceptarlos con los Harrier. Los aviadores navales convencieron a los
pilotos de los tanqueros y lograron reabastecerse en vuelo sin establecer
ningún tipo de comunicación. En la fotografía los SUE a punto de recibir
combustible desde un tanquero KC-130 de la Fuerza Aérea. Una vez
reabastecidos iban a lanzarse sobre su presa, es decir los ―duendes‖
detectados por el explorador Neptune. (Foto J.C. Cicalesi)
Recibida esa información los pilotos volaron velozmente a ras
de las olas, buscando acercarse al objetivo. De pronto se vieron
envueltos en un chubasco que disminuyó notablemente la
visibilidad, algo ideal para aproximarse, porque las posibilidades de
ser detectados en esas condiciones eran menores. A las 11:02
entraron en otro chubasco y en ese momento Mayora perdió de vista
al líder, justo cuando éste estaba por lanzar. Cuando pudo verlo
observó fuego debajo del avión de Bedacarratz; era el misil Exocet
que estaba en camino, el primero en el mundo en operaciones de

378
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

combate. Como no había escuchado la orden de lanzamiento, se


apresuró a disparar el suyo. Tres segundos después se desprendió el
misil de 650 Kg que inmediatamente y en vuelo rasante se dirigió
hacia su objetivo, entonces los pilotos hicieron un giro y pusieron
rumbo a su base.

Los SUE piloteados por el


Capitán Bedacarratz y el
Teniente Mayora, en el
momento de lanzar los
misiles Exocet. Magnífica
representación de Julio
Rasguetti. (www.conflicto
Malvinas.com.ar)

Revela el Almirante Woodward en sus memorias, que


observaban con particular cuidado los cielos del Oeste, porque el
sistema de detección británico sólo podía darles cuatro minutos de
preaviso. Tenían la esperanza de que los argentinos no tuvieran en
servicio “este complicado sistema de armas”. Instantes antes del
primer barrido radar de los SUE en aproximación, en la CIC (Central
de Informaciones de Combate) de la Fragata Glasgow, estaban en
“Alerta Blanco” como en toda la flota, que quería decir “todo
tranquilo”. De pronto Rose, el operador radar, dio un grito “radar
enemigo detectado”, el Comandante de la nave Paul Hoddinott
sintió- según sus propias palabras- que el grito de alarma de Rose
hizo que “el pelo de la nuca se me erizara”.

379
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Jefe de la CIC Capitán Nick Hawkyard preguntó inmediatamente:


-¿Nivel de credibilidad?- la respuesta no se hizo esperar
-¡Cierto!- respondió el operador- fueron tres pasadas con un breve
seguimiento. Orientación…dos, tres, ocho. Modo de búsqueda- e
instantes después informó:
- Cesó la transmisión-
El rumbo 238° correspondía al Oeste, la zona desde donde suponían
podían recibir un ataque aéreo o misilístico, por lo tanto el comando
del buque lanzó la alerta: “todos a sus puestos de combate” y acto
seguido informó al buque insignia, que estaba lejos de allí y se
prepararon para lanzar señuelos antimisil. La psicosis en el Cuarto
de Guerra del “Invincible” era elevada, porque esa mañana habían
recibido cuatro alarmas falsas y suponían que era un nuevo caso.
Pero en la CIC del Glasgow observaron en el radar dos puntos que
se aproximaban a gran velocidad, e intentaron adquirir esos blancos
para lanzarle misiles antiaéreos, pero la señal era intermitente y no
estaban preparados para eso. Mientras tanto seguía la discusión
entre el Glasgow” y el Invincible, que seguía porfiando que se
trataba de una falsa alarma.

En esos momentos la moderna Fragata Tipo 42 HMS Sheffield,


navegaba sin saber que sería blanco de dos misiles Exocet que en ese
momento se aproximaban a ras de las olas. Algunos observadores de
la Sheffield y de los buques cercanos pudieron verlo en rasante
cinco segundos antes del impacto, sólo cinco segundos; no había
nada para hacer. Por lo menos uno de los misiles dio en el centro de
la Fragata por el costado de estribor, produciendo una enorme
conmoción seguida de un voraz incendio. Segundod después se
escuchó en la radio: ―¡Sheffield is hit!‖. A partir de ese momento el
Gabinete de Guerra inglés tenía algo muy importante de qué
preocuparse.

380
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La esposa del Almirante Woodward se encontraba cenando en el


Cavalry Club de Londres, cuando llegó la noticia del hundimiento
de la Sheffield. El comentario fue “que los argentinos habían
tomado en serio el asunto, y que estaban bien equipados como para
hacernos daño”. Al enterarse del hecho la Sra. Woodward hizo un
comentario típicamente británico por lo peyorativo, “dejé de
considerar a la Marina Argentina como algo salido de una
opereta”. Los SUE regresaron sanos y salvos a Río Grande y durante
el “pos vuelo”, donde se analiza lo sucedido durante la operación, se
enteraron de un comunicado del Ministerio de Defensa británico que
informaba del hundimiento de la Sheffield. Era el 4 de mayo de
1982.

La Fragata Tipo 42 HMS


Sheffield al mediodía del 4
de mayo de 1982, muestra
sus heridas mortales y el
enorme rumbo producido
por los misiles en el centro
por estribor.

Maestros en ocultar la verdad, los británicos negaban que el o los


misiles hubieran explotado, y que sólo había sido la llama del
propulsor lo que originó un incendio incontrolable. Lo único cierto
de todo eso, era que el incendio era incontrolable.

El día del primer ataque con misiles Exocet, estaba


cumpliendo mi período de guardia en la Sala de Situación, y tenía
conocimiento del despegue de una Sección de SUE con los AM-39.

381
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Sabíamos que los aviones habían regresado sanos y salvos, pero


todavía nada se conocía del resultado de la operación por la lentitud
del descriptamiento de los mensajes que iban llegando. Estábamos
apesadumbrados por el poderoso ataque inglés que había causado
tantas pérdidas en el aire, en el mar y en tierra, y nos sentíamos
impotentes y preocupados. Así pasó buena parte de la tarde, cuando
nos enteramos de un comunicado de la BBC, que informaba que
había sido hundida la Sheffield.

En las primeras horas de la tarde del 4 de mayo, estaban


reunidos la Primera Ministro Margaret Thatcher y su Gabinete de
Guerra. De pronto recibieron un mensaje urgente: un avión Super
Etendart de los argentinos había lanzado un Exocet al destructor
HMS Sheffield. Quedaron congelados, era la primera vez desde la
Segunda Guerra Mundial que era hundido en combate un buque de
guerra inglés, en este caso el más moderno de la flota. A partir de
ese momento la Fuerza de Tareas presentaba una importante
debilidad, porque no había forma de oponerse a esa amenaza. Ese
exitoso raid fue un silencioso triunfo de la contrainteligencia
argentina establecida en París y en nuestro territorio, porque pudo
ocultare muy bien el proceso de puesta a punto del sistema. En ese
momento la Sra. Thatcher llegó a pensar que podrían perder la
guerra, y tomaron conciencia del elevado nivel técnico alcanzado
por los argies, y del fracaso del MI6, que había informado
oficialmente que el proceso de alistamiento SUE Exocet no había
sido logrado. Pero todavía faltaba lo peor.
La Armada Argentina y su par británica, sabían muy bien que
el Exocet se había convertido en un elemento vital capaz de definir
la guerra en el mar, que podría hacer fracasar la campaña británica.
Los mandos navales argentinos ordenaron inmediatamente buscar
Exocet´s por el mundo, y los ingleses comenzaron a tratar de
382
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

impedir su obtención. La elevación de la cotización del misil fue


explosiva, técnicos de la Marina deambulaban por países del Asia
Central y Norte de África, donde pisaban la arena del desierto
mientras trataban con intermediarios con turbantes que
supuestamente disponían del vital misil. Para el MI6 era una tarea de
rutina impedir las ventas, para los argentinos era una nueva y
desesperada improvisación que no tuvo éxito. Hubo compromisos
concretos de recibir 30 misiles del Perú, Irán y Libia, que estarían
listos para el 24 de junio, capacidad que hubiera sido un desastre
para la flota inglesa, porque los pilotos navales también comenzaron
a adiestrarse para atacar de noche a Unidades de superficie cercanas
a la costa. De lograrse, hubiera causado serios inconvenientes a los
buques ingleses que realizaban bombardeos nocturnos sobre
nuestras posiciones en tierra. La rendición del 14 de junio abortó
esta posibilidad.

Bombardeo naval
Nuestras tropas seguían recibiendo el castigo diario del
bombardeo naval, y fuerzas especiales británicas desembarcaban y
se mimetizaban entre los kelpers para obtener información precisa
de nuestras posiciones y movimientos. En ese contexto el Servicio
de Inteligencia Naval, informó que por lo menos 15 estaciones de
radio de las Malvinas suministraban información directamente a
Inglaterra. Los rastrillajes efectuados para ubicar el origen de esas
emisiones no dieron el resultado esperado, además las radios de los
kelpers eran el único medio de comunicación existente entre ellos
para recibir ayuda o consejos médicos. Los Altos Mandos de Puerto
Argentino, dormían con el enemigo.
Los cotidianos bombardeos navales comenzaron a
desmoralizar a nuestra tropa, porque no había forma de evitarlos y
383
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

también se hacían de noche. En varios libros y publicaciones de


origen argentino, se hace mención que después de los bombardeos
navales, se comprobaba que no habían producido bajas. La realidad
era que el enemigo estaba produciendo un tremendo daño
psicológico en nuestros hombres, que es otra importante forma de
baja, y traería consecuencias en el momento de la verdad: el
combate cuerpo a cuerpo. Otra noticia alarmante fue que se
comprobó que los ingleses poseían excelentes sistemas de detección
radiogoniométricos, porque segundos después de emitir mensajes
radiales desde las posiciones alejadas de Puerto Argentino, caía una
concentración de artillería en el lugar de la irradiación.
Relacionado con los efectos de los bombardeos enemigos,
comenta el Capitán Ponce:
―La falta de experiencia en la conducción de la guerra se
notaba en todos los niveles y tareas operativas; el Sr. Gobernador
Militar General Menéndez, en una oportunidad hizo declaraciones a
la prensa sobre la falta de efectividad de los bombardeos navales
nocturnos. Nunca supe qué significaba para el Sr. General un
bombardeo ―ineficiente", toda vez que nos hacía disminuir las
actividades que tenían que desarrollarse fuera de la protección de
las posiciones; nos mantenía pegados a ellas; no nos dejaba
descansar; producía destrucciones en el material y obras (caminos,
planta potabilizadora); impedía los desplazamientos y exigía
esfuerzos extraordinarios para efectuar una correcta vigilancia del
campo de combate y evitar la acción de Fuerzas Especiales. En mi
opinión lograban mucho más que el mero efecto de "perturbación"
como decía el Sr. Gobernador‖.
Los combatientes de todas las jerarquías, se mostraban
hipersensibles a toda noticia o manifestación pública realizada por
los altos mandos, que no respondieran a la realidad que ellos vivían.
384
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El comentario del General Menéndez tenía fundamentos personales,


porque no conocía los rigores a los que estaban sometidas las tropas
en sus posiciones, que en ningún momento experimentó; y tampoco
sufrió la tensión y limitaciones que generaban los bombardeos
aéreos, por encontrarse a salvo en el oasis de Puerto Argentino. En
general hacía declaraciones públicas nada prudentes, y de alguna
manera jactanciosas. El Informe Rattenbach en el folio 236 de las
“Conclusiones”, dice del General Menéndez lo siguiente:
―No exhibió ni evidenció las aptitudes de mando y arrojo
indispensables en la emergencia, y no fue en esa oportunidad -única
en su vida militar- el ejemplo y la figura que la situación exigía
frente a las tropas allí destacadas.‖
En el Ejército existía una arraigada costumbre, de exponer ante
los mandos superiores minimizando las reales dificultades o
limitaciones que se les presentaban. Existía también la tendencia a
exagerar las virtudes, buena predisposición, y moral existente en sus
Unidades. Estos comentarios daban una idea equivocada de la
verdadera situación, y confundía a los Altos Mandos en el
continente. En los folios 236 y 237 de las “Conclusiones” del
mencionado informe, se comenta lo siguiente:
―Dentro de la Fuerza Ejército empeñada en las Islas
Malvinas, se observó especialmente a nivel táctico una tendencia
generalizada a no evaluar, en muchos casos, elementos reales que
afectaban las situaciones. Esta tendencia, que produjo efectos
sumamente peligrosos al no analizarse a la luz de la realidad de una
determinada situación militar, tuvo una cabal demostración en la
caída de Puerto Argentino, hecho éste que ocurrió sorpresivamente,
aun para las máximas autoridades nacionales. Tal desconocimiento
de la realidad tuvo dos causas principales:

385
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- Ausencia del Comandante Superior en sus Unidades


subordinadas para el mejor conocimiento de sus problemas y
necesidades, y para el estímulo y apoyo personal de su
presencia.
- Falta de predisposición espiritual por parte de algunos
mandos subordinados, para informar a sus superiores en
forma objetiva y veraz, hechos u opiniones que podrían no ser
del agrado de éstos.‖
―Ejemplo elocuente de esta actitud, es - entre otros- la exposición
del General Daher ante el Comandante en Jefe del Ejército (General
Galtieri), el día 9 de junio de 1982: A pesar de las inclemencias del
tiempo, prolongada estadía del personal en sus posiciones, y
problemas de provisión de elementos, el estado físico es bueno, y el
estado anímico es excelente, MERCED A LA INTENSA ACCIÓN
DE MANDO.‖ (SIC)

Cinco días después de este optimista informe, por decisión del


General Menéndez se rendía la Guarnición Militar de Puerto
Argentino, con el apoyo de los mandos de la Unidades subordinadas
excepto el Batallón de Infantería de Marina Nº 5, como veremos
más adelante.
En las páginas 57 y 58 de su libro Hacia un Ejército posible, el
Teniente Coronel Néstor Cruces dice:

“Una variante de la sublimación y de la subordinación es no


crear problemas al Comandante y pretender que todo lo que
depende de uno siempre está sin novedad. Lo más seguro es que por
este camino el Comandante se entere de las novedades o problemas
de las Unidades cuando ya sea demasiado tarde. Los Comandantes
colaboran con este juego de equívocos cuando no hacen
inspecciones sin previo aviso.‖
386
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXIII

SORPRESAS

En un intento por contrarrestar los bombardeos que realizaban


los buques enemigos, que martillaban las posiciones y
desmoralizaban a nuestros hombres, arribó en un Hércules el
primero de los cañones de 155 mm que tardíamente llegarían a las
Islas. El proyectil de este cañón, al que bautizaron enseguida “Gran
Berta”, en recuerdo del enorme cañón alemán de la 1ra. Guerra
Mundial, tenía un alcance de 20 km, distancia suficiente como para
llegar hasta los buques enemigos como si fuera una batería costera.
En este caso también falló la logística, porque llegó a destino con
escasa munición. El poderoso cañón no fue diseñado para disparar
sobre blancos móviles, pero por el contrario, los buques pueden
navegar mientras hacen fuego preciso con la artillería. El envío de
ese cañón a Puerto Argentino fue un desesperado acto de
improvisación, y para poder ponerlo en servicio también hubo que
improvisar tablas de tiro para disparar sobre blancos móviles. Con
ese fin se recurrió al Teniente de Fragata Mario Abadal, Jefe de la
Batería de artillería destinada a dar apoyo de fuego al BIM 5. Para
realizar la tarea Abadal disponía de un ayudante, y el auxilio de un
radar de infantería del Ejército.
De acuerdo con la rutina establecida por el enemigo para
realizar los bombardeos, varias naves abrieron fuego sobre nuestras
posiciones, en la seguridad de que ninguna de las armas disponibles
se encontraba en alcance, como siempre había ocurrido hasta ese
momento. Grande fue su sorpresa cuando después de las primeras

387
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

salvas comenzaron a caer piques de grueso calibre cerca de sus


naves, que produjo la inmediata suspensión del bombardeo seguida
de una precipitada retirada mar afuera. El efecto logrado por esos
pocos disparos que no dieron en el blanco fue notable, porque en los
siguientes tres días no se registró ningún bombardeo naval. Nadie
dudaba que miembros de las fuerzas especiales instalados en la Isla,
podrían estar reglando el fuego naval y que ahora tendrían que
reconocer el origen de esos disparos de gran calibre. Bien sabían que
nuestros obuses no estaban en alcance para disparar sobre ellos.
Relata el Capitán Ponce que el bombardeo naval se efectuaba
según un esquema repetido noche a noche que comenzaba en el
aeropuerto, donde lanzaban ráfagas de unos diez disparos sobre un
blanco determinado. Finalizaba la corrida disparando sobre ese
mismo blanco, después de pasar por otros sectores de las posiciones
en forma aleatoria. Agrega que cada zona ―recibía su cuota de
tranquilizante, y todo el mundo se metía en su posición, y se
quedaba quietito”. Durante ese período de gran tensión, los
centinelas quedaban en alerta en previsión de cualquier acción de las
Fuerzas Especiales enemigas, que podrían actuar en coordinación
con el bombardeo. Los buques disparaban por noche entre 200 y 500
granadas de alto calibre, según la cantidad de buques empleados.
Como de costumbre, el sector que recibía la mayor cuota era el
aeropuerto, que poco a poco comenzó a adquirir las características
de un paisaje lunar. Agrega Ponce que:

―cuando el carrusel nocturno finalizaba su ronda, se distendía


la situación, se apuraba alguna colación, y se aprovechaba para
dormir un rato bien relajado, que era completado de día en
cualquier oportunidad que se presentara.‖

388
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El paisaje lunar provocado por la artillería naval enemiga


Preocupado por los constantes bombardeos navales, el Almirante
Otero solicitó al comando superior la asignación de dos lanchas
torpederas rápidas que tenían su base en Ushuaia, pero este pedido le
fue denegado. Era necesario buscar alguna forma alternativa para
contrarrestar los ataques impunes de la flota inglesa, dado que la
improvisada artillería costera no había dado resultado.
Lejos de allí, en el Comando de la Flota en Puerto Belgrano
comenzaron a observarse con detenimiento los Exocet superficie a
superficie, instalados en nuestros inactivos destructores…¿sería
posible adaptarlos como batería costera?

Radio Pavada
“Durante los bombardeos” -continúa Ponce- ―yo hacía
escucha en la línea de comunicaciones del Puesto de Comando, y
me mantenía al tanto de la situación en todo el frente del Batallón.
El Sr. Comandante actualizaba la información, impartía directivas
de manera que todo el personal lo escuchara de su propia boca, y
leía algún párrafo del Código de Justicia Militar como
recordatorio. Después cedía la transmisión al grupo que llamaron

389
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Radio Pavada, que hacía bromas y contaban chistes para


entretener a la audiencia. Parecía que la guerra daba para todo,
hasta el surgimiento de actores frustrados, que en otras
circunstancias se hubieran muerto de hambre. Durante el período
en que la flota enemiga nos convidaban con sus confites, casi todo
el mundo estaba en un duerme-vela permanente. También se
presentaban otros colaboradores que trataban todo tipo de temas,
recuerdos personales, y noticias de actualidad recibidas desde el
continente. Nunca hacían comentarios sobre temas sentimentales
relacionados con la familia o sus seres queridos, que quedaban
reservadas en la mente de cada uno, dado que era demasiado
personal para hacerlo públicamente, lo mismo que los miedos y las
oraciones. En general se trataba de respetar al oyente, y no emitían
mensajes que pudieran deprimir o molestar a alguien. Por eso
evitaban hablar del combate que se avecinaba, haciendo lo posible
por mantener la cohesión del conjunto. Eso era el producto de la
disciplina, de la sólida camaradería cimentada constantemente con
el ejemplo y sin estridencias. Se ejercía una firme autoridad
sostenida sin violencia a través del consejo, la observación, la orden
oportuna y equilibrada, apuntalada por el conocimiento profesional
adquirido durante el adiestramiento duro y didáctico, y en la
solución de los problemas personales más difíciles que presentaban
los Conscriptos y el personal de baja jerarquía. Cuanto más se
descendía en la cadena de relaciones, más fuertes eran los lazos, es
por eso que en el momento de la verdad, del supremo esfuerzo, de la
entrega en el combate hasta dar la vida, no faltaron los ¡Vivas a la
Patria! ni los cantos épicos.‖ (113)
(113) Efectivamente; el enemigo que fue rechazado varias veces durante sus
ataques al Monte Tumbledown, declaraban después de la guerra que estaban
impresionados por los cantos, insultos y vivas de los infantes de marina, a

390
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

quienes citaron como una tropa altamente calificada, y que después de la


rendición se negaban a creer que fuesen Conscriptos.

Por supuesto que lo que estaban haciendo en el BIM 5 por


intermedio de “Radio Pavada”, donde escuchaban diariamente la
voz del Comandante, de sus Oficiales, y de los espontáneos
locutores-actores, era una eficaz medida de acción psicológica que
fortaleció el espíritu de Unidad de una manera extraordinaria. Esta
iniciativa de los infantes de marina, no tuvo paralelo en las Unidades
del Ejército durante la guerra, lujo que pudo realizarse por el
esfuerzo de la Sección Comunicaciones de ese Batallón. La red
instalada cubría Canales para solicitar apoyos de fuego; otro para la
evacuación de heridos; uno más para los requerimientos logísticos; y
para los puestos de alerta temprana, además de las conexiones con
las Unidades vecinas del Ejército, excepto con el Regimiento 25,
porque el Teniente Coronel Seineldín la rechazó. En algunos casos
los enlaces alámbricos fueron triplicados por si los dañaba el
bombardeo, y desde allí llegaban a las Compañías, a las Secciones y
a los grupos de armas de apoyo. Las comunicaciones inalámbricas
adquirieron gran importancia cuando comenzaron los combates
contra la infantería enemiga, porque los sistemas radioeléctricos
atraían los fuegos de artillería enemiga.
“Con la caída del sol…‖ -relata el Capitán Ponce- “…y la
posterior llegada de la oscuridad, se iniciaban los preparativos
para la larga noche. Siempre quedaba un rescoldo de turba
encendida que se usaba para prender la nueva. A veces para hacer
acopio, canjeábamos (con gente del Ejército) alguna munición de
boca por turba. La estufa hecha con un tambor de combustible de
200 litros calentaba de lo lindo, y hasta se podían hacer tostadas
para la infaltable colación de la noche, que se hacía aunque
estuvieran bombardeándonos. Las reservas de agua eran de color

391
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

negro, como de tinta diluida, por provenir de los chorrillos o de la


turba, pero era insabora. Para beberla la hacíamos hervir cinco
minutos para eliminar bacterias, y con eso preparábamos té, o el
mate cocido de la noche. Uno de los temas problemáticos era la
evacuación de heridos, debido a la escasez de medios de transporte
y a la ausencia de caminos. Sin embargo cada sector de la posición
disponía permanentemente de una camioneta liviana. Tener la
posibilidad de ser evacuado al hospital en caso de ser herido,
apuntalaba mucho la moral de los combatientes, a tal punto que
cuando fue destruido el vehículo de evacuación de la Compañía N,
como no había otro disponible, cedí el que tenía asignado para mí.
Cuando por alguna rara circunstancia el Sr. Comandante del
Batallón no asistía a la reunión en el Comando de la Defensa, me
autorizaba a dejar la zona del Puesto de Comando para tomarme un
pequeño franco. Una vez quise ducharme aprovechando un termo
tanque inglés que estaba en el Puesto de Socorro del Batallón.
Posiblemente el artefacto seguía fiel a la corona, porque nunca
funcionó a pesar de los esfuerzos de los más aventajados artesanos
del ramo. La segunda vez que intenté asearme, no solamente no
funcionó, sino que debí poner pies en polvorosa por una Alerta Roja
que anunciaba un bombardeo aéreo.‖
La tarea del número dos de una Unidad, o “Segundo
Comandante”, es la de colaborar con el Comandante y reemplazarlo
en sus funciones durante su ausencia, o pérdida por baja. (114)
(114) Para los marines estadounidenses: ―Second Commander‖ (Segundo
comandante), o ―executive officer‖ (oficial ejecutivo).

Para su mejor desempeño, el Segundo mantiene un cerrado contacto


con su Jefe, y colabora con él en la conducción de la Unidad,
haciéndose cargo de los aspectos administrativos, para que aquél
pueda quedar en libertad para las tareas operativas, en la que

392
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

también participa para tomar decisiones. Como el Comandante es el


único responsable del éxito o el fracaso de la Unidad, necesita la
asistencia de su Estado Mayor. De ninguna manera podría existir
algún grado de competencia entre ambos jefes, para dilucidar quién
sería el más brillante o el más capaz, porque vulneraría la disciplina
y sería nefasto para la conducción. Cuando existen desacuerdos
entre ambos, son planteados en un marco de absoluta
confidencialidad, y si el Comandante mantiene la resolución inicial,
ésta es acatada hasta las últimas consecuencias por su Segundo en el
mando, cuyas únicas alternativas son el pedido de relevo, o
eventualmente el retiro de la Fuerza.

Chatarreros
En Puerto Belgrano el Almirante Büsser se preocupaba por
obtener y remitir equipos de toda índole a la Infantería de Marina en
las Islas. Además de la inorgánica Compañía de Ametralladoras
pesadas calibre 12,7 mm, recibieron cantidades de rollos de plástico
reforzado para impermeabilizar las posiciones, visores nocturnos, y
misiles antiaéreos descartables de origen ruso, que supuestamente
seguía la emisión calórica de las turbinas de los aviones. No existía
experiencia previa en este último tipo de armamento, de manera que
trataron de estudiar su funcionamiento para ser empleado en la
práctica. No tuvieron éxito.

Después que un Vulcan logró destruir con un misil el radar


que dirigía la Artillería Antiaérea, los Harrier comenzaron otra vez
a bombardear y cañonear las posiciones a baja altura. A principios
de junio escaseaban los víveres, aunque todavía podían comer
raciones calientes que elaboraban en las cocinas judías. Existía una
gran reserva de raciones de combate para ser utilizadas en el

393
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

momento en que se estableciese contacto con las fuerzas terrestres


enemigas, momento en que cada uno tenía que consumir su ración
cuando y como podía.
Los Infantes de Marina eran conocidos tradicionalmente como
“chatarreros”, porque desde hacía muchos años que nunca perdían la
oportunidad de pedir, insistir, construir, modificar y canibalizar
buques o edificios, de manera de compensar las falencias
presupuestarias o necesidades de cualquier tipo. Tanto era así, que
cuando alguno de sus vehículos deambulaba por la Base Naval
Puerto Belgrano, comenzaban a sospechar que estaban buscando
alguna cosa, que podían ser ladrillos, cemento, cal, combustible,
chatarra, tiras de asado de la carnicería principal que les daba algún
amigo, o que canjeaban por pescado. También obtenían facturas de
la panadería central, etcétera. Después iban a la playa y hacían una
gran fiesta. Un caso extremo fue el del Batallón Seguridad de la
Base Naval Puerto Belgrano, que como no tenían presupuesto para
comprar ladrillos para una obra en construcción, hicieron un horno
de ladrillos ellos mismos. Siguiendo esa costumbre, cuando llegaron
a las Islas comenzaron a recorrer las inmediaciones para llevarse
todo lo que consideraban podría ser de utilidad.
Una de las características del Puesto de Comando, es la buena
observación que tiene en todas direcciones, que le permite conducir
el combate de mejor manera. Lo llaman “observatorio”. Desde ese
lugar se veía muy bien el helipuerto ubicado en las inmediaciones
del ex Cuartel de los Royal Marines en Moody Brook, y la gran
cantidad de tambores de combustible de 200 litros vacíos y
abandonados en una zona próxima. Los tambores fueron detectados
por un Suboficial del Puesto de Comando, que inmediatamente
abordó al Capitán Ponce para que lo autorizara a retirarlos. Minutos
después se había formado una larga cadena de infantes llevando los

394
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

tambores al hombro, que fueron empleados con diversos fines.


Llenos de arena, servían como refuerzo de las posiciones; otros
genios confeccionaron estufas muy prácticas, que no permitían ver
la llama desde el exterior y servían para secar la ropa; algunos
construyeron hornos para calentar o hacer comidas; y la mayoría los
utilizaron para impermeabilizar las posiciones individuales
enterrándolos sin tapa hasta el borde, donde el tirador se introducía
sin verse afectado por la permanente humedad de la trinchera. En
otros sectores fueron utilizados para drenar las posiciones usándolos
como tuberías. Los tambores y las telas plásticas, fueron una
excelente ayuda para evitar la penetración del agua. (115)
(115) Uno de los peores males de la vida en las posiciones, era el ―pié de
trinchera‖, originada por la combinación del frio y la humedad permanente
en los pies, que dificulta o anula la capacidad de movilidad y produce graves
infecciones. Este mal puede llegar a requerir la amputación de las
extremidades para evitar peores consecuencias. Durante la guerra se
presentaron alrededor de 200 casos de pié de trinchera, y sólo uno en la
Infantería de Marina. Los relatos de guerra de los ingleses mencionan varios
casos entre ellos. Para impedir el pie de trinchera, se necesita una
permanente supervisión, aseo, disciplina y buenas botas, que tienen que ser
abrigadas e impermeables.

Pasados por agua


Hasta los primeros días de mayo, el tiempo en las Islas fue
bastante benigno con días de pleno sol, hasta que se desató una
tormenta seguida de fina lluvia con viento fuerte, que hacía
que ninguna prenda impermeable funcionara eficientemente como
tal, porque diez minutos a la intemperie bastaban para quedar
empapados. La mayoría de las posiciones comenzaron a inundarse
por más drenajes que tuvieran. Mientras tanto los buques enemigos
no se privaban de darles el consabido bombardeo nocturno. En el
BIM 5, las dos trincheras que componían el Puesto de Comando se

395
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

inundaron, y en el Cuarto Logístico escuchaban correr el agua como


si fuera un arroyo; todo flotaba.

En los alrededores existía una especie de falso suelo,


compuesto por hojas, plantas acuáticas, turba y líquenes, que
formaban una esponja que absorbía el agua y no soportaba el peso
de ningún vehículo. Los transeúntes tenían que moverse
rápido, porque no podían permanecer quietos durante mucho tiempo
porque se hundían. La intensa humedad y lloviznas persistentes
obligaron a efectuar cambios en las posiciones, entre ellas las del
Puesto de Comando. Esto obligó a instalar pisos de madera con
materiales obtenidos por los chatarreros que dieron cierto grado de
confortabilidad. Los tambores-estufas fueron sumamente útiles en
esas circunstancias. Relata el Capitán Ponce que:

―…un día fui a inspeccionar el Puesto de Socorro del


Batallón, desde donde debí salir corriendo por una alarma de
bombardeo aéreo; los presentes me invitaron a los gritos a ocupar
el refugio antiaéreo que habían construido para esos casos. Para
llegar al refugio había que cruzar el camino asfaltado y llegar a la
costa. Eran unas cuevas a las que se accedía por la playa,
arrastrándonos. La sensación era que uno hacía como el avestruz,
porque si pisábamos el techo se hundía, y si subía la marea durante
la alerta, los ocupantes o se ahogaban, o se daban un buen baño de
mar. Si caía una bomba en la cercanía, el desplazamiento de la
tierra daría una tercera alternativa: morir sofocado o por
aplastamiento. El refugio era más peligroso que efectivo, y ordené
preparar otro. A veces cuando sueño me veo entrando en recintos
oscuros por pasajes estrechos, se me dificulta la respiración y me
siento casi aplastado. A lo largo de la campaña fui invitado a comer
tres veces por algunos Cabos y Conscriptos a un refugio contra las

396
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

inclemencias del tiempo, construido por ellos en las proximidades


del Puesto de Comando. Una vez almorzamos tallarines con tuco, y
en las dos siguientes asado a la asadera.‖ Ponce no aclara de dónde
consiguieron la carne para el asado. (116)
(116) Durante las épocas de paz, y evidentemente siguió así durante la
guerra, existía una tendencia en las menores jerarquías a darse ciertos lujos
que pasaban normalmente por la gastronomía, para salir de la rutina del
rancho del cuartel, o de los guisos y raciones de combate. En estos casos, los
―chatarreros‖ conseguían comida de algún lado y se convertían en alegres
anfitriones. La Base de Infantería de Marina Baterías tiene una muy extensa
zona de solitaria playa. Como los Conscriptos adquirían inmediatamente la
capacidad de ―chatarreros‖, era normal encontrar cuevas bien disimuladas
en la playa, lugar donde los fines de semana se reunían para tomar mate,
comer tortas fritas y charlar. De esta manera escapaban en los días de franco
o descanso, de la rutina disciplinaria de la Unidad a la que pertenecían.

Durante la tensa espera, que semanas después los llevaría al


combate cuerpo a cuerpo con el enemigo, no faltó la ayuda
espiritual. La Armada asignó para el Batallón al presbítero Capitán
de Corbeta Capellán Cantalicio Sosa, que recorría diariamente las
posiciones y se alojaba en el Puesto de Socorro. Allí colaboraba con
la limpieza del lugar, se alimentaba de mazamorra en actitud
penitencial, celebraba misa los días domingos en los tres sectores del
frente, y conversaba especialmente con los Conscriptos. Para
visitarlos llevaba una gran bolsa de caramelos que distribuía en las
posiciones. Durante esas recorridas sufrió la luxación de un tobillo,
que hizo entablillar inmediatamente y continuó con su rutina. Su
afección evolucionó tan mal que tuvieron que evacuarlo a pesar de
oponerse enérgicamente. Nunca lo arredraron amenazas de
infiltración enemiga, alertas, o bombardeos.

Los dos desertores

397
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Cuando en las posiciones no sufrían ataques aéreos o


bombardeos navales, los miembros del Batallón iban a bañarse a
retaguardia, donde lavaban sus ropas y tomaban un buen descanso.
Los Conscriptos marchaban en grupos de cincuenta con un
Suboficial a cargo, y después del aseo cenaban y descansaban en
Puerto Argentino. En ese lugar los rigores de la guerra no llegaban.
Ese respiro era un factor extraordinario para el mantenimiento de la
moral, aunque tenía sus inconvenientes.
Una mañana se notó la ausencia de dos Conscriptos de la
Compañía N, que ocupaban posición en el Monte Tumbledown, y
que según los testimonios habían ido al pueblo a bañarse. Ante esa
novedad, el Comando del Batallón solicitó la colaboración de la
Policía Militar. Si bien los Conscriptos estaban adiestrados y
disciplinados, estas ausencias preocuparon de tal manera al Capitán
Robacio, que vulnerando completamente lo estipulado en el Código
de Justicia Militar para estos casos, hizo preparar la única orden
escrita que emitió durante la campaña de Malvinas, que era un
verdadero disparate jurídico. Esa misma tarde los “desertores”
fueron encontrados por la Policía Militar, y reincorporados a su
Unidad para ser interrogados. Dos motivos muy diferentes eran los
que habían originado sus actitudes: el primero ratificaba su
condición de Don Juan, lo que enaltecía una vez más el ancestral
poder del sexo, cuyo remoto antecedente podría ser el de la Guerra
de Troya. En el segundo caso, el “desertor” dijo que nunca había
sentido miedo cuando estaba en su posición, y que no le importaba
el frío ni las carencias a las que ya estaba acostumbrado. Tomó su
decisión al ver que en la localidad no llegaba la guerra; allí no se
bombardeaba y por lo tanto desaparecía el temor a la muerte.
Entonces dudó y pensó que más adelante los que estaban allí iban a
disfrutar de la abundancia y comodidad de sus alojamientos,
mientras que ellos tendrían que combatir cara a cara con el enemigo.
398
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Dijo que al caminar de regreso hacia el Batallón, vio como eran


bombardeadas sus posiciones y que no pudo evitar el miedo y el
irresistible deseo de quedarse en el poblado. Lo manifestado por este
hombre era un sentimiento generalizado, porque en Puerto
Argentino había muchos hombres de todas las jerarquías que sólo
vieron pasar la guerra, sin sufrir las contingencias de los que estaban
en primera línea.
De acuerdo con la orden escrita y firmada por Robacio, se les
hizo conocer que tenían solamente dos alternativas: o regresaban
definitivamente a sus puestos de combate, o de lo contrario iban a
ser ejecutados por dar la espalda al enemigo. Como era de suponer,
ambos optaron por volver a sus trincheras. Eso fue todo.
En la noche del 13 al 14 de junio, iba a librarse en el Monte
Tumbledown, el más sangriento de los combates establecidos
durante la guerra. Los dos “desertores” combatieron como leones, y
llegada la rendición, agradecieron con un abrazo a su jefe la
oportunidad de haberlo podido hacer. Los antiguos infractores ahora
se sentían orgullosos.

―No se retiraron en cambio los argentinos de la montaña


Tumbledown, a 8 millas por el sur, donde la Guardia Escocesa
tendría que enfrentarse a la más violenta de todas las acciones. Allí
se hallaba un Batallón de Infantes de Marina argentinos muy
expertos y bien atrincherados […] los Infantes de Marina
disparaban sin cesar y de una manera impresionante.‖ (117)
(117) ―Una cara de la moneda‖, The Sunday Times Insight Team. En
realidad, en Tumbledown sólo había una compañía al mando del Teniente
Villarraza, no un Batallón, entre ellos los dos ―desertores‖ de nuestra
anécdota. En el ámbito militar, se considera un honor que el enemigo aprecie
mayor cantidad de efectivos que el real.

399
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La desmoralización de los combatientes desplegados en el terreno,


era una sensación generalizada entre los miembros de todas las
jerarquías de las Unidades establecidas en el frente. Había dos
categorías de “combatientes”: los que estaban en el pueblo, que
nunca fue bombardeado intencionalmente por el enemigo y gozaban
prácticamente de las mismas comodidades y seguridad que podría
existir en el continente, y los que vivían en las trincheras aguantando
el frío, la humedad, los bombardeos aéreos y navales, las
limitaciones propias de la miserable vida en la posición, y la
tremenda tensión de saber que si sobrevivían, algún día iban a tener
que combatir cuerpo a cuerpo con el enemigo. Era tal el grado de
seguridad existente en Puerto Argentino, que con el argumento de
que podrían ser atacados por los Grupos Comando, el poblado
permanecía completamente iluminado durante la noche. Este hecho
permitía al enemigo reglar el fuego de artillería naval de mejor
manera, y facilitaba los ataques aéreos y el de la artillería terrestre.
Los altos mandos de Puerto Stanley, que conducían la guerra con un
micrófono en la mano desde la comodidad de sus instalaciones, en
los momentos críticos fueron los primeros en exigir lo imposible a
sus subordinados ubicados en el terreno, y también los primeros en
juzgarlos por supuestas fallas profesionales o de indisciplina, donde
presentarse al superior sin estar afeitado, o con las botas embarradas,
parecía convertirse en un hecho de relevancia. (118)
(118) Nota del autor: varios oficiales de Infantería de Marina, me
comentaron que mientras cumplían misiones de paz en Chipre o Haití, al
regresar de las patrullas con las botas y los vehículos embarrados, al
presentarse al jefe del Ejército Argentino para informarle las novedades, eran
inmediatamente reprendidos por su mala presentación personal.

400
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXIV

GOBIERNO MILITAR EN MALVINAS


Si un general se convierte en estadista, nunca debe dejar de ser general.
Clausewitz
Cuando el General Menéndez fue designado “Gobernador
militar de las Islas Malvinas”, archipiélago de aproximadamente
2.000 habitantes a quienes se consideraba “argentinos”, su política
de gobierno era ambiciosa y amplia. No se trataba solamente de
administrar esa pequeña población, sino que había que mantener el
nivel de vida existente al momento de desembarco, conquistar la
voluntad de los isleños, reorientar los aspectos culturales y
educacionales y mejorar sus condiciones de vida mediante la
transferencia de tecnología multidisciplinaria desde la Argentina.
Esta obra debería concretarse en un ambiente completamente
enrarecido, porque los kelpers consideraban a las fuerzas argentinas
“tropas de ocupación”.

Para ejercer sus funciones, el Gobernador contaba con el


auxilio de un Secretario General, ejercido por el Comodoro Carlos
Bloomer Reeve; un Secretario de Educación y Salud Pública, a
cargo del Capitán de Navío aviador Barry Hussey; un Secretario de
Obras y Servicios Públicos, que era el Coronel Manuel Dorrego; un
Secretario de Economía y Finanzas, Coronel Oscar Chinni; un
Secretario de Comunicaciones, Coronel Francisco Machinandiarena
y un Secretario de Justicia, Vicecomodoro Eugenio Miari. Varios de
ellos hablaban inglés fluidamente. La tarea del Gobernador y sus
colaboradores no era para nada fácil, porque existía una formal y
educada actitud de los kelpers hacia los mandos argentinos, aunque
401
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

en la práctica eran una especie de “quinta columna” británica


insertada entre nuestras Fuerzas. Si hubiese sido una guerra común,
no se hubiera tenido tan en cuenta a la población civil, cuyo
sacrificio estaría considerada eventualmente dentro de lo que se
conoce como “daños colaterales.”

El Plan del Gobierno preveía:


 Reemplazar las autoridades británicas que integraban los
Consejos Legislativos y Ejecutivos, por funcionarios afines a
la posición argentina.
 Facilitar los medios para la evacuación de todos aquellos
kelpers o funcionarios que deseen abandonar las Islas. (80 de
ellos iban a optar por retirarse de las Islas; el resto
permaneció, no por estar de acuerdo, sino porque no tenían
dónde ir. Entre los evacuados había 15 kelpers, y los demás
eran ciudadanos norteamericanos o canadienses. A todos se
les suministró pasaje hasta Buenos Aires).
 Modificar los planes de enseñanza, agregando el idioma
español y la geografía e historia argentina.
 Mantener y mejorar los servicios médicos.
 Establecer un sistema dual de administración de justicia,
considerando la legislación argentina e isleña.
 Mantener y administrar las tasas de bienes y servicios.
 Compatibilizar el uso de la libra esterlina, la libra malvinense y
el peso argentino, para culminar con el uso de este último.
 Reemplazar la actividad de las firmas británicas, por similares
argentinas.
 Fomentar la economía isleña con el apoyo del potencial
empresario nacional.
 Ofrecer y establecer el asesoramiento del INTA, entre los
pobladores rurales.
402
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

 Facilitar la radicación de nuevos pobladores.


 Asegurar y mejorar la prestación de los servicios públicos,
agua potable, electricidad, alumbrado, barrido y limpieza.
 Asegurar el funcionamiento del correo y telégrafo.
 Mantener y respetar el abastecimiento destinado a los kelpers.

¿Era este Plan de Gobierno adecuado para la circunstancia?


Posiblemente no, porque la cultura británica arraigada en las Islas
por más de un siglo, no podría desaparecer por unas simples
medidas de gobierno, comenzando por cambiar el nombre de Puerto
Stanley por el de Puerto Argentino. Este cambio de denominación se
llevó a cabo mediante el Decreto del PEN N° 757, del 16 de abril de
1982. Uno de los considerandos decía: “…denominación ésta que es
ajena a la historia y tradiciones de nuestro país”. Habría que ver
qué pensaban los isleños de ese cambio absurdo. Al contrario,
debería haberse previsto una política de acercamiento cultural y
comercial muy intensa con el Reino Unido, para producir una
llegada natural y evolutiva de los nuevos ciudadanos hacia la
Argentina, aspecto no contemplado.

Para el cumplimiento del último de los puntos del Plan,


quedaba estrictamente prohibido, que cualquier miembro de las
Fuerzas adquirieran productos en los negocios isleños o retiren
mercaderías de la FIC (Falkland Island Co.). Estas buenas
intenciones se vieron obstaculizadas a partir del 1º mayo, en ocasión
del ataque inglés. Una de las preocupaciones más grandes del
Gobernador Militar era el de ganar la buena voluntad de los isleños,
que en la práctica resultaría imposible porque las fuerzas argentinas
eran consideradas invasoras y el ser argentino y su modo de vida,

403
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

estaban muy alejados de los deseos de los isleños y sus pautas


culturales.

Durante su permanencia en las Islas, algunos miembros de


nuestras tropas realizaron actos delictivos de poca monta, como
hurtos y apropiación de bienes, pero que adquirían mayor gravedad
en el contexto. Con motivo del desembarco, varios comercios fueron
cerrados y muchas casas abandonadas, lo que constituía una
tentación para una minoría de Conscriptos, Cabos y menos aún en
los Suboficiales y Oficiales de baja jerarquía, que trataban de
obtener “souvenirs” de diversa naturaleza. Si los isleños efectuaban
algún reclamo, normalmente eran indemnizados. Entre el 2 de abril
y el 14 de junio de 1982, no hubo delitos mayores como intentos de
homicidio, abusos sexuales, ni agresiones físicas o verbales.

Los docentes de Puerto Argentino eran de origen británico y


norteamericano en su gran mayoría, y se negaron a continuar con las
clases, pero en la zona rural siguieron con normalidad. El Director
del hospital del pueblo se negó terminantemente a continuar con sus
funciones, por lo que debió ser reemplazado por un médico
argentino. El personal isleño del área comunicaciones iban a
continuar con sus tareas, siempre y cuando se les abonase sus
respectivos sueldos. A los radioaficionados se les hizo entrega de un
formulario, con el fin de registrarlos y cambiar su identificación de
llamada, por una de característica argentina. A partir del 1º de mayo
se suspendió el servicio de radiodifusión, para evitar que sirviese
como baliza electrónica para los buques y aviones enemigos.
Además se mantuvo la estructura judicial denominada “Comisaría
de Juramento”; “Jueces de Paz” y el “Registro General”, de manera
de no introducir cambios traumáticos en esa área. Éstas fueron sólo
algunas de las tareas que tuvo que gestionar el General Menéndez en

404
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

un medio hostil e ingrato, en conjunto con sus funciones de


responsable militar en las Islas. En el Informe Rattenbach, varios de
los altos jefes declarantes, expresaron que el General Menéndez
tenía tendencia a dedicarse a los asuntos administrativos, antes que
abocarse a las operaciones militares que dejó en manos del General
Jofre. Posiblemente le sería muy difícil mantener el equilibrio entre
sus funciones administrativas y las operativas, porque la coyuntura
histórica en la cual se vio involucrado, fue lo suficientemente
compleja como para que tienda a volcarse hacia la función de
Gobernador en beneficio de la calidad de vida de los escasos
habitantes del archipiélago. En este sentido los kelpers deberían
estarle muy agradecidos.

En Buenos Aires y en el resto del país, la vida continuaba.


Hubo mucha gente que estaba de acuerdo con la guerra, cuyos
acontecimientos seguían por los medios, que se caracterizaba por
mantener un espíritu exitista y desafiante ante los ingleses, a quienes
trataban de “piratas” y otros epítetos. Políticos, artistas,
intelectuales, científicos, sindicalistas, prácticamente todas las áreas
del quehacer nacional habían manifestado públicamente su apoyo a
la causa Malvinas. Pocos se manifestaron en contra de ella, o
exponían públicamente conceptos más prudentes y conservadores.
Algunos argentinos apenas se habían enterado que se desarrollaba
una guerra, por vivir en zonas aisladas de nuestro país.

En esos tiempos no se permitía salir a navegar en


embarcaciones de recreo en el Río de la Plata, por razones de
seguridad. La excepción era el crucerito del Almirante Anaya, que
los fines de semana se lo veía navegar por el estuario. Todos los días
llegaba muy temprano a la sede de su Comando, donde permanecía
atendiendo los asuntos políticos y militares hasta muy entrada la

405
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

noche. Sus ayudantes eran un aviador naval, un infante de marina y


un oficial naval (o “barquero” en la jerga), que lo mantenían
informado de los últimos acontecimientos. Pude verlo algunas veces
en la Sala de Situación de la Central de Operaciones, donde
escuchaba atentamente las breves exposiciones de los especialistas,
hacía algunas preguntas, y después se retiraba sin hacer comentarios.
Un hijo del Almirante Anaya estaba en las Islas Malvinas como
oficial helicopterista del Ejército, actividad por demás peligrosa por
la definida superioridad aérea enemiga.

El general Jofre
Nadie puede tener la pretensión desmedida de imponer su punto de
vista como un dogma, y prohibir que el vecino dé a conocer el suyo.
Alte. Castex (Francia)

En reiteradas oportunidades se menciona en el Informe


Rattenbach la fuerte personalidad de este General del Ejército
Argentino, que junto con la del General Parada, configuraba un dúo
cuyos caracteres califican con elegancia, dentro de lo que se conoce
como una “particular manera de conducir”. El Capitán Moeremans,
no estaba de acuerdo para nada con el dispositivo de defensa
establecido a ultranza por el General Jofre, un tanto heredado de la
concebida inicialmente por el General Daher. Esa opinión
profesional era compartida por el resto de los Jefes de la Infantería
de Marina. La Doctrina de la defensa terrestre decía que había que
ocupar las alturas, establecer una defensa móvil, disputar el terreno
al enemigo en avance, desgastarlo, etcétera. Como especialista en
guerra anfibia y defensa terrestre, Moeremans se sentía
completamente frustrado por las decisiones de Jofre, que iban a
contrapelo de la Doctrina. Preocupado por esta situación, le solicitó

406
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

autorización al Almirante Otero para entrevistarse con Jofre, con el


fin de hacerle propuestas relacionadas con la defensa terrestre de
Puerto Argentino. Moeremans detalla en su declaración ante la
CAERCAS lo siguiente:

―El General Jofre es un General con una personalidad fuerte,


evidentemente, es muy difícil –digamos- poder hacer algún tipo de
presentación. Hablé con el Almirante y le dije que iba a hablar con
el General, que iba a proponer una serie de cosas. Se las propuse.
Me sacaron con cajas destempladas.‖

Como se hizo mención anteriormente, alguna vez Jofre habría


dicho que “su Estado Mayor no lo asesora, le informa”, y lo vivido
por el Capitán Moeremans era una muestra de ello. El interrogador
de la Comisión Rattenbach le preguntó al Capitán Moeremans:
―¿qué propuso Ud. en pocas palabras?‖, respondió:

―Le propuse que teníamos que mover a la gente que estaba


abajo, el Regimiento 4 que estaba perdido para un eventual
contraataque y llevarlo a las alturas, ocupar las alturas, que se
fortificaran, y ocupar después todas las alturas importantes que
venían de Darwin a Puerto Argentino, y meter artillería y meter
Unidades enteras, o por lo menos compañías reforzadas. Y, además
como yo había visto algunos efectivos (del Ejército) que habían
desembarcado; personalmente aprecié que esa gente necesitaba
líderes y nosotros (la Infantería de Marina) en las Islas teníamos un
grupo de Comandos bastante importante, que yo apreciaba
equivocado o no, que los debíamos distribuir entre las Unidades
(del Ejército)para que llevaran a la gente adelante. Es la impresión
que yo tuve al desembarcar alguna gente, al verla desembarcar con
algún tipo de problemas. Se me contestó que ése era un problema

407
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

del Ejército, que el Ejército no se metía con los problemas del mar.
Le dije al General Jofre que lamentaba haberlo molestado con ese
tema y comprendido. No me iba a pelear allí.‖

Un militar profesional está capacitado para evaluar de un sólo


vistazo, el nivel de disciplina y moral de una tropa. Cuando el
Capitán Moeremans vio llegar a Puerto Argentino a los efectivos del
Ejército, se dio cuenta que estaban deficientemente conducidos,
porque escuchó demasiados gritos, demasiadas órdenes y
contraórdenes, veía cómo los Suboficiales y Cabos vociferaban,
tocaban a la gente y los trataban como si fuesen máquinas, los
empujaban, pero no los lideraban. Esa forma de mando indicaba que
era una tropa mal conducida y de baja moral, que en el momento de
tener que padecer las exigencias del combate, no podría tener el
espíritu de lucha que requerían las circunstancias, porque no había
líderes a quienes seguir, sólo tenían jefes. La excepción era el
Regimiento de Infantería 25, muy bien conducida por el Teniente
Coronel Seineldín y sus mandos subordinados, que habían edificado
una mística distinta entre la Patria, el fervor religioso, y el hecho
histórico que estaban viviendo, del cual se sentían verdaderamente
orgullosos. De hecho desembarcaron el 2 de abril al grito de “Patria
o Muerte”. En estos casos, una palabra, un gesto, un perdón, una
palmada en el hombro, una sonrisa, una actitud considerada, hacen
de un subordinado un hombre leal dispuesto a jugarse por su jefe.
(119)

(119) Nota del autor: dos fábulas muestran la diferencia. La primera está
relacionada con los incentivos y la segunda con la mística de un
emprendimiento. Dice el primer relato que el capataz de una obra hizo cavar
a unos obreros un pozo de un metro, por un metro, por uno de profundidad.
Cuando terminaron el trabajo se presentaron ante el capataz, que miró con
indiferencia el pozo y lo hizo tapar. Los obreros obedecieron. Al día siguiente
hizo cavar otro pozo y sucedió lo mismo. Al tercer día cuando pretendió hacer

408
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

cavar otro pozo, se insubordinaron y le dijeron que no lo iban a hacer. El


capataz había omitido decirles que estaban buscando un caño. Les faltaba
conocer el incentivo. El otro relato dice que en la Edad Media, un obispo
recorría unas obras. Se dirigió a un grupo de obreros que tallaban unas
piedras y le preguntó a uno de ellos: ―¿qué haces, hijo?‖ el obrero le
respondió: ―me estoy ganando la comida‖. Al dirigirse al segundo operario le
hizo la misma pregunta, respondiéndole: ―estoy tallando esta piedra‖.
Cuando le preguntó al tercero, le dijo con una sonrisa: ―¡estoy construyendo
una catedral, monseñor!‖. Ningún grito, ninguna orden seca, gana el corazón
de un hombre.

Como era natural, al General Jofre no podía agradarle ni


remotamente la propuesta de Moeremans. Lo que proponía en el
aspecto operativo era lo correcto, tanto, que después de la caída de
Puerto Argentino los mismos ingleses reconvenían a nuestros Jefes
―¿cómo no tomaron las alturas? ¿cómo nos dejaron avanzar
libremente?‖ parecía que terminada la Batalla, comenzaba el
análisis de las acciones en un marco de aceptable camaradería.
Moeremans agregaba:
―Desgraciadamente eso no se hizo. Las alturas fueron
ocupadas sin ningún tipo de limitación por los ingleses, hasta llegar
al Monte clave, que para mi era el Monte Kent, en el cual tenían
una visión desde ahí hasta el aeropuerto y con la artillería
prácticamente nos doblaban en alcance.‖[…] ―Les cedimos
gratuitamente a ellos todas las alturas.‖
Resulta más fácil desintegrar el átomo, que cambiar un preconcepto.
Albert Einstein
Los Generales Menéndez y Jofre suponían de antemano, que el
enemigo iba a desembarcar en fuerza directamente sobre Puerto
Argentino. También creían que cualquier acción o amague de
desembarco en otros lugares, serían nada más que operaciones de

409
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

diversión para atraer la atención hacia ese lugar, como paso previo a
realizar la operación principal en otro lado.
Las zonas de Goose Green (Prado del Ganso) y Darwin,
habían sido ocupadas para establecer una precaria Base Aérea, desde
donde tenían que operar aviones de la Fuerza Aérea, protegidos por
tropas del Ejército. Parte de ellas era una Compañía reforzada del
Regimiento 25, a cargo del Teniente 1º Esteban, secundado por
excelentes Oficiales y Suboficiales, y los efectivos del RI 12 muy
disminuidos. Las pistas aéreas tenían limitaciones porque eran de
tierra, cortas, y con sinuosidades que dificultaban los aterrizajes y
despegues. En ese lugar iban a operar los aviones Pucará, un
bimotor no apto para operar en ese Teatro, teniendo en cuenta los
medios aéreos y antiaéreos que disponía el enemigo.
Desde fines de marzo y hasta principios de abril, las Unidades
de batalla enemigas habían zarparon de sus Bases. A lo largo de la
guerra fueron perdiendo buques, aeronaves y hombres, además de
tener que consumir mucha munición y abastecimientos generales. El
mal diseño de la defensa detectado tempranamente por los jefes de
la Infantería de Marina y que a pesar de la orientación ofrecida al
Alto Mando no fue modificada, le dieron una apreciable ventaja
operativa a los ingleses, que derrotaron a nuestras fuerzas a horas de
tener que detener su avance por agotamiento físico, falta de
munición, de repuestos, y de abastecimientos. El Reino Unido se
hubiera visto obligado a negociar, si hubiese existido una resistencia
más fuerte y tenaz, imposibilitada por las decisiones erróneas y falta
de agresividad de los Generales al mando.

Durante las entrevistas que mantuve con el Capitán


Moeremans, que estaba revelándose como un crítico ácido de lo
actuado por la conducción de las Fuerzas en las Malvinas; comentó

410
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

que durante el desarrollo de las acciones, en los Estados Mayores de


los Generales Jofre y Parada, se adoptaban decisiones como si se
tratara de un juego de guerra. Vivían apartados de la realidad, sin
tener en cuenta para sus decisiones el estado moral y las limitaciones
que tenían realmente las Unidades desplegadas en el terreno. Un
ejemplo de ello fue la autorización que él había dado para que los
“chatarreros” (los infantes de marina), despedazaran en la zona del
puerto unos barcos de madera, para emplear sus restos para reforzar
las posiciones. Inmediatamente se plegaron los muchachos del
Ejército, porque entre otros aspectos buena parte de sus cocinas
funcionaban a leña y en las Islas no había árboles. Esta autorización
fue airadamente suspendida por Jofre, con el argumento de que los
kelpers consideraban esos viejos cascos como reliquias históricas.
Es decir que Menéndez y Jofre preferían salvaguardar la historia
local, antes que solucionar el grave problema logístico que afectaba
a las Unidades de combate. Entonces las fuerzas de primera línea,
comenzaron a destruir los alambrados para quitar los postes de
madera. Los Generales Menéndez, Jofre, Daher y Parada, no
lograron adaptarse a la situación, y mantuvieron una postura
estructural académica, más cercana a un ejercicio con tropas en el
terreno, que a la realidad de la guerra, donde los errores y las
fantasías se pagan caras. Recurrían demasiado a los reglamentos
militares, a veces confundiendo la situación con el problema. Los
médicos dicen que existen pacientes, no enfermedades.

Cuando arribó el BIM 5 a Puerto Argentino, ocupó un enorme


galpón que encontraron vacío, donde esa noche pernoctaron con
comodidad. Un General cuya identidad aún se desconoce,
(posiblemente Daher), se hizo presente al día siguiente para ordenar
el levantamiento de la guardia y el inmediato desalojo del lugar por
tratarse de una propiedad privada. Es por este criterio que las

411
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Unidades que arribaban a Puerto Argentino tuvieron que dormir a la


intemperie, como el caso del Regimiento 12 de Infantería, que
permaneció el día de su llegada en el aeropuerto sin comer en
caliente, bajo la lluvia, y afectados por el intenso frío.

El Informe Final de la CAERCAS, dice lo siguiente respecto


del General Jofre:

Fojas 274: 2) ―Dar lugar a que con su inconveniente


modalidad en el ejercicio del mando, se afectaran las actividades
propias de la acción conjunta y las relaciones entre los distintos
niveles de su dependencia y los colaterales, en la impartición de
órdenes, y se entorpeciera también, la recepción de
asesoramientos”.

Fojas 274: 3) ―Conducir las operaciones defensivas de su


responsabilidad, con serios errores y limitaciones, como
consecuencia de persistir en la percepción equivocada acerca del
esfuerzo principal del ataque británico y de omitir los reajustes en
el dispositivo y demás previsiones para el combate, a fin de volcar
la acción principal de la defensa sobre el Oeste, sin mantener las
reservas necesarias en adecuado emplazamiento para
proporcionarle a la lucha la necesaria dinámica; y no aprovechar
debidamente el terreno para fortalecer el espesor táctico de la
posición, en procura de hacer de la defensa de Puerto Argentino
una operación altamente costosa para el enemigo‖.

Fojas 274: 4) ―Ejercer el mando de manera excesivamente


centralizada y personal, saturando los medios de comunicación, y
provocando con ello perturbaciones en la transmisión de las
órdenes y recepción de los partes y novedades‖.

412
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Durante el relato de los acontecimientos, podrá observarse lo


acertado de las “conclusiones” del Informe Rattenbach.

Golpe de mano en Borbón


La Marina y la Fuerza Aérea buscaron tempranamente pistas
secundarias para distribuir sus aeronaves, y descomprimir el intenso
tráfico aéreo existente en Puerto Argentino. La Fuerza Aérea
seleccionó las pistas de Darwin, y la Marina los de San Carlos y
Bahía Elefante, en la Isla Borbón. Eran pistas cortas, onduladas y
sensibles a la lluvia, que las convertían rápidamente en barriales.
Los aviadores navales descartaron el aeródromo de San Carlos y
optaron por el de Borbón, que tenía cuatro pistas integradas, que fue
bautizada “La Payanca” y después “Calderón”, donde vivían
algunos kelpers. La instalación de bases auxiliares implica una serie
de requerimientos, como fuerzas de defensa y personal de servicios.
Es por eso que fueron llegando en helicópteros munición, equipos,
víveres, combustible y personal especializado en el mantenimiento
de aeronaves. “Calderón” comenzó a operar el 29 de abril con
aviones monohélice Mentor T-34, un Sky Van de la Prefectura, y
algunos helicópteros. El 24 de ese mes fue alistada la Compañía H
del BIM 3 para la defensa de la Base Auxiliar. La integraban 3
secciones de tiradores, una Sección de Morteros, un Grupo
Lanzacohetes, 2 Grupos de Ametralladoras, una Sección de cañones
sin retroceso y fracciones de sanidad y comunicaciones, con un total
de 174 hombres. Cuando llegaron a Puerto Argentino, el Jefe de
Compañía Teniente de Navío Ricardo Marega, efectuó una serie de
requerimientos previos y realizó el reconocimiento de la Isla antes
de ocuparla. A su regreso se enteró que le quitarían una Sección de
tiradores, que hizo finalmente que sólo llegaran a Borbón 93

413
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

hombres. Se asignó un Grupo de Ingenieros para preparar voladuras,


y eventualmente destruir las pistas. Todos los requerimientos y
refuerzos que hizo a sus superiores le fueron aceptados, pero nunca
llegaron. Era el responsable de defender la improvisada Base y
proteger los aviones allí estacionados. Una misión demasiado
exigente para los medios que disponía Marega, y un blanco tentador
y muy rentable para los Grupos Comando enemigos. La Base
“Calderón” iba a sufrir los mismos inconvenientes que las Unidades
del Ejército enviadas a Puerto Fox y Howard, con el agravante de
contar con aviones de muy baja performance para enfrentar a un
enemigo ciertamente poderoso.
El 1º de mayo llegaron varios Pucará dispersos de los ataques
aéreos a Darwin de ese día, cuyos trenes de aterrizaje dejaron
grandes huellones en el barro, e inhabilitaron una de las pistas. El
mal tiempo y la superioridad aeronaval británica, que impedía
recibir abastecimientos, comenzaron a minar la moral de la pequeña
guarnición que se veía cada vez más incapacitada para cumplir con
su misión.
A mediados de mayo recibimos en la Sala de Situación en
Buenos Aires, un mensaje proveniente de Borbón que daba cuenta
de un desembarco helitransportado enemigo realizado a cierta
distancia de la Base, cuyos efectivos comenzaron a disparar hacia
cualquier lado. Continuaba el mensaje diciendo que se había
respondido el fuego con todas sus armas, detallándolas. Esa reacción
fue un error táctico, porque lo que estaban haciendo los ingleses, era
lo que se conoce como “reconocimiento por el fuego”. El
procedimiento consiste en disparar desde posiciones seguras para
provocar una respuesta, y anotar con qué tipo de armas y desde qué
lugares es respondido el fuego. Lo prudente sería permanecer a
cubierto y no disparar, porque esa operación de reconocimiento

414
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

podría ser el preludio de un ataque Comando. La táctica de no


responder el fuego, mantenerse ocultos y de ser posible reaccionar
con armas blancas, fue un buen procedimiento adoptado por el BIM
5, que les dio muy buenos resultados. El inevitable ataque Comando
a la Base Calderón, se produjo el 15 de mayo a las 04:10, cuando el
SAS, (Special Air Service), la atacó y destruyó todos los aviones, en
una operación impecable con apoyo de fuego de artillería naval.
Para rescatar los pilotos después del ataque, el mando aéreo envió un
helicóptero, vuelo que aprovecharon un grupo de Comandos del
Ejército para apoyar los efectivos de “Calderón”, a quienes encontró
con la moral muy baja. Los efectivos de Marega estuvieron
“aislados y a merced del enemigo”. (120)
(120) ―No vencidos‖, op. cit. p. 336

Como hizo en el caso de la defensa de las Islas Georgias, el mando


naval había ordenado una “misión imposible”, porque la Fuerza de
Tareas británica completa e integrada, estaba en condiciones de
realizar un ataque exitoso contra la pequeña guarnición. La
concepción defensiva del Alto Mando argentino en tierra, se
caracterizó por desmembrar efectivos de las Unidades y emplear las
Fuerzas por gotas, permitiendo al enemigo derrotarlas una por una,
con efectivos muy superiores en cada oportunidad, y cuando ellos
querían.

415
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXV

LA ODISEA DEL RI 12
La noción de desgaste en una lucha, implica un paulatino agotamiento
físico y moral por el sostenimiento prolongado de la acción.
Clausewitz

Han sido escritos numerosos libros relacionados con la Guerra


de Malvinas; algunos redactados por periodistas, otros por veteranos
de guerra o por profesionales de distintas especialidades, como
abogados y médicos. También por aquellos interesados en esos
trascendentes e históricos acontecimientos, como es mi caso. La
tendencia general de los veteranos de guerra devenidos en escritores,
es que relatan los hechos desde un punto de vista profesional,
empleando una terminología militar difícil de interpretar por un
lego. En la mayor parte de esos libros pocas veces se tocan los
aspectos humanos, los que surgen del corazón, porque por su
formación no es común que un militar exprese sus sentimientos más
íntimos cuando toma la pluma.

Dentro del amplio espectro de publicaciones de esta temática,


encontré un libro redactado por el Teniente Coronel Ítalo Piaggi,
Jefe de la Unidad que combatió en Prado del Ganso, titulado “Ganso
Verde”, incorrecta traducción de “Goose Green” hecha a propósito,
según explica el autor. (121)
(121) Nota del autor: el presente libro sobre Malvinas, está basado en
testimonios escritos, documentales, u orales de los actores de la guerra.
Minutos antes de iniciar este capítulo (eran las 12 horas del 30 de mayo de
2013), con la ayuda de Internet obtuve el teléfono particular del Teniente

416
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Coronel Piaggi, con la intención de conversar con él para solicitarle una


entrevista. Me atendió su esposa, y al explicarle el motivo de mi llamado, me
respondió: ―¿Ud. no sabe?‖. Quedé paralizado por la respuesta, porque
enseguida interpreté que había fallecido. Le presenté mis respetos y
condolencias, y le ponderé el conmovedor y crudo relato que había volcado
su marido en esa obra, que escapa a lo que había leído hasta el momento,
porque relata los acontecimientos sin ningún tipo de especulación, y llama las
cosas por su nombre sin cuidarse en guardar las formas, como hicieron la
mayoría de los demás autores militares.

Cualquier persona que alguna vez haya leído sobre la Guerra de las
Malvinas o algún otro conflicto, tendrá una idea más o menos
aproximada de lo que es un Submarino, un Portaviones, o una
Fragata. La cosa se complica al abordar el tema de los combates
terrestres, porque sus autores generalmente emplean en cada página
numerosas y complicadas abreviaturas militares, como por ejemplo
Esc Expl C Bl 601(-)(+). Esta obra podría ser el caso; entonces
invito al lector a realizar un cursillo de nomenclatura militar de
media página.

La fórmula práctica consiste en dividir por 3. Una Brigada de


infantería es una Unidad que tiene 3 Regimientos; un Regimiento es
una Unidad que tiene 3 Compañías llamadas Subunidades; una
Subunidad o Compañía tiene 3 Secciones; y una Sección 3 Grupos,
este último integrado por 3 pelotones de 4 o más hombres. A eso se
le agregan armas pesadas (ametralladoras, morteros, artillería), y el
apoyo de elementos de comunicaciones, ingenieros y servicios.

Las fuerzas terrestres tienen un Jefe, un Segundo Jefe, y un


Estado Mayor integrado por especialistas en las áreas de
Operaciones, Personal, Inteligencia y Logística. También tienen
Jefes de Comunicaciones, y Jefes de las Armas de Apoyo, u
Oficiales de Enlace de Artillería, Fuego Naval y Aviación. Cuando
417
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

una Unidad o Subunidad se dice que está reforzada, es que tiene


armas o efectivos adicionales y se distingue por el símbolo (+); si
está disminuida, es decir que le quitaron alguna fracción, se pone (-).
Todas las Unidades del Ejército que combatieron en Malvinas eran
(-), pero tenían refuerzos, es decir que eran (-) pero también (+). La
Infantería de Marina denomina “Batallón” a lo que en el Ejército
llaman “Regimiento”, y los artilleros de esta Fuerza, llaman “Grupo
de Artillería”, a lo que los marinos denominan “Batallón de
Artillería”, cada uno de ellos integrados por varias Baterías de
cañones u obuses. Los Royal Marines llaman “Comandos” a los
“Batallones”.

Los cargos de Comandante (o Jefe), Segundo Comandante (o


Segundo Jefe), Jefe de Compañía (o Batería), de Sección, o Grupo,
son cargos con funciones perfectamente definidas en los
reglamentos militares. La actuación positiva o destacada de los que
desempeñan esos cargos, son consecuencia de la personalidad,
iniciativa, e inteligencia de los que la ejercen.

El Servicio de Conscripción
Entre el 5 y el 10 de junio de 1967 se desarrolló en oriente
medio la denominada Guerra de los Seis Días, entre el Estado de
Israel y la coalición integrada por Siria, Egipto, Irak y Jordania.
Inmediatamente después de finalizado el conflicto, la ONU requirió
a la Argentina y otros países, el envío de observadores militares para
el mantenimiento de la paz. Sus comentarios e informes sobre los
acontecimientos, son verdaderamente increíbles pero ciertos. Por
ejemplo, durante el ataque a las alturas del Golán en la frontera con
Siria, los israelíes hallaron soldados atados con cadenas a las armas
pesadas, para que no pudieran huir ante el avance enemigo. En la
península de Sinaí, tropas acorazadas egipcias dejaron abandonados
418
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

varios tanques pesados de origen ruso en perfecto estado de


funcionamiento, con toda su munición, y la calefacción encendida;
era inexplicable. Estudios posteriores revelaron que los conductores
de los tanques toqueteaban los controles, y sin querer encendían la
calefacción; era impracticable combatir a bordo de un tanque con
60º C de temperatura en su interior. Los tripulantes eran analfabetos.

Algo parecido sucedió con los camiones rusos abandonados,


que hallaron con los motores fundidos y sin la tapa del radiador.
Esos vehículos tenían una alarma en esa tapa, y cuando emitía el
sonido de alerta por recalentamiento, el conductor bajaba, quitaba la
tapa, se quemaba, la arrojaba a la arena, y viendo que seguía
funcionando continuaba la marcha; al rato fundía. Por el lado israelí,
un conductor de tanque no solamente estaba capacitado, sino que tal
vez podría ser abogado, por ejemplo.

El 45% de los Conscriptos de la Clase 1963 pertenecientes al


Regimiento de Infantería 12 eran analfabetos, el resto semi, y en
febrero de 1982 estaban realizando el período básico individual. ¿Es
necesario comentar el nivel que tenía el soldado británico? De eso
pocas veces se habla, y explica el enorme esfuerzo que representaba
para nuestro país conformar un Ejército con parte de la tropa con
niveles de escolaridad alarmantes. La Conscripción, aparte de
“servir a la Patria”, tuvo en su momento un alto sentido cívico y
sociocultural, porque muchos ciudadanos no conocían lo que era un
cepillo de dientes, un teléfono, un médico, un dentista, o un calzado
de cuero, sin entrar en mayores detalles. Los no instruidos
completaban la escuela primaria, y en la mayoría de los casos se
iban de baja habiendo aprendido un oficio, y cierto sentido de la
disciplina y urbanidad. Aproximadamente un 33% de los varones de
cada Clase cumplía el Servicio de Conscripción, porque
normalmente una generación de ciudadanos o “clase”, excedía el
419
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

número de efectivos solicitados por las Fuerzas Armadas. La lista de


beneficios destinada a las más bajas y olvidadas clases sociales era
importante, y como es natural perjudicaba de alguna manera a los
otros niveles sociales, cuyos integrantes ya estaban encaminados
como ciudadanos. Para que la experiencia de un hombre en la
milicia sea calificada como “buena”, “regular” o “mala”, dependía
de la capacidad de liderazgo de sus jefes, de la Fuerza a la que
perteneció, y de las funciones que cumplió. Si era un porteño
“acomodado”, que lograba por medio de sus contactos permanecer
en Buenos Aires, podría desempeñarse como ascensorista o chofer
en alguna Unidad o Comando, es decir una pérdida de tiempo. Si no
estaba “acomodado”, sería destinado a cualquier lugar del país, y
experimentaba una aventura que nunca más iba a poder repetir en su
vida. El primero podría convertirse en un resentido por su propia
culpa, el otro no, a no ser que haya sufrido actos de injusticia,
abusos, o arbitrariedades de sus jefes, que lamentablemente eran
bastante comunes. Esos Conscriptos fueron los que combatieron en
las Islas Malvinas. Era lo que había. (122)
(122) Nota del autor: como muestra del nivel cultural de algunos estratos
sociales, relato el siguiente episodio ocurrido cuando cumplía funciones en la
Secretaría de Seguridad del Gobierno de Salta. Se acerca a mi oficina una
mujer policía, Suboficial muy bien calificada y querida por todos, y me
pregunta: ―Licenciado, Ud. que recorrió el mundo, ¿existen ciudades tan
lindas como Salta?‖.

El Jefe del RI 12 con asiento en Mercedes, Corrientes, recibió


el 4 de abril la orden del Comando de la Brigada III de alistar su
Unidad, y reincorporar a los Conscriptos de la Clase 1962 con el fin
de completar sus efectivos y formar lo que se llamaría “Fuerza de
Tareas Litoral”. Dos días después, se rectificó esa orden y es
disuelta la organización en ciernes, y se le ordena alistarse para ser
trasladados a la Patagonia, a órdenes del V Cuerpo de Ejército con

420
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

asiento en Bahía Blanca. Como esa Unidad era (-), para cubrir los
puestos vacantes días más tarde comenzaron a incorporársele
Oficiales y Suboficiales que estaban realizando Cursos. Es decir que
esos nuevos líderes, no estaban acostumbrados a sus subordinados y
viceversa.

El 12 de abril a las 13:00, el Teniente Coronel Ítalo Piaggi,


recibe la orden del Comando de la Brigada III, de presentarse con
los Oficiales de la Plana Mayor en Comodoro Rivadavia, Chubut,
antes de las 12 horas del día siguiente, porque el Regimiento iba a
cumplir una misión todavía desconocida en la Patagonia. El
Segundo Jefe iba a quedar a cargo del traslado de la Unidad por FF
CC hasta Paraná, y desde allí hasta Comodoro Rivadavia en avión,
llevando solamente el equipo individual. El escalón con material
pesado tenía que desplazarse por FF CC desde Mercedes,
Corrientes, hasta San Antonio Oeste, Río Negro; y desde allí con sus
propios vehículos hasta Comodoro Rivadavia. (123)
(123) Eran las mismas órdenes que había recibido el Jefe del Regimiento 5,
Teniente Coronel Mabragaña en Paso de los Libres, por pertenecer a la
Brigada III al mando del General Parada, que era quien recibía de sus
mandos superiores esas cambiantes órdenes.

Piaggi y sus Oficiales tuvieron que viajar en líneas aéreas


comerciales para llegar antes de las 12 del mediodía a Comodoro
Rivadavia. Una vez en el Comando, el Jefe de Operaciones les
comunicó que todavía no se les había asignado su misión, pero que
era probable que tuviese que ejercer la defensa de un amplio sector
de la costa chubutense. La orden de presentarse en 24 hs. desde el
asiento de la Unidad en Corrientes, parecía no ser tan urgente. Un
dicho muy conocido aplicado a los militares dice: “al p… pero
temprano”. Mientras tanto Piaggi iniciaba los reconocimientos
pertinentes para su probable misión sobre la costa, cuando se enteró

421
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

que parte de la Unidad que viajaba por FF CC, debió desembarcar a


la altura de Pedro Luro, por rotura de un puente que estaba a 865
Km de su destino, y que en consecuencia vendrían por carretera.

El 17 de abril todavía no tenía una misión asignada. Con la


ayuda de organismos oficiales que le facilitaron vehículos, ocupó
una posición en los lugares reconocidos para establecer la defensa
costera prevista, donde por fin recibió formalmente la esperada
Orden de Operaciones. Dos días después, Piaggi recibe la orden de
presentarse de civil en el Comando para recibir directivas. Como
durante las operaciones militares no se llevan ropas civiles, se vio
obligado a adquirir esas prendas en el comercio local. Recibió la
directiva de trasladarse en el primer avión disponible hasta Río
Gallegos, con el fin de efectuar el reconocimiento de una zona
ubicada entre El Zurdo y Río Turbio, en la frontera con Chile, lugar
donde iba a ser empleada su Unidad en acciones defensivas. (124)
(124) Nota del autor: cuando estuve destinado en el BIM 5 en 1969, me tocó
realizar un reconocimiento muy amplio. En mi automóvil (de civil por
supuesto, pero con previo conocimiento de las autoridades militares
chilenas), recorrimos con varios Jefes de Infantería de Marina, la zona de
Segunda Angostura, sobre el Estrecho de Magallanes, Punta Arenas,
Regimiento de Infantería de Marina ―Cochrane‖, El Zurdo (del lado chileno),
Puerto Natales sobre el Pacífico, El Turbio, Río Gallegos, Primera Angostura
otra vez en el Estrecho, y vuelta a casa en Río Grande. Todo ripio. Fuimos
atendidos muy bien por el Comandante chileno, que meses después nos
visitaba a nosotros… Cuando estaba por llegar, le propuse al Comandante
que era alto como yo, que todos los que viera el visitante en el edificio del
Comando, fueran escogidos entre los de mayor estatura del Batallón,
Oficiales, Suboficiales, Cabos y Conscriptos. El Jefe chileno no pudo dejar de
comentar durante la entrevista: ―¡pero qué altos son Uds.!‖. Los chilenos de
la zona generalmente son chiquitos, era una forma improvisada de acción
psicológica.

422
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En el ínterin llegaban a Comodoro Rivadavia los vehículos y la


carga pesada del Regimiento, que tenían averías diversas. Durante el
viaje uno de los vehículos había volcado. No obstante el estado del
material rodante, reciben la orden de trasladarse vía terrestre hasta
El Zurdo, allá en la punta de nuestro país en la frontera con Chile.
Para cumplir esa nueva misión, iniciaron la marcha el 22 de abril a
las 19:30 y cuando habían alcanzado unos 80 km de Comodoro
Rivadavia, fueron detenidos por efectivos policiales que les
informaron que tenían que dar la vuelta y regresar a aquella ciudad
antes de las 12 de la noche. Una vez arribados, a las 03:45 le
ordenan al Jefe del Regimiento alistarse para cruzar en avión a las
Islas Malvinas con su Unidad.

El material pesado del Regimiento iba a ser trasladado por vía


marítima, para lo cual tenía que enviar esa carga a Puerto Deseado,
que quedaba a unos 200 km, lugar donde debería llegar a las 14:00
del día siguiente para comenzar a embarcar en el buque Córdoba
que la llevaría a las Islas. Piaggi procuró contratar carretones y
contenedores en el medio empresario local para trasladar sus
vehículos y bagajes, pero no había en existencia por estar saturada la
demanda por otras Unidades del Ejército. Comenta en su libro al
respecto:

―Harto de ese absoluto y descomedido deslinde de


responsabilidades que no competen a mi nivel de Comando, informo
al Jefe de Turno del Comando de la Brigada que, de no disponer de
inmediato los contenedores, mi regimiento se verá imposibilitado de
presentar sus cargas en Puerto Deseado en la hora término
ordenada para su embarque. Me informa que no tiene solución. Lo
responsabilizo, como miembro del Estado Mayor de la Brigada, de
arbitrar las medidas que estime conveniente para solucionar el
problema; caso contrario, no moveré la Unidad un milímetro.‖
423
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Las instrucciones que estaba recibiendo Piaggi, eran


verdaderos “mensajes a García”, es decir arreglátelas como puedas,
y las cambiantes directivas no eran decisiones tomadas por el
General Parada, sino por su Comandante superior. Según relata
Parada en su libro, recibió la orden de cruzar a las Islas por boca del
General Galtieri, cuando estuvo de visita de inspección en
Comodoro Rivadavia. Las órdenes y contraórdenes recibidas por
Piaggi, no solamente afectaban los materiales de la Unidad, sino
también a sus hombres, que presentaban signos de agotamiento y
desmoralización. Estas órdenes cambiantes producían un gran
fastidio y poca confianza en las decisiones de la superioridad, que
había afectado a todos. Primero tenían que formar parte de una
Fuerza de Tareas en el litoral; después defender la costa marítima
cercana a Comodoro Rivadavia; más tarde había que establecer una
posición defensiva en la frontera con Chile bien al Sur; finalmente
tenían que trasladarse a las Malvinas. ¡Todo esto en el transcurso de
sólo 11 días! En el ínterin, el Comando de Brigada le comunica a
Piaggi que su Unidad entrará en posición ¡en un lugar todavía no
determinado de la Gran Malvina! Los hombres de un Regimiento
son seres humanos, tienen cabeza, sentimientos, y un cuerpo con una
capacidad de resistencia limitada, no son robots.

Entre la tarde del 23 y la madrugada del 24 de abril, llegan en


avión y con lo puesto a Puerto Argentino, sin el material pesado ni
cocinas. En el aeródromo no fueron recibidos por los guías del
Comando Superior (General Parada), como hubiera correspondido
para asignarles una zona para establecer un vivac temporario. Piaggi
decidió pasar la noche al Sur del aeropuerto sin haber comido, y
armando carpas individuales en medio de una llovizna helada y
vientos que llegaban a los 100 km por hora. Sensación térmica:

424
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

varios grados bajo cero. Los litoraleños recibieron de esta manera,


un durísimo bautismo climatológico, logístico, y moral.

Al día siguiente estaban todos empapados, y sin haber probado


bocado. El Jefe de Regimiento se dirigió al Puesto de Comando de
la Brigada ubicada en un edificio de Puerto Stanley, para recibir
directivas del General Parada. Contraorden; no tenían que ir a la
Gran Malvina, deberían marchar a pie para ocupar el istmo Goose
Green-Darwin para defender las instalaciones de la Base de la
Fuerza Aérea “Cóndor” y había que iniciar la marcha a partir de las
20:00 de ese mismo día. La tropa seguía sin comer organizadamente,
estaba muy afectada por el frío y muy desmoralizada, para nada
dispuesta a marchar 80 km en condiciones extremas, por un terreno
hostil, desconocido, y sin mapas. Los soldados no poseían mochilas,
en su reemplazo llevaban un bolso de mano que pesaba unos 30
kilos con su equipo individual. No tenían forma de cocinar, y
tampoco disponían de raciones de combate individuales y elementos
de zapa, es decir palas. Todavía no disponían del material pesado,
porque tenía que ser transportado a la Isla por el buque Córdoba.

La precaria situación logística del Regimiento, que por


supuesto debería conocer de antemano el Comando de la Brigada, en
especial el Jefe de Logística responsable de adoptar todas las
previsiones, fue ignorada completamente al impartírseles la orden de
marchar a pie hasta un punto intermedio antes de llegar a Darwin.
En vista de las dificultades, se resolvió que el material que no pueda
ser transportado individualmente, sería trasladado en helicópteros o
por barco hasta Darwin. Eran siempre órdenes ambiguas las
recibidas por Piaggi. El Comando Superior tampoco previó enlaces
radioeléctricos, y comieron a la intemperie como pudieron afectados
por el temporal. Siguiendo con las improvisaciones, minutos antes
de partir, el Comando de la Brigada decide suspender la marcha a
425
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

pie y obtiene en Puerto Argentino un rejuntado de vehículos civiles,


en los que embarcan y parten en horas de la noche, mediante una
“marcha de vaivén”. (125)
(125) Una marcha de vaivén se realiza cuando se dispone de pocos vehículos.
Consiste en trasladar una parte de los efectivos en un primer viaje hasta un
punto determinado. Una vez desembarcados se envían los vehículos al punto
inicial donde son cargados nuevamente y trasladados al punto donde quedó el
primer escalón, y así sucesivamente hasta completar toda la Unidad.
Convenía en este caso establecer enlaces por radio o por medio de patrullas
con las Unidades adelantadas, quienes estaban en condiciones de proveer
guías y seguridad, por encontrarse establecidas en la zona con anticipación.
Enviar marchando a pie a su destino y bajo esas condiciones a un Regimiento
(-), que viene muy golpeado, es un verdadero disparate y una gran
desconsideración del superior hacia el elemento más valioso: el hombre. De
todas maneras, si hubiera existido un poco de criterio táctico, el traslado
debería realizarse por medio de helicópteros o por mar, previo descanso y
organización para llegar en las mejores condiciones físicas y morales. Como
la Fuerza de Tareas enemiga estaba operando en el Atlántico Sur, era
necesario tomar algunos recaudos para evitar posibles emboscadas de las
fuerzas especiales, que a esa altura de los acontecimientos estarían
realizando reconocimientos en las Islas.

Comenta el Jefe de Regimiento:

―23:00 hs, reiniciamos la marcha. Al sobrepasar Town Hall


(Puesto de Comando de la Brigada), el Mayor Betolli, Ayudante del
Comandante, me informa que es peligroso continuar porque en el
puente de Fitz Roy (2 Km al Oeste de la punta de camino) la
infantería de marina había montado una emboscada y no hay
comunicación con ese grupo para alertarlo sobre nuestro
movimiento. Le digo al Mayor Betolli que mis nuevas órdenes no
prevén llegar a Fitz Roy, y que continuaré la marcha. Llevo menos
de 24 hs con la unidad en las Islas y ya estoy harto de problemas
que no son de nuestra incumbencia, pero condicionan
426
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

permanentemente la conducción de la Unidad, además de


encontrarme todavía muy fastidiado por el problema de la
columna.‖

Ante la precariedad de los medios y la falta de comunicación con las


Unidades propias, fue consultado el General Menéndez, que
dispuso suspender la marcha hasta el día siguiente. El Regimiento
pasa al descanso bajo la lluvia. El 26 de abril amanece despejado y
reinician la marcha motorizada a las 9 de la mañana. A esa hora
parte la columna después de haber pasado otra mala noche. Habían
realizado dos viajes de vaivén, cuando en Puerto Argentino les
escamotearon algunos vehículos, lo que produjo un replanteamiento
del esquema de traslado, y hubo demoras adicionales. Esa noche
establecieron un dispositivo de seguridad nocturno, y durmieron otra
vez a la intemperie. Comienzan los primeros problemas de
congelamiento en las extremidades. Relata el Jefe de Regimiento:

―Este balance es negativo para la moral de cuadros y tropa.


En una recorrida por las Subunidades en tanto retiran sus equipos y
ocupan sus posiciones, me llama la atención la actitud de un
soldado que manipulea su equipo en el barro y a merced de la
llovizna congelada del momento, mascullando palabrotas en voz
baja. Lo palmeo en el hombro: ―¿Cómo se siente, soldado..? _-
Sorprendido, intenta pararse y adoptar la posición militar; lo
detengo. ―Bien...mi Teniente coronel – vacilando – pero tengo la
impresión de que nosotros sobramos en las Islas.‖ ―¿Por qué? – mi
pregunta inevitable, – ―Por el montón de vueltas que estamos
dando.‖

El 27 de abril alcanzan una posición intermedia entre Puerto


Argentino y Darwin, y reciben los cañones de 105 mm, pero no la
munición. El resto de los bagajes seguían en el buque de transporte

427
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Córdoba. Ese mismo día se le asignan helicópteros pesados para


trasladarlos al día siguiente hasta Darwin. También los visita el
General Parada, que relata en su libro el estado en que encontró a la
Unidad:

―Comprobé la crítica situación por la que atravesaba; su


personal estaba muy mojado y aterido de frío; todo el material,
equipos y otros efectos se encontraban sólo protegidos por algunas
lonas que no lograban sustraerlas de las consecuencias de la
persistente llovizna. Sus carencias eran tantas y tan diversas que
resultaba difícil decidir por dónde iniciar la normalización de la
situación. No había cómo alimentarse, calentarse o cambiarse de
ropa.‖ (126)
(126) Parada, ―Llagas de la Guerra‖, p. 128

En su declaración ante la Comisión Rattenbach, el General Parada es


aún más explícito:

―El Regimiento 12 empezó a moverse con sus bultos al


hombro, con mucha lluvia, muy fría, un viento muy fuerte. […] Allí
vi que los soldados llevaban seis horas de marcha. Eran 26 km por
camino afirmado. Los soldados estaban descompuestos. Se hacían
sus cosas encima. Caminaban como si fueran zombis. Yo no podía
abrir la puerta de mi jeep para bajar, por el viento que había. Bajé
del jeep, me puse a caminar al lado de los soldados. Les hablaba a
los soldados como si nada. Los soldados no entendían; no tenían
reflejos, por el frío que hacía y porque estaban mojados debido a la
lluvia persistente, muy persistente, que golpeaba mucho. Había que
caminar formando un ángulo de cuarenta y cinco grados.‖

Dramático. El General Parada perdió una buena oportunidad de


acompañar el sufrimiento de sus hombres, porque optó por regresar

428
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

a su Puesto de Comando en el abrigado Ayuntamiento de Puerto


Argentino (Town Hall), donde permanecería hasta el final del
conflicto, sin acompañar a sus hombres en el frente de combate.
Antes de partir le ordenó al Teniente Coronel Piaggi la confección
de una lista de requerimientos por orden de prioridad. Agrega en la
misma página de su libro al referirse a ella: ―No tenía dudas que
sería muy extensa y muy difícil el establecer preferencia. Todo le
era necesario ¡Ya!‖ Parada era plenamente consciente de las
necesidades del RI 12, del enorme esfuerzo que estaban haciendo
desde la salida de su Cuartel en Corrientes, pero no se encontraba
en capacidad de satisfacer a su nivel los requerimientos, y el mando
superior tampoco. Entonces…¿qué podía esperarse de un
Regimiento enviado al frente en esas precarias condiciones, para
enfrentar a uno de los mejores ejércitos del mundo?

En la Foja 275, 2), de las Conclusiones del Informe Rattenbach,


cuestiona la actuación del General Parada de la siguiente manera:

―No mantener el debido contacto personal con sus cuadros y


tropas dependientes, ni instalar su Puesto de Comando en
proximidades de los mismos, desconociendo en consecuencia la real
situación de sus fuerzas, como así también restarles el estímulo de
la presencia del Comandante en los lugares y ocasiones de riesgo y
de prueba. Al actuar de ese modo no cumplió con todos sus deberes
de Comandante en Campaña frente al enemigo extranjero‖.

Más tarde arribó el General Menéndez en helicóptero, y le


advirtió al Teniente Coronel Piaggi que la flota enemiga se
encontraba a 50 millas de la costa, y que era posible el desembarco
de tropas especiales, y que por lo tanto era conveniente que esté
preparado para rechazarlos. Desde el punto de vista humano la visita
también resultó estéril, porque poco después Menéndez regresó en

429
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

su helicóptero a las comodidades de las que disfrutaba en Puerto


Argentino. Piaggi quedó con las manos vacías, en condiciones
precarias, y con renovadas preocupaciones. Sus hombres llevaban
solamente el equipo individual, le faltaban la mayoría de las armas
de apoyo y el equipo pesado, y seguían empapados. Esa noche
instalaron una posición defensiva transitoria, completamente
mojados, hambrientos, y sufriendo las mordeduras de un clima
extremo. Mientras recibía las instrucciones del General Menéndez,
recuerda que se preguntaba: ―con qué, ¡Dios!, con qué.‖

La orden de prevenirse contra posibles incursiones de


Comandos llegó a todos los niveles. Era la primera vez que podrían
toparse con fuerzas enemigas, y esa prevención inevitablemente iba
a provocar un cierto grado de psicosis. Era casi medianoche, cuando
el Cabo Héctor Golobardas creyó haber visto algo, acompañado de
ruidos sospechosos. Alarmado dejó su posición y se adelantó para
reconocer, sin darse cuenta de que era seguido por el Conscripto
Vicente Pérez. Golobardas sintió ruidos detrás de él, volteó y
disparó su FAL en automático. A consecuencia de los disparos hirió
gravemente a Pérez y a dos hombres más del Regimiento. El
lamentable hecho fue producto de la falta de adiestramiento, porque
un adelantamiento más allá de la primera línea, requiere establecer
previamente varias coordinaciones. Por ejemplo: definir el sector a
explorar, alertar a la primera línea del desplazamiento, establecer
contraseñas, caminos de ida y de regreso, prever apoyos de fuego,
señales luminosas si fuera necesario, y además organizar la patrulla
con más de un hombre. Todo esto hubiera necesitado tiempo, por lo
tanto esos supuestos movimientos y ruidos, lo único que tendría que
haber generado era una alerta en la primera línea, nada más. Por
falta de equipos de comunicaciones, el Regimiento no tenía contacto

430
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

con el Comando Superior, y se mantenía aislado de toda


información táctica.

Se había establecido que al día siguiente a partir de


determinada hora, la Unidad iba a ser helitransportada a Darwin por
fracciones, utilizando helicópteros Chinook. Era una forma rápida y
mucho más cómoda que marchar a pié en esas condiciones. Al otro
día una solitaria máquina llegó 10 horas más tarde de la prevista.
En la práctica el traslado de la Unidad demoraría un mes en llegar a
Darwin mediante el empleo de los helicópteros, porque virtualmente
fue abandonada en el terreno. Éste era el Regimiento que tiempo
después iba a ser el núcleo de la defensa de Darwin-Goose Green,
para oponerse al ataque de los paracaidistas ingleses. Muchos de
ellos combatirían como leones, y otros de menor temple se dejarían
dominar por el miedo.

431
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXVI

OPERACIÓN “MIKADO”
Londres

Cuando la Sra. Margaret Thatcher anunció mediática y


estrepitosamente el envío de una poderosa Fuerza de Tareas para
recuperar el control de las Islas Falkland, se hallaba afectada por los
efectos de una sensible disminución en su nivel de popularidad
debido a su política austera, exigente y antisocial, que le daba sólo el
29% de aprobación. Durante los períodos de crisis provocados por
Thatcher en Inglaterra, hubo numerosas manifestaciones de protesta
y huelgas de hambre. Su dureza e indiferencia fueron tales, que
nunca cedió a los reclamos de su pueblo, y cuando dos huelguistas
fallecieron por inanición, comentó la noticia en la Cámara de los
Comunes con un evidente aire de indiferencia hacia esas irreparables
pérdidas. Esas actitudes le valieron el mote de “la Dama de Hierro”.

Antes de la guerra, la Royal Navy estaba a punto de radiar o


enajenar parte de sus buques de batalla, entre los que se encontraba
el Portaviones Invincible. A la Primera Ministro le resultaba
imprescindible realizar una acción política que le permitiese levantar
su índice de popularidad, y la necesidad estratégica de la NATO de
establecer una Fortaleza Falkland produjo un oportuno punto de
convergencia, que le venía como anillo al dedo. Por ese motivo
aceptó con entusiasmo la idea de provocar un conflicto de baja
intensidad, que sin lugar a dudas culminaría con un triunfo militar
británico.

432
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Para el gobierno del Reino Unido los argentinos siempre fuimos


algo así como unos “indios”, término empleado en el más amplio
sentido peyorativo, y por eso nos llamaban “argies”, algo así como
“argentinitos”. A pesar de ese bajo concepto, en su momento
tuvieron mucho cuidado de asegurar que no se pusiera en servicio el
Sistema de Armas SUE-Exocet, porque el triunfo militar que estaban
seguros de obtener, debería ser por sobre todo contundente,
espectacular. Contaba para ello con el tradicional apoyo del
gobierno de Chile, de los franceses, de la NATO y sobre todo de los
EE UU.
Al iniciar la “Operación Corporate” (nombre muy bien
escogido por el cúmulo de intereses en juego), los ingleses tenían
una flota especializada en guerra antisubmarina, y en defensa aérea
integrada por aeronaves y misiles. Pensaban que en el supuesto caso
de que los argentinos pudieran emplear contra la flota los misiles
Exocet lanzados desde el aire, no tenían posibilidades ciertas de
poder evitarlo. Para oponerse al empleo de los Exocet de superficie a
superficie MM38 instalados en los destructores argentinos,
disponían de los Submarinos nucleares Conqueror, Spartan y
Splendid, además del Ónix, de tipo convencional. De esta manera
podrían impedir que los buques argentinos pudiesen llegar a
distancia de lanzamiento, porque antes de poder alcanzarla estaban
en condiciones de torpedearlos. En este contexto los ingleses
confiaban en que una Campaña Militar en las Falkland les iba a
resultar sencilla, porque las Fuerzas Armadas argentinas no tenían
experiencia de guerra y sus Unidades terrestres estaban integradas
en su gran mayoría por Conscriptos. Además era muy probable que
podrían obtener la superioridad aérea con la ayuda de los EE UU, y
también la de superficie o naval, que causaría severos problemas
logísticos a los argentinos. En este contexto, sentarse a la mesa de
negociaciones para tratar la soberanía sobre las Islas Falkland, sería
433
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

sólo una farsa, porque estaba en el extremo opuesto de sus


verdaderas intenciones.
La Sra. Thatcher se mostró muy satisfecha en su momento, por
los excelentes resultados que tuvo la presión ejercida sobre los
franceses, que frustró la entrega a los argentinos de los 10 Super
Etendart, y otros tantos misiles Exocet. También se sentía tranquila,
porque le había llegado la información de que los técnicos
argentinos no estarían en condiciones de poner a punto el Sistema de
Armas SUE-Exocet. A todo esto la flota inglesa tenía una alta
capacidad de Defensa Aérea, integrada por misiles y aviones
Harrier, que fueron armados con los eficaces Sidewinder, provistos
por los EE UU.
Habían transcurrido sólo 72 horas de los primeros bombardeos
aeronavales sobre las posiciones argentinas en las Islas, cuando se
produjo el sorpresivo e inesperado ataque misilístico que culminó
con el hundimiento de la Fragata Sheffield. Ese martes 4 de mayo
cerca del mediodía, se oyó por primera vez en la historia de la Royal
Navy y en consecuencia de la NATO, la temida señal de alerta
“handbrake” que anunciaba un inminente ataque con misiles aire-
superficie. El impacto producido por la noticia en el Cuartel General
de Northwood y en el Gabinete de Guerra británico fue brutal, y
mucho más fue la sorpresa del Almirante Woodward, porque a partir
de ese momento sabía que la posibilidad de perder más buques sería
inevitable. Decía Woodward:
―Me obligaron a irme con la flota muy hacia el Este de las
Islas, y eso nos costó muchísimo. Mi gran temor fueron siempre los
aviadores navales con sus misiles Exocet…realmente me arruinaron
la vida en las Falkland.‖

434
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Un objetivo estratégico
Los SUE operaban desde su Base en Río Grande, Tierra del
Fuego, hecho por todos conocido, porque era imposible evitar que
los pobladores de esa ciudad no supiesen de los continuos despegues
y aterrizajes de los aviones militares y civiles, entre los que se
encontraban los exploradores Neptune. Por supuesto que los agentes
de inteligencia chilenos y de la CIA también estaban muy atareados
suministrando esa información a sus aliados ingleses. De esta
manera la Base Aeronaval Almirante Hermes Quijada de Río
Grande, se había convertido en un objetivo estratégico importante
para el gabinete de guerra británico, porque resultaba imprescindible
neutralizar la acción de los SUE armados con el misil Exocet. Para
hacerlo se consideraron tres opciones:
1. Infiltrar patrullas del SAS en Tierra del Fuego, por medio de
helicópteros o submarinos, con el fin de proveer a la Flota una
alerta temprana de los despegues de los aviones, para después
intentar interceptarlos con los Harrier y sus misiles Side
winder.
2. Bombardear la Base Quijada con los Harrier, que tendrían que
portar bombas de 1000 libras. El escaso radio de acción de
esos aviones requería el acercamiento del Portaviones
Invincible y sus escoltas a la costa argentina, aspecto que
resultaría muy peligroso. Como esa posibilidad fue descartada,
también se analizó concretarlo con los Vulcan partiendo de la
Isla Ascensión, pero un ataque a gran altura sería impreciso, lo
cual también motivó su descarte.
3. Realizar un ataque con efectivos del SAS lanzados en
paracaídas, o aerodesembarcados en un par de aviones
Hércules, que aterrizarían por sorpresa en la Base Aeronaval
435
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

argentina, destruirían los aviones, los misiles Exocet, y


matarían o capturarían a los pilotos. Algo parecido a la famosa
operación conocida como Jonathan realizada en Entebbe por
los israelíes el 4 de julio de 1976.
Para concretar cualquiera de estas opciones, era necesario contar con
la aprobación no solamente de la Primera Ministra y su Gabinete de
Guerra, sino también del gobierno de los EE UU y de Chile. El
primero tendría que aceptar el costo político de la opción continental
y el empleo de su base aérea en la Isla Ascensión, y Chile tendría
que permitir el ingreso de aeronaves británicas en su espacio aéreo y
en sus Bases militares, y darles apoyo a los efectivos involucrados
en la operación.
No fue una sorpresa para el Comandante del SAS General
Peter de la Billière, cuando recibió la orden perentoria de planificar
una operación contra la Base Aeronaval de Río Grande, con el fin de
destruir los SUE, los misiles, y asesinar a los pilotos. Para ello iba a
contar con el apoyo de dos gobiernos aliados: EE UU y Chile, y
todos los medios que necesitase. El Comandante de los SAS era un
veterano General, dos veces condecorado con la Cruz Militar y la
Orden de los Servicios Distinguidos, muy exigente y de fuerte
carácter. El Estado Mayor inglés sabía muy bien que los Generales
Menéndez y Jofre, al organizar la defensa de las Islas Falkland
estaban cometiendo errores tácticos y logísticos, por lo que el
Gabinete de Guerra británico consideró que esas demostraciones de
falta de profesionalismo se extenderían al territorio continental, y
que por lo tanto sería viable realizar una operación exitosa de los
Comandos contra la Base argentina. Para concretarla, el Comando
del SAS necesitaba información detallada del objetivo, en especial
en lo relacionado con el dispositivo de defensa, la ubicación de los
aviones, el depósito de misiles y el alojamiento de los pilotos

436
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

navales. Para obtener esos datos sería necesario enviar un grupo de


Comandos para efectuar el reconocimiento del lugar. Mientras el
grupo del SAS entrenaba en Escocia, de la Billière planificó y
concretó el envío de un helicóptero con fuerzas especiales, para
efectuar un reconocimiento. Para ello viajó a Chile un capitán del
SAS que ingresó bajo cobertura diplomática, con el fin de iniciar la
tarea de reconocimiento.
Cuando el Presidente Ronald Reagan se enteró de la intención
del gobierno británico, advirtió a Margaret Thatcher que una
operación ofensiva en territorio continental americano, podría
generar la reacción del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca), que eventualmente podría conducir al ingreso al
conflicto de Perú y Venezuela. No obstante esa advertencia, dio luz
verde para apoyar sin límites a sus aliados, suministrando equipos
especiales, las actividades de espionaje de la CIA, y la reorientación
del satélite KH-8-1982-6, que iba a dar información de la zona con
una resolución de 10 cm.

En Río Grande
En el ínterin la Brigada de Infantería de Marina Nº 1, había
relevado al BIM 5 de su misión defensiva en Tierra de Fuego. Esta
Unidad estaba integrada por el BIM 1, el BIM 2, un Batallón de
Artillería de Campaña, un Batallón Comando, un Batallón Servicios,
una Compañía de Exploración blindada, reforzada con parte del
Batallón de Vehículos Anfibios y refuerzos de Ingenieros. Los
efectivos completaron su llegada a Río Grande, el mismo día del
ataque a la Sheffield, y componían la RESTOAS, o Reserva del
Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, que tenía dos tareas: en
primer lugar alistarse para operar en las Islas Malvinas a

437
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

requerimiento del Comandante del Teatro de Operaciones; y en


segundo lugar proteger la Base Aeronaval Almirante Quijada.
Esta gran Unidad reforzada estaba al mando del Capitán de
Navío Miguel A. C. Pita, que había sido el Segundo Comandante y
Jefe del Estado Mayor de la Fuerza de Desembarco, del 2 de abril.
Las capacidades adquiridas por el Capitán Pita en los años
anteriores, serían muy importantes para oponerse a la Operación
Mikado ordenada por el General de la Billière. Pita se había
destacado en los EE UU cuando trabajó en el Estado Mayor de los
Marines, y también durante su paso por Inglaterra, donde desarrolló
Cursos en el SIS (Secret Intelligence Service, también conocido
como MI6), en el Sur de Inglaterra. Conocía perfectamente las
tácticas, mentalidad y capacidades de los Comandos del SAS y del
SBS, y había visto en detalle cómo operaban los Harrier. Era su
Segundo Comandante el Capitán de Navío Alberto González, que
estuvo destinado en la Agregaduría Naval en Londres, un hombre de
gran imaginación e iniciativa que conocía muy bien a los ingleses.
Estos dos marinos formaron un sólido equipo, y no les costó mucho
ponerse de acuerdo al considerar los aspectos operativos de sus
funciones. Fue así que decidieron cambiar las prioridades
establecidas para el cumplimiento de sus tareas, dándole mayor
importancia a la posibilidad de la materialización de un ataque de
Comandos enemigos. En armonía con este criterio, el Almirante
Horacio Zaratiegui Comandante del Área Naval Austral, dispuso el
traslado frente a la costa fueguina a la altura de Río Grande, de los
Destructores Bouchard y Piedrabuena, que entre otras tareas harían
de piquete radar.

Conscientes de la importancia estratégica de la Base


Aeronaval, nido de los temibles SUE, la Brigada planificó y
estableció una cerrada Defensa de Zona caracterizada por la
438
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

movilidad, para oponerse precisamente a cualquier intento ofensivo


de Comandos enemigos, o contra un ataque por sorpresa chileno.
Con esa finalidad adoptó las siguientes medidas:
 Organizó Patrullas Terrestres, a pié y helitransportadas,
motorizadas y blindadas, en la zona costera y en el interior.
 Estableció controles de rutas.
 Planificó rastrillajes en ciertos sectores de la población, en la
que había una mayoría de residentes chilenos.
 Instaló Puestos de Alarma Temprana en puntos clave de la
frontera con Chile.
 Adoptó medidas para el Control de la Población.
 Fiscalizó los movimientos de personas y vehículos en las
estancias.
 Realizó ejercicios de tiro diurnos y nocturnos.
 Estableció ejercicios de oscurecimiento.
 Instaló Campos Minados y Alambradas en lugares clave de la
periferia de la Base Aeronaval.
En el sector marítimo vecino, aparte de los Destructores
Piedrabuena y Bouchard, la Fuerza Aérea instaló un radar de
defensa aérea sobre la Ruta Nacional Nº 3, protegido por infantes de
marina. Era todo lo que se podía hacer.
A pesar de la importancia de la misión de la RESTOAS, en
ningún momento el Comandante del Teatro Almirante Lombardo
realizó una visita de inspección, y tampoco se le suministró el Plan
de Defensa de las Islas para realizar un planeamiento contribuyente.
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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Vista satelital de la Base Aeronaval Almirante Quijada, en Río Grande ,


Tierra del Fuego

El SAS en Tierra del Fuego


Poco después de las 4 de la mañana del 18 de mayo, los
radares de los destructores mencionados detectaron una aeronave,
posiblemente un helicóptero, que proveniente del mar se dirigía a
tierra firme. No sabían que se trataba de un Sea King enemigo que
llevaba un grupo de ocho Comandos del SAS a cargo del Capitán
“A” (en algunos escritos figura como Capitán “M”), que horas antes
había despegado del Portaviones Invincible, que navegaba al Sur de
la solitaria e inhabitada Isla Beauchene, muy alejada de la Isla
Soledad.
Para averiguar su condición de “hostil”, trataron de
comunicarse con el aeropuerto de Río Grande, que tardíamente
confirmó que no era una aeronave propia. El heli sospechoso
desapareció de las pantallas radar a la altura de la Estancia Sara, al
Norte de la Base Aeronaval, y aparentemente indicaba que podría
haber aterrizado en ese lugar. En realidad la pérdida de señal
440
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

obedecía al vuelo rasante que desarrollaba el piloto del heli Teniente


de Navío Richard Hutchings, precisamente para evitar ser iluminado
por los radares argentinos. Cuando minutos después fue detectado
nuevamente, se comprobó que esta vez se dirigía hacia la frontera
con Chile, cuyo límite cruzó poco después de la 5 de la mañana,
todavía en horas de oscuridad. Nuestras fuerzas no sabían que estaba
desarrollándose la Operación Plum Duff, que formaba parte de otra
mayor: la Operación Mikado, es decir el ataque Comando a la Base
Aeronaval de Río Grande.
Aproximadamente a esa hora, se hallaba en Punta Loyola,
cercano al Estrecho de Magallanes, personal de vigilancia del
Regimiento de Infantería 24, cuando oyeron el zumbido de un
helicóptero. La niebla y la oscuridad impedían ver con claridad la
silueta de la aeronave, aunque pudieron observar una luz roja
intermitente que daba vueltas como tratando de orientarse. Un
Conscripto escuchó el ruido de los rotores, y decidió que se trataba
de un helicóptero inglés. Inmediatamente vació el cargador de su
FAL desde cierta distancia, sin saber si alguno de sus disparos había
dado en el blanco. Tan repentinamente como había aparecido, el
desconocido heli abandonó el lugar. Tres décadas después, un
integrante del SAS que no quiso que se publicase su nombre,
comentó privadamente (sin aportar mayores precisiones o fechas),
que fueron tres los helicópteros que se infiltraron en territorio
argentino, y que él personalmente había destruido dos de ellos.

El sistema Omega del Sea King detectaba los radares


argentinos, y como el Jefe de los Comandos del SAS escuchaba la
conversación de los pilotos por el intercomunicador de la aeronave,
comenzó a ponerse nervioso al enterarse de que el vuelo del heli
había sido descubierto por los radares argentinos y que por lo tanto
la sorpresa se había perdido. El Teniente Hutchings realizaba
441
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

enormes esfuerzos para orientarse y llegar al punto de aterrizaje,


ubicado en inmediaciones de la Sección Miranda, unos kilómetros al
Norte de la Base Aeronaval. Cuando aterrizó en un lugar distinto
pero bien determinado por el sistema de navegación Omega, hubo
una discusión entre el Capitán “A” y Hutchings, porque aquél
afirmaba que ése no era el lugar que le decían. Después de unos
momentos, “A” anunció que abortaba la misión a pesar de la
insistencia de los pilotos que decían que estaban en un determinado
punto de la Isla y del lado argentino. Mientras tanto y de acuerdo
con las tácticas, tres Comandos habían desembarcado para dar
seguridad a la aeronave. Entonces el Capitán “A” les gritó que
estaban en Chile, y sus subordinados le respondieron antes de
reembarcar, que Chile “era un puto lugar congelado.” Una vez a
bordo despegaron y partieron hacia la frontera, viéndose obligados a
volar a mayor altura para evitar la Sierra de Carmen Silva, que
provocó que sean nuevamente rastreados por los radares argentinos.
El temor de los pilotos ingleses era la posibilidad de ser
interceptados y abatidos por los misiles Roland, o los Mirage de los
argentinos.

El heli aterrizó por primera vez en territorio chileno en un sitio


desolado cerca de Bahía Inútil. Todavía era de noche cuando los
Comandos desembarcaron definitivamente, y después de ofrecer
infructuosamente a los pilotos unirse a ellos, marcharon en dirección
de la frontera argentina. Instantes después el enorme Sea King
despegó y puso rumbo 290°. Todavía no se conoce públicamente lo
sucedido después con ese grupo del SAS. De acuerdo con las
instrucciones, para no llamar la atención el piloto tenía que hacer
desaparecer la aeronave en aguas profundas, pero la falta de
combustible y la oscuridad reinante lo dificultaba. Por lo tanto

442
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

aterrizaron cerca del agua en un lugar solitario ubicado a unas 11


millas al Sur de Punta Arenas.

La aparición de un helicóptero inglés destruido se publicó en la


primera página de todos los diarios, y generó muchas
especulaciones, pero por sobre todas las cosas puso in vitro el apoyo
chileno a las operaciones británicas. Pocas horas después una
máquina topadora enterró los restos de la aeronave, y días más tarde
se realizaba en Santiago de Chile una conferencia de prensa que
trataba de explicar el hecho como el resultado de una errónea
navegación, que provocó un “aterrizaje forzoso”. En otras palabras,
según la versión anglochilena el helicóptero británico que operaba
desde un buque cerca de las Islas Malvinas, tuvo un inconveniente
técnico y aterrizó en Punta Arenas. Era como si una aeronave que
volase entre Buenos Aires y Córdoba, por un inconveniente
mecánico aterrizaba en Chubut. Los tripulantes ingleses Alan
Bennet, Peter Imrie y el piloto Richard Huntings, tenían un aspecto
para nada militar por tratarse de miembros de las Fuerzas Especiales
británicas, que vestidos de civil no llamaban mucho la atención. Para
su traslado a Santiago, los Comandos tuvieron el apoyo de los
Carabineros y de las Fuerzas Armadas chilenas. La RAF dispuso un
avión Hércules camuflado, pero alguien cometió un error de
maquillaje, porque el avión ostentaba una leyenda que decía:
“Fuerza Aera SIC de Chile”. Llamó la atención de Hutchings la
presencia a bordo de la aeronave inglesa de varios pilotos de la
Fuerza Aérea (FACH), que durante el vuelo a Santiago, le
comentaron que los aviones F5 estaban desplegados en la zona de
Punta Arenas, y que iban a permanecer allí por lo menos hasta la
finalización del conflicto de Malvinas, en alerta, y listos para operar.
Los pilotos chilenos dijeron que era una creencia generalizada que
Argentina perdería la guerra, y que Galtieri trataría de ocupar las

443
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Islas del Beagle en conflicto, con la intención de obtener una


pequeña victoria para calmar la opinión adversa que se formaría por
la derrota en Malvinas. Por supuesto que era ésa una idea
disparatada.

A la izquierda el Suboficial Peter ―Wiggie‖ Blair, el Teniente de Navío Alan


Reginald Bennett, y el piloto Teniente de Navío Richard Hutchings, de los
Royal Marines, durante la conferencia de prensa en Santiago de Chile. A la
derecha una topadora enterrando los restos del Sea King

Existen versiones que dicen que el helicóptero había despegado


desde Chile, hipótesis sostenida por el Almirante Zaratiegui, que era
en ese momento Comandante del Área Naval Austral. Hoy se
conoce que la confusión surgió porque el heli primero ingresó a
Chile, sobrevoló a salvo por ese territorio y posteriormente ingresó a
la parte argentina de la Isla. Otras versiones dicen que una patrulla
de la Infantería de Marina encontró en la periferia de la Base, restos
de raciones de combate inglesas. (127)
(127) Nota del autor: durante la prolongada entrevista que mantuve en
Buenos Aires con el que fuera Comandante de la Brigada Capitán de Navío
Pita, le pregunté si efectivamente se habían encontrado restos de raciones de
combate inglesas. Manifestó que no lo sabía, y que de haber ocurrido debería
estar enterado.

444
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

De haberse encontrado esos restos de raciones, hubiera sido un


grosero error táctico del SAS, porque confirmaba la amenaza y
justificaba el esfuerzo defensivo establecido por la Brigada de
Infantería de Marina. Como vimos, los Comandos enemigos
ingresaron a territorio argentino desde el lado chileno. De todos
modos los integrantes del SAS no se hicieron ver en ningún
momento, ni en inmediaciones de la base aérea, ni en Chile.

Después del incidente, el Comando del SAS continuó


planificando el golpe de mano, para el cual pensaban utilizar dos
aviones Hércules con medio centenar de Comandos cada uno y
vehículos livianos, que aterrizarían por sorpresa en la pista de la
Base Aeronaval. Para la operación necesitaban instalar una baliza
radioeléctrica, que sirviese de orientación para los aviones durante la
aproximación final. Con esta acción los Comandos británicos
pensaban emular y superar a los israelíes, cuando llevaron a cabo la
espectacular y exitosa operación de rescate de rehenes en Entebbe.
La diferencia la hacía la calidad del enemigo a enfrentar. (128)
(128) La Operación concretada el 4 de julio de 1976 por las FDI (Fuerzas de
Defensa de Israel), en Entebbe, Uganda, para rescatar rehenes, es reconocida
como la más espectacular y bien planeada de la historia militar moderna. Los
arrogantes ingleses buscaron concretar algo similar para humillar a los
argentinos y llevarse las palmas. Una vez en tierra, desembarcarían los
Comandos y vehículos Land Rover artillados. Una parte se dedicaría a
destruir los SUE, otro grupo haría lo mismo con los misiles Exocet y el tercer
grupo buscaría a los pilotos para asesinarlos. Adicionalmente tratarían de
destruir la pista, los aviones exploradores, y los otros cazas de la Fuerza
Aérea. Inmediatamente comenzaron a entrenarse para la operación.

Una de las dificultades más importantes que se presentaría, era que


para llegar a Tierra del Fuego, tenían que volar desde la Isla
Ascensión 11.700 km, apoyados por numerosos aviones tanqueros

445
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Victor. Otro grupo debería instalar una radiobaliza, cuyo


movimiento helitransportado debería realizarse desde Chile o desde
un buque de la flota en operaciones. Concluida la operación, los
Hércules británicos aterrizarían en Punta Arenas. En caso de no ser
posible despegar con los aviones, pensaban retirarse combatiendo
hasta la frontera. Ese apoyo de Chile a los Comandos británicos, era
de alguna manera una muestra explícita de beligerancia contra la
Argentina.
Para practicar la Operación Mikado, se hicieron varios
ejercicios de aproximación con los Hércules y Sea King a
determinadas bases aéreas británicas que hacían de enemigos. En
todos los casos fueron detectados durante la aproximación, con la
consiguiente pérdida de sorpresa. Este factor y el fracaso del Capitán
“A” en Tierra del Fuego, hizo que la operación a realizar fuera
cuestionada por el Capitán John Moss, que estaba al mando de los
dos grupos del Escuadrón “B” del SAS, que tenían que atacar Río
Grande. Moss proponía que en vez de ser trasladados por vía aérea,
realicen una infiltración terrestre desde Chile. Esta propuesta
enfureció al arrogante General de la Billière, que veía frustrado su
deseo de superar la Operación Jonathan en Entebbe; entonces
relevó a Moss, y designó en su lugar al Mayor Ian Crooke, que iría
camino del fracaso, porque tal como predecía aquél, tuvo que ser
abortada.
Durante la entrevista que mantuve con el Capitán Pita,
comentó que de haberse concretado la aproximación de los Hércules
enemigos, hubieran sido iluminados por los radares con bastante
anticipación, factor que daría la suficiente alerta temprana para que
entre en acción la poderosa artillería antiaérea instalada en los
extremos y en los laterales de la pista de la Base de Río Grande.
“Los hubiésemos abatidos” expresó con seguridad. El previo

446
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

conocimiento de las tácticas de Comandos y de la mentalidad del


enemigo, fue un factor importantísimo para la eficaz defensa de Río
Grande, porque “sabían” que iban a intentar una acción similar a la
concretada en la Base Calderón. La excelente actuación de la
Brigada de Infantería de Marina en la defensa de Río Grande, no
está suficientemente reconocida como se lo merece.

Los bebés duermen


El error de apreciación inglés respecto de las Fuerzas
argentinas que custodiaban la Base, con las que tendrían que
enfrentarse para concretar la operación, era realmente enorme. El
temor principal de los Comandos enemigos era la posibilidad de ser
derribados por armas antiaéreas. Otra complicación era que después
tenían que despegar para aterrizar en una base chilena, cuyo velo
resultaría impracticable. A pesar de las reservas de los integrantes
del SAS, debido a la importancia del objetivo y la tozudez del
General de la Billière, el plan no fue reconsiderado ni descartado, y
se puso en ejecución partiendo desde la Isla Ascensión. Para
aterrizar en el aeródromo de noche necesitaban la ayuda de una
radiobaliza, porque la pista no estaría iluminada. Sin embargo, en
algún momento del vuelo debieron haber recibido la noticia del
fracaso de su instalación, por lo que se decidió abortar la operación.
Pero la necesidad estratégica de la Operación “Mikado” se mantenía,
y volverían a insistir. Tantas idas y venidas despertaron la curiosidad
de la prensa inglesa, que más de una vez habían lanzado la noticia
antes de haber ocurrido los hechos; éste sería un nuevo caso.
Absolutamente ajeno a estos acontecimientos, pasada la
medianoche me encontraba de sobremesa en el Edificio Libertad,
dialogando con el ayudante del Almirante Anaya, Capitán de
Fragata Randolfo Agusti. Mantener la radio encendida era una rutina

447
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

ineludible durante la guerra, sobre todo la BBC. De pronto


quedamos congelados por una noticia: Comandos británicos
lograron destruir los aviones Super Etendart en la Base Aeronaval
Río Grande. Nuestro sobresalto fue grande y nos miramos
sorprendidos. Pasado los primeros momentos, Agusti estableció
comunicación por medio de la red telefónica naval con el Jefe de
Guardia de la Base fueguina. Le comentó con ansiedad la noticia
dada por la emisora inglesa, pero recibió una escueta respuesta: “Sin
novedad, los bebés duermen lejos de aquí‖. Los SUE y los Neptune,
no estaban en Río Grande, “dormían” en algún aeródromo
desconocido de la Patagonia. La contrainteligencia británica y la
BBC habían cometido un grave error.

“Bandidos” en el radar
No está suficientemente divulgado, un nuevo intento inglés de
atacar Río Grande para lograr sus propósitos. En una nueva muestra
de perseverancia, el mando británico continuó con el proyecto
“Mikado”, esta vez desembarcando Comandos desde un Submarino
que los llevaría hasta un punto cerca de la costa fueguina, para
aproximarse desde allí en gomones. Hasta ese momento el mando
inglés no tuvo en cuenta o no sabía, que dos buques de la Marina
ejercían una permanente vigilancia radar y antisubmarina, que les
hubiese permitido detectar tempranamente la aproximación de los
Hércules, de los gomones y Unidades de superficie o submarinas.
A las 11 de la mañana del 28 de mayo, el Destructor Bouchard
estaba fondeado en un mar calmo, a poco más de 3 Km de la costa al
Norte de Cabo Domingo. Este buque disponía de cañones,
ametralladoras, torpedos, cargas antisubmarinas y misiles Exocet
MM38. A 5 km hacia al SE estaba al ancla el Destructor
Piedrabuena, dotado de armamento similar. Las tripulaciones de

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

ambos buques permanecían en escucha pasiva antisubmarina. A las


4 y media de la tarde de ese día, el Bouchard detectó una señal en el
sonar pasivo, que aparecía y desaparecía en forma aleatoria,
estimando los operadores que probablemente se trataría de un
Submarino. La noticia puso en alerta todos los sistemas electrónicos
de a bordo, y el alistamiento del armamento.

El Destructor Bouchard en navegación

En el Destructor Piedrabuena se hallaba de guardia el Cabo


Segundo sonarista Luis Alberto Erneta, de 24 años, que comenzó a
escuchar un rumor hidrofónico débil. Junto con ese sonido también
oía los ruidos de las máquinas auxiliares del Bouchard, que
permanecía fondeado a proa en un azimut aproximado de entre 010º
a 020º, a varias millas de distancia. Erneta agudizó la escucha y
estableció que el rumor hidrofónico provenía del rumbo 070º, en “un
lugar ubicado entre el Bouchard y su buque‖, es decir que sin lugar
a dudas se trataba de un segundo sonido hidrofónico. Con el fin de
confirmar por radar esa detección, solicitó a la CIC (Central de
Información de Combate), una marcación radar en dirección del
sonido sospechoso. Para su sorpresa, el Oficial de Guardia del CIC

449
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

le informó que se trataba del Bouchard, y que el desfasaje se debía


a lo vetusto de los equipos y a la falta de calibración entre ellos. (129)
(129) En estos casos suele aparecer un genio que descubre la pólvora, como
este inepto Oficial naval. Cuando la enorme flota aérea japonesa se
aproximaba por sorpresa para atacar Pearl Harbour proveniente de seis
portaviones japoneses; una estación radar ubicada en un cerro al Norte de
Hawaii los detectó. El operador avisó a la Central de Operaciones, y el
Oficial de Guardia le dijo que no tenía importancia, porque seguramente eran
los aviones de uno de los portaviones que regresaban a su base. Así perdieron
una valiosa alerta temprana que se convirtió en un gran desastre.

A pesar de la opinión del Oficial de Guardia del CIC, el operador


radar continuó observando la pantalla y confirmó que iluminaba
varios contactos intermitentes en la misma zona donde estaba el eco
mayor, que era posiblemente un Submarino. Simultáneamente el
radar del Bouchard confirmó casi en el mismo momento, los ecos
intermitentes provenientes del mismo sector. Esta información
descartó definitivamente la teoría del dormido Jefe de la CIC, e
informado el Comando, inmediatamente fueron cubiertos los puestos
de combate.
Pasaron unos minutos de tensión y confirmaron tres ecos radar,
que eran “bandidos” que se acercaban a la costa a gran velocidad y
en formación de cuña, que por sus características podría tratarse de
gomones con motores fuera de borda. A todo esto el radar de control
tiro MK 25 pudo adquirir los blancos a las 19:22 y simultáneamente
se solicitó al OCT (Oficial en Comando Táctico), que era el
Comandante del Destructor Piedrabuena, la autorización para abrir
fuego con la batería principal, integrada por cañones de 127.2 mm.
La noche era fría, cubierta con una capa de niebla que impedía toda
visibilidad. Relata el Suboficial Erneta:

450
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―Los gomones en formación pasaron a 1.200 yardas del buque


como punto más próximo, y se alejaban hasta perderlos a unas
3.000 yardas, mientras en el CIC se hicieron esfuerzos denodados
para mantener el contacto, ya que para esos momentos se mantenía
un sólo eco firme y otros dos intermitentes, pero que seguían en
formación. Ya se sabía el rumbo y la velocidad. El ajuste de la
ganancia y los filtros era una cuestión capital para mantenerlos
bajo control, y de eso se ocupaba el operador radar, que a esa
altura de los acontecimientos había adquirido una sutileza tal que
casi lo hacía formar parte del equipo sonar. En la proa todavía
estaban levando anclas para poder tener libertad de maniobra para
perseguir a los blancos, y para no estar expuestos a un eventual
ataque submarino. La presencia de una unidad de ese tipo era muy
probable ya que los acontecimientos de la mañana y la tarde,
sumados al rumor hidrofónico detectado no hacía más de 10
minutos, daban cuenta de la presencia de uno de ellos en la zona. A
las 19:25 se recibió la autorización para abrir fuego, con contacto
firme en el radar de control tiro. El comandante le dio la orden al
jefe de artillería, para que la batería principal del buque jugara por
primera vez en toda la guerra el rol que merecía, y es así como se
abrió fuego con dos salvas de dos cañones y luego una salva con
otro cañón. Toda la dotación sintió que la sangre circulaba furiosa
y a alta temperatura por las venas. La respuesta no se hizo esperar,
porque los ecos se abrieron en forma de abanico en alejamiento.
Los radares a partir de ese momento pudieron observarlos sólo en
forma intermitente. Guiados por radar desde el CIC, los piques de
los proyectiles que al principio quedaban cortos, comienzan a caer
sobre los blancos. El Comandante le ordena al timonel poner proa
hacia el punto dato, aunque la maniobra de levar ancla estaba sin
concluir. En el centro de los impactos, uno de los blancos
desaparece de la señal de radar, ¿le habrían acertado a uno de los

451
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

gomones?, y el resto detiene su avance y cambia el rumbo en


dirección al objeto nodriza, de donde se desprendieran en un
principio.‖ Es decir un submarino. (130)
(130) Nota del autor: declaración escrita entregada por el Suboficial Mayor
Luis Alberto Erneta a raíz de la entrevista mantenida en la Ciudad de Mar del
Plata, en noviembre de 2012.

A bordo de nuestros destructores no se sabía que en ese momento


estaba en pleno desarrollo el tercer modo de acción seleccionado
para la Operación “Mikado”; y que Grupos Comandos del SAS
habían embarcado en un submarino en San Carlos, Islas Malvinas,
que tenía que trasladarlos cerca de la costa de la Isla Grande de
Tierra del Fuego en inmediaciones de Cabo Domingo, al Norte de la
ciudad de Río Grande.

El fracaso del SAS


Ignorando la presencia de los dos Destructores argentinos, un
Submarino inglés (posiblemente el Onix), se aproximó a la costa
para desembarcar los Comandos del SAS. Cuando los tres gomones
Gemmini impulsados por poderosos motores fuera de borda se
dirigían a 18 nudos (33 km/h) con rumbo 340º hacia la costa,
comenzaron a producir ecos intermitentes que fueron detectados por
los operadores radar y sonar de los Destructores argentinos. Después
de los primeros momentos de duda, se ordenó zafarrancho de
combate. El Bouchard abrió fuego con ráfagas de ametralladora
calibre .50 en dirección de los contactos radar y el Piedrabuena lo
imitó con munición trazante, pero sin saber si daban en el blanco;
poco después el Bouchard levaba anclas y abría fuego al centro de
la formación enemiga con su artillería principal guiada por radar e
iniciaba la persecución iluminando con potentes fanales de
búsqueda. El Cabo Erneta comprobó en el hidrófono que se

452
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

incrementaba la intensidad del rumor que producían los gomones,


es decir que los Comandos estaban acelerando a fondo los motores
fuera de borda para huir. Los radares acusaban un violento cambio
de rumbo de los incursores hacia mar abierto, que por la niebla no
pudieron ser vistos. La alerta siguió todo el día siguiente hasta
pasada las 8 de la noche en que volvieron a la rutina normal. El plan
inglés de destruir los SUE y matar a sus pilotos, había fracasado una
vez más y definitivamente, por la eficacia del dispositivo de defensa.
Dada la magnitud de los efectivos argentinos detectados por el
grupo de reconocimiento enemigo en Río Grande, es muy posible
que para desarrollar la operación, los que iban a desembarcar en la
zona de Cabo Domingo -posiblemente unos 30 comandos- podrían
haber tenido un comité de recepción en la playa. ¿Serían chilenos?
podría ser, porque eran muy buenos conocedores de la zona.
¿Comandos ingleses? también era factible, pero en menor medida.

Las embarcaciones inglesas tenían una capacidad aproximada de 10


hombres. Es probable que la desaparición de uno de ellos en el radar, se
debió a la pinchadura producida por esquirlas, sin descartar que haya habido
bajas. Los historiadores ingleses se cuidan mucho de mencionar en detalle
esta parte de la Operación ―Mikado‖, porque de los fracasos no se habla.

453
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Por la actitud asumida por los miembros del SAS en los tres casos
comentados, no cabía duda que los Comandos no aceptaban el
menor riesgo para realizar sus operaciones y preferían abortarla. La
Operación “Mikado” fue cancelada definitivamente a raíz de la
muerte de unos veinte Comandos del Escuadrón D del SAS, que
fallecieron poco después al caer al mar el helicóptero en el que eran
trasladados de un buque a otro. Años más tarde la Sra. Margaret
Thatcher hacía el siguiente comentario:
―Chile es nuestro más viejo amigo en Sudamérica. Nuestros
vínculos son muy estrechos desde que el almirante Cochrane ayudó
a liberar Chile del opresivo dominio español. Él debe estar hoy
revolcándose en su tumba al ver cómo Inglaterra respalda la
arrogante intromisión hispana en los asuntos internos chilenos.
Pinochet fue un incondicional de este país cuando Argentina
invadió las Islas Falklands. Yo sé -era Primer Ministro en esa
época- que gracias a las instrucciones precisas del Presidente
Pinochet, tomadas a un alto riesgo, que Chile nos brindó valiosa
asistencia. Yo no puedo revelar los detalles, pero déjenme narrarles
al menos un episodio. Durante la guerra, la Fuerza Aérea Chilena
estaba comandada por el padre de la senadora Evelyn Matthei,
quien está aquí esta tarde con nosotros. Él entregó oportunas
alertas de inminentes ataques aéreos argentinos que permitieron a
la flota británica tomar acciones defensivas. El valor de esa ayuda
en información de inteligencia se probó cuando faltó. Un día, cerca
ya del final del conflicto, el radar chileno de largo alcance debió ser
desconectado debido a problemas de mantenimiento. Ese mismo día
-el 8 de junio de 1982, una fecha guardada en mi corazón- aviones
argentinos destruyeron nuestros buques Sir Galahad y Sir Tristram.
Eran barcos de desembarco que trasladaban muchos hombres, y los
ataques dejaron entre ellos muchas bajas. En total unos 250
miembros de las fuerzas armadas británicas perdieron la vida
454
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

durante esa guerra. Sin el general Pinochet, las víctimas hubiesen


sido muchas más".
Las bajas inglesas en la Guerra de las Malvinas, fueron sin la
menor duda superior a los 250 fallecidos que menciona la Sra.
Thatcher. Según estimaciones serias, podría haber llegado a más de
1.000 hombres, lo que demostraría lo costoso en pérdida de vidas
que les resultó la reconquista de las Islas.

455
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXVII

DESEMBARCO ENEMIGO
La vergüenza de confesar el primer error, hace cometer muchos otros.
La Fontaine

La larga espera del desembarco producía en la defensa una


fuerte tensión, mientras la flota argentina había perdido dos buenas
oportunidades de atacar con probabilidades de éxito. Una fue por
falta de viento, y la otra por la desidia demostrada por la Marina
antes de la guerra para mantener operativos los submarinos y su
sistema de armas. No podría intentarse otro ataque a la Fuerza de
Tareas enemiga que no sea por aire, porque hacerlo por superficie
hubiese sido un holocausto sin sentido.

Los planes ofensivos se concretan cuando se estiman


razonables posibilidades de éxito, de lo contrario sería una grave
irresponsabilidad. Cuando se está en la defensa, ésta debe realizarse
a todo costo y se extenderá tanto como la voluntad de los defensores
y la persistencia del mando lo permitan. Las defensas del Alcázar de
Toledo, Stalingrado, Mazada, las Ardenas, el Álamo, y otros tantos
hechos heroicos, revelan que puede lograrse el éxito con el aporte
del sacrificio y amor propio de los defensores, en aras de un
sentimiento más elevado que sus propias vidas.

En esos momentos el abastecimiento de las sitiadas Islas se


hacía exclusivamente por aire, cuando los aviones exploradores y la
defensa de Puerto Argentino otorgaban luz verde para el cruce y

456
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

aproximación a la Isla. El ataque a Borbón del 15 de mayo sería el


preludio de la operación anfibia en San Carlos. Grupos de
reconocimiento del SBS habían desembarcado en el lugar para
obtener mayores datos, y comprobaron que no había fuerzas
enemigas. La presencia de Comandos ingleses en San Carlos no dejó
de trascender, por lo que con buen criterio el Alto Mando de Puerto
Argentino envió los días 12 y 13 de mayo a la Compañía de
Comandos 601, que rastrilló el lugar y recogió indicios de su
presencia. A consecuencia de ello, fueron enviados al lugar
reducidos efectivos del Ejército que estaban instalados en Darwin.
Esta fracción llamada “Equipo de Combate Güemes”, pertenecía al
RI 25 al mando del Teniente Carlos Esteban. El 18 de mayo la
Fuerza de Desembarco comenzaba el trasbordo de la tropa a los
buques anfibios en alta mar, y al día siguiente iniciaba la navegación
rumbo a San Carlos. Esta travesía se prolongó durante los días 19 y
20 en completo silencio radioeléctrico, y sin que tuviera
conocimiento el Alto Mando en Puerto Argentino. Simultáneamente
aviones Harrier atacaron la zona de reserva de helicópteros, y
lograron averiar tres de ellos, porque era necesario evitar que
pudiesen trasladar efectivos a la Cabecera de Playa.

El 21 de mayo a las 03:40 comenzó el desembarco en San


Carlos con mal tiempo y poca visibilidad. Con las primeras luces
del día, parte de la fuerza de superficie enemiga fue avistada por los
efectivos del Teniente Esteban, que observaron varias lanchas de
desembarco y un revuelo de helicópteros por las inmediaciones.
Cuando los efectivos enemigos llegaron a la costa iniciaron el
despliegue, momento en que Esteban ordenó abrir fuego con sus
ametralladoras. Poco después se retiraba averiado un helicóptero Sea
King y un Gazelle que se desplomó sobre el río San Carlos
produciendo varias bajas. Ubicada la posición de nuestra tropa,

457
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

comenzó un bombardeo naval complementado por el fuego de los


efectivos desembarcados. Otro Gazelle se acercó y disparó sus
ametralladoras y cohetes, pero también fue derribado.

Madrugada del 21 de mayo: el esperado desembarco enemigo

Ante el intenso fuego naval complementado por el de las fuerzas


desembarcadas, el Equipo de Combate Güemes comenzó a
replegarse, no sin antes averiar un helicóptero más, que se alejó
humeante de lugar. (131)
(131) En el parte de combate elaborado por el Teniente 1º Esteban en Puerto
Argentino, encontramos un dato interesante; en el acápite 36 dice: ―Durante
el combate en San Carlos, la población se burlaba de los soldados argentinos,
y formularon insultos y gestos cuando se derribaron los helicópteros, saliendo
rápidamente en socorro de las tripulaciones. Esto comprueba que la
población no es hostil por miedo, porque al tener algo de fuerza se convierte.
Con señas guiaban a los ingleses sobre nuestra ubicación.‖ (Publicado en el
Nº 7 de ―La Gaceta Argentina‖, del 26 de mayo de 1982).

458
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Lugares de desembarco en San Carlos.


(http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_las_Malvinas

Hasta ese momento había desembarcado un Batallón enemigo, que


comenzó a maniobrar para rodear los 40 hombres de Esteban, que
esa noche se vio obligado a efectuar un repliegue que sería
definitivo. Por la mañana dio aviso del desembarco a Puerto
Argentino, pero el Estado Mayor apreció equivocadamente que se
trataba de una “diversión”. Para confirmar la información dada por
Esteban, se envió desde Darwin un Pucará, que no logró observar
nada por la baja visibilidad existente. Cuando mejoró el tiempo ya
eran las 10 de la mañana, momento en que fue enviado un solitario
reactor Macchi piloteado por el Teniente de Navío Owen Crippa.
Cuando volaba superando el monte Kent, observó -según sus
palabras- “indicios de acciones de combate‖, entre ellos un heli en
llamas con los tripulantes que se alejaban corriendo del lugar cuando
vieron el avión. Después divisó otro heli en vuelo y cuando se
disponía a atacarlo, se encontró con…¡la Flota británica! Como la
Doctrina dice que debe atacarse al enemigo más peligroso, optó por
459
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

lanzarse sobre el primer buque que se le puso a tiro, mientras


pensaba refiriéndose al piloto del heli enemigo: “hoy no es tu día‖.
Crippa se lanzó contra la Fragata Argonaut que sufrió los efectos de
los cañones y cohetes en sus antenas de radar, sistemas de control, y
puente de mando. Después del ataque pudo evadir el intenso fuego
antiaéreo de ametralladores y misiles, pero se dio tiempo para
contar la cantidad aproximada de buques que había visto en la zona.
Después escapó en vuelo rasante y a la máxima velocidad, hasta que
recuperó altura para informar a Puerto Argentino la vital noticia del
desembarco. A su llamado le respondió un Guardacostas de la
Prefectura, a quien le solicitó:

“Comunicar al Comando que hay entre 12 y 14 buques, es


increíble. No sé donde mierda estoy.‖

El Teniente de Navío Owen Crippa piloteando un Macchi, descubre y realiza


el primer ataque a la Fuerza de tareas enemiga. Pintura de Alan O´Mill.

A bordo del Guardacostas había periodistas, que por casualidad


recibieron la primicia antes que el mismísimo General Menéndez. El
desembarco enemigo en San Carlos, fue interpretado por el General

460
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Jofre como una “operación de diversión” sin tener fundamento


alguno, e insistía en que el ataque principal iba a realizarse desde el
mar y sobre Puerto Argentino. Esta errónea suposición demoró el
ataque aéreo masivo sobre la Cabecera de Playa, que debería
realizarse en estos casos en apoyo de un ataque terrestre. La noticia
causó conmoción en el comando del BIM 5, porque estaban
convencidos que se trataba del tan esperado desembarco de la fuerza
anfibia británica, y cuando el Capitán Robacio se alejó de su puesto
para la reunión diaria de Comandantes, le dijo a su Segundo:
―Aliste el Batallón para marchar en desplazamiento nocturno,
con las armas de apoyo, abastecimientos críticos y la Batería B con
sus obuses, la Sección Morteros 106,6, la Sección Morteros de 81,
raciones de combate, munición y combustible. Voy a proponer
atacar la Cabeza de Playa junto con una Unidad del Ejército.‖
Atacar la cabeza de playa es lo primero que intentan los militares
profesionales de todo el mundo, porque es el momento más débil de
la Fuerza de Desembarco por el pandemónium de tropas
desorganizadas, bultos con abastecimientos, cajones de munición,
desplazamientos para la entrada en posición de la artillería terrestre
y antiaérea, etcétera. Algo semejante a lo que pasó en el aeropuerto,
cuando fueron llegando las Unidades por modo aéreo a Puerto
Argentino.
Para cumplir la orden de su Comandante, el Capitán Ponce
puso en ejecución un PON (Procedimiento Operativo Normal) para
la marcha, y seleccionó dos caminos posibles. Uno próximo a la
costa que permitía un desplazamiento más rápido y confortable para
el personal y vehículos, aunque estaría dentro del alcance eficaz del
bombardeo naval que seguramente se desataría de noche, y
probablemente de la aviación enemiga durante el día. El otro camino
interior nacía en las proximidades de Moody Brook, que tenía la
461
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

posibilidad de mantener encubierto por más tiempo el movimiento, y


presentaba mayores dificultades para el alcance del bombardeo
naval enemigo. Este camino tenía la desventaja de ser dificultoso
para la marcha de la infantería, por las inevitables extensiones de
turba que había que cruzar, y limitaba la de los vehículos. También
previó que la Compañía O tenía que ser helitransportada para
configurar un área de reunión antes del ataque. Ponce fue
planificando la operación de traslado en detalle hasta que llegó el
Capitán Robacio, que había propuesto al General Jofre el ataque.
Robacio estuvo de acuerdo con el planeamiento de su Segundo, y le
comentó con enorme disgusto que no había sido autorizado para
realizar la acción ofensiva, porque Jofre porfiaba que el desembarco
se había concretado para atraer fuerzas de Puerto Argentino a la
zona de San Carlos. Posiblemente Jofre creería que estaba actuando
como un lúcido estratega, pero en realidad lo hacía como un
principiante amateur. Según explicaba, el movimiento propuesto
debilitaría la posición antes de que se realice el desembarco
principal sobre el poblado. La decisión de este General sería el
comienzo de una cadena de errores garrafales del Comando de la
Defensa a su cargo, que conduciría directamente a la derrota. Esta
decisión de Jofre y Menéndez, o de Menéndez y Jofre, fue y es
altamente criticada por los expertos militares del todo el mundo.
―El General Menéndez vaciló fatalmente durante algunos días
después del desembarco en San Carlos, pretendiendo creer que era
una mera maniobra diversionista. Con sus recursos podría haber
prolongado considerablemente la campaña mediante ataques y
patrullaje alrededor de la cabecera de puente, aun cuando no
confiara en sus tropas para lanzar un contraataque mayor.‖ (132)
(132) Hastings y Jenkins, ―La Batalla por las Malvinas‖, p. 345.

462
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La decisión del Comando de la Defensa, causó una enorme


frustración entre los infantes de marina. Con tal motivo se reunió al
día siguiente el Estado Mayor del Batallón, que acordó que si se
presentaba otra oportunidad táctica como la que habían perdido, se
adoptarían las mismas previsiones con los detalles que hubiera que
adecuar. La decisión adoptada, sumada al mal diseño de la defensa,
comenzó a producir un manto de desconfianza entre los Jefes de las
Unidades, que dudaban de la capacidad de conducción de Jofre, con
el agravante de su personalidad, que no aceptaba sugerencias de
ninguna naturaleza. (131)
(131) A menudo ocurre en los mandos superiores la adopción de supuestos, y
luego se aferran a ellos a pesar de las evidencias. Durante el desembarco en
Normandía, el comando alemán estuvo convencido de que era una operación
de diversión, ante la desesperación de las Unidades nazis que combatían en
las playas de desembarco. El comando alemán suponía que el desembarco
―tenía‖ que producirse en Calais. Después de la Guerra de Malvinas, los
jefes ingleses preguntaban reiteradamente a nuestros prisioneros de
jerarquía, por qué no los habían atacado por tierra en San Carlos.

Atlantic Conveyor
A partir del desembarco en San Carlos, el Estrecho del mismo
nombre fue bautizado como “Bomb Alley” o corredor de las bombas,
por los numerosos ataques aéreos que realizaban los pilotos de la
Fuerza Aérea y de la Aviación Naval, con graves pérdidas mutuas.
Así como la Guarnición que defendía Puerto Argentino
dependía de los abastecimientos que llegaban desde el continente y
de su correcta distribución interna, los ingleses también dependían
de los abastecimientos que les llegaban desde la Isla Ascensión. La
diferencia la hacía la capacidad de helitransporte que tenía el
enemigo, y el total dominio aéreo obtenido por los Harrier. La
táctica correcta a seguir durante los raids aéreos, debería haber dado

463
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

prioridad al ataque a los buques de transporte enemigos, pero


nuestros pilotos de la Fuerza Aérea y la Aviación Naval,
bombardeaban a las Unidades de batalla, como si fuera una
competencia a ver quien destruía más Fragatas. Todavía existen
controversias, porque ambas Fuerzas se adjudican haber hundido o
dañado el mismo buque. Al respecto el Almirante Woodward es
suficientemente claro cuando hace este comentario en sus memorias:
―Todos estaban asombrados de que los argentinos no
hubieran atacado el Canberra, la gran ballena blanca, como lo
llamaban. Este barco había estado allí inmóvil, blanco, brillante, en
el medio de la bahía todo el día, y en ningún momento fue alcanzado
por proyectil alguno. El hecho era que de verdad los argentinos
habían desaprovechado seriamente toda esa operación. No sólo les
había faltado proveer a sus bombarderos algún tipo de escolta de
cazas que pudieran enfrentar a los Harrier, sino que también
habían cometido el error fundamental de dirigirse a nuestras
fragatas y destructores, en lugar de hacerlo contra las naves
anfibias y los transportes de tropas, que estaban allí indefensos, por
no mencionar los tres mil y tantos hombres que transportaban. Por
el contrario la Royal Navy había planeado y llevado a cabo uno de
los más exitosos desembarcos en la historia militar. Logramos en el
primer día mismo de la operación anfibia, siempre el más peligroso
de todos, que todas nuestras fuerzas, más la mayor parte de sus
equipos, estuvieran en tierra. Bajas en las fuerzas de tierra: cero.‖
La realidad es que en el momento del desembarco en San Carlos, se
encontraba en el lugar el pequeño Grupo de Combate “Güemes” al
mando del Teniente Esteban, que infligió durante su corta
permanencia unas cuantas bajas y derribó varios helicópteros antes
de tener que replegarse. Indudablemente como afirma el Almirante
Woodward, fue un error de la aviación militar y naval la errada

464
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

política operacional de lanzarse sobre los buques de guerra


solamente. La guerra se define en tierra, por lo tanto el blanco eran
los buques de transporte y logísticos en general.
A la pelea contra los ingleses, se agregaba la institucional,
porque la Fuerza Aérea no respondía a la cadena de mando
establecida, y pretendía que todos los aviones, incluyendo los
navales, se le subordinen. También hubo intentos de la Fuerza Aérea
de que los ataques de los SUE sean definidos como una operación
conjunta, es decir que también participaban los aviones de combate
de la Fuerza Aérea. De hecho era una “operación conjunta”, porque
los SUE nunca hubieran podido actuar sin el eficaz apoyo de los
aviones tanqueros de aquella Fuerza, porque les resultaba
imprescindible reabastecerse en vuelo. Para ello tuvieron que
adiestrarse porque los pilotos navales no tenían experiencia en esa
maniobra. Los aviadores navales no veían con agrado la
participación conjunta con los aviones de ataque de la Fuerza Aérea,
por su inexperiencia para la guerra en el mar; su dificultad para
reconocer blancos de superficie; la falta de equipos electrónicos
actualizados; y la costumbre de volar conversando por cualquier
motivo. Otra vez surge en primer plano, la falta de trabajo en
conjunto de nuestras Fuerzas Armadas en épocas de paz.
Existía una fuerte propaganda política institucional en la
Fuerza Aérea, que ponía el acento mediático en los éxitos logrados
por sus valientes pilotos durante los ataques, y exageraba las
virtudes de los Pucará, que eran aeronaves turbohélices no aptas
para ese Teatro de Operaciones, y que por ese motivo fueron
derribadas fácilmente por la defensa antiaérea británica. La acción
de los pilotos, todos los pilotos, fue realmente lo más destacable de
la guerra, y rápidamente comenzó a trascender las fronteras, para
instalarse definitivamente en el ambiente militar y civil de todo el

465
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

mundo. Era absolutamente evidente que nuestros aviadores


superaban ampliamente a sus pares de la RAF y de la Royal Navy,
en capacidad individual, tácticas, y eficacia en las acciones de
bombardeo. La ventaja de los Harriers eran los misiles Sidewinder
que abatían sistemáticamente a nuestros aviones, que fue una ayuda
estadounidense de gran valor para el combate aéreo. Como hemos
visto, para que los SUE con sus misiles pudiesen actuar, necesitaban
información previa de los posibles blancos dados por los
exploradores Neptune, pero los dos existentes habían quedado
definitivamente sin servicio. A todo esto los ingleses cubrían las
probables avenidas de aproximación de nuestros cazas bombarderos,
instalando buques piquetes radar en lugares estratégicos. Un
preaviso les daría suficiente tiempo para alertar la defensa aérea y
antimisil, de los raids argentinos provenientes del Oeste y del Sur.
La ausencia de exploradores aéreos neutralizaba la posibilidad de
realizar nuevos ataques con los SUE. Entonces había que agudizar el
ingenio, hallar otra manera de determinar dónde estaban los blancos
rentables de la flota enemiga.

El General Menéndez en Malvinas. Detrás el Almirante Otero.

466
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Almirante Edgardo “Tata” Otero, era Comandante del


Componente Naval del Comando Conjunto Malvinas. Un hombre
dinámico e ingenioso que desde el primer momento trató de obtener
los medios necesarios para combatir contra la flota inglesa. No
solicitaba, “ladraba‖ pedidos a los mandos del continente. Los
Harrier, que no dejaron de actuar durante toda la guerra, despegaban
desde los portaviones, o desde naves con suficiente espacio en sus
cubiertas. Cuando se aproximaban a la zona de Puerto Argentino, los
ecos aparecían en el radar desde determinadas direcciones, y al
retirarse también. Esa característica de las trayectorias de los
Harrier, permitía ser analizada en detalle. Uno de los factores a
considerar era la autonomía de vuelo, que podría dar una idea
general de la ubicación del portaviones enemigo y en base a ese dato
inicial, también podría intentarse una nueva misión misilística. El
Almirante Otero reunió a los Jefes y Oficiales navales de la Central
de Operaciones y les dio instrucciones. A partir de ese momento
comenzó un análisis detallado de los vuelos enemigos, día y noche,
minuto a minuto, que culminó positivamente, porque los pilotos
enemigos regresaban al buque madre por el camino más corto, que
no podría estar lejos por la poca autonomía del Harrier. De esta
manera los datos precisos del explorador Neptune, fueron
reemplazados por los datos aproximados obtenidos por el ingenio
humano, y la colaboración involuntaria de los pilotos ingleses. La
minuciosa tarea de análisis culminó el 25 de mayo, cuando se
detectó un posible blanco importante que estaría ubicado 100 millas
al Noreste de Puerto Argentino. El Noreste de las Islas no estaba
cubierto por los piquetes radar enemigos de alerta temprana, porque
las Bases de nuestros aviones se encontraban hacia el Oeste. Con los
datos obtenidos fue planificada rápidamente una operación en
conjunto con los aviones tanques de la Fuerza Aérea, y se ordenó el
despegue de los SUE 3-A-203 y 3-A-205, piloteados por el Capitán

467
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de Corbeta Roberto Curilovic y el Teniente de Navío J. Barraza, que


se dirigieron a una posición al Norte de Puerto Deseado para atacar
un blanco que se encontraba a 500 millas hacia el Este. Una vez
reabastecidos por los tanqueros en el lugar previsto, se dirigieron en
esa dirección en una trayectoria que les permitió pasar a unas 100
millas al Norte de las Islas. Cuando el navegador estimó que podrían
estar a distancia radar del blanco, dejaron de lado el vuelo rasante y
tomaron altura para realizar un primer barrido sin encontrar eco
alguno. Frustrados pero confiados, continuaron la aproximación en
vuelo rasante a una velocidad de 900 km por hora y ascendieron
nuevamente para un segundo barrido. Esta vez detectaron tres ecos
bien definidos a una distancia de 25 millas, el mayor de los cuales
quedó enganchado en los radares. Los SUE volaban a unos 200
metros entre sí y lanzaron simultáneamente dos Exocet exactamente
a las 16:32. Después del lanzamiento hicieron escape hacia Puerto
Deseado, porque para arribar a Río Grande no les daba el
combustible. Los pilotos del Hércules tanquero de la Fuerza Aérea
fueron muy generosos e inteligentes, porque seguían orbitando en su
posición, lo que les permitió realizar un segundo reabastecimiento
en vuelo y llegar a Río Grande entrada la noche. ¡Y a esperar las
noticias!…porque no sabían si habían podido alcanzar al Invincible.
Las novedades llegaron suministradas por la prensa europea,
un pez gordo había sido tocado por los Exocet, se trataba del
Atlantic Conveyor, un gran buque logístico que llevaba a bordo tres
helicópteros gigantes Chinook, media docena de helis Westland
Wesex, y un Linx; una gran cantidad de repuestos de aviación; una
pista de despegue vertical para ser armada en tierra; una planta
destiladora de agua; cantidades importantísimas de munición de todo
tipo y material de campaña.

468
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Atlantic Conveyor antes y después.

En la Fuerza de Tareas británica, la pérdida del Atlantic Conveyor


cargado de abastecimientos, produjo un impacto de tal magnitud,
que produciría una sensible demora en la iniciación de la ofensiva en
tierra con la consecuente modificación de los planes de maniobra. Si
los pilotos hubiesen dado en una Fragata quedaría para la anécdota,

469
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

había que seguir buscando buques logísticos y hundirlos, o…la nave


madre de los Harrier, el Portaviones Invincible. (132)
(132) Tuve la oportunidad hace unos años de conversar con el Capitán
Curilovic en Bonn, Alemania, donde disfruté mucho del relato de su ataque al
Atlantic Conveyor. Agregó que en Bonn había conocido un Oficial de la Royal
Navy, que le dijo que vio venir el Exocet hasta dar en el buque transporte.
Con este Oficial británico salían a jugar al golf. La guerra era cosa del
pasado. Existen muchos casos de camaradería y amistad entre miembros de
nuestras Fuerzas Armadas con sus antiguos enemigos ingleses; que sucede
normalmente entre soldados profesionales que lucharon en guerras
transfronterizas. Lamentablemente no ha sucedido lo mismo en relación con
las luchas internas, que no permiten cerrar para siempre una etapa oscura de
nuestra historia.

En la primera línea
El 25 de Mayo se conmemoró en la primera línea en Puerto
Argentino con alegría, a pesar de los bombardeos navales y aéreos.
Esta vez las ceremonias tuvieron un carácter especialmente
significativo y dramático por la especial circunstancia que se vivía,
en espera del enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el Ejército Real
Británico. En las numerosas Misas realizadas en las posiciones, la
homilía del Capellán fue espiritualmente emotiva y patrióticamente
vibrante. En más de un Conscripto, Cabo, Suboficial u Oficial, habrá
sonado en sus oídos en mayor o menor medida aquello de “¿juráis a
la Patria…hasta perder la vida?”, porque allí cerca estaba el
enemigo, el que los bombardeaba de día y de noche, no los dejaba
descansar, les crispaba los nervios, y dificultaba el transporte de
abastecimientos desde la retaguardia. Nadie está dispuesto a dar la
vida simplemente por un juramento; para sacrificarla el hombre
necesita líderes a quienes seguir, motivaciones arraigadas, el apoyo
del compañero de trinchera, el fragor y adrenalina del combate, la

470
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

bronca contra el inglés que mató a su amigo; entonces sí se olvida


de sí mismo, y actúa ante la adversidad sin importarle nada. Es decir
que cruzó la línea intangible de su propia seguridad.

Había miles de raciones de combate en los depósitos de Puerto


Argentino, pero cada vehículo con abastecimientos que salía para el
frente, se convertía en blanco de la artillería de campaña o morteros
enemigos. El sitio establecido en las Islas, sería un eficaz obstáculo
para realizar movimientos de y hacia las líneas del frente, porque
nadie podría moverse sin sufrir un alto riesgo. Por eso en las fases
finales de los combates se produjo una sensible disminución de
abastecimientos de todo tipo; y resultaba casi imposible cocinar,
comer, o descansar un poco en medio de la lucha que se prolongaba
durante muchas horas y agotaba la resistencia física y moral de los
defensores.

En las posiciones del BIM 5 también se conmemoró la fecha


Patria. Después de la ceremonia religiosa se distribuyó chocolate,
pan, dulces, y una substancial mejora en el rancho del mediodía. El
Día de la Patria culminó con una noticia que produjo gran alegría
cuando se supo por “Radio Pavada”, el hundimiento del Atlantic
Conveyor.

A todo esto el Comando de la Infantería de Marina seguía


enviando desde el continente todo lo que estaba a su alcance, aun sin
habérselo solicitado, como aquellos cohetes antiaéreos soviéticos
que no sirvieron. Esta vez les proveyeron visores nocturnos de
primera generación, que amplificaban la luz ambiental; de las
estrellas por ejemplo, que permitían ver en una imagen de tono
verde lo que sucedía en la oscuridad. Recibir nuevos equipos
implicaba estudiarlos, preparar clases y entrenar a sus destinatarios,

471
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

mientras eran bombardeados y tenían que reforzar constantemente


las posiciones, y desarrollar el cúmulo de tareas que significaba estar
en la primera línea. El Batallón estaba provisto anteriormentre de
estos visores, y como el enemigo posiblemente atacaría de noche,
combate para el cual estaba muy entrenado, los nuevos visores iban
a sumar más ojos para la lucha. Como era su costumbre, el Comando
en Puerto Argentino ordenó que parte de ellos, sean distribuidos
entre las Unidades del Ejército.

El Batallón de Artillería Antiaérea de la Infantería de Marina,


tenía medios más antiguos que los de las otras Fuerzas, pero estaba
mejor organizado para el control de los fuegos. En el Centro de
Informaciones de Combate de esa Unidad, observaron que la
Patrulla Aérea de Combate nocturna del enemigo, no era relevada en
vuelo sobre Puerto Argentino, sino en el núcleo de la Fuerza de
Tareas Inglesa. Eso producía un intervalo de unos 45 a 50 minutos,
durante los cuales no existía amenaza aérea. Este detalle permitió
coordinar con Rio Grande la salida de los aviones de transporte sin
peligro de ser derribados. (133)
(133) La Patrulla Aérea de Combate o PAC, consiste en un par de aviones
que orbitan a gran altura, en espera de entrar en acción cuando se le
presentan blancos de oportunidad o le sea requerido por sus mandos.

A partir de la destrucción de uno de los radares de la Defensa


Antiaérea, el bombardeo de las posiciones a baja altura comenzó a
hacerse más frecuente. El Harrier se caracteriza porque sus turbinas
producen un ruido muy fuerte que anuncia su llegada y puede
detenerse en el aire en vuelo estacionario. Este sonido les permitía a
las tropas ocupar rápidamente posiciones para protegerse del
ametrallamiento, o el efecto de las bombas. Visto desde el aire el
terreno se ve chato, y para poder orientarse los pilotos enemigos
entraban a baja altura por un corredor desde el Oeste que pasaba

472
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

entre los Montes William y Tumbledown, hacia Sapper Hill. Les


daba mucha bronca a los infantes ser bombardeados con total
impunidad por los aviones enemigos, hasta que improvisaron un
estilo de defensa antiaérea tipo guerra del 14. Para ello se instruyó a
un sector de la Compañía M, para que ante la aproximación del
ruidoso avión enemigo, efectúen fuego con todos sus fusiles y
ametralladoras sobre la trayectoria del incursor para que “choque”
con la masa de proyectiles. Uno de los Harrier estaba destinado a
ser víctima de este anticuado estilo de guerra antiaérea, porque al
aproximarse uno de ellos le efectuaron fuego concentrado, y se
observó que de una de las turbinas salía una densa columna de
humo, que significa una avería seria en el motor. Las exclamaciones
de entusiasmo fueron enormes y pronto se dispusieron a disparar
sobre la próxima víctima. Todo esto levantaba la moral, pero desde
el punto de vista logístico no era aconsejable hacerlo, por el gran
consumo de munición. Los sobrevuelos de aeronaves enemigas, no
solamente realizaban tareas de hostigamiento para debilitar las
posiciones, sino que también sacaban fotografías para preparar una
acción ofensiva. Esta tarea de inteligencia era complementada por
Fuerzas Especiales que se aproximaban a las posiciones del
Batallón, y efectuaban fuego de morteros para evaluar la capacidad
de respuesta y la ubicación de las armas de apoyo. El
reconocimiento por el fuego, también fue utilizado antes del ataque
a la Isla Borbón, como hemos relatado anteriormente.
Uno de esos días se hizo presente en la Sala de Situación en
Buenos Aires, el Capitán de Navío infante Eduardo Demarco. A este
Oficial Superior lo conocía muy bien porque cuando fue
Comandante de la Brigada de Infantería de Marina Nº 1, me
desempeñaba como Jefe de Logística en su Estado Mayor. Después
de los saludos dirigió la mirada hacia los mapas de las Islas que
cubrían las paredes y me preguntó: “¿dónde queda Tumbledown?”,
473
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

señalándole el sitio respondí: “aquí señor”. Se acercó para observar


el lugar y sus inmediaciones con rostro preocupado y silencioso,
actitud que acompañé. Después de unos instantes me dijo: “allí está
mi hijo”. El Teniente Marcelo Demarco era Observador Adelantado
de Artillería de la Batería de apoyo directo del BIM 5, al mando del
Teniente Abadal. Estaba en primera línea. El Capitán Demarco
había perdido uno de sus hijos durante la lucha contra la subversión,
y era fácil comprender lo que estaría sintiendo en ese momento, y
sobre todo semanas después, porque en ese lugar iba a desarrollarse
el combate más sangriento de toda la guerra. Su hijo felizmente
volvió a casa sano y salvo, y obtuvo una merecida condecoración.

Fugas de información
Los kelpers andaban casi por todos lados con total libertad, y
después informaban lo que veían a los agentes de inteligencia
inglesa. Una de las noticias publicadas en los medios que más
molestó al Estado Mayor Conjunto en Buenos Aires, fue la difusión
de que la pista de Puerto Stanley no había sufrido daño alguno
después de los intensos bombardeos de la aviación y los buques
ingleses, dato que era vital para el enemigo. La Fuerza Aérea pudo
escenificar muy bien supuestos daños, mediante la colocación de
cráteres simulados que se quitaban al anochecer para recibir aviones
desde el continente. Hasta último momento los ingleses creyeron
que la pista estaba inhabilitada, de acuerdo con la información
satelital y los vuelos de reconocimiento fotográficos que mostraban
daños severos.

La actuación de algunos reporteros, periodistas,


corresponsales, fotógrafos, camarógrafos y editores, fue en algunos
casos lamentable. La lacra de las noticias inventadas causaría en la

474
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

población más daño que todas las bombas lanzadas durante la


guerra, porque tergiversaban la realidad y afectaban la moral de los
soldados en el frente y en la población, cuando se enteraban de la
verdad de los acontecimientos.

475
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXVIII

EL ROL DE LOS MEDIOS


El comerciante no conoce más patria, ni más rey, ni más religión, que
su interés propio.
Manuel Belgrano

Comunicado del Estado Mayor Conjunto Nº 54, del 16 de mayo de


1982:
―Ante versiones circulantes en los distintos medios de
comunicación social que deforman la realidad de los hechos y crean
falsas expectativas, llevando por momentos confusión a la opinión
pública, reitera que la única información oficial es la que produce
este organismo por ajustarse a elementos de juicio valederos y
disponer de la totalidad de los antecedentes utilizable.‖

Cuando el Almirante Sandy Woodward, decidió la Operación


Sutton, es decir el desembarco en San Carlos, pensaba ocultarlo

476
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

todo el tiempo posible. El velo deseado se veía favorecido por la


oscuridad de la noche, el cielo encapotado y la niebla existente en el
área de San Carlos. Relata lo siguiente en la página 250 de su obra
“Los cien días”:
“En las últimas veinticuatro horas este camuflaje natural
provisto por el cielo, se había convertido en algo cada vez más
importante para mi, porque el Servicio Exterior de la BBC había
descubierto, y no era la primera vez, nuestras maniobras, y le había
anunciado al mundo que el grupo de batalla y el grupo anfibio se
habían ya reunido, (reunido en alta mar, que era el preludio del
desembarco). Yo había esperado que este encuentro especial se
mantuviera como secreto militar por lo menos hasta después del
desembarco mismo, pero como siempre los medios de comunicación
británicos estaban más interesados en la verdad, que en las
consecuencias para nuestra propia gente. Estábamos furiosos.‖ […]
“…esperábamos que alguien en alguna parte, tuviera el sentido
común de poner algún tipo de censura que demorara este tipo de
información.‖
En los comandos de las Fuerzas argentinas el sentimiento era el
mismo. Un domingo de junio acababa de dejar la guardia de la
Central de Operaciones del Edificio Libertad, y me dirigía a la
estación Retiro para abordar el tren que me llevaría a mi domicilio.
La jornada había transcurrido sin sobresaltos, porque no había
sucedido nada en las Islas. El día anterior, un sábado, parecía que
ambos bandos habían optado por lamerse las heridas, porque salvo
las infaltables Patrullas Aéreas de Combate, las PAC de Harrier,
eran lo único que nos recordaban: ¡he! ¡que estamos en guerra!
Estaba cansado y de mal humor, porque la guerra no iba para
nada bien. Para relajarme, mientras caminaba dirigí la mirada una
vez más hacia el hermoso edificio Kavanagh, que destaca su
477
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

presencia en la Plaza San Martín. Meses atrás había descubierto que


ese edificio y la pirámide de Keops tenían alturas similares, y me
divertía imaginando la gigantesca obra egipcia en lugar del
Kavanagh. Llamaba la atención la poca gente que circulaba por el
lugar, que normalmente estaba colmado de viajeros tempraneros. Al
llegar a la estación, mecánicamente me dirigí a un puesto de venta
de diarios y contemplé asombrado los títulos tamaño desastre de La
Nación, Clarín, La Prensa,… que describían los intensos combates
y acciones del día anterior. Quedé congelado y con la boca abierta.
Cuando el vendedor me preguntó qué quería, le dije que deseaba un
diario. “¿Cuál?‖ me preguntó. Paseando la mirada por cada uno de
ellos le respondí: ―uno que diga la verdad, pero… ¡todos mienten!‖.
En el N° 772 de la revista “Siete Días”, correspondiente al 31
de marzo de 1982, se publicó un artículo denominado “Argentina
recupera las Malvinas”. Según la revista se trataba de una ficción
periodística armada sobre un fondo de verosimilitud. El artículo
describe una supuesta operación ―Cormorán”, mediante la cual una
Fuerza de Tareas recuperaba las Islas, hecho que habría ocurrido los
primeros días de marzo. Esta fantasía revela la falta de criterio de los
editores, que prefirieron lanzar una especie de primicia, sin medir
sus consecuencias, porque produjo una reacción inmediata en las
autoridades y público británicos.

Ética, derechos y mentiras


Un flamante periodista recibe instrucciones para escribir un artículo
sobre la acción de gobierno del Intendente de una localidad vecina. Al
retirarse gira sobre sí mismo y le dice al jefe de redacción: ―¡Ah jefe! Me
olvidaba, ¿a favor o en contra?‖
La discusión entre el derecho a la libertad de información, la
desinformación, la discreción o la indiscreción, el exitismo, y la

478
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

ética de la noticia, todavía sigue en discusión y no han sido


suficientemente analizadas para los casos de guerra, sobre todo en
nuestro país. El periodismo es un mundo complejo, donde se
mezclan lo noble con lo sucio, el reportaje comprado con la noticia
sublime, lo político con lo falso y especulativo; la gran noticia que
vende el diario hoy, será desplazada en un par de días por un
accidente, sobre todo si hubo muchos muertos. Los denominados
“parámetros de la noticia”, componen una cadena infinita de
hechos, cuyos titulares o copetes son fuentes atractivas para el lector
y consecuentemente producen más ventas. Pero esta vez se trataba
de las noticias de una guerra que nos afectaba a todos, y hería día a
día nuestros más caros sentimientos.
Durante la paz y especialmente durante la guerra, los Servicios
de Inteligencia analizan los diarios de todo el mundo, porque son
una fuente muy interesante de datos porque normalmente no se
censuran las ediciones. Recordemos el caso del buque espía
“Narwal”. En tiempos de la Unión Soviética, cuando existía la
cortina de hierro, había nacido una disciplina dedicada a analizar las
fotografías con la ubicación relativa de los jerarcas soviéticos
respecto de Stalin, durante las ceremonias en la Plaza Roja. Del
estudio sacaban conclusiones acerca de si tal o cual Ministro había
caído en desgracia, porque en la ceremonia anterior ocupaba un
puesto más cercano al líder soviético.
Durante la guerra de Vietnam los acontecimientos bélicos se
vivían “in vitro”, porque los corresponsales acompañaban a las
Unidades de combate estadounidenses y enviaban reportajes que
eran editados de tal manera, que causaron reacciones adversas en la
opinión pública. Esta lección fue asimilada y durante la Guerra del
Golfo, tan impopular como la de Vietnam, se restringió el acceso de
los corresponsales al frente de batalla. Fue por eso que todos los días

479
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

un alto jefe militar exponía ante los corresponsales destacados en


Arabia Saudita, y les relataba los acontecimientos del día. No se
permitían hacer preguntas acerca del futuro de las operaciones,
porque no podían expresar por adelantado lo que pensaban hacer las
Fuerzas de la Coalición. Hubo un par de hechos tragicómicos cuyo
protagonista principal fue la cadena de noticias CNN, porque
mientras la inteligencia militar buscaba el bunker de Saddam
Hussein para ponerle un misil en la cabeza, un cronista de ese Canal
le había hecho un reportaje en su refugio. El otro hecho también fue
protagonizado por una reportera de la CNN, que vía satélite hizo un
comentario desde una ciudad ubicada muy cerca de la frontera con
Kuwait, diciendo que en esa zona no quedaba nadie, ni gente, ni
tropas, ni nada. Al día siguiente se produjo un ataque iraquí con
blindados e infantería que capturaron la ciudad, naturalmente sin
resistencia.
Durante la guerra de Malvinas también se registraron errores
garrafales, debido al insuficiente control de las noticias por el área
inteligencia de los diferentes Comandos. Esto era muy difícil de
lograr, porque ni siquiera se ponían de acuerdo para el desarrollo de
las operaciones. Recordemos otra vez más el caso del “Narwal‖,
cuya actividad fue puesta en vidriera por un conocido diario
marplatense, noticia que llegó a manos del MI6, del Gabinete de
Guerra, y de la Fuerza de Tareas británica.
Sabemos que en la madrugada del 1º de mayo, cuando el
Teniente Martín Whiters a bordo de un Vulcan bombardeó la única
pista asfaltada de las Islas, arrojó 21 bombas de 1.000 libras y sólo
una de ellas impactó en el blanco. El cráter que hizo esa bomba era
descomunal, pero dejaba una parte utilizable de la pista, que
nuestros pilotos supieron aprovechar. Como dijimos, los miembros
de la Fuerza Aérea eran expertos en camuflaje, y simularon más

480
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

impactos con elementos que retiraban cuando tenían que aterrizar


aviones y que, después de su despegue, volvían a ponerlos. Ni a
través de los satélites, ni por las fotografías aéreas, ni por las fuerzas
especiales inglesas que deambulaban por la Isla libremente
mimetizados como kelpers, pudieron darse cuenta. Sin embargo,
después de ese primer bombardeo, periodistas autorizados lanzaron
la noticia de que la pista no había sido dañada, que se publicó en
todos los diarios como demostración de lo chambones que eran los
pilotos ingleses. Esto provocó nuevos bombardeos de los Vulcan.
Durante la guerra la inteligencia inglesa opinaba lo contrario ¿acaso
no podían verse claramente en las fotografías, los cráteres de las
bombas en la pista?
Estas noticias dentro de todo no tenían gran relevancia, lo
grave era que los diarios informaban acerca de la guerra como si
fuera un partido de fútbol, donde diariamente los ingleses cometían
faltas, estaban en off side, y erraban los penales, mientras que
nuestra Fuerza Aérea los llenaba de pelotazos. A esto se sumaban las
declaraciones públicas del General Galtieri que parecía negarse a
asumir la realidad y exigía a los mandos subordinados acciones
irrealizables, como sucedió con Hitler al final de la guerra.
Estábamos cometiendo severos errores en materia de acción
psicológica, porque el público deseaba ese tipo de noticias, y
llevados por el entusiasmo comenzaban a aceptarla como cosa
cierta, a pesar de la información más realista, aunque filtrada, que
emitía el Estado Mayor Conjunto.

481
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

1º de mayo 1992. Nunca se rechazó un desembarco inglés porque no lo hubo,


y por esa causa tampoco pudo haber bajas enemigas

Un titular temerario que hubiera representado muy bien nuestro deseo, pero
muy alejado de la realidad
Fue entonces que se instaló un espíritu triunfalista en nuestra
sociedad, que fue nefasto al momento de la rendición. ―Nos
engañaron”, decían del gobierno; que pagó las culpas de aquellas
publicaciones que se disputaban los títulos desastre para vender más,
482
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

y que llegado el momento de la rendición, se hicieron los tontos y se


volcaron contra el gobierno, aunque había argumentos mucho más
importantes para tirarse contra aquél. Esa sensación todavía persiste
después de tres décadas de producidos los hechos. Sin embargo, es
justo señalar que los Generales que conducían la guerra tuvieron
cierto grado de responsabilidad, porque informaban a sus superiores
una situación bastante alejada de la realidad y ponderaban la moral y
el buen estado de las tropas.

Copetes sin fundamentos


La imagen siguiente reproduce los títulos de un diario. En San
Carlos, lugar donde desembarcó la Fuerza de Desembarco enemiga,
jamás hubo una “dura ofensiva”. Los jefes de la Infantería de Marina
argentinos Moeremans y Robacio, expertos en guerra anfibia, le
habían señalado al General Menéndez y al General Jofre, que ése era
el lugar más probable del desembarco inglés. Ellos insistían
tozudamente, como lo hicieron los generales alemanes durante el
desembarco en Normandía, que sólo era un ataque de diversión y
que la ofensiva principal se haría sobre Puerto Argentino.

483
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El desconocimiento y la poca voluntad de los Jefes de Redacción por


aprender algo de la guerra, hicieron el resto. Jamás se podría haber puesto
como subtítulo debajo de los aviones Canberra, que ―lanzaban ataques de
precisión desde gran altura‖, porque es exactamente lo contrario. Nunca
hubo una ofensiva sobre la Playa San Carlos. Y el circo recién comenzaba.
Durante la ofensiva sobre Puerto Argentino, como no había
nada que decir, pusieron un título que decía: “los ingleses sufren
fuertes pérdidas‖, el subconsciente colectivo lo asimila como: ―les
estamos dando una paliza‖. Lo peor de todo era que se afirmaba que
la noticia venía de “fuentes militares”. El Estado Mayor Conjunto
observó que la realidad de la guerra se le estaba yendo de las manos,
por las noticias exitistas que publicaban los medios. A esto se
agregaban las inoportunas declaraciones de Galtieri, que de alguna
manera ratificaba lo que decían.

484
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En el Monte Kent, el Regimiento 4 no pudo resistir la ofensiva británica. Su


Jefe Teniente Coronel Soria, fue tomado prisionero porque no quiso
replegarse y dejar abandonado parte de sus efectivos. El resto se desbandó
hacia Puerto Argentino, y muchos de ellos arrojaron sus armas en el camino.
Algunos pocos se incorporaron al BIM 5 para seguir combatiendo.
Era un hecho habitual que para darle entidad, las noticias sobre las
acciones bélicas comiencen diciendo: “fuentes normalmente bien
informadas”, “un militar que no quiso dar su nombre”, “trascendió
en la Casa Rosada que”, etcétera. De este modo falsamente le daban
a la noticia cierto grado de credibilidad, hecho que generaba una
idea equivocada sobre la guerra. Fue por eso que al publicarse títulos
como:

Entonces los argentinos creíamos de buena fe, que verdaderamente


estábamos ganando la guerra. En muchos de los escritos,
comentarios televisivos, radiales, diarios y periódicos editados
después del conflicto, se afirma intencionadamente que la fuente de

485
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

las noticias exitistas que generaron esa creencia surgía del gobierno
que cargó con todas las culpas, mientras los verdaderos responsables
se lavaban las manos. Todas las noticias sobre la guerra tenían que
surgir exclusivamente del Área Inteligencia del Estado Mayor
Conjunto, pero se presentaba el inconveniente de que a veces las
declaraciones surgían espontáneamente en determinada Fuerza, o de
Generales tan importantes como Galtieri o Menéndez. A veces las
noticias tenían sentido propagandístico, como por ejemplo el
supuesto éxito logrado por la Fuerza Aérea con los aviones Pucará,
que en realidad caían como moscas en el suelo malvinense por sus
limitadas características para enfrentar los misiles enemigos tierra-
aire, o aire-aire. (134)
(134) Como el Informe Rattenbach tiene actualmente estado público, puede
leerse a partir del folio 333 hasta el 340 del Tomo II de las Declaraciones, las
del Jefe de Inteligencia del Estado Mayor Conjunto, Almirante Salvio
Olegario Menéndez, que efectúa interesantes comentarios que permiten ver
hasta qué punto los medios de difusión tergiversaban los hechos.

Las noticias periodísticas surgidas en el continente, dieron sin


proponérselo interesante información a la inteligencia enemiga,
como por ejemplo las Bases Aéreas desde donde operaban nuestros
aviones, sus características, el nombre de los pilotos, su
capacitación, los tipos de aeronaves, etcétera. En este intrincado
panorama, era difícil controlar la sensación triunfalista que iba
instalándose en nuestro pueblo, cuando los diarios publicaban
expresiones de Galtieri como éstas:

486
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Para días más tarde encontrarse con esta otra:

El Secretario de Prensa de esa época, Embajador Rodolfo Baltiérrez,


declaró ante la Comisión Rattenbach lo siguiente:

487
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―La idea del triunfalismo fue una confusión de la ciudadanía,


acostumbrada a lo fácil y exitoso, como en los deportes. No creo
que ese triunfalismo fuera creado por prominentes ciudadanos, con
algún fin o plan determinado, sino que surgió naturalmente y nos
abrazó a todos‖.

En venta
Durante la guerra hubo periodistas que vendieron y bien caras,
las fotografías y videos tomados en las Islas. A todas luces un
flagrante hecho de corrupción, como algunos periodistas lo hacen
hoy cuando escriben por dinero y faltando a la verdad sobre
determinados temas, y después circulan por las calles arrogándose la
condición de ciudadanos honestos. Al poco tiempo de comenzada la
guerra, se comprobó que existía un mercado negro de fotografías y
videos que eran vendidos a los corresponsales extranjeros que
permanecían varados en Buenos Aires sin poder llegar a las Islas.
Las transacciones se efectuaban en los hoteles donde se alojaban,
como el Sheraton o el Plaza. Los valores oscilaban entre U$S 500 y
U$S 1000 por las fotografías, y varios miles de dólares por los
videos, que eran adquiridos principalmente por las agencias
Associated Press y United Press. Esta situación fue denunciada en
Buenos Aires por el Coronel Rafael de Piano, que logró identificar
la persona y domicilio de uno de los mercaderes de la información.
(135)

(135) Informe Rattenbach, Tomo V, página 966. Ver también el informe del
Coronel De Piano en el Anexo Tomo X, folios 2043 al 2045. En el folio 2074
se detallan operaciones de mucha mayor envergadura, y se señalan quienes
fueron los vendedores.

488
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En las Conclusiones de la CAERCAS, se cuestiona la actividad del


Jefe del Estado Mayor Conjunto, Vicealmirante Leopoldo Suarez
del Cerro, entre otras imputaciones por:
Fojas 262: “2) ―No agotar las medidas para investigar el
comercio de información que, según fuera denunciado, se habría
realizado durante el conflicto‖.
Una de las funciones del Almirante Menéndez en el Estado
Mayor Conjunto, era la de elaborar los comunicados de las acciones
en Malvinas y realizar tareas de acción psicológica. Cuando prestó
declaración en la Comisión Rattenbach, al preguntársele sobre la
veracidad de los comunicados que emitía, dijo:
―..deseo clarificarlo perfectamente: todos los comunicados se
ajustaban estrictamente a la verdad. Y no sólo por decisión mía,
como Jefe de Inteligencia, sino que por orden expresa del Sr. Jefe
del Estado Mayor Conjunto, no salía ninguna noticia que no
tuviera, en principio, como mínimo dos barra tres fuentes de
confirmación del hecho.‖ (136)
(136) Informe Rattenbach, p. 332 Volumen II.

Sigue diciendo en su declaración:


―…hubo oportunidades en que se censuraron o se sancionaron
revistas, y esas sanciones fueron levantadas. La causa fue el
exitismo con que algunas revistas recogían la información, inclusive
vulnerando – a través de los artículos – la seguridad, cosa que nos
preocupaba muchísimo especialmente en el caso de nuestros pilotos
–fundamentalmente de Fuerza Aérea- que realizaban toda una serie
de misiones, y que las revistas daban información que podía ser
comprometedora para futuras operaciones.‖ (137)
(137) Ibídem.

489
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Continúa:
―Las revistas y los diarios, con sus titulares, con algunos
artículos prefabricados –no me refiero a aquellos artículos de
autoridades que reflejaban opinión, porque eso es una cosa
totalmente distinta a lo que me estoy refiriendo- sino a todo eso que
la revista fabricaba, hicieron que la opinión pública –que
escuchaba que el comunicado del Estado Mayor Conjunto daba un
detalle frío- y leía en la revista ―Gente‖ sobre acciones exitosas con
fotografías y con dibujos, hasta con frases inventadas,
evidentemente, estuviera mal conducida o preparada por así
decirlo, más para el éxito que para la derrota, sin ningún lugar a
dudas. Como hecho anecdótico como guía de lo que estoy
señalando, la Sra. Reneé Salas de la Revista ―Gente‖, me llamó en
dos oportunidades para pedirme toda una serie de información, en
detalle, de carácter militar. Yo le expliqué las razones, y el
argumento fue: ―yo tengo contactos en el más alto nivel y, aparte,
Sr. Almirante, si no me lo dicen yo voy a escribir igual.‖ (138)
(138) Ibíd., p. 333

Declaraba Menéndez que durante la guerra se presentaron muchos


comerciantes, empresarios, y publicistas, que deseaban colaborar de
alguna manera, y estaban dispuestos a poner sus bienes al servicio
del país. Otras personas se acercaban para obtener algún rédito nada
más. En cuanto a los políticos, también se mostraban como
colaboradores y ponderaban lo que se estaba haciendo. El día que
cayó Puerto Argentino, desaparecieron todos. (139)
(139) Ibíd., p. 334.

Una de esas iniciativas fue la del Club River Plate, que propuso
realizar una exposición sobre la guerra en proceso en el Estadio

490
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Monumental, que como era natural cayó por su propio peso cuando
fuimos derrotados.
En sus declaraciones el Almirante Menéndez agregó que el
Comando de Malvinas rechazaba la presencia de periodistas en las
Islas, porque molestaban o perturbaban. La radio que tenía TELAM
en Malvinas para comunicarse con el continente le fue confiscada
por el Coronel Francisco Machinandiarena del Estado Mayor del
General Menéndez, porque lanzaba noticias falsas sobre la situación
en las Islas. Esto produjo un revuelo en la Casa de Gobierno, desde
donde se comunicaron con el Comando en la Isla exigiendo
explicaciones. ¿Por qué? porque todos los gobiernos, de facto, o
constitucionales, les tienen miedo a los periodistas.

La ropa sucia se lava en casa


El 3 de mayo de 1982 poco antes de las 3 de la tarde, el
Teniente de Fragata Martín Sgut dejaba su guardia, y fue a almorzar
a la Cámara de Oficiales del Crucero General Belgrano. Cansado de
las tareas de esa mañana, después del almuerzo se dirigió a su
camarote para descansar e intentar relajarse. Se acostó vestido, como
acostumbraban durante los cruceros de guerra, y pronto lo envolvió
un profundo sueño, que fue interrumpido por una violenta explosión
que casi lo hizo caer de la cucheta mientras la luz parpadeaba. Sin
saber exactamente qué ocurría, una segunda explosión le hizo
comprender que habían sido torpedeados. Instintivamente tomó un
abrigo del perchero y salió del camarote para colaborar en la
emergencia. Cuando alcanzó la cubierta superior todo era un caos de
tripulantes que trataban de alcanzar las balsas asignadas para
abandonar el buque, que en pocos minutos comenzó a escorar
peligrosamente anunciando su próximo fin. Casi un tercio de la
tripulación había quedado atrapada en las entrañas del viejo Crucero,

491
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

por lo que sobraban las balsas, aunque el mar arbolado dificultaba


abordarlas. Algunos se veían obligados a arrojarse al agua para
alcanzar la suya, mientras que otros tenían mejor suerte y no tenían
que mojarse, como le sucedió al Teniente Sgut, que después de
algunos minutos en su balsa, comenzó a sentir los efectos de la baja
temperatura. Instintivamente introdujo sus manos en el abrigo y
grande fue su sorpresa cuando encontró en un bolsillo su pequeña
cámara Pocket. Inmediatamente comenzó a sacar fotos de las
alternativas de hundimiento hasta que llegó la noche. Serían las
únicas imágenes del tremendo drama.

Antes del impacto del primer torpedo, se encontraba en el


puente acompañando al Comandante, el Cabo Segundo Eliseo
Rodríguez. De pronto fueron sorprendidos por una tremenda
explosión, que Rodríguez interpretó inicialmente que había sido un
tremendo golpe de mar y después el estallido de una Santabárbara.
Pasados los primeros instantes de incertidumbre, se dio la orden de
abandono. El Capitán Bonzo supuso que serían atacados por la
aviación enemiga y ordenó cubrir las dotaciones de unas
ametralladoras Mag que fueron instaladas en los costados, pero el
personal no había sido entrenado para eso, y desconocían su
funcionamiento. La cubierta estaba muy resbaladiza por los restos de
petróleo que traían en sus borceguíes los que salían de las entrañas
del buque, no obstante Rodríguez pudo alcanzar su balsa junto con
otros 27 hombres. Como varias de las balsas tenían lugares vacíos,
parte de esos hombres fueron distribuidos en otras. Cuando
Rodríguez se ubicó de espaldas al mar cerca de la salida, sintió que
algo le tocaba la espalda. Al darse vuelta vio a un tripulante que con
la mirada perdida flotaba con los brazos extendidos. Sin perder un
instante lo tomó de los brazos para izarlo abordo, momento en que
comprobó con espanto que sólo se trataba del torso. Varios de los

492
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

náufragos estaban sufriendo grados alarmantes de hipotermia,


porque estaban empapados, otros estaban quemados o heridos. En
esos momentos extremos se improvisaba cualquier cosa para darles
calor, inclusive orinar dentro de la ropa interior de los que estaban
mojados. No obstante la grave situación, recuerda el excelente
espíritu y buen humor que reinaba en su balsa, elevada moral que
era una característica distintiva de la dotación del Crucero.

Rodríguez vivió momentos tan difíciles como dispares durante


la guerra. Pertenecía a la dotación de desembarco del Crucero
Belgrano, y como tal integró la segunda ola de la Operación Rosario
el 2 de abril. Formó parte inicialmente del Destacamento Naval
Malvinas, mientras su buque estaba en la Base en dique seco. Pocas
semanas después fue trasladado nuevamente al Crucero, que había
llegado a Ushuaia para tomar combustible. Después del naufragio
regresó a Puerto Belgrano, disfrutó de unos días de licencia y al
regresar a la Base se presentó voluntario para volver a las Islas,
donde permaneció hasta el momento de la rendición. Comenta que
en su vida tuvo dos momentos que no olvidará jamás: cuando vio
desaparecer de la superficie de las aguas al Crucero Gral. Belgrano
y el dramático momento en que en Puerto Argentino los ingleses
arriaron la bandera nacional, e izaron la suya.

Los náufragos del Belgrano fueron rescatados horas después en


medio un gran operativo que se extendió durante varios días, donde
en alguna de las balsas sólo encontraron cuerpos congelados. Los
sobrevivientes arribaron tiempo después a la Base Naval Puerto
Belgrano. En la Policía de esa Base, existía un laboratorio
fotográfico donde se realizaban “trabajos para terceros”; mucha
gente llevaba rollos para el revelado y copias, entre ellas el Teniente
Sgut, que al día siguiente retiró las imágenes. Días después

493
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

comprobó estupefacto que ésas, sus fotos, exactamente las mismas,


eran publicadas por los diarios del país y del mundo. Alguien las
había copiado y vendido.

Una de las dramáticas fotografías tomadas por el Teniente de Fragata


Sgut desde su balsa. Puede verse el mar embravecido.

En la Armada existe una consigna popular, que dice que ―la


ropa sucia se lava en casa‖. Posiblemente por eso se mantuvo en
reserva este hecho poco conocido relacionado con el hundimiento
del Crucero. Una de las preguntas que la Comisión Rattenbach le
hizo al Almirante Menéndez estuvo relacionada con este asunto, que
el Almirante dijo desconocer, es decir que no estaba bajo su control.
Pocos meses después, Sgut solicitó su retiro de la Marina.

La nueva “Rosa de Tokio”


―Hola Tommy, soy Libertad...tengo algo que te gustará escuchar. Estás
lejos de las cosas que amas Tommy, tan lejos que no puedo dejarte solo, te
voy a acompañar durante el viaje.‖

494
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Iva Toguri era una estadounidense de padres japoneses, que


estaba de visita en Japón desde algunos meses antes de comenzar la
guerra del Pacífico, y que no pudo regresar a los EE UU iniciado el
conflicto. Tiempo después fue reclutada junto con otras mujeres que
hablaban inglés americano, para realizar una campaña de acción
psicológica por medio de emisiones radiales contra los soldados
enemigos. La emisora era conocida como “La Rosa de Tokio” y fue
muy famosa durante la Guerra.
Entre tantas iniciativas que se concretaron durante el conflicto
de las Malvinas, estuvo la de realizar una campaña de acción
psicológica similar a la que concretó con mucho éxito la inteligencia
japonesa de aquellos tiempos. Se trataba de crear una “radio negra”,
es decir una emisora no identificable, de alta calidad temática y
técnica, además de una excelente conducción. La tarea se realizó en
el más absoluto secreto y participó la conocida locutora argentina
Sra. Silvia Fernández Barrio, que hablaba perfecto inglés con voz
cálida, seductora y a veces erótica, manejando adecuadamente los
silencios. La grabación era coordinada por Enrique Alejandro
Mancini, que aportó música de las Islas británicas para la
transmisión. Las grabaciones de 45 minutos se realizaban bien
temprano en el edificio de la Radio Ciudad de Buenos Aires, y
posteriormente era llevada a la planta transmisora de Transradio
Internacional.
Esta iniciativa secreta se denominó “Liberty” y las emisiones
trataban de desmoralizar a los soldados ingleses y sus familias. Los
mensajes salieron al aire por primera vez el 21 de abril de 1982, y
completaron 69 programas. Liberty llegaba perfectamente a Londres
y países del Commonwealth y para evitar la interferencia enemiga se
tomaron diversos recaudos, entre ellos el cambio de frecuencia. Las
emisiones de radio Liberty se prolongaron hasta 48 horas después de
la caída de Puerto Argentino día en que finalizó la transmisión con
495
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

una despedida en inglés y español que decía: “Se perdió una batalla,
pero no el propósito de recuperar las islas, porque las Malvinas han
sido, son y serán argentinas‖.
Esta brillante iniciativa causó sensación en todos los ámbitos
de la actividad político-militar internacional, cuyas emisiones eran
escuchadas con asombro por las autoridades militares y
gubernamentales del Reino Unido. Quienes vivieron la guerra y
recuerdan sus episodios, habrán sentido hablar de “Liberty”.

La Gaceta Argentina
Paralelamente se editaba en la capital de las Islas el periódico
“La Gaceta Argentina”, editado por orden del General Menéndez y
destinado a los Cabos y Conscriptos. Era una edición muy elemental
escrita a máquina de dos o tres páginas, con un editorial, una reseña
de los últimos acontecimientos militares, y un resumen de las
noticias nacionales o internacionales más destacadas. Fue su
Director el capellán Fray Salvador Sartore OP, y Subdirector el
Capitán Orlando Rodríguez Mayo. En la Edición Nº 9, de fecha 1º
de junio de 1982, publicó la cuestionada arenga que el General
Menéndez dirigió a nuestros combatientes.

Operaciones sicológicas británicas


La película ―El hombre que nunca existió”, reveló hasta qué
punto los ingleses son capaces de realizar operaciones de engaño a
nivel estratégico. El film estaba basado en un hecho real, en el que
un supuesto oficial inglés aparecía ahogado frente a las costas de
España, llevando documentos con un plan secreto relacionado con
un desembarco a realizarse en el extremo Este del Mediterráneo. Los
agentes nazis de la península pronto lograron infiltrarse y hacerse
del falso plan. Esto originó el traslado de numerosas fuerzas
496
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

alemanas a la zona del falso desembarco, que alivió la resistencia a


esperar en Normandía cuando se realizó el del día D.

El 19 de mayo de 1982 a las 23:00, organismos militares de


Acción Psicológica (AP) inauguraron en la Isla Ascensión la “Radio
South Atlantic”, que intentaba realizar propaganda anti argentina que
no tuvo éxito por lo que hoy llamaríamos “bajo rating”. Entre sus
defectos la locutora tenía un fuerte acento centroamericano.
También llegó a la Argentina propaganda acerca de lo sanguinarios
que eran los gurkas, que prendió en algunos medios, y por lo tanto
en numerosos combatientes que temían ser degollados durante la
noche, y que aún hoy siguen contando fantasías. (140)
(140) Nota del autor: Durante la conversación informal que tuve en 1982 con
el Capitán Robacio, le consulté respecto de la ferocidad de los combatientes
gurkas. Su respuesta fue: ―¡no!, nada que ver.‖

Uno de las operaciones más originales de los ingleses, fue la


intención de preparar un papel higiénico especial, para hacerlo llegar
de alguna manera a las fuerzas argentinas. El papel iba a contener un
poderoso elemento irritante, capaz de inhabilitar para el combate a
los soldados argentinos.

También se programó y no pudo concretarse, la remisión de


agua mineral con bacterias. Todos estos proyectos posiblemente
surgidos de un “brain storm”, parecían ser más útiles para guerras
prolongadas que para el caso Malvinas, sin perjuicio de estar
excluidas de las convenciones que rigen la guerra.

Cuando el desembarco del 2 de abril, se encontraba en Puerto


Argentino el fotógrafo Rafael Wollson, que hizo algunas tomas de
los prisioneros ingleses. . Una de las imágenes los mostraba con las
manos en alto, y en otra tirados boca abajo en la calle principal.

497
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Cuando el Almirante Büsser los vio, ordenó inmediatamente que se


pongan de pie, pero ya era tarde, porque el daño estaba hecho. Los
diarios europeos ingleses, italianos y franceses, destacaron con
grandes títulos la “humillación” británica hecha por los argentinos,
ese país del tercer mundo. Ajeno a la voluntad de Wollson, sus
fotografías impulsaron la sed de venganza del pueblo británico. El
mismo Almirante Büsser hizo una fuerte crítica por la publicación
de esas fotografías, porque la humillación pública a los militares de
cualquier país, siempre se pagó muy cara.

Plenos de pasiones y de venganza, los soldados británicos en


numerosos casos no fueron muy considerados con nuestros
prisioneros. En la gran mayoría de los casos hubo actitudes duras
pero respetuosas, y en otros casos abundaron los culatazos, golpes y
simulación de fusilamientos. Los paracaidistas fueron los peores,
muy resentidos por la muerte de su Jefe de Unidad a manos de los
argies. El Guardiamarina David Ruiz, recuerda que cuando estuvo
concentrado en el aeropuerto como prisionero, se vio obligado a
beber agua de un charco, ante la burla de un soldado inglés que le
mostraba y señalaba una fotografía del 2 de abril con los prisioneros
británicos tendidos en el suelo. Por su parte el Conscripto Larrivey
del BIM 5, recuerda que cuando los hicieron limpiar el descomunal
basurero en que se había convertido Puerto Stanley, insultaban con

498
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

disimulo a los soldados británicos, hasta que uno de ellos les dijo en
perfecto español “basta de insultar”. Sorprendidos le preguntaron
dónde había aprendido español, respondió secamente: “nací en
Santiago del Estero”. Minutos después de caer en sus manos los
prisioneros argentinos, lo más destacable de la actitud británica fue
el auxilio que brindó su servicio de sanidad a nuestros heridos.
Varios de los nuestros salvaron sus vidas por esa ayuda.
Paralelamente, los Jefes enemigos hacían todo lo posible para
analizar las acciones de combate con sus pares argentinos.

499
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXIX
DEFENSA DE DARWIN
La Isla Soledad está separada en dos partes por un istmo
pequeño ubicado al Oeste. En el sector Norte hay una casa quemada,
que señala el principio del accidente geográfico. Al Este de la parte
central del istmo, pueden verse un puñado de casas conocido como
Darwin.
A poco más de 2 km en
línea recta y hacia el
Sur, se halla un caserío
más importante llamado
Goose Green o “Pradera
del Ganso”, o bien mal
traducido:
“Ganso Verde”

Esta área y sus poblados


conforman lo que se
denomina Darwin and
Goose Green Parks. Lo
de “parque” no es más
que una exageración
británica.
Al Noreste de Goose
Green hay varias pistas
aéreas de tierra, como
muestra la figura, con
diferentes orientaciones.
Entre ambos poblados
sumaban 114 habitantes
absolutamente hostiles.

500
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Ambos caseríos están unidos por un camino de tierra, que hacia el


Norte llega hasta San Carlos, y hacia el Este alcanza Puerto
Argentino. El terreno es chato excepto en Darwin, donde hay una
pequeña elevación del mismo nombre; y a unos cientos de metros
hacia el Oeste existe otra pequeña altura conocida como Boca
House. Para el traslado es conveniente el empleo de vehículos de
doble tracción.

En el istmo de Darwin estaba acantonada la Fuerza de Tareas


“Mercedes”, integrada por:

1. El Regimiento de Infantería 12 (-), organizado a 2 Compañías


de tiradores, con un total de 446 hombres, de los cuales 348
eran Conscriptos con escasa instrucción, al mando del Teniente
Coronel Piaggi.
2. La Compañía C (-) del Regimiento de Infantería 25, con 78
hombres, entre ellos 61 Conscriptos bien entrenados, al mando
del Teniente 1º Esteban.
3. Una Sección del Regimiento de Infantería 8, de 37 hombres,
31 de los cuales eran Conscriptos.
4. Una Batería del GADA 601 (Grupo de Artillería de Defensa
Aérea), con 33 efectivos, de ellos 24 Conscriptos.
5. Un Grupo de Ingenieros de 11 hombres, de ellos 10
Conscriptos.
6. El Escuadrón “Güemes” de 62 hombres, entre los que había 46
Conscriptos.

La Base Aérea Militar “Cóndor”, instalada en Prado del Ganso


al mando del Vicecomodoro Wilson Pedrozo, tenía la misma
proporción de Conscriptos:

-Dos Secciones de Tiradores para defensa de la Base.

501
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

-Dos morteros de 81 mm.


-Una Sección de artillería de Defensa Aérea, con 6 cañones.
-Un Escuadrón de IA58-Pucará, con un total de 12 aviones.
-Un Escuadrón de Helicópteros (2 Chinook y 2 Bell).

Entre el Vicecomodoro Pedrozo, que era más antiguo que el


Teniente Coronel Piaggi y éste, las relaciones no eran buenas. Esa
antigüedad relativa fue un factor negativo para el desarrollo de las
operacionese, y a pesar de ello el Comando de la Brigada no logró, o
no pudo solucionar esa urticante relación. La odisea del RI 12 para
llegar a Darwin en helicópteros que relatamos anteriormente, se
prolongó durante varias semanas más, porque la Fuerza Aérea
enviaba los helis por gotas, tanto, que inmediatamente fue bautizado
ese sistema de transporte como “gotero”.

El Regimiento 12 estaba deficientemente equipado, no era una


Unidad lista para el combate en ningún sentido, es decir que era la
menos indicada para ser enviada a cumplir una misión aislada. No
disponían de mochilas, tampoco tenían equipos de comunicaciones,
no poseían palas para cavar trincheras ni vehículos, y le faltaba la
mayor parte del armamento pesado, que seguía en el continente y
que nunca recibiría. Sin embargo, en la Carta de Situación del
puesto de Comando en Moody Brook, figuraba ampulosamente
como “Fuerza de Tareas Mercedes” con los símbolos militares
correspondientes, que no reflejaban la precariedad de sus medios.
Solamente disponían de una docena de ametralladoras y escasos
cañones sin retroceso. Según relata Piaggi, para construir sus
posiciones tuvieron que utilizar los jarritos para beber, platos y
cubiertos, además de las palas que pudieron conseguir
apresuradamente en el lugar. Por la dificultad para cavar trincheras,
parte del personal dormía en carpas a la vista de los ojos enemigos,
concepto que incluía a los kelpers. Tenían una sola cocina de
502
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

campaña que funcionaba a leña, con capacidad para abastecer a 200


hombres, pero eran 600 los efectivos para alimentar en caliente.
Como no disponían de raciones de combate, llegado el momento de
la lucha simplemente no pudieron alimentarse. Por la escasez de
víveres, se vieron obligados a adquirir y sacrificar diariamente una
determinada cantidad de ovejas, como se hacía durante las guerras
en los Siglos anteriores. La escasa población era completamente
hostil, y mantenían contacto radial permanente con la fuerza
expedicionaria enemiga. Piaggi trataba a los kelpers como enemigos
que eran, y los mantenía encerrados en sus casas. Esta situación
originó serios roces con el Vicecomodoro Pedrozo, que trataba de
seguir las directivas recibidas para Asuntos Civiles impuestas por el
Gobernador General Menéndez. Ciertamente ambos tenían razón,
pero para solucionar esa irritante situación era necesario disponer de
personal especializado en esa área, que no fue asignado.

Desde todo punto de vista, resultaba inconcebible el envío de


una Unidad al frente de combate en las condiciones en que estaba el
Regimiento 12. La peor de las debilidades era que no disponían de
sus medios de comunicaciones orgánicos, imprescindibles para una
posición defensiva que tendría varios kilómetros de extensión. Esta
ausencia haría impracticable controlar y conducir la Unidad durante
el combate. Para poder comunicarse con su Comandante en Puerto
Argentino, Piaggi tuvo que requisar equipos de radioaficionados de
los kelpers, porque los suyos estaban en el continente a bordo del
Córdoba; es decir que nunca los tendría. Por lo tanto, sus
comunicaciones eran una verdadera fiesta para la inteligencia
británica.

Los miembros de la FT “Mercedes” y de la Base Aérea Militar


“Cóndor” no tenían entrenamiento para dirigir un “apoyo aéreo
cercano”, es decir controlar y conducir hacia el blanco escogido a
503
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

los aviones propios. ¿Qué resultado podría esperarse en estas


condiciones, ante una acción ofensiva británica? La fuerza enemiga
iba a estar perfectamente equipada, y contaría con apoyos de fuego
naval, aéreo, y terrestre, y extrema movilidad facilitada por sus
helicópteros.

Distribución general de nuestra fuerzas en las Islas Malvinas. Las tropas en


Puerto Howard y Bahía Fox fueron bombardeadas, y nunca tomarían
contacto físico en conjunto con el enemigo. Se rindieron sin llegar a combatir,
pero tuvieron bajas por efecto de los bombardeos, por inanición, y por
heridas autoinflingidas. La pequeña dotación de Borbón fue sobrepasada por
la acción de los Comandos enemigos, y vieron impotentes como destruían
todos los aviones. A continuación le tocaba el turno a la Fuerza de Tarea
―Mercedes‖ y a la Base Aérea ―Cóndor‖.

Del otro lado del Canal, en Bahía Fox, la Compañía de Ingenieros 9


instaló posiciones de artillería simuladas, que posteriormente
atrajeron el fuego naval enemigo reiteradas veces. En el momento de
504
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

la rendición, los ingleses visitaron esas posiciones y al comprobar


que se trataba de un engaño comentaron ―¡la munición que hemos
gastado inútilmente para bombardear estas cosas!‖ Las posiciones
simuladas no abundaron en las Islas, que hubiesen sido una fuente
de distracción para la inteligencia enemiga y un consumo de
munición adicional, que afectaría su logística.

Los medios del enemigo


La Fuerza de Tareas “Mercedes” iba a enfrentarse días después
con el PARA 2, Segundo Batallón reforzado de paracaidistas a
cuatro Compañías, con una dotación de 56 ametralladoras; misiles
Milan, misiles antiaéreos Blow Pipe, y abundantes lanzadores de
cohetes de 86 mm; una sección de tiradores especiales (snipers); una
Compañía de Comandos; y una Batería de Artillería. Además
estaban apoyados por dos Fragatas y aviones Harrier, que podían
barrer con fuego naval y aéreo los blancos que deseaban. Era una
tropa fresca, muy bien entrenada, que no había vivido los sacrificios
a que se vieron sometidos nuestros combatientes.

El ataque a Goose Green no estaba en el camino a Puerto


Argentino. Fue el resultado de una decisión política de la Sra.
Thatcher para lograr una victoria, y compensar ante la opinión
pública la negativa impresión causada por los devastadores ataques
de la aviación a la flota, y los permanentes abatimientos de los
Harrier logrados por la artillería antiaérea argentina, que habían
paralizado a la opinión pública. Escribe en su libro el General Julián
Thompson:

“Darwin-Prado del Ganso no se encontraba en el camino que


me proponía seguir, y cualquier esfuerzo en tal dirección no haría
sino apartarme de la ruta hacia el verdadero objetivo.” (141)
505
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

(141) Thompson, ―No pic nic‖, p. 130.

Cuando el 2 de abril arribó a las Islas el Regimiento 25, de acuerdo


con la tendencia del Comando Superior en Malvinas, segregó la
Compañía C para ser enviada a Darwin, lugar donde ante la actitud
hostil de los kelpers, su Jefe tomó severas medidas contra ellos y los
encerró en un edificio en Goose Green.

506
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Obsérvese la escala y por lo tanto las distancias. El gráfico muestra las


posiciones principales argentinas en Darwin, antes de comenzar las acciones
que estaban incomunicadas entre sí. Los movimientos y cambios de posición
ordenados desde Puerto Argentino por el Comandante de la Brigada General
Parada, no respondían a la verdadera capacidad ofensiva del RI 12, y al
poder relativo muy superior de los efectivos enemigos, que además los
obligaba a operar al descubierto en medio de un infernal fuego de artillería,
aviación, ametralladoras y misiles.

Cuando a pesar de todos los inconvenientes, llegó a Darwin-Goose


Green el Regimiento 12, tuvo que organizar un dispositivo en
amplio frente, para defender el istmo prácticamente en los 360º, con
el serio agravante de la falta de equipos y elementos de
comunicaciones. Cinturones de minas cubrían determinados sectores
de la defensa, con un concepto más dirigido a un desembarco, que a
un ataque terrestre. Piaggi tenía varias misiones que cumplir: era la
“reserva” adelantada de Puerto Argentino; un punto de enlace con
las Unidades establecidas en la Isla Gran Malvina; tenía que atender
los temas relacionados con Asuntos Civiles; y defender el istmo de
cualquier ataque para dar seguridad a la Base “Cóndor”.

Para conducir las acciones durante el combate, existe una


fórmula empírica representada por C3, que significa que hay que
ejercer un comando unificado, que no existía en Darwin; un control
permanente de la situación y de las fracciones subordinadas, que no
era viable en la práctica; y el empleo de las comunicaciones para las
decisiones tácticas, que no tenían. Según relata Piaggi, no siempre
colaboraba el Jefe de la Base Aérea, que tenía su propia misión y a
veces interfería con él. A su vez Piaggi no podía ejercer el control de
sus Subunidades y fracciones porque tampoco tenía vehículos para
trasladarse ni medios de comunicaciones. Sin embargo, desde el
Comando de la Brigada en Puerto Argentino recibía órdenes del

507
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

General Parada como si fuese la Unidad mejor dotada, instruida y


reforzada de la Gran Unidad de Combate.

El Oficial Jefe de Comunicaciones del Regimiento tuvo una


iniciativa interesante, porque instaló líneas alámbricas precarias
utilizando los cables existentes en la zona. No obstante los Jefes de
Compañía no tenían medios para comunicarse con sus Secciones
alejadas, y a su vez éstas tampoco podían establecer enlaces entre sí.
Como era natural, a los pocos días comenzaron los casos de pie de
trinchera y desnutrición, juntamente con los primeros bombardeos
navales contra las posiciones, cuya ubicación conocían
perfectamente los ingleses. De pronto, los paracaidistas comenzaron
su ataque.

Órdenes a distancia
El 26 de mayo a las 08:30, el Coronel Piaggi recibe la orden
del General Parada de ejecutar un ataque de “desarticulación” contra
las fuerzas enemigas, cuando recibía un apabullante bombardeo
naval y aéreo. La orden de Parada implicaba abandonar las
posiciones defensivas, y tratar de avanzar para realizar ese ataque.
En el ínterin un Harrier fue derribado. El movimiento ordenado se
cumple a pesar de las dificultades encontradas, pero esa acción
desbarata las precarias líneas de comunicaciones alámbricas
establecidas, y complica el abastecimiento de alimentos. Los Pucará
y los helicópteros de la Base, se vieron obligados a despegar y
dirigirse hacia Puerto Argentino para evitar ser destruidos.
Paralelamente la Fuerza Aérea había organizado una “Red de
Observadores Aéreos”, que estaban alejados varios kilómetros del
istmo. A las 22:30 avistan un buque de guerra enemigo, que
navegaba desde el Este rumbo a Darwin. Piaggi solicita a su

508
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Comando apoyo Aéreo (los aviones no operaban de noche), y como


respuesta a su requerimiento le solicitan la siguiente información:
-Calado del buque.
-Velocidad.
-Sistema de armas y radares.
-Color del casco.
La guerra se había burocratizado. (142)
(142) Piaggi, Capítulo V, día 26 de mayo, 22:30.

Una Sección exploración adelantada de 6 hombres, fue atacada por


una similar de la vanguardia británica, y rodeada por medio de un
desembarco helitransportado. Fue hecha prisionera con 3 heridos
graves. El ataque británico continúa con un altísimo poder de fuego,
que durante la noche obliga a replegarse a la Compañía A del
Regimiento. Piaggi alista la reserva integrada por una Sección del RI
25 al mando del Teniente Estévez, que ataca con apoyo de artillería
en dirección Noroeste contra fuerzas inglesas sensiblemente
superiores. Esta modesta reserva logra detener el avance enemigo, y
observan que se repliegan bajo el fuego de artillería propio. La
Compañía A del RI 25 con numerosas bajas, se recupera y se hace
fuerte en la posición alcanzada. El Teniente Estévez actuó con
eficacia y una alta dosis de valentía, aunque con el sacrificio de su
vida y la de varios de sus hombres.

Papelón
Los mensajes conteniendo las primeras noticias del ataque
inglés y de su rechazo, llegaron rápidamente a la Central de
Operaciones del Edificio Libertad. En la mañana del día siguiente,
terminaba de recibir la guardia en la Sala de Situación, cuando me
entero de que el Almirante Anaya invitado por el Contralmirante

509
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Tártara, iba a hacerse presente en el lugar en breves minutos para


enterarse de los acontecimientos en Darwin.

Teniente Roberto Estévez, fallecido heroicamente en combate.

Cuando Tártara comenzó la exposición, estaban presentes los


ayudantes de Anaya y el Jefe del Estado Mayor Vicealmirante Vigo,
segundo en antigüedad de la Armada. Sus expresiones se
caracterizaban por la admiración que le había producido la acción
del Teniente Estévez. Destacaba el hecho diciendo: “Señor,
¡conscriptos de 18 años! que rechazaron a soldados profesionales,
que huyeron abandonando sus materiales y equipos!” Anaya lo
escuchaba con rostro severo, y su mirada de hielo clavados en los
del expositor. El resto de los presentes no abrió la boca. Cuando
terminó su exposición, el invitado se retiró del lugar acompañado de
sus ayudantes sin efectuar comentario alguno. El Almirante Vigo
que tampoco dijo una palabra, parecía estar sorprendido por la
exposición de Tártara. Cuando salimos de la Sala de Situación, me
llamó aparte para decirme en voz baja para que los demás no
escuchen: ―Sáenz, averigüe…, porque hay nuevas noticias.‖ Lo
miré sin comprender y ciertamente preocupado, la comitiva en ese
momento se alejaba.

510
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Cuando comenzaron a llegar nuevos mensajes a la Central de


Operaciones, comprendí porqué el Almirante Vigo me había hecho
esa advertencia. El ataque de los paracaidistas británicos se había
reiniciado, y en un confuso episodio muere en combate el Teniente
Coronel Jones, su Jefe; esa muerte los enfurece y renuevan la
ofensiva. Los aviones propios entraron en escena y el combate se
generaliza, los hombres de la Fuerza de Tareas “Mercedes” hacen de
tripas corazón y resisten como pueden. El fuego de artillería, el
cañoneo naval y los ataques de la aviación son infernales. Esa tropa
hambrienta, sufrida y poco entrenada, recibe a las 11:25 del 28 de
mayo el ataque final. Relata el Coronel Piaggi:

―Personal de tropa, física y psíquicamente agotado, sin


control de sus mandos, se refugia sin autorización en viviendas
desocupadas. Oficiales se abocan a reorganizarlos y asignarles
nuevas misiones de combate. En algunos casos no lo logran.‖

En base a la situación que supone existe en Darwin, el General


Parada ordena al Coronel Piaggi “perseguir al enemigo”, que será
“apoyado en todo lo posible”. Piaggi no puede creer que le hayan
impartido esa orden y reacciona violentamente, arroja un jarro de
aluminio contra la pared, y ruge: ―¡¿Perseguir...?! ¡¿Apoyo..?!...¡Si
el Regimiento está en pelotas desde el 24 de Abril..!‖.

Los paracaidistas habían logrado ubicar el Puesto de Comando


y solicitan un ataque aéreo sobre él, que no tiene mayores
consecuencias. A las 16:30 los valientes pilotos de los Pucará
ametrallan y bombardean a las tropas en avance; minutos después
uno de ellos estalla en el aire al ser alcanzado por un misil y cae al
mar. Resignado ante el drama de la guerra que desfila ante sus ojos,
Piaggi saluda militarmente en homenaje al piloto fallecido. Dos
Pucarás más son derribados. Cuatro fueron las misiones cumplidas
511
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

ese día por los pilotos de la Fuerza Aérea, que eran conscientes del
riesgo extraordinario que correrían, porque derribar un avión de ese
perfil en la guerra moderna, era un problema sencillo.

Para dar apoyo aéreo a Darwin, despegaron de Puerto


Argentino dos reactores Macchi de la Marina, que ametrallaron y
lanzaron cohetes sin saber exactamente dónde estaba el enemigo,
porque la primera línea no estaba marcada y recibieron una
indicación del Oficial de la Fuerza Aérea que trataba de controlar el
apoyo: abrir fuego “del mástil para adelante”. (143)

(143) Nota del autor: el Apoyo Aéreo Cercano se establece mediante una
comunicación directa entre el Control Aéreo Adelantado y el piloto. Es decir
conversan, lo guían desde tierra y le dan indicaciones de bajar la nariz más, o
menos, girar a la izquierda o a la derecha, y cuando el Observador considera
que el piloto debería ver el blanco directamente adelante, le avisa para que
ataque. El líder ametralla y bombardea, y los otros aviones lo imitan
disparando sobre el mismo lugar. Si no hay comunicación con el piloto se
marca la primera línea con paños de color o humo, como se hacía en la
Segunda Guerra Mundial. Para pedir un apoyo aéreo, el mando terrestre
tiene que conocer el tipo de avión y sus limitaciones, y si las condiciones
meteorológicas lo permiten. En Malvinas se solicitaba apoyo aéreo desde el
continente sin mayor información, y por cualquier cosa. Los dos Macchi que
bombardearon en Darwin, habían despegado minutos antes y volaron hasta
esa zona, pero no tenían el suficiente plafond para atacar. El riesgo lo
corrieron igual. El pedido de apoyo aéreo tiene que hacerse cuando las
condiciones meteorológicas lo permiten, además es necesario avisar qué tipo
de blanco deben atacar para configurar las armas adecuadas en el avión.
Otra forma de bombardear consiste en la instalación de un par de balizas
radioeléctricas en tierra, que el avión debe seguir y a cierta distancia del
blanco lanza sus bombas desde gran altura, lejos del alcance del fuego
antiaéreo enemigo. Cuando comentamos anteriormente las características del
intenso entrenamiento del BIM 5, se hizo mención a que algunos civiles de Río
Grande, amigos de la Unidad, tuvieron oportunidad de dirigir ataques aéreos
y también el fuego de artillería. Por supuesto que los Oficiales y Suboficiales
512
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

del Batallón 5, también lo sabían hacer. En cambio la mayoría de los Jefes y


Oficiales del Ejército, no conocían la forma de dirigir un apoyo aéreo y ni
siquiera pedirlo, porque no tuvieron la posibilidad de integrarse en conjunto
en ejercitaciones con la Fuerza Aérea o la Marina, con esa finalidad.

Desde la seguridad del Comando en Puerto Stanley, en otro gesto de


autismo, el Comandante de la Gran Unidad de Combate General
Parada, ordena realizar una marcha hacia el Sur del Istmo, con el fin
de replegar la Fuerza de Tareas “Mercedes” por vía marítima, o
helitransportada. Otra vez la ambigüedad y falta de realismo. Para
cumplir esa orden era necesario comunicarla a todas las fracciones,
pero no tenían equipos para hacerlo. Implicaba abandonar los
refugios y ponerse al descubierto, para ser posteriormente
masacrados por medio de ataques aéreos o bombardeo naval. El
General Parada tampoco indicó el punto de reunión para el supuesto
repliegue. De llegar a embarcar en helicópteros o buques, poco
podrían durar por el total dominio aéreo y naval del enemigo.

En esos momentos la artillería antiaérea del Ejército comienza


a disparar con gran eficacia, directamente sobre la tropa enemiga en
avance, mientras las posiciones propias eran aplastadas con fuego de
artillería, ametralladoras, y morteros. De pronto, como era de
esperar, comienzan a interferir la frecuencia en el único canal de
contacto con Puerto Argentino, que era un equipo requisado a los
kelpers.

Rendición
El Vicecomodoro Pedrozo y el Jefe de Regimiento discuten la
situación. El cerco se cierra sobre los restos de la posición argentina;
se estiman unas 300 bajas y llevan más de 48 horas de combate, la
gente está agotada, hambrienta, descorazonada, algunos parecen

513
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

zombis como diría el General Parada. La situación era desesperante,


Piaggi establece una reunión para decidir el cese del fuego. Los
Oficiales de la Fuerza Aérea se oponen terminantemente. Poco
después reanudan el contacto con el Comando en Puerto Argentino y
el Vicecomodoro Pedrozo solicita hablar con el Brigadier
Castellanos; el General Parada le pide hablar con Piaggi, discuten,
gana el General que deja en libertad de acción a su subordinado; si
optaba por rendirse, sería su decisión. Pedrozo habla con el
Brigadier Castellanos, que le dice que sería inútil sacrificar más
vidas. También toma el micrófono el General Menéndez y felicita a
Piaggi por la resistencia ofrecida por la Fuerza de Tareas, y le
recomienda “dignidad” si toma la decisión de cesar el fuego.
Hipocresía, en la profesión militar no se sabe bien qué significa
“dignidad” en el momento de rendirse. En esos momentos los
isleños seguían concentrados en una casa de las inmediaciones,
hombres, mujeres y niños.

En la zona de la Escuela, una Compañía de paracaidistas


enemiga rodea dos pequeños puentes y establecen un encarnizado
combate contra unos 50 hombres, que son aniquilados con fuego de
ametralladoras y granadas. El ataque se detiene, no es producto de la
casualidad, porque el enemigo intercepta todas las comunicaciones
de los mandos argentinos, por lo tanto sabían que estaban a punto de
claudicar. Aprovechan el tiempo para reforzar las posiciones,
aproximar algunos vehículos blindados y esperar. De los 684
efectivos que tenía el Ejército el 27 de mayo, 354 eran bajas entre
muertos y heridos. Entre ellas 10 Oficiales, 51 suboficiales, y 293
Conscriptos. Terrible.

No quedan caminos que justifiquen continuar con la masacre,


que era de esperar desde antes del comienzo del combate. A la
medianoche del 28 de mayo, las opiniones están divididas y surgen
514
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

reacciones enfáticas de seguir combatiendo y también de suspender


las hostilidades. Piaggi finalmente toma la difícil decisión de rendir
la Guarnición con el acuerdo de Pedrozo; para hacerlo se hace cargo
el Vicecomodoro por ser el más antiguo. A la 1 de la mañana tratan
de establecer enlace con el enemigo, mediante el empleo del canal
radioeléctrico insular. El Teniente de Navío Gopcevich,
Comandante del barco auxiliar “Monsunen”, hace de traductor.

El Combate de Goose Green había finalizado. Los Conscriptos


del Regimiento 12 estaban pobremente instruidos, sin el equipo
elemental para operar en zonas frías, donde pasaron hambre y la
angustia de sentirse impotentes por tener que luchar contra una de
las tropas mejor entrenadas del mundo occidental. Fueron enviadas
prácticamente al sacrificio, víctimas de una decisión tomada por
quien usurpaba la Casa Rosada.

La escasez de víveres en Darwin fue dramática. Según el


informe “Secreto‖ elaborado durante la posguerra por el Comodoro
Pedrozo, (Anexo IX/2 de la CAERCAS), el Jefe de la Enfermería
Conjunta, Primer Teniente Miranda, le informó que “la mayoría de
los soldados del RI 12 perdieron entre 10 y 19 Kg por falta de
alimentos‖. Agrega Pedrozo, (que fue un severo crítico de la
actuación del Jefe y de los Oficiales del RI 12):

―Por esta causa se registraron robos a la proveeduría de


Goose Green, y el asalto con armas a una casa de familia en busca
de alimentos. Todo esto sumado a la falta de conducción y ejemplo
de los mandos durante el combate, produjo el desmoronamiento
generalizado de la defensa durante el ataque terrestre inglés.‖

Antes de entregarse prisionero, el Teniente Coronel Piaggi


pensó que era necesario establecer una reunión con sus Oficiales

515
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

para despedirse de la Bandera de Guerra del Regimiento y proceder


a quemarla. Deseaba evitar que cayese en manos del enemigo, para
que no sea exhibida en el Imperial War Museum de Londres. Pide a
los Oficiales que se despidan del pabellón con un beso, uno por uno.
En esos dramáticos momentos podía cortarse el aire, por la tensión y
emoción del significado de ese acto. Nadie, nunca en la Historia
Argentina, organizó un acto de estas características frente al
enemigo. Poco después amanece, era el Día del Ejército Argentino.

516
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXX
OPERACIÓN “UKA-UKA”
A mediados de mayo de 1982, el bombardeo de la flota
enemiga a las posiciones argentinas, se había convertido en una
dramática realidad cotidiana, especialmente de noche. Lo grave era
que no había forma de oponerse, porque como era de suponer la
artillería de 155 mm resultaba eficaz solamente contra blancos
terrestres. El bombardeo naval era complementado por los que
efectuaban los Harrier, que simultáneamente obstaculizaban
los vuelos logísticos hacia las Islas.

Iniciativas
En ese delicado cuadro de situación, el Comandante del
Componente Naval del Comando Conjunto Malvinas Contralmirante
Edgardo Otero, famoso desde antes, pero aún más famoso por los
requerimientos perentorios que enviaba desde las Islas, no cesaba de
exigir medios aptos para oponerse al fuego naval enemigo. (144)
(144) Este relato esta basado en un artículo del Boletín del Centro Naval Nº
820 de abril/junio del 2008, p.211 a 217, donde el Contralmirante Julio M.
Pérez, relata con mucho detalle esta historia.

Mientras la flota dormía en su apostadero de la Base Naval


Puerto Belgrano, el Contralmirante Walter Allara requirió la
presencia del Capitán de Fragata Julio Pérez, un reconocido experto
en misiles, para que considerase la posibilidad de adaptar e instalar
algunos Exocet MM38 de los buques, para emplearlos como defensa
costera en Malvinas. La idea era novedosa, porque la adaptación de
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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

esos misiles no se había intentado nunca en el mundo. El Capitán


Pérez le dijo al Almirante Allara que consideraba que era factible y
que debido a la crítica situación en las Islas, intentaría desarrollar el
proyecto en un plazo perentorio.
Entusiasmado con la iniciativa, puso manos a la obra a la
cabeza de un grupo de técnicos. El tiempo corría y el incentivo era
muy grande, porque por cada día de demora caían proyectiles
lanzados desde los buques enemigos que producían nuevas bajas y
daños. En tan sólo 15 días lograron analizar el problema, hallar la
solución, realizar el proyecto, y construir un lanzador de misiles
Exocet, de tamaño y características tales, que podía ser transportado
a las Islas en los Hércules de la Fuerza Aérea. El novedoso sistema
era producto del ingenio de los técnicos, pero necesitaba ser probado
para realizar los necesarios ajustes finales. La terminación del
engendro no era muy prolijo ni presentable, motivo por el cual lo
bautizaron “Instalación de Tiro berreta” o ITB, cuyo
funcionamiento y eficacia todavía había que probar.
Cuando estuvo todo listo, cargaron en los aviones la ITB y los
misiles, y partieron para las Islas en esos vuelos tan riesgosos que
realizaban los pilotos transportistas. El primer intento para llegar a
destino tuvo que ser abortado, porque en ese momento el aeropuerto
estaba recibiendo un ataque aéreo. En el vuelo siguiente tuvieron
más suerte, y lograron aterrizar después de volar en condiciones
límites. A su llegada el Contralmirante Otero designó a dos infantes
de marina para colaborar en el proyecto. Eran los Tenientes Edgardo
Rodríguez, y Mario Abadal que parecía estar en todo. Dada la
trascendencia del experimento, hizo participar a un equipo de
filmación a cargo de un infante de marina retirado, el Teniente
Carlos Ríes Centeno. Colaboraba en el proyecto el Sargento del
Ejército Eduardo Sánchez, operador del Radar RASIT. Este equipo

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de detección tuvo que ser analizado e investigado, para


compatibilizarlo con la ITB, porque no disponían de otro radar apto
para el sistema de lanzamiento.
Un aparato como el ITB instalado cerca del aeropuerto, no
podría pasar inadvertido para los kelpers, infiltrados, satélites espía,
aviación enemiga, Comandos, o lo que sería peor: periodistas. Por
esa causa lo mantenían oculto en un galpón, y diariamente el
engendro era trasladado al lugar de lanzamiento, durante las horas
de oscuridad. La tarea comenzaba con el crepúsculo,
aproximadamente a las 6 de la tarde, y a las 9 de la noche el
armatoste estaba en batería.

ITB en Malvinas con 2 misiles Exocet

A las 4 de la mañana comenzaba la maniobra inversa. Dice el


Capitán Pérez en su relato, que el 6 de junio a la 1 de la mañana el

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

RASIT adquirió un blanco, pero cuando finalizaron el proceso de


disparo, ante la gran decepción de todos el misil no salió.
Cuando fue detectada la falla pudieron corregirla enseguida, pero el
equipo resultaba tan precario, que para intentar lanzar otro misil
había que esperar unos 20 minutos para dar tiempo a la descarga de
los condensadores. De pronto el RASIT adquirió otro blanco de
superficie, y embargados por el entusiasmo, iniciaron las acciones
previas al lanzamiento y cuando estuvieron listos, dispararon el
segundo misil. El Exocet salió de la plataforma y se perdió en la
oscuridad de la noche dejando ver el chorro luminoso de su tobera.
Lo sorpresivo de ese primer disparo hizo que los gases de escape
dieran por tierra con la dotación, papeles, tablas, y apuntes. Un
nuevo intento de lanzamiento produjo una nueva frustración, porque
el único componente inglés de la ITB, un minúsculo diodo, ―todavía
fiel a Su Majestad la Reina, se había quemado‖. Como la Infantería
de Marina tenía instalada en la Isla misiles británicos antiaéreos
Tiger Cat, milagrosamente encontraron entre los repuestos un diodo
exactamente igual.

¿Y el enemigo dónde está?


Con toda seguridad, la emisión del radar RASIT fue captada
por los operadores de las contramedidas electrónicas de los buques
enemigos. El hecho de haberse disparado un misil, que de noche es
muy visible, debió alertar a los observadores de los buques. Una
emisión radar seguida de esa extraña luminosidad, podría haber
despertado sospechas, y esa sospecha seguramente se había
convertido en un requerimiento de información de inteligencia
urgente a sus amigos kelpers, para que confirmen o no la presencia
de un lanzador de misiles en la zona donde se vio la luz. Esto

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

explicaría la ausencia de naves enemigas durante las siguientes


noches.

Como las fuerzas terrestres enemigas se aproximaban a las


posiciones defensivas de Puerto Argentino, podrían dificultar o
impedir la operación de la ITB mediante fuego de artillería terrestre.
Fue entonces que el Teniente Rodríguez propuso una solución
novedosa y para nada ortodoxa. Años atrás Rodríguez y otros
Guardiamarinas estaban desarrollando una campaña muy exigente
en el terreno con el BIM 7; era tanto el cansancio y los sacrificios
para realizar el entrenamiento, que deseaban fervientemente que
lloviese para que se suspendan y poder tener un respiro. Uno de los
Michis propuso danzar el “Uka-Uka”, supuesto baile aborigen que
provocaba lluvia, posiblemente extraído de alguna película del
lejano Oeste. No les costó mucho ponerse de acuerdo, y esa noche
danzaron la milagrosa danza aborigen, que produjo sus efectos y
poco después llovió a cántaros, circunstancia climática que originó
la suspensión transitoria de los ejercicios.

La propuesta de Rodríguez fue escuchada con una sonrisa


tolerante por el Jefe del proyecto, pero del diálogo posterior surgió
que la danza de la lluvia, bien podría ser adaptada para hacer
aparecer en el horizonte buques de guerra enemigos. Con un no
disimulado pudor, el Capitán Pérez acompañado de los humoristas
Tenientes Rodríguez y Abadal, decidieron el 11 de junio danzar el
“Uka-Uka” alrededor de la ITB y esperaron el resultado. (145)
(145) Nota del autor: lamentablemente no quedaron registradas las
características de esta novedosa danza táctica, por cuyo motivo no ha podido
ser agregada a la doctrina de defensa de costas

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

A las 2 de la mañana, la danza “Uka-Uka” mostró su ancestral


eficacia, porque el RASIT adquirió un blanco que se puso al alcance
del misil. Alistado inmediatamente el equipo lanzador, dispararon un
Exocet contra ese buque desconocido, que resultó ser la Fragata
Glamorgan, cuyo impacto fue visto desde las posiciones de primera
línea y generó una algarabía descomunal entre las tropas, muy
satisfechas de ver que por fin recibían su merecido castigo. Eran las
4 de la mañana del 10 de junio de 1982.

Atraído por el irresistible Uka-Uka, el Glamorgan muestra sus heridas


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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Lamentablemente no pudieron realizarse otros lanzamientos debido


a la rotura de la grúa que permitía montar el misil, porque también
era berreta. En esos momentos faltaban horas para la caída de Puerto
Argentino, y la ITB estuvo a punto de ser destruida como dice la
Doctrina para estos casos, pero por indicación del Contralmirante
Otero no se hizo, para que los ingleses supiesen de la capacidad y el
ingenio de nuestros técnicos, que de todas maneras no iban a
aprender nada nuevo.
Culmina el Contralmirante Pérez su relato, expresando que
años después los ingleses vendieron a sus aliados chilenos el sistema
“Excalibur”, que no era otro que la ITB mejorada, sistema que
también fue instalado en el peñón de Gibraltar. (146)
(146) El contralmirante Julio Pérez entre otras merecidas condecoraciones,
fue honrado por el gobierno francés con la ―Orden Nacional del Mérito‖ en
el grado de Comandante. En un encuentro fortuito que tuvo el autor con el
ingenioso ingeniero, le expresó sus más sinceras y cálidas felicitaciones, que
fueron rechazadas con un gesto por el distinguido oficial superior. De todas
maneras, el Almirante Otero se equivocó al no autorizar la destrucción del
ITB. Por supuesto, tampoco se intentó desarrollar un ―Excalibur‖ argentino,
que hubiese sido un muy buen negocio para nuestro país.

Después de la rendición, el Capitán Ponce fue testigo de la visita del


Almirante Woodward acompañado de los Comandantes de las
Brigadas del Ejército, Royal Marines, y otros altos mandos de la
Fuerza Expedicionaria británica a la pista de Puerto Stanley, que
lucía daños simulados, y que provocaron comentarios de asombro e
incredulidad por el engaño que habían sido objeto durante la
campaña.
Igual asombro produjo el ITB lanzador de los Exocet. También
trataron los ingleses de ubicar los “radares contra artillería”, porque

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

no podían creer que los fuegos de nuestra Artillería de Campaña


hayan sido tan eficaces sin ese auxilio.

El ITB en acción, detrás el fuego de artillería enemigo sobre nuestras


posiciones. (Magnífica versión artística cuyo autor no pudo ser identificado)

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXXI

HECHOS
Todos los libros relacionados con la Guerra de las Malvinas,
hacen mención de numerosos accidentes geográficos, cuya
traducción del inglés a veces resulta incorrecta. El mapa siguiente
señala las principales alturas donde se establecieron los combates
finales. Para el desarrollo de las actividades tácticas enemigas, les
fue necesario establecer la ubicación de las posiciones argentinas, su
organización, despliegue, las características de su armamento y de
las armas de apoyo. Para ello disponían como siempre de
observadores aéreos, patrullas de reconocimiento, fotografías aéreas
y satelitales, Comandos infiltrados y la ayuda de los isleños. La
defensa de Puerto Argentino tendría que haberse establecido más al
Oeste, a la altura del Monte Kent de 458 msnm, el más alto de la
zona, ubicado a 16 km de Puerto Argentino, porque era uno de los
puntos clave.

525
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Este importante observatorio debería haber estado vinculado con el


Monte Challenger, ubicado al Sudoeste del anterior, para establecer
una línea defensiva fuerte, que causaría el desgaste temprano del
enemigo. Era imperioso que estas posiciones tuvieran suficiente
reserva de abastecimientos multiclase, por lo menos para un mes.
Sin embargo el Monte Kent no fue ocupado por tropas importantes,
dejando en él sólo pequeñas fracciones de ocupación transitoria.

Aventuras en el Paraíso
Durante la guerra el Buque Polar Bahía Paraíso realizaba
viajes al continente, llevando heridos y evacuados bajo la protección
de las normas internacionales que rigen la actividad. El 80% de las
bajas producidas en las Islas Malvinas fueron por esquirlas de
artillería, y el resto por heridas de bala, la mayoría ellas en los
miembros inferiores. Se sabe perfectamente que un muerto en
combate muerto está, y que por lo tanto no requiere atención médica
ni necesita ser evacuado, pero sí recuperado más tarde para
identificarlo y darle sepultura. Durante el combate y si hay tiempo,
los soldados fallecidos son señalados clavando su fusil en el terreno
con el casco arriba como suele verse en las películas, y en la
siguiente imagen:

Señalización de combatientes fallecidos. Por fortuna los cascos son ingleses.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En cambio los heridos tienen que ser atendidos, y eventualmente


evacuados por uno o dos hombres que se ven obligados a dejar de
combatir; es decir que por cada herido quedarían inhabilitados tres
efectivos.

Soldados británicos trasladando un herido.Detrás más heridos o muertos.


( www.Malvinense.com.ar)

La evacuación hacia el PUSO (o Puesto de Socorro) bajo fuego no


es fácil, y presenta renovados momentos de peligro. Cuando la
gravedad del estado de un herido es importante, se lo evacua desde
el PUSO al Hospital de Campaña. Los ejércitos tienen carpas
especiales que se convierten en Salas de Internación, de
Recuperación, o en Quirófanos de Campaña. La misión es salvar
vidas y recuperar combatientes física y psíquicamente. Cuando
llegan varios heridos de gravedad al Hospital de Campaña, por no
existir un grupo numeroso de cirujanos, se atiende al que está en
mejores condiciones. Esto que parece un absurdo tiene una razón
estadística, porque se comprobó por experiencias de guerra, que si se
atiende al más grave podría fallecer durante la operación o en el

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

posoperatorio, mientras los heridos menos graves podrían pasar a un


estado crítico por falta de atención médica. Los cirujanos no sobran
en la guerra. Nuestros cirujanos prisioneros colaboraron por pedido
de los médicos ingleses, para intervenir a los nuestros y a los
soldados británicos, y les pagaron un monto de dinero de acuerdo
con los alcances de las leyes de la guerra.

El Bahía Paraíso transportando heridos rumbo al continente


Una vez en el buque hospital Bahía Paraíso, los heridos eran
trasladados al continente donde desembarcaban, muchos de los
cuales habían sido intervenidos quirúrgicamente durante la
navegación. Después de esa tarea se reabastecía de combustible y
víveres, y zarpaba nuevamente para Puerto Stanley. Pero eso no era
todo, porque contraviniendo su condición de “Buque Hospital”,
llevaba abastecimientos de todo tipo para las Unidades terrestres,
que necesitaban víveres, munición, y repuestos.
A fines de mayo el Bahía Paraíso se encontraba en alta mar
cerca de las Islas Malvinas, llevando abastecimientos multiclases
para Puerto Argentino en flagrante infracción. De pronto el radar
detectó una aeronave desconocida que se aproximaba al buque, que

528
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

resultó ser un helicóptero Sea King enemigo, que se “colgó” en proa


y estableció comunicación con el Comando, para informarle que se
aprestaba a realizar una visita de inspección. La inspección de la
dotación del heli enemigo podría terminar muy mal, si se descubría
el tipo de carga que llevaba el buque. Sin perder la calma, el
Capitán de Fragata Ismael García respondió con amabilidad al
piloto, y le dijo “que eran bienvenidos a bordo y que los invitaba a
descender para cumplir con su tarea y tomar el té”. La treta dio
resultado, porque le respondieron que no era necesario y que le
agradecían la invitación. Acto seguido pusieron motor y se alejaron
de la zona. (147)
(147) Anécdota comentada en Río de Janeiro al autor, por el Contralmirante
Ismael García, ex Comandante del Bahía Paraíso.

Cuando comenzó la aproximación de las Brigadas enemigas


hacia Puerto Argentino, el BIM 5 tenía asignada una enorme zona de
responsabilidad, contraria a los más elementales criterios para la
defensa. Era el sector defensivo de mayor área, asignada a las
Unidades que rodeaban Puerto Argentino. Cuando finalizaron las
acciones en Darwin, el Capitán Robacio detectó que si se producía
un avance enemigo desde el Oeste, tendría descubierto el flanco
izquierdo de su posición. Entonces propuso al comando superior
cubrir esa avenida de aproximación con la Compañía O (-), que esta
vez mereció la aprobación del General Jofre. Esta prevención traería
aparejada consecuencias muy graves para los ingleses.

Acción conjunta: “Invincible”


A fines de mayo quedaba un solo misil Exocet AM39, cuyos
lanzamientos anteriores habían sido coronados por el éxito. La
Armada puso todo el esfuerzo para obtener más misiles y continuar
dañando a la flota enemiga, cuyos trámites en el exterior estaban

529
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

avanzados en varios frentes. Por el momento los SUE no iban a ser


empleados para atacar blancos terrestres, por la alta probabilidad de
ser derribados y para poder mantener el temible potencial de los
Exocet. El 26 de mayo fueron enviados dos aviones SUE a la Base
Aeronaval Comandante Espora, para generar tácticas de vuelo que le
permitiesen disparar misiles durante la noche. El 29 de mayo se le
asignó a la Escuadrilla la misión de realizar un ataque misilístico a
un buque que estaría operando con aviones a unas 100 millas al
Sudeste de las Islas Malvinas. La acción de los Harrier se veía
limitada por su poca autonomía de vuelo, que obligaba a los
Portaviones a aproximarse a las Islas para lanzarlos y recibirlos.
Simultáneamente las naves capitales eran protegidas por buques
piquetes radar y helicópteros, que daban la suficiente alerta
temprana en los sectores donde se preveía la aproximación de los
letales SUE. La única zona descubierta que quedaba para realizar un
ataque era por el sector Sudeste, pero esa aproximación requería un
doble reabastecimiento durante el vuelo de ida, por el largo camino a
recorrer, más los necesarios reabastecimientos durante el regreso.
Cuando se encontraban planificando la operación de ataque al
supuesto portaviones, intervino la Fuerza Aérea que deseaba
participar del raid en proceso, para aprovechar los sistemas de
navegación inercial y los radares de los SUE, no disponibles en los
Skyhawk de aquella Fuerza. Los marinos no veían de buen agrado
la participación de los pilotos de la Fuerza Aérea, porque los aviones
tenían diferentes perfiles de vuelo, y seis aviones eran más fáciles de
detectar que dos. Como el proyecto de la Fuerza Aérea era el de
seguir el Exocet una vez lanzado, iba a presentarse un peligro
importante para los pilotos de la Fuerza Aérea, porque al producirse
la alarma por aproximación del misil, los Skyhawk iban a entrar en
una zona de peligrosísimo fuego antiaéreo. Sería una misión de
altísimo riesgo para los pilotos. La Armada rechazó la participación

530
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de estos aviones, y como respuesta le dijeron que tampoco


facilitarían los tanqueros para reabastecer en vuelo a los SUE.
Empate, (y disparate).
Los pilotos navales designados, fueron el Capitán de Corbeta
Alejandro Francisco, y el Teniente de Navío Luis Collavino. Los
pilotos de los Skyhawk A4C, eran los Primeros Tenientes Ernesto
Ureta, José Vázquez y Jesús Castillo, y el Alférez Gerardo Isaac.
Los pilotos de los Skyhawk eran todos voluntarios para la riesgosa
misión, y tuvieron que soportar una larga reunión de prevuelo, para
establecer las coordinaciones necesarias e integrar los
procedimientos operativos.

Los seis aviones despegaron a las 12:30 del 30 de mayo y se


dirigieron al Sudeste de la Isla de los Estados, lugar donde después
de volar 45 minutos “chuparon” del reabastecedor, y continuaron el
vuelo muy al Sur de las Malvinas en procura de un segundo
reabastecimiento. La flota británica estaba al Norte, es decir a la
izquierda del rumbo de los pilotos navales que guiaban la formación,
seguidos cada uno por dos Skyhawk.

Diagrama de vuelo de la temeraria operación

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Después de un largo vuelo sin inconvenientes, habían llegado a


una zona que estimaban estaría próxima al blanco, momento en que
los SUE ascendieron para efectuar un breve barrido radar. El
Capitán Francisco exclamó de pronto: “¡enganchado!”, e
inmediatamente después Collavino dijo lo mismo. El supuesto
portaviones estaba a tan sólo 20 millas al frente. El disparo del misil
no se hizo esperar, y después del lanzamiento viraron para iniciar el
regreso, mientras los osados pilotos de los A4C con tres bombas de
250 kg cada uno, ponían motor y comenzaban el seguimiento de la
estela del misil, rumbo a la gloria. Los A4 llevaban pocos minutos
de vuelo, cuando distinguieron en el horizonte la silueta del
Portaviones Invincible, que navegaba aislado y lentamente, mientras
una columna de humo se elevaba en su costado.
Los Skyhawk estaban todavía a 12 km del blanco, con
Vázquez y Castillo a la izquierda y Ureta e Isaac a la derecha. De
pronto un misil abatió a Vázquez, y momentos después era
derribado Castillo. A pesar de la fuerte presión que representaba la
pérdida de dos aviones en pocos segundos, y de la inminente y real
amenaza de ser derribados, los dos valientes pilotos restantes
apretaron los dientes y siguieron adelante. Cuando Ureta estuvo a
distancia de tiro, accionó sus cañones y lanzó las bombas; Isaac lo
imitó y escapó por la derecha para no llevarse por delante la Isla del
buque.
El Invencible fue el primer Portaviones atacado por aviones
desde la Segunda Guerra Mundial. Por un lado la tecnología de
punta del sistema SUE-Exocet; por el otro la osadía de los pilotos de
nuestra Fuerza Aérea. Los cuatro aviones restantes llegaron a sus
Bases sin novedad, y en la reunión de posvuelo se evaluaron las
posibilidades de que el buque atacado haya sido realmente el
Invincible. Pudo comprobarse que todas las descripciones eran

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

coincidentes. Inglaterra, maestra de la intriga y el ocultamiento, no


ha reconocido oficialmente el ataque al Portaviones Invincible.

Omar Jesús Castillo José Daniel Vázquez

La detección del portaviones británico pudo llevarse a cabo por un


error táctico del comando aéreo del Invincible, y por la
sistematización de sus rutinas de alejamiento y regreso de los
Harrier y helis. Nunca sospecharon los ingleses que estaban
cometiendo un error, que sería muy bien aprovechado por los
argentinos en el Estado Mayor de las Islas. Una de las versiones más
audaces respecto de este raid aéreo, está relacionada con la
posibilidad de que el Invincible haya sido hundido por ese ataque,
que lamentablemente produjo la muerte en combate de dos valientes
pilotos de nuestra Fuerza Aérea: Omar Castillo y José Vázquez.

Propuesta indecente
A principios de junio estaba finalizando una de las cotidianas
reuniones entre los Jefes de Unidades y el General Jofre. Esta vez el
encuentro se realizaba en el Puesto de Comando del Grupo de
Artillería 3. Culminada la reunión, Jofre se retiró del lugar seguido
por los Capitanes Robacio y Pernías. Estos últimos vieron que nadie
salía del refugio y decidieron volver sobre sus pasos, mientras caían

533
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

por las inmediaciones concentraciones de fuego de la artillería naval


enemiga. Al entrar comprobaron que se había establecido una
acalorada discusión, relacionada con las evidentes fallas de
conducción de los generales Menéndez y Jofre. Evidentemente, los
Jefes allí presentes habían decidido aguardar la salida de Robacio
para iniciar el debate. Decían que el desembarco había sido una mala
decisión del General Galtieri, y que de seguir así, los iban a llevar a
una inevitable derrota. La discusión fue subiendo de tono, hasta que
el Teniente Coronel Seineldín propuso relevar a los Generales
Menéndez y Jofre y hacerse cargo del mando y la conducción de las
operaciones. La propuesta cayó como una bomba en el espíritu
subordinado de Robacio, que se opuso enérgicamente:
-¡Yo no vine a las Malvinas a rebelarme!, ¡vine a combatir!- dijo
con la voz ronca por la indignación.
-¡Pero así no podemos seguir!- respondió enfáticamente otro Jefe de
Unidad, que fue apoyado ruidosamente por algunos de sus pares.
-¡No me importa!- agregó Robacio- ¡vine a pelear no a
insubordinarme! Yo vine a combatir con mi batallón- reiteró.
La enérgica actitud de Robacio sorprendió a los jefes más exaltados,
y mucho más cuando dijo:
-Voy a luchar con mi Unidad contra cuantos fuese necesario, y
después contra el enemigo”. Un silencio sepulcral acompañó esa
afirmación, que era una verdadera amenaza. Robacio estaba fuera de
sí, y cuando se retiraba del lugar muy airado, fue seguido por los
Tenientes Coroneles Quevedo y Balsa.
-Che Perro- le dijeron por el sobrenombre – tienen razón, esto es un
quilombo- como respuesta vociferó:
-¡No me importa!, ¡yo vine a combatir!- reiteró agregando una
palabra fuerte. Uno de los artilleros le preguntó:
-¿En serio decís que vas combatir?-
-¡Pero claro que voy a combatir! ¡Qué joder!

534
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- Bueno, entonces…- los artilleros se miraron entre sí- ¡nosotros te


vamos a apoyar!

Semanas después de finalizada la guerra, conversé en el


Edificio Libertad con el Capitán Robacio. Después de estrecharnos
en un emocionado abrazo le hice algunas preguntas, hasta que soltó
la lengua y entre otros aspectos me relató el episodio comentado
más arriba. También me dijo que a los pocos días de llegar a Puerto
Argentino, cuando salía de una de las reuniones con el General
Daher, Seineldín le había preguntado en qué casa del pueblo estaba
alojado. Al responderle que estaba en el terreno en el Puesto de
Comando de su Batallón, muy sorprendido Seineldín optó por
trasladarse al aeropuerto junto a su gente, porque hasta ese momento
vivía en una de las casas.

Conmocionado y de alguna manera indignado por el relato de


Robacio, cada vez que se me presentaba la oportunidad trataba de
confirmar sus palabras, preguntando a los veteranos de jerarquía
sobre el episodio relacionado con Seineldín. Todos me respondieron
que nunca habían oído hablar del tema. Robacio pudo haber
ordenado al Capitán Pernías que no comentase el asunto, porque el
Capitán Ponce, a quien también le pregunté sobre este tema, me dijo
no haberse enterado de nada parecido. Sin embargo, en el libro de
Robacio - Hernández “Desde el Frente”, página 135 a 137, hace
mención al asunto pero sin dar nombres ni especificar
concretamente de qué se trataba. Los autores de ese libro, realizan
en general críticas suaves sobre las decisiones erróneas del Alto
Mando en Malvinas.
El Coronel Seineldín era un soldado popular y respetado, una
leyenda, que le encantaba escuchar música clásica y marchas
militares. En su momento se opuso al golpe militar del 24 de marzo
535
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de 1976, que provocó que sea destinado a una Unidad patagónica


como castigo, en este caso el Regimiento 25. Al ser designada esa
Unidad para participar del desembarco del 2 de abril, en un acto que
revela la intimidad de su pensamiento, hizo llevar a sus Oficiales las
espadas y la Bandera de Guerra. (148)
(148) El BIM 5 no llevó a Malvinas su Bandera de Guerra y mucho menos las
espadas. No tenía sentido.

Cuando culminó el conflicto con la rendición, las espadas fueron


prolijamente enterradas en algún lugar de la Isla, y la Bandera de
Guerra quemada, rescatándose solamente el sol.
Durante los días previos al comienzo de las acciones, en una
ceremonia realizada en Darwin, Seineldín tomó juramento a parte
del personal de su Regimiento, en una emotiva y excepcional
ceremonia, única en la historia moderna de nuestras Fuerzas
Armadas, por hacerlo en las Islas Malvinas bajo pabellón argentino.
En sus declaraciones públicas exaltaba al soldado, y mencionaba a
menudo la palabra “patria”. Era un ferviente creyente católico de
ideas nacionalistas, que supo inculcar en sus hombres un espíritu tal,
que las pocas fracciones de su Unidad que entraron en combate lo
hicieron muy bien y valientemente. Ni él, ni el grueso del bien
preparado Regimiento de Infantería 25 bajo su mando, tuvieron
oportunidad de combatir; pero sufrió estoicamente el terrible
bombardeo aéreo y naval enemigo desde el 1º de mayo, hasta el 14
de junio. Sólo la Compañía C de ese Regimiento, mandada por el
Teniente 1º Esteban, tuvo varios enfrentamientos con las fuerzas
enemigas durante el desembarco en San Carlos y posteriormente en
Darwin. El Teniente Estévez tuvo un desempeño heroico en combate
durante la defensa de Darwin, hasta perder la vida junto a sus
hombres.

536
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Los méritos del Coronel Seineldín lamentablemente quedaron


opacados, cuando propuso a sus pares rebelarse contra los jefes en
Puerto Argentino. En un reportaje que le hicieron años después,
declaró que fueron sus subordinados quienes le propusieron hacerse
cargo de las operaciones, y que él se negó terminantemente. A pesar
de la importancia del episodio, fue omitido en el libro de su autoría
“Malvinas, un sentimiento‖, y al ser interrogado en la Comisión
Rattenbach, tampoco se refirió al tema. Excepto lo escrito por
Robacio en su libro, no he podido encontrar referencia alguna a este
tema en ninguno de los libros de autores argentinos, pero sí en “La
Batalla por las Malvinas” de los ingleses Hastings y Jenkins, que en
la página 345 dice así:
―El Informe Calvi elaborado por el Ejército después de la
guerra, incluso sugiere que se tramó un motín destinado a
reemplazar a Menéndez por el Coronel Mohamed Alí Seineldín, del
Regimiento 25 de Infantería‖.
Lamentablemente la perniciosa semilla de la insurgencia creció
vigorosa en su espíritu, porque tiempo después encabezó dos
rebeliones que culminaron con su baja y reclusión perpetua, hasta
que fue indultado durante la presidencia del Dr. Carlos Menem.
El Grupo de Artillería Aerotransportada 4 al mando del
Teniente Coronel Carlos Quevedo, y el Grupo de Artillería 3
liderada por el Teniente Coronel Martín Balza, tuvieron una
actuación sobresaliente durante la guerra, y sus jefes cumplieron con
el compromiso empeñado, porque le dieron al BIM 5 un apoyo de
fuego formidable, que contribuyó notablemente con su brillante
desempeño durante la Guerra.
Rescatamos un párrafo de la declaración del Brigadier
Castellanos ante la Comisión Rattenbach que dice:

537
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―Tengo la obligación y el deber de manifestar ante esta


Comisión, que lo que yo pude apreciar, con lo neófito que soy en
operaciones terrestres, que de todas las Unidades terrestres que
participaron en el combate de Puerto Argentino – llamémoslo así-
la única unidad de infantería que yo vi combatir en forma
coherente, orgánica, y que Inglaterra reconoció que fue la única
resistencia positiva, fue el Batallón 5 de Infantería de Marina.
Quiero manifestarlo porque es una obligación de honestidad
profesional y de lealtad.‖
En las declaraciones del General Galtieri ante la Comisión
Rattenbach, hace mención que en determinado momento estuvo a
punto de relevar del mando al General Menéndez. De las preguntas
hechas a la mayoría de los participantes de la guerra en sus diversos
ámbitos, resulta evidente que esa Comisión buscaba evaluar, entre
otros aspectos, las causas que desembocaron en el desembarco del 2
de abril, y fundamentalmente el desempeño y capacidad de mando
de los Generales Menéndez, Jofre y Parada, y de los Almirantes
Anaya y Lombardo. ¿Podría Galtieri sincerarse ante la Comisión,
confesando las verdaderas causas del desembarco sin quedar como
un tonto? claro que no. Sorprende de la lectura del Informe, la falta
de conocimiento profesional que ponen en evidencia algunos
miembros de la Comisión Rattenbach, en lo referente a aspectos
técnicos y capacidades de aviones y buques que actuaron durante la
guerra, especialmente los submarinos, aspecto que los mismos
testigos tuvieron que aclarar. (149)
(149) Nota del autor: durante la declaración del Almirante Lombardo, hizo
mención a la importancia de la información satelital que facilitaba el
Pentágono a Inglaterra. Estaba presente en ese momento el Brigadier Rey,
que enfáticamente negó la existencia de satélites espía, ante el inocultable
asombro del Almirante. (Declaraciones del Almirante Lombardo al autor).

538
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La mayoría de los integrantes de la Comisión Rattenbach nunca


habían visto en su vida un misil, ni conocían los pliegues de la
tecnología militar moderna, que como es natural influyen en las
decisiones tácticas operacionales. En la CAERCAS en contra de lo
que indicaba la lógica, no fueron citados a prestar declaración la
totalidad de los Jefes de Unidades que actuaron en las Islas. A los
ausentes se les requirió un informe escrito sobre sus actuaciones,
que figuran en los Anexos. Entre otros, no declararon el Teniente
Coronel Jiménez, Jefe del RI 7; el Teniente Coronel David Comini,
Jefe del RI 3; el Teniente Coronel Piaggi, Jefe del RI 12, el Capitán
de Corbeta infante Lagos, y el Teniente de Navío Astiz, entre otros.
La Comisión buscaba dilucidar ciertos interrogantes y se les
presentó un dilema: cambiar las respuestas modificando las
preguntas; o cambiar las preguntas para obtener determinadas
respuestas.

Indisciplina
El Gobierno de las Islas Malvinas, realizaba enormes esfuerzos
para realizar bien su tarea. Al personal militar le estaba
completamente prohibido tomar contacto con los isleños, como así
también realizar compras en los comercios de la zona. En todo
momento se trataba de mantener en servicio la energía eléctrica, y el
agua corriente. La dificultad para hacerlo, era que esos servicios
estaban dimensionados para unos 2.000 pobladores y en ese
momento se había quintuplicado la población. No obstante se los
mantuvo funcionando hasta el 16 de junio, y poco después con la
llegada del ejército británico colapsó.

Los que estaban en el frente, sobre todo los Conscriptos y el


personal de baja jerarquía, se sentían desmoralizados cuando

539
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

comprobaron que en Puerto Argentino el personal militar disfrutaba


de todas las comodidades. No les faltaba luz, agua potable,
calefacción, y sobre todo la seguridad de no ser bombardeados
diariamente. Muchas casas habían sido abandonadas por sus
propietarios y otras no. Para algunos era una doble tentación porque
existía poco control en las posiciones del Ejército, y siempre podría
justificarse alguna ausencia por cualquier motivo para vivir unos
momentos de tranquilidad. A los Regimientos del Ejército les fueron
segregadas fracciones para ser enviadas a otros lugares, o se le
agregaban otras de Unidades ajenas. Había sido incorporada a
principios de año una nueva Clase de ciudadanos, y se agregaron
Oficiales y Suboficiales ajenos a las Unidades, que conformaban un
conjunto heterogéneo. No había liderazgo en la mayoría de los casos
y persistía el trato reglamentario y seco de “soldado”, a una persona
que lo último que sentía que podía ser era eso. “El soldado no piensa
y cumple”, les decían, olvidándose que eran ellos los que tenían que
decirles que estaban construyendo una catedral, o buscando un caño
enterrado. El recurso más sencillo para los Oficiales jóvenes y los
modernos Suboficiales, era la de exigir disciplina sin
contemplaciones, por el sólo ejercicio de la jerarquía. En este
sentido un Sargento norteamericano veterano de la Segunda Guerra
Mundial, decía que al soldado no se lo empuja, se lo arrastra, y que
hay que conquistar su buena voluntad para poder formar un equipo.
No es posible formarlo fácilmente, cuando en una Unidad tipo
Regimiento de los que estaban en las Islas, una parte no se conocía
entre sí, pero que igual tendrían que combatir juntos. Es por eso que
de acuerdo con los alcances del Código de Justicia Militar y las
atribuciones jerárquicas, se imponían sanciones, entre ellas el
“calabozo de campaña”. Esta sanción consistía en la fijación de
cuatro estacas en el terreno que sostenía un paño de carpa, debajo
del cual se colocaba el sancionado durante un determinado tiempo.

540
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La propaganda negativa de posguerra se refiere a estos hechos,


diciendo que los Conscriptos eran “estaqueados”, que da una
imagen mental distinta del hecho. Esta sanción no tendría que
haberse impuesto nunca, porque es un método correctivo obsoleto y
humillante, y mucho menos imponerlo durante aquellas dramáticas
circunstancias de la guerra. (150)
(150) No fue el BIM 5 una excepción en este sentido. Antes del bombardeo
del 1º de mayo, unos Conscriptos Clase 62 que estaban en posición en Sapper
Hill, observaron que un grupo de ovejas había sobrepasado indemne un
cinturón de minas ubicado a poca distancia al Sur de sus trincheras. A uno de
ellos se le ocurrió ―cazar‖ una oveja para hacer un asado, iniciativa que fue
aceptada con entusiasmo por el grupo. Para hacerlo no tuvieron mejor idea
que dispararles con una ametralladora, lo que provocó la alarma en ese
sector de la posición. Todo ese grupo fue castigado con calabozo de campaña
por unas horas, ―estaqueados‖ dirían algunos, pero al día siguiente el asado
se legalizó de todas maneras en medio del jolgorio de sus participantes.
(Entrevista con el Conscripto Clase 62 Ángel Ricardo Larrivey del BIM 5, en
Gualeguay, Entre Ríos, uno de los responsables de la cacería de ovejas y
―estaqueado‖; hoy orgulloso veterano de guerra). Este grupo de
improvisados cazadores de ovejas, pertenecía a aquellos que habían sido
dados de baja y reincorporados. Esa situación hizo que se arrogasen
derechos superiores a los otros Conscriptos que pertenecían a la Clase nueva,
y una forma de demostrarlo era la de cometer picardías como la relatada. Sin
embargo, durante los combates figuraron entre los mejores.

Buena parte de nuestro pueblo es inculto, o deshonesto en


cuanto al respeto por la propiedad ajena. Lamentablemente son
pocos los casos en que se reintegran a su propietario los objetos
olvidados. Cuando el Suboficial Mayor de la Armada Eduardo
Armella participó en las Olimpiadas de Tokio como representante en
tiro, dejó olvidada una cámara fotográfica que no encontró donde la
había dejado. Al llegar al hotel donde se alojaba, había sido devuelta
por un anónimo japonés. Eso pasa en Japón.

541
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Cuando pasé por Bad Godesberg, Alemania, saqué la cámara


de video de un bolso que dejé transitoriamente en el techo del auto,
para tomar una escena al costado del Rin. Tenía en ese bolso todo: la
cámara fotográfica, efectivo en dólares, pasaportes, pasajes, tarjetas
de crédito, travellers, todo. Partí raudo, y a los cinco minutos ya en
la ruta, me di cuenta del catastrófico olvido. Volví enseguida al
lugar, donde comprobé que manos anónimas pusieron el bolso
intacto sobre la vereda. Eso pasa en Alemania. ¿Y qué pasaba en las
Malvinas?

A pesar de la Policía Militar, de los Puestos de Centinelas, de


las Patrullas que circulaban por Puerto Argentino y de los controles
rutinarios en las Unidades, había Conscriptos que ingresaban a las
casas de los isleños para robar. Rescatamos del Informe Rattenbach
Tomo V fojas 905, las declaraciones del capitán de Navío aviador
Barry Hussey:

―En la mesa se tocó el tema del control de la población, de


muchas situaciones que estaban provocando las tropas acantonadas
dentro y alrededor de la ciudad, porque realmente estaban
afectando el prestigio y el fin, nuestro fin. Se lo dije al General Jofre
en esa oportunidad. No le dio mayor importancia, sí me apoyó
muchísimo el General Daher. Evidentemente nosotros todos los días
estábamos viendo que estaban ocurriendo cosas que no tenían que
haber ocurrido jamás, que además se traducía en un desprestigio
para las mismas Fuerzas Argentinas, porque la población se daba
cuenta que, en gran medida, que no había control sobre la tropa. Si
los individuos podían salir de noche de sus posiciones, invadir la
ciudad, saquear, hacer lo que hacían y no pasaba nada, ellos
decían: ¿cómo puede ser -decían los malvinenses- que vengan a mi

542
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

casa y me roben, me invadan mi casa y no pase nada? O ustedes lo


están permitiendo, o los soldados se escapan y nadie los controla.‖
Detalla más adelante:
―Moralmente estaban afectados. Recuerdo que a fines de
mayo, ante una denuncia hecha a la Policía Militar de que una casa
era objeto de penetración por parte de personal argentino,
concurrimos con el Comodoro Bloomer y encontramos un Soldado
del Regimiento de Infantería 3, que estaba adentro llevándose
pequeñas cosas en sus bolsillos. Cuando procedemos a detenerlo y
entregarlo a la Policía Militar, adopta una actitud de total
indiferencia; era como si ya no le importara absolutamente nada.
Estaba sucio, mojado, abandonado físicamente. Ese aspecto lo
vimos repetidamente en muchos Soldados que merodeaban la
ciudad.‖
Estaba prohibido ir a los comercios malvinenses, para adquirir
cualquier tipo de mercadería. Sin embargo numerosos testimonios
de Conscriptos después de la guerra, comentan que lo hacían a
través de los propios kelpers. Uno de ellos fue el Conscripto Roberto
Herrscher, que relata en su libro ―Los viajes del Penélope‖, que un
Oficial (posiblemente de Marina), le dio un fajo de billetes para la
adquisición de varias botellas de whisky, porque los altos mandos
iban a juntarse en 10 John Street del poblado. Tuvo que vestirse de
paisano, pero conservó sus botas. Cuando salía del comercio West
Store con las botellas, se cruzó con Eileen Vidal, que años más tarde
relataría que estaba segura que como no lo conocía, era uno más de
los Comandos británicos infiltrados en Puerto Argentino, (Herrscher
hablaba perfectamente inglés). El episodio no terminó bien, porque
la Policía Militar se dio cuenta por las botas que era de los nuestros
y lo detuvo. No aclara qué pasó con las botellas de whisky.

543
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Arenga del Gral. Menéndez


La energía es tan necesaria para un oficial cuando debe adoptar una
decisión, como la intrepidez le es indispensable en el momento de la acción.
Alte. Castex (Francia)
Como es de uso y costumbres antes del combate, Menéndez
elaboró una arenga dirigida a nuestros hombres, que por sus
características mereció el siguiente comentario en el Informe Final
de la Comisión Rattenbach:
―Crear expectativas exageradas que no correspondían a la
real situación táctica y moral de las propias tropas, en particular,
mediante su proclama anterior al combate final, cuando expresó su
determinación personal de conducir a efectivos de un ejército de tan
elevada tradición y prestigio militar, hasta un fin compatible con el
honor de sus armas y la suerte de sus Fuerzas.‖
La arenga dice así:
―La hora de la Batalla definitiva ha llegado. Todos nuestros
esfuerzos, las horas de espera, el frío, el cansancio, las vigilias, han
llegado a su fin. El adversario se apresta a atacar Puerto Argentino
con la audaz y osada intención de conquistar la capital de las Islas
Malvinas. Cada hombre debe comprender con plena conciencia
cuál es su deber. El enemigo será derrotado por la acción decidida
de cada uno en su puesto de combate. Si cada hombre con su fusil,
su mortero, su ametralladora o su cañón, combate con el valor y el
heroísmo que siempre nos ha caracterizado, el éxito es seguro. La
mirada de los argentinos está puesta en nosotros, nuestros padres,
esposas, novias, e hijos, todas nuestras familias confían totalmente
en nosotros. En la hora suprema tenemos el deber de no
defraudarlos. Hemos contraído una suprema responsabilidad ante

544
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

nuestros camaradas caídos en acción aquí, de convertir su sacrificio


personal en una página de gloria para la Argentina, y no podemos
permitir que su heroísmo haya sido en vano. No sólo debemos
derrotarlo, sino que debemos hacerlo de manera tal que su derrota
sea tan aplastante, que nunca más vuelva a tener la atrevida idea de
invadir nuestra tierra. ¡A las armas, a pelear!
Mario Benjamín Menéndez
General de Brigada
Gobernador Militar

545
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXXII
BAHÍA AGRADABLE
Cuando se presentó ante Napoleón, un general le dijo: ―Señor, estuve
en todas sus batallas durante los últimos tres años, casi todas ellas
victoriosas, después ascendió a mariscales a varios de nuestros generales,
menos a mi.‖ El Emperador lo miró a los ojos, y le señaló un burro que
pastaba por las inmediaciones diciéndole: ―este burro también estuvo en esas
batallas, pero sigue siendo burro‖.

Una vez conquistado el istmo Darwin-Prado del Ganso, el


enemigo quedó en completa libertad para intentar una acción
ofensiva hacia el Sudeste, a caballo de camino hacia Puerto
Argentino, y en coordinación con la que comenzaría por el Norte de
la Isla Soledad desde el Oeste. El Cuartel General británico en
Northwood estaba muy preocupado, porque el mantenimiento de los
delicados sistemas de los buques estaban llegando a un punto crítico.
De ser así, se agregaría un factor bastante favorable para las fuerzas
argentinas por la disminución de la eficacia de los buques de batalla.
Entonces decidieron presionar al Comandante terrestre para que
apure la toma de Puerto Stanley, que comenzó con una Operación
Anfibia en Bahía Agradable, sin haber asegurado previamente las
alturas vecinas, como los Montes William, y Harriet.

El 7 de junio el RI 4 estaba ocupando posiciones defensivas en


los Montes Two Sisters y Harriet. Esa tarde informó la presencia de
un buque enemigo efectuando lo que parecía ser una descarga de
materiales en Bahía Agradable. El 8 de junio, poco después de las 9
de la mañana, los efectivos de la Compañía O (-) del BIM 5,
observaron desde su posición en Pony Pass, que se veían
546
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

movimientos de helicópteros al Oeste del Monte William, y que se


aproximaban buques de desembarco a Bluff Cove. Informaron
también que se veía una Fragata en Bahía Agradable, (la que había
sido avistada por el RI 4). El Jefe de Compañía no demoró en dar el
aviso a su Comando, que a su vez informó inmediatamente la
novedad al Comando Superior. La reacción normal de Jofre era la de
solicitar un ataque aéreo y seguir estático, sin prever acciones
contribuyentes de acuerdo con el resultado probable de la acción
aérea. La falta de agresividad del Comando Terrestre en Puerto
Stanley, seguía minando la moral de los defensores. Estos mensajes
tácticos fueron transmitidos en claro e inmediatamente interceptados
por la Sección de Guerra Electrónica de los Royal Marines, que a su
vez alertó a su Comando y de éste a los buques a través de la cadena
de mandos. La información no llegó a tiempo.

Bombardear buques de desembarco en aproximación, es lo que


todo Comandante de un Teatro defensivo desearía, primero para
destruir los buques con todo lo que pudiesen llevar a bordo, y en
segundo lugar para realizar posterior y oportunamente un ataque
terrestre de explotación, para destruir o rendir a la Fuerza de
Desembarco en su momento más débil. Hacerle fracasar una
operación anfibia a los ingleses, con el agregado de tomarles
numerosos prisioneros, produciría un fuerte impacto en el mando
británico, en la Cabeza de Playa en San Carlos, y en Londres. Esta
acción pondría un oportuno límite al avance enemigo, que demoraría
varios días en recuperarse; y se vería obligado a cambiar los planes.
También levantaría la moral de todos, tan afectada por los últimos
reveses.

547
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Ataque aéreo
A las 10:26 el Comando de la Fuerza Aérea Sur recibió
información de la presencia enemiga en la zona mencionada y se
aprestaron a realizar un ataque masivo. A las 11:55 despegó de Río
Gallegos un avión tanquero y después lo hicieron varios A4C
Skyhawk, Mirage V y M-5 Dagger, que atacaron en dos oleadas, la
última de ellas al atardecer. La incursión produjo la destrucción del
Buque de Desembarco Sir Galahad, que transportaba efectivos del
Ejército; el similar Sir Tristam que llevaba abastecimientos;
hundieron un lanchón de desembarco, y produjeron averías
inhabilitantes en la Fragata Plymouth. Todo un éxito.

La Plymouth neutralizada después del ataque

548
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Sir Galahad, tomado desde una de las lanchas que evacuaba náufragos
hacia la costa

Estos buques transportaban una Brigada del Ejército (Guardia


Escocesa, Gurkas y Guardia Galesa), que tuvieron una luctuosa
jornada, con bajas muy elevadas que permanecerán ocultas por
muchos años. La primera acción se produjo antes del desembarco,
en el momento más oportuno, porque todavía no habían arribado los
Harriers. En la segunda oleada se perdieron tres pilotos: el 1er.
Teniente Rubén Bolzán y los Tenientes Juan José Arraráz y Jorge
Alberto Vázquez, que fueron derribados.

Inoperancia del Alto Mando


En la Sala de Situación en Buenos Aires recibimos las
primeras noticias del ataque con beneplácito, y mucho más cuando
comprendimos la magnitud de los daños ocasionados a la Fuerza de
Desembarco enemiga. Era un momento táctico ideal para realizar un
ataque terrestre de explotación sobre esa zona, cuyas noticias
aguardábamos con gran expectativa, pero que nunca se produjo.

549
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Relata al respecto el Capitán Ponce:

―También en esta oportunidad el Sr. Comandante pidió


autorización para atacar la concentración desembarcada, como lo
había hecho anteriormente para hacer lo mismo en la Cabeza de
playa de San Carlos junto con una Unidad del Ejercito. Nuevamente
se le niega la autorización, porque el Comando de la Defensa
pensaba que esta acción enemiga confirmaba el inminente Asalto
Anfibio sobre Puerto Argentino y no quería desplazar fuerzas. Esta
operación sobre Bluff Cove era mucho más factible y aceptable, en
virtud de la cercanía al objetivo y porque se podía contar con el
apoyo de la propia artillería desde la posición que ocupaba en ese
momento. El trayecto a recorrer por las propias armas de apoyo
(morteros particularmente), era perfectamente realizable sin mucho
esfuerzo. La movilidad de la infantería no presentaba
inconvenientes, dada la firmeza del terreno en la zona, que permitía
establecer un área de reunión y alistamiento para el ataque. Hasta
se podría disponer de apoyo sanitario, dada la cercanía del
hospital. También teníamos cierta protección antiaérea.‖

El General Jofre trata de justificar su inacción ante la Comisión


Rattenbach de este modo:

―Cuando se produce el desembarco inglés en Bluff Cove, es un


hecho bastante sorpresivo, inicialmente. Efectivamente ataca la
Fuerza Aérea, pero para nosotros no existe capacidad para salir de
la posición con la facilidad que pudiera haber tenido una fuerza que
se pudiera desplazar con rapidez. Rapidez no había, porque no
había nada más que el soldado a pie. La movilidad estaba
restringida prácticamente al camino; la tropa a pie por supuesto,

550
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

podía andar sobre todo terreno, pero con limitaciones importantes


en cuanto a la velocidad de marcha. Yo he escrito mi informe de
acuerdo con lo que he aprendido: que la infantería podía caminar
durante el día, alrededor de 2 km por hora, y durante la noche no
más de 1 km por hora.‖

Por motivos que permanecieron en su conciencia, el General


Jofre omitió mencionar la iniciativa del Comandante del BIM 5, que
tenía una Unidad altamente experimentada y adiestrada en
Operaciones Ofensivas nocturnas, y que sólo necesitaba su
autorización para iniciar la marcha inmediatamente. La falta de
capacitación de las Unidades del Ejército para concretar operaciones
nocturnas, no justificaba de manera alguna desaprovechar esa
brillante oportunidad táctica, dado que la Fuerza Aérea, que no dudó
un instante en atacar, no podía por sí misma derrotar al enemigo.
Un ataque a la cabeza de playa en esas circunstancias, era un clásico
existente en todos los manuales de conducción terrestre. (151)
(151) CAERCAS Tomo III folio 421

El bombardeo aéreo produjo unas 250 bajas inglesas, entre los


que se contabilizaban medio centenar de muertos, la pérdida de
grandes cantidades de abastecimientos y un hospital de campaña.

Desde Río Grande, la Sección Comunicaciones de la Brigada


de Infantería de Marina N° 1, comenzó una breve etapa de guerra
electrónica, interfiriendo la tarea de rescate y engañando con
mensajes falsos las operaciones posteriores de los ingleses en Bluff
Cove.

551
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Decenas de náufragos arriban a la costa en Bluff Cove, muchos de ellos con


graves heridas y quemaduras, ¡justo para lanzarles un ataque! Estos ingleses
pueden estar agradecidos de la inoperante actitud del General Jofre, que les
evitó probar la furia de los infantes de marina.

A esta altura del relato, cabe reiterar el alto adiestramiento


alcanzado por el BIM 5, obtenido mucho antes del salto a las Islas.
Contaba con todos los elementos necesarios para cumplir con su
misión y proponer otras más, para lo cual estaba listo porque su
propia organización de combate y experiencia se lo permitían. No
era necesario impartir una orden de ataque, estaban listos para
hacerlo, sólo tenían que indicarle el objetivo y las medidas de
coordinación con otras Unidades. Tanto era el nivel de
adiestramiento, que hasta antes del desembarco en San Carlos, los
infantes practicaban esgrima con fusil y mejoraban las posiciones,
las líneas de comunicaciones, la logística, los planes de fuego y
mantenían una moral muy alta. (152)
(152) En una de las recorridas del Capitán Robacio acompañado de sus
auxiliares a las posiciones de primera línea, al llegar a Tumbledown,
encontró al Jefe de la Compañía N Teniente de Navío Eduardo Villarraza,
amasando tallarines para ―darle una sorpresa‖ a su segundo en el mando,

552
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Teniente de Fragata Osvaldo Colombo, porque era su cumpleaños. Los


visitantes, por supuesto, se quedaron para disfrutar del evento.

Tal era el grado de adaptación al clima malvinense, que los soldados


del Ejército miraban azorados cuando los Conscriptos del BIM 5,
acostumbrados al frío, se bañaban voluntariamente en los chorrillos.
En esa Unidad hubo un sólo caso de pie de trinchera en toda la
guerra, y se mantenía un espíritu tan fuerte, que algunos de los que
tenían que quedarse en el Cuartel de Río Grande, como relatamos
anteriormente fueron llegando a las Islas como polizones en los
aviones. No había dificultades insalvables para concretar un ataque
nocturno contra el enemigo, lo que sí había, era la falta de arrojo
para tomar las decisiones que correspondían a un General al mando
como Jofre. Toda operación tiene riesgos y éstos tienen que ser
aceptados. Qué hubiese pasado si nuestros pilotos de los Pucará en
Darwin, de los Macchi de Puerto Argentino, de los A4, los Dagger,
Mirage, los exploradores, tanqueros o transportistas, en
circunstancias similares hubiesen adoptado el mismo criterio para no
despegar en el cumplimiento de sus misiones, que tenían riesgos
mucho más concretos y predecibles, como en el caso del ataque al
Invincible. Si tan riesgoso hubiese sido montar un ataque a Bahía
Agradable con fuerzas de infantería, ¿con qué fundamento pudo
darse la orden de disparar sobre los que se retiraban del frente en
desbande?

553
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Isla Soledad, Malvinas, Monte Tumbledown, mayo de 1982

El Jefe de la Compañía N del BIM 5, Teniente Villarraza (con bigotes) junto a


algunos de sus hombres en el Monte Tumbledown. Obsérvese la nieve y una
radio portátil al centro a la derecha. Este Monte pasaría a la historia como el
escenario de la acción más violenta de la guerra, protagonizada por los
valientes integrantes de esa Compañía. Foto Imperial War Museum, Londres.

554
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXXIII

EN LA GRAN MALVINA

Las Unidades destinadas a establecer posiciones defensivas


inútiles en la Isla Gran Malvina, estaban destinadas a un inevitable
fracaso. Esa decisión fue otra improvisación de los Generales
Galtieri y Menéndez, que no respetaron uno de los principios de la
guerra que dice que deben escogerse “correctos objetivos
materiales”. Ni Howard, ni Fox, lo eran. ¿Cuál sería el futuro
predecible de los Regimientos de Infantería que estaban en esa Isla?

1. No podrían recibir abastecimientos por la superioridad aérea y


naval, que inevitablemente iba a obtener el enemigo.
2. Tampoco podrían evacuar heridos o cruzar el Estrecho de San
Carlos, de serles requerida su intervención en la Isla Soledad.
3. Estaban condenados a sufrir ataques aéreos y navales sin poder
oponérseles.
4. Sufrirían las consecuencias de la falta de abastecimientos, en
especial de víveres.

El relato que hace el General Parada en su libro, aclara el origen de


la idea de ocupar militarmente la Isla Gran Malvina. Dice que el 22
de abril cuando estaba en Comodoro Rivadavia, el General Galtieri
visitó las Islas Malvinas, y que a su regreso se encontraron
casualmente. A última hora de ese mismo día el Comandante del V
Cuerpo de Ejército General García, le dijo que por orden del General
Galtieri tenía que saltar a las Islas con su Brigada, y agregó:

555
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―La IIIra. Brigada debería mantener la Gran Malvina hasta


sus últimas consecuencias. Preparada para apoyar y recibir el
eventual repliegue de los efectivos de Puerto Argentino.‖ Es decir
que se insistía en que el desembarco iba a ser sobre Puerto
Argentino y que la Guarnición en la zona podría tener que
replegarse hacia el Oeste.
También le dijo que se le entregarían todos los medios necesarios
para el cumplimiento de la misma. Es decir que cuando Galtieri
dialogó con Menéndez, coincidió en la apreciación de que el ataque
inglés iba a concretarse directamente sobre Puerto Argentino.
Entonces imaginó que llegado el caso de que las Fuerzas
establecidas para la defensa tuvieran que replegarse, lo harían
retrogradando hasta el Estrecho de San Carlos, lo cruzarían, y los
Regimientos allí apostados les darían apoyo. Ese plan esquemático
para un eventual repliegue era absolutamente fantasioso, imposible
de realizar, y revelaba que Galtieri sufría de una grave crisis
conceptual en materia de escalas topográficas, el empleo de los
medios, las capacidades del enemigo, y la aplicación de criterios
militares modernos válidos para fines del Siglo XX.

RI 8, Bahía Fox
Una vez arribados por modo aéreo a Puerto Stanley, el 6 de
abril el Teniente Coronel Alejandro Repossi se trasladó a la Isla
Gran Malvina, para ocupar una posición defensiva en Bahía Fox.
Desde el punto de vista militar, no tendría que defender nada,
porque Fox era un puerto desolado sin importancia militar. El
supuesto del más Alto Mando de que sería atacada la posición por el
solo hecho de estar allí, no respondía a la menor lógica. El enemigo
no tenía por qué atacar a una Unidad, que de hecho estaba
neutralizada por sí misma. Los escasos hombres de este Regimiento,

556
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

que recibió de refuerzo la Compañía de Ingenieros 9, ocuparon


posición en lo que denominaron Bahía Fox Este y Bahía Fox Oeste,
a la izquierda y a la derecha de la siguiente fotografía aérea:

Vista aérea de Bahía Fox.

De esta manera quedó conformada lo que se llamaría Fuerza de


Tareas “Reconquista”, que no tenía artillería antiaérea, ni de
campaña, ni armas pesadas. Por otra parte la Compañía C había sido
disminuida, porque se le desmembró una Sección de Tiradores para
subordinarla al RI 12 en Darwin.

A partir del 1º de mayo, comenzaron a observar vuelos de


reconocimiento sobre sus posiciones y posteriormente fueron
bombardeados sistemáticamente hasta el día del cese de fuego. El
bombardeo enemigo produjo el fallecimiento de un Cabo y 4
Conscriptos. El resto de la Unidad padeció las consecuencias de la
falta de abastecimientos, el intenso frío y la enorme frustración de
estar en una posición estática y aislada. Hubiera sido un gran acierto
instalar esta Unidad en Darwin-Prado del Ganso, que tenía cierto
grado de debilidad y donde tuvo una actuación muy destacada la 3ra.
Sección de la Batería B del Grupo de Artillería de Defensa Aérea
557
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

(GADA) 601, de la ciudad de Mar del Plata. No solamente


derribaron varios Harrier, sino que ante el ataque enemigo, actuaron
como artillería terrestre provocando el rechazo de los paracaidistas
en dos oportunidades, con numerosas bajas producidas por los
proyectiles antiaéreos de 35 mm. Según los comentarios británicos,
con un poco más de resistencia en Darwin, hubieran tenido que
replegarse por agotamiento y falta de munición.

RI 5, Puerto Howard
El Regimiento 5 comenzó a sufrir los inconvenientes de la
interdicción enemiga que dificultaba la llegada de abastecimientos.
Los hombres de esta sacrificada Unidad, tomaron el último
desayuno el día 25 de mayo, y después se vieron obligados a
establecer una dieta diaria de cordero hervido, con puré de papas
instantáneo. Para su confección tenían en un principio dos cocinas
que funcionaban con glicerina, porque las otras tres que les
correspondían habían quedado en el continente. La glicerina se
agotó y no había previsiones para su reabastecimiento, entonces
intentaron hacerlas funcionar con aceite para vehículos. Sólo una
anduvo bien, es decir que al desabastecimiento de víveres se
agregaban las dificultades para cocinar. Entonces recurrieron al
empleo de tambores de 200 litros que se convirtieron en cocinas, que
consumían turba y la poca madera que había.

Paralelamente Unidades navales enemigas bombardeaban las


posiciones varias veces por semana, sin seguir un patrón fijo. En el
lugar estaba una Sección de la Compañía de Comandos 601 al
mando del Teniente 1º Sergio Fernández, que cuando vieron
aproximarse un Harrier a baja altura, pudieron lanzarle un misil
Blow Pipe, lo derribaron, y tomaron prisionero al piloto Teniente

558
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Glover que estaba muy asustado por caer en manos de efectivos de


un ejército del tercer mundo. Cuando el piloto todavía estaba en su
pequeña balsa salvavidas, personal del Regimiento 5 abrió fuego
contra él, ante la desesperación de los Comandos que trataban de
capturarlo vivo. La falta de conocimiento de las leyes de la guerra y
de los tratados internacionales que la rigen, fue una constante en
todas nuestras Fuerzas. Esos mismos efectivos tuvieron un
encuentro al Norte de Howard con un grupo Comando del SAS,
donde resultó muerto un Capitán británico y tomaron prisionero un
Cabo.
Semanas después, el hambre y la impotencia que sentían ante
los bombardeos navales y aéreos, iba a hacer estragos en la moral
del personal. Ocho Conscriptos y un cabo se dispararon a sí mismos
con la esperanza de ser evacuados. Otro falleció por desnutrición en
la posición, y un segundo hombre que pudo ser evacuado al
continente en el Buque Hospital, no pudo recuperarse de su estado, y
falleció días después. El 60% de los efectivos estaban afectados por
la mala alimentación, que originó una pérdida de peso promedio de
entre 10 a 15 kilos. La dieta alimentaria estaba completamente
desbalanceada porque comían proteínas, pero les faltaban hidratos
de carbono.
Para las fases finales del combate, el General Jofre ordenó
grabar todas las órdenes y mensajes relacionados con los
acontecimientos, como testimonio histórico de lo ocurrido, porque
las fuerzas enemigas estaban entrando en contacto con la primera
línea de defensa en aquella área. El 12 de junio Mabragaña recibió
un mensaje cifrado que le ordenaba prepararse para cruzar el
Estrecho de San Carlos en buque, o por medio de helicópteros, (otra
vez las imprecisiones) con el fin de ocupar una zona de reunión al
Sur de Darwin juntamente con el RI 8, que seguía en Fox. Era otra

559
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

orden ambigua e improvisada, donde la logística y la realidad


estaban ausentes. Desde esa posición, previa marcha de 28 Km,
tenían que atacar para recuperar Darwin. Mabragaña respondió que
su gente no estaba en condiciones de efectuar esa marcha y que 60
de sus hombres estaban imposibilitados de hacerlo y tendría que
dejarlos en Howard. En esos momentos las comunicaciones eran
interferidas por estaciones chilenas, y dificultaban mucho los
enlaces. Parecía que con esa orden, el Comando de las fuerzas
terrestres en Puerto Argentino salía de su letargo, y adquiría una
nueva y tardía dinámica, aunque imposible de concretar por la
superioridad aérea y naval del enemigo, es decir la realidad de la
situación.
Durante la entrevista establecida en Buenos Aires con el
Capitán Moeremans, me comentaba que Jofre y Parada tomaban
decisiones mirando los mapas como si fuese un juego de guerra en
un marco de completa irrealidad. Impartían órdenes imposibles de
cumplir, como las recibidas por las Unidades posicionadas en
Darwin-Goose Green y en la Gran Malvina. Más que órdenes
parecían intenciones, porque en esos momentos no había
helicópteros ni buques que pudiesen trasladar a los dos Regimientos
a la Isla Soledad, y si los hubieran tenido, existían altas
probabilidades de ser aniquilados en el aire o en el mar, por los
medios aeronavales enemigos.
Esa tardía dinámica, hizo que 48 horas antes de la rendición, se
entregaran al RI 7 en Wireless Ridge varias ametralladoras y
morteros pertenecientes al Regimiento Patricios, que habían llegado
en avión el día anterior. También se ordenó el repliegue del Grupo
de Artillería 3, que ocupaba una posición muy adelantada. A la
Compañía A del RI 3, la trasladaron a proximidades de Moody
Brook, para ocupar una posición de cierre. La Compañía B del RI 6,

560
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

fue adelantada hasta la retaguardia de las posiciones del BIM 5 en el


Monte Tumbledown. El Escuadrón de Exploración de Caballería
Blindado 10, fue replegado a Puerto Argentino y posteriormente sin
sus vehículos, actuó como infantería al Sudeste del Monte Longdon.
Lo que quedaba de la Compañía A del RI 4, fue agregada al RI 7
en el valle del Moody. (153)
(153) Parada. Op. cit. p. 485.

Vista parcial de Puerto Howard (los soldados son ingleses)

Todas esas fracciones tuvieron que ocupar posiciones en


emergencia, sin el mínimo tiempo para cavar, establecer acuerdos,
reforzarse, coordinar los aspectos logísticos, organizar los fuegos
propios, y los de apoyo. Parecía que el General Jofre se había dado
cuenta por fin que el desembarco en San Carlos había sido el
principal; o bien, que nunca se haría el que esperaban sobre el
aeropuerto, idea que inhabilitó durante toda la guerra a la mejor
Unidad del Ejército, el RI 25.

561
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

En relación con estos movimientos, el Capitán Robacio hace


los siguientes comentarios en su libro:

―…habíamos logrado en horas de la mañana que el Comando


Superior previera el desplazamiento de los efectivos que hemos
indicado, la Compañía A del Ejército, e intentamos una vez más,
hacer que se olvidaran de la operación anfibia/helitransportada en
fuerza sobre la localidad (Puerto Argentino).‖ […]
―Lamentablemente siempre se apelaría al adelantamiento de débiles
fracciones que carecían de la fortaleza necesaria como para
modificar a fondo el sistema defensivo. Fue así que irían quedando
a retaguardia muchos hombres que bien podrían haber rendido
mucho más luchando que mirando.‖ (154)
(154) Robacio. Op. cit. p.224 y 225.

Volviendo a Howard, el día 14 de junio el Teniente Coronel


Mabragaña recibe la orden de cesación del fuego e instrucciones
para la rendición. Al día siguiente un Oficial de enlace británico
dispuso la evacuación del Regimiento en lanchones de la Royal
Navy. Todo había terminado.

562
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXXIV

RI 4, SISTERS Y HARRIET
Por Doctrina se considera que una posición defensiva es cada
día más fuerte, de manera que si es muy reciente se estima como
débil, y al cabo de un mes por ejemplo, “fuertemente organizada”.
Se comienza por una pequeña posición horizontal, y después se la va
profundizando a medida que pasan las horas y los días hasta
convertirla en un pozo de zorro. Después se continúa con túneles o
trincheras de arrastre que comunican cada posición; y se sigue con
reforzamientos y mejoramientos del camuflaje, construcción de
refugios…hasta que la posición defensiva se convierte en un
hormiguero. Eso hicieron los del BIM 5.
Una defensa es transitoria hasta el momento de pasar al ataque.
“Defensa Móvil” es un concepto moderno de la guerra; quiere decir
que se realizan desplazamientos ofensivos para aprovechar los
errores del enemigo y desgastarlo tempranamente. Las defensas
establecidas en las Islas Malvinas fueron estáticas en la gran
mayoría de los casos, y eso desembocaría fatal e inevitablemente en
una derrota. Durante la defensa se pierde la libertad de acción, es
decir que el enemigo tiene la iniciativa, como la tuvieron siempre los
ingleses. Los numerosos argumentos expuestos por los Generales
Menéndez y Jofre para justificar la actitud estática de nuestras
fuerzas eran relativamente válidos, porque se aceptaba de antemano
lo inevitable. Las pocas acciones ofensivas realizadas en San Carlos
con efectivos menores, y en Darwin en forma similar, demostraron
que los ingleses sufrían numerosas pérdidas al encontrar resistencia
y luego detenían su avance para volver a empezar. El General Jofre

563
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

no tomaba riesgos y prefería mantener una actitud pasiva, ¿o es que


seguía esperando un utópico alto el fuego? Por eso, después de la
rendición, los ingleses se mostraron muy curiosos por saber por qué
desperdiciamos las oportunidades tácticas que dieron, que ellos
suponían iban a producir una reacción de las fuerzas argentinas. La
falta de mentalidad ofensiva de los Altos Mandos, se convirtió en
una pared de concreto cuando la Infantería de Marina proponía
lanzar ataques conjuntos en la Cabecera de Playa de San Carlos y
después del exitoso bombardeo aéreo a los buques en Bahía
Agradable, que podría haber cambiado el rumbo de la guerra. Si hay
mentalidad ofensiva en una tropa bien entrenada y organizada hay
que aprovecharla, pero no fue así.

Experiencia de guerra
De acuerdo con la experiencia de la Primera Guerra Mundial,
para que sea batida eficazmente la posición defensiva ocupada por
una Compañía, que debería tener entre 600 y 1.200 m de frente, son
necesarios 10.000 disparos de artillería de 105 mm. Esto es
imposible de llevarlo a la práctica, porque es una cantidad enorme,
tanto, que la artillería enemiga disparó unos 25.000 proyectiles
durante toda la campaña, y la batería de artillería del Teniente
Abadal, consumió en un mes y medio de combate el equivalente a
10 años de consumo de munición en épocas de paz. Al terrorífico
fuego artillero enemigo, se sumó el del bombardeo naval y aéreo que
martillaron continuadamente nuestras posiciones desde el 1º de
mayo hasta el 14 de junio. Un proyectil de artillería produce
múltiples esquirlas cuyo radio de acción mínimo puede estimarse en
algunos casos en 100 metros a la redonda, esta vez reducido por la
turba. El bombardeo apabulla, produce un fuerte daño moral;
psicosis de guerra; a veces rotura de tímpanos o daños internos por
la onda expansiva, y sobre todo una enorme sensación de impotencia
564
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

durante el fuego enemigo. Un impacto directo produce la virtual


desaparición de la víctima deshecha en mil pedazos. La única
defensa: meterse de cabeza en los pozos, y si se puede, rezar. Pero
para cavar pozos se requieren herramientas de zapa y mucho tiempo.
Después de la derrota sufrida en Darwin, el Regimiento de Infantería
4 cuyo Cuartel estaba ubicado en la localidad de Monte Caseros,
Corrientes, era la primera Unidad con la que tendrían que
enfrentarse los ingleses para continuar su avance hacia Puerto
Argentino.
Declara el Capitán de Navío aviador Barry Melbourne Hussey
ante la Comisión Rattenbach: (Folio 895 del Tomo V,
Declaraciones).
―Inicialmente hubo una gran euforia, sin pensar en lo que se
venía. Mi impresión -y lo he remarcado muchas veces a todos mis
Superiores- es que la primera semana después de la llegada del
Gobierno, inclusive el día 7 (de abril), cuando se hace formalmente
la toma de aquél, y van políticos y distintas personalidades, nunca
se pensó en lo que sucedería después. Eso, como observador militar,
lo veo a través del proceso apurado con que se empieza a
instrumentar la defensa de Puerto Argentino. Es decir todo estaba
signado por un proceso de apuro y, puedo afirmar, de
improvisación. Ésa es una de las cosas que más lamentábamos,
porque permanentemente lo hablábamos con el Señor General
Menéndez y la gente de su Gabinete, cuál era la razón por la que se
tenía que recurrir permanentemente a la improvisación, ya sea
para la descarga, para el transporte, para el despliegue de los
hombres desde el aeropuerto hasta las posiciones más avanzadas y,
después, antes del 1º de mayo, para el proceso de ubicación de las
fuerzas en las posiciones.‖

565
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Agrega Hussey que cuando cayó prisionero conversó con un Capitán


de Navío de los Royal Marines: que le hizo el siguiente comentario:
―Yo no entiendo como Uds. no ocuparon las alturas, porque
cuando nosotros ocupamos el Monte Kent, pensábamos que nos
íbamos a encontrar con una fuerza muy importante, y resulta que
llegamos al mismo y no nos encontramos con nadie. Lo primero que
hubiésemos hecho nosotros era ocupar las grandes alturas.
Nosotros nos sentábamos en Monte Kent y mirábamos con
prismáticos cómo caminaban por Puerto Argentino.‖

El Teniente Coronel Diego Alejandro Soria, era Jefe del


Regimiento 4 de Infantería desde el 26 de noviembre de 1980,
Unidad que dependía del General Parada hasta la caída de Darwin-
Prado del Ganso. Al arribar a las Islas llevaba poco más de dos años
como Jefe de Regimiento, que tenía 2 Compañías de Infantería. Para

566
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

completar una tercera Subunidad, debió movilizar a los Conscriptos


de la Clase 63, que fueron a la guerra como reclutas con una
instrucción básica de 45 días. De esta manera quedaron completadas
las 3 Subunidades orgánicas, integradas por correntinos, chaqueños,
formoseños y misioneros. Después de la derrota de Prado del
Ganso, el Regimiento pasó a depender del General Jofre y recibió la
orden de ocupar posición en los Montes Two Sisters y Harriet.

Una misión de sacrificio


La ocupación tardía de los Montes Harriet y Two Sisters,
dificultaba por razones de tiempo el establecimiento de una defensa
aceptable y bien organizada. Como la defensa de Puerto Argentino
estaba concebida al revés, es decir dando la espalda al Oeste, a pesar
del avance inglés proveniente desde esa dirección, nunca fue
modificada por Jofre, que porfiaba que se iba a producir un
desembarco sobre el núcleo de la defensa ubicada en Puerto
Argentino. Ante la realidad de los hechos, se vio en la obligación de
ordenarle al Jefe del RI 4, ocupar la posición nombrada. Soria
declara en la Comisión Rattenbach lo siguiente: (Tomo V,
Declaraciones, folio 999)
―Nuestra misión no era la de dar tiempo y espacio a la
posición y replegarnos, sino la de permanecer en la posición. El
General Jofre dijo que la nuestra era una misión prácticamente de
sacrificio, por cuanto no íbamos a poder replegarnos; no porque no
se quisiera, sino porque iba a ser imposible efectuar un repliegue
organizado.‖
A ningún militar le agrada recibir una orden “prácticamente de
sacrificio”. De acuerdo con los usos y costumbres del mando del
General Jofre, seguía manteniendo la tendencia de segregar
fracciones de sus Unidades subordinadas. Es por eso que al RI 4 le
567
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

fue quitada nada menos que una Compañía para enviarla al Norte
del dispositivo de defensa en la zona de Low Hill (Monte Low),
además de una Sección de la Compañía B destinada a dar seguridad
al Puesto de Comando en Puerto Argentino. ¡Al puesto de Comando
de Puerto Argentino! Esa Sección de tiradores fue reemplazada por
un rejunte de personal de las Subunidades de Servicios de la Brigada
III, no organizadas orgánicamente como tiradores. Cabe
preguntarnos ¿por qué no se hizo al revés?
De esta manera el RI 4 quedaba reducido a unos 400 hombres,
equivalente a sólo 2 Compañías reforzadas. La Unidad no tuvo
problemas de abastecimiento de munición ni de víveres, pero no
contaba con suficientes elementos de zapa, ni fuego de apoyo de
artillería, y tenía escasos medios de comunicación interna. Es decir,
empezamos mal.

Por falta de elementos de zapa, varias Unidades del Ejército ocuparon


posiciones armando carpas. No se pudo aplicar el criterio básico del

568
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

enmascaramiento y de hacer pozos para protegerse, porque el comando de la


defensa los trasladaba de uno a otro lugar sin darles tiempo para protegerse.
Fotografía de una fracción del RIM 4, expuesta en el Imperial War Museum
de Londres.
A partir del 31 de mayo comenzó a recibir fuego de artillería y
bombardeos que produjeron su efecto, mientras grupos de
exploradores enemigos trataban de infiltrarse para determinar el
despliegue y armamento de las posiciones.
La noche del 7 de junio recibieron un ataque sobre el sector
Norte de las posiciones en Monte Harriet, que una vez detectado fue
rechazado por el fuego. Este primer intento respondía a la táctica
inglesa de explorar la capacidad de reacción de las posiciones
argentinas. Cuando llegó la noche del 11 al 12 de junio, fueron
atacados nuevamente, esta vez por una Brigada de los Royal
Marines; el Comando 42 sobre el Monte Harriet; el Comando 45
sobre Two Sisters y el Comando 40 como reserva, unos 4.000
hombres en total. (155)
(155) ―Comando‖, equivale a un Batallón de Royal Marines, no se trata de
un grupo especial.

El enemigo efectuó un movimiento envolvente desde el Sur y desde


el Este (el lado que daba a Puerto Argentino), contra la posición
establecida en Two Sisters, con fuerte apoyo de artillería desde el
Oeste. El contundente ataque produjo la muerte de 30 efectivos y
170 heridos, equivalente al 50% de los hombres del Regimiento.
Una buena parte de la Unidad se desbandó sin control hacia Puerto
Argentino, mientras era apoyado por una Compañía del Regimiento
de Infantería 6, que se encontraba al Este de Two Sisters. La
posición de Monte Harriet, que estaba completamente rodeada,
pudo resistir hasta el amanecer, momento en que los ingleses
dejaron de hacer fuego y aguardaron pacientemente la inevitable
569
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

rendición de lo que quedaba del Regimiento. De esta manera se


entregó prisionera una buena parte de la Compañía B, con el Jefe de
Regimiento que no quiso abandonar a sus hombres. Era el día 12 de
junio de 1982. (156)
(156)―La Gaceta Argentina‖ Nº 12 del 11 de junio, publica la siguiente
tardía y de alguna manera irónica recomendación: ―c. Curiosidades: ¿sabía
Ud. que el 50% de las bajas propias en combate, se han producido por estar
fuera del pozo de zorro; en un pozo de zorro mal construido; o por asomarse
fuera de él durante un cañoneo o bombardeo?‖ Se comprobó después de la
guerra que el 80% de las bajas se debía al efecto de las esquirlas.

A pesar de las limitaciones que tenían en sus equipos individuales, el


RI 4 combatió en una proporción de 1 contra 6 enemigos, apoyado
desde retaguardia por una Batería de la Infantería de Marina, cuyo
fuego dirigió el mismo Teniente Coronel Soria que relata:
―Pese a todas las circunstancias adversas en que debió
combatir, y a la desproporción de medios, el RI 4 luchó hasta el
límite de sus posibilidades. Prueba de ello fueron los 2 oficiales, 4
suboficiales y 16 soldados muertos y los 8 oficiales, 24 suboficiales
y 89 soldados heridos…‖
Y comenta un corresponsal de guerra inglés:
“Sin embargo, el avance por las laderas del Monte Harriet fue
un asunto lento y cruento. Durante un par de horas parecía que
todo iba a salir mal. Acosados en las laderas por los intensos
disparos de ametralladoras y tiradores apostados, avanzaban
lentamente y a duras penas. Vi caer a varios hombres heridos de
bala y a otros los alcanzó la metralla de la continua cortina de
fuego que disparaban a distancia. Los hombres que teníamos
enfrente no iban a ceder sino era tras una lucha encarnizada‖.

570
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La enorme diferencia en equipo, efectivos, apoyo de fuego y


elementos de transporte ágiles, como por ejemplo helicópteros,
parecía que al llegar el momento de la verdad, es decir del
enfrentamiento cuerpo a cuerpo o a distancias próximas, esas
ventajas se reducían notablemente. Les faltó enterrarse, fortalecerse
en el terreno y disponer de más efectivos, muy mal distribuidos por
el Comando de la Defensa argentina, es decir el incompetente dúo
integrado por los Generales Menéndez y Jofre.
En el Comando Terrestre en Puerto Argentino se había perdido
todo contacto con el Jefe del RI 4, hecho que hizo suponer que
podría haber muerto en combate. Los que pudieron replegarse lo
hicieron en desbande hacia el Este, en dirección de Puerto
Argentino, oasis de la guerra. Estaban agotados, desmoralizados, y
se retiraban arrojando sus armas. Los Oficiales jóvenes fueron los
que aún mantenían cierto espíritu de combate, y algunos de ellos se
unieron al BIM 5 que los veían llegar. Para evitar el desbande y la
deserción, el mando terrestre dio una orden desesperada: disparar
sobre todos aquellos que abandonen sus puestos y se retiren del
frente. Ésta es una “forma de conducción” reglamentaria, aunque
disparatada e inmoral, que jamás tendría que haberse adoptado,
porque la mejor manera de conducirlos era la de abandonar las
comodidades del poblado, para ir a dar el ejemplo en el frente y
poner el pecho a las balas. Robacio hace una breve mención en su
libro sobre esta orden, y el Conscripto Clase 62 Larrivey de la
Compañía M del BIM 5, ubicada en inmediaciones de Sapper Hill
comenta:
―Recibimos la orden de disparar sobre los que se replegaban.
Los del RI 4 se acercaban desordenadamente, habían arrojado sus
armas, parecía que nadie los mandaba. Ninguno de nosotros

571
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

cumplió esa orden, ¡cómo íbamos a hacerlo! Nosotros fuimos a


combatir a los ingleses, no a matar a nuestros compatriotas.‖
En realidad, el BIM 5 era la Unidad que por estar detrás del RI 4 y
en el camino de repliegue hacia el poblado del RI 7, era en la
práctica la destinataria de esa orden. Una directiva que en el BIM 5
se dio pro forma para que nadie la cumpliese. Resulta paradójica
esta orden en relación con los argumentos de Jofre para no ejecutar
acciones ofensivas “por lo peligroso que hubiera sido para el
personal llevarlas a cabo‖.

Relevo inesperado
Ese mediodía me encontraba de guardia en la Sala de Situación
del Estado Mayor, acompañado por el Suboficial 1º Tolosa de la
Jefatura de Infantería de Marina, que había sido mi eficiente auxiliar
el año anterior en ese destino. Estábamos sumamente preocupados
por el cariz que tomaban los acontecimientos en la Isla,
caracterizada por la ausencia de información detallada sobre las
acciones en Harriet y Two Sisters.
Persistía la carencia de medios de enlace tácticos en la
orgánica de las Unidades del Ejército, que como pasó en Darwin
dificultaba la conducción y el control de las acciones tácticas. Por
otra parte resultaba riesgoso el empleo de los equipos
radioeléctricos, cuya emisión era detectada inmediatamente por
medios electrónicos y sus datos pasados a las Baterías de artillería,
que rápidamente abrían fuego sobre nuestras posiciones. El método
radiogoniométrico de detección era conocido desde muchos años
atrás, pero ignorábamos que existían sistemas capaces de integrarlos
con la artillería terrestre. La superioridad naval era total y la aérea
cada vez mayor; siempre estaba presente en el aire una PAC que
atacaba blancos de oportunidad o a pedido. El apoyo de fuego naval
572
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

estaba muy bien coordinado; y la artillería de campaña cambiaba de


posición utilizando helicópteros. La infantería británica tenía una
increíble cantidad de lanzacohetes, misiles Milan y ametralladoras
que silenciaban nuestras posiciones con rapidez. El enemigo poseía
un elemento de poder aún más valioso que el desbalance de fuerzas:
la información actualizada y permanente de nuestras posiciones.
Para obtenerla utilizaban helicópteros que observaban fuera del
alcance de nuestras armas; un intenso patrullado con visores
térmicos que detectaban hasta el hombre aislado en un ignoto pozo
de zorro; la ayuda de los kelpers...¡Diablos! ¡lo único que faltaba era
que se enterasen del nombre del soldado que hacía sus necesidades
en aquella roca!
Estábamos en eso en la Sala de Situación, cuando ingresó un
Almirante infante de marina, que saludó cortésmente y me solicitó
que lo ponga al tanto de la situación terrestre. Comencé por detallar
las características del ataque inglés desde la acción en Darwin, lo
ocurrido en las posiciones del Regimiento 4 en los Montes Harriet y
Two Sisters y los combates del RI 7 en el Monte Longdon. No me
resultaba agradable exponer, porque conocíamos que esas alturas
estaban en poder del enemigo, pero no la suerte de los hombres del
Regimiento 4, cuyas noticias parciales habían sido suministradas por
los efectivos que lograron replegarse. El alto jefe me escuchaba con
atención y visiblemente preocupado, hasta que dije mirando hacia el
mural donde estaba graficada la situación y como pensando en voz
alta:
―Señor Almirante, de acuerdo con mis conocimientos
profesionales en esta materia, el avance inglés desde Darwin…es un
récord mundial de velocidad…y según mi apreciación, Puerto
Argentino cae mañana…o pasado.‖

573
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Mis palabras produjeron una reacción que no esperaba;


completamente fuera de sí, el Almirante comenzó a moverse
nerviosamente de un lado para otro, y exclamaba con voz de trueno:
―¡Cómo se atreve a decir eso!..¡pero cómo!, ¡queda relevado!
¡suboficial! ¡tome la guardia!‖ En esos momentos estaba dándole
frente, y no podía creer lo que estaba pasando. Su reacción me dio
pena, porque veía a un Oficial Superior demostrando su completa
incapacidad para asumir la realidad. Esa actitud escapaba a toda
formalidad, a los usos y costumbres en el trato con un Oficial Jefe, y
a la reglamentación aplicable en estos casos. Por otra parte nunca
podría haber ordenado ese relevo, porque la guardia no dependía de
él, sino de la Jefatura de Operaciones del Estado Mayor. Sin
responderle me di vuelta, guiñé un ojo al Suboficial y comencé a
llenar el Libro de Guardia. Dejé constancia que a tal hora fui
relevado por orden del Almirante tal, y que entregaba la guardia al
Suboficial cual; documento que en estos momentos debe estar en el
archivo histórico de la Armada. El histérico Almirante nunca me
pidió disculpas como hubiese correspondido, y por mi parte tampoco
le hice reclamo alguno, ¿para qué? ¡si dos días después caía Puerto
Argentino!

Visita Papal
Desconozco si en los tiempos modernos hubo algún
antecedente relacionado con una visita papal, a un país inmerso en
un conflicto bélico. El hecho es que SS Juan Pablo II iba a visitarnos
otra vez. La organización de tan importante evento estuvo a cargo de
la Oficina de Ceremonial de la Casa de Gobierno, donde tuve que
asistir a varias reuniones de coordinación presididas por el Capitán
de Fragata Héctor Giménez Uriburu. El Acto iba a desarrollarse en
un lugar amplio y muy bello de Buenos Aires, ubicado en la

574
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

intersección de las Avenidas del Libertador y Sarmiento, Parque 3


de febrero. Los sitiales de los Comandantes en Jefe se ubicarían
frente a la rotonda del Monumento de los Españoles, mirando hacia
Plaza Italia. En el costado Sur del Monumento, Ceremonial de
Presidencia estableció el punto “Alfa”, donde cada área responsable
de las Fuerzas, Ministerios, Municipio de Buenos Aires, y
autoridades eclesiásticas y de la Nunciatura, nos íbamos a encontrar
para coordinar los detalles finales previos al Acto. En el
Departamento Relaciones Públicas de la Marina desarrollamos un
Plan Contribuyente con gráficos y demás detalles, que fueron
distribuidos internamente, y enviamos una copia a la Casa de
Gobierno. Estaba previsto que el Papa iba a dar la comunión a un
Conscripto de cada Fuerza, cuya designación escapaba a nuestra
responsabilidad. Por medio del “papa móvil” blindado, Su Santidad
se aproximaría al Monumento por el centro de la Av. Sarmiento
viniendo desde el río, en cuyos costados se habían instalado miles de
sillas desde la Av. Figueroa Alcorta hasta la Av. del Libertador,
destinadas a los invitados especiales. Para el público en general todo
lo demás, excepto la rotonda que rodea el Monumento.

Cuando llegó el día, fuimos muy temprano para encontrarnos


con los demás responsables del Ceremonial en el punto “Alfa”.
Desde un principio tuvimos dificultades para llegar, por los cortes de
tránsito, la muchedumbre, silbatos de la policía, ambulancias, y
escuelas que se aproximaban. Cuando llegamos, el bendito punto
“Alfa” había quedado oculto por miles de personas que sobrepasaron
los límites establecidos, y ocupaban todo. Nunca más pude
encontrarme con nadie, y resignado, me dirigí a mi puesto detrás del
sillón que correspondía al Almirante Anaya. Cuando me aproximaba
vi un Conscripto de la Jefatura de Infantería de Marina que conocía
de antes, que estaba de pie delante de los tres sillones donde horas

575
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

más tarde iban a ser ocupados por Galtieri, Anaya y Lami Dozo. Ese
hombre nada tenía que ver con el Acto. Estaba de uniforme, con los
brazos cruzados y las piernas separadas con aire marcial e inmóvil,
mirando hacia el infinito. Sorprendido por su presencia, me
aproximé a él y mirándole a los ojos le dije: “¿qué hacés vos acá?‖,
sin moverse esbozó una sonrisa tipo Gioconda, y guiñándome un ojo
me respondió: “estoy cuidando el asiento del Comandante en Jefe”.
Su respuesta me sorprendió, pero creí interpretar cuál sería su deseo,
al fin y al cabo había miles de colados en los sectores reservados.
Entonces frunciendo el ceño le respondí muy serio: ―Exacto… ésa
es tu misión”, y fui a ocupar mi puesto.

El Acto no tuvo mucho que ver con lo planeado, porque habría


un millón de personas distribuidas por todos lados y el Papa se
aproximó por la Av. del Libertador en vez de la Av. Sarmiento.
Cuando llegó el momento de dar la comunión a los tres Conscriptos,
el que correspondía a la Armada era ese simpático, atorrante,
chatarrero, colado de la Infantería de Marina. Lamentablemente no
recuerdo su nombre.

En esos momentos gran parte de la multitud gritaba “queremos


la paz, queremos la paz”, pero estábamos en plena guerra.

El Capitán Ponce nos comenta qué pensaban en el frente en


esos momentos:
―Cuando el 11 de junio arribó el Papa, se marcó un hito en
esas sensaciones, y personalmente creo que esa visita fue
completamente inoportuna, creo que en todos los rincones del país
existía un sentimiento de que las cosas no marchaban bien y que el
Pontífice venía a poner fin a la guerra. Parecía que el fervor de esa
gran manifestación religiosa alimentaba la sensación de
576
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

relajamiento, en otras palabras el fervor patriótico parecía


pecaminoso, y el espíritu de lucha, de por sí no muy acendrado, se
enfrió aún más. La psiquis del hombre cuando se encuentra en una
situación extrema como la nuestra, se vuelve perceptiva y muy
sensible ante este tipo de fervor multitudinario de naturaleza
distinta a la de nuestro sacrificio diario. Cuando los defensores de
nuestra soberanía en las Islas necesitábamos más que nunca el
apoyo de los compatriotas que no estaban sufriendo en carne propia
las carencias y tensiones cotidianas que provoca la guerra,
notábamos que en contraposición con nuestro espíritu de combate,
las manifestaciones de fe parecían clamar por la finalización del
conflicto a cualquier costo.‖
Muy lejos del punto “Alfa”, en ese momento pudo verse desde
las posiciones del BIM 5, que un helicóptero se colgaba entre unas
alturas ubicadas al Norte de la posición. Una pequeña luz púrpura se
desprendió del aparato; era un misil que impactó en un edificio de
Puerto Argentino. El blanco era la casa en que estaba ubicada la
Central de Inteligencia del Alto Mando.

Improvisaciones
Llegado el 11 de junio, existía en el Alto Mando en Puerto
Argentino la sensación de que la defensa establecida estaba por
derrumbarse, que era sólo cuestión de tiempo. Era la culminación
lógica de los errores cometidos para organizar la defensa terrestre.
El enemigo tenía una total superioridad aérea, naval y terrestre, y la
tela de cebolla instalada como defensa por el General Jofre estaba a
punto de ser perforada, lo que significaba el fin de las hostilidades y
la derrota. Jofre había perdido excelentes oportunidades tácticas para
demorar el avance inglés. Nuestras Unidades se enfrentaban con

577
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

fuerzas superiores y resistían como podían el ataque enemigo, que


producía sucesivos desbandes de Conscriptos que buscaban refugio
en el oasis de Puerto Argentino.
Esta situación era conocida en el Comando de la Infantería de
Marina que el día 11 de junio a las 13:33, envió el siguiente
mensaje, recibido en Río Grande a las 14:42:

SECRETO
Prioridad: 111333
Promotor: Comando de la Infantería de Marina.
Ejecutivo: Comando de la Brigada de Infantería de Marina N° 1.
Informativo: Comandante del Atlántico Sur; Comandante del Área
Naval Austral; Comandante de la Fuerza de Infantería de Marina en
Malvinas.
Alistar fracciones con máximo adiestramiento efectos traslado
(MLV) a orden: Sección tiradores reforzada en cuadros/34
hombres, Sección morteros 81/6 piezas/37 hombres, Sección
morteros 60/6piezas/23 hombres. Remito instrucciones.

Original del documento mencionado anteriormente:

578
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

El Almirante Büsser de ninguna manera podría haber emitido esa


orden a una Unidad que dependía del Almirante Lombardo,
Comandante del Teatro. A esa altura de la situación, el traslado de
esos efectivos a las Islas sería una tarea logística de altísimo riesgo,
porque el dominio aéreo enemigo era total. Por otra parte ese casi
centenar de hombres no podría haber influido en nada para cambiar
la crítica situación en Puerto Argentino. El Comandante de la
Brigada Capitán Pita, no estaba dispuesto a enviar un sólo hombre al
sacrificio, y en lugar de preparar esa gente, tomó un avión en Río
Grande y se trasladó a la Base de Infantería de Marina Baterías,
donde tuvo un fuerte enfrentamiento con el Almirante Büsser, que
culminó con la anulación de aquella orden.

En el ínterin, el General Menéndez intentó tardíamente revertir


la situación, para lo cual envió al General Daher al continente, para
exponer un Plan de Operaciones al Almirante Lombardo y
posteriormente al General Galtieri. La exposición se realizó el día 8
de junio en Comodoro Rivadavia y el 9 de ese mes en Buenos Aires.
Requería una cantidad importante de abastecimientos; informaba
que el estado moral de la tropa era bueno; insistía en la posibilidad
de un desembarco enemigo en Puerto Argentino; solicitaba el
empleo de todo el poder naval y aéreo disponible y exponía un Plan
Táctico impracticable, tal como el empleo de las Unidades en Fox y
Howard, que no tenían cómo cruzar el Estrecho y el empleo de
paracaidistas. El plan fue descartado por impracticable, y en realidad
parecía un desesperado intento de los Generales Menéndez y Jofre
de intentar responsabilizar a los mandos superiores de la inminente
derrota.

Por su parte el Almirante Büsser planificó una acción con


tropas de Comandos que conduciría personalmente, para hostigar la

579
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

retaguardia de las fuerzas inglesas, es decir desde el Oeste, de


manera de aliviar la presión sobre Puerto Argentino. Se trataba de la
Operación “Buitre”, cuyos efectivos serían trasladados a las Islas por
medio de helicópteros pesados. El designado Segundo Comandante
de esa Operación, Capitán de Corbeta (buzo táctico) Alfredo Cufré,
se trasladó el 11 de junio a Puerto Argentino, donde comprobó la
gravedad de la situación existente y a su regreso informó sobre la
inminente caída de la Plaza, que desembocó en la anulación de la
Operación. Era evidente que en el continente existía una idea
equivocada de lo que sucedía en las Islas.

RI 7, Longdon
El Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 7 “Coronel
Conde”, tiene su asiento en la ciudad de La Plata, Provincia de
Buenos Aires. Era en ese momento una Unidad organizada a 3
Compañías de infantería, con refuerzos de armas pesadas y
servicios. El 14 de abril llegó a las Islas, sin tener que sufrir las idas
y venidas que soportó el RI 12, pero sin capacidad para transportar
el material pesado, como todas las Unidades. Arribaron en medio de
un temporal con intensa lluvia y fuerte viento, que hizo penosa la
marcha hacia sus futuras posiciones al Noroeste del poblado de
Puerto Argentino. El Capitán Hussey fue particularmente duro en
sus declaraciones ante la Comisión Rattenbach, cuando hizo
mención de la llegada de esta Unidad a la Isla:
―Cuando traen el Regimiento 7 -me acuerdo perfectamente- el
Regimiento 7 va caminando desde el aeropuerto, pasa por toda la
ciudad, trepa al Monte detrás de la usina de Puerto Argentino y
empieza a avanzar hacia el oeste. Fue realmente un espectáculo
que, como militar, fue lamentable. Inclusive recuerdo que hubo
hombres que abandonaron su armamento. No podían cargar con las

580
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

bolsas del equipo, caminar y encima llevar el armamento. Hubo


armamento abandonado. […] Realmente fue un espectáculo
deplorable.‖
Al transitar la columna del Regimiento por la retaguardia de las
posiciones del BIM 5, bajo la fría lluvia y sobrecargados, Robacio
les ofreció una comida caliente. Un buen guiso fue la única y
oportuna bienvenida de los fatigados soldados.

Esa Unidad no tenía experiencia en zona fría, y en esas condiciones


tuvo que ocupar una posición para la defensa de zona de 12 Km de
frente, con una profundidad de entre 3 y 4 km, que se denominó
Sector Plata. Doctrinariamente una barbaridad. Cada una de las
Unidades posicionadas para la defensa de Puerto Argentino, tenía un
nombre código y la correspondiente al 7 estaba montada sobre el
Monte Longdon, Wireless Ridge y Península Camber. Recibió dos
refuerzos de personal y armas de la Infantería de Marina: una
581
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Sección de ametralladoras pesadas con montaje terrestre calibre 12,7


mm y una Sección del BIM 2, que era parte de los que
desembarcaron el 2 de abril, integrada por personal voluntario que
ocupaban la Península Camber con algunos refuerzos, cañones
antiaéreos del Ejército, y ametralladoras MAG.
Uno de los mayores esfuerzos iniciales que tuvo que afrontar la
Unidad platense, fue el traslado de sus bagajes desde el aeropuerto,
los rigores del clima, y lo difícil que les resultó cavar sus posiciones,
perjudicados por la persistente humedad y el suelo rocoso. La
defensa en amplio frente ordenada por el General Jofre, se vería
debilitada aún más sin visores nocturnos orgánicos, cuando el
enemigo inició una ofensiva desde el Oeste y de noche. A pesar de
todo, la mayor parte de esta Unidad, al comienzo de la ofensiva
enemiga respondió muy bien.

Gráfico del ataque británico a dos columnas. El 2º y el 3er. Batallón de


Paracaidistas sobre el RI 7 en Monte Longdon y Wireless Ridge. Por el Sur,
los batallones de Gurkas, Galeses y Escoceses hacia William y Tumbledown,
posiciones del BIM 5.

582
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La tela de cebolla establecida para la defensa por el General Jofre,


hizo que el enemigo supere ampliamente las posiciones del RI 7,
que no tenían un aceptable reforzamiento en el terreno. La baja
moral de la tropa hizo el resto, cuando la Unidad se vio obligada a
sostener un combate en inferioridad de condiciones durante más de
doce horas, que desembocó en un repliegue hacia Wireless Ridge. El
Jefe de la Unidad Teniente Coronel Omar Jiménez, mantenía
contacto radial con el General Jofre, que en determinado momento
le dijo: ―¡no retroceda más Omar!, ¡su Unidad sólo duró media
hora!”. A todo esto el Capitán Robacio observaba el combate desde
su Puesto de Comando ubicado más al Sur, y escuchaba el diálogo.
Indignado por las palabras del Comandante de las Fuerzas
Terrestres, salió al aire diciéndole “no, ¡es mucho más!‖, porque
sabía del enorme esfuerzo defensivo que realizaba ese Regimiento
desde hacía casi dos días. No obstante la resistencia ofrecida, el
empuje de los paracaidistas británicos los superó, y pasada la
medianoche la tropa comenzó por propia iniciativa la retirada en
desbande hacia el pueblo. Hubo intentos de recuperar las posiciones
mediante “contrataques” que no surtieron efecto. (157)
(157) Nota del autor: reiteradamente encontré en los libros escritos por altos
Jefes del Ejército veteranos de Malvinas, el término ―contraataque‖ o
―contrataque‖, que fueron ordenados a las Unidades desde el Comando
Terrestre en Puerto Argentino. Esta acción defensiva-ofensiva busca
reconstituir la primera línea, penetrar en la profundidad del atacante,
recuperar una altura, envolver un ala, etcétera. Para concretar un
contraataque, se requiere que previamente se lo planifique, coordine, apoye,
jalone y ensaye con efectivos importantes como para tener ciertas
posibilidades de éxito. Esto significa que un contraataque es una ―acción‖.
En la Doctrina de la Infantería de Marina, encontramos el concepto de
―contrachoque‖, que se caracteriza por ser una ―reacción‖, con cierto grado
de improvisación y con los efectivos que puedan reunirse en ese momento. A
mi juicio existió una errónea aplicación de los términos. Sin embargo, todas
las veces que se realizaban lo que realmente serían ―contrachoques‖, el

583
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

enemigo cedía, se retiraba y horas después atacaba nuevamente con mayor


potencia.

El repliegue del RI 7
A las 5 de la mañana del 14 de junio, el Capitán Grau Jefe de
Logística del RI 7, se presentó en el Puesto de Comando en Puerto
Argentino pidiendo disculpas porque su Unidad no había resistido
por más tiempo en la posición, que en ese momento se replegaba
desorganizadamente. Simultáneamente se comunicaba por radio el
Jefe del Regimiento, para decir que estaba defraudando la confianza
depositada en la Unidad. Las posiciones del RI 7 se derrumbaban y
comenzaban a dejar libre el flanco Norte del BIM 5, cuyo
Comandante pedía refuerzos desesperadamente para evitar la caída
del dispositivo. Esa retirada haría que los paracaidistas pongan en la
mira a Tumbledown; una nueva Unidad enemiga iba a sumarse al
ataque al BIM 5.

La Compañía de Ingenieros Anfibios de la Infantería de


Marina, al mando del Capitán de Corbeta Luis Menghini, se
encontraba en esos momentos prácticamente sin nada para hacer en
el marco de su especialidad. Fue por eso que había recibido la orden
de establecer una posición de bloqueo entre Puerto Argentino y
Moody Brook, con la misión de no dejar pasar a nadie que se
dirigiera hacia el pueblo, dado el desbande generalizado que estaba
ocurriendo entre las Unidades del Ejército de primera línea. En la
madrugada del 14 de junio vieron acercarse una columna del RI 7
rumbo al pueblo, al mando del Mayor Carrizo, Segundo Jefe de la
Unidad. Cuando Menghini les ordena detenerse se produce
inmediatamente una discusión, porque la guerra quedaba para el otro
lado. La tropa estaba no solamente agotada, sino también

584
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

completamente desmoralizada, cuyo Jefe el Teniente Coronel


Jiménez, hacía rato que estaba en Puerto Argentino. Algunos
Ingenieros Anfibios se mezclaron entre los soldados del Regimiento,
y observaron con indignación que estaban arrojando sus fusiles al
mar. Carrizo argumentaba que la tropa ya no le obedecía. La
discusión termina cuando Menghini con la anuencia del Mayor
Carrizo arenga a los soldados, parte de los cuales vuelven sobre sus
pasos y se dirigen otra vez al frente. Parecía que era bastante certera
la observación del Capitán Moeremans, respecto de la falta de
liderazgo que observaba entre los cuadros del RI 7.
Hubo otro motivo adicional que terminó con la discusión entre
ambos jefes, y fue cuando la artillería enemiga comenzó a hacer
fuego cerca del lugar donde se encontraban. Después del cese del
fuego Menghini preguntó a los artilleros ingleses por qué tiraban
corto, los ingleses le respondieron “queríamos echarlos, no
matarlos”.

La temprana retirada del RI 7, hizo que el BIM 5 comenzara a


recibir el ataque de los paracaidistas por el Norte de su posición.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXXV

BIM 5, TUMBLEDOWN
Los errores en la guerra se pagan muy caros.

Posiciones de primera línea por Unidades:


A Monte Longdon, RI 7. F Pony Pass, BIM 5 K Puerto Argentino.
B Wireless Ridge, RI 7. G Monte Two Sisters, RI 4.
C Monte Tumbledown, BIM 5 H Monte Challenger, RI 4.
D Monte Williams, BIM 5 I Península Camber, RI 7/BIM 2.
E Sapper Hill, BIM 5 J Moody Brook

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Los efectivos del RI 4 que pudieron desprenderse de sus


posiciones en los Montes Two Sisters y Harriet, marchaban
desordenadamente hacia retaguardia. La gran mayoría sobrepasó las
posiciones del BIM 5 y terminaron en la localidad. Entre estos
soldados había algunos que deseaban seguir luchando, y decidieron
incorporarse voluntariamente al BIM 5, donde fueron bienvenidos.
Comenta el Capitán Robacio que estaban extremadamente cansados,
algunos desarmados y con la moral bastante quebrada. Los infantes
de marina pudieron retener algunos hombres, entre ellos el
Subteniente Oscar Silva con su gente, que fue incorporado a la 4ta.
Sección del Teniente Vázquez en el Monte Tumbledown. (158)
(158) El Subteniente Silva había sido cadete en la Escuela Naval Militar
como infante de marina. Posteriormente ingresó al Colegio Militar. Vázquez y
Silva se conocían.

También se incorporó a la Compañía N del Batallón, el Subteniente


Marcelo Llambías Pravas con algunos Conscriptos. La masa optó
por dirigirse hacia la localidad, donde deambulaban agotados,
desmoralizados y fuera de control, para ellos la guerra había
terminado de hecho. El Conscripto Larrivey del BIM 5 ocupaba su
posición en Sapper Hill, cuando vio aproximarse unos hombres del
RI 4, “que caminaban desordenadamente rumbo a Puerto
Argentino”.

El Capitán Hussey relata ante la Comisión Rattenbach, la


dramática llegada de algunos de los efectivos:

―A la madrugada, a eso de las cuatro o cinco de la mañana,


empieza a entrar a Puerto Argentino este Escuadrón de
Exploración; eran individuos que estaban deshechos, agotados.

587
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Entraron a la Casa de Gobierno y se desplomaron a lo largo de las


escaleras, en el piso, en todas las habitaciones, ya estaban
deshechos.‖[...] ―Hablamos con el Capitán que venía con ellos. Este
hombre se acostó sobre un colchón y cerró los ojos. Hablamos con
la tropa y nos dijeron que hacía dos días que estaban
combatiendo…‖ (159)
(159) Comisión Rattenbach. Declaraciones Tomo V, fojas 900 y 901.

El Capitán Ponce relata con sus propias palabras los


pormenores de la acción:

―El 12 de junio por la mañana, se observa que el enemigo


consolida las posiciones conquistadas la noche anterior, en los
Montes Harriet y Two Sisters para lanzar el asalto final sobre
Williams y Tumbledown. Efectivos de las Unidades que se repliegan
se agregan a un sector de la Compañía N del BIM 5, (el Subteniente
Silva, falleció heroicamente en combate con sus hombres).‖

Subteniente Oscar Augusto Silva, un


ejemplo de bravura para orgullo del
Ejército Argentino, falleció en combate
en Tumbledown. Su arma no pudo ser
arrancada de sus manos inertes, cuando
fue encontrado junto a sus valientes.

588
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Los demonios de Pony Pass


La sorpresa se convierte en un medio para lograr la superioridad numérica.
Carl von Clausewitz

El 13 de junio, aproximadamente a las 15:00, los observadores


ocultos de la Compañía O (-) en Pony Pass, vieron a la distancia
efectivos del orden de una Compañía o más, que avanzaba hacia la
profundidad del dispositivo de defensa del BIM 5, a caballo del
camino que conduce hacia el Monte William. El Jefe de Compañía
Teniente Ricardo Quiroga, informó inmediatamente a su Comando,
y recibió la orden de no abrir fuego y permanecer ocultos. Como los
efectivos enemigos marchaban en una zona sin cubiertas y a unos
1.500 m de distancia, era un blanco ideal para la artillería o para los
morteros pesados. Enseguida fueron pasados los datos de tiro a la
Batería de apoyo del BIM 5; al Grupo de Artillería 3 del Ejército, y
a los morteros del Batallón, con el fin de descargarles por sorpresa
una concentración de fuego. A las 17:00 la formación enemiga
marchaba a unos 1.200 m, cuando les cayó una poderosa
concentración de artillería por delante, y cuando comenzaron a
dispersarse les llovió otra por detrás, y después por los costados del
camino.

Relata el Teniente Quiroga:

―Se observaban cuerpos inertes que volaban por el aire y se


escuchaba el griterío del personal herido. Lo que llamó
poderosísimamente la atención, fue la operatividad de los
helicópteros que bajo el fuego de artillería socorrían al personal

589
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

herido y lo evacuaban a retaguardia, sin preocuparse prácticamente


de lo que estaba ocurriendo.‖

La víctima de nuestros artilleros era una Compañía del Batallón de


la Guardia Galesa, que fue virtualmente aniquilada, según
apreciaron los observadores adelantados de artillería y el Teniente
Quiroga, que se vio obligado a suspender el fuego ―porque no
quedaba nadie”.

Esa noche cuatro buques iniciaron un bombardeo naval que


duró hasta la madrugada, sobre las posiciones del BIM 5 en
Tumbledown, y del RI 7 en Monte Longdon. Al amanecer se
incorporó el fuego de la artillería terrestre británica. A las 23:00 el
RI 7 comenzó a replegarse, y a la misma hora una Brigada integrada
por un Batallón de los Royal Marines, otro Batallón de la Guardia
del Nepal (Gurkas), y el Batallón de la Guardia Escocesa, apoyada
por un intenso fuego naval y de artillería terrestre, atacaron las
posiciones del BIM 5 en Tumbledown y Williams. (160)
(160) Respecto de la retirada del RI 7, ―Una cara de la moneda‖ artículo
publicado por The Sunday Times Insight Team, de Inglaterra, dice: ―…no se
retiraron en cambio los argentinos en la montaña Tumbledown a 8 millas por
el sur, donde la Guardia Escocesa tendría que enfrentarse a la más violenta
de todas las acciones. Allí se hallaba un Batallón de Infantes de Marina
argentinos muy expertos y bien atrincherados.‖ […] ―Los infantes de Marina
disparaban sin cesar y de una manera impresionante.‖

Ese ataque fue advertido por las explosiones producidas por un


cinturón de minas instalado delante de las posiciones, que comenzó
a producirles bajas a los ingleses y culminó a la 1 de la mañana con
el rechazo del asalto. Paralelamente, y desde las 24:00, el
Regimiento de la Guardia Galesa, una de cuyas Compañías había
sido bombardeada y prácticamente aniquilada la tarde anterior en
590
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Pony Pass, lanza un nuevo ataque tomando como eje de avance la


avenida de aproximación que pasa por ese lugar en dirección a
Sapper Hill. El atacante vuelve a meterse en un cinturón de minas, y
es recibido nuevamente por los fuegos lanzados sorpresivamente por
los reducidos efectivos de la Compañía O (-), que permanecían en
Pony Pass sin haber sido vistos por el enemigo. El fuego de esta
reducida Compañía fue tan efectivo, que los ingleses estimaron –
según declaraciones posteriores- que habían tropezado con un
Batallón.

Como la retirada del RI 7 dejaba el flanco Norte descubierto, el


Capitán Robacio ordenó el repliegue de esa oculta Compañía a las
02:30 para cubrir ese flanco. Para poder desprenderse lo apoyaron
los morteros de 81mm, la Batería de Artillería de 105 mm del
Batallón, y el Grupo de Artillería 3 del Ejército, que seguía
demostrando su calidad. La Compañía en esos momentos estaba a
cargo del Teniente de Fragata Calmens, porque el Teniente Quiroga
se había quebrado un tobillo horas antes, e insistía que no era motivo
suficiente para ser evacuado. Tuvieron que doparlo para poder
hacerlo. (161)
(161) Las fuerzas británicas seguían un patrón clásico para atacar las
posiciones. Primero bombardeaban con artillería y fuego naval, y minutos
después alargaban el fuego hacia la retaguardia, mientras la infantería se
aproximaba para asaltar a la bayoneta. La doctrina dice que en el momento
en que se alargan los fuegos previo al asalto del enemigo, hay que disparar
con todo lo que se tiene mediante fuegos preparados con anticipación, de
manera de establecer una cortina letal. Pero la infantería inglesa tenía un
poder de fuego tan fenomenal, que aplastaba la reacción argentina. Entonces
los infantes de marina se pusieron de acuerdo para hacer las cosas al revés.
Cuando la artillería alargaba los fuegos, nadie de los nuestros disparaba,
entonces los ingleses creían que habían destrozado la primera línea y
avanzaban confiados suponiendo que todo había terminado. Cuando estaban
a muy pocos metros de nuestras posiciones, los marinos abrían fuego

591
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

sorpresivamente, una barrera infernal de fuego, que les producía numerosas


bajas y los obligaba a replegarse perseguidos por las balas y los insultos de
todo calibre de los Conscriptos. Uno de ellos estaba tan enfervorizado, que
lamentablemente salió de su pozo y comenzó a perseguirlos a la carrera
insultándolos como enloquecido; su cuerpo sin vida iba a ser encontrado días
después por al Capitán Robacio, 100 m delante de la posición.

Rescatamos del libro de Robacio-Hernández el comentario que le


hizo un Capitán galés, cuando aquéllos eran prisioneros. Se refería al
ataque a la Compañía O del Teniente Calmens descripto más arriba,
donde emplearon por primera vez esa novedosa táctica de combate:

―Todo iba bien cuando iniciamos nuestro avance, pues a pesar


de que éramos hostigados, la oscuridad nos permitió avanzar sin
mayores inconvenientes. […] De pronto se desató un fuego infernal
sobre nosotros, nos habíamos topado con dos o tres Batallones, (la
Compañía O, tenía unos 80 hombres solamente) Intentamos
arrollarlos frontalmente, pero, además de que tiraban como
demonios, nos llevamos por delante un campo minado. Intentamos
un poco más al Sur y también había minas. Para colmo la artillería
y los morteros llovían sobre nosotros. Y después de varias horas,
habían desaparecido los demonios.‖ (162)
(162) Robacio. Op.cit p. 249.

Los “demonios”, calificativo que honra a la Compañía O,


habían desaparecido porque Robacio le había ordenado replegarse.
Mientras tanto era rechazado un segundo asalto a Tumbledown y a
las 4 de la mañana se ordenó alistarse preventivamente a la
Compañía M, para contraatacar sobre esa zona en el caso de que sea
capturada esa posición. Fue entonces cuando Robacio solicita al
Comando de la Defensa un refuerzo de efectivos para asegurar el
éxito de ese contraataque, y se envía desde retaguardia una
592
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Compañía del Ejército que no llega nunca. Entre las 5 y 6 de la


mañana se materializa un tercer asalto sobre las posiciones en
Tumbledown, con fuerte apoyo de artillería naval y terrestre. Los
ingleses se lanzan contra las posiciones con lanzacohetes, granadas
de fósforo, misiles Milan y ametralladoras, y luego toman contacto
para combatir cuerpo a cuerpo a la bayoneta. Los combatientes se
cruzan entre sí en medio de una gran confusión. El Jefe de la 4ta.
Sección Teniente Vázquez, ve tropas enemigas sobre sus propias
posiciones, y corre confundido entre ellos en momentos en que el
fuego era intensísimo. (163)
(163) El Teniente Vázquez parecía haber olvidado que las balas del enemigo
tienen derecho de paso.

Su gente hacía fuego hacia los 360º, y los ingleses no podían


dispararle porque se desplazaba junto a ellos. Entonces se arroja al
suelo y se hace el muerto, poco después se incorpora, alcanza su
pozo, y toma una decisión desesperada: ordena disparar sus morteros
de 60 mm a 90º, es decir en la vertical, para que los proyectiles
caigan sobre su propia posición. El fuego de morteros cae en rededor
y contienen la marea de soldados enemigos, mientras los nuestros se
metían bien adentro de sus trincheras. Como consideró que no era
suficiente, pide apoyo de fuego de morteros de 81 mm sobre su
posición, y nuevamente ordena a su gente meterse en los pozos.
Comenta Vázquez:

―…fuimos batidos por un intenso y preciso fuego de morteros


propios que produjo un considerable número de bajas al enemigo
que estaba en general al descubierto, y sus efectos fueron tan
importantes, que los ingleses que quedaban entre nosotros
finalmente se retiraron. El ataque había sido plenamente rechazado.
Los disparos de armas portátiles fueron disminuyendo hasta casi

593
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

cesar. Se produjo una situación totalmente diferente a la que hacía


instantes habíamos vivido; el ruido infernal había sido reemplazado
ahora por el silencio.‖ […] Eran aproximadamente la una y media
a dos de la mañana del 14 de junio. De la sorpresa pasamos a una
gran excitación y alegría en la propia tropa, que pasado el mal
momento gritaba ¡Viva la Patria! ¡Viva la Infantería de Marina!
(164)

(164) Ibíd. p. 270.

Ante esa crítica situación, el Jefe de la Compañía N del BIM 5


Teniente Villaraza, se comunica con el Mayor Jaimet del RI 3 para
solicitarle que de acuerdo con lo coordinado, la Compañía bajo su
jurisdicción avance hacia el Monte Tumbledown en apoyo de la 4ta.
Sección del Teniente Vázquez, que en ese momento estaba muy
disminuida por las bajas sufridas. Pero los Conscriptos de esa
Subunidad desertan en su mayoría y se dirigen a Puerto Argentino.
Son pocos los que se integran para apoyar al BIM 5, entre ellos el
Subteniente Lamadrid y algunos hombres de su Sección. Mientras
tanto en Puerto Argentino el Gobierno Militar había dejado de
existir de hecho, ningún isleño colaboraba ni cumplía con las
disposiciones.

Decisión temeraria
En Tumbledown el Teniente Vázquez comprueba que cada vez
había más soldados enemigos en su posición, como si fuera una
marea interminable. Algunos circulaban erguidos, y otros
aprovechaban los pozos de zorro, desde donde abrían fuego muy
bien protegidos. No escarmentaba, porque esta vez pediría fuego de
apoyo de artillería sobre su cabeza.

594
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Extraemos el siguiente diálogo del libro de Emilio Villarino, entre el


Teniente que estaba completamente exaltado porque en sus venas
sólo circulaba pura adrenalina, y su Comandante el Capitán
Robacio. Le dice:
-Señor: ¡tire con los obuses contra nosotros!- Robacio quedó
desconcertado, meditó un instante y alcanzó a decir:
-Pero Vázquez… - fue interrumpido:
-Señor por favor, ¡tire ya mismo! ¡esto es insostenible!- le dijo en
tono imperativo.
-Bien así lo haré,… continuemos al habla - y ordenó el apoyo de
artillería para una misión suicida. El primer disparo cayó lejos, y
cuando mandó la corrección, Robacio creyó que había perdido la
cabeza porque parecía muy exagerada. Urgía disparar el tiro de
reglaje siguiente, pero pasaban los segundos que para él eran
eternos.
-¡Tiren!, ¡tiren! ¡nos están haciendo pelota! exclamó desesperado
a su Comandante. El siguiente disparo también resultó largo.
-¡Pero artilleros de mierda! ¡no sirven para un carajo! ¡métanse los
cañones en el culo!- le dijo fuera de sí a Robacio, pero el tercer tiro
impactó en su posición.
-¡Bien, así, así! bien señor, así, señor.… perdóneme-
-Está bien hijo, traten de aguantar.

El empuje enemigo, nuevamente se detuvo por las numerosas


bajas que produjo la concentración de fuego de la artillería propia.
Esa forma de resistir no figuraba en los manuales, pero sí en la
mente de ese temerario infante de marina, que de esa manera tan
riesgosa produjo un nuevo rechazo del asalto enemigo. En la
historia militar son contados los casos como los generados por el
Teniente Vázquez, que a las 05:30 finalmente perdió el control de su
Sección, nadie contestaba a sus llamados. El Suboficial Castillo

595
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

cayó abatido con parte del “Grupo Araña” por fuego de


ametralladoras, cuando disparaba fuera de sí al ver caer a uno de sus
hombres. En esa situación, también fue herido mortalmente el
Subteniente Silva y parte de su gente.
La defensa en amplio frente mantenida por el General Jofre,
(mencionada en este texto como una “tela de cebolla”), hizo que los
ingleses aprovecharan muy bien ese error táctico y atacaran en cada
oportunidad con fuerzas muy superiores. A la luz de este concepto,
resulta inconcebible que la mayoría de las fracciones pertenecientes
a las Unidades establecidas en Puerto Argentino, no hayan tenido
oportunidad de tomar contacto físico con el enemigo, hasta el
momento de la rendición.

El Teniente de Corbeta Carlos Daniel Vázquez en su pozo, dirigiendo la


resistencia de la 4ta. Sección de la Compañía N, en Tumbledown

596
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Conmocionado por la temeraria actitud del Teniente Vázquez, e


indignado por el desbande de las numerosas fracciones del Ejército
que se refugiaban en Puerto Argentino, el “perro” Robacio se dirigió
por radio al General Jofre y fuera de sí “ladró” en tono imperativo:
“¡Señor!, ¡saque a todas las ratas de la ciudad y mándelas para el
frente, los ingleses no aguantarán mucho más‖! (165)
(165) Robacio. Op. cit. p. 337.

Jofre dirigía la defensa personalmente, para ello utilizaba un único


canal táctico que estaba saturado por las permanentes llamadas de
las Unidades, en un maremágnum de pedidos e informes. Era el
resultado de su manera de conducir, porque no aceptaba iniciativas
sin su previa autorización y quería ser informado de todo lo que
acontecía en el frente. Esta exigencia quitaba libertad de acción a los
Comandantes de las Unidades, que les hacía perder impulso e
imaginación. Pero en las fases finales del combate, Jofre estaba
visiblemente desmoralizado, “derrumbado” fue el término empleado
por el Capitán Moeremans al hacer referencia a ese momento. Fue
entonces cuando le ofreció conducir los pedidos de apoyo de fuego
de la artillería, cuya actividad prácticamente se limitó a satisfacer los
del BIM 5, que aún se mantenía en sus posiciones y combatía
encarnizadamente.

No aguantarán mucho más


La afirmación del Capitán Robacio parecía la de un
clarividente, porque el Almirante Woodward dejó registrado el
domingo 13 de junio en su diario, el mensaje que envió al
Comandante de las Fuerzas Terrestres que decía:

597
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―Estamos ya en el límite de nuestras posibilidades, con sólo


tres naves sin mayores defectos operativos (el ―Hermes‖, el
―Yarmouth‖ y el ―Exeter‖). De la fuerza de Destructores y
Fragatas, el cuarenta y cinco por ciento está reducido a capacidad
cero de operar. De los ―guardavallas‖ el Sea Wolf del
―Andrómeda‖ está inutilizado; todos los sistemas del ―Brilliant‖
padecen de una gran variedad de defectos; el ―Broadsword‖ tiene
un sistema y medio de armas, pero sus ejes de propulsión con daños
prácticamente permanentes. Ninguno de los tipo 21 está en
condiciones; el ―Avenger‖ está descompuesto; el ―Arrow‖ está roto
y tiene una de las turbinas Olimpus inutilizada…y muchas cosas
más. Todos están cayéndose a pedazos. Esta tarde quedé en un
hermosísimo lugar para los Etendart, con una sola vía de fuego de
Sea Dart. Los convoyes que dirijo de y hacia la costa durante la
noche, están ―escoltados‖ por una Fragata medio paralítica (no
tiene por qué ir más rápido que los demás ¿no?). La línea de
cañones comenzó con cuatro naves y ha quedado reducida a dos por
los desperfectos. El área de remolque, reparaciones y logística está
―protegida‖ por el viejo y averiado Glamorgan, y las Georgias del
Sur son valientemente defendidas por el pobre viejo y averiado
Antrim y el formidable barco de guerra Endurance. Francamente, si
los argentinos pudieran sólo respirar sobre nosotros ¡nos
caeríamos! Tal vez ellos están igual. Sólo cabe esperar que así sea,
de otra manera, estamos listos para la carnicería.‖
Curiosamente, en sus “memorias”, el Almirante Woodward no
menciona al Portaviones Invencible

El resultado adverso de la Guerra de Malvinas, estuvo


vinculado con la improvisación a partir del día después del
desembarco en las Islas. Nada de lo concebido por el General
Galtieri se confirmaba, es decir el comienzo de las negociaciones

598
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

para la entrega de la soberanía de las Islas Malvinas. Ante la


inesperada reacción británica, comenzaron las improvisaciones
logísticas y en la organización de la cadena de comando, que
tuvieron consecuencias gravísimas para el eficaz desarrollo de las
operaciones. Una vez iniciada éstas, les faltó a los Generales
Menéndez y Jofre actuar con mentalidad ofensiva y demostrar toda
su capacidad profesional, si es que la tenían. También les faltó garra
y el adecuado espíritu de combate, que hizo que nuestra mal
diseñada defensa no fuera corregida oportunamente, factor que
hubiese permitido resistir el tiempo suficiente, sólo unos pocos días
más, como para lograr un vuelco vital en la actitud enemiga que se
vería obligada a detener su ofensiva. Como decía el Almirante
Woodward: “Francamente, si los argentinos pudieran sólo respirar
sobre nosotros ¡nos caeríamos!‖
Años después la Sra. Margaret Thatcher aporta lo suyo cuando dijo:
―Sin los Harrier con su gran capacidad de maniobra,
pilotados con enorme destreza y valor, y empleando la última
versión del Misil Sidewinder aire-aire proporcionado por Caspar
Weinberger, no hubiéramos podido recuperar las Falkland.” (166)
(166) Thatcher, Margaret. ―Los Años de Downing Street‖, p.225. Thatcher se
queda corta en su comentario, dado el enorme esfuerzo militar, técnico y
logístico aportado por los EE UU, por gestión de Weinberger, que fue
Secretario de Defensa durante la Guerra de las Malvinas, posteriormente
condecorado por el gobierno británico. En su momento propuso el ingreso
explícito de su país en la guerra contra la Argentina, y durante su gestión
siempre defendió la llamada ―política de cañoneras‖.

A su vez el especialista en logística Bruce P. Scotch en un


artículo de la Revista ―Military Logistics Forum‖, 1985 p. 7 y 8
afirma: “Los británicos fueron afortunados de que la guerra
599
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

terminara cuando lo hizo.” ¡Qué oportunidad histórica


desperdiciaron nuestros mandos!

A todo esto efectivos del RI 3 al mando del Teniente Coronel


David Comini, ocupaban otra precaria posición de bloqueo, que para
instalarla lo obligó a dejar las trincheras que habían construido
laboriosamente mucho antes del ataque enemigo. Era evidente que
esas débiles posiciones adoptadas en las últimas horas por orden del
General Jofre, no podrían resistir el fuego de artillería enemigo y les
produciría muchas bajas por efecto de la artillería enemiga. Muy
preocupado Comini estableció una comunicación con Jofre para
proponerle el repliegue. Al escuchar las palabras del Jefe de
Regimiento, hubo unos momentos de silencio que Comini
aprovechó para decirle: “mi general, hay una sola forma de parar
esto y es…” Jofre lo interrumpió “ya lo sé David” y cortó la
comunicación. (167)
(167) Parada. Op. cit. p. 404.

En esos momentos el Mayor Oliva, Oficial de enlace de la


Fuerza Aérea, le propuso al General Jofre el empleo de Napalm para
bombardear a los ingleses, que con buen criterio niega
terminantemente. Un bombardeo con ese material incendiario,
podría haber provocado en el enemigo una severa represalia.

En la Península Camber (rebautizada como “Bouchard”),


estaba en posición el Guardiamarina José Barrios del BIM 2, que
después del desembarco del 2 de abril se presentó voluntario para
permanecer en las Islas. La noche del 13 al 14 de junio, comenzaron
a recibir en la península un intenso fuego de artillería, señal de una
probable acción ofensiva en el sector. Barrios ocupaba una posición
cercana a un nido de ametralladora, y podía oír las explosiones de

600
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

las granadas de artillería y el tableteo de las ametralladoras de los


combates que se desarrollaban hacia el Oeste, en la zona de los
Montes Longdon, Wireless Ridge y Tumbledown. Su posición
estaba a pocos metros de la costa Norte de Camber, y vigilaba la
zona con un visor nocturno, mientras hacía lo mismo el Conscripto
apuntador de una ametralladora Mag. De pronto el fuego de artillería
cesó, y en ese momento pudieron ver a través del visor nocturno que
velozmente se aproximaban a la costa tres gomones colmados de
Comandos enemigos. El fuego de preparación de la artillería, estaba
coordinado con el desembarco de esos efectivos en la península
Camber. Simultáneamente el radar del Buque Hospital Bahía
Paraíso, detectó la presencia de otras cinco embarcaciones que
también se aproximaban a la playa. El primero de los tres gomones
llegó a la costa, e inmediatamente saltaron a tierra tres efectivos para
dar protección al resto mientras desembarcaban. Barrios pudo ver
que uno de los Comandos apuntaba con su arma hacia el frente y los
otros dos cubrían los laterales. En ese momento estaban arribando a
la playa las otras dos embarcaciones, cuyas dotaciones integradas
por diez efectivos cada una, se preparaban para desembarcar. Era el
momento justo elegido por Barrios para ordenar a la ametralladora
―¡fuego!‖. Pero no oyó ningún disparo. El Conscripto apuntador
estaba paralizado y lo miraba con los ojos desorbitados, porque no
era capaz de apretar el disparador que llevaría el mensaje de muerte
a los soldados enemigos. El Guardiamarina no dudó un instante en
hacerlo a un lado, y abrió fuego hasta agotar la munición. Un humo
azulado con intenso olor a pólvora rodeó el lugar, momento en que
recibieron apoyo de fuego de una batería de artillería antiaérea en
tiro terrestre. Llevó a sus ojos el visor nocturno y comprobó que los
gomones habían desaparecido y sólo quedaba abandonado en la
costa uno de ellos. Después comprobaron que tenía numerosas
perforaciones y que no había nadie, porque ante esa pequeña pero

601
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

inesperada resistencia, se replegaron y es posible que llevando sus


bajas. Poco después el Bahía Paraíso confirmaba el repliegue, e
informaba que las otras embarcaciones habían dado la vuelta y
desaparecían del radar. Era la conocida táctica enemiga de no asumir
riesgos.

En el Monte Tumbledown, defendido por el Teniente


Villarraza, la 1ra. y 2da. Secciones ocupaban posiciones en el Sector
Oeste de la altura, y la 4ta. Sección que todavía se sostenía a pesar
de sus graves pérdidas, en el sector Este. Vázquez detestaba tener
que resignar su posición porque se le estaba acabando la munición y
cada vez sumaba más bajas. Preguntaba insistentemente por qué no
le enviaban los refuerzos solicitados, cuya respuesta era un lacónico
“ya vienen‖. Para auxiliarlo fue enviado desde una posición alejada
el Teniente Miño con algunos hombres, pero necesitaban todavía
más refuerzos.
Todo un Batallón de paracaidistas estaba atacando a la disminuida
Sección de Vázquez. Como se habían agregado sólo unos pocos
hombres de la Subunidad que mandaba el Mayor Jaimet, a las 4 de
la mañana el Comandante del BIM 5 le ordenó al Jefe de la
Compañía M, Reserva del Batallón, que se prepare para avanzar y
apoyar a la Compañía N. El General Jofre no permitía realizar este
tipo de movimientos tácticos sin su previa autorización. Esta forma
de conducir les restaba libertad de acción a sus Comandos
subordinados, que estaban físicamente alejados y tenían problemas
mucho más importantes que comunicarse con su jefe para pedir
autorización para realizar lo obvio. Como Jofre no conocía
exactamente la situación en el frente, la conducción de las Unidades
se convertía en una cadena burocrática de preguntas y respuestas,
informes, partes y requerimientos que distraían la atención de los
Jefes que estaban combatiendo de noche bajo el intenso fuego

602
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

enemigo. Cuando Robacio logró comunicarse mediante el único y


saturado canal táctico del comando superior, ¡increíblemente recibió
una respuesta negativa!

La Compañía a cargo del Mayor Jaimet en apoyo del BIM 5


estaba prácticamente dispersa; la Compañía M reserva, tampoco
llegaba; Vázquez estaba desesperado, sus hombres caían uno a uno,
y a las 7 de la mañana sólo combatían desde tres pozos de su
Sección. Era el fin. Resolvió romper la radio, que iba a dejarlo
definitivamente aislado de su Comando, y sacó la cabeza fuera de su
trinchera. Tres soldados lo esperaban con sus armas listas para
disparar, “dont shoot”, ―dont shoot”, alcanzó a decir. Cuando se
puso de acuerdo con ellos, se identificó a viva voz, ordenó el alto el
fuego y reunirse toda su gente donde él estaba. ¡Cuatro hombres
salieron de sus trincheras! El resto había muerto o yacía herido. Era
lo que quedaba de la 4ta. Sección de la Compañía N en el Monte
Tumbledown, el lugar estaba cubierto de cadáveres.

Cuando Vázquez cayó prisionero los paracaidistas lo llevaron


hacia el Oeste, donde lo golpearon, vejaron, simularon fusilarlo y lo
interrogaron con violencia. Los paracaidistas ingleses estaban
furiosos y sedientos de venganza, por la muerte de su Jefe de
Regimiento en Darwin. Cuando horas después los Royal Marines se
hicieron cargo, el maltrato desapareció y Vázquez dio gracias a Dios
por estar vivo. El combate sostenido y sacrificado desarrollado por
la 4ta. Sección de la Compañía N, fue el más sangriento y heroico de
la Guerra de Malvinas.

A todo esto, en el Edificio Libertad recibimos el siguiente


mensaje: (lo subrayado es nuestro y era una información errónea,
que escapaba completamente a la realidad de los hechos).

603
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

SECRETO
14 0915 junio 82
FM: Gobernador Malvinas-Comandante Conjunto Malvinas
TO: CEOPECON C Rivadavia
INFO: JEFEJER-JEMGE-ESMACON-COATLANSUR-FAS

PRINCIPALES POSICIONES DEL OESTE EN TUMBLEDOWN-


WILLIAMS (BIM 5) Y WIRELESS RIDGE (RI 7) EN PODER
ENEMIGO/SE COMBATE CUERPO A CUERPO. NUMEROSAS
BAJAS DE ARTILLERIA Y ARMAS DE APOYO PROPIAS
DESTRUIDAS. DISPOSITIVO EN REESTRUCTURACION
EMPLEANDO EL RI 3 Y RI 25. POSICION PRECARIA.
APRECIO NO PODER SOSTENERSE MAS ALLA DEL DIA DE
HOY.

Este mensaje era el preludio de la rendición, y no respondía


exactamente a la realidad que se vivía en ese momento en Puerto
Argentino.

Relata el Capitán Ponce:

―En reiteradas oportunidades, el Señor Comandante recibió la


orden de interrumpir el combate y retirarse, pero se negaba porque
decía que estaba en condiciones de seguir combatiendo. Con la
munición prácticamente agotada, sin haber recibido los refuerzos
pedidos y con parte del sector de responsabilidad en poder del
enemigo, entre las 09:00 y 10:00 del 14 de junio, el Señor
Comandante dio la orden de replegarse combatiendo sobre la
604
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

posición de la Compañía M, bajo el fuego de la Artillería de


Campaña y Bombardeo Naval enemigo. En esos momentos seguían
combatiendo contra los paracaidistas el personal del Puesto de
Comando, los efectivos que se agregaron voluntariamente del
Ejército y los mensajeros del Batallón. El Comandante de la Fuerza
de tarea Inglesa dio la orden de diferir un Bombardeo de Aviación
con bombas de mil libras guiadas por laser sobre la posición del
BIM 5, cuando se enteró que el Comando de la Defensa iniciaba
negociaciones para la rendición. El Comando de nuestra Unidad no
tenía conocimiento de esa situación, y a eso de las 10:30 me
ordenan dirigirme al Sector de la Compañía N para reorganizar el
dispositivo y pedir munición para las armas de apoyo. En la
localidad aún quedaban cañones antiaéreos que podrían ser
utilizados para cumplir misiones de Apoyo de Fuego terrestre. Tomé
mi fusil, y el visor nocturno, y me dirigí hacia donde se retiraba la
columna. Como el fuego enemigo era denso, pensé que haría más
rápido si pasaba por la posición de nuestra Batería de apoyo en
Fellton Stream. Cuando llegué al sector encontré un espectáculo
inolvidable. Los obuses estaban destruidos, el terreno removido por
las explosiones de la artillería enemiga, y una densa bruma cubría
el lugar por el humo de las explosiones y el aire frio que no permitía
que se disipara. Fue la primera vez que sentí no haber llevado una
cámara para registrar la escena. Absorto en la contemplación,
reaccioné cuando me di cuenta de la presencia humana de dos
mensajeros del Puesto de Comando, uno era el conductor del jeep
que tenía asignado, que había facilitado para evacuar a los heridos
de la Compañía N. Les pregunté qué estaban haciendo, y me
respondieron que querían acompañarme, porque en el Puesto de
Comando había demasiada gente. Juntos iniciamos el camino hacia
Sapper Hill, y creo que nunca hice una marcha tan accidentada. El
terreno era difícil de transitar, tanto, que ya nos había costado un

605
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Jefe de Compañía y un Capitán de Fragata Capellán. Era desparejo


y cubierto por formaciones rocosas, se había congelado por el frio y
salpicado de charcos muy resbaladizos. La artillería enemiga
parecía seguirnos con sus fuegos en nuestro desplazamiento a lo
largo de un alambrado que corría cerca. En ese momento tomé
conciencia de todo lo que nos había favorecido la turba, pues al
estar hinchada de agua, la munición se hundía profundamente y el
agua impedía que las esquirlas cobraran fuerza y produjeran daño.
Esta característica fue confirmada por la escasa cantidad de bajas
que registró la Unidad, pese al aplastante bombardeo a que fuimos
sometidos, especialmente durante los últimos días. Finalmente
llegamos a un descampado, donde los impactos de la artillería
enemiga no nos auguraban nada bueno. Fue en ese momento que
cayó una salva muy cerca nuestro, que nos obligó a refugiamos en
una no muy profunda excavación de turba. Creía que la próxima
salva nos caería encima. Yo estaba agotado y sin aliento, por los
últimos esfuerzos realizados para evitar ser impactados por la
artillería. Entonces les ordené a los Conscriptos que corrieran hasta
una gran formación rocosa que estaba a unos 30 m para protegerse,
y que siguieran hasta la posición de la Compañía M, que no estaba
lejos, y avisaran que llegaría más tarde. En mi fuero íntimo pensaba
que no llegaría a ningún lado, porque sería destrozado por una
próxima salva que esperaba sentir en pocos segundos. Esos
hombres me respondieron que no me abandonarían, que
llegaríamos a destino juntos, o que correríamos la misma suerte,
cualquiera que fuese. Me agrada hacer este relato para destruir una
leyenda negra, tejida por los enemigos internos que difaman a las
Fuerzas Armadas, que dice que en general los Oficiales fueron
odiados especialmente por los Conscriptos. De pronto cesó el fuego
artillero enemigo (luego me enteraría que dejaron de tirar porque
habían agotado la munición), y di gracias a los que hundieron el

606
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Atlantic Conveyor, que entre otros efectos transportaba munición de


artillería. Como transcurrieron algunos minutos y el enemigo no
reiniciaba el cañoneo, nos pusimos de pie y salimos en procura de
la Compañía M, que estaba a cargo del Segundo Jefe Teniente de
Navío Binotti. El Jefe de esa Subunidad Teniente de Navío
Cionchi, debió ser evacuado porque un proyectil de artillería cayó
durante el bombardeo nocturno sobre su Puesto de Comando
produciéndole un desgarramiento renal, seguido de hemorragia de
sangre por orina, acompañado de un gran dolor.‖ […] ―La
zona próxima parecía haber sido removida por algún caprichoso y
desprolijo monstruo mitológico, era evidente que el enemigo tenía
bien ubicado ese sector, y no se privó de tiernizarlo con fuego de
artillería para ser devorado‖.

Después que el BIM 5 regresó a Río Grande, el Teniente


Cionchi elevó su pedido de retiro. El Capitán Robacio lo rechazó
terminantemente e insistió en que permaneciese en la Fuerza.
Numerosos oficiales de las tres Fuerzas hicieron lo mismo después
de la guerra.

Una hora después del arribo del Segundo Comandante,


también llegaba a Sapper Hill el Capitán Robacio con sus auxiliares.
En esos momentos el campo de combate mostraba una extraña
quietud, se había detenido el viento, y una capa de nubes grises
cubría el cielo. Todos estaban agotados, sin dormir, sin poder
probar bocado durante dos días; la calma les permitió reponerse un
poco. A las 2 de la tarde se alistaron para marchar a ocupar una
nueva posición defensiva y reabastecerse de munición. En ese
momento recibieron un llamado del Comando de la Defensa, era el
General Jofre que quería hablar con el Capitán Robacio. Le dio la

607
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

orden de replegarse con el Batallón a la localidad. ¡La localidad!,


eso significaba el cese del fuego. Robacio le responde:
-Señor, considero que dado que estamos en posición, continuaremos
mejorando las obras y reforzándolas para continuar el combate.
Según es su costumbre el enemigo seguramente empleará la noche
para descansar y el día de mañana para preparar el ataque para la
noche. Eso nos dará un poco de tiempo para establecer las
coordinaciones con las armas de apoyo de la localidad. - Se refería
al empleo terrestre de la artillería antiaérea.
El General Jofre insiste:
-¡Traiga la Unidad a la localidad!- El marino parecía no escuchar.
-Señor, estamos listos para continuar y con buen ánimo, si entramos
nos podemos achanchar- Jofre insiste una vez más y le dice con voz
alterada:
-¡Robacio!, por última vez le repito: ¡haga entrar la Unidad a la
localidad!- y cortó la comunicación. Esta vez era ineludible cumplir
la orden de marchar hacia Puerto Argentino. Quedó pensativo por
unos instantes y girando sobre sí mismo le dice a su Segundo
Comandante: ―han reacomodado el dispositivo y nos van a asignar
un nuevo Sector de Responsabilidad.” Discutieron quien debería
permanecer a retaguardia para asegurar que no quedara nadie en las
posiciones; y quién marcharía hacia la localidad con el Batallón. La
discusión la ganó Robacio por razones obvias, que comenta:

―Mucho me costó imponerme y despedirme de este Jefe


ejemplar, al que por su valeroso comportamiento y total entrega
admiraba, y que, como tantos otros no quería retroceder.‖ (168)
(168) Robacio. Op. cit. p. 332

A todo esto se había corrido la voz en la localidad, que decía


que el BIM 5 había sido diezmado. No se conoce el origen de la

608
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

versión, que hicieron propia el Capitán Moeremans y el Almirante


Otero. Llama la atención esa información, desde el momento en que
Robacio le había dicho en persona al General Jofre, que no quería
replegarse para seguir combatiendo.

La falsa noticia del aniquilamiento del BIM 5, llegó a todos los


Altos Mandos en Buenos Aires mediante un mensaje remitido desde
Comodoro Rivadavia, fechado a las 17:30 del 14 de abril, (lo que
está subrayado es nuestro, e indica lo que escapa a la realidad de los
hechos).

El Contralmirante Carlos Hugo Robacio, nació en Caa Catí, Corrientes, el 8


de septiembre de 1933. Por su destacada actuación durante la guerra, obtuvo
el distintivo ―Operaciones en Malvinas‖ de la Armada, y las siguientes
condecoraciones: ―La Nación Argentina al Valor en Combate‖; ―A los
―Combatientes en Malvinas‖ del Congreso de la Nación; la ―Cruz Peruana
al Mérito Naval‖ en el grado de Oficial con Distintivo Blanco; de los EE UU
la ―Legión al Mérito‖ en el grado de Comandante; del Ejército Argentino

609
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―Orden de los Servicios Distinguidos‖ al mérito militar en el grado de


Comendador.

El mensaje decía:

SECRETO
14 1730 jun 82
FM: CEOPECON Com Riv
TO: ESMAYOR BAIRES

INFORMO SITUACION ISLAS MALVINAS. HASTA LAS 0500


HS APARENTEMENTE LA SITUACION ESTABA
CONTROLADA. PERO A PARTIR DE ESE MOMENTO UN
NUEVO ATAQUE ENEMIGO AÚN MUCHO MAS POTENTE
DESALOJO A PROPIAS TROPAS DE LAS ALTURAS DE
TUMBLEDOWN. EL RI 7 TAMBIEN FUE DESALOJADO DE
LAS POSICIONES QUE OCUPABA TANTOS LOS REFUERZOS
QUE SE ENVIARON COMO UN CONTRAATAQUE QUE
LANZO LA BRIGADA DE INFANTERIA X CON ELEMENTOS
DEL RI 3 FUERON RECHAZADOS. POSTERIORMENTE LA
SITUACION SE FUE AGRAVANDO PROGRESIVAMENTE
EEEE PROGRESIVA Y RAPIDAMENTE.
EL GA AEROTRANSPORTADO 4 YA NO EXISTE, NO LE
QUEDA NI UNA PIEZA, TODAS FUERON DESTRUIDAS
MIENTRAS TIRABA HASTA AGOTAR LA MUNICION. EL
BIM 5 HA SIDO DIEZMADO AL TENER QUE RETIRARSE
BAJO EL FUEGO ENEMIGO Y BAJO LUZ DIURNA HACIA
SAPPER HILL. EL J BIM 5 ESCASAMENTE PUDO REUNIR
AHÍ ALGO MAS DE UNA SECCION. EL RI 3 ESTA
SERIAMENTE AFECTADO Y FUERA DE SUS POSICIONES,
QUE HAN SIDO OCUPADAS PRECARIAMENTE POR

610
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

ELEMENTOS DISPERSOS DE OTRAS UNIDADES. LO QUE


QUEDA ORGANIZADO SON APENAS DOS COMPAÑÍAS DEL
RI 25, UNA DEL RI 6 Y FRACCIONES. EL GA 3 AÚN TIENE
PIEZAS PERO MUY POCA MUNICION. LA TROPA ESTA
AGOTADA FISICA Y ANIMICAMENTE. MUCHOS
PERDIERON LOS EQUIPOS AL REPLEGARSE. EN ESTE
MOMENTO CONTINUA NEVANDO, LO QUE SE INICIO
ANOCHE.

Perdida una vez más la discusión con su Comandante, el


Capitán Ponce se resignó y comenzó la marcha hacia el poblado. El
Batallón se desplazaba en columna de marcha, que él define de esta
manera:

“…es una formación táctica, en la que las Subunidades y


fracciones se disponen para su adecuado empleo en caso de
urgencia, ya que la probabilidad de contacto con el enemigo es
alta‖.

Antes de separarse de su Segundo, Robacio le dijo:

―Pibe, no vaya a permitir que nos disgreguen el Batallón, Ud.


sabe que nuestro fuerte es mantener la Unidad íntegra, como un
bloque, lo hago responsable‖.

Cuando se despidieron, Robacio se perdió en dirección Oeste,


en dirección del enemigo, porque deseaba comprobar que toda su
gente se había replegado. Mientras tanto el Capitán Ponce estaba
llegando al linde de la localidad, cuando se aproximaron dos
Mayores del Ejército, que le hizo suponer que serían los guías que
había enviado el Comando de la Defensa para ocupar un nuevo

611
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Sector de Responsabilidad. Después de los saludos formales, les dijo


con no disimulada ansiedad:
-Por favor no perdamos tiempo y llévenme al nuevo Sector de
Responsabilidad‖- Los Jefes se miraron desconcertados entre sí, y
respondieron:
-Señor, no sabemos nada de un nuevo Sector, solo queríamos
ofrecerle esos vehículos para que se mueva con comodidad.
Desconcertado por la respuesta, Ponce agradeció y se dirigió al
Puesto de Comando de la Agrupación Naval Malvinas; al llegar, la
mayoría de los Oficiales lo abrazaron emocionadamente, algunos
con lágrimas en los ojos que le decían:―¡cuántos regresan! creíamos
que no los veríamos más.” Ponce no entendía nada, y preguntó qué
estaba pasando, le respondieron que no sabían, pero que era evidente
que la Plaza se había rendido. (169)
(169) Cuando ingresaba marchando el BIM 5 al poblado, un Oficial de otra
fuerza que observó su llegada, exclamó: ―parece mentira, parece que
regresaran de un ejercicio, no de la guerra‖. El Almirante Sandy Woodward
deja asentado en la p. 346 de su libro un episodio ocurrido en Puerto Stanley
después de la rendición de las tropas argentinas: ―…se acercaba a nosotros
un destacamento de infantes de marina argentinos, con su aspecto tan marcial
como si estuvieran en un desfile, marchando enérgicamente, izquierdo,
derecho, izquierdo, derecho, en un ritmo perfecto. Serían unos cincuenta,
aunque parecían cien, que formaban un cuerpo altamente disciplinado de
hombres duros y contratados. Dios mío, pensé, ¿no sería una suprema ironía
su fuéramos literalmente aplastados hasta morir por este grupo, después de
todo lo que habíamos hecho? Seguí avanzando a pocos metros de Jeremy, y le
dije que no me sentía demasiado tranquilo cerca de esa innecesaria cercanía
con el enemigo. ¿Qué ocurriría si a un par de ellos se les ocurriese
matarnos?‖

El Almirante Woodward dice en su comentario “hombres


duros y contratados‖. En el intercambio de opiniones surgido con
los vencedores después de la rendición, los ingleses fueron muy

612
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

honestos al reconocer lo duro que les resultó el combate contra el


BIM 5. Suponían que era el único Batallón con soldados
profesionales, como los llama Woodward “contratados”. No podían
creer que fuesen Conscriptos, porque las Unidades del Ejército
habían incorporado ciudadanos de la misma Clase, y el
comportamiento en combate había sido completamente diferente. Un
abismo aparentemente inexplicable. La mayoría de los Jefes y
Oficiales del Ejército, nunca habían sido helitransportados, por lo
tanto no conocían sus tácticas. Tampoco sabían lo que era ejercitarse
con fuego de apoyo aéreo cercano, ni naval, y en algunos casos ni
siquiera con artillería terrestre. Muchos no habían realizado Cursos
habilitantes para dirigir el fuego de apoyo de artillería o aéreo. Sus
comunicaciones eran escandalosamente insuficientes, y tenían
equipos obsoletos. No le daban demasiada importancia a las
Comunicaciones hasta que las necesitaron, tampoco a los Ejercicios
Logísticos, que originaron una cadena de improvisaciones. En
cambio un Conscripto infante de marina tenía libertad de acción,
manejaba ametralladoras, sabía lanzar granadas, emplear visores
nocturnos, utilizar lanzacohetes; recibir apoyo aéreo…la diferencia
la hacía el tipo de adiestramiento, el realismo de los ejercicios, y la
vivencia de lo que significa la logística. Pero sobre todo una gran
capacidad de liderazgo de los jefes de fracción.
Después de llegar al poblado y mientras se ponía al tanto de las
novedades, Ponce comenzó a oir un intenso ruido de combate que
venía del Oeste, en la zona de Sapper Hill. Salió rápidamente del
lugar y tomando dos Secciones del Batallón, se dirigió lo más rápido
que pudo hacia ese lugar. Cuando estaba llegando al límite de la
localidad, se encontró nuevamente con Robacio que regresaba del
frente acompañado de su Estado Mayor. De su boca se enteró que el
BIM 5, acababa de librar el último combate de la Guerra de
Malvinas.

613
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXXVI

COMBATE DE SAPPER HILL

Mientras el BIM 5 cumplía la orden reiterada del General


Jofre de replegarse sobre la localidad, quedó una fracción como
Retaguardia de Combate, con el fin de dar seguridad al repliegue.
Estos hombres integraban unos 15 efectivos pertenecientes a una
Sección de Tiradores de la Compañía M reforzada con armas
pesadas, a cargo del Guardiamarina Koch. Durante el repliegue, el
circunstancial Jefe de la Compañía M Teniente Binotti, observaba el
terreno y mantenía bajo control a sus hombres de la retaguardia.

De acuerdo con los procedimientos establecidos para el


desempeño de la Retaguardia de Combate, un Conscripto fue
designado “observador” durante la marcha retrógada. En ese
momento estaban desplazándose por una ladera nevada, cuando el
observador dio un grito de alarma―¡helicópteros!, ¡helicópteros!‖.
Varios helis se aproximaban velozmente y a baja altura desde el
Oeste. Aunque estaba alejado de ese lugar, Binotti también los vio,
momento en que comenzaba a caer fuego de morteros sobre Sapper
Hill, donde había estado el Puesto de Comando del Batallón, que sin
lugar a dudas era el objetivo británico. Binotti decide
inmediatamente apurar el paso hacia la Sección de Koch para
auxiliarlos.

Los helicópteros enemigos componían dos grupos de tres


helicópteros cada uno, y podía verse la aproximación de tres más
hacia el Oeste. Cerca de la ubicación en que estaba Binotti, el

614
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Suboficial Miguel Ángel Vaca comenzó a disparar espontáneamente


sobre los helis con su ametralladora pesada 12,7 mm. Los hombres
de Koch fueron sorprendidos por el inesperado ataque
helitransportado, que seguramente culminaría con un rápido
desembarco de efectivos ingleses, en momentos en que estaban en
una media pendiente, a unos 300 metros de los helis más cercanos.
Sin que los helicópteros tocasen tierra, comenzaron a desembarcar
efectivos de aproximadamente una Compañía de infantería. Las
siluetas de los infantes de marina contrastaban con la nieve, y no
tenían cubierta alguna para protegerse del fuego. El resto del
Batallón estaba alejado y no podía apoyarlo.

Con solamente 15 hombres, Koch tenía pocas opciones:


rendirse, intentar replegarse bajo fuego, o combatir. La mentalidad
agresiva inculcada durante el entrenamiento de los infantes en
épocas de paz, surgió con fuerza en ese momento. Ordenó entrar en
posición inmediatamente, y abrir fuego con todas las armas en
dirección del enemigo. En ese momento estaban a una distancia de
poco menos de 300 m, en un terreno completamente despejado. En
medio del tableteo de las ametralladoras, se estrellaron dos
helicópteros abatidos por el fuego lanzado por el Suboficial Vaca, y
el efecto de un lanzagranadas disparado por el Cabo Sini. Como el
enemigo tampoco tenía cubiertas, salvo los que pudieron refugiarse
detrás de los contenedores, el resto comenzó a sufrir numerosísimas
bajas, porque los marinos tiraron primero y los “madrugaron” con
un intenso fuego de todas sus armas. Los ingleses fueron
sorprendidos durante la fase del desembarco, y todavía no estaban
listos para responder el fuego organizadamente. Pero la superioridad
numérica era importante, y los infantes pronto tuvieron la primera
baja mortal, el Conscripto Roberto Leyes. El Conscripto Eleodoro
Monzón se aprestó a disparar un lanzacohetes contra otro

615
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

helicóptero, pero fue gravemente herido y se desmayó, falleciendo


poco después. También cayó herido el Conscripto Gustavo Cabral,
al que se lo dio por muerto porque no respondía a los llamados de
sus compañeros. También fueron heridos por fuego de morteros el
Conscripto Robledo y el Cabo Sini. Los ingleses comenzaban a
eliminarlos uno por uno.

El Guardiamarina Koch comprendió que era imperativo


retirarse, y ordenó iniciar el desprendimiento para comenzar el
repliegue. En ese momento los ingleses estaban a sólo un centenar
de metros. El Batallón 5 estaba muy bien adiestrado para el combate
retrógrado, circunstancia que les permitió alejarse del lugar
prolijamente y trasladando sus heridos. Durante el movimiento
tuvieron que cargar al Conscripto Robledo, cuyo estado se hacía más
grave y fallece en el camino. Cuando se aproximaban a Sapper Hill,
recibieron el oportuno apoyo de una ametralladora Mag que contuvo
el desborde enemigo.

Robacio desconocía que la Plaza se había rendido a media


mañana, e ignorante de eso solicitó que las fuerzas de la localidad
incidieran para detener el ataque helitransportado. Por supuesto, no
obtuvo respuesta. En ese momento su furia llegó al extremo, porque
nunca había logrado hacer reaccionar a los mandos superiores; ni
cuando el desembarco en San Carlos, ni para explotar el desastre
inglés de Bahía Agradable, ni cuando pedía refuerzos para sostener
la posición en Tumbledown, nunca. (170)
(170) Cuando en 1982 tuve el gusto de conversar con el Capitán Robacio en
Buenos Aires, recordaba estos episodios visiblemente molesto. Le pregunté
por qué no habían atacado la Cabeza de Playa en San Carlos, y por qué no se
había explotado el éxito de la Fuerza Aérea en Bahía Agradable. Con rostro
grave y ceño fruncido me respondió ―¡por que no me dejaron!‖ y con la cara
descompuesta agregó: ―¡combatimos en Williams, en Tumbledown, en Pony

616
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Pass y en el último combate en Sapper Hill, y mientras nos replegábamos bajo


fuego enemigo, las tropas del Ejército refugiadas en el pueblo, eran simples
espectadores de nuestra lucha.‖ Un comentario tan duro como real.

Después de la rendición hubo un pedido de los ingleses, para


que se designe un hombre para reconocer los cuerpos de los
argentinos caídos en Sapper Hill. El Cabo enfermero Miguel Arias
fue enviado a la zona del último combate, donde pudo contar unos
40 cadáveres de soldados enemigos. Según dice el Almirante
Woodward, pertenecían al Comando 40 de los Royal Marines, que
se aproximaron en helis Sea King 4, pero lo que no dice, es que
fueron rechazados por el pequeño grupo de Infantes de Marina, dado
que la operación helitransportada fracasó, o no se concretó en su
totalidad por el alto el fuego. Es posible que sea la causa de que en
los escritos ingleses rara vez hagan mención del Combate de Sapper
Hill.

La Compañía N del Teniente Villarraza, recibió el ataque de un


enemigo muy superior. Se opuso al Batallón de Gurkas; al Batallón
de la Guardia Escocesa; al Batallón Galés, y a raíz del
desmoronamiento de la defensa en el sector de responsabilidad del
RI 7, también tuvo que hacerlo contra un Batallón de paracaidistas,
apoyados por un intenso fuego naval y terrestre. Es por este motivo
que el Teniente Vázquez adoptó decisiones extremas ante la
cantidad de efectivos enemigos que lo atacaban, porque decía de
ellos: “había ingleses por todos lados”. El Capitán Robacio nunca
obtuvo del Comando de las Fuerzas Terrestres, el apoyo de los
numerosos efectivos inactivos que se habían refugiado en Puerto
Argentino, o que estaban en posición en sus alrededores. Solamente
fracciones dispersas de los Regimientos del Ejército que todavía
mantenían un elevado espíritu de combate, se unieron a los infantes

617
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

de marina para luchar juntos, lo hicieron muy bien, y en algunos


casos inmolaron sus vidas.

Terminaba de esta manera dramática la Campaña Malvinense


de la Infantería de Marina, que comenzó el 2 de abril de 1982 con
sus primeras bajas, y culminó el 14 de junio en Sapper Hill, con las
últimas.

Durante el conflicto resultaron muertos en combate los


siguientes efectivos del BIM 5:

Suboficial Segundo JULIO SATURNINO CASTILLO


Suboficial Segundo VICTOR HUGO JUAREZ
Conscripto Clase 62 ERNESTO FELIX AGUIRRE
Conscripto Clase 62 DANIEL CABIGLIOLI
Conscripto Clase 62 HECTOR ABEL CERLES
Conscripto Clase 62 JUAN CARLOS DAVALOS
Conscripto Clase 62 DIEGO FERREYRA
Conscripto Clase 62 JOSE LUIS GALARZA
Conscripto Clase 62 JUAN CARLOS GONZALEZ
Conscripto Clase 62 OMAR GODOFREDO IÑIGUEZ
Conscripto Clase 62 ROBERTO LEYES
Conscripto Clase 62 ELEODORO MONZON
Conscripto Clase 62 RICARDO RAMIREZ
Conscripto Clase 62 SERGIO ROBLEDO

618
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Conscripto Clase 62 JUAN FRANCISCO RAVA


Conscripto Clase 62 OMAR ALDO PATRONE
Catorce valientes Conscriptos y dos bravos Suboficiales, fueron
muertos entre los 900 hombres del Batallón y sus refuerzos.
Agrega Ponce a sus memorias:
―Todos fueron Hombres en cuya conducción tuve el Honor de
participar, que asombraron al enemigo con su coraje, creyendo que
eran tropas profesionales, no ―chicos de la guerra‖, y los
iluminaba la llama sagrada del honor, no el fuego fatuo de la
victimización. Ellos asumieron su deber en la más alta acepción del
término. Están ahora reforzando la Guardia en las Malvinas, y su
ejemplo debe ser reverenciado como Paradigma de Argentinidad,
porque olvidarlos equivaldría a la más infame deshonra. Están hoy
mezclados con la turba que alguna vez los abrigó, esperan nuestro
regreso, y sólo entonces descansarán en paz.‖
―Eran mis Camaradas, nunca nadie los tendrá mejor,
y en la impenetrable noche de la Gloriosa Jornada,
su voz acalló el rugido del cañón.‖

―Que este ejercicio de memoria cubra también mi


reconocimiento a los que regresaron, igualmente generosos en su
entrega silenciosa a la causa de los Argentinos, para que en la
continuidad de sus vidas transmitan a los que vendrán, la pasión del
fuego juvenil que los inflamó e inspiró para vencer las dificultades
más duras que el ser humano puede enfrentar, superando con
magnificente valor sus propias debilidades.‖

La lucha por la soberanía en las Islas Malvinas había


culminado en el campo militar, y las armas enmudecieron. Fue un
619
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

enfrentamiento bélico muy sangriento, porque la cantidad de bajas


sufridas por ambos bandos en tan poco tiempo, era superior a lo que
indicaban las estadísticas de la Segunda Guerra Mundial, la de
Corea y la de Vietnam. El gobierno inglés no lo ha reconocido
oficialmente, pero sus combatientes sí; las bajas sufridas fueron más
importantes que las nuestras, corroborado por aquellos argentinos
que tuvieron la oportunidad de recorrer los campos de la muerte
después de la rendición. En el momento en que los ingleses
solicitaron personal para reconocer los cadáveres de los soldados
argentinos, el Capitán Robacio se hizo pasar por Conscripto, y se
incorporó al grupo que fue transportado en helicóptero hacia el
frente. Cuando fue descubierto por un Oficial británico, le dijo que
ésa era su gente, que le permitiese hacerlo porque había sido su
Comandante. De esta manera se convirtió en el único Jefe de Unidad
que realizó esa labor después de la rendición.
Los ingleses no ganaron la Batalla por el daño que nos
infringieron, obtuvieron la victoria porque nos quitaron la voluntad
de combatir, poco antes de desmoronarse ellos mismos por sus
propias limitaciones logísticas y operativas. El Capitán Robacio lo
sabía cuando le dijo a su superior: “¡Señor!, ¡saque a todas las
ratas de la ciudad y mándelas para el frente, los ingleses no
aguantarán mucho más”! Una frase que quedará para la historia.
Según comentaba después de la guerra el Almirante Robacio,
cuando recorrió con los ingleses la zona frente a sus posiciones para
reconocer los cadáveres, estima que las bajas sufridas por ellos
triplicaron a las argentinas. Comenta que la munición que pensaba
iba a durar para combatir durante veinte días, la agotaron en un día y
medio. Tal fue el espíritu de lucha de su Batallón, calificado como
“demonios” por el enemigo. Agrega que nuestra artillería disparó
17.000 mil proyectiles en dos días, y que no hay registros en todo el

620
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Siglo XX, de Unidades que hayan sido bombardeadas durante


cuarenta y cuatro días, sin haber sido relevadas. (En realidad, los
japoneses fueron bombardeados en Iwo Jima durante dos meses
antes del desembarco de los “marines”, pero claro, no podían ser
relevados).
Una vez finalizadas las acciones, los mandos británicos estaban
ansiosos por conocer algunos detalles de la defensa argentina:
1. Edades y calidad del personal combatiente argentino. No
podían creer que el 80% de los efectivos del BIM 5 eran
Conscriptos. Simplemente no se dejaron convencer, por eso en
sus escritos siempre hablan de “soldados profesionales” al
referirse a esos infantes de marina.
2. Suponían que en Tumbledown y Williams estaba en posición
un Batallón, no una Compañía, (la N). Esa Subunidad fue
atacada por una Brigada más los paracaidistas que desalojaron
de sus posiciones al RI 7.
3. También suponían que los “demonios” de Pony Pass eran del
orden de un Batallón, no la Compañía O (-) de unos 80
hombres.
4. Se mostraron incrédulos cuando se enteraron que nuestras
fuerzas no tenían radares de artillería, debido a la rápida y
precisa respuesta de nuestros artilleros sobre sus posiciones.
5. Daban por sentado que los defensores de Tumbledown estaban
drogados. La droga, según creían los ingleses, eran los restos
de yerba mate que habían quedado en las posiciones de
Tumbledown.

621
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

6. Insistían en conocer hasta qué punto nuestras fuerzas conocían


sus planes, y qué sabían de ellos mismos.
Durante esa interesante conversación desarrollada en un clima
aceptable, trascendió la importante cantidad de bajas que habían
tenido los ingleses durante los reiterados asaltos a Tumbledown.
Confiesa el capitán Robacio:
―Debo reconocer que mucho aprendimos del enemigo, no
solamente durante las operaciones, sino también después de
terminado el combate y serenados los ánimos, mientras mantuvimos
con nuestros antagonistas este intercambio de impresiones sobre las
operaciones. Bien podría decir que…en tres meses en Malvinas
adquirí conocimientos profesionales equivalentes a muchos años de
profesión. Luego siguieron otras charlas propiciadas por otros
Oficiales Superiores británicos, todas con el fin de sacar
experiencias, y en especial acrecentar el acervo histórico de sus
regimientos o Unidades. Esta actitud hacia la historia de un
Ejército con vieja tradición guerrera, nos deja una enseñanza a
considerar.‖

Una carta por diez medallas


Los éxitos de la guerra, no se obtienen con fuerzas muy numerosas, sino
con tropas organizadas y disciplinadas.
Napoleón
No existe mayor satisfacción para un subalterno, que las
palabras de ponderación expresadas por su superior jerárquico.
Después de los hechos, calmadas las pasiones, y en la paz del hogar,
es posible volcar los sentimientos y las ideas que surgen del corazón.
Eso hizo el Capitán Robacio cuando meses después de la guerra le
envió una carta a su Segundo Comandante, de la que extraemos
estos párrafos:
622
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―Buenos Aires, 27 de mayo de 1983


Estimado Ponce:
…hoy gracias a su trabajo ejemplar y el de otros, he recibido
una condecoración que me enorgullece, pero todos tenemos una
conciencia, creo que la Nación le debe su agradecimiento a todos
los miembros de nuestro BIM 5, y a Ud. por conocerlo, se lo puedo
confiar con total tranquilidad, pues, si en mi vida he recibido
lecciones, no podré olvidar nunca su humildad, tolerancia, ejemplo,
y entrega total de un Señor Segundo Comandante, que contribuyó
así a consolidar un verdadero equipo, puesto que sin él no hay éxito
posible, por lo que acepte fuera de fojas este: GRACIAS SEÑOR
SEGUNDO COMANDANTE.‖
Más adelante agrega:
―Sabe Ud. como pienso, y que la patriada de ayer es nuestro
orgullo y ambición de regreso. Esta semana que pasó viajé con un
equipo a Lima (Perú), a exponer en la Armada Peruana.
Increíblemente aquí en la Argentina no lo hemos realizado. De
todas maneras, de lo expuesto surge claramente que la Aviación y la
Infantería de Marina, somos los únicos que cumplimos con la
misión asignada y salvamos el honor. Afortunadamente así también
lo entienden las revistas internacionales militares, y nuestros
adversarios, que nos ponen en un lugar especial, así que en todo
ello Ud. ha tenido especialísima participación, y puede mirar con
alegría a sus hijos y los que puedan venir…‖

Castigo de un castigado
En el mes de julio de 1982, el Gobernador y máxima autoridad
militar en las Islas Malvinas, General Mario Benjamín Menéndez,
solicitó al Comandante en Jefe del Ejército General Cristino
Nicolaides, una sanción disciplinaria para el Comandante del
623
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Batallón de Infantería de Marina Nº 5, Capitán Carlos Robacio, por:


“haber continuado combatiendo durante cuatro horas, a pesar de
haber recibido la orden de deponer las armas”. Inconcebible.

El Informe Rattenbach dice entre otras Conclusiones estos


conceptos:

“El análisis de los hechos muestra que la capitulación se


produjo no sólo por el mal adiestramiento, sostenimiento y
despliegue de las tropas, sino por el decaimiento de su espíritu,
responsabilidad ésta indiscutible de sus mandos. Es prueba de ello
el hecho de que las Unidades que estuvieron bien conducidas,
respondieron adecuadamente a todas las exigencias del combate y
de la vida en campaña bajo la acción enemiga.‖
Al referirse a las debilidades de nuestras FF AA, concluye:
“Éste ha sido el único conflicto bélico de la Nación en lo que
va del siglo, que si bien la paz es un objetivo nacional permanente
de cualquier comunidad civilizada, ella se logra mediante una
adecuada preparación para disuadir a los enemigos potenciales, de
emplear la fuerza en contra propia.‖
El Informe califica como deficiente el accionar conjunto, aspecto
que no caben dudas, en virtud de la ausencia de una Doctrina Militar
Conjunta. Señala que faltó desarrollar equilibrada y armónicamente
el equipamiento de cada Fuerza, sujeto ello a las necesidades de la
guerra moderna y a las Hipótesis de Guerra existentes. Dice que
faltó una fuerza submarina adecuada, y una aviación modernizada
para la guerra en tierra y en el mar, con ausencia de medios aéreos
de exploración y reconocimiento adecuados. Afirma y resulta obvio
que faltaron fuerzas terrestres actualizadas profesionalmente, en
especial para el combate en condiciones de baja visibilidad. Dice
624
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

también que faltó una logística organizada y conjunta, y que nuestro


país no tiene capacidad de autoabastecimiento por la ausencia de
tecnologías propias, y de industrias de guerra suficientes. Culmina
diciendo que no hubo capacitación ni adiestramiento, para el
aprovechamiento de la electrónica en todos los ámbitos de la guerra
moderna en las Fuerzas de mar, aire, y tierra. Agrega finalmente que
en las condiciones mencionadas, nuestras Fuerzas Armadas supieron
infligir daños fuera de toda proporción, a la Fuerza de Tareas
Conjunta del Reino Unido.
Sin duda que la logística del Ejército fue improvisada; pero la
errónea selección de blancos de superficie de nuestras fuerzas
aéreas, que buscaron neutralizar buques de guerra en vez de buques
logísticos, facilitó que los ingleses ganaran la Batalla, una
importante conclusión de nuestra experiencia en la guerra moderna.
La logística no solamente consiste en proveer lo necesario; también
forma parte de ella la determinación, obtención y distribución de los
medios.

Un padre, miles de padres


El Almirante Anaya recibió la noticia de la rendición en su
despacho del Edificio Libertad. La realidad de la derrota dejaba atrás
los tiempos en que la recuperación de las Malvinas, era un proyecto
que sólo compartía con sus mandos en medio del secreto más
absoluto. Ese deseo íntimo encontró en el General Galtieri la
persona ideal para concretarlo, que ahora se derrumbaba
estrepitosamente ante la dramática realidad de la rendición.
Hacía varias semanas que había optado por no abandonar la sede del
Comando en Jefe, y permanecía en el Edificio Libertad aguardando
la inevitable derrota. Habían quedado atrás los días plenos de
optimismo, los del Alcázar de Toledo, porque Menéndez no era ni

625
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

remotamente Moscardó, y las circunstancias muy distintas. Los


ejemplos de guerra heroicos y las frases rimbombantes, se escurrían
como arena seca entre los dedos de la realidad.

Producto de un pedido que le hizo al General Galtieri, también


tenía un hijo en la guerra. Como miles de padres, no sabía si estaba
vivo; como miles de padres, sufría en silencio minuto a minuto la
incertidumbre de su suerte.
Una madrugada de junio llamó desde su dormitorio a uno de sus
ayudantes, que al ingresar y ponerse a sus órdenes, recibió como
respuesta un prolongado silencio, no podía articular palabra y se
quebró en llanto. El hecho se repitió al día siguiente, y su ayudante -
conocido como un hombre piadoso- supo comprender su estado de
ánimo y le propuso el auxilio espiritual de un Capellán. A partir de
ese día el Almirante Anaya comenzó a comulgar diariamente.

Sin conocer todavía estos entretelones, días después recibí


instrucciones del Jefe del Departamento Relaciones Públicas, para
organizar una reunión en el microcine del Edificio, donde tenían que
concurrir todos los Oficiales Superiores y Jefes del área Buenos
Aires y alrededores, para escuchar la palabra del Almirante Anaya.
La expectativa era enorme, y unos quinientos marinos con rostro
serio y en silencio fueron ocupando los asientos, las escaleras, y
también los costados del estrado, porque la sala se había colmado. El
Comandante en Jefe arribó exactamente a la hora prevista, momento
en que cerramos las puertas y aguardamos sus palabras. Después de
saludar y ocupar su lugar, comenzó a hablar con voz firme tratando
en un principio de explicar lo sucedido, hasta que refiriéndose a los
prisioneros elevó su brazo y señaló hacia arriba diciendo: “porque
mi hijo…” y se quebró.

626
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Un silencio sepulcral invadió la escena y conmovió a los


centenares de asistentes a la reunión, mientras Anaya seguía sin
poder contener su emoción. Pasaron segundos que parecían horas,
hasta que un compañero de promoción del Almirante, el Capitán de
Navío retirado Luis A. Mendoza exclamó en voz alta: “Señor
Almirante, Cristo también lloró en la cruz, y era Dios”. Después de
varias décadas, las lágrimas todavía siguen fluyendo en muchos
argentinos.

Aprender las lecciones


La mayoría de las guerras se pierden por la inferioridad del
vencido, más que por la superioridad del vencedor. Durante las
Invasiones Inglesas los españoles y criollos derrotaron dos veces al
mejor ejército del mundo...en combates en los que estaban en
inferioridad de condiciones pero con una moral más alta. Fue así,
porque los que los condujeron eran gente pensante, valientes, y los
unía un profundo sentimiento de fidelidad al rey. Con la Revolución
de Mayo y la formación de la Primera Junta comenzaron los celos,
las diferentes posturas, los intereses personales, y no estaban bien
definidos los objetivos de la Revolución. No hubo capacitación y sí
mucha improvisación en el marco militar y diplomático,
caracterizados por la ingenuidad y simpleza de conceptos; y sin una
flota para proteger nuestras costas. No supimos extender
adecuadamente la Revolución por la vía diplomática, tampoco por la
fuerza de las armas y muchos años después ocurrió lo mismo en la
cuestión de las Malvinas. La Primera Junta ordenó campañas
militares sin tener soldados capacitados ni los medios adecuados, ni
los generales aptos, todo fue improvisado; casi dos siglos después la
Última Junta hizo lo mismo durante la crisis de las Malvinas. No
aprendimos la lección.

627
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

La mala conducción de Balcarce, y la incapacidad política de


Castelli, cabezas visibles de la Expedición Auxiliadora al Alto Perú,
sumáronse a un elevado grado de improvisación e indisciplina, que
culminó en una contundente derrota en la Batalla de Huaqui, porque
los revolucionarios abandonaron el campo de combate, huyeron
desordenadamente, y arrojaron sus armas. Perdimos el Alto Perú.
Dos siglos después y por motivos similares, perdimos las Malvinas.
Tampoco aprendimos la lección.

La expedición al Paraguay, también fue el resultado de la


improvisación; una improvisación más diplomática que militar. No
estaba dirigida originalmente al Paraguay, porque su destino era
Montevideo. Fue desviada hacia el Norte, sin tener elementos de
juicio suficientemente serios como para llevarla a cabo. Belgrano
fue derrotado sin excusas en dos Batallas. Al poco tiempo Paraguay
se autoexcluye del antiguo Virreinato, y se convierte en una Nación
independiente. La segregación se produjo no por factores militares,
sino por un mal manejo diplomático. Otra lección no aprendida.

Durante cuatro años la Gobernación de Montevideo se opuso


política y militarmente a la Revolución de Mayo de 1810, y a sus
cambiantes gobiernos, (entre 1810 y 1814: Primera Junta, Junta
Grande, Primer Triunvirato, Segundo Triunvirato, Director
Supremo). En ese entonces no existía una flota, y la primera de ellas
-improvisada por supuesto- terminó sin pena ni gloria aniquilada por
marinos profesionales en el Combate de San Nicolás. En 1814 se
daba la paradoja de que Buenos Aires estaba sitiada por mar y no
por tierra; y Montevideo estaba sitiada por tierra, pero no por mar; el
primero que completase el cerco ganaría la Batalla. El cerco lo
completó el Teniente Coronel Guillermo Brown cuando crearon una

628
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

flota y aniquiló la española, que trajo como consecuencia la caída de


la plaza después de 18 meses de sitio terrestre. Más lecciones no
aprendidas.

La Argentina es un país con una enorme extensión costera,


cuyo mar contiene hidrocarburos y una gran riqueza ictícola. No
podemos controlarlo, porque tampoco tenemos con qué. Otra
lección no aprendida.

¿Cuándo nos sentaremos a pensar qué país queremos? El


objetivo es el primer paso, los planes el segundo, la seriedad y
honestidad en la ejecución es el tercero. No estamos en ese camino,
porque permanentemente nos dedicamos a deshojar los pétalos de la
rosa de los vientos, sin rumbo. No todavía.

629
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Capítulo XXXVII

REFLEXIONES
Deberíamos usar el pasado como trampolín, y no como sofá.
Leonardo da Vinci

El Capitán de Navío Daniel Ponce experimentó las duras


exigencias del entrenamiento de la Infantería de Marina en épocas
de paz, y especialmente durante el período anterior a su traslado a
las Islas. Tuvo un Jefe muy exigente, que a su vez era exigido. Eso
hizo la diferencia. La Marina no es una Fuerza ni mejor ni peor que
las otras, sólo es diferente. Si se hubiese ganado la Guerra de las
Malvinas, cada una de aquéllas sería partícipe del triunfo en un
treinta por ciento; pero por haberla perdido, al Ejército se le atribuye
injustamente el ciento por ciento de la responsabilidad, cuyos
pormenores surgen de lo relatado.
Culminan los enriquecedores recuerdos de la guerra, de un
verdadero héroe, el Capitán Ponce, que reflexiona:
―También creo que el complejo de la derrota penetró en las
mismas autoridades que inicialmente se mostraban tan firmes, que
finalmente optaron por esconder a los combatientes cuando
regresamos, separándonos del resto de los ciudadanos que querían
demostrarnos su afecto. La guerra formula en la sociedad un
entramado complejo de relaciones, que sólo atempera sus efectos
negativos a través de la experiencia. Nosotros ni siquiera intuíamos
que esa maraña de sensaciones nos iba a afectar, por lo que en este
aspecto también improvisamos y la viveza criolla tiene sus límites
cuando no existe la sabiduría que sólo puede adquirirse a través de

630
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

varias generaciones. Culmino estas reflexiones pensando que somos


una sociedad superficial y exitista, que no tolera ni admite verse
inmersa en sacrificios de ningún tipo, menos aún si las
situaciones ríspidas se prolongan en el tiempo, y lo que es peor, sin
una memoria colectiva que permita aprovechar nuestras
experiencias anteriores, porque nos resulta una carga demasiado
pesada pensar en el mediano y largo plazo, y la previsión,
definitivamente, no forma parte de nuestra cultura.‖

El Capitán de Fragata Daniel Ponce, Segundo Comandante del BIM 5, el día


de la llegada a las Islas Malvinas.

Y llegó la tarde en que tuve la última entrevista con el Capitán


Ponce... nos despedimos estrechándonos en un cálido y afectuoso
abrazo en medio de la peatonal marplatense. Embargado por la
emoción, vi cómo se alejaba este veterano león que caminaba
631
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

lentamente ayudado por su bastón, porque las exigencias de la vida


militar, del clima hostil y de la guerra, habían dejado huella en él. En
cierto momento me pareció ver a su alrededor un halo celeste y
blanco. Tenía sobrados motivos.

La soberanía
El camino más corto para llegar a cualquier lado, es la curva.
En el marco de nuestra política exterior, la cuestión de las Islas
Malvinas fue tratada en los foros internacionales a través de un
enfoque exclusivamente legal, que logró algunas importantes
Resoluciones de la ONU y declaraciones de apoyo de la OEA y los
países amigos. A veces me pregunto, países amigos, bien, pero
¿quiénes son nuestros aliados? A pesar de las reuniones establecidas
con los representantes del gobierno británico, esta opción no tuvo
resultados positivos porque nuestra postura inflexible era la de
lograr el reconocimiento de la soberanía, en tanto que los ingleses
buscaban obtener acuerdos comerciales y culturales, para apoyar
su economía, en conjunto y armonía con nuestro país. Asegurados
los vínculos comerciales, lo de la soberanía sería una consecuencia
inevitable.
Este criterio fue expresado por Lord Shackleton en su informe
de 1976, y las autoridades políticas, diplomáticas y militares de la
Argentina, no supieron interpretar que en esa declaración estaba
oculto el engendro de la soberanía. El grave error de nuestra política
exterior fue la de exigir a ultranza la soberanía por medio del
reconocimiento de nuestros títulos sobre las Islas. Nuestros
gobiernos siempre hablaron de soberanía, y los ingleses siempre
hablaron de negocios. De aceptarse esta última política, el tiempo,
las vinculaciones, los intereses comerciales, las relaciones

632
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

familiares, y la emigración e inmigración mutua harían el resto. Este


camino está ahora perdido, porque Chile tomó la posta y lo están
desarrollando en nuestras narices, lo cual no significa que ellos sean
soberanos de las Islas algún día, a no ser que previamente también
perdamos la Patagonia.
Hallamos explicitada esta cuestión de fondo al analizar la
entrevista efectuada al escritor inglés Simon Jenkins, que Hugo
Ezequiel Lezama hizo para el diario La Nación, y que dice:
“…a los argentinos no les interesa tanto recuperar las Islas,
como recuperarlas de una determinada manera”.
Una muestra clara de este concepto la encontramos en el
diálogo establecido el 1º de abril de 1982, cuando el Presidente
Reagan realizó un llamado telefónico de advertencia al General
Galtieri, horas antes del desembarco:
Galtieri: “La Argentina siempre ha estado en favor de una
solución pacífica a este litigio. Sólo es posible hallar la alternativa
que Usted solicita, Señor Presidente, en un reconocimiento por
parte del Reino Unido de la soberanía argentina sobre las
Malvinas. Y ese reconocimiento tendría que ser explícito y público
para no dejar dudas.”

El siguiente comentario de Jenkins se refiere a esa postura:


―Parecería que la Argentina desea que Inglaterra hiciera un
mea culpa público, rindiera homenaje a la soberanía argentina y se
retirara luego cabizbaja y arrepentida.‖
En efecto, Galtieri le decía a Reagan:

633
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

―Si esta noche Gran Bretaña reconoce nuestra soberanía, el


Gobierno Argentino tiene muy buena voluntad para efectuar la
transferencia durante el año 1982.‖
Agrega casi paternalmente el escritor inglés:
―Ustedes son un país muy joven, y no tienen mucha
experiencia acerca de lo caras que resultan las humillaciones
internacionales. Debería haberles bastado con expulsar al
gobernador británico y luego entrar en una negociación con
Naciones Unidas, por ejemplo.‖
Luego se pregunta:
―¿Quieren las Islas, o quieren las Islas siempre y cuando se
les reconozca públicamente y explícitamente la soberanía, y si no
es así no las quieren? Otra cosa que no comprendo es cómo
ustedes, en tantos años, no crearon vínculos más profundos con las
chicas kelpers. Esas chicas lo único que quieren, o querían antes de
la guerra, era casarse y salir de las Islas. Una adecuada política de
fomento desarrollada desde tiempo atrás podría haber creado una
generación de argentinos hijos de madres kelpers, que estarían
pesando fuertemente en la decisión de Gran Bretaña.‖
Todavía se mantiene en nuestros días, el deficiente enfoque de
nuestra política exterior seguida a través del tiempo. La errada
decisión político-militar del ingenuo General Galtieri, apoyado
fundamentalmente por el Almirante Anaya, responsables junto con
el Brigadier Lami Dozo del desembarco en las Islas, hizo que fuera
la sangre derramada en esa Batalla, la que logró meses después, en
vez de la recuperación de las Malvinas, la recuperación de la
democracia.
Mis votos personales para que dure para siempre.

634
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

TESTIMONIOS Y ENTREVISTAS
Para desarrollar la presente obra se ha tenido especialmente en
cuenta el Informe de la CAERCAS; documentos de archivo;
bibliografía especializada; y fundamentalmente los comentarios,
diálogos, o entrevistas formales o informales establecidas por el
autor después de la guerra o en la actualidad, con los siguientes
protagonistas o testigos de los hechos:
Agusti Scacchi, Randolfo. Capitán de Navío de IM. Como Capitán
de Fragata, Ayudante del Comandante en Jefe de la Armada.
Anaya, Jorge Isaac. Almirante. Comandante en Jefe de la Armada.
Barrios, José Antonio. Capitán de Navío de IM. Como
Guardiamarina, Jefe de la 2da. Sección de la Compañía D, del BIM
2, en el desembarco del 2 de abril de 1982.
Bonzo, Héctor Elías. Capitán de Navío, Comandante del Crucero
ARA Gral. Belgrano.
Ciocchi, Edgardo. Capitán de Navío. Como Capitán de Fragata,
destinado en el Estado Mayor General de la Armada, Departamento
Operaciones.
Corti, Carlos Alberto F. Capitán de Navío aviador naval, Jefe de la
Subcomisión Naval en Francia para la adquisición de los Super
Etendart y misiles Exocet.
Erneta, Luis Alberto. Suboficial Mayor Sonarista. Cabo de esa
especialidad en el Destructor ARA Piedrabuena.

635
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

García, Jorge Ismael. Contralmirante. Como Capitán de Fragata,


Comandante del Buque Hospital ARA Bahía Paraíso.
Gutiérrez, Juan Pablo. Yerno del Teniente de Fragata Martín Sgut,
de la Plana Mayor del Crucero ARA General Belgrano.
Larrivey, Ángel Ricardo. Conscripto Clase 62. Compañía M del
BIM 5. Veterano de la Guerra de Malvinas y participante del último
de sus combates, (Sapper Hill).
Lavezzo, Julio Ítalo. Vicealmirante aviador naval. Como Capitán de
Fragata miembro de la Subcomisión Naval en Francia. Super
Etendart-Exocet.
Lombardo, Juan José. Vicealmirante, Comandante del Teatro de
Operaciones del Atlántico Sur. COATLANSUR.
Maegli, Alejandro. Contralmirante. Como Teniente de Fragata, Jefe
de Comunicaciones del Submarino ARA San Luis.
Menghini, Luis A. Capitán de Fragata de IM. Como Capitán de
Corbeta, Jefe de la Compañía de Ingenieros, a cargo de las
operaciones de Ingenieros en el Teatro de Operaciones.
Moeremans, Juan Carlos. Capitán de Navío de IM. Estado Mayor
Conjunto en Malvinas.
Noziglia Eugenio, Capitán de Fragata de IM, Secretario del CISM,
Bruselas, Bélgica.
Oppen, Walter. Piloto comercial, Comandante de Jumbo 747,
Aerolíneas Argentinas.
Oulton, Oscar. Capitán de Navío de IM. Como Teniente de Navío
Jefe de la Reserva de la Fuerza de Desembarco en Malvinas.

636
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Paredes, Javier. Conscripto Clase 62. Jefe de Grupo Cañones sin


retroceso de 105mm. Compañía Comando, BIM 5.
Pertiné, Basilio. Contralmirante aviador naval. Como Capitán de
Fragata, Secretario del Comandante en jefe de la Armada.
Pita, Miguel C. A. Capitán de Navío de IM. Comandante de la
Brigada de Infantería de Marina Nº 1, y Segundo Comandante y Jefe
de Estado Mayor de la Fuerza de Desembarco en Malvinas.
Ponce, Daniel. Capitán de Navío de IM. Como Capitán de Fragata,
Segundo Comandante del BIM 5.
Robacio, Carlos Hugo. Contralmirante de IM. Como Capitán de
Fragata Comandante del BIM 5.
Riva, David R.H. de la. Vicealmirante. Ex Ministro de Defensa.
Rodríguez, Eliseo Víctor. Cabo 2do. Furriel. Crucero Gral.
Belgrano.
Ruiz, David. Teniente de Navío. Como Guardiamarina asignado al
Estado Mayor Conjunto en Malvinas.
Segura, Edgardo. Contralmirante. Comandante del Área Naval
Austral y Agregado Naval en Londres.
Serrano, Oscar. Suboficial Mayor Sonarista. Como Cabo tripulante
del Submarino ARA San Luis.
Taja, Yamil. Brigadier General del Ejército de Bolivia. Agregado de
Defensa, España.
Tártara, Luis E. Contralmirante de IM, Jefe de Infantería de Marina
del Estado Mayor General de la Armada en 1982.

637
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

Texera, Osvaldo Daniel. Suboficial Mayor (EA) Como Sargento,


integrante de la Compañía de Ingenieros 9, Bahía Fox, Malvinas.
Varela, Alberto, Capitán del Ejército Argentino. Ex Secretario
Privado del Presidente de la Nación Juan Domingo Perón.
Vigo, Alberto. Vicealmirante, Jefe del Estado Mayor de la Armada.
Viejobueno, Nicolás. Capitán de Navío de IM. Como Capitán de
Fragata, Edecán del Ministro de Defensa.

638
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

BIBLIOGRAFIA

Libros:
1. Beevor, Anthony. El Día D, la Batalla de Normandía. Buenos
Aires, Ed. Crítica, 2010, 808 p.
2. Bradley, Omar. Relato de un soldado. Círculo Militar, Buenos
Aires, 1954, 2do. Tomo 479 p.
3. Büsser, Carlos A. Operación Rosario. Del Autor, Buenos Aires,
1999, 348 p.
4. Costa Méndez, Nicanor. Malvinas, ésta es la Historia. Editorial
Sudamericana, Buenos Aires 1993, 335 p.
5. Cruces, Néstor. Hacia otro Ejército posible, invitación al debate
sobre aspectos íntimos de la profesión militar. Ed. Planeta, Buenos
Aires, 1988, 242 p.
6. De Gaulle, General. El llamamiento 1940-1942, Memorias de
guerra. Ed. Luis de Caralt, Barcelona, 1969, 266 p.
7. De Vita, Alberto. Malvinas/82. Instituto de Publicaciones
Navales, 1994, 267 p.
8. Del Carril, Bonifacio. La cuestión de las Malvinas. Emecé, 1982,
124 p.
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82 p.

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10. Errecaborde, Jorge (compilador). Narraciones de Infantes de


Marina en Combate, (Malvinas 1982). Del autor, 2009, 254 p.
11. Gamba, Virginia. El Peón de la Reina. Sudamericana, Buenos
Aires, 1984, 207 p.
12. García Lerena, Roberto. Los peones de Malvinas. Del autor,
Buenos Aires, 2009, 352 p.
13. Guitton, Jean. El Pensamiento y la guerra. Instituto de
Publicaciones Navales, Buenos Aires 1972. 150 p.
14. Hart Liddell. Memorias del Mariscal Rommel, Ed. Luis de
Caralt, Barcelona 1969, 537 p.
15. Hastings, Max y Jenkins, Simon. La Batalla por las Malvinas.
Emecé Editores S.A., Buenos Aires, 1984, 397 p.
16. Herrscher, Roberto. Los viajes del Penélope. La historia del
barco más viejo de la guerra de Malvinas. Tusquets editores,
Buenos Aires, 2007, 349 p.
17. Hutchings, Richard. Special Forces Pilot, memoirs of the
Falkland war. Ed. Pen & Sword, 2008, Barnsley, South Yorkshire,
210 p.
18. Jofre, Juan Bautista. 1982, Los documentos secretos de la
Guerra de Malvinas/Falkland y el derrrumbe del proceso. Ed.
Sudamericana, Buenos Aires, 2011, 512 p.
19. Jofre, Juan Bautista. Malvinas, la historia documentada. Tomo
2. Ed. Sud Americana, Buenos Aires, 2012, 48 p.
20. Jofre, Oscar, Aguiar, Félix. Malvinas, La defensa de Puerto
Argentino. Ed. Círculo Militar, Buenos Aires, 1990, 325 p.

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Jorge Sáenz

21. Kazanzew, Nicolás. Malvinas a sangre y fuego. Suplemento Nº


7 de la revista Siete Días, Buenos Aires, 1982, 191 p.
22. Landing, Michael Lee. Senseless Secrets. The failures of U.S.
Military Intelligence from George Washington to the present.
Sterling Publishing, 1998, 324 p.
23. Liddell Hart, B.H. Estrategia, la aproximación indirecta.
Círculo Militar, Buenos Aires, 1960, 645 p.
24. Manfredini, Enrique L. Mantenimiento Predictivo. Del autor.
238 p. s/d.
25. Mayorga, Horacio. No vencidos. Planeta, Buenos Aires, 1998,
525 p.
26. Muñoz, Jorge. Ataquen Río Grande, Operación Mikado.
Instituto de Publicaciones Navales, 2005.
27. Ortiz de Rosas, Carlos. Confidencias diplomáticas. Aguilar,
Buenos Aires, 2011, 380 p.
28. Parada, Omar Edgardo. Malvinas llagas de una guerra. Círculo
Militar, Buenos Aires, 2012, 672 p.
29. Piaggi, Ítalo. Ganso Verde. Edición digital de carácter público.
30. Reynolds, David. Task Force. Ed. Sutton Pub. Gloucestershire,
2002, 273 p.
31. Robacio, Hugo, y Hernández, Jorge R. Desde el frente.
Instituto de Publicaciones Navales, 4ta. Edición, 2004, 486 p.
32. Ruiz Moreno, Isidoro. Comandos en Acción, el Ejército en
Malvinas. Emecé 1986, 460 p.

641
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

33. Salgado Alba, Jesús. Logística General. Editorial Naval,


Madrid, 1973, 426 p.
34. Servan-Screiber, Jean-Jacques. El desafío mundial. Plaza y
Janes SA, 8va. Edición, Barcelona, 1980, 311 p.
35. Seineldín, Mohamed Alí. Malvinas, un sentimiento. Del autor,
2da. edición, Buenos Aires, 2004, 240 p.
36. Villarino, Emilio. La heroica historia del Batallón de Infantería
de Marina Nº 5 en Malvinas. Aller Atucha y Asociados SRL, 1992,
271 p.
37. VV.AA. Malvinas: la trama secreta. Clarín, Buenos Aires,
versión 2007, 536 p.
38. Von Mastein, Mariscal. Victorias frustradas. Ed. Luis de Caralt,
Barcelona, 1956, 610 p.
39. West, Nigel, (Rupert Anthony Allianson). La Guerra Secreta
por las Malvinas, los Exocets y el Espionaje Internacional. Editorial
Sudamericana, 1977, 2da. Edición.
40. Woodward, Sandy. Los cien días, las memorias del
Comandante de la Flota Británica durante la Guerra de Malvinas.
Sudamericana, Buenos Aires, 1992, 362 p.

Revistas, diarios y otros:


1. Boletín del Centro Naval Nº 817. Mayo/agosto de 2007. La
logística en el conflicto del Atlántico Sur. Ricardo Hermelo
2. Boletín del Centro Naval Nº 820. Abril/junio de 2008.
Operación Uka-Uka. Julio Pérez.

642
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

3. Boletín del Centro Naval Nº 823. Enero/abril de 2009. El


Bouchard y el fracaso de la operación británica Mikado. J. Facchin
y José Speroni.
4. Boletín del Centro Naval Nº 829. Enero/abril de 2010. La
Escuadrilla Aeronaval de Exploración en la Guerra del Atlántico
Sur. Julio Pérez Roca.
5. Boletín del Centro Naval Nº 830. Mayo/agosto de 2011.
Lesiones por el frío. Experiencia con cámara hiperbárica. Pie de
trinchera. VV.AA.
6. Boletín del Centro Naval Nº 833. Mayo/agosto de 2012. El
Secreto del ARA Salta. Jorge R. Bóveda y Radio Naval Malvinas
(RAMALVINAS), Guillermo Gregorio.
7. Boletín del Centro Naval Nº 834. Septiembre/diciembre de
2012. Número conmemorativo dedicado al conflicto.
8. Corbacho, Alejandro I. Factores Organizacionales y Desempeño
en Combate; la experiencia de la IMARA en Malvinas. Documentos
de Trabajo Nº 255, UCEMA, diciembre de 2003.
9. Defensa y Seguridad, año 10 Nº 62, La recuperación de las
Malvinas y el Golpe de los 1000 días, de Ricardo Burzaco; y
¿Cuáles fueron las causas del Conflicto Malvinas? de Oscar Filippi.
10. Defensa y Seguridad, año 10 Nº 63, Malvinas un Sentimiento.
11. La Nación, edición del 12 de febrero del 2012. Mientras el
tema Malvinas siga siendo una llaga abierta, será peligroso,
entrevista a la Lic. Virginia Gamba.
12. The Economist, La Guerra de las Falklands Americanas, 3 de
marzo de 1984.

643
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

13. Pensar Malvinas, Una selección de fuentes documentales,


testimoniales, ficcionales y fotográficas para trabajar en el aula.
Cecilia Flachland y otros, Ministerio de Educación de la Nación,
2da. Edición, 2010, 200 p. ISBN 978-950-00-0787-0.
14. Clarín, 4 de julio de 2005, Ps. 14, 18, 19 y 20.
15. Siete Días, revista. Año XV Nº 830. Ps. 70 a 72.
16. Gente, revista. Año 17 Nº 883.
17. Sociedad, revista de la SMSV Nº 35, Malvinas: el Isla de los
Estados y su heroica tripulación. Buenos Aires, 2012, Ps. 22 y 23,
tomado del diario La Nueva Provincia, de Bahía Blanca.
18. Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales. La
mediación papal en el conflicto de la zona austral. Guillermo
Moncayo, Serie de Artículos y Testimonios Nº 51.

Páginas web:
http://www.cari.org.ar/publicaciones
http://www.boletinargentino.com/index.php?p=1213
http://www.inbmardelplata.com.ar/Articulos.htm
http://www.taringa.net/posts/imagenes/1231273/Malvinas-_-
desembarco-ingles-en-san-carlos-el-21-de-mayo-198.html
http://www.es.wikipedia.org/wiki/Combate_de_San_Carlos#La_gue
rra_a_mediados_de_mayo
http://www.oocities.org/pentagon/barracks/4333/mappmfx.htm
http://www.aposmalvinas.com.ar/fotos.htm#PFX

644
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

http://www.malvinense.com.ar/notasdeguerra.html
http://www.argpatriagrande.blogspot.com.ar/2010_02_01_archive.ht
ml
http://www.FuerzasAeronavales.com. Fotografías J.C.Cilacesi
http://www.lanacion.com.ar/1165407-viaje-al-fondo-de-los-mares-
del-sur
http://www.conflictomalvinas.com.ar
http://www.malvinense.com.ar Fuego en Bahía Agradable
http://www.ejercito.com.ar Informe Oficial del Ejército Argentino
en el Conflicto de Malvinas
http://www.salamalvinas.com.ar/?p=1846

https://www.sis.gov.uk

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

DEL AUTOR

Escritor, historiógrafo, articulista y conferenciante, nació el 7 de


agosto de 1937 en San Telmo, ciudad de Buenos Aires.
- Capitán de Fragata infante de marina retirado.
- Licenciado en Sistemas Navales.
- Técnico en Relaciones Públicas y Periodismo (ISSUR).
- Graduado de los Cursos de Comando y Estado Mayor de la
Escuela de Guerra Naval, y de Planeamiento Militar Conjunto,
Ministerio de Defensa.
- Profesor Instructor de Tiro ―A‖ RENAR, matrícula 0006.
- Profesor de Instructores del simulador de tiro FATS (Firearms
Training Sistem), Policía de Salta.2005.
- Perito en Instalaciones de Tiro, NRA Washington DC.1994.
- Instructor Policial en Combate Cercano con Arma corta.1998.
- Graduado del Curso Básico de Armas, Explosivos, Leyes de Armas
y Leyes Aduaneras de los EEUU, en Buenos Aires; y del Curso
Avanzado de los mismos temas en Washington DC, Secretaría de
Estado. 1997.
- Organizador de eventos provinciales y nacionales sobre control de
armas, explosivos y pirotecnia.Entre 1997 y 2002.
- Delegado ante el MERCOSUR como representante del RENAR, en
Montevideo y Asunción, 1999.
- Delegado ante la Asamblea de la ONU en Viena, para el
tratamiento de un ―Protocolo contra la fabricación y tráfico ilícito
de armas de fuego‖.1999.
- Designado para las reuniones vinculadas con la pirotecnia en
México DF y para el Libre tránsito de Personas en Santiago de
Chile, 2002.

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MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

- Director del Curso de Instructores de Tiro para Infantes de


Marina y de la Escuela de Armas, Base de IM Baterías.1998.
- Director del Curso de Instructores de Tiro en la Escuela Vucetich,
Policía Bonaerense, 1998; y del GOPAR, Grupo de Operaciones
de Alto Riesgo de la Policía de Salta, 2007.
- Entrenador en Tiro del Equipo de Pentatlón Militar de la Marina
del Brasil, que obtuvo en Beijing, el Subcampeonato mundial en
1998.
- Participante como funcionario del RENAR en:
 Reunión del Comando Tripartito de las Tres Fronteras,
Iguazú.1998.
 Reuniones de Ministros de Seguridad y Jefes de Policía del
NOA y NEA, organizadas por el Ministerio de Seguridad de
la Nación. Salta y Santa Fé.1998 y 1999.
 Jornadas sobre Seguridad Bancaria, Banco Central.1997 y
1999.
 Jornadas de leyes y armas en las Universidades de Lomas de
Zamora; del Litoral en Santa Fe; de Derecho y Ley de
Armas en Buenos Aires; o de temas afines en Mendoza,
Carlos Paz, Santa Fe, Salta, Junín, Buenos Aires, etc.
- Profesor del Curso de Leyes de Armas y partes componentes
principales, AFIP, Escuela de Capacitación Aduanera, Buenos
Aires.
- Profesor de la Jornadas de Derecho y Ley de Armas en la Escuela
de Inteligencia de la Fuerza Aérea Argentina.

647
MALVINAS Bajo palabra
Jorge Sáenz

OTRAS OBRAS DEL AUTOR

―TOP GUN Armas Tiro y Seguridad‖


Buenos Aires 1995, 253 páginas.

―1817 Batalla del Valle de Lerma‖


Salta 2008, 251 páginas. 2da Edición 2012

―Golpe de Mano en Humahuaca‖ novela


histórica
Salta 2008, 165 páginas

―El Enigma de San Lorenzo‖ Ensayo.


Salta 2012, 175 páginas.

―Los Corsarios de Güemes‖ Compendio de


Historia Argentina, hasta la entrevista de
Guayaquil.
Salta 2012, 474 páginas.

Publicaciones Oficiales:
En el Registro Nacional de Armas (RENAR) autor de:

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Jorge Sáenz

1. Manual de Identificación y Rastreo de Armas de Fuego, MIRAF.


1998.
2. Norma Argentina de Chalecos Antibala, MA.01, 1999.

Cargos ocupados en este organismo nacional:


Asesor de Dirección; Asesor de Gabinete; Perito Judicial; Secretario de
Prensa; Jefe del Departamento Inspección, Importación y Exportación;
Jefe del Departamento Relaciones Internacionales; Director de la Escuela
Superior de Capacitación Registral.

En funciones en la Secretaría de Seguridad de la Provincia de Salta:


1. Procedimiento ante amenaza de bombas. Resolución SGS Nº
318/05.
2. Limpieza y Mantenimiento de Armamento. Resolución SS Nº
276/06.
3. Operación, mantenimiento y seguridad de motores y
embarcaciones. Resolución SS N° 085/07.
4. Estudio y propuestas sobre la problemática de los boliches
nocturnos. 2007.
5. Manual de Mantenimiento del FATS. (Polígono de tiro virtual).
6. Manual de la Central Meteorológica Automática.
7. Manual de Actividades Náuticas, particulares, comerciales y
deportivas. Anexo al Decreto 2108/05
8. Manual del Capacitador en Tiro. Resolución SS Nº 064 /2008
9. Plan de capacitación en Tiro. Íd. Anterior. 2008.

Cargos ocupados en este organismo provincial:


Asesor del Secretario de Seguridad; Director de Asuntos Institucionales;
Subsecretario, y Profesor de Cursos en varias disciplinas.

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