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Ocupación estadounidense de la República Dominicana (1965-1966)

La segunda ocupación estadounidense de la República Dominicana (1965-1966),


llamada Operación Power Pack,7 por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos,
comenzó con la entrada del Cuerpo de Marines en Santo Domingo el 28 de abril de
1965. Más tarde, se le unió la mayoría de la 82.ª División Aerotransportada del Ejército
de los Estados Unidos y su casa matriz, el XVIII Cuerpo Aerotransportado.
La intervención terminó en septiembre de 1966, cuando se retiró la primera Brigada de
la 82.ª División Aerotransportada, último remanente de la unidad estadounidense en
el país.
Después de un período de inestabilidad política tras el asesinato del dictador
dominicano Rafael Leónidas Trujillo en 1961, el candidato Juan Bosch, fundador
del Partido Revolucionario Dominicano (PLD), fue elegido presidente en diciembre de
1962 y posesionado en febrero de 1963.
Un grupo de militares conservadores junto a la poderosa élite de la oligarquía
dominicana y la jerarquía católica, descontentos con las medidas tomadas por el nuevo
gobierno de Bosch, ejecutaron el golpe de estado del 25 de septiembre de 1963, que
desembocó en una guerra civil.
Antecedentes
Al inicio de la sublevación contra Bosch, el general Wessin y Wessin controlaba
el Centro de Entrenamiento de las Fuerzas Armadas conocido por las siglas CEFA, grupo
de élite de unos 2000 efectivos de infantería altamente capacitado. Esta organización
cuasi-independiente, originalmente establecida por Ramfis Trujillo, hijo del exdictador,
se formó para proteger al gobierno. Estacionados en la Base Aérea de San Isidro, se
diferenciaban de las unidades del ejército regular, por estar equipados con tanques,
cañones sin retroceso y artillería, así como por sus propios aviones de ataque. Elías
Wessin declaró:
"La doctrina comunista, marxista-leninista, castrista, o como sea que se llame, está
ahora fuera de la ley".
Posteriormente, el poder fue entregado a un triunvirato civil. Los nuevos líderes
rápidamente abolieron la nueva constitución, llamada del 63. Los dos años siguientes
estuvieron marcados por una fuerte inestabilidad política con numerosas huelgas y
conflictos.
Donald Reid Cabral, quien el 23 de diciembre de 1963 llegó a ser cabeza de la junta,
fue impopular para la mayoría de los oficiales de alto rango en el ejército, por su
intento de recortar sus privilegios. Reid sospechó que algunos o todos de estos
oficiales tratarían de derrocarlo en la primavera de 1965. Con la esperanza de evitar un
golpe de Estado, el 24 de abril de 1965, envió a su jefe de Estado mayor, general
Marcos Rivera, para cancelar a cuatro oficiales considerados como conspiradores.
Estos no se rindieron, sino que tomaron un campamento militar al noroeste de Santo
Domingo y capturaron a Rivera.
Inmediatamente, el Partido Revolucionario Dominicano y el Movimiento
Revolucionario 14 de Junio pusieron un gran número de civiles armados en las calles,
dando lugar a la creación de los primeros escuadrones de la armada rebelde, que
fueron conocidos en términos generales como "Comandos". Estos fueron, a veces,
bandas de adolescentes bien armadas. El Movimiento Popular
Dominicano distribuyó cócteles molotov a las multitudes y los militares rebeldes
establecieron posiciones defensivas en el Puente Duarte.8
Los rebeldes pro-Bosch, conocidos como "constitucionalistas" por abogar por la
restauración del presidente Bosch y la restauración de la constitución del 63, salieron a
las calles, apoderándose rápidamente del Palacio Nacional y de los medios de
comunicación del gobierno en la capital. Los militares leales a la junta de Reid y los
opositores a los constitucionalistas adoptaron el apodo de "leales".
El coronel Francisco Alberto Caamaño y el coronel Manuel Ramón Montes Arache,
comandante del Cuerpo de Comandos de Hombres Ranas de la Marina de Guerra
Dominicana, se constituyeron en líderes de los constitucionalistas, coordinados con
Bosch por el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez. Reid fue capturado en el
palacio presidencial por las fuerzas rebeldes comandadas por Caamaño. No obstante,
el general Wessin y Wessin, jefe de las Fuerzas Armadas, tomó la posición vacante que
había dejado Reid, convirtiéndose en el jefe de facto del estado.
Bosch, todavía en el exilio en Puerto Rico, convenció a José Rafael Molina Ureña, un
líder partidista, para que se convirtiera en presidente provisional hasta su retorno. En
los días que siguieron, los constitucionalistas se enfrentaron con agentes de seguridad
interna y con los militares de derecha del CEFA. Ya para el 26 de abril de 1965, los
civiles armados, habían superado en número a los regulares militares rebeldes. Radio
Santo Domingo, ahora bajo el control total de los rebeldes, comenzó a incitar a
acciones violentas.9
Ambas partes estaban fuertemente armadas y muchos civiles quedaron atrapados en
el fuego cruzado. El gobierno de Washington comenzó los preparativos para la
evacuación de sus ciudadanos y otros extranjeros que pudieran estar deseando salir de
la República Dominicana. El grado de participación de los "comunistas", incluyendo
el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, había sido cuestionada.
El presidente provisional constitucionalista Molina Ureña y el coronel Caamaño
pidieron al embajador de Estados Unidos la mediación estadounidense para detener
los ataques de la Fuerza Aérea Dominicana a las áreas constitucionalistas. El
embajador de EE.UU. se negó. Totalmente consternado por este rechazo, Molina
Ureña renunció. En la base de San Isidro, los generales leales de la Fuerza Aérea
eligieron el coronel Pedro Bartolomé Benoit para encabezar una nueva junta "lealista".
El 28 de abril, la Fuerza Aérea Dominicana reanudó el bombardeo en las posiciones
constitucionalistas en Santo Domingo mientras por otro lado civiles armados rebeldes
invadieron una estación de policía y ejecutaron sumariamente a los policías. Los
rebeldes asaltaron la Fortaleza Ozama. Se usó un tanque AMX-13 que con un disparo
hizo un hueco en la pared de la fortaleza, y después el tanque penetró dentro del patio
de la fortaleza seguido de las tropas rebeldes compuestas de militares y civiles
armados. Liberaron a 700 prisioneros de la cárcel de la Fortaleza Ozama.2
De los 30 000 soldados, pilotos y policías dominicanos, al inicio de la guerra civil, el
general Wessin y Wessin terminó teniendo bajo su mando a menos de 2400 soldados y
solo 200 policías nacionales. Las primeras acciones militares de los Estados Unidos se
limitaron a la evacuación de estadounidenses y otros civiles extranjeros en la ciudad de
Santo Domingo. Se estableció una zona de aterrizaje en el Hotel Embajador, ubicado
en la periferia occidental de Santo Domingo.
Los "lealistas" fallaron en recuperar el control de Santo Domingo y un
desmoralizado CEFA se retiró a la base en San Isidro, en el lado este del río Ozama. El
general Wessin y el último líder del depuesto régimen gubernamental, Donald Reid –
mejor conocido como "El Americano"– solicitaron entonces la intervención de Estados
Unidos.
Ocupación
La decisión de intervenir militarmente en la República Dominicana fue una decisión
personal del presidente de los Estados Unidos Lyndon Johnson.[cita requerida] Este,
convencido de la derrota de las fuerzas leales y por temor al surgimiento de "una
segunda Cuba" en el Caribe, ordenó a las fuerzas armadas estadounidense la
restauración del orden.

Hasta ese momento, todos los asesores civiles habían estado en contra de la
intervención inmediata, abrigando la esperanza de que la parte lealista pudiera poner
fin a la guerra civil. El presidente Johnson, sin embargo, siguió el consejo de su
embajador en Santo Domingo, W. Tapley Bennett, quien argumentó la ineficiencia y la
indecisión de los líderes militares dominicanos. Bennett sugirió que los EE. UU.
interpusieran sus fuerzas entre los rebeldes y los de la Junta, y que aplicaran así un alto
el fuego. Luego, los Estados Unidos pidieron a la Organización de Estados Americanos
la negociación de un acuerdo político entre las facciones opuestas.

El jefe de Estado Mayor general Wheeler le dijo al general Palmer de la CINCLANT en


relación a la intervención militar:

"su ocupación sin previo aviso es para evitar que la República Dominicana se vuelva
comunista."
El 29 de abril, bajo el argumento oficial de la necesidad de proteger las vidas de los
extranjeros –ninguno de los cuales había sido muerto o herido– una flota de 41 buques
fue enviada para bloquear la isla y de esta forma comenzó la invasión de infantes de
marina y parte de la 82.ª División Aerotransportada. También, se desplegaron
alrededor de 75 miembros de la compañía "E" del 7th Special Forces Group. En
definitiva, se terminó por enviar a Santo Domingo un contingente de 42 000 soldados e
infantes de marina.

El presidente Lyndon B. Johnson declaró esa noche que había dado órdenes para el
desembarco de infantes de marina en Santo Domingo con la finalidad de proteger la
vida de ciudadanos norteamericanos y que la OEA había sido informada de esa
situación. Otras versiones afirman la invasión se efectuó de forma unilateral y que los
delegados de la OEA se enteraron de la invasión por radio y por televisión luego del
discurso de Johnson. No obstante, poco después, los Estados Unidos junto con la OEA,
formaron una fuerza militar interamericana para la intervención en la República
Dominicana.

Un francotirador mató a un infante de marina cerca de la embajada de Estados Unidos


y, en el fuego cruzado que siguió, una granada hirió de muerte a una niña
dominicana.2 La evacuación de ciudadanos estadounidenses concluyó sin más
pérdidas de vidas. A media tarde del 30 de abril, se negoció un alto al fuego,
auspiciado por el nuncio apostólico en el país. El 5 de mayo fue firmado el «Acto de
Ley» de Santo Domingo por el coronel Benoit (lealista), el coronel Caamaño
(constitucionalista) y el comité especial de la OEA. Este acto buscaba un total cese de
fuego, el reconocimiento de una «Zona de Seguridad Internacional», un acuerdo para
ayudar a los organismos de socorro y la inviolabilidad de las misiones diplomáticas. La
Ley estableció el marco para futuras negociaciones, pero no pudo detener todos los
enfrentamientos. Los francotiradores constitucionalistas continuaron disparando
contra las fuerzas de Estados Unidos, aunque los enfrentamientos entre las facciones
dominicanas disminuyeron por un tiempo.

Ante la imposibilidad de alcanzar una victoria militar, los rebeldes constitucionalistas


eligieron a su líder Francisco Alberto Caamaño como presidente del país. Los oficiales
de Estados Unidos contrarrestaron está acción declarando al general Antonio Imbert
Barrera como presidente. El 7 de mayo, Imbert fue juramentado como presidente del
«Gobierno de Reconstrucción Nacional». El siguiente paso en el proceso de
"estabilización", según lo previsto por el gobierno de Washington y la OEA, fue arreglar
un acuerdo entre Caamaño e Imbert para la formación de un gobierno provisional. Sin
embargo, Caamaño se negó a reunirse con Imbert hasta que varios de los oficiales
"leales", incluyendo Wessin y Wessin, fueran obligados a abandonar el país.

El 13 de mayo el general Imbert comenzó la «Operación Limpieza», con la que sus


fuerzas alcanzaron cierto éxito en la eliminación de focos de resistencia rebelde en las
afueras del sector de Ciudad Nueva, y el silencio de Radio Santo Domingo. La
operación terminó el 21 de mayo.

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