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Irene Jiménez Villalta

El Museo Geominero alberga una extensa colección de patrimonio geológico, paleontológico y


mineralógico, brindándonos una evolución por las piezas de esos ámbitos procedentes de
nuestro país .

Respecto al edi cio, se trata de un estilo de arquitectura ecléctica de nales del siglo XIX, obra
del arquitecto Javier de Luque, el cual no ha sufrido reformas y conserva actualmente su espíritu
decimonónico.

El edi cio en su interior está construido a base de hierro, madera y vidrieras. Tras pasar una
escalinata de mármol, se encuentra una exposición temporal sobre los volcanes.

La sala principal consiste en una gran nave prismática techada con vidrieras francesas . La luz
que se proyecta es una luz cenital, que puede llegar a ser contraproducente para la conservación
de las piezas. La colección queda expuesta en numerosas vitrinas de madera repartidas en una
planta baja y dos balconadas. La tercera balconada es usada como almacén. Hablando más
concretamente de las vitrinas, estas son de madera barnizada y los cristales que las componen
no son totalmente herméticos. Por su parte inferior, tienen cajones, por lo que sirven en sí mismas
como almacén.

Para destacar piezas pequeñas se ayudan de cubos de metacrilato. Además, el datalogger, es


usado para registrar la humedad y temperatura de alguna de las vitrinas. El sistema de siglado en
diversas piezas se realiza sobre una marca blanca que se instaura sobre la super cie de las
muestras. Podemos comentar que el museo no es accesible para personas de movilidad
reducida, pues no hay disponibilidad de sistemas adaptados a ellas. Además hay extintores
como plan de emergencia.

Finalmente, a pesar de las faltas en el ámbito de la conservación de las piezas, el Museo


Geominero es único, ya que es un museo en sí mismo de la historia de la museografía y el diseño
museístico decimonónico.
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