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MUSEO BELLAS ARTES ALHAMBRA, GRANADA

Marina Portal Solera

El Museo de Bellas Artes se situaba en un principio en el actual Museo de Arqueología.


Se abre en 1958 y tiene su reapertura en 2008.
El suelo es de la época del Renacimiento italiano. El techo (sala principal) a pesar de su apariencia de
madera, es de escayola.
La intervención la realiza el arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas. Su principal interés es respetar la
arquitectura de siglo XVI y que no se mostrara ningún vestigio de cableado para la posible instalación.
Crea un muro transversal a modo de piel envolvente, red o malla metálica con pladur, dentro de la cual
se encuentra la infraestructura del conjunto arquitectónico.
Este muro tiene una media de 90 cm. Sirve para esconder toda la infraestructura y como soporte para la
iluminación. Su idea es proyectar hacia el techo la luz de manera que este actúe como caja de
resonancia.
La luz natural proviene de una hilera de ventanas rectangulares que forma una línea en la parte de
debajo de la sala y otra hilera de óculos en la parte superior. Estos últimos tienen dos sistemas de filtros,
uno para la luz ultravioleta (reduciendo casi un 90 %) y otro que hace que tenga la apariencia de un
alabastrino.
Las ventanas además incluyen un estor translúcido que permite ver el exterior y hace por lo tanto que
sea más agradable. La subida y bajada de los estores se basa en 4 sistemas de control de luz directa
(90%, 60%, 15% y otro manual).
También otorgó una parte de protagonismo al sistema de regeneración del aire. Así, como hemos visto
en otros casos, el aire salía por la parte superior de la sala y por la parte inferior se producía el retorno,
ya que los muros no llegaban en su totalidad al suelo.
La temperatura media estimada por el museo seria 21 grados. Ya que respetaba el confort del visitante,
la temperatura que requiere la obra y el ahorro energético.
La humedad rondaría entre un 50-55%.
Las obras descansan sobre unos durmientes, que tuvimos la ocasión de apreciar. Y las esculturas sobre
peanes y estructuras de maderas para que el suelo no soportara directamente el peso de la obra. No
contaban son sistemas de barrera como los sistemas de protección catenaria o cuerdas a modo de
barrera. En este caso, contaban con una tarima de madera con la suficiente longitud para que nos
impidiese alcanzar la obra.
Otras esculturas se encontraban en vitrinas, las cuales contaban con un sistema absor en la parte
inferior de la vitrina (soporte hueco de madera con pequeños círculos a modo de ranuras). Estas vitrinas
tenían parte de su estructura de vidrio introducidas en el muro transversal, para una fácil manipulación.
Cuadros como Bodegón con cardos y zanahorias de Sánchez Cotán se encuentran bajo un sistema de
climabox.
Los sistemas antincendios se encuentran conectados diagonalmente, a través de cámaras
interconectadas entre sí, de manera que cuando no se pudiesen percibir mutuamente era símbolo de
que podría haberse producido un incendio.
Pequeños pasillos y control de iluminación e incendios camuflados entre los muros transversales,
cumpliéndose así la idea del arquitecto.
La iluminación de cada sala era diferente pues la situación espacial de las mismas determinaba la
cantidad de luz directa que se proyecta sobre ellas.
El almacén del museo cuenta con anclajes y peines distribuidos de la manera explicada en clase por el
profesor.
La planificación y el diseño de un almacen constituye uno de los grandes retos que tiene planteada la
museología actual. Estas salas de reserva eran antes una simple acumulación de objetos donde todo
tenia cabida y la parte más descuidada de los museos, en la actualidad adquieren un protagonismo
especial.
Las nuevas exigencias de la conservación que velan por la estabilidad de las obras requieren que estas
ultimas se encuentren bajo unas condiciones determinadas de humedad, luz y temperatura. Algunas
obras tendrán un carácter rotativo en la exposición por lo que permanecerán gran parte de su tiempo en
las reservas.
Todo esto esta vinculado al campo de la prevención (conservación preventiva). Así esta sala estará
acondicionada en el ámbito de la seguridad, clima y la iluminación.
La iluminación de la sala de reserva, por motivos de conservación, lógicamente, esta concebida para la
luz artificial que permite su control y ofrece la ventaja de poder estar apagada durante un gran espacio
de tiempo.
Cuenta con lámparas fluorescentes que permiten regular la composición mediante la utilización de
filtros renovables.
Las obras de arte sobre papel se mantienen con una protección especial en total oscuridad.
La sala de reserva se encuentra dividida por moduloso tramos, definidos por la configuración que
aportan las vigas metálicas. La circulación en el interior del espacio se realiza mediante un gran pasillo
central que permite una mejor distribución de las superficies de almacenamiento y facilita los accesos a
ambos lados para la colocación de obras o su retirada.
Estanterías metálicas regulables para soportes de peso medio (para escultura y mobiliario).
El primer estante está como mínimo a unos veinte centímetros del suelo para evitar posibles riesgos en
caso de fugas de agua y facilitar la limpieza del pavimento.
Archivadores con cajones para papel.
Sistema de archivos para tapices y alfombras, permite recoger la obra sobre un eje en el que se enrolla.
Vitrinas metálicas con puertas de cristal. En su interior se organizan esculturas de pequeño formato. Los
objetos se encuentran separados entre si evitando daños por roce.

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