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LA JURISDICCION VOLUNTARIA

Y SU REGULACION
Consideraciones preliminares

La doctrina discute y seguirá discutiendo por


mucho tiempo, si la jurisdicción voluntaria es o
no jurisdicción; hay quienes sostienen que si
constituye verdadera jurisdicción (doctrina
jurisdiccionalista); otros que configuran actos de
administración del derecho privado (doctrina
administrativista) y más recientemente aquellos
que estiman que se trata de una tercera
categoría o género, como actividad autónoma
del Estado.
Tampoco el adjetivo “voluntaria” se escapa de la crítica, el
requerimiento de la intervención judicial o notarial, en su caso,
se ve matizado por la necesidad de esa intervención, sin la cual
el acto pretendido no puede producir efectos jurídicos.
El objeto primordial se basa en que son asuntos en los que no
hay litigio, no hay partes, la resolución no produce cosa
juzgada material. La intervención del órgano jurisdiccional se
precisa para darle autenticidad al acto, para llenar un requisito
que impone la ley para la validez del mismo, para homologar,
crear, desarrollar o integrar situaciones jurídicas.
Por las finalidades y cometidos que llenan los actos de
jurisdicción voluntaria, sea en sede judicial o notarial, éstos
también persiguen el interés general, porque afianzan, crean,
desarrollan, complementan situaciones jurídicas, les dan
seguridad y certeza, y todo conviene al interés general.
Antecedentes en Guatemala
En Guatemala, con fecha primero de julio de 1964 entró en
vigor el nuevo Código Procesal Civil y Mercantil, en cuya
distribución de materias tuvo que enfrentarse el aspecto
relativo a si se conservaban o no los asuntos que el Código
derogado (Código de Enjuiciamiento Civil y Mercantil), puesto
que éste último regulaba asuntos de jurisdicción voluntaria.
Además, era necesario también recoger la tendencia
favorable de darle mayor intervención a los notarios, en
algunos asuntos que tradicionalmente habían estado
adscritos al campo jurisdiccional.
Los primeros asuntos de Jurisdicción Voluntaria ante notario
fueron:
 la declaración de hecho ante notario (contenido en el
decreto 444 del Congreso de la República, promulgado el 29
de octubre de 1947) y
 el matrimonio notarial (contenido en el decreto 1145 del
Congreso de la República promulgado el 6 de febrero de
1957.
En 1963 el Código Procesal Civil y Mercantil, amplió el campo
de acción del notario en asuntos de jurisdicción voluntaria,
regulando aspectos como:
a) El proceso sucesorio intestato y testamentario;
b) La identificación de tercero y la notoriedad; y,
c) Las subastas voluntarias.
Características

De conformidad con Mario Aguirre Godoy, la principal


característica de la jurisdicción voluntaria es la ausencia de
discusión entre las partes y la actuación se concreta a una
función certificante de la autoridad del acto.

Según Luís Felipe Juárez, existen dos notas características:


 La de proteger y asegurar los derechos privados de los
particulares y
 No hay partes contrapuestas.
Según Nájera Farfán, las características son:
a. Se ejerce intervolentes, o sea que se debe a concurrencia
voluntaria de parte o se desarrolla entre personas que están
de acuerdo.
b. Su procedimiento carece de uniformidad y repetición,
acomodándose a la naturaleza de los actos que la provocan.
c. La prueba que se rinde esta sujeta al requisito de citación.
d. La necesidad de oír al Ministerio Público (actualmente
Procuraduría General de la Nación), cuando pudieran
resultar afectados intereses públicos o se haga relación a
personas incapaces o ausentes.
e. La resolución no pasa en autoridad de cosa juzgada, lo que
abre la posibilidad de su revisión en la vía contenciosa.
PRINCIPIOS GENERALES

Escritura: Todos los trámites se deben hacer constar por


escrito por medio de actas notariales.
Inmediación procesal: El notario debe estar en contacto con
los requirentes, recibiendo sus declaraciones y solicitudes,
haciendo constar lo que presencie.
Dispositivo: Este principio faculta a las personas interesadas a
la iniciación del trámite, la continuidad, el ofrecimiento de
prueba, hasta la culminación de las diligencias, es decir el
requerimiento debe ser a petición de parte.
Publicidad: Todo lo que autoriza el notario es público, salvo
excepciones reguladas en la misma ley, por medio de la
autorización notarial se hace pública la voluntad de la persona.
Economía procesal: Si el notario es capaz y diligente, actúa
con dedicación y esmero, dará como resultado una resolución
rápida al asunto planteado.
Sencillez: El notario al redactar debe ser técnico y sencillo,
debe evitar el uso de lenguaje redundante, ornamental o que
haga difícil o confusa la interpretación. Se debe siempre seguir
la forma determinada al redactar las actas y resoluciones
notariales, estas últimas aunque son de redacción discrecional,
tienen requisitos mínimos y un orden lógico.
De inmediación: El notario debe estar en contacto directo con
los requirentes o solicitantes, con los hechos y actos que se
producen dando fe de ello.
De rogación: El notario actúa solamente a instancia de parte y
no de oficio. actúa únicamente si un individuo requiere de su
actuación sobre algún asunto de su interés.

Del consentimiento: Este es un principio esencial, ya que de


no existir entre las personas afectadas, el notario no puede
actuar. La ratificación y aceptación queda plasmada mediante
la firma en el documento, siendo ésta la forma de plasmar el
consentimiento.
De seguridad jurídica: Los actos que legaliza el notario en
esta tramitación, se tiene por ciertos, pues gozan de
certidumbre o certeza jurídica contra terceros y hacen plena
prueba, salvo el derecho de los interesados de redargüirlos de
nulidad o falsedad.
De autenticación: La autorización e intervención del notario,
con la firma y sello registrados, le dan autenticación a los actos
que documenta.
De fe pública: Este es un principio real del derecho notarial, y
es una garantía que el Estado da a los particulares al investir al
notario, por lo que los actos por éste realizados deben ser
respetados y tenidos por ciertos.
Principios Fundamentales
Decreto 54-77 del Congreso de la República, Ley Reguladora
de la Tramitación Notarial de Asuntos de Jurisdicción
Voluntaria:
 Consentimiento unánime Art. 1: Es importante que todos
los interesados en un asunto de jurisdicción voluntaria,
estén de acuerdo con el notario que va actuar
profesionalmente en el asunto. Cualquiera de los
interesados que no esté de acuerdo y así lo manifieste, en
cualquier momento de la tramitación, será motivo suficiente
para que el notario deje de conocer. En estos casos debe
remitir el expediente al Juzgado de Primera Instancia Civil
para que el juez titular conozca y resuelva en definitiva.
Actuaciones y Resoluciones Art. 2
Todas las actuaciones se harán constar en acta notarial, salvo las
resoluciones que serán de redacción discrecional pero debiendo
contener los requisitos exigidos en el Código de Notariado y los
que para el efecto disponen las leyes tributarias.
Colaboración de las autoridades Art. 3

En la práctica es el interesado quien presenta todos los


documentos pertinentes al iniciar el procedimiento, de otra forma
sería el notario quien los obtendría y sólo en casos necesarios
requeriría de las autoridades los datos e informes
indispensables por la celeridad con que se llevan los asuntos.
Audiencia a la Procuraduría General de la Nación Art. 5

En los casos que la ley disponga, será obligatoria la


audiencia a la Procuraduría General de la Nación, la que
deberá evacuarla en el término de tres días, antes de dictar
cualquier resolución, bajo pena de nulidad de lo actuado.
Ámbito de aplicación de la ley y opción al trámite Art. 5

Esta ley es aplicable a todos los asuntos cuya tramitación


notarial se permita, sin perjuicio de que también puedan
tramitarse ante notario los casos contemplados en el Código
Procesal Civil y Mercantil. En cualquier momento la tramitación
notarial puede convertirse en judicial o viceversa.
Inscripción en los registros Art. 6

Al dictarse la resolución final en cualquier asunto de


jurisdicción voluntaria, el notario debe expedir certificación a los
registros respectivos, salvo que la ley le mande otro
documento. Lo común es que sea de resoluciones finales,
aunque la ley regula que puede ser de cualquier resolución.

Será enviada en duplicado, por el notario, con aviso, a fin de


que el original se devuelva debidamente razonado.
Remisión al Archivo General de Protocolos Art. 7

Una vez concluido cualquier expediente, el notario deberá


enviarlo al Archivo General de Protocolos, institución que
dispondrá la forma en que se archive.

El destino final de los expedientes fenecidos ante notario debe


ser el Archivo General del Protocolos, dependencia del
Organismo Judicial que lleva el control de los notarios.
Diferencia entre Jurisdicción Contenciosa y
Jurisdicción Voluntaria

Jurisdicción Contenciosa
 El juez interviene por intereses contrapuestos.
 Existen partes
 Se inicia con una acción.
 La acción se materializa con una demanda.
 El juez interviene en forma reintegradora.
 El efecto de su intervención produce: la sentencia, lleva en sí
plenamente la autoridad de cosa juzgada.
Jurisdicción Voluntaria

 La intervención del Notario es solicitada por


intereses aislados o enlazados.
 Se les denomina participantes.
 Se inicia con la solicitud o requerimiento.
 El pedimento con solicitud.
 El Notario interviene en forma preventiva
 El acto notarial no produce por sí la cosa juzgada en su más
propio sentido, y
 Sólo lleva consigo una prevención Iuris tantum (presunción que
se establece por ley y que admite prueba en contra), de legitimidad y
autenticidad.
Código Procesal Civil y Mercantil
(Decreto Ley 107 del Jefe de Gobierno de la República)

Contiene tres asuntos de jurisdicción voluntaria:

1. Identificación de tercero Arts. 440-442


2. Subasta voluntaria Arts. 447-449
3. Proceso sucesorio Arts. 488-498
Ley Reguladora de la Tramitación Notarial de
Asuntos de Jurisdicción Voluntaria
(Decreto 54-77 del Congreso de la República)

Contiene dieciséis asuntos de jurisdicción voluntaria del articulo


8 al 27
LEY DE RECTIFICACION DE AREA

Esta ley amplió aún más la competencia notarial, por medio del
Decreto-ley 125-83, emitido por el Congreso de la República de
fecha trece de octubre de mil novecientos ochenta y tres.
Contiene el derecho que tienen los propietarios de bienes
urbanos, cuya área real o física sea menor a la que aparece en
el Registro General de la Propiedad, de solicitar ante notario la
rectificación del área de tales inmuebles.
Se incluye la regulación de que un ingeniero debe practicar la
medición, a parte de otras diligencias necesarias que la ley
establece.

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