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Reflexiones sobre la Ética y la Responsabilidad Social Empresarial

El presente ensayo busca reflexionar sobre el alcance de la responsabilidad social

empresarial y la ética empresarial, enfocándose en su aplicación en las actividades y/o

prácticas de las organizaciones del sector servicios. Los servicios, en la mayoría de casos, son

productos no tangibles en los cuales los consumidores interactúan con otros clientes y con los

procesos, sistemas y trabajadores de las organizaciones. En esta interacción, la confianza es

un factor muy sensible por lo que es vital que exista una conciencia ética en las

organizaciones de cómo sus acciones pueden afectar los intereses de los demás y como

pueden aportar a la solución de los problemas sociales. La responsabilidad social para estas

organizaciones no debe ser medida solo bajo el aspecto meramente filantrópico sino bajo el

aspecto de dar sostenibilidad al negocio donde opera una corporación.

Alcance de la responsabilidad social y la ética empresarial

El concepto de responsabilidad social ha evolucionado en las últimas décadas,

pasando de un enfoque tradicional basado en aportes para actividades filantrópicas de los

empresarios, a un nuevo enfoque en que la empresa asume la responsabilidad y una

conciencia ética de cómo sus acciones pueden afectar los intereses de los demás y como

pueden aportar a la solución de los problemas sociales. En los años noventa, la

responsabilidad social empresarial se unió a la literatura de estrategia, y una de las líneas de

investigación fue el análisis de los stakeholders. (Goñi, N., & Marquina, P., & Rizo-Patrón,

C., & Castelo, L., 2011, p. 12). El termino stakeholders denomina a los grupos de interés

relacionados directamente con la empresa, esta teoría cuestiona la obligación exclusiva de los

directivos hacia los accionistas y proponer un nuevo rol con responsabilidad ampliada hacia

los demás grupos de interés, es decir, los empleados, los clientes, los proveedores y la

comunidad local en la cual la empresa está inserta. (Gilli, J., 2011, p. 69).
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Como definición de responsabilidad social empresarial, Garavito, C. (2007) señala

que es una filosofía de acción empresarial que tiene como base la toma de responsabilidad

por parte de la empresa de los efectos que su funcionamiento tiene sobre la sociedad en

general, es decir es un concepto más amplio y se toma en cuenta a todos los interesados

(stakeholders). Los stakeholders tienen uno o más intereses que pueden ser afectados por las

decisiones y actividades de una organización. Esta relación no tiene que ser formal o incluso

reconocida por los stakeholders de la organización. Al determinar qué intereses reconocer a

los stakeholders, una organización debería considerar la legitimidad de aquellos intereses y

su coherencia con la normativa internacional de comportamiento. (ISO, 2010, pp. 6-7).

Los conceptos inmersos en la teoría de los stakeholders actualmente son usados para

analizar cuestiones de ética y responsabilidad social de las organizaciones. (Gilli, J., 2011, p.

69). La responsabilidad social implica un comportamiento transparente y ético que contribuya

al desarrollo sostenible, cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa

internacional de comportamiento. (ISO, 2010, p. 6). La transparencia y la ética empresarial

son los motores del desarrollo de las empresas y son decisivos en la viabilidad empresarial.

Una buena ética empresarial tiene un papel fundamental para el logro del éxito económico.

(Sen, A., 1998, p. 2).

Según la norma ISO 26000, para definir el alcance de su responsabilidad social,

identificar asuntos pertinentes y establecer sus prioridades, una organización debería abordar

las siguientes materias fundamentales: gobernanza de la organización; derechos humanos;

prácticas laborales; medio ambiente; practicas justas de operación; asuntos de consumidores,

y participación activa y desarrollo de la comunidad. Las prácticas justas de operación se

refieren a la conducta ética de una organización en sus transacciones con otras

organizaciones. La materia de asuntos de consumidores se refiere a proporcionar educación e


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información precisa, utilizando información justa, transparente y útil de marketing y de

procesos de contratación, promoviendo el consumo sostenible y el diseño de productos y

servicios que proporcionen acceso a todos y satisfagan las necesidades de los más vulnerables

y desfavorecidos, cuando sea necesario. Muchas organizaciones obtienen o manejan

información personal y tienen la responsabilidad de mantener la seguridad de dicha

información y la privacidad de los consumidores. (ISO, 2010, pp. 56-57).

Reflexiones sobre ética empresarial

Según Sen, A. (1998, agosto), la ética empresarial permite el logro del éxito

económico, por lo que es necesario que las empresas tomen en cuenta la ética en todos sus

asuntos económicos y empresariales. El costo de considerar a la ética en nuestros asuntos

económicos y empresariales, es mucho menor al costo de no considerar la ética en el ámbito

empresarial. Es preciso añadir que la falta de ética en los ejecutivos de las organizaciones y

de cualquier ente que intervenga en los asuntos económicos y empresariales de ella, genera

desconfianza del consumidor hacia la organización haciendo incluso que éstos declinen en

relacionarse económicamente con la organización o provocaría un incremento de los costos

de transacción, ambos resultados pueden conllevar a un fracaso de la empresa.

Sobre la práctica de la ética en las organizaciones, Cortina, A. (2003) propone que las

organizaciones, al igual que las personas, desarrollan hábitos a lo largo de su existencia, lo

cual constituye su carácter y la forma de cómo son reconocidos. Mientras las organizaciones

solo se interesen en los resultados a corto plazo y sin importar la forma en que se logra dicho

resultado, es decir sin considerar la ética de sus acciones, entonces, no se producirá un

cambio positivo en ellas y tampoco en sus ejecutivos.


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En una empresa socialmente responsable debe prevalecer un comportamiento

transparente y ético que contribuya al desarrollo sostenible de la empresa, de lo contrario

habrían consecuencias negativas para la empresa en su reputación pública e imagen

corporativa. Aun cuando no se buscara en primer lugar la maximización de la rentabilidad,

una miopía social de la empresa jugaría en contra de la reputación pública que necesita para

alcanzar la rentabilidad. (Paladino, M., & Álvarez, C., 2006, p. 8).

También existen ciertos hábitos negativos profundamente arraigados que deben ser

cuestionados dentro de las organizaciones, los cuales son señalados Hamel (2011), entre los

cuales destaca la manipulación, el abuso del poder o influencia política, el maltrato a los

empleados, la no creación de valor a largo plazo, entre otras. Las empresas deben definir

mecanismos de recompensa que estén alineados a la aplicación de los hábitos correctos

dentro y fuera de la empresa, con el fin de buscar la prosperidad tanto de la empresa y de la

sociedad. Sobre los mecanismos de recompensa, Hamel (2011) propone que estén alineados a

buscar la prosperidad tanto de la empresa como de la sociedad. Es decir debemos partir por

modificar las reglas de juego que permitan a los ejecutivos de las organizaciones a formar

una empresa con el sentido de comunidad y que sus empleados logren identificarse con ella.

Reflexiones sobre la ética y RSE en organizaciones del sector servicios

En el sector servicios muchas de las prácticas de las empresas se orientan a la

filantropía empresarial, como menciona Refico, E., & Ogliastri, E. (2009), la filantropía sigue

siendo una actividad importante para manejar las relaciones con la comunidad y construir

relaciones de confianza, de largo plazo. En el sector servicios, en la mayoría de casos, los

productos son no tangibles y los consumidores interactúan con los procesos, sistemas,

trabajadores y otros clientes de la organización. Es por ello que la construcción de una

relación de confianza es un factor muy sensible en las empresas de servicios, por lo que es
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vital que exista una conciencia ética en las organizaciones de cómo sus acciones

pueden afectar los intereses de los demás y como pueden aportar a la solución de los

problemas sociales.

La formación de una relación de confianza es únicamente el paso inicial en la

construcción de una relación entre la empresa de servicios y su entorno, es decir, con ella no

se logra establecer un compromiso de la empresa con la sociedad. Para establecer un

compromiso de la empresa con la sociedad, las organizaciones deben replantearse a quienes

sirven y cómo crean valor, es decir como primer paso quiénes son sus stakeholders que

pueden ser afectados por las decisiones y actividades de una organización. Como segundo

paso se debe reconocer los intereses legítimos de los stakeholders en relación a la

organización, para luego establecer sus prioridades. Finalmente se debe incluir dentro de las

estrategias operativas de la empresa las actividades y/o buenas prácticas que permitan

minimizar el impacto negativo y maximizar el impacto positivo en los intereses de sus

interesados, con ello se puede lograr el ganar-ganar.

Como conclusión, la responsabilidad social para las organizaciones del sector

servicios no debe ser medida solo bajo el aspecto meramente filantrópico sino bajo el aspecto

de dar sostenibilidad al negocio donde opera una corporación. Este último punto es analizado

por Porter y Kramer (2011) para proponer la creación de valor compartido cuya idea esencial

es que las compañías pueden crear valor económico al crear valor social mediante un

esquema de ganar-ganar. Esto nos lleva a preguntarnos cuál es la utilidad real de la compañía,

lo cual es analizado por Hamel, G. (2011) quien propone una modificación en los objetivos

de las corporaciones, es decir cuál es la utilidad real de una compañía, llevándolo a

redefinirlo como la creación del valor compartido, no solamente la generación de ganancias.

Porter y Kramer (2011) proponen que “la creación de valor compartido requiere de
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conformidad con la ley y la ética”, con lo cual se sostiene la relación entre la ética, integridad

y transparencia con el logro del éxito económico para las organizaciones.


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Referencias

Goñi, N., & Marquina, P., & Rizo-Patrón, C., & Castelo, L. (2011). ¿Qué es la

Responsabilidad Social? En Goñi, N., & Marquina, P., & Rizo-Patrón, C., & Castelo,

L. (Ed.). Diagnóstico de la Responsabilidad Social en Organizaciones Peruanas (pp.

11-14). Lima, Perú: Publicación de CENTRUM Católica.

Gilli, J. (2011). Responsabilidad Social Empresaria. En J. Gilli (Ed.). Ética y empresa:

valores y responsabilidad social en la gestión (pp. 68-69). Buenos Aires, Argentina:

Ediciones Granica.

Garavito, C. (2007). Responsabilidad social empresarial y mercado de trabajo. Economía,

31(61), 81-104.

International Organization for Standardization (2010). ISO 26000:2010 - Guidance on social

responsibility (ICS No. 03.100.01). Recuperado de http://www.foretica.org/biblioteca/

documentos-de-interes/latinoamerica/doc_download/259-borrador-final-de-la-iso-

26000.

Sen, A. (1998, agosto). El papel de la ética empresarial en el mundo contemporáneo. En

Fondo España-PNUD (Presidente), II Programa Iberoamericano de Formación de

Formadores en Responsabilidad Social Empresarial. Conferencia especial en la

Universidad de Harvard, MA 02138, USA.

Cortina, A. (2003). Las tres edades de la ética empresarial. En A. Cortina (Ed.). Construir

confianza: ética de la empresa en la sociedad de la información y las comunicaciones

(pp. 17-37). Madrid, España: Editorial TROTTA.


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Paladino, M., & Álvarez, C. (2006). Introducción. En M. Paladino & C. Alvarez (Ed.).

Comunicación empresarial responsable (pp. 7-9). Buenos Aires: Temas Grupo

Editorial.

Hamel, G. (2011). Prólogo. En U. Haque (Ed.). El nuevo manifiesto capitalista: Una apuesta

por un capitalismo constructivo. (pp. 11-16). Barcelona, España: Ediciones Deusto.

Refico, E., & Ogliastri, E. (2009). Empresa y sociedad en América Latina: una

introducción. Academia Revista Latinoamericana de Administración, (43), 1-25.

Porter, M., & Kramer, M. (2011). La creación de valor compartido. Harvard Business

Review, 89(1), 32-49.

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