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Dioses Rotos - Gregory K. Popcak-1
Dioses Rotos - Gregory K. Popcak-1
Popcak
Dioses rotos
Los siete anhelos
www.palabra.es
palabra@palabra.es
ISBN: 978-84-9061-558-4
Agradecimientos
Bibliografía
Bibliografía adicional
El Hijo Unigénito de Dios,
DE IMAGINAR
De Spiritu Sancto.
¿Divinidad o narcisismo?
El anhelo interior
Mt 14, 27
de la Buena Nueva».
El adicto
Quienes adoptan la postura de adictos tienden a
rendirse ciegamente a sus deseos, sean cuales sean. Si bien
el término «adicto» puede aplicarse a las adicciones de hoy
en día, West hace un uso más metafórico. El adicto suele
asumir que su entrega al sexo, la comida, el dinero, el
estatus, la estima, los extremos emocionales, las drogas, el
alcohol y demás es buena y escapa con mucho a su
capacidad de control. Muchos de nosotros adoptamos la
actitud del adicto en alguna área de nuestra vida cuando
nuestras pasiones o deseos nos consumen y nos complican
la vida de uno u otro modo.
El estoico
El místico
La soberbia
La envidia
La ira
La pereza
La lujuria
ESTE DESVIRTÚA
QUE SOLO PUEDE
PECADO
EL ANHELO SATISFACER
SOBERBIA
ABUNDANCIA
AMABILIDAD
ENVIDIA
DIGNIDAD
PACIENCIA
IRA
JUSTICIA
DILIGENCIA /
PEREZA
PAZ
FORTALEZA
AVARICIA
CONFIANZA
GENEROSIDAD /
GULA
BIENESTAR
CARIDAD
CASTIDAD
No te condeno
IMPERFECTO
La lucha y el místico
La gracia y el cerebro
¿Descartamos la culpa?
Curiosidad
Apertura
Aceptación
Amor
DE ABUNDANCIA
y la tengan en abundancia.
Jn 10, 10
¡Yo solo!
C. S. Lewis
EJERCICIO
Oración
Señor Jesucristo:
Renuncio a mi derecho a hallar mi propio
camino para seguir el tuyo. Tú me has hecho a tu
imagen y semejanza. Padre, Hijo y Espíritu Santo,
que sois diferentes y os veneráis entre vosotros:
ayudadme a seguir vuestro ejemplo en mi vida.
Ayudadme a recordar que nunca podré entenderme
a mí mismo ni encontrar la verdadera felicidad si
me mantengo alejado de vosotros y de los demás.
Ayudadme a abrir mi corazón a las necesidades
ajenas. Ayudadme a ser receptivo a los problemas
de los demás. Dadme fuerzas para compartir mis
dones con ellos. Concededme vuestra gracia para
admitir que os necesito y que solo así seré capaz de
descubrir el camino hacia la abundancia, la
perfección y la vida eterna en vosotros.
Conducidme y guiadme. Vuestro soy. Amén.
COAL: El combustible para el cambio
Curiosidad y apertura
Pregúntate:
¿Dónde he aprendido que abrirme a estar atento
y a escuchar los sentimientos y las opiniones de los
demás constituye una amenaza?
¿Quién me ha enseñado esta respuesta?
¿Qué circunstancias han impreso en mí esta
lección?
¿Deseo seguir permitiendo que esas
experiencias controlen mi vida?
No te juzgues ni te recrimines. Recibe las
respuestas con un espíritu de apertura y de gracia.
Aceptación
Amor
Practicar la humildad
Plan de acción
DE DIGNIDAD
El vínculo de la amabilidad
—Jack.
Mi amigo le tendió la mano.
—Sí, claro.
—¿Cómo le gusta?
—Dios le bendiga.
EJERCICIO
Oración
Señor Jesucristo:
Me cuesta mucho ver cómo los demás disfrutan
de lo que yo deseo tener. Te ruego, Señor, que
colmes todos los deseos de mi corazón y me ayudes
a estar abierto a tu modo de satisfacer mis anhelos
más profundos. Entretanto, ayúdame a practicar la
amabilidad. Ayúdame a arrancar de mí el dolor, la
frustración y la amargura, y a buscar activamente
cómo ser una bendición para los demás. Ayúdame a
entender que no gano ni pierdo dignidad por lo que
hago: la gano dejándome amar por ti y
compartiendo ese amor con los demás. Te lo ruego
en el nombre de Jesús. Amén.
Curiosidad y apertura
Pregúntate:
¿Dónde he aprendido que lo que valgo depende
de estar o no a la altura de los demás?
¿Quién me ha enseñado a pensar así?
¿Qué circunstancias han impreso en mí esta
lección?
¿Deseo seguir permitiendo que esas
experiencias controlen mi vida?
No te juzgues ni te recrimines. Recibe las
respuestas con un espíritu de apertura y de gracia.
Aceptación
Amor
Practicar la humildad
Plan de acción
DE JUSTICIA
La gran injusticia
La pérdida de esa armonía es la Gran Injusticia que
sigue sufriendo la humanidad. Ese dolor exacerba las
demás injusticias –grandes o pequeñas– que
experimentamos en nuestra vida terrenal. Imagínate que en
mi juventud me lesioné un hombro jugando al fútbol y
veinte años después, un día de lluvia, chocamos en el
pasillo, me das un golpe y se me escapa una mueca de
dolor. Quizá me habría resentido del golpe aunque no
hubiera habido lesión, pero esta hace aún más intenso el
dolor que experimento en ese instante. Ocurre lo mismo
con el dolor provocado por nuestras expectativas
frustradas, las ofensas grandes o pequeñas y las demás
injusticias. Cualquier dolor empeora la distancia que existe
en la relación entre la persona herida y Dios. Aunque la
mayoría no lo sepa, debajo de la superficie todos
escondemos un pozo de angustia. Basta un golpe
inesperado que nos levante la costra para sacarnos de
quicio. No es que el tráfico nos haya hecho llegar tarde a la
reunión: es que, por debajo de todo eso, la parte más
profunda de nuestra humanidad se siente desnuda sin Dios;
y la impotencia de encontrarnos total, absoluta y
aterradoramente solos nos resulta abrumadoramente
exasperante.
EJERCICIO
Oración
Señor Jesucristo:
«Bienaventurados los que tienen hambre y sed
de justicia», has dicho. Bendíceme, Señor. Dame
paciencia para poder responder dignamente a los
desaires y ofensas que sufra en esta vida. Haz que
mi esfuerzo por restaurar la justicia dé un fruto
maduro. Concédeme, Señor, la justicia que busco,
pero recuérdame que la busque siempre sin
limitarme a sanar la herida, sino sanando también
el quebrantado Cuerpo de Cristo. Te lo pido en
nombre de Jesucristo, a quien reconozco Señor de
mi anhelo divino de justicia. Amén.
COAL: El combustible para el cambio
Curiosidad y apertura
Pregúntate:
¿Dónde he aprendido que el mejor modo de
responder a las ofensas consiste en desahogar mi
ira?
¿Quién me ha enseñado a responder así?
¿Qué circunstancias han impreso en mí esta
lección?
¿Deseo seguir permitiendo que esas
experiencias controlen mi vida?
No te juzgues ni te recrimines. Recibe las
respuestas con un espíritu de apertura y de gracia.
Aceptación
Amor
Practicar la paciencia
Plan de acción
DE PAZ
Thomas Merton
Diligencia y divinización
EJERCICIO
Oración
Señor Jesucristo:
Tú eres la fuente de esa paz que escapa a
nuestra comprensión. Ayúdame, Señor, a recordar
que la verdadera paz solo se puede alcanzar
buscando el recto orden. Dame la diligencia
necesaria para sacar el máximo partido a mis dones
y perseverar pese a los obstáculos y fracasos a los
que me enfrente. Ayúdame a recordar que me has
llamado a ser tu presencia en el mundo. Ayúdame a
un compromiso más ardiente que me permita vivir
una vida más abundante en este mundo y en el
venidero. Te lo pido por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Curiosidad y apertura
Pregúntate:
¿Dónde he aprendido que el mejor modo de
«sobrevivir» es cruzarse de brazos y asentir a todo?
¿Quién me ha enseñado a responder así?
¿Qué circunstancias han impreso en mí esta
lección?
¿Deseo seguir permitiendo que esas
experiencias controlen mi vida?
No te juzgues ni te recrimines. Recibe las
respuestas con un espíritu de apertura y de gracia.
Aceptación
Piensa: «Estas son las experiencias que han
forjado mi lucha por satisfacer mi anhelo divino de
paz. Acepto mi pasado igual que acepto la llamada
de Dios a cambiar y crecer».
Amor
Practicar la paz
Plan de acción
PERSEVERAR EN TU ESFUERZO
DE CONFIANZA
Lc 12, 15
Generosidad y divinización
EJERCICIO
Oración
Señor Jesucristo:
Con tu pasión, tu muerte y tu resurrección, me
lo das todo y me permites poder participar de tu
naturaleza divina. Acepto tu don. Aduéñate cada
día más de mi corazón y haz que, como Tú, me
entregue plenamente a los demás. Que descubra
cómo entregar más de mi tiempo, de mi presencia y
de mis bienes a aquellos con quienes convivo y a
quienes trato cada día. Dame un corazón que arda
de generosidad para desterrar la ilusión de control
sobre mi vida y no confiar nada más que en ti. Tú
eres todo para mí; a tu amorosa protección confío
mi trabajo, mis relaciones, mi bienestar y mi
eternidad. Te lo pido por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
COAL: el combustible para el cambio
Curiosidad y apertura
Pregúntate:
¿Dónde he aprendido que tengo que «cuidar de
mí mismo» y que el mejor modo de hacerlo es
trabajar sin medida o acumular lo que gano?
¿Quién me ha enseñado a responder así?
¿Qué circunstancias han impreso en mí esta
lección?
¿Deseo seguir permitiendo que esas
experiencias controlen mi vida?
No te juzgues ni te recrimines. Recibe las
respuestas con un espíritu de apertura y de gracia.
Aceptación
Amor
Practicar la generosidad
Plan de acción
DE BIENESTAR
Tal vez por eso –como sucede con los demás anhelos
divinos–, una parte de nosotros recuerda la plenitud que la
humanidad experimentaba antes de la caída. En el capítulo
dedicado al anhelo divino de paz mencionaba la frase en
que san Agustín afirma que la paz es «la tranquilidad del
orden». Antes de la caída, el mundo entero se hallaba en
paz consigo mismo y con Dios, porque todo conservaba el
recto orden dispuesto por Él. No obstante, no puede haber
paz en el mundo si no la hay en nuestros corazones. ¿Quién
de nosotros es capaz de mantener un ánimo pacífico hacia
los demás cuando le duele una muela o está estresado? La
paz exterior es fruto de la paz interior.
Benedicamus Domino!
El exceso
La exquisitez
EJERCICIO
Oración
Señor Jesucristo:
Te entrego cada una de las partes de mi vida. Te
entrego mi salud, mis relaciones, mi trabajo, mi
búsqueda de significado y mi deseo de placer.
Enséñame a vivir una vida equilibrada para que
cada elección que haga te alabe y te glorifique a ti.
Enséñame a vivir la templanza en todo y a permitir
que tu gracia desarrolle en todas sus capacidades
cada parte de mí, de modo que, con ayuda de esa
gracia, algún día alcance la perfección y merezca
cumplir mi destino de participar de tu naturaleza
divina. Te lo pido en nombre de Jesucristo, Señor de
cada parte de mi vida. Amén.
Curiosidad y apertura
Pregúntate:
¿Dónde he aprendido que la comida (o el modo
de relacionarme con la comida) es mi principal
medio de satisfacción?
¿Quién me ha enseñado a responder así?
¿Qué circunstancias han impreso en mí esa
lección?
¿Deseo seguir permitiendo que esas
experiencias controlen mi vida?
No te juzgues ni te recrimines. Recibe las
respuestas con un espíritu de apertura y de gracia.
Aceptación
Practicar la templanza
Plan de acción
QUE ELIGES
DE COMUNIÓN
Jn 17, 20-21
Castidad y divinización
EJERCICIO
Oración
Señor Jesucristo:
Ayúdame a colmar mi anhelo de comunión; mi
hondo deseo de conocer al otro y de ser conocido
por él y, en último término, de conocerte
íntimamente a ti y de que Tú, Señor, me conozcas.
¡Cuántas veces estoy tentado de conformarme con
la ilusión de comunión! Enséñame el camino para
lograr un verdadero vínculo. Cuando me tiente la
lujuria, recuérdame cuál es mi verdadero anhelo y
dame coraje para buscar vínculos auténticos con
quienes me rodean. Dame la castidad que me haga
capaz de amar plenamente y de ser plenamente
amado en todos los aspectos de mi vida.
Te lo pido en nombre de Jesucristo, Señor de
cada parte de mi vida. Amén.
Curiosidad y apertura
Pregúntate:
¿Dónde he aprendido a ver en los demás un
medio para satisfacer mi deseo de placer?
¿Quién me ha enseñado a responder así?
¿Qué circunstancias han impreso en mí esa
lección?
¿Deseo seguir permitiendo que esas
experiencias controlen mi vida?
No te juzgues ni te recrimines. Recibe las
respuestas con un espíritu de apertura y de gracia.
Aceptación
Amor
Practicar la castidad
Plan de acción
un cervatillo.
Tuyo en Cristo,
Dirección URL:
http://www.patheos.com/blogs/godlessindixie/2014/
10/31/not-broken/. [Consulta: 14 noviembre 2014].
https://w2.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/speeches/2002/july/documents/hf_jp-
ii_spe_20020725_wyd-address-youth.html. [Consulta: 28
julio 2014].
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortat
ions/documents/papa-francesco_esortazione-
ap_20131124_evangelii-gaudium.html