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Una radiografía periapical forma parte de las denominadas radiografías

intraorales. Se realizan mediante la colocación de placas radiológicas de diferente


tamaño con el fin de obtener imágenes completas de uno o dos dientes y
estudiarlos en su totalidad: ápice, corona, raíz, tejido óseo y espacio periodontal.

Para realizar la radiografía periapical se pueden utilizar dos técnicas


diferentes: bisección y paralelismo, dependiendo de cómo se coloca la placa y del
ángulo de incidencia sobre ella del haz de rayos. En cualquiera de los casos es
fundamental que el paciente mantenga la musculatura de la boca muy relejada,
con el fin de evitar que se mueva la placa y sea necesario repetirla por obtenerse
una imagen borrosa.
El paciente no debe sorprenderse de que a la hora de que se le realice una
radiografía periapical el odontólogo o la enfermera le pidan que sea él quién sujete
la placa. Ello no supone en ningún caso que el paciente reciba más radiación, pero
sí protege al técnico de que su organismo acumule radiación ionizante.

¿Cómo se realiza esta técnica?


Esta técnica se realiza mediante pequeñas placas radiográficas. Éstas, se
colocan dentro de la boca y se impresionan a través de un aparato de rayos X
externo. En la actualidad, se dispone de dispositivos intraorales que presentan
sensores. Esos sensores permiten generar una imagen digital y poder aparecer
directamente en la pantalla. Este gran avance ha facilitado todo el proceso
radiológico y hace que esta técnica sea mucho más rápida y eficaz.

A veces, si es un caso de urgencia, para facilitar la realización de este


método, se emplean dispositivos que ayudan a que la radiografía resulte más
satisfactoria, como, por ejemplo, los posicionadores. Estos posicionan la
radiografía para que se distinga bien todos los tejidos.

Es fundamental la colaboración del paciente, debe mantener la musculatura


de la boca relajada, para evitar que se mueva la placa y la imagen pueda salir
borrosa. Pero no siempre que aparece algún problema bucal se realiza esta
técnica. Es necesaria cuando se debe conocer la boca en profundidad y no se
aprecia a simple vista que ocurre.

¿Cuándo se realiza?
El principal motivo por el que se desarrolla esta técnica es para poder
observar y analizar el diente en su totalidad, incluyendo tejidos y partes de la boca
que no se pueden ver con facilidad. Así, se pueden diagnosticar posibles
problemas con antelación o prevenirlos. Otras de las causas por las que se
realizan este tipo de radiografías son:

Observar afectaciones periodontales. Podemos ver si hay pérdida ósea,


bolsas periodontales y cálculo bajo las encías o entre los dientes.
Tener pautas para llevar el tratamiento periodontal una vez diagnosticado.
Verificar el proceso del tratamiento antes, durante y después.
Detectar lesiones periapicales de alrededor del diente. Por ejemplo: los
quistes periapicales.
Diagnosticar las caries dentales. De esta manera, se puede averiguar si se
encuentran en la capa superficial o si han llegado a la pulpa.
Se detecta de una manera preventiva la caries interproximal o entre los
dientes.
La radiografía periapical es una muy buen técnica radiográfica en el ámbito
bucodental y en Finedent contamos con este sistema y con las mejores y últimas
tecnologías del sector. Cuidamos de ti, de tu boca.

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