exclusivamente en el jefe. Él es quien manda y quien toma las decisiones en la empresa, asume toda la responsabilidad sin delegar funciones en sus empleados. No se tiene en cuenta ni a los trabajadores ni sus circunstancias personales. La ventaja radica en que las decisiones se toman con rapidez ya que dependen de una sola persona, el jefe, y por ello no necesitan ser consensuadas. Sus inconvenientes radican en que no se motivan a los subordinados, al no tener en cuenta sus necesidades.
2. Democrático . La autoridad está en el grupo / equipo que toman las decisiones por unanimidad. El rol del líder es definir límites, asignar funciones, programar tareas, procedimientos, pero es el equipo quien resuelve el problema. El director no asume trabajo en el día a día del grupo y sus actuaciones van encaradas a la consecución de los objetivos. Su conducta va orientada a las personas, se preocupa por las relaciones interpersonales dentro del equipo, necesidades del grupo e individuales. La ventaja es que los empleados se sienten valorados, favorece la comunicación entre ellos, los empleados enriquecen sus conocimientos con la aportación del equipo. Desventaja, se tarda más tiempo en llegar a tomar una decisión al necesitar un consenso.
3. Permisivo o liberal(laissez-faire) . Su dirección se basa en la aceptación completa del grupo, pidiendo al equipo iniciativa y cooperación. No se marcan objetivos ni metas claras. Es ineficaz ante los conflictos, los evita. Los empleados actúan con toda libertad dentro de los límites señalados por el director, el cual es un elemento más dentro del grupo. Es el más peligroso de los estilos por ineficaz y por llevar al caos a la empresa en muchas ocasiones al no estar dotado de una mínima organización y autoridad.
4. Paternalista. Entre el autocrático y el permisivo. La autoridad la ostenta el director, quien establece con sus empleados unas relaciones paternas (su autoridad son sus habilidades). El jefe consulta con sus empleados y después resuelve el problema conforme a lo que crea más conveniente, sin preocupaciones de si los empleados están o no de acuerdo. El es quién toma las decisiones y quién ostenta la máxima autoridad.
A pesar de todo, no existe un estilo ideal para todas las empresas y un mismo líder deberá adaptar alguno de estos estilos en diferentes circunstancias: autocrático para decisiones rápidas, consultivo para casos de verdadera importancia, democrático en determinadas reuniones. Los mejores líderes son aquellos que son flexibles, siendo todo terreno, se van adaptando mejor al conjunto de la empresa.