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La fase monopolista del capitalismo -el imperialismo- tiene por origen el régimen de

producción capitalista. El imperialismo no constituye un sistema económico-social nuevo, sino


la fase más alta -la última- del capitalismo..
Basándose en las obras de Marx y Engels, amplió la doctrina económica marxista aplicada a
las nuevas condiciones reinantes a comienzos del siglo XX. El programa militar de la
revolución proletaria, El socialismo y la guerra y algunos otros, correspondientes al periodo de
la primera guerra mundial. Lenin sintetizó y sometió a un análisis marxista una inmensa
cantidad de hechos y datos que caracterizaban la nueva fase, la fase superior, del desarrollo
del capitalismo, reveló la esencia económica del imperialismo, mostró los efectos de la ley
económica fundamental del capitalismo en las circunstancias del imperialismo, definió el lugar
histórico del aquél, sometió a una crítica contundente las «teorías» burguesas oportunistas
sobre el imperialismo, amplió la teoría de la revolución socialista y colocó los cimientos de la
teoría de la crisis general del capitalismo.

La definición leninista completa de la esencia económica del imperialismo contiene


cinco rasgos principales

Comenzó la producción industrial de energía eléctrica y se alcanzaron progresos


considerables en los transportes y las comunicaciones. Todo ello dio lugar a un rápido
incremento de la producción industrial, cuyo volumen se triplicó durante el último tercio del
siglo XIX, al aumento de la composición orgánica del capital en las ramas industriales básicas
y a modificaciones en la estructura de esto ramas.

Surgen los monopolios como resultado natural de la concentración de la producción y del


capital, que se desarrolla aceleradamente sobre la base de la libre competencia. Fue Marx
quien descubrió la ley de la concentración y centralización del capital. demostrando cómo la
libre competencia de la época del capitalismo Industrial conducía al desplazamiento de las
pequeñas empresas por las grandes, fenómeno que originaba la concentración de la
producción en empresas cada vez mayores. Número de grandes empresas dentro del total de
empresas del país.

La concentración de la producción está íntimamente vinculada a la concentración y


centralización del capital. Concentración -o acumulación- del capital significa aumento de la
magnitud de un capital individual mediante la incorporación a él de una parte de la plusvalía
obtenida en una empresa dada. En realidad, la concentración y la centralización del capital no
representan fenómenos separados de la economía capitalista, sino un proceso dialéctico
único. Sin la concentración del capital no es posible su centralización, y, a la vez, la
centralización del capital se convierte en poderoso elemento de la acumulación, puesto
que, por constituir un procesoincomparablemente más rápido, va acompañada de un aumento
acelerado de la masa y de la cuota de plusvalía. Los principales caminos que sigue la
centralización del capital son la competencia, el crédito y la fundación de sociedades
anónimas. Bajo el imperialismo desempeñan un importante papel en la centralización
acelerada del capital las crisis y las guerras, a como el desarrollo del capitalismo monopolista
de Estado.
Analizando el proceso de concentración de la producción, Lenin prestó especial interés a la
llamada «combinación», forma peculiar de la concentración. La combinación representa la
unión en la misma empresa de diversas ramas industriales que se complementan
mutuamente, y a veces la unión de todo el proceso de producción en su conjunto, desde la
obtención de las materias primas hasta la terminación del producto. En tales empresas, la
producción de un taller sirve de materia prima o de materia semifabricada para otro taller. La
combinación disminuye los gastos de producción y de venta de las mercancías, abre el
camino a los adelantos técnicos, permite aprovechar los residuos, etc., todo lo cual contribuye
a elevar la cuota de ganancia en las empresas combinadas y fortalece las posiciones de éstas
en la competencia.

Adquieren gran difusión las factorias energometalúrgicas y energoquímicas, y se constituyen


empresas combinadas en una serie de ramas de la industria ligera.

En su libro El imperialismo, fase superior del capitalismo, Lenin descubre la razón de que la


competencia se convierta en monopolio y demuestra lo objetivo de su nacimiento. «La
concentración, al llegar a un cierto grado de desarrollo, conduce por sí misma, pudiéramos
decir, hasta las propias puertas del monopolio. Por consiguiente, si antes había cientos e
incluso miles de pequeñas empresas en tal o cual rama, la concentración de la producción
hace que ahora queden, en algunas ramas, un pequeño número de grandes empresas que
detentan la aplastante masa de la producción. » Ello facilita la posibilidad de una componenda
entre ellas, la fundación de las alianzas monopolistas de los capitalistas.

Actualmente, en los países capitalistas, los monopolios predominan tanto en la esfera de la


producción material como en la esfera no material, es decir, en toda la economía de esos
países.

El ex dirigente de la Unión Soviética, Nikita Jrushov afirmó

En las principales ramas de la industria de los Estados Unidos de América, cinco o seis de las
más grandes asociaciones monopolistas llevan el timón.

En la siderurgia norteamericana, los mayores monopolios son la United

Corporation, con un total de 150,100 obreros. En la industria petrolera de los Estados Unidos


imperan sels corporaciones, la mayor de las cuales es la Standard Oil Company , que empela
en sus empresas a 155,500 obreros. El control de la industria química pertenece a Du Pont de
Nemours .

El consorcio Unilever predomina en la industria británica del jabón y de la margarina.

Vickers desempeñan un relevante papel en la producción de armamentos de

Las formas principales de las alianzas monopolistas son los carteles, los sindicatos, los trusts
y los consorcios. El cartel es una asociación capitalista basada en un acuerdo sobre
distribución de mercados, precios únicos, reparto de materias primas, condiciones de
contratación de mano de obra, unidad de cálculo de ganancias, limitación de la producción y
establecimiento de una cuota, para cada uno de los integrantes del cartel, en la producción y
la venta. Los llamados acuerdos sobre patentes constituyen una importante variedad de los
carteles. Es peculiaridad característica de todos los carteles, sea cual fuere su perfil, la
conservación de la autonomía productiva, comercial y juridica de todos sus componentes.

También esta forma de monopolio es, al igual que el cartel, característica de Alemania, pero


en la Rusia zarista llegó a alcanzar gran difusión. Una forma superior del monopolio con
respecto al sindicato es el trust. Esta forma de monopolio existe en todos los países, pero ha
alcanzado su mayor extensión en los Estados Unidos de América, país al que se ha dado el
nombre de «patria de los trusts», a causa de su desarrollo peculiar. En tales condiciones, la
forma más eficaz de monopolio resultó ser el trust.

En 1879 se fundó la Estándar Oil, primer trust petrolero del mundo.


States Steel Corporation. Bethlehem Steel Corporation y el trust de la industria química Du
Pont de Nemours.
Dentro de las alianzas monopolistas, los consorcios forman un grupo especial.

Por primera vez, esta forma de agrupación monopolista apareció en el

Japón. Durante el período comprendido entre las dos guerras mundiales, y especialmente


después de la segunda, s observa un rápido incremento de los consorcios en la mayoría de
los países capitalistas.

Sea cual fuere la forma que adopte una asociación monopolista, su propósito es siempre uno:
obtener ganancias de monopolio. Cuando Lenin definió el imperialismo como una fase
especial de la evolución del capitalismo se basó, ante todo, en sus rasgos económicos. El tipo
de relaciones de producción sigue siendo el mismo, el capitalista privado, y, por tanto, las
leyes económicas específicas del capitalismo se mantienen en vigor, funcionando en todas las
etapas de este régimen social.

Otra de las fuentes que reportan a los monopolistas un aumento de sus ingresos es la
redistribución de la plusvalía producida en escala nacional, a favor de los magnates del capital
y en detrimento de los capitalistas de las ramas y empresas no monopolizadas, el nivel de
cuyas ganancias desciende. Esta redistribución se lleva a cabo mediante los precios de
monopolio y también merced a la ayuda del presupuesto nacional. Sin lugar a dudas, la mayor
parte de las ganancias obtenidas por los monopolistas se compone de la plusvalía creada por
los obreros en las empresas de los monopolios, y la parte menor proviene de la redistribución
de la plusvalia entre los propios capitalistas.
Una importante fuente de ganancia de tipo monopolista es también el trabajo excedente y
parte del trabajo necesario de los pequeños productores -campesinos y artesanos del
país, ganancia que se obtiene poniendo en juego el mecanismo del intercambio no
equivalencia con ayuda de los precios de monopolio, del crédito hipotecario y de los
impuestos. Uno de los medios fundamentales de obtención de ganancias extraordinarias son
los precios de monopolio. También desempeña un importante papel en este sentido la
utilización del mecanismo del Estado burgués para enriquecer a los
monopolistas, particularmente al militarizar la economía o al ponerla en pie de guerra durante
los períodos de contiendas imperialistas.

¿En qué consiste la peculiaridad de la formación de los precios bajo el imperialismo?

La ganancia monopolista, como parte del precio de monopolio, se realiza a través de éste. El


monopolio,que abarca una parte considerable de la producción de una mercancía
determinada, consigue establecer elevadisimos precios monopolistas limitando artificialmente
la fabricación de dicho artículo, o manteniéndolo en los depósitos e incluso, en algunos
casos, destruyendo parte de la mercancía. de otra, para apoderarse de mercados
exteriores, venden en ellos mercancías of precios irrisorios. Junta a los precios elevadísimos
imperantes en las ramas de producción monopolizadas, es frecuente que las mercancías
producidas en las ramas no monopolizadas se vendan por debajo de los precios de
producción.

¿Es que los conceptos de la ley del valor son rebatidos por la aparición del precio de
monopolio?

Lo que ganan los grandes monopolios lo pierden los trabajadores, la clase obrera y los
pequeños productores de las metrópolis, de las colonias y los países dependientes, y también
aquella parte de la burguesía que no forma parte de los monopolios. La dominación de los
monopolios bajo el imperialismo y su papel preponderante en la vida económica de un país no
significan en modo alguno que toda la economía se encuentre en sus manos.

Es decir, que bajo el imperialismo subsiste la libre competencia, propia de la época


precedente. Así, pues, los monopolios de la época imperialista no acaban con la competencia,
y en este período subsisten las formas esenciales de la competencia de la época del
capitalismo industrial, la competencia entre ramas diversas y en el interior de cada rama, pero
el contenida de las mismas cambia de manera radical. La competencia dentro de cada rama,
en la época del imperialismo, se manifiesta, ante todo, como una lucha dentro de los
monopolios, entre sus componentes, por obtener una mayor parte en la producción, la venta y
las ganancias, como una pugna por las partes que permiten monopolizar el progreso técnico y
convertir los plusvalía excedente en un fenómeno más o menos constante, por apoderarse de
los puestos directivos y del control de los monopolios Bajo el imperialismo, en cada rama de la
producción social existen, a la vez que los monopolios, capitales no monopolizados.
La competencia de los capitalistas libres merma las ganancias de los monopolios, suscitando
en ellos el afán de ahogar a sus competidores sea como sea. Esto acontece cuando los
capitales libres son suficientemente grondes o cuando en la rama en cuestión hay varios
outsiders que pueden unificarse y fundar otro monopolio con vistas a la
competencia. Aluminium Company of America .

Habitualmente, tres o cuatro grandes monopolios comparten el dominio de una u otra rama de


la economía nacional. La relación de fuerzas entre ellas fluctúa según los resultados de la
competencia.

El aumento de la anarquía de la producción y la agudización del problema del mercado incita


a los monopolios a diversificar los productos elaborados, a irrumpir en otras ramas de la
industria. Junto con la compañía Curtolds, controla la firma filial British Nylon Spinners, que
monopoliza la producción de nylon.
En los últimos años se ha desarrollado mucho la producción de isótopos
radiactivos, empleados en la medicina, en la industria y en la agricultura.

Por último, uno de los más importantes aspectos de la competencia entre diversas ramas es la
lucha de los monopolios del segundo sector por la venta de las mercancías, por apoderarse
de la mayor parte del presupuesto del consumidor. Junto a los procedimientos puramente
económicos de lucha contra el rival , los monopolios recurren a la propagación de falsos
rumores acerca de los competidores al soborno e incluso a la violencia directa, al empleo de la
dinamita contra los rivales. A causa de todo ello, la competencia bajo el imperialismo se
convierte en un arma que los monopolistas utilizan para aplastar a todo aquel que no se
somete a su yugo y a su arbitrariedad.

Conduce a la más multilateral socialización de la producción. Crece la anarquía de la


producción. La desigualdad del proceso de monopolización acentúa la desproporción
existente dentro de la producción social, aproxima las crisis económicas de superproducción y
les da un carácter todavía más destructivo.

EL CAPITAL FINANCIERO Y LA OLIGARQUÍA FINANCIERA.


El proceso de concentración del capital y de la producción en la industria lleva aparejada
inevitablemente la concentración de la banca. Por otra parte, con el aumento de la producción
crecen los recursos de las empresas capitalistas, que sólo pueden ser depositados en bancos
de primer orden, ya que los capitalistas tienden a garantizar a su dinero la mayor seguridad y
el mejor empleo.
Se crean asociaciones bancarias monopolistas, basadas en el mutuo acuerdo: los consorcios
o sindicatos bancarios, que conciertan la realización de importantes operaciones financieras y
la colaboración entre ellos. Antes de la primera guerra mundial, nueve grandes bancos
berlineses disponían de cerca del 83 por 100 de todo e capital bancario de Alemania.

La concentración de la banca y la fundación de monopolios constituidos por bancos traen


consigo una modificación de su papel en la economía de los países capitalistas. Al convertirse
los bancos en grandes monopolios, que concentran sumas fabulosas de dinero, establecen
relaciones totalmente distintas con la industria, asumiendo un nuevo papel en la vida
económica de la sociedad capitalista. Las empresas y los bancos modernos están
organizados principalmente como sociedades anónimas, las cuales se constituyen muy a
menudo con intervención de los bancos. Con su dinero disponible, los bancos adquieren
acciones de las compañías industriales, lo cual les facilita el acceso a los consejos de
administración y a los organismos directivos de las sociedades anónimas.

El entrelazamiento del capital bancario con el industrial se manifiesta, igualmente, en la


unificación de la gerencia de los bancos y de los monopolios industriales. Como resultado de
ello se crea una nueva forma de capital, el capital financiero, representado por los recursos
unidos de los monopolios bancarios e industriales. El capital financiero puede formarse, bien
mediante el sometimiento del capital industrial al bancario, bien mediante la penetración del
primero en el segundo.

La política interior y exterior de los países burgueses viene determinada por los intereses
particulares de los grandes monopolios.

fundada en 1895, cuyo estatuto estipula la realización por intermedio del gobierno de un


programa de agresión exterior, de expansión del comercio y del crédito exteriores de los
Estados Unidos, de defensa de los intereses de los monopolios en su lucha contra el
movimiento obrero y de. propaganda acorde con los intereses de los monopolios. En sus
reuniones privadas, este Comité confecciona directrices para el gobierno en lo concerniente a
la política interior y exterior de los Estados Unidos. En ella se enunciaba el programa de
política exterior a aplicar por el gobierno estadounidense, programa que reflejaba las
intenciones agresivas de los monopolios americanos.

En el actual mundo capitalista, es en los Estados Unidos donde la omnipotencia y el yugo de


la oligarquía financiera han adquirido mayor envergadura. La oligarquía financiera representa
el 1 por 100 de la población del pais y posee el 60 por 100 de todas sus riquezas.

Continental Oil y cientos de empresas más pequeñas.


El grupo Rockefeller domina la industria petrolera no sólo en los Estados Unidos, sino en todo
el mundo capitalista.
Rockefeller.

Manhattan- y una serie de gigantescos monopolios petroleros: la Estándar Oil of

New Jersey, la Estándar Oil of California, la Standani Oil of Indiana y muchas otras.

El grupo está encabezado por el Mellon National Bank and Trust Company. Los grupos de
Cleveland y de Chicago han sometido a su control numerosas empresas
industriales, bancarias y de transportes. En los últimos tiempos, el grupo Gianini se ha
incorporado a las principales asociaciones financieras. Se apoya en el Bank of America y
controla empresas industriales, financieras y de servicios públicos de California.

Lenin señalaba que uno de los instrumentos principales para garantizar el imperio de un grupo
insignificante de oligarcas sobre una masa de capitales ajenos era el llamado «sistema de
participación», basado en el manejo de las acciones para la gradual supeditación de unas
compañías a otras. Hay una sociedad anónima matriz , cuyo paquete de control se encuentra
en manos de un magnate financiero o de un grupo de magnates. El grupo Rockefeller controla
activos que superan en 17 veces los bienes de la familia.

En las publicaciones americanas se encuentra a menudo el término «ordeño» de la compañía


filial. La Compañía de Gas y Electricidad de los Estados Unidos, por ejemplo, emitió acciones
preferentes de un dólar con derecho a un voto y acciones ordinarias de SO dólares, también
con un voto. Someter a su dominación una compañía con un capital superior a los mil
millones. En el trust de la General Electric, controlado por el grupo Morgan, el banco de este
nombre sólo posee el 1,03 por 100 de las acciones ordinarias.

La forma económica del domino del capital financiero es el sistema de posesión de la minoria
de las acciones, sistema consistente en que los accionistas más poderosos recaban de los
más modestos el derecho a representarlos en las votaciones, y así se apoderan del control de
las sociedades anónimas. Valiéndose del sistema multirepresentativo, los principales grupos
financieros pueden lograr en numerosos casos el control de las compañías incluso sin invertir
en ellas capital alguno. El capital financiero conoce también el sistema de posesión
predominante de las acciones. La creación del capital financiero represento un nuevo
desarrollo del capitalismo monopolista.

Es propio del capitalismo establecer una separación entre la propiedad del capital y su
aplicación a la producción, entre el capital-dinero y el capital productivo. Bajo el
imperialismo, el dominio del capital financiero ahonda y amplía la separación entre el capital-
dinero y el capital productivo. La socialización de la producción, junto con el monstruoso yugo
del capital y la ilimitada prepotencia de un puñado de magnates de las finanzas, que se
apoderan del fruto del gigantesco progreso de las fuerzas productivas, constituye una de las
peculiaridades esenciales del imperialismo.

Valiéndose del sistema multirepresentativo, los principales grupos financieros pueden lograr


en numerosos casos el control de las compañías incluso sin invertir en ellas capital
alguno. Existe también el sistema de comités representativos, que llevan a las votaciones la
representación de la mayoría de los accionistas de una sociedad y que, por este
procedimiento, imperan en ella. Perlo, en su libro El imperio de los magnates
financieros, indica que funcionan en los Estados Unidos ocho grandes bancos que dirigen las
propiedades por el sistema representativo. El capital financiero conoce también el sistema de
posesión predominante de las acciones.

Las formas de dominación de la oligarquía financiera no se limitan al sistema de participación


o de manejo de capitales ajenos.

Un importante manantial de beneficios para la oligarquia financiera es el presupuesto


público, con cargo al cual se otorgan enormes préstamos y subsidios a los grandes
monopolistas y se abona a los monopolios el importe de ventajosos pedidos del Estado. La
creación del capital financiero represento un nuevo desarrollo del capitalismo
monopolista. Bajo el imperialismo, el dominio del capital financiero ahonda y amplía la
separación entre el capital-dinero y el capital productivo.
LA EXPORTACIÓN DE CAPITAL.

Lo característico del viejo capitalismo, en el que predomina la libre competencia, era la


exportación de mercancías.

Lo característico del capitalismo nuevo, en el que predominan los monopolios, es la


exportación del capital.

La exportación del capital constituye uno de los pialares económicos del imperialismo, un
instrumento para el reparto del mundo entre las alianzas monopolistas, el medio principal de la
expansión imperialista y de la transformación del capitalismo en "un sistema universal de
opresión colonial y de estrangulamiento financiero de la inmensa mayoría de la población de
la tierra por un puñado de países adelantados."0

Fue Marx quien mostró la lógica de la exportación de capitales, señalándola como una
consecuencia de las condiciones internas del desarrollo del régimen de producción capitalista.

El dominio de los monopolios es la causa principal de la creación de un «capital excedente»


bajo el imperialismo. Marx en su tiempo, la relatividad de este exceso de capital bajo el
imperialismo. Pero el capitalismo no seria capitalismo si emplease estos recursos para tales
fines. «Mientras el capitalismo sea capitalismo -indica Lenin-, el exceso de capital no se
destinará a elevar el nivel de vida de las masas de un país dado ya que esto acarrearía una
disminución del lucro de los capitalistas, sino a incrementar las ganancias mediante la
exportación de capital al extranjero, a los países atrasados. »

Por consiguiente, la necesidad de exportar capitales obedece a que en unos pocos países el
capitalismo está «demasiado maduro» y al capital le falta espacio para su aplicación
«lucrativa».

Después de la segunda guerra mundial se formó en Estados Unidos de

Los monopolistas americanos, en su carrera en pos de las ganancias, incrementaron


aceleradamente la exportación de capital. En su obra El imperialismo, fase superior del
capitalismo, Lenin no sólo examinó las circunstancias y los hechos que hacen de la
exportación de capitales una necesidad objetiva para el imperialismo, sino que demostró que
a partir de la transición del capitalismo a su fase monopolista se incrementaron
inconmensurablemente las posibilidades de exportar capital. La exportación de capitales se ha
convertido en un pilar de la vida económica del mundo capitalista contemporáneo.
La exportación de capitales y de mercancías se entrelazan intimamente bajo el
imperialismo, pero es la exportación de capitales la que desempeña el papel determinante.

EL REPARTO ECONÓMICO DEL MUNDO ENTRE LAS ALIANZAS DE

Entáblase una lucha de los monopolios de diversos países por los mercados del interior. En
tales condiciones surge la tendencia al reparto económico del mundo, a la conclusión de
acuerdos internacionales que consoliden su predominio monopolista. Lenin consideraba la
formación de monopolios internacionales como un grado nuevo, más alto, de concentración de
la producción. Las primeras asociaciones monopolistas internacionales comienzan a formarse
en los años del sesenta al ochenta del siglo XIX, en las ramas industriales muy concentradas.

La enconada competencia de los dos gigantes del petróleo, la Standard Oil, de Rockefeller, y
el consorcio anglo-holandés Royas Dutch-Shell, dio como resultado el reparto del mercado
mundial del petróleo entre ambos monopolios. Lenin señaló, asimismo, entre los primeros
monopolios de tipo internacional, las alianzas del transporte marítimo, el cartel ferroviario, el
sindicato del cine y la asociación de fabricantes de explosivos. Hacia el comienzo de la
primera guerra mundial, el número de carteles internacionales se elevaba a 114 contra 40 que
existían en 1897.

PRINCIPIALES POTENCIAS CAPITALISTAS Y LUCHA POR UN NUEVO

El siglo XIX es el de las más grandes conquistas coloniales de la historia. El afán de ganar
colonias se acentúa particularmente entre los capitalistas en el último cuarto del siglo XIX. En
la década del ochenta del siglo XIX, Alemania ocupó colonias en el África occidental y
sudoriental y en las islas del Océano Pacifico. En los últimos quince años del mismo siglo se
apoderó de territorios equivalentes a un millón de millas cuadradas en los que habitaban
14,700,000 personas.

A poco que se estudie la historia de la política colonizadora de los Estados

Unidos de América quedará al descubierto el mito de su anticolonialismo, creado por la


historiografía burguesa. Estados Unidos de América por ocupar las islas Filipinas. So pretexto
de «ayudar» a otros países capitalistas, los Estados Unidos de América los sometieron
económica, política y militarmente. Los Estados Unidos de América actúan hoy como
gendarme colonial del mundo entero.

¿Cuál es la fuente de la supe ganancia colonial?

Uno de los más abundantes manantiales que enriquecen a los monopolios en las colonias y
en los países dependientes es la despiadada explotación de los obreros.
Los ingresos obtenidos por Bélgica en 1955 exportando del Congo materias primas
estratégicas alcanzaron a más de la mitad de todas las ganancias de los capitalistas belgas en
el interior del país. La cuota de plusvalía, que refleja el grado de explotación de los obreros
por los capitalistas, es sumamente alta en las colonias y países dependientes.

LUGAR HISTÓRICO DEL IMPERIALISMO

Un detenido estudio de los nuevos fenómenos económicos y políticos de la vida de la


sociedad burguesa a comienzos del siglo XX llevó a Lenin a la conclusión de que el
imperialismo no constituía un régimen social distinto del capitalismo. de rasgos
cualitativamente nuevos, originados por el incremento de las fuerzas productivas y por la
ulterior socialización de la producción, hace que el imperialismo asuma el carácter de una
etapa especifica, peculiar del desarrollo de la sociedad capitalista, en la que «algunas
propiedades fundamentales del capitalismo han comenzado a convertirse en su antítesis, y en
toda la línea se han formado y manifestado los rasgos de la época de transición del
capitalismo a un régimen económico social más alto». En líneas generales, el lugar histórico
del capitalismo, como sistema social-económico único, había sido ya definido por Carlos Marx
en El Capital.
Lenin desarrolló y puntualizó este vaticinio científico de Marx sobre la tendencia esencial de la
evolución del capitalismo, adaptándolo a las nuevas circunstancias históricas.

EL IMPERIALISMO, CAPITALISMO MONOPOLISTA.
El rasgo más distintivo, la esencia misma del imperialismo, se encierra en la transformación de
la libre competencia en su antitesis, el monopolio, y en la implantación del dominio de los
monopolios en toda la vida económica y política de la sociedad burguesa. El dominio
omnimodo de los monopolios agrava extraordinariamente las contradicciones internas y
externas del régimen de producción capitalista, y la agudización de las mismas constituye, a
su vez, el resorte interno que convierte al imperialismo en una época transitoria de la plena
libertad de competencia a la socialización completa, es decir, al socialismo.
Actualmente, en los Estados Unidos de América, la producción de las principales ramas de la
industria, en un volumen que va desde el 60 hasta el 100 por 100, es controlada por un
número insignificante de monopolios.

El Estado burgués, para salvaguardar los mismos intereses, aplica determinados métodos de


regulación y control de la economía. Los pedidos del Estado aseguran a los monopolios un
vasto y lucrativo mercado.

EL IMPERIALISMO, PUTREFACCIÓN. El imperialismo es un capitalismo en tal estado


que, después de cumplida su misión progresiva, ha entrado en una decadencia general y se
desarrolla en línea descendente. La decadencia y el carácter regresivo del imperialismo se
manifiestan en la tendencia al aumento de la inestabilidad y la putrefacción de la economía
capitalista, tendencia implícita en la propia esencia del capitalismo caduco, en el propio
monopolio. La putrefacción del imperialismo se revela en las formas más distintas.

En la época del imperialismo, este motivo impulsor del progreso técnico queda eliminado en
cierto modo, puesto que los monopolios perciben enormes superganancias principalmente
mediante la implantación de precios de monopolio y no mediante la rebaja de los costos de
producción a base de perfeccionamiento técnicos.

No sólo en la esfera económica se da a conocer la putrefacción del capitalismo monopolistas;


manifiéstase también en el terreno de la supraestructura ideológica y política.
Tal soborno es posible económicamente gracias a las altas ganancias de los
monopolistas. Con la ayuda activa de la burguesía, la aristocracia obrera se apodera de los
puestos dirigentes en una serie de sindicatos y constituye la élite traidora de los partidos
socialdemócratas.
EL IMPERIALISMO, CAPITALISMO MORIBUNDO.
La anterior caracteristica del imperialismo como capitalismo monopolista, parasitario o en
putrefacción. y el análisis de su esencia económica y política nos llevan a la conclusión de que
el imperialismo es el capitalismo moribundo. Pero esto no significa que el capitalismo, por
mucho que haya madurado para ello, puede morir automáticamente, sin una intervención de
las masas humanas, quel puede «transformarse», en una sociedad justa por vía evolutiva.
la mayor carestía de la vida derivada del incremento de los monopolios capitalistas, el yugo de
los sindicatos monopolistas sobre la clase obrera, la esclavización de la misma por el Estado
imperialista, la gigantesca dificultad de la lucha económica y política del proletariado y los
horrores, las calamidades y la ruina que engendra la guerra imperialista, todo ello ha hecho
inevitable la bancarrota del capitalismo y el paso a un tipo superior de economía social.

Pese a esta necesidad económica, el capitalismo continúa existiendo en numerosos países, y


la exigencia de la ley de la concordancia entre las relaciones de producción y el carácter de
las fuerzas productivas sigue sin cumplirse en dichos países por la resistencia que oponen las
fuerzas reaccionarias de la sociedad capitalista. Los monopolios, provocando un
extraordinario aumento de la carestia de la vida, de los impuestos y del paro, y elevando la
explotación de la clase obrera mediante la «racionalización» capitalista del trabajo y la colosal
intensificación del mismo, plantean prácticamente ante los obreros la tarea de
emancipares, de una vez y para siempre, de todas las formas de sojuzgamiento y de
explotación del hombre por el hombre. En las circunstancias de hoy día, la lucha de clases es
cada vez más activa y tenaz. Esta lucha, con sus múltiples y variadas formas, representa la
esencia, la base del desarrollo social del mundo capitalista.

Los economistas burgueses y los líderes reformistas de la socialdemocracia pretenden


refutar, declarar anticuado el materialismo histórico cuando afirma la inevitable agudización de
las contradicciones y de la lucha de clases a medida que el capitalismo progresa. Afirman, sin
base alguna, que la sociedad capitalista se ha modificado radicalmente y que la lucha de
clases ha sido reemplazada por «la paz y la armonia de clases», por «la colaboración entre
las clases».

La forma suprema de la lucha de clases en escala internacional tiene lugar tanto en la esfera
de la economía, de la ciencia y de la técnica como en la de la política y la ideología. Otra
expresión del crecimiento de la lucha de clases en la palestra internacional es el movimiento
nacional de liberación, enorme por sus proporciones, ya que, bajo el dominio de los
monopolios, cualquier movimiento emancipador de los pueblos oprimidos está objetivamente
dirigido contra el imperialismo. Unidos de América, donde, según ellos, los obreros no
intervienen en la «guerra de clases». Pese a la rígida legislación antiobrera en vigor, el
gobierno americano no consigue evitar la propagación del movimiento huelguístico y de otras
formas de lucha de clases.

llegando casi a triplicarse la pérdida de días hombre a causa de las huelgas. Estados


Unidos, a Inglaterra, Francia, el Japón, la República Federal Alemana, los países de América
Latina, etc. .

Muchos países capitalistas jamás conocieron paros tan importantes como los que tuvieron
lugar en los últimos años. Y lo importante no es sólo el aumento cuantitativo de las
huelgas, sino el cambio del propio carácter de las reivindicaciones presentadas por los
trabajadores. Quiere decirse que la lucha económica de los trabajadores va ahora más
estrechamente vinculada a la lucha política. Es un rasgo caracteristico de las luchas de clases
de los últimos años la creciente participación de las masas populares y la vigorosa unidad de
la clase obrera con los restantes destacamentos de trabajadores.

El segundo grupo importantísimo de contradicciones del período de la dominación del capital


financiero lo componen los antagonismos entre las potencias imperialistas y los pueblos de las
colonias y países dependientes. La inclusión violenta de los países económicamente
atrasados en el sistema capitalista mundial a causa del reparto económico y territorial del
mundo entre las «grandes» potencias ha convertido a aquellos países en objeto de una
explotación implacable.

La lucha de liberación de los pueblos oprimidos debilita las posiciones del capitalismo
mundial, convirtiendo los países coloniales de reserva del imperialismo en aliados de la
revolución social. En las circunstancias de hoy día, las contradicciones entre las metrópolis y
las colonias han asumido un carácter cualitativamente nuevo, que se expresa en el
hundimiento del sistema colonial del imperialismo, cuya caída es tan rápida
que, virtualmente, el sistema político del colonialismo casi ha dejado de existir.

La política exterior de neutralidad y de no participación de los nuevos países independientes


en bloques militares, su afán de conseguir cuanto antes la independencia económica -
mediante la nacionalización de las propiedades extranjeras, la adopción de diversas medidas
restrictivas respecto de las inversiones de capital extranjero, la reforma agraria, la
industrialización, el incremento del sector público dentro de la economía y la ampliación de los
vínculos económicos, políticos y culturales con paises anti-imperialistas todo ello va
objetivamente dirigido contra el capitalismo en su fase superior y mina el poderío de éste. Las
potencias imperialistas, en sus intentos de resolver estas contradicciones e imponer a los
países recién liberados el viejo orden colonial, apelan a todos los medios, incluso a las
armas. el imperialismo en capitalismo moribundo es el de las contradicciones entre diversos
grupos financieros y las potencias imperialistas que actúan a sus espaldas.

Los monopolios americanos mantienen una ofensiva cerrada contra las posiciones
económicas y estratégicas fundamentales de la Gran Bretaña, tratando de situarse en las vias
de comunicación del imperio, de suprimir el sistema de preferencias aduaneras y de asolar la
zona de la libra esterlina. El capital estadounidense ha desplazado considerablemente a los
monopolios británicos en el Cercano y Medio Oriente, en África, en varios países del Imperio
británico e incluso en el propio mercado interior de Inglaterra. Aprovechándose de la
denominada «ayuda» y de los créditos, los monopolios americanos atacan las posiciones del
imperialismo francés en numerosos puntos.

El rápido restablecimiento de los rivales alemán y japonés constituye también un factor que
agrava las contradicciones imperialistas.

Mercado Común, constituido por seis países bajo la égida de la República

La indole imperialista de las tales agrupaciones -verdaderos monopolios internacionales hace


inevitable tanto la lucha encarnizada en el seno de las mismas como la discriminación contra
los restantes países capitalistas que no forman parte de ellas. Por tanto, la agravación de las
contradicciones fundamentales del capitalismo monopolista convierte al imperialismo en
capitalismo moribundo.

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