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Universidad de La Salle

Ciencia Unisalle

Maestría en Agrociencias Facultad de Ciencias Agropecuarias

Summer 4-15-2021

Evaluación del impacto de los residuos de cosecha de maíz (Zea


mays) en la capacidad de intercambio catiónico de suelos
Entisoles en Yopal Casanare.
Ricardo Bueno Buelvas
Universidad de La Salle, Bogotá, rbueno06@unisalle.edu.co

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Bueno Buelvas, R. (2021). Evaluación del impacto de los residuos de cosecha de maíz (Zea mays) en la
capacidad de intercambio catiónico de suelos Entisoles en Yopal Casanare.. Retrieved from
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I

Universidad de La Salle

Facultad de Ciencias Agropecuarias

Maestría en Agrociencias

Evaluación del impacto de los residuos de cosecha de maíz (Zea mays) en la capacidad de

intercambio catiónico de suelos Entisoles en Yopal Casanare.

Ricardo Bueno Buelvas I.A.

Código MA171209

Trabajo de grado como requisito para optar el título de:

Magíster en Agrociencias

Bogotá, Colombia

2021.
III

Universidad de La Salle

Facultad de Ciencias Agropecuarias

Maestría en Agrociencias

Evaluación del Impacto de los Residuos de Cosecha de Maíz (Zea mays) en la Capacidad de

Intercambio Catiónico de Suelos Entisoles en Yopal Casanare.

Preparado por

Ricardo Bueno Buelvas I.A.

Código MA171209

Director

Dr. John Cristhian Fernández Lizarazo, Biol. Lic. M.Sc. PhD.

Bogotá, Colombia

2021
III

APROBACIÓN

DIRECTOR
________________________________
John Christian Fernández Biol. Lic. M.Sc. Ph.D.

JURADO
________________________________
Dolly Rodriguez Robayo. IA. M.Sc.

JURADO
________________________________
Santiago Sáenz Torres. IA. M.Sc. PhD.
III

Directivas de la Universidad de la Salle

Rector. Hno. Niky Alexánder Murcia Suárez

Vicerrector académico Hno. Cristhian James Diaz Meza

Vicerrector de investigación y transferencia Dra. Leonor Botero Arboleda

Vicerrector de promoción y desarrollo humano Hno. Diego Andrés Mora Arenas

Vicerrector administrativo Dra. Adriana Patricia López V.

Decano de facultad de Ciencias Agropecuarias Dr. Juan David Corrales Alvarez

Directora de Maestría en Agrociencias Dra. Liliana Chacón Jaramillo


III

Compromiso

Los trabajos de grado no contienen ideas que sean contrarias a la doctrina católica en asuntos de dogma y

moral.

Ni la Universidad, ni el director, ni el jurado calificador son responsables de las ideas expuestas por el

graduando.
III

Agradecimientos

Agradezco primero a Dios por permitirme sacar adelante este proyecto académico, ya que sin el no habría

sido posible culminar satisfactoriamente esta etapa de mi vida profesional.

A mi director, el Dr. John Cristhian Fernández Lizarazo, Biol. Lic. M.Sc. PhD. Quien fue un apoyo

constante en todo el desarrollo de este trabajo.

A mis jurados, Dolly Rodriguez Robayo. IA. M.Sc. y Dr. Santiago Sáenz Torres. IA. M.Sc. PhD, quienes

ayudaron a mejorar mi trabajo con sus consejos y enseñanzas.


V

RESUMEN

Los suelos del orden entisoles en Colombia suman el 24.3% del territorio nacional, son suelos

jóvenes poco evolucionados que principalmente están formados de minerales primarios, por este

motivo entre otros son suelos poco fértiles y presentan una capacidad de intercambio catiónico

muy baja. Estos suelos están dedicados a actividades productivas como la ganadería y la

agricultura. La condición de baja fertilidad contribuye directamente a la pobreza rural de los

habitantes y al abandono del campo. La baja fertilidad de estos suelos plantea un problema general

para el país. El proyecto busca aportar a la solución de este problema. Debido a que los residuos

de cosecha incorporados, pueden ser una alternativa económica de mejora de la fertilidad de estos

suelos, se planteó el objetivo general del proyecto de investigación, fue evaluar el impacto de los

residuos de cosecha en la capacidad de intercambio catiónico de suelos entisoles en condiciones

de Yopal, Casanare.

Se implementaron tres cultivos de maíz (Zea mays) de la variedad ICA v109, ampliamente

escogido por los agricultores de la región. En estos cultivos se determinó el efecto de tres

tratamientos así; i). Establecer una línea base para la capacidad de intercambio catiónico en suelos

entisoles, en el sitio donde se llevará a cabo la investigación. ii). Analizar la dinámica temporal de

la CIC en función de la adición de residuos de cosecha de maíz en suelos entisoles. iii). Evaluar el

efecto acumulativo de residuos de cosecha, de tres ciclos de cultivo de maíz, durante dieciséis (16)

meses.

Los resultados obtenidos indicaron que todos los tratamientos tuvieron disminución con respecto

a la línea base, se destaca que el tratamiento “incorpora” (se mezclaron los residuos de cosecha

con el suelo en los primeros 10 cms.), después de tres cultivos de maíz en dieciséis (16) meses, fue
V

el que menos disminuyó el valor de CIC con un 36%, el tratamiento “se retira el material” (los

residuos se retiraron del sitio del experimento), ocupó el segundo lugar con un 38% y por último

el tratamiento “se quema” (los residuos fueron quemados en el sitio del experimento), con un 45%.

Se compararon los datos obtenidos en la línea base con los datos del acumulado de los tres cultivos,

que fueron tomados en febrero de 2020 y el resultado fue: el tratamiento donde la CIC disminuyó

en menor grado con respecto a la línea base después de dieciséis meses del establecimiento de tres

cultivos sucesivos de maíz fue “se incorpora”, luego el tratamiento “se quema” y por último el

tratamiento donde más CIC se perdió, fue el tratamiento “se retira”. Este último tratamiento perdió

a lo largo del tiempo, un total de 3,1 meq/100 g de suelo de CIC y presentó el dato más bajo en

CIC al final del experimento con 15,9 meq/100 g de suelo seco, luego de cultivarse maíz tres veces

sin adición de biomasa.

Palabras clave: fertilidad, biomasa, Casanare, Materia orgánica.


V

ABSTRACT

The entisol soils order in Colombia, add up to 24.3% of the national territory, they are immature

soils that are not very evolved and are mainly composed of primary minerals, for this reason,

among others, they are not very fertile soils, and they have a very low cation exchange capacity.

These soils are dedicated to productive activities such as livestock and agriculture.

Additionally the low fertility conditions, directly contribute to the rural poverty of the inhabitants

and the abandonment of the countryside. The low fertility of these soils, poses a general issue for

the State.

For that reason the project seeks to contribute to the solution of this issue. The hypothesis raised;

"Harvest residues from corn increase the cation exchange capacity of Entisol soils", generated the

general objective of the research, which was to evaluate the impact of harvest residues on the cation

exchange capacity of entisol soils under conditions from Yopal, Casanare.

Then incorporated crop residues can be an economical alternative to improve the fertility of these

soils. For this, the research implemented three corn crops (Zea mays) of the ICA v109 variety,

widely selected by farmers in the region. In these plantations, the effect of three treatments was

determined as follows; Establish a baseline for the cation exchange capacity in entisol soils, at the

site where the research will be carried out. ii). Analyze the temporal dynamics of the CIC as a

function of the addition of corn crop residues in entisol soils. iii). Evaluate the cumulative effect

of crop residues, from three maize growing cycles, during sixteen (16) months.

The data indicated that all treatments had a decrease compared to baseline. To highlight, treatment

´´incorporate`` (The crop residues were mixed with the soil in the first 10 cm.), after three corn

crops in sixteen (16) months, was the one that decreased the CIC value the least with 36%.
V

Treatment ´´ withdrawal of material`` (residues were removed from the experiment site), reached

the second spot with 38%. Finally, the treatment ´´burns`` (the residues were burned at the

experiment site), showed a 45%.

Finally the data obtained in the baseline were compared with the data of the accumulated of the

three crops (taken in February 2020) and the result was: the treatment where the ICC decreased to

a lesser degree with respect to the baseline after sixteen months of the establishment of three

successive corn crops was ´´incorporate``. The treatment ´´burns`` was in the second spot. Finally,

the treatment where the most CIC lost during the process was ´´ withdrawal of material`` treatment.

The last treatment, lost over time, a total of 3.1 meq / 100 g of CIC soil and presented the lowest

data in CIC at the end of the experiment with 15.9 meq / 100 g of dry soil after corn be grown

three times without adding biomass.

Keywords: fertility, biomass, Casanare, organic matter.


V

TABLA DE CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN 1

2. MARCO TEÓRICO 6

2.1 Los suelos Entisoles en Colombia 6

2.2 Capacidad de intercambio catiónico 7

2.3. La capacidad de intercambio catiónico y la fertilidad de suelos 7

2.3 La materia orgánica (MO) 9

2.5 La incorporación de residuos de cosechas 11

3. ELEMENTOS METODOLOGICOS 13

3. Tipo de estudio 13

3.1 Objetivo general 14

3.2 Objetivos específicos 14

3.3 Área de estudio 14

4. METODOS 15

4.1 Diseño experimental 15

4.2. Determinación de la variabilidad espacial de la CIC 18

5. RESULTADOS 18

5.1. Interpolación aplicando el método de Kriging 18

5.1.1. Variabilidad espacial para la línea base 19

5.1.2. Variabilidad espacial para la CIC luego de cuatro (4) meses de finalizado el

el primer cultivo. 20

5.1.3. Variabilidad espacial para la CIC cuatro (4) meses después de finalizado el

Tercer cultivo. 22
V

5.2. Resultados para el objetivo específico 1 24

5.2.1. Línea base 24

5.2.1.1. Datos obtenidos 25

5.3 Resultados para el objetivo específico 2 26

5.3.1. Datos obtenidos 26

5.3.2. Dinámica temporal de la CIC 27

5.3.3. Disminución en porcentaje de la CIC con respecto a la línea base 28

5.3.4. Disminución en meq/100g de suelo de la CIC con respecto a la línea base 29

5.3.5. Biomasa incorporada a lo largo del tiempo 31

5.4. Resultados obtenidos para el objetivo específico 3 33

5.4.1. evaluar el efecto acumulativo de residuos de cosecha de tres ciclos de cultivo de

Maíz 33

5.4.2. Formulación de biomasa 37

5.4.2.1. Datos 37

5.4.2.2. Ecuación de comprobación 39

6. CONCLUSIONES 41

7. REFERENCIAS 42
VII

LISTA DE TABLAS

Tabla 1. Cronograma de labores para aplicar tratamientos . 16

Tabla 2. Diseño experimental 17

Tabla 3. Línea base de CIC 24

Tabla 4. Datos obtenidos 26

Tabla 5. Porcentaje de disminución del valor de CIC con respecto a la línea base 29

Tabla 6. Disminución en valores de meq/100g de la CIC con respecto a la línea base 30

Tabla 7. Biomasa incorporada a lo largo del tiempo 31

Tabla 8. Análisis de comparación de medias utilizando el método de Tukey para los

Valores de la línea base 34

Tabla 9. Análisis de comparación de medias utilizando el método de Tukey para los

Valores de CIC acumulados en los tratamientos a lo largo del tiempo 35

Tabla 10. Efecto de los tratamientos acumulados en el tiempo 35


VIII

LISTA DE FIGURAS

Figura 1. Mapa de órdenes de suelo 4

Figura 2. complejo de cambio 10

Figura 3. Toma aérea del experimento. 17

Figura 4. Labores para la aplicación de los tratamientos. 18

Figura 5. Situación espacial de la línea base 18

Figura 6. Variabilidad espacial para la CIC cuatro meses después del primer cultivo de

Maíz. 20

Figura 7. Variabilidad registrada cuatro meses después del tercer cultivo de maíz. 22

Figura 8. Dinámica temporal de la CIC 27

Figura 9. Valor (P) factor tiempo 28

Figura 10. Porcentaje de disminución de CIC con respecto a la línea base. 29

Figura 11. Disminución de la CIC con respecto a la línea base 30

Figura 12. Efecto de los tratamientos acumulados en el tiempo. 36


1

1. INTRODUCCIÓN

Busari, et ál., (2015), sostienen que existe una necesidad urgente de unir la producción

de alimentos con el aumento de la población mundial a través de la identificación de estrategias de

gestión sostenible del suelo. Sin embargo, la lucha para lograr la seguridad alimentaria debe

llevarse a cabo teniendo en cuenta no solamente el suelo donde se cultivan los alimentos, sino

también el entorno en el que los seres vivos sobreviven. Por esta razón es importante generar

estrategias de agricultura de conservación (AC), de tal manera que se cause un daño mínimo al

medio ambiente en tanto se producen alimentos. Esto es especialmente importante por cuanto los

esfuerzos humanos para producir cantidades cada vez mayores de alimentos dejan su marca en el

ambiente. Por ejemplo, el uso persistente de prácticas agrícolas convencionales con base en la

labranza extensiva, especialmente cuando se combinan con el retiro o quema de los residuos del

cultivo, han magnificado las pérdidas por erosión del suelo que, consecuentemente se ha degradado

de forma constante. Se ha estimado que la actividad humana es responsable de la pérdida de 26

mil millones de toneladas de la capa superficial del suelo por año, lo cual es 2.6 veces la tasa natural

de degradación del suelo (Verhulst et ál., 2015). Por todo esto, la agricultura de conservación se

defiende a gran escala en todo el mundo.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la

Agricultura (FAO), el ritmo de crecimiento de la población mundial se acentuó notoriamente tras

la revolución industrial. Así, en sólo 150 años desde 1750 a 1900 se duplicó la población mundial

al pasar de unos 960 millones de personas a 1.760; posteriormente en 60 años se volvió a duplicar

al pasar a unos 3.000 millones en 1960 y después en 40 años se vuelve a duplicar al pasar a unos

6.000 millones en 1999. Para el año 2050 se prevé una población mundial de 9.256.342.700
2

personas que deben ser alimentadas (Fernández et ál., 2012). La destrucción sistemática de los

hábitats naturales se inicia con el desarrollo de la agricultura y la proliferación de los asentamientos

humanos en el Neolítico (10.000 años a.c). A partir de ese momento, se cultivan los valles más

fértiles y se desmontan los bosques para crear pastizales útiles para el ganado. Todavía hoy, la

“ampliación de la frontera agrícola” constituye una oferta electoral válida en países en los que el

fuego y los buldózer son vistos por muchos como los mejores aliados de su desarrollo. Todos

estamos familiarizados con la vertiginosa desaparición del bosque intertropical, donde se han

perdido millones de hectáreas en la última década. En unos casos, estas pérdidas se asocian al

crecimiento de la población, pero en muchos otros tiene que ver con la expansión de ciertos cultivos

(Laurance et ál., 2006).

La FAO (2014), recomendó que los países que deberán abastecer esas demandas de

alimentos son quienes cuenten con zonas para expandir la frontera agrícola, lo que necesariamente

es un gran problema ya que la frontera agrícola se expande en detrimento de los bosques. Sumado

a esto, la FAO, (2014), cita una serie de proyectos potenciales, que ya se han venido haciendo

realidad para las zonas mencionadas anteriormente, principalmente en cultivos como soya (Glycine

max) sorgo (Sorghum spp) y maíz (Zea mays); países como Brasil han hecho valiosos adelantos en

las tecnologías de cultivo específicamente en mejoramiento genético obteniendo variedades

adaptadas a las duras condiciones de estos suelos tropicales con muy buenos resultados en

productividad.

Dentro de los países que tienen esa posibilidad se encuentra Colombia ya que posee más de 3,5

millones de hectáreas potencialmente cultivables principalmente en la región de la Orinoquia. De

acuerdo con Viloria, (2009), la actividad agropecuaria dominaba la economía de la Orinoquia hasta

la década de 1980. A fines de la década de 1990, los departamentos de Casanare y Arauca se

volvieron “petroleros” (Meta ya lo era); Casanare se volvió un departamento gasífero (gas natural);
3

y en Meta y Vichada el sector de servicios superó al sector agrícola. El área cultivada de la

Orinoquia creció de 274,931 has (1996) a 430,205 has (2007), un 56%; mientras que en ese mismo

período la producción creció en 51%. Meta y Casanare tienen el 63% y el 25%, respectivamente,

del total del área cultivada. Existen áreas cultivables también en las regiones que rodean el rio

Magdalena y la altillanura colombiana. Actualmente estas regiones están dedicadas a la ganadería

extensiva poco eficiente encontrándose cargas de una (1) unidad animal por veinte (20) hectáreas.

Entre los materiales que forman los suelos del piedemonte llanero, se ubican los entisoles,

inceptisoles, molisoles, ultisoles, los cuales se caracterizan por estar ubicados en un plano inclinado

con una pendiente 1-7 %, un microrelieve ondulado, textura variada de gruesa a finas, muy

fuertemente ácidos, fertilidad baja, fitotoxicidad por aluminio. Se encuentran con un relieve de

Abanicos antiguos, una litología de sedimentos mixtos aluviales que recubren depósitos de cantos

y grava bastantes alterados (IGAC, 2018). De forma particular, los suelos entisoles en la Orinoquia

Colombiana ocupan un 21% del territorio, convirtiéndose en el segundo orden de suelos en

importancia en esta región (figura 1).

En Colombia el 24.3 % de los suelos pertenecen al orden entisoles; éstos se definen como

los suelos que no muestran ningún desarrollo definido de perfiles. Un entisol no tiene "horizontes

diagnósticos", y la mayoría tienen básicamente su material parental regolítico inalterado.

Adicionalmente, los suelos del orden entisoles tienen una baja capacidad de intercambio catiónico

y por lo tanto una baja


4

fertilidad (figura 1).

Figura 1. Mapa de órdenes de suelos.

Fuente: http:soils.usda.gov. /use/worldsoils/mapindex/ (2016).

Estos suelos están dedicados a la agricultura y ganadería y se les debe dar un manejo especial que

permita la mejora de sus propiedades químicas. Torres, D et ál., (2006), afirman que, en este

sentido, dado las disminuciones de los rendimientos agrícolas, atribuidos a un deterioro en la

calidad del suelo, desde el punto de vista químico, producto presumiblemente de los tipos de usos
5

de la tierra desarrollados, es necesario cuantificar el estado de degradación actual con el fin de

proponer el uso integrado de prácticas de manejo conservacionista para la recuperación de los

suelos degradados.

Para lograr esto, se ha propuesto a la agricultura de conservación como un conjunto de principios

de manejo ampliamente adaptado que pueden asegurar una producción agrícola más sustentable

(Verhulst et ál., 2009). Dado que la debilidad los suelos entisoles es la de tener una baja capacidad

de intercambio catiónico y una fertilidad baja, una forma de incrementar la capacidad de

intercambio catiónico de estos suelos es a través de la adición de los residuos de cosecha. Marron

(2015), comprobó que la conductividad eléctrica y la capacidad de intercambio catiónico (CIC)

aumentaron en respuesta a la dispersión de ceniza, compost o lodo, en un factor de cinco después

de la aplicación en una plantación de eucalipto (Eucalyptus melliodora).

Sin quemar y con la adición de residuos de cosecha se ha demostrado que se puede esperar un

aumento de la fertilidad de los suelos que beneficie a los agricultores que están establecidos en

estos suelos en miras de contribuir a la agricultura en términos de mayor rentabilidad. Blanchet et

ál., (2016), afirman que en los agroecosistemas las prácticas de fertilización mineral son cruciales

para mantener la productividad de los cultivos.

Los resultados de estos autores mostraron que el contenido de carbono orgánico del suelo se

incrementó mediante la incorporación de residuos de cultivos (+ 2.45%) y la aplicación de estiércol

de corral (+ 6.40%) en comparación con el uso de fertilizante mineral solo. En contraste, el

contenido de carbono del suelo no se vio significativamente afectado por estas prácticas de

fertilización. Los resultados del experimento anterior indican que, a largo plazo, el uso de

enmiendas orgánicas no solo reduce la necesidad de una mayor cantidad de fertilizante mineral

nitrogenado, sino que también mejora las propiedades biológicas del suelo con efectos directos

sobre el rendimiento del cultivo.


6

Este trabajo de investigación determinó el efecto de la adición, retiro o quema de residuos

de cosecha sobre la capacidad de intercambio catiónico de suelos entisoles. Los datos obtenidos

contribuyen a lograr el incremento de la fertilidad en estos suelos, lo que mejorara la eficiencia de

las técnicas de cultivo y como consecuencia a brindar un incremento sustancial en la productividad

de las cosechas establecidas por los agricultores de la región, contribuyendo a la generación de

riqueza y desestimulando el abandono del campo.

2. MARCO TEÓRICO

2.1.Los suelos entisoles en Colombia

Los suelos entisoles ocupan un 24.3% del territorio nacional; son los suelos más jóvenes según

la Soil Taxonomy, (2010). Los entisoles son de todos los suelos los que menos han tenido

influencia de los factores formadores, puesto que en estos materiales aún no se han desarrollado

los cambios necesarios para la formación propia del suelo. Estos suelos en su gran mayoría están

dedicados a la ganadería y producción agrícola, y si reconocemos la propiedad química

denominada Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) como un atributo de la fertilidad de los

suelos, se puede afirmar que los agricultores y ganaderos que ocupan estos entisoles, deben estar

obligados a manejar índices de baja CIC propios de estos suelos, como se demuestra en la línea

base tomada del promedio de la CIC de varios análisis de suelo efectuados en suelos entisoles de

la finca Matepantano de propiedad de la Universidad de la Salle en Yopal Casanare (tabla 1) y por

lo tanto manejan índices de fertilidad bajos lo que genera una compleja problemática económico

social, a cuya solución aportará el presente trabajo de investigación.


7

Es importante señalar que al manejo de los suelos entisoles no se le han efectuado aportes

científicos sustanciales, por lo que se espera que con el resultado de esta investigación se esté

aportando a la innovación científica a este importante tema.

2.2.Capacidad de Intercambio Catiónico.

La capacidad de intercambio catiónico (CIC) es una forma de expresar el número de puestos

de carga negativa en las arcillas o en los complejos arcillo-húmicos que posee un suelo (figura 2),

en los cuales se pueden retener cationes (Calderón, 2017). Por lo tanto, la CIC del suelo afecta

directamente a la cantidad y frecuencia de aplicación de fertilizantes. Las partículas de arcilla del

suelo y la materia orgánica tienen una carga negativa sobre su superficie. Los cationes se atraen a

estas partículas por fuerzas electrostáticas. La unidad de medición de la CIC es el meq/100g. Esta

unidad tiene en cuenta la carga del ion; así por ejemplo, el calcio lleva una carga de (+2) por lo

tanto, 1 mmol de calcio es equivalente a 2meq de calcio. Por otro lado, el potasio (K) lleva una

carga de (+1) y 1mmol K+ = 1meq K+. El ejemplo anterior muestra que los iones de calcio son

adheridos al doble del número de sitios de intercambio como el mismo número de iones de

K+, (Sela, 2015).

2.4.CIC y la fertilidad de los suelos.

Debemos tener en cuenta que el suelo tarda miles de millones de años en formarse fruto de

procesos edafogénicos en donde tienen cabida los factores formadores del suelo. El suelo no es un

recurso renovable y además de producir, debe descomponer la materia orgánica y al hacer esto
8

reciclar nutrientes, renovándose a sí mismo (Soto, 2006). La definición anterior excluye otras

propiedades que influyen, en gran medida, en el crecimiento y desarrollo de las plantas, por lo que

muchos autores la consideran incompleta o limitada, por ejemplo.

Pieri, (1989) y Etchevers, (1999) plantearon que la fertilidad del suelo es un concepto mucho

más abarcador, que debe integrar los atributos físicos, químicos y biológicos, los tres atributos

tienen una estrecha relación entre sí y participan de manera activa en la producción y la estabilidad

de los agroecosistemas. Por ejemplo, los macroinvertebrados del suelo intervienen en los procesos

de infiltración, aireación e incorporación de la materia orgánica en el suelo (Huerta et ál., 2008) y

los microorganismos, como las bacterias, los hongos y los protozoos, los cuales pueden

denominarse “ingenieros químicos del suelo”, son los responsables de la descomposición de la

materia orgánica y de hacer disponibles los nutrientes para las plantas, los animales y los humanos;

además tienen gran importancia en la formación del humus (Turbé et ál., 2010). En este sentido

García, et ál., (2012), plantearon que el incremento de la materia orgánica en 1% en el suelo eleva

en 2 meq/100 g de suelo, la capacidad de intercambio catiónico (CIC) de un suelo.

La capacidad de intercambio catiónico indica junto a la materia orgánica el índice de fertilidad del

suelo y mide la capacidad que tiene un suelo para retener o liberar cationes interactuando con la

solución del suelo. La suma de todos los cationes de cambio Al, H+, Ca++, Mg++, K+ y Na+,

constituye la capacidad total de un suelo. Esta depende del % de arcilla y materia orgánica que

contenga, como la arcilla es el elemento más abundante, es realmente el que mayor influencia tiene

en la Capacidad de intercambio catiónico.

Una vez fijado el tipo de textura de un suelo, los valores de la Capacidad de intercambio

catiónica podrán subir o bajar según la cantidad de materia orgánica.

Valores por debajo de 5 meq/100 g. son muy bajos indicando claramente que se trata de un

suelo poco fértil. por el contrario, valores cercanos a 30 meq/100 g. indica que nos encontramos
9

ante un suelo excesivamente arcilloso (o con un elevado contenido en materia orgánica) en el que

existiría un grave riesgo de asfixia radicular por problemas de encharcamiento, (J,Y, Jiménez,

1989).

La capacidad de intercambio catiónico de los horizontes subsuperficiales es muy baja en los

Entisoles e Inceptisoles de Arauca (2.7 meq/100 g) si se compara con la de los Ultisoles y Alfisoles

(5.5 me/100 g) esto en el mismo departamento. La CIC está dominada por Al de cambio de acuerdo

a estudios hechos en el departamento de Arauca. En el departamento de Casanare el 68% de los

suelos tiene menos de 4 meq/100 g para CIC (IGAC, 1993).

2.3.La materia orgánica (MO).

Constituye un componente clave en el suelo al afectar sus propiedades químicas, físicas y

biológicas. Dentro de las propiedades químicas del suelo afectadas por la MO se encuentra la

capacidad de intercambio catiónico como una de las más importantes la cual es impactada de

manera directa por la materia orgánica. Es abundante la literatura que muestra que los sistemas de

Siembra Directa (SD) al no remover el suelo y al mantener inalterable el ordenamiento natural de

los componentes sólidos del mismo generan una acumulación de MO en los primeros centímetros

de perfil, como consecuencia de la concentración en superficie de la totalidad de los residuos

provenientes de los rastrojos de los cultivos (Álvarez et ál., 2005). Yuan, Xu, Wang et ál., (2011),

concluyen que la incorporación de residuos de cultivos y sus biochares1 podría disminuir la acidez

1
El Biochar es un producto orgánico muy complejo químicamente hablando. Viene de la pirólisis o combustión de biomasa (cualquier material
orgánico vale: madera, hojas, residuos orgánicos, estiércoles, etc.) en unas condiciones de baja temperatura (<700ºC) y oxigenación, es decir, muy
reductoras. Las condiciones exactas de la pirólisis (temperatura, tiempo, concentración de oxígeno, presión, etc.) dependen en gran medida de la
biomasa inicial y de la tecnología que se utilice.
10

intercambiable del suelo y así aumentar el pH del suelo, los cationes base intercambiables y la

saturación de bases de los suelos ácidos.

Figura 2. Complejo de cambio.

Fuente: (Ceo de Smart, 2015).

Duiker et ál., (2006) demostraron que la capacidad de intercambio de cationes (CIC) es la

capacidad del suelo para contener cationes para el intercambio con la solución del suelo y es un

indicador de la fertilidad del suelo. La retención de residuos del suelo aumenta el contenido de

materia orgánica del suelo y por lo tanto aumenta la CIC dependiente del pH del suelo. Al igual

que con la materia orgánica del suelo, el efecto del residuo en CIC, puede estar limitado a la capa

superior del horizonte “A” y no está claro si existe una diferencia entre la retención de superficie

y la incorporación.
11

Govaerts et ál., (2007c) observaron que después de cinco años, la CIC aumentaba en la capa

superior del suelo cuando los residuos se retenían en comparación con los suelos sin residuos, pero

no había diferencia en la capa de 5-20 cm.

Lal, (1997), en África occidental, observó que cuando los residuos se conservaban en la

superficie y se incorporaban, el aumento de CIC era mayor que cuando los residuos se conservaban

en la superficie, esto se puede soportar con lo afirmado por Taiwo et ál., (2016), quien en su articulo

Tillage and poultry manure effects on soil fertility and sorghum yield in southwestern concluyó lo

siguiente: “Es de esperarse que los datos sobre los métodos de labranza, adiciones de mulching y

abono sean necesarios para identificar estrategias para el manejo sostenible de los suelos y para

mejorar la productividad agronómica”.

Sin embargo, a pesar de la información favorable al empleo de materiales orgánicos, éstos

siempre deben ser usados con prudencia y teniendo en cuenta todas las consideraciones pertinentes,

ya que, por ejemplo, Cegarra et ál, (1983) señalan, que lo residuos vegetales, cuando son añadidos

a los suelos, pueden requerir de aporte suplementario de N para que los procesos de mineralización

se desarrollen adecuadamente, esto sucede como consecuencia de la elevada relación C/N que

posee el residuo. Por ello, un riesgo que se puede plantear es la demanda inicial de nutrientes para

activar los procesos biológicos que actúan sobre los restos de cosecha adicionados.

2.5.la incorporación de residuos de cosecha.

Grandes cantidades de nutrimentos se pierden de los agroecosistemas por la extracción que

realizan las cosechas o como resultado de los procesos de lixiviación y de erosión (Labrador, 1996).

La incorporación de los residuos de cosecha al suelo constituye una alternativa para reponer parte

de estas pérdidas y disminuir el efecto de la erosión. Sin embargo, en general el contenido de estos
12

residuos no corresponde en cantidad ni en calidad con lo extraído. La liberación de nutrimentos a

partir de residuos orgánicos depende de sus características químicas y físicas, así como de las

condiciones ambientales y las poblaciones microbianas (Cadisch et ál., 1998). Lo anterior es visto

desde la perspectiva de utilizar los residuos de cosechas para reponer los nutrientes extraídos por

los cultivos o los que se pierden por lixiviación; pero desde otro enfoque, los residuos de cosecha

incorporados sirven para incrementar el valor de la CIC de los suelos lo que permite mejorar la

capacidad de retener cationes nutrientes como el Ca, K, Mg y lograr el incremento de la fertilidad

de los suelos.

Las poblaciones microbianas se encargan de descomponer la materia orgánica (MO) del suelo y

transforman formas complejas a compuestos simples; igualmente, mineralizan los constituyentes

de los restos orgánicos y resintetizan sustancias a través de su metabolismo (aminoácidos, proteínas

y aminoazúcares) que participan como unidades estructurales (Labrador, 1996).

Los microorganismos producen enzimas que catalizan la transformación de compuestos

específicos y por lo tanto, juegan un papel importante en la descomposición de restos orgánicos

(Dilly y Munch, 1996). Por estos motivos es importante crear conciencia en los agricultores que

están explotando estos entisoles, de la importancia de efectuar un manejo adecuado de estos suelos.

Kintché et ál., (2014) afirmaron que se ha argumentado repetidamente que la aplicación de

fertilizantes minerales combinada con la retención in situ de la biomasa de residuos de cultivos

puede sostener la productividad a largo plazo de los suelos de África Occidental. La forma como

está saturada la CIC equivale a lo que se denomina capacidad de intercambio catiónico efectiva

(CICE) al variar el valor de la CIC del suelo y aumentarse el pH trae como consecuencia que la

CICE aloje mayor cantidad de bases intercambiables lo que fundamentalmente mejorará la

fertilidad.
13

Dorneles et ál. (2015) afirman que, los métodos de labranza y fertilización pueden afectar la

fertilidad del suelo. El sistema de cero labranzas se destacó en comparación con el de labranza

convencional, especialmente en la capa superficial, en términos de valores de materia orgánica, pH

del suelo, fósforo disponible, capacidad de intercambio catiónico y saturación de bases. La

aplicación de residuos en el suelo en plantaciones de rotación corta tiene a priori la doble ventaja

de satisfacer las necesidades de nutrientes de estas plantaciones de árboles a un costo menor

mientras se reciclan los residuos.

Se han estudiado los efectos agronómicos y ambientales de una gran variedad de residuos en

plantas y suelos en todo el mundo. Kabiri, et ál., (2015) afirman que; las prácticas de labranza

influyen potencialmente en el almacenamiento y la dinámica de la materia orgánica del suelo

(MOS), que es importante para las prácticas de cultivo sostenible la productividad agrícola y el

secuestro de carbono (C) en el suelo.

3. ELEMENTOS METODOLÓGICOS.

3.1.Tipo de estudio.

La presente investigación tiene un enfoque cuantitativo de tipo experimental. Dentro de la ciencia

del suelo no es abundante la investigación dedicada a medir los impactos que causa la materia

orgánica en las propiedades químicas de los suelos y esto requiere de la cuantificación previa de

los factores determinantes en el proceso descrito.


14

3.2. Objetivo general.

Evaluar el impacto de los residuos de cosecha de maíz en la capacidad de intercambio

catiónico de suelos Entisoles en Yopal Casanare.

3.3. Objetivos específicos.

• Establecer una línea base para la capacidad de intercambio catiónico en suelos entisoles,

en el sitio donde se llevará a cabo la investigación.

• Analizar la dinámica temporal de la CIC en función de la adición de residuos de cosecha

de maíz en suelos entisoles.

• Evaluar el efecto acumulativo de residuos de cosecha, de tres ciclos de cultivo de maíz

sobre la CIC de suelos entisoles.

3.4.Área de estudio.

El estudio se realizó en la finca san José de Matepantano, de propiedad de la Universidad

de la Salle, donde está ubicado el proyecto Utopía y el programa de Ingeniería agronómica, en el

Municipio de Yopal – Casanare, el cual tiene un clima tropical, con temperaturas promedio de 18

° C (noche) a 28 ° C (día), una humedad relativa promedio del 75%, una precipitación total anual

de 2.335 mm, con 172 días de lluvia y una altitud aproximada de 249 msnm (Ceballos et ál., 2013).

El área donde se desarrolló el estudio tiene una extensión de 0,4 has, limita en sus cuatro puntos
15

cardinales con potreros de ganadería extensiva de las mismas características edafológicas que las

que se encuentran en el sitio del ensayo.

4. MÉTODOS.

4.1. Diseño experimental.

Para el logro del objetivo general, el proyecto requirió del establecimiento secuencial de tres

cultivos de maíz amarillo variedad Ica v109, que aportaron los residuos de cosecha. Estos cultivos

de maíz fueron implementados utilizando el paquete tecnológico comúnmente usado por los

agricultores en el departamento.

El experimento se estableció en un lote cuyas medidas fueron: largo 56 m y ancho 11.4 m para un

total de 638.4 m2. La unidad experimental consistió en una cama de 1.20m x 10m. En cada unidad

experimental se estableció alguno de los siguientes tratamientos: I) los residuos se incorporan en

el mismo lugar del cultivo, II) los residuos se quemaron en el mismo lugar de su cultivo y III) Los

residuos se extrajeron del lugar del cultivo.

Los tratamientos estuvieron dispuestos en bloques completos aleatorizados (BCA) con cinco

repeticiones (ver tabla 2). Así cada bloque incluyó las tres unidades experimentales con los

tratamientos descritos. Este diseño se seleccionó para aumentar el control local del experimento

debido a que, de acuerdo con Peña, R. et ál., (2013), existe una alta variabilidad en las propiedades

físicas y químicas del suelo del piedemonte llanero. Adicionalmente se sembraron 20 camas con

las mismas dimensiones de la unidad experimental para controlar el efecto borde. Se realizaron

tres cultivos de maíz (Zea mays) y cada unidad experimental conservó el mismo tratamiento a lo

largo de todo el experimento. Al final de cada cultivo, una vez que se cosecha la mazorca con un
16

14% de humedad del grano, para el tratamiento “los residuos quedan en el terreno” la biomasa

obtenida, fue incorporada con azadón al suelo en los 10 cms iniciales del perfil y después de cuatro

meses (4) meses (tiempo suficiente para que los residuos se descompusieran en presencia de

humedad y temperatura adecuadas) se tomaron las muestras para evaluar el impacto. El

cronograma de siembras, aplicación de tratamientos y toma de muestras, se puede ver en la tabla

1.

Tabla 1. Cronograma de labores.

Cronograma de siembras aplicación de tratamientos


y toma de muestras.
Incorpora,
Toma de la muestra para
Cultivo Siembra Finaliza cultivo quema o saca
CIC
residuos
Semana 2 mes de Semana 1 mes
Semana 1 mes de Semana 2 mes de junio de
Primer cultivo noviembre de de marzo de
2018
febrero de 2019 2019
2019
Semana 2 mes
Segundo Semana 1 mes de Semana 3 mes de Semana 1 mes de
de junio de
cultivo marzo de 2019 junio de 2019 septiembre de 2019
2019
Semana 1 mes de Semana 1 mes
Semana 2 mes de Semana 3 mes de febrero
Tercer cultivo septiembre de de octubre de
junio de 2020. de 2020
2020 2020
Fuente: El autor (2021).
17

Figura 3. Vista aérea del experimento

Fuente: el autor, (2019).

El análisis estadístico se llevó a cabo de manera diferencial según cada objetivo planteado en

esta investigación. En la Tala 2, se presenta el diagrama de la distribución de los tratamientos que

fue usado en el experimento en campo:

Tabla 2. Diseño experimental


Bloque 5 Bloque 4 Bloque 3 Bloque 2 Bloque 1
unidad experimental T II unidad experimental T III unidad experimental T I unidad experimental T II unidad experimental T III

unidad experimental T I unidad experimental T II unidad experimental T III unidad experimental T I unidad experimental T II

unidad experimental T III unidad experimental T I unidad experimental T II unidad experimental T III unidad experimental T I

Fuente: elaboración propia, (2021).

Donde:

T I: los residuos se incorporan en el mismo lugar del cultivo.

T II: los residuos se quemaron en el mismo lugar de su cultivo.

T III: Los residuos se extrajeron del lugar del cultivo.


18

Figura 4. Labores para la aplicación de los tratamientos.

Fuente: el autor, (2019).

4.2. Determinación de la variabilidad espacial de la CIC.

Cada uno de los quince (15) sitios de muestreo correspondientes a la línea base y a los tres

cultivos de maíz a lo largo de dieciséis (16) meses, se geo-referenciaron con un GPS marca Garmin

Etrex 30x, luego se procesaron los datos con el software BaseCamp® se exportaron en formato

.csv, a Microsoft Excel® con esto se alimentó la base de datos mediante el método de la escala de

Stover modificada por Gauhl, (1990). Finalmente se procesaron los datos en el, programa ArcGis

10® a través de interpolación utilizando el método Kriging. Esta georreferenciación además sirvió

para que a lo largo del tiempo que duró el experimento, se tomaran las muestras siempre en el

mismo punto dentro de las unidades experimentales, lo que garantizó la exactitud de los datos

recogidos.

5. RESULTADOS.

5.1. Interpolación aplicando el método de Kriging.

Con el proceso de los datos en ArcGis 10® utilizando el método de Kriging se determinó

gráficamente la variabilidad espacial de la CIC, correspondiente a los diferentes tratamientos así:


19

5.1.1. Variabilidad espacial para la Línea base. Meq/100g

Figura 3. Situación espacial de la línea base.

Fuente: El autor (2021).

De derecha a izquierda, se localizan los puntos de muestreo georeferenciados y numerados del

1 al 15, estos indican la ubicación espacial de la CIC en el sitio del ensayo de la línea base, nótese

la dinámica espacial de los valores de la CIC (línea de ruta rojo y azul), correspondientes a los

índices descritos en la tabla de datos del Kriging equivalentes a cada intervalo numérico. Estos

valores confirman que la decisión de utilizar el diseño experimental de bloques completamente

aleatorizados fue acertada, de acuerdo con Stoyan et ál., (2000), la geoestadística proporciona un

medio para definir la autocorrelación y utilizar el conocimiento de la fuerza y la escala para

interpolar el valor de las variables en localizaciones no muestreadas utilizando el método

de Kriging. Éste es un método de interpolación óptimo que usa las combinaciones lineales de las
20

ponderaciones en puntos conocidos para estimar el valor en puntos desconocidos; las

ponderaciones están en función de la relación entre la varianza y la distancia descrita por el

semivariograma. Desde el punto de vista del manejo de fertilidad de suelos y nutrición de cultivos,

la implementación de esta metodología ofrece la posibilidad de realizar aplicaciones de dosis

variables de fertilizantes, a partir de las condiciones del suelo y de las necesidades del cultivo, para

alcanzar mayor eficiencia en la distribución de abonos. Al trabajar con dosis variables, se busca

que el suelo brinde condiciones homogéneas para el desarrollo adecuado del cultivo, que

repercutan en el desarrollo, en el crecimiento y en la producción.

5.1.2. Variabilidad espacial para la CIC, luego de cuatro (4) meses de finalizado el Primer

cultivo de Maíz. Ver figura 6.:

Figura 6. Variabilidad espacial para la CIC, 4 meses después del primer cultivo. Meq/100g.

Fuente: El autor (2021).


21

Los datos del primer cultivo de maíz se recopilaron siete (7) meses después de la toma de las

muestras para la determinación de la línea base y cuatro (4) meses después de incorporado el

residuo de cosecha que correspondía al primer cultivo. Para la interpretación de la ubicación la

CIC después del primer cultivo de maíz, en el sitio del ensayo, se secuenciaron los datos

correspondientes a los mismos índices mediante una línea que sirve para ubicar su localización

dentro del experimento. Al analizar la gráfica Kriging, se aprecia la variación espacial de la CIC

en el sitio del experimento y es notable el aumento en los datos de CIC del primer cultivo con

respecto a los datos de la línea base, para el índice de rango entre 17,173844 y 20,19813 meq/100g

suelo seco, correspondientes al color de referencia blanco, presumiblemente por la formación del

complejo arcillo húmico vinculado a la descomposición de la materia orgánica, lo que incremento

el valor de la CIC.

La dinámica espacial de la CIC en relación con la línea base, denota el cambio debido a la ubicación

de los tratamientos, que comienzan a impactar la CIC referenciada en la línea base.

Los datos del segundo cultivo, no se tomaron en cuenta para referenciar la variabilidad espacial de

la CIC, porque en la época que se incorporó el residuo del cultivo, en los meses de junio, julio,

agosto y septiembre de 2019, se presentó un incremento significativo en las lluvias regionales con

un total de 713 mm de acuerdo con la estación meteorológica de Fedearroz en Yopal, contrastado

con el valor promedio histórico de 550 mm para estos mismos meses de acuerdo a datos tomados

del IDEAM. Las desintegraciones mecánicas, oxidaciones, hidrólisis, etc. pueden ocurrir bajo

acción directa de las precipitaciones atmosféricas o de la reacción ácida o básica del suelo, del

viento, de los cambios de temperatura, lo que determina los procesos de transformación que sufren

los restos vegetales y animales en el suelo por cuenta de la acción de distintos grupos de

microorganismos, así como de diversos representantes de la microfauna edáfica (ácaros, insectos,


22

lombrices, etc.) (Silva, 1998). En estos cuatro meses, debido al incremento de la humedad, la

mineralización de la biomasa incorporada fue más alta lo que redujo el contraste para el segundo

cultivo, por lo tanto, para efectos de análisis de la variabilidad espacial de la materia orgánica se

tendrá en cuenta el acumulado presentado con el tercer cultivo datos tomados en el mes de febrero

del 2020 como se presenta a continuación:

5.1.3. Variabilidad espacial de la CIC luego de cuatro meses (4) de finalizado el Tercer

cultivo de Maíz. Ver figura 7.:

Figura 7. Variabilidad espacial cuatro (4) meses después del tercer cultivo de maíz. Meq/100g

Fuente: el autor (2021).


23

Estos valores pertenecen a la toma del valor de la CIC en el mes de febrero de 2020, es decir

dieciséis (16) meses después de tomar la CIC de la línea base y luego de realizarse el segundo y

tercer cultivo de maíz, 4 meses después de incorporado el residuo de cosecha correspondiente al

tercer cultivo, este valor de CIC señala la acumulación en el tiempo de tres residuos de cosecha,

muestra un incremento en el terreno, del valor de los índices comprendido entre los valores de CIC

de 17,603501 y 20,65583 meq/100g de suelo. Es importante resaltar que el tratamiento donde “se

saca” el material vegetal presenta en este punto el índice más bajo del terreno, con los valores de

CIC entre 13,218374 y 16, 270704, lo que demuestra el impacto del residuo de cosecha en el suelo

a través del tiempo.

5.2. Resultados para el objetivo específico 1.

Antes de establecer el primer cultivo se tomó con un palín una muestra de 170 g a 7 cm de

profundidad en cada unidad experimental, para un total de 15 muestras; estas se enviaron al

laboratorio de suelos y foliares de la Universidad de la Salle, empacadas en bolsas plásticas,

debidamente rotuladas, para determinar la CIC de cada una de ellas, obteniéndose así una línea

base para la capacidad de intercambio catiónico en el sitio donde se llevó a cabo la investigación

y cuyos resultados fueron los siguientes;

5.2.1 Línea base.

Establecer una línea base para la capacidad de intercambio catiónico en suelos entisoles, en el sitio

donde se llevará a cabo la investigación. Para el resultado de esta investigación el establecimiento


24

de la Línea de Base fue el eje fundamental, que proporciono el estado situacional, el soporte

metodológico y el marco de análisis del sistema de monitoreo y evaluación.

5.2.1.1. Datos obtenidos.

La línea base se tomó en el mes de noviembre de 2018. Dando como resultado un promedio

de 19,504 meq/100 g de suelo seco. Correspondiente al sector del suelo entisol seleccionado para

hacer el experimento, los datos generales se pueden apreciar en la tabla 3.:

Tabla 3. Línea base de CIC

Línea base de CIC.


Meq/100g

No. De
unidad bloque línea base de CIC
experimental tratamiento
1 Incorpora 1 17,87
2 Incorpora 2 20,37
3 Incorpora 3 20,89
4 Incorpora 4 20,5
5 Incorpora 5 20,5
6 Quema 1 18,07
7 Quema 2 22,3
8 Quema 3 21,49
9 Quema 4 16,87
10 Quema 5 18,68
11 Retira 1 20,29
12 Retira 2 17,28
13 Retira 3 18,69
14 Retira 4 18,08
15 Retira 5 20,68
promedio 19,504
Fuente: el autor (2021).
25

5.3. Resultados para el objetivo específico 2.

Analizar la dinámica temporal de la CIC en función del manejo de residuos de cosecha de

maíz en suelos entisoles.

5.3.1. Datos obtenidos.

Los datos obtenidos a lo largo del tiempo compilan toda la información de referenciación de los

bloques y la aleatorización de los tratamientos, así como la georreferenciación de cada punto de

muestreo, incluye además las fechas de toma de las muestras para determinar la CIC, con el detalle

del día mes y año en que fueron tomadas. ver la tabla 4.:

Tabla 4. Datos obtenidos.

No. De
Ref. ID Latitud Longitud Tratamiento CIC.Nov2018 CIC.7jun.2019 CIC26Sep.2019 CIC.feb2020
Bloque

C1B1 1 5,322771 -72,295972 Incorpora 17,87 15,80 16,00 18,05


Bloque 1 C2B1 2 5,322791 -72,295972 Queman 20,37 17,78 16,80 18,91
C3B1 3 5,322815 -72,295972 Retira 20,89 21,60 17,17 21,06
C4B2 4 5,322766 -72,296064 Retira 20,50 18,00 15,59 18,66
Bloque 2 C5B2 5 5,322787 -72,296065 Incorpora 20,50 16,19 16,58 15,85
C6B2 6 5,322813 -72,296066 Quema 18,07 11,60 15,78 12,80
C7B3 7 5,322759 -72,296156 Quema 22,30 14,60 19,40 16,99
Bloque 3 C8B3 8 5,322785 -72,296157 Retira 21,49 18,56 19,58 18,84
C9B3 9 5,322807 -72,296158 Incorpora 16,87 17,97 16,38 16,52
C10B4 10 5,322754 -72,296268 Incorpora 18,68 17,39 15,18 16,53
Bloque 4 C11B4 11 5,322764 -72,296269 Quema 20,29 14,00 12,99 13,53
C12B4 12 5,322790 -72,296269 Retira 17,28 16,77 19,39 16,25
C13B5 13 5,322776 -72,296376 Retira 18,69 20,59 19,16 18,45
Bloque 5 C14B5 14 5,322760 -72,296374 Incorpora 18,08 18,17 16,77 17,12
C15B5 15 5,322742 -72,296372 Quema 20,68 16,19 15,19 14,12
26

Se incorpora
Se quema
Se saca
Fuente: El autor (2021).

5.3.2 Dinámica temporal de la CIC.

La Figura 8 muestra la dinámica temporal de la CIC en función del manejo de residuos de

cosecha de maíz en suelos entisoles. Evidenciando que el tratamiento “incorpora”, presenta un

valor final de 18,506 meq/100g de suelo seco de CIC, este resultado al compararlo con el

tratamiento “se retira el material” que obtuvo un valor después de dieciséis meses (16) de 15,894

meq/100g, determina que la dinámica a través del tiempo fruto del efecto de los tratamientos dio

como resultado un valor de CIC más alto al final del estudio para el tratamiento “incorpora”.

Figura 8. Dinámica temporal de la CIC.

Fuente: tomado de JMP (2021).


27

Es importante resaltar que el p-valor fue de 0,0168 (Ver figura 9), esto indica que la dinámica

temporal de la CIC en función del manejo de residuos de cosecha de maíz en suelos entisoles,

cumple con la condición de ser menor que el nivel de significancia, por esto se considera como

un resultado estadísticamente significativo.

Figura 9. Valor (p) factor tiempo.

Fuente: Tomado de JMP (2021).

5.3.3 Disminución en porcentaje, de la CIC con respecto a la línea base.

En la figura 10, se puede observar el porcentaje de disminución del valor de la CIC con respecto a

la línea base, como consecuencia del impacto de la dinámica temporal de los tratamientos. Los

datos indican que todos los tratamientos tuvieron disminución con respecto a la línea base, se

destaca que el tratamiento “incorpora” después de tres cultivos dieciséis (16) meses, fue el que

menos disminuyo el valor de CIC con un 36%, el tratamiento “se retira el material” ocupo el

segundo lugar con un 38% y por último el tratamiento “se quema” con un 45%. (Ver Tabla 5).

Gráfica 3. Porcentaje de disminución del valor de CIC con respecto a la línea base.
28

Figura 10. Porcentaje de disminución de CIC con respecto a la línea base.

Porcentaje de disminucion de CIC con respecto a


la linea base

0,20

0,15

0,10

0,05

0,00 primer cultivo segundo cultivo tercer cultivo


Incorpora Quema Saca

Fuente: el Autor (2021).

Tabla 5. Porcentaje de disminución del valor de la CIC con respecto a la línea base.

Porcentaje de disminución de CIC con respecto a la línea base


cultivo Incorpora Quema Saca
primer cultivo 0,11 0,18 0,10
segundo cultivo 0,18 0,11 0,12
tercer cultivo 0,08 0,16 0,16
Fuente: El autor.

5.3.4 Disminución en meq/100 g de suelo, de la CIC con respecto a la línea base.

En la tabla 6 se encuentran los valores de la CIC correspondientes a la línea base y valores de CIC

de los tres cultivos. En la figura 11. Se puede apreciar en meq/100 g de suelo seco, la disminución
29

de la CIC con respecto a la línea base luego del impacto logrado en el suelo con los tratamientos.

Los datos indican que todos los tratamientos tuvieron disminución con respecto a la línea base, se

destaca que el tratamiento “incorpora” después de tres cultivos dieciséis (16) meses, fue el que

menos disminuyo el valor de CIC con 18,51 meq/100g de suelo, el tratamiento “se retira el

material” ocupo el segundo lugar con 16,33 meq/100g de suelo y por último el tratamiento “se

quema” con 15,9 meq/100g de suelo.

Tabla 6. Disminución en valores de meq/100g con respecto a la línea base.

Tratamiento Línea base de CIC Primer cultivo Segundo cultivo Tercer cultivo
Incorpora 20,03 17,87 16,43 18,51
Quema 19,48 16,02 17,26 16,33
Retira 19,00 17,14 16,70 15,90
Fuente: el autor (2021).

Figura 11. Disminución de CIC en relación con la línea base.

Disminucion de CIC en relacion a la linea base.


meq/100g
25,00

20,00

15,00

10,00

5,00

0,00
linea base de cics primer cultivo segundo cultivo tercer cultivo

Incorpora Quema Retira

Fuente: el autor (2021).


30

5.3.5 Biomasa incorporada a lo largo del tiempo.

La biomasa incorporada al suelo después de efectuarse el proceso de descomposición

aumentó el contenido de materia orgánica del suelo; esto proporcionó más capacidad de

intercambio catiónico a lo largo del tiempo. La biomasa en kg. incorporada al suelo en la

investigación como resultado de los tratamientos fue la siguiente (ver tabla 7):

Tabla 7. Biomasa incorporada a lo largo del tiempo.

Promedio de biomasa incorporada por bloque en


kg

Bloque 1 Bloque 2 Bloque 3 Bloque 4 Bloque 5 Promedio


Primer cultivo 28,1 27,7 29,2 30,1 275 28,5
Segundo
cultivo 27,3 28,5 27,8 29,3 28,4 28,3
Tercer cultivo 29,6 32,3 28,4 28,7 29,1 29,6
General 28,8
Fuente: El autor (2021).

Los resultados de la investigación se centran en el análisis de la información recolectada al

terminar los cultivos de maíz y obteniendo los datos de CIC mediante análisis de laboratorio de

las muestras de suelo que fueron tomadas.

Por lo general, los suelos con alta CIC, son aquellos con altos contenidos de arcilla y/o materia

orgánica. La alta CIC les brinda mayor capacidad para retener nutrientes, eso normalmente los

hace más fértiles, con la comprobación de que a lo largo del tiempo la biomasa incorporada a los

suelos entisoles impacta en la CIC independientemente de la cantidad de materia orgánica que

contengan y favorece la retención de los denominados cationes del suelo; K+, Ca2+, Mg2+, Na+,
31

Al3+ y H+. Estos cationes son los predominantes en los suelos agrícolas y pueden ser reemplazados

por otros cationes presentes en la solución del suelo y en el complejo de cambio, el NH4+, Fe2+,

Mn2+ y Cu2+ son otros nutrientes que presentan carga positiva, pero se encuentran en cantidades

muy pequeñas. Con relación al contenido de estos cationes intercambiables, la cantidad que está

presente en la solución del suelo es muy pequeña comparada con la cantidad que se retiene en las

arcillas. Entonces la mayor proporción de cationes están adheridos a las superficies de las partículas

del suelo, los cuales están en equilibrio con la solución del suelo, se presenta sobre superficie de

minerales de arcilla, compuestos inorgánicos, materia orgánica, y raíces. El intercambio iónico es

un proceso reversible por esta razón el tratamiento “se retira” tuvo un descenso progresivo en la

CIC, este proceso se presenta cuando un catión o anión adsorbido sobre la superficie sólida es

intercambiado con otro catión o anión en la fase líquida. El intercambio catiónico es generalmente

considerado más importante, desde que la capacidad de intercambio catiónico es mucho mayor que

la capacidad de intercambio aniónico de la mayor parte de suelos agrícolas. Las reacciones de

intercambio iónico en los suelos son muy importantes para la disponibilidad y retención de

nutrientes en el suelo. La CIC de los principales coloides del suelo evidencia grandes diferencias

de unos a otros debido al distinto origen de la carga y, para un mismo cambiador, la amplitud del

intervalo de valores se debe a los múltiples factores que influyen en la aparición de la carga: tamaño

de las partículas, cristalinidad y tiempo de tratamiento. Para el caso de los residuos de cosecha la

variabilidad espacial que se evidencia en la investigación se debe al distinto grado de

descomposición-humificación que se presenta debido a las cambiantes condiciones de clima, en la

medida que se aplicaban los tratamientos y a lo largo del tiempo. En los entisoles del trópico, la

evolución es poca, por esto se presenta un estado inmaduro muy juvenil, resultando en un buen

porcentaje de arenas con baja capacidad de retención de nutrientes. Los valores típicos para la

capacidad de intercambio catiónico de suelos dominados por estas arenas varían de 4 a 6 meq/100
32

g de suelo, valores de calificación muy bajos, la carga variable está asociada únicamente con la

materia orgánica del suelo. La materia orgánica del suelo es la contribuyente más importante a la

CIC de estos suelos, de ahí la importancia sustancial que la investigación adelantada verificó y una

vez culminada, se puede afirmar que se comprobó que la CIC que ha sido mejorada por la adición

de residuos de cosecha, proporciona una reserva de nutrientes que reponen los nutrientes que

fueron absorbidos por las plantas o lavados de la zona radical. Esto facilita que se puedan generar

en la región y a nivel nacional, métodos estándares de manejo e incorporación de residuos de

cosecha en los sitios, donde se encuentran los suelos Entisoles,

La utilización de residuos de cosecha por parte de los productores y campesinos permitirá mejorar

la fertilidad del suelo de las fincas, esto incrementará a bajo costo la producción y rentabilidad,

mejorando la calidad de vida de las familias, especialmente de la población más vulnerable que

vive en zonas marginales.

5.4.Resultados obtenidos para el objetivo específico 3:

5.4.1. Evaluar el efecto acumulativo de residuos de cosecha de tres ciclos de cultivo de

maíz (Zea mays) sobre la CIC de suelos entisoles.

Para llevar a cabo este objetivo se requirió tomar una muestra correspondiente al tercer cultivo en

el mes de febrero de 2020, en los sitios que fueron georreferenciados, obteniendo así el resultado

de la CIC acumulada a lo largo de dieciséis (16) meses de experimentación.

Para el análisis de los datos, se realizó un ANAVA previa comprobación de supuestos de

homocedasticidad y normalidad entre tratamientos utilizando el análisis de comparación de medias


33

del método de Tukey. Al inicio del experimento, se encontró que no había diferencias significativas

entre los valores tomados para la línea base como se aprecia en la tabla 8.

Al compararse los tratamientos entre sí, se encontró que existe diferencia significativa del

tratamiento “se incorpora” con los tratamientos “se quema” y “se saca” y no existe diferencia

significativa entre los tratamientos “se quema” y “se saca”, ver tabla No 9, siendo evidente el

impacto de la incorporación del residuo de cosecha en la capacidad de intercambio catiónico en

este orden de suelos a lo largo del tiempo.

Con los valores obtenidos de la CIC acumulados a lo largo del tiempo que se encuentran en la tabla

10 se compararon los datos obtenidos de la línea base con los datos del acumulado de los tres

cultivos, que fueron tomados en febrero de 2020 y el resultado obtenido es: el tratamiento donde

la CIC disminuyó en menor grado con respecto a la línea base después de dieciséis (16) meses de

establecimiento de tres cultivos sucesivos de maíz, fue el tratamiento “incorpora”, luego el

tratamiento “quema”.

Por último el tratamiento donde más CIC se perdió fue el tratamiento “retira”, este tratamiento

perdió a lo largo del año un total de 3,1 meq/100 g de suelo de CIC y presento el dato más bajo en

CIC al final del experimento con 15,9 meq/100 gramos de suelo, luego de cultivarse maíz tres

veces sin adición de biomasa (ver figura 12).

Tabla 8. Análisis de comparación de medias utilizando el método de Tukey para los valores de la

línea base.

Nivel Media de mínimos


cuadrados
Incorpora A 20,026000
Quema A 19,482000
Retira A 19,004000
Letras iguales representan que no existen diferencias significativas.

Fuente: Tomado de JMP (2021).


34

Tabla 9. Análisis de comparación de medias utilizando el método de Tukey para los valores de

CIC acumulados en los tratamientos a lo largo del tiempo.

Nivel Media de mínimos


cuadrados
Incorpora A 18,506120
Quema B 16,334340
Retira B 15,895713
Letras diferentes representan que hay diferencias significativas.

Fuente: tomado de JMP (2021).

Tabla 10. Efecto de los tratamientos acumulados en el tiempo.

Efecto de los tratamientos acumulado en el tiempo


Línea base de
Tratamiento Biomasa CICs nov. Tercer cultivo feb. 2020
2018
Incorpora 86,4 20,03 18,51
Quema 0 19,48 16,33
Retira 0 19 15,9
Fuente: El autor (2021).
35

Figura 12. Efecto de los tratamientos acumulados en el tiempo.

Fuente: el autor (2021).

Hoy se sabe, que la quema de rastrojos agrava la dependencia de productos químicos perjudiciales,

al evitar la incorporación de nutrientes naturales a los suelos cuando se laborean los rastrojos. Los

suelos cada vez más empobrecidos por los cultivos intensivos y la falta de nutrientes naturales tras

los fuegos, acaban necesitando un aporte constante de fertilizantes, que al filtrarse por los riegos o

las lluvias hasta los estratos acuíferos profundos los contaminan haciéndose imposible la

utilización de este valioso recurso.

Adicionalmente se ha denunciado que, en 2020 durante la pandemia, las quemas de vegetación se

incrementaron con respecto a los años precedentes. En algunas zonas, como el Vichada, se estima

que se quema el 90% de la superficie de rastrojos. En Casanare se quema más del 60% de los

residuos de cosecha de cultivos como el arroz o el maíz, produciendo en determinados momentos

una degradación de las condiciones del aire que ha llegado a afectar seriamente a la calidad del

aire y, posiblemente, ha provocado concentraciones de gases tóxicos muy superiores a los niveles
36

recomendados. Pero los humos de las malas prácticas agrícolas han llegado a todo el país y se han

notado incluso en ciudades grandes como Bogotá y Medellín.

Los efectos de las quemas trascienden a la degradación de los suelos y al deterioro de la salud

humana, hay que sumar los impactos sobre el medio ambiente. Uno de ellos es el aumento de

emisiones de gases de efecto invernadero y el consecuente calentamiento global que estas quemas

generalizadas de los residuos de las cosechas están provocando en el planeta, cuando lo

conveniente es conservar los residuos de las cosechas y luego incorporarlos al suelo para mejorar

su fertilidad como quedo comprobado en esta investigación.

5.4.2 formulación de biomasa.

Teniendo en cuenta los resultados obtenidos con la tasa de pérdida de valores de CIC y basado en

la modelización de la situación derivada de la investigación, específicamente para suelos entisoles,

como un producto del resultado, se elaboró una ecuación de búsqueda de la cantidad de biomasa

que debe ser incorporada en un periodo de tiempo, que pretende alcanzar un valor de CIC ideal.

Para esto se utilizaron conceptos y procesos matemáticos lógicos, se propone que esta ecuación

sea validada y estandarizada en futuras investigaciones.

5.4.2.1. Datos:

- Tiempo de duración de la investigación 16 meses

- Biomasa acumulada aplicada en tres cultivos de maíz 86,4 kilogramos

- CIC Inicial (línea base) 20,03meq/100g

- CIC Final resultado del tratamiento “incorpora” 18,51 meq/100g


37

- Área implicada 12 m2

Variables
CIC (meq/100g) (-) Tiempo (meses) (+) Biomasa (kg)
20,03 16 86,4
18,51 12 X

Cf=capacidad de intercambio catiónico factor.


Ci=capacidad de intercambio catiónico ideal.
Bf=86.4 biomasa factor.
Bi=biomasa incógnita.
Tf= tiempo factor 16m.
Ti=tiempo ideal 12m.
Ai= área implicada.
5.4.2.2 Ecuación planteada. ----------- (Ci/Cf) * (Tf/Ti) = Bf/Bi ----------------
Razonamiento matemático.
Ci20,03 meq/100g Tf16 Bf 86,4kg/ua
∗ =
Cf 18,51 meq/100g Ti12 Bikg/ua
(Ci20,03 ∗ Tf16) Bf86,4
=
(Cf18,51 ∗ Ti12) X
296,16 86,4
=
240,36 𝑋
296,16 ∗ 𝑋= 86,4 * 240,36
Solución:
Bi=Bf x (Cas x Ti)
Ci x Tf

Bi=biomasa incógnita.

Bf=biomasa Factor.
38

Cf=CIC factor

Ti=tiempo ideal

Ci=CIC ideal

Tf=tiempo factor

86,4 𝑘𝑔/𝑢𝑎 ∗ 240,36𝑚𝑒𝑞/100𝑔


𝑋=
296,16 𝑚𝑒𝑞/100𝑔

Bi = 70,12123177 Kg/ua de Biomasa al año para alcanzar 20.03 meq/100g en 12 m2 (área


factor)
Relación matemática implicando el área;
Ejemplo: halle la biomasa que se debe aplicar en 5000 m2.
B/ua= Ai x Bi
Af
B/ua= biomasa a aplicar por unidad de área.

Ai= área ideal

Af= área factor

Bi= biomasa incógnita

B/ua=Ai 5000 x Bf70.125


Af70

B/ua=29.000 kg/ua de biomasa para 5000 m2


39

5.4.2.4. Ecuación de comprobación

---------------Ci x Bf = Cas x Bi -------------------


Ci 20,03 x Bf 86,4 = Cas18,51 x Bi

Bi= Ci x Bf
Cas
Bi= biomasa ideal

Ci= CIC ideal

Bf= biomasa factor

Cas= CIC del análisis

Bi = Ci20,03 x Bf 86,4
Cas18,51

Bi = 93,5 kg en 16 meses
Relación matemática implicando tiempo;

B/ua = Ti x Bi
Tf
B/ua= biomasa unidad de área.

Ti= tiempo ideal

Bi= biomasa ideal

Tf= tiempo factor


40

Bi= Ti12m * Bi93.5 kg/ua


16m
Bi = 70.125 kg de biomasa para 12 m2 en 12 meses

Relación matemática implicando el área;


Ejemplo: halle la biomasa que se debe aplicar en 5000 m2. En 12 meses para lograr una CIC de

20,03 meq/100g de suelo.

B/ua= Ai x Bi
Af
B/ua= biomasa a aplicar por unidad de área.

Ai= área ideal

Af= área factor

Bi= biomasa ideal

B/ua=Ai 5000 x Bf70.125


Af12
B/ua= 29.000 kg/ua de biomasa para 5000 m2
41

6. CONCLUSIONES.

• Se concluye de la presente investigación, analizando los resultados, después de haber

estudiado la dinámica temporal de la CIC en función del manejo de residuos de cosecha de

tres cultivos de maíz, luego de evaluar el efecto acumulativo de residuos de cosecha en

dieciséis (16) meses, que en suelos entisoles los residuos de cosecha cuando se incorporan

al suelo impactan positivamente la capacidad de intercambio catiónico.

• En cuanto a la dinámica temporal de la CIC en función del manejo de residuos de cosecha

de maíz en suelos entisoles, se evidenció que el tratamiento “incorpora”, presentó un valor

final de CIC, más alto que el tratamiento “se retira el material” lo que determina que la

dinámica a través del tiempo fruto del efecto de los tratamientos, dio como resultado un

valor de CIC más alto al final del estudio para el tratamiento “incorpora”, presentándose

una diferencia de 2,61 meq/100 g de CIC al final de la investigación en favor del

tratamiento “incorpora”.

• Teniendo en cuenta que la importancia agronómica de la CIC se fundamenta, en que influye

en las propiedades físicas (estructura, estabilidad estructural, retención de agua) y

químicas (acidez, alcalinidad), fertilidad (reposición de nutrientes), la investigación

comprobó que la CIC es dinámica en el suelo y esto depende de la cantidad de biomasa que

se le incorpore y de la interacción de los factores que facilitan el proceso de descomposición

de esta materia orgánica.

• Para poder mantener una CIC en valores adecuados de meq/100 g de suelo, se debe tener

una práctica regularizada de suministro de biomasa, que mantenga o incremente los

porcentajes de M.O. con respecto a la tasa de mineralización de esta en el suelo. Por eso
42

se debe crear conciencia de la importancia del manejo y la incorporación de los residuos

de las cosechas.

• El tratamiento “se saca el residuo” demostró ser el menos recomendable para la

sostenibilidad de la CIC a lo largo del tiempo, si se pierde la CIC se pierde la fertilidad del

suelo. Si bien es cierto esta no es una práctica generalizada, si se demostró que al efectuar

sucesivos cultivos en un mismo lote y no aplicar biomasa al mismo, deteriora en gran

medida el porcentaje de materia orgánica en los suelos, por lo tanto, decrecen también los

valores de la CIC, la conclusión es valiosa y aporta al manejo adecuado y sostenible de los

suelos.

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