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INTRODUCCION:
El suelo es la capa superficial de la corteza terrestre, vital para el funcionamiento de los ecosistemas. Es el sustrato sobre el
cual se desarrolla una gran diversidad de vida vegetal y animal. En él se alberga una cuarta parte de la biodiversidad del
planeta. Un gramo de suelo sano contiene millones de organismos tales como vertebrados, lombrices, insectos, nematodos,
ácaros, hongos, bacterias y actinomicetos. La materia orgánica y los microorganismos que habitan el suelo aportan y liberan
los nutrientes, unen las partículas minerales entre sí, con lo cual se crean condiciones para que las plantas respiren, crezcan,
absorban agua y desarrollen sus raíces, contribuyendo a prevenir la erosión.
De igual forma, el suelo abastece, purifica y retiene el agua: un metro cúbico de suelo puede almacenar 600 litros, dando
oportunidad al desarrollo de los cultivos en tiempo de sequías. El suelo es un recurso no renovable, ya que su degradación es
mayor a su capacidad de renovación. El suelo está considerado como un recurso fundamental contra el hambre, contra la
resiliencia ante inundaciones y sequías; y contribuye a mitigar el cambio climático, a mejorar la seguridad alimentaria y a
asegurar un futuro sostenible para las generaciones futuras, así como al desarrollo de las actividades agrícolas y a la
alimentación de la humanidad.
El suelo actúa como filtro y transforma los contaminantes producidos por el hombre. Está compuesto por agua, aire, minerales
y materia orgánica. Se encarga de brindar la regulación climática y la purificación del agua. Además, es hábitat de gran
variedad de especies. También proporciona alimentos, fibras y combustibles. En su preservación se inicia y termina la cadena
alimenticia. Si se corta la base de la cadena, se altera fuerte e irremediablemente el ecosistema. Una de sus principales
amenazas es la erosión, que afecta a la producción de hasta 95 por ciento de los alimentos que consumimos.
El suelo es considerado como uno de los recursos naturales más importantes, de ahí la necesidad de mantener
su productividad, para que a través de él y las prácticas agrícolas adecuadas se establezca un equilibrio entre la producción de
alimentos y el acelerado incremento del índice demográfico. El suelo es esencial para la vida, como lo es el aire y el agua, y
cuando es utilizado de manera prudente puede ser considerado como un recurso renovable. Es un elemento de enlace
entre los factores bióticos ya ¿bióticos y se le considera un hábitat para el desarrollo de las plantas. Gracias al soporte que
constituye el suelo es posible la producción de los recursos naturales, por lo cual es necesario comprender las características
físicas y químicas para propiciar la productividad y el equilibrio ambiental.
A nivel mundial, existen 32 grupos de suelos reconocidos por el sistema internacional de clasificación Base Referencial
Mundial del Recurso Suelo (WRB). El Banco Mundial estima que, de esos grupos, 37.4 por ciento se destina para
aprovechamiento agrícola. En México hay una gran diversidad de suelos: 87 por ciento de los tipos de suelo que hay en
nuestro planeta. (1)
México cuenta con 26 de los 32 grupos de suelos que existen en el mundo, entre los cuales predomina el suelo leptosol, con
28.3 por ciento; regosol, con 13.7; phaeozem, con 11.7; calcisol, con 10.4; luvisol, con 9; vertisol, con 8.6, cambisol, con 4.3;
arenosol, con 1.8; y otros tres con 12.2. Los suelos fértiles de México representan 29.3 por ciento del territorio: phaeozem,
11.7 por ciento; luvisol, 9.0; y vertisol, 8.6.
Una de las problemáticas del suelo es el crecimiento urbano, que invade tierras agrícolas. El abuso de productos químicos y
fertilizantes contra las plagas y enfermedades; para la falta de nutrientes y el aumento del rendimiento de los cultivos, es otro
factor que ha contribuido a la pérdida de suelos productivos, mayor emisión de gases de efecto invernadero, sobreexplotación
de agua, contaminación y deforestación.
La pérdida de 20.8 por ciento de los suelos productivos se debe al desplazamiento de materiales. Esto incluye la erosión hídrica
y eólica: pérdida del suelo, formación de dunas, deformación del terreno y azolve causados por el manejo inapropiado del
terreno. La degradación química representa el mayor impacto en los suelos de México, ocasionada por la eutrofización, 0.6; la
salinización/alcalinización, 3.2; polución 3.5; y disminución de la fertilidad, 92.7 por ciento respectivamente, como principales
factores que disminuyen el rendimiento de los cultivos.
Algunos objetivos de la Agenda 2030 relacionados con el suelo:
• Objetivo 2. Hambre cero. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la
agricultura sostenible.
Debido al rápido crecimiento económico y al aumento de la productividad agrícola en las últimas dos décadas, la proporción de
personas desnutridas disminuyó casi a la mitad. Muchos países en desarrollo que sufrían hambrunas están ahora en
condiciones de satisfacer las necesidades nutricionales de los más vulnerables. Regiones como Asia Central y Oriental y
América Latina y el Caribe han avanzado muchísimo en la erradicación del hambre extrema.
Lo anterior son logros significativos para del cumplimiento de las metas establecidas por los Objetivos de Desarrollo del
Milenio. Desgraciadamente, el hambre extrema y la desnutrición siguen siendo obstáculos enormes para el desarrollo de
muchos países. Se estima que 795 millones de personas sufrían de desnutrición crónica en 2014, a menudo como
consecuencia directa de la degradación ambiental, la sequía y la pérdida de biodiversidad. Más de 90 millones de niños
menores de cinco años tienen un peso peligrosamente bajo y una de cada cuatro personas pasa hambre en África.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan terminar con todas las formas de hambre y desnutrición de aquí a 2030 y velar
por el acceso de todas las personas, en especial los niños y los más vulnerables, a una alimentación suficiente y nutritiva
durante todo el año. Esta tarea implica promover prácticas agrícolas sostenibles a través del mejoramiento de los medios de
vida y las capacidades de los pequeños productores agrícolas, el acceso igualitario a tierras, tecnología y mercados, y el
fomento de la cooperación internacional para asegurar la inversión en la infraestructura y la tecnología necesaria para mejorar
la productividad agrícola.
• Objetivo 12. Producción y consumo responsables. Garantiza modalidades de producción y consumo sostenibles sin poner en
riesgo las tierras de cultivo y evita el desperdicio de alimentos.
A nivel mundial, vivimos como si tuviéramos 1,75 planetas a nuestra disposición y se calcula que la población mundial llegará a
los 10.000 millones de habitantes para 2050, con esta cifra harían falta casi 3 planetas para contar con los recursos naturales
necesarios para mantener los modos de vida actuales.
El progreso económico y social desarrollado en el último siglo ha estado ligado a una degradación ambiental que pone en
peligro nuestro desarrollo futuro y nuestra supervivencia. Garantizar el bienestar de la población, a través del acceso a agua,
energía, alimentos u otros bienes se traduce en un consumo de los recursos naturales presentes en nuestro planeta, y los
modelos actuales de producción y consumo están agotando estos recursos y dañando los ecosistemas.
Desde los años 70 no ha parado de adelantarse el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. En 2019, solo en 7 meses se
consumieron todos los recursos naturales que son capaces de regenerar los ecosistemas terrícolas en un año. Y en España
todos los recursos naturales se gastaron incluso 2 meses antes, 15 días antes que en 2018.
Asimismo, pretende impulsar los estilos de vida sostenibles entre toda la población, conseguir que el sector privado actúe bajo
criterios de sostenibilidad e impulsar el cambio de modelo a través de políticas públicas, que eliminen los subsidios a
combustibles fósiles y fomenten la contratación pública sostenible. Además, se pretender fomentar un turismo sostenible,
que genere crecimiento económico y proteja la cultura y productos locales.
«El ODS 12 pretende cambiar el modelo actual de producción y consumo para conseguir una gestión eficiente de los
recursos naturales»
De los 8 millones de especies que existen actualmente en el planeta, un millón están en riesgo. La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierte de esta alarmante pérdida de biodiversidad que además supone una
amenaza para la economía global por las consecuencias de la denominada “sexta extinción masiva” e insta a los países a actuar
ante la pérdida de biodiversidad, señalándolo como uno de los grandes riesgos del siglo XXI.
Se requieren soluciones a largo plazo para combatir la desertificación y la deforestación y preservar los hábitats terrestres,
cuestiones clave para garantizar el suministro de alimentos y agua a la población, combatir el cambio climático y la
contaminación atmosférica y evitar crisis ambientales que produzcan desplazamientos de población e inestabilidad política en
multitud de países.
El ODS 15 pretende impulsar un uso sostenible de los ecosistemas terrestres, principalmente a través de la lucha contra la
deforestación y la degradación del suelo, adoptar medidas para conservar la diversidad biológica, protegiendo las especies
animales y vegetales amenazadas y combatir la caza furtiva y el tráfico de especies protegidas.
«Se requieren soluciones a largo plazo para combatir la desertificación y la deforestación y preservar los hábitats terrestres»
(1) INEGI (2) UNDP
El suelo no es algo que a la mayoría de las personas les resulte atractivo; sin embargo, aunque muchas veces no lo apreciamos,
se trata de un recurso esencial para la sobrevivencia de todos los organismos en la Tierra, desde los microorganismos hasta el
humano. El suelo es el soporte y el gran proveedor de alimento, ya que en él se almacenan los nutrimentos y el agua que
sustentan a las plantas, incluidas las que cultivamos, por lo que es indispensable para el mantenimiento de la biodiversidad en
todo el mundo. Con motivo de que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus
siglas en inglés) nombró el pasado 2015 como el Año Internacional del Suelo, el propósito de este artículo es explicar qué es el
suelo, cómo se forma y qué servicios ambientales proporciona con la finalidad de concientizar sobre su estudio,
multifuncionalidad en los agroecosistemas y ecosistemas y sobre su importancia ambiental como recurso natural enfatizando
las perspectivas para su conservación y prioridades de investigación en México.
a) el clima,
b) los organismos vivos,
c) el relieve,
d) el tiempo y
e) la roca madre o material parental.
Su formación comienza cuando la roca se fragmenta y la materia orgánica se transforma por la acción de factores:
La actividad conjunta de la fauna y microorganismos hace posible mantener los suelos saludables. En este sentido, por
ejemplo, los caracoles y babosas, así como algunos hongos, secretan sustancias que al actuar como agentes cementantes
fomentan la agregación de las partículas minerales y orgánicas del suelo y evitan su erosión; por su parte, las lombrices al crear
microtúneles favorecen la aireación, infiltración del agua, penetración radicular y el transporte de nutrimentos ( Fragoso y
Rojas, 2010; Orgiazzi et al., 2016). Otro caso son los hongos que producen compuestos químicos que disuelven minerales de
las rocas a formas químicas que puedan ser asimilables por otros organismos (Schlesinger, 2000; Paul, 2007). La micorriza es
un claro ejemplo del trabajo en equipo; en este tipo de simbiosis mutualista, algunos hongos del suelo se asocian con las raíces
de 80% de las familias de plantas, pues actúan como extensiones de éstas y ambos obtienen beneficios nutrimentales, además
de permitir la retención y recirculación de los nutrimentos en el suelo (Bardgett et al., 2005). Esto ilustra cómo la microbiota
del suelo realiza múltiples funciones que mantienen al ecosistema, a los cultivos de los campos agrícolas y a los suelos
saludables permitiendo la coexistencia de la diversidad biológica y a su vez la producción de alimento.
Estudiar y comprender el funcionamiento del suelo para desarrollar sistemas de producción sustentables acordes con la
conservación del suelo y la biodiversidad que alberga es una prioridad nacional para garantizar nuestra seguridad alimentaria
(figura 3).
Figura 3
El suelo: el gran proveedor de alimento y la esperanza del futuro
Fuente: foto de E. Chimal.
Conclusiones
El suelo ofrece servicios ambientales como producto de su constitución física, química y de la actividad de una gran diversidad
de organismos que lo habitan y que trabajan en equipo dando soporte a su multifuncionalidad, muchos incluso desconocidos
por completo, pero con funciones posiblemente únicas para mantener la fertilidad. Comprender las funciones de la microbiota
en los distintos suelos es un punto crítico, ya que de ella depende la recirculación de la materia orgánica, la liberación de
nutrimentos, la filtración de elementos contaminantes, el mantenimiento de la macro-biodiversidad y la seguridad alimentaria
de una nación. En consecuencia, es esencial estudiar el suelo y generar políticas públicas para su conservación y manejo
sustentable, ya que se trata de un recurso natural no renovable en el corto tiempo, y que es crítico para el funcionamiento de
los ecosistemas. Así, al pisar o alterar el suelo debemos recordar que ahí abajo ocurren múltiples funciones y que se trata de
un micromundo complejo y bien estructurado que hace posible nuestra existencia y supervivencia y, por lo tanto, se debe
considerar un bien de interés público que requiere de una atención efectiva por parte de las distintas instancias del gobierno y
de la participación activa de la ciudadanía.
Por esa complejidad de factores que afectan la relación entre el crecimiento o rendimiento de un cultivo y la disponibilidad de
nutrientes, el concepto de fertilidad de suelos se ha ido ampliando.
Ha tenido que ir más allá del simple suministro de nutrientes para las plantas y ser considerado como un aspecto más de los
sistemas suelo-planta-clima.
Adicionalmente, a la capacidad del suelo para sostener el crecimiento de los cultivos hay que anexarle los aspectos de
rentabilidad y sustentabilidad de los agroecosistemas.
CONCEPTOS DE FERTILIDAD
Como una manera de ampliar el concepto de fertilidad de suelos, podemos dividirla en fertilidad:
Química se puede limitar al simple suministro de nutrientes disponibles para las plantas.
Física comprende la capacidad del suelo para brindar condiciones estructurales adecuadas para el sostén y crecimiento de los
cultivos en:
Estructura.
Espacio poroso.
Retención de humedad,
Densidad aparente,
Resistencia a la penetración.
Biológica se refiere a los procesos biológicos del suelo en los cuales los organismos del suelo son imprescindibles.
Estos conceptos no deben separarse ya que los procesos en el suelo ocurren en forma multivariada y compleja, por la
interrelación de factores químicos, físicos y biológicos.
Además, pueden ocurrir limitaciones de fertilidad debido a procesos de degradación como erosión, compactación y
desertificación.
Algunas de las limitaciones de fertilidad de suelos pueden ser reversibles con cierta facilidad como el caso de la disponibilidad
de nutrientes con la aplicación de fertilizantes adecuados en el momento y dosis adecuadas, reacción del suelo o pH
modificado con la práctica de encalado, pisos de arado con la roturación del subsuelo.
Pero otras limitaciones pueden ser irreversibles o de difícil reversibilidad como los casos de salinidad, profundidad efectiva,
textura, y otras.
La contaminación del suelo supone la alteración de la superficie terrestre con sustancias químicas que resultan perjudiciales
para la vida en distinta medida, poniendo en peligro los ecosistemas y también nuestra salud. Esta alteración de la calidad de la
tierra puede obedecer a muy diferentes causas y, del mismo modo, sus variadas consecuencias provocan serios problemas de
salubridad que afectan gravemente a la flora, fauna y a la salud humana. Lo hacen, por ejemplo, a través de la agricultura o
afectando al equilibrio del ecosistema, polucionando el agua potable o el agua de riego, ya sea por entrar en contacto con
estos lugares o por el simple hecho de que proceda de ellos. Lamentablemente, no siempre puede solucionarse el problema, y
en ocasiones solo se recupera parcialmente, con la consiguiente degradación del área.
La contaminación del suelo o la tierra es un problema a nivel global, pues aunque haya zonas más dañadas el agua que circula
por los suelos contaminados va a parar a otras partes del mundo. Los suelos contaminados incluyen agua contaminada y esto
produce suelos infértiles, sequías, aguas no aptas para el uso y más problemas. Los motivos de esta contaminación son
básicamente las actividades humanas. Como cada día empeora más la situación del medio ambiente y peligra planeta, es
mejor que busquemos formas de frenar estos daños y prevenir su empeoramiento.
Algunas de las actividades humanas y accidentes durante estas que producen la contaminación del suelo son:
Vertidos tóxicos, ya sean directamente volcados al suelo o por un accidente, como petróleo, solventes, pesticidas,
plásticos, metales pesados y otros protagonistas de desastres naturales causados por el hombre.
El uso de pesticidas y plaguicidas químicos tóxicos para mucho más que las plagas que buscan combatir.
Los pozos ciegos.
Las filtraciones de las aguas grises y alcantarillados.
Acumulación de residuos y basura en vertederos.
Acumulación de productos industriales y de productos radiactivos.
Fugas radiactivas.
Incendios forestales.
Extracción y uso de energías no renovables.
La lluvia ácida.
Video tutorial
El término biorremediación se utiliza para describir una variedad de sistemas que utilizan organismos vivos (plantas,
hongos, bacterias, etc.) para degradar, transformar o remover compuestos orgánicos tóxicos a productos metabólicos
inocuos o menos tóxicos. Esta estrategia biológica depende de las actividades catabólicas de los organismos, y por
consiguiente de su capacidad para utilizar los contaminantes como fuente de alimento y energía.
Las rutas de biodegradación de los contaminantes orgánicos, varían en función de la estructura química del Tecnologías
de biorremediación compuesto y de las especies microbianas degradadoras. El proceso de biorremediación incluye
reacciones de óxido-reducción, procesos de sorción e intercambio iónico, e incluso reacciones de acomplejamiento y
quelación que resultan en la inmovilización de metales.
La Biorremediación es el proceso de descontaminación que, utilizando esos microorganismos, acelera ese proceso
natural e irreversible, en sitios donde la contaminación es muy elevada. Entre estos microorganismos se encuentra la
pseudomona putida, una de las principales bacterias del preparado Biopulcher Petreololítico.
La biorremediación con bacterias ya se usa en todo el mundo para restaurar la calidad del medio ambiente.
Por ejemplo, en la actualidad se utiliza la capacidad natural de algunas bacterias para degradar el petróleo.
La biorremediación permite entonces reducir o remover los residuos potencialmente peligrosos presentes en el
ambiente (26) y por lo tanto, se puede utilizar para limpiar terrenos o aguas contaminadas, dado que su ámbito de
aplicabilidad es muy amplio, pudiendo considerarse como objeto de remediación cada uno de los …
La biorremediación es cualquier proceso que utiliza organismos vivos para absorber, degradar o transformar los
contaminantes y retirarlos, inactivarlos o atenuar su efecto en el suelo, el agua y el aire. Para ello usamos bacterias,
naturales e inocuas, capaces de degradar las sustancias nocivas y materia orgánica.
Para ser eficaz, la biorremediación ambiental requiere una temperatura específica, nutrientes y el alimento. Estas
condiciones permiten que los microbios indicados crezcan, se multipliquen y absorban más contaminantes. Sin las
condiciones adecuadas, los microbios crecen muy lentamente o mueren.
Una de las ventajas tiene la fitorremediación son el empleo de plantas y microorganismos benéficos,
la fitorremediación descontamina los suelos reduciendo los costos de acciones tradicionales, al utilizar procesos como
fitoextracción –captación de metales por las raíces y colecta en tallos y hojas-, fitodegradación –degradación de las
plantas de compuestos …
La biorremediación ambiental con bacterias se logra en cualquier proceso que utiliza organismos vivos para absorber,
degradar o transformar los contaminantes y retirarlos, inactivarlos o atenuar su efecto en el suelo, el agua y el aire. Para
ello usamos bacterias, naturales e inocuas, capaces de degradar las sustancias nocivas y materia orgánica.
Una de las desventajas de fitorremediación es que Perjudica escasamente el ambiente y los suelos. Adelanta los
procesos de reinstauración de comunidades vegetales. No amerita grandes inversiones. La fitorremediación puede
aplicarse a diversos contaminantes, orgánicos e inorgánicos y una de la biorremediación es que resulta más económico
en comparación a otros tratamientos físico-químicos. Se trata de técnicas sencillas. Es una tecnología poco invasiva, por
lo que no genera desechos y en consecuencia es amigable para con el ambiente. Demanda poca energía.
ACTIVIDAD: RESPONDE EL SIGUIENTE CUESTIONARIO
Un científico del suelo estudia los pocos metros superiores de la corteza terrestre en términos de sus propiedades físicas
y químicas; distribución, génesis y morfología; y componentes biológicos. Un científico del suelo necesita una sólida
formación en ciencias físicas y biológicas y en matemáticas.
La ciencia del suelo es la ciencia que trata los suelos como un recurso natural en la superficie de la Tierra, incluida la
formación, clasificación y cartografía del suelo; propiedades físicas, químicas, biológicas y de fertilidad de los suelos; y
estas propiedades en relación con el uso y manejo de los suelos.
Los suelos desempeñan múltiples funciones en la calidad de vida en todo el mundo. Los suelos no solo son el recurso
para la producción de alimentos, sino que son el soporte para nuestras estructuras, el medio para la eliminación de
desechos, mantienen nuestros patios de recreo, distribuyen y almacenan agua y nutrientes, y apoyan nuestro medio
ambiente. Soportan más vida debajo de su superficie de la que existe arriba. Facilitan el ciclo de vida del crecimiento,
sustento y decadencia. Influyen en la distribución mundial de plantas, animales y personas.
La ciencia del suelo es la ciencia que estudia los suelos como un recurso natural sobre la superficie de la Terrestre,
incluida la formación, clasificación y cartografía del suelo; propiedades físicas, químicas, biológicas y de fertilidad de los
suelos; y de estas propiedades en relación con el uso y manejo de los suelos.
Los suelos desempeñan múltiples funciones en la calidad de vida en todo el mundo. Los suelos no solo son el recurso
para la producción de alimentos, sino que también el soporte para nuestras estructuras, el medio para la ubicación de
nuestros desechos o residuos, mantienen nuestros parques de recreo, distribuyen y almacenan agua y nutrientes, y
soporte de nuestro medio ambiente. Albergan más vida debajo de su superficie de la que existe sobre ellos (ida aérea).
Del mismo modo facilitan el ciclo de vida, crecimiento y descomposición de las plantas muertas. Influyen en la
distribución mundial de los vegetales, animales y personas.
Los científicos de suelos trabajan para gobiernos federales y estatales, universidades y el sector privado. El trabajo de un
científico del suelo incluye la recopilación de datos del suelo, consulta, investigación, evaluación, interpretación,
planificación o inspección relacionada con la ciencia del suelo. Esta carrera incluye muchas tareas diferentes e implica
hacer recomendaciones sobre abundantes áreas de recursos.
Un científico del suelo necesita buenas habilidades de observación para poder analizar y determinar las características
de los diferentes tipos de suelos. Los tipos de suelo son complejos y las áreas geográficas que puede estudiar un
científico del suelo son variadas. Las fotos aéreas o varios tipos de imágenes satelitales se utilizan a menudo para
investigar el territorio. Las habilidades informáticas y los sistemas de información geográfica ayudan al científico a
analizar las múltiples facetas de la geomorfología, la topografía, la vegetación y el clima y así descubrir/predecir los
patrones que forman en el paisaje.
Los científicos del suelo trabajan tanto en oficinas y laboratorios como en el campo. El trabajo puede requerir caminar
sobre terrenos accidentados y desiguales, usando picos palas, u otros utensilios y herramientas que les permiten
recolectar muestras o examinar una exposición de su estructura interna en un hoyo en el suelo.
Los científicos del suelo trabajan en una variedad de actividades a las que aplican el conocimiento adquirido al estudiar
la ciencia del suelo. Este trabajo se realiza a menudo con profesionales de la ciencia no relacionados con el suelo. El
trabajo de un científico del suelo puede implicar:
• Realización de estudios generales y detallados de suelos
• Determinar las características hídricas (humedad) del suelo.
• Recomendar programas de manejo de suelos.
• Ayudar a diseñar planes hidrológicos en áreas suburbanas.
• monitorear los efectos de las actividades realizadas en las granjas, ranchos o bosque, sobre la productividad de los
suelos
• Asesoramiento técnico útil con vistas a planificar y colaborar y planificar en los programas y proyectos para el manejo
de la tierra.
• predecir el efecto de las opciones de diferentes opciones de manejos de la tierra sobre los recursos naturales
• preparar informes que describan las características de la tierra y el suelo
• asesorar a los administradores de tierras sobre las capacidades y limitaciones de los suelos (por ejemplo, ventas de
madera, proyectos de rehabilitación de cuencas hidrográficas, planificación del transporte, productividad del suelo,
maniobras militares, desarrollo de actividades recreacionales)
• capacitar a otro personal
• Preparar documentos técnicos y asistir a reuniones profesionales de ciencias del suelo.
• Realización de investigaciones en instituciones de investigación ya sean públicas o privadas.
• Manejo de suelos para la producción de cultivos, productos forestales y el control de la erosión.
• Evaluación de la disponibilidad de nutrientes y agua para los cultivos.
• Gestión de suelos para el diseño paisajístico, recuperación de minas y restauración del sitios contaminados,
investigación de suelos forestales, humedales, riesgos ambientales, estado ecológico del medio ambiente e
investigaciones arqueológicas,
• Evaluación de la aplicación de residuos, incluidos los desechos resultantes, no peligrosos o que dejan de serlo tras su
procesado (gestión de residuos y lodos residuales)
• Realizar estudios sobre la estabilidad del suelo, la retención de humedad o el drenaje, la sostenibilidad y el impacto
ambiental
• Evaluación de riesgos naturales, incluidos los sitios en donde se depositan residuos peligrosos que involucran técnicas
de investigación de suelos, evaluación del destino químico y fenómenos de transporte de sustancias peligrosas, así como
las alternativas adecuadas para su remediación/rehabilitación.
• regular el uso de los recursos de la tierra y el suelo por intereses privados y públicos (agencias gubernamentales).
Estas son algunas de las actividades que practican regularmente los científicos del suelo. Este trabajo se realiza con
mayor frecuencia en coordinación con otros profesionales de menor capacitación y conocimiento de los sistemas del
suelo.
Los científicos del suelo bien capacitados tienen una gran demanda para una amplia gama de puestos profesionales con
agencias públicas o empresas privadas. Estos son algunos ejemplos específicos de las posiciones que actualmente
ocupan los graduados en ciencias del suelo de una sola universidad en los últimos 10 años.
• Especialista en humedales
• Técnico de cuencas (de drenaje)
• Hidrología con otros expertos en temas de salud pública.
• Técnico ambiental
• Especialista estatal en calidad de suelos y aguas.
• Conservacionista de suelos
• Agente Agrícola de unidades territoriales administrativas
• Negocios relacionados con el paisajismo.
• Agricultura
• Evaluación in situ
• Consultor de cultivos.
• Científico de suelos, cartografía e interpretación, Departamento de Agricultura de EE. UU.
• Investigador técnico
• Planificador de conservación
• Gerente de marketing en unidades administrativas (provincias, cmercas) para empresas agrícolas.
• Conservacionista en unidades administrativas
• Especialista en producción de cultivos.
• Investigador científico.
Las personas que se convierten en científicos del suelo generalmente tienen una o más de las siguientes
características/deseos/aptitudes/habilidades:
• Amor a la ciencia
• Disfrutar trabajando al aire libre
• Entusiasmo por los mapas y las relaciones en la naturaleza.
• Deseo de ser parte integral de las decisiones ambientales relacionadas con la conservación del suelo, el uso del suelo,
la calidad del agua o la gestión de residuos
• Disposición a comunicar sus conocimientos sobre los suelos y el medio ambiente en todos los aspectos de la sociedad
• Hambre de respuestas a preguntas y soluciones a problemas en entornos agrícolas y ambientales
• Deseo de contribuir al éxito de los demás.
La mayoría de los científicos del suelo han obtenido al menos una licenciatura de una importante universidad agrícola
(pero también en otras como biología, geología, geografía, etc.). En muchas universidades, hay dos opciones disponibles
para la capacitación de especialistas en suelos. La opción Ciencia del suelo prepara a los estudiantes para ingresar al
sector agrícola como asesores agrícolas, consultores de cultivos, conservacionistas de suelos y aguas, o como
representantes de empresas agrícolas. La opción de Ciencias del suelo en el medio ambiente prepara a los científicos de
suelos para carreras relacionadas directamente con el ambiente, como la calidad del agua, la remediación y restauración
de sitios contaminados, o la evaluación en el sitio de las propiedades del suelo en la construcción, eliminación de
desechos e instalaciones recreativas.
El requisito mínimo para alcanzar un puesto de científico de suelos en USDA – NRCS o USDA servicio Forestal consiste en
realizar una licenciatura de 4 años que incluye 30 horas al semestre en ciencias naturales (por ejemplo, ciencias
biológicas, físicas y de la Tierra) y 15 horas de semestrales en ciencia del suelo (p. ej., génesis y morfología del suelo,
química del suelo, física del suelo y fertilidad del suelo). La mayoría de las principales universidades que todavía tienen
un programa de ciencias del suelo ahora ofrecen cursos sobre suelos, solo a nivel de posgrado.