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DERECHO PENAL.

PARTE GENERAL: TEORÍA GENERAL DEL DELITO

SEMINARIO 2. Tema 4. La adecuación típica en los tipos activos

Actividad: análisis de casos

Caso n.º 1:

El consejo de administración de una compañía farmacéutica ha de decidir si lanza al mercado un


nuevo medicamento, cuya venta reportará enormes beneficios a la empresa, pero que todavía no ha
superado los controles de seguridad impuestos por la normativa en la materia. El consejo está
formado por cinco miembros, las votaciones son secretas y basta una mayoría simple para la
adopción de decisiones. Sin haberse puesto de acuerdo previamente para ello, todos los consejeros
emiten su voto al mismo tiempo en cinco trozos de papel. Los cinco votos son afirmativos, por lo
que la comercialización del medicamento se aprueba por unanimidad. El medicamento resulta ser
defectuoso y provoca graves lesiones a todas las personas que lo consumen.

Sujeto activo: la industria farmacéutica.


Sujetos pasivos: las personas que consumen el medicamento.
Se trata de un delito especial propio, dado que el consejo realiza actos o comportamientos contrarios a
los deberes inherentes a su cargo. Por tanto, se le puede imputar al consejo el delito de lesiones.

Hay causalidad por la teoría de la equivalencia de las condiciones, además existe un riesgo no
permitido por no haber llevado a cabo las pruebas pertinentes.

Caso n.º 2:

A, conduciendo un automóvil, se salta un semáforo en rojo. Quinientos metros más adelante,


conduciendo de forma correcta, atropella a un peatón que cruza imprudentemente.

En este caso no hay causalidad, puesto que realmente no conocemos que hubiera pasado en caso de
que no se hubiera producido el atropello. El responsable es el peatón.

Caso n.º 3:

Dos ciclistas circulan en línea sin luces de noche y en una zona no iluminada. Debido a la
circulación sin luces el primero de los dos ciclistas colisiona de frente con un tercer ciclista
falleciendo los dos. Se prueba que la colisión se hubiera evitado si el segundo ciclista hubiera
dispuesto de iluminación.

Hay causalidad

Caso n.º 4:

En el curso de una clase teórica acerca del uso de un modelo de lanzagranadas, el sargento del
ejército A había estado utilizando un simulador del arma. Después de varias demostraciones
prácticas acerca del funcionamiento del arma, efectuadas sin munición en el simulador, A lo guardó
en su funda de transporte para pasar a explicar el mecanismo del visor del aparato mediante unas
láminas. Mientras A estaba dando estas explicaciones, el teniente jefe de la sección B sacó el
simulador de la funda y lo cargó con el cartucho correspondiente para que estuviera preparado para
que él mismo diera al final de la clase una última explicación. Esto no fue advertido por A, y B no
quiso interrumpir la explicación que éste estaba desarrollando, de manera que no lo avisó de que el
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simulador estaba cargado. En ese momento, B fue llamado por el encargado del aparato de radio.
Mientras B estaba aún ausente, A volvió a coger el simulador con el objeto de explicar con él lo
acabado de exponer con ayuda de las láminas. Durante la explicación, dos cabos, C y D, que
ayudaban a A en la clase, se situaron detrás del simulador (algo que se prohibía expresamente en las
normas de desarrollo de las prácticas). Confiando en que el aparato estaba descargado, A apretó el
gatillo del simulador sin verificar antes —como era obligatorio— si había alguien situado detrás. C
resultó alcanzado por la deflagración del cartucho (que se proyecta hacia atrás) y sufrió lesiones en
un ojo.

Caso n.º 5:

El conductor de un camión, al adelantar a una bicicleta guardando una distancia lateral demasiado
pequeña —0,75 m, siendo la distancia reglamentaria de al menos 1,5 m—, atropella con las ruedas
delanteras del remolque del vehículo al ciclista, que fallece como consecuencia. En el procedimiento
penal que se abre por imprudencia se descubre, sin embargo, que el ciclista conducía ebrio, de
manera que posiblemente también habría caído bajo las ruedas del camión, y perecido, aunque el
camionero lo hubiera adelantado correctamente.

Sujeto activo: el conductor del camión.


Sujeto pasivo: el ciclista.
Se trata de un delito común??
Solo cabría imputar al camionero si se demostrara que la conducta incorrecta ha incrementado el riesgo
en comparación con el peligro que ya de por si suponía que el ciclista fuera ebrio. Como se demuestra
que, aunque el camionero hubiera mantenido la correcta distancia de separación el resultado hubiera
sido el mismo, no se le puede imputar la muerte del ciclista.

Caso n.º 6:

A provoca un incendio en una casa, en la que se encuentran B y su hijo C, de seis meses de edad. B
consigue salir de la casa en llamas, pero no tiene tiempo de sacar a C, que se queda en la cuna.
Variantes del caso:
a) Un bombero fallece al intentar salvar a C.
Hay causalidad, autopuesta en peligro
b) D, que pasaba por allí, se percata de lo que ocurre y entra en el edificio para intentar salvar a C y
fallece en el intento.
No hay causalidad pero si autopuesta en peligro por parte del tercero, y se le podría imputar a A por
imprudencia.
c) Los bomberos logran sacar a C de la casa y ponerlo a salvo. B vuelve entrar en el edificio para
intentar salvar unas fotos familiares a las que tiene mucho cariño y fallece en el intento.
Hay causalidad en el sentido de que A quería matar a B y este muere, también hay autopuesta en
peligro por parte de B.

Caso n.º 7:

A ataca a B con un cuchillo, provocándole lesiones mortales. B es trasladado al hospital en


ambulancia. Variantes del caso:
a) Mientras B está esperando ser atendido por un médico, se desencadena un incendio en el hospital,
falleciendo B como consecuencia.
b) B es atendido por el médico D, que (de forma contraria a la lex artis) se demora demasiado en su
tratamiento y no logra salvarle la vida. Si D hubiera actuado correctamente, B habría sobrevivido
con una probabilidad rayana en la certeza.
c) B es atendido de urgencia por el médico D, que consigue cerrar sus heridas, pero se olvida (de
forma contraria a la lex artis) de esterilizar parte del instrumental. B fallece de una infección pocos
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días después. Si D hubiera actuado correctamente, B habría sobrevivido con una probabilidad rayana
en la certeza.

Sujeto activo: A
Sujeto pasivo: B
En la variante a se trata de ausencia de acción por fuerza mayor. La muerte de B no se le puede
imputar a A, aunque B haya creado un riesgo por encima del permitido, la causa por la que ha
fallecido es por el incendio.
En las variantes b y c se trata de un delito especial propio por parte de D??. La muerte de B no se le
puede imputar a A, ya que la causa por la que ha fallecido es por la demora/practica irresponsable de
D. Por tanto, se le imputará a este.

Caso n.º 8:

A y B, que no se conocían hasta ese momento, coinciden una noche en un local de baile. Después de
entablar conversación, bailar, pasear, etc., mantienen relaciones sexuales sin hacer uso de un
preservativo. La persona A es portadora del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). La persona
B resulta contagiada y fallece diez años más tarde como consecuencia de la enfermedad. Variantes
del caso:
a) B piensa que merece la pena correr el riesgo de cualquier infección por mantener esa relación
sexual.
b) B no piensa siquiera que existan riesgos de ninguna clase en ese contacto.

Nota: téngase en cuenta que la mera condición de infectado por el VIH es considerada constitutiva
de «grave enfermedad somática o psíquica» a los efectos del delito de lesiones (arts. 149 y 152 CP).

Sujeto activo: A
Sujeto pasivo: B
En la variante a, B asume el riesgo al mantener relaciones sexuales con A y, por lo tanto, es un caso de
imputación objetiva, dado que existe una relación de causalidad además de un riesgo que no entra
dentro de lo permitido, puesto que la propia víctima se pone en una situación de autopeligro de forma
voluntaria y consciente al aceptar mantener relaciones sexuales pese al riesgo que eso conlleva. Por
ello, será imputado a la propia víctima.
En la variante b, la muerte de B sería imputable a A porque A debería haberle informado de su
situación de peligro. Se cumple tanto la relación de causalidad como la creación de un riesgo superior
al permitido.

Caso n.º 9:
A permitió a la joven B, que estaba haciendo autostop, subir al camión que conducía y le hizo a
continuación reiteradas proposiciones de mantener relaciones sexuales, que fueron rechazadas por
ella también de forma reiterada y rotunda, pidiéndole a A que detuviera el vehículo. En lugar de
esto, A se apartó de la carretera principal por la que transitaban para adentrarse en un camino
vecinal, lo que motivó que B dijera a A que, en caso de no parar inmediatamente, ella se tiraría en
marcha. Al ver que A no atendía sus ruegos, se fue acumulando en B un estado de tensión ante la
situación creada y, sintiéndose impotente para solucionarla, presa del pánico, abrió la puerta de su
lado, y arrojando primero el bolso, se lanzó fuera del camión, de modo que, al caer al suelo, su
pierna izquierda fue aplastada por las ruedas traseras del vehículo, sufriendo graves lesiones.

Caso n.º 10:


Al girar en una calle, A, que conducía un autobús de la EMT, atropella a dos peatones, B y C, que
estaban cruzando la carretera por un lugar no habilitado para ello. A consecuencia de esto, ambos
peatones sufren lesiones graves. Por hacer esa ruta a menudo, el conductor A era consciente de que
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en esa calle los peatones acostumbraban a cruzar la carretera no por donde estaba ubicado el
semáforo, sino unos cuantos metros más cerca de la esquina por donde giró el autobús.
Sujeto activo: A (el conductor del autobús).
Sujetos pasivos: B y C (los peatones).
Se trata de un delito común.
En este caso, el conductor tiene conocimientos especiales ya que hace esa ruta a menudo y es
consciente que los peatones acostumbran a cruzar la calle por donde no deben, por lo tanto aunque
no se le pueda imputar objetivamente la conducta que lleva al resultado, si que es impuble porque
debería de haber ido con más cuidado ya que tenia el conocimiento de que los peatones suelen cruzar
equivocadamente por esa zona.

Caso n.º 11:


A entra en una tienda de menaje del hogar y le pide al dependiente, B, un cuchillo de cocina,
indicándole que pretende utilizarlo para matar a su cónyuge, a quien ha sorprendido en una
infidelidad. A pesar de ello, B vende el cuchillo a A, que efectivamente lo utiliza para matar a su
cónyuge.

Caso n.º 12:


El estudiante de arquitectura A trabaja en sus vacaciones de verano como peón de albañil con la
intención de adquirir la perspectiva del personal de ejecución de obra como un valioso complemento
para su formación como arquitecto. Estando trabajando en la obra de una vivienda unifamiliar, A
recibe del jefe de obra el encargo de preparar con hormigón armado la estructura del techo de la
casa. Un rápido vistazo a los parámetros del techo muestra a A —que obtuvo las más elevadas
calificaciones en la correspondiente asignatura de su carrera universitaria— que el cálculo de la
estructura es erróneo, de modo que parece seguro que la futura casa acabará derrumbándose. Aun
así, A, quien teme roces con el jefe de obra si le advierte del error, decide guardar silencio y se limita
a ejecutar las instrucciones que se le han dado. Al cabo de unos días, la casa que él contribuyó a
levantar se derrumba, enterrando bajo sus escombros a un grupo de niños de corta edad que jugaban
en una de las estancias del edificio, convertido en jardín de infancia.

Caso n.º 13:


En el transcurso de una pelea, A le da un fuerte puñetazo a B, provocando que éste caiga al suelo. En
tal situación, A comienza a dar patadas en el estómago a B hasta llegar a romperle el bazo. Después
de pasar varios días en el hospital, B fallece. Con bastante anterioridad a la fecha de la agresión, B
presentaba un bazo patológico consistente en un notable aumento de tamaño y fragilidad del mismo,
que le hacía más vulnerable a los traumatismos abdominales, con el consiguiente riesgo de rotura.
Variantes del caso:
a) A conocía el delicado estado de salud de B.
b) A no conocía la especial debilidad de B.

Caso n.º 14:

Cuando A se dispone a hacer una travesía por el desierto, B, subrepticiamente, pone una dosis
mortal de veneno en su cantimplora. A se lleva la cantimplora al desierto, donde C se la quita,
pensando que contiene agua pura. A muere de sed.

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