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Maltrato en Niños y Niñas en Situación de Calle

El maltrato infantil es una problemática desde tiempos remotos en niñas y niños, el cual se
agrava estando en situación de calle, es un problema que impregna a toda la sociedad, y que
evidentemente ejerce un impacto negativo en los niños/as, no solamente durante la infancia,
sino que durante toda la vida, que en gran medida se ven afectados por la violencia, lo que ha
conllevado a la vulneración constante de sus derechos, algunos de estos maltratos pueden ser,
forzarlos al trabajo, golpearlos, agredirlos verbalmente, desatendiéndolos etc. Múltiples
escenarios llevan a niños y niñas a estar en situación de calle, siendo circunstancias que
favorecen la ocurrencia de daños físicos, emocionales y sociales, daños que les dificultan
vivir con un mínimo aceptable de bienestar y seguridad, condicionada por los peligros del
lugar donde habitan y las personas con quienes se relacionan. Por lo que la calle se convierte
en un reto constante de sobrevivencia. Esta realidad sigue generando brechas interminables
en las condiciones en las que crecen muchos niños y niñas, perpetuando prácticas de
marginalización y exclusión como el abandono y la situación de vida en calle.

Alvarado y Granada (2010) señalan que la infancia en situación de calle se deriva de la


violación, los incestos y los reclutamientos de diversa índole ideológica; igualmente, la
situación de calle surge de otras circunstancias como la drogadicción, la prostitución y el
trabajo infantil (Taracena, 2014). Los NNA en situación de calle normalmente cuentan con
historias de vida similares como la típica huída de casa a causa de abusos del que son
víctimas, así es como una infinidad de infantes van formando parte de la calle creando redes
con otros niños y niñas en la misma situación.

Según los informes de UNICEF (2021), existen 100 millones de niñas y niños abandonados
en todo el mundo, de los cuales 40 millones pertenecen a América Latina. Con edades entre
los 10 y 14 años, los cuales son condenados a intentar sobrevivir en el único lugar que tienen
disponible, LA CALLE.

Las causas, la prevalencia y las experiencias de los niños en situación de calle varían dentro
de los Estados. Por lo que, reconociendo este panorama, se empezaron a construir y
consolidar políticas, decretos y leyes para su beneficio. Entre ellas se encuentra la
Convención de los derechos del Niño (Unicef, 1989) un tratado internacional que obliga a los
gobiernos y a los diferentes agentes encargados a cumplir los derechos de esta población.

Es por esto que, el Comité de los Derechos del Niño proporciona a los Estados orientaciones
bien fundamentadas sobre cómo desarrollar estrategias nacionales amplias y a largo plazo
sobre los niños en situación de calle, haciendo uso de un enfoque holístico de los derechos
del niño y con mecanismos tanto de prevención como de respuesta que se ajusten a la
Convención sobre los Derechos del Niño.
En ella podemos encontrar:

Artículo 3, párrafo 1, sobre el interés superior del niño.

● Las obligaciones dimanantes de este derecho son fundamentales, como parte de un


enfoque basado en los derechos del niño, a fin de garantizar la integridad física,
psicológica, moral y espiritual holística de los niños en situación de calle y promover
su dignidad humana. Se ha determinado que esos niños son especialmente
vulnerables. Como ya ha afirmado el Comité, el interés superior de un niño en una
situación concreta de vulnerabilidad no será el mismo que el de todos los niños en la
misma situación de vulnerabilidad. Las autoridades y los responsables de la toma de
decisiones deben tener en cuenta los diferentes tipos y grados de vulnerabilidad de
cada niño, ya que cada niño es único y cada situación debe evaluarse de acuerdo con
su condición única. En este contexto, la “vulnerabilidad” debería examinarse
conjuntamente con la resiliencia y la autosuficiencia de cada uno de los niños en
situación de calle.

Artículos 19 y 39 sobre el derecho del niño a no ser objeto de ninguna forma de violencia.
● La violencia en todas sus formas —emocional, física o sexual— es tanto una causa
fundamental como una consecuencia de que los niños terminen en situación de calle.
La violencia de todo tipo impregna la vida de los niños en situación de calle a gran
escala y es una de las principales preocupaciones señaladas por los propios niños. Es
preciso adoptar medidas inmediatas, específicas y urgentes para proteger a los niños
en situación de calle. Conjuntamente con todas las recomendaciones formuladas en la
observación general núm. 13, esas medidas incluyen: la prohibición de todas las
formas de violencia, incluidos los castigos corporales; mecanismos para llegar a los
niños vulnerables que se encuentran en proceso de desconexión de la familia y la
comunidad; mecanismos para denunciar la violencia, la discriminación y otras formas
de violaciones de los derechos; y mecanismos para exigir responsabilidades a los
autores de actos de violencia, ya sean estatales o no estatales, a título individual o
colectivo.

Es por esto que desde un enfoque de derechos, es importante enfocarse en algunos medios de
soluciones para que este tipo de circunstancias y abusos se reduzcan de la mejor manera
posible y de esta manera a determinado tiempo haya más niños y niñas erradicados de esta
condición. Nuria Cunill (2010), nos dice que, el enfoque de derecho tiene como objetivo
reivindicar el papel del Estado para garantizar el desarrollo humano y establecer la política
social como un derecho social, contemplando el impulso de políticas institucionales
tendientes a que las personas se apropien de sus derechos y participen de forma activa en el
desarrollo social, y logren controlar las acciones públicas en esa materia, ya que, “el diseño
de mecanismos que permitan a la ciudadanía el acceso a una justicia independiente y eficaz
es, pues, clave en el enfoque de derechos” (Cunill, pág.54). Y Aunque los avances jurídicos
son notables, y la formulación de la política social del Estado en torno a la niñez, y el papel
de las instituciones comprometidas evoluciona favorablemente, no son suficientes ante el
elevado desconocimiento de los derechos de los niños y niñas en situación de calle, que son
los más vulnerados ante la situación de explotación, abuso, imprevisión, y violencia que
caracteriza un gran porcentaje de la población de América Latina.

Según estudios realizados por RIDIAC 2020, donde se entrevistó a Colombia, Perú,
Argentina, Venezuela, Bolivia, México, Uruguay, Chile, Paraguay, República Dominicana y
Brasil, en donde todo el Comentario General N°21 de las Naciones Unidas se basa en la
Convención Internacional de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes en América
Latina, el 27% no tiene leyes específicas para NNA, sin embargo, todos se adhieren a la
Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas firmado en 1989. Por otra
parte, sólo el 18% Promueve el retiro obligatorio de los NNA en situación de calle de los
espacios públicos cifras que son preocupantes dada la cantidad de NNA en calle.
Continuando con el análisis estadístico, el 45% de los países entrevistados cuentan con
programas dirigidos a NNA y sus familias en situación de calle, mientras que el 63% cuenta
con apoyo financiero estatal para OSC en la provisión de servicios especializados.

A partir de estas cifras se puede analizar las políticas y funciones del estado, por lo que,
encuentro relevante investigar y analizar por qué ocurren estas circunstancias y de qué
manera mejorar esta situación desde la política pública.

De esta manera, la Convención de los Derechos Humanos nos indica que, es necesario que
las estrategias hagan frente a una multitud de causas, que van desde las desigualdades
estructurales hasta la violencia familiar. También deben contemplar medidas de ejecución
inmediata, como las de poner fin a las redadas o dejar de retirar de forma arbitraria a los
niños de los espacios públicos, y medidas que habrán de aplicarse de manera progresiva,
como la protección social integral. Es probable que se necesite una combinación de cambios
en la legislación, las políticas y la prestación de servicios. Por lo que, los Estados deberían
comprometerse a hacer efectivos los derechos humanos más allá de la infancia.

¿Pero qué pasa con el miedo generado hacia el estado?

Es en este punto donde actúan las ONGs entregando acompañamiento, confianza a través del
vínculo y a través de un proceso no lineal sino, espiral, donde la mayor problemática es
erradicar el miedo y entregar oportunidad y confianza. sin embargo, la base de estructura está
mal, ya que, el estado debería ser quien proporcione esa seguridad, pero finalmente es quien
solo entrega herramientas financieras

Si bien Las ONGs han ido consiguiendo un mayor espacio en actividades vinculadas al
desarrollo de la infancia vulnerada, se busca que el Estado impulse una política económica
articulada coherentemente a la política social y de esta manera impulsarse en la misma causa
En este sentido, debemos pensar en las intervenciones sociales a modo de entender que es un
recorte que proyecta en algunos lo que no funciona de la propia sociedad. Y de esta forma,
promover una reflexión crítica acerca de lo que hacemos y cómo y junto a quiénes, y así
enfrentarnos al desafío de desarrollar estrategias que lejos sólo de repetir, tengan la capacidad
de crear algo nuevo y transformador, donde se genere confianza a través del vínculo.

En medio de estas reflexiones se plantea el rol que debería tener las ONGs y el Estado, bajo
un conjunto de supuestos con los cuales sus acciones se puedan complementar incrementando
su eficiencia, legitimando su intervención y justificando con ello la inversión en mantener
operativas a estas organizaciones y contribuir a su fortalecimiento.

En este sentido las experiencias de trabajo conjunto o apoyo mutuo, pueden ser un valioso
incentivo que posibilite mayores espacios de encuentro y en donde la asociación estratégica
de los actores de paso a apuestas de largo plazo con compromisos equitativos.

Dice Boaventura de Sousa (2014) que hoy día es innegable la hegemonía de los derechos
humanos como lenguaje de la dignidad humana, aunque ésta deba convivir con una realidad
que nos cuestiona en cuanto a su eficiencia como discurso emancipatorio, para aquella
enorme cantidad de personas que quedan excluidas. ¿Qué pasa entonces con los derechos de
los que no los tienen?.

Referencias:
https://www.fundacioncolunga.org/wp-content/uploads/2020/12/Ni%C3%B1ez-y-Adolescenc
ia-en-situaci%C3%B3n-de-calle-en-Am%C3%A9rica-Latina.pdf

De Sousa Santos, Boaventura. Derechos Humanos democracia y desarrollo. Bogotá: Centro


de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad. De justicia. 2014.

Padilla, K., Fry, Dr. D., Germanio, A., Lu, M., Ivatury, S. & Víldrola, S. (2021, octubre).
Violencia contra niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe 2015-2021.
UNICEF, Article 978-92-806-5299-4.
https://www.unicef.org/lac/media/29031/file/Violencia-contra-ninos-ninas-y-adolescentes-en-
America-Latina-y-el-Caribe-2015-2021.pdf
Cunill, N. (2010, febrero). Las políticas con enfoque de derechos y su incidencia en la
institucionalidad pública. Revista del CLAD Reforma y democracia, Article 0310440.

Alvarado. S. & Granada. E. P. (2010). Resiliencia y sentido político en niños y niñas en


situación de calle. Revista Latinoamericana en ciencias sociales, niñez y juventud, 8(1).
http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/co/co-001/index/assoc/D8612.dir/ArtPatriciaGrana
daEcheverry.pdf

Taracena, E. (2014). Los niños y jóvenes en situación de calle como sujetos educativos.
Diálogos sobre Educación, (8).
http://www.dialogossobreeducacion.cucsh.udg.mx/index.php/DSE/article/view/304

Observación general núm. 21 (2017) sobre los niños en situación de calle. (2018). CRC, 17,
Article GE.17-10187.

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