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Control emocional. ¿Qué es y cómo trabajarlo?

A veces vivimos el día a día sin pararnos a pensar en lo que sentimos. Empezar a trabajar en tus emociones
es esencial para tu bienestar y potenciar el control emocional te ayudará a sentirte más capaz de afrontar las
situaciones negativas y de disfrutar las positivas. ¿Quién no se ha sentido desbordada alguna vez con la
sensación de ser un volcán a punto de estallar? En función de la personalidad la forma de reaccionar será
una u otra. Hay personas a las que ante una situación concreta les invade la tristeza mientras que a otras
puede producirle rabia y enfado. Hoy en día una de las situaciones que con más frecuencia genera malestar
es el estrés. Muchas personas no son capaces de gestionar el estrés diario que hay en sus vidas. La pareja, el
trabajo, los hijos, el ocio, las amistades. Todo debe permanecer en equilibrio. Es por esto que el control
emocional cobra un papel fundamental, a continuación te explicamos a qué hace referencia este concepto y
cómo puedes trabajarlo para ganar en bienestar.
Emociones con vida propia
Piensas que lo tienes todo controlado hasta que estallas. ¿Te suena? Tener control emocional no es tan fácil
como puede parecer en un primer momento. Las emociones parecen tener vida propia en nuestro interior y
su control no siempre es sencillo. Parecen ir por libre. Estás relajada, y, de repente, la música del vecino te
altera. Te enfadas y no lo puedes controlar. Estás relajada, pero en el trabajo te dicen que tienes que hacer
una presentación frente a tus jefes en dos días. Los nervios y el miedo se apoderan de tu mente y de tu
cuerpo. No puedes volver al estado de calma. Las emociones son difíciles de controlar. Necesitas
herramientas y entrenamiento, pero mejorar el control emocional es posible. Cuando sentimos emociones
nuestro cuerpo genera energía. Energía que puede afectarnos de forma positiva o negativa en función de la
situación. Como sabiamente cuenta una conocida leyenda de origen cherokee, en nuestro interior se libra
una batalla entre dos lobos. Un lobo representa la generosidad, la sinergia, la gratitud, la alegría, el amor. El
otro, es el egoísmo, el miedo, la rabia. Los dos lobos están en lucha. ¿Cuál de esos lobos ganará finalmente?
Aquel al que demos de comer. El control de las emociones consiste en potenciar la emoción adecuada, en
pensar cómo recuperar el equilibrio. Consiste en sentir de forma consciente. Si le damos plena libertad a
nuestras emociones sin pensar ni razonar sobre ellas estamos abriendo la puerta al descontrol emocional.
¿Por qué no puedes controlar tus emociones?
Todo este abanico de emociones forma parte de ti. Y si no fuese, por ejemplo, por el miedo, los seres
humanos no habríamos sobrevivido. Ante una amenaza podemos luchar o huir y, dependiendo de si
escogemos uno u otro camino, despertamos unas u otras emociones para conseguir nuestra meta: sobrevivir.
El problema: ya no estás bajo la amenaza de que un depredador pueda matarte. Pero tu mecanismo de
defensa sigue siendo el mismo y desencadena el mismo proceso en tu cerebro. Podemos reaccionar de forma
muy exagerada ante situaciones que no requieren de esa reacción. Es ahí, por ejemplo, cuando las emociones
se descontrolan y se vuelven ininteligibles. Te contaré un caso concreto, el de mi amiga María. María estaba
muy estresada con el trabajo. Un día, llegó a casa y Luis, su pareja, había olvidado hacer la cena y recoger la
habitación. Y María se enfadó muchísimo. No podía dejar de gritar a Luis y dijo cosas de las que luego se
arrepintió. Se dejó llevar por su enfado y su rabia, lo que le hizo entrar en la espiral del descontrol
emocional. Cuando le pregunté por qué no paró me dijo que no podía, que solo pudo parar cuando lo pensó
más tarde, cuando el enfado había pasado y la tensión de la situación disminuyó. Este es un ejemplo de
cómo la proporcionalidad de nuestra conducta no es adecuada y nuestra respuesta emocional está muy lejos
de ser la más adaptativa y eficaz. Aprender a identificar el momento en el que se va a desencadenar este tipo
de situaciones y entrenar la reflexión favorecerá una mejor respuesta y te ayudará a trabajar el control
emocional.
Contrarresta las emociones negativas
Como habrás podido observar de forma fácil, en nuestro abanico emocional hay una pequeña
descompensación. Y es que cuatro de nuestras cinco emociones básicas son negativas, siendo la única
positiva la alegría. Las sensaciones que nos proporcionan las emociones negativas nos dejan huella, una
huella que en ocasiones es duradera y cuesta mucho modificar. Mientras que las emociones positivas pueden
perdurar en nuestra memoria un plazo más corto. Es por esto que cuidar la salud emocional es algo
fundamental. Por eso, prestar especial atención a tus emociones a diario es fundamental. Observa cómo te
sientes. Sé la creadora de los momentos y las sensaciones que te hacen feliz y te proporcionan alegría. Toma
tu café con ese rayito de sol que te acaricia el rostro por la mañana. Despierta con esa canción que tiene el
súper poder de ponerte de buen humor al instante. Disfruta de vestir y peinar a tus hijos y del olor a colonia
infantil. Da los buenos días a tu pareja con un beso. Sonríe a tus compañeros cuando llegues al trabajo. Sé
generosa. Todo esto no hará más que potenciar las emociones positivas en ti, los buenos recuerdos. ¿Y esto
para qué sirve? Porque cuando te invadan las emociones negativas podrás recordar estos momentos, tener el
control, y recuperar la calma.
Técnicas para que trabajes tu control emocional
Identificar tus emociones, trabajarlas y sacar conclusiones de ellas puede suponer un avance en tu vida. De
esta forma empezarás a tomar el control de ti misma y a mejorar tu autoestima. A continuación te dejamos
algunos consejos de psicólogos para trabajar tu control emocional.
1.- Respira
Una de las técnicas más conocidas y usadas para potenciar el control es respirar. Evidentemente, cuando
hablamos de respirar hacemos referencia a técnicas de respiración concretas que regulen la activación, por
ejemplo la respiración diafragmática. Este tipo de respiración nos permite llenar profundamente los
pulmones y rebajar nuestro ritmo cardíaco. Inspira por la nariz y cuenta hasta 5. Retén el aire en tu interior y
cuenta hasta 4, expira por la boca y cuenta hasta 10. Sigue haciéndolo hasta que recuperes el control de tu
mente y de tu cuerpo. Respirar es uno de los ejercicios más útiles para el control emocional, pero puede que
no te funcione tan rápido como te gustaría si buscas una solución rápida en los momentos en los que la
tensión escala. Lo mejor es practicar este tipo de respiración a menudo, un mínimo de dos veces al día, hasta
que la interiorices y tu cuerpo respire así de forma natural cuando sienta que empieza a perder el control
emocional.
2. Medita
Empieza a investigar sobre el mundo de la meditación. Es una práctica muy beneficiosa que te puede ayudar
a conocer tu interior y a trabajar tus emociones. Meditar un rato cada día te ayudará a conseguir de forma
más sencilla el estado de relajación, fomentará que te sientas mejor y por tanto que te esfuerces en alcanzar
tu mejor versión aceptándote cómo eres. Siéntate en un lugar cómodo con las piernas cruzadas y la espalda
recta. Cierra los ojos y empieza a respirar profundamente. Elige un "mantra", una frase que tenga sentido
para ti y guíe tu práctica de meditación, como complemento a audios o recursos que te faciliten esa
relajación. Poco a poco aprenderás a dejar pasar los pensamientos por tu mente sin que te afecten,
aceptándolos. Aceptando tus emociones las identificas y tomas el control de tu interior.
3.- Modifica tu punto de vista
Puede que pienses que haces las cosas del mejor modo posible, pero seguro que muchas veces no es así.
Cuando tropezamos muchas veces con la misma piedra, no quiere decir que todo a nuestro alrededor tiene
que cambiar, sino que el cambio es necesario dentro de uno mismo. Aceptar los propios errores no es una
tarea sencilla. Pero, desde la humildad, hazte estas preguntas: ¿Puedes hacerlo mejor? ¿Puedes disminuir tu
mal humor? ¿Puedes ahorrarte esa pelea? ¿Puedes tener más paciencia cuando las cosas no salen cómo
quieres? ¿Puedes contestar a los comentarios que no te gusten de una forma más calmada? Si la respuesta es
que sí, puedes trabajar en tu control emocional y así mejorar aquellas situaciones que te están impidiendo
avanzar emocionalmente. Practica la generosidad desde todos los puntos de vista. Practica la sinergia, déjate
ayudar, trabaja en sintonía con las personas que tienes a tu alrededor. Practica la empatía, ponte en el lugar
de los otros y comprenderás mejor cómo se sienten. Cambiar el punto de vista y analizar los pensamientos
erróneos puede ayudarte a comprenderte mejor y mejorar tu bienestar. Conclusión El primer paso es
identificar cuál es tu patrón de comportamiento. Todos tenemos un patrón de comportamiento emocional
que repetimos una y otra vez, ¡aunque no nos funcione! Identifica cuál es tu patrón y analiza si es eficaz. Si
no te funciona, puedes trabajar en tu control emocional. Reconoce qué emociones gobiernan tu vida y con
frecuencia tienen el control de tu patrón emocional y empieza a modificarlas. No dejes que una emoción
como el miedo frene tus sueños.

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