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Las personas con buen CE saben que los estados de ánimo no son
solo cosas que nos pasan. Podemos controlarlos al saber qué estado
de ánimo es el mejor para una situación particular y cómo entrar en
ese estado de ánimo.
CE: En construcción
Antes de que sigas leyendo, toma unos minutos para pensar sobre
algunas cosas que han sucedido hoy. Aún mejor, toma un bolígrafo y
escríbelo.
El optimismo es saludable
El optimismo y el pesimismo
El optimismo y el pesimismo son actitudes mentales; maneras de
pensar y ver las cosas. Los optimistas ven el lado positivo de las
cosas. Creen que las cosas van a salir bien. Creen que tienen la
capacidad y la habilidad de hacer que las cosas vayan bien.
Por ejemplo: Griffin y Jake se presentaron para una prueba del equipo
de básquet durante el segundo año de la escuela. Ninguno de los dos
fue aceptado en el equipo. Ambos se sintieron defraudados, pero cada
uno lo tomó de una manera diferente.
Griffin es optimista. Piensa lo siguiente: "Había muchos jóvenes
talentosos en la prueba y pocos puestos. Esto me hizo practicar
mucho y por eso jugué lo mejor que pude -¡me hizo sentir muy bien! El
entrenador me hizo varios comentarios. Voy a practicar las cosas que
sugirió y veré todos los partidos de esta temporada. De esa manera
tendré más posibilidades el año próximo".
El optimismo realista
Nota las cosas buenas a medida que suceden. Al final del día, toma
unos 10 minutos para recordar lo que sucedió en el transcurso del día
y piensa en las cosas de las cuales estás agradecido. Escríbelas en
un diario o utiliza una aplicación en tu celular o tableta.
Entrena a tu mente para que crea que tú puedes generar cosas
buenas en tu vida. Toma el hábito de decirte a ti mismo cosas en las
que puedes tener éxito. Por ejemplo: 'Si estudio, puedo obtener una
mejor calificación". "Si practico, me irá muy bien en la audición". "Si
voy a ese viaje de voluntarios, haré nuevos amigos".
No te culpes cuando algo salga mal. ¿Qué es lo que te dice la voz
interior cuando las cosas no salen de la manera que planeabas? En
vez de pensar "No pasé el examen de matemática porque soy terrible
en matemática", debes decir: "No pasé el examen porque no estudié lo
suficiente. "¡No dejaré que me pase lo mismo la próxima vez!" En vez
de decir "Grace me dejó porque no valgo mucho", piensa: "Ahora sé
por qué la gente que se separa sufre tanto, pero pasar tiempo con mis
amigos me ayudará a sentirme mejor nuevamente".
Cuando algo bueno sucede, date el crédito que mereces. Piensa
en lo que hiciste para que eso haya sido posible. ¿Te preparaste para
el examen? ¿Practicaste con dedicación? Piensa en las aptitudes que
utilizaste y cómo te ayudaron a lograr el éxito.
Recuérdate continuamente que los reveces son temporales. En
cuanto algo salga mal, recuerda que ya pasará y genera un plan para
solucionarlo. Por ejemplo: "Mis resultados del SAT no son los que
esperaba, pero puedo estudiar más y dar el examen nuevamente".
Nota la manera en la que otra gente habla de sí mismos. ¿Son tus
amigos y familiares pesimistas u optimistas? Por ejemplo, ¿tu padre
dice "Se me quemaron los perros calientes. Soy terrible cocinando" o
dice "Se me quemaron los perros calientes porque me distraje mirando
el perro que corría a la ardilla en el jardín"?
Las personas con un estilo agresivo pueden lograr que otras personas
hagan las cosas del modo que ellas lo desean; pero en muchos casos,
terminan siendo rechazadas o despreciadas. Con frecuencia, los
demás dejan de respetarlos.
Éstas son algunas de las cosas que pueden influir para que las
personas actúen de manera demasiado pasiva:
falta de confianza en ellas mismas o falta de valoración de sus
opiniones
preocuparse demasiado por complacer a otros o agradar a los demás
preocuparse por si los demás no estarán de acuerdo o rechazarán sus
ideas u opiniones
sentirse sensible a las críticas o herido por experiencias del pasado,
en las que nuestras ideas fueron ignoradas o rechazadas
no desarrollar las habilidades para sentir confianza en uno mismo
Estas son algunas de las cosas que pueden influir para que las
personas actúen de manera demasiado agresiva:
sentirse exageradamente seguro de uno mismo
concentrarse demasiado en satisfacer las necesidades propias y
expresar sus opiniones
no aprender a respetar o considerar los puntos de vista o las
necesidades de otras personas
no aprender a escuchar o pedir a los demás que expresen sus
opiniones
Lo que puede llevar a que las personas actúen con seguridad (con la
medida justa) es lo siguiente:
confianza en sí mismo
creer que sus opiniones cuentan, que sus ideas y sentimientos son
importantes, y que tienen derecho a expresarse
ser fuertes (capaces de aceptar las críticas, el rechazo y los reveses)
respetar las preferencias y las necesidades de los demás
tener ejemplos de personas con confianza en sí mismas
saber que sus ideas fueron bien recibidas o apreciadas en el pasado
Fíjate si dices: "No sé", "Me da lo mismo" o "no importa" cuando otros
te preguntan lo que deseas. Detente. Practica expresar lo que
prefieres, en especial cuando se trata de cosas sin importancia. Por
ejemplo, si alguien te pregunta "¿Prefieres el verde o el rojo?", puedes
decirle "Prefiero el verde, gracias".
Sentimos las emociones desde que somos bebés. Los bebés y los
niños pequeños reaccionan ante sus emociones con expresiones
faciales o con acciones como reírse, dar un abrazo, o llorar. Sienten y
muestran emociones, pero aún no tienen la capacidad de darle un
nombre a la emoción o decir por qué se sienten de esa manera.
La ropa que llevas. Los alimentos que comes. El color de las paredes
de tu habitación. A dónde vas y cómo llegas allí. Con quién sales. A
qué hora te acuestas por la noche.
La buena noticia sobre las discusiones que tienes ahora con tus
padres es que en muchas familias este tipo de peleas disminuyen a
medida que los padres se van haciendo a la idea de que sus hijos
tienen derecho a tener sus propias opiniones y una identidad que
puede diferir bastante de las suyas. De todos modos, es posible que
tanto tú como tus padres necesiten varios años para adaptarse a los
nuevos roles. Mientras tanto, haz un esfuerzo por comunicarte con tus
padres lo mejor posible.
Revisado por: Expertos en m
https://www.youtube.com/watch?v=B7U3O2kUBRI
https://www.youtube.com/watch?v=RdYMERjzimw
https://www.youtube.com/watch?v=se62UwCxUrI
Sentimos las emociones desde que somos bebés. Los bebés y los
niños pequeños reaccionan ante sus emociones con expresiones
faciales o con acciones como reírse, dar un abrazo, o llorar. Sienten y
muestran emociones, pero aún no tienen la capacidad de darle un
nombre a la emoción o decir por qué se sienten de esa manera.
Los más probable es que hables con tus amigos mucho más que con
tus padres. Es natural, incluso aunque tú y tus padres tengan una
relación estupenda.
De todos modos, sigue siendo muy bueno contar con la ayuda, los
consejos y el apoyo de los padres. También puedes contar con el
apoyo de otros adultos que sean importantes en tu vida. Tal vez haya
un profesor, mentor o entrenador con quien te gusta hablar.
Cuanto más se hace algo, más fácil resulta hacerlo. Hablar con los
adultos que forman parte de tu vida sobre las cosas de cada día ayuda
a afianzar vuestro vínculo. Y pone las cosas más fáciles para cuando
necesites hablar sobre temas más serios.
Encuentren algo sobre lo que hablar todos los días. Las
conversaciones pueden ser breves e informales. Habla sobre cómo le
fue a tu equipo en el último partido. Comparte algo que haya dicho tu
profesor. Háblales sobre un proyecto que están haciendo en la
escuela. Comparte con ellos un post o una imagen que sean
divertidos. Hasta hablar brevemente sobre lo que habrá para cenar
puede ayudar a sentirse más cerca.
Hagan cosas juntos con las que disfruten ambas partes Salgan a
dar un paseo. Hagan ejercicio físico juntos. Cocinen, coman, jueguen,
pongan o toquen música o salgan a dar una vuelta. Estas actividades
les ofrecerán oportunidades para conversar.
Nunca es demasiado tarde para empezar. Si parece que las cosas
se han torcido entre tú y uno de tus padres (o ambos), entra con
suavidad. Comenta una cosa divertida que haya hecho tu perro. Vean
una comedia juntos para compartir unas buenas risas. Hablar sobre
cosas pequeñas puede ser una manera de sentirse más cerca.
Tal vez tengas que dar una mala noticia a tus padres, como que has
suspendido un examen. Tal vez tengas miedo o te sientas estresado
por algo. O tal vez haya algo importante que quieras compartir con tus
padres, como que hay una persona especial en tu vida. Pero no sabes
cómo reaccionarán. O cómo te sentirás tú cuando se lo cuentes. O si
encontrarás o no las palabras adecuadas para decírselo.
3. Practicar.
Busca un momento en que tus padres u otro adulto con quien quieras
hablar no estén ocupados haciendo otra cosa. Pregúntales:
"¿Podemos hablar? ¿Es un buen momento?" Trata de buscar un lugar
tranquilo y privado donde no haya distracciones ni otras personas
alrededor. Y sí responden que sí, lánzate.
Cómo hablar con tus padres sobre la depresión
¿Y si no sé qué decirle?
hacer cosas contigo con las que todos disfruten, como pasear,
practicar un deporte o un juego, ver películas en familia, hacer
manualidades o cocinar.
Se trata de cosas muy sencillas, pero que van sumando. Estas cosas
pueden empezar a cambiar la manera en que piensas y cómo te
sientes. Estas cosas te pueden levantar el ánimo y ayudarte a pensar
cosas mejores sobre ti mismo. Y pueden ayudar, a ti y a tus padres, a
sentirse más cerca. Todo cuanto pruebes y cuanto hagas para
ayudarte a sentirte mejor cuenta. Merece la pena que dediques tiempo
a este tipo de propuestas para sentirte mejor.
La ropa que llevas. Los alimentos que comes. El color de las paredes
de tu habitación. A dónde vas y cómo llegas allí. Con quién sales. A
qué hora te acuestas por la noche.
Pero la depresión es más que sentirse triste, decaído, bajo o con los
ánimos por los suelos de forma ocasional. La depresión es un estado
de ánimo intenso que implica tristeza, desesperación o
desesperanza y que dura semanas, meses o incluso más tiempo.
Signos de la depresión
Si crees que puedes estar deprimido, habla con uno de tus padres u
otro adulto para recibir la ayuda adecuada. La ayuda adecuada puede
suponer hacer todas estas cosas:
Busca apoyo
Muchas personas comprueban que les ayuda abrirse a sus padres a
otros adultos de confianza. El mero hecho de decir algo como: "Llevo
encontrándome muy bajo de ánimos últimamente y creo que estoy
deprimido" puede ser una buena forma de empezar a hablar con tus
padres.
Ayúdate a ti mismo
Estrés
¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta a una presión o a una amenaza. Cuando
estás bajo estrés tal vez te sientas tenso, nervioso o al borde de un
ataque de nervios. La respuesta del estrés también es física. El estrés
provoca una inyección de una hormona llamada adrenalina que afecta
temporalmente al sistema nervioso. Como resultado, cuando estás
nervioso o estresado, tal vez sientas que tu ritmo cardíaco y tu
respiración se aceleran, te sudan las palmas de las manos o te
tiemblan las rodillas.
La respuesta del estrés también recibe el nombre de respuesta de
lucha o huida. Se trata de una respuesta automática que nos prepara
para enfrentar un peligro.
Ansiedad
Avanza lento pero seguro. No hay nada de malo con ir despacio. Pero
asegúrate de avanzar. Si te alejas de situaciones en las que podrías
sentirte tímido, reforzarás tu timidez y la mantendrás en un nivel difícil
de superar. Refuerza tu confianza dando pasos pequeños.
Es normal sentirse incómodo. Todos nos sentimos así en algún
momento. Las personas tímidas suelen tener miedo de sentirse
incómodas. Pero no permitas que eso te impida hacer lo que deseas.
Tal vez te sientas incómodo cuando invites a salir a la persona que te
gusta. Es totalmente natural. No hay nada que puedas hacer para
lograr que te responda que sí, pero si no la invitas, jamás tendrás una
cita. Por lo tanto, ¡anímate!
Consejeros escolares
¿Te sientes agobiado por las tareas escolares? ¿Tienes miedo porque
tus padres se están separando? ¿Te preocupas por un amigo?
¿Sientes que no encajas?
¿Y si no tienes un problema?
Los alumnos pueden hablar con los consejeros sobre otras cosas,
además de los problemas. Tal vez tengas ideas para hacer que la
escuela sea más acogedora para los nuevos estudiantes. O quieras
recaudar fondos para una causa que te parece importante. Quizás te
gustaría comenzar un grupo de acción contra el cambio climático o un
grupo que pueda ayudar a detener la violencia juvenil. O podrías estar
interesado en reunir a estudiantes voluntarios para ayudar a estudiar a
niños más pequeños. El consejero escolar podría ser la persona
indicada para que esto se haga realidad.
Duerme lo suficiente.
Haz ejercicio físico con regularidad.
Empieza ahora
Es fácil dejar que tus padres te saquen siempre las castañas del
fuego, pero responsabilizarte de tu propia salud es una forma
estupenda de desarrollar una habilidad fundamental para la vida y de
demostrar tu independencia. Es el mejor punto de partida que te
puedes dar a ti mismo en el camino hacia el bienestar para toda la
vida.
Cuando eras más pequeño, tus padres tomaban las decisiones sobre
tu salud. Programaban tus visitas al médico y hablaban en tu nombre.
Ahora que ya eres más grande, sabes más sobre tu cuerpo y tu
mente. Probablemente desees hacer tú mismo algunas elecciones
relacionadas con tu salud.
Cada vez que vayas al médico, puedes aprovechar para responder las
preguntas en lugar de mirar cómo tus padres responden por ti. Cuanto
más hables tú, menos tendrán que hablar tus padres. La mayoría de
los padres se sienten orgullosos cuando ven a sus hijos tomar la
iniciativa.
Para las personas que tienen una enfermedad (por ejemplo: diabetes
o asma), la mejor forma de aprender a manejarla correctamente es
hablar con el médico o el enfermero. Si no entiendes algo, pregunta.
Usa una aplicación de notas para llevar un registro de lo que necesites
recordar.
Sin importar cuál sea el problema que estés enfrentando, hablar con
un médico o un enfermero puede ser el primer paso para recibir la
ayuda que necesitas. Ellos pueden hacer las preguntas adecuadas,
escuchar y darte ideas. Pueden recetarte tratamientos y enviarte a un
especialista, si es necesario.
¿Qué es la terapia?
Los terapeutas se han formado para ayudar a gente con todo tipo de
problemas.
Depresión
Consumo de sustancias
Los adolescentes que tienen problemas con el alcohol y las drogas
también tienen más riesgo de presentar pensamientos o conductas
suicidas. El alcohol y algunas drogas tienen efectos depresivos sobre
el cerebro. El uso indebido de estas sustancias puede provocar una
profunda depresión. Esto es especialmente cierto en el caso de
algunos adolescentes que ya tienen una tendencia a la depresión por
su biología, sus antecedentes familiares y por otras situaciones
estresantes de la vida.
Qué hacer
Si éste es tu caso, cuéntale a alguien cómo te sientes. Pide ayuda a
un adulto. Visita un sitio web como el del 988 Suicide & Crisis Lifeline
(Línea de Prevención del Suicidio y Crisis 988), llama al 1-888-628-
9454 para español o envía un mensaje de texto o llama al 988. Busca
la ayuda que necesitas.
Ayudar a un amigo
Una depresión grave puede impedir que una persona sea capaz de
ver un futuro mejor. Una persona deprimida puede no ser consciente
de lo que le está ocurriendo. Sus amigos o su familia suelen ser
quienes se dan cuenta de la gravedad de la situación.
Es importante apoyar y cuidar de un amigo que está muy deprimido.
Pero lo más probable es que no consigas que sus sentimientos
suicidas desaparezcan. La depresión puede ser tan fuerte que impide
que tu amigo entienda tus razonamientos.
Muerte y duelo
¿Qué es el dolor?
El proceso de duelo
El dolor es una reacción ante la pérdida, pero también es parte
del duelo, que es el proceso de superar la pérdida de la persona que
falleció. El duelo es un proceso sano que busca reconfortarnos,
hacer que aceptemos la pérdida y encontremos formas de
adaptarnos.
Ceremonias de duelo
Sentirse mejor
Está bien sentir dolor por algunos días, semanas o incluso más
tiempo. La intensidad del dolor que sientas puede estar relacionada
con lo repentino o esperado de la pérdida, o con cuán cercana sentías
a la persona que falleció. Cada persona y situación son diferentes.
Hacer cosas que disfrutas o pasar tiempo con personas que te hacen
bien puede ayudar a que te sientas mejor. El duelo tiene su propio
ritmo. Cada situación es diferente. Cuánto dolor sientes o cuánto
tiempo dura tu duelo no es un parámetro que mida cuán importante
fue para ti la persona que perdiste.
Encontrar un significado
Trastorno bipolar
"Mis cambios de humor eran los peor que pueda imaginarse. Mis
padres pensaban que los odiaba, pero en realidad estaba enfermo y ni
siquiera me daba cuenta. Ahora tomo los medicamentos para mi
trastorno y llevo una vida bastante normal. Mi familia y amigos me
apoyan y, junto con mi terapeuta, me han ayudado para que ahora me
encuentre en el punto en el que estoy. Quisiera que otros
adolescentes supieran que aunque a veces es difícil tener el trastorno
bipolar, las cosas mejorarán."
Si te han diagnosticado el trastorno bipolar, tomar los medicamentos
que te hayan recetado, comunicar cualquier cambio en la manera en
que te sientes o actúas e implicarte en la terapia que sigas son las
claves para llevar una vida que te satisfaga. Además del tratamiento,
hacer cambios en el estilo de vida, como reducir el estrés, comer y
dormir bien y hacer ejercicio suficiente puede ayudar a una persona
que tenga este trastorno. Y para muchos adolescentes, puede ser de
ayuda formar parte de alguna red de apoyo, como, por ejemplo, un
grupo de apoyo de su localidad para personas con trastorno bipolar.
Tal vez, te sea útil saber más acerca de este tema, por qué algunas
personas se cortan y cómo pueden dejar de hacerlo. Compartir esta
información con tu amigo puede ser un gran gesto y tal vez lo ayude a
tomar el primer paso hacia su curación.
Maneras de ayudar
Éstas son cosas que debes evitar hacer frente a una persona que se
corta:
Has hecho todos los deberes, has hincado los codos a la hora de
estudiar y crees que dominas bastante la materia. Pero llega el día el
examen. De repente, te quedas completamente en blanco, bloqueado,
como si estuvieras congelado, o te pones tan nervioso que eres
incapaz de responder a esas preguntas que te sabías la noche
anterior.
¿Qué la provoca?
Cuando una persona está bajo estrés, su cuerpo libera una hormona
llamada adrenalina, que la prepara para reaccionar ante el peligro.
Esto es lo que causa los síntomas corporales, como el sudor, los
latidos fuertes en el pecho y la aceleración de la respiración. Estas
sensaciones pueden ser leves o intensas.
Las personas que tienden a preocuparse mucho por las cosas o que
son muy perfeccionistas tienen más probabilidades de tener
problemas de ansiedad ante los exámenes. A este tipo de personas a
veces les cuesta aceptar los errores que hayan podido cometer o
sacar menos de un 10. De este modo, incluso sin pretenderlo, se
pueden estar presionando demasiado a sí mismas. En este tipo de
situaciones, es fácil que aparezca ansiedad ante los exámenes.
¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta a una presión o a una amenaza. Cuando
estás bajo estrés tal vez te sientas tenso, nervioso o al borde de un
ataque de nervios. La respuesta del estrés también es física. El estrés
provoca una inyección de una hormona llamada adrenalina que afecta
temporalmente al sistema nervioso. Como resultado, cuando estás
nervioso o estresado, tal vez sientas que tu ritmo cardíaco y tu
respiración se aceleran, te sudan las palmas de las manos o te
tiemblan las rodillas.
La respuesta del estrés también recibe el nombre de respuesta de
lucha o huida. Se trata de una respuesta automática que nos prepara
para enfrentar un peligro.
Estrés cotidiano
Cuando hablamos de los primeros niveles de estrés, nos referimos a
las presiones normales de la vida diaria. Por ejemplo:
Las mudanzas, los divorcios, una ruptura dolorosa con alguien que
apreciamos o amamos, la muerte de alguien cercano, las emociones
difíciles, los conflictos familiares; todas estas cosas pueden causar un
estrés que lleva más tiempo resolver.
Cuando el estrés es grave, puede resultar útil hacerle frente con estas
ideas en mente:
Durante los primeros meses, ella parecía feliz. Sin embargo, comenzó
a extrañar a sus amigas y a sus familiares porque pasaba más tiempo
con Brian y menos con los demás. Esto parecía más sencillo que lidiar
con las interminables preguntas de Brian. A él le preocupaba lo que
ella hacía en cada momento del día.
¿Qué es el maltrato?
Las personas que sufren maltrato necesitan una persona que las
escuche y les crea. Quizá tu amigo tiene miedo de contarles a sus
padres porque esto podría generar presión para terminar la relación.
Las personas que sufren maltrato suelen pensar que es su culpa, que
se lo "buscaron" o que no merecen nada mejor. Pero el maltrato nunca
se merece. Ayuda a tu amigo a entender que no es su culpa. Tu amigo
no es una mala persona. El autor del maltrato tiene un serio problema
y necesita ayuda profesional.
¿Qué es el maltrato?
El maltrato consiste en que alguien lesiona o causa estrés emocional
en otra persona. El maltrato puede afectar a cualquiera. Puede ocurrir
en el seno de cualquier tipo de relación, como las amistades,
las relaciones románticas o entre los miembros de una familia. El
maltrato puede ocurrir de muchas maneras diferentes. Los delitos de
odio contra personas por motivos de raza, religión, capacidad, género
u orientación sexual también son tipos de maltratos.
Tipos de maltratos
Detectar el maltrato
A las personas que son víctimas de malos tratos, les puede resultar
difícil pedir ayuda, porque, para ello, tienen que acusar a alguien a
quien quieren, alguien que puede ser maravilloso con ellos la mayor
parte del tiempo y muy desagradable solo en algunos momentos. Es
posible que les preocupe o que teman las consecuencias de hacer una
denuncia, sea por temor a lo que pueda hacer el agresor o por cómo
se sentirá la familia si este último tuviera que salir de la casa familiar.
Por motivos como estos, puede ser muy difícil pedir ayuda, pero es
muy importante pedirla.
Hace falta ser muy valiente para hablar sobre este tipo de cosas, y a
veces los adolescentes necesitan un tiempo para sentirse lo bastante
fuertes como para hacerlo. Es completamente normal. Basta con que
sepas que contárselo a una persona de confianza es lo mejor y lo más
valiente que puedes hacer. Te sentirás mucho mejor si tomas esos
pasos para estar seguro y feliz y poner fin al maltrato.
¿Qué es la autoestima?
Pero, si los adultos nos riñen en vez de elogiarnos, es difícil que nos
sintamos bien con nosotros mismos. El acoso y que tus hermanos o
tus compañeros se metan contigo también daña tu autoestima. Las
palabras duras dejan huella, y se convierten en una parte de lo que
piensas y de cómo te sientes sobre ti mismo. Por suerte, las cosas no
tienen que seguir así.
A veces, nuestra voz interior se basa en las palabras duras que nos
han dicho otras personas. O en malas experiencias que hemos
tenido. A veces, nuestra voz interior es muy dura con nosotros
mismos. Pero podemos cambiar esa voz interior. Podemos aprender a
pensar cosas mejores sobre nosotros mismos.
¿Qué es la timidez?
Son muchas las personas que desean reducir su timidez. Pero las
personas naturalmente tímidas también tienen dones que tal vez no
valoren. Por ejemplo, como es probable que las personas tímidas
prefieran escuchar a hablar, a veces a aprenden a escuchar a lo otros
(¿y a qué amigo no le agrada que lo escuchen?).
Se fiel a ti mismo
¿Te quieres sentir mejor y tener mejor aspecto? Aquí tienes algunos
consejos:
Acepta tu cuerpo
Nadie es perfecto. Pero a todo el mundo le gusta que lo acepten tal
y como es. Esto es cierto para cualquier tipo de cuerpo. Ve tu cuerpo
tal y como es. Sé menos crítico con él. Míralo con buenos ojos.
No te avergüences de tu propio cuerpo. Cuando haces
comentarios duros sobre tu cuerpo, dañas tu propia autoestima. Esto
es cierto independientemente de que te lo digas a ti mismo o de que
lo digas en voz alta. Te perjudica tanto como si te lo dijera otra
persona. Sé amable contigo mismo. Respétate, incluso aunque haya
algunas cosas en las que deberías trabajar.
Desarrolla un hábito más positivo. ¿Tienes el hábito de
desprecia a tu cuerpo? Para romper con este mal hábito, sustitúyelo
por otro que sea positivo. Habla contigo mismo sobre lo que te gusta
de tu cuerpo, en vez de sobre lo que te disgusta. Sigue haciéndolo
hasta que se convierta en un hábito.
Valora tu cuerpo
Encuentra cosas que te gusten de tu aspecto físico. Tal vez te
gusta tu cabello, tu cara o tus manos. ¿Y qué me dices de tu cintura,
tus hombros y tus piernas? ¿De tus ojos y de tu sonrisa? Dite a ti
mismo qué es lo que te gusta y por qué. Si no se te ocurre ninguna
parte de tu cuerpo que te guste, piensa en lo que dicen tus buenos
amigos sobre tu aspecto. Acepta lo que te digan. Piensa en que hay
muchas cosas que gustan de ti. Déjate sentirte bien.
Céntrate en aquello que se le da BIEN a tu cuerpo. Hay muchas
más cosas en tu cuerpo que su aspecto. Cuando practicas un
deporte, caminas, bailas, nadas, mantienes a tu cuerpo en plena
acción. Tu cuerpo también está ahí cuando te estiras, alcanzas algo,
trepas o saltas mientras disfrutas. Cuando trasportas cosas,
construyes cosas y también cuando le das una abrazo a otra
persona. Sorpréndete de lo mucho que te da tu cuerpo. Y siéntete
agradecido.
Toma conciencia de tu cuerpo. No ignores tu cuerpo a lo largo del
día. Aprende a respirar lenta y tranquilamente cuando te muevas y te
estires. Aprende a identificar cuándo tu cuerpo necesita alimento o
reposo. Disfruta de la forma en que se siente tu cuerpo cuando
andas, corres y juegas.
Cuida bien de tu cuerpo
Come alimentos saludables. Aprende qué alimentos son buenos
para ti, y qué cantidad es la adecuada. Tómate tu tiempo para
comer. Saborea detenidamente la comida. Disfrútala. Alimentarse
bien ayuda a tener un aspecto óptimo. Te da la energía que
necesitas. Y refuerza tu imagen corporal. Cuando trates bien a tu
propio cuerpo, te sentirás bien contigo mismo.
Duerme bien y lo suficiente. Aprende cuántas horas de sueño
necesitas para tu edad. Métete en la cama temprano. Apaga todas
las pantallas antes de que llegue la hora de acostarte para poder
dormir bien.
Está activo cada día. Tu cuerpo necesita moverse para estar
fuerte, en forma y sano. Puedes estar activo haciendo deporte.
Puedes correr, caminar, hacer yoga, nadar o bailar. Escoge aquellas
actividades que te gusten. Disfruta de ellas.
Alcanza y mantiene un peso corporal saludable. Tener un peso
saludable es bueno para ti. Y te ayuda a sentirte bien con tu
cuerpo. Pero no te pongas a dieta por ti solo. Habla siempre con tu
padre o tu madre o con tu médico. Tu médico te puede indicar
formas de alcanzar y de mantener un peso que sea adecuado para
ti.
Cree en ti mismo
Todo el mundo puede hacer cosas para ganar más seguridad. He aquí
unos pocos consejos para intentarlo:
Hace falta valentía y seguridad en uno mismo para ser auténtico. Pero,
cuanto más auténticos seamos, más seguros de nosotros mismos nos
volveremos. La confianza en nosotros mismos aumenta nuestra
autoestima.
Persevera