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Pensamiento Penal
PERIODO HUMANITARIO Y
CONTEMPORÁNEO
A.- INFLUENCIA DE LA AUFKLARUNG ALEMANA Y DE LA ENCICLOPEDIA
FRANCESA EN EL DERECHO PENAL Y EN LA CODIFICACIÓN
Las características del sistema penal de esa época, desencadenaron críticas contra la arbitrariedad y el
despotismo. Los caracteres del derecho penal eran los siguientes:
- Las penas se caracterizaban por su crueldad: torturas, mutilaciones y pena de muerte agravada por
crueles suplicios.
- La prueba más utilizada era la confesión, la cual, generalmente se obtenía mediante la tortura.
- Existía grandes proporciones entre el delito y la pena que le correspondía.
- Se permitía la aplicación analógica de la ley penal.
- El procesado carecía de una debida defensa en juicio.
- Las cárceles carecían de higiene.
MONTESQUIEU (1689-1755)
• Se había ocupado de cuestiones penales en sus Cartas Persas, al criticar las penas a los suicidas y al
sostener la necesidad de atenuar las penas y llegar a una justa proporción entre ellas y el delito. Pero
fue en el “Espíritu de las leyes” donde se ponen de manifiesto sus ideas esenciales al respecto.
• La pena no es hija del capricho del legislador, sino de la naturaleza del delito. Se opone a la idea de
los delitos de hechicería y herejía, porque las leyes no deben penar más que los hechos. Manifiesta
asimismo su oposición a las penas contrarias a la dignidad humana. En los Estado republicanos es de
rigor ajustarse a la letra de la ley. No se puede acudir a interpretaciones cuando se trata del honor, de
la vida, o de la hacienda de un ciudadano.
ROSSEAU (1712-1778)
Señaló con toda claridad la naturaleza sancionatoria del derecho penal. En el Contrato Social expone con
toda claridad su posición acerca de la pena. Aunque en el pacto pueda justificarse la pena de muerte,
considera que la frecuencia de los suplicios es signo de debilidad moral. No hay derecho a hacer morir ni
como ejemplo, sino a aquel que no pueda conservarse sin peligro.
EL SURGIMIENTO DE LA POLICÍA, LA PRISIÓN Y EL CONTRACTUALISMO
Como consecuencia de la revolución industrial se produjo la pérdida de poder de la nobleza y el ascenso de
los industriales. Contra ello no fue efectivo el poder punitivo ejemplarizante y se puso de manifiesto el
escasísimo poder negativo del sistema penal, inaugurándose así un período de esplendor en la explotación de
su formidable poder positivo o configurador, con la creación de las policías, inspiradas básicamente en la
policía borbónica.
Este proceso consagro la prisión casi como única pena. Las personas molestas no podía ser eliminadas por
medio de la pena de muerte (no cometían hechos muy graves), las pestes se reducían, la población aumentaba,
las posibilidades de deportación se limitaban con la perdida de colonias o con el enriquecimiento de sus
habitantes.
En este marco se generalizó el uso de la prisión y del manicomio como instituciones fiscales o de secuestro.
El poder punitivo casi ilimitado de los príncipes se explicaba mediante una idea de la sociedad como organismo, que lo
ejercía en forma natural, así como una función biológica.
Pero la clase industrial en ascenso necesitaba limitar el poder de la nobleza para controlarla y luego desplazarla. Para
ello se valió de la idea de sociedad como contrato. A un modelo social natural (organicista) le opuso un modelo
artificial (contractualista) y, por ende, eminentemente modificable.
La idea del contrato social fue el paradigma de la disputa política en el espacio abierto por la revolución industrial. En
el campo penal, en tanto que el paradigma organicista había pedido prestado su discurso de legitimación a la coacción
directa policial o administrativa, el paradigma del contrato se inclinó por pedirlo a la coacción reparadora, en función
de una retribución cuya mayor dificultad consistía en que no se imponía a favor de la víctima. El sujeto debía reparar
(pagar) el daño causado con su violación al contrato social.
Pero dentro del nuevo paradigma contractualista las opiniones se dividieron. En principio, hubo quienes apelaron al
contrato para rechazar toda salida revolucionaria y quienes lo hicieron para justificarla.
El contractualismo fue un paradigma en el que transitaron corrientes políticas muy diferentes:
El despotismo ilustrado con Hobbes y Kant
El liberalismo con Locke y Feuerbach
El socialismo con Marat
El anarquismo con Godwin y Stirner
LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y LA CODIFICACIÓN
Las ideas de la época, principalmente de los contractualistas, fueron receptadas por la Revolución Francesa,
principalmente mediante los códigos revolucionarios de 1791 y 1795, siendo un claro ejemplo de humanización de
las penas “la guillotina”, la cual era para todos iguales.
El enciclopedismo fue un movimiento del siglo XVIII que trato de sintetizar y organizar todo el saber humanos
por ramas: cada sección pretendía resumir ordenadamente lo que se sabía de esa materia. Una tendencia paralela se
dio en el campo legislativo con el movimiento codificador. Se distinguen dos conceptos de código:
El tradicional o antiguo, de Justiniano, que denota una recopilación ordenada de leyes; y
El moderno, hermano del enciclopedismo, que trata de resumir y ordenar toda la materia referente a una rama
particular del derecho, en una única ley.
El primer código importante del siglo XIX fue el de Napoleón de 1810, el cual estuvo vigente en Francia
con reformas hasta 1994. Era un código duro, con penas severas, que no relevaba el estado de necesidad, de base
pragmática y cuya parte especial comenzaba con los delitos contra el Estado.
Con este código confronta otro de verdadera inspiración alemana, que fue el de Baviera de 1813 elaborado por
Feuerbach. Era un código técnicamente muy superior, de gran precisión conceptual y de base liberal
contractualista. Es el texto que inspiro el código Tejedor en nuestro país.
El código de las Dos Sicilias (1819) no se alejaba mucho del modelo napoleónico, y junto con este inspiro el primer
código Penal español (1822).
EVOLUCIÓN MODERNA DE LAS IDEAS PENALES
Escuela es el conjunto de autores, discípulos y maestros que con un método, una dirección y un fin común
desarrollan un sistema científico.
Sanción: no tiene carácter de pena, de castigo, de retribución por el mal causado, sino más bien cumple
funciones de medida de seguridad, es decir: a la vez que preserva el bienestar de la sociedad procura la
readaptación del delincuente a la vida social. La sanción no tiene carácter punitivo, sino tuitivo y educativo. Con
la escuela positiva desaparece la distinción entre pena y medida de seguridad.