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587-598
ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG
DROGODEPENDENCIA Y DELITO.
UNA MUESTRA PENITENCIARIA
Francisco J. Rodríguez Díaz*, Susana G. Paíno Quesada*,
Francisco J. Herrero Díaz* y Luis M. González Cuevas**
* Universidad de Oviedo y ** Universidad de La Coruña
Drug adiction and crime. Study of a penitentiary sample. The aim of this research
is to analyze the relationship between delictive behavior and drug addiction in a sample
obtained from the Prision of Villabona (n=87). The most important result obtained was
the lack of any direct causal relation between both variables, it means, that other varia-
bles (family, socioeconomics and others) are the responsibles of it.
587
DROGODEPENDENCIA Y DELITO. UNA MUESTRA PENITENCIARIA
que la consume se introduciría en el mundo cual van a intervenir otros factores extrínse-
delincuencial por la necesidad económica cos (culturales, motivacionales, familiares,
que se deriva de ese consumo (McBride y grupales, sociales, etc.) que parecen dar
McCoy, 1981). Esta hipótesis postula, pues, cuenta de cada uno de los comportamientos
que la droga causa la delincuencia; en con- analizados.
secuencia se asume que la conducta delicti- Por otra parte, y en segundo lugar, Dié-
va es posterior a la conducta ‘abusiva’. A guez (1995) va a diferenciar entre la crimi-
esta hipótesis se la conoce con el nombre de nalidad derivada del consumo de drogas se-
necesidad económica. Los apoyos empíri- gún desempeñe éste un papel directo o indi-
cos a esta hipótesis son, entre otros, los si- recto. La más frecuentemente admitida sería
guientes: Ball, Rosen, Flueck, y Nurco aquella que afirma que la drogodependencia
(1981) DeFleur, Ball y Snarr (1969); Mc- contribuye a la criminalidad pero de una ma-
Glothlin, Anglin y Wilson (1978)... nera indirecta, pues habría que tener en con-
Desde la segunda hipótesis explicativa se sideración otras variables que inciden en esa
postula que la conexión entre drogadicción relación (criminalidad-drogodependencia).
y delincuencia tiene mayor complejidad, ya En definitiva, la delincuencia tendría un ca-
que muchos individuos consumidores ya rácter funcional, es decir, se utilizaría para
habían manifestado comportamientos delic- conseguir la droga que el individuo necesita.
tivos con anterioridad a su drogadicción Finalmente, Elzo, Lidon y Urquijo
(Chambers, 1974; Voss y Stephens, 1973); (1992) acuñaron cuatro conceptos. En pri-
y, además, los delitos cometidos no eran de- mer lugar, la delincuencia inducida, en-
rivados o a consecuencia de la necesidad tendida como aquella conducta cuyo ori-
económica para adquirir la droga. Desde es- gen se encuentra en la intoxicación deriva-
te posicionamiento sería posible concluir, da de la ingesta de sustancias. Aquí se in-
pues, que ‘la drogadicción es causa de ma- cluirían delitos contra las personas, contra
yor delincuencia’. Esta hipótesis - que cuen- la libertad sexual, contra la seguridad inte-
ta con un mayor apoyo- asumiría que la de- rior del Estado, contra la seguridad en el
lincuencia causa consumo (Chambers y tráfico y, en algunas ocasiones, contra la
Moffett, 1969; Coate y Goldman, 1980; propiedad.
Cuskey, Ipsen y Premkumar, 1973; Dobin- En segundo lugar, la delincuencia funcio-
son y Ward, 1986; D’Orban, 1970; Elliott y nal sería aquella conducta manifestada con
Ageton, 1976; 1981; James, 1969; Johns- el propósito de conseguir la sustancia que
ton, O’Malley y Eveland, 1978; Kraus, necesita el individuo. Las conductas delicti-
1981; Rosenthal, Young, Wallace, Koppel y vas representativas serán delitos contra la
Gaddis, 1973; Scott y Willcox, 1965; Vai- propiedad (con fuerza, violencia y/o intimi-
llant, 1966; Voss y Stephens, 1973). dación), ocasionalmente delitos de falseda-
La tercera hipótesis explicativa de la rela- des, malversación...
ción Delincuencia-Drogodependencia afir- En tercer lugar, la delincuencia relacio-
ma que no existe una relación causal entre nal vendría definida como aquella que tiene
ambos comportamientos (Collins, 1981; lugar en torno al consumo de drogas y es fa-
Elliot y Huizinga, 1984; Paíno, 1995), de cilitadora, al mismo tiempo, de dicho con-
manera que cualquier relación a establecer sumo. Los delitos característicos son tráfico
es simplemente aleatoria, espúrea (Otero y de drogas y compra de objetos robados.
Vega, 1993). De esta forma, Farrow y Finalmente, el tráfico por no consumidor
French (1986) señalan que ambas conductas hace referencia al delito de tráfico de drogas
forman parte de un mismo proceso, en el manifestado por un individuo no consumidor.
Los dos primeros términos se correspon- único en lo que hay acuerdo es en que tal re-
derían con los delitos directamente relacio- lación existe, pero no hay pruebas para
nados con las drogas; mientras que la delin- orientarnos hacia una u otra dirección. Por
cuencia relacional se identificaría con los ello, los objetivos que nos planteamos son:
delitos en el sistema de distribución de dro-
gas y los delitos definidos por las drogas -si- comprobar qué relación se da entre
guiendo la categorización del Research la conducta delictiva y conducta de
Triangle Institute (1976)-. consumo de drogas, sabiendo de ante-
Llegado a este punto, al reconocer que la mano que no es posible una relación
erradicación de las drogas de abuso está le- causal entre ambos comportamientos
jos, lo preocupante en la actualidad, y más (Otero y Vega, 1993), sino que esta re-
como consecuencia, serán las problemáticas lación es susceptible de ser afectada
derivadas del consumo. Entre estas proble- por la influencia de otras variables
máticas, en tanto va a llevar a la población importantes; comprobar en qué medi-
en general a considerar la drogodependen- da las variables analizadas en el ám-
cia como una enfermedad, se encuentran la bito de las drogodependencias inciden
biomédica, donde por su relevancia desta- en el tipo de conducta delictiva y su
can las enfermedades infectocontagiosas, y reincidencia.
en concreto el S.I.D.A. -un problema social,
que en los centros penitenciarios se hace Material y métodos
más complejo e incluso más grave. Consti-
tuye una situación particular de un proble- Las variables criterio con las que se ha
ma social (Miguel y Miguel, 1992; García trabajado son: la variable delito, que se ha
Huete, 1993)-. recodificado en dos niveles o categorías: de-
Con todo, creemos que hoy no se puede lito contra la propiedad (D.C.P.) y delito
mantener una relación directa entre droga- contra la salud pública (D.C.S.P.), y la va-
dicción y delincuencia (Funes, 1990). No riable reincidencia que se ha referido al nú-
obstante, al introducir el consumo de drogas mero de ingresos del individuo en prisión,
en el ámbito de la inadaptación nos encon- recodificándose en tres niveles: 1-2 entradas
tramos con un problema sobreañadido al pro- (primarios); 3-7 entradas (reincidentes) y 8-
blema ya visto de la delincuencia, es decir, 33 entradas (multirreincidentes).
uso y abuso. Por ello, aunque el problema de
la drogodependencia es distinto al problema Descripción de la muestra
de la delincuencia, como ya veremos, están
íntimamente relacionados. En consecuencia, La muestra la conforman 87 individuos
el individuo drogodependiente no tiene por- pertenecientes a distintos módulos del estable-
qué ser etiquetado de delincuente. También cimiento penitenciario de Villabona (Asturias,
es cierto que muchos individuos, en su carre- España). Todos los integrantes de la muestra
ra delictiva, han tropezado con la drogode- han realizado alguno de los talleres ofertados
pendencia y, así, además de delincuentes se por la Universidad de Oviedo, en dicho cen-
les etiqueta de drogodependientes; estas eti- tro, exceptuando a dos de ellos. La colabora-
quetas serán ‘más profundas’ si el individuo ción en la recogida de datos ha sido volunta-
se encuentra en prisión. ria, comprometiéndonos siempre a guardar
Como se puede comprobar, en la actuali- con los máximos éticos su identidad personal.
dad no hay nada concluyente respecto a la Características más relevantes de la
relación drogodependencia-delincuencia. Lo muestra elegida:
tiva; Edadini: edad de primer contacto con cia’ sucede lo mismo. En este caso, la signi-
la droga o edad de inicio en el consumo; ficación de la relación controlada por la va-
Frecalle: frecuencia de consumo en la ca- riable ‘nº de hermanos’ en su valor 2 -más
lle; Dropri: droga principal consumida; de 5- es mucho más elevada (.00005) (véa-
Droact: consumo de drogas en la actuali- se tabla 2).
dad; Condia: consumo diario (cantidad);
Edadcm: edad de ingreso en centros de me-
Tabla 2
nores; Numherma: número de hermanos Relaciones entre variables del ámbito
incluido el preso; Economía: nivel econó- penitenciario, drogodependencia y familiar
mico familiar.
Controlada por «nº de hermanos» Edad de inicio
valor 2= más de 5 hermanos en el consumo
Resultados 9-16 17-35
Por otra parte, con respecto a la segunda lito contra la salud pública se inician en el
hipótesis (¿cómo varía la conducta delictiva consumo después de los 16 años (véase ta-
y su reincidencia en función de la edad de bla 4).
inicio en el consumo, la frecuencia, la can-
tidad y el tipo de droga consumida?) plan-
Tabla 4
teada: Relaciones entre variables del ámbito
penitenciario y drogodependencia
A) En cuanto a la variable tipo de delito,
Tipo de delito por edad de inicio Edad de inicio
el modelo resultante fue delito=edad de pri- en el consumo en el consumo
mer contacto con la droga, frecuencia de 9-16 17-35
consumo en la calle y droga principal (véa-
se figura 1). La interpretación posible de di- Delito D.C.P. 81.0 19.0
79.1 40.0
cho modelo es: la variable delito se relacio-
na significativamente con la variable edad D.C.S.P. 42.9 57.1
de primer contacto con la droga; dentro de 20.9 60.0
esta última variable, el primer nivel se aso-
L.R.= 9.15; D.F.= 1; P<0.01
cia con la variable frecuencia de consumo
en la calle siendo de destacar que los indivi-
duos que iniciaron el consumo de drogas a * La frecuencia de consumo de estos in-
edades tempranas consumían diariamente, y dividuos en la calle también marca diferen-
el segundo nivel aparece relacionado en la cias entre las diferentes conductas delicti-
figura con la variable drogra principal vas. Aquellos que consumían diariamente
observándose, en este caso, que la diferen- atentan contra la propiedad; mientras que
cia no es significativa. De una forma más los que atentan contra la salud pública no
concreta: consumen diariamente (véase tabla 5).
Tabla 5
Relaciones entre variables del ámbito
penitenciario y drogodependencia
B) Los modelos obtenidos para dar res- * Referido a la cantidad de sustancia con-
puesta al segundo planteamiento: reinciden- sumida, los multirreincidentes resultaron
cia=frecuencia de consumo en la calle, con- ser los que mantenían un consumo alto (más
sumo de drogas en la actualidad y consumo de un gramo de sustancia). El resto de los
diario (véase figura 2) y reincidencia=edad individuos que integraban la muestra tenían
de primer contacto con la droga (véase figu- un consumo bajo-medio (entre un cuarto y
ra 3). La interpretación posible de estos mo- un gramo). Esta variable sólo se relacionó
delos sería: con respecto al primer modelo, con el primer nivel de la variable consumo
tendríamos que decir que la reincidencia se de drogra en la actualidad, que hace re-
relacionó con la variable frecuencia de con- ferencia a aquellos individuos que en la ac-
sumo en la calle, cuando ésta es diaria se re- tualidad no consumen que, por otra parte,
laciona, obviamente, con el consumo en la son menos de la mitad de la muestra (véase
actualidad y, finalmente, el primer nivel de tabla 6).
esta variable -no consumo- se asocia con la
cantidad de droga que se consumía. En el Tabla 6
segundo modelo, la variable más relevante Relaciones entre variables del ámbito
resultó ser la edad de primer contacto con la penitenciario y drogodependencia
droga, cuando este contacto se produce a
Reincidencia por cantidad Cantidad de
una edad tardía las personas no suelen pre- de consumo consumo
sentar en su historia legal antecedentes de Bajo-medio Alto
intervención institucional -centros de meno-
Reincidencia Primarios 75.0 25.0
res-, y la drogra principal tiende a ser hero-
(1-2) 45.7 17.9
ína, cocaína o ambas -aunque las diferencias
no son significativas-. De una forma más Reincidentes 48.4 51.6.0
explícita sería: (3-7) 32.6 41.0
Tabla 7 Tabla 9
Relaciones entre variables del ámbito Relaciones entre variables del ámbito
penitenciario y drogodependencia penitenciario y drogodependencia
Reincidencia por edad de inicio Edad de inicio Reincidencia por consumo Reincidencia
en el consumo en el consumo en la actualidad.
9-16 17-35 Reincidencia por edad Primarios Reinci- Multi-
de ingreso en centros de (1-2) dentes rreinci-
Reincidencia Primarios 44.4 55.6 menores (3-7) dentes
(1-2) 20.7 57.7 (8-33)
lación va a estar mediada por otras varia- sumo temprana (9-16 años); Frecuencia de
bles, como son: variables relacionadas con consumo en la calle diario; Cantidad de dro-
el ámbito familiar y/o económico. Existen ga consumida (no existen diferencias signi-
otras variables -nivel de estudios del preso, ficativas) y Tipo de droga consumida (hero-
situación laboral anterior al ingreso en pri- ína, cocaína o ambas).
sión, malos tratos en la familia, antece- Mientras que cuando la conducta delicti-
dentes de adicción del padre, antecedentes va es contra la salud pública, las caracterís-
penales familiares- que también están inci- ticas con respecto a las variables predictoras
diendo en la relación delincuencia-drogode- analizadas son: Edad de inicio de consumo
pendencia (Paíno, Rodríguez y Garrido, tardía (17-35 años); Frecuencia de consu-
1996); sin embargo, estas relaciones las he- mo en la calle no diario; Cantidad de droga
mos observado en el contexto en el que se consumida (bajo-medio) y Tipo de droga
dan, ya que el número de presos en cada ca- consumida (heroína, cocaína o ambas).
tegoría es muy desigual. Estas conductas - Finalmente, respecto a la variable reinci-
delincuencia y drogodependencia-, pues, dencia y teniendo en cuenta los tres niveles
parecen formar parte del mismo proceso. considerados(Paíno, 1995):
Por lo tanto, afirmamos que la relación
existente entre ambas conducta confirma la 1) Individuos primarios (con 1 ó 2 entra-
tercera hipótesis: no existe una relación cau- das en prisión): Edad de inicio de consumo
sal entre ambos comportamientos (Collins, tardía (17-35 años); Frecuencia de consumo
1981; Elliot y Huizinga, 1984). Es decir, la en la calle (no hay diferencias significati-
no causación directa de una conducta sobre vas); Cantidad de droga consumida( bajo-
la otra (Farrow y French, 1986; Kandel, medio) y Tipo de droga consumida (heroí-
Simcha-Fagan y Davies, 1986; White, John- na, cocaína o ambas).
son y Garrison, 1985). Por otra parte, otros 2) Individuos reincidentes (con 3-7 en-
autores afirman que dicha relación sería tradas en prisión): Edad de inicio de consu-
simplemente aleatoria, espúrea (Otero y Ve- mo temprana (9-16 años); Frecuencia de
ga, 1993). De esta forma, nuestros resulta- consumo en la calle diario; Cantidad de dro-
dos apoyan las afirmaciones de Farrow y ga consumida ( no hay diferencias significa-
French (1986), al señalar que ambas con- tivas) y Tipo de droga consumida (heroína,
ductas forman parte de un mismo proceso cocaína o ambas).
donde intervienen otros factores extrínsecos 3) Individuos multirreincidentes (con 8-
que parecen dar cuenta de cada uno de los 33 entradas en prisión): Edad de inicio de
comportamientos analizados. consumo temprana (9-16 años); Frecuencia
No obstante, no podemos dar la espalda a de consumo en la calle diario; Cantidad de
la evidencia negando que la drogodependen- droga consumida alta y Tipo de droga con-
cia contribuye a la criminalidad, pero de ma- sumida ( heroína, cocaína o ambas).
nera indirecta (Elzo et. all, 1992). En conse-
cuencia, estamos de acuerdo en defender que Por otra parte, las variables predictoras
la delincuencia, en algunas ocasiones, tendría con mayor peso resultaron ser:
un carácter funcional (Diéguez, 1994).
En cuanto a la conducta delictiva, los re- * ‘Edadini’ (edad de inicio en el consu-
sultados a los que se han llegado señalan mo de drogas) para los modelos 1 y 3 (vé-
que aquellas personas que han manifestado anse figuras 1 y 3) y
una conducta delictiva contra la propiedad * ‘Frecalle’ (frecuencia de consumo en
se caracterizan por: Edad de inicio de con- la calle) para el modelo 2 (véase figura 2).
Los resultados indican, a su vez, lo si- ción que nos ocupa. Ello, por otra parte,
guiente: Tanto para la variable criterio ‘deli- obedece a la existencia de variables media-
to’ como para ‘número de ingresos en pri- doras (familiares, educativas, de salud,...)
sión’ la variable predictora más importante que inciden en la relación. Con todo, lo que
fue la variable ‘edad de inicio en el consu- los resultados indican es que existe relación
mo de drogas’ seguida de ‘frecuencia de entre los comportamientos estudiados y,
consumo en la calle’. En resumen, pues, la además, tal relación no es tan sencilla como
variable ‘edad de inicio en el consumo de delincuencia causa drogodependencia o
drogas’ resultó ser -en nuestro estudio- la de drogodependencia causa delincuencia, sino
mayor poder predictivo con respecto a las que existen otros factores de los cuales no
variables criterio analizadas -delito y núme- podemos prescindir a la hora de dar una res-
ro de ingresos en prisión-; es decir, cuando puesta.
la edad de inicio en el consumo de drogas se Por otra parte, el hecho de haber ingresa-
da entre los nueve y los dieciséis años, la do en un centro de menores antes de los die-
edad de ingreso en prisión suele ser también ciséis años de edad implica que la edad de
relativamente temprana (entre los dieciséis inicio en el consumo de drogas se adelanta.
y los veinte años), la conducta delictiva re- Sin embargo, esta relación no es estadística-
presentativa será contra la propiedad y, fi- mente significativa. No obstante, los indivi-
nalmente, suelen ser individuos mayorita- duos que ingresan en prisión entre los dieci-
riamente reincidentes o multirreincidentes. séis y los veinte años se inician en el consu-
Finalmente, la otra variable predictora re- mo de drogas entre los nueve y los dieciséis
levante para el tipo de delito fue ‘frecuencia años. En consecuencia, se puede comprobar
de consumo en la calle’, siendo ésta diaria en que se consume antes de ingresar en prisión.
aquellos individuos que atentaron contra la En segundo lugar, podemos concluir, que
propiedad y, a su vez, reincidentes y multi- la edad de inicio en el consumo de drogas es
rreincidentes. Probablemente, la consecuen- anterior a la edad de entrada en prisión y,
cia que se puede extraer de estas últimas lí- por tanto, en una primera instancia la dro-
neas es que una vez que la frecuencia de con- godependencia sería la causa de la conducta
sumo es diaria, la necesidad aumenta y, por delictiva. Sin embargo, no sabemos si la
ello, podemos considerar la delincuencia co- persona, antes de iniciarse en el consumo de
mo un comportamiento funcional (Diéguez, drogas, ha manifestado algún comporta-
1994; Elzo et. all, 1992); es decir, se mani- miento inadaptado o delictivo puesto que
fiesta la acción delictiva en orden a conseguir por su edad (edad no penal) no ha podido in-
la droga que consume el individuo, de tal for- gresar en ningún centro institucional. Es po-
ma que éste se encuentra en un proceso sin sible, por otro lado, que según aumente el
retorno y aparece la reincidencia. grado de dependencia hacia la sustancia
En consecuencia, para explicar la rela- consumida se vaya fortaleciendo la primera
ción conducta delictiva/ conducta drogode- hipótesis; es decir, la hipótesis de la necesi-
pendiente no podemos aislarla de otros con- dad económica (McBride y McCoy, 1981):
junto de variables fundamentales para en- el individuo delinque para obtener la droga
tender la lógica de la misma. (la delincuencia, en este caso, tendría un ca-
rácter funcional al aumentar la necesidad de
Conclusiones e implicaciones consumo de drogas). No obstante, nuestros
resultados únicamente sostienen aquella que
En primer lugar, no podemos determinar introduce en la relación de ambas conductas
exactamente cuál es el sentido de esa rela- otras variables de los diferentes ámbitos del
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