Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Javier. – ¿Nora?
Nora. – Papa aquí trabajo como modelo, este es el estudio fotográfico de Rodolfo,
me visto así porque estamos en una sesión de fotos para una revista sobre los
vestidos de la época colonial y virreinal de las América de sur.
Nora. – Padre no es así, son fotos profesionales de alta calidad, son una obra de
arte.
Nora. – Él tiene muchos proyectos, uno de ellos es tener su propia galería, hacer
una exposición de su trabajo y por supuesto yo soy su modelo principal.
Javier. – (Mirando alrededor) Por lo que veo no tiene muchos clientes por ahora
Nora. – No es como los demás estudios fotográficos que atienden a todo público.
Javier. – Por la forma que hablas de ese tal Rodolfo parece que estas enamorada.
Javier. – Ten mucho cuidado hija, los artistas son bohemios, picaros
Javier. – Esta bien, en fin, será lo que tu digas, ya sabes que si desean casarse
cuentan con mi apoyo y el de Carmen.
Nora. – Porque nunca nos hemos llevado bien, por eso me fui de la casa y no creo
que se interese por mi vida.
Javier. – No es así hija mía, siempre me pregunta por ti, sabe que vengo a verte,
aunque a veces no me cree y se llena de celos.
Javier. – Por venir a verte no, piensa que me voy a otro lugar, es tan celosa que
cuando vamos por la calle si miro a alguien me da de pellizcos, mis brazos están
moreteados de tanto cariño.
Javier. – Mi temor es que pueda tomar una sobredosis de esos sedantes que usa
para dormir.
Javier. – Creo que sí, los sedantes que toma son muy fuertes.
Nora.- Papa, Papa, ella no se va a suicidar ni nada parecido, lo dice para dominarte.
Javier.- Puede ser hija, al menos ya me asegure que con esas gotas no va pasar
nada.
Javier. – Casi loca, casi loca, es algo excéntrica, pintoresca, pero aun así la quiero
(Ingresa Ernesto)
Ernesto. – Efectivamente y pretendo poner una galería de fotos con todas las obras
que he dirigido o actuado, en realidad es más publicidad que otra cosa.
Javier. – Gracias, talvez vayamos. Bueno hija me retiro, regreso más tarde, tengo
unos pacientes que atender, (A Ernesto) gusto en verte (aparte) en realidad
disgusto.
Ernesto. – Si, nos conocimos hace muchos años, hemos actuado juntos en varias
obras de teatro y con el tiempo nos hicimos muy buenos amigos.
Nora. – Ja, Ja, Ja, no me vengas con esas cosas, pues yo no te creo nada y segundo
que estoy enamorada de …
Ernesto. – De Rodolfo
Nora. – Así es, estoy profundamente enamorada de Rodolfo.
Ernesto. – Sabes por qué elegí a Rodolfo para que haga las fotos, solo para poder
verte todos los días.
Nora. – Muy bromista eres, ahora será mejor que te calles, ahí viene Rodolfo
Ernesto. – Aquí esperándote, dime, cuando podemos empezar con las tomas no
quiero tener apuros a última hora.
Rodolfo. – Desde este momento podemos empezar y los siguientes días me avisas
que hora tienes libre y continuamos.
Rodolfo. – Estoy seguro que quedaras muy conforme con mi trabajo. Para que no te
quede duda te enseñare unos cuadros retratos terminados, por favor Nora alcánzale
a Ernesto algunos de los que tenemos guardados. (Mientras esperan Rodolfo le
enseña la utilería a emplear para la toma de las fotos, como un cofre, trajes de rey
etc.)
Nora. – (Ingresa al ambiente de Edición, saca unos cuadros y regresa) Aquí tienes.
Rodolfo. – ¿Qué? No, no, (Le quita el cuadro) No creo que la conozcas además todas
las bailarinas se parecen.
Nora. – (Esta de espalda y sin ver el retrato) Si es una actriz seguro es alguna a
quien ha conquistado.
Ernesto. – A ver, a ver tengo que acordarme (Pensativo) lo tengo, mejor dicho, la
tengo, es Carmen la mujer de Javier, que jovencita se le ve en esta foto.
Rodolfo. – ¿Comprarlo?
Ernesto. – Si, así es quiero cómprarlo para mi galería del teatro hemos actuado
juntos varias veces.
Nora. – No quieres deshacerte del retrato, pues quédatelo yo me voy. (va a salir,
pero Rodolfo la detiene)
Ernesto. – (Coge su billetera y le paga a Rodolfo) Mira tengo unos trámites que
realizar al regreso recogeré el cuadro.
Rodolfo. – Bueno Ernesto podemos empezar con las primeras tomas de la obra “Mi
novia de Facebook”, sienta ahí con la laptop como que estas en el chat con alguien
(empieza a tomar fotos de varios frentes)
Rodolfo. – ¿Yo?
Rodolfo. – Solo es un lindo recuerdo, ella está casada y todavía con el padre de mi
novia.
Rodolfo. – Era muy caprichosa, para conseguir algo recurría a las amenazas, no
comprendía mi situación.
Rodolfo. – Un día me pidió un vestido costoso para ir a una reunión con sus amigas,
si no se lo compraba amenazaba con no comer hasta morir, quería ir a una fiesta y
yo por trabajo no podía ir me amenazaba con tomarse todo el frasco de somníferos.
Rodolfo. – Al principio tenía miedo que intente hacer algo contra su vida, hasta que
un día llega a mi oficina y me amenazo con lanzarse por la ventana si no íbamos de
viaje el fin de semana, me colmo toda esta situación lo que hice fue abrir la ventana
y le dije “Lánzate”, me miro con rabia y salió por la puerta
Rodolfo. – No la volví a ver más, años después me enteré que se había casado con
el padre de Nora.
Ernesto. – (Mira su reloj) Tengo que ir hacer unos trámites, vuelvo en unas horas y
continuamos. (sale)
Rodolfo. – Chispas, creo que no debí contarle intimidades ojalá no pase nada.
(Ingresa Carmen)
Rodolfo. – Pues sí, hace tantos años que no se ti, que no esperaba verte por mi
estudio.
Carmen. – Me entere por un amigo donde vives y que pretendes casarte con Nora.
Carmen. – Si tuvimos algo fue pasajero que ocurrió hace muchísimos años cuando
éramos jóvenes.
Carmen. – Nada, nada, tienes que devolverme ese retrato, se entera mi marido, me
va pedir que le dé explicaciones él no sabe que antes he sido vedette.
Carmen. – Si no me los das ahora mismo soy capaz hasta de suicidarme y tu serás el
culpable.
Carmen. – Soy una mujer de decisiones y lo que digo lo cumplo (De su cartera saca
dos frascos) sabes qué es esto.
Rodolfo. – Cálmate Carmen, relájate tomas las cosas con tranquilidad, mejor ve a tu
casa descansa disfrutan de la vida. (le señala la puerta)
Carmen. – ¡Ah! te burlas, ahora lo veras. (Abre los frascos y toma todo el contenido)
Carmen da unas vueltas sobre sí mismo y cae desmayada en los brazos de Rodolfo.
Nora puede venir en cualquier momento la ve y el muerto voy a ser yo. Carmen
despierta, despierta (la samaquea) nada, que hare, la ocultare hasta que despierte
(Carga a Carmen) donde, donde, (al ver el ambiente utilería) ahí la llevare.
Javier. – Algo ocurre, a quien está llevando cargada talvez sea mi hija que se ha
desmayado.
(Sale Rodolfo echando llave y la deja en la puerta)
Rodolfo. – (sorprendido y titubeando al ver a Javier) ¡OH! Como esta, que desea
Señor.
Javier. – La mujer con que ingresaba tiene algún problema, se ha desmayado tal vez.
Rodolfo. – No, no, no es una mujer, es es es es, un maniquí de utilería, voy a buscar
un médico.
Javier. – Yo soy médico Ginecólogo, pero para primeros auxilios no hay problema.
¿Qué le duele?
Rodolfo. – (Aparte) como caído del cielo, (A Javier) Así que Ud. es médico (lo va a
llevar donde esta Carmen)
Rodolfo. – Chispas, verdad, pero ya, ya, ya estoy bien, no me duele nada. Gracias
por la visita.
Javier. – Le he dicho que soy el padre de Nora la deje hace un rato, quedando en
regresar al entrar veo que Ud. a encerrado a una mujer y creo que es mi hija así que
abra de inmediato la puerta. (Señala ambas puertas)
Rodolfo. – (Javier va avanzado hacia la puerta y Rodolfo con los brazos abiertos
trata de impedir, retrocediendo y llevándolo hacia la puerta contraria donde esta
Carmen, se pone delante bloqueando el paso) No señor, no abriré, no pasa nada
Javier. – (Al ver la llave puesta en la puerta) Si no quiere abrir lo hare yo (Empujando
a un lado a Rodolfo) entrare y registrare todo. (Ingresa al ambiente de producción)
Rodolfo. – Si así lo quiere, ahí se quedará. (Cierra la puerta con llave y encierra a
Javier) ahora a esconder a Carmen. (corre al otro ambiente y saca a Carmen. Javier
da golpes en la otra habitación, Rodolfo mira a Carmen) Sigue durmiendo, duerme
más que la bella durmiente, será mejor que la lleve a su casa.
Rodolfo. – Si, si, que mal, digo que bien hombre, que bien. (Se escucha los golpes de
Javier a la puerta)
Ernesto. – Vecino bulloso, creo que podemos continuar con las fotos.
Rodolfo. – Por favor lo dejamos para mañana, tengo una reunión urgente.
Ernesto. – No es necesario, así está bien (al tratar de eludir a Rodolfo resbala y cae
sobre el sillón donde esta Carmen y se siente un suspiro (Da un salto de susto)
¿Quién está ahí?
Rodolfo. – (nervioso) es el gato
Eduardo. – Total es gato o gata, eso no importa, mejor tomare el retrato (va apurado
abre la puerta equivocada)
Javier. – (Sale y coge del cuello a Ernesto creyendo que es Rodolfo) Infeliz, donde
está mi hija. Habla de una vez. (Rodolfo asustado se esconde detrás del sillón)
Javier. – El verte aquí me hace entender mejor las cosas (cogiendo a Ernesto de los
hombros), a quien están ocultando es a mi mujer.
Javier. – Si mi mujer, la tienen allí, (Señalando el otro ambiente) has venido con ella
y la han escondido, entremos a buscarla a ver si se atreve a negarlo delante de ella.
(Lo jala hacia al otro ambiente)
Ernesto. – Esta bien vamos, pero no tiene por qué jalarme, yo voy, yo voy. (entran
en la habitación, Rodolfo cierra la puerta con llave)
Rodolfo. – (Recibe las cortinas) Que bueno (Aparte) mejor te hubieras demorado
una hora, dos horas.
Rodolfo. – Nada, no tengo nada, tengo que salir urgente, puedes regresar después.
Nora. – ¿Quieres que me vaya?
Rodolfo. – Por favor regresa en un par de horas. (Se oye llamar a la puerta)
Rodolfo. – (Mira las cortinas que tiene en su mano) ¡Oh! Que gran idea, perdona
Nora, pero es necesario que haga esto (coge las cortinas y la envuelve a Nora como
un paquete y la echa en el sofá)
Rodolfo corre hacia el cofre saca a Carmen en brazos y sale corriendo, en ese
instante rompen la puerta, salen Javier y Eduardo
Nora. – (Lucha por desatarse al girar cae al suelo, pero logra desenvolverse) Hay
Dios mío casi me asfixio.
Javier. – Mi mujer esta acá tengo que encontrarla y descubrir que es lo que pasa.
Nora. – No sé qué les ocurre parece que todos se han vuelto locos. Vamos te ayudo
a buscarla. (Sale con el padre)
Ernesto. -Vayan Uds. Yo me quedo por si aparece. (Solo) Rodolfo tendrá que
decirme porque nos encerró, porque no quiere darme el retrato (Siente pasos) ahí
viene Rodolfo y trae algo en brazos, será mejor que me esconda.
Rodolfo. – (Cansado y agitado) Al fin se fueron todos, (Pone a Carmen el sofá) por
suerte los vi y me escondí porque me agarra su marido o Nora me ve y van a pensar
que soy culpable de todo, como me deshago de esta mujer. (Aparece Ernesto a la
espalda de Rodolfo al voltear)
Ernesto. – Yo nada.
Ernesto. – ¡Carmen!
Rodolfo. – No te hagas al que no sabias que iba a venir, creo que entre los dos han
armado este lio.
Ernesto. – ¿Qué lio? tú estás loco, yo no tengo nada que ver con esta mujer.
Rodolfo. – Voy a traer el carro para que la llevemos a su casa, cógela (Pone a
Carmen en los brazos de Ernesto y Sale)
Ernesto. – No, no aquí tiene a su mujer. No tengo nada que ver con esto
Ernesto. – Le voy a explicar cómo son las cosas, pero antes tome a su mujer o la
suelto.
Javier. – Se me escapa, cobarde, Tenga Ud. a mi mujer, (Le entrega a Carmen, sale
corriendo en busca de Ernesto)
Rodolfo. – Oh no, de nuevo no (tomando a Carmen) otra vez. (sienta a Carmen en el
sofá) a este paso mejor me quedo con ella. (Carmen empieza a despertar) Ya vuelve
en sí.
Javier. – (Ingresa trayendo a Ernesto cogiéndolo del cuello) A ver dígame quien a
tramado todo este lio.
Javier. – Tienes cinco minutos, después no respondo por lo que pueda ocurrir aquí.
Rodolfo. – Yo Señor.
Javier. – ¿Tu?
Ernesto. – De la que me salve.
Carmen. – Me tome los dos frascos de este medicamento, pero parece que no era
tan fuerte como dicen.
Javier. – Pero porque aquí lo has tomado, tenias la casa para hacerlo, no, no, digo no
tenías que tomar nada en ningún lado.
Carmen. – La razón era que quería conocer donde te veías con tu amante y luego
envenenarme.
Javier. – Lo voy a tomar como una hermosa prueba de amor, hace desaparecer en
mi toda sospecha de infidelidad.
Carmen. – Ahora solo falta una cosa para completar nuestra felicidad.
Nora. – Que sea una boda doble, me caso con Rodolfo. (lo abraza)
Carmen. – Como ahora todo somos familia, merecemos un retrato familiar, alista tu
cámara Rodolfo.
Ernesto. – Cuando nos encerraste Javier lo encontró, le conté una historia, le gusto,
quiso quedarse con el retrato de recuerdo, se lo vendí.
Rodolfo pone su cámara la temporiza hasta 10sgs y todos posan para la foto final
Fin
Un fotógrafo en apuros