Primeramente, comenzaremos por definir qué es un líder. La real academia lo define
como la “Persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe orientadora”, sin embargo, según Jenaro Bahamondes Urrutia esto va más allá, en su libro “El perfil de un Líder” menciona que “un líder es aquella persona que sobresale del grupo, guiando con el ejemplo y fuerza de personalidad”. En nuestra opinión el líder es aquella persona que dirige el camino de los demás para llegar a un objetivo en común, pero que en el proceso también se preocupa por las personas participantes en aquel proyecto y por su entorno, y que estas lo siguen por convicción, cuenta con alta seguridad y que arrastra con el ejemplo. Adentrándonos ya en el tema principal podemos hablar, a partir de la definición, de los líderes mexicanos, en México el líder tiene rasgos culturales fuertemente arraigados, que se vienen forjado a través de la historia de México. Bajo ese pretexto recordaremos a algunos de los más distinguidos líderes que ha tenido México, quienes a través de su vida y sacrificio nos heredaron un mejor porvenir.
Miguel Hidalgo, el padre de la patria
El cura de Dolores fue quien inició el movimiento independista en 1810 y es el líder más reconocido de ese proceso a pesar de que al año siguiente fue capturado y ejecutado por las fuerzas realistas. Hidalgo y el resto de los conspiradores se movilizaron motivados por dos factores. El primero fue la invasión de Napoleón a la península ibérica en 1808, lo cual obligó al rey Fernando VII a abandonar el país. La segunda motivación fue la difusión y asimilación de las ideas de la Ilustración en las diferentes colonias americanas, ideas que abogan por gobiernos locales autónomos y representativos. El 16 de septiembre de 1810 convocó a su congregación y los animó a levantarse en armas, en lo que se conoce como el Grito de Dolores. A pesar de que el movimiento de Hidalgo no tuvo éxito, la fecha de su inicio es la que se festeja como el día de la independencia.
Lázaro Cárdenas, el defensor de la Revolución
Lázaro Cárdenas fue un general revolucionario que fue presidente de México de 1934 a 1940, y quien tuvo como eje de sus políticas el cumplir las promesas de la Constituciones de 1917, tales como la repartición de las tierras y la nacionalización de los recursos naturales del país, como el petróleo. Luego de la muerte de Venustiano Carranza, México fue gobernado por la dinastía sonorense conformada por Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Después del asesinato de Álvaro Obregón en 1928, el poder de Elías Calles se consolidó al grado de que fue el jefe de facto del país durante el periodo comprendido entre 1928 a 1934. Lázaro Cárdenas fue elegido sucesor presidencial en 1934 y una vez sentado en la silla presidencial cortó lazos con Elías Calles e inició una nueva era en la política en México. Su hijo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano ha sido senador y gobernador de Michoacán, mismo puesto que ocupó su nieto Lázaro Cárdenas Batel, quien actualmente es Coordinador de Asesores de la Presidencia de la República.
Antonio López de Santa Anna, el villano de la historia
López de Santa Anna fue un general y también presidente de México en once ocasiones diferentes entre los años 1833 y 1855. Después de convertirse en naciones independientes, muchos países latinoamericanos cayeron bajo el hechizo de caudillos o líderes carismáticos que ejercían poder político y militar. López de Santa Anna fue uno de estos personajes, quien se vendía a sí mismo como el salvador de México y era bastante excéntrico, al grado de hacerle un funeral a la pierna que perdió en la Guerra de los Pasteles contra Francia. El más grande pecado de Santa Anna ante los ojos de la historia fue perder la mitad del territorio nacional a manos de los Estados Unidos, concretamente territorios en donde hoy se encuentran ciudades que son consideradas cosmopolitas y centros de cultura y entretenimiento como: la meca del cine y el entretenimiento Los Ángeles; y Las Vegas, tierra de deslumbrantes casinos y máquinas tragamonedas.
Benito Juárez, el reformador del Estado
Benito Juárez fue un abogado de ideología liberal que se convirtió en el primer presidente indígena de México. La gestión de Juárez al frente de la nación estuvo llena de sucesos que impactaron al país y dejaron secuelas permanentes. El nacido en Oaxaca fue la figura política que le dio forma y sentido al destino de México luego de que Antonio López de Santa Anna fue exiliado de manera definitiva del país. La obra más importante de Benito Juárez fueron las Leyes de Reforma que se publicaron en 1855, con las cuales buscó eliminar los privilegios de la iglesia y de las fuerzas militares. Estas nuevas leyes dieron pie a la Constitución de 1857, lo cual provocó la ira del clero y dio origen a una guerra que duró varios años y que concluyó con la imposición del Imperio de los Habsburgo. La intervención francesa culminó con el fusilamiento de Maximiliano a manos de las fuerzas republicanas de Juárez, quien al final resultó victorioso y gobernó México hasta el día de su muerte. Estos son solamente algunos de los líderes que han forjado con sus acciones el México en el que vivimos, todos ellos con sus respectivos aciertos y errores, pero siempre con la idea de convertir al país en un lugar mejor.
En la medida en que podamos orientarnos hacia un liderazgo más participativo, podremos
crear un sentido de identificación y pertenencia, logrando así que las cosas sucedan. El liderazgo ha sufrido constantes cambios en los últimos años, cada vez se ha ido dando más peso al papel fundamental que tiene el colaborador dentro de una organización, sin embargo, falta mucho, en la actualidad algunas compañías mantienen un liderazgo tradicional y paternalista en donde no existen evaluaciones de desempeño, comunicación entre líderes y subordinados. Los jefes no tienen una responsabilidad clara de desarrollar las habilidades de la gente y por ello no existe liderazgo que los haga crecer como empleados y como empresa. La visión que tienen los trabajadores de sus jefes, por lo general, es que ordenan, mandan, imponen, controlan y no tienen gran valor dentro de su área de trabajo; las diferentes generaciones que hoy están en el mercado laboral están evolucionando rápidamente, los Baby Boomers, Generación X, Millennials, están viviendo una serie de cambios y adaptación para poder trabajar en conjunto por un mismo objetivo, por ejemplo los jóvenes se vinculan con un mundo de una forma muy diferente, menos presencial y más a través de los dispositivos electrónicos según la encuesta realizada por Kelly Services (Kelly Global Workforce Index, KGWI), las organizaciones deben cuestionarse si el estilo de liderazgo que están utilizando es para una fuerza de trabajo multigeneracional y multicultural, además de cómo pueden fomentar más el trabajo colaborativo. La preocupación de los directivos y mandos medios hoy se debe de enfocar en crear una imagen en donde sus subordinados lo relacionen como un colaborador más, orientador, que escucha a su gente, generador de confianza, que transmita seguridad y que abra el canal de comunicación en donde el subordinado tenga voz para aportar ideas que aporten a la compañía. Un líder a diferencia de un jefe es el respaldo del equipo, aquel que potencializa a su equipo de trabajo para que desarrollen sus inquietudes, iniciativas y creatividad. Fomente la responsabilidad, el espíritu de equipo, el desarrollo personal, y especialmente, es el artesano de la creación de un espíritu de pertenencia que une a los colaboradores para decidir las medidas a tomar. El líder Inspira y empodera, inspirar a través de un objetivo común y establece metas que motiven a dar más del cien por ciento. Un buen liderazgo radica en dar el mayor empowerment (empoderamiento) posible a las personas para que sientan que son capaces de alcanzar y realizar sus objetivos.