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SUMARIO
DOSSIER
ESTUDIOS
Propaganda por el hecho y propaganda por la represión:
anarquismo y violencia en España a fines del siglo xix,
Juan Avilés y Ángel Herrerín........................................ 165-192
La «gesta heroica» de Belchite: construcción y perviven
cia de un mito bélico franquista (1937-2007), Ángel
Alcalde Fernández......................................................... 193-214
Sumario Sumario
ENSAYOS BIBLIOGRÁFICOS
Un cumpleaños merecido: el centenario de la Junta para
Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas,
José María López Sánchez............................................ 241-252
La opinión pública.
De la Ilustración
a las Cortes de Cádiz
Ignacio Fernández Sarasola
Universidad de Oviedo
p. 209.
2
Staël-Holstein, A. L. G., Mme. La Baronne de: «Mémoires sur la vie privée
de mon père», par la Baronne de Staël-Holstein, suivis des Melanges de M. Necker,
París, Chez Colburn, 1818, p. 273.
3
Salvandy, N.-A.: La coalition et la France, Londres, W. Pople, 1817, p. 80.
Huelga decir que, para los liberales de las Cortes de Cádiz, la li-
bertad de imprenta era, una vez más, el mecanismo principal diri-
gido a formar la opinión pública y a expresarla. A ello conducía el
que otras fórmulas participativas, como el derecho de asociación, no
aparecían previstas en el texto constitucional, ni tampoco fueron ob-
jeto de regulación legal. «Mientras de la libertad de imprenta se ha-
bló mucho en la primera época constitucional —recordaba Alcalá
Galiano—, en la de reunión apenas hubo quien pensase» 65.
La relevancia de la imprenta —cuya fundamentación basaban
algunos liberales en planteamientos iusracionales— 66 llevó a su in-
mediata regulación a través del Decreto IX, de 10 de noviembre de
1810, de Libertad política de imprenta, en vigor, pues, más de un
año antes de aprobarse la Constitución de 1812 67. En esta Constitu-
ción, por supuesto, también se recogió la libertad de imprenta (ar-
tículo 371), permitiendo a todos los españoles (por tanto no sólo a
los ciudadanos) escribir y publicar «sus ideas políticas» 68.
Un detenido análisis del artículo constitucional y del previo De-
creto IX muestra cómo en Cádiz la ideología liberal todavía man-
65
Alcalá Galiano, A.: «Recuerdos de un anciano», en Obras escogidas, t. I,
Madrid, BAE, vol. LXXXIII, Atlas, 1955, p. 149. Un breve análisis de la regulación
normativa de los derechos de reunión y asociación en España en Flaquer Monte-
qui, R.: «El derecho de asociación, reunión y manifestación», en Flaquer Monte-
qui, R. (ed.), «Derechos y Constitución», Ayer, 33 (1999), pp. 155 y ss.
66
«Es la libertad que recobra todo individuo de la sociedad para imprimir sin
permiso de otro y libremente sus opiniones y pensamientos». El Concisín Menor, 30
(20 de octubre de 1810), p. 141.
67
Fue luego adicionado por el Decreto CCLXIII, de 10 de junio de 1813, y
complementado por el Decreto CCLXIV, de 10 de junio de 1813, de Reglamento
de las Juntas de Censura.
68
Sobre la libertad de imprenta en las Cortes gaditanas la bibliografía es muy
abundante. Destaca la temprana y atinada obra de La Parra, E.: La libertad de la
prensa en las Cortes de Cádiz, Valencia, Nau Llibres, 1984. Véanse igualmente Fies-
tas Loza, A.: «La libertad de imprenta en las dos primeras etapas del liberalismo
español», Anuario de Historia del Derecho Español, LIX (1989), pp. 351 y ss., y Fer-
nández Segado, F.: «La libertad de imprenta en las Cortes de Cádiz», Revista de
Estudios Políticos, 124 (2004), pp. 29 y ss. Sobre la libertad como medio para ex-
presar la opinión pública véase Fernández Sarasola, I.: «Opinión pública y liber-
tades de expresión en el constitucionalismo español (1726-1845)», Historia Consti
tucional, 7 (2006), pp. 159 y ss. (http://www.historiaconstitucional.com).
las, al considerar que la literalidad parecía excluir el derecho a publicar obras re-
lativas a otras materias. Véase Lecciones de Derecho Público Constitucional (1821),
Madrid, CEC, 1982, pp. 311-312.
78
Villanueva, DS, 379 (16 de octubre de 1811), p. 2093, y 381 (18 de octubre
de 1811), p. 2104; García Herreros, ibid., p. 2107; Aner, ibid., p. 2108; Argüelles,
ibid., pp. 2109-2109, y Guridi y Alcocer, 522 (16 de marzo de 1812), p. 2924.
79
Evidentemente, esto impedía que la libertad de imprenta pudiese constituir
una instancia crítica de las Cortes, puesto que la Asamblea se aseguraba el control
de la Junta Suprema de Censura. Así lo observó Blanco-White: «Una de las razo-
nes más fuertes que se dieron [a favor de la libertad de imprenta] fue que la opi-
nión pública era el único contrapeso del poder de las Cortes. Yo desafío a que me
demuestren que la opinión pública tenga fuerza alguna sobre ellas, estando sujeta
al tribunal de los nueve. La opinión pública está dependiente de este corto número
de hombres y de los cinco jueces de cada provincia; aquéllos, hechura de las Cortes,
y estos, hechuras de las hechuras [...] El poder de la imprenta intérprete de la opi-
nión pública es el contrapeso del poder de las Cortes, como el de éstas debe serlo
el Ejecutivo, y tan absurdo es que las Cortes nombren los árbitros de la imprenta,
como que el poder ejecutivo nombrase los individuos del legislativo». Blanco-White
proponía, entonces, que los miembros de estas juntas fuesen designados por el pue-
blo directamente. El Español, 9 (30 de diciembre de 1810), pp. 221-224.