1. Aula diversificada.

Durante muchos años la educación ha logrado ser la base en la formación de todo ser
humano y debido a la exigencia que se promueve en este ámbito han existido
transformaciones, dejando atrás algunas prácticas de enseñanzas. Sin embargo, en la
actualidad observamos que prevalecen algunas ideas al especular que los grupos de
determinada edad mantienen características comunes y aprenden del mismo modo; lo
podemos enfatizar en las pruebas estandarizadas, evaluaciones, exámenes idénticos,
actividades homogéneas, entre otros. Debemos de considerar que el alumno debe ser
preparado para la vida y no para los exámenes, obteniendo una calificación que los
etiqueta.

Por ello la importancia de promover un aula diversificada, en donde se tomen en

cuenta que “los estudiantes son diferentes en cuanto a su experiencia, aptitud, intereses,
lenguaje, cultura, sexo y manera de aprender. Los chicos ya llegan hasta nosotros
diversificados. Lo lógico es que nosotros diversifiquemos nuestra instrucción en respuesta
a ellos” (Tomlinson, 2001). Partir desde las características personales de los dicentes
potencializará una enseñanza y un aprendizaje de calidad, equidad e inclusión, donde
todos tienen oportunidades aprender.