La abstinencia democrática del caleño tiene razones muy claras

Por Juan Camilo Lourido Rangel

Según La Registraduría Nacional de los 1.787.424 electores habilitados en Cali solo 640.580
acudieron este pasado 13 de marzo a las distintas urnas de votación. Si bien es preocupante, solo
hace falta ver superficialmente la vida de los habitantes de la capital del Valle para darse cuenta que
era algo predecible.

la encuesta de percepción ciudadana, llevada a cabo anualmente por el proyecto Cali como vamos,
revela que casi el 70% considera que se va por mal camino, el 80% considera a la ciudad insegura, y
el 42% esta insatisfecho con su economía. Aunque parezca no relacionado, cómo bien muestra el
articulo ‘¿Qué mueve a los votantes?’, escrito por Andrés Valdez Zepeda y Delia Amparo Huerta
Franco, publicado en la revista Razón y Palabra, una de las tres razones fundamentales que tienen
las personas a la hora de votar es la confianza en que el o los candidatos elegidos protegerán o
mejoran su status quo, no pude haber confianza si se perciben que dicho sratus desmejora.

Otro asunto importante que explica la abstinencia electoral, es menos material pero más decisivo,
ese sería el fallo en la integración social. En una entrevista realizada por mi persona al historiador y
profesor Luis Bernardo Betancur cometo: “a medida que se expandió (Cali), esta construyó muros,
no de concreto, sino más bien simbólicos y sociales. Los habitantes de Aguablanca, por ejemplo,
vienen del Choco, del huila, entre otros, son muy distantes y dispares; no obstante, nuca hubo
interés alguno por añadirlos al tejido social, es por ello que aun al día de hoy son marginados”.

Si las personas no sienten parte de la ciudad, ¿por qué nos sorprende que no participen en la labor
ciudadana?