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¿QUE ES?
Una celda galvánica convierte energía química en energía eléctrica, cuando una reacción
con valor positivo de E procede hacia el equilibrio; una celda electrolítica convierte
energía eléctrica en energía química cuando una corriente eléctrica impulsa una reacción
con valor negativo de E en dirección que se aleja del equilibrio. Así, los procesos que
suceden en celdas galvánicas y electrolíticas son inversos entre sí. El proceso de usar una
corriente eléctrica para producir un cambio se conoce como electrólisis.
HISTORIA
El descubrimiento de la electrólisis fue realizado por el
químico británico William Nicholson, en compañía del físico
británico Michael Faraday en el año 1834, dicho termino se
le fue atribuido al proceso de descomposición química de la
corriente galvánica.
¿COMO FUNCIONA?
El proceso de electrólisis ocurre al colocar una corriente eléctrica continua a través de
electrodos conectados a una fuente de alimentación eléctrica y colocarlos en el interior de
una disolución. El electrodo que se pone en el lado positivo se le denomina ánodo, mientras
que el que está en el polo negativo se le conoce como cátodo.
Cada uno de estos electrodos tiene la capacidad de atraer iones de la carga opuesta. De
esta manera, los iones de carga negativo se desplazan hacia el ánodo (electrodo positivo), y
los iones de carga positivo se mueven hacia el cátodo (electrodo negativo). Un modo muy
sencillo para recordar esta terminología es fijándose en la raíz griega de las palabras, de la
siguiente forma:
Odos significa camino: En este sentido, el electrodo es el camino por el cual pasan los
electrones.
Catha significa hacia abajo: Por lo que cátodo es el camino por donde bajan los
electrones.
Anas significa hacia arriba: De esta forma, ánodo se entiende como el camino por
el que suben los electrones.
Ion significa caminante: El anión se va hacia donde está el ánodo, mientras que el
catión va hacia donde está el cátodo.
Esta nomenclatura también se emplea en las pilas. Otra manera de recordar toda esta
terminología es poniendo atención a la primera letra del electrodo y luego se asocia con el
proceso al que va dirigida. Por ejemplo, el ánodo se produce la oxidación (ambas palabras
inician con vocales) y en el cátodo la reducción (ambas palabras comienzan con
consonantes).
Para que una energía pueda hacer la separación de los iones, lo que se necesita es
aumentar la concentración en los electrodos, la cual es proporcionada por la fuente de
alimentación eléctrica. Dentro de los electrodos sucede la transferencia de electrones entre
estos y los iones, lo que da como resultado nuevas sustancias.
Los iones negativos o aniones se dirigen a donde se encuentran los electrones al ánodo (+)
y los iones positivos o cationes se dirigen hacia los electrones del cátodo (-). En líneas
generales, en el proceso de electrólisis lo que ocurre es una oxidación-reducción, donde la
fuente de alimentación eléctrica se encarga de aportar la energía necesaria.
La electrólisis del agua fue demostrada por primera vez en 1789 por los
comerciantes holandeses Jan Rudolph Deiman y Adriaan Paets van Troostwijk
que utilizaron un generador electrostático para producir una descarga entre dos
electrodos de oro sumergidos en agua. Más tarde, los desarrollos posteriores de
Johann Wilhelm Ritter utilizaron la tecnología de batería de Volta y permitieron
la separación de los gases.
Casi un siglo después, en 1888, el ingeniero ruso Dmitry Lachinov desarrolló un
método de síntesis industrial de hidrógeno y oxígeno mediante electrólisis, y para
1902 ya había en funcionamiento más de 400 electrolizadores industriales de agua.
Los primeros electrolizadores utilizaban soluciones alcalinas acuosas como
electrolitos, tecnología que persiste hasta el día de hoy.
La electrólisis del agua es una tecnología bien establecida que se ha empleado
durante casi un siglo para diversas aplicaciones en la industria. A través de esta
técnica se busca obtener: