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Documentos de Cultura
Editores de la colección:
Guillermo De Santis
Fabián Mié
Gustavo Veneciano
ISBN 978-987-760-366-8
9
Recursos narrativos y retóricos .......................................................................114
10
La destrucción colectiva del ser romano ..........................................................231
Hacia la construcción de la romanidad: del discurso senatorial al ejemplo
itálico .......................................................................................................................237
La expresión de la romanidad: Julio César y Catón el Menor......................238
El papel ejemplar de los itálicos..........................................................................247
Entre el vicio y la virtud: Metelo y Mario.........................................................255
Conclusiones .....................................................................................................307
Bibliografía General
Fuente principal...............................................................................................315
APÉNDICES .........................................................................................................349
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Presentación
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Presentación
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Prólogo
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pasaban a ser colonos en alguna región donde tampoco la vida era plácida,
porque habitualmente eran las zonas expuestas a asonadas o invasiones más
peligrosas en las fronteras (limes).
Esto conduce a una transformación importante, al parecer en rasgos
bien nítidos, lo que se podría llamar “la psicología del militar profesional”,
la persona que vive para la guerra, con ella y de la guerra. La militarización,
pues, exige de un estado de guerra permanente. Ahora bien, costear estos
grandes ejércitos (por la proporción con el resto de la población no era un
gran ejército, pero para las posibilidades logísticas de la época aparecía como
inmenso, pues llegó a bordear los 500.000 hombres en su época de mayor
expansión) y mantenerlos en pie de guerra exigía una tributación, volcar
las fuerzas vivas de la República en el servicio, el mantenimiento de estos
ejércitos. Entonces, vuelve a producirse uno de los grandes contrasentidos
de la Historia de Roma, de esas grandes paradojas que van a ir marcando
fuertemente la crisis cada vez más aguda en que se debatirá la República y
posteriormente el Imperio. Todo un mundo que se esfuerza en costear un
ejército con el propósito indudable de conseguir la paz. Todos esto se hace
desde el punto de vista cívico, de los particulares, de los ciudadanos que no
están comprometidos en el juego militar, con el propósito de obtener la paz.
Hay que mantener un ejército para derrotar a los bárbaros, para solucionar
las sublevaciones que corroen la República. Pero se ve que cuanto más se
fortifica el ejército menos posibilidades hay de obtener la paz, porque el
ejército necesita de la guerra. Entonces, en algún momento, los ciudadanos
más avisados comienzan a caer en la cuenta de que todo este gran esfuerzo
que hace la República por la paz en el fondo no es sino para perpetuar la
guerra. Y es allí, entonces, donde comienza a producirse el gran desaliento
del espíritu cívico, al ver que los sacrificios inmensos que tienen que impulsar
no redundan en conseguir la paz sino en prolongar la guerra.
Son las épocas en que estas mismas guerras permiten destacarse a
generales que han hecho o están haciendo el cursus honorum, como es el caso
de César, en largas campañas que lo llevan a ser considerado como el hombre
de mayor talento militar de su época. De la campaña de las Galias el mismo
César dejó una minuciosa descripción en su Comentarios a las guerras de las
Galias. Pero, dentro del clima de desprestigio de las magistraturas que había
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Prólogo
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Prólogo
dándose como una constante en el mundo helenístico y está siendo cada vez
más permanente en el mundo romano, ya que no es la guerra de expansión
o de conquista, sino que ahora la guerra se está dando dentro del mundo
romano, cuando no se sabe exactamente para qué. En los otros casos se
sabía más concretamente, era para ganar territorios que garantizarían la
paz para la República. Pero ahora la motivación es vencer al ejército de
Pompeyo, de Marco Antonio o de César. Y estos son romanos. Entonces
comienza a darse esta situación de perplejidad en un estado de inquietud
que corroe el ánimo. Y es una situación que no se prolonga por diez o veinte
años, sino que los afecta por generaciones, de manera que los que nacen lo
hacen dentro de este ambiente y sin, al parecer, ninguna esperanza para que
eso se resuelva en su generación y puedan entregar un mundo en paz a la
generación venidera. No está entregado a la posibilidad de una generación
solucionar el problema. Comienza a ser ya como un lastre histórico con el
que este mundo tiene que seguir avanzando.
En esta situación pareciera que no queda sino mirar las fuerzas
superiores, o sea, a los dioses; escudriñar en el destino de los pueblos, para
ver si allí se puede encontrar la esperanza que ya el mundo de la Historia
niega. Por eso es que con toda razón se ha conectado esa situación de
desesperanza frente a la Historia que vive el mundo antiguo, hundido en este
mundo sin horizonte, con el surgimiento y el entusiasmo que provocan en
amplios sectores de la población las religiones de salvación y las religiones
de misterios.
En verdad, a veces los mismos reyes helenísticos se querían
presentar como salvadores, y entre los reyes de Egipto es corriente ver el
nombre de “soter” (salvador). Pero, al lado de esto que podríamos llamar
la religión oficial de las dinastías gobernantes, surgen entonces todos estos
movimientos que son expresión de una religiosidad popular. Hay que tener
mucho cuidado para, en el caso de las religiones en estos instantes, como el
caso de Roma, distinguir una religión oficial, en muchos casos acartonada,
sin alma y que independiente del estado de la religión tiene la posibilidad
de exigir sus propios privilegios y demostrarse. Por aquí se comienza
a percibir esta necesidad de encontrar una solución mística, teológica,
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Prólogo
del poder, el dar apoyo incondicional al sector social representado por los
homines novi para que pudieran llegar a los máximos órganos de dirección
política, lo que nos retrotrae al período de la lucha entre el patriciado y la
plebe.
Son momentos de la Historia de Roma donde el conflicto, la
agitación social que sigue a la muerte de Sila, la ebullición de los tribunos,
las consecuencias como resultado de la conjuración de Catilina, el pacto
entre Pompeyo y César para repartirse el poder, y los turbulentos días del
consulado de César presentan una Roma sumida en una gran confusión.
Salustio navegaba políticamente en este ambiente, en el cual había jóvenes
de familias ricas que giraban en torno a las figuras políticas de Pompeyo
y César y otros, que hacían seguramente lo mismo en torno a personajes
como Craso o Catilina. Salustio, al parecer, acompaña a Pompeyo en su
campaña en Asia Menor, siendo después tribuno en un conflictivo momento
en el que se intentó procesarlo. La purga por su discutible actuación como
tribuno de la plebe se producirá en el transcurso de la censura de Apio
Claudio Pulcher, que culmina con su expulsión del Senado, siendo acusado,
al parecer, de una conducta inmoral, siendo condenado políticamente. Esto
lo llevará a ubicarse en el bando de César, convirtiéndose en uno de sus
más devotos admiradores y defensores, logrando que César le devolviera
su sitio en el Senado, y suma y sigue. Necesitaríamos muchas páginas más
para continuar el relato. Eran tiempos políticamente frenéticos, mientras
Roma continuaba conquistando el mundo y transformándose en la mayor
potencia del mundo antiguo.
El rechazo que presenta Salustio hacia el modelo de identidad
romana se plantea en este libro en tres aspectos: en primer lugar, a partir
de los valores republicanos tradicionales entre los siglos V-IV a.C., que
se asocian al mos maiorum; en segundo lugar, la relación entre el espíritu
virtuoso (anima) con el bien común, y en tercer lugar, construyendo
un pasado que visualiza la grandeza romana de los primeros tiempos,
sustentada en los valores, espíritu y bienestar. Para Salustio, la identidad
romana se condice con un espíritu forjado en la romanidad.
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Daniel Nieto Orriols
Raúl Buono-Core V.
Profesor Emérito
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
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Abreviaturas1
1
En las fuentes clásicas seguimos las abreviaturas del Oxford Classical Dictionary (4ta. Ed.),
disponible online en: http://classics.oxfordre.com/staticfiles/images/ORECLA/OCD.
ABBREVIATIONS.pdf
27
Introducción
Durante el último siglo republicano, Roma se vio inmersa en un
período de profundas transformaciones. Múltiples factores conllevaron la
fractura del modelo político y, junto con ello, la ruptura de los principios, los
fundamentos y los valores que definían a Roma y a los romanos. Los cambios
que la sociedad experimentó durante los siglos precedentes, especialmente
entre el III y II a. C., conformaron una comunidad cada vez más numerosa
y heterogénea frente a la cual la res publica, concebida desde una realidad
histórica por completo diferente, perdió sentido y validez.
La paulatina integración de nuevos miembros a la Urbs afectó
directamente en la composición social y en la práctica política, factores que
pusieron en jaque un modelo de carácter oligárquico y que a poco andar
condujeron al quiebre de la institucionalidad que lo había sustentado durante
más de cuatro siglos. El enfrentamiento entre optimates y populares y la lucha
entre nobilitas y novitas devinieron en una inusitada violencia que minó los
fundamentos jurídicos de la República, situación que propició la inestabilidad
política y la presencia de reiteradas crisis que cambiaron para siempre el modo
en el que los romanos se gobernaron, así como también la manera en la que se
percibieron y se definieron como miembros de una comunidad sociocultural.
El quiebre del modelo político, pues, vino aparejado de la fractura de los
conceptos y valores en los que se fundamentaba, momento en el que la
ideología2 republicana perdió sentido y coherencia con los simbolismos que
representaban el ser romano.
2
Utilizamos los términos ideológico e ideología como referencia al conjunto de ideas que forma
parte de una cosmovisión y, por lo tanto, que fundamenta una mirada de los individuos hacia sí
mismos y hacia la realidad.
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Introducción
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Introducción
3
Los problemas y las características de la historiografía de la identidad romana y de su evolución
en estrecho vínculo con las circunstancias históricas de los siglos XIX al XXI los desarrollamos
con detalles en Nieto (2020: 367-397). Asimismo, un análisis pormenorizado de las líneas
teóricas de la romanidad, sus fundamentos conceptuales y sus propuestas específicas ofrecemos
en Nieto (2019: 219-251).
4
Véase Hingley (2006), Machuca (2014: 34), Revell (2016: 6-8).
5
Véase Polverini (1993), Hurtado (2005: 40-41).
32
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6
Bancalari (2007: 68).
33
Introducción
7
El espectro de las fuentes analizadas por la romanización es amplio, pues se enfocan en fuentes
literarias, numismática, epigrafía, arte y vestigios arqueológicos. Los problemas con estas son,
por un lado, su interpretación fundada desde una visión de Roma como agente culturalmente
superior, capaz de transformar la identidad de los pueblos conquistados en un proceso de
civilización; y, por otro, que la mayoría de las fuentes utilizadas son romanas. Sobre las fuentes
del imperialismo, sus características y alcances véase Wells (2004: 258-277).
8
Véase Bartel (1980: 14-22), Alonso-Nuñez (1989: 7-10).
9
La afirmación no es extraña, puesto que surge desde la relevancia de las normas y de la ciudad
que las mismas fuentes clásicas manifiestan a la hora de definir a los romanos y a su comunidad.
Ejemplos ilustrativos en Pol. 6. 2. 3-6; 43-58; Diod. Sic. 31. 6. 1; Cic. Rep., alusiones importantes
desde la fundación en 2. 12. 26; Verg. Aen. 6. 850-853.
10
Harris (2002: 52).
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Introducción
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19
Freeman (1997: 27).
20
Andreu (2009: 213-225), Fitzpatrick (2011: 27-54), Parker (2011: 3-4), Andrade (2013: 105-
110).
21
Cf. Brunt (1976: 161-174), Millet (1990) y Woolf (1997: 339-350), (2003-2004: 169-173).
22
Witcher (2000: 213-225), Harris (2002: 51-64), Bancalari (2007: 89ss), Sweetman (2007:
61-81), Hitcher (2007).
37
Introducción
23
En esta línea, Finley (1973: 47), Sherwin-White (1973: 402ss), Hubeñák (1987: 139), Herrera
(1989-1990: 21-36), Grimal (1991: 6), Harris (2002); Bancalari (2015: 85-90).
38
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Introducción
29
Nash (1989: 1), Nieto (2019: 228).
30
Weber (1978: 385-397).
31
Smith (1986).
32
Nash (1989: 5-6).
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las costumbres y las leyes.33 Aspectos todos que, sin lugar a dudas, evidencian
la complejidad del término y de su aproximación metodológica.
Más allá de la diversidad de enfoques y propuestas, los análisis de la
etnicidad decantan en dos corrientes teóricas de capital influencia, a saber,
primordialista e instrumental. Sus diferencias radican en los factores objetivos
y subjetivos que inciden en la adhesión a una cultura y a sus prácticas.34
Los primordialistas consideran importantes los lazos de consanguineidad
que afectan en el traspaso de la identidad, que se configura por tradición,
valores, religión e historia.35 Es una identidad característica de cada grupo
y su propósito es la cohesión y la estabilidad, adquiriendo así una condición
estática. Es precisamente en este aspecto en el que se diferencia la corriente
instrumental, que considera absurda una noción de identidad inmutable.36
Su posición destaca el modo en que los cambios sociales afectan la vida de
las etnias, situaciones que alteran sus formas de vinculación, sus costumbres
y, en consencuencia, su identidad. En este sentido, concibe sus principales
factores de desarrollo los ámbitos social, económico y político, motivos
que la llevan a estudiar los fenómenos de encuentros y de intercambios
culturales37 y a destacar los aspectos que tornan a la identidad como objeto
de transformaciones.
La perspectiva instrumental permite referir la incorporación de
nuevos miembros, explicar las confluencias culturales y relevar la conciencia
del individuo y los factores de conveniencia en la construcción de la identidad;
no obstante, la visión algo extrema de sus presupuestos dificulta entender la
influencia de estructuras más estables con preponderancia en la construcción
de la sociedad –familia, instituciones, tradición-. En este sentido, el debate
entre ambas corrientes muestra la necesidad de establecer factores comunes
para entender el desarrollo de grupos étnicos en términos complementarios,
puesto que ambas dimensiones confluyen de manera natural.38
33
Barlett (1994: 197-220).
34
Jones (1997).
35
Shils (1957: 122), Geertz (1963: 108-110), Kellas (1991: 19), Jones (1997: 64).
36
Barth (1969: 10).
37
Véase Jones (1997: 54-79).
38
McKai (1982: 401-403), Jones (1997: 80).
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Introducción
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Introducción
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influenciada por la mirada cultural. Desde las nociones del ciudadano romano,
la civitas constituye un referente de la romanidad a escala global, puesto que
otorga un reconocimiento entre Roma y sus miembros más allá de diferencias
étnicas, geográficas, lingüísticas o históricas.63 Se trata, en este sentido, de una
condición política y cultural que actúa tanto en la regulación de la conducta
pública como en la construcción ideológica de la ciudadanía, ámbitos
que se traducen en el reconocimiento de pertenencia a una communitas
delimitada64 cuyas lógicas definen una identidad aceptada implícitamente
por sus miembros.65 Desde estas consideraciones, la preponderancia de la
civitas como agente identitario se encuentra en su carácter simbólico y en
las implicanciones comunitarias de su constitución y potestad. Después de
todo, el imperium romano no se ejerció ante territorios o grupos cualesquiera,
sino ante comunidades políticas que, vinculadas, construyeron un espacio
cívico definido y comprendido desde su espacio en el orbis romanus.66 Una
delimitación social, política y cultural que, en definitiva, establece un criterio
de referencia sobre el ser romano desde circunstancias y lugares diversos.
Los estudios de la identidad romana desde una perspectiva cultural
aportan conceptos, nociones y factores relevantes para comprender los
procesos de construcción de la romanidad. Sus investigaciones permiten
comprender el escenario de una Roma multicultural que supo adaptarse a las
diferentes circunstancias provinciales en procesos que, a través de traspasos,
de adaptaciones y de sincretismos, generaron una romanitas universal por sus
capacidades de apropiación y de interpretación. Ahora bien, aun cuando se
trata de una propuesta holística que contribuye significativamente al debate,
su amplitud también vuelve ambiguas las definiciones que inciden en la
construcción identitaria, así como sus aproximaciones metodológicas. Así
ocurre con categorías como género y edad, cuya transversalidad no admite
definiciones específicas en los diversos segmentos socioeconómicos de
la comunidad; o, por ejemplo, con niños, mujeres y esclavos, grupos poco
63
Véase Gardner (1993), Pereira (2005: 143-144), Andrés (2007: 257-259), Wulff (2011: 34).
64
Heater (2007: 63), Horrach (2009: 7-8), Blanch (2013: 167-168).
65
Véase David (2000: 19-20).
66
Caballos y Lefebvre (2011: 2).
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Introducción
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La identidad en Salustio.
Aproximación al texto en el contexto
El extenso repertorio bibliográfico que compone el estudio de la
identidad romana conforma un cuadro sumamente heterogéneo. Desde
el ámbito político hasta el cultural, los enfoques son complejos y diversos,
pues, a partir de diferentes concepciones teóricas y metodologías, abordan
el amplio espectro de la sociedad romana para definir, delimitar o rechazar la
romanidad y su extensión. El recorrido por las principales líneas de estudio
de la romanidad da cuenta de la indeterminación del concepto identidad,
que ha devenido en una variedad de análisis fundados, precisamente, en la
amplitud del término, susceptible de relacionar con casi cualquier aspecto de
la vida. La vastedad del concepto ha generado un interesante diálogo entre
corrientes contrapuestas que ha decantado en la construcción de perspectivas
novedosas y complementarias, así como también en el reconocimiento de
nuevos problemas y agentes de la identidad. Sin embargo, dicha amplitud
también constituye el fundamento de una profunda ambigüedad, resultado
de préstamos conceptuales y de adaptaciones disciplinarias difíciles de
delimitar y definir.67
67
El concepto identidad, ligado originalmente a la filosofía, ha sido cuestionado tanto por la
filósofía del lenguaje como por las ciencias sociales, que lo han utilizado y transformado para referir
entidades con características completamente opuestas. Desde su acepción filosófica original, en la
que el concepto de identidad refería un principio ontológico a partir del cual “toda cosa es igual a
ella misma” (Ferrater 2014: 436-443, esp. 437-438), y que suponía individualidad e inmanencia, ha
sido cuestionado por constituir un absurdo. Así, por ejemplo, Wittgenstein, quien exhibía lo vacío
del término. Si lo que refiere a sí mismo supone una doble referencia (entre lo que se dice igual y
lo mismo), ya no puede hablarse de una sola cosa, sino solo en vistas de su representación. En este
sentido: “Parece que la identidad de una cosa consigo misma no provee un paradigma infalible de la
identidad […] ¿Dos cosas son idénticas cuando son como una sola cosa? ¿Y cómo debería explicarse
al caso de dos cosas lo que me muestra es única cosa?” (Wittgentein 1999: 31). Del mismo modo,
desde la noción filosófica, su apropiación por las ciencias sociales lo ha dirigido hacia un escenario
absolutamente contrario, obviando el carácter inmanente del objeto con identidad, así como también
su condición inmutable. De lo individual se pasa a lo colectivo; de lo inmanente a lo móvil. Aun cuando
no contamos con una definición unívoca del término, ni tampoco delimitada, las disciplinas próximas
a la sociología lo aplican para referir aquellas características que definen a una comunidad y a sus
individuos como miembros reconocibles de una colectividad y a sí mismos. En esta línea, Descombes
49
Introducción
(2015: 16): “si nos decimos que una y otra tienen comportamiento ‘identitario’, queremos indicar que
ambas encuentran en esa manera de comportarse un medio para afirmar su pertenencia comunitaria
o reivindicar un lazo social que les procura una sensación de dignidad o la impresión de ocupar el
lugar que les corresponde en el mundo”. La psicología, en tanto, lo utiliza para referir la relación entre
un individuo consigo mismo y con el medio, cuestión que lo define. Así, Erikson (1974: 208): “en
ocasiones, parece haber remitido a un sentimiento consciente de la individualidad singular; en otras, a
la aspiración consciente a una coherencia de las experiencias; y en otras aun, el término tiene el sentido
de una solidaridad con los ideales de un grupo”. Un repaso por la historia del término identidad, por
sus cambios y transformaciones desarrolladas por las ciencias sociales, con énfasis por la psicología, la
antropología y la sociología encontramos en Gleason (1983: 910-931) y Descombes (2015: 13-68).
68
Cf. Giardina (1991: 16).
69
Véase Citroni (2003: 149ss), Moatti (2008: 36-42).
50
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70
Véase Res Gestae 3.3; 7; 9.2; 25.2; 35.1; Verg. Aen. 1.370-375; Livy 1.8-12. Véase también
Zanker (1992), Dewar (2003: 143-159), Ames y De Santis (2010: 103-114), Bancalari (2010:
122-124), Rothfus (2010: 425-452), Torregaray (2013: 6), Cruz (2016: 32).
71
Véase Steel (2001: 8), Roselaar (2012: 2-4), Cairo (2015: 217-230).
72
Cf. Assman (1997), Jones (1997: 128), Moatti (2003: 81-83), Revell (2009: 192), Arno
(2012: 12).
51
Introducción
73
De la percepción y su relación con la identidad y la memoria véase Labek (2003: 39-40).
74
Cf. Roselaar (2012: 9).
75
Véase Moscovici (2000: 31), Chartier (2005).
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En términos generales, por memoria histórica entendemos el vínculo entre un individuo o
un grupo con su pasado, a partir de un proceso de edición efectuado en términos invididuales y
colectivos y desde unos propósitos inspirados a la luz del presente. Respecto al concepto véase
Le Goff (1991: 131), Assman (1997), Torregaray (2002: 296-297), Rodríguez-Mayorgas (2007:
11-19), Peña (2019: 14-22).
77
Nieto Orriols (2014: 137-142).
78
Cf. Ankersmit (2011: 103-105).
53
Introducción
79
Tozzi (2011: 8).
80
Sobre la relación entre el contexto, el autor y la construcción del discurso véase Van Dick
(2012: 11-13). Respecto del modo en que el lenguaje figurado constituye un vínculo directo
entre el modo de entender la realidad y su explicitación textual véase Lakoff y Johnson (2005:
39-42, 59-62).
54
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Introducción
Estructura de la investigación
Dividimos el libro en cuatro capítulos. El capítulo I introduce la
vida del autor y su obra, para lo que profundizamos en la mirada política y
83
Cf. Gunderson (2003: 22).
84
Aurell (2006: 825).
56
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57
I
SALUSTIO
El autor y su obra en la Tardorrepública
59
1. Salustio
85
Sall. Cat. 3. 3-5; 53. 2; Iug. 4. 2; 4. 4.
86
Respecto de los alcances autobiográficos de los textos salustianos véase Brescia (2015: VI-VI).
61
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
87
Véase Syme (2002: 28).
88
Cf. Baldwin (1983: 382ss), Wallace-Hadrill (2013: 50-58), Ramírez de Verger (1992: 19-20),
Bradley (2002: 371).
89
Jer. De Vir. Ill. proem.
90
Jer. Chron. praef.
91
Chronica Minora 668. 1.
92
Chronica Minora 716. 1.
62
Daniel Nieto Orriols
63
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
relevancia a corta edad, sino además que solicite una recomendación ante un
representante –Bíbulo- de la facción optimate más extremada, contraria a las
ideas que con posterioridad Salustio promulgó. Con todo, la carrera política
del amiternio se vio interrumpida con su expulsión del senado el 50 a. C.
Aunque los motivos de su salida no son claros, se asocian a un
comportamiento moralmente reprobable que llevó a los censores Lucio
Calpurnio Pisón y Apio Claudio Pulcher a poner el nombre de Salustio en la
nota censoria.99 Las fuentes coetáneas que refieren este suceso, además de ser
confusas, aducen actos impúdicos fuera de la moral de la época. Así, cuando
Horacio (Sat. 1. 2. 40-49) advierte el mal comportamiento de hombres con
mujeres casadas pone como ejemplo a nuestro autor,100 cuestión que se
condice con las palabras que supuestamente Cicerón dirige a Salustio en la
Invectiva contra Salustio, que recriminan la deshonestidad y la obscenidad de
la vida del amiternio.101 Aunque no precisan el hecho específico, se trata de
una referencia a un suceso que algún tiempo después explica Aulio Gelio,
quien, comentando el Pius aut de Pace, texto perdido de Varrón, manifiesta
en Noches Áticas (17. 18) que nuestro autor fue sorprendido en adulterio
por Anio Milón, quien además lo azotó a conciencia con un látigo de cuero y
solo dejó que se marchara una vez que Salustio le entregó cierta cantidad de
dinero.
Las referencias al suceso no despejan la incógnita. La indicación de
Horacio, que habla de una liberta, no resulta coherente con el comentario de
Aulio Gelio, quien alude a la mujer de Milón, a saber, Fausta, hija de Sila. Por
su parte, las referencias de la Invectiva a la vida licenciosa de Salustio tampoco
precisan el hecho. No podemos desestimar la información de antemano; sin
embargo, a partir de estos antecedentes no es posible señalar que el hecho en
cuestión sea el verdadero detonante de su expulsión del senado.102 Testimonios
de otros autores de la Antigüedad respecto del comportamiento éticamente
reprobable del autor tampoco precisan el motivo. Así, por ejemplo, Lactancio
99
Ps. Cic. In Sal. 6. 16-17. Véase también Segura (1997: 12), Martinez-Pina (2008: 332).
100
Cf. Moralejo (2008: 72).
101
Ps. Cic. In. Sal. 5. 13-14.
102
Cf. Whitehorne (1975: 425-430), Katz (1985: 127ss).
64
Daniel Nieto Orriols
(Div. Inst. 2. 12. 12-14) se refiere a Salustio como disoluto, apuntando luego
las incoherencias entre los dichos moralizantes del historiador y las acciones
de su vida; de modo similar a lo que encontramos en Símaco (Ep. 5. 68. 2),
quien lo señala como un modelo de desidia y con costumbres poco propicias
a imitar. Se trata de referencias generales a un comportamiento impropio a los
códigos morales de su época, fundados, probablemente, en lo que el propio
Salustio reconoce de sí mismo. En efecto, es el historiador quien describe su
mal comportamiento durante la juventud, refiriendo un desempeño vicioso
en el ámbito político:
103
Sall. Cat. 3. 1-5: Sed ego adulescentus initio, sicuti plerique, studio ad rem publicam latus sum,
ibique mihi multa advorsa fuere. Nam pro pudore, pro abstinentia, pro virtute, audacia largitio, avaritia
vigebant. Quae tamesti animus aspernabatur, insolens malarum artium, tamen inter tanta vitia
imbecilla aetas ambitione corrupta tenebatur; ac me, cum ab relicuorum malis moribus dissentirem,
nohilo minus honoris cupido eadem qua ceteros fama atque invidia vexabat.
65
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
lo más probable es que los ataques contra la moral carnal de Salustio sean
producto de problemas políticos de la década de los 50, cuyo propósito bien
pudo ser la degradación de nuestro autor en el senado para que la oposición
se tornara más fuerte.104 Conclusión que, por lo demás, resulta comprensible
si consideramos los sucesos en que Salustio se vio involucrado como tribuno
de la plebe luego de la muerte de Publio Clodio.
La candidatura al consulado durante el 52 a. C., que enfrentó al
optimate Tito Annio Milón con los pompeyanos Quinto Escipión Metelo
Nasica y Publio Plaucio Hipseo, devino en el asesinato de Clodio, conflicto en
que nuestro autor no pasó inadvertido. En efecto, Publio Clodio, candidato a
la pretura que apoyaba a Plaucio, murió en manos de Milón, en Bovilas, en un
enfrentamiento que involucra al amiternio, suceso al que Cicerón y Asconio
se refieren. En su comentario al Pro Milone de Cicerón, Asconio (Asc. Mil.
37) cuenta que el ingreso del cadáver de Clodio a Roma se acompañó de un
discurso que implicó a los tribunos Quinto Pompeyo Rufo, Tito Munacio
Planco y Salustio. Desconocemos las palabras de este último, pero Asconio
explica que los implicados conformaban una agrupación contraria a Milón105
y que su discurso provocador llevó al pueblo a inclinarse contra este último y
contra quien a poco andar fuera su defensor, Cicerón. El evento en cuestión,
del que Cicerón (Mil. 45) también informa, da cuenta del escandaloso
escenario provocado por la muerte de Clodio, cuyas consecuencias no solo
cayeron contra Milón en la supuesta contio suscitada por los tribunos,106 sino
también en la respuesta que al día siguiente dio el pueblo ante las palabras que
nuevamente emitieron Munacio Planco y Pompeyo Rufo, lo suficientemente
instigadoras como para que la multitud partidaria de Clodio incendiara la
curia hostilia.107
Los complejos sucesos del 52 a. C. ponen al descubierto aspectos de
la vida de Salustio que permiten despejan algunas dudas sobre las acusaciones
morales en su contra, asociadas, al igual que su expulsión del senado, a su
104
En esta línea Ramsey (2007: 4), Katz (1985: 130-133), Santos Yanguas (1998-1999: 30).
105
Asc. Mil. 47.
106
Asc. Mil. 45.
107
Cf. Earl (1966: 310-311), Gruen (1995: 337-339), Segura (1997: 9-10).
66
Daniel Nieto Orriols
108
Asc. Mil. 42.
109
No podemos definir a Salustio como popular, pues la crítica que planeta en sus obras no se
establece solo contra la facción optimate, sino principalmente ante todo aquel que no se condice
con los estándares que él considera adecuados a la sociedad romana. Con todo, sus ideas y sus
alianzas políticas se aproximan más a la facción de los populares.
110
Sall. Cat. 22. 3.
111
Véase Syme (2010: 91).
67
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
68
Daniel Nieto Orriols
117
Cf. Syme (2002: 33-42). Véase también Segura (1997: 13-14), Ramsey (2013: 35ss).
118
Cic. At. 126; Caes. BCiv. 1. 32. Véase también Gruen (1995: 475-476).
119
Respecto del pragmatismo de las alianzas del período véase Gruen (1995: 47ss, 337-357); y de
cómo estas, promoviendo la violencia, constituyeron el fin de la República: Flower (2011: 135-153).
120
Segura (1997: 11).
69
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
70
Daniel Nieto Orriols
123
App. B Civ. 92; Cass. Dio. 42. 52. 1-2.
124
App. B Civ. 2. 93.
125
Cf. Earl (1966: 311). Quien, aun cuando considera a Salustio como un político sin mayor
relevancia, se explica la alianza con César por la posible experiencia militar previa del amiternio.
McGushin (1977: 3-4) y Ramsey (2007: 4-5), en tanto, plantean que la alianza fue solo por
la necesidad de César de reclutar aliados que, habiendo fracasado, se hubieran adherido a los
líderes populares. Ambas perspectivas son razonables, aunque consideramos que la visión de
Earl es reducida. Tal y como hemos señalado, la expulsión de Salustio del senado –y lo que ello
conllevó- nos parece evidencia de que, si bien no se trataba de un político connotado, debió
mantener cierto nivel de relevancia o capacidad de negociación que Earl no considera; cuestión
que, para el período, se debió de transformar en una herramienta útil.
126
Caes. BAfr. 34. 1-4.
71
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
suma necesidad, después de que las fuerzas de Juba I, rey númida, arremetieron
y comprometieron el contingente y los recursos del militar popular.127 César
había despachado emisarios con cartas a Cerdeña y a las provincias vecinas
solicitando apoyo militar y alimenticio y, posteriormente, a Rabirio Póstumo
a Sicilia, con órdenes de traer consigo al segundo contingente.128 El primero
en responder fue el pretor amiternio, que aseguró el abastecimiento necesario
a las tropas de César en Cercina.
El cambio en la suerte de nuestro autor trajo consigo enormes dádivas,
incluso más allá de las permitidas por la ley y, probablemente, por el mismo
César. Luego de que Juba I y las fuerzas pompeyanas fueron derrotadas en
Tapso el 46 a. C., Salustio aparece nuevamente junto a César en la nueva
provincia de África Nova, de la cual fue su primer gobernador. La provincia,
creada por César de una parte de los territorios del Reino Númida, quedó
desde sus inicios en manos de Gayo Salustio, quien la gobernó en calidad de
procónsul con poder militar.129 No sabemos con especificidad cuáles fueron
los movimientos políticos o estratégicos de Salustio durante su período de
gobernador de la provincia africana, aunque por Dion Casio (43. 9. 2-3)
conocemos los resultados finales de su administración, que no fueron sino
de una profunda corrupción y rapacidad. Precisamente por los delitos
cometidos durante su mandato en África Salustio fue juzgado de repetundis
a su regreso a Roma el 45 a. C., acusación de la que César lo absolvió a él y a
otros procesados por corrupción.130
Como se observa en las fuentes, el desempeño político y militar
de Salustio no solo fue precario, sino también cubierto de vicios. Ello,
ciertamente, dificulta comprender por qué César le otorgó importantes
responsabilidades en ambos planos, así como también que insistiera en
devolverle la dignidad senatorial mediante la pretoría. Sin embargo, y aunque
confusos, los antecedentes permiten comprender que probablemente se
trataba de un individuo con cierto nivel de experiencia militar y administrativa.
127
Caes. BAfr. 6-8.
128
Caes. BAfr. 8. 1.
129
Caes. BAfr. 97. 1.
130
Cass. Dio. 43. 47. 4.
72
Daniel Nieto Orriols
131
Earl (1966: 306-307).
132
Plut. Vit. Caes. 1. 5.
133
Cf. Ramsey (2007: 5).
134
Ramsey (2007: 5); Segura (1997: 15), Comber & Balmaceda (2009: 1-2).
135
Sall. Cat. 49. 1-3; 51. 1-43; 53. 6; 54. 2-6; Sall. Hist. 11.
73
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
74
Daniel Nieto Orriols
136
Cf. Kent (2012: 71-77).
137
Véase Torelli (1995: 191-194, 226), Kent (2012: 191ss).
138
Torelli (1995: 191-194), Di Farzio (2012: 337-342).
139
Earl (1966: 302).
75
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
140
Cf. McGushin (1977: 1).
76
Daniel Nieto Orriols
141
Rawson (2002: 38-47).
77
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
142
Véase Marrou (2004: 300-335). Cicerón, aunque particularizada, entrega buena síntesis de su
educación en Cic. Brut. 304-316.
143
Earl (1966: 302).
144
Gruen (1994: 53-81).
145
Véase Marrou (2004:315-319), Rawson (2002: 54), Joyal, McDougall & Yardley (2009:
166), Reydams-Schils (2015: 123-125).
146
Rawson (2002: 3-9).
147
Véase Cic. Fin. 1; 2; 4-3; 10, Rodríguez-Mayorgas (2003: 507ss) y (2007: 100), Fruyt (2000:
18-23).
148
Rodríguez-Mayorgas (2007: 100).
149
Rodríguez-Mayorgas (2007: 101) y (2007a: 263-284).
78
Daniel Nieto Orriols
150
Rodríguez-Mayorgas (2007: 100).
151
Véase Mehl (2014: 10-17).
152
Véase Rawson (2002: 55-61 y 79-99).
79
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
153
Véase Cic. Fin.; Nat. D.; Div.
154
Cardona (2015: 40-41).
155
Mineo (1997: 45).
156
Véase Earl (1961: 3), Syme (2002: 240ss).
157
Earl (1961: 3-4).
158
Respecto a sus características véase Arnold (1911: 99-120), Bréhier (1962: 472-480), Long
(1977: 205-219), Reydams-Schils (2005: 10ss).
80
Daniel Nieto Orriols
81
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
82
Daniel Nieto Orriols
164
Algunos ejemplos del siglo I a. C. en Diod. Sic. 4. 19; 20. 90. 3; Caes. BGall. 1. 37; BCiv. 1. 8.
7-8.
165
Cf. Daraki y Romeyer-Dherbey (1996: 50-52).
166
Para un análisis de las características del alma estoica, sus partes y sus facultades véase Diog.
Laert. 7. 156-158.
167
Resulta ilustrativa la expresión de Cicerón en Fin. 5. 23. 65: in omni autem1 honesto, de quo
loquimur, nihil est tam illustre nec quod latius pateat quam coniunctio inter homines hominum et
quasi quaedam societas et communicatio utilitatum et ipsa caritas generis humani. Quae nata a primo
satu, quod a procreatoribus nati diliguntur et tota domus coniugio et stirpe coniungitur, serpit sensim
foras, cognationibus primum, tum affinitatibus, deinde amicitiis, post vicinitatibus, tum civibus et iis,
qui publice socii atque amici sunt, deinde totius complexu gentis humanae: “en todo lo moral que
venimos hablando nada hay tan glorioso ni que se extienda con más amplitud que la unión de
los hombres con los hombres, esa especie de sociedad y comunidad de intereses y ese amor del
género humano que, originada en el momento mismo del nacimiento, puesto que los padres
aman a los hijos y toda la familia está unida por los lazos del matrimonio y de la estirpe, va
propagándose al exterior, primero por el parentesco, luego por las afinidades, después por las
amistades, más tarde por los ciudadanos y por las de los aliados de y amigos políticos, y, en fin,
por la unión de todo el género humano”.
83
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
168
Cic. Fin. 5. 23. 66-24; 5. 72; Diog. Laert. 7. 87-88.
169
Casadesús (2007: XXVI).
84
Daniel Nieto Orriols
170
Respecto del alma en Posidonio véase Diog. Laert. 7. 157-159, Cardona (2015: 42).
171
Respecto a la existencia del alma después de la muerte del cuerpo, las visiones del estoicismo
nos son unívocas. Al parecer, las definiciones platónicas y aristotélicas se contrapusieron en
los estoicos romanos, mas en Salustio vemos una posición principalmente platónica (así, por
ejemplo, Iug. 2. 2-3). Las ideas generales del estoicismo están presentes en nuestro autor, desde
donde construye su teoría de la romanidad. Respecto de los límites de la influencia platónica y
otras posible en Salustio véase La Penna (1973: 34-42).
172
Cardona (2015: 42).
173
Connolly (2007: 1). Véase también infra II. 1.
174
Véase Grimal (1998: 19-49).
175
Respecto de las transformaciones del concepto de virtus en la época de Salustio véase Earl
(1961: 20ss), La Penna (1973: 50-53), McDonnell (2003: 235ss), Balmaceda (2007: 285-304),
Comber & Balmaceda (2009: 20-27) Balmaceda (2017: 48-82).
85
Salustio. El autor y su obra en la Tardorrepública
176
Véase infra IV. 2.
86
2. Salustio y sus obras
Textos espurios
El último grupo, esto es, el de dudosa autoría, lo compone, por un
lado, la Invectiva in Ciceronem, discurso breve contra las acciones políticas y
jurídicas del cónsul y contra su carácter petulante y desonesto:178
87
Salustio y sus obras
179
Ps. Sall. Cic. 3. 5: […] homo levissimus, supplex inimicis, amicis contumeliosus, modo harum,
modo illarum partium, fidus nemini, levissimus senator, mercennarius patronus, cuius nulla pars
corporis a turpitudine vacat, lingua vana, manus rapacissimae, gula immensa, pedes fugaces; quae
honeste nominari non possunt, inhonestissima.
180
Ps. Sall. Cic. 1. 1.
181
Ps. Sall. Cic. 2. 2, 3.
182
Ps. Sall. Cic. 4. 7.
183
Ps. Sall. Cic. 3. 5-6: Te consule fortunatam, Cicero? Immo vero infelicem et miseram, quae
crudelissimam proscriptionem eam perpessa est, cum tu perturbata re publica metu perculsos
omnes bonos parere crudelitati tuae cogebas, cum omnia iudicia, omnes leges in tua libidine erant,
cum tu sublata lege Porcia, erepta libertate omnium nostrum vitae necisque potestatem ad te unum
revocaveras: ¿Roma afortunada por ser tú cónsul, Cicerón? Más bien Infeliz y desgraciada, que
sufrió una proscripción cruelísima cuando tú, desquiciada la República, obligas a rendirse ante tu
crueldad a todas las personas de bien paralizadas de espanto, cuando todos los procesos, todas las
leyes, dependían de tu capricho, cuando tú, suprimida la ley Porcia y abolida la libertad, te habías
atribuido la potestad de vida o muerte sobre todos nosotros.
184
No hay acuerdo respecto de la fecha precisa de las cartas. Para Vretska (1961: 48), la primera
sería del 46 a. C., mientras que Syme (2002: 319) la data el 48 a. C. La segunda, de acuerdo con
Meyer (1922: 571), sería del 49 a. C. Para Syme (2002: 319-320), en tanto, del 50 a. C.
88
Daniel Nieto Orriols
185
Principalmente en la reflexión de corte estoico referida a los males de la República y en algunas
afirmaciones sobre el devenir, el destino, la virtud y el bien común del pueblo romano. Así lo
vemos, por ejemplo: Ps. Sall. Ad Caes. sen 1. 4. 1-3; 1. 5. 1-4; y en 2. 5. 1-8; 2. 7. 4-6.
186
Ps. Sall. Ad Caes. sen. 2. 5. 1-8.
187
Ad Caes. sen. 1. 5. 1-6.
188
Ad Caes. sen. 1. 1. 2-3: qui tantum alios praegressus es, ut prius defessi sint homines laudando facta
tua quam tu laude digna faciundo.
189
Ad Caes. sen. 1. 1. 6: bonus atque strenuus sis.
190
Ad Caes. sen. 1. 7-8.
191
Ad Caes. sen. 1. 6. 3.
192
Ad Caes. sen. 2. 2. 3.
193
Ad Caes. sen. 2. 1. 4-5.
89
Salustio y sus obras
194
Ad Caes. sen. 2. 8. 2.
195
Ad Caes. sen. 2. 3. 4-6.
196
Ad Caes. sen. 2. 5. 1-8.
197
Cf. Ernout (1962: 12ss), Goodyear (1982: 269), Segura (1997: 40-42), Pelling (2002: 349).
198
Varios trabajos recopilatorios advierten los problemas y las posturas más relevantes desde el
mundo antiguo hasta nuestros días, las que referimos más adelante. A modo referencial, resultan
significativas las siguientes obras que afirman la autoría de Salustio sobre los textos apócrifos:
Meyer (1922: 570-572), Clift (1945: 93-121), Funaioli (1948: 56), Vretska (1961: 35-43),
Wistrand (1968: 5ss).
199
Obras representativas que otorgan carácter espurio a los escritos: Reiztzetnstein y Schwartz
(1898: 87-108), Rolfe (1931: XIX-XX), Gabba (1957: 317–339), Becker (1973: 742 y ss),
Goodyear (1982: 268-280, esp. 269), Pabón (1991: XX-XXIII), Syme (2002: 318-332), Pelling
(2002: 348-349).
90
Daniel Nieto Orriols
91
Salustio y sus obras
202
Respecto de criterios filológicos y orden de publicación véase Paul (1984: 1-2), Segura (1997:
16-17), McGushin (1994: 4), Syme (2002: 215-239), Ramsey (2013: XXXI-XXXIII).
203
Sal. Hist. 1. 1: Res populi Romani M. Lepido Q. Catulo consulibus ac deinde militiae et domi gestas
conposui.
204
Sall. Cat. 53. 6: Sed memoria mea ingenti virtute diversis moribus fuere viri duo M. Cato et C.
Caesar: mas en nuestro recuerdo hubo hombres de enormes virtudes, aunque de carácter
diametralmente opuesto, Marco Catón y Gayo César.
92
Daniel Nieto Orriols
Monografías
La primera, el Bellum Catilinae, muestra el esfuerzo de Catilina
por romper con el poder político del consulado de Cicerón, producto de
la inestabilidad política, jurídica y social suscitada por las disputas entre
optimates y populares en la década de los 60 a. C. A través de la narración,
Salustio advierte de forma breve las condiciones que llevaron a Roma a una
disputa política jamás vista en la República, donde el escenario de violencia,
el extremo partidismo faccionario y el interés personalista suscitaron la
destrucción de la concordia republicana y provocaron la crisis de la Urbs. A
lo largo de la monografía, el autor construye una imagen de Roma en crisis
general, en la que el ejercicio político ilegítimo de Catilina, que pretende
hacerse con el poder por la fuerza violentando las costumbres, las leyes y la
tradición, no es sino resultado de la destrucción interna de Roma en tanto
comunidad política y cultural.206
Se trata de un suceso contemporáneo a Salustio, que probablemente
conoció por vía directa o por los comentarios de romanos vinculados al
suceso, por lo que sus fuentes pudieron ser múltiples. Él mismo advierte de
la tradición oral de la que echó mano,207 a lo que se incluyen documentos
oficiales, personales y literarios que, de una u otra forma, se vislumbran
en el relato. Las actas senatoriales pudieron serle útiles para reconstruir la
205
Respecto de las fechas y las circunstancias de publicación véase también Segura (1997: 16-
17).
206
Un completo análisis de Catilina como personaje histórico e historiográfico en el amiterno
entrega Wilkins (1994: 7), quien advierte, además, las diferencias entre el Catilina de Salustio y
el de Cicerón.
207
Sall. Cat. 14. 7; 17. 7; 19. 4; 48. 7.
93
Salustio y sus obras
208
Respecto de las fuentes véase Ramsey (2007: 8-9), Segura (1997: 20).
209
Sall. Cat. 30.
210
Sall. Cat. 35.
211
Sall. Cat. 44.
212
Cic. Cat. 3. 4. 1-9.
213
Los errores de Salustio desde puntos de vista histórico y filológico se encuentran en Goodyear
(1982: 275), McGushin (1977: 298-301), Segura (1997: 24-27), Syme (2002: 69-102).
214
Sall. Cat. 17; 20-21.
215
Sall. Cat. 24. 2.
216
Sall. Cat. 27. 1-2.
94
Daniel Nieto Orriols
95
Salustio y sus obras
primer lugar, aquellas que el propio autor menciona en 17. 7: unos libros
púnicos del rey Hiempsal II que habría revisado en una versión traducida220
y la tradición oral de los habitantes de África. En segundo lugar, las fuentes
que no menciona. De acuerdo con Syme y con Paul, posiblemente le fueron
útiles los trabajos sobre Numancia de Sempronio Aselio y de Rutilio Rufo, la
autobiografía de Sila y el Bruto de Cicerón;221 y, en opinión de Badian, tal vez
los discursos de Cayo Fanio respecto de Tiberio Graco.222
De orden analístico
La integridad del Catilina y del Jugurta se contraponen de manera
rotunda a la condición incompleta de las Historiae, que conservamos solo
de manera fragmentaria. Cinco libros conforman la supuestamente más
ambiciosa composición histórica de Salustio,223 cuyo contenido, aunque
sucinto, ofrece un recorrido desde el 78 al 67 a. C. El tratamiento de la historia
lo encontramos en múltiples fragmentos que evidencian el texto de manera
indirecta224 y en cuatro discursos y dos cartas que lo hacen de manera directa
220
Visiones contrarias a estas fuentes traducidas encontramos en Matthews (1972: 330-335). Cf.
también Oniga (1995: 51-68).
221
Syme (2002: 152-156), Paul (1984: 2-4).
222
Badian (1972: 677).
223
McGushin (1977: 4).
224
McGushin ofrece un breve pero útil recorrido de la transmisión de las Historias de Salustio,
aunque una obra de suma relevancia es la monumental recopilación decimonónica de
Maurenbrecher, que apunta alrededor de quinientas citas fragmentarias. No obstante, para la
revisión crítica de los fragmentos, así como de su transmisión indirecta, resulta fundamental
el trabajo de Funari. Este, en dos volúmenes, ofrece traducción bilingüe y comentario crítico.
Se trata de un análisis que propone un nuevo orden de los fragmentos, abandonando el de
Maurenbrecher. De Funari y La Penna encontramos, además, un comentario crítico erudito,
sumamente útil, al libro I de las Historiae. Especialmente relevante es la introducción de La Penna.
Respecto de las obras señaladas véase McGushin (1994: 6-10), Maurenbrecher (1891: 1-14),
Funari (1996, I y II; de la transmisión: XX-XLIV), La Penna e Funari (2015); especialmente útil
la sección de prolegómena (1-42). Con todo, la dispersión de los textos en diferentes autores no
permite establecer un orden definitivo. Cf. La Penna (1963: 5ss); véase también Pecere (1978:
131-138).
96
Daniel Nieto Orriols
97
Salustio y sus obras
233
Iug. 95. 2: Sed quoniam nos tanti viri res admonuit, idoneum visum est de natura cultuque eius
paucis dicere. Neque enim alio loco de Sullae rebus dicturi sumus et L. Sisenna, optume et diligentissume
omnium qui eas res dixere persecutus, parum mihi libero ore locutus videtur.
234
Cf. Segura (1997: 31).
235
Sall. Hist. 1. 1; 55; 66; 69; 77.
236
Sall. Hist. 1. 77; 2. 47, 7; 69.
237
Sall. Hist. 3. 96. A-D; 98. A-D.
238
Sall. Hist. 3. 48. 21; 88.
239
Sall. Hist. 1. 11-12; 77. 1-5; 3. 48. 1-7; 48. 24; 4. 46; 69. 5-15.
98
Daniel Nieto Orriols
240
Sall. Cat. 4. 2: statui perscribere carptim res gestas populi Romani ut quaque videbantur digna
memoria.
241
Sall. Cat. 4. 2.
242
Sall. Cat. 4. 4: nam id facinus imprimis ego memorabile existimo sceleris atque periculi novitate.
99
Salustio y sus obras
243
Iug. 5. 1-2: Bellum scripturus sum quod populus Romanus cum Iugurtha rege Numidiarum gessit,
primum quia magnum et atrox variaque victoria fuit, dehic quia tunc primum superbiae nobilitatis
obviam itum est.
244
Iug. 5. 2-3: divina et humana cuncta permiscuit eoque vecordiae processit ut studiis civilibus bellum
atque vastitas Italiae finem faceret.
245
Sall. Cat. 10. 1-6; Iug. 41. 2-6; Sall. Hist. 1. 11; 12.
100
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246
Sall. Hist. 1. 12: bonique et mali cives adpellati non ob merita in rem reblicam-omnibus pariter
conruptis-sed uti quisque locupletissumus et iniuria validior, quia praesentia defendebat, pro bono
ducebatur.
247
Sall. Hist. 1. 11; 12.
248
La vemos principalmente en la idea de crisis y decadencia, que se presenta a través de tópicos
como la venalidad de Roma y el rol de la fortuna. Algunos ejemplos de venalidad en Sall. Cat. 10.
5; Iug. 8. 2; 20. 1; 28. 1; 31. 25; Sall. Hist. 1. 55. 17. De la fortuna: Sall. Cat. 2. 5-6; 8. 1; 10. 1-2; 20.
15; 51. 13; 51. 25; Iug. 1. 3; 2. 3; 62. 1; 93. 1-2; Sall. Hist. 1. 77. 21; 2. 47. 2; 47. 5; 47. 8. Con todo,
la intertextualidad la encontramos especialmente en los prólogos del Sall. Cat. y del Iug. Respecto
de la similitud de prólogos véase Rambaud (1946: 115-130).
249
Cf. Canfora (1972: 137-148), Évrad (1997: 13-26), Brescia (2015a: X-XII).
101
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103
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104
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255
Balmaceda (2013: 44).
256
Sall. Cat. 10. 5; 35. 10; Iug. 8. 2; 20. 1; 28. 1; 31. 25; 41. 4.
257
Sall. Cat. 52. 1-36.
258
Sall. Cat. 53. 6-54, 6. Respecto de Catón de Útica y su utilidad en la narración véase infra III. 2
259
Iug. 102. 5-12.
260
Iug. 63-64.
105
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109
Salustio y sus obras
280
Sall. Cat. 4. 3: Igitur, de Catilinae coniuratione quam verissime potero paucis absolvam.
281
Cic. De or. 2. 15. 62-63; véase también Cic. Leg. 1. 1. 2-5.
282
Sall. Cat. 6. 1: Urbem Roman, sicuti ego accepi, condidere atque habuere initio Troiani.
110
Daniel Nieto Orriols
que precede de expresiones como habló “de esta manera” –huiusce modi-283
o se expresó del siguiente modo –hoc modo-,284 que advierten de palabras
pronunciadas en los términos señalados, mas no de reconstrucciones
textuales. Recursos que, en definitiva, permiten otorgar verosimilitud a la
narración, propiciar su relevancia y vincular la realidad pasada de la Urbs
con el presente de sus lectores, miembros de la comunidad romana a la que
Salustio pertenece, a la que escribe y a la que pretende influir.
Así, entonces, si bien el Bellum Catillinae, el Bellum Iugurthinum y las
Historiae ofrecen la imagen de la Urbs que el amiternio construye con un propósito
específico,285 no son resultado de pura ficción, sino que tienen un asidero en la
realidad conocida por él y por sus coetáneos. Se trata de una representación
historiográfica codificada por la cultura de su época, construida, en función de
sus propósitos, mediante útiles recursos compositivos.
Recursos narrativos
Tres recursos compositivos constituyen, a nuestro parecer, los más
importantes utilizados por Salustio en la construcción de su historia de
Roma. No se aplican de la misma manera en todos sus escritos, por cuanto
responden, principalmente, a la monografía, aunque algunos igualmente se
utilizan en las Historiae. Se trata, por un lado, de características de estructura
o tipo de obra historiográfica; y, por otro, de recursos literarios y retóricos
asociados a la narración. Vinculados en función de sus propósitos generales,
construyen la imagen de Roma que Salustio pretende entregar a sus lectores,
y le otorgan, además, el rol operativo necesario a su fin moralizante.
Tipo textual
El primer recurso, de carácter formal o estructural, responde a los
modelos de monografía y de analística, cuyas características complementarias
283
Sall. Cat. 50. 5; 57. 6; Iug. 102. 4.
284
Iug. 13. 9; 84. 5.
285
Syme (2002: 56, 149).
111
Salustio y sus obras
parecen entregar la utilidad que ya hemos señalado, esto es, la función de obra
conjunta o composición histórica. Las Historiae como marco más amplio de
la época que le interesa referir; las monografías, el cuadro específico y más
profundo a partir de dos problemas históricos puntuales.
Si bien las Historiae, de carácter analístico, constituyen una buena
herramienta para ordenar diacrónicamente el devenir de Roma, los anales
conforman un modelo restringido, por cuanto la información allí contenida
debe coincidir con el orden anual, y su función por sobre todo informativa
no tiende a incorporar variados recursos literarios como complemento
de la narración.286 No sabemos si Salustio estableció cambios de escritura
en los anales, ya que el estado fragmentario de la fuente no admite un
análisis del estilo en su conjunto; sin embargo, el marco diacrónico anual se
mantuvo, continuando con la tradición historiográfica romana. La estructura
monográfica, en cambio, constituye una ruptura. Salustio es el primer
historiador romano en utilizar este formato,287 lo que permite comprender su
preocupación por escribir una historia eficaz a sus propósitos, ocupando así
los beneficios del género en cuestión.288
A este respecto, si bien la composición de Salustio evidencia la crisis
de Roma en el pasado y el presente, su propósito es, además, de carácter
proyectivo, lo que supone ofrecer una obra que promueva un cambio a futuro
en sus lectores. Y para tales efectos la monografía constituye un excelente
286
Cic. De or. 2. 12. 53.
287
Segura (1997: 47), Syme (2002: 2ss), Ramsey (2013: 7).
288
El uso de este género por Salustio permite entrever su conocimiento de las corrientes
historiográficas griegas, que integradas a Roma en el proceso de helenización ya referido tendrían
gran fuerza en la educación de nuestro autor. Además, permite suponer que conocía la crítica de
Cicerón a la historia en su fórmula analística (véase Cic. De or. 2. 63-64), lo que entrega una
mirada de su intento por adoptar y adaptar las formas historiográficas griegas a las letras romanas.
Por la utilidad del género monográfico, esto último evidencia la preponderancia que Salustio
concede a su propósito, así como también el modo en que la cultura de su tiempo, de mixtura y
sincretismo –producto del intercambio cultural con los reinos helenísticos y especialmente con
los pueblos itálicos integrados a la ciudadanía plena- se estableció como la base cultural desde la
que se Salustio se refirió a la identidad. Este último tema lo tratamos en el capítulo II.
112
Daniel Nieto Orriols
289
Respecto de la monografía y de sus beneficios ante los anales véase Cic. Fam. 22.
290
Sall. Cat. 1-4; Iug. 1-5. 3. La Penna considera que los seis primeros fragmentos de las Historiae
constituyen su proemio. A nuestro parecer, el carácter fragmentario de las obras no nos
permite aseverar dicha afirmación. Por lo mismo, desarrollamos nuestro análisis a partir de las
monografías. Al respecto véase La Penna (1959: 23-43, 1973: 63-67).
291
De la relevancia de las ideas del prólogo para la comprensión de la obra véase Rambaud (1946:
113
Salustio y sus obras
romanidad fue, de lo que era y de lo que debía ser. No se trata, sin embargo,
de una exposición del todo clara o explícita. En ocasiones los conceptos no se
explican con claridad, pues otorgándoles nuevo sentido se contradicen con el
uso tradicional.292 Con todo, a partir de estos podemos inferir cómo construye
una idea del ser romano coincidente con los problemas de su tiempo y, más
importante aún, con sus desafíos a futuro.
115-130), Earl (1961: 5-17), La Penna (1973: 15ss), Tiffou (1974: 195-250), Goodyear (1982:
270-271), Segura (1997: 35-36), Syme (2002: 240-243), Vasaly (2009: 252), Levene (2011:
280-281).
292
Así ocurre especialmente con el concepto de virtus, que no sigue el sentido tradicional sino una
nueva perspectiva que el propio autor utiliza. Véase Earl (1961: 5-17). Ello ha sido interpretado
por algunos como producto de la indeterminación del término en Salustio, a quien le quedaría
por sobre sus capacidades de conceptualización, presentando contradicciones a lo largo de sus
obras. Véase Sverdloff (2008: 37-50). A nuestro parecer, más que responder a la incapacidad del
autor, las posibles contradicciones o indeterminaciones del concepto responden, precisamente, a
la crisis cultural de su tiempo, que requería de nuevas definiciones de virtus, concepto central en
la identidad romana, adaptadas a la nueva realidad del período. Lo consideramos, en definitiva,
como prueba de la crisis de la identidad y como resultado del ejercicio de Salustio por entregar
una fórmula adecuada a los cambios sociales de la Tardorrepública.
293
No desconocemos la narración de las Historiae, pero su estructura rígida no le permite utilizar
los recursos del mismo modo que en las monografías. Con todo, y como referimos más arriba, no
contamos con suficiente información de estas como para aludir las características específicas de
la narración. Los fragmentos son, en gran parte, recopilación de fuentes posteriores, susceptibles
de transformación. Por lo demás, y como hemos señalado, aun cuando existe cierto acuerdo,
el ordenamiento de los fragmentos no se puede establecer de manera definitiva. Respecto del
orden de los fragmentos véase La Penna (2015: 5ss). Cf. Pecere (1978: 131ss).
294
Se trata de recursos inherentes a la narración, cuyo formato más libre asociado a la monografía
le otorgó a Salustio las herramientas que la historiografía griega venía utilizando desde Heródoto
y Tucídides. Fue precisamente en estos historiadores helenos en quienes los romanos, volcados
114
Daniel Nieto Orriols
115
Salustio y sus obras
116
Daniel Nieto Orriols
del pasado en la historiografía véase Roller (2009: 214-230). Después de todo, algunos espacios
para mostrar favorablemente situaciones o personajes no resultan extraños en la historiografía
romana, como lo vemos en Cicerón, defensor del principio de verdad, para quien, en principio,
la benevolencia en la narración no alteraría necesariamente su veracidad. Se trataría más bien de
un recurso propio de la retórica, inherente al género histórico. Cic. Fam. 22.
307
Por atmósfera entendemos el ambiente o estado anímico que engloba la narración de algunos
episodios y que los integra bajo un clima común. Véase Barthes (1977: 81-84), Abrams (1999:
14), Quinn (2006: 268).
117
Salustio y sus obras
118
Daniel Nieto Orriols
Véase también Paul (1966: 104-105), La Penna (1973: 325-332), Miller (1975: 45-57), Jurado
(2007: 83-85), Grant (2011: 65-78), Balmaceda (2013: 19-21).
312
Cf. La Penna (1973: 325-332), Balmaceda (2013: 19).
313
De la función estética de los discursos y sus tipologías: Marincola (2011: 127-128).
314
Cf. Marincola (2011: 130). Véase también Balmaceda (2013: 20-21).
119
Salustio y sus obras
315
Marincola (2011: 120-121).
316
Respecto de la veracidad de la carta: Radítsa (1969-1970: 689ss), Ahlheid (1988: 67ss),
Segura (1997: 309, n65).
317
En esta línea Santos Yanguas (1998: 235-237).
120
Daniel Nieto Orriols
y del público al que dirige sus obras, para quienes debía ser creíble. Las ideas
proferidas y las circunstancias de su emisión no pudieron ser incoherentes
o del todo opuestas al conocimiento, a la memoria histórica y, en suma, al
juicio de los romanos de la Tardorrepública, requisito imprescindible para su
credibilidad. De otro modo, la verosimilitud necesaria al objetivo práctico del
texto perdería vigor, y las obras, como conjunto, su función práctica moral y
política.
Tanto en los discursos como en el estilo de la narración la crítica
filológica e histórica ha reconocido dos influencias principales en Salustio:
Tucídides318 y Catón.319 El estilo arcaico y la prosa rápida y breve constituyen
aspectos gramaticales presentes en ambos autores, a los que Salustio habría
seguido. Al historiador griego es probable que lo conociera por lectura
directa, pues su historia fue conocida y popular en el siglo I a. C.,320 aunque
el estilo también pudo conocerlo por el latino Catón, símil de Tucídides en
Roma, a quien igualmente imita en la brevedad. Con todo, algunos aspectos
permiten señalar que Salustio conoció y utilizó al ateniense. Así se advierte,
por ejemplo, en el uso de discursos, que cumplen la misma función en la
Guerra del Peloponeso y en la composición salustiana,321 así como también
en la supuesta322 interpretación de la historia en clave pesimista.323 Ramsey
(2007: 10) destaca la posibilidad de que Salustio encontrara en el historiador
ateniense a un individuo que, bajo circunstancias históricas similares, no solo
318
Respecto de la relación entre Tucídides y Salustio véase Patzer (1941: 124-36), Perrochat
(1949), Paul (1966: 85-113), La Penna (1973: 372-377), Scanlon (1980, esp. 126ss), Keitel
(1987: 293-300), Drummond (1995: 52-54), Nicols (1999: 329-44), Due (2000: 311-26).
319
Respecto de la influencia romana destacamos La Penna (1973: 380-384), Ramsey (2007:
11), Dillery (2009: 77-107).
320
Cic. Orat 2. 56-57; 93; Brut. 27.
321
Véase Ramsey (2007: 55ss).
322
En nuestra opinión, el pesimismo de Salustio no responde a una interpretación de la historia
al estilo de Tucídides, sino que constituye un recurso para demostrar el término de una época
republicana en decadencia y el inicio de otra nueva en la que los itálicos, una vez incorporados a
Roma como ciudadanos optimo iure, legitiman su posición de romanos propiamente tales. Más
detalles en infra II. 2.
323
Respecto del pesimista de Salustio y su relación con el estilo trágico de la obra tucidídea véase
La Penna (1973: 360-361), Luque (2005: 186-187).
121
Salustio y sus obras
324
Paratore (1969: 288), Mazzarino (1983: 3-4), Luque (2005: 178).
325
Sall. Hist. I. 12.
326
Al respecto véase Mazzarino (1983: 4), McGushin (1994: 82), Luque (2005: 178-179).
327
De la imitación advierte Suet. Aug. 2. 86. 3; Gram. et rhet. Pars 1. 10. 5-10.
328
Cf. Levene (2000: 170-191).
329
Suet. Gram. et rhet. 1. 10. 5-14.
122
Daniel Nieto Orriols
330
Infra III. 2.
123
II
DE LA CIUDADANÍA A LA CRISIS DE LA IDENTIDAD
EN SALUSTIO
125
Preámbulo
Respecto del proceso y de las transformaciones que afectaron el marco sociocultural véase
331
Nicolet (1984: 755ss), Gaba (1990: 270ss), Gruen (1995: 405ss), Gabba (1995: 355-356),
Gabba (2000a: 95-104), Laffi (2001: 113-135), Schiavone (2003: 61-79), Flower (2011: 61-
83), Mackay (2011: 27-28), Carla-Uhink (2017: 14ss).
127
De la ciudadanía a la crisis de la identidad en salustio
128
Daniel Nieto Orriols
332
Cf. Moatti (2008: 48-51, 79-80).
129
1. La identidad republicana: el ciudadano romano
333
Respecto de la ciudadanía romana los estudios son extensos y de larga tradición; sin embargo,
nos parecen relevantes: De Martino (1972, 1973), Sherwin-White (1973), Nicolet (1988),
Gardner (1993), Crifo (2000), Capogrossi Colognesi (2000).
334
Véase Giardina (1991: 24-25).
131
La identidad republicana: el ciudadano romano
335
Cic. Rep. 1. 25. 39: res publica res populi.
132
Daniel Nieto Orriols
133
La identidad republicana: el ciudadano romano
una communitas, esto es, un grupo de individuos con un derecho común que
los rige y que dirige su actuar.
La relevancia que Cicerón concede al derecho resulta imprescindible
para comprender cómo el espacio público romano es definido por las leyes,
adquiriendo particularidades formales y espirituales. En términos formales, a
través de la ley se define el espacio social, se delimita la participación individual
y se reconocen niveles de pertenencia.344 En términos espirituales, la ley señala
un conjunto de principios asociados al bienestar de la comunidad. Desde esta
perspectiva, la ley entrega una forma de organización específica a la sociedad
cuyas características se evidencian en el reconocimiento y la representación
legal de la misma: la ciudadanía. La civitas, entonces, se comprende como
un referente de aquellos miembros del pueblo romano, estableciéndose
como el distintivo de pertenencia a una colectividad legalmente organizada
cuyos miembros implícitamente aceptan sus reglas y sus lógicas.345 Las
características formales que la sociedad romana adquirió mediante el derecho
constituyen el fundamento del desarrollo republicano, en el que el conjunto
de conceptos que definen el espacio público decanta en la ciudadanía. En
este marco, la civitas no solo contempla un ámbito institucional, sino que
conforma, además, el fundamento de las particularidades espirituales.
En efecto, cuando señalamos la República y la ciudadanía aludimos un
conjunto de principios cuyo significado, en términos políticos, se comprende
en el ejercicio de un gobierno orientado hacia la justicia.346 El bien común es el
centro de la vida republicana, y su horizonte no se encuentra sino siguiendo y
134
Daniel Nieto Orriols
respetando la Iustitia, que es, en último término, la divinidad que advierte del
devenir en coherencia con el bien. Precisamente por ello, aduce Cicerón que
“nada hay, de lo que se hace en la tierra, que tenga mayor favor cerca de aquel
dios sumo que gobierna el mundo entero que las agrupaciones de hombres
unidos por el vínculo del derecho, que son las llamadas ciudades”.347 Después
de todo, es la ley aplicada al espacio público aquella que establece el camino
de la justicia en la comunidad, trayendo consigo un modelo de vida definido
y orientado en el ejercicio de la ciudadanía. República, ciudad y bien común
conforman, pues, un entramado indisociable: la República como gobierno
del pueblo; el pueblo como ciudad; la ciudad como construcción jurídica
propensa al bien común en que cada individuo participa de forma activa en
su sustento.348
Aun cuando se trata de conceptos relevantes en el ámbito público,
son principios que afectaron directamente en el espacio privado. En este
sentido, desde la identidad ciudadana se trata de planos –público y privado-
indisociables, toda vez que ambos se definen en el espacio sociocultural de la
comunidad romana. Si la res publica implica al pueblo como entidad unida en
el derecho, se trata entonces de la unión de múltiples ámbitos privados que,
mediante el traspaso de la potestad del pater al ámbito público, han devenido
en la constitución de un ámbito cívico regido por la constitución de la ley.349
La República, pues, no es un agente externo a la sociedad; ha surgido desde
ella, otorgando los fundamentos de uno de sus principios definitorios: la
libertas.
347
Cic. Rep. 6. 13. 13: nihil est enim illi principi deo, qui omnem mundum regit, quod quidem in terris
fiat, acceptius quam concilia coetusque hominum iure sociati quae civitates appellantur.
348
Flower (2011: 11). Cf. Nicolet (1991: 62-63), Zetzel (2013: 190).
349
Véase Herrera (1977, 1989-1990: 21-24).
135
La identidad republicana: el ciudadano romano
350
Cf. Casinos (1999: 99).
351
Una excelente síntesis del concepto y sus diferentes ámbitos de aplicación ofrece Brunt (1988:
282-350).
352
Cic. Orat. 2. 102; 3. 1. 4; 3. 5. 19; Cic. Leg. 1. 13. 36; 3. 10; 15. 33; 17. 38; 17. 39.
353
Cic. Rep. 2. 23. 43.
354
Brunt (1988: 283-291), D’Ors y Escobar (2007: 114, n227), Watson (2008: 37ss).
355
Cic. Leg. 1. 5. 16.
136
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137
La identidad republicana: el ciudadano romano
138
Daniel Nieto Orriols
370
Livy 2. 3-4.
371
Pol. 6. 3. 7-8; 10. 1-11; Cic. Rep. 2. 23. 42.
372
Cic. Rep. 2. 33. 57; véase tambien Pol. 6.
373
Cic. Leg. Agr. 2. 102; Livy 2. 1. 1; 4. 15; 5. 6. 17; véase también Andrés (2015: 119-121).
374
Respecto de la concepción práctica de la filosofía política romana véase Fontán (2007: 45-
46).
139
La identidad republicana: el ciudadano romano
Auctoritas
A diferencia de la libertas, cuya especificidad republicana se asocia
a la expulsión de la monarquía y fue expresada a través de las leyes,375 la
auctoritas constituye un concepto inherente a la convivencia cívica que, por su
abstracción, su originalidad y sus alcances, conforma un concepto transversal a
toda la vida social romana.376 No pertenece, por tanto, solo al ámbito político;
sin embargo, es en este en el que adquiere su expresión más evidente377 y
otorga un fundamento relevante a la identidad en el ordenamiento y guía de
la civitas. Se trata de un término genuinamente romano que, sin parangón con
otro de la época, no podemos traducir siempre de la misma forma. El propio
Dion Casio (55. 3. 5.), en su historia romana escrita en griego, conservó el
término en latín, advirtiendo a sus lectores la imposibilidad de traducirlo o
de expresarlo en otra lengua. La referencia de Dion Casio es significativa, ya
que evidencia la amplitud semántica de un término que, no obstante, bien
podemos aproximar a partir de algunos contextos en que se utilizó. Así nos
encontramos, por un lado, con el ámbito de la práctica política y jurídica; y,
por otro, con el sociocultural, relacionado con el uso y el reconocimiento del
término por los ciudadanos romanos. Aunque diferenciables, son planos que
comparecen en la constitución de la República, por lo que solo se entienden
en su interacción.
En cuanto al ámbito político y jurídico, Tito Livio documenta el término
respecto del sentido que tenía en las épocas monárquica y republicana. Cuenta que
luego de la muerte de Rómulo, con las pretensiones del pueblo por nombrar un
nuevo rey, los senadores, a fin de no perder sus derechos, se integraron en el proceso
con astucia, estableciendo que “la designación de rey hecha por el pueblo sería
válida únicamente si los senadores la sancionaban”, afirmando luego que también,
en sus propios días, “cuando se vota una ley o se elige un magistrado, se hace uso
del mismo derecho, aunque es solo una formalidad: antes de que el pueblo emita
375
Cf. Andrés (2015: 112).
376
Véase Balsdon (1960: 43); múltiples ejemplos encontramos, aplicados al marco sociopolítico
y jurídico, en Clemente (2014: 21-37).
377
Guzmán (1980: 102).
140
Daniel Nieto Orriols
378
Livy 1. 17. 9: decreuerunt enim ut cum populus regem iussisset, id sic ratum esset si patres auctores
fierent. hodie quoque in legibus magistratibusque rogandis usurpatur idem ius, ui adempta: priusquam
populus suffragium ineat, in incertum comitiorum euentum patres auctores fiunt.
379
Una interesante reflexión al respecto, así como del modo en que afectaba la ciudadanía, en
Giovannini (1985: 28-32).
380
Casinos (1999: 85).
141
La identidad republicana: el ciudadano romano
381
Al respecto véase Domingo (1996: 485-486).
382
D'Ors (1964: 565-573), Domingo (1997: 184-186). Cf. Domingo (1996: 485).
383
Grimal (1998: 36-37), Casinos (1999: 89).
384
Guzmán (1980: 101-103).
385
Los orígenes de la auctoritas son complejos, por cuanto se presentó desde los orígenes mismos
de Roma. De acuerdo con las fuentes disponibles, sabemos que se trata de un concepto presente
desde la época monárquica, asociado, como refiere Tito Livio, al rol del senado en tanto cuerpo
consultor del monarca y, de cierto modo, ratificador de su poder. No obstante, fue en la época
republicana cuando adquirió su mayor fuerza, por cuanto se ligó a la idea de libera res publica,
estableciéndose así como un reconocimiento no solo político a los patres auctores, sino también a
su función representativa de una práctica política fundada en el cuerpo moral.
386
Casinos (1999: 89).
387
Cf. Andrés (2015: 122).
142
Daniel Nieto Orriols
Mos maiorum
El cuarto concepto fundamental de la identidad republicana es el
mos maiorum, cuerpo valórico que compone la moral romana fundada en
el comportamiento ejemplar de los antepasados de su pueblo. Sus orígenes
388
Cic. Leg. 3. 12. 28: potestas in populo, auctoritas in senatu.
389
Andrés (2015: 121). Buen ejemplo de la auctoritas en esta línea la vemos en la Res Gestae 34.
143
La identidad republicana: el ciudadano romano
son inciertos, puesto que, aun cuando sus primeras referencias escritas
corresponden a los siglos II y I a. C.,390 estas se refieren al mos maiorum como
costumbres ancestrales que dicen relación con la época arcaica.391 No sería
extraño que se tratara de una construcción coincidente con los orígenes de la
misma Roma;392 sin embargo, su relevancia en la identidad ciudadana radicó
en su íntima relación con la fundación de la República, transformándose,
desde la expulsión del último monarca, en el soporte de sus principios y
sus fundamentos. En este sentido, si bien el mos maiorum fue la concepción
estricta de un principio social orientativo sustentado en la tradición, no fue
estático, sino susceptible de adaptación y cuyo contenido varió, de forma
mesurada, en coherencia con los cambios sociales y políticos de la historia
romana.393
Desde esta perspectiva, el mos maiorum constituye, a nuestro
parecer, el factor más influyente en la romanidad ciudadana que hemos ido
refiriendo. Consustancial a la República fue, a la vez, depositario y fuente de
sus principios socioculturales constitutivos, y se erigió como referente de la
comunidad republicana desde sus orígenes. Los conceptos de bien común,
de libertad y de autoridad comparecen en el mos maiorum, en la medida en
que fueron los fundadores de la República quienes promovieron su búsqueda
y su consecución. Se trata de un principio que rige la vida del romano de
manera transversal, afectando las dimensiones práctica e ideológica de la
comunidad. Era, por tanto, un fundamento social insoslayable, cuya relevancia
identificamos en los ámbitos político, jurídico, social y cultural.394
Modelado en función de los patres fundadores, el mos maiorum
funcionaba como referente del comportamiento modélico que había llevado
a Roma a la grandeza en todos los ámbitos de su historia. Otorgaba, entonces,
390
Aun cuando era un concepto relevante desde la fundación de la misma Roma y, por tanto,
presente de forma implícita en los textos romanos en función de referencias y de valores
transversales a la comunidad, se trataba de alusiones a un conocimiento general que no se
encontraba fijado por escrito, labor que efectuaría, por primera vez, Catón en el siglo II a. C.
391
Sall. Cat. 5-6.
392
Véase Martínez-Pinna (2009a: 127ss, 202); Martínez-Pinna (2011: 77); Andrés (2015: 98).
393
Véase Cic. Leg. Man. 60. Véase también van der Blom (2010: 12), Andrés (2015: 101).
394
van der Blom (2010: 1-2), Andrés (2015: 95-96).
144
Daniel Nieto Orriols
395
Cf. Moatti (2008: 38).
396
Cic. Nat. Deo. 2.9; Cairo (2015: 227-230).
397
Hölkeskamp (2010: 44-45), Cairo (2015: 230).
398
Ello no supuso que el mos maiorum fuera una concepción clara. Se trataba de un término
impreciso que adquirió diferentes matices en función del devenir histórico interno y externo
de Roma. La tradición oral lo establecía como un marco de referencia en varios ámbitos en
que es posible rastrearlo con estabilidad (por ejemplo, en las prácticas religiosas o las actitudes
de respeto a los dioses), pero su relevancia política –en tanto instrumento de legitimación- lo
transformó en un recurso utilizado, en la lucha política de la Tardorrepública, por optimates y
populares, quienes lo interpretaron de forma disímil. Precisamente en períodos de conflicto
social o cultural vemos el esfuerzo por dejarlo por escrito y fijarlo en la memoria histórica de
145
La identidad republicana: el ciudadano romano
Roma, como ocurre con Catón, Cicerón y Salustio. El primero en un contexto de helenización
de la Urbs; los otros, en el conflicto político y social del siglo I a. C. Con todo, más allá de sus
derivaciones, el mos maiorum fue un cuerpo valórico de conocimiento general que, no obstante
su utilización específica, fue de profunda influencia social. Respecto de las imprecisiones del
concepto, así como de su uso político, véase Moatti (2008: 35-40).
399
Hölkeskamp (2010: 54-55).
400
Véase Letta (1984: 22-24), Chassignet (1986: XXII-XXIII), Gruen (1994: 83), Cugusi y
Sblendorio (2001: 28-29), Pina Polo (2011a: 54-55).
401
De la composición de la obra de Catón, detalles encontramos en Nep. Cat. 3. 3-4; véase
también la reciente compilación y estudio de Cornell (2013: 205-218).
402
Pina Polo (2011a: 55). Véase también García y Rodríguez (2006: 402-405).
403
Cf. van der Blom (2010: 14).
404
Véase Cic. Rosc. Am. 51.
146
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147
La identidad republicana: el ciudadano romano
148
Daniel Nieto Orriols
categorías trajo consigo una mirada atractiva a la ciudadanía precisamente por sus privilegios,
momento en el que la civitas se tornó un demarcador de diferenciación mayor, fortaleciendo la
idea de romanidad. Respecto al carácter de la ciudadanía y sus transformaciones ante los aliados
véase Dench (2005: 94), Andrés (2007: 260-262), Bancalari (2015: 85-87).
416
Plut. Rom. 9. 1-4; 20; Livy 1. 8; Dio. Hal. Ant. Rom. 2. 15. Cf. Gruen (1994: 6ss), Carandini
(2003: 3-18), Dench (2005: 3-4).
417
Livy 1. 8. 1-2: rebus diuinis rite perpetratis uocataque ad concilium multitudine quae coalescere in
populi unius corpus nulla re praeterquam legibus poterat, iura dedit; quae ita sancta generi hominum
agresti fore ratus, si se ipse uenerabilem insignibus imperii fecisset, cum cetero habitu se augustiorem,
tum maxime lictoribus duodecim sumptis fecit.
418
Livy 1. 8. 6-7: locum qui nunc saeptus escendentibus inter duos lucos est asylum aperit. eo ex
finitimis populis turba omnis sine discrimine, liber an seruus esset, auida nouarum rerum perfugit,
idque primum ad coeptam magnitudinem roboris fuit.
149
La identidad republicana: el ciudadano romano
419
Dio. Hal. Ant. Rom. 2. 15. 4.
420
Véase Dench (1995: 14ss), Wallace-Hadrill (2008: 73ss), Roselaar (2012: 9-10).
421
Cic. Leg. 2. 2. 5: municipibus duas esse censeo patrias, unam naturae, alteram ciuitatis.
422
Cic. Leg. 2. 2. 5: Sed necesse est caritate eam praestare e qua rei publicae nomen uniuersae ciuitatis
est, pro qua mori et cui nos totos dedere et in qua nostra omnia ponere et quasi consecrare debemus.
150
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423
Dench (2013: 126-127).
424
Véase, por ejemplo, Cic. Bal. 2-3, 9-10; Arch. 19.
425
Steel (2001: 75-76).
426
Véase Pereira (2005: 144), Andrés (2007: 257-259), Heater (2007: 63-64), Horrach (2009:
7-8), Torregaray (2013: 1-2).
427
Bancalari (2015: 85).
428
Desde los orígenes de la Urbs hasta la caída de la República, la ciudadanía se transformó a
partir de los conflictos políticos, económicos, militares y sociales que cambiaron Roma. Así,
la guerra entre patricios y plebeyos, que transformó la ley y el ejercicio de las magistraturas,
influyó directamente en el modo de ejercer la ciudadanía, ahora bajo las limitaciones del derecho
codificado en las Doce Tablas y mediante representación plebeya en el tribunado. La unificación
de la Península Itálica, por su parte, creó nuevas categorías de ciudadano asociadas a los niveles
de pertenencia entre individuos o pueblos y la comunidad, estableciendo claramente su carácter
foráneo, aliado o de miembro con restricciones. Y, citando otro ejemplo icónico, la guerra que
Roma desarrolló con sus socii, que a la postre devendría en la extensión de la ciudadanía optimo
iure a los aliados itálicos.
151
La identidad republicana: el ciudadano romano
429
Si bien los conceptos señalados forman parte de una tradición republicana anterior a su
escritura, los testimonios para su análisis respondieron a circunstancias políticas y culturales
que promovieron la reflexión de lo que implicaba ser romano y establecerlo por escrito. La
conquista de los reinos helenísticos y la subsecuente influencia griega en la Urbs trajo aparejada
una reflexión respecto de la sociedad y su pasado, cuyos resultados se fijaron por escrito en
textos historiográficos y filosóficos. Un proceso que, como señalamos, fijaría la memoria oficial
de Roma, instalando los conceptos más relevantes de la identidad. En esta línea encontramos,
por ejemplo, el esfuerzo de Catón. Del mismo modo, la división faccionaria del último siglo
republicano y la lucha política entre optimates y populares devino en una redefinición de los
cánones de la identidad, para lo que el pasado y los antepasados se erigieron como instrumento
legitimador. Así, a la reflexión que Cicerón nos entrega de la República y de buena parte de
los conceptos referidos a la identidad le subyace una carga ideológica que sustenta su visión de
Roma, de sus instituciones y de la romanidad en un período de inestabilidad, y sus referencias a
la ciudadanía resultan de una mirada de apoyo a los optimates.
152
2. Del quiebre de la República al quiebre
de la identidad
153
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
432
Algunos trabajos de interés al respecto: Sherwin-White (1973: 150ss), Bancalari (1988: 9ss);
Bancalari (2004: 25-28), Carlà-Uhink (2017: 330-365, 388-395).
433
Cf. Moatti (2008: 56-62).
434
Véase Duplá (2006: 212-214).
154
Daniel Nieto Orriols
155
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
tercera Guerra Púnica el 146 a. C., donde se presentan dos puntos álgidos de
crisis. En primer lugar, el contexto de las reformas gracanas, especialmente el
del tribunado de Tiberio. En segundo lugar, la guerra de Jugurta, que explicita
la corrupción y la venalidad de los romanos. La segunda fase se origina con
la dictadura de Sila, que es, al mismo tiempo, la primera de sus crisis. Esta
constituye el punto de partida de una profunda degeneración política, jurídica
y valórica de la comunidad, que desemboca en la segunda y más importante
crisis: la conjuración de Catilina.
Cuadro resumen
Proceso de inestabilidad política y crisis que demarcan la obra
156
Daniel Nieto Orriols
157
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
438
Véase, por ejemplo, Sall. Cat. 37. 1-10; 38. 3-4; Iug. 25. 3; 29.1.
439
Sall. Cat. 36. 4-5: fuere tamen cives qui seque remque publicam obstinatis animis perdium irent.
440
Sall. Cat. 36. 5: animos civium.
441
Sall. Cat. 36. 4: mihi populi Romani multo maxume miserabile.
442
Sall. Cat. 3. 5; 5. 8; 5. 9; 9. 1; 52. 10-13; Iug. 4. 7. 9; 4. 9; Sall. Hist. 1. 16.
158
Daniel Nieto Orriols
del bien común. Las leyes que regulaban el espacio público, que limitaban
el poder y que aseguraban la libertas, controlaban la inclinación natural de
los hombres a la gloria personal,443 pero en los tiempos de Salustio eran
principios transgredidos por el desenfreno de los cives.444 Así, comenta en sus
Historiae:
443
Sall. Cat. 6. 7.
444
A pesar de la mirada negativa de Salustio a los hombres, de acuerdo con La Penna (2015:
129): “Non si può parlare di un pesimismo radicale di Sallustio sulla natura umana”. En sus
obras (por ej. Sall. Cat. 7. 3-7) demuestra cómo esa naturaleza, si bien puede corromperse por
los vicios, puede también manifestarse positivamente en la lucha por la libertad y por la gloria.
Este último aspecto es sumamente relevante, por cuanto constituye la base para comprender
la mirada sobre los romanos. Romano es aquel que, venciendo las inclinaciones a los vicios, ha
logrado desarrollar un espíritu virtuoso a partir de lo cual desarrolla una vida en una comunidad
definida. Si bien la ley que controla el espacio público permite controlar las desviaciones hacia el
mal, solo una voluntad ordenada en el mos maiorum permite establecer una naturaleza romana.
Se trata de un aspecto fundamental del pensamiento de Salustio que se relaciona con la virtus
y que adquiere especial sentido en la definición de la identidad romana de carácter abstracto
que señalamos con anterioridad, cuya alusión a la naturaleza constituye, a nuestro parecer, una
declaración de universalidad. Los detalles los profundizamos en infra IV. 2.
445
Sall. Hist. 1. 7 (1. 13 La Penna): Nobis primae dissensiones vitio humani ingenie venere, quod
inquies atque indomitum Semper in certamine libertatis aut gloriae aut dominationis agit.
446
Sall. Hist. 1. 11 (1. 15. 2 La Penna): discordia et avaritia atque ambitio et cetera secundis rebus
oriri sueta mala post Carthaginianis excidium maxume aucta sunt. Nam iniuriae validiorum et ob eas
discessio plebis a patribus aliaque dissensiones domi fuere iam inde a principio.
159
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
447
Al respecto véase Mineo (1997: 45).
448
Véase supra II. 1.
449
Sall. Cat. 1.11.
450
Iug. 39-41.
451
Iug. 13. 6-8; 15. 2; 16. 1-2.
452
Iug. 41. 1.
160
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453
Iug. 41. 2-6: Nam, ante Carthaginem deletam populus et senatus Romanus placide modesteque inter
se rem publicam tractabant, neque gloriae neque dominationis certamen inter civis erat; metus hostis
in bonis artibus civitatem retinebat. Sed ubi illa formido mentibus decessit, scilicet ea quae res secundae
amant, lascivia atque superbia incessere. Ita quod in advorsis rebus optaverant otium, postquam adepti
sunt, asperius acerbiusque fuit. Namque coepere nobilitas dignitatem, populus libertatem in lubidinem
vortere, sibi quisque ducere, trahere, rapere. Ita omnia in duas partis abstracta sunt, res publica, quae
media fuerat, dilacerata.
454
Un interesante análisis en Bianco (1975: 79-82).
161
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
455
Véase Wallace-Hadril (2008: 217), Iacobini (2014: 284-306). Cf. supra II. 1.
456
Cf. Sampson (2010: 4-13).
457
Iug. 41. 2: metus hostilis in bonis artibus civitatem retinebat.
162
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163
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
164
Daniel Nieto Orriols
468
Iug. 5. 4.
469
Iug. 7.1-7.
470
Cf. La Penna (2015: 13-14).
471
Cf. Mineo (1997: 46).
165
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
472
Sall. Hist. 1. 10. 2: dissensiones domi fuere iam inde a principio, neque amplius quam regibus exactis,
dum metus a Tarquinio et bellum grave cum Etruria positum est, aequo et modesto iure agitatum.
473
Sall. Hist. 1. 10. 5: Discordiarum et certaminis utrimque finis fuit secundum bellum Punicum.
474
La Penna (2015: 131).
166
Daniel Nieto Orriols
Sall. Cat. 5. 9; 12. 3-4; 33. 2; 51. 4-5; 51. 6; 51. 37; Iug. 8. 2; 22. 2-3; 55. 1; 85. 12; Sall. Hist. 1.
476
55. 2.
167
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
477
Al respecto véase Auliard (2006), Eckstein (2006: 118ss), Eilers (2008: 5ss), Buono-Core
(2013: 112ss).
478
Véase Torregaray (2008: 165-168; 2009: 128-132), Buono-Core (2010: 55-58).
479
Diod. Sic. 30. 7. 1:
168
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169
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
170
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486
Iug. 3. 5-6: civitatis nostrae praeclaros viros […] quom maiorum imagines intuerentur,
vehementissume sibi animum ad virtutem adcendi.
487
Sall. Cat. 9. 2-4: cives cum civibus de virtute certabant. In suppliciis deorum magnifici, domi parci,
in amicosfideles erant. Daubus his artibus, audatia in bello, ubi pax evenerat aequitateseque remque
publicam curabant.
488
Sall. Cat. 54. 2. 6.
489
Sall. Cat. 53. 1: Postquam Cato adsedit, consulares omnes itemque senatur magna pars sententiam
eius laudant, virtutem animi ad caelum ferunt, alii alios increpantes timidos vocant; Cato clarus atque
magnus habetur.
171
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
172
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173
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
501
Sall. Cat. 52. 19-22: Nolite existimare maiores nostros armis rem publicam ex parva magnam
fecisse. Si ita res esset, multo pulcherrimam eam nos haberemus, quippe sociorum atque civitum,
praeterea armorum atque equorum maior copia nobis quam illis est. Sed alia fuere quae illos magnos
fecere, quae nobis nulla sunt: domi industria, foris iustum imperium, animus in consulendo liber neque
delicto neque lubidini obnoxius.
502
Sall. Cat. 52. 22: luxuriam atque avaritiam, publice egestatem, privatim opulentiam.
503
Sall. Cat. 52. 23: ubi vos separatim sibi quisque consilium capitis, ubi domi voluptatibus, hic
pecuniae aut gratiae servitis, eo fit ut impertus fiat in vacum rem publicam: como cada cual por su
cuenta se acoge al plan que a cada uno interesa, como en vuestra casa sois esclavos del placer y
aquí del dinero o del nepotismo, resulta que se produce el asalto a un estado inerme.
174
Daniel Nieto Orriols
504
Véase supra I.2.
505
Véase Put. Vit. Cat. Mai. 22. 1-5; Cic. De Rep. 3.9.
506
Cf. Gruen (1994: 52ss), quien advierte en Catón un defensor de lo romano más que un
detractor de la cultura helenística.
507
Plin. H. N. 7. 100.
175
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
508
Véase Betti (1982: 147), Andrés (2015: 82-91).
509
de Ligt (2004: 728ss).
510
Plut. Vit. Ti. Gracch. 12.
511
Plut. Vit. Ti. Gracch. 15; App. BCiv. 1. 51; véase también Berstein (1978: 160ss), Stockton
(1992: 61-86), Betti (1982: 51, 79-80).
512
Cf. Iug. 31. 11. 14; 42. 1-2; von Urgern-Sternberg (2014: 80).
176
Daniel Nieto Orriols
513
Pol. 6. 11-18, esp. 15-18. Véase también Mackay (2011: 30-32), von Urgern-Sternberg (2014:
79-80).
514
Véase App. BCiv. 1. 1.
515
Iug. 41. 6: Ceterum nobilitas factione magis pollebat, plebis vis soluta atque dispersa in multitudine
minus poterat: Por lo demás, la facción noble tenía mucho más poder, la fuerza de los plebeyos,
sin cohesión y dispersa en la muchedumbre, podía menos.
516
Cf. Nicolet (1984: 756), Flower (2011: 65).
517
App. BCiv. 1. 21-22.
518
App. BCiv. 1. 22.
519
Véase Iug. 12. 2-3; 31. 7-8.
520
Sobre la violencia de la República y su relevancia para comprender el proceso de revolución
política y constitucional véase Flower (2011: 80-96), Mackay (2011: 24-25).
177
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
521
Cf. La Penna (1973: 226-232), Comber - Balmaceda (2009: 14-15).
522
Sall. Cat. 5. 6; 11. 4-5; 16. 4; 21. 4; 28. 4; 37. 4; 51. 32-35; Iug. 95. 3-4; 96. 1-4; 102. 5; Sall. Hist.
1. 55. 2; 1. 55. 7; 2. 21; 3. 48. 1; 48. 9.
178
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523
Iug. 95. 3-4: Igitur Sulla gentis patriarcae nobilis fuit […] litteris Graecis et Latinisiuxta [atque
doctissume] eruditus, animo ingenti, cupidus voluptatum sed gloriae cupidior; otio luxurioso esse,
tamen ab negotiis numquam voluptas remorata, nisi quod de uxore potuit honestius consulti; facundus,
callidus, et amicitia facilis; ad simulanda negotia altitudo ingeni incredibilis; multarum rerum ac
maxume pecuniae largitor. Atque illi, felicissumo ómnium ante civilem victoriam, numquam super
industriam fortuna fuit, multique dubitavere fortior an felicior esset. Nam postea quae fecerit, incertum
habeo pudeat an piget magis disserere.
524
Iug. 95. 2.
525
Cf. La Penna (1973: 226), Paul (1984: 236).
526
Iug. 62. 2.
527
Sall. Cat. 5. 5.
179
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
180
Daniel Nieto Orriols
la República y del mos maiorum. Así los vemos, de manera directa, cuando
Salustio comenta que “para hacer más leal a sí el ejército que había capitaneado
en Asia, Lucio Sila lo había tratado contra la costumbre de los antepasados
condescendientemente y con demasiadas consideraciones”;531 o, de manera
indirecta, cuando explica las actitudes insurrectas e inmorales de Catilina,
quien solo desea conquistar el estado tras la dictadura de Sila,532 contexto en
el que se habrían exacerbado la luxuria y la avaritia,533 “costumbres corruptas
de la ciudad”.534
Aunque en situaciones diferentes, ambas intervenciones configuran
una atmósfera negativa a la res publica, toda vez que evidencian la ruptura
de los valores ciudadanos e inauguran un contexto que se relaciona con la
decadencia. Del mismo modo lo encontramos en sus Historiae: la carta de
Lépido al pueblo romano manifiesta explícitamente la dictadura arbitraria e
injusta de Sila como la promotora en la pérdida de la libertad.535 Un conjunto
de referencias al dictador que relaciona el abandono del mos maiorum y el
escenario de quiebre republicano; alusiones que, en definitiva, descubren la
caducidad del ser romano como ciudadano. Precisamente de este modo lo
entendemos cuando Salustio explicita el bienestar de la ciudad en el pasado
y la posterior invasión contagiosa de defectos y de vicios, lo que conforma
una idea decadente de la época que se reafirma con la idea de que “la ciudad
cambió, el poder se convirtió de muy justo y excelente en cruel e intolerable”.536
Las ideas que Salustio desarrolla en sus tres obras muestran una Roma
sin posibilidades de restauración. Una imagen que abarca todos los ámbitos
de la sociedad, incluyendo el mundo privado, en el que la mujer adquiere un
rol preponderante.
531
Sall. Cat. 11. 5: L. Sulla exercitum, quem in Asia ductaverat, quo sibi fidum faceret, contra maiorem
maiorum luxuriose nimisque liberaliter habuerat.
532
Sall. Cat. 5. 6.
533
Respecto de la relevancia y relación de estos vicios con la ambición y la decadencia de Roma:
Ramsey (2007: 88).
534
Sall. Cat. 5. 8: corrupti civitatis mores.
535
Sall. Hist. 1. 55.
536
Sall. Cat. 10. 6: civitas immutata, imperium ex iustissimo atque optimo crudele intolerandumque
factum.
181
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
537
Varios estudios se detienen en el rol y las descripciones de la mujer en las obras de Salustio,
cuyo principal foco es el caso de Sempronia (Sall. Cat. 25. 1-4). Omitimos este caso porque
no representa, a nuestro parecer, una idea de la identidad romana o de su crisis, ya que su
reflejo parece construirse a partir de la enemistad de Salustio con los optimates. Como modelo
de mujer presenta tanto vicios como virtudes, pero no adquiere una definición clara. Sus
estudios y conocimientos resultan interesantes para comprender las posibilidades de formación
intelectual de la comunidad femenina de la clase alta del siglo I a. C., así como también cierta
participación política. Con todo, de acuerdo con la crítica, se trata de una mujer controversial y
muy probablemente producto de las intenciones de Salustio por mostrar una idea nociva de la
mujer en la política. Respecto a Sempronia véase: Boyd (1987: 183-201), Cadoux (1980: 93-
122), Paul (1985: 9-22), Ibáñez (2006-2007: 67-89), Posada (2011: 169-182).
538
Sall. Cat. 31. 3-4: (Ad hoc mulieres, quibus rei publicae magnitudine belli timor insolitus incesserat),
adflictare magnitudine belli timor insolitus incesserat, adflictare sese, manus suplices ad caelum tendere,
miserari oarvos liberos, rogitare, omnia pavere, superbia atque deliciis omissis sibi patriaeque diffidere.
182
Daniel Nieto Orriols
favor de Roma se erige como ejemplo. Cuenta Salustio539 que la mujer, noble,
mantenía una relación informal y problemática con el conjurado Quinto
Curio, quien la violentaba físicamente y la amenazaba con la espada en caso de
no seguir sus órdenes. Ella, no obstante, una vez enterada de la conspiración y
al comprender el peligro que representaba para la Urbs, comentó a muchos de
la conjuración de Catilina, situación que promovió un miedo tan profundo
entre la nobilitas que llevó a Cicerón al consulado y a la detección del acto
sedicioso. Desconocemos los detalles de la vida de Fulvia, pues Salustio
no entrega mayores precisiones. Junto con nuestro autor, Apiano la señala
como una mujer de la aristocracia,540 y Floro la refiere como una prostituta
infame, aunque menos perjudicial que los patricios. 541 De acuerdo con
Syme (2002: 135-136), se trataría de una mujer emparentada con la esposa
de Marco Antonio, lo que permite comprender que nuestro autor no refiera
mayores comentarios.542 Más allá de sus características personales, lo cierto
es que Salustio entrega la imagen de una mujer que interviene en la esfera
política, situación que promueve dos reflexiones. Por un lado, se trata de un
ejemplo de la profundidad del conflicto de la comunidad, en que la mujer,
cuyo ámbito de acción es el privado, se transforma en pieza clave para la
defensa de la República y de sus instituciones. De este modo se desprende
cuando Salustio advierte que Fulvia salvó a Cicerón mediante la advertencia
del intento de los conjurados por asesinarle. 543 Por otro lado, la intervención
se erige como exempla de bien común, puesto que, independiente del temor
a los ataques y de las amenazas de Curio, Fulvia, consciente del peligro que
sufría la res publica, actúa por el bien de la comunidad.
Si el caso de Fulvia responde a esta segunda reflexión, constituye un
ejemplo relevante del deber ser de un romano; sin embargo, no conforma
la regla general de su tiempo. La idea que promueve nuestro autor es la de
una comunidad en transgresión, lo que observamos en el comportamiento
539
Sall. Cat. 23. 3-6.
540
App. BCiv. 2. 3.
541
Flor. Ep. 2. 12. 16.
542
Syme (2002: 135-136), véase también Posada (2011: 175).
543
Sall. Cat. 28. 2-3.
183
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
184
Daniel Nieto Orriols
185
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
La intervención extranjera
De las intervenciones extranjeras que Salustio integra en el relato,
dos categorías destacan en función de la crisis de Roma y del ser romano. La
primera la componen las intervenciones de foráneos con Roma; y, la segunda,
de foráneos entre sí.
En la primera categoría, el Bellum Catilinae proporciona un excelente
ejemplo de la decadencia de Roma en el desarrollo diplomático, con énfasis
en el rol que adquieren los embajadores galos en la conjura. A este respecto,
cuenta Salustio que Catilina:
186
Daniel Nieto Orriols
551
Sall. Cat. 40. 3-5.
552
Sall. Cat. 41. 2-5.
553
Sall. Cat. 41.5-44. 4.
554
Iug. 16. 2-5.
187
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
555
Iug. 20. 1: omnia Romae venalia esse.
556
Iug. 8-10.
557
Iug. 8. 2-9.
558
Iug. 101. 6-8.
559
Iug. 35. 10: Urbem venalem et mature perituram, si emptorem invenerit!
560
Sall. Hist. 4. 69.
561
Cf. Syme (1958: 45-55), Dorey (1966: 104), Becker (1973: 720-754), Donaire (1989: 143-
152).
188
Daniel Nieto Orriols
189
Del quiebre de la República al quiebre de la identidad
§§§
A lo largo de sus obras, los ejemplos con que Salustio demuestra la caída
de la República permiten contemplar el fin del modelo identitario romano
en términos ciudadanos. Los fundamentos ideológicos del republicanismo
perdieron sentido frente a una comunidad social heterogénea. La nueva
realidad social que se configuró con el imperialismo no solo requería de
transformaciones en un sistema político inadecuado a los problemas y
características del populus, sino también nuevas ideas de lo que implicaba ser
romano. Las tres obras de Salustio advierten, desde los propios ciudadanos,
la idea de romanidad en crisis; y nos ofrecen, al mismo tiempo, algunas claves
novedosas. Bien en su destrucción, bien en su construcción, la identidad
romana se distingue en los escenarios de crisis más importantes de cada
proceso, a saber, la conjuración de Catilina y la guerra contra Jugurta. Son
precisamente los momentos más álgidos de quiebre los que van esbozando
los códigos para la construcción de una nueva identidad.
564
Véase, por ejemplo, Diod. Sic. 32. 4. 4; 32. 5.
190
III
SALUSTIO Y LA IDENTIDAD:
DE LA CONSTRUCCIÓN Y LA DESTRUCCIÓN
DEL SER ROMANO
191
1. Preliminares
565
Véase Hawthorn (1979: XXIV-XXVI).
566
Véase Gabba (1979: 132-133).
193
Salustio y la identidad:de la construcción y la destrucción del ser romano
194
Daniel Nieto Orriols
195
Salustio y la identidad:de la construcción y la destrucción del ser romano
digno de ser elegido porque tiene cierto valor merecedor de estima, que ellos llamar axía; por el
contrario, dicen que no merece estima lo opuesto a lo anterior. Establecidos, pues, los impulsos
primarios de tal manera que lo que está de acuerdo con la naturaleza debe ser apetecido por sí
mismo y lo opuesto debe ser rechazado, el primer deber es conservarse en el estado natural;
luego, retener las cosas conformes con la naturaleza y rechazar las contrarias; una vez encontrado
este criterio de selección y rechazo, sigue la selección hecha debidamente, y después, que sea
perpetua, y, por fin, consecuente y acorde con la naturaleza; es en esta selección donde por
primera vez comienza a estar y a comprenderse lo que es y lo que en verdad puede llamarse bien.
La primera inclinación del hombre es hacia las cosas que están de acuerdo con la naturaleza;
pero tan pronto como adquiere entendimiento, o, más bien, noción llamada por ellos énnoia, y
ve en lo que debe hacer un orden y, por decirlo así, una armonía, le estima mucho más que todas
que todas las cosas que amó al principio, y así, por el conocimiento y la razón comprende que es
allí donde reside aquel supremo bien que debe ser alabado y deseado por sí mismo”. Cic. Fin. 3.
20-21.
196
Daniel Nieto Orriols
575
Cic. Off. 1. 4: sed inter hominem et beluam hoc maxime interest, quod haec tantum, quantum sensu
movetur, ad id solum, quod adest quodque praesens est, se accommodat paulum admodum sentiens
praeteritum aut futurum; homo autem, quod rationis est particeps, per quam consequentia cernit,
causas rerum videt earumque praegressus et quasi antecessiones non ignorat, similitudines comparat
rebusque praesentibus adiungit atque annectit futuras, facile totius vitae cursum videt ad eamque
degendam praeparat res necessarias. Eademque natura vi rationis hominem conciliat homini et ad
orationis et ad vitae societatem ingeneratque […] Nec vero illa parva vis naturae est rationisque. quod
unum hoc animal sentit, quid sit ordo, quid sit, quod deceat, in factis dictisque qui modus.
576
Un completo análisis del carácter político del De Officcis, así como sus coincidencias y
divergencias con Salustio, encontramos en Gabba (1979). Del pensamiento político ciceroniano
y sus influencias en el problema en cuestión véase Wood (1991: 14ss), Steel (2001: 4-20),
Gastaldi (2014: 348-368).
577
Cic. Off. 1. 4.
578
Cic. Off. 1. 5.
579
Cic. Off. 1. 5.
580
Cic. Off. 1. 5: societas hominum coniunctioque servetur.
581
Gabba (1979: 132). Precisamente en este sentido afirma: “Le soluzioni ciceroniane si
197
Salustio y la identidad:de la construcción y la destrucción del ser romano
muovono nell'ambito di una concezione politica e morale aristocratica, presuppongo una clase
di governo unita, rica di virtù, dotata di magnitudo animi, e consapevole dei propri compiti e dei
propri doveri, una struttura politica basata sui gradus dignitatis con i modi di comportamento
appropriati, sia da parte dei principes, sia da parte della multitudo”.
582
Gabba (1979: 129). Véase también Mitchell (1984: 21-41), Pina Polo (1994: 76-80), Blanch
(2011: 154-156), Andrés (2013: 6).
583
Véase del Pozo (1993: 57ss), Materiale (2004: 147-152), Andrés (2013: 2-5), Zetzel (2013:
192-194).
584
Cic. Rep. 1. 31; véase también Sest. 96-99.
585
Gabba (1979: 135). Véase también Moati (2008: 58-61), Luque (2005: 44-47).
586
Cf. Sagristani (2015: 338-339).
198
Daniel Nieto Orriols
Todos los hombres que se afanen por ser más que los otros
seres es bueno que se esfuercen por todos los medios para no
pasar la vida en silencio, como las bestias, que la naturaleza
creo inclinadas y esclavas del estómago. Toda nuestra
fuerza, por otra parte, radica en el espíritu y en el cuerpo. El
espíritu lo usamos más propiamente para mandar, el cuerpo
para obedecer. El uno nos es común con los dioses, el otro
con los animales. Por lo cual a mí me parece que es mejor
buscar la gloria con el recurso de la inteligencia que con el
de la fuerza, y puesto que la vida de que gozamos es en sí
misma breve, hacer que el recuerdo de nosotros sea lo más
largo posible. Pues la gloria de las riquezas y de la belleza es
lábil y quebradiza, la virtud la poseemos con lustre y para
siempre.590
587
Véase Steel (2001: 9ss), van der Blom (2010: 175ss).
588
En una mirada opuesta, de un Cicerón transformador, véase Lepore (1990: 857-883).
589
Sobre detalles de la perspectiva política de Salustio véase Hidalgo de la Vega (1984: 103ss),
Pina Polo (1994: 79-82).
590
Sall. Cat. 1. 1-4: Omnes homines, qui sese student praestare ceteris animalibus, summa ope niti decet
199
Salustio y la identidad:de la construcción y la destrucción del ser romano
ne vitam silentio transeant veluti pecora, quae natura prona atque ventri oboedientia finxit. Sed nostra
omnis vis in animo et corpore sita est: animi imperio, corporis servitio magis utimur; alterum nobis cum
dis, alterum cum beluis commune est. Quo mihi rectius ese videtur ingeni quam virium opibus gloriam
quaerere, et, quoniam vita ipsa, qua fruimur, brevis est, memoriam nostri quam maxime longam
efficere. Nam divitiarum et formae gloria fluxa atque fragilis est; virtus clara aeternaque habetur.
591
Sobre la función política de la obra de Salustio véase: Véase Syme (2002: 83), Mathieu (1997:
27-31), Luque (2005: 176-177), Ramírez (2007: 247).
592
En este sentido, “For Sallust, virtus is open to all men engaged in all activities if they exercise
ingenium to achive egregia facinora through bonae artes, and the service of the respublica is not the
200
Daniel Nieto Orriols
only, but merely the highest field”. Earl (1961: 61). Véase también Brescia (2015a: L-LI).
593
Cf. Moatti (2008: 75).
594
Sall. Cat. 2. 5-6: verum ubi pro labore desidia, pro continentia et aequitate lubido atque superbia
invasere, fortuna simul cum moribus immutatur.
201
Salustio y la identidad:de la construcción y la destrucción del ser romano
202
Daniel Nieto Orriols
romano y el modo en que consideraban a aquellos que no formaban parte de su territorio local,
más allá de que se mantuviera una condición legal común. Precisamente por ello, el sentido de la
identidad en relación con los valores tradicionales fue tan importantes a Salustio: posibilitaban
establecer un sentido de pertenencia conjunta desde diferentes realidades locales a través de la
comparecencia de aspectos culturales comunes sin por ello negar la diversidad. Se trata de una
situación que se presentó con mayor fuerza en la época imperial, pero que en tiempos de Salustio
ya tenía sentido y fuerza. Sobre los peregrinos y sus características la bibliografía es vasta; no
obstante, respecto del sentido jurídico-político en una mirada histórica véase Capogrossi
Colognesi (2000: 58-62), Buono-Core (2008: 74-80). Sobre la transformación en el estatuto de
los peregrinos a la civitas Romana: Talamanca (1991: 714-716). Una mirada de los peregrini y de
su paulatina integración en la época republicana: Lamberti (2009: 49-66). Un análisis desde la
perspectiva de los peregrinos: Todisco (2006: 193-205).
203
2. Los límites de la romanidad: construcción
y destrucción del ser romano
Mazzarino (1983: 4, 24-27). Véase también La Penna (1973: 391-393), Earl (1961: 41ss),
599
205
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
206
Daniel Nieto Orriols
207
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
Catilina
El caso de Catilina es, sin lugar a dudas, el más evidente y representativo.
Como ciudadano miembro del senado, su romanidad no solo se supone, sino
que, en principio, se espera manifiesta como ejemplo; no obstante, sus actos
son, de manera explícita, patrón negativo de un ciudadano que ha perdido
la identidad en un período de profundas inestabilidades. No se trata, en este
sentido, de una víctima del contexto inmoral de su época; Catilina es tanto
609
Sall. Cat. 3. 4-4. 1.
208
Daniel Nieto Orriols
promotor como resultado de la crisis de Roma, lo que Salustio deja claro con
la descripción del individuo y de sus tiempos. A partir de una exposición de
decadencia moral progresiva, caracteriza la época de Catilina como resultado
último de los males iniciados con la destrucción de Cartago, momento a partir
del cual se erradicaron la mesura y la justicia y comenzaron el ansia de riqueza
y de poder,610 de acuerdo con Salustio, la raíz de todos los males.611 A través un
cuadro de actitudes nefastas hacia la República, comenta sus consecuencias:
610
Sall. Cat. 10. 3.
611
Sall. Cat. 10. 4.
612
Sall. Cat. 10. 4-6: Avaritia fidem, probitatem ceterasque artes bonas subvertit; pro his superbiam,
crudelitatem, deos neglegere, omnia venalia habereedocuit. Ambitio multos mortales falsos fieri subegit;
aliud clausum in pectore, aliud in lingua promptum habere; amicitias inimicitiasque non ex re sed ex
commodo aestimare, magisque vultum quam ingenium bonum habere.
613
Se trata de dos vicios fundamentales en la obra de Salustio a partir de los cuales se relaciona
el carácter desmesurado y los actos inmorales de los romanos de su tiempo. No obstante, aun
cuando se trata de hábitos operativos negativos, nuestro autor establece una clara diferenciación
que concibe la ambición como menos nociva que la avaricia. Avaritia pecuniae studium habet,
quam nemo sapiens concupivit: “La avaricia tiene por móvil el dinero, que nadie en su sano juicio
desea” (Sall. Cat. 11. 3), y que el amiternio relaciona con la corrupción y la venalidad de Roma.
Así, en la guerra contra los númidas, la venalidad constituye uno de los argumentos del conflicto,
lo que es declarado por algunos miembros del senado –por ejemplo, Manlio-, por Jugurta y por
el propio autor (véase supra II. 2). Se trata, en definitiva, del más pernicioso de los vicios. La
ambición, en tanto, si bien puede llevar a la transgresión de la moral y de la ley, no es mala en
209
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
sí misma, sino en la medida en que su desarrollo sobrepase los límites de lo permitido. Así, por
ejemplo, la ambición, siguiendo el camino adecuado, puede aproximar a la virtus. Si la ambición
es bien encaminada, bien puede conducir al anhelo de la inmortalidad por el recuerdo, lo que
supone, según la propia definición del amiternio, la realización de actos a favor de Roma. De
este modo lo concluye Salustio: Nam gloriam, honorem, imperium bonus et ingravus aeque sibi
exoptant; sed ille vera via nititur; huic quia bonae artes desunt, dolis atque fallaciis contendit: Pues la
gloria, cargos públicos, poder, el valioso y el inepto los ansían por igual, solo que el primero sigue
el camino de la verdad, y el segundo, como le faltan las buenas cualidades, compite mediante
engaños y falacias (Sall. Cat. 11. 2). Sobre estos vicios véase La Penna y Funari (2015: 133-134).
614
Sall. Cat. 12. 5.
615
Buen ejemplo de esta idea se representa en Lucio Calpurnio Bestia, cónsul que, al iniciar sus
campañas militares en Numidia, sucumbió ante las ofertas de Jurgurta producto de la avaricia.
La descripción de Salustio al respecto es del todo ilustrativa (Iug. 28. 5): in consule nostro multae
bonasque artes et animi et corporis erant, quas omnis avaritia praepediebat: en nuestro cónsul había
muchas y muy buenas cualidades espirituales y físicas, todas las cuales entorpecía la avaricia.
616
Sall. Cat. 11. 1: Sed primo magis ambitio quam avaritia animos hominum exercebat.
210
Daniel Nieto Orriols
617
Numerosas referencias que ya hemos señalado construyen la idea de una Urbs moralmente
devastada. Sin embargo, la descripción que contextualiza a los tiempos del propio Catilina resulta
decidora (Sall. Cat. 13. 3-5): lubido stupri, ganeae ceterique cultus non minor incesserat: viri muliebria
pati, mulieres pudicitiam in propatulo habere; vscendi causa terra marique omnia exquirere, dormine prius
quam somni cupido esset, non famem aut sitim neque frigus neque lassitudinem opperiri sed ea omnia luxu
antecapere. Haec iuventutem, ubi familiares opes defecerant, ad facinora incendebant. Animus, imbutus malis
artibus, haud facile lubidinibus carebat; eo profusius omnibus modis quaestui atque sumptui deditus erat:
había entrado un afán no menor de sexo, crápula y demás refinamientos: los hombres se sometían
como mujeres, las mujeres exponían su honra a los cuatro vientos; para alimentarse escudriñaban
todo en la tierra y en el mar; dormían antes de tener deseo de sueño, no aguardaban a tener hambre
o ser ni frío o cansancio, sino que por vicio anticipaban todas las necesidades. Este comportamiento
incitaba al crimen a la juventud cuando faltaban los bienes de familia. El espíritu imbuido de malas
artes no se privaba fácilmente de placeres; de ahí que se entregase más profusamente y por todos los
medios a ganar dinero y a gastarlo.
618
Sall. Cat. 14. 1.
619
Sall. Cat. 15. 4: animus impurus, dis hominibusque infestus.
620
Brescia (2015: XXI).
211
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
212
Daniel Nieto Orriols
627
Sall. Cat. 14. 6.
628
Cf. Galassi (2014: 4ss). En una posición opuesta, explica que Catilina constituye una suerte
de héroe que perece a manos de los dirigentes de Roma.
629
Sall. Cat. 16. 4: opprimundae rei publicae consilium cepit.
630
Sall. Cat. 5. 2.
631
La idea de una Roma pacífica constituye un tópico frecuente de la época republicana, cuya
manifestación se plantea, incluso, durante la guerra. Se trata de una concepción que los propios
romanos forjaron de sí mismos y constituye uno de los fundamentos de su cultura. En este
sentido, si bien en ocasiones acomodaron situaciones para entrar en conflicto, su concepción de
paz se relaciona directamente con la libertad. La paz es resultado de la normalización del espacio
público, cuyas consecuencias llevan a la vida civilizada. Precisamente por ello, los romanos, en
213
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
214
Daniel Nieto Orriols
215
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
216
Daniel Nieto Orriols
217
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
646
Cf. Iug. 31. 14-16.
647
Respecto de la amicitia y su función véase: Cic. Balb. 16. 35; De Martino (1973: 31-32),
Buono-Core (2003: 23-34), Buono-Core (2013: 111-116), Burton (2011: 76ss).
648
Sall. Cat. 20. 6-7.
218
Daniel Nieto Orriols
Las palabras con las que Catilina exhorta a los asistentes responden
a una reflexión por completo apartada de los cánones de la romanidad. Así
se desprende de las referencias del conjurado a la conquista de la libertas por
unos pocos, llamado que obvia el sentido que esta adquiere solo en función
de la res publica.651 Se trata, pues, de una idea de libertad pervertida, cuyo afán
649
Sall. Cat. 4. 4.
650
Sall. Cat. 20. 14-16: Quin igitur expergiscimini? En illa, illa quam saepe optastis libertas, praetera
divitiae, decus, gloria in oculis sita sunt. Fortura omnia ea victoribus praemia posuit. Res, tempus,
oratio mea vos hortantur. Vel imperatore vel milite me utimini; neque animus neque copus a vobis
aberit.
651
Véase Brunt (1988: 282-290), Casinos (1999: 98-99), Watson (2008: 37ss), Wirszubski
219
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
220
Daniel Nieto Orriols
Jugurta
El caso de Jugurta constituye el segundo exemplum de la destrucción
de la identidad romana, lo que resulta sumamente significativo en quien
no era, ni por origen ni por vínculo legal, miembro de la comunidad de
Roma. La elección de Salustio es notable, puesto que muestra, a partir de un
foráneo, la crisis y las transformaciones de la identidad, así como también su
asociación a una ideología y a ciertas prácticas culturales específicas. Desde
esta perspectiva, son precisamente los orígenes foráneos de Jugurta aquello
que Salustio utiliza para ejemplificar la identidad en el rey númida a través de
dos ideas estrechamente vinculadas.
La primera es aquella que manifiesta en el proemio del escrito, donde
destaca la importancia de la guerra “porque entonces, por vez primera, se
hizo frente a la arrogancia de la nobleza”;654 un conflicto que “perturbó todo
lo divino y lo humano y alcanzó tal grado de locura que el final de las pasiones
fue la guerra y la devastación de Italia”.655 Las palabras con las que Salustio
comienza su segunda obra inauguran el carácter que continúa a lo largo del
tratado, en el que la crítica a los optimates y a la nobilitas constituye uno de sus
ejes.656 No obstante, el tenor de la afirmación se plantea más allá de la escena
de los hechos, toda vez que, en términos políticos y culturales, reviste la idea
de la destrucción del ser romano ejemplificada en Jugurta.
Si consideramos la frase de Salustio en su conjunto, dos aspectos
relativos a la identidad adquieren preponderancia, a saber, el carácter arrogante
de la nobilitas y la devastación de Italia. Se trata de conceptos relacionados
que se condicen con numerosos ejemplos que suceden al proemio657 y que
muestran los actos de una novitas más virtuosa. El sentido político de la
654
Iug. 5. 1: quia tunc primum superbiae nobilitatis obviam itum est.
655
Iug. 5. 2: divina et humana cuncta permiscuit eoque vecordiae processit ut studiis civilibus bellum
atque vastitas Italiae finem faceret.
656
Cf. Drexler (1928: 390-399), Ernout (1947: 16), Vretska (1955: 118-119), Malitz (1975:
101), Goodyear (1982: 274-275), Santos Yanguas (1997: 65), Segura (1997: 19-20), Mehl
(2014: 90).
657
Los ejemplos en cap. III. 2.
221
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
658
Paul (1984: 18- 22), Piazzi (2015a: 189).
659
Sobre los itálicos, la adquisición de la ciudadanía y algunos problemas del proceso y de su
estudios véase: Sherwin-White (1973: 148-151), Luraschi (1978: 321ss), Bancalari (1988:
7-22), Gabba (2000: 11-24), Laffi (2000: 41-59), Laffi (2000a: 79-93), Lamberti (2010: 20ss),
Lamberti (2010a: 227ss), Barbati (2012: 1-46), Carlà-Uhink (2017: 330-363).
660
Véase Duplá (2006: 212-214), Sagristani (2015: 335-336).
661
El problema en cuestión lo analizamos en infra IV. 2.
662
De acuerdo con Paul, el sentido del término podría entenderse en la idea de que cuando
Salustio explica la detrucción de Italia (bellum atque vastitas Italiae) su análisis se aplica a la
guerra civil en general y no solo al pasado que narra en el Bellum Iugurthinum. Se trataría, en
este sentido, de una referencia en paralelo que consideraría los resultados contemporáneos del
222
Daniel Nieto Orriols
autor, esto es, la disputa entre César y Pompeyo. Ahora bien, aun cuando es una interpretación
razonable, carece del sentido espiritual que Salustio expresa en la frase que media los parágrafos
5.1 y 5.2, lo que supone considerar el animus que el mismo Salustio destaca al inicio del proemio.
Al respecto véase Paul (1984: 22).
663
En una visión opuesta de los actos y de Jugurta como un individuo por completo africano
sin raigambre romana, interpretado desde una mirada que sintetiza la visión postcolonial, véase
Classen (1993: 273-297).
664
Véase, por ejemplo: Iug. 13. 6; 15. 1-4; 22. 2-4; 29. 1-3.
665
Iug. 20. 7-8.
666
Iug. 12. 2-6; 20. 4-8; 26. 3.
223
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
que conocía los íntimos detalles de su cultura, algunos de los cuales incluso
utilizó a su favor durante la guerra. Múltiples episodios permiten contemplar
su conocimiento de los romanos y su carácter, y particularmente el no
menos complejo funcionamiento de su sistema político. Es precisamente
su entendimiento de la Urbs lo que le permitió abusar de la voluntad de los
romanos mediante el envío de embajadas estratégicas, además de aplazar la
intervención de los romanos en la batalla. Con todo, dos aspectos resultan
fundamentales para perfilar a un Jugurta próximo a Roma. El primero dice
relación con su conocimiento del ius gentium, que aduce frente a los romanos
que cuestionan el ataque a su hermano Adérbal y solicitan el cese de las
hostilidades. Se trata de un episodio del todo significativo, ya que la respuesta
de Jugurta no destaca tanto por la mentira cuanto por la tergiversación de
los hechos en función del derecho romano, cuyo acomodo a la causa lo llevó
incluso a exhortar a los legati a partir de los principios jurídicos de Roma.
Así lo vemos en su maniobra jurídica al modo romano, cuando, de manera
falaz, explica que “Adérbal había atentado fraudulentamente contra su vida; al
descubrir el hecho, él había plantado cara a su criminal acción”,667 señalando
luego que “el pueblo romano no obraría bien ni en justicia si se le privaba del
derecho de gentes”.668
El conocimiento del derecho por Jugurta se comprende por el
contexto de alianza política entre su pueblo y el romano, cuya amicitia desde el
reinado de Masinisa669 suponía un vínculo legal que conllevaba obligaciones.
No obstante, la profundidad que Jugurta demuestra en su artimaña no
refiere el conocimiento general de un aliado, sino el de quien ha penetrado
hondamente en el sistema jurídico y en la cultura de Roma. De este modo se
advierte a través de sus palabras, que no solo destacan la ley, sino que lo hacen
desde los fundamentos del Bellum Iustum. El planteamiento que subyace a
su exposición se propone otorgar legitimidad a sus actos belicosos, lo que
constituye un acto de carácter civilizado. En este sentido, el comportamiento
667
Iug. 22. 4: Adherbalem dolis vitae suae insidiatum; quom ubi conperisset, sceleri eius obviam isse.
668
Iug. 22. 4: populum Romanum neque recte neque pro bono facturum, si ab iure Gentium sese
prohibuerit.
669
Iug. 5. 5.
224
Daniel Nieto Orriols
670
Cic. Off. 1. 11: Sunt autem quaedam officia etiam adversus eos servanda, a quibus iniuriam acceperis.
Est enim ulciscendi et puniendi modus; atque haud scio an satis sit eum, qui lacessierit, iniuriae suae
paenitere, ut et ipse ne quid tale posthac et ceteri sint ad iniuriam tardiores. Atque in re publica maxime
conservanda sunt iura belli. Nam cum sint duo genera decertandi, unum per disceptationem, alterum
per vim, cumque illud proprium sit hominis, hoc beluarum, confugiendum est ad posterius, si uti non
licet superiore.
671
Sobre el desarrollo del latín en África y el bilingüismo véase: Adams (2003: 245-247), de la
relación entre la expansión del latín y la identidad (356-367).
225
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
672
Véase Paul (1984: 264-266).
673
Iug. 7. 2.
674
Respecto de la importancia de intérpretes y de traductores en la expansión romana véase
Moatti (2006: 111-117).
675
Iug. 109. 4.
226
Daniel Nieto Orriols
Salustio entrega las claves para entender su rol en el escrito, por cuanto alude
a un Jugurta que ha sido degenerado por los propios romanos. A diferencia de
lo que ocurre con Catilina, la juventud de Jugurta es excelsa y se perfila desde
los principios y los valores que Salustio concibe sublimes. Así, cuenta que:
227
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
228
Daniel Nieto Orriols
qué sus actos son completamente opuestos al ser romano? ¿Por qué se trata
de un ejemplo de la destrucción de la romanidad?
Salustio encuentra la respuesta en la influencia nefasta de algunos
romanos en la guerra de Numancia, cuyas palabras instigaron el animus de
Jugurta hacia los vicios,
229
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
685
Con ello no pretendemos manifestar que se trate de individuos ni en la misma categoría
ni inspirados por los mismos objetivos, pero sí por los mismos vicios. No obstante, resulta
significativo que ambos parecen aproximarse a la romanidad cuando su comportamiento
es destacado en la batalla. Mientras sigue las órdenes de Escipión, Jugurta es un ejemplo de
buen militar, lo que lo lleva a establecer amistades con los romanos. Una imagen similar a la
que Salustio entrega de Catilina en la batalla final de la obra, cuando la descripción aguerrida
del conjurado demuestra una valentía y un brío que lo destacan del resto. En ambos casos, la
descripción se entiende por el carácter viril de la acción bélica, cuyo arrojo supone, bajo los
marcos de comportamiento adecuados, el desarrollo de la virtus. No se trata de que Catilina
tenga virtus al final de la conjuración; sin embargo, el contexto permite identificar una mirada que
destaca el carácter aguerrido del personaje, lo que resulta, en paralelo con Jugurta, significativo
al problema identitario. No por nada los actos en la guerra bajo el Bellum Iustum eran, como
señalamos, una definición característica de Roma.
230
Daniel Nieto Orriols
686
Sall. Cat. 13. 4-5.
687
Véase Sall. Cat. 13. 3; 16. 2.
688
Sall. Cat. 17. 5.
231
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
232
Daniel Nieto Orriols
233
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
234
Daniel Nieto Orriols
702
Iug. 31. 1-3: Multa me dehortantur a vobis, Quirites, ni studium rei publicae omnia superet: opes
factionis, vostra patientia, ius nullum, ac maxume quod innocentiae plus periculi quam honiris est.
Nam illa quidem piget, dicere, his annis quindecim quam ludibrio fueritis superbiae paucorum, quam
foede quamque inulti pierierint vostri defensores, ut vobis animus ab ignavia atque socordia corruptus
sit, qui ne nunc timetis eos quibus decet terrori esse.
703
Iug. 30. 3: ne rem publicam, ne libertatem suam desererent.
235
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
del pueblo, que son, en última instancia, la referencia a una disposición del
espíritu y de los actos que destruyen la República y la identidad, así como una
denuncia de los romanos que, actuando contra la Urbs, se comprenden como
los enemigos a quienes se ha entregado la soberanía y la ley, en fin, “todo lo
divino y lo humano”:704
236
Daniel Nieto Orriols
708
El discurso que Salustio propone sobre los itálicos se condice con el proceso que estos últimos
efectuaron en la construcción de una identidad coherente con su integración de pleno derecho
en la comunidad, situación que evidencia la necesidad por legitimarse política y culturalmente.
La mirada del autor, empero, no detalla las diferencias de las comunidades itálicas, ni tampoco da
cuenta de que fue un proceso paulatino en el que las influencias culturales fueron bilaterales. En
este sentido, las palabras de Salustio son, ante todo, una vía para legitimar su propia romanidad,
así como también un recurso para demostrar la extensión de la identidad más allá de los términos
legales de la ciudadanía. Sobre los itálicos, la pluralidad de agrupaciones étnicas y políticas y el
problema de la identidad en la República existe múltiple bibliografía. Algunas obras relevantes
que abordan el tema desde perspectivas y fuentes diversas: Gabba (2000: 11ss), Laffi (2000b:
25ss), Witcher (2000: 213-225), Bradley (2007: 295–322), Evans (2013: 335-353), Versluys
(2013: 427-440), Roselaar (2012: 141-157), Carlà-Uhink (2017: 277ss).
237
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
La expresión de la romanidad:
Julio César y Catón el Menor
Las intervenciones de Julio César y de Catón de Útica en el Bellum
Catilinae son breves y se producen mediante la emisión de discursos en el
senado. Como ya hemos señalado, ambos sugieren acciones institucionales
contra los conjurados descubiertos, por lo que se trata de alocuciones
circunscritas en un contexto de profunda tensión. Aunque la solución ante
los sediciosos es opuesta en cada orador, cada una constituye una propuesta
de futuro posible a una Roma en crisis política y cultural, y ambas son, de
cierto modo, planteamientos que vienen a salvar a la res publica en el más
amplio sentido.709
El análisis de los discursos es extenso entre los estudiosos de Salustio,
quienes concuerdan respecto de la función y del sentido que cumplen
en el relato. Según la crítica,710 el episodio constituye el centro nodal de la
monografía, toda vez que conforma una excepción al contexto de corrupción
política y deterioro moral generalizado en el resto de la obra. Ambos oradores
representan a los únicos miembros de la nobilitas que poseen virtus, la que
manifiestan a través de sus reflexiones y propuestas. Son, de esta manera,
modelos de virtud republicana que Salustio pone como ejemplo a través de la
syncrisis, esto es, la comparación entre opuestos. En esta línea, aun cuando el
discurso de César es sumamente relevante, los análisis destacan el de Catón
como el más icónico, ya que representa políticamente los valores del mos
maiorum en contraposición con un presente profundamente corrupto.711
Catón se convierte, de este modo, en un recurso que otorga continuidad a
los valores entre el pasado y el presente.712 Con todo, ambos discursos se
fundamentan en los valores culturales que Salustio se propone relevar, los
que se manifiestan a través de dos propuestas que, en principio, resultan
709
Al respecto véase Balmaceda (2017: 60).
710
En esta línea véase: Brescia (2015: XXXVIII-XXXIX), Canfora (1993: 149-155), Skelnár
(1998: 205-220), Stone (1999: 75-76), Kraus - Woodman (2006: 19), Ramírez (2007: 246-
248), Balmaceda (2017: 59).
711
Levene (2000: 171ss), Nicolai (2002: 61), Brescia (2015: XXXIX).
712
Brescia (2015: XLI).
238
Daniel Nieto Orriols
239
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
715
Sall. Cat. 54. 3-6: Caesar dando, sublevando, ignoscendo, Cato nihil largiundo gloriam adeptus
est. In altero miseris perfugium erat, in altero malis pernicies; illus facilitas, huis constantia laudabatur
[…] Postremo Caesar in animum induxerat laborare, vigilare, nogotiis amicorum intentus sua
neglegere, nihil denegare quod dono dignum esset […] At Catoni studium modestiae, decoris, sed
maxime severitatis erat […] esse quam videri bonus malebat; ita, quo minus petebat gloriam, eo magis
illum sequebatur.
716
Véase el discurso completo en apéndice 3.
717
Véase supra II. 2.
240
Daniel Nieto Orriols
718
Sall. Cat. 52. 23.
719
Sall. Cat. 52. 5-6: vos ego apello, qui semper domos, villas, signa, tabulas vestras pluris quam rem
publicam fecistis: si ista cuiuscumque modi sunt quae amplexamini retinere, si voluptatibus vestris
otium praebere vultis, expergiscimini aliquando et capessite rem publicam. Non agitur de vectigalibus
neque de sociorum iniuriis: libertas et anima nostra in dubio est.
720
Sall. Cat. 52. 10.
241
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
721
Véase el discurso completo en el apémdice 4.
722
Sall. Cat. 1. 5-2. 4.
723
Sall. Cat. 51. 1-3.
724
Sall. Cat. 51. 1-4.
725
Sall. Cat. 51. 4: quae maiores nostri contra lubidinem animi sui recte atque ordine fecere.
242
Daniel Nieto Orriols
243
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
palabras que Salustio pone en boca de César resultan decidoras, puesto que,
de manera subrepticia, desarrollan una crítica ante la violación del derecho
por parte de los magistrados romanos, y demuestran, además, cómo aquellas
transgresiones suscitan el quebrantamiento de la moral y del anima. La
propuesta de César es coherente con una reflexión alejada de las pasiones
y de los vicios, cuestión que legitima su planteamiento ante las injusticias
cometidas en la guerra. Así, cuando se refiere a los que hablaron antes que él
en el senado, apunta que estos habían
730
Sall. Cat. 51. 9: Quae belli saevitia esset, queae victis acciderent, enumeravere: rapi virgines, pueros,
divelli liberos a parentum complexu, matres familiarum pati quae victoribus conlubuissent, fana atque
domos spoliari, caedem, incendia fieri, postremo armis, cadaveribus, cruore atque luctu omnia compleri.
731
Véase supra I. 2.
732
Sall. Cat. 51. 3: ubi intenderis engenium, valet; si lubido possidet, ea dominatur, animus nihil valet.
244
Daniel Nieto Orriols
que se erige como modelo y que ofrece los códigos del deber ser. La idea de
la transgresión de la costumbre y de la ley en términos negativos se percibe
en la referencia de César al comportamiento de los treinta tiranos espartanos
en Atenas luego de la Guerra del Peloponeso. No solo destaca los abusos
sucesivos, sino una práctica extranjera suscitada tras un proceso de conflicto
que desembocó en el desmembramiento de Grecia.733 El episodio aborda una
situación análoga con la crisis de Roma, lo que permite prefigurar el futuro
de la Urbs en caso de continuar con la arbitrariedad jurídica y política que
Salustio venía denunciando a lo largo de la obra.
Con todo, la propuesta ejemplar del ser romano la encontramos
en el segundo tipo de alusiones: las referencias a los antepasados. Una vez
que César expresó su posición y explicó los problemas de no cumplir con
la ley Porcia –aquella que expresamente prohibía la pena de muerte a los
ciudadanos y promovía su destierro-, los antepasados nuevamente se utilizan
como argumento, mas, en este caso, ya no como concepto general, sino en
específico y en función de dos propósitos bien claros. En primer término,
como refuerzo del mos maiorum; y, en segundo término, para demostrar el
carácter plural y adaptativo de Roma. Así, habló César al senado:
245
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
Sall. Cat. 51. 42: profecto virtus atque sapientia maior illis fuit, qui ex parvis opibus tantum
735
imperium fecere.
246
Daniel Nieto Orriols
736
Cf. La Penna (1978: 75ss), Hidalgo de la Vega (1984: 112-118).
247
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
248
Daniel Nieto Orriols
741
Iug. 25. 4-10.
742
Iug. 29. 2.
743
Iug. 26. 2.
744
Iug. 26. 2: de ceteris senatui curae fore.
745
Iug. 27. 2.
249
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
que refuerza el sentido de que la negociación de Jugurta con los italici lo era
también con Roma.
Desconocemos los detalles del pacto, pero no deja de resultar
interesante que Salustio presente una imagen ejemplar de los itálicos
participando como romanos en la política exterior de la Urbe. Con todo, la
condición paradigmática de este grupo se refuerza con su colaboración en el
ejército y con su muerte por la causa romana en África. Un caso paradigmático
lo encontramos en el asedio de Jugurta en Vaga, cuando la ciudad completa,
aprovechando las festividades y engañando a los romanos, daría muerte a
todos los soldados, incluyendo a los itálicos.746 Más allá de los detalles del
suceso, lo interesante es que Salustio muestra a romanos e itálicos como
víctimas de un engaño que acabó con sus vidas, situación que, por el contexto
del suceso, mantiene la imagen benevolente y ejemplar de los aliados. Una
intención que, del mismo modo, se demuestra con las alusiones negativas.
En efecto, como hemos señalado, de las cinco intervenciones directas
de los itálicos, en dos ocasiones Salustio reprocha su conducta, aunque la
especificación con que detalla los episodios reafirma el carácter ejemplar
con que ya los venía retratando. La primera afirmación negativa se destaca a
propósito de la moción del tribuno Gayo Mamilio Limetano, quien sugería
entablar proceso judicial contra los romanos que, ora a través del consejo, ora
a través de las acciones, habían apoyado a Jugurta.747 La propuesta de Mamilio
no encontró desacuerdo explícito entre los romanos, ya que oponerse
supondría confesar la culpa. Aquellos que temían por sus faltas, no obstante,
en secreto obstaculizaban el proceso judicial, en lo que colaboraban, entre
otros, algunos individuos latinos y aliados itálicos.748 Salustio no menciona
ni el nombre ni la cantidad de los implicados, pero la referencia a latinos y
a itálicos impidiendo el cumplimiento de la justicia les otorga una imagen
negativa. Sin embargo, las palabras de nuestro autor no parecen dirigirse
a la colectividad en general, sino solo a un grupo reducido. Así lo vemos
746
Iug. 66. 1-67. 3.
747
Iug. 40. 1.
748
Iug. 40. 2: per homines nominis Latini et socios Italicos: por individuos de la gente latina y de los
aliados itálicos.
250
Daniel Nieto Orriols
749
Iug. 67. 3: In ea tanta asperitate saevissumis Numidis et oppido undique clauso, Turpilius
praefectus unus ex omnibus Italicis intactus profugit. Id misericordiane hispitis an pactione aut casu ita
evenerit, parum conperimus, nisi, quia illi in tanto malo turpis vita integra fama potior fuit, inprobus
intestabilisque videtur.
251
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
252
Daniel Nieto Orriols
752
Sall. Cat. 31. 6: [orationem] luculentam atque utilem rei publicae.
753
Sall. Cat. 31. 7: postulare a patribus coepit ne quid de se temere crederent.
754
Sall. Cat. 31. 7: Ne existimarent sibi, patricio homini, cuius ipsus atque maiorum plurima beneficia
in plebem Romanam essent, perdita re publica opus ese, cum eam servaret M. Tulius, inquinus civis
urbis Romae.
253
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
755
Véase Cic. Tusc. 1. 38; Brut. 62.
756
Sall. Cat. 23. 5; 24. 1; 31. 7; 51. 35.
757
De las 18 intervenciones que no son positivas, 16 son claramente neutrales o negativas, y
responden, bien a su necesaria mención por el orden de la trama, bien a alusiones que entendemos
contrarias a la República o a la tradición. Las referencias las encontramos en Sall. Cat. 22.3; 26.1;
26. 2; 27. 4; 28. 1; 28. 3; 29. 1; 36. 3; 41. 5; 43. 1; 43. 2; 44. 1; 45. 1; 48. 6; 48. 8; 48. 9. Dos
menciones de Cicerón, sin embargo, no resultan del todo claras, por cuanto se refieren al cónsul
de manera tal que, si bien es positiva, parecen destacar a sus emisores. Así lo vemos, por un lado,
en el elogio que el pueblo hace de Cicerón frente a Catilina, que se propone para demostrar las
atrocidades del conjurado (Sall. Cat. 48. 1); y, por otro, en el discurso de Julio César en el senado,
que nombra a Cicerón más para explicitar sus propias ideas que para destacar al cónsul en la
escena política (Sall. Cat. 49. 1).
254
Daniel Nieto Orriols
255
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
760
Syme (2002: 157-178).
761
Oniga (1990: 11). Véase también Mathieu (1997: 33), Balmaceda (2010: 112), Brescia
(2015a: LIV-LXVII).
762
Earl (1961: 32-36), Brescia (2015a: L), Comber y Balmaceda (2009: 15).
763
Iug. 43. 1-5.
764
Iug. 63. 2: industria, probitas, militiae magna scientia, animus belli ingens domi modicus, lubidinis
et divitiarum victor.
256
Daniel Nieto Orriols
765
Véase Iug. 51-54.
766
Iug. 54. 1.
767
Iug. 49-54.
768
Iug. 55. 1: ut seque et exercitum more maiorum gereret.
257
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
fatigas, más hábil con la lengua que con la mano, depredador de los aliados
y él mismo presa del enemigo, no sujeto a mando ni a disciplina”.769 Ante
la situación que enfrentaba, las medidas de Metelo se basaron en “obligar a
los soldados a ejercitarse en la disciplina tradicional”,770 método con el que
“saneó al ejército en poco tiempo”.771
La referencia al detalle de la fórmula772 es reveladora, por cuanto evidencia
cómo los vicios que irrumpieron en el ejército a través de Espurio Albino, su
anterior general, destruirían la fuerza de Roma en África. Desde esta perspectiva,
la explicación de nuestro autor no parece tan relevante por el detalle militar
cuanto por su carácter simbólico: muestra a un grupo de romanos que, mediante
el camino adecuado, parece recobrar la romanidad que había degenerado. Una
idea que refuerza la propuesta de una identidad susceptible de construcción y
destrucción, y que demuestra su aplicación transversal sin excepciones. Se trata
de un planteamiento complejo y exigente, ya que establece en la romanidad una
condición que requiere prestar atención permanente al bien y a la moral desde
el anima. Las ideas que revisten esta propuesta se presentan en el proemio del
Bellum Iugurthinum y enmarcan todas las acciones de romanos y de foráneos
desde una concepción filosófica que promueve la conciencia de los actos y el
autocontrol:
769
Iug. 44. 1: iners inbellis, neque periculi neque laboris patiens, lingua quam manu promptior,
praedator ex sociis et ipse praeda hostium, sine imperio et modestia habitus.
770
Iug. 44. 3: quam maiorum disciplina milites laborare coegisset.
771
Iug. 45. 3: “exercitum brevi confirmauit”.
772
Véase infra IV. 2.
258
Daniel Nieto Orriols
259
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
777
Iug. 64. 1: virtus, gloria atque alia optanda bonis superabant.
778
Iug. 64. 1: animus et superbia, comune nobilitatis malum.
779
Véase, por ejemplo, Iug. 87. 1; 88. 2.
780
Iug. 92. 1: maior atque clarior haberi coepit.
781
La apreciación de Salustio a este respecto no es clara, toda vez que las acciones de Mario
260
Daniel Nieto Orriols
261
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
785
Iug. 85. 13-17.
786
Iug. 85. 13.
787
Iug. 85. 15: Quamquam ego naturam unam et communem omnium existumo, sed fortissumum
quemque generosissumum.
788
Véase supra I.
789
Iug. 85. 17: Quod si iure me despiciunt, faciant ítem maioribus suis, quibus, uti mihi, ex virtute
nobilitas coepit.
262
Daniel Nieto Orriols
§§§
790
Iug. 85. 32-37: Neque litteras Graecas didici: parum placebat eas discere, quippe quae ad virtutem
doctoribus nihil profuerant […] Haec atque alia talia maiores vostri faciundo seque remque publicam
celebravere.
791
Iug. 84. 1: vero multus atque ferox instare, singulos modo univorsos laedere, dictitare sese consulatum
ex victis illis spolia cepisse, alia praeterea magnifica pro se et illis dolentia.
792
Cf. Comber y Balmaceda (2009: 15-16).
793
Iug. 63. 2.
794
Sall. Cat. 11. 2.
263
Los límites de la romanidad: construcción y destrucción del ser romano
264
IV
LA TEORÍA DEL SER ROMANO EN SALUSTIO
265
1. Claves de la romanidad
267
La teoría del ser romano en Salustio
268
Daniel Nieto Orriols
269
La teoría del ser romano en Salustio
270
Daniel Nieto Orriols
805
Sall. Cat. 51. 1; 4; 11; 15; 26; 37; 2; 7; 35. Cf., no obstante, los casos de Filipo (Sall. Hist. 1.
77. 1: 1. 77. 9) y de Pompeyo (Sall. Hist. 1. 98. 1), que, con todo, proponen una imagen que se
condice con el planteamiento axiológico del autor.
806
ceterum ius et imperium eius penes vos esse: el derecho y la autoridad están en vuestro poder.
807
Cic. Off. 13. 2-3.
271
La teoría del ser romano en Salustio
808
Iug. 26. 1-3.
809
Iug. 8. 2: […] monuit, ut potius publice quam privatim animitiam populi Romani coleret neu
quibus largiri insuesceret: periculosque a paucis emi quod multorum esset. Si permanere vellet in suis
artibus, ultro illi et gloriam et regnum venturum; sin properantius pergeret, suamet ipsum pecunia
praecipitem casurum.
272
Daniel Nieto Orriols
810
Iug. 14. 3; 6; 8; 12; 18; 24. 3.
811
Iug. 14. 20.
812
Iug. 14. 18: ne quem coleremus nisi populum Romanum, ne societates, ne foedera nova acciperemus:
abunde magna praesidia nobis in vostra amicitia fore; si huic imperio fortuna mutaretur, una
occiduntum nobis ese.
273
La teoría del ser romano en Salustio
813
Salustio no detalla en qué idioma se dirigió Adérbal al senado, pero, al igual que con Jugurta, no
advierte de intérpretes o intermediarios, por lo que suponemos que lo hizo en latín. Además, por
el tenor del discurso, los conceptos que utiliza, los conocimientos que demuestra y, en definitiva,
por ser aliado de los romanos durante toda su vida, es del todo razonable que el discurso lo
emitiría en latín. El problema es que no tenemos antecedentes de esta alocución en otras fuentes,
y, por lo mismo, comprendemos que se trata de una invención retórica de Salustio para evidenciar
el carácter de Adérbal y el tenor de la guerra. No obstante, al igual que sucede con la carta de
Mitrídates en las Historiae, lo que interesa del discurso son sus condiciones de posibilidad, toda
vez que estas dan cuenta de la verosimilitud del texto en función de sus propósitos. Por ello,
no resulta tan importante si las palabras de Adérbal fueron textuales o no. Lo relevante es que
Salustio muestre a un aliado africano hablando como romano, puesto que ese hecho conforma
parte de una realidad histórica que, nos parece, intenta exponer con claridad.
814
Iug. 14. 2.
274
Daniel Nieto Orriols
815
Diod. Sic. 34/35. 31. 1.
816
Iug. 23. 2.
817
Iug. 24. 2.
818
Véase La Penna (1973: 353), Dué (2000: 311ss). Esta última mirada resulta sugerente
275
La teoría del ser romano en Salustio
al problema de la identidad, por cuanto en el análisis de la obra plantea que Salustio seguiría
modelos de la tragedia para la construcción de su obra. En particular, reconoce a Eurípides, Enio
y Cátulo, y destaca, con énfasis, que la implementación sería producto del amplio público al que
se dirigía. La tragedia, conocida por diversos pueblos debido a las influencias de los modelos
griego y romano, la convertirían en un modelo comprensible y amigable a un público extenso.
Desde la perspectiva que hemos afirmado, esto es, que la obra de Salustio constituye una suerte
de manual de la romanidad, el sentido de la tragedia tiene sentido en Adérbal, toda vez que bien
podría tratarse de un ejemplo de las transformaciones de un foráneo hacia la romanidad.
819
Véase supra I. 2.
820
Con rol activo nos referimos al carácter útil en términos sociopolíticos, lo que se entiende en
función del propósito que adquiere en términos políticos y moralizantes. Véase supra I. 2.
821
Véase supra I. 2.
276
Daniel Nieto Orriols
822
Si bien Salustio atestigua una proximidad entre romanos y númidas antes de la guerra contra
Jugurta, no es del todo claro que Roma se involucrara profundamente en la política de Numidia,
y, de hecho, parece haberle otorgado libertades y propugnado su poderío en la zona. Ante el
peligro de Cartago, es probable que utilizara al reino de los númidas como defensa, para lo que
habría apoyado su poderío. Se trataba, no obstante, de un apoyo controlado y mesurado. Desde
esta perspectiva, los vínculos que Salustio manifiesta se comprenden como referencias sobre
todo culturales y conceptuales, lo que se comprende habida cuenta de que el norte de África,
a partir del 101 a. C., sería anexado principalmente a través de la ley -sobre este proceso véase
Harris (1979: 134)-. Lo más probable es que Salustio aluda al pasado de Numidia en términos
anacrónicos y que conciba la cercanía entre los pueblos desde las características de sus propios
tiempos. Con todo, las influencias se advierten en términos de las clases dirigentes, lo que sí se
277
La teoría del ser romano en Salustio
De este modo se desprende a partir de Tito Livio,823 quien advierte del tratado
entre los romanos y Sifax, rey de los númidas, quienes combatieron contra los
cartagineses.824 Para el desarrollo de la alianza y el apoyo militar, Sifax solicitó
a Roma que entrenaran a sus tropas en el combate. La instrucción estuvo a
cargo de Quinto Estatorio, quien:
comprende a partir del clientelismo generado a partir del siglo II a. C. Respecto de la política
romana en Numidia en tiempos de Salustio: Paul (1984: 264-268), Sampson (2010: 12ss).
823
Livy 24. 48. 2-13.
824
Respecto de Sifax y su vínculo con Roma véase Gozalbes (2005: 69-96).
825
Livy 24. 48. 11-12: [et Statorius] ex multa iuuentute regi pedites conscripsit ordinatosque proxime
morem Romanum instruendo et decurrendo signa sequi et seruare ordines docuit, et operi aliisque iustis
militaribus ita adsuefecit ut breui rex non equiti magis fideret quam pediti conlatisque aequo campo
signis iusto proelio Carthaginiensem hostem superaret.
278
Daniel Nieto Orriols
279
La teoría del ser romano en Salustio
la que los propios romanos generaron durante el siglo II a. C., con énfasis
desde la conquista de los reinos helenísticos.830 No parece extraño, en este
sentido, que el monarca cercano a los romanos generara intereses similares
a los de la Urbs, sobre todo si consideramos que algunos escritores griegos
de la época centraban su atención en Roma.831 Con todo, lo más interesante
de la expresión de Diodoro es que destaca el carácter civilizado de Micipsa,
lo que constituye una de las claves del traspaso de la cultura romana. Solo a
través de Roma se construye la civilización, y el caso de Micipsa arroja, desde
las palabras de Diodoro, un retrato coherente con el que Salustio ofrece de
Adérbal.
Desde esta perspectiva, la caracterización que el amiternio desarrollo
de los númidas se comprende desde la expansión política romana, cuyos
efectos culturales suscitaron la construcción de un espacio interconectado
en el Mediterráneo. La percepción de Salustio sobre Adérbal como un
romano es clara, y se reafirma, además, con el reconocimiento que le otorgan
los itálicos,832 ejemplos colectivos de romanidad. Adérbal, al igual que los
itálicos, actúa como romano porque forma parte de una misma comunidad
cultural, que, no obstante sus códigos comunes, se vislumbra también con
las diferencias que se manifiestan en la escena política y en sus actos frente
al senado y a Jugurta.833 En este marco, Adérbal ha adoptado y adaptado
la romanidad, y constituye, en definitiva, un ejemplo de la romanización,
proceso que Salustio muestra y ejemplifica en el Bellum Iugurthinum.
280
Daniel Nieto Orriols
834
Iug. 17-19.
835
Iug. 17. 1.
836
Cf. Syme (2002: 142-150), Paul (1984: 2 y 4), véase supra I. 2.
837
Syme (2002: 152), Wiedemann (1993: 52).
838
Véase Wiedemann (1993: 52-53).
281
La teoría del ser romano en Salustio
839
Oniga (1990: 65ss), Green (1993: 188), Comber - Balmaceda (2009: 202).
840
Iug. 17. 4-5: [Africam…] Ea finis habet ab occidente fretum nostri maris et Oceani, ab ortu solis
declivem latitudinem, quem locum Catabathmon incolae appellant. Mare saevom, inportuosum; ager
frugum fertilis, bonus pecori, arbori infecundus; caelo tarraque penuria aquarium.
841
Iug. 18. 1-3: Africam initio habuere Gaetuli at Libyes, asperi incultique, quis cibus erat caro ferina
atque humi pabulum uti pecoribus. Ii neque moribus neque lege aut imperio quouisquam regebantur:
vagi palantes, quas nox coegerat sedes habebant.
282
Daniel Nieto Orriols
842
Sall. Cat. 1. 1-4.
843
Off. 1. 4; Cf. supra III, Preliminares.
844
Iug. 18. 5-8.
845
Iug. 18. 12: nomen gloriamque sibi addidere, magis ii qui ad nostrum mare processerant.
283
La teoría del ser romano en Salustio
del mismo modo, con los pueblos que habitan alejados, como ocurre, en los
tiempos del autor, con los getulos, quienes viven “unos en chozas, y otros,
menos civilizadamente, de un sitio para otro”.846
La explicación de nuestro autor es históricamente errónea;847 sin
embargo, en su composición reafirma la propuesta general de su teoría y nos
permite comprender, desde la propia temporalidad del autor, las posibles
influencias culturales que confluyeron en el reino de los númidas. Es el
propio Salustio quien entrega luces de este proceso, lo que deducimos de
la íntima relación entre los romanos con el reino de Masinisa y de Micipsa,
así como del hecho de que “durante la guerra contra Jugurta, la mayor parte
de las ciudades de proveniencia púnica y los territorios que los cartagineses
habían ocupado recientemente, los administraba el pueblo romano con sus
magistrados”;848 situación que despeja varias dudas respecto a la influencia
política y cultural de los romanos en el África de Adérbal y de Jugurta. Desde
esta perspectiva, si bien el proceso histórico que Salustio narra en su excurso
es impreciso, constituye una instancia que ayuda a comprender su perspectiva
y su propuesta. No se trata, entonces, de una digression: el episodio de África
es una narración útil a los propósitos identitarios del autor.
Con todo, las transformaciones culturales no se restringen a los
númidas. Un caso sin duda ejemplar de la exposición del ser romano y del
modo en que este influye en un foráneo lo vemos en Boco, quien, aunque
de modo tangencial, a través de su conocimiento de Roma y de su majestad,
ilumina el proceso de traspasos culturales en África.
846
Iug. 19. 5: accepimus partim in tuguriis, alios incultius vagos agitare.
847
Véase supra cap. II. 2. 2. 1. b.
848
Iug. 19. 7: bello Iugurthino pleraque ex Punicis oppida et finis Carthaginiensum, quos novissume
habuerant, populus Romanus per magistratus administrabat.
284
Daniel Nieto Orriols
849
La imagen que Salustio muestra de Boco y de los mauritanios en el Bellum Iugurthinum no
responde al que probablemente tenían los romanos del siglo II a. C., puesto que, aun cuando la
mayor expansión de Roma en África se efectuó en el Principado, con la derrota de los cartagineses
en la segunda Guerra Púnica y la fundación de ciudades en el norte de África, el reino mauritano
era conocido por los romanos. De hecho, el norte de África se dividía en tres partes de oriente a
occidente: la provincia romana, el reino de los númidas y el reino de Mauritania. En este sentido,
la explicación de Salustio es un a exageración que se comprende en función de su propósito
político-moralizante, en que Boco se transforma en un recurso para manifestar la posición del
autor y demostrar las consecuencias del imperialismo. Véase Gozalbes (1991: 38-55), Gozalbes
(2010: 119-144).
850
Iug. 80. 5.
851
Iug. 80. 3.
285
La teoría del ser romano en Salustio
852
Iug. 81. 1: Romanos iniustos, profunda avaritia, conmunis ómnium hostis ese; eandem illos causam
belli cum Boccho habere quam secum et cum aliis gentibus, lubudinem imperitandi, quis omnia regna
advorsa sint; tum sese, paulo ante Carthaginiensis, ítem regem Persen, post uti quisque opulentissumus
videatur, ita Romanis hostem fore.
853
Sall. Hist. 4. 69.
286
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854
Iug. 62. 8; 74. 1; 83. 1-3; 97. 2-3; 101. 5-6.
855
Iug. 97. 3.
856
Iug. 19. 7.
857
Iug. 102. 2.
858
Iug. 102. 5: Rex Bocche, magna laetitia nobis est, quom te talem virum di monuere uti aliquando
pacem quam bellum males, neu te optumum cum pessumo ómnium Iugurtha miscendo conmaculares,
simul nobis demeres acerbam necessitudinem, pariter te errantem atque illum sceleratissumum persequi.
287
La teoría del ser romano en Salustio
859
La importancia del derecho queda manifiesta, mas no como reconocimiento jurídico en
términos de la ciudadanía, situación que Salustio demuestra destruida, sino a partir de las actitudes
justas que se entienden en términos políticos y espirituales. En términos políticos, las obras del
romano debían ceñirse por la ley que propugnaba la justicia. En términos espirituales, el romano
debía sostener una actitud centrada en la pietas. El respeto y la veneración por la deidad se inscribe,
así, como elemento clave del correcto comportamiento de los romanos. Con todo, no se trata de
situaciones escindibles. Como ya hemos expresado, de acuerdo con Salustio, los actos del cuerpo
son producto de la disposición del espíritu, por lo que el cultivo de este último resulta fundamental.
Quien actúa de manera correcta es porque tiene un espíritu virtuoso; quien actúa de manera errada
es porque tiene un espíritu vicioso. No se trata, de todos modos, de situaciones absolutas, sino de
procesos que transitan entre el vicio y la virtud, por lo que requieren, precisamente, de un marco
regulatorio claro y definido: la ley inspirada en el mos maiorum.
288
Daniel Nieto Orriols
Esta segunda parte del discurso de Sila expone los valores clave de
la identidad y su importancia estriba en que a través de la referencia a la
integración nuestro autor construye una memoria histórica que enfatiza el
carácter plural de Roma y la fuerza convergente de su cultura. Una perspectiva
que resulta especialmente significativa en Boco, quien tiende a sucumbir ante
la grandeza de Roma y, de cierto modo, manifestar un cambio en su espíritu;
como si hubiese adquirido, por su interacción con Roma, algunas de sus
características. Así lo vemos en su cambio de actitud hacia los romanos, a
quienes envía una embajada solicitando amistad y alianza no sin antes “pedir
perdón porque el rey se había equivocado y dejado llevar por los crímenes de
Jugurta”.861 A diferencia del rey númida, la oferta de Roma no se sustentaba ni
en bienes ni en poder, sino en un tratado fundado en la amicitia;862 de modo
que la actitud de Boco no se condice con los vicios de su espíritu sino con la
comprensión de aquello que resulta más beneficioso a su comunidad.
Más allá de los detalles, lo que resulta interesante es que a través del
episodio nuestro autor manifiesta varios aspectos relevantes de la identidad
860
Iug. 102. 6-11: Ad hoc populo Romano iam a principio imperi melius visum amicos quam servos
quaerere tutiusque rati volentibus quam coactis imperitare [...] Atque hoc utinam a principio tibi
placuisset; profecto ex populo Romano ad hoc tempus multo plura bona accepisses, quam mala
perpessus es […] Postremo hoc in pectus demitte, numquam populum Romanum beneficiis victum
esse. Nam bello quid valeat tute scis.
861
Iug. 104. 4: postquam errasse regem et Iugurthae scelere lapsum deprecati sunt.
862
Iug. 102. 7.
289
La teoría del ser romano en Salustio
romana, así como las incidencias culturales del imperialismo y del proceso
de la romanización. El mensaje y las actitudes de Sila constituyen un ejemplo
de romanidad, lo que se entiende, por un lado, a través del comportamiento
de Sila como un embajador que representa los intereses de Roma;863 y, por
otro, mediante sus palabras que despuntan los valores más representativos
de la comunidad. En este contexto, las acciones de Sila son paradigmáticas
y reflejan el imperialismo que Salustio propugna. De este modo, si en Boco
encontramos un cambio verídico o un acomodo en la narración, la fuerza
que adquiere en la obra es por sobre todo de carácter simbólico: evidencia
que el contacto entre romanos y foráneos promueve las transformaciones del
espíritu que Salustio sostiene a lo largo de sus escritos. Con todo, se trata de
un cambio favorable que solo se produce a partir de las acciones de Mario
como cónsul y de Sila como legado, sustentadas en el mos maiorum.
En este escenario, a diferencia de Adérbal, en Boco no encontramos un
proceso de romanización, sino un interesante ejemplo a través del cual Salustio
evidencia las transformaciones favorables y desfavorables de extranjeros ante
la influencia de la Urbs, en que el correcto comportamiento, fundado en la
moral de los antepasados, se erige como piedra angular del imperialismo y
de la romanización. Conforma, pues, un caso icónico que complementa la
teoría de la identidad, en la medida que entrega luces del proceso por el cual
Roma expande su cultura y promueve la paulatina integración de nuevas
comunidades a su imperio mediterráneo.
863
De este modo se desprende de las palabras que el propio Boco le dirige a Sila, evidenciando
la deuda particular que mantendría hacia él, y la actitud de Sila, que respondió breve y
modestamente en lo que al rey se refería, y en cuanto a la paz y los asuntos comunes, largo y
tendido”: Ad ea Sulla se breviter et modice, de pace et communibus rebus multi dissertuit (Iug. 111.
1). Respecto del rol público de los legati: Torregaray (2011: 320ss).
290
2. Las claves de la teoría del ser romano en Salustio:
anima, virtus y mos maiorum
Anima
La concepción del anima en Salustio responde a la del estoicismo
medio. La consideración de la humanidad desde su naturaleza dual –
864
864
Véase supra I. 1.
865
Sall. Cat. 1. 1-4.
291
Las claves de la teoría del ser romano en Salustio: anima, virtus y mos maiorum
292
Daniel Nieto Orriols
293
Las claves de la teoría del ser romano en Salustio: anima, virtus y mos maiorum
utiliza las fórmulas genus hominum y genus humanum; expresiones que afirman
el carácter extensivo de la identidad y cuyo principal efecto se presenta,
para bien y para mal, en los exempla de la construcción y destrucción de la
romanidad. Ahora bien, aun cuando se trata de una teoría de amplio alcance,
la propuesta no parece inspirarse en la benevolencia. Su mirada se inscribe,
en el último siglo de la República, como un discurso político. Frente a la
disputa entre nobilitas y novitas, la romanidad en el espíritu se fundamenta en
el modelo de la virtus construida por los actos, pues su trasfondo le permite
legitimar la identidad de los itálicos y, por cierto, la suya propia. Es, pues, en
este contexto en el que la virtus se erige como eje de la romanidad.
Virtus
La importancia de la virtus en la historia de Salustio es evidente.
Le otorga un lugar central y constituye, de manera explícita, un criterio
fundamental para definir el ser romano. La perversión de la moral de la Urbs, la
inestabilidad sociopolítica y las crisis recurrentes del último siglo republicano
se explican por la degeneración de la virtus.871
La virtus constituye un eje central en el análisis y se erige como uno
de los conceptos más complejos y ambivalentes.872 La crítica especializada
releva su papel en todos los escritos y destaca que su uso por parte de Salustio
se comprende desde el contexto de definiciones políticas e identitarias de la
época. En términos políticos, lo utiliza para legitimar a los homines novi; en
términos identitarios, para referir lo propiamente romano.873
El encuentro con los griegos desde mediados del siglo II a. C.
promovería la virtus como concepto central de la autodefinición de Roma,874
lo que vemos con énfasis en el tratamiento de la identidad que nuestro autor
advierte en el anima; sin embargo, no constituye un término al margen de
las transformaciones que generó el ingreso de la cultura helena en la Urbs.
871
Cf. Sall. Cat. 12. 1-2.
872
Cf. Iug. 4. 2.
873
Cf. Syme (2002: 242), McDonnell (2006: 320ss), Balmaceda (2017: 48).
874
Balmaceda (2007: 290s).
294
Daniel Nieto Orriols
875
Véase Rawson (2002: 3ss), Rodríguez-Mayorgas (2007: 69ss).
876
Cf. La Penna (1973: 52).
877
Véase Balmaceda (2007: 286-288).
878
Balmaceda (2007: 288).
879
Véase Earl (1961: 28ss), McDonnell (2006: 356ss), La Penna (2007: 52), Balmaceda (2017:
52-55).
295
Las claves de la teoría del ser romano en Salustio: anima, virtus y mos maiorum
lugar, en tanto expresión evidente del espíritu excelso de los hombres a través
de los actos. Una imagen que se manifiesta principalmente en los casos de la
construcción de la romanidad, y, de manera ejemplar, en César y Catón.880
Virtus que, en definitiva, se comprende como excelencia.
Las diferencias en el uso de virtus no encuentran coincidencias entre
los estudiosos de Salustio. Mientras que para Earl y La Penna responde a un
término que nuestro autor aplica principalmente en sentido moral,881 para
McDonnel es un concepto que refiere la valentía.882 Desde un punto de
vista histórico, la crítica destaca que las imprecisiones del autor responden
a las transformaciones de la cultura romana en su contacto con los griegos,
momento en que los conceptos ἀνδρεία y ἀρετή serían aludidos, de forma
unívoca, por virtus. De este modo, en términos de valor masculino se
correspondería con ἀνδρεία; en términos de excelencia, con ἀρετή.883
El estudio de este concepto evidencia la adaptación y la riqueza de
una palabra que, en la expansión romana, adquiere nuevos matices políticos
y morales en nuestro autor para sustentar su teoría de la identidad. En este
marco, las transformaciones de los tiempos de Salustio no solo contemplan
la institucionalidad que muestra destruida, sino también los fundamentos
880
Cf. Syme (2002: 242).
881
Earl (1961: 28ss), La Penna (1973: 50-54).
882
McDonnel (2003: 236).
883
De acuerdo con la crítica, el uso de un solo concepto romano para aludir a dos términos griegos
encuentra su explicación en dos motivos divergentes. Para McDonnell (2003: 236-237) se trata
de una adaptación de los romanos a conceptos griegos, frente a los cuales su lengua no tenía
significante –palabra específica-, lo que los llevó a ampliar el carácter referencial del término.
Balmaceda (2007: 289ss) discrepa con esta posición por tres motivos. El primero advierte que
la explicación de McDonnell supone una pobreza lingüística del latín, lo que implica omitir las
capacidades de adaptación y de transformación de dicha lengua. El segundo, aunque en directa
relación, señala que la explicación anterior asume que los romanos no tendrían un concepto
asociado a la excelencia –en términos de ἀρετή- sino hasta su contacto con los griegos, lo que
resulta incorrecto frente a la alta valoración del mos maiorum. El tercero, finalmente, advierte
su explicación: para los romanos, una sociedad militarizada y en la cual la política y la moral
resultaban inseparables, virtus se correspondía, de forma natural y explícita, con ambos conceptos
griegos. Que los romanos no crearan un concepto nuevo respondía, en definitiva, a que ellos
tenían el suyo propio.
296
Daniel Nieto Orriols
884
Balmaceda (2007).
885
Tiffou (1974: 136-137), Syme (2002: 242), Balmaceda (2017: 52).
886
Sverdloff (2008: 47).
887
Ello no supone que Salustio sea un idealista. Por el contrario, cuando hacemos referencia
a ideal nos referimos a un modelo o arquetipo de lo que supone la excelencia en los diversos
campos de la vida humana, la que se lograría necesariamente través de la acción (Sall. Cat. 8. 5).
Así figura cuando alude a la virtus, en que señala su presencia en todo cuanto ellos realizan (Sall.
Cat. 2. 7).
297
Las claves de la teoría del ser romano en Salustio: anima, virtus y mos maiorum
Mos maiorum
Tal y como hemos observado en Salustio, el mos maiorum constituye
un punto de referencia moral insoslayable, que tanto en el espacio público
como en el privado se erige como criterio para evaluar la conducta de los
romanos. Aquellos que destruyen su romanidad es porque se alejan del modelo
de comportamiento inspirado en los antepasados, y quienes la construyen lo
hacen, precisamente, por la apropiación de los valores culturales y de la moral
de los maiores. El espíritu romano, el anima forjada en la virtus, se consolida
siguiendo el camino que los ilustres antepasados de la Urbs dejaron como
ejemplo y que Salustio consigna en la memoria de su pueblo.
En efecto, por su utilidad política en la lucha faccionaria,888
las transformaciones que el mos maiorum sufrió en los tiempos de la
Tardorrepública forman parte relevante del conflicto moral que nuestro
autor denuncia, por lo que sus alusiones no se corresponden con una pura
abstracción, sino, de manera específica, con referencias a un cuerpo valórico
que define. A través de numerosas comparaciones entre el pasado y el
presente, Salustio establece la importancia de los antepasados de la Urbs.
La grandeza de Roma antes de la destrucción de Cartago se atribuye a los
romanos de antaño y el criterio general de su propuesta se condice con las
actuaciones realizadas por el bien de la comunidad. En este sentido, los
episodios que el autor destaca no resultan de una elección azarosa, sino que
despuntan aquellos principios morales y políticos que sustentan su propuesta
de la identidad.
En este marco, nuestro autor alude al mos maiorum a través de dos
vías. La primera se centra en las menciones a los antepasados y a su oposición
con los hombres del presente, contraste con el que argumenta su crítica
contemporánea. Así lo vemos en los discursos de César, de Catón889 y del
cónsul Lépido.890 Del mismo modo, en la descripción negativa de Catilina
y de las costumbres corruptas de la ciudad, que se confrontan con “las
888
Cf. Iug. 85. 11; Moati (2008: 35-37), Hölkeskamp (2010: 17ss), supra II. 1.
889
Sall. Cat. 51. 37; 52. 20.
890
Sall. Hist. 55. 2-5.
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301
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901
Iug. 44. 5: uti quioque lubebat, ab signis aberat; lixiae permixti cum militibus diu noctuque
vagabantur, et palantes agros vastare, villas expugnare pecoris et mancipiorum praedas certantes agere
eaque mutare cum mercatoribus vino advecticio et aliis talibus […] postremo quaecumque dici aut
fingi queunt ignavie luxuriae proba, <ea> in illo exercitu cuncta fueret et alia amplius.
902
Cf. Iug. 49. 2.
903
Cf. Iug. 44. 3.
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Conclusiones
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Conclusiones
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Conclusiones
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Bibliografía General
313
Fuente principal
315
Bibliografía General
Otras fuentes
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Bibliografía General
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Obras consultadas
319
Bibliografía General
320
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Bibliografía General
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Apéndices
nobles o menos nobles, éramos masa statem. [9] Quae quo usque tandem
sin influencia ni autoridad, subordi- patiemini, o fortissumi viri? nonne
nados a unos a los que, si la Repúbli- emori per virtutem praestat quam vi-
ca estuviese sana, les íbamos a servir tam miseram atque inhonestam, ubi
de espanto. [8] De modo que toda alienae superbiae ludibrio fueris, per
influencia, poder, cargos o riquezas dedecus amittere? [10] Verum enim
se hallan en sus manos o donde ellos vero, pro deum atque hominum fi-
quieren. A nosotros nos han dejado dem, victoria in manu nobis est, viget
las condenas, los fracasos, los juicios, aetas, animus valet; contra illis annis
la miseria. [9] ¿Hasta cuándo vais a atque divitiis omnia consenuerunt.
tolerar esto, hombres esforzados? ¿No Tantummodo incepto opus est, ce-
es preferible morir con arrojo a per- tera res expediet. [11] Etenim quis
der con vilipendio una vida mísera y mortalium, quoi virile ingenium est,
deshonrosa, siendo en ella el juguete tolerare potest illis divitias superare,
de la altanería ajena? [10] Pero es que quas profundant in extruendo mari et
en realidad, alabados sean los dioses y montibus coaequandis, nobis rem fa-
por la fe de los hombres, tenemos la miliarem etiam ad necessaria deesse?
victoria en la mano: pleno es el vigor Illos binas aut amplius domos contin-
de nuestra juventud, valeroso nuestro uare, nobis larem familiarem nusquam
espíritu; a ellos en cambio los años y ullum esse? [12] Quom tabulas signa
las riquezas les han envejecido todo. toreumata emunt, nova diruunt, alia
Solamente hay que empezar, la acción aedificant, postremo omnibus modis
facilitará el resto. Y es que a decir ver- pecuniam trahunt vexant, tamen sum-
dad, [11] ¿qué mortal que tenga los ma lubidine divitias suas vincere ne-
redaños de un hombre puede aguantar queunt. [13] At nobis est domi inopia,
que a ellos les sobren riquezas para ti- foris aes alienum, mala res, spes multo
rarlas en edificar en el mar y en allanar asperior: denique quid reliqui habe-
montes y que a noso tros en cambio mus praeter miseram animam? [14]
no nos llegue el patrimonio familiar ni Quin igitur expergiscimini? En illa, illa
siquiera para lo necesario? ¿Que ellos quam saepe optastis libertas, praeterea
unan dos o más casas y que nosotros divitiae decus gloria in oculis sita sunt;
no tengamos un hogar para la familia fortuna omnia ea victoribus praemia
en ninguna parte? [12] Cuando com- posuit. [15] Res tempus pericula eges-
pran cuadros, estatuas, objetos cince- tas belli spolia magnifica magis quam
lados, derriban una casa reciente para oratio mea vos hortantur. [16] Vel im-
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edificar otra, tiran en fin y malgastan peratore vel milite me utimini: neque
el dinero por todos los medios, no son animus neque corpus a vobis aberit.
capaces con todo, en el colmo de sus [17] Haec ipsa, ut spero, vobiscum
caprichos, de agotar sus riquezas. [13] una consul agam, nisi forte me animus
Nosotros, en cambio, tenemos escasez fallit et vos servire magis quam imper-
en casa, en la calle deudas; mal nos va are parati estis
el presente, mucho más ingrato es el
porvenir. En fin, ¿qué nos queda sino
el mísero aliento vital?
[14] ¿Por qué no despertáis, pues? Mi-
rad, ahí está la libertad que tantas veces
habéis deseado; y además a la vista es-
tán las riquezas, la dignidad, la gloria.
[15] La fortuna ha propuesto todas es-
tas recompensas para los vencedores.
De exhortación os sirven más que mi
discurso la situación, el momento, los
riesgos, la penuria, el magnífico botín
de la guerra. [16] Podéis serviros de
mí como general o como soldado: en
cuerpo y alma estaré a vuestro lado.
[17] Esto mismo, espero, haré junto
con vosotros cuando sea cónsul, a no
ser que por ventura me falle el instinto
y estéis dispuestos a ser esclavos más
que a mandar.
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¿quiénes son esos que se han apoder- ere suo ad ignaviam vostram transtul-
ado del Estado? Individuos cubiertos ere, quos omnis eadem cupere, eadem
de crímenes, con las manos ensangren- odisse, eadem metuere in unum coegit.
tadas, de avaricia insaciable, los más [15] Sed haec inter bonos amicitia, in-
malvados y a la vez los más arrogantes, ter malos factio est. [16] Quod si tam
para quienes la lealtad, decoro, piedad, vos libertatis curam haberetis, quam
en fin, todo lo honorable y lo que no illi ad dominationem accensi sunt,
lo es, sírveles de negocio. [13] Parte profecto neque res publica sicuti nunc
de ellos hallan su protección en haber vastaretur et beneficia vostra penes op-
dado muerte a los tribunos de la plebe; tumos, non audacissumos forent.
otros, en procesos injustos; la mayoría, [17] Maiores vostri parandi iuris et
en haber cometido crímenes entre vo- maiestatis constituendae gratia bis per
sotros. [14] Así es como, cuanto peor secessionem armati Aventinum occu-
ha obrado cada cual, tanto más seguro pavere; vos pro libertate, quam ab illis
se halla. El miedo que debía inspirarle accepistis, nonne summa ope nitemi-
su crimen os lo han traspasado a vo- ni? Atque eo vehementius, quo maius
sotros, por cobardes. A todos ellos lo dedecus est parta amittere quam omn-
ha unido el desear lo mismo, el odiar lo ino non paravisse.
mismo, el temer lo mismo. [15] Pero [18] Dicet aliquis ‘quid igitur censes?’
entre los buenos es amistad; entre los Vindicandum in eos, qui hosti prodi-
malos, bandería. [16] Y si vosotros dere rem publicam, non manu neque
os hubierais preocupado por la liber- vi, quod magis vos fecisse quam illis
tad como ellos se han enardecido por accidisse indignum est, verum quaes-
dominaros, sin duda alguna ni el Es- tionibus et indicio ipsius Iugurthae.
tado estaría siendo esquilmado como [19] Qui si dediticius est, profec-
ahora, ni vuestras mercedes irían a to iussis vostris oboediens erit; sin
parar a los más osados, sino a los me- ea contemnit, scilicet existumabitis,
jores. [17] Vuestros abuelos, con el fin qualis illa pax aut deditio sit, ex qua
de alcanzar sus derechos y fundar su ad Iugurtham scelerum impunitas, ad
soberanía, tomaron dos veces, arma- paucos potentis maxumae divitiae, ad
dos y en secesión, el Aventino. ¿No vais rem publicam damna atque dedecora
a luchar con todas las fuerzas vosotros pervenerint.
por la libertad que recibisteis de ellos, [20] Nisi forte nondum etiam vos
y con tanta más pasión aún, por cuanto dominationis eorum satietas tenet et
mayor deshonra es perder lo conquis- illa quam haec tempora magis placent,
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tado que no conquistarlo en absoluto? quom regna provinciae leges iura iudi-
[18] Alguien me dirá: “¿Qué propones cia bella atque paces, postremo divina
tú, por tanto?” Castigar a aquellos que et humana omnia penes paucos erant;
han traicionado a la República, no por vos autem, hoc est populus Romanus,
la fuerza y la violencia, cosa que aunque invicti ab hostibus, imperatores omni-
ellos se merecen sufrirla, no es digno um gentium, satis habebatis animam
de vosotros hacerla, sino con juicios y retinere: nam servitutem quidem quis
la delación del propio Jugurta. [19] Si vostrum recusare audebat?
realmente tiene la intención 19 de en- [21] Atque ego tametsi viro flagitio-
tregarse, sin duda, se mostrará obedi- sissumum existumo impune iniuriam
ente a vuestras órdenes. Pero si despre- accepisse, tamen vos hominibus scel-
cia éstas, con toda claridad juzgaréis eratissumis ignoscere, quoniam cives
qué clase de paz o de rendición es ésa sunt, aequo animo paterer, ni miseri-
en virtud de la cual se produce para cordia in perniciem casura esset.
Jugurta la impunidad de sus crímenes, [22] Nam et illis, quantum importu-
los más grandes beneficios para unos nitatis habent, parum est impune male
pocos poderosos, y para la República, fecisse, nisi deinde faciundi licentia
perjuicios y deshonra. [20] A no ser eripitur, et vobis aeterna sollicitudo
que quizá no estéis todavía hartos de remanebit, quom intellegetis aut servi-
su dominio y os gusten más que és- undum esse aut per manus libertatem
tos aquellos tiempos en que reinos y retinendam.
provincias, leyes, derechos y justicias, [23] Nam fidei quidem aut concordiae
guerras y paces, en fin, todo lo divino quae spes est? Dominari illi volunt, vos
y lo humano, estaba en manos de unos liberi esse; facere illi iniurias, vos pro-
pocos; mientras, vosotros, esto es, el hibere; postremo sociis nostris veluti
pueblo romano, invictos ante el ene- hostibus, hostibus pro sociis utuntur.
migo, soberanos de todos los pueblos, [24] Potestne in tam divorsis menti-
bastante teníais con conservar la vida. bus pax aut amicitia esse? [25] Quare
Porque realmente, ¿quién de vosotros moneo hortorque vos, ne tantum
se atrevía a rechazar la esclavitud? [21] scelus inpunitum omittatis. non pecu-
Y yo, aunque considero lo más deshon- latus aerari factus est neque per vim so-
roso para un hombre recibir una afren- ciis ereptae pecuniae, quae quamquam
ta impunemente, con todo aceptaría gravia sunt, tamen consuetudine iam
serenamente que vosotros perdonaseis pro nihilo habentur; hosti acerrumo
a hombres tan criminales, por ser con- prodita senatus auctoritas, proditum
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[2] Mi pensamiento difiere bastante, [2] Longe alia mihi mens est, patres
padres conscritos, cuando considero conscripti, quom res atque pericula
la situación y el peligro que corremos nostra considero, et quom sententias
y cuando recapacito a solas conmigo nonnullorum ipse mecum reputo.
sobre el parecer de algunos. [3] Me da [3] Illi mihi disseruisse videntur de
la impresión de que éstos han hablado poena eorum, qui patriae, parentibus,
del castigo de quienes han promovido aris atque focis suis bellum paravere;
una guerra contra su patria, padres, res autem monet cavere ab illis mag-
altares y hogares, en tanto que las cir- is quam quid in illos statuamus con-
cunstancias aconsejan ponerse a cubi- sultare.
erto de ellos más que deliberar nuestra [4] Nam cetera maleficia tum perse-
resolución sobre los mismos. [4] quare, ubi facta sunt; hoc nisi provid-
Pues otros actos delictivos se pueden eris ne accidat, ubi evenit, frustra iudi-
perseguir cuando se han consumado; cia inplores: capta urbe nihil fit reliqui
pero éste, si no pones medios para victis.
que no suceda, cuando se produce, es [5] Sed, per deos inmortalis, vos ego
inútil implorar justicia: [5] cuando appello, qui semper domos, villas, sig-
se toma la ciudad, a los vencidos no na, tabulas vostras pluris quam rem
les queda nada. Pero, por los dioses publicam fecistis: si ista, quoiuscum-
inmortales, a vosotros os digo, sí, que que modi sunt quae amplexamini,
siempre habéis tenido en más vuestras retinere, si voluptatibus vostris otium
casas, villas, estatuas y cuadros que la praebere voltis, expergiscimini ali-
República: si queréis conservar esas quando et capessite rem publicam.
cosas, tengan el valor que tengan, a las [6] Non agitur de vectigalibus neque
que os abrazáis, si queréis gozar de paz de sociorum iniuriis: libertas et anima
para vuestros placeres, despertad de nostra in dubio est.
una vez y tomad bajo vuestro cuidado [7] Saepenumero, patres conscripti,
la República. [6] No estamos tratando multa verba in hoc ordine feci, saepe
de impuestos ni de los agravios de los de luxuria atque avaritia nostrorum
aliados: lo que está enjuego es nuestra civium questus sum, multosque mor-
libertad y nuestra vida. talis ea causa advorsos habeo.
[7] En múltiples ocasiones, padres [8] Qui mihi atque animo meo nul-
conscritos, he hablado largo y ten- lius umquam delicti gratiam fecissem,
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dido en este parlamento, numerosas haud facile alterius lubidini male facta
veces he protestado por la frivolidad y condonabam.
codicia de nuestros paisanos y por di- [9] Sed ea tametsi vos parvi pendeba-
cha razón estoy enfrentado a muchas tis, tamen res publica firma erat, opu-
personas. [8] Yo, que no me he per- lentia neglegentiam tolerabat.
mitido jamás ni con el pensamiento [10] Nunc vero non id agitur, bonisne
contemporizar con ningún delito, no an malis moribus vivamus, neque
estaba fácilmente en condiciones de quantum aut quam magnificum im-
perdonar los malos actos del capricho perium populi Romani sit, sed haec,
de otro. [9] Y si bien vosotros echabais quoiuscumque modi videntur, nostra
poca cuenta de ello, el Estado sin em- an nobiscum una hostium futura sint.
bargo era fuerte, su fortaleza toleraba [11] Hic mihi quisquam mansuetudi-
la dejadez. [10] Pero ahora no se trata nem et misericordiam nominat? Iam
de si las costumbres en que vivimos pridem equidem nos vera vocabula
son buenas o malas, ni cuán grande y rerum amisimus: quia bona aliena lar-
esplendoroso es el imperio del pueblo giri liberalitas, malarum rerum audacia
romano, sino si todo esto, cualquiera fortitudo vocatur, eo res publica in ex-
que sea nuestro parecer sobre ello, va a tremo sita est.
seguir siendo nuestro, o ello y nosotros [12] Sint sane, quoniam ita se mores
vamos a ser del enemigo. [11] ¿Y en habent, liberales ex sociorum fortunis,
este punto se atreve nadie a hablarme sint misericordes in furibus aerari: ne
de comprensión y de piedad? Verdad illi sanguinem nostrum largiantur et,
es que hace mucho que hemos perdi- dum paucis sceleratis parcunt, bonos
do el nombre verdadero de las cosas. omnis perditum eant.
Como despilfarrar los bienes ajenos [13] Bene et conposite C. Caesar pau-
se llama liberalidad y atreverse a malas lo ante in hoc ordine de vita et morte
acciones, gallardía, el Estado está en el disseruit, credo falsa existumans ea,
extremo en que está. [12] Bien está, quae de inferis memorantur: divorso
puesto que ésas son las costumbres al itinere malos a bonis loca taetra, incul-
uso, que sean liberales a costa de las ta, foeda atque formidulosa habere.
fortunas de los aliados, bien está que [14] Itaque censuit pecunias eorum
sean piadosos con los ladrones del publicandas, ipsos per municipia in
erario público: pero que no despilfar- custodiis habendos, videlicet timens,
ren nuestra sangre, que no se lancen a ne, si Romae sint, aut a popularibus
perder a todas las personas decentes coniurationis aut a multitudine con-
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Apéndices
para salvar el pellejo a unos pocos can- ducta per vim eripiantur; [15] quasi
allas. vero mali atque scelesti tantummodo
[13] Bien y certeramente ha hablado in urbe et non per totam Italiam sint,
hace poco Gayo César en este parla- aut non ibi plus possit audacia, ubi ad
mento sobre la vida y la muerte, con- defendundum opes minores sunt.
siderando falso, me pareció entender, [16] Quare vanum equidem hoc con-
cuanto se dice del infierno, que los silium est, si periculum ex illis metuit;
malos por camino diferente al de los si in tanto omnium metu solus non
buenos ocupan una zona siniestra, timet, eo magis refert me mihi atque
descuidada, horrorosa y temible. [14] vobis timere. [17] Quare quom de P.
En consecuencia, fue del parecer de Lentulo ceterisque statuetis, pro certo
confiscar sus bienes y ponerlos a ellos habetote vos simul de exercitu Catili-
en prisión en los municipios, temer- nae et de omnibus coniuratis decer-
oso, según toda evidencia, de que, de nere.
estar en Roma, fuesen liberados por [18] Quanto vos attentius ea agetis,
la fuerza a manos de sus correligion- tanto illis animus infirmior erit; si pau-
arios o por una multitud comprada. lum modo vos languere viderint, iam
[15] Como si gentuza y criminales omnes feroces aderunt. [19] Nolite
sólo los hubiera en is Roma y no por existumare maiores nostros armis rem
toda Italia, o como si no pudiese más publicam ex parva magnam fecisse.
la au dacia allí donde los medios para la [20] Si ita esset, multo pulcherrumam
defensa son menores. [16] Por tanto, eam nos haberemus: quippe socio-
si teme algún peligro de su parte, esta rum atque civium, praeterea armorum
propuesta es desde luego absurda; si, atque equorum maior copia nobis
en medio del pánico general, sólo él no quam illis est.
tiene miedo, tanto más procede que yo [21] Sed alia fuere, quae illos magnos
sí lo tenga por mí y por vosotros. [17] fecere, quae nobis nulla sunt: domi
Por ello, al tomar una decisión sobre industria, foris iustum imperium, ani-
Publio Léntulo y los demás, tened por mus in consulundo liber, neque delicto
cierto que estáis decidiendo al mismo neque lubidini obnoxius.
tiempo sobre el ejército de Catilina y [22] Pro his nos habemus luxuriam
todos los conjurados. [18] Cuanto atque avaritiam, publice egestatem,
más estrictamente actuéis, tanto más privatim opulentiam; laudamus divi-
debilitaréis su estado de ánimo; como tias, sequimur inertiam; inter bonos et
vean que os ablandáis un ápice, al in- malos discrimen nullum, omnia virtu-
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stante los tendréis aquí a todos enva- tis praemia ambitio possidet.
lentonados. [23] Neque mirum: ubi vos separa-
[19] No vayáis a pensar que nuestros tim sibi quisque consilium capitis, ubi
abuelos hicieron grande 19 de chica la domi voluptatibus, hic pecuniae aut
nación por las armas. [20] Si así fuese, gratiae servitis, eo fit, ut impetus fiat in
nosotros ten dríamos una mucho más vacuam rem publicam.
floreciente, porque poseemos mayor [24] Sed ego haec omitto. Coniura-
número de aliados, ciudadanos, ar- vere nobilissumi cives patriam incen-
mamento y caballería que ellos. [21] dere, Gallorum gentem infestissumam
Fueron otras cosas las que los hicieron nomini Romano ad bellum arcessunt,
grandes, que nosotros no tenemos: en dux hostium cum exercitu supra caput
el interior, la laboriosidad, en el exteri- est: [25] vos cunctamini etiam nunc et
or, un poder justo; y un espíritu libre dubitatis, quid intra moenia deprensis
para tomar decisiones, sin ataduras de hostibus faciatis?
culpa o pasión. [22] En vez de estas [26] Misereamini censeo — deliquere
virtudes nosotros tenemos el lujo y la homines adulescentuli per ambi-
avaricia, estrecheces públicas y opu- tionem — atque etiam armatos dim-
lencia privada; alabamos las riquezas ittatis: [27] ne ista vobis mansuetudo
y nos entregamos a la inactividad; no et misericordia, si illi arma ceperint, in
existe diferencia alguna entre buenos miseriam convortat.
y malos; todos los premios del mérito [28] Scilicet res ipsa aspera est, sed vos
se los lleva la ambición. [23] Y no hay non timetis eam. Immo vero maxume;
que extrañarse: como cada cual por su sed inertia et mollitia animi alius ali-
cuenta se acoge al plan que a cada uno um expectantes cunctamini, videlicet
interesa, como en vuestra casa sois es- dis inmortalibus confisi, qui hanc rem
clavos del placer y aquí del dinero o del publicam saepe in maxumis periculis
nepotismo, resulta que se produce el servavere.
asalto a un Estado inerme. [29] Non votis neque suppliciis
[24] Pero dejemos esto. Unos ciu- muliebribus auxilia deorum parantur;
dadanos de la más alta alcurnia se han vigilando, agundo, bene consulundo
conjurado para poner fuego a la patria, prospera omnia cedunt. Ubi socordiae
llaman a un pueblo galo que es el más te atque ignaviae tradideris, nequi-
enemigo del Estado romano, y el gen- quam deos inplores: irati infestique
eral de los enemigos está con su ejér- sunt.
cito encima de nuestra cabeza: [25] [30] Apud maiores nostros A. Manlius
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Apéndices
¿vosotros vaciláis todavía y dudáis qué Torquatus bello Gallico filium suom,
hacer con los enemigos apresados den- quod is contra imperium in hostem
tro de las murallas? [26] Mi opinión pugnaverat, necari iussit, atque ille
es que os compadezcáis de ellos (son egregius adulescens inmoderatae for-
unos jovenzuelos a los que la ambición titudinis morte poenas dedit: [31] vos
ha llevado a delinquir) e incluso los de- de crudelissumis parricidis quid statu-
jéis marchar con sus armas. [27] Como atis, cunctamini? videlicet cetera vita
aquéllos tomen las armas, esa blandu- eorum huic sceleri obstat.
ra y comprensión se os va a convertir [32] Verum parcite dignitati Lentuli,
ciertamente en desgracia. [28] Es ev- si ipse pudicitiae, si famae suae, si dis
idente que la situación en sí misma aut hominibus umquam ullis pepercit;
está muy mal, pero vosotros no tenéis [33] ignoscite Cethegi adulescentiae,
miedo. A decir verdad, sí lo tenéis, nisi iterum patriae bellum fecit.
muchísimo, pero por pereza y dejadez [34] Nam quid ego de Gabinio, Statil-
vaciláis, esperando los unos a los otros, io, Caepario loquar? quibus si quic-
conflando evidentemente en los dioses quam umquam pensi fuisset, non ea
inmortales, que tantas veces han salva- consilia de re publica habuissent.
do a este país de los más grandes peli- [35] Postremo, patres conscripti, si
gros. [29] La ayuda de los dioses no se mehercule peccato locus esset, facile
alcanza con los votos y las plegarias de paterer vos ipsa re corrigi, quoniam
las mujeres: estando alerta, actuando, verba contemnitis. sed undique cir-
tomando bien las decisiones, sale todo cumventi sumus. Catilina cum exer-
a pedir de boca. Como te entregues al citu faucibus urget; alii intra moenia
desánimo y a la inacción, es inútil que atque in sinu urbis sunt hostes; neque
implores a los dioses: se ponen airados parari neque consuli quicquam potest
y hostiles. occulte: quo magis properandum est.
[30] En tiempos de nuestros abuelos, [36] Quare ego ita censeo, quom ne-
Aulo Manlio Torcuato mandó matar fario consilio sceleratorum civium res
a un hijo suyo en la guerra contra los publica in maxuma pericula venerit,
galos por haber combatido al enemigo iique indicio T. Volturci et legatorum
contra lo ordenado, [31] y aquel joven Allobrogum convicti confessique sint
singular pagó con la muerte su de- caedem, incendia aliaque se foeda
scompasado valor. ¿Y vosotros dudáis atque crudelia facinora in civis patri-
qué medidas adoptar contra unos ase- amque paravisse, de confessis, sicuti
sinos sin entrañas? Cierto que el resto de manufestis rerum capitalium, more
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Apéndices
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[1] Los hombres, padres conscritos, [1] Omnis homines, patres conscripti,
cuando deliberan sobre asuntos es- qui de rebus dubiis consultant, ab odio,
pinosos, deben estar libres todos de amicitia, ira atque misericordia vacuos
odio, amistad, cólera y compasión. [2] esse decet.
El espíritu no discierne fácilmente la [2] Haud facile animus verum provi-
verdad cuando andan por medio estas det, ubi illa officiunt, neque quisquam
pasiones, y nadie puede servir al mis- omnium lubidini simul et usui paruit.
mo tiempo sus impulsos y su interés. [3] Ubi intenderis ingenium, valet; si
Cuando haces uso de la inteligencia, lubido possidet, ea dominatur, animus
ésta predomina; [3] si se apoderan de nihil valet.
nosotros los impulsos, mandan éstos y [4] Magna mihi copia est memoran-
el espíritu para nada cuenta. [4] Podría di, patres conscripti, quae reges atque
contar ampliamente, padres conscri- populi ira aut misericordia inpulsi male
tos, las malas decisiones que tomaron consuluerint; sed ea malo dicere, quae
reyes y pueblos, llevados de la cólera maiores nostri contra lubidinem animi
o la compasión; pero prefiero refer- sui recte atque ordine fecere.
irme a lo que nuestros antepasados [5] Bello Macedonico, quod cum rege
han hecho sensata y correctamente Perse gessimus, Rhodiorum civitas
controlando sus emociones. [5] En la magna atque magnifica, quae populi
guerra que tuvimos con el rey rey Per- Romani opibus creverat, infida et ad-
seo de Macedonia, la grande y esplen- vorsa nobis fuit; sed postquam bello
dorosa República de los rodios, que confecto de Rhodiis consultum est,
había medrado con la ayuda del pueb- maiores nostri, ne quis divitiarum ma-
lo romano, nos fue desleal y adversa; gis quam iniuriae causa bellum incep-
pero cuando, terminada la guerra, se tum diceret, inpunitos eos dimisere.
deliberó sobre los rodios, nuestros an- [6] Item bellis Punicis omnibus, quom
tepasados, para que nadie dijese que saepe Carthaginienses et in pace et per
habíamos emprendido la guerra para indutias multa nefaria facinora fecis-
hacernos con riquezas y no para ven- sent, numquam ipsi per occasionem ta-
gar un agravio, los dejaron marchar lia fecere: magis quid se dignum foret,
sin castigo. [6] Igualmente, durante quam quid in illos iure fieri posset,
todas las guerras púnicas, aun cuando quaerebant.
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Apéndices
los cartagineses cometieron muchos [7] Hoc item vobis providendum est,
actos denigrantes en paz y durante los patres conscripti, ne plus apud vos
armisticios, jamás nuestros antepasa- valeat P. Lentuli et ceterorum scelus
dos, si bien tuvieron oportunidad, quam vostra dignitas, neu magis irae
hicieron cosa semejante. Buscaban vostrae quam famae consulatis.
más lo que fuese digno de sí mismos [8] Nam si digna poena pro factis eo-
que lo que pudiesen hacer contra el- rum reperitur, novom consilium ad-
los legalmente. [7] Igualmente, habéis probo; sin magnitudo sceleris omnium
de procurar, padres conscritos, que ingenia exuperat, his utendum censeo,
no pueda más en vosotros el crimen quae legibus conparata sunt.
de Publio Léntulo y los demás que [9] Plerique eorum, qui ante me sen-
vuestra dignidad, ni tampoco penséis tentias dixerunt, conposite atque mag-
más en vuestra cólera que en vuestro nifice casum rei publicae miserati sunt.
buen nombre. [8] Pues si se halla un quae belli saevitia esset, quae victis
castigo apropiado a sus actos, apruebo acciderent, enumeravere: rapi virgines,
esta propuesta sin precedentes; pero si pueros; divelli liberos a parentum con-
la magnitud del crimen sobrepasa la in- plexu; matres familiarum pati quae
ventiva de todos, opino que debemos victoribus conlubuissent; fana atque
atenemos a lo previsto por las leyes. domos spoliari; caedem, incendia fie-
[9] La mayoría de los que han ex- ri; postremo armis, cadaveribus, cruo-
puesto sus pareceres antes que yo han re atque luctu omnia conpleri.
lamentado certera y enfáticamente los [10] Sed, per deos inmortalis, quo illa
avatares del país. Han enumerado el oratio pertinuit? An uti vos infestos
salvajismo de la guerra, las desgracias coniurationi faceret? Scilicet, quem res
que acaecen a los vencidos: mucha- tanta et tam atrox non permovit, eum
chas y niños raptados, hijos arrancados oratio accendet.
del abrazo de sus padres, madres de [11] Non ita est, neque quoiquam
familia sufriendo los caprichos de los mortalium iniuriae suae parvae viden-
vencedores, templos y casas saquea- tur, multi eas gravius aequo habuere.
dos, muertes e incendios provocados, [12] Sed alia aliis licentia est, patres
en fin, todo repleto de armas, cadá- conscripti. Qui demissi in obscuro
veres, sangre y pesar. [10] Pero, por vitam habent, si quid iracundia deli-
los dioses inmortales, ¿cuál era el ob- quere, pauci sciunt, fama atque fortuna
jetivo de aquellos discursos? ¿Acaso eorum pares sunt. Qui magno imperio
haceros odiosa la conjuración? Ya veo: praediti in excelso aetatem agunt, eo-
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Apéndices
nozco su carácter y ecuanimidad. [17] em, non cruciatum esse; eam cunc-
En verdad su propuesta no me parece ta mortalium mala dissolvere; ultra
cruel (pues, ¿qué puede ser cruel en neque curae neque gaudio locum esse.
contra de tales sujetos?), sino extraña [21] Sed, per deos inmortalis, quam
al espíritu de nuestra constitución. ob rem in sententiam non addidisti,
[18] Pues, en efecto, Silano, el mie- uti prius verberibus in eos animadvor-
do o el delito te ha inducido a ti, que teretur?
eres el cónsul electo, a proponer un [22] An quia lex Porcia vetat? At aliae
tipo de castigo excepcional. [19] De leges item condemnatis civibus non
temor sería superfluo hablar, sobre animam eripi, sed exilium permitti
todo cuando por diligencia del cónsul, iubent.
varón tan preclaro, hay tamañas fuerzas [23] An quia gravius est verberari
en armas. [20] Sobre el castigo puedo quam necari? Quid autem acerbum
decir lo que es en realidad, que en la aut nimis grave est in homines tanti
miseria y en la aflicción la muerte es el facinoris convictos? [24] Sin quia le-
descanso de los sufrimientos y no un vius est, qui convenit in minore nego-
tormento, que ella acaba con todos los tio legem timere, quon eam in maiore
males de los hombres y que después neglegeris? [25] At enim quis repre-
no hay lugar ni para los problemas ni hendet quod in parricidas rei publicae
para el disfrute. [21] Pero, por los di- decretum erit? Tempus dies fortuna,
oses inmortales, ¿por qué no añadíste quoius lubido gentibus moderatur.
a tu propuesta que antes se les diese [26] Illis merito accidet quicquid
una mano de vergajazos? ¿Porque lo evenerit; ceterum vos, patres conscrip-
prohíbe la ley Porcia? [22] Pues otras ti, quid in alios statuatis, considerate.
leyes igualmente no permiten quitarles [27] Omnia mala exempla ex rebus
la vida a los ciudadanos condenados, bonis orta sunt. Sed ubi imperium ad
sino concederles el destierro. [23] ignaros eius aut minus bonos perven-
¿O porque es más grave ser apaleado it, novom illud exemplum ab dignis
que ser muerto? ¿Pero es que hay algo et idoneis ad indignos et non idoneos
horrible o demasiado grave para indi- transfertur.
viduos convictos de tamaña asonada? [28] Lacedaemonii devictis Athenien-
[24] Pero si es porque resulta demasia- sibus triginta viros inposuere, qui rem
do ligera, ¿cómo cuadra respetar la ley publicam eorum tractarent.
en un asunto de menos monta y hacer [29] Ii primo coepere pessumum que-
caso omiso de ella en otro de mayor mque et omnibus invisum indemna-
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Apéndices
medrado haciendo mal al país, ¿quién neque consili neque audaciae umquam
no elogiaba su acción? Decían que eguere; neque illis superbia obstabat,
con razón habían sido muertos unos quo minus aliena instituta, si modo
hombres criminales e intrigantes que proba erant, imitarentur.
habían traído en jaque a la nación con [38] Arma atque tela militaria ab Sam-
sus revueltas. [33] Pero este hecho fue nitibus, insignia magistratuum ab Tus-
el comienzo de una gran calamidad. cis pleraque sumpserunt; postremo,
Pues según uno u otro se encapricha- quod ubique apud socios aut hostis
ba de una casa o una villa, la vasija o idoneum videbatur, cum summo stu-
el vestido de alguien, se las arreglaba dio domi exequebantur: imitari quam
para incluir a éste en el número de los invidere bonis malebant.
proscritos. [34] Así que aquéllos para [39] Sed eodem illo tempore Graeci-
quienes la muerte de Damasipo había ae morem imitati verberibus animad-
sido objeto de alegría, poco después vortebant in civis, de condemnatis
eran víctimas ellos mismos, y no se summum supplicium sumebant.
dio fin a las ejecuciones hasta que Sila [40] Postquam res publica adolevit et
atiborró a todos los suyos de riquezas. multitudine civium factiones valuere,
[35] No es que yo tema cosas así de circumveniri innocentes, alia huiusce
parte de Marco Tulio ni en los tiempos modi fieri coepere, tum lex Porcia ali-
que corren, pero en una ciudad grande aeque leges paratae sunt, quibus legi-
hay muchas y variadas maneras de pen- bus exilium damnatis permissum est.
sar. [36] En otros tiempos, con otro [41] Hanc ego causam, patres con-
cónsul que disponga igualmente de un scripti, quo minus novom consilium
ejército, puede creerse como verdad capiamus, in primis magnam puto.
alguna cosa falsa. Cuando, siguiendo [42] Profecto virtus atque sapientia
este ejemplo, el cónsul saque la espada maior illis fuit, qui ex parvis opibus
autorizado por un decreto del senado, tantum imperium fecere, quam in no-
¿quién le pondrá límite, quién le con- bis, qui ea bene parta vix retinemus.
tendrá? [43] Placet igitur eos dimitti et augeri
[37] Nuestros antepasados, padres exercitum Catilinae? minume. sed ita
conscritos, nunca estuvieron faltos ni censeo: publicandas eorum pecunias,
de prudencia ni de gallardía; la arro- ipsos in vinculis habendos per muni-
gancia no les impedía tampoco imitar cipia, quae maxume opibus valent;
las instituciones de los demás con tal neu quis de iis postea ad senatum ref-
de que fuesen buenas. [38] Tomaron erat neve cum populo agat; qui aliter
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de los samnitas las armas de ataque y de fecerit, senatum existumare eum con-
defensa, de los etruscos, la mayor par- tra rem publicam et salutem omnium
te de las insignias de las autoridades. facturum.
En fin, cuanto les parecía adecuado
donde fuese, entre los aliados o los
enemigos, con sumo ahínco lo repro-
ducían de puertas adentro: preferían
imitar las cosas buenas a tener que
envidiarlas. [39] Ahora bien, por esta
misma época, imitando la costumbre
de Grecia, castigaban con azotes a los
ciudadanos y a los condenados les
aplicaban la última pena. [40] Cuando
creció la República y en virtud de la
población cobraron fuerza los partidos
políticos, y se comenzó a perseguir a
los inocentes y a pasar cosas parecidas,
entonces se promulgaron la ley Porcia
y otras leyes, en virtud de las cuales se
permitía el destierro a los condenados.
[41] Esta es la razón principal, a mi
juicio, señores senadores, para que no
tomemos una medida sin precedentes.
[42] Está claro que fue mayor el coraje
y la sabiduría de aquellos que con po-
cos recursos crearon un imperio tan
grande que los nuestros, porque a du-
ras penas conservamos sus logros.
[43] ¿Es mi criterio, en consecuencia,
dejar libres a éstos y que vayan a engro-
sar el ejército de Catilina? En absoluto.
Mi parecer es el siguiente: confiscar
sus bienes, ponerlos a ellos en prisión
en los municipios que cuenten con
más medios para ello y que en el futuro
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Apéndices
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[1] Padres conscritos, Micipsa, mi pa- [1] Patres conscripti, Micipsa pater
dre, al morir, me advirtió que yo sólo meus moriens mihi praecepit, uti reg-
debía considerar mía la administración ni Numidiae tantummodo procura-
del reino de Numidia, siendo así que la tionem existumarem meam, ceterum
autoridad y el poder sobre él estaban ius et imperium eius penes vos esse;
en vuestras manos; también debía es- simul eniterer domi militiaeque quam
forzarme en paz y en guerra por ser de maxumo usui esse populo Romano;
la máxima utilidad para el pueblo ro- vos mihi cognatorum, vos adfinium
mano; a vosotros tenía que consider- loco ducerem: si ea fecissem, in vostra
aros como parientes, como allegados; amicitia exercitum divitias munimen-
que, si obraba así, yo encontraría en ta regni me habiturum.
vuestra amistad el ejército, las rique- [2] Quae quom praecepta parentis
zas, la protección del reino. [2] Estan- mei agitarem, Iugurtha, homo omni-
do yo dando vueltas a estos consejos um quos terra sustinet sceleratissu-
de mi padre, Jugurta, el hombre más mus, contempto imperio vostro Mas-
criminal de cuantos sustenta la tierra, inissae me nepotem et iam ab stirpe
despreciando vuestras órdenes, me ex- socium atque amicum populi Romani
pulsó del reino y de todos mis bienes, a regno fortunisque omnibus expulit.
mí, nieto de Masinisa, y aliado y amigo [3] Atque ego, patres conscripti, quo-
del pueblo romano ya desde mi naci- niam eo miseriarum venturus eram,
miento. [3] Y yo, padres conscritos, vellem potius ob mea quam ob maio-
puesto que había de llegar a este ex- rum meorum beneficia posse me a vo-
tremo de desgracia, habría preferido bis auxilium petere, ac maxume deberi
poder implorar vuestra ayuda gracias mihi beneficia a populo Romano, qui-
a mis favores y no a los de mis ante- bus non egerem, secundum ea, si de-
pasados, y sobre todo que el pueblo sideranda erant, uti debitis uterer.
romano me debiera favores de los que [4] Sed quoniam parum tuta per se
yo no necesitase, o, al menos, si sentía ipsa probitas est neque mihi in manu
falta de ellos, que hiciese uso de lo que fuit, Iugurtha qualis foret, ad vos con-
se me debía. [4] Pero puesto que la fugi, patres conscripti, quibus, quod
honradez es poco segura por sí misma mihi miserrumum est, cogor prius on-
y no estuvo en mis manos que Jugur- eri quam usui esse.
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Apéndices
ta no fuese tal como es, he acudido a [5] Ceteri reges aut bello victi in amic-
vosotros, padres conscritos, obligado, itiam a vobis recepti sunt aut in suis
para colmo de mis desgracias, a ser una dubiis rebus societatem vostram ad-
carga antes que a serviros de provecho. petiverunt; familia nostra cum populo
[5] Los demás reyes o bien fueron Romano bello Carthaginiensi amici-
recibidos por vosotros como amigos tiam instituit, quo tempore magis fides
tras ser derrotados en la guerra o, en eius quam fortuna petunda erat.
una situación apurada suya, buscaron [6] Quorum progeniem vos, patres
vuestra alianza. Mi familia inauguró la conscripti, nolite pati me nepotem
amistad con el pueblo romano durante Masinissae frustra a vobis auxilium pe-
la guerra contra Cartago, en una época tere.
en que era más de apetecer su lealtad [7] Si ad impetrandum nihil causae
que su fortuna. [6] No permitáis, pa- haberem praeter miserandam for-
dres conscritos, que su descendencia tunam, quod paulo ante rex genere
implore en vano vuestra ayuda. fama atque copiis potens, nunc defor-
[7] Si para conseguirlo no tuviese matus aerumnis, inops alienas opes
otra razón más que mi desgraciada expecto, tamen erat maiestatis popu-
suerte, puesto que, siendo ha poco un li Romani prohibere iniuriam neque
rey poderoso por linaje, fama y recur- pati quoiusquam regnum per scelus
sos, aguardo la ayuda ajena, destruido crescere.
ahora por la calamidad y falto de me- [8] Verum ego iis finibus eiectus sum,
dios, propio de la majestad del pueb- quos maioribus meis populus Ro-
lo romano sería, con todo, impedir la manus dedit, unde pater et avos meus
injusticia y no permitir que el reino de una vobiscum expulere Syphacem et
nadie creciese a base de crímenes. [8] Carthaginiensis: vostra beneficia mihi
Pero es el caso que he sido expulsado erepta sunt, patres conscripti, vos in
de unos territorios que el pueblo ro- mea iniuria despecti estis.
mano dio a mis antepasados, de donde [9] Eheu me miserum! Hucine, Micip-
mi padre y mi abuelo expulsaron junto sa pater, beneficia tua evasere, ut, quem
a vosotros a Siface y a los cartagineses. tu parem cum liberis tuis regnique par-
El favor que me hicisteis me lo han ar- ticipem fecisti, is potissumum stirpis
rebatado, padres conscritos; al come- tuae extinctor sit? Numquamne ergo
terse esta injusticia contra mí, habéis familia nostra quieta erit? Semperne
sido despreciados vosotros. [9] ¡Ay, in sanguine ferro fuga vorsabitur?
desgraciado de mí! ¿A esto, padre Mic- [10] Dum Carthaginienses incolumes
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ipsa, han venido a parar tus favores, a fuere, iure omnia saeva patiebamur:
que aquél al que tú hiciste igual a tus hostes ab latere, vos amici procul, spes
hijos y partícipe de tu reino sea precis- omnis in armis erat. Postquam illa
amente el que acabe con tu descend- pestis ex Africa eiecta est, laeti pacem
encia? ¿Es que nunca va a estar en paz agitabamus, quippe quis hostis nullus
nuestra familia? ¿Siempre andará envu- erat, nisi forte quem vos iussissetis.
elta en sangre, armas y destierros? [10] [11] Ecce autem ex inproviso Iugur-
Mientras los cartagineses estuvieron tha, intoleranda audacia scelere atque
en pie, sufríamos lógicamente todas las superbia sese efferens, fratre meo
crueldades: el enemigo estaba al lado; atque eodem propinquo suo interfec-
vosotros, los amigos, lejos; toda la es- to primum regnum eius sceleris sui
peranza estribaba en las armas. Des- praedam fecit; post ubi me isdem dolis
de que esa peste fue alejada de Africa nequit capere, nihil minus quam vim
vivíamos en paz contentos, puesto que aut bellum expectantem in imperio
no existía enemigo alguno, excepto, vostro, sicuti videtis, extorrem patria
acaso, el que ordenaseis vosotros. [11] domo, inopem et coopertum miseriis
Más he aquí que de repente Jugurta, effecit, ut ubivis tutius quam in meo
comportándose con intolerable auda- regno essem.
cia, crimen y arrogancia, tras asesinar [12] Ego sic existumabam, patres con-
a mi hermano, que era al mismo tiem- scripti, uti praedicantem audiveram
po pariente suyo, convirtió, primero, el patrem meum, qui vostram amicitiam
reino de éste en botín de su crimen y diligenter colerent, eos multum lab-
luego, al no poder cogerme a mí con orem suscipere, ceterum ex omnibus
el mismo engaño, a mí, que ninguna maxume tutos esse.
cosa esperaba menos que la violencia [13] Quod in familia nostra fuit, praes-
o la guerra bajo vuestro mando, hizo titit, uti in omnibus bellis adesset vo-
que, como me veis, desterrado de la bis; nos uti per otium tuti simus, in
patria, sin casa, sin medios y cubierto vostra manu est, patres conscripti.
de miserias, me hallase más seguro en [14] Pater nos duos fratres reliquit,
cualquier parte que en mi propio reino. tertium Iugurtham beneficiis suis ra-
[12] Yo estimaba, padres conscritos, tus est coniunctum nobis fore. Alter
que, como le oí decir a mi padre, los eorum necatus est, alterius ipse ego
que cultivaban diligentemente vuestra manus inpias vix effugi.
amistad se tomaban mucho trabajo, [15] Quid agam? Aut quo potissu-
pero eran los más seguros del mundo. mum infelix adcedam? generis prae-
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Apéndices
[13] En lo que dependió de mi familia, sidia omnia extincta sunt. pater, uti
ésta se ha esforzado por estar a vuestro necesse erat, naturae concessit. fratri,
lado en todas las guerras: en vuestras quem minume decuit, propinquos
manos está, padres conscritos, que no- per scelus vitam eripuit. affinis ami-
sotros estemos seguros en la paz. [14] cos propinquos ceteros meos alium
Mi padre nos dejó a nosotros dos, que alia clades oppressit: capti ab Iugurtha
éramos hermanos, considerando que pars in crucem acti, pars bestiis obiecti
por sus favores Jugurta sería el tercero sunt, pauci, quibus relicta est anima,
y estaría unido a nosotros. De ellos, clausi in tenebris cum maerore et luctu
uno está muerto, del otro apenas he es- morte graviorem vitam exigunt.
capado yo de sus manos impías. [15] [16] Si omnia, quae aut amisi aut ex
¿Qué puedo hacer? ¿A dónde me arri- necessariis advorsa facta sunt, incolu-
maré mejor, desgraciado de mí? Todos mia manerent, tamen, si quid ex inpro-
los apoyos de mi linaje ya han desapa- viso mali accidisset, vos inplorarem,
recido. Mi padre, como era inevitable, patres conscripti, quibus pro magnitu-
sucumbió a la naturaleza; a mi her- dine imperi ius et iniurias omnis curae
mano, quien no debió hacerlo jamás, esse decet.
un pariente, le arrebató la vida crimi- [17] Nunc vero exul patria domo, solus
nalmente; a mis allegados, amigos y atque omnium honestarum rerum
demás parientes míos una desgracia egens quo adcedam aut quos appel-
tras otra los ha quitado de enmedio. lem? Nationesne an reges, qui omnes
Apresados por Jugurta, unos han sido familiae nostrae ob vostram amicitiam
crucificados, otros arrojados a las fi- infesti sunt?
eras, unos pocos, a los que se les ha de- An quoquam mihi adire licet, ubi non
jado con vida encerrados en las tinie- maiorum meorum hostilia monumen-
blas de una mazmorra, pasan una vida ta pluruma sint? Aut quisquam nostri
peor que la muerte en medio de triste- misereri potest, qui aliquando vobis
zas y llantos. [16] Si conservase a salvo hostis fuit?
todo lo que he perdido o, siendo de mi [18] Postremo Masinissa nos ita in-
sangre, se ha vuelto contra mí, pese a stituit, patres conscripti, ne quem
ello, de acontecerme algún mal im- coleremus nisi populum Romanum,
previsto, vendría a rogaros a vosotros, ne societates, ne foedera nova acciper-
padres conscritos, pues a vosotros os emus: abunde magna praesidia nobis
compete, dada la grandeza de vuestro in vostra amicitia fore; si huic imperio
poder, la observancia del derecho y la fortuna mutaretur, una occidundum
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Apéndices
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INDEX
Fuentes, Nombres y Conceptos
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INDEX. Fuentes, Nombres y Conceptos
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INDEX. Fuentes, Nombres y Conceptos
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