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r-- -----,
HISTORIAS AMERICANAS
Las discusiones y las figuras del fin de siglo.
Los años 90
El pensamiento
latinoamericano
en el siglo XX
Entre la modernización y la identidad
TOMOIII
COLECCIÓN
.-- -----,
HISTORIAS AMERICANAS
Dirigida por
Carlos Mayo
Las discusiones y las figuras del fin de siglo.
Los años 90
TOMO ti:
Editorial Biblos
CENTRO
DE INVESTIGACIONES
DIEGO BARROS ARANA
Devés Valdés, Eduardo
Los noventa - l '. ed. - Buenos Aires: Biblos. 2004.
242 pp.; 23 x 16 cm. (Historias Americanas}
ISBN 950-786-432- 6
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 1
Primer recorrido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . 17
Mapas , ca mpos. redes e identida d .... ........... .... ............ .... ............ . l 7
Cultura . creación intelectual y superación del depende ntismo .... 20
Nu evas categorías y renovación ele las ciencias .... .... .. ..... ... .... ... .. . 22
Indígenas-originarios ....... .......... ... ... ... ... .......... ... .. ........... ..... .. .. .. .. 25
El te1na indígena ....... .. ....... ..... ... .. ... ......... ...... ...... .. .... .. ... ... ... ... 28
Segundo recorrido ... ....... .... ..... .. . ..... ..... ....... .... ............ ...... .. ..... ..... . 31
Identida d ........... .. ... ... ......... .... .. ...... .... ....................... .... ........ ...... ~ 31
Me n1oria ................ ... ... ......... ......... ..... ... ...... ................ ... ..... ... ... .. 34
Derechos hun1anos ... ........ .... ... ... .. .. ................ ...... ... .. ....... ..... .. .... 38
Den1ocracia .. .............. .... ...... ........ ........ ........... ....... ..... .. .. . :... :.. .... . 39
El rayado de la ca ncha .... .. ........ .... .. ..... ...... ..... .... .. ...... .......... .. 40
Los temas de la democracia .. ..... .... ... .. .... ...... ... ... .. .. ... ..... .. ...... 41
Reforma del Estado ..... ....... .. ...... ..... ...... ..... ... .... ............ ... .... ... ..... 46
Violencia ..... ... ... .... .. ..... ........... ... .......... ..... ....... ..... .... .. .. ..... ...... .... 48
¿Cómo pensar la violen cia en América latina? ... ... ... ...... .. .. .. ..... 50
Las maneras de nombrar la violencia ....... .. ......... ... ... ... ..... ...... 5 l
Violencia. cultura política y democracia ...... .... ... ... ....... .... .....·.. 52
Ha cia una teoría de la violencia en América latina .... ....... ....... 55
Transición-gobernabilidad ....................................... .. ........ ...... ..... 57
Ciuda danía-sociedad civil .... .. ... .............. .......... ....... ..... .... ........... 60
Movimientos sociales ... .. .. .... .. ..... .... ..................... .... .. .......... .. ....... 63
Mujeres y género .... ... .... ... ...... ............ ... ..... ........ ...... ... .. ..... .. .. .... .. 66
Liberación. multiculturalismo e interculturalidad ..... ... .... ....... .... . 69
v Centenario .... ..... .. ... ... ........ .. .. .... ....... ...... ........ .. ... ...... ..... .. ........ 74
Tercer recorrido ... .. .... ... .. ... ........ .... ....... .............. ... ............. .... ..... ... 77
Lo latinoamericano .... ......... .. ....... .... ..... ........... ..... .. ... .... .............. 77
Ensayo ......... ... .... ......... .... ... .... ... .. ... ... ... ..... ... .. .. ..... .... ........... ...... 80
Estudios sobre el pensamiento latinoamericano ... ... ............ .... .... 85
Teoria-critica-estudios literarios .... ........................... ... ..... ... ........ 88
Posmodernidad ................... ... ............... .... .. ............ .. ... ................ 91
Estudios culturales .............. ... ........ .......... ......... ...... .... ... .... ....... .. 95
Subalternos ......... .... ... ... ....... ............. .. ..... ... ......... .... ... ..... .......... 99
Nación-nacionalismo-nacionalidad ........ ... .. .. .. .... ............. ... .... .. . 103
Quinto recorrido .................. ... ...... .. ... ......... ... .. ....... .... ... ..... .... ..... 143
Integración ................................. .... ... ....... ................... .. ..... ....... 143
Integración cultural: industria e identidad .......... .. ........ ...... .. 145
Integración, desarrollo y giobalización .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 149
¿Nuevas nacionalidades para la globalización? ...................... 150
El espacio andino .. . .. . .. .. .. . . . .. .. .. .. . . .. . .. . .. . .. .. .. . . . .. . .. .. .. . .. . . .. .. . . .. .. . .. 151
Lo internacional . .. .. .. . .... .. .. . .. .. .. . .. .. . . . .. .. . .. . . .. .. . . . . .. .. .. . .. . . .. . .. .. . . . . .. 154
Espacio internacional y construcción de un continente .......... 155
América latina y 1en el mundo globalizado .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 156
Nuevos temas y nuevas miradas ............................ ...... .......... 158
América Central ............. .. .............. ......... ... ............... ......... .... .. . 161
Guerra, paz, gobernabilidad y democracia .................... .... ...... 162
Integración y desarrollo .. . . .. . .. .. .. .. . .. . .. . .. . . .. .. . . .. . . . . .. . .. . .. . .. . . .. .. . .. 164
Identidad, nación y pueblos originarios .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 166
Defensa y seguridad .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. . .. .. . . .. . .. . . .. .. .. . . . .. . .. . . . . .. . .. .. .. . . 167
¿Cómo entender el Caribe? ........................................................ 170
Socialismo en el fin de siglo .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 1 77
Socialismo y micropoderes .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 1 79
Dependentismo y pensamiento social critico .. .... ...... ............ ...... 181
Socialismo y globalismo .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 182
Territorios amazónicos . .. .. .. .. . .. .. .. . .. . .. . . .. .. . .. . .. . . .. . .. . . .. .. . .. . . . . .. . .. . .. 184
Ecología y medio ambiente ............... ........ ................................. 187
Globalización ........... .. .... .. ............ .. ..... ...... .. .... ....... .... ................. 191
Globalización, nación , integración e identidad ... ................... .. 192
Globalización, integración, Mercosur ...................................... 194
Globalización y ciudadanía mundial ...................... ... ..... ....... . 196
Globalización, ciencia, tecnología, universidad, educación
e identidad . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197
Estrategias para.. . . ....... .. .. ...................... .................................... 199
Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
Anexo fotográfico ..... ...... .. ...... ......... ... .... ....... ... ................ ... ....... ... 233
PRESENTACIÓN
zar y marcar hitos. ¿Cómo podría estar a caballo en los estudios literarios,
en la discusión sobre defensa y seguridad , en las teorías sobre el desarro-
llo, eri la cuestión indígena y en las lucubraci ones de los discípulos crio-
llos de Michel Foucault? La solución conceptua lmente más fácil y más di-
ficil prácticam ente habría sido apuntar a una obra colectiva con cincuen-
ta especialis tas que redactara n cada uno de ellos un subcapítu lo, para
producir un libro de unas dos mil páginas, dentro de varios años. Por cier-
to, ello iba contra el carácter de esta obra. La coherenci a exigía que tam-
bién los desafíos de la última década fueran acometido s por un solo caba-
llero. Lástima que en este caso fueran verdadero s gigantes. y muy belico-
sos, aunque también es cierto que este caballero es harto más realista,
modesto y trabajado r que aquel otro de cuyo nombre prefiero ahora no
acordarm e. Ya veremos qué tan mal parado sale. No faltará alguna prin-
cesa Micomico na que quiera mofarse. ¡Paciencia !
***
·A fin de no crearle al lector falsas expectativ as, deberé aclarar tres co-
sas. La primera se refiere a la contextua lización y las conexione s del pen-
samiento latinoame ricano con la producció n de otras regiones del mundo.
Diré que mis propias expectativ as al iniciar la obra eran mucho mayores.
Apenas he sido capaz de mostrar algunas relaciones con el pensamie nto
de la India, de Estados Unidos y de Europa occidenta l.
La segunda se refiere a la falencia en la informaci ón relativa a cier-
tos países o regiones de nuestra América. Por cierto, la producció n del
Cono Sur cuenta con un tratamien to mayor al que, en términos relativos ,
le correspon dería. Naciones como Cuba, Ecuador, Honduras , Panamá o
República Dominica na han sido subtratad as. El acceso a la bibliograf ía
ha sido dificil , casi imposible . Creo, no obstante, que su producció n en la
última década del siglo xx no fue tan significati va como en otras naciones
y, más aún, su intelectua lidad se encuentra poco articulada a las redes
que hacen circular la informaci ón.
La tercera , probablem ente la más important e y que puede ser toma-
da como falsa modestia, se refiere a la gran cantidad de autores, y sobre
todo de obras, que deberían haber sido tratados si se pretendie ra confi-
gurar un auténtico panorama . El índice onomástic o que va al final del vo-
lumen agrupa alrededor de ochocient os autores , una gota de agua en el
mar de la producció n continent al contempo ránea. Número más pequeño
todavía si considera mos que hoy en día el pensamie nto latinoame ricano
es indesligab le de la latinoame ricanístic a mundial, apenas contempl ada
en esta obra.
***
Presentación 13
territorios , por otra hibridánd ose con distintas sangres, por otra ubican-
do pequeños nichos para reproduci rse, por otra todavía metamorf oseán-
dose en busca de expresion es más felices o más fidedignas , todavía más
asumiénd ose pero también traicionán dose, creyendo que es el ave fénix
y olvidando que donde hubo fuego quedan cenizas.
PRIMER RECORRIDO
***
les son los sitios que han sido más visitados por los pensadores. cuáles
las relaciones que articulan unos sitios cofl o1ros. cuáles los subtemas
que ha desarrollado una escuela o los problemas que se ha planteado
un grupo de trabajo.
En los a!'i.os 90 la intelectualidacl latinoamericana volvió a manifes-
tarse de manera predominantemente identitmia. Sería abusivo pretender
homogeneidad en las propuestas. en los paradigmas o en los temas. El
u-niverso se va ampliando: crecen las escuelas. los temas. Jos grupos de
trabajo , las figuras descuellan en espacios cada vez más reducidos disci-
plinariamente pero -con producciones cad<1 vez más abundantes. Pero no
es abusivo afirh1ar que las políticas neoliberales o que cierta prepotencia
neoliberal desde e l empresariado. desde los medios de comunicación y
desde los Estados generaron una vez más. por reacción, una posición
identitaria. especialmente en la intelectualidad residente en las humani-
dades. aunque también en las ciencias sociales. La preocupación por el
· tema de la identid a d y la afirmación (notoriamente mayor que en los 80)
de reivindicaciones iclentitarias (regionalismo. campesinado, cuestión in-
dígena , multiculturalidacl . etc.) se hizo progresivamente más patente. Es
necesario destacar nuevamente que el énfasis identitario no ha anulado
los elementos modernizadores. que numerosos intelectuales. especial-
mente ele disciplinas ligadas a las ingenieiias y a las ciencias económi-
cas. continúan planteando una posición mocle'rnizaclora a ultranza y que
incluso los identitarios han sido muy equilibrados buscando nuevas sín-
tesis con los afanes modernizadores. Las posiciones identitarias más ra-
dicales. como la de Guillermo Bonfil Batalla o la ele Miguel Rojas Mix , por
ejemplo, son comprensibles más como oposiciones a la prepotencia ele al-
gunos voceros y actores neoliberales que como oposiciones a la moderni-
zación. Mapeando el territorio del pensamiento latinoamericano de la
época puede también decirse que la identidad está en el centro coñ1o
también en las fronteras. Para decir esto pueden usarse, abusando un
pocq_ del sentido, las palabras ele Alejandro Grimson: "En la segunda mi-
tad ele los 90 a varios etnógrafos nos resultaba potencialmente producti-
vo avanzar en el estudio del problema .,fronteras» como constitutivo del
problema «iclenticlacles>.''z
El neoliberalismo de fines del siglo xx fue particularmente similar al
positiyismo ele fines del XIX. · Han existido pocos movimientos de ideas. de
mentalidades y sensibilidades tan análogos. No s'e me oculta. sin embar-
go , que no son idénticos. ¿Cómo podrían serlo? El José Enrique Rodó ele
2000 no ha venido, y probablemente no aparezca una figura tan paradig-
3. Carlos Monsiváis. -cultura urbana y creación intelectual. El caso mexicano ... en Pa-
blo González Casanova (ed.). Cultura y creación intelectual en América Latina. México.
Siglo Veintiuno. 1989, pp. 40-41.
4. Pablo González Casanova. "Palabras introductorias". en P. González Casanova, ob.
cit., p. X.
5. Jesús Martín-Barbero, .. Globalización y multiculturalidad: notas para una agenda
de investigación", en Mabel Moraña, Nuevas perspectivas desde/ sobre América Latina.
Santiago de Chile. Cuarto Propio-nu, 2000, p. 17.
22 Eduardo Devés Valdés
6. Para un desa rrollo de algunas de estas categorías véase Alfonso de Toro. "La posl-
colonialid ad en La tinoamé ri ca en la era de la globalización . ¿Cambio 'de pa radigma en
el pensamiento teó rico-cultural lati noa m ericano?", en Alfonso de Toro y Fernando d e
Toro (ecls. ), E l debate d e la postcolonialidad e n Laiinoamérica. Una modernida d peri[é·
r ica o cambio d e paradigma en el pe nsamie nto latinoamericano. Ma dricl-Francforl, Ver-
vu ert-Iberoa me rica na. 1999.
Primer recorrido 23
7. Véa n se p ar a ello los lra bajos d e Raú l Buen o. Mabel Mora1ia . Ma rtí n Lienhard y F.
Schmidt. en J .A. Mazzolti y Ju an Z evallos . Ased ios a la heterogeneidad cultural, Fila -
d elfia . AIP. 1996.
24 Eduardo Devés Valdés
pecíficam ente los estudios culturales han pretendid o, es cierto que con
más retórica que realidad, realizar una crítica (y un reordenam iento, en
ocasiones ) de la organizac ión disciplina ria. García Canclini ha argumen-
tado que los cambios y las "hibridaci ones" en la cultura hacen necesaria s
transform aciones en las disciplina s que se ocupan de ésta, disciplina s
"nómadas " que puedan "transitar " o "conectar" los distintos pisos o espa-
cios en que se producen o se manifiest an las expresion es culturales . 8 Co-
mo el antropólo go argentino -mexicano , a fines de los 80, Heinz Sontag y
Lourdes Yero, en el marco de un conjunto de actividade s auspiciad as por
la Unesco, coordinar on un grupo ocupado de los desafios de las ciencias
sociales, iniciativa en la que convergie ron personas de renombre , entre
las que se contaban Hebe Vessuri, Aníbal Quijano, Fernando Calderón,
Jean Casimir, Rafael Roncaglio lo, Guillermo Bonfil Batalla, Norbert Lech-
ner, Julio Cotler, Juan Carlos Portantier o, Lía Zanotta, José Joaquín
Brunner. Este proyecto conjugaba elementos de diagnóstic o y afanes
prospectiv os. Escriben Sontag y Lourdes Yero: "Más a llá de la «célebre
crisis de los paradigma s» muchos investigad ores han contribuid o con
aportes altamente significati vos para acometer la prospectiv a de la re-
gión". Esta preocupac ión, nos dicen , se originó en el Centro de Estudios
del Desarrollo de la Universid ad Central de Venezuela (cr<:NDES) y en la Co-
misión Económic a para América Latina (CEPAL). siendo su clave aquello de
"explorar las nuevas formas de hacer política, pensar las premisas epis-
temológic as de las ciencias sociales para mejorar la posibilida d de acce-
so a los problema s de la época y plantears e problema s relevantes para el
futuro" a la vez que "estudiar las nuevas formas de represent ación social
y política, especialm en "' cuando se prevé una «informali zación» de la eco-
nomía, en lo social y en lo político" y la necesidad que surgía desde allí
de pensar "estilos alternativ os de desarrollo ". 9 Sin duda esta preocupa-
ción se articula con el proyecto cepalino de desarrollo con equidad.
También en una perspectiv a de renovació n y transform acion de las
ciencias sociales, aunque más retórica, se ubica Francisco López Segre-
ra, muy inspirado en las propuesta s de la complejid ad de Edgar Morin.
López Segrera propone "impensa r las ciencias sociales", es decir, poner
en cu estión el legado decimonó nico y el del propio siglo xx en las ciencias
sociales, puesto que "muchas de sus suposicio nes, pese a su carácter fa-
laz, permanec en arraigada s firmemen te en nuestra .mentalida d". Plantea
que, aunque éstas gozan de "creciente autoctoní a" 10 como consecuen cia
8. Véase Néstor García Canclini, Culturas híbridas, México, Grij albo, 1990, pp . 14-15.
9. Heinz Sontag y Lourdes Yero, Procesos sociales en marcha: Gran Programa 1 de Unesco
en América Latina y el Caribe, Caracas, Nueva Sociedad-U nesco, 1992. pp. 7. 74.
10. Francisco López Segrera , "Abrir. impensar y redimensio nar las ciencias sociales en
• América Latina y el Caribe" , en Edgardo Lander (ed.) , La colonialidad d el saber: euro-
centrismo y ciencias sociales , Caracas. ucv-Unesco , 2000, pp . 248-249, 247.
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Indígenas-origina rios
11 . "Puedo decir que son redes como FLAcso y CLACSO y otras muchas que de forma más
o menos directa están asociadas al desarrollo de las ciencias sociales en esta área:
ALAS, SELA, CLAD, FJUC, Programa Bolívar y los científicos sociales agrupados en ellas, en
torno d • niversidades y 1o grupos de trabajo, los que han producido e1 extraordinario
desarrollo de las ciencias sociales latinoamericanas -visualizadas por otros paises del
sur como paradigma- y quienes garantizan un futuro , sin que su identidad se disuel-
va en paradigmas importados", ídem, p. 257.
12. Ídem, p. 275.
/
26 Eduardo De\·es Valclts
•
nifica tener abuelos. ten er historia . tene1· pasado: a l mismo tiempo
qu e 1:e presenta posee r sangre jove n . pertenecer a una generación j o-
ven. asomarse al futuro . Soy nieta de los mayas y creo que hay co-
sas qu e cambiarán más adelante. I:J
Estas cosas que cambiarán tienen que ver con va riados aspectos. co-
mo antes se ha destacado. Un pun to clave es la recuperación de la tierra
como cuestión económica y mística. La tierra de la comunidad h a preten-
dido usurpa rse. se han instalado nuevas gentes pero no han podido per-
severar allí.
13 . Rigoberla Menchú , Rigobert.a: la nieta de los mayas. Madrid , AguiJar. 1998, p. 130.
14. Ídem, p. 82.
15. R. Menchú . "Aüo Intern ac ional de los Puebl<:>s Indígenas". en Encuentros. N° 3.
Was hington . !.liD. diciembre de 1993. pp. 150. 3.
Primer reco rrido 27
ñinos que parezcan al hombre , tienen una noble función que cumplir en
el ordena miento biológico y ecológico del unive rso·· 'r; y ello porque
... nada es ele la nada. Todo liene un origen y todo tiene un fin ; todo
tie ne un porque y un para qué. La interrelac ión entre el hombre y
la biodiversi dacl es infinita: la indepe nde ncia es a lgo que no existe.
es el gran mito ele la soc iedad: n o hay na ción , pueblo o individuo in -
7
dependie nte. todos dependem os los unos ele los otros. '
Desde una perspect iva diferente Esteban Calán Gonzále z quiere fun-
dar un pensami ento político- ideológico campesi no. Afincánd ose en el ca-
so bolivia no. afirma qu e "no h ace falta ser socialist a ni comunis ta. sola-
mente ser honestos y tener ética moral política para a dministr ar -el país.
recordan do siempre el pensa mi ento político. id eológico y social de nues-
tros a nte pasados'". Este pensami ento de los antepasa dos. sostiene Calán.
"aun [lo[ mar1ten e mos limpio y sin manc ha los campesi nos. porqu e no es-
ta mos mezcla dos mucho con la sangrE' perversa de los invasore s ni de los
h erede ros" . En coheren cia con esta trayecto ria. escribe. "reunim os nu es-
t ro pensami ento político- ideológico en Amakell a no sea flojo. Ama s u a no
seas ladrón . Ama Llull a no seas mentiros o. Ama llun·ku no1 seas chupa y
tránsfug a: J a ni Jajramti . J a ni Lunt"ata mti. J a ni k'arimti". s
Sin duda . no es lo mismo el pe nsamie nto indígena y el pensami en to
sobre los indígena s. Para algunos incluso es lo opuesto. Guillerm o Bon-
fil Batalla h<t creído alcanzar una triple validez al captar el pensami ento
indígen a. traducirl o a las categorí as d e la academi a la tinoame ricana a la
vez que e mitir un discurso sobre la realicl acl indígena .
Una de las claves ele su tra bajo h a sido sintetiza r los proyecto s polí-
ticos de Jos propios pu e blos indígena s. Destaca una serie de trazos que.
postula. son comune s a l pe nsa mi ento d e los sectores indígena s a fines
del siglo xx: el pensami ento indígena se clellne básicam ente por oposició n
a la "civilizac ión'" : e n América existe una civilizac ión india; la descolon i-
zación del discurso historiog rá fico es un imperativo político priorit ario.
éste ha s ido escrito y enseilad o por el invasor; la superior idad de la civi-
lización india no s e demuest ra sólo por la grandez a del pasado sino ta m -
bién en las culturas indias actuales : un fundame nto central en la dife-
rencia entre la civilizac ión india y la occident al está en la concepc ión de
y los
16. Alejandro Swaby Rodríguez . "Perspecti va indíge na . Conferenc ia: Dios, din ero
bosques". en Temas d e Nuesira América. N° 17, Heredia, mELA-Uni versidad Nacional.
1992. pp. 129- 130.
17. Ídem , p. 130.
Edito-
18. Esteban Ca1án Gonzá1ez. Pe nsamiento politico-icle ológico campesino . La Paz,
rial Paz. 1996, p. 65.
28 Eduardo Devés Valdés
El tema indígena
19. Véase Guillermo Bonfil Batalla, "La nueva presencia ... ", en P. González Casanova
(ed.J. ob. cit., pp. 143 y ss.
20: G. Bonfil Batalla, México profundo: una civilización negada, México. SEP. 1987, p.
166.
21. Ídem, p. 175.
Primer recorrido 29
22. Cumbre Iberoamerica na. I Cumbre IberoamericW1 a: Guadalajam, México, 1991: dis·
cursos. Declaración de Guadalajam y documentos , México, Fondo de Cultura Económi-
ca, 1992.
SEGUNDO RECORRID O
Identidad
Como era previsible, en los 90 las posiciones identitarias volvi eron a ha-
cerse hegemónicas en el pensamiento latinoamerican o. Ello se advierte
indirectament e a través de la inmensa preocupación por el tema de la
identidad y directamente en la bu ena cantidad de posturas que tienden
a defender. reivindicar. revalorizar lo identitario. Esto parecía previsible
toda vez que desde los 70 y sobre todo en los 80 se produjo una oleada
modernizadora especialmente generada d esde el espacio del pensamien-
to económico ligado al auge del neoliberalismo , cuestión qu e afectó el
pensamiento político y social aunque con menos intensidad.
A fin es de los 90. el tem a ele la id entidad (sea como problema. sea co-
mo reivindicación) se ha transformado en el punto clave del desenvolvi-
miento del ensayo, de las humanidades. de las ciencias humanas y so-
ciales. Es punto clave pues en cierta manera explica o da sentido a mu-
chos trabajos. en cierto modo articula otros o bien permite transitar ele
unos a otros.
El tema de la iclentidacl ha llegado a ser una obsesión y es difícil en-
contrar autores que no aludan al asunto. al menos de modo oblicuo.
Ello ha suscitado una ref1exión importante respecto de cómo concep-
tualizar la identidad y más aún a preguntarse qué se designa con ese
concepto tan usado como vago. tan frecuente como equívoco . Esto ha
sido precisamente lo que ha querido hacer. entre otros. Néstor García
Canclini. Piensa que en los últimos quince o veinte años las ciencias so-
ciales están reformulando la noción de identidad en torno. por lo me-
nos, de cuatro cambios conceptuales: la identidad como realidad histó-
ricamente constituida y no sustancial. la identidad como expresión de
las maneras "imaginarias" en que se vive la relación con el territorio, la
131 1
32 Eduardo Devés Valdés
l. N. Garcia Canclini, "El debate sobre la identidad y el Tt.c", en Mundo, región, aldea:
identidades políticas e integración regional, Montevideo. Trilce, 1994. pp. 71-73, 80.
Segundo recorrido 33
Memoria
preocupa ción han sido los muertos y torturados por los regímenes mili-
tares, ampliándose desde allí a otros espacios.
Como ya se ha anotado. m emoria e identidad pued en ser sinónimos.
La m emoria y sus rupturas tanto como su reivindicación : el derecho a la
memoria y la lucha por construir una memoria más completa han sido
algunos de los tópicos que han articulado el tema de la democracia y los
d erechos humanos. por un lado, con: la identidad , por otro, que han ama-
rrado lo indígena. lo multiculturaL lo centroamericano y los movimientos
sociales.
Refiriéndose al s eminario "Id entidad uruguaya: ¿mito, crisis o afir-
m a ción?". realizado en 1992 , el relator, el histmiador argentino Fernan-
do Devoto , afirmaba qu,e "un a d e la s dimensiones más innovativas y a la
vez e pocales de las pone ncia s h a sido comenzar por r ediscutir los anti-
guos relatos fundantes d e la id entid a d uruguaya qu e otras gen eraciones
d e intelectuales elaboraron". Devoto destacaba cómo el tema de la desar-
ticul ación d e relatos que d evini eron mitos colectivos constitutivos de la
id entidad uruguaya había sido particularmente bien abordado por Ge-
ra rdo Ca etano. 5
En es e mismo semina rio el psiquiatra Marcelo Vi1iar se refería a las
fractura s de la m emori a . Destacaba que el Uruguay de esos años se ca-
racte riza por "la falta d e id eales compartidos y por la fragm entación de
m emorias , por la sospecha de la s inte nciones del prójimo y la m a ledicen-
cia e n los vínculos p e rs ona les. En nu estro p á ís'· , es cribe Viñ a r (¿en nu es-
tra región? ). ··un rasgo qu e nos pa rece re levante en el lazo socia l actual y
locC\1 es el qu e llamamos frac tura s d e m emmia [... ]res ta fra gmentación de
la m emoria y el proyecto colectivo inaugúra - por la vía del horror y la vio-
lencia - un m ecanismo dlsociativo que corroe y corrompe el lazo social ".6
Todavía en el mismo espacio, Teresa Porzecanski destacó qu e se es-
ta ba produciendo una "transforma ción compleja de la autoimagen d ~ la
propia sociedad. que pretende s e r confirmada con rasgos s ensiblemente
diferentes de los que la constituyeron décadas antes". 7
Aludie ndo igualmente a la relación entre terror y m emori a. Fernan-
do Reati s e r efirió al "conflicto e ntre la memoria colectiva y las políticas
d el olvido". Las políticas del olvido para Reati aparecen ligadas a una
ideología qu e quiere fijar un rumbo único para la producción cultural e
5. Fern a ndo Devoto , "Introducción" a Hugo Achúgar y Gerardo Caeta no (comps.) , Iden-
tidad uruguaya: ¿mito. crisis o q[lrmac ión?. Montevideo . Trilce , 3" ecl ., 1993, p. 15.
6. Marcelo Viri a r. "Memorias fractura das . Notas sobre los orígenes del s entimiento ele
nu estra ac tual idenliclacl na ciona r. e n H. Achúgar y G. Caelano (comps.). ob. cit.. pp.
38. 44-45.
7. Teresa Porzecanski. "Uruguay a fin es del siglo xx: metddologías de ausencia y pre-
sencia", en H. Achúgar y G. Caetano (cornps.) . ob. cit .. p. 58.
36 Eduardo Devés Valdés
8. Fernando Reati. "In trod ucc ión" a Adriana Bergero y Ferna ndo Rea ti (comps.) . Memo·
ria colect iva y p olíticas d el olv ido. Buenos Aires, Beatri z Viterbo, 1997. pp. 1 1- 12.
9. Hugo Achugar. "El presente del pasado. o ba lance y liqu idación d e la nación". en Pa-
pe les de Montevideo. N° 2. octubre de 199 7. Montevideo. p. l 10-11 1.
Segundo recorrido 37
1O. Véase Juan Flores. "Memorias (en lenguas rotas)/ broken english m emori es" , en Re-
Pista de Crítica Li te raria Latinoamericana. año
XXIII, N° 45, Lima-Berkeley, primer se-
mestre de 1997. p. 342.
JI. Arcadio Díaz Quiúones, La mémoria rota. Río Piedras . Huracá n . 1993. p. 13.
12. Véase Eduardo Devés Valclés . "Las ciencias sociales y la concientización : rel1exio-
nes en torno a las relac iones entre teoría, práctica e identidad en América la tina··, en
AlternaUI!as. N° 3. Santiago d e Chil e. Academia ele Human ismo Cristiano, 1984.
13. Ticio Escobar. "Las paradoj as del sur y otras cuestiones". en Mundo. región , al-
d ea .... p.l04 '
14. José Teixeira Coelho. "lntegra" ao. cultura e .c apacidade d o regime" . en Mundo. re-
gión . aldea .... p. 100.
38 Ed uardo Devés Vald és
la tarea d e crear políti cas c ulturales de la memoria histórica para Chil e".
E l obj e tivo de esto es qu e las "nu evas generaciones te ngan los paráme-
tros imagin a rios para entender la convulsiva expe1ie ncia humana preci-
pitada a partir d el ll de s eptiembre d e 1973". 15
Derechos humanos
iura popula r y alta cu ltura. distinción qu e "no d ebe s e rvir para justificar
y mante n er una separació n injusta". Por el contrario, "una soc ied a d jUs-
ta presupone el respeto a los derechos humanos y el goce de l arte y de la
literatura constituye un derecho inalienable" 17 •
15. Hernán Vida l. ·-verdad sin justicia··, en Polílica culwral ele la memoria his tórica. San-
ti ago de Chil e. M osquito. 1997, p . 11.
16 . M. Viñar . ob. cit.. pp . 41 y ss.
17. Antonio Ca ndido . Ensayos ¡¡ comentarios. Sao Paulo . Fondo ele Cu ltura Económi-
ca-U nicamp. 1995. pp. 152- 153. 173.
Segundo recorrido 39
Democracia
18. R. Men c hü. ""Arw inlern ncion a l de los pueblos indígenas"'. en Encuentros. N° 3.
Washington. BIU, diciembre ele 1993 , pp. 4· 7 .
19 . Rodolfo Slavenhagen. :·A In sombra d el desa rrollo: campesinos e indígen as en la cri -
s is"' , en José Luis Reyna. América laUna afines de s iglo, México, Fondo de Cullura Eco-
nómica. 1995. pp. 336-337. 34 1 y ss.
40 Eduardo Dfvf>s Valdes
El rayado d e la cancha
20. Nora Rabotnikof, "El retorn o d e la filosofí a política : n otas sobre el clima teórico de
un a década" , en Revista Mexicana d e Sociología, N° 9 , Universidad Naciona l Autónoma
de México. 1992 . pp. 207. 21 O.
21. Pabl o González Casanova y Marcos Roitrnan , "Introdu cción'· a La d emocracia en
América latina: a ctualidad y p erspectivas. Mad rid , Complutense. 1992, p. 15.
Se•>unclo recorrido 41
"'
tes han sido Robert Dahl , Joseph Schumpeter. Norberto Bobbio y Gio-
vanni Sartori. Una segunda ve rtie nt e d e int1uencia es la d el pe nsamien-
to n eoco nsen raclor (o neolibe ral). Aquí s e radicaliza la separación liberal
clásica entre economía y políti ca. reformulándose la n ecesid a d de la res-
tricción de la esfera política . Lo importante para esta ve rti ente es garan-
tiza r la gobernabilidad. Los a utores int1uyentes e n esta te nd ncia son
Michel Crozier. Samuel Huntington, Joji Watanuki . Friedri c h von J-layek ,
Jam es Buchanan. Milton Frieclma n , J ean Fran<;ois Reve l. La te rcera ten-
dencia presente es la del ambiente cultural posmocle rno . Pa ra los teóri-
cos d e ésta . con la muerte d e los grandes relatos d esaparece igualmen-
t e la centra liclacl de los sujetos socia les y políticos asociados a éstos . co-
mo las clases y los sindicatos, cuya existencia estaba condicionada por
su posición en las estructuras de la sociedad. Los suj etos d e la soci edad
posmodern a, le jos ele estar d eterminados materialmente . se constituyen
en un terreno cliscursi\ro-s imbólico. Como autores cl a ve Lande r destaca
a Ern esto Laclau y a Chantal Moufle: como autores inspira dores aJean-
Fran<;ois Lyotard y a Michel Foucault. 22 Es notori a la di s minu ción de la s
refe r enci as a Antonio Gramsci en los 90. tan notori a como lo es la caí-
d a de la r elación entre democracia y socialismo.
Ahora bien. según los pa íses h a bría tres tipos de re ivindi cacion es
d e m oc rát icas. En aquellos qu e ha n te nido una tradi ción democrática d e
varias d écada s. lo que está e n ju ego es la de mocra ti zación el e regímenes
con un a lto grado d e a utorita ri s mo y la recup e ración y /o e l logro de le-
gitimidad democrática (Costa Rica. Colombia. Ve n ezu ela. México). En
pa íses co n regímenes autoritarios. el gran terna ha sido la tra nsición (Ar-
gentina. Chile. Uruguay). En pa íses sin experiencias populistas o soc ial-
demócratas. no se trata el e r edemocra tizar el Estado ni de volver a las
institu cion es políticas d emoc rá ticas . ya que las re lacion es socia les son
d e carácter a utorita rio (El Salvador. Guatemala , Haití . Honcluras). 23 En-
tre los a utores más citados por La nde r se encuentran Edelberto Torres
Rivas . He nry Pease. Guill ermo O'Donn ell. Norbert Lechner. Elizabeth J c -
lin . Pablo González Casanova. Benjamín Arditi. Ferna ndo Calde rón y so-
bre todo Ma nuel Antonio Carretón.
En este ambiente, uno d e los tem as fundam enta les h a s ido el r eferi-
do a las ca mbiantes funci o nes del Estado y el papel que h a d esempeña-
22. Véa se Eclgar clo La n cler. La clenwcra cio e n las ciencias socia les latinoamericanos.
Ca ra cas. ucv- BN. 1996 . pp . 25-26 .
23. Íd em . p. 20.
42 Eduardo Devés Valclés
27 . Andrés Thompson y Oiga Lu cía Toro. "El voluntariado social en América latina: ten-
dencias. influenci a s. espacios y leccion es aprendidas". en Sociedad Civil, vol. 111 , N° 9 ,
México. verano de 1999, p. 47.
28. César Can s ino . "Democrac ia y socied a d civil en América latina. Una revi s ión criti-
ca ele los diagnósticos latinoa m eri ca n os e n los alios 80 y 90". en M etapolitica , vol. 11 , W
7 , México, CEPCON . julio-septiembre ele 1998. pp. 435-437.
44 Eduardo Devés Valdés
29. Milda Rivarola. "De articulaciones ", en Última Hora, suplemento "Correo Semanal",
Asunción del Paraguay. 19-20 de mayo de 2001 , pp. 8 -9.
30. Edgardo Lander, Neoliberalismo . sociedad civil y democracia, Caracas, ucv, 1995.
pp. 145 y SS.
31. Véase Maritza Montero. Ideología. alie nación e identidad nacional. Una aproxima-
ción psicosocial al ser venezolano. Ca racas, ucv, 1991.
32. Véase E. Lander, Neoliberalism o .. .. p. 184.
Segundo recorrido 45
sociedad más amplia es un derecho". por otra parte "este derecho lleva con-
sigo la obligación de las culturas de tener la disposiciór'ta hacer cambios
en su interior". 33 Asumiendo una perspectiva muy sii;1llar. que amarra
fu ertemente democracia con multiculturalid ad. como lo han asumido tam-
bié n algunos liberacionistas . el paraguayo Benjamín Arditi ha sintetizado
afirmando que "el pensamiento progresista contemporáne o se caracteriza,
entre otras cosas. por el apoyo inquebrantable a ser diferente".: El colom-
34
bién han incidido en el debate nacional como Guillermo Hoyos. Adela Cor-
tina y Fra ncisco de Roux. quienes "estiman que dicho reconocimiento sólo
puede ser garantizado por medio de las reglas universales ele la democra-
cia tal como se hallan acordadas en la Constitución política". :3 ~
Esta relación ha sido planteada por García Canclini en términos ele
ciudadanía . consumo e identidad, lo que permite ligar democracia con ciu-
dadanía. con sociedad civil y, más allá. con movimientos sociales.
Articulando democracia. ciudadanía y sociedad civil aparece un te-
ma muy propio del fin de siglo: la incidencia de la información , de lo elec-
trónico y lo virtual. Esta cuestión se entronca en la discusión más vieja
sobre d emocracia y medios ele comunicación pero se renueva con la idea
ele globalización , que no estaba presente en las décadas anteriores. Au-
tores de diversas partes del continente se han ocupado de esto: en Perú,
Carlos Franco. Sinesio López. Nelson Mauriqu e, Rafael Roncagliolo: en
Colombia. Fabio López ele la Rache y el colombiano-ch ileno Hugo Fazio
Vengoa ; en Venezuela, Mireya Lazada: en Brasil. Maíra Baumgarten , Re-
nato Ortiz y Octavio lanni. entre otros. como siempre.
También el tema de la democracia se ha acercado al de la sociedad ci-
vil y ciudadanía. Un grupo importante en esta retlexión sobre la democra-
cia, desde un punto de vista más filosófico. ha sido el organizado en torno
de la Unesco y animado por el francés Patrice Vermeren . Allí , en una con-
flue ncia de argentino s y chilenos sobre todo pero con presencia también
d e brasileños y uruguayo s. se ha desarrolla do una refl exión que a punta a
supera r resabios autoritari os y pos iciones n eolibera les. Autores como Car-
los Ruiz. Humberto Giannini. Susa na Villavicen cio y Hugo Quiroga han
realiza do en este m arco una serie ele eventos y de publicacio nes . En éstos.
busca ndo un perfil. democrac ia se ha ligado a ciuda danía . aunque ya a fi-
n es ele los 90 se liga tambi én a cultura e identidad . Algo p a recido ha in -
tentado el grupo surgido e ntre CEPA!. y FI.Acso. en qu e han convergid o Fer-
nando Cald erón . Martín Hopenhay n . Ernesto Ottone. Lucio Kowa rick. en
dond e se articula identida d. mod ernización . d emocracia .
Desde un punto de vista más fil osófi co, unie ndo igualmen te demo-
cracia y globalizac ión. p ero a ludi endo m ás a cuestione s éti cas y empa-
r entándose por otra pa rte con el liberacion is mo, h a n abordado estas
cuestione s Yamandú Acosta . Álvaro Rico, Sirio López Velas co. Tomás R.
Villasante , José Luis Rebellato . Mauricio La n gón , Ricardo Viscardi y Ar-
turo Andrés Roig.3 5
Fuera de cualquier grupo. escuela o ins titu ción se ha ubicado el vete-
rano e nsayista y fra ncotira dor Ju a n J osé Se breli . Contrapon iendo un a "iz-
quierda clásica" y una "mala izquierd a". intenta reivindica r un socialismo
democrá tico , ilustra do . n o ligado a los nacionalis mos ni a los liberacion is-
mos de raiga mbre cristiana y de lo naciona l popular. La izquierd a clásica,
raciona lista, m odernizad ora . se veía a sí misma como la continuac ión y
profundiz ación d el Iluminism o. cuestione s qu e ti.Jeron traicionad as por las
izquierdas más frecu entes d e América latina y por los regímenes burocrá-
ti cos del este. Dentro de este perfil de la izquierda clá sica, a Sebreli le in-
teresa destacar la person a lida d de Osear Wilde y la defe nsa del derecho a
la homosexu alidad .3 7 En una posición similar a la d e Sebreli. aunque des-
de la derecha. se encuentra el ensayista chileno Alfredo Jocelyn Holt.
36. Véase Álvaro Rico y Yamandú Acosta [comps.). Filosofia latinoam ericana. g loba
liza -
ción y d emocrac ia. Montevi d eo . Nordan , 2000.
37. Véas ... Juan José Sebreli. E l uacilar de las cosas. Signos de un tiempo de transición
,
Buenos A ires, Sudamerica na. 1994.
Segundo recorrido 47
estudios a llí realizados d esta can qu e la tarea sería , más allá de escamo-
tear el problema . simplificánd olo en la propu esta d e un Estado mínimo,
como han sostenido a lgunos n eolibe rales , la d e reformar o reconstruir el
Estado en un a nueva dirección. Esta reforma o reconstrucc ión se enmar-
ca d e modo d ecisivo en la nu eva concepc ión d e lo público, en la impor-
tancia creciente qu e adquier en las form as de propi edad y de control so-
cial por pa rte de lo público no estata l. En otras pal a bras. se trata de su-
perar la id ea d el Estado burocrá tico que se construyó lu ego de que el Es-
tado libera l. cr ea do e n el s igl o xrx. hubo entrado e n cri s is. Este Estado
burocráti co . qu e dominó sobre bu e na pa rte del siglo xx, hace cri s is en
parte por la s mi s mas exigenci as d e la globalizació n . Clave en todo esto es
la importancia de la form a no privad a ni estata l de ej ecuta r s ervicios so-
cial es garantizado s por el Est ado: la organi zación de servi cios públicos n o
estata les. qu e operan e n el área d e la educación , la salud y la cultura.
Ade m ás . se h ace patente la n ecesidad el e form a s ele control social sob re
38
la a dministraci ón pública y e l propio Estado.
Precisa m e nte por este lad o el asunto de la reforma estatal empa lma
con la democracia. Piensan Cu nill y Bresser Pereira qu e la importancia
creciente que ad quie re lo público n o estatal s e asoc ia a la n ecesida d de
proteger los "derechos r epublicanos ", es decir. el d erecho de cada ciuda -
dano a que el patrimonio público sea ele h ech o público y no ca ptura do
por intereses pa rti culares. Ell o apunta a r e marca r la existen cia de la so-
cied a d como fu ente de pod er político. atribuyéndo le un rol expreso -más
allá del voto- en la conformación ele la voluntad políti ca , así como r eivin-
dicando sus funcion es d e crítica y control sobre el Estado y , en general.
s u preocupació n por la res publica.
40
Coincide en esto el argentino Hugo Quiroga, quien afirma que "la ne-
cesidad ele la reforma del Estado se ha instalado en el amanecer de la dé-
cada del 90 en América latina. La gestión pública debe s er repensada . El
Estado debe transformar se y saber adaptarse a los nuevos tiempos". Qui-
38. Véase Luiz Ca rl os Bresser Pereira y Nu ria Cu nill , Lo público no estaial en la refor-
ma del Esiado. Bu enos Aires, Paidós-CELJ\DES. 1998, p. 17.
39. Ídem. pp. 25 -26.
40. Ídem , pp. 31 . 39.
48 Edu a rdo Devés Vaklés
Violencia
tidiana··. a la vez que entender la re lación e ntre viole n cia y Estado. vio-
len cia y comunicación social. violencia y narcotráfi co. y viol encia e ide n-
tidad cul turaJ. 4 · 1
Otro grupo que se ha oc upado directamente d e esto es el del Ins titu-
to Latinoamericano de Sa lud Me nta l y Derechos Humanos (IL/\S). e n el
qu e han participado profesionales qu e trabajan sobre te m as de salud
m ent a l en conjunto con personas qu e h a n sido afectadas por violaciones
a los d er echos humanos. Ha realizado seminarios en Santiago ele Chile.
Asunción . Cuzco y otros luga res. insertos en el m a rco d e la d e nomin ada
Red Internacional d e Salud Mental y Derechos Huma nos , formada en
1987. Los miembros del colectivo hm1 resumido s u propu esta dici endo
qu e concibe n su trabajo "como un compromiso con la recuperación de
pe rsonas. colectividades e ide ntida des; una vía de acceso a lo qu e deter-
minados proyectos políticos d estruyen o paralizan·'. 45 En uno d e los se-
min a rios, el colombiano Pedro López a puntó qu e "lo qu e sustentamos no-
sotros es h acer una protesta contra esa cu ltura de la violencia . esa coti-
dia nida d de la violcncia". 4 r;
Un tercer grupo importante h a sido el de psicología política. a nim a do
prin cipa lmente por la ven ezola na Maritza Montero. qui en posee un a tra -
yectoria relaciona da con tem as ele ps icología e identid a d latinoanwricana.
Sel'iala qu e la psicología política . como ra m a del queh acer p s icológico . ha
id o pPrfilá ndose en Amé i;ca la tina d e manera importa n te desde los 80 con
la perspectiva emancipatori a reque¡;cJa por Ignacio Ma rtín -Ba ró, y con la
"búsqu eda de construccion es teóri cas qu e pu edan d a r cu enta ele los fenó-
m enos propios de esta América". Entre éstos destaca cómo "la represión.
la a m en aza política y el mi edo tien en sus estudios m ás exh a ustivos así co-
m o las aproximaciones a la investigación desde la participación".4 7
Estos grupos . así como a utores pertenecientes a otros circ uitos (Mar-
ta Casaú s , Mariano Baptista Gumu cio, Daría Bote ro UriiJe. J avie r Martí-
n ez, Fa bio López de la Rach e . J osé Tamayo H.). h a n e labora d o nu evas ca-
tegorías . h a n r ecupera do y retrabajaclo una tradición sobre el te m a. Va-
ri as d e estas pe rsonas h i:m a punta do con nitidez. en los 9 0. a la artic u-
lación en tre viol encia y m em ori a, a bordando el tema el e la violen cia des-
el e la pregun ta por la m e moria y por la icl enticla cl.
44. Felipe MacG regor. "Prólogo" a Xavi er Alb ó y Raúl Barrios (coo rds.). Viole ncias ennL-
bier tas e n Bolivia, La Paz, C IPCA. 1993 . pp. 9- 1O.
45. ILAS . "Prólogo". en Psicologia ~J L'iolencia p oliiica en América latina. Sanli ago de C hi -
le. ILAS - CESOC. 1994. p . 19.
46. Ped ro López. en ILI\S. ob . cil.. p . 58.
47. IVlariLza Montero. Orla nd o Diaclamo y Virgini a Ga rci a Bea ud ox. "ln trocl ucció n " a
Psicolog ia d e la acc ión poli iica. Bu en os Ai res . Paiclós. 1995. p. 13 .
50 Eduardo Devés Valdés
48: Véase Isabel Piper. "Introducción teórica: reflexión sobre violencia y poder", en M. l.
Castillo e l. Piper, ob . cit., p. 32.
49. Ignacio Dobles. "América Central en tiempos de ajuste estructural. Una perspecti-
va psicológica". en !LAS, Psicología !J oiolencia política... , pp. 21. 25.
Segundo recorrido 51
cuenta tres ideas básicas: "a) la visión de la realidad social como una cons-
trucción histórica . como un producto de la acción humana: b) el enfoque
conflictivo del orden social. y e) el papel político de la psicología social". La
psicología social debe construirse como una disciplina que apunta "a posi-
bilitar una mayor libertad individual y grupal mediante la toma de concien -
cia sobre los determinismos sociales de la acción''. En la m edida en que se
conozcan estos determinismos se "abrirá la posibilidad de opciones más
personales y una acción más consciente". En esta m edida se estará incor-
porando "el qu ehacer científico a una praxis social libe radora" . Insiste Mar-
tín-Baró en la condición centroamericana del qu ehacer teórico y del desti-
natario: "Se trata ele una psicología social desde Centroamérica, encamina-
da a desen t raüar los interes es agazapados". Declara qu e el libro "es un es-
fu erzo por construir una psicología social qu e , recogiendo lo m ejor ele la
tradición. intenta da r respu esta a las acuciantes preguntas que plantean
los procesos que hoy viven los pueblos centroamis". ~ 0
50. Ignacio Martín-Baró, Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica, San
Salvador. UCA Editores . 11 " ed ., 200 l, pp. 50, IX
51. X. Albó y R. Barrios , "Presentación", en X. Albós y R. Barrios (coorcls.). ob. cit., pp.
14,, 22.
52. Ra úl Barrios, "La elusiva paz ele la democracia boliviana" , en X. Albós y R. Barrios
(coorcls.). ob. c it., pp. 194- 195.
52 Eduardo Devés Valdés
Susy Casto r pien sa que , a dife rencia de los países d e América Cen-
traL Ha ití no conoci ó la guerra civil pero la dictadu ra d e Fra n c;ois Duva-
lie r y lu ego el go lpe de Estado en los 80 s on comparables por su impac-
to. Argumenta qu e "el grado de violen cia desen ca denad o en todo el país
provocó da!'1 os m ateri a les . políticos . m orales y ps icológicos que marcaro n
profundament e a nu estro pu eblo" y qu e "la d esintegración ele nu estras
institu ciones y la pola ri zación d e las fu erzas socia les. sólo pu eden ser ex-
plicadas a la lu z d e esa guerra «la rvad a" qu e trabaro n el totalita ri smo ar-
caico y el b a ndi!ismo institucionalizado". 61
La brasil elia Ángela Cania to h a apuntado a la relación entre violen-
cia y ciud a da nía tanto como a s u s efectos sobre la s ubj etividad. Sus pre-
gunt as se dirigen a · las consec u encias pa ra las p ersonas y para In socie-
dad cu a nd o la violencia socia l es interna lizada por los sujetos. Con ecta
estas reflexio nes con la ca tegoría "ciuda da nía de baja in ten s idad " entre-
gada por Guillermo O'Donnell. 62
En relación co n violencia. política y derechos humanos , Elizabeth Li-
ra h a ins istid o en que la "autoridad d ebe asumir la existencia de las vio-
laciones de d erech os humanos como una experien cia no solamente d e las
víctimas. sino como una situación que de man era sistemática h a a fecta-
do a toda la sociedad ". Para ell a se trata d e un problema d e mem ori a so-
cial. cosa qu e implica "poner e n palabras una m emori a traumática que
ha s ido la verdad d e las víctimas". de m a nera que pueda transformarse
e n "una verdad de la sociedad". Se propone trabajar los contactos e im-
plicaciones entre m e moria , horror y utopía. 63
Abocándose también al tema de la violencia y la política. aunque am-
pliá ndose a una perspectiva más sociocultural , Marilena C ha ui denuncia
ese "mito d e la no violencia" e n que se funda la sociedad brasileii a . Este
mito indica que en Brasil la violencia es a penas un hecho esporádico y
superficial, s iendo. por el contrario. qu e ésta se halla en la raíz d e la es-
tructura socia l del país, desde la familia h asta las relaciones económicas
y la vida política.64
Otra conexión , ésta entre violencia e identidad , ha sido la que ha
planteado más explícitamente Silvia Rivera Cusicanqui. Ella ha qu erido
abordar esta cu estión a partir de una conceptu a lización e mparentada a
la escu ela poscolonial y de la s ubalternidad. Destaca la manera en que
61. Susy Castor, "Haití: el reto ele la formación d e la nu eva policía", en Latinoamérica.
Anuario de estudios la tinoamericanos. N° 27. CCYDEL- Univers ida d Autónoma d e México,
1997 , p. 194.
62. Á. Caniato. ob. ci t. , pp. 157, 163- 164.
63. Eli zabe th Lira. "Transiciones políticas: verda d y m emori a o recon ciliación y d esme-
mori a .. . en ob. c it. , p. 135.
64. Com enta ri os d e Marilena Ch a ui ex traídos de di s tintas páginas web brasileiias.
Seg:u neJo recorrido 55
65. Silvia Rivera Cusicanqui. "La rai z: colonizadores y colonizados". en X. Albó y R. Ba-
rrios. ob. cit. , pp . 29-30.
66. Eclelherto Torres- Rivas. "Sobre la democracia , l<o violencia y el mi edo (América lati -
na en los alias recie ntes)" . en Marta Casaús y Ju an Carlos Gimeno. D esarrollo y diver·
siclad cul tura l en Guatemnla. Gua temala, UAM- AECJ -C HOLSAM/IJ. 2000 . pp.l45-14 7.
67. E. Torres- Rivas. "Con struye ncio la paz y la democr acia: el fin del poder contra in -
surgente". en E . Torres-Rivas y G. Aguilera, ob. cit.. p. 93.
56 Eduardo Devés Valdés
Transición-go bernabilidad
70. Véase Alfredo Joign a nl y Amparo Menénd ez-Carrión . La cqja de Pandora, Santia-
go de Chile, Planeta -Ariel. 1999, p. 13.
71. M.A. Carretón , "Ba lance y perspectiva de la d emocra tización política chilena". en
A. Joignant y A. Menénd ez-Carrión . ob. cit., pp . 55-56.
58 Eduardo Devés Valdés
72. Ma nuel Ant onio Garretón. "La tra nsición chilena. Un a eval uaci ón provisoria". do-
cumento de tra b ajo. Santiago d e Chile. Se rie Estudios Políticos. N° 8. enero de 1991.
pp. 2-3.
73. Ídem . pp . 6-7.
74. Véanse Eu ge nio Tironi. La torre de Babel. Sa ntiago de C hile. Sur, 1984: E. Devés
Valdés, Escépticos de l sentido, Santi ago de Chil e, Nu estra América, 1984: Norbert
Lechner. Los patios interiores de la d e mocracia, Santiago d e Chile, FL.ACSO, 1988.
S egundo recorrido 59
cación y creatividad" . Pero este cambio cultural tiene también. por así de-
cirlo. una base material. La base mate rial ele estas nu evas de mocracia s no
es exclusivame nte un tipo de economía o ele relaciones de producción. "si -
no la comunicaci ón , la creatividad. el conocimient o, la información y la
educación". Existiendo este tipo de base. "la política adquiere también una
connotación diferente y se ubica en el corazón de las luchas por dar y
75
apropiar s entidos, es decir. en lo específica mente cultura1''.
Por esta vía. Carretón llega muy pronto a plantearse los temas d e la
transición, la d emocracia y la política más allá del Estado -nación. s ea en
el ma rco ele los procesos el e integración o el e globalizació n. G Tanto en uno
7
como e n otro caso, aunqu e no lo tem a tice d e esta manera. la cu estión po-
lítica se encu e ntra con la identidad. Si bien no son sus pa labras. de uno
u otro modo llega a la politica como búsqu eda de ide ntida d.
Empero , la identidad como m emoria s e encuentra con la políti ca en
e l te ma d e la gobernabilic la d. Norbert Lechner y Pedro Gú ell pi e ns<m que
la transición chilena orga niza -a partir el e sus condicionan tes inici a les-
determina da "vinculación de los tiempos". Esto quiere decir qu e "en n om -
bre de la gobernabili dad , enfatiza el futuro posible en de trime nto d e un
pasa do de conllictos··. Pero d e manera r ecurrente sostiene n qu e el pa sa-
do irrumpe "socavando la construcció n política del consenso ... porqu e "l<1
mala memoria no p ermite fort a lecer e l vínculo social y las capacidad es de
a cción col ectiva". De hecho , argumentan . "el fundam ento ele un<1 m emo-
ria d emocrática se encu entra en el reconocimie nto de l «otro,·· . e llo qui ere
decir que es n ecesaria una disposici ón "a a proximar dialogada y razona-
77
blemente nuestras «historias»".
Podría decirse que pa ra s a lvar disyuntivas como la propu esta por
Lechner y Gü ell. Helio Jaguaribe postula focalizar la s cosas en esa esfe-
ra ''donde lo importante son las condiciones en las cuales las soci edad es
a ctúan con una racionalidad pública s a tisfactoria'' para realizar esa
"reestructu ración acelerada" qu e consiste ··en imponer a una sociedad re-
trasada profundas reformas ". De h echo, para Jaguaribe "el desarrollo
consiste ese ncialmente en un proceso de modernizac ión equitativa e n el
cual la el evación de la racionalida d pública da origen a una clase políti-
ca competente e idónea , capaz de a dministrar con eficiencia y equidad
75. M.A. Ga rretón , "Cultura política y política cultural" , en M.A. Garretón. S. Sosnows-
ki y B. Subercaseaux , Cultura. autoritarismo y redemocratiza ción . Santiago de Chile ,
Fondo de Cultura Económica. 1993, pp. 223-224.
76. Véase M.A. Garretón , "Las sociedades latinoa merica nas y las perspectivas d e un
espacio cultural" , en América latina: un espacio cultural en un mundo globalizado, Bo-
gotá , CAIJ. 1999.
77. N. Lechner y Pedro Güell. "Construcción social de las m emoria s en la transición
chilena" . en A. Joignant y A. Menénclez-Ca rrión . ob. cit .. pp. 186, 209.
60 Eduardo Devés Valclés
78. Helio Jaguaribe. "Experienc ias y perspec tivas del desarrollo". en Coloquio d e In-
vierno. Los grandes cambios de nuestro tiempo: la situación internacion al. America
la-
Una u M éxico. vol. 11: Las Américas e n el horizonte del cambio. México. Consejo Nacio-
nal para la Cullura y las Arles-UNAM-Fondo de Cullura Económica . 1992. pp. 53. 58-
59 . 63.
79. Véase M.A. Garrelón , "Las sociedades ... ", p. 9.
Segund o recorrido 61
mundo como espacio público. Sobre esto mismo escribe el nicaragü ense
80
Orlando Núñez Soto, a ludi endo a la apa1ición ele un Estado global. enca-
81
b ezado por el imperio nortea merican o. y una sociedad civi l globa1.
Otro brasil ef1o. Emir Sacler. h a pu esto e l problema ele la c iucl acla nia
en oposición a l neolibe ra lismo. A éste es n ecesario oponerle "la afirma-
ción del derecho el e c iud a d a nía para todos: la d e fini c ió n el e las fun cio-
n e s d el Estado en la consolid ació n ele los derechos el e ciudadanía y d e
la sob e ra nía n aciona l: una modalidad d e inserción en la nu eva divi s ión
internacional d e l trabajo y la d em ocratización r a dica l d e la soc ied a d. en
todas las esferas: la institu c ional, la pri vada (fa mili a ). la la bora l (e mpre-
s as) y la int e rnacion a l". 82 En una p ers pectiva parecida se ubi ca el bo li-
viano Ferna nd o Mayorga. para qui en la época de prima do d e la econ o-
mía n eo liberal "pued e entende rse co mo la e m e rgen cia de un nuevo pro-
y ecto esiaial te ndi e nte a d esorgani zar la soc ied a d civil. a ciuclaclanizar
las rel acion es políticas y a circunscribir la toma de decision es en ma -
n os el e una elite". 83
Otra de las man eras d e provocar. d e cu est ion a r o reformular la id ea
d e ciud a danía es la qu e h a insta lado Ga rcía Canclini en Con sumidore s
y ciudadanos. En esa obra aJirm a q u e ha qu e rido "entende r có m o los
cambios en la m a n era ele con s umir han a lte rado las posibilidades y las
formas el e s er ciud adano" . Según piensa. hombres y muj er es p erc iben
que mu ch as de las preguntas pro pi a s d e los c iudad a nos -a dónde pe r-
ten ezco y qué derec h os m e da la ciudad a nía. cóm o pu edo informar m e.
quien represent a mi s intereses- se cont estan m ás en el co n s umo priva-
do de bien es y de los m edios mas ivos qu e e n las r eglas a b s tractas d e la
democracia o en la participación colectiva en espacios públicos . Le inte-
r esa explorar cómo se podría cambi a r la vis ión d e l consumo y ele la ciu-
dadanía s i se las examina juntamente con instrumentos el e la economía
y la sociología política, pero ta mbi é n como procesos culturales y por ta n-
to con los reeursos ele la antropología. p ara trata r la diversid ad y la mul-
ti cultu ralicl acl . En relación con esto d estaca su coi n cidencia con los es-
tudios sobre ciudad anía c ultural que s e efectúan en Estados Unidos.
S egún tales estudios. ser ciudadano no tie ne qu e ver sólo con los cl ere-
80 . Renalo Orliz. "Am é rica la tin a: la visi ón de los cienli stas soci a les". en Nueva Socie-
dad. Caracas . W 139 , septiembre-oc tubre de 1995. p. 133.
8 1. Véase Orl ando Nú!'iez Soto. Manijlesto asociativo y ·autoges tionario. Ma nagu a, Cli'RES.
1998. p. 6.
82 . Emir Sader, "El n eoliberalismo y la lu c ha por un a h ege m onía a lternalíva .. . en Ra-
qu el Sosa Elízaga (coord. ). Amé rica latina y el Caribe: p erspectiva ele su reconstrucción.
ALAS-Un ive rs id ad Nac ion a l Autónoma ele México. 1996, pp . 205-206.
83. Ferna ndo Mayorga. Ma.x Fern á ndez: la política d el silencio, La Paz. ILDI S . 199 1. p. 38.
62 Ed u a rdo D evés Va lclés
c h os reco nocid os por los a pa ra t os estatales sino ta mbi én con las prá c-
ticas s ocia les y c ultura les .84
Es interesant e cómo el plantea mi ento qu e se h ace a pa recer como
una novedad es lo qu e había n a rgumenta do las posiciones progresistas
des d e m edi a d os de l s iglo XIX , d estaca ndo qu e la d emoc racia n o puede r e-
du cirse a una dimen s ión política. Más n ovedosa es s u p regunta r espe c-
to d e s i a l cons umir estam os h aciendo a lgo qu e s uste nta , nutre y hasta
cie rto punto con s tituye un nu evo m odo de s er ciu dada nos .85
Entre las nu evas m an eras de con cebir y de cu esti on a r la c iuda dan ía
se en cu entra la más innovadora a unqu e n o n ecesaria m en te la m ás s ig-
nifka tiva. Se. trata de la relació n en tre ciu dada nía y espacio virtu a l. don-
el e se utili zan numer osas formul acion es muy recientes y qu e todavía no
a lca n zan un carácter s ufi cientem en te con sen s u a l. Mireya Lozada a lude a
"cibersociecl a d , cibe res pacio, ciberciuda da no. h omo d igita lis. comunid a-
des virtu ales. redes telem á ticas, e-dem oc racia , e-elección . política .com ".
La mi s m a a utora se pregunta s i s e trata d e un nu evo es pacio d em oc rá ti-
co: s i s e cons tituye un escen a ri o a lterna tivo de lo públi co , d e lo s ocia l. d e
lo políti co. o con s titu ye un espacio- límite a la id ea d e s en tid os co mpa rti-
dos y proyectos colect'ivos : s i permite la red la con s tru cción in tersu bj eti -
va ele un espa cio públi co dem ocrá tico: s i n o es un c iuda d a n o priva d o
aquel el e la red y qu é forma tom a la a propiación y signifi cación d e lo p o-
lítico entre los intern a utas . Le interesa e nfren ta r estas pregu ntas des d e
la pers pectiva d e Ven ezu e la y el r esto de l continente "qu e atr aviesa per-
m a n en tes fas es d e cri sis e in es tabilicla cl políti ca" _sr;
Esto se a rt icul a a otro probl e m a muy caracterí s ti co de la época y es
la d ia léctica icl entid ad/globa li zación qu e le otorga nu evos s en tid os a la
ciud a d a nía. Postul a q u e e l pr oceso el e glob a lización p u ed e res umirse
com o el pas aj e d e la s id e n t id a d es m od e rnas a otras qu e podría mos
n o mbra r com o posmod ern as . Las id entid a d es m od ern as e ra n terri tori a -
les y casi s ie mpre m on olingü ísti cas . Las p osm ocle rn as son tra n ste rrito-
ri a les y multilingüí sticas . En un p roceso el e integr ación t ra n s n acion a l,
la re ivindicación d e lo público n o p u ed e s er sólo un a ta r ea par a desa-
rrolla rse d entro el e cada n ación . De h ec h o las m acroempresas han cr ea-
do un a es pecie d e "socied a d civil mundia l'· d e la qu e s on protagonis-
tas. 87 En este sen tid o , por ej empl o. pu ed en interpretarse las d em a nd a s
84. N. Gar ci a Can clini. Cons umido res y ciudad a n os. Coqjlictos rn ulticulturales d e la glo-
ba lización, M éxico . Gr ij albo , 1995. p. 19.
85 . Íde m. p. 27 .
8 6 . Mireya Lozacl a , "Politica en r ed y dem ocraci a virtual : l a cu esti ón d e l o público". en
Daniel M a l o (com p .) . Es tudios la tin oam e rica nos sob re cultu ra y transf ormaciones socia-
les en tiempos d e globalización 2. Car acas, CLACSO , 200 l , pp. 133.
8 7. Ídem . pp . 3 1 y 19 2.
Segundo recorrido 63
Movimientos sociales
92. V éase F. Calderón y M. dos Santos. Hacia un nuevo orden eslalal en América lati-
na, B u enos Aires , CL.I\Cso. 1990 . p. 27.
93. D aniel Camacho . "Movimientos p opulares y partidos políticos en Centro América",
en M. Carball o y G. Maih olcl (co mps.). ¿Qué será de Centro América? Gobernabilidad.
legilimidacl eleclora l y sociedad civil, San José , FES-CEDAL, 199 4 , pp . 19 1-193.
94. D . Camacho y R. M enjívar. Los mol!imientos populares en América latina , M éxico.
uNu-Sigl o Veintiuno , 1989. p. 16, 20-21.
95. E. Jelin, "Introducción", en E. J elin. Ciudadanía e identidad ... , pp. 6. 13.
66 Eduardo Devés Valdés
Mujeres y género
96. F. Calderón y J.L. Reyna , "La irrupción encubi erta", en J.L. Reyna (comp.). ob. cit. ,
pp. 382-386. 390.
97. Véase a este respecto el trabajo ele Eugenia Rodríguez Sáenz. "G én ero e historia en
América Central: un balance (1957-200 1)". en E. Rodrígu ez Sáenz (ed .). Mujeres. géne-
ro e historia en América Centra l durante los siglos X\TJII. XIX !J xx. Costa Rica. Unifem,
2002.
98. L. Arizpe, "Prólogo·· a E. Jelin. Ciudadanía e identidad .... pp. XI y X IV .
Seg tm do reco rri d o
67
99 . E. J elin. "lnt roct u cc ión '·, en E . J elin , Ciudada nía e id entidad ... . p p. 3. 13.
1OO. Cec ilia Bl on del. en E . J e1in, Ciudad a n ía e identidad .... p . 25.
lO l. T er esa Pires d o Ri o Cal cl eira . en E. J elin , Ciudad a nía e identidad .. .. p . 78.
l 02 . Rosa ri o León , en E . J elin . Ci udadan ía e id en lid ad ... , p. 22 5.
103. Silvi a Riv er a Cu sic anqui. ob . c i t .. p. 2 57.
104. A n a L. Carrill o. ··In d ias y la d ina s" . en Nueva Sociedad, N ° 111 , Ca r acas . en er o -fe-
brer o de 199 1. p p. 109 y ss.
68 Edu ardo D cvés Valdés
105. M ár gar a Russollo . "Punta y pom o del discurso : la voz femenina en l a poesía lati-
n oam ericana ", en Ana Pi zarra (comp. ). Palabra. liieralura e cuUura. Sao Paulo-Ca mpi-
nas. M emoriaJ - Unicamp. 1994 . pp. 80 7 . 809, 8 12.
Segundo reco rrido
69
... esta trayector ia h acia la a utono mía crítica. e l pensamie nto lati -
noam e t·icano ha d ebid o e nfre ntarse a la mito logía de la .. n e utrali -
d ad·· leva nta da por el h ombre d e O ccide nte . nculralida cl en la que
toda experienc ia clife ren c iable e n tér minos de etnia. clase o gé nero
sexual deviene e l continent e oscum ele la parcialiclacl. e l subje tivi s-
mo. la imprecisi ón. la ··irrac io nalidad·· . 11 ' 7
109. José Luis Gómez Marlinez. Mas nlla de In pos modernidad, Madrid , Mileto. 1999.
p. 160.
110. Raúl fornel-Betancourl. citado por J.L. Gómez Marlínez , ob. cil.. p . 164.
Segu nd o recorrido 71
Arturo Roig, por su parte. qui er e detectar cuándo y dónd e se die ron
a lgunos de los "primeros pasos en la construcción de un discurso de oí-
dos ad ecuados para la percepción d el otro". Pi ensa qu e si bien entre las
d écad as d el 60 y 70 se gestaron "todas esas fil oso fí as libe racionistas qu e
ahora tratamos ele asumir desde la Jllosofía latin oamericana", en r ea lidad
a ntes "en el ca mpo ele las letra s y ele la plástica". con las vanguard ias de
los 20. fu e dond e s e di eron esos p asos. Roig se olvid a d el di scurso polít i-
co anterior a esa época dond e ya estos asuntos había n s ido tratad os. 11 :3
En toci o caso estampa el hecho el e que "la problemática ele la intercultu -
raliclacl y. en pa rticul a r del tipo d e d iá logo qu e genera. sea cuest ión asi-
mismo ele importancia para la fil osofía latino<lme iican a". 11 .¡
Aho ra bi e n . el libe racioni s m o clescle s us orígen es (P. Fre ire. G. Gu -
t iérrez. E. Du ssel) im p licaba est a dim en s ión. a unqu e no s iempre co n el
g ra do d e expli citación qu e ll egó a ten er durant e Jos 90 y. por cint o. no
p a ra todos los a utores a soc i<l dos a esta s posi c iones.
El lib eracionism o así como se h a amp li a do se ha id o bifurca nd o e n
tendencias di sciplina rias: m ás allá ele la tradicional pedagogía . teo logi<l.
estrategia o fil osofí a . apareció e l d e recho (Ad olfo Pé rez Esqu ive!). la so-
ciología (0. Fa ls Bord a. Antonio Gmcia) y la p s ico logía el e la libe ració n
(I gnacio Martín -Baró) . Ad em ás el e la bifurcación di sciplinaria , a pa recie-
ron dive rsas co rri entes de ac uerdo con orientaciones ideológicas o polí-
ti cas t a nto como con é nfa s is má s teóri cos o prácticos y co n icl cnticl<ld es
institucionale s . Pued en di s tinguirse aquí los qu e se ubi can en una lín ea
m ás académ ico- universitaria (E. Dussel. R. Fornet-Betanc ourt. J.C.
Scannone, J. Libani o, L. Boff. Rubén Dri. G. Gutiérrez, A. Siclekum. l.
Ellacuría . Carlos Bravo Ga ll ardo). qu e son los más fu e rtes t eórica m en -
t e: por otra parte. se encu e ntran qu ien es están agrupados en el Depar-
tamen to Ecuménico de Investigacione s de San José de Costa Rica. más
1 11. Véase Tzvi Medin. Enire lajemrquía y la !iberacióri . Fondo de Cultu ra Econ ómica -
Un ivers id a d Nacional Autónoma de México. 1998.
112 . Leopoldo Zea, -cultura occiden ta l y culturas marginales .. . en David Sobrevill a, Fi·
losq{ía el e Lo cu li um. Madrid . CSJc-Trotla. 1998. pp. 207 y ss.
11 3. Véase el lomo 1 de esla obra . ca pítulo "Socialismo y a narqui s mo".
J 14. A.A. Roig. "Fi losolla la tinoa m e ri cana e inlerc ulturalid a d ... en Raúl Fornel-Belan-
courl. Untenvegs z ur in le rlculiurelLen Philosophie. Dokumen tali on eles 11 ln terna liona.-
len Kongresses für ln lerkullurel le Phil osophie. IKO-Verlag. s/f. pp. 130 y 140.
72 Ed u a rdo Devés Valdés
1 15. Enrique Dussel. 1492 o e ncubrirne nto do Outro. A orixe do mito da Modernidade.
S antiago d e Compostela . Encrilla da . 1993, pp . 193-1 94.
116. E. Dussel. Fundamentación é tica y filosq(ta de la li beración. México , S iglo Ve inliu -
no-Iztapa la pa , 1992, p.103.
117 . Leon a rdo Boff. Qttinienlos ar'ios d e evangelización. Santand e r. Sal Terrae. 1992 ,
p . 11.
118. J .C. Scann one. "Norm as é ticas en la relac ión entre culturas··. en D. Sobrevill a. ob.
cit.. p. 240 .
Segundo recorrido 73
pobreza ··. que posibili te realizar "las exigen cias fundam ental es de la vida".
-
Pie nsa el teólogo chileno que la respues ta que ha dado la Iglesia ameiica
qu e
na a la problem á tica d el indio puede ilumina r la respues ta definitiv a 123
merece de parte de la teología el probl ema de los derecho s humano s.
En el Departa mento Ecumé nico ele Investig aciones ele Costa Rica se
Allí.
h a desarro llado un a teología d e la liberaci ón ele corte más político.
con relación a po-
franz Hinkela mmert quiere refl exionar teológic amente
a d e la segurid ad na-
siciones como el nazismo , el liberali smo o la doctrin
por
cional. Preocup ado por las relacion es entre la teología y la política o
espacio s ele la izquierd a y la
la teología política . se ocupa de ésta en los
ea la tensión entre teología y mi -
derecha , estudia ndo de man era s imultán
En ese mismo espacio el chileno -costarr icense Helio Ga -
tos s eculare s. 124
v Centen ario
huma nos" ,
123 . J . Aldun ale , "Elemen tos para un a r enova da teología ele los derechos
en J. Aldun a te , ob. cil. , pp. 162 , 169 - 170.
de Chile , Ame -
124 . Véase Fra n z Hinkelam merl. Democracia y totalitarismo. SanUago
rindo. 1987. pp. 229 y ss.
la tin oa m erica no··.
125. Helio Ga lla rd o, "La teología de la liber ación com o p ensami ento
en Pasos , W 5. S a n J osé de Costa Rica . 1995, pp . 20, 30.
d e la dem ocra-
126 . Giulio Gira rcli , "Fi losoria popu la r de la liberació n . fundam entación
r evolu cio nari a". en Á. Rico y Y. Acosta (cornp s .). FiLo·
cia y r efuncl ación d e la izquierda
sofla l.aLínownericanu .... pp. 51 y ss.
Segundo recor ri do 75
t u a lidad con el contin en te: para p e n sar , para cuestionar. para reco rdar.
para proyectar. También. s in duela. pa ra decla m ar. Allí se hizo presente ,
d esde muy d iversas p erspectivas. la cuest ión de las identidades.
Hub o mú ltip les m a n eras de entra r o salir en/d el v Centen a ri o: 127 la
inserción int ernacional y geopolítica ele América (Leopo lcl o Zea): la rela-
ción y comparación en tre Améri ca y otros contin entes (Alicia Maye r) ; el
sentido d el e ncuentro e ntre quienes h ab ita b an Améri ca y quie n es venían
d e otras regiones (Floriberto Díaz Gómez, Rubén Bareiro Sagui er. Agu s-
tín Cu eva. Darcy Ribeiro, Enrique Dussel, Claud ia MaJo Gonzá lez): el s ig-
nificado y la imagen el e Améri ca para e l r es to del mundo. sobre tocio pa-
ra Eu ropa, en aspectos tecnológicos, económicos o d el p ensamiento y la
c ultura (Miguel Rojas Mix. Juan Ortega Medina. Horacio Cerutt i. María
d el Refugio González, J a nice Teodoro d a Silva, José Arrom , María T. Bos-
que. Carl os O. Nallin . Fernando Aínsa); la in tegración. sus alcances y
sus límites o e l relanzamiento de la p ropuesta como programa. proyecto
o utopía (Leopoldo Zea): la hi stori a. el destino y e l papel d e los pueb los
in dígen as (Floriberto Dí az Gómez, Rigoberta Men c hú . Luis Lumbreras.
Claudia Ma lo González) ; los presagios y a nteced e n tes míticos o cie n tífi-
cos (María Lui sa Rivara Tuesta, Carlos Boc h García. Mig u el León Porti-
ll a , Ju an Ortega Medina . Elsa Cecilia Frost. José Arrom): el s ign ifi cado
de las conmemo ra ciones de l v Centenari o. desd e el punto de vista de la
memoria histórica , como desde la pos ibilid ad de proponer proyectos pa-
ra el con tinente: Rubé n Bareiro postu lando que "quinient os a 1ios ele vi-
da en común son irrevers ibles" : J avie r Pi n eda preguntá ndose "por el ti-
po de m odern ida d qu e se quería para Chil e'·: Enriqu e Dusse l con el te-
ma del "encubrimiento de l otro"; Luis Lumbreras poni endo en re lieve "los
orígen es de la razón colonia l''; Bernardo Subercasea u x de nunciando el
"défi cit de espesor c ulturaJ ": Rubén Dri lla m a ndo "a poner en funciona-
miento la m emoria hi stórica"; Helio GaJ lardo destacando la presencia de
127. Véanse L. BolT. Quin ientos m1os .. . , E. Dusse l: 1492 o encu brime nlo do outro ... ; H.
Gallardo , 500 afias. Fenomeno logía de l mestiZo: violencia y resistencia. San José de
Costa Rica. Departa mento Ecuménico de lrwestigaciones. 1993: Javier Pin edo. "Tres
debates cultura les duran te la tra n sición chilen a a la democracia: el fin de la h istoria,
el rol de Jos in telectuales, el quinto centenario". en L. Zea y M. Maga llon (comp .). La·
tinoamérica cu llura ele culturas. México. Fondo de Cu ltura Económica -Unesco -IPGH,
1999: L. Zea (comp.). Ideas y presag ios del d escubrimiento de América. Méx ico. Fon-
do de Cultura Econó mi ca-JJ>GJJ . 1991: L. Zea (comp.). Quinientos w'los de historia. Sen-
tída y pro9ección. México. Fondo de Cultura Económica-JPGH , 19 9 1: L. Zea (comp.). El
descub r ímienio d e América y su impacto e n la llisioria , México, Fondo de Cultura Eco-
nómica-JPG H, 199 J: L. Zea (comp.), Sentido y proyección d e la conquista, México. Fon-
do d e Cultura Eco n ómica-IPGH. 1993: L. Zea (comp .) , El descubrimiento de América y
s u sentido aclu.al. México. Fondo ele Cultura Económ ica-II'GH. 1989: Casa d e las Amé-
riccts, N° 184. La Hab ana . julio-seDtiernbre ele 1991; Quinto Centenario , Mad rid , JC I,
número desd e 1989 en a d elante .
76 Eduardo Devés Valdés
Lo latinoamericano
l . Véase Ed u ardo Devés Valdés. "La red SOLAH-FIEA LC y la responsa bilidad d e los inte-
lectu a les ... en Uniue r stLm . año xv. Universidad de Ta Jea , 2000.
80 Eduardo Devés Valclés
A este gran proyecto se unieron otros temas rel eva ntes: el aumento de la
pobreza y de las desigu a ld ades. el asunto de la s uste ntabilidad y el me-
dio ambiente. el desafío d e la globalización y la internacionalización de
los mercados.
En el la tino(rte)america nismo. pa rticularmente en el grupo de estu-
dios culturales y suba lternos agrupados en torno del IILI y la Revista d e
Liieraiura Iberoamericana, el gran proble ma fu e descubrir Jos elementos
poscoloniales en la cultura, intentando ampliar el ómbito de manifesta-
ciones cultural es hacia sectores poco abordados. principalmente en lo
popular y lo masivo.
El eurolatinoamericanismo. con un proyecto intelectual men os d efi-
nido. mostró un atan de coordinación . organización. ordenamiento y ca-
talogación, constituyéndose a sí mi s mo e n un objeto clave de trabajo. Los
bancos d e d atos. revistas. informativos. redes informá ticas. etc .. mu es-
tran una capacidad muy acendrada d e autoconciencia y de afán proyec-
tivo. La revista Redial, por ej emplo , marcó un viraje e n la conciencia d el
e urolatinoame ri ca nismo que a la vez logró ampliar sus cuadros . s u s con-
gresos y sus centros, en pa rte. debido a la gran anuencia de exili a dos y
estudiantes ·de las dos décadas anteriores.
El Corredor de las Id eas, por su parte, ha qu e rido a bordar lo latinoa-
m ericano desde las ideas y la construcción de redes intelectu a les e n el
Cono Sur. ubi cando allí la cuestión el e la id e ntidad . la d emocracia y la in-
tegración como claves. 2
Ensayo
2. Véase Anlonio Siclekum (org.). Corredor de las Id eas : integración y globalización . San
Leopolclo. Universidad del Va lle de Sinos. 2000.
Terc er r ecorrido 81
tra o. m ás a mplia mente. con Ezeq ui el Martínez Estrada . Ma ria no Picón Sa-
las. Germ án Arciniegas y Lu is Cru·doza y Aragón. Con matices. sus preocu-
paciones son muy similares a otros ensayistas de fin es de siglo como Gra-
ciela Sch eines . Arcadio Díaz Quiúon es. Víctor Flores Olea, Hugo Biagini.
Edgar Montiel o Bernardo S ubercaseaux . Fuentes se pregunta por la para-
doja de un continente con una identidad tan fu erte -pocos pu eblos. pien -
sa, poseen un a riqu eza y continuidad comparable s- a la vez que un a tan
3
dramática incapacidad para establecer una identidad política y econ ómica.
Julio Ortega se ha r efe 1ido al discurso de la abu ndancia y de la ca -
rencia.4 Cierta m ente la paradoja de Fuent es se identifica mucho m ás con
la caren cia. Lu ego de un a ''década pe rdid a", lo m en os q u e p u ede ver se en
la ensayísti ca lati n oamerica na es cómo se traslu ce e l sentimiento el e fra-
caso y la consecuen te m odestia qu e trajo un golpe de esa poten cia. Algo
muy parecido ocu rre co n la a rgentin a Graciela Sch eines qu ien quiere "sa-
ber por qu é el fracaso apa rece como una sombra const;mte en el hmizon-
te sudam e rican o". qu e ell a se expli ca. a l menos e n pa rt e. por "los mitos
de América d e los que arrancan los desmesurad os s u ei'tos ame ri canos··.
En Las m e tóJoras d eL_[r-acas o. S udamé ricn : ¿geograjia d el desencuentr o?,
pone en relieve t res mitos: Am é1ica co rno vacío. como panüso a pto para
edificar la utopía y como barbarie. A éstos va a agrega r luego la idea d e
laberinto. En un a escritura qu e recu e rda mucho a Eduardo Mallea . Eze-
quiel Martín ez Estrada y Héctor A. Muren a . p asa a preguntarse específi-
cam e nte po r lo argentino y el prob le ma del desarraigo y del entierro: "Los
argentin os t¡·anscuiTim os e ntre mtt er tos y s umergid os en las turbul e n-
cias de las cri s is cotidianas. bajo Uerra". E l ent er rado es un muerto. se
pudre. Lo qu e falta en la Argentin a es fe y a rra igo.
5
3 . Carl os Fuentes, El espejo emenudo, México . Fondo de Cultura Económica, 1992. p. 11.
4 . Véase Julio Ortega. El discurso ele la abundcmcia. Caracas. Monte Ávila. 1992.
5. Gr aciel a Scheines, Las mf'Lé!]'oras de/ji-acaso. Suclamérica: ¿geogrq[la ele/ desencuen -
tro?. La Habana. Casa de l as Américas. 1991. pp. 7-8. 180, 182.
6. B eatriz Sarl o . Escenas ele la L'ida posmoclema: inlelecluales . arte !-1 l!icleocullura en la
Argentina. Buenos Aires. Espasa Calpe. 1994. p. 7.
82 Eduard o Devés Va lclés
to. a la vez que refiri éndose específicam ente al a mbi en te intelectual . Ho-
penhayn . heredando los términos d e Umberto Eco así com o una trayecto-
ri a que en Chile había desarrollado tempranam ente la id ea de la p érdida
del sentido como desencanto. 7 en N i apocalipiico s ni integrados intenta s u -
perar, retratando. esa s itu ación. Destaca problemas como e l estar "cruza-
dos por un e ntr et~ jid o de incertidum bres". o el de "un s u eño integrador
pulverizado": se refie re a un "incendio cu ltural " destacando situaciones
que convergen e n este clima: "Abandonar la imagen de una revolu ción po-
s ible es ta mbién una mutación cu ltura l: una peculiar forma de m orir", mo-
rir por a u sen cia de acontecimie ntos. de redención . de fusión. Destaca una
serie de mutaciones que le s u ena n a conformism o: acudir a "pequeñas ra -
zon es" para justifi car la existencia . el "adhoquism o" , la renuncia a la vo-
luntad de ruptura. la im posibilidad de una "síntesis social", la "desterrito-
rializació ll v sus efectos r elativizador es de las id e ntid ades··.8 Ante esto una
d e las respuestas m ás "wios 90" h a sido la recuperación de la memOI-ia.
para decirl o e n palabras d el puertorriqu eño Arcadio Díaz Qu iñones: "Se h a
gen erado la necesid ad de redefinir el pa pel de los in telectuales y ele la me-
moria histórica".9 Edgar Monti el h a sostenido, s in embargo. un discu rso
antagóni co a la desesperanz a, al fin de s iglo y a la posmod emiclacl. En EL
humanismo americano, amén d e postu la r la novedad , la otreclacl, la impor-
tancia de Am érica en la fundación del r elato humanista y consecuente -
mente ele lo modern o , in siste en qu e América no será nunca posmoderna
pues aquí la espe ranza y la utopía forman parte de lo con stitutivo del con -
tin e n te. Consecuent e con ello es su descubrimie nto-invenci ón de un hu -
manismo wnericano fundamenta lmente esperanzad or. 10
El ensayismo d e fin de siglo r ecibe, retom a, r eelabo ra. un conjunto
de problemas (de cam in os) qu e se cruza n: memoria. globalizació n, uto -
pía , marginalid a d-m asivo-popul ar. crítica literari a y c ultural. Estos pro-
blemas representan otros tan tos acápites de este trabajo. Valga ahora
só lo destacar cómo, a partir d e l clima d e frustración. fracaso o escepti-
cismo. se r epla ntea una vez más en el escen ario in telectual la tinoa m e-
ricano la disyuntiva mode rnización/i dentidad como oposición y como
búsqueda de con cili ación .
Fernando Calderón, Martín Hopenh ayn y Ern esto Ottone en Esa es-
quiva modernidad . D esarrollo, ciudadanía y c uliura en América Latina y el
Car-ibe, se plantean "asumir el r eto d e con cilia r las particu laridades his-
tórico-cultu ral es d e lss r egiones con la vocsción universal ista del desa-
rroll o y la mode rnid a d" . Según estos a utores ligados a la CE I'AL , la tensión
iclenticlacl/m oclernicl a cl tien e un carácter dinámico. Su propu esta es que,
para avanza r en ls con ci liación de es tas dimen s iones, es clave "superar
la dia léctica el e la n egación clel otro". En un planteami ento que a lud e muy
clara m e n te a 18s di scusion es existentes e n Ch ile sobre modernizac ión y
cultura (en las que te rcia ron Pedro Moranclé. Berna rdo Subercasea u x,
José Joa quín Brunn er. Crísti á n Parker. Marcos Ga rcía ele la Huerta y
Jorge Larraín. e ntre otros), tanto como alud e a los postulados de Enriqu e
Du ssel y del liberacionis mo, los a ut or es ele Esa esquiva m od ernidad pos-
tulan qu e s i se qui er e qu e los "tej idos inter cultura les sean fun c ion a les a
la constitu ció n el e socieda des m ás equita ti vas e integradora s. más lil.Jres
y tol e ran tes , co n m ayor capaciclacl ele a ut odetermin ación. mayor susten-
tabiliclacl a mbienta l y esta bilicla cl democrát ica. d ebe superarse lo qu e
a quí h em os ll a m a do la di aléctica ele la n egación de l otro··. Al superar esa
negación se sentarían las bases pars ·'ser modernos h oy clía". '
1
1 l. Fernando Calderón . Martín Hopenhayn y Ernesto Otlone. Esa esq uiva mod erniclacl .
Desarrollo. ciud adanía y culLtira en América LaUna y el Caribe. Caracas. Nueva Socie-
dad -U nesco, 1996. pp. 10- 1 l.
12. Bern arcto Subercaseau x, Chile ¿un p aís moderno?, Santiago d e Chil e. Grupo Z ,
1996, pp. 11 -12.
13. Escribe Larra ín: "Este libro no h a bría s ido esc rito si no hllbi era leid o a utores chi-
lenos com o Pedro Mo randé. Carlos Co usiño, Edu a rdo Valen zue la y Crisli á n Parker. to-
dos ellos con un a linea distinta a la mía. Fueron ellos los qu e s in qu erer despertaron
mi interés y curiosidad por los problema s de la identid ad y m odernidad en América La-
Una"; Jorge Larrain, M odernización . razón e identidad e n América LaUna, Santiago d e
Chil e. Andrés Bello. 1996 . p. 1O.
El libro qu e re pla nteó esta discusión en Chile fu e el ele Pedro Moranclé, Cultura y
moderniza c ión en América Latina (Santiago el e Ch ile. Universidad Ca tólica. 1984) y a d e-
má s ele los men cion a d os por Lar ra in participa ron los ya c itados Subercaseaux , Hopen -
hayn y José J oaquí n Bru nner (véase Javier Pin eclo. "T res debates c ulturales durante
la transición chil ena a la d em oc racia: el nn de la histori a , el rol ele los intelectu a les. el
quinto centen ario". en Leo polclo Zea y Mario Maga llón, co mp s .. LaUnownéricn : cultura
de cultu ras, México . Fondo de Cultura Económ ica, 1999).
14. J. Larrain , ob. cit. , p. 11 .
84 Eduardo Devés Va lclés
institu ciones como Alberto Sala dino. estudio so de la historia ele la s ideas
y
ele la cien cia. así como inmigrantes: el peru a no-mexican o Ri cardo Melgar
Bao y el a rgentino -mexicano Carlos M. Tur o el is raelí Tzvi Medin , quien
desde s u país h a conserv ado conta ctos. especia lmente por s u s tr a b ~ jo
s s o-
bre el pensam ie nto de Leopold o Zea . Es te grupo estuvo en la b ase y
en el
manten imiento el e la red SOLI\JH'li ::ALC (Socieda d Intern a ci on a l de Es tudios
s obre Améric a La tin a y el Ca.Iibe. Fed eración Internac ion a l de Es tudios
so-
bre Amé1ica Latina y el Caribe) . tra b a ndo múltipl es r ela ci on es con la tinoa-
m erican os y la tinoa m eiicanis ta s qu e resid en y trab aj a n en alreded
or de
cin cu enta pa íses y qu e por cierto se ocu pan de tem as mu c ho m ás a mplios
qu e la his tori a de las id eas. manten iendo esta tem á tica una importa
n cia
básica en la id entida d ele la red.
Otros grupos h a n desa rrolla do una la bor importa n te. pero focalizá ndo
-
se casi única m ente s obre el pen sa.Inien to de s u país. Es éste el cas o de
los
cos ta.I-Iice nses. Allí Ma lia Sa lvadora Ortiz, Flor a E. Ovares y Álvaro Qu
esa-
da han ido da ndo form a a un espacio de traba jo en qu e el pen samien to
cos -
taJTicen se. en a lguna conexi ón con el centroa meii ca.IlO y el la tinoame
ii ca-
no en gen eral. se articul a con relación a la cu estión n a cion al y a la identi-
dad . Algo s imila r h a11 hecho los pu ertoriiq uei1os Arcadi o Dí az Qui!1on
es .
Ma ria Elena Rodrígu ez Castro y Jua n Flores. En Cuba. Pa blo Gu a cl a rra
ma
ha organiz ado ta mbién un grupo de estudio s sobre la evolu ción d el pen
s a-
miento de s u país . Aunque en Brasil no se ha clesanol lado una escu ela
de
estudi os del pen sa miento la tinoarne 1icano con la trayecto iia d e México
o la
Argenti na . s e han ido constitu yendo grupos de trab ~ jo . especia lmente en el
esta do de Sao Pa ulo. que han ido m ás a llá del estudio ele las ideas n
acio-
nales. Son destaca bles los tra baj os de María Helena Capela to. José
Luis
Beirecl . Alberto Aggio y de Claudi a Wass erma n , esta última de Porto Alegre
.
Por cierto, m á s signilka tivos s on los trabaj os específi cament e r efeiidos
al
propio país cuyos autores. por otra p a rte, h a n s ido casi nula m ente estudia
-
dos en otras regione s de América la tina. Por cierto el primer lugar donde
se
ha cu!Uvaclo algo así como el pensam iento brasile!1o ha s ido en la Univer-
sidad de Sao Paulo. especia lmente en el m a rco ele las tesis d e posgra
do ,
a unqu e no sólo allí. Figuras como Wils on Martins . José Murilo de Carvalh
o,
Sergio Miceli. Lilia Moritz Schwar z, Ricardo Benzaq u em de Ara uja ,
entre
otras persona s , han producido trab~os de conjunt o o monografía s s obre fi-
guras clave d el pensa.In iento brasile!1o. Han produci do tan1bién trabajo
s
importa ntes sobre el pensa.Iniento d e sus países el peruano David Sobre\r:
i-
lla. el argentin o Osear Terá n. el pan a m eño Ríca urte Soler. Ma rta Casaús
y
Teres a Ga rcía Guira ldez sobre Guatem ala. Carlos Roj as Osa rio en Pu
erto
Rico, el colombi a no Javier Ocampo López y los hondur ei1os Roberto Casti-
llo, Jorge Mario Ga rcía Laguard ia y Rolando Sierra. 18
En la última década del siglo, quien más teorizó sobre el pensami en-
to latinoam ericano y las mane ras de abordarl o ha sido el cuyano Artu-
ro Roig. Afirma h a ber sostenid o y sostener "que existe una filosofía
nuestra. es decir. una filosofía latinoa m eri ca na" y que ésta "debe ser
construi da. es decir, mostra d a en sus comienz os y r ecom ienzos". Le in -
t e resa ir al pensami ento como "acto d e producc ión discursi va qu e habrá
de s er ca pta do en toda su riqu eza en relación con el m ed io social en el
que surge". Discurso valioso e n la m edida en qu e p e rmite "reconst ruir
todas las voces del universo de su propia época" p ero también . destaca
Roig. '·y es lo qu e nos interesa p a rticularm ent e en este caso [.. . ]. la con -
tinuidad de voces que ele é poca e n ép oca van mostran do e l ejercici o ele
la subj e tividad'' el e nu estro continen te. Piensa qu e los textos el e Simón
Bolívar. Simón Rodrígu ez. Juan Bautista Alberdi. Fra n cisco Bi lbao. Jo -
sé Ma rtí. "se e nmarcan d entro d e los límites d e un a form a di scurs iva
que es la qu e nos permite ve r s u valor como comien zo y recomi en zo d e
una so la filosofí a , nu estra filo sofía latinoam eri can a". En los textos d e to-
dos estos autores. pi ensa Ro ig . ha sido posible d19escubrir "la pres enci a
d e un sujeto qu e asume su propia subj e tividad ''. Ofe lia Schutt e ha s e-
ña la do cómo e n Roig aparece toda un a r eelabora ción del concepto
"N u estra América " , como una Am éri ca latin a para nosotros , cu estión
que tiene qu e ver con la autocon cien cia y la subj etividad cons tituid a por
e l "pa ra n osotros" . De este modo la pu esta en re li eve d e "Nu estra Amé-
rica" es a la vez la insta lación de un "juicio norm a ti vo·· d esd e e l cual "el
20
sentido de Am érica se con vierte e n objeto d e nu estra discu s ión ". Por
cierto los plantea mi e ntos d e Roig vien e n a inse rt a rse a su vez en un de-
sarro ll o qu e se r e monta al m enos a los 50. cuando Leopold o Zea h abía
plantead o aquello d e la concienc ia a me rican a. d e su búsqu eda o detec-
ción . J avier Pin edo ha s in tetizado las id eas d e Roig poniénd olas en s in-
tonía con la s el e Arturo Ardao y Leopoldo Zea. Pa ra e l estudi oso c hile no .
a qu ello que marca el s e ntido el e los tra bajos sobre p e nsami ento la tinoa-
merican o d e estos a utores lo co nstituye n tres d etermina cion es: "Supe-
r a r e l impresio nismo d e las ge n eracione s a nte riores[ ... ] reivindi ca r una
posición no acad émica del qu e hacer filosófico , incorpora ndo un a pers-
pectiva inte rdi scipli naria" y apuntar a l acrecent amiento "ele una con- 21
ciencia que permitie ra conoce r y manifes tar una identida d partic ula r".
pp. 164.
19. Arturo Roig, Rosiro y .fll osofla d e América Latina, Men doza. ED JUNC . 1993.
167. 168.
oa m erica -
20. Ofelia Schulte. "Prelimin ar. De la con ciencia pa ra sí a la solidarida d lati n
es sob re el pensam iento teórico d e A. A. Roig··, en A. Ro ig . ob. cil. , p. 17.
n a: renexion
de la hislori a inlelec-
21. J avie r Pinedo. "Nuevas pe rspectivas teóri cas y m et odológicas
a" , e n Hu go Cancino T .. Susann e Kl en gel y Na n cy Lenzo. Id enti-
lual de Améri ca La Un
Vervu er l-
dad y mét.od o: a proxirnnci ones a la /¡istoria d e ln s ide((S e n Américn LaUna,
fb eroa m erican a. 1999. p. 17.
8R Eduardo Devés Valdés
22. Ana Pizarra. Palaura. literatura e cultu ra. Sao Pa ulo, Unicamp-Mem orial de Amér i-
ca Latina, 1995 .
Tercer reco rrido 89
lista). Es cierto, sin embargo , que se reconoce que muchos ele los desarro-
llos teóricos proviene n de las décadas del 60 y 70 e incluso del 50: las
obras más citadas de Antonio Cornejo Polar como de Ángel Rama son
aproxim adament e de 1980. las de António Candido todavía son anteriore s.
Una posición más latinoam eri canista en cuanto a los refe rentes es la
de Ana Pizarra qui en. e n un tono qu e recuerda los manifies tos. ha eles-
tacado que "situado s en el espacio de los temas y proble mas generado s
en el cambio el e la s itu ación histórica que h oy se hace evidente y en es-
pecial con el impacto producid o por las ll amadas nu evas tecnolog ías ele
los 80, estamos intentan do observar las líneas centrale s d el desarrollo li-
terario cu ltural del siglo xx" . Con una vocación historici sta, lo qu e le in -
teresa "es observar la moderni zación de los lenguajes··. en otras palabras ,
detectar ese "desplaz amiento de los modelos referenc ial es d esde los pa-
trones ibéricos y luego frances es a la generaci ón de modelos propios" qu e
por cierto desd e s u punto de vista "enriqu ecen el espectro de una cons-
trucción id entit c:u-ia más arraigad a en la m emoria cu ltural propia··. Y aun-
que para Ana Pizarra "modern ización y rescate d e la memoria·· r ep resen -
tan los dos polos de una tensión que parece estar presente a lo largo a l
menos el e bu e na parte d el siglo xx. concibe por otro lado a ese mismo pro-
ceso mod ernizado r como el qu e precisam ente genera e l rescate de la me-
mori a. que es el fundame nto ele lo identita rio . En otro r egistro. reivindi-
ca una capacida d explorat oria ele ·'frontera s c ultural es" como uno de los
"campos abiertos" donde se perciben m ejor "los procesos el e cl este rTitoria-
21
lización y los nuevos m estizajes producid os por la globalizélción". :
Un énfasis distinto d el d e Ana Pizarro, sin s er n ecesa riamente con -
trario , es el q u e realiza Beatriz Sarlo, especial mente a l historiar Punto d e
Visl.a y su empresa inte lectual. Contand o e l modo como, tímidam ente
.a
partir de 1977. comenza ron a conversa r Carlos Altamira no. Ricardo Pi-
gli a y ella, buscand o la ubicació n de espacios donde desenvo lverse y co-
mo , paulatin amente. se fu e acrece ntando el grupo y constitu yendo el
proyecto , Beatriz S arlo traza un progra ma teórico. La revista. r ecu erda,
"había comenza do a traducir y difundir líneas de pe nsami ento nu evas
e n Argentin a: Raymon d Williams . Pierre Bourd ieu . Richard Hoggart y la
estética de la rccepció n". Miguel Dalmaro ni ha precisad o m ás este per-
24
fil refiriénd ose a la "oper ación Raymon d Williams " , ese proyecto de im -
portació n de teorías inglesas . Dos razones. afirma, fueron explicita das
por Sarlo y Altamira no para hacerlo: la primera, emprend er una profila-
xis antipa ri sina, es decir, antiform al ista. mediant e un retorno a l sujeto,
25. Punto de V ista no fu e sólo una revista ocupada d el lema li terari o o d e los estudios
c ultura les. No lo fu e ni quiso serlo. De s u Consejo de Direcci ón form a ron parte perso-
nalid a des que se desempe ñaban en otras disciplinas co mo José Aricó, Ju an Ca rlos
Portantie ro, Hilcta Sábato y Hu go Vezze lli. Asimi smo, inslilucionalrnenle esle gru po es-
tuvo muy ce rca del Programa ele Estudios de Hi sto ri a. Economía y Sociedad (rr-:m:sA)
con sliluido por Hilda Sába lo , Leandro Guti é rrez. Luis Alberto Romero. Juan Ca rl os Ko-
rol y Ricardo González.
26. Miguel Dalmaroni , "La mod a y «la trampa d el sentido común ''· en Or!Jis Te rUus.
a ño 11 . N" 5. Unive rsidad ele La Plata , 199 7 , p. 14.
27. Mabel Moraiia. "Crítica literaria y globalización cult ural" , en Papeles ele MonieL'i-
deo. N" 1, junio 1997. p. 19.
91
Tercer recorrid o
ras d e los es tudios literario s la tino3111 erica nos: Pedro Henríqu ez Ure-
ñ a . Antonio Canclido . Ángel Rama . Antonio Cornej o Pola r.
4) La actu a lización teórico- m etod ológica: la n ecesida d el e estar al día.
de renovar se. ele inserta rse en las pol émi cas el e Occiden te. Aquí la
ve ntaj a obt enid a por el mundo anglófo no (a nglo-no rte-indi o-sajón )
sobre el fr311 cófon o h a sido nítida.
5) El afán. a lgo velado y conf1i ctuado aunqu e no m enos fuerte, por
ap untar a lo propi o. a la ide ntid a d , a la me mori a. a la expresi ón.
6) El afán por hacerse cargo d e otras disc u s iones o problem áticas pre-
s e ntes en el ambien te intelect ua l y que in terpel3J1 a la literatu ra y a
-
los estud ios literario s como la posmod erniclad , la globaliz ación. el fe
minis mo . la poscolo ni a liela d .
Los estudi os litera rios. ya se destaca ba. han tenido un crecimi e nto
otor
fu e rte en el la tino(rte )a me ricanis m o y pu ede decirse qu e ése es el m
uno de los motore s) que mu eve al resto ele ese convoy. Esto
(o a l m e n os.
ele
hace notori as dos observa ciones: la primera es la curiosa incapac idad
este sector para dialoga r co n el otro gra n s ector d el pen sami ento la tinoa-
su
m ericano qu e también tiene origen e n Estados U1iidos. a unque n o en
es tudios literario s cri tica n o
latin o(rte)am eri cani s mo, el n eo liberal. Los
lismo pero no discute n práctica Jllen -
cuesti onan los clichés del neolibe r a
te nunca con los n eoli berales latin oa merican os o latino(r te)3lller icanos.
ibl e-
Éstos tampoc o deba ten co n los estudio sos de la lit eratura . Presum
uno el e estos sectore s casi no sospech a la existen cia d el otro.
m ente cada
mu c has in-
La segund a observa ción ap unta a des taca r cóm o. a pesar de
novacio n es. los estudio s literario s co n tinúan ligados a l en sayo, género
de
que s e revitali zó en el fin d e s iglo latinoa meri ca n o. Trabajo s como los
erna o Instantá neas: medios,
Beatriz Sarlo (Escena s d e La vida posmod
ciudad y costum bres en eLfin d e s igl.o). Arcad io Diaz Quiñon
es (La me mo-
cwlibaL es). Mario Vargas Llosa (José Ma-
ria ro ta). An a Pizarra (De ostras y
arcaica ) y el mi s mo Ángel Rama (La ciudad lel.m-
ría Argued as: la utopía
un espacio . un género. un estilo que no h a sido subsum i-
da} , muestr a n
do o desapar ecido por el artíc ulo en la revista especializada .
Posmod ernidad
mayor efervesce ncia fu e a fin es de los 8 0 . Se dio e n con exión con otras
di scu sion es: con aqu ell a sobre el fin d e la historia.28 s obre la m od ernid a d
(Brunne r), sobre el dese n canta miento de la p olíti ca (Lec hner). sobre el es-
cepticism o y la cri s is de los p a rad igm as políticos (Ca rretó n) o epistémi -
cos (Nelly Ric h a rd), con la glob a lización (Sa rl o).
La d isc u s ión s obre la pos m odernicla cl fu e una di s c u s ión menos inú -
til qu e a qu ella de l fin ele la hi s toria . p ero con m ayor con cie n cia c ulpa-
bl e. Norm a lme n te . quien es p a rticipa r on d ebi eron a lu d ir a la cu es ti ón ele
las mod as . s obre s i el probl em a corres pondí a a la r ea lid a d con tine nta l
o s i acaso e r a apen as una mo da qu e n os ll egaba . pregun ta qu e po r ci e r -
to n o se h a pl a n teado en la s d iscu s io n es s obre el m esti zaj e . la tra nsi -
ción a la d e moc racia o e l s ubd esa rrollo. Esta pregunta s e h a cía pa ula -
ti namen te r elevan te (d e nu ncia n te) c u a nd o sostení a n a lgun os qu e Am é-
r ica la tin a . n o h a bi e n do ll ega d o d e m odo c a b a l a la m ock rni dad . m a la-
m en te pu ed e e n contra rse e n la posm od ernida d. Cu es ti ón qu e. p or otra
pa rte, con t ra s ta con un p la ntea mi ento a lte rnativ0 q u e sosti e n e q u e
Am é ri ca la tin a p or s u h et E' rogen eida d cul t ura l h a b rí a s ido posm ocl e rn a
avan L La leLLre. 2 ~)
La p osición pos m oclt> rn ist a s urgió a par ti r d el m edi o cul tura l fra n-
cófon o , especia lm en te ele la obra de J ean-Fra n <;ois Lyotar d . pe ro r eci- ·
bie ndo ele m e n tos d e J ean Ba u cl rill a r d, J a cqu es De rri d a y Mic h e l Fo u -
ca ul t, a unqu e ta m b ié n ele a utores n o fra n cófo n os como G ia nni Va tt im o
y Fred eri c J a m eson . Uni é nd ose. o m est izá nd ose. con un a trad ición
gram scia n a se fort a leció co m o c rí tica ele las posicion es m od erni zad or as
ingenu as. q ue p r ocla m a b a e l pe n sami ento n eoli b era l. a pegad o a un a
propaga nd a tecn o logicis ta y comuni cacio n a l. La c rí tica ci l n eoli b er a li s-
mo s e rea lizó s imultán ea m e nt e co n la críti ca (a utocrític a ) de las p osi-
c ion es s esen ta y.s e te n t is tas. el e un a izq ui erda d em asia d o confi ada en sí
mism a y e n el progr es o. Los pos m oder n istas criticar o n a Au gu sto Pin o-
c h et y a Ern esto "C h e" Gu eva r a s imultá n eam e nte . El d iscurso d e los
posm od e rnis tas fu e "an tipinoc h egu evara" en lo b eli cis ta. e n lo d el cam -
b io total. e n lo d e optimis m o fun dacion a l. e n lo de pe n sa mi e nto esqu e -
m á ti co. En este sen tid o facilita ron la r en ovación del socia lis m o y la r e -
valor ización d e la d em ocr acia a m edi a d os el e los 8 0 . Lec hn er destacó
precisam ente cómo e l clima posmod erno favoreció que se h aya comen-
zado a valorar el p lura lismo étni co y cu ltu ral. la divers idad d e las es-
tructura s económi cas y la to lerancia político- id eológica . la dife rencia
soc ial. :w Por su parte. Rigobe rto Lan z puso e n r eli eve la n ecesidad d e
pensar la políti ca posmod erna con categorí as pe rtinente s. Es n ecesario
leer esa política. a su vez. en clave posmod e rna , aunque reco noce que
no existe una sola sino múltipl es claves en la ·posmod ernid ad . E:n fatiza
particu la rm ente la necesid ad ele compren der el '·inclivicluali smo pasmo-
ci erno". que no debe ser confund ido con el individu alism o libera l o bur-
gu és . y que asocia a una nueva form a el e subjetiv id a d. En léls expresio -
nes ele este incliviclu alismo y ele esta subjetiv idad. a rgume nta. lo que
"est á primand o es un a r ad icalizaci ón de la expe ri e ncia com o refere nte
inm ed iato d el sentido. como generad or de nu evas id e ntificaci on es".
31
Robe rto Foll ari , a su vez. qui e re "re propone r las condicio nes d e lo po lí -
tico en la nueva situació n sociocul tural: e incluso reapropia rvalOI-e s po -
líticos mod ernos, as umi e ndo la .ex istcncia d e un clima c ultural pos mo-
clernizad o" . Argume nta el m e ndocino qu e "constat a .. y no "p ropon e" lo
posmocl e rno como proyecto o como hori zonte el e valores. :l:.>
Igm1cio Corona destaca las m a neras e n que se expres<1 el d ebat e lct-
tinoame ricano sobre posmocl erniclad y cómo éste se transfor ma en d is-
c urso poscolon i a l. es pecia lm ente e n e l espacio el e los es tudios lit e rarios .
Marca tres "co ntinuid ades d e sentido" : In primera s e re fi e re a que "se
co mpre nd e a l posmode rni smo como una fa se r eactiva , crítica. tal vez
correctiv a d el mod e rnismo ··: la segunda . a la existe n cia ele "un a lectura
política de la posmod erniclacl y de l posmod ern ismo"; la te rcera , "la más
frecuent e y persisten te··. se r efiere a que la crisis. ele los s ist·em as fil osó-
ficos impli caria efec tos liberado res. '·formula ndo este rel ato en té rminos
de de scolonia li zación o posco loni a li zación. la eman cip ación im agin ada
a través d el posmod ernismo sería tanto o mús pod erosa que la del pro-
gr eso, mode rnis ta p e ro paradóji ca mente menos ta n gible o visuali zab le".
Ahora bien , recogi e ndo un a posici ó n que ha sido atribu ida a Walter Mig-
nolo . y que tiende a poner en r eli eve la existenc ia en la propia trayecto -
ria la tinoame ricana de (al menos) rudim entos de crítica antico lonial, in-
cluso previos a Ángel Rama . insiste Corona en qu e "el diálogo con e l
posmode rni smo m etropolit ano. será más provech oso s i parte d e la base
le . FLACSO,
30. Norb erl Lechner. "U n desencant o llamado posmocler no" , Santiago de Chi
1988 , document o 369 , p. 16.
N° 6. Ca-
3!. Rigoberto Lanz, "Las condic iones posmoder nas de la polí tica". en Relea,
racas, Cipost-ucv . septiembr e-diciemb re ele 1998 , p. 151.
Latina··.
32. Roberto Follari , "Contribu ción id debate sobre posmocler n icla d en América
en Relea, N° 7 , Caracas. Cipos l-ucv. enero-abr il de 1999 , p. 154.
94
Ed uardo Deves Valdés
33. Ign acio Coron a , "¿Vecino s d istantes? Las agen das críti cas
posmode r nas en Hispa-
noa méri ca y Brasil ", en Revis ta Iberoam er icana. vol. LXJV . N° 182-
183 . en er o-j u ni o d e
1998, p p. 2 3c 2 5, 27 .
3 4. J .J . Brunner , ob . cil .. pp. 2 16,2 18 -21 9 .
3 5 . B. S a rl o, Escenas ... pp. 9 . 5 7.
36. Véase Edu a rd o Me ndi ela. "La a lleri zación de l otro: la c riti ca
de la r azón lati n oa m e-
rica na ele S a nti ago Cas tro Góm ez", e n Revis ia Iberoame ricana. vol.
LX III . N° 180. Pitts-
burg . julio-s eptiembr e ele 19 97. p. 528.
95
Tercer recorrid o
los estudi os
l. En los años 90 el grupo- tema-r ed más influye nte fue el d e
cu ltura les··
cultura les. Es import ante señala r que e l con ce pto "estud ios
latinoa meri-
r epres e ntó m á s una bande ra bajo la cual se han agrupa do
en Estado s
canos (o latinoa m erican istas). mucho s de ellos resid entes
gmas. que un
Unidos . que preten dían critica r o pensar ntt evos paradi
s cu ltura les.
grupo de gente qu e verdad era mente practic ara los estudio
el e reorde n a mien -
En este sentido se encu entra sobre todo un a propu esta
Cs particu larme nt e el
to del campo o de política univer sita rio-cul tural.
Richar d
ca so d e Ma b el Mora T1a. Ana Pizarra , de la frances a-c hile n a Nelly
y del nortea m ericano John Beverl ey.
ó el
La red de los es tudios cu ltura les es similar a aqu ell a qu e plante
tres década s a ntes. Aunqu e los cultu -
proble ma ele la de penden cia dos o
mayor es qu e los de pe nclenti stas en su
ralista s son etariam ente mucho
ambos gru-
época de es pl endor. puede decirse qu e en términ os gen erales
por su parte, un se llo de mental idad y se nsibili dad
pos poseen . cad a uno
nd oles una person alidad qu e los di s tingu e n eta m ente
compa rtida, otorgá
la prese n-
d entro del ca mpo in telectu al del contin ente. Ta n ma reant e es
no h ay otro
cia d e unos y otros , qu e pu ed e afirma rse qu e entre a mbos
n eidad. No alcan-
grupo ele la misma en vergad ura . cr eativid ad y h omoge
ron sobre dem ocracia y re-
zaron esta vitalid ad quie n es en los 80 trabaja
al , a unqu e en el nivel d e la
novaci ón ni. mu ch o m enos. el grupo n eoliber
práct ica h aya obteni do cuotas el e poder mucho mayor es.
ha
El grupo el e estudio s cu lturale s ha s ido el qu e con énfasis mayor
ad, a pesa r el e sus misma s reserva s resp ecto
puesto el tema de la icleniid
ción ele
d el concep to. Su perma n ente crítica a l neolibe ra lismo, su concep
as de 1900 con ceJ?ían a l positiv ismo d e tlnes del
és te tal como los arielist
pación por la identid ad.
XIX . s e realiza norma lmente desd e una preocu
Aunqu e s e tra taría ele un n eoatiel i s mo o. valga la parado ja. úna suerte de
po de los
atielism o calibá.nico. al poner énfa sis (especia lmente el subgru
oprimi do-mar ginado .
"subal ternos", véas e más adelan te) en la cultura del
sus citacio n es recípro -
Oitma r Ette ha record ado cómo el grupo por
el lector se tropiez a con
cas sugier e una "red muy densa e n c uyo centro
el nombr e de Néstor García Cancli ni". La citació n recípro
37 ca es un crite-
una red (y ello a unqu e mucha s
rio clave p a ra d etermi nar la existen cia de
rmine en una crisis de autoag ota-
veces. a l igu a l qu e la endoga mia, te
homog eneida d y caráct er a un gru -
miento ). pues contrib uye a otorga rle
. otro factor clave es el afán de re-
po intelec tua l. En este mismo sentido
w ], 1996, p. 5.
96 Edu a rd o Devés Va ldés
38. ll eana Rodríguez m e ncion a entre otros a Renato Ortiz. S il viano San tiago. Beatriz
Sarl o. Julio Ramos. Ernesto Lacl au, Nelly Ri ch a r d. Albe rto Morei ras. S ilvia Spitta, Wal-
ter Mignolo. John Beverley. Mabel Maraña. Fern ando Coro nil. Carlos Sanjinés, María
Milagros López. In tercala constantemen te poscoloniales y estudiosos de la cu ltura de
otros ca mp os. especia lm ente los d e procedencia india. per o tamb i{>n a Sluart Hall y
Edou a rd Glissant. lleana Rodríguez. "Geogra fías l1sicas. histori as locales. culturas glo-
bales ... en Mabel Mo raiia (ed.]. Nuevas perspectivas d esde/sob re América Latina. San-
tiago de Chil e . Cuarto Prop io-JJLJ. 2000.
39. N. García Canclini. Culturas hibridas : estrategias ¡mra entmr !J salir de la modern i·
dad. México , Grij a lbo, 1990.
Tercer recorrido 97
40. Nelly Rich ard , "Signos culturales y m ediaciones acad émicas". en Beatriz González.
Cullum y Tercer Mundo, Caracas. Nueva Sociedad. 1996, t. 1, p. 2.
41. Jesús Martin-Barbero , De los medios a las mediaciones. Méx icu. Gustavo Gili.
1987, pp . 9-10.
42. Véase N. García Canclini. "Introducción" y "Políticas culturales: ele las icl entidacles
nacionales al es pacio latinoa m ericano". en Nés tor García Canclini y Carlos Ju a n Ma-
neta [coorcls.), Las industrias culturales en la integmción latinoamericana, Buenos Ai-
res , Eudeba-SELA, 1999.
98 Eduardo Devés Valdés
Subalternos
En el seno del grupo ele los estudios culturales del la tino(rte)a meri-
canismo se gesta el grupo de los "subalternos". Aparece como una rama
que emerge hacia la izquierda desde un tronco mayor. Los "subalternos"
postula n una posición más política y con énfasis metodológicos específi-
cos, pero no expresan una práctica diversa de estudios culturales. De he-
49. Véase A. Silva. "Lo público frente a lo global. Arle urbanoo y nuevas tecnologías". en
Jesús Martín-Barbero. Fabio López ele la Rocha y Jaime Jaramillo (ecls.) . Cultura y glo-
balización. Bogotá . CES- Universidad Nacional. 1999.
50. John Beverley, "Postcriptum". en Mabel Maraña (ed.) , ob. cit. , pp. 500-501.
51. Ídem. pp. 506-507.
100 Eduardo Devés Valdés
cho casi no los realizan, como buena parte del grupo inicial que sólo de-
clara o pretende pertenecer a esa red pero continúa practicando única-
mente estudios literarios.
Quien más ha teorizado sobre el tema es John Beverley. Participan
también del grupo Ileana Rodríguez. José Rabasa, Javier Sanjinés. Se ha-
llan más o menos cercanos Walter Mignolo, Santiago Castro Gómez. Al-
berto Moreiras. Algunos residentes en América latin a se han conectado
también con este grupo en la medida en que se asocian igualmente a los
estudios poscoloniales de la India; es el caso, por ejemplo. de la venezo-
lana Beatriz González Stephan, discípula de John Beverley y represen-
tante del foucaultismo ortodoxo, y de las bolivianas Silvia Rivera Cusi-
canqui y Rossana Barragán.
Estas últimas han destacado cómo fueron generándose en América
latina posiciones que empalman con los estud ios poscoloniales de Orien-
te. Ven allí antecedentes de las posiciones de la subalternidad asumida
en los 90. Destacan la manera en que Pablo González Casanova se había
referido al "colonialismo interno", para explicar la heterogeneidad de las
sociedades latinoamei;canas; o la manera en que algunos historiadores
argentinos como Carlos Sempat Assadourian. Enrique Tandeter y Juan
Carlos Garavaglia posibilitaron una renovación teórica, a l con centrar sus
estudios sobre la minería colonial e n Potosí y la población laboriosa indí-
gena: o la manera en que se estudia ron , por parte de René Zavaleta y Al-
berto Flores Galindo, así como también por autores reunidos en el Taller
de Historia Oral Andina (TII OII), las insurgencias campesino-indígenas y
la opresión oligárquica. generando todo esto un debate s imilar al de los
poscolonialistas de la lndia. 52 Estos antecedentes , aunque las autoras no
lo seii.alan , pueden remonta rse mucho antes. al dependentismo y al "ise-
bianismo" (! SEB, de Instituto Superior ele Estudios Brasileños) ele Paulo
Freire y. todavía más, a Fanon, Mariátegui u otros.
John Beverley se ha ocupado ele destacar la "vocación política·· de los
estudios culturales, en especial ele la rama subalterna , siguiendo en ello
las posiciones del jamaiquino Stuart Hall. Recuerda Beverley que. lu ego
de la derrota sandinista en 1990. algunos latinoamericanistas que ha-
bían tenido algún compromiso con la revolución nicaragüense comenza-
ban a discutir "por qué veían estos proyectos como fracasados o limita-
dos". En esas discusiones apareció la constatación de que varios de ellos
conocían la obra del grupo poscolonial de la India y que los indios se
planteaban problemas muy parecidos: "Las limitaciones del nacionalis-
mo populista y de la teoría de la dependencia, la insuficiencia del Esta-
53. John Beverley, "Sobre la s ituación actual de los estudios cullurales", en Juan A.
Mazzo tti y Juan Zevall os (coords.), Asedios a la heterogeneidad cultura!, Ann Arbo r,
Asociación Internacional de Perua nistas, 1996, pp. 464-466.
54. Ídem. p. 467.
102 Eduardo Devés Valdés
55. Santiago Castro Gómez. ··Teorías sin disciplina", versión electrónica . p. 4 , www.en-
sayo.rom.uga.edu: "Latinoamericanismo. mod ernidad. globa li zación. Prolegómenos a
una crítica poscolonial de la razón"'. pp. 6-7.
56. \Valter Mi gnolo, "Herencias coloniales y teorías poscoloni a les". en Beatriz González
Stephan (comp.) . Cultura y Tercer Mundo. Caracas. Nueva Sociedad. t. 1. p. 100.
57. lleana Rodríguez. "Geografías llsicas. historias locales. culturas globales·· . en Ma-
bel Maraña (ed.) . ob. cit.. p. 479.
Tercer recorrido 103
Nación -nacionalismo-nacionalidad
que no haya sido relevante sólo para Costa Rica. Uruguay. Nicaragua o
Puerto Rico. teniendo eco en casi todas partes. especialmente en México.
En 1987 Carlos Monsiváis publicó en Nexos un ensayo sobre el nacio-
nalismo. o sobre el patriotismo, interesándose más por el sentimiento o la
m entalidad creados en el marco de los fenómenos culturales contemporá-
neos que por la nación propiamente tal. Según Monsiváis. el campeonato
mundial de fútbol de 1986 en México "ha revelado la evaporación del pa-
triotismo tradicional y la presencia de un nuevo patriotismo. cuyo centro
es el espectáculo y cuya razón de ser desaparece al fin del juego". A partir
de esta tesis. se pregunta por "el nacionalismo que cunde en las clases po-
pulares" o ese "nacionalismo popular" que quiere clasificar históricamen-
te en sus diversas etapas. Formas de expresión de un México olvidado o
enmascarado (Octavio Paz). resultado de políticas culturales en 1920-
1940 (como las de José Vasconcelos). de las propuestas de "unidad nacio-
nal" ligadas a una apuesta al progreso en 1940- 1960. de la tensión entre
nacionalismo y modernización en 1960-1980. o de una crisis producto de
la democratización violenta de la vida social. de lél democratización desde
abajo, a partir de 1980. Esta última etapa expresa el "rech azo de los pa-
noramas unificadores y el gu sto por lé1 fragmentación ". En este "periodo
marcado por la sobrevívencia". el nacionalismo. escribe Monsiváis. "se ex-
presa como rencor antigubernamental. desconfianza. teatralización de la
violencia, cinismo y escepticismo respecto al futuro naciona l. admiración
por la tecnología y sentimientos a ntiimperialistas manifestados sardónica-
mente, renovación de la fe en el localismo".6 1 También en 1987, Roger Bar-
tra publicó Lajaula de la melancolía como una aguda ciitica a lo que ha-
bían sido los tópicos clásicos de la concepción del y de lo m exicano. Pre-
tendiendo desmontar o desconstnlir este discurso, circulnrmente. Bartra
termina reponiéndolo y otorgándole nueva vigencia a la n ecesidad de pen -
sar una identidad y un carácter nacionales. Poco después. en 1994. Víc-
tor Flores Olea publica dos ensayos: Rostros en movimiento y La espiral sin
fin, cuyo objeto principal es la condición de México, apareciendo allí. a ca-
da paso. el problema de lo nacional en su triple dimensión de pasado, pre-
sente o futuro. Flores Olea piensa lo nacional mexicano con relación a los
proyectos modernizadores y a las reivindicaciones identita.Jias, viendo es-
ta tensión particularmente en el marco de los procesos globalizadores y de
modo específico con relación al Tratado de Libre Comercio.
Fernando Cajías plantea el tema de la nación de modo similar a Flo-
res Olea, pero sólo en un sentido: la relación entre nación e integración y
los obstáculos que existen para ello. Cajías se refiere a los "mitos históri-
cos como obstáculos" para la cooperación con algunos países vecinos y
61. C. Monsivá is. "Muerte y resurrección del nacionalismo m exicano .. , en Nexos. año x.
vol. 10, W 109. México. enero de 1987. pp. 13, 20.
Tercer recorrido 105
62. Fe rna ndo Cajías. "' Los mitos históricos como obs tácul os", en Raúl Barri os (ed.). B o·
livia. Chile y Per {t: una opción cooperativa. La Paz. UDI\PEX · ILDI S- 111 -CALl . 1997. p . 17, 25.
63 . Hugo Achúgar. "El pres en te d el pasado. o balance y liq uidación de la n ación", en
Papeles de Montevideo. N° 2, oc tubre de 1997. pp. 110 y ss . .
106 Eduardo Devés Valdés