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Hª DE LA IGLESIA

ANTIGUA

P. José Antonio Calvo Gómez

Daniel Lamana
Universidad Eclesiástica 2º
San Dámaso Teología

FRANCISCANOS
CONVENTUALES
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo

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“Y cuando sea necesario, vayan por limosna. Y no se avergüencen, sino más bien recuerden que
nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios vivo (Jn 11,27) omnipotente, puso su faz como roca
durísima (Is 50,7), y no se avergonzó. Y fue pobre y huésped y vivió de limosna Él y la
bienaventurada Virgen y sus discípulos.
Y la limosna es herencia y justicia que se debe a los pobres y que nos adquirió nuestro Señor
Jesucristo. Y los hermanos que trabajan adquiriéndola tendrán una gran recompensa, y hacen que
la ganen y la adquieran los que se la dan; porque todo lo que dejarán los hombres en el mundo
perecerá, pero, de la caridad y de las limosnas que hicieron, tendrán premio del Señor”
(S. FRANCISCO DE ASÍS, Regla no bulada IX, 3-5.8-9)

www.pazybien.org
En portada: Jean-Léon Gérôme (1883). La última oración de los mártires cristianos. Walters Art Museum, Baltimore.
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Índice
Presentación 1
1- Introducción. Objeto, método, historiografía. 2
10 ideas preliminares sobre la Hª de la Iglesia 2
Objeto, historiografía y método 3
1- Contenido 3
2- Historia de una idea y de un pueblo 3
3- Una primera definición 3
4- En la formación pastoral 4
5- No hay peligro de relativismo si se vive con fe. 4
6- La historiografía más importante 4
7- La metodología: la reflexión creyente. 4
8- Algunas disciplinas auxiliares 4
9- La unidad sustancial de la Hª de la Iglesia 4
10- La relativa división en periodos 4
2- El origen de la Iglesia 5
2.1 Jesucristo, fundador de la Iglesia 5
1. De la existencia de Jesucristo 5
2. ¿Qué sabemos de Jesucristo? 7
2.2 La comunidad de Jerusalén 9
1. El origen de la comunidad 9
2. Cómo se configura la comunidad 10
2.3 San Pablo y las comunidades paulinas 12
1- ¿Quién es S. Pablo? 13
2- Primer viaje apostólico 13
3- El Concilio de Jerusalén 15
4- Segundo viaje apostólico 16
5- Tercer viaje apostólico 17
6- San Pablo, gran evangelizador 17
2.4 La comunidad de Roma y la presencia de S. Pedro 18
1. Algunas dudas históricas sobre la presencia de Pedro 18
2. Siete testimonios literarios 19
3. Dos testimonios arqueológicos 20
2.5 Los demás apóstoles 21
1. San Juan evangelista 21
2. Las tradiciones sobre la primera evangelización 22
3. Las tradiciones sobre cada uno de los Doce Apóstoles 22
2.6 La implantación de la Iglesia en la Península Ibérica 23
1. La evangelización de Santiago en España 23
2. Cinco argumentos a favor 23
3. Tres argumentos en contra 24
4. Hay que estar con la tradición 24
5. San Pablo en la Península Ibérica 25
6. Los siete varones apostólicos 25
7. El cristianismo espontáneo en la Península Ibérica 26
3- Las persecuciones del imperio romano 28
3.1 La hª de las 10 persecuciones 28
3.2. Las causas y su significado 32
1. Las causas y sus fundamentos legales 32
3.3. La valoración para la cultura pagana y para la Iglesia 33
1. La primera polémica: sobre el número de los mártires 33
2. Los criterios de Hertling para discernir el número 33
3. Las actas de los mártires 33
4. La persecución moral y literaria 34
5. Las consecuencias para la Iglesia 34
6. La espiritualidad del martirio 34
4- La vida de la Iglesia primitiva 35
4.1 Las iglesias locales, las metropolitanas y la comunión con Roma 35
1. Las iglesias locales 35
2. Las iglesias metropolitanas 37
3. La comunión con Roma 38
4.2 Los ministerios eclesiales, los sacramentos y las fiestas cristianas 39
A. Los ministerios eclesiales 39
B. La iniciación cristiana, los sacramentos y las fiestas de la Iglesia primitiva 40
4.3 El ejercicio de la caridad y la vida cotidiana 43
A. El ejercicio de la caridad 43
B. La vida cotidiana 44
5- La extensión de la Iglesia en el Imperio Romano pagano 46
5.1 La misión en un contexto de conversiones 46
5.2 La expansión en el Mediterráneo 47
6- La iglesia en el Imperio Cristiano 49
6.1. La Iglesia del siglo IV, el giro constantiniano y el edicto de Milán (313) 49
1. Un hecho controvertido y polémico 49
2. Hubo aspectos positivos 49
3. También hubo aspectos negativos 49
4. La respuesta de la Iglesia 50
5. Un tiempo de gigantes 50
7. La llegada de Constantino al cristianismo 51
8. La primera consecuencia: la libertad de los cristianos 51
9. Las partes del edicto de Milán (313) 51
10. La colaboración de Constantino 52
11. Hay algunas dudas sobre su sinceridad 52
12. Algunos signos de su sinceridad 53
13. La persecución de Licinio 53
14. La transformación del Imperio de pagano en cristiano 53
15. La difícil travesía del siglo IV 53
16. La supervivencia del cristianismo 54
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
6.2- La evangelización, la estructura orgánica, los ministerios y el culto 54
1. La conversión de la aristocracia 54
2. La correcta relación Estado – religión 54
3. La conversión de los intelectuales 55
4. La conversión de los campesinos a finales del siglo IV 55
5. La sustitución del antiguo paganismo por el cristianismo 55
6. La ruptura de la neutralidad 56
7. La tensa relación Iglesia – Imperio 56
8. La Iglesia sobre el Imperio 56
9. Estructura de la Iglesia en el Imperio 56
10. El obispo de Roma 57
11. Las iglesias parroquiales 57
12. El clero en el Imperio 57
13. Los candidatos a la clericatura 57
14. La formación del clero 58
15. El sustento del clero y su fuero 58
16. El celibato de los clérigos 58
17. Novedades del culto en el siglo IV 59
6.3 La ruptura de la Iglesia imperial 59
1. El donatismo, en el norte de África 59
2. El arrianismo, en Alejandría 60
3. El primer concilio de Constantinopla (381**) y la divinidad del Espíritu Santo 62
4. Otras herejías después del 313 63
7- La construcción de la cultura cristiana 64
7.1 Los ascetas, los eremitas y los anacoretas 64
1. Introducción 64
2. El ideal del monje: la vida de Cristo 64
3. El sustrato antropológico 64
4. La consagración de ascetas cristianos 65
5. La Carta a las Vírgenes 65
6. Los monjes del desierto 66
7. El monacato, denuncia profética 67
8. Referencias espirituales de los Padres del Desierto 67
9. Texto: Vida de san Antonio 68
7.2 Los cenobitas y los monjes occidentales 68
1. Introducción 68
2. San Pacomio (290-346) y el origen de la vida comunitaria de los monjes 68
3. El monacato de san Basilio (329-379) 70
4. El origen del monacato occidental 70
5. El monacato de san Agustín (356-430) 71
7.3 San Benito de Nursia y las comunidades benedictinas 72
8- Las primeras invasiones y la transformación eclesial 73
1. Las primeras invasiones de los pueblos germánicos 73
2. La predicación arriana más allá del limes 74
3. La conversión del occidente bárbaro 75
Anexo I: Fechas para el examen 78
Anexo II: Examen 78
Daniel Lamana
Presentación
Objetivo: aprender a interpretar la Historia de la Iglesia Antigua, y no tanto los
sucesos. También abordaremos los sucesos, pero lo más importante será saber
interpretarlos.
Bibliografía: dos manuales principales, pero bastan los apuntes tomados en clase.
- Hª de la Iglesia I. Edad Antigua. Jesús Álvarez Gómez. Sapientia Fidei (BAC)
- El clero y los religiosos en la edad media. José Antonio Calvo Gómez (Síntesis)

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
1- Introducción. Objeto, método, historiografía.
Estudiaremos Roma a nivel histórico para entender el ambiente en el que se mueve
la Iglesia en los primeros siglos.
“Católico” sólo correctamente empleado después de Nicea.
10 IDEAS PRELIMINARES SOBRE LA Hª DE LA IGLESIA
La Hª como proceso irreversible: el tiempo es nuestro instrumento de trabajo. Hª: proceso irreversible
Los hechos afectan hacia adelante: aunque podemos considerar categorías de
promesa o cumplimiento, incluso estas tienen que darse para que haya promesa. Hechos afectan hacia delante.
Imposible prever efectos
Francis Fukuyama (El fin de la Historia): con motivo de la caída comunista
proclamaba el triunfo del liberalismo, y con ello, el fin de la Historia. Con el
ataque del 11-S quedó patente que no era así, pero él proponía que, a pesar de
ello, toda la historia era occidental ahora. Con el 11-S cambió, a pesar de todo, el
rumbo del mundo, siendo imposible de prever. Hasta que no ocurren, no se
pueden considerar sus efectos.
Lo que antes valió, ahora ya no vale: ejemplo claro; la línea Maginot. Lo mismo
puede ocurrir en la Hª de la Iglesia, lo cual no quiere decir que no se pueda Lo que antes valía, ahora no
aprender de ella. La Hª no ayuda a no volver a equivocarse, sino a entender por
qué nos vamos a volver a equivocar.
Historiografía: la explicación. La palabra Hª la podemos usar para referirnos a
aquello que ha sucedido o el estudio de eso mismo. Por eso es preferible usar Historiografía: explicación de la Hª
(interpretativa ≠ descriptiva)
para el segundo significado el término historiografía. Y esta disciplina debe ser
interpretativa, no meramente descriptiva. Ello ayuda al desarrollo de una visión
crítica.
La Iglesia es histórica: hay una evolución humana, social, institucional… La Iglesia la
Iglesia histórica
forman personas, estructuras, normas, etc. Debemos conocer hechos, procesos,
personajes…, y, sobre todo, saber interpretarlos.
La historia de la salvación como clave para comprender: es la historia del hombre,
sí, pero, sobre todo, la Hª de Dios en la Hª del hombre. No hay una Hª pagana y Clave: Hª de Salvación
una de Salvación; toda Hª, por terrible que sea, es parte de la Hª de Salvación
(pecado incluido). De hecho, a veces puede ser llamativo lo paganos que pueden
ser los mismos cristianos.
Dios se hace histórico (Ga 4,4): “Cuando llegó la plenitud de los tiempos, se Dios se manifiesta en la Hª
manifestó”. Dios se ha manifestado en la Hª, en unas coordinadas concretas. Esto
inaugura una dinámica particular, y divide la Hª en dos.
“En el cristianismo, el tiempo tiene una importancia fundamental. Dentro
de su dimensión se crea el mundo, en su interior se desarrolla la Historia
de la salvación, que tiene su culmen en la plenitud de los tiempos de la
Encarnación y su término en el retorno glorioso del Hijo de Dios al final de
los tiempos. En Jesucristo, Verbo encarnado, el tiempo llega a ser
dimensión de Dios, que en sí mismo es eterno. Con la venida de Cristo se
inician los últimos tiempos (Hb 1,2), la última hora (1 Jn 2, 18), el tiempo
de la Iglesia, que durará hasta la Parusía.” (Juan Pablo II, Tertio Millennio
Adveniente, 10)
La Historia es clave en la Iglesia: en sentido estricto, nace en la última parte de la Hª es clave en la Iglesia:
Hª de la Salvación. Nace y se desarrolla en la Hª, y por eso es irreversible, única, irreversible, única, irrepetible.
irrepetible. La reforma es volver al origen, pero hay cosas del origen que son Hacia delante pero irregular.
irrepetibles. Recorre un camino hacia delante, pero irregular. Es fácil juzgar a
toro pasado, pero lo que nos toca es interpretar el presente y construir hacia
delante.
La historia de la Iglesia es teología: la Hª es también lugar teológico en el que Dios La Hª es lugar teológico de
habla; es Revelación. revelación.

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Daniel Lamana
“El plan de la revelación se realiza con hechos y palabras, intrínsecamente
conexas entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la Historia
de la Salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos
significados por las palabras; y las palabras, por su parte, proclaman las
obras y esclarecen el misterio contenido en ellas.” (Concilio Vaticano II,
Dei Verbum 2)
“Dios determinó convocar a los creyentes en Cristo en la santa Iglesia,
que fue ya prefigurada desde el origen del mundo, preparada
admirablemente en la historia del pueblo de Israel en el Antiguo
Testamento, constituida en los últimos tiempos, manifestada en la
efusión del Espíritu Santo, y se perfeccionará gloriosamente al fin de los
tiempos.” (Concilio Vaticano II, Lumen Gentium 2)
También es empírica: se pueden emplear los métodos empíricos, analizar, hacer Empírica: método histórico-
crítica… Por ello vamos a emplear el método histórico-crítico, la crítica de las crítico, uso y crítica de éste
fuentes. Haremos incluso crítica del método mismo, pero debemos hacerla.
OBJETO, HISTORIOGRAFÍA Y MÉTODO
1- Contenido
El contenido de la Hª de la Iglesia es, según Eusebio de Cesárea (s. III-IV)
“Es mi propósito consignar las sucesiones de los santos apóstoles y los
tiempos transcurridos desde nuestro Salvador hasta nosotros; el número
y la magnitud de los hechos registrados por la historia eclesiástica, y el
número de los que en ella sobresalieron en el gobierno y en la presidencia
de las iglesias más ilustres, así como el número de los que en cada
generación, de viva voz o por escrito, fueron embajadores de la palabra
de Dios; y también quiénes y cuántos, y cuándo, sorbidos por el error y
llevando hasta el extremo sus novelerías, se proclamaron públicamente a
sí mismos introductores de una mal llamada ciencia y esquilmaron sin
piedad, como lobos crueles, el rebaño de Cristo; y, además, incluso las Eusebio de Cesarea: perspectiva
desventuras que se abatieron sobre toda la nación judía en seguida que de acumulación de datos
dieron remate a su conspiración contra nuestro Salvador, así como
también el número, el carácter y el tiempo de los ataques de los paganos
contra nuestra doctrina, y la grandeza de cuantos, por ella, según las
ocasiones, afrontaron el combate en sangrientas torturas; y, además, los
martirios de nuestros propios tiempos, y la protección benévola y
propicia de nuestro Salvador...” (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica,
I, 1)
Este texto ha hecho, en cierto sentido, mucho daño: la acumulación de datos No basta acumular datos: crítica e
enciclopédicos no es lo mismo que hacer historia. Necesitamos de crítica, de interpretación.
interpretación.
2- Historia de una idea y de un pueblo
La Hª de la Iglesia no es sólo la Hª de una idea (el cristianismo), sino Hª del cuerpo
de Cristo, y, por tanto, guiada por el Espíritu Santo.
3- Una primera definición
“La Historia de la Iglesia es la ciencia* que investiga y expone el proceso
interno y externo de la Comunidad fundada por Cristo, dirigida por el
Espíritu Santo, para hacer partícipes de la redención a todos los
hombres.”
Ciencia: tiene métodos, fuentes, criterios…
Fundada por Cristo: “yo creo que la comunidad de Roma la fundaron esclavos,
soldados y comerciantes”. Pedro encontró ya cristianos cuando llega. Llevó la
institución, el ministerio, la jerarquía… pero hay que considerar que a veces la
Iglesia va por delante de los mismos sacerdotes. Y ¿cuándo se funda la Iglesia?
No en Pentecostés, sino durante la vida de Cristo (contrariamente a esa idea de

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
“Cristo predicó el Reino y vino la Iglesia”). Todo lo que se vive en la Iglesia, o viene
de Cristo o no pertenece verdaderamente a la Iglesia.
Partícipes de la redención a todos los hombres: la finalidad de la Iglesia es
evangelizar (kerygma-martyria), dar culto a Dios (leiturgia) y servir en la caridad
(diakonia) – BXVI, DCE 25.
4- En la formación pastoral
Nos ayudará en el diálogo con las personas en los distintos ministerios, a interpretar
correctamente las decisiones del magisterio y para el diálogo ecuménico (ir a buscar
a los que se han ido).
5- No hay peligro de relativismo si se vive con fe.
Disminuye cuando se conoce la propia Hª, incluidos los pecados. Ayuda a evitar la
soberbia. Conviene distinguir la santa Iglesia del Credo, y la constatación de que
ésta, está formada por hombres pecadores. Santa por su Cabeza, pero con pies de
barro.
6- La historiografía más importante
Los primeros grandes historiadores de la Iglesia son los evangelistas, que cuentan Modernos: card. Baronio,
con fe lo que tienen delante. Nuestro patrón, en concreto, será San Lucas, que benedictinos de S. Mauro y
escribe con el claro propósito de que Teófilo crea. bolandistas
En los primeros siglos: Eusebio, Teodoreto de Ciro, Rufino de Aquileya, san
Jerónimo, Beda el Venerable.
En la modernidad: el cardenal Baronio (Anales eclesiásticos, 1588-1607) que escribe
contra las protestantes Centurias de Magdeburgo); los benedictinos de San Mauro
o mauristas; los jesuitas belgas o bolandistas -por Juan Boland- (importantes por su
revisión crítica del santoral).
7- La metodología: la reflexión creyente.
No entre en esta clase quien no tenga fe. Por mucho que analicemos, cuestionemos,
hagamos crítica… va a ser desde la fe. El misterio de la Iglesia no es ciencia auxiliar,
sino que será principal. No vamos a limitarnos a memorizar datos, sino que
incorporaremos el porqué de éstos. Aplicaremos el método histórico-crítico a la Hª
de la Iglesia.
8- Algunas disciplinas auxiliares
Toda disciplina humanística o experimental puede ser aprovechable: filología,
diplomática, numismática, arqueología, cronología, geografía…
9- La unidad sustancial de la Hª de la Iglesia
La Hª de la Iglesia es una porque la Iglesia es una. Hay siempre una unidad de fondo.
10- La relativa división en periodos
Pero, a pesar de ello vamos a hacer una división en 4 grandes partes (Antigua, Media,
Moderna y Contemporánea). Pero nosotros veremos la Hª de la Iglesia desde su
fundación por Jesucristo hasta el S. VIII con el fin definitivo del imperio romano de
occidente, la reforma carolingia. La E. Media eclesial acabaría más o menos en el
mismo tiempo que la Hª universal (1492) con el fin del periodo de Aviñón; por
último, la E. Moderna, que acaba con la revolución francesa.
La iglesia cristiana participa de la misma Hª que los paganos con los que conviven.

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Daniel Lamana
2- El origen de la Iglesia
2.1 JESUCRISTO, FUNDADOR DE LA IGLESIA
1. De la existencia de Jesucristo
A Jesucristo lo vamos a trabajar desde muchas perspectivas. Aquí nos centraremos
en la resonancia histórica que tuvo en quienes le conocieron, no a quienes le
siguieron, sino a quienes no sólo no le siguieron, sino que también lo persiguieron.
Esto nos ayudará en el diálogo con quien niega la existencia misma de Jesús.
Existencia incuestionable
Algunas corrientes racionalistas del s. XVII llegaron a negar la existencia de
Jesucristo mismo, identificándolo con una presentación más de los esquemas
míticos de héroe que derrota la muerte (Osiris), del liberador o del salvador. Hoy ya
no es así. En Tierra Santa es tangible su paso histórico. Su huella es mucho más que
las comunidades presentes y las piedras.
Está detrás del origen de la primera comunidad cristiana
Veremos datos históricos que prueban su existencia, pero, sobre todo, ésta se
transluce en la existencia de la primera comunidad cristiana primitiva, siendo ésta
un hecho incuestionable, y mucho más aún la existencia actual del cristianismo.
- Foto: casa de Cafarnaúm. Bizantinos identificaron el lugar s. VI, los persas la
arrasaron y enterraron. Los franciscanos la compraron y la encontraron intacta
(los cimientos).
- Templo de Adriano a venus (~135).
Los que lo abandonaron, salieron a anunciarlo
No eran suicidas, ni héroes al modo de las narraciones heroicas, sino que tuvieron
miedo, no comprendieron (cfr. en la ascensión, la pregunta de Pedro). Y esto, lejos
de ocultarse, se deja por escrito. Les costaba abrazar y aceptar la cruz (cfr. el grafiti
del s. I). Hasta el s. V no se puso la cruz en la puerta de una basílica (Sta. Sabina), por
la vergüenza que este signo les producía.
Fuentes cristianas, judías y paganas
De la vida de Jesucristo tenemos fuentes de los tres tipos. Obviamente, las fuentes
más importantes son las primeras, siendo la mayor el NT, aunque sus autores no
sean historiadores al modo actual, sino que están intentando abordar la fe que ya
tienen aquellos a quienes se dirigen. También en los apócrifos encontramos
informaciones importantes, además del impacto que tuvieron en el imaginario
artístico.
Volveremos sobre Flavio Josefo, Suetonio, Tácito… Autores no cristianos que, sin
embargo, abordan la figura de Jesús. No hay ningún personaje de la antigüedad con
tantas fuentes sobre él, de aliados y enemigos.
Los evangelios no son crónicas
Fueron escritos para confirmar la fe de los discípulos (cfr. Lc 1,1; Jn 20,31). Los
evangelistas no escriben como historiadores, sino como autores de fe. Parten desde
la comprensión de que Cristo es el Hijo. Si no hubieran creído, no hubieran dicho
nada.
Pero no son invención ni mentira
No pretender falsear la realidad, sino lo contrario: que no se perdiera nada.
Transmitieron lo que conocían, evitando omitir nada que consideraran importante.
Detrás de los evangelios hay una figura histórica en Jesús, que es posible estudiar
desde el método histórico-crítico1.

1
Ojo a cómo se interpreta esta afirmación. No hay un cristo histórico y otro de la fe.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Se puede reconstruir su vida
A nivel histórico, mucho más que de cualquier otro personaje, muchísimo menos
discutidos que Jesucristo. No es un invento de la primera generación, y podemos
rastrear cada detalle de su vida sin problemas, y no deberíamos dudar en hacerlo.
Todo lo que tenga que ver con Cristo, nos interesa.
- Lápida: CAESARIEN STIBERIVM / PONTIUSPILATUS / PRAEFECTUS IUDAEA /
DIDITDEDICAVIT. Es una placa conmemorativa de la dedicación de un templo a
Tiberio por parte de Poncio Pilato, como forma de intentar mejorar la relación.
Ocho textos muy sólidos:
Mara bar-Serapión. Estoico, desde la cárcel, escribe indignado contra la violencia
contra sabios destacados en el 73 ¡antes que algunos evangelios! A notar: no
tenía mayor interés en preservar su memoria.
“¿De qué le sirvió a los samios quemar vivo a Pitágoras, cuando su país
quedó cubierto de arena en un instante? ¿O a los judíos dar muerte a su
sabio rey, si desde entonces se han visto despojados de su reino?”
Luciano de Samosata (ca. 120-181). Sirio. Ridiculiza la experiencia de fe de los
cristianos.
“Estos desgraciados están convencidos ante todo de que son inmortales
y de que van a vivir eternamente. Por tanto, desprecian la muerte que
muchos arrostran voluntariamente. Su primer legislador les convenció de
que eran todos hermanos. Después de adjurar de los dioses de Grecia,
adoran a su sofista crucificado y conforman su vida a sus preceptos. Por
eso desprecian todos los bienes y los tienen para su uso común [...] Si
surge entre ellos un hábil impostor, que sepa aprovecharse de la
situación, podrá enriquecerse muy pronto, dirigiendo a su gusto a esos
hombres que no entienden absolutamente nada.”
Celso (ca.115 a 180). De su obra no nos llega nada más que a través de las citas
de Orígenes, de la obra Contra Celso. Primero se posiciona como judío y ataca al
cristianismo como judío (sobre el aspecto monoteísta) primero, pero luego
también como pagano.
“Que un Dios haya bajado a la tierra para justificar a los hombres es algo
que no necesita de largos discursos para refutarlo. ¿Con qué designio
habría venido Dios aquí abajo? ¿Será quizás para aprender lo que ocurre
entre los hombres? ¿Es que acaso no lo sabe todo? O bien, si es que sabe
todas las cosas, ¿estará su poder divino tan limitado que no puede
corregir nada sin enviar expresamente un mandatario suyo a este
mundo?”
Plinio el joven. Gobernador de Bitinia, pregunta a Trajano sobre el modo de
actuar con los cristianos (en realidad, ya había matado a muchos).
“Los cristianos, a los que pertenece un gran número de gentes de toda
condición, edad y sexo, se reúnen en un día determinado, antes del alba,
para alabar a Cristo como un dios [...] y participan en una comida
inocente” (Epístola 10,96).2
Tácito. Historiador romano, para nada cristiano. En el año 64 cuando llegan
noticias de Judea, éstas incluyen noticias de los cristianos. Claramente no los
presenta halagadoramente:
“Ellos tomaron el nombre de Cristo, que había sido ajusticiado por el
procurador Poncio Pilato bajo el Imperio de Tiberio. Frenada de
momento esta dañina superstición, volvía a difundirse no solo a través de
Judea, en donde tuvo su origen, sino también en la Urbe, donde confluyen

2
Son interesantes los comentarios que la comparan con 1Pe.

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Daniel Lamana
y son aplaudidas todas las cosas más vulgares e ignominiosas” (Anales,
XV,44)
Suetonio. En la Vida de los doce césares escribe:
“Claudio expulsó de Roma a los judíos por los constantes disturbios que
provocaban a causa de un tal Cresto (sic.)” (Vita Claudii, XXV,4)
Este texto es muy interesante compararlo con Hch 18,1-2:
“Pablo partió de Atenas y se dirigió a Corinto. Encontró allí a un judío
llamado Áquila, natural del Ponto, y a su esposa Priscila. Habían venido de
Italia cuando el emperador Claudio ordenó salir de Roma a todos los
judíos”
Veamos ahora algunos historiadores judíos:
Talmud de Babilonia (s. I-V). Las acusaciones aquí presentes las podemos
encontrar también en los Evangelios.
“En la víspera de la Pascua fue colgado Jesús [...] Ha practicado la
hechicería, ha seducido a Israel y la lleva por mal camino” (Talmud VI,1).
Flavio Josefo (37-100). En sus dos obras narra lo sucedido en Israel en el 70.
Secretario personal de Nerón, le explica al emperador la diferencia entre judíos
y cristianos. Claramente, él no quería conservar la memoria de Cristo, y, sin
embargo, lo ha hecho.
“En aquel tiempo, apareció Jesús, un hombre sabio. Porque fue autor de
hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con gusto la verdad. Y
atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego. Y cuando Pilato, a
causa de una acusación hecha por hombres principales entre nosotros, lo
condenó a la cruz, los que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo.
Y hasta este mismo día, la tribu de los cristianos, llamados así a causa de
él, no ha desaparecido” 3 (Antiquitates 18,3,3).
2. ¿Qué sabemos de Jesucristo?
El NT se escribe para dar testimonio de Cristo
Es, por tanto, un testimonio de fe, lo cual no quita que podemos reconocer el relato
histórico subyacente, los acontecimientos de los cuales se parte.
Algunas dudas son legítimas
Por ejemplo, la fecha de nacimiento de Cristo, la matanza de los inocentes
- El monje Dionisio el Exiguo quiso iniciar a citar desde la fecha de nacimiento de
Cristo, para sustituir el ab urbe condita romano. Fija la fecha de la fundación de
Roma en el 753 a.C. Ese año ya no vivía Herodes, lo que lleva a postularlo 6-7
años antes de la fecha propuesta por Dionisio.
- Roma: año 0
- Herodes muere en el año 4 a.C.

3
Se supone que este párrafo ha sido interpolado, probablemente por un lector cristiano que añadió al manuscrito
original una nota marginal, incorporada luego en el texto. La suposición se basa sobre todo en la observación de
que el pasaje interrumpe el relato, que prosigue en el párrafo siguiente, y que la caracterización de Jesús está
redactada en términos que sólo pudo haber empleado un cristiano (especialmente por la afirmación de que Jesús
era el Mesías, algo que no pudo decir nunca Josefo, quien siempre se mantuvo en la fe judía). Pero en 1972 el
profesor Schlomo Pines, de la Universidad Hebrea en Jerusalén, anunció su descubrimiento de un manuscrito
árabe del historiador melquita Agapio, obispo de Hierápolis, del s. X, en el que el pasaje de Josefo queda expresado de una
manera apropiada para un judío, y que se corresponde de una forma tan estrecha a las anteriores proyecciones
hechas por eruditos acerca de lo que Josefo habría escrito originalmente. El texto de Agapio es el siguiente:
"En este tiempo existió un hombre de nombre Jesús. Su conducta era buena y era considerado virtuoso. Muchos
judíos y gente de otras naciones se convirtieron en discípulos suyos. Los convertidos en sus discípulos no lo
abandonaron. Relataron que se les había aparecido tres días después de su crucifixión y que estaba vivo. Según
esto fue quizá el mesías de quien los profetas habían contado maravillas.".

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
- Manda matar a los niños de 2 años para abajo (ya nos ponemos en el 6 para
el año de la noticia del nacimiento)
- Si no murió justo después, hubo fenómenos astronómicos en el 7 a.C.
- El mismo problema son los años de vida pública (Lc da fechas muy concretas
sobre los reinados de los emperadores que podrían poner a Jesús en los 36-37,
al decir “unos 30 años”).
Algunas certezas:
Era de Nazaret, fue bautizado por Juan, no tuvo éxito entre los judíos, fue
crucificado, se interpretaron sus milagros como obra del demonio, y actuó como un
profeta.
Todo fue preparado antes
La misma preparación histórica: la plenitud de los tiempos (Gal 4,4) fue preparada
(Hb 1,1) desde el inicio. El mundo se prepara para la llegada del Verbo. Desde la
creación del cosmos, aparición del hombre, y la Historia, que llega a un momento en
que está preparado para ser salvado.
El pueblo elegido, luego torpe
El pueblo que Dios había elegido para manifestarse a todas las naciones no
reconoció a su creador en el momento clave. El monoteísmo, la espera mesiánica,
pactaron la Alianza y, sobre ella, la Ley, pero olvidaron que era la primera la que
sostenía la segunda, y absolutizaron la Ley. La revelación quedó así secuestrada, y
asociada a torpes interpretaciones, como el nacionalismo judío.
Había en esta época dos ramas principales:
- Palestino: particularmente conservador, predominantemente fariseo, y por ello
muy apegado a las tradiciones.
- De la diáspora: fuera de Palestina, migrantes de diversos momentos de
persecución. Helenistas (hablan griego), más abiertos a la cultura que los
circunda.
El imperio favorece la expansión
Foto: Ara Pacis (9 a.C - 70d.C.). En el momento en que nace Cristo, se ha declarado
la paz. Importante porque los cristianos posteriormente serán considerados
enemigos de la paz, y, por tanto, del Imperio. No sólo los judíos, sino que el Imperio
mismo vive un momento señalado. El reinado de Augusto es esencial para la historia
del Imperio: la construcción de carreteras, rutas, uso del griego… la Pax Romana
favoreció la expansión de sus enemigos.
Al mismo tiempo, la divinización de los emperadores supondrá un importante
obstáculo para la vida de los cristianos, y un factor importantísimo en su
persecución.
La respuesta al corazón
Jesucristo, verdadero fundador de la Iglesia
Todo se reordena a la luz de la Pascua
La Iglesia nace de la fe en Jesucristo tras la Pascua, pero no por la iniciativa de los
hombres, sino por la voluntad del mismo Jesucristo.
Todo está ya antes
No nace por la iniciativa de hombres admirados por un hecho impresionante, sino
de los hechos y palabras de Jesús:
1- La predicación del Reino de Dios, con evidentes referencias eclesiales,
permanentes. Cristo sí, la Iglesia también. Cuando Cristo habla del Reino, está
hablando ya de la Iglesia.
2- La constitución de los Doce que garantiza la continuidad de la salvación
3- El primado de Pedro, principio de unidad, fe y comunión.

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Daniel Lamana
4- La institución de la Eucaristía como centro de la vida litúrgica: garantiza
permanencia y unidad de los discípulos.
5- La promesa del Espíritu Santo, y el envío a la Evangelización de todos los
pueblos
6- La creación de la comunidad pre pascual, fortalecida en Pentecostés, pero ya
presente antes. Se reconstruyeron después de la Pascua, pero porque ya estaban
antes.
7- La propia conciencia de la Iglesia primitiva de ser discípulos de Cristo Comunidad de Jerusalén → ideal
de comunidad cristiana.
2.2 LA COMUNIDAD DE JERUSALÉN
1. El origen de la comunidad
Fuente principal: Hch
Esta etapa nos interesa especialmente, porque todos los proyectos de reforma de la
Iglesia posteriores van a mirar a ella como ideal, en ocasiones, de hecho, demasiado
ideal. Su legado, en realidad no es tanto lo que fue, sino lo que quiso ser.
La fuente principal: El libro de los Hechos de los Apóstoles.
En él Lc interpreta lo más importante que tuvo lugar desde la Ascensión del Señor,
presentándose como diligente historiador (probablemente en torno a la predicación
de S. Pablo).
San Lucas habla desde la fe.
Ya dijimos que habla desde la fe, pero que eso no le quita nada a su rigor y diligencia. Cristo, cumplimiento de las
Habla desde la fe y a los creyentes “para mostrar la solidez de las enseñanzas en que promesas y la Iglesia, depositaria
has creído”. Es por eso que no siente la necesidad de explicar ciertas cosas de las promesas.

Remite a la Historia de la salvación.


Esto se deduce de su ser creyente. Habla de la Hª de Dios con los hombres, de ese
Dios que quiere salvar a los hombres y de cómo Cristo cumple las promesas de Dios
Origen de Cristo ≈ origen de la
a su pueblo elegido (aunque sea un tema más evidente en Mt), y de cómo la Iglesia Iglesia en Lc 1-2 y Hch 1-2.
es depositaria de dichas promesas.
Conexión Lc 1-2 con Hch 1-2.
Lucas enlaza muy bien el comienzo de sus dos libros, para evidenciar cómo el origen
de Cristo se debe leer en paralelo al origen de su cuerpo místico, la Iglesia. Si uno Hch 3-15: la Palabra ha llegado a
comienza con el anuncio de un ángel de cómo Cristo será cumplimiento de las los judíos
promesas de Salvación, el otro presenta a la Iglesia como continuación de esta Hch 16+: a los paganos
misión de salvar al mundo.
Hasta el Concilio de Jerusalén (48-50*), se muestra cómo la Palabra ha llegado, no
sin dificultad, a los judíos (Hch 3-15); posteriormente, a los griegos (entiéndase:
paganos)
Lo primero, tras la cruz, es recomponer la comunidad.
La prioridad, tras la resurrección, es reconstruir la comunidad de discípulos, que,
como vemos en el episodio de Emaús, se alejaron de Jerusalén. Se reúnen los Once,
y unos 120 discípulos. Tienen una particular importancia la Madre del Señor, y
Pedro.
Luego, recomponer los Doce.
Había más apóstoles, pero Doce elegidos de manera especial. El número 12 revestía
una importancia simbólica, y por ello se lanzan a discernir de entre los testigos
desde el Bautismo de Juan -que, para Lc marca el fin de Jesús de Nazaret y el inicio
de Jesús, el mesías-. Este episodio, imagen de la Trinidad en nuestro Evangelista,
marca el inicio de la vida pública y supone el criterio para seleccionar al 12º apóstol.
“Aquellos que habían sido testigos oculares todo el tiempo que el Señor
Jesús vivió con nosotros, a partir del bautismo de Juan hasta el día en que
fue llevado. Uno de ellos sea testigo con nosotros de la resurrección.”
(Hch 1,21-22.)

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Pentecostés, ¿origen de la Iglesia?
No. Lc sabe bien que el Espíritu ha estado presente desde el inicio, pero construye
una “tramoya literaria” para explicar lo que, teológicamente, estaba claro. Este
Espíritu actuará sobre aquello que Cristo ya había establecido.
“Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo
lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento
que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban
sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se
dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de
Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
concedía manifestarse.” (Hch 2,1-2)
Sin embargo, en Jn 20,19-22 vemos que Cristo envía el Espíritu el día mismo de su No hubo una única efusión
resurrección. Y en Hch 4,31: Mensaje: Cristo funda, el Espíritu
guía.
“Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos; los llenó
a todos el Espíritu Santo, y predicaban con valentía la palabra de Dios.”
Las dos citas nos muestran que no hubo una única efusión del Espíritu. Se trata de
una presentación más teológica que histórica. Está aclarando que Cristo funda, y el
Espíritu guía. Se fija para ello, sobre todo, en los efectos de la acción del Espíritu. Él
escribe en el 70, luego ya sabe que la Iglesia ha llegado a todas las naciones, y por
tanto habla todas las lenguas, solventando así el pecado de Babel4.
La fe en Cristo, origen de la primitiva comunidad de Jerusalén.
Pero con el dato que mencionamos anteriormente: no es un grupo que se reúne en
recuerdo del fundador, sino que es el mismo Cristo el origen de la primitiva
comunidad, es el fundador que funda, aunque hubiera una dispersión tras la muerte
de Jesús. La noticia de la resurrección, la acción del Espíritu y las apariciones reúnen
de nuevo a la comunidad, que pasa a ser Iglesia madre de todas las demás iglesias.
Esta comunidad, y esto es muy importante, está formada por judíos piadosos que
van al templo (Hch 2,46; 3,1 y 5,21) y guardan el Sabbath y la Ley, así como la
circuncisión (al menos en un primer momento).
El verdadero Israel. El nuevo Israel.
Se consideran Israel, el nuevo Israel, la Qahal YHWH, la asamblea de Dios, término
que pasa a los LXX como ejkklhsiva.
La ruptura con Israel.
Ésta se produce paulatinamente sobre todo por algunos elementos: bautismo, el
nuevo culto en Espíritu y Verdad, cuyo paradigma es la Eucaristía, la cena del Señor,
siendo el primero una ruptura, y el segundo el nuevo rito.
2. Cómo se configura la comunidad
Ya hemos dicho que el modo de configurarse servirá de paradigma para las futuras
comunidades.
El ideal: Jesús con los Doce
Jesús con el Colegio Apostólico será el modelo de la comunidad primitiva.
*Nota: cuando decimos apóstoles, nos referimos a muchos más que los Doce (en
mayúscula por ser no ya una persona, sino la institución).
Claves: servicio, amor fraterno y perdón. Éste es el modo de “estar con Él” del que
nos habla el Evangelio.
Se reproduce en cada comunidad.
Es EL modelo. Así, en la tensión entre ideal y realidad se irá construyendo la vida y
la Iglesia.

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Ojo, porque no indica que todos hablen una única lengua, sino que la Iglesia habla todas las lenguas.

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Daniel Lamana
Cuatro claves fundamentales
“Perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión de vida,
en la fracción del pan y en las oraciones.” (Hch 2, 42)
Enseñanza: depósito de la Fe, doctrina.
Comunión de Vida: i.e. vida comunitaria. Cómo se manifiesta esta “comunidad” será
diverso según momentos y circunstancias. Importante notar que, al mismo tiempo
que se presenta el ideal, se presentan también sus pobrezas.
Fracción del pan: Eucaristía, presencia de Cristo con los suyos.
Oraciones. Todo esto será siempre modelo de toda comunidad hasta hoy.
El gobierno de la comunidad.
En sus inicios, los Doce, presididos por Pedro, si bien duró poco, dada la dispersión
misionera. En un segundo momento, la comunidad se reconstituye.
Algunas figuras aparecen siempre juntas en Hch: Pedro, Santiago y Juan. De este
Santiago se dice que es apóstol, obispo de Jerusalén y hermano del Señor, pero ¿son
o no la misma persona? No hay datos concluyentes.
El primero en morir 42/44** (fecha para examen) en la persecución de Herodes es
Santiago el Mayor. ¿Quién queda al frente de la comunidad? Pedro huye de
Jerusalén, Santiago muere y Juan es desterrado. Santiago asume el obispado de
Jerusalén: ¿es el discípulo de Jesús u otro? No sabemos exactamente. Lo que es claro
es que no es un califato de sangre; de hecho, bien claro dejó que “mis hermanos
son los que hacen la voluntad del Padre”.
El ideal: una sola alma.
“Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común. Vendían sus
posesiones y bienes y repartían el precio entre todos, según la necesidad
de cada uno.” (Hch 4, 32- 36)
En esta economía única hay un cumplimiento de las promesas del AT, que
anunciaban una fraternidad universal (¡incluso con los animales!). Al mismo tiempo,
con su conocimiento de la cultura griega, Lc repropone el ideal de la amistad, así
como el modelo estoico que interpreta la vida comunitaria como ideal y la privada
como corrupción. Ahora bien, no oculta que, al mismo tiempo que este proyecto
ideal se dan muchas situaciones indeseables: Ananías y Safira, la caída de Corinto, la
desatención de las viudas helenistas…
El culto cristiano primitivo, doble: Palabra y sacramento.
Importancia de los signos: Bautismo y Eucaristía, se convierten en distintivos frente
a Israel.
Imagen: estrechísimo baptisterio (s. III) que demuestra que no era únicamente
por inmersión.
En el templo, el sábado. Luego en las casas, el domingo.
Destrucción del templo año 70** por Tito (guerras judías desde el 69 al 73, con la
caída de Masada). Pedro, Pablo, Santiago, murieron sin ver la destrucción del
templo, pero ya desde muy pronto, el primer día de la semana se reúnen antes del
alba en las casas (luego tienen que trabajar). Lo vemos en 1Pe y la carta de Plinio el
joven.
Diversas casas: la sala alta (bajo la cual dicen los judíos que está la tumba de David)
de Hch 1,13→ Pentecostés, última cena; la casa de la madre de Juan Marcos, María,
Hch 12,12.
Año 325: domingo se convierte en día de fiesta oficial
La oración en común.
Van al templo y oran con el pueblo, en las casas oran el Padre Nuestro (oración
marcadamente judía en su forma), y el maran-athá de Corintios y Ap. Lo que sí que
no hacen es participar en los sacrificios del Templo.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
La cena del Señor.
De nuevo, a pesar de ser un signo típicamente judío (los sacrificios de comunión y la
última cena), que con su paso por la Cruz se convierte en algo totalmente nuevo, la
Eucaristía o cena del Señor.
Los integrantes: cristianos hebreos y cristianos helenistas.
¿Quiénes forman la comunidad? Cristianos hebreos y helenistas, cosa que no hace
sino reproducir el estado del judaísmo mismo en el s. I, dividido entre palestinos y
judíos de la diáspora (fuera de Palestina). Los cristianos hebreos son más cercanos
a las tradiciones, mientras que los helenistas están más abiertos al ambiente cultural
grecorromano.
Entre los judíos de la diáspora encontramos hijos de madre judía, prosélitos (no son
judíos por linaje), y prosélitos de la puerta (menos estrictos en la observancia, sobre
todo en lo tocante a los ritos). Son estos dos últimos los grupos de los que saldrán
más conversiones cristianas.
Los helenistas no siempre hablaban o conocían el hebreo, sino el griego. La tensión
entre hebreos y helenistas dentro del judaísmo se reproducirá en la comunidad
cristiana, con importantes tensiones desde el inicio.
La elección de los Siete.
Responde, precisamente, a estas primeras dificultades. Los Siete (de nuevo, con
mayúscula), son los diáconos elegidos para regir la comunidad cristiana helenista.
¿Por qué había tantas viudas helenistas? Porque los judíos se casaban ya mayores
con mujeres más jóvenes, y viajaban a Israel para morir y ser enterrados en el valle
de Josafat.
Estos diáconos son dirigentes de la comunidad, no meros asistentes (Hch 6,1-6), si
bien estaban bajo los Apóstoles. Basta leer los discursos de Esteban. Eran gente
teológicamente preparada.
El martirio de s. Esteban, año 36/37**
Los cristianos helenistas tuvieron muchos problemas con los judíos hebreos (además
de con los cristianos hebreos), sobre todo por su lucha contra el Templo (Pedro y
Pablo continuaban yendo allí, por ejemplo). Es condenado a la lapidación (Hch 6,1-
15). La primera persecución de la Iglesia se centrará sobre este grupo, mientras que
los Doce permanecen en Jerusalén.
La comunidad se dispersa
Los cristianos helenistas, sobre todo, se dispersan y se van a Samaría, Fenicia,
Chipre… Lugares que nos serán interesantes más adelante, y a los que luego los Doce
irán a confirmar. En el 45 ca. Hch 11, se les llama por primera vez cristianos en
Antioquía. Ya no se les considera judíos: ni por sangre, ni idioma, ni por la Ley que
siguen (Cristo, no Moisés)
El martirio de Santiago el Mayor, año 42/44**.
Herodes Agripa regresa a Palestina. Tras ser protegido por Calígula, Claudio lo echa
y retorna a Israel. Allí, deseando entablar de nuevo buenas relaciones con los judíos
hebreos (Anás) lo hará atacando, no ya a los cristianos helenistas, sino a los
cristianos hebreos (Hch 12,12): a Pedro lo mete en la cárcel, y a Santiago el Mayor
lo ejecuta.
Pedro, tras su huida de la cárcel, no retornará más que para el Concilio de Jerusalén.
Con Santiago muerto y Juan también huido, Jerusalén queda en manos de Santiago
el menor. En cualquier caso, dejará de estar en manos de los apóstoles.
2.3 SAN PABLO Y LAS COMUNIDADES PAULINAS
Vamos a ver la figura de S. Pablo, no su teología, y la importancia de las comunidades
paulinas. A nosotros nos interesa comprender cómo interviene en la primera
evangelización, y cómo representa una ruptura del nacionalismo judío para
expandir el cristianismo por todo el Imperio.

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Daniel Lamana
1- ¿Quién es S. Pablo?
Facilita la liberación de la Iglesia de la prisión judía.
Empleamos la palabra prisión porque Israel había secuestrado la revelación. Se
consideraban únicos depositarios y destinatarios únicos. Lo que Dios había hecho
con el pueblo ingrato e infiel de Israel era para ellos. Pablo combatirá esta idea y
abrirá la fe de Abraham a todos los hombres.
Es judío y romano.
Heleno, judío y romano.
Judío: nacido en Tarso, y por tanto en ambiente helénico. Por eso podemos
considerarlo como conocedor del helenismo, lo cual incluye el griego (herencia de
las conquistas de Alejandro Magno, que lleva la cultura griega a todo el
Mediterráneo hasta el límite con la India). Fariseo, de la secta más estricta en la
interpretación de la ley, de la escuela de Gamaliel, de una interpretación
particularmente dura (carecía de la flexibilidad propia de tantos judíos de la
diáspora).
Romano: vemos a Pablo afirmar su ciudadanía romana ante la inminencia de su
juicio. En el Imperio hay diversas categorías de territorios, dependiendo de las cuales
eran más o menos los ciudadanos romanos (nadie, sólo los dirigentes, todos…).
Pablo pertenece a un municipio plenamente integrado.
Persigue al cristianismo.
Año 37** (muerte de Esteban). Lc protege a Pablo en su relato, haciéndolo aparecer
sólo como aquél a cuyos pies dejaban los abrigos, sin mancharle las manos de
sangre, a pesar de su ferviente persecución de los cristianos (llega a ir a Damasco a
perseguirlos), a quienes considera una secta peligrosa (los esenios se han retirado a
Qumrán y los zelotas y saduceos están a punto de desaparecer con la destrucción
de Jerusalén).
Dios le sale en el camino.
Pablo no cambia de religión en el camino de Damasco, sino que reconoce en Jesús
las promesas de su religión, el judaísmo. Podemos incluso preguntarnos si el
martirio de Esteban no jugaría un papel en su proceso.
Inmediato: Salir a evangelizar Damasco.
Bautizado por Ananías en Damasco, recobra la vista e, inmediatamente sale a
evangelizar Damasco. ¿Cómo puede hacer esto? Pues porque conoce todo del
cristianismo (es una vocación, no una conversión, con la que tendría que haber
partido de cero), sólo le faltaba la piedra angular, la clave de todo lo que ya conocía
por la tradición judía. Sólo le faltaba reconocer en Jesús al Mesías de las promesas,
y por eso puede salir inmediatamente a predicar a los judíos.
Inmediatamente como que en seguida da testimonio de lo que conoce, aunque
después, el paso siguiente es irse a Arabia. No son contradictorias las dos
tradiciones; simplemente en una antes de irse, predica. En cualquier caso,
permanece allí en Damasco poco tiempo.
Se va a Arabia tres años (lo cuenta él mismo en Gálatas) y luego sube a Jerusalén. En
esos 3 años, la Iglesia ve que, por lo menos, se ha retirado de su persecución feroz.
En esta transición, va a ser clave la figura de Bernabé, que representa a los
Apóstoles. Va a mediar entre los que le consideran aún una amenaza, o un traidor
(los judíos).
2- Primer viaje apostólico
Las conversiones en Antioquía.
En el contexto de la primera huida de los cristianos helenistas de Jerusalén (tras la
muerte de Esteban). En las zonas a las que huyen se están convirtiendo muchos
paganos.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Bernabé, enviado por la Iglesia de Jerusalén.
Es enviado por el resto de los apóstoles a investigar lo que está sucediendo en
Antioquía: prosélitos y prosélitos de la puerta (judíos helenistas), pero, y esta es la
gran novedad, también paganos.
Pablo en Tarso, reintegrado por Bernabé.
Pablo se ha retirado a Tarso, ante el rechazo de los judíos de Jerusalén, que lo
expulsan, y el miedo de los cristianos. Bernabé acude a buscarlo para integrarlo en
la comunidad de Antioquía.
Una colecta para los pobres de Jerusalén.
Estando en Antioquía, llega un profeta que anuncia el hambre que están pasando
los cristianos en Jerusalén: no se les deja trabajar ni acceder a ciertos bienes. Se
produce entonces la colecta para los pobres de Jerusalén. Ésta la llevará Bernabé
con Pablo. Al volver, se traen consigo a Juan Marcos, escritor del primer Evangelio,
hijo de María, en cuya casa se refugia Pedro.
La misión de los mejores.
Viendo la gran acogida que está teniendo el cristianismo entre los paganos, se elige
a los mejores (Pablo y Bernabé) para ir a evangelizar, y se llevan a Juan Marcos. Esta
es la primera misión propiamente dicha, intencional, y no producto de la huida. Este
viaje durará en torno a un año.

El camino hacia Chipre.


Allí encuentran de nuevo cristianos helenistas de la persecución de Esteban. Por
cierto, Chipre es la patria de Bernabé.
La predicación en Anatolia, desde Pergue
Desde allí, Juan Marcos regresa a Antioquía.
Misión en Pisidia, Iconio, Listra, Derbe y Licaonia.
El viaje les lleva desde Pergue a Pisidia, Iconio, Listra (donde Pablo sana y los
lugareños los confunden con Mercurio y Apolo), Derbe y Liconia, y vuelven por el
mismo sitio, pero en Perge se embarcan a Antioquía.
La predicación a los judíos.
Inicialmente predican sólo a los judíos, pero rápidamente se dan cuenta de que los
que más caso les están haciendo son aquellos que querían ser judíos (prosélitos y
prosélitos de la puerta) y a los que no se les permitía. Predican, principalmente en
la sinagoga.

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Daniel Lamana
3- El Concilio de Jerusalén
El pueblo elegido y la promesa.
Como hemos dicho antes, las promesas de Israel habían quedado apropiadas por los
judíos.
La traición de Israel.
Esta tradición hará que, en un primer momento, los cristianos hebreos obliguen a
los demás a cumplir con las tradiciones de Israel
El bautismo de Cornelio, centurión romano.
Este episodio será muy importante en esta primera etapa: es un militar de Itálica
(Sevilla), que pide ser cristiano junto con toda su familia. Al bautizarlo Pedro, ve que
éste recibe el Espíritu Santo, confirmando de ese modo Dios que ha sido algo
correcto.
¿Se trata de un caso excepcional?
Esta es la pregunta que se hacen todos después de este hecho. Pedro, ante el
rechazo general (no es un judío, no ha aceptado la Ley, sino que pasa directamente
de pagano a cristiano), lo presenta como un caso excepcional y el problema parece
reducirse. Pero, en realidad, el Espíritu estaba empezando a marcar un rumbo.
Un nuevo conflicto en Antioquía.
Pablo y Bernabé llegan en este contexto, relatando la eficacia de la Palabra de Dios,
la conversión de prosélitos y prosélitos de la puerta (no de judíos helenistas), pero,
y, sobre todo, también los gentiles, que no eran judíos. Aquí tenemos un problema,
porque llegan representantes de la Iglesia de Jerusalén y dicen que los que quieran
aceptar la fe deben primero abrazar la Ley.
A pesar de esta resistencia, vemos con esto que el caso de Cornelio no era una
excepción.
Pablo y Bernabé, delegados de la Iglesia de Antioquía.
En esta situación, Pablo y Bernabé son enviados a Jerusalén (ojo, año 44** muerte
de Santiago: ha comenzado ya la persecución de los cristianos hebreos), por la
Iglesia de Antioquía a preguntar a los apóstoles.
Los decretos del Concilio de Jerusalén (48-50**)
No es el primer concilio ecuménico. El conflicto a debate es la necesidad o no de ser
judío para ser plenamente cristianos. Pedro cuenta lo que le sucedió con Cornelio,
la visión de Jaffa. De esta discusión emanan unos decretos, un texto conservado en
Hch 15,28-29. El Concilio decreta que basta la fe en Jesucristo para ser cristiano: no
hace falta ser judío, y por eso la Iglesia queda abierta a los paganos.
Judas y Silas son enviados de vuelta a Antioquía (no Pablo y Bernabé).
- Abstención de la carne: producto de la ofrenda a los ídolos, más barata, pero
que ponía a quien la compraba en una cierta comunión con el sacrificio a los
ídolos, incluso si no creían en ellos.
La destrucción de Jerusalén, año 70.
A manos de Tito. Hasta este momento, convivían las diversas sectas judías
(cristianos, fariseos, saduceos, zelotas…), pero a partir de este año son expulsados
del pueblo de Israel todos los que no sean fariseos.
Algunos cristianos huyen a Pella, al otro lado del río. En el año 135, el emperador
Adriano, ante una revuelta de los judíos, expulsa a todos de Jerusalén y crea la
ciudad Aelia Capitolina, destruyendo la ciudad. Sobre el santo sepulcro y el calvario
edifica un templo a Venus, y sobre el Templo, a Júpiter.
No quedan cristianos hebreos, ni helenistas.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
4- Segundo viaje apostólico

La misión a los gentiles.


El decreto del Concilio permite el ir a evangelizar a los paganos, deseo muy fuerte
que Pablo tenía.
Los protagonistas: Pablo y Silas.
El mismo Silas que vuelve a Antioquía llevando respuesta de Jerusalén. Habría ido
Bernabé, pero se enfada con Pablo por sus críticas a Juan Marcos, a quien Bernabé
quiere llevar, pero Pablo no. Bernabé se vuelve a su tierra, Chipre, y allí evangeliza y
muere.
Dos proyectos para este segundo viaje.
El primer impulso es empezar por su tierra, Tarso, y luego comunidades que ya había
visitado en su primer viaje: Derbe. Y luego se lanza de lleno a los territorios paganos.
Tres lugares significativos: Listra, Tróade y Macedonia.
En Listra conoce a Timoteo, en Troas o en Filipos, a Lucas, que se quedaría con él
siempre, y luego va a visitar Macedonia. De allí pasa a Anfípolis, Tesalónica, Berea…
Pablo en Atenas: El encuentro con el paganismo.
Desde Berea, baja a Atenas, donde ocurre la predicación del areópago, la plaza con
la piedra en la que se subían diversos predicadores. Él se encuentra frente a un
pueblo completamente pagano, sin judíos. Habla de creación, salvación y
resurrección, siendo este último punto problemático, dadas las ideas platónicas
imperantes, que buscaban liberarse de la carne, del cuerpo.
Corinto: La ciudad de los dos puertos.
En este segundo viaje, el eje es la ciudad de Corinto. Al ser ciudad portuaria hay de
todo: circulación, contrabando, prostitución, sincretismo… Es una ciudad
culturalmente muy rica (circo, anfiteatro, templos…). Allí conoce al procónsul
Galión, hermano de Séneca. Allí estará año y medio, y conocerá también a Áquila y
Priscilla, huidos de Roma en la expulsión de los judíos.
El regreso a Antioquía, pasando por Jerusalén.
Pasa por Jerusalén, antes de volver a Antioquía.

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Daniel Lamana
5- Tercer viaje apostólico

En la misma idea de consolidar las comunidades, vuelve a iniciar por las


comunidades que visitó en el primer viaje.
De Antioquía a Galacia.
Dos años y medio en Éfeso y luego a Corinto.
En este tercer viaje, éste será el centro. Como vemos, es un cristianismo
eminentemente urbano. Pablo busca las ciudades. Es una gran ciudad (fotos del
tamaño de los edificios), desde la cual vuelve a Macedonia, y baja hasta Corinto, esta
vez sólo 3 meses. De esta época son sus 2 (o 3 cartas) y las de Clemente I. Era
problemática la actitud de los carismáticos, que desobedecían al magisterio.
La prisión en Jerusalén.
San Pablo va preso a Jerusalén, desde donde le mandan a Roma a ser juzgado por
César. Ya veremos esto, pero allí pasa dos años en prisión. Muerte: la tradición la
establece en el 67.

6- San Pablo, gran evangelizador


Instrumento de Dios, incansable.
Un proyecto de inculturación.
En esto cumple un papel fundamental. Es una figura fundamental en la liberación
del mensaje de la salvación de manos de los judíos.
Más adelante veremos la cuestión que se les planteó al respecto de los ídolos:
destruir o bendecir (edificando encima, por ejemplo).

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
2.4 LA COMUNIDAD DE ROMA Y LA PRESENCIA DE S. PEDRO
La pregunta de este tema es: ¿Roma es importante porque estaba Pedro o Pedro va
a Roma porque era importante? ¿Hasta qué punto es Roma esencial para nuestra
estructura eclesial?
1. Algunas dudas históricas sobre la presencia de Pedro
Su presencia en Roma genera algunas dudas históricas que debemos resolver.
Se marchó a otro lugar
Durante la persecución de Herodes Agripa en que Santiago muere (42/44), Pedro es
encarcelado y liberado por un ángel, y leemos en Hch 12, 17 que se marchó a otro
lugar.
La supuesta muerte de Pedro
Según algunos (aquellos que pretenden negar la presencia de Pedro en Roma),
Pedro habría muerto entonces, y no habría más datos sobre él.
Gal 2,6-14 nos presenta la controversia de Pablo con Pedro, y en ella parece que
Pedro ha muerto (55-57 d.C.).
“En cambio, de parte de los más cualificados (lo que fueran o dejaran de
ser entonces no me interesa, que Dios no tiene acepción de personas), los
más representativos no me añadieron nada nuevo; todo lo contrario,
vieron que se me ha encomendado anunciar el Evangelio a los
incircuncisos, lo mismo que a Pedro a los circuncisos, pues el mismo que
capacita a Pedro para su misión entre los judíos, me capacita a mí para
la mía entre los gentiles; además, reconociendo la gracia que me ha sido
otorgada, Santiago, Cefas y Juan, considerados como columnas, nos
dieron la mano en señal de comunión a Bernabé y a mí, de modo que
nosotros nos dirigiéramos a los gentiles y ellos a los circuncisos. Sólo nos
pidieron que nos acordáramos de los pobres, lo cual he procurado
cumplir.
Ahora bien, cuando llegó Cefas a Antioquía, tuve que encararme con él,
porque era reprensible. En efecto, antes de que llegaran algunos de parte
de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquellos, se fue
retirando y apartando por miedo a los de la circuncisión. Los demás judíos
comenzaron a simular con él, hasta el punto de que incluso Bernabé se
vio arrastrado a su simulación. Pero cuando vi que no se comportaban
correctamente, según la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de
todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos,
¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?”
Pedro, obispo de Roma
Según otros, entre ellos, S. Jerónimo, Pedro habría sido obispo de Roma durante 25
años. Evidentemente, detrás, está la polémica de aquellos que quieren negar la Polémica subyacente: importancia
importancia de la Iglesia de Roma. Si en Roma no está Pedro, o no ha estado, se de Roma
acabó la importancia de Roma.
San Pedro fuera de Roma
Hch nos cuenta cómo Pedro estuvo en el Concilio de Jerusalén (48-50**). Sabemos
también que estuvo en Antioquía, donde tuvo una polémica con Pablo por la
judaización de los cristianos (texto arriba citado).
El hecho de que estuviese en Jerusalén y Antioquía ¿es prueba de que no fuera a
Roma? No. La gente se movía. No es un argumento válido. El trayecto sería:
Antioquía (donde podría haber sido también obispo), luego Roma, y vuelve a
Jerusalén.
La verdad: san Pedro vivió y murió en Roma.
El testimonio arqueológico y literario es tan potente que la carga de la prueba recae
sobre quien niega su presencia a Roma; en segundo lugar, las pruebas que estos

18
Daniel Lamana
aducen son escasas, cuestionables y poco sólidas. En tercer lugar, ninguna otra
Iglesia reclama la presencia de Pedro, salvo Antioquía, y sólo de paso.
Lo que sí podemos admitir es que fuera el primero en llegar a Roma con la Buena
Noticia. Es decir, no fue el primero o fundador en un sentido cronológico. Allí es
posible que hubiera ya cristianos huidos por la persecución de Esteban y Herodes,
pero más los primeros, por la expulsión de los judíos. Además, ¿quiénes se movían
en esa época? Esclavos, militares y comerciantes. Lo que sí podemos considerar es
que fue el primer organizador de la Iglesia de Roma.
Pedro muere crucificado (boca abajo, por lo cual no podía perder el conocimiento)
por no ser romano, al contrario que Pablo, que muere decapitado por su condición
de romano.
2. Siete testimonios literarios
La primera carta de san Pedro
Escribe desde “Babilonia” en el 80. Desde el año 70, al ser oficialmente expulsados
del judaísmo, los cristianos pierden la protección legal que les permitía no hacer
sacrificios. Es un lenguaje apocalíptico por la persecución de Domiciano.
Escribe a los cristianos de Ponto y Bitinia, donde gobernaba Plinio el Joven (que ya
vimos que era responsable de la persecución).
¿La escribe él? Directamente no, pero sea que la dicta, sea que es escrita bajo su
autoridad (vivo o muerto), es desde Roma.
San Clemente Romano
Él ya habla de las muertes de Pedro y Pablo.
“Los Apóstoles nos anunciaron el evangelio de parte del Señor Jesucristo;
Jesucristo fue enviado de parte de Dios. Así pues, Cristo de parte de Dios,
y los Apóstoles de parte de Cristo. Los dos envíos sucedieron
ordenadamente conforme a la voluntad de Dios. Por tanto, después de
recibir el mandato, plenamente convencidos por la resurrección de
Nuestro Señor Jesucristo, y confiados en la Palabra de Dios, con la certeza
del Espíritu Santo, partieron para evangelizar que el Reino de Dios iba a
llegar.
Consiguientemente, predicando por comarcas y ciudades, establecían sus
primicias, después de haberlos probado por el Espíritu para obispos y
diáconos de los que iban a creer. Pero esto no era nuevo, pues acerca de
los obispos y diáconos escribió hace mucho tiempo. Pues en algún lugar
la Escritura dice así: “estableceré a sus obispos en justicia y a sus diáconos
en fe” (Is 60, 17).
Y nuestros Apóstoles conocieron por medio de Nuestro Señor Jesucristo
que habría discordias sobre el nombre de obispo. Puesto que por esta
causa tuvieron un perfecto conocimiento, establecieron a los ya
mencionados y después dieron norma para que, si morían, otros
hombres probados recibiesen en sucesión su ministerio.
Así pues, no consideramos justo que sean arrojados de su ministerio los
que fueron establecidos por aquellos o, después, por otros insignes
hombres con la conformidad de toda la Iglesia y a los que sirven
irreprochablemente al pequeño rebaño de Cristo, con humildad, callada
y distinguidamente, alabamos durante mucho tiempo por todos. Pues
tendremos un pecado no pequeño si a los que han ofrecido los dones
irreprochablemente y santamente los arrojamos del episcopado.
Dichosos los presbíteros que nos precedieron, los cuales tuvieron una
muerte fructuosa y perfecta, pues no se preocuparon de que alguno los
destruyera del puesto que les fue fijado. Vemos, pues, que a unos que se
han portado bien, vosotros los habéis depuesto del ministerio que han
honrado sin falta.”

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
San Ignacio de Antioquía (107-110)
Carta a los Romanos, camino de su martirio. Habla de la presencia de Pedro y Pablo
y quiere morir donde ellos han muerto.
Apocalipsis de Pedro (apócrifo)
Confirma la presencia de Pedro en Roma.
La Ascensión de Isaías (apócrifo)
Ambos textos (Ap de Pedro y Ascensión) hablan de la persecución de Nerón 64-
67**, a finales de la cual morirían ambos apóstoles.
San Ireneo de Lyon
También habla de la fundación de la Iglesia Roma por Pedro (sobre todo) y Pablo.
Habla de fundación como organización y estructuración. Para él la Iglesia está
presente, no sólo al confesar a Cristo, sino cuando se pone el sello del ministerio.
El presbítero Gayo
Testimonio muy significativo, con una correspondencia arqueológica muy
importante. Este presbítero tiene ante sí a Proclo, montanista, que intenta defender
la superioridad de la Iglesia de Hierápolis, donde está el diácono Felipe con sus hijas
profetisas, negando que en Roma haya ningún apóstol. Gayo lo invita a venir, y a
contemplar en la Colina del Vaticano el monumento de Pedro, y el de Pablo en la
Vía ostiense. Está recurriendo a lo que tiene delante: sendos monumentos
sepulcrales.
3. Dos testimonios arqueológicos
San Pedro ad catacumbas.
Tiene que ver con dos calendarios, que indican la fiesta de cada día:
- Romano del 354
- Martirologio Jeronimiano del 431
Ambos indican el 29 de Junio como fiesta de S. Pedro y S. Pablo, uno en el Vaticano,
y otro en la Vía ostiense. Ambos hablan también de que se celebra una fiesta ese
mismo día ad catacumbas en la Vía Apia (hoy catacumba de S. Sebastián o de los
apóstoles). ¿Por qué de los apóstoles? S. Dámaso (s. IV) indica que allí reposaron los
restos de ambos apóstoles en la persecución de Valeriano 258**. Este emperador
impidió la visita de los cristianos a ciertos cementerios, entre ellos el Vaticano (eso
sí, respetando las tumbas, consideradas inviolables). ¿Por qué esta prohibición?
Porque sabía bien quién estaba allí enterrado.
Los cristianos sustrajeron los restos y las llevaron a la catacumba de S. Sebastián,
donde encontramos la lápida: S. Pedro y S. Pablo, rogad por Víctor.
1917, con las primeras excavaciones, aparece este testimonio, que refuerza el de S.
Dámaso.
Excavaciones en San Pedro del Vaticano, 1940
Pio XII ordena unas excavaciones en el Vaticano que se desarrollan hasta el 49.
Pretendían establecer la historia del Vaticano.
- Circo de Calígula y Nerón (donde muere Pedro)> Enterrado en un cementerio
lateral. Monumento en el centro conmemorando el martirio> s. IV levanta una
basílica donde estaba la tumba> S. IX-X se modifica la basílica > S. XVI, Julio II y
Alejandro VI edifican la actual basílica.
Siempre se mantiene el lugar de la tumba de Pedro: un muro g, sobre el que se
iban haciendo altares (de Constantino, de S. Gregorio, de Clemente VII y la
columna de Bernini).
En el 40 se abre esa cápsula del tiempo que había quedado encerrada en los altares
y se encontró el famoso monumento de Gayo, con la descripción que él hacía de la
tumba, con signos indiscutibles del culto a Pedro en este lugar. Se encuentra

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Daniel Lamana
también un sello de Vespasiano. En la llamada tumba capuchina, sin embargo, no
encuentran nada.
Todo queda cerrado y sellado. Se demuestra la verdad del monumento descrito por
Gayo, pero no aparece el sepulcro de Pedro. Aparecen muchas tumbas alrededor y
anteriores, pero bajo la tumba de Pedro, nada.
Margarita Guarducci, 1953
En 1953 la profesora Margherita Guarducci (1902-1999) investiga de nuevo la
cámara de S. Pedro, a los lugares excavados e investiga una serie de grafitti que
hablan del culto cristiano a Pedro. Descubre una piedra con el grabado “ΠΕΤΡΟC
ΕΝΙ”.
Petros ení, 1968
Investigando los restos, donde estaba la piedra habían encontrado una tela noble
con restos óseos con una particularidad: tenía restos de tierra coincidentes con las
de la tumba capuchina. Tan sencillo como que en el 258**, con la persecución de
Valeriano, se habían llevado a la catacumba de los Stos. Apóstoles, y al volver no se
colocan en la misma tumba, sino en el muro rojo.
Constantino en el S. IV va a cerrar esa cápsula (construyendo encima un altar)
incluyendo dentro los restos y el monumento de Gayo, hasta 1953.
Pablo VI lo anuncia solemnemente al terminar el CVII.
2.5 LOS DEMÁS APÓSTOLES
El imperio no deja de crecer. Nos movemos en sus límites a la muerte de Trajano.
¿Todo lo que sabemos de los apóstoles son leyendas?
1. San Juan evangelista
Una historia conocida
En principio, hermano de Santiago el mayor, acompaña a Cristo hasta el final. Es el
que recibe a su madre a los pies de la cruz (*argumento a favor de la virginidad post
partum de María). Protagonista también de la mañana de la resurrección, es el que
corre más. Será importante en la comunidad de Jerusalén, y junto a Pedro, tras la
persecución de Esteban (36-37**) se van a confirmar a invocar al Espíritu sobre los
samaritanos convertidos con el bautismo de Juan.
Las tradiciones sin comprobación posible
Hasta aquí, lo bíblico. Hay tradiciones sin comprobación posible: se traslada a Éfeso
con la Virgen, donde la Virgen María habría terminado su vida y sido asunta al cielo.
Juan habría estado con ella hasta el final de su vida mortal. Otra dice que ésta tuvo
lugar en Jerusalén, y luego se trasladó.
En cualquier caso, él fue a Éfeso, antes o después. José Gómez Galán tiene la Tª de
que la infancia narrada en Lc, tendría su origen en la época pasada por el Evangelista
en Éfeso con Pablo, donde pudo haber conocido a la Virgen.
La actividad de Juan en Éfeso
Se conoce por S. Policarpo de Esmirna, discípulo directo junto con Papías de
Hierápolis y S. Ignacio de Antioquía.
El Apocalipsis habla de la persecución de Domiciano (95-96), presente en las
comunidades joánicas, a las cuales transmite sus advertencias por la persecución y
la herejía.
Otras leyendas
Iglesia de S. Juan ante portam latinam, donde, en Roma, donde habría sido
torturado, sin llegar a morir. Habría vuelto a Éfeso, donde quedan restos de la
basílica con su tumba.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
2. Las tradiciones sobre la primera evangelización
Las demás tradiciones son más o menos inventadas o imposibles de comprobar. Se
conocen conversiones (Simón el mago, el etíope, Cornelio…) que quizá están tras
algunas Iglesias del s. I (hasta en Pompeya, sepultada en el 79).
Una evangelización espontánea
Habría que pensar en una evangelización más espontánea que habría querido, más
tarde, vincularse a un apóstol. Probablemente muchas iglesias tuvieron su origen en
las clases sociales antes mencionadas. Con más tiempo aún, se habría creado una
Tradición imposible de comprobar.
La literatura apócrifa
Pretende rellenar los huecos de relatos más o menos tardíos (ss. II-III), algunos
piadosos, otros con intención de justificar corrientes heréticas, etc.
La dispersión de los apóstoles
Lo cierto es que tras la muerte de Santiago el Mayor (42/44) provoca la dispersión
de los apóstoles (cosa que no había hecho la de Esteban). De hecho, no asisten
todos a Jerusalén (de los Doce): Pedro, Juan y Santiago el menor.
Según Orígenes, trasmitido por Eusebio, a cada uno se le asigna un lugar, y ellos
parten a evangelizar.
Leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine.
3. Las tradiciones sobre cada uno de los Doce Apóstoles
Santiago el menor. Hermano de Judas Tadeo
Era obispo de Jerusalén. Muy estimado por judíos y cristianos, autor de la Epístola
de Santiago, y habría muerto, según la tradición, despeñado por el pináculo del
Templo en el 62 (no importante). Enterrado en Dodici Apostoli, con S. Felipe. Otras
tradiciones lo presentan apaleado o apedreado.
San Mateo, apóstol y evangelista
Habría escrito el Evangelio en Palestina, y diversas tradiciones lo presentan en
Arabia, Irán (Persia) y Etiopía, donde habría muerto clavado al suelo, quemado,
acuchillado, por orden del rey Itarco en el 70. Algunas leyendas lo presentan
resucitando al rey de Egipto. Sus restos estarían hoy en Salerno, Italia.
San Matías. El sucesor del traidor.
Habría evangelizado Judea y Palestina, y muerto apedreado o con un Hacha. Sus
restos están en Alemania, en Trier.
San Judas Tadeo. Hermano de Santiago el Menor
La Tradición dice que evangelizó Mesopotamia y Arabia. Escribe la Carta de Judas a
los cristianos de Asia menor, y martirizado en Edesa (Capadocia) con lanzas. Sus
restos están en el Vaticano.
Santo Tomás, llamado el Mellizo
El Evangelio responde a la duda de si Tomás (que no estaba presente en la primera
aparición) fue el que fingió ser Jesús resucitado (el mellizo del Señor). El propio
Evangelio responde ya a esta pregunta. Habría predicado a partos y etíopes, y habría
terminado asaeteado en la India. Sus restos estaban primero en Edesa, y luego en
Ortona, Italia.
Cuando llegaron los portugueses en el s. XVI encontraron en Goa e India cristianos
que se consideraban herederos de Sto. Tomás.
San Bartolomé
Habría predicado con S. Felipe en Bitina, y luego Armenia y Etiopía, donde habría
llevado ya el Evangelio redactado en Etiopía. Tiene su sentido que las tradiciones del
Evangelio de Mateo fueran recogidas y llevadas por él a donde había evangelizado.
Habría muerto degollado en Armenia, y sus restos están en Roma en la Basílica de
S. Bartolome all’isola (Tiberina). *Fiesta: 24 agosto*

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Daniel Lamana
San Simón, el Zelote
Habría predicado en Persia y Mesopotamia, donde moriría crucificado o serrado.
No se sabe bien si está en Roma o Köln.
San Felipe
Evangelizaría Éfeso con S. Juan, y habría muerto crucificado o apedreado en
Hierápolis de Frigia. Su tumba está en Roma, en la basílica de Dodici Apostoli. No
confundir con el Felipe el diácono. También hay una tumba en Hierápolis, pero no
se sabe bien, y se cree que ese Felipe es el diácono (cfr. polémica con Proclo).
Algunas representaciones recogen la leyenda según la cual un dragón mata a los que
querían obligarle a sacrificar a Marte (BUSCAR, porque no lo tiene claro el profesor).
San Andrés. Hermano de san Pedro
Habría evangelizado Capadocia, bitinia y Rusia, martirizado en Patrás, Grecia, en la
cruz en forma de Aspa. Enterrado en Amalfi, ahora está en Patrás, pues se le entregó
al Patriarca de Grecia como gesto ecuménico.
Otros evangelizadores bíblicos.
Bernabé iría a Chipre, Marcos a Alejandría, Lucas con Pablo en Roma, Timoteo,
obispo de Éfeso, y Tito obispo de Creta.
2.6 LA IMPLANTACIÓN DE LA IGLESIA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
1. La evangelización de Santiago en España
Vamos a trabajar ambas hipótesis: la evangelización de Santiago, y otras.
Una tradición que ya existe en el siglo VII atestigua la presencia de Santiago en
España en época de Augusto (27 a.C-14 d.C.). Esta teoría se ha mantenido en los
estudiosos hasta hoy. Tres provincias: Lusitania, Tarraconensis y Bética; cuya
conquista acaba en el 9 a.C., motivo por el cual erige el Ara Pacis.
- Tradición de la batalla de clavijo
Férrea oposición de la Iglesia española. La misma Iglesia española cuestiona esta
tradición y niega hasta su presencia en la península. En particular, la provincia
eclesiástica tarraconense (no la Tarraconensis política), y la de Toledo, que
reclaman para sí ser primado de las Españas (Mauritania incluida). La mejor
manera de competir con Santiago de Compostela era justamente negar la
presencia (pasada y presente) del Apóstol.
- España pasó de estar dividida en Hispania Citerior y Ulterior (197 a.C.).
Oposición de los autores extranjeros: entre ellos, varios cardenales como S.
Roberto Belarmino y Baronio, que, en su obra Anales, en oposición a las tesis de
Magdeburgo, cuestionan la presencia de Santiago en la península.
Necesidad de distinguir tres cuestiones (Evangelización, Virgen del Pilar, sepulcro):
hay que distinguir entre la llegada de la Buena Noticia a la península, la aparición
de la Virgen (documentada desde el s. XIII, pero con ermita desde el s. IX), y el
sepulcro de Santiago. La fundación del CSIC Padre Sarmiento ha publicado un
estudio sobre las excavaciones en Santiago en torno al sepulcro, pero el estudio
sobre el que se apoyan, que está en el Vaticano, es un poco frágil.
2. Cinco argumentos a favor
El argumento de la posibilidad: no hay ninguna imposibilidad. Sabemos que, desde
el 30 d.C. hasta el 42/44** (Hch 12,2), es posible que Santiago viniera.
Dídimo el Ciego (siglo IV): erudito de Alejandría, que dice “uno de los apóstoles que
vivó con el Señor predicó en la India, y otro vino a España”. Existe, incluso, la
posibilidad de que S. Pablo viniese, pero él no vivó con el Señor.
San Jerónimo (siglo IV-V): Un apóstol predicó en el Ilírico (Croacia), y otro en España.
De nuevo, no tenemos nombres, pero abren la posibilidad a que sea Santiago.
Teodoreto de Ciro (†458): habla de un apóstol que predicó en España.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
El Breviarium Apostolorum (ca. 600): conservado en la Biblioteca nacional de
Portugal, es la fuente más original de donde beberán otros testimonios.
“El ocho de las calendas de Agosto en machaia marmárica fue enterrado
Jacobo, que se le conocía como el suplantador, hijo de Juan (…)”
- Corresponde al 25 de Julio.
3. Tres argumentos en contra
Ya hemos visto como querían reclamar para sí el primado tanto Toledo como
Tarragona.
El argumento del silencio (Duchesne): L. Duchesne (1843-1922) emplea muchos
argumentos, pero sobre todo el del silencio. No sería razonable que algunos
autores no hablen del martirio y enterramiento, si de verdad se hubiera
producido.
Prudencio (s. IV): se dedica a escribir la vida de todos los santos en España, y
no es razonable que no escriba de Santiago.
Orosio (s.V): tampoco lo menciona, y eso que habla de España en su Historia
general.
Idacio: Obispo de Aqua Flavia, escribe sobre Galicia y no habla de ello
Martín de Braga: arzobispo de ese territorio, pero tiene el problema de que
quería que Braga fuera capital.
Inocencio I (pont. 401-417): expresamente, en una carta del 416, dice “solamente
Pedro y sus discípulos han evangelizado occidente. No ha habido apóstol que
haya constituido ninguna Iglesia en Italia, España, Francia y África. Por tanto,
Roma es cabeza de todas las Iglesias de occidente”. Su problema es la polémica
por reafirmar la primacía de Roma.
San Julián de Toledo (686): expresamente borra la noticia de Santiago en el
Breviarium apostolorum en su edición del Breviario. Pero, de nuevo, tenemos el
problema del conflicto por el primado de las Españas.
4. Hay que estar con la tradición
Teófilo Ayuso: escribe Religión. Criteriología religiosa y eclesiología. Y defendió el
estar del lado de la tradición respecto al sepulcro y la evangelización. Cuestiona
los argumentos a favor y en contra.
- En cuanto al argumento de silencio dice que la persecución de Diocleciano
atentó contra libros también en su intento de borrar la memoria del
cristianismo.
- “Los argumentos en contra, no son tan poderosos. Son interesados. No es
fácilmente explicable cómo se introduce la noticia en Santiago de
Compostela en el Breviarium Apostolorum”.
El sepulcro del Apóstol: sí que está claro que murió en Jerusalén en el 42/44**,
contado en Hch. La tradición dice que sus discípulos lo trajeron por barco a
España. Esto es posible en cuanto a la posibilidad de trasladarse por barco en el
mediterráneo. La presencia misma del sepulcro, y que lo llevasen allí, puede ser
un argumento a favor de su evangelización.
- En época de Teodomiro, obispo de Iría Flavia (842) era Rey Alfonso II el casto.
La batalla de Clavijos 844 y los mártires de Cardeña 839 están cercanos al
momento de descubrimiento del sepulcro. La mencionada batalla dio un
impulso a la Reconquista.
- El primer relato que habla de este episodio es el Martirologio de Adón en
época de Alfonso III (mediados del s. IX). Es un momento muy importante por
el impulso en la reconquista de la península.
El camino de Santiago: no se conoce ningún culto anterior a la invasión musulmana.
Sí desde el 950 y sobre todo en el s. XII.

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Daniel Lamana
5. San Pablo en la Península Ibérica
Esta es otra hipótesis sobre la evangelización de España.
Voluntad expresa de venir: S. Pablo quiso venir, como dice en Rom 15,23 “Mas
ahora, no teniendo ya campo de acción en estas regiones y teniendo desde hace
muchos años grandes deseos de ir adonde vosotros, cuando me ponga en camino
hacia España, espero veros al pasar y, después de haber disfrutado un poco de
vuestra compañía, que vosotros me encaminéis hacia allá (…) Así pues, cuando
haya concluido este asunto, sellándolo con la entrega del fruto de la colecta,
pasaré entre vosotros de camino hacia España”. Se escribe en torno al 53/53
desde Corinto. Está hablando del tercer viaje, en el que será apresado al llegar a
Jerusalén.
Un método misionero muy concreto: S. Pablo quiere ir a donde no se ha
evangelizado todavía. Problema: Santiago ha sido ya martirizado en el 42/44**.
Argumento de la posibilidad: No está claro que viniera, pero no hay nada en contra.
Supuestamente habría evangelizado en Tarraco, sobre una roca en la zona del
tempo de Augusto (la Acrópolis). Podría haber dejado la colecta, ser apresado,
llevado a Cesárea por dos años, y luego a Roma, con 2 años de arresto
domiciliario, después de los cuales queda liberado. ¿Qué hace pablo desde el 62-
61 en que queda libre hasta el 67? Podría haber hecho aquello que había
previsto, sobre todo en una ciudad tan importante como Tarragona, la más
importante de la península.
Argumento literario:
- Clemente Romano en la carta a los Corintios: “Pablo enseñó a todos la justicia
y llegó hasta el extremo de Occidente”
- Hechos de Pedro con Simón: apócrifo del 150 que menciona a Pablo volviendo
de España a Roma.
- Hechos de Pedro y Pablo: apócrifo del s. III, menciona la tristeza de la
comunidad romana cuando S. Pablo marcha a España.
- Fragmento muratori: habla del martirio de Pedro y del viaje de Pablo a España
- S. Jerónimo, Atanasio, Teodoro de Ciro…
Argumento arqueológico: ¿Por qué entonces no se ha tenido tan en cuenta esta
memoria de Pablo en Tarragona? Ya en la Vía Sta. Tecla (una joven de Iconio que
le habría acompañado tras convertirse) tenemos una Iglesia del s. IV dedicada al
apóstol.
6. Los siete varones apostólicos
Siete obispos consagrados en Roma: sólo por Pedro. Torcuato, Segundo, Indalecio,
Tesifonte, Eufrasio, Cecilio y Hesiquio.
La tradición hagiográfica: en realidad, solamente se puede encontrar a partir del s.
X. No sabemos si es el texto que produce el culto, o el culto que produce el texto.
No aparecen en los martirologios jeronimiano (VI) ni de Beda (VII), sino en los del
s. IX.
Tradición literaria: libros plúmbeos del Sacromonte de Granada: en el s. XVI se
descubren los libros plúmbeos, formados por un relieve de plomo. Historia de la
certidumbre del Santo Evangelio, que clama estar escrito por la Virgen; otros
escritos por S. Cecilio (varón apostólico del s. II) en árabe, latín y castellano. Con
el descubrimiento se celebra una gran fiesta, Felipe II lo cree también y construye
la basílica del Sacromonte.
- Que estos libros no fueran escritos por S. Cecilio no niega la presencia del s.
I de cristianos en la zona. Estos libros explican, como pueden, esa presencia
cristiana en Granada.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
7. El cristianismo espontáneo en la Península Ibérica
Nos vamos a mover con la tesis de un cristianismo que se implanta simultáneamente
en diversas regiones, lo cual no es incompatible con las otras presencias que hemos
visto.
El cristianismo hispano en el siglo I: aunque sólo sea por una cuestión sociológica,
esta provincia senatorial está tremendamente romanizada (no es una provincia
imperial a cargo de un procurador). Fácilmente vinieron muchos cristianos a la
península.
El cristianismo espontáneo: no debemos pensar en un cristianismo plenamente
desarrollado, sino pequeñas comunidades, y probablemente, fueron de los
colectivos móviles: esclavos, militares, comerciantes. Es muy plausible. De hecho,
hay muchos mártires militares. No es necesario pensar en misioneros enviados
específicamente, al menos en un primer momento. Que no hubiera comunidades
erigidas no quiere decir que no hubiera cristianos (sobre todo si pensamos que
otras ciudades más lejanas como Pompeya ya tenían cristianos).
- Era una zona cercana a Roma y con muchas rutas fácilmente transitables.
Varios focos de irradiación de la fe: procedentes del norte (Roma, sur de Francia),
del Sur (norte de África). Ya en esta época hay muchas ciudades fundadas por
Augusto.
8. La apostasía de Basílides y Marcial
Contexto histórico: Decio (249-251). Persecución de Decio, los obispos de Astorga-
León y Mérida, ruta de la Plata. Se había impuesto una pequeña ofrenda, con la
que se obtenía un libelo, un certificado.
Dos obispos apóstatas libeláticos: Muchos conseguían el papel sin hacer la ofrenda
apóstatas libeláticos… Estos dos obispos hicieron justamente eso, fingiendo el
sacrificio. Los cristianos los echaron, considerándolos indignos de ser obispos.
Recurrieron al Papa Esteban, quien los acogió en su diócesis.
El recurso a san Cipriano de Cartago: reunió un sínodo provincial en el 254-55 y se
condena a Basílides y Marcial. ¿En función de qué actúa S. Cipriano?
Una explicación: la Iglesia madre. S. Cipriano actuaba como arzobispo de la Iglesia
madre de la cual se habrían fundado esas comunidades. Los textos de las cartas
del santo están manifestando una ascendencia de la Iglesia de Cartago sobre las
de la ruta de la plata, que estaban muy vinculadas con el Sur, a su vez con norte
de África.
- Estamos pues, ante un cristianismo bastante débil aún, pues prefieren
comprar el libelo a morir.
9. Los mártires de Hispania
El martirio de san Fructuoso: en el contexto de la persecución de Decio, algunos
sucumben a la persecución. En la de Valeriano, sin embargo (258) mueren el obispo
de Tarragona san Fructuoso y sus diáconos Eulogio y Augurio.
La vitalidad de la Iglesia hispana: esta es una iglesia distinta, fuerte, con un obispo
firme en la fe. Es una iglesia viva, con una presencia muy fuerte (entre otras cosas
porque había muchos romanos). Toda la Iglesia hispana dará en esta época muchos
mártires. Entre el s. III y IV manifiesta una vitalidad enorme, pero a mediados del III
todavía es incipiente.
El concilio de Iliberis, año 305: en Granada, donde habría sido S. Cecilio el primer
obispo. Sus cánones son muy parecidos a los de la iglesia africana, lo cual refuerza
la hipótesis anterior.
- La tesis del profesor: no podemos hablar de una única fuente de evangelización. Es
un territorio enorme. Cuando S. Pablo dice que quiere evangelizar un territorio que
no conoce a Cristo, está hablando de la Hispania Citerior, que no tenía por qué estar
evangelizada. Desde Roma pudo venir sea por mar que por tierra. Éste pudo ser el

26
Daniel Lamana
primer foco de evangelización, en el cual Tarragona tendría primacía. El segundo
gran territorio serían los lugares béticos de los varones apostólicos del Sur. Lo
importante no son los detalles de sus vidas, sino la presencia ya certificable de
cristianos, de domus ecclesiae. Y todo lo que es la ruta de la plata, que podría haber
evangelizado Cartago sin problemas. ¿Y Santiago? No sabemos por dónde pudo
venir, pero ninguna de estas tradiciones es imposible.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
3- Las persecuciones del imperio romano
3.1 LA Hª DE LAS 10 PERSECUCIONES
El Imperio Romano, contexto de la Iglesia primitiva: es una religión politeísta, pero
es un politeísmo de estado, y por ello afecta a toda la vida civil, política, militar,
familiar… Es un politeísmo estructural, de estado.
- Al mismo tiempo todo gira en torno a Roma, la gran Urbe, que divide el mundo
en dos: la ciudad y el resto. Como dato interesante, durante mil años no
construyó murallas. La ciudadanía, que se fue extendiendo a diversos municipios,
convertía a quienes gozaban de ella en ciudadanos de la Urbe, en cuanto a
derechos.
La edad de Oro del Imperio: [Panteón: templo a todos los dioses. Que no os engañen;
todo lo que ha quedado conservado fue porque fue convertido en iglesia o
conservado por ésta]. A nivel historiográfico, político, arquitectónico, cultural… Es
una estructura aparentemente indestructible.
La Pax Romana: [Ara Pacis] Inaugurado en el 9 a.C. por la victoria y pacificación de
Hispania contra los vascones y astures. Esta paz está decretada a nivel jurídico, y por
ello, quien atenta contra ello es un enemigo del estado. En el 14 d.C. fue cerrado
definitivamente, y así estaba cuando nace Jesucristo (cfr. pregón de Navidad).
Esta paz, que en ciertos momentos será un problema para el cristianismo
(considerado enemigo de ésta), pero a la vez favorecerá su expansión: gracias a las
calzadas y rutas marinas, por ejemplo. Aunque la paz en todo el imperio no se
mantuvo más que en esos años, las estructuras y clima sancionados por ésta sí que
se mantuvieron en el resto del imperio.
Se mantuvo el griego y se fue imponiendo el latín. Muchos eran seguramente
políglotas; quienes escribían lo hacían en griego, coloquialmente se hablaba el latín,
y luego en cada región las lenguas locales. Todas ellas las manejaban los
comerciantes. Había una lengua común: el griego koiné. Comerciantes, soldados,
esclavos, misioneros, filósofos… todos ellos recorren esas nuevas rutas y hablan esas
lenguas.
El límex (límite del imperio) tendrá también un cierto protagonismo en la expansión
del Evangelio. Pero, con algunas excepciones, el cristianismo se desarrollará dentro
del imperio. Lo mismo ocurre con las categorías filosóficas, especialmente el
neoplatonismo, menos el aristotelismo, incluso categorías filosóficas que intentaron
expresar (heréticamente) conceptos de la fe, posteriormente rectificadas en los
concilios.
La crítica del politeísmo: curiosamente, ese politeísmo institucional, de estado
encontró críticos ya entre los grandes filósofos (desde el s. V a.C.) y los poetas, que
consideraban a los dioses vulgares, soeces, indisciplinados. La gente culta sentía
vergüenza de los caprichosos dioses, pero admiraban a los héroes, que encarnaban
los ideales grecorromanos.
Entre la plebe, al contrario, todo quedaba regulado por la vida religiosa,
entendiendo regulado por sometido. Además, Roma añadía a sus panteones a los
dioses de territorios conquistados, o los comparaban y asimilaban. En cualquier
caso, el politeísmo influía al modo mismo de concebir la vida: había dioses para todo,
y como son caprichosos, hay que ofrecerles sacrificios (incienso, libaciones, comida,
velas...).

28
Daniel Lamana

La organización del Imperio: el imperio organizado facilitó también la


estructuración de la Iglesia. Diocleciano fue uno de los mejores emperadores (a
pesar de las persecuciones), y estructuró el territorio, dividiendo entre oriente y
occidente, y organizando el terreno en diócesis. La Iglesia aprovechó también las
provincias romanas en su estructuración en provincias eclesiásticas. En el caos
romano, la división era al revés: las provincias formaban una diócesis, y no al revés.
Hablaremos de provincias, diócesis, patriarcados… Y de nuevo, Roma. ¿Es
importante porque Pedro estaba allí? ¿O estaba allí porque Roma era importante?
Prudencio (poeta español, s. IV, cristiano, Vida de los mártires) veía en la Pax
Romana, en el Imperio, la plenitud de los tiempos (Gal 4,4), sobre todo con el
Imperio cristiano.
La indiferencia del Imperio: probablemente el imperio fue completamente ajeno a
la muerte de Cristo. No tuvieron conciencia de un antes y un después en la Hª de la
humanidad. Hubo muchos más reos y revolucionarios que habían muerto tras causar
problemas. Fueron consideradas cosas de judíos.
Sólo en Antioquía Hch 11,26 empiezan a considerarlos como otra cosa, y los llaman
por primera vez cristianos. A los que conocieron el Evangelio les cambió la vida. A
los otros 65.000.000 romanos, no.
La distinción entre judíos y cristianos: Claudio expulsa a los judíos “a causa de un
tal Crespo”, pero no distinguía entre unos y otros. Sólo Nerón, gracias a su
secretario, Flavio Josefo, comenzó a distinguir de manera interesada.
En el 70 d.C.** cae Jerusalén en manos de Tito. El imperio ya no reconoce a los
cristianos como judíos, y por tanto dejan de estar protegidos. Los judíos se
reagrupan en torno a los fariseos: van desapareciendo saduceos, zelotes, esenios, y
los cristianos son expulsados de la sinagoga, y el imperio no los reconoce, y por eso
empezará a perseguirlos.
Una historia gloriosa: la que contamos a partir de ahora, desde el 64 con Nerón,
pasando por el 67 (Pedro y Pablo), el 70, y hasta el 313 d.C.**, con el edicto de Milán,
la palabra que define al cristianismo es la persecución. No se busca acabar con las
personas, sino con el cristianismo.
Junto a los que murieron, hablaremos de confesores (e.g. Orígenes, cuyo padre
murió mártir, pero él no).
Una espada de Damocles sobre su cabeza: además del peligro de muerte, la tensión
generada por la posibilidad de ser acusados en cualquier momento y
consecuentemente martirizados. En todas las épocas y regiones había cristianos y

29
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
mártires. *La persecución es, en un sentido, gloriosa, pero al mismo tiempo,
trágicas.
Las diez persecuciones de Lactancio (+317): Lactancio establece que hay 10 (aunque
hay más, pero evoca las plagas de Egipto). Era el preceptor de Constantino hasta su
muerte (317).
1. Nerón (54-68) persecución año 64**: 19/7/64 se quema la mitad de la ciudad (7
de 14 barrios). Con el apoyo de Flavio Josefo echó la culpa a los cristianos, a pesar
de que Tácito demostró que eran inocentes. Los llevaban al circo y los echaban a las
fieras. Entre ellos murieron:
- San Pedro y san Pablo: 67** d.C.
- San Proceso y san Martiniano.
2. Domiciano (81-96): estamos después del 70, de la ruptura con el judaísmo. En
esta época, Domiciano tiene particular miedo de los llamados parientes del Señor.
La suya es la persecución descrita en el Apocalipsis.
- San Clemente Romano (papa), san Juan Evangelista (cocinado en la olla
conservada en S. Giovanni ante portam latinam, no llega a morir).
3. Trajano (97- 117): en este caso, Plinio el Joven gobernador de Bitinia le pregunta
por da farsi con los cristianos, si bien ya en el modo de preguntar deja entrever que
ya ha tomado medidas violentas (cfr. textos de apoyo). Es importante notar que era
gobernador de Bitinia. Cuando Constantino en el 313 firma el edicto de Milán,
escribe al gobernador de Bitinia diciendo que ya no es necesario darles muerte (es
una respuesta a una carta de 200 años atrás).
- Mártires de Bitinia (zona norte de Turquía), san Ignacio de Antioquía, san
Simeón de Jerusalén: estos dos últimos, patriarcas de sus respectivas ciudades.
4. Adriano (117- 138): menos conocida.
- San Telesforo, Santa Sinforosa e hijos: recuerda al martirio de la madre de los
macabeos.
Antonino Pío (138-161): no cuenta como persecución.
- San Policarpo de Esmirna, san Justino.
5. Marco Aurelio (161-180) Se estaban empezando a provocar una serie de
actuaciones catastróficas dentro del imperio. Los ciudadanos pensaban que se
debían hacer ofrendas a los dioses, airados por la falta de piedad de los primeros. Se
decretan sacrificios a nivel estatal, en que los cristianos se negarán a participar.
En particular, en Roma, muchos fueron condenados a trabajos forzados, como las
minas de Cerdeña.
- Los mártires de Lyon, san Fotino, santa Cecilia.
Paz de Cómodo (180-192): declara una cierta paz.
- San Apolonio.
6. Septimio Severo (192- 211): tras unos altercados, decreta en el 202 la prohibición
de convertirse al cristianismo o hacer propaganda de éste. Mueren, sobre todo,
catequistas y catecúmenos.
- Santas Perpetua y Felicidad, san Leónidas, mártires de Egipto. Leónidas era el
director de la escuela catequética de Alejandría, padre de Orígenes.
Tras esta persecución se produce un cierto sincretismo: heliogábalo intenta
asimilarlo al culto del sol invicto y se cuenta que el emperador Severo Alejandro
puso una imagen de Cristo en el larario junto a Abraham).
7. Maximino Tracio (235- 238): acaba con ese sincretismo y persigue a los dirigentes
de la Iglesia.
- San Ponciano (papa), san Hipólito Romano (antipapa), san Antero (papa).
Hipólito murió reintegrado en la fe, y murió mártir.

30
Daniel Lamana
Después, hubo un período de Paz. Su seguidor, Felipe el árabe se dice que se
convirtió y fue bautizado, pero tras participar de los sacrificios del milenario de la
Urbe, puede que participase en la penitencia pública que se declaró para expiar la
participación en dichos sacrificios por parte de los cristianos.
A continuación, se producen tres persecuciones sistemáticas contra la Iglesia y todo
lo que tiene que ver con ella, y que la puso en serias dificultades: Decio, Valeriano y
Diocleciano.
8. Decio (249-251**): mitad s. III (época de crisis: casi 40 emperadores), la Decio 249-251**
inestabilidad interna se una con la externa por las invasiones bárbaras. Decio, para
unificar y dar estabilidad establece la unidad religiosa, por la cual exige a los
ciudadanos a hacer un sacrificio a los dioses, y por el cual se les entregaba un libelo.
Quien no lo poseía, podía ser condenado a trabajos forzados, latigazos e incluso
muerte. Nadie tenía problemas (los judíos estaban protegidos) salvo los cristianos.
Decio no quería mártires, sino apóstatas (sea porque sacrificaban o porque
compraban el libelo).
- San Fabián, santa Águeda, san Alejandro, san Félix de Zaragoza.
- También hubo confesores, como Orígenes, que, habiendo sufrido persecución,
no mueren (≠ mártires).
9. Valeriano (253- 260): 257** persecución. Al inicio no los persigue, sino que era Valeriano 257**
favorable. A sus problemas económicos, su consejero Macrino le aconseja perseguir
a la Iglesia para despojarla de sus bienes. Atacó al clero, los dirigentes que
administran los bienes de la Iglesia. Les exigirá, como Decio, sacrificar bajo pena de
muerte o destierro (le daba igual, pues sólo le interesaba desposeerlos). Prohibirá
también la entrada a Iglesias y cementerios (pretendía también apropiarse de bienes
inmuebles y terrenos).
*Quienes sufren las desamortizaciones son siempre aquellos a quienes la Iglesia
atiende.
- San Sixto, papa, y su diácono san Lorenzo, diácono que atendía a los pobres de
Roma, san Cipriano de Cartago, san Tarsicio, santos Fructuoso y sus diáconos
Augurio y Eulogio
10. Diocleciano (275- 305): 303-304**. Casi la mitad del imperio es ya cristiano,
Diocleciano 303-304**
luego no puede exigirles sacrificios o juramentos. A nivel político, fue un gran
emperador. Divide el imperio en oriente (Nicomedia) y occidente (con capital en
Milán), y pone al frente dos augustos, él en oriente y Maximiano en occidente, y
justo a ellos, dos césares, dos lugartenientes, Galerio para occidente y Constancio
Cloro para oriente (padre de Constantino).
Crea las 4 grandes prefecturas de Hispania, Italia, Ilírico y Oriente. Las dividió en 14
diócesis, divididas en 100 provincias. Pretendía facilitar la gestión de un Imperio
excesivamente grande y con muchos problemas. La Iglesia, posteriormente, asumirá
algunas de estas estructuras.
Aun siendo de carácter pacífico, toma medidas para solucionar la situación del
imperio, y entre ellas, 5 decretos de persecución.
297: obliga a los soldados a sacrificar, para asegurarse su adhesión a la causa del
imperio, frente a los cristianos que se mostraban reticentes a matar. Pretende
descubrirlos u obligarlos a renunciar a su fe.
303: contra los lugares de culto y libros sagrados o litúrgicos5.
303: contra el clero.
303: contra el clero, con pena de muerte.
304: orden para que todos ofrezcan sacrificios a los dioses.

5
Queda la duda de si en esta época se perdieron textos sagrados o la memoria de algunos mártires (Santiago)

31
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Tras el 304, reinó sólo un año, pero murieron 50.000 cristianos. Si no se hubiera
retirado a Nicomedia, ¿qué hubiera pasado? Eran ya 3 millones de cristianos en
Europa. Era una guerra de exterminio total.
- San Julio de Mesina, san Marcelo de Mauritania.
- San Sebastián, santa Inés y el papa san Marcelino.
- San Emeterio y san Celedonio de Zaragoza, san Marcelo de León, los mártires
de Zaragoza, santos Justo y Pastor, en Alcalá, santa Leocadia en Toledo, santos
Vicente, Sabina y Cristeta en Ávila, santa Eulalia de Mérida.
3.2. LAS CAUSAS Y SU SIGNIFICADO
1. Las causas y sus fundamentos legales
Un Imperio permisivo: asimila e incluye multitud de cultos en su politeísmo. No
tenemos más que los edictos de persecución de Trajano y Adriano, y las fuentes
cristianas son interesadas. ¿Por qué la persecución? Los cristianos se presentan
como adoradores del único Dios, y rechaza los demás.
El Imperio romano es garantista: todo por garantizar la Pax Romana, y ello se
garantiza con un sistema penal garantista. Los emperadores más cruentos en la
persecución son, curiosamente, los mejores gobernantes.
Los cristianos son buenos ciudadanos: recordemos que los apóstoles pedían rezar
por el emperador; lo mismo Clemente romano.
Una razón: amenazaban la estabilidad del Imperio. Ésta es la posible razón de la
persecución. Amenazaban el orden que garantizaba esa paz. De hecho, las
mayores persecuciones se dan en periodos de inestabilidad y catástrofe a nivel
imperial. Cuanto mayor es la inestabilidad, tanto mayor es la persecución contra
aquellos que pretenden poner orden.
El Imperio estaba soportado sobre la religión: la fe politeísta, pagana, vacía… pero
estructuraba el imperio, y por ello quien la amenazase, amenazaba el imperio. La
vida religiosa sostenía toda la vida de la persona. Los dioses cuidaban de
absolutamente todo.
El rechazo judío contribuyó a la persecución: antes, los cristianos se beneficiaban
de la protección de los judíos (interesada, por cuestiones políticas y económicas).
A partir del 70**, todos los no-fariseos, no se consideran judíos.
Nerón, primer perseguidor (año 64**): es el primero en distinguir entre judíos y
cristianos. Sólo actúa en Roma, pero distingue gracias a Flavio Josefo, que le
aconseja perseguir a los cristianos. Nerón dirá Christianos esse non licet. No es
legal ser cristiano. Es el institutum neronianum o declaración de Nerón. No hay
propiamente un decreto. ¿Es una ley, o no? Pues aunque sólo dice eso, la
molestia del pueblo con el incendio, favoreció esta situación. Recordemos que
Claudio había expulsado antes a todos los judíos de Roma “a causa de un tal
Cresto” (sin distinguir). Al principio mueren pocos, pero ahí, dado el carácter
garantista de Roma, se apoyarán para justificar futuras persecuciones.
Trajano (97-117) y Plinio el Joven, gobernador de Bitinia (año 107): no conocía esta
ley (luego no fue una ley en sí misma). Y por eso escribe al emperador,
consultándole. Trajano le contesta con un edicto, al cual dará continuidad
Constantino, revocándolo. “1. No se debe perseguir de oficio a los cristianos [ser
cristiano no es delito]. 2. Que tampoco se atiendan denuncias anónimas. 3. Si son
acusados públicamente, se haga contra ellos un proceso normal. 4. Si alguien
renuncia, no debe ser castigado.”
Es un decreto extraño, pero Plinio lo empleará para perseguir a los cristianos.
Persecución de Adriano (117-138): otro procónsul (Gratiniano) le consulta por lo
mismo. Su respuesta es la misma de Trajano. Proceso normal, acusaciones
firmadas, no revueltas populares, y sólo si en algo vulneraban la ley. Aprovecha
lo favorable de la legislación de Trajano.

32
Daniel Lamana
Persecución de Decio (249-251): el mismo escrito de Trajano, lo usa Decio para todo
lo contrario. Igual que Plinio lo había empleado como justificación de la
persecución, y Adriano para lo contrario, Decio lo usa en contra de los cristianos.
El poder de los magistrados: los magistrados van a poder aplicar, en su jurisdicción,
esta legislación. Tenían mucho poder para condenar a muerte a los enemigos de
la Pax; tenían derecho de represión. Delimitan el delito y aplican la pena. Por eso
Pilato es quien firma la muerte del Señor (Nostra Aetate: acaba con la acusación
a los judíos de deicidio).
La acusación por crímenes comunes: los odian por romper la paz, y se les condena
por inmoralidad (dicen amarse entre hermanos), por ejercer la magia sin
permiso, por antropófagos, y por no querer ofrecer sacrificios a los dioses.
Acusaciones falsas contra los cristianos: calumnias sobre su forma de vida. Muy
interesante las respuestas que los cristianos darán, como son las de los grandes
apologetas (e.g. s. Justino).
Sobre todo, la inestabilidad política trajo la persecución: prefirieron ser fieles a
Cristo, y el Estado, que debería haberlos protegido, no lo hizo, pues era inestable.
3.3. LA VALORACIÓN PARA LA CULTURA PAGANA Y PARA LA IGLESIA
1. La primera polémica: sobre el número de los mártires
La visión de la Antigüedad: el número era desorbitado, habiendo (sólo reconocidos)
3 o 4 al mes (Cronógrafo del 354).
La revisión ilustrada del siglo XVIII: hubo una revisión histórica, muy a la baja. Frente
al s. XVI, en que se abren las catacumbas (que llevaban cerradas 1000 años) y Europa
se llena de huesos de antiguos cristianos. Los mártires, en realidad, habían sido
identificados y sacados de allí en el s. IV. E. Dodwell escribe Disertaciones cipriánicas.
Emplea como criterio las fiestas litúrgicas.
2. Los criterios de Hertling para discernir el número
Cinco criterios fundamentales:
1- Nombres: conocemos unos 200 por su nombre
2- Noticia: de algunos grupos conocemos sólo el nombre de uno, pero tenemos
noticia de los compañeros. Así, llegaríamos a unos 1.000
3- Leyes persecutorias: sabemos dónde y cómo se aplicaron. Habría que
considerar el número de cristianos del momento.
4- Apreciación de los contemporáneos: ¿qué percepción tienen de persecución?
5- Comunidades cristianas: ¿qué cristianos había en esos momentos?
Los números de Hertling: s. I: ῀5000; s. II: ῀10.000; s. III: ῀25.000; Diocleciano:
῀50.000. Son casi 90.000 en tres siglos. En 3 años en España, reconocidos, casi
40.000. En Rusia, sólo en el 1917-18, 100.000. Junto a ello, habría que incluir a los
torturados, desposeídos, exiliados, etc.
3. Las actas de los mártires
Quieren conocer los detalles de su muerte: se empiezan a contar pequeñas
biografías de los mártires. Los bolandistas criticaron y suprimieron algunas
exageraciones.
Tres tipos de actas:
- Auténticas. Muy breves. Preguntas y respuestas, generalmente. Siendo breve,
quizá incluye una pequeña recreación literaria. Policarpo, Justino, Apolonio,
Cipriano, Felicidad y Perpetua, Fructuoso, Marcelo y pocas más.
- Dudosas: no implican que no se produjera la sentencia, pero sobre una sólida
base histórica se añade una recreación literaria.
- Falsas: sin base, excepto el nombre del mártir. Recrean cómo mueren, en
ausencia de datos.

33
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
4. La persecución moral y literaria
Desconocimiento inicial: hemos hablado de cómo se les confundía con otras sectas
o grupos de la época (estoicos, cínicos, pitagóricos…).
Celso, Discurso contra los cristianos: no se conserva su obra, sino la respuesta de
Orígenes Contra Celso. Casi todas sus acusaciones están recogidas en la
mentalidad moderna. Incluye problemas como el mal en el mundo. Primero se
posiciona como judío en el AT. Luego, como filósofo, y niega la creación y la
encarnación. Como historiador, criticando por infantiles las obras de la Biblia. Y
finalmente, como civilizado romano.
5. Las consecuencias para la Iglesia
Una realidad ambivalente: el martirio es un tema muy serio, y responde a un hecho
mucho más profundo que el hecho de morir (morir por morir no es martirio). De
hecho, en muchas religiones hay “mártires”.
Consecuencias positivas: fortalece el ardor de los cristianos, y se marca como ideal
de vida por el que vivir y morir. Su testimonio sostiene, conserva y fortalece la
comunidad: se conservan reliquias, se entierran unos cerca de otros.
Consecuencias negativas: mueren cristianos. Pastores, pueblo. Los que mueren,
dejan de ejercer el ministerio que tenían entre manos. Se pierden textos, se
destruyen iglesias, se exilian familias. No se puede huir de la persecución, pero
tampoco desearla. Muchos paganos no se convirtieron por miedo al tormento.
Hubo apostasías.
6. La espiritualidad del martirio
El martirio en la Escritura: en el AT el martirio es signo de la fidelidad a Dios y de
Dios. Dios me sostiene en el martirio. En el NT, representa la configuración con
Cristo, continuar la pasión de Cristo, beber su cáliz. Es el testigo predilecto de
cristo.
Una visión teológica correcta:
1- Ante todo, en la Iglesia, nunca es un logro personal. No lo consigue quien lo
quiere, sino a quien Dios se lo concede. No es un logro, sino un don.
2- No es decisión humana, sino don de Dios, que llama a continuar la pasión de
Cristo, una actualización continuada de ésta.
3- En la antigüedad, algunos, envalentonados, se presentaban a los magistrados,
pero luego, llegado el momento, apostataban. Sólo se vive bien cuando es un
don.
4- “Cada uno debe estar pronto a confesar su fe, pero nadie debe buscar el
martirio” S. Cipriano, Epíst. 81
5- Algunos estaban desilusionados por no poder dar la vida por Cristo
6- Es un encuentro entre libertades: Dios que llama y pide una ofrenda, y el
mártir, que responde ofreciendo su vida y continuando la pasión del Señor.

34
Daniel Lamana
4- La vida de la Iglesia primitiva
4.1 LAS IGLESIAS LOCALES, LAS METROPOLITANAS Y LA COMUNIÓN CON ROMA
Como ya habíamos comentado anteriormente, el Imperio romano, a pesar de ser
perseguidor, favorecerá enormemente la estructuración de la Iglesia (cfr. R.3- El
Imperio romano.pdf).
1. Las iglesias locales
El proyecto cristiano: crear comunidad de fe y caridad. El proyecto de Cristo y los
cristianos es ese. Lo principal es que el objetivo fundamental de la Iglesia es
anunciar a Cristo resucitado y convocar a los creyentes en la caridad. A veces ha
habido mayor fidelidad, otras menos, y nos hemos entretenido en cuestiones
mucho más humanas.
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os
he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois
discípulos míos: si os amáis unos a otros” (Jn 13,34-35)
El origen de las comunidades, en la comunión trinitaria: las tres divinas Personas
actúan como fuente originaria de toda vida en comunión. Es, por tanto, don de
Dios, nunca éxito humano.
“Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado” (Jn
6,44)
“Por ello os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios dice:
«¡Anatema sea Jesús!»; y nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!», sino por
el Espíritu Santo.” (1Cor 12,3)
Además, cada comunidad se desarrolla por la gracia: la gracia no sólo esté en el
origen de la comunidad, sino que sostiene la misma, y se multiplica en ella.
La iglesia local tiene todos los medios para la salvación: esto no estaba tan claro
hasta el CVII. Los sacramentos, el ministerio apostólico, los carismas, la
proclamación de la fe (el kerigma), la vida de caridad… Esto lo tiene cada iglesia
local. Y por local, generalmente entendemos urbano. De hecho, las diócesis
tienen por nombre el de la ciudad en la que reside el obispo, no de la región; de
hecho, la ciudad era tal por tener en ella sede episcopal.
Que cada iglesia local tenga todos los medios de salvación, no significa que pueda
salvarse aisladamente, pues uno de estos medios es la comunión con las demás
iglesias, con la Iglesia universal. Si una iglesia encierra a sus fieles en sí misma,
rompiendo la comunión con el resto, le faltaría un medio de salvación.
La Iglesia universal se crea por la comunión: la Iglesia es católica desde el inicio,
pero después de Nicea (325**), en que se proclama que la Iglesia es una, santa,
católica y apostólica, es indiscutible. En realidad, al inicio, todas las Iglesias
tenían el mismo rango, siendo la primera Jerusalén, seguida de Antioquía, quizá
luego Samaría (se discute si había o no iglesia) … Con la persecución de S. Esteban
y la fuga de los cristianos de Jerusalén, éstos reduplican lo que allí vivían en otros
lugares.
La Iglesia también es obra de los hombres: el cristianismo es cosa de hombres, y
cada persona o comunidad lo encarna y materializa de forma única, dependiendo
de la estructura humana en que se mueven (imagen de la Virgen con rasgos
africanos).
Se conserva la unidad de las comunidades: Hch 2,42. La comunidad de Jerusalén,
nos dice Lucas:
“Y perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la
fracción del pan y en las oraciones” (Hch 2,42)
Por distintas que sean, se va a seguir el ejemplo de esta primitiva comunidad de
los apóstoles en Jerusalén, con esos elementos citados. El mismo Evangelio va a

35
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
fecundar cada tierra a la que llega de modo diverso, pues los hombres son
diversos, y ello no va a ser (no debería serlo) motivo de ruptura, sino la mayor
prueba de la veracidad y enraizamiento del evangelio en esa tierra.
Hay distintos modelos de organización primitiva: la creatividad extraordinaria de la
antigüedad, que responde a la necesidad de que todos los pueblos lleguen a
conocer a Cristo y salvarse, se traduce también en la organización. Debate aparte
es si la estructura es o no necesaria en la Iglesia (carisma vs. institución).
La implantatio ecclesiae se da siempre, al menos inicialmente, al modo de los
evangelizadores (e.g. la evangelización de América se hace según el modelo de
la recién reformada iglesia española). La Iglesia irá adaptándose y adoptando
estructuras muy creativas, especialmente relevantes para nosotros. Y ojo, nos
encontramos aún en el tiempo de revelación.
El primer modelo fue el palestinense o sinagogal: los superiores de la comunidad
son los ancianos (presbiteroi), al modelo de las comunidades de la sinagoga judía.
El segundo modelo fue el de la diáspora o paulino: modelo helenístico, en el que se
rompe con el nacionalismo judío, mucho más creativo a nivel ministerial, y había
dos dirigentes: episcopeo (el que “mira desde arriba”), el que ordena la
comunidad; y los servidores (diákonos) que lo ayudan. No son los diáconos del
NT (Felipe, Esteban, etc.), que eran dirigentes de la comunidad helenística de
Jerusalén, y prácticamente desaparecen con ella. Estos no son esos. Estos son los
servidores, y hay que escucharlos.
“Os rogamos, hermanos, que apreciéis el esfuerzo de los que trabajan
entre vosotros cuidando de vosotros por el Señor y amonestándoos” (1
Tes 5,12)
“Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo que
residen en Filipos, con sus obispos y diáconos” (Flp 1,1)
Entre las iglesias locales, había comunión: comunión entre obispos y sus
presbíteros, entre obispos y fieles, y también entre obispos. La comunión por
tanto es, del obispo con sus fieles, y de los obispos entre ellos, y éstos, en
comunión con Cristo, lógicamente. ¿Cómo es la comunión de los fieles entre sí?
Por la comunión entre iglesias locales.
Pero esto no obligaba a un pensamiento único: si ya en el colegio apostólico había
diferencias, ¿cómo no iba a haberlas entre las iglesias? La cosa es que esa
diferencia sea enriquecimiento y no división. Si algo es carisma, y no cisma ni
herejía, enriquece la Iglesia.
Hay una comunión en la eucaristía: es el primer nivel de la comunión. Todos
participan de la misma (única, celebrada por el obispo con sus presbíteros a la
vez) eucaristía. Al principio, sólo había una por ciudad. Poco a poco, con el crecer
de los números, se celebran diversas eucaristías bien simultáneas, bien
consecutivas, en separadas habitaciones o casas. El gesto de la conmixtio era
simbólico de esa comunión con la eucaristía celebrada por el obispo. También se
mencionaba al obispo en cada celebración.
Hay una comunión epistolar: los obispos escriben cartas de comunión, se piden
consejo unos a otros. E.g. Dionisio de Corinto escribe a las iglesias de su alrededor
sobre las herejías que habían surgido en su interior. Las cartas paulinas no son
muy distintas de éstas, si bien las primeras no son Palabra de Dios.
Hay cartas de paz o de comunión: esto es otra cosa. Carta de paz o comunión son
aquellas que se envían cuando un obispo pide celebrar en otra comunidad. En
ellas se expone que uno está en comunión con la Iglesia de procedencia, lo que
le permite celebrar allí donde va. Tenemos cartas de acogida y hospitalidad, en
las que se ve cómo iban a otra comunidad, y eran acogidos como en la propia.

36
Daniel Lamana
Signo definitivo: en comunión con el obispo de Roma: la Iglesia que preside en la
capital de los romanos (s. Ignacio de Antioquía) preside en la caridad. Esta unión
a la Iglesia de Roma asegura la comunión entre las iglesias locales.
La excomunión, la expulsión: la excomunión supone la expulsión de la comunidad.
Excomunión eucarística, epistolar… ponía a los expulsados fuera de la estructura
de la Iglesia (y de la comunión con Cristo).
2. Las iglesias metropolitanas
La estructura del Imperio fue aprovechada en todo aquello que no era contrario al
cristianismo, por la Iglesia. Si volvemos al mapa con las diócesis y provincias, se
aprovechan las disposiciones territoriales llevadas a cabo por Augusto,
Diocleciano, Caracalla… Sólo que será al revés: se agrupan diócesis en provincias
y no viceversa,
Aprovechó también sus ciudades: el mundo romano es eminentemente urbano, y
la Iglesia lo será también. Los territorios venían designados por la ciudad en que
estaba el obispo. En cada comunidad, ciudad hay un obispo, que vive en la
ciudad. Más allá de ésta están los pueblos (pagus en latín, de donde viene
pagano).
Cada provincia tenía su capital: ya Hispania estaba estructurada en la Diócesis de
España en la antigüedad, con las provincias Tarraconensis, Galaecia, Lusitania,
Bética y Cartaginensis, con capitales en Tarraco, Astorga, Emérita Augusta,
Córdoba y Cartago Nova, respectivamente. Igual que cada provincia tenía su
capital y controlaba pequeñas ciudades de la provincia, la Iglesia tenía una capital
metropolitana, que controlaba las distintas ciudades dependientes de esa
ciudad mayor. A esos obispos se los comenzó a llamar obispos metropolitanos o
arzobispos (archiepiscopus). A veces, en esas ciudades se mandaban obispos
auxiliares. La estructura unitaria de la Iglesia hasta el CVII, y hoy se mantiene, es
la de los obispos metropolitanos y sus obispos sufragáneos. Antes, no había
Conferencia Episcopal, sino que se reunían los obispos metropolitanos entre sí.
El metropolitano, de hecho, muchas veces consagraba obispos que ejercieran,
en su nombre o, al menos, bajo su jurisdicción, en las ciudades dependientes.
**¿Es la metrópoli que se divide o las ciudades que se unen y forman la
archidiócesis? La relación entre metrópoli y ciudades queda clara: la
metrópoli controla la archidiócesis. Son éstas las iglesias locales que tienen
los medios de salvación. Estas diócesis se dividen y crean diócesis
sufragáneas.
De la unión de varias provincias, surgió el patriarcado: estos sí que son la unión de
las provincias. Las provincias se dividen y crean diócesis. La unión de varias
provincias crea patriarcados: de Occidente, Constantinopla, Jerusalén y
Antioquía.
** La provincia es igual a nivel civil y eclesiástico. La diferencia es que la unión
de provincias crea, a nivel civil, diócesis; mientras la provincia eclesiástica da
lugar a las diócesis al dividirse. La unión de provincias eclesiásticas da lugar a
los patriarcados.
Jerusalén es el primero, la Iglesia madre. Inmediatamente, Antioquía,
Alejandría, Roma y Constantinopla. Esto a nivel histórico. A nivel jerárquico:
Roma, Alejandría, Antioquía, y, a nivel de iglesia madre, Antioquía. Esto lo
establece el concilio de Nicea (325**), época en que Constantinopla no existía
fundada en el 330. Es la nueva Roma, la Roma cristiana. En el 381 se celebrará el
2º Concilio ecuménico en Constantinopla en que se establece un nuevo orden:
Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén como iglesia madre.
El patriarca tendrá jurisdicción sobre los obispos metropolitanos (arzobispos),
coordinándolos. Esta estructura va a necesitar, además, funcionar.

37
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Los sínodos, reforma y organización: para que toda esa estructura funcione, se
convocan sínodos (sin-hodos, caminar juntos, igual que cum-cilium). En estos
sínodos se potencia el papel del metropolitano, y el particular, el de los de Roma,
Constantinopla, Alejandría y Antioquía. Tienen como temas también asuntos de
fe, problemáticos según el momento y contexto. Será cuando se comiencen a
proclamar dogmas.
El concilio de Nicea (325**), lugar de llegada: este Concilio confirma esta estructura
que ya se llevaba tiempo viviendo. El canon 4 habla de los metropolitanos, y el 6
habla del orden de los Patriarcados. Algunas comunidades que intentaron
ascender al orden de patriarcado, pero no lo consiguieron, o sólo de forma
simbólica. El único patriarca que había (BXVI renunció a ello) en occidente era el
de Roma.
3. La comunión con Roma
Pedro, el primer obispo de Roma: Los obispos se integran en la comunión unos con
otros, pero todos en comunión con el de Roma. Esto no es tan sencillo de
entender en el s. I. Entender la comunión con Pedro era más fácil que
comprender la importancia de la comunión con Roma por ser capital del imperio.
Pero Pedro fue a Roma porque ésta era importante. Si Pedro no hubiera ido ahí,
la capital de la Iglesia sería otra (Aviñón, cuando el papa estaba allí, por ejemplo).
De esto no hay ninguna duda. La Historia de los papas, de Sal Terrae, propone
que no fue Pedro el primer papa, pero no es una afirmación sostenible, por
mucho que ya hubiera cristianos en Roma. Faltaba aún la estructura y
organización, y, sobre todo, el ministerio apostólico. En ese sentido fue, además,
fundador, si bien no el primer anunciador del evangelio en la ciudad. La iglesia
no quedó implantada hasta que Pedro no llevó a ella su plenitud. Y ninguna otra
Iglesia proclama a Pedro como primer obispo (salvo Antioquía, que no reclama
que Pedro esté allí enterrado o muriera allí).
La capital del Imperio se traslada a la Iglesia: igual que los metropolitanos controlan
las ciudades de su territorio, el obispo de Roma ordena las iglesias de todo el
Imperio.
**¿Que Pedro fuera obispo de Roma es la causa de que obedezcamos al obispo
de Roma? No. El primado de Pedro lo quiso el Señor mismo, y no responde a
la mera estructura imperial romana. Igual que Pedro es cabeza de los
apóstoles, el Papa lo es de los obispos, garate de comunión y unidad.
El título de pontífice, de origen pagano: Pedro se queda con el título de Pontifex
máximum, un concepto religioso pagano, empleado por los emperadores.
El título de papa, de todos los obispos: también el título de papa se empleaba para
todos los obispos. Sólo en el s. III empieza a ser aplicado por Tertuliano al obispo
de Roma, y S. Calixto, en el S. IV, dice que sólo él. Sólo en el S. VI queda
establecido que papa es el obispo de Roma.
Cómo se ejerce el ministerio petrino antes del 313: ya antes, se constata una
autoridad como sucesor de Pedro. Esa autoridad la vemos, por ejemplo, en las
cartas de S. Clemente Romano a comunidades que no caían en su jurisdicción
(Corinto). El papa Fabián pedía también el acoger a los lapsii de la persecución
de Decio. La palabra del obispo de Roma le daba un valor superior. Lo vemos
también en el recurso al papa de los obispos de Astorga y León.
Por encima de todo, es garantía de unidad. Quien está con el obispo de Roma,
tiene la garantía de la comunión. El que no, no. La fe que se proclama en Nicea,
por ejemplo, y que el Papa reconoce como propia, establece la norma. El obispo
de Roma no puede ser hereje a no ser sobre los dogmas ya proclamados.
Cómo se ejerce el ministerio petrino después del 313: con una situación un poco
más compleja, los Concilios de Nicea (325**), Constantinopla (381**) sellan
como fe de la Iglesia la fe de Roma, dándole mayor autoridad.

38
Daniel Lamana
El Concilio de Sárdica dice, por ejemplo, que, al acudir al obispo de Roma, sus
resoluciones son definitivas.
4.2 LOS MINISTERIOS ECLESIALES, LOS SACRAMENTOS Y LAS FIESTAS CRISTIANAS
A. Los ministerios eclesiales
1. Surgen para responder a las necesidades de la Iglesia: estamos en un momento *Todo el punto 4.2 está tomado
todavía de Revelación, donde la estructura de la Iglesia se está desarrollando, a de los apuntes de Joana
partir del mandato de Cristo. Todo lo que hagan los apóstoles corresponde a lo
que el Señor les ha dicho: Él la ha fundado, pero no como algo “terminado”. Ese
momento es todavía fundante.
2. Jerusalén: en torno a los Doce. Se pone con mayúscula, porque es una institución.
Lo mismo que los Once, después de la muerte de Judas y hasta la elección de
Matías. El número 12 es importante y hay que mantenerlo, pues hace referencia
a las 12 tribus de Israel.
3. Los Siete diáconos, para atender a los helenistas (Hch 6,1): ante esa necesidad,
surgen los Siete (también con mayúscula, por ser una institución). No son los que
luego se encuentran en las diaconías de Roma, o los que acompañan a los
Obispos en las celebraciones.
Tienen una preparación teológica (e.g. el discurso de Esteban o Felipe con el
eunuco) y están bajo la autoridad de los Doce.
4. La persecución provoca la dispersión de todos: el martirio de Esteban (36-37**)
provoca la dispersión de los cristianos helenistas (Hch 7), incluidos los Siete.
La dispersión de los cristianos de origen hebreo se da después del martirio de
Santiago (42/4**). Cuando muere él, ya no se reconstituye el número 12. Ya no
tiene sentido hacerlo, pues la mayoría de los que se están convirtiendo al
cristianismo son de origen pagano, por lo que no se ve la necesidad de esa
referencia judía.
5. El anuncio a los paganos: así se cumple el mandato de Cristo, de hacer discípulos
de todas las naciones. Son enviados los apóstoles (ahora con minúsculas),
misioneros. Junto a ellos hay los doctores, profetas (1 Cor12,28). ¿Cómo puede
haber profetas si Cristo ya ha venido? Estos profetas lo son en el sentido
catequético, misionero. También hay que recordar que seguimos aquí en el
período de Revelación (hasta que muera el último apóstol). Más adelante, llega
un momento en el que “desaparecen” los profetas.
[San Pablo, sin ser de los Doce, es llamado el Apóstol, porque asume ese título,
ese ministerio].
6. Los ministerios en las comunidades: las comunidades se van desarrollando, y van
necesitando orden, organización, ministerio. La Iglesia necesita estructura, y eso
lo ha querido el mismo Cristo.
S. Pablo en la carta a los filipenses habla de al menos dos tipos de ministerios
dirigentes (periskopeo, epíscopo) y colaboradores (diákono), que atienden a las
mesas, a la liturgia y a la caridad.
“Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los santos en Cristo que
residen en Filipos, con sus obispos y diáconos.” (Flp 1,1)
En 1Tim 3, 1-13 habla de los Obispos y diáconos como los tenemos hoy.
Didaché: han de ser dignos del Señor… tienen el oficio de profetas y de maestros
→ En su ministerio enseñan, rigen / gobiernan y santifican (Sacerdote, profeta y
rey).
7. La fijación de las comunidades: Después de la muerte de Pedro y Pablo, el
cristianismo es urbano, presente en todo el Imperio. Doble peligro:
a) Pastores indignos (en las cartas a Timoteo y Tito se ve esa preocupación y
necesidad)
b) Las herejías gnósticas, que niegan que Cristo había venido en la carne

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
c) Conflictos entre los carismáticos y la jerarquía (se nota en la carta del Papa
Clemente a los Corintios, comunidad en la que había problemas de ese tipo).
8. Las cartas de san Ignacio de Antioquía (+107): Patriarca de Antioquía. Aquí se
recoge la figura del Obispo Monárquico (o sea, como único obispo; garantía de
orden y de unidad). En sus cartas podemos ver que eso ya está desde antes y que
se ve con naturalidad, no es una realidad nueva.
9. En esta evolución, se constata la distinción clero/fieles: En la Tradición y en la
Iglesia Primitiva ya podemos ver esa distinción. Como se lee en San Agustín, hay
que ver como se da esa distinción (“para vosotros, Obispo; con vosotros,
cristiano”). El ministerio es un servicio (a los fieles / a la comunidad, a la Palabra,
al Altar).
Elementos históricos de esa distinción:
- Tertuliano rechaza una distinción teológica entre el clero y los fieles (es una
distinción para esa época, no para el Cielo).
- Hipólito de Roma (sig. III) constata, en el desarrollo de la comunidad, la
presencia de 9 ministerios. En este conjunto, destaca tres, de carácter
ordenado (consagración/sacramento del orden): diaconado, presbiterado,
episcopado. Todos los ministerios son para el servicio. Solamente tres son
ordenados y marcan a la persona para siempre (imprime carácter, y eso es
reconocido desde la antigüedad). Surgen los títulos: pontífice (puente), Papa.
10. Los ministerios de la Iglesia s. III: subdiácono, acólito, lector, exorcistas,
ostiarios, fossores.
[Diaconisas: estaban presentes en una o dos comunidades de la Iglesia Primitiva.
Hay hoy una comisión para estudiar qué significaba el diaconado de las mujeres,
qué hacían, etc.].
B. La iniciación cristiana, los sacramentos y las fiestas de la Iglesia primitiva
1. Todo empieza con el bautismo: Hay una pequeña formación/iniciación cristiana,
un catecumenado de adultos, con los tres sacramentos de la iniciación (Bautismo,
Confirmación y Eucaristía).
2. Al principio, solo bautismo de adultos: semejanzas con el bautismo de Juan. No
se rechaza el bautismo de niños, pero se daba normalmente en adultos.
[Orígenes habla del Bautismo de los niños, como una práctica que viene desde
los Apóstoles; lo mismo se nota en la Tradición Apostólica de San Hipólito].
3. El bautismo de adultos está organizado en el s. II: Primero hay una
instrucción/formación (catecumenado), y luego se bautiza. Podría durar 3-4
años, y había una presencia muy importante de los catequistas. Después de un
examen, que prueba las condiciones de asumir la fe y la vida de la comunidad,
uno se va integrando gradualmente en la comunidad.
4. El bautismo, por triple inmersión: generalmente se daba por inmersión, pero
también ya había casos de bautismos por efusión. Después de ello, se les daba
leche y miel, porque habían llegado a la Tierra Prometida, a la vida eterna (las
Iglesias antiguas tenían 8 lados, como signo de la resurrección/vida eterna; muy
característico de las iglesias templarias).
5. El bautismo de sangre: ¿Qué pasa con aquellos que mueren antes de ser
bautizados y después de su conversión? En la persecución de Septimio Severo,
mueren muchos catecúmenos y catequistas, por eso surgen preguntas de ese
tipo ya en el s. III. Reconocen el martirio como un tipo de bautismo; la entrega
de la vida les hace participar de la vida de los santos (lo formula Tertuliano por
primera vez).
6. El bautismo de manos de un hereje: Concilio de Arlés (no ecuménico, sino
sínodo), 314, reconoce que no es necesario rebautizar. La gracia del bautismo no
depende de la idoneidad del ministro (se otorga la gracia ex opere operato). En
esa época generalmente los Obispos eran los que bautizaban: bautismo,
confirmación y Eucaristía se daban a la vez.

40
Daniel Lamana
[Frente a los nicolaítas y otros herejes se vuelve a plantear esa cuestión, y el Papa
Gregorio VII vuelve a afirmar que el valor del sacramento no depende de la
dignidad del ministro, ni de si es hereje o no].
Al inicio se hacían en los ríos; luego empiezan a hacer en las casas (ej.: casa de
San José).
7. La confirmación: surge del misterio de Pentecostés. Al principio se daba unida al
bautismo, pero con el tiempo se distancian los dos. Al Obispo se sigue reservando
el Sacramento de la Confirmación.
Nace desde los Apóstoles. Pedro y Juan (Hch 8,14-17) confirman, con la
imposición de las manos, la unción del crisma y la bendición, a los fieles de
Samaría.
“Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que
Samaría había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos
bajaron hasta allí y oraron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo;
pues aún no había bajado sobre ninguno; estaban solo bautizados en el
nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el
Espíritu Santo.”
Bautismo y confirmación se distancian por una cuestión pastoral: hay muchos
fieles y pocos obispos, por lo que hacen el proceso de catecumenado, se
bautizan, y esperan para confirmarse cuando pueda el Obispo.
8. La eucaristía: Desde el NT y la Didaché hay información sobre la celebración de
la Eucaristía. Plinio, el Joven, también lo atestigua. El año 321 Constantino
declara el domingo fiesta civil, convirtiéndolo en día de descanso.
Al inicio, se celebraba solo en los domingos, presidida por el Obispo. Luego, con
la ampliación de la comunidad, había Eucaristías simultáneas, y luego no
solamente simultáneas, sino en diversos momentos.
Con Alejandro VI, en 1492, es cuando empieza la celebración diaria de la
Eucaristía6.
9. La penitencia: Perdona los pecados cometidos después del bautismo. A partir de
un momento, surge un rito que puede incluso asociar al penitente con los
catecúmenos (por considerar el pecado grave una fuerte separación de la
comunidad), y celebraciones penitenciales.
Hubo un tiempo en el que los fieles solo podrían participar de esa celebración
una vez en la vida, pero ese sacramento ha ido evolucionando con el tiempo.
El IV Concilio de Letrán, en 1215, impone confesar al menos una vez en el año.
10. Matrimonio: Es un rito tomado del judaísmo, que no desaparece con la nueva
gracia (es el único recibido de los judíos). Hay mucha variedad: desde los que se
casaban sólo por el rito cristiano (en secreto), hasta los que lo hacían
públicamente (pero no como sacramento). Se van elaborando normas para los
matrimonios (se preguntan si se podría dar entre cristianos y paganos).
Siglo IV: hay una bendición especial para el matrimonio. Se hace por el
consentimiento: eso es lo que hace el sacramento, y es indisoluble. Aunque
procede de la voluntad de los cónyuges, recibe el sello del espíritu.
11. Unción de los enfermos: Carta de Santiago.
“¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia,
que recen por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración
hecha con fe salvará al enfermo y el Señor lo restablecerá; y si hubiera
cometido algún pecado, le será perdonado.” (Sant 5,14-15)

6
Cfr. Escritos de S. Francisco de Asís: “Ved que diariamente se humilla, como cuando desde el trono real vino al útero de la Virgen;
diariamente viene a nosotros él mismo apareciendo humilde; diariamente desciende del seno del Padre sobre el altar en las
manos del sacerdote” (Adm1,15-17)
“Amonesto por eso y exhorto en el Señor que, en los lugares en que moran los hermanos, se celebre solamente una misa por día,
según la forma de la santa Iglesia. Y si en un lugar hubiera muchos sacerdotes, que el uno se contente, por amor de la caridad, con
oír la celebración del otro sacerdote.” (CtaO 30-31)

41
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
12. Las fiestas cristianas: Antes de que saliera el Sol, hacían la celebración, y luego
se iban a trabajar. Es con Constantino que el domingo se hace fiesta civil y se deja
de trabajar en este día.
Es verdad que algunas fiestas paganas son integradas en las celebraciones
cristianas (ej.: Jesucristo, en la fiesta del dios sol).
*Contra esta idea, cfr. Taylor Marshall (2012). The Eternal City: Rome & the
Origins of Catholic Christianity.
“WAS CHRIST BORN ON DECEMBER 25?
The Catholic Church, from at least the second century, has claimed that
Christ was born on December 25. However, it is commonly alleged that
our Lord Jesus Christ was not born on December 25. For the sake of
simplicity, let us set out the usual objections to the date of December 25
and counter each of them.
Objection 1: December 25 was chosen in order to replace the pagan
Roman festival of Saturnalia. Saturnalia was a popular winter festival and
so the Catholic Church prudently substituted Christmas in its place.
Reply to Objection 1: Saturnalia commemorated the winter solstice. Yet
the winter solstice falls on December 22. It is true that Saturnalia
celebrations began as early as December 17 and extended till December
23. Still, the dates don’t match up.
Objection 2: December 25 was chosen to replace the pagan Roman
holiday Natalis Solis Invicti which means “Birthday of the Unconquered
Sun.”
Reply to Objection 2: Let us examine first the cult of the Unconquered
Sun. The Emperor Aurelian introduced the cult of the Sol Invictus or
Unconquered Sun to Rome in A.D. 274. Aurelian found political traction
with this cult, because his own name: Aurelian derives from the Latin word
aurora denoting “sunrise”. Coins reveal that Emperor Aurelian called
himself the Pontifex Solis or Pontiff of the Sun. Thus, Aurelian simply
accommodated a generic solar cult and identified his name with it at the
end of the third century.
Most importantly, there is no historical record for a celebration Natalis
Sol Invictus on December 25 prior to A.D. 354. Within an illuminated
manuscript for the year A.D. 3547, there is an entry for December 25
reading “N INVICTI CM XXX.” Here N means “nativity.” INVICTI means “of
the Unconquered.” CM signifies “circenses missus” or “games ordered.”
The Roman numeral XXX equals thirty. Thus, the inscription means that
thirty games were ordered for the nativity of the Unconquered for
December 25th. Note that the word “sun” is not present. Moreover, the
very same codex also lists “Hoc cons. dominus Iesus Christus natus est VIII
kal. Ian. d. Ven. luna xv." (part 8): "When these [Caesare and Paulo] were
consuls, Lord Jesus Christ was born 8 days before the kalends of January
[December 25] on the day of Venus Moon 15"; and, in part 12: “VIII kal.
Ian. natus Christus in Betleem Iudeae", i.e. "Eighth day before the kalends
of January [December 25] Birth of Christ in Bethlehem Judea” for the day
of December 25. The date of December 25th only became the “Birthday of
the Unconquered Sun” under the Emperor Julian the Apostate. Julian the
Apostate had been a Christian but who had apostatized and returned to
Roman paganism. History reveals that it was the hateful former Christian
Emperor that erected a pagan holiday on December 25. Think about that
for a moment. What was he trying to replace?

7
The Chronography of AD 354. Part 12: Commemorations of the Martyrs. MGH Chronica Minora I (1892), pp. 71-2.

42
Daniel Lamana
These historical facts reveal that the Unconquered Sun was not likely a
popular deity in the Roman Empire. The Roman people did not need to be
weaned off of a so-called ancient holiday. Moreover, the tradition of a
December 25th celebration does not find a place on the Roman calendar
until after the Christianization of Rome. The “Birthday of the Unconquered
Sun” holiday was scarcely traditional and hardly popular. Saturnalia
(mentioned above) was much more popular, traditional, and fun. It seems,
rather, that Julian the Apostate had attempted to introduce a pagan
holiday in order to replace the Christian one!”
13. Celebraciones en torno a los mártires: Así como las familias se reunían en torno
a las tumbas de sus familiares, así los cristianos se reúnen en torno a las tumbas
de los mártires. Los mártires son de la Iglesia.
Surgen los martirologios, que son libros/calendarios que relatan los martirios.
[Sobre los Templos paganos: antes, o se destruían o se cristianizaban. Ej.: la
iglesia de San Clemente era un antiguo templo a Mitra. Sobre él se construye una
Iglesia; San Juan de baños es un santuario construido sobre un templo a
Esculapio, y los visigodos lo destruyen y convierten en Iglesia. Es una manera de
mantener en lugar, pero cristianizando. Somos humanos, comemos lo que se
come en cada lugar, participamos de la misma cultura en la que nos movemos.
Es esa gente la que se convierte a Cristo. Tenemos que aprender que Cristo vaya
asumiendo y transformando nuestra cultura. Un poco lo mismo se da con las
fiestas].
4.3 EL EJERCICIO DE LA CARIDAD Y LA VIDA COTIDIANA
Esto del hablar de la vida cotidiana no se daba antes; es una práctica de origen
francés.
A. El ejercicio de la caridad
1. Las obras de misericordia, signos de la existencia cristiana: esos son los signos
de la existencia cristiana (cfr. Mt 25). Signos de los cristianos que han cambiado
el mundo. Sobre esas obras, San Agustín añade la de enterrar a los muertos,
haciendo referencia al libro de Tobías. De los cristianos se decía: “Mirad como se
aman”. Junto a las obras de misericordia corporales, existen también las
espirituales.
2. La hospitalidad oriental cristiana: el cristianismo acoge/incorpora la hospitalidad
al peregrino. Eso es fundamental en el cristianismo. Lo hacemos no porque “sea”
Cristo, sino porque Él se ha asociado al destino y a la vida de cada hombre.
Acogemos aquel al que Cristo se ha asociado.
[Jesús ha dicho a sus discípulos “no saludéis a nadie por el camino” (Lc 10,4)
porque, para los judíos, eso significaba echar todo el día con el que estaba de
camino8].
En Roma se crean unas estructuras, que son las diakonías. E.g. pórtico de
Octavia, antiguo templo romano, y del que utilizaban las columnas para acoger a
los pobres y peregrinos. Hacían de estos lugares, lugares de acogida. E.g. San
Lorenzo, diácono, atendía a los pobres.
[Cardenales: diáconos (de las diaconías de Roma), presbíteros (de las parroquias
de Roma), y obispos (de las diócesis suburbicarias/sufragáneas de Roma. Son
muy pocos, como 7 más o menos). NO significa que los dos primeros no estén
ordenados como obispos. Esos son “categorías” de cardenales. Hoy todos los
cardenales están ordenados obispos.
Hay 14 que son cardenales diáconos, a los que corresponden las diaconías.
Tienen una especial vinculación al servicio (e.g. el responsable de la
evangelización de los pueblos).]

8
Cfr. nota de la Bibbia T.O.B. a Lc 10,4: “I saluti orientali sono interminabili. Il messaggio invece è urgente”. Cfr. también con 2Re
4,29: “Ciñe tu cintura y toma mi bastón en tu mano. Si encuentras a alguien, no lo saludes, y, si alguien te saluda, no le respondas”.

43
Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Conservamos cartas de comunión, en las que un obispo indicaba a un fiel de su
comunidad, para que fuera acogido a la que iba este fiel.
Empiezan a crear una “caja” para poder atender a los pobres (como empezaron
a ir muchos a Roma, también el coste de esos servicios implicaba mucho).
[También hoy, como cristianos, somos los responsables por las mayores obras de
caridad del mundo].
3. La asistencia a los pobres: en las ciudades, se buscaban esas diaconías, se
realizaban colectas (no para los templos ni los sacerdotes, sino para la atención
a los pobres). El diezmo será el modo de organizar la caridad en un momento en
que había muchos más cristianos, pero menos comprometidos. Permitió el culto,
la celebración, la fábrica de la Iglesia, y el cuidado de los pobres. El diezmo era
un impuesto o aportación de los cristianos para el sostenimiento de la Iglesia, y
aunque a veces es muy contestado, fue muy importante.
4. Las viudas y los huérfanos: sobre todo aquellas que no han tenido hijos,
quedaban, al casarse, desvinculadas de la familia de origen, y al mismo tiempo
de la familia del marido, pues al no dar nietos, los padres del difunto no la
reconocían. Y en cuanto a los huérfanos, los hijos eran presentados al padre,
puestos en el suelo, y o se le ponía en las rodillas (siendo así reconocido), o se
levantaba y se iba. Ante estas situaciones, la madre debía abandonar a su hijo en
la columna lactancia o abandonar la familia, si quería permanecer con su hijo.
Allí los traficantes de esclavos, proxenetas o propietarios de gladiadores recogían
a los más sanos o hermosos para sacar provecho de ellos cuando crecieran.
Los cristianos, ante estas situaciones, crean los primeros orfanatos y se ocupan
también de las viudas, que quedaban integradas en la comunidad, sostenidas por
ella. A veces se las empleaba en los mismos orfanatos.
5. Los enfermos: quitando gladiadores o militares “re-aprovechables”, no se les
cuidaba. Se les llevaba a la isla tiberina, al templo de Esculapio. Los cristianos,
siguiendo el mandato de Cristo, acuden allí a cuidar de los enfermos (a veces
también las viudas). Se crean los primeros hospitales, uno de ellos, por S.
Lorenzo, por ejemplo. Ps-Clemente en el s. III escribe una carta a las vírgenes
pidiéndoles que sirvan a los enfermos.
6. Las instituciones para la caridad: se crean muchos hospitales, orfanatos… Sta.
Helena crea muchos hospitales: Jerusalén, por ejemplo. En el s. IV-V se confirman
otros muchos. En el 409, el emperador Honorio entrega a la Iglesia la gestión de
las cárceles, porque entiende que va a cuidar mejor a los presos: no olvidemos
que es una obra de misericordia, y que, en esa época, si la familia no alimentaba
al preso, éste se moría).
Que no se nos olvide nunca cómo las obras de misericordia cristianas cambiaron la
sociedad, cómo se inventaron las universidades, se protegieron de los derechos de
los débiles, los conquistados.
B. La vida cotidiana
1. En una sociedad pagana: los cristianos hacen, salvo algunas excepciones, la
misma vida que sus contemporáneos. Comen igual, visten igual, caminan por las
mismas vías…
2. Son hombres de oración: en esto se distinguen de sus contemporáneos, siguiendo
el mandato del Señor. Rezan en muchos momentos del día (al canto del gallo, a
la hora de sexta, nona, al atardecer…), aunque aún no estaba organizado el
esquema de la liturgia de las horas. Por supuesto, no todos eran igualmente
devotos, pero tenían conciencia de la importancia de la oración.
La cruz costó mucho asimilarla, pero poco a poco se fue introduciendo también
en la vida cotidiana (se santiguaban al salir).
3. Practican el ayuno y la limosna: herencia judía de nuevo. “Cuando el novio no
esté, ayunarán”. Se mantiene el aspecto penitencial del ayuno. Ser dueños del
cuerpo y controlar los instintos, permitiendo una mayor acción del espíritu. Los

44
Daniel Lamana
que se van a bautizar, los que hacen penitencia, los que tienen dificultad para
controlar sus pasiones… ayunan. La limosna, orientada a la actividad caritativa.
4. Miembros de pleno derecho en la sociedad civil: ya lo vimos un poco en el tema
de las persecuciones. Son perseguidos, pero para poder hacerlo tienen que
recurrir a diversas artimañas legales. Ejercen casi cualquier profesión, por no
decir todas. También son esclavos, mendigos, prostitutas, senadores, y hasta
emperadores. El Señor llama a cada uno en donde está, y es entonces que, quien
responde, se convierte y cambia de vida.
S. Pablo y otros autores de la antigüedad, llaman la atención sobre un hecho: el
esclavo y el señor, al compartir la mesa común, corren el riesgo de condenarse
uno por dejar de respetar a su señor, y el otro de salvarse al cuidar a su esclavo.
No es legitimar la esclavitud, sino remarcar que debemos ser fieles a la situación
en la que Dios nos ha llamado. Haz tu trabajo bien (cfr. 2Tes 3,7-12)9.
Los niños cristianos (en las catacumbas) tenían los mismos juguetes.
Evitan algunas profesiones incompatibles, pero fruto de la conversión, no antes.
Evitan el atletismo o la lucha de gladiadores, por la desnudez y violencia; los
militares estaban obligados a ofrecer sacrificios, y no podían renunciar a su
trabajo porque era considerado deserción, y ello se penaba con la muerte.
No iban a los espectáculos circenses, violentos y escandalosos, pero vestían igual
(de hecho, algunas vestimentas han sido adoptadas como vestiduras litúrgicas).
5. La cultura pagana: se integra en la iglesia en tanto y cuanto no sea incompatible
con el evangelio. Los dioses, por ejemplo, estatuas e idolillos son destruidos, pero
pensemos que también los poetas clásicos griegos o la escuela de Atenas era
terriblemente crítica. Sin embargo, otras cosas han sido incorporadas. El
neoplatonismo será utilizado por los cristianos para expresar categorías
psicológicas. Sto. Tomás, por su parte, mucho más adelante (y tras las huellas de
S. Alberto Magno), reelabora la filosofía aristotélica también para expresar la fe
cristiana de manera racional.
6. El ejército romano y los cristianos: muchos tuvieron que huir, y muchos murieron
también mártires.
7. La esclavitud
8. Las propiedades de la Iglesia: ¿cómo podían atender la caridad si estaban
perseguidos y desposeídos? Por una parte, es tras el 313 que se despliega en
mayor medida la acción social pública de la iglesia, pero también es verdad que
antes tenían las domus ecclesia, que se dejaban en propiedad.
Por la ley de las 12 tablas, los cementerios son inviolables, independientemente
del estatus de la persona. La Iglesia, en esta época, adquiere propiedades para
enterrar; se crean sociedades a las que pueden poner nombre (Priscilla,
Calisto…). La iglesia empieza teniendo esas dos propiedades: domi ecclesiae y
cementerios.
Valeriano, ante la escasez de fondos, escucha a Macrino y expropia ambos
bienes: cementerios y casas. Tras el 313*, con el edicto de Milán, le son devueltas
las propiedades a la Iglesia.
9. La moral cristiana: llaman la atención por su comportamiento, pero no por su
inmoralidad. Cfr. Carta a Diogneto, donde se enfatiza la integración en la
sociedad, con la vista puesta en la vida futura. A nivel moral, sin embargo, eran
considerados ejemplares, y a nivel de caridad, lo mismo.
*¿Y las acusaciones de inmoralidad? Eran razones externas, políticas.

9
Homilía de R. Barron Nov 17, 2019 sobre este texto: https://www.wordonfire.org/resources/homily/a-theology-of-work/25806/

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
5- La extensión de la Iglesia en el Imperio Romano pagano
5.1 LA MISIÓN EN UN CONTEXTO DE CONVERSIONES
¿Cómo se extiende la iglesia en estos primeros siglos (I-III)? La gente se convierte
mucho.
1. La inminencia de la Parusía: se considera inminente la segunda venida de Cristo.
2. Pero no se olvida la reflexión sobre el misterio de Cristo: aunque se sabe esto,
interesa constatar cómo Cristo cumple las promesas del AT, cómo lo lleva a su
plenitud. Por eso S. Pablo, cuando se convierte, no va a estudiar, sino a
reflexionar sobre lo que ya sabe, y cómo encajar ahí la novedad recién
descubierta de Cristo.
3. Todo está cumplido: ya no hay que esperar nada, salvo la vuelta del Señor.
4. La Parusía se retrasa: sin embargo, se hace patente que Cristo no vuelve
inmediatamente. Se da entonces una gran reflexión sobre ello. Marción lo lleva
a un extremo herético (los tres tiempos: del Padre o de la promesa, del Hijo o del
cumplimiento, y del Espíritu o de la Iglesia). Lc había jugado un poco con los
términos, y parece que es en Pentecostés que comienza a actuar el Espíritu (ya
estaba antes, en realidad), y que surge la Iglesia (ya vimos que esto no es así). Es
una lectura en la que hasta que Cristo no se va, no aparece la Iglesia.
Este tiempo de espera, en que queda el legado de Cristo, y su Espíritu, es el
tiempo de la misión: llevar a Cristo a todas las naciones.
5. Un tiempo para la evangelización: el protagonismo es para la Iglesia, que
conserva el mensaje de Cristo, para llevarlo a todos los pueblos, para adecuar la
propia vida a la Buena Noticia, para hacerla más plena.
Así, el mundo, poco a poco, se va llenando de discípulos, de bautizados,
cumpliéndose el mandato del Señor “id al mundo entero y proclamad el Evangelio
a toda la creación” (Mt 16,15).
6. La Iglesia entra en diálogo con el hombre de su tiempo: en una sociedad pagana,
la gente cambia con relativa facilidad de religión, lo cual facilita el paso al
cristianismo, si bien luego permanecen en él (con excepción de los apóstatas y
lapsii). Es una sociedad con muchas propuestas, algunas incompatibles o
contrarias al cristianismo, y otras que favorecen o preparan la comprensión y la
aceptación del cristianismo (toda la doctrina de los semina verbi).
- E.g. el bautismo de Juan en Hechos de los apóstoles. Cierto que no es la
plenitud cristiana, pero servía como propedéutico de conversión y penitencia,
como un preparar el camino del Señor, un allanar sus senderos” (cfr. Mt 3,3)
7. Hay una verdadera competencia por captar a los hombres: el judaísmo, la
filosofía, las religiones mistéricas y el culto de Mitra. En un cierto sentido,
compiten por intentar captar adeptos.
8. En realidad, el mundo antiguo es muy religioso: la antigüedad es esencialmente
religiosa (cfr. Sócrates y su juicio por impiedad). El mundo religioso estructura la
polis, la vida social. En el centro de las ciudades se erguían los templos.
En esta situación, el culto oficial, el dios estado es incontestable. Todo lo demás
queda relegado a la piedad o culto personal o particular. Ateos no son los
increyentes, sino los que no aceptaban el culto estatal. Es esa oferta que los
cristianos se niegan a hacer que causará tantos problemas. No hay libertad
religiosa, hay culto de estado.
9. La conversión al judaísmo fue minoritaria: no era habitual la conversión al
judaísmo, mucho menos dado el trato que recibían los prosélitos y prosélitos de
la puerta: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y
mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno de la Gehena
el doble que vosotros!” (Mt 23,15).

46
Daniel Lamana
Sin embargo, toda la revelación del AT ayuda a comprender y reconocer que
Jesucristo salva y es la plenitud de la revelación. Los judíos ayudan a los cristianos
a comprender al Dios uno, la moralidad…
10. La conversión a la filosofía: aunque no tienen dioses, algunas escuelas y sectas
filosóficas incluyen lo religioso; buscan adeptos y convencer a discípulos, dirigen
las conciencias… Mucha gente se convertía a las diversas escuelas y propuestas.
¿Fue instrumento para la conversión a Cristo? Desde luego. La investigación
sobre el mundo es instrumento querido por la providencia para comprender
plenamente el cristianismo. Al principio costó esta asimilación, pero la crítica al
politeísmo, a la indecencia de los dioses, y, sobre todo, las categorías filosóficas
fueron asumidas admirablemente por los teólogos de la época patrística.
¿Por qué fracasa la filosofía pagana? Porque no respondía completamente a las
preocupaciones más profundas del ser humano.
11. Conversión a las religiones mistéricas: poco a poco irán suplantando el panteón
greco-romano. Los grandes dioses estructurales, oficiales, se van perdiendo poco
a poco. Estas religiones que van entrando poco a poco en el imperio giran en
torno al misterio, algo oculto, pero a la vez revelado como secreto. Son, sobre
todo, egipcias, mesopotámicas…
Henoteísmo (o monolatría): Hierogábalo, por ejemplo, adora sólo al dios Sol,
sabiendo que hay otros, a través de celebraciones más íntimas.
Ceres: diosa de la agricultura.
Isis: diosa universal en Egipto, que trae la moral y la civilización. Su marido, Osiris,
muere y resucita.
Cada vez más gente se convertía a estas religiones, mucho más con las crisis del
s. III. Estos cultos también ayudan al cristianismo en la comprensión de algunas
doctrinas.
12. La conversión a Mitra: dentro de las mistéricas, tiene tres figuras: amanecer,
mediodía y atardecer; o tres fases anuales: primavera, verano otoño; un dios
intermedio, que protege a los hombres y, con la sangre de un toro que caza,
bautiza a sus neófitos para salvarlos. Se salvan por la sangre. Tiene unos
elementos que el cristianismo aprovecha para explicar a Cristo, su sacrificio, la
Trinidad…
5.2 LA EXPANSIÓN EN EL MEDITERRÁNEO
Donde había imperio romano, el cristianismo se expandió con mayor facilidad;
donde no lo había, con mayor dificultad y con menor fuerza. Donde hay más Imperio,
hay más cristianismo. Un ejemplo: en Italia, en el s. IV, en Italia había 100 obispos;
en Inglaterra, 3.; en África (donde estaba S. Agustín), 750.
Habrá un momento de salida del imperio, pero viene provocado por la expulsión de
los que no son del Imperio: cuando el imperio es católico, se expulsa a los arrianos;
cuando es filo-arriano, los católicos tienen dificultades. Los que huyen del imperio
en el s. IV, por ejemplo, huyen a las regiones limítrofes del imperio (norte de
Alemania, norte de Inglaterra…). Arturo es una película en la que aparece este
contexto, por ejemplo. También va a haber cristianos más allá del limex, misioneros
o perseguidos y huidos.
El imperio, con Diocleciano, se divide en 4. A la muerte de Constantino volverá a
dividirse entre sus hijos y otros generales. El Imperio, a la muerte de Teodosio, se
divide ya definitivamente.
1. Seréis mis testigos (Hch 1, 6-11) toda esta sección queda pendiente de ver por
fallo del proyector.
2. El primer espacio: Palestina
3. Grecia
4. En Asia Menor (Turquía)

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
5. La Península Italiana
6. Las Galias
7. Gran Bretaña
8. El África proconsular
9. Egipto
10. Más allá del limes
Armenia
Georgia
Arabia
Mesopotamia
Persia
India

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Daniel Lamana
6- La iglesia en el Imperio Cristiano
6.1. LA IGLESIA DEL SIGLO IV, EL GIRO CONSTANTINIANO Y EL EDICTO DE MILÁN
(313)
“Yo, Constantino Augusto, así como yo, Licinio Augusto, reunidos
felizmente en Milán para discutir de todos los problemas relativos a la
seguridad y al bien público, hemos juzgado que debíamos ante todo
regular, entre otras disposiciones destinadas a asegurar, según nuestro
juicio, el bien de la mayoría, aquellas en las que reposa el respeto a la
divinidad, o sea, dar a los cristianos como a todos la libertad y la
posibilidad de seguir la religión que han elegido, para que todo cuanto
hay de divino en la celestial morada pueda ser benévolo y propicio a
nosotros mismos y a todos cuantos se hallan bajo nuestra autoridad.
Por eso hemos creído, con un designio saludable y recto, que había que
tomar la decisión de no rehusar esta posibilidad a nadie, de que se
adhiera con toda su alma a la religión de los cristianos o a la que crea
más conveniente para él, a fin de que la divinidad suprema, a la que
rendimos un homenaje espontáneo, pueda atestiguarnos en todo su
favor y su benevolencia acostumbrada. Así pues, conviene que sepas que
hemos decidido, suprimiendo por completo las restricciones contenidas
en los escritos enviados anteriormente a tus oficinas sobre el nombre de
los cristianos, abolir las estipulaciones que nos parecen totalmente
contrarias y extrañas a nuestra mansedumbre, y permitir en adelante a
todos los que estén determinados a observar la religión de los cristianos
que lo hagan libremente y por completo, sin verse inquietados ni
molestados.” (Carta al gobernador de Bitinia o Edicto de Milán, AD 313,
cit. Lactancio, De morte persecutorum)
1. Un hecho controvertido y polémico
El texto del Edicto de Milán (313, texto nº15 de la lista que dio el profesor) es una
carta de Constantino al gobernador de Bitinia, en que, estando de boda, le notifica
la no-vigencia de la carta de Trajano a Plinio el Joven
Una lectura muy positiva: Para Eusebio de Cesárea, por ejemplo, es un momento
de emoción, de plenitud. La gente, perseguida hasta el momento, lo percibe
como un momento de pacificación.
La venta del alma de la Iglesia: esta otra lectura aparece simultáneamente.
Consideran que la Iglesia queda hipotecada para siempre, habiendo vendido la
libertad de que gozaba en sus primeros siglos. Antes moría, pero era libre; ahora
no muere, pero ha vendido su alma. En realidad, ni lo uno ni lo otro.
2. Hubo aspectos positivos
Libres frente al perseguidor: la Iglesia ya no tiene que dedicar sus fuerzas a huir.
Cierto que fue un momento glorioso (para nosotros), pero no para quien lo vivía,
desde luego. Ello permite la misión, promover el catecumenado, la cura pastoral,
la evangelización de los pagos (los pueblos, donde sólo había un 10% de
cristianos). Se empezaron a organizar Concilios, a consolidar las estructuras, a
construir Iglesias y baptisterios, sostener a los pobres, y, sobre todo, se fortalece
la dimensión pública de la fe, intrínseca a la misma (cfr. Evangelii nuntiandi 59).
3. También hubo aspectos negativos
Imposición: El hecho mismo de que los emperadores promovieran (y lleguen a
imponer) el culto cristiano, iba contra la visión cristiana de la política (libertad de
culto, de conciencia, separación Iglesia-Estado…).
Pierde su carácter carismático y el atractivo de la clandestinidad: esto, siempre con
su limitación (¡no es algo a lo que aspirar!). Sí que se pierden, lamentablemente,
la vigilancia y la valentía.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Injerencia del emperador: al principio, los persigue, pero a finales del s. IV comienza
a intervenir en la Iglesia, más de lo que le corresponde, nombrando al papa,
convocando concilios ecuménicos, o decidiendo qué obispos van a dónde.
Figura de los obispos: el obispo, habiendo sido una figura capital, acaba adoptando
funciones políticas. Ya dijimos como Honorio nos entrega las cárceles; Agustín
de Hipona muere organizando los ejércitos en el asedio de su ciudad, etc. Esto
será problemático en el momento en que esas actividades los distraen de su
deber primordial, la cura pastoral.
4. La respuesta de la Iglesia
A la altura de las circunstancias. En primer lugar, hace una gran recopilación de lo
podemos llamar el depositum fidei. A través de una serie de textos se recoge cuál
es nuestra fe. En los 8 primeros concilios se determina en torno al 90% de lo que
hoy profesamos. Sirva como ejemplo el Credo con los Concilios de Nicea y
Constantinopla. Además de esto, son momentos de graves herejías, que
reclaman una respuesta.
Respuesta a la conversión masiva: ¿cómo articular la conversión simultánea de 40
millones de personas? Había unos 30-25 millones de cristianos, y de golpe, por
voluntad el emperador, otros 40 millones se convierten de golpe.
5. Un tiempo de gigantes
Los grandes pastores. Es un tiempo de figuras de una densidad teológica y humana
de un calibre tal, que no ha habido nunca otra época igual. Es la época de los
padres de la Iglesia: S. Ambrosio, S. Agustín, Hilario de Poitiers, Atanasio, Ireneo,
y muchísimos más. Gente de una densidad y calidad inabarcable. En esta época
el obispo es una figura fundamental: donde está el obispo está la Iglesia,
independientemente de su calidad.
Los hombres del espíritu: junto a los obispos, grandes hombres espirituales. Es la
época de los inicios de la vida religiosa. Gente que responde a la llamada de su
tiempo: S. Martín de Tours, S. Antonio Abad, S. Pacomio, etc. Referencia
constante para los grandes hombres del medievo y todos los que vinieron
después. Los monjes son los sucesores de los mártires en la lucha contra el mal.
6. La evolución personal de Constantino
Su vida compleja: y de ésta depende el Edicto de Milán. Lo que él vive queda
plasmado en este texto. Había sido educado en la corte de Diocleciano, y cuando
este abdica, él se va con su padre, Constancio Cloro tetrarca de las Galias. En el
306 es proclamado por el ejército como augusto de occidente (recordemos el
esquema: dos augustos y dos césares), y, por tanto, un emperador, al uso de
Diocleciano y los demás perseguidores de la Iglesia.
Un siglo en transformación: este incipiente s. IV coincide con una época
complicadísima para el cristianismo. Muchos se habían vuelto platónicos,
despreciando el mundo y la realidad en que vivían. Se leía, además la
intervención de la divinidad en casi cualquier acontecimiento
(providencialismo). Con esto, atención, pues no podemos ver la mano de Dios en
absolutamente todo: ¿dónde queda la libertad de las criaturas? ¿Dónde está la
separación que Dios, voluntariamente, hace respecto de sus criaturas? Por eso
identificaban a Dios/los dioses o incluso al demonio con casi cualquier
acontecimiento. Había también una aspiración mística mal encaminada.
Del politeísmo al henoteísmo y al cristianismo: Constantino estaba en esa sintonía
mística y visión platónica del mundo, y buscaba una cierta sintonía con esa
divinidad. Los últimos emperadores habían seguido líneas parecidas. Aureliano
adoraba el sol, y Diocleciano cambia la tríada capitolina por el Sol Invicto (cfr.
fiesta del Sol Invictus).
Constantino inicia como adorador del Sol invictus, pero luego cambia por
matrimonio con Fausta al culto Hércules y Júpiter Optimo Máximo. Más adelante,

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Daniel Lamana
funda su propia dinastía, la dinastía Flavia, y por ella pasa de nuevo a la adoración
del Sol, pero en clave henoteísta (admite otros dioses, aunque sólo rinda culto a
uno).
En el 312 se declara súbdito de “la mente que gobierna el mundo”. Es
eminentemente henoteísta.
Al cristianismo llega a través de una guerra, y por una intervención sobrenatural
de Dios. Esto no es posible comprenderlo de otra forma: no podría conocer a
Dios, si éste no se le revela (cfr. Teología Fundamental).
7. La llegada de Constantino al cristianismo
La guerra contra Majencio del 312: se da una guerra entre los tetrarcas (augustos y
césares). Esto ha pasado siempre con las divisiones del poder: los triunviratos, las
tetrarquías… Siempre es más complicada la gestión cuando el poder es
compartido.
Constantino llega a Roma desde el norte con 30.000 hombres. Majencio le
esperaba en Roma con 100.000. Henoteísta y misticoide como era, se va a
consultar un oráculo que le responde “perecerá el enemigo de Roma”.
Obviamente, Constantino se considera el defensor, y no el enemigo de Roma.
La batalla del Puente Milvio, 31 de octubre del 312: (mismo día en que Lutero
manda las tesis en Wittenberg). Contra todo pronóstico, Majencio cae al río y
muere ahogado. Lactancio (las 10 persecuciones) y Eusebio (Hª Eclesiástica),
narran este acontecimiento, adornándolo literariamente.
Eusebio nos dice que antes de la batalla tuvo una visión: en el cielo, un símbolo
(el crismón), y la frase ἐν τούτῳ νίκα (= in hoc signo vinces; con este signo
vencerás). Después, en un sueño, se le pide que pinte ese signo sobre los escudos
de los legionarios. Sintiendo el poder de Cristo en la batalla, y tras la victoria, se
convierte.
Lactancio habla sólo del sueño (y no olvidemos la importancia de éstos en la
revelación bíblica), lo cual es posiblemente más cercano a la verdad. Sea como
sea, el Dios de los cristianos, padre de Jesucristo se revela de alguna manera a
Constantino, y pudo mostrarle que estaba librando, en realidad, una batalla más
trascendente que la militar: la lucha por la fe.
Constantino se hace el llamado bautismo de los clínicos (forma de evitar hacer
penitencia), 3 meses antes de morir.
*¿Hasta qué punto pudo influirle su madre? → Su Madre, Sta. Helena era ya
cristiana (y de gran importancia en toda la recuperación de las reliquias y la
construcción de los santos lugares.
8. La primera consecuencia: la libertad de los cristianos
El edicto de tolerancia del 311: promulgado por Galerio, uno de los césares, que en
esa fecha había decretado una cierta libertad, una no-persecución. Constancio
Cloro, Maximino Daja y Severo, los otros tetrarcas, irán aplicándolo
paulatinamente. Ya desde el 305 no había persecuciones.
Una boda en Milán. Licinio y Constancia: La hermana de Constantino se casa con
Licinio. Constantino y Licinio determinan, entre otras muchas cosas, la
promulgación del Edicto de Milán.
9. Las partes del edicto de Milán (313)
“Yo, Constantino Augusto, así como yo, Licinio Augusto, reunidos
felizmente en Milán para discutir de todos los problemas relativos a la
seguridad y al bien público, hemos juzgado que debíamos ante todo
regular, entre otras disposiciones destinadas a asegurar, según nuestro
juicio, el bien de la mayoría, aquellas en las que reposa el respeto a la
divinidad, o sea, dar a los cristianos como a todos la libertad y la
posibilidad de seguir la religión que han elegido, para que todo cuanto

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
hay de divino en la celestial morada pueda ser benévolo y propicio a
nosotros mismos y a todos cuantos se hallan bajo nuestra autoridad.
Por eso hemos creído, con un designio saludable y recto, que había que
tomar la decisión de no rehusar esta posibilidad a nadie, de que se
adhiera con toda su alma a la religión de los cristianos o a la que crea
más conveniente para él, a fin de que la divinidad suprema, a la que
rendimos un homenaje espontáneo, pueda atestiguarnos en todo su
favor y su benevolencia acostumbrada. Así pues, conviene que sepas que
hemos decidido, suprimiendo por completo las restricciones contenidas
en los escritos enviados anteriormente a tus oficinas sobre el nombre de
los cristianos, abolir las estipulaciones que nos parecen totalmente
contrarias y extrañas a nuestra mansedumbre, y permitir en adelante a
todos los que estén determinados a observar la religión de los cristianos
que lo hagan libremente y por completo, sin verse inquietados ni
molestados.” (Carta al gobernador de Bitinia o Edicto de Milán, AD 313,
cit. Lantancio, De morte persecutorum)
Augusto: vemos que hay dos, estamos en la época de los tetrarcas.
Bien de la mayoría: en realidad, los cristianos no eran aún mayoría en el imperio.
De los cristianos o la que crea más conveniente: regido por la conciencia.
Sepas: está dirigiéndose al gobernador de Bitinia, invalidando la disposición
emitida por Valeriano.
El hecho: un pacto de libertad: en principio es eso. Que cada uno siga la religión que
le indique su conciencia. Es una visión muy moderna.
La explicación del edicto:
1. Libertad religiosa de todos los súbditos
2. Restablece los lugares de culto y los cementerios, los bienes muebles e
inmuebles que, desde Valeriano, pasando por Diocleciano, se habían ido
sustrayendo a los cristianos. El estado no sólo obligaba a reponer, sino que
pagaba de las arcas estatales a los propietarios que habían comprado esos
bienes.
Esto es muy importante porque reconoce la colectividad de la Iglesia, que pasa
a ser ya una institución, y no una mera sociedad de enterradores.
10. La colaboración de Constantino
La finca de Letrán: Constantino dona un terreno, una finca de su madre, donde
estaban los cuarteles de sus soldados, y donde hoy se erigen la basílica
lateranense y el Laterano. Ésta es, no lo olvidemos, la catedral del Papa, y lugar
de residencia estos hasta el s. XIV.
Hay que decir que Constantino se había llevado el grueso de la guarnición a
Constantinopla, que es un terreno muy escorado respecto del centro, pero no
olvidemos que acababa de decretar la libertad, y en ese contexto no deja de ser
un gesto simbólico muy significativo.
La Donatio Constantini (siglo VII): es, en realidad, del s. VII, y supone que el Papa
Silvestre había recibido de Constantino, como agradecimiento por haber
quedado libre de la lepra, la ciudad de Roma, la península italiana, y el occidente
entero. Y la cosa quedó así (cfr. Tratado de Tordesillas, en que el Papa reparte
américa entre Portugal y España). En realidad, en cuanto Constantino se va,
Roma se hunde, y sólo el Papa consigue mantener una cierta estructura y orden
en la ciudad.
11. Hay algunas dudas sobre su sinceridad
¿Fue sincero en su explicación y conversión? ¿Y en la donación? Pudo pesar en él
mucho la superstición; pudo ser una forma de aprovechar en su favor la creciente
fuerza del cristianismo. Al fin y al cabo, se bautiza sólo al final de la vida, para

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Daniel Lamana
“garantizarse” el poder ir al cielo. Ojo, porque era una costumbre impropia del
cristianismo, pero muy extendida en la Iglesia del s. IV.
Otros le achacan haber retenido el título de pontifex maximus¸ de origen pagano,
pero recordemos que este título era salvoconducto, pues era un cargo tan sagrado
que no se le podía matar. Augusto, en guerra con Lépido, no lo mató, sino que
esperó a que muriera para apropiarse del título.
[Folis de Constantino] En monedas y otros grabados, mantiene la imagen de Deo Soli
Invictus, pero es que este era también el símbolo de su dinastía.
12. Algunos signos de su sinceridad
“Por sus obras los conoceréis”. Sin embargo, Constantino lleva a cabo ciertas obras
que nos confirman la sincera conversión del emperador [Mosaico de Madaba,
Jordania, donde se representa la Jerusalén Helia Capitolina, s. VI]
En primer lugar, su decisión de no perseguir a los cristianos. En segundo lugar, las
basílicas: S. Pedro, S. Pablo extramuros, S. Juan de Letrán, Sto. Sepulcro… ¿A quién
tenía que demostrar qué exactamente? Era emperador único del imperio, y no debía
nada a nadie.
Intervención en la controversia arriana: manda reunirse a la Iglesia para llegar a un
acuerdo sobre la verdadera fe, presidido por Osio de Córdoba en su nombre. Lo
convoca él, porque tiene poder para convocarlo. El resultado es claro: el Credo de
Nicea.
13. La persecución de Licinio
Los mismos que firman esta declaración son los primeros en romperla: San Blas y
los 40 mártires de Sebaste (ca. 320). Constantino vio mal esto, le declaró la guerra,
lo venció en Bitinia y lo metió en la cárcel, a pesar de la intercesión de su hermana,
esposa de Licinio.
325**. Concilio de Nicea, apenas reunificado el Imperio.
14. La transformación del Imperio de pagano en cristiano
Este es un proceso lento y gradual. En el 330 Constantino abandona Roma y se va a
Constantinopla, quedando la urbe desangelada. Poco a poco la ciudad comienza a
desmoronarse.
Persigue a los donatistas en el norte de África. Da a los obispos potestad para [falta].
En el 321 declara el domingo fiesta civil. Reconoce a la Iglesia el derecho a recibir
herencias. 234-337: persigue el arrianismo.
En el 330 se va a Constantinopla y deja Roma al Papa. A su muerte es canonizado
por la iglesia oriental (patriarcado de Constantinopla)
15. La difícil travesía del siglo IV
Es una época muy compleja.
337, muere y divide el imperio: Constantino II (Galias, Hispania y Gran Bretaña),
Constante (Italia, África, Irírico, Macedonia y Dacia) y Constancio (Tracia, Asia
Menor, Capadocia, Ponto, Siria y Egipto); y Dalmacio y Anibaliano (dos generales,
pero rápidamente son suplantados por los 3 hijos). Es una patrimonialización; el
imperio es suyo y por eso puede disponer de él a su gusto.
340, Constante hereda Occidente a la muerte de Constantino II.
350, quedó solo Constancio a la muerte de Constante. Esto supone un problema:
Constancio era arriano, quedando el arrianismo como religión oficial.
Juliano el Apóstata (361- 363): sobrino de Constante, que muere sin hijos, sube al
poder e intenta recuperar totalmente el imperio pagano. Como en este
momento el imperio era arriano, buscando dividir el imperio arriano, restituye a
los obispos católicos. Al darse cuenta de su error, intenta echarles de nuevo. Tras
dos años, muere.
Joviano, su heredero, restituye el cristianismo a su situación anterior.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
AD 380** Teodosio proclama el Edicto de Tesalónica: se declara el cristianismo
religión oficial del imperio.
“Queremos que todos los pueblos situados bajo la dulce autoridad de
nuestra clemencia vivan en la fe que el santo apóstol Pedro transmitió a
los romanos, que se ha predicado hasta hoy como la predicó él mismo y
que siguen, como todos saben, el pontífice Dámaso y el obispo Pedro de
Alejandría... Decretamos que solo tendrán derecho a decirse cristianos
católicos los que se sometan a esta ley y que todos los demás son locos e
insensatos sobre los que pesará la vergüenza de la herejía. Tendrán que
aguardar ser objeto en primer lugar de la venganza divina, para ser luego
castigados por nosotros, según la decisión que nos ha inspirado el cielo.”
(Teodosio, Edicto de Tesalónica, AD 380**)
Teodosio es consciente de que cristianos hay muchos, pero la que hay que elegir
es la apostólica (Pedro el apóstol) es la del Papa y la de Pedro de Alejandría, y
no la del obispo arriano.
Un año más tarde, en el 381** el Concilio de Constantinopla ratifica esto. En él
se proclama la divinidad del Espíritu Santo.
395 se dividió el Imperio en dos.
16. La supervivencia del cristianismo
Christoph Markschies (2009) ¿Por qué sobrevivió el cristianismo en el mundo
antiguo? ¿Cómo ha sobrevivido el cristianismo hasta ahora, cuando otras religiones
han sucumbido? ¿Fue la caída del Imperio? No. ¿Fue porque cayeron las otras
religiones? No, habría caído como ellas antes o después. ¿Fue por el apoyo de
Constantino? No, porque Constantino murió, el Imperio cayó y el cristianismo, no.
¿Fue por la moralidad de los cristianos? Tampoco. Y así, este libro va haciéndose
preguntas, hasta llegar a una conclusión: sólo la fuerza de Cristo es capaz de hacer
sobrevivir a la Iglesia por encima de los poderes que la rodean, de las estructuras o
contextos problemáticos, de la imperfección de sus miembros. Sólo Cristo hace que
el cristianismo valga la pena.
6.2- LA EVANGELIZACIÓN, LA ESTRUCTURA ORGÁNICA, LOS MINISTERIOS Y EL
CULTO
Tras la muerte de Constantino, que había vuelto a unir el Imperio tras la división de
Diocleciano. Con la muerte de Licinio (un tanto sospechosa), se reunifica el poder
del imperio, pero a la muerte, queda dividido de nuevo.
1. La conversión de la aristocracia
El Senado, a la luz de la conversión de Constantino, desea convertirse también al
cristianismo: equites, senadores, etc. Al mismo tiempo, serán un freno a la
conversión del Imperio, pues no se convierten todos, sino paulatinamente.
Con Juliano el Apóstata se intenta volver a los dioses del Capitolio (la tríada) y el
panteón pagano, y los mismos senadores se sumarán a este intento. Como vemos,
eran bastante volubles en lo religioso.
Teodosio declarará la guerra al paganismo, que culmina con el Edicto de Tesalónica
(380**).
En esta época se cerrarán templos y se destruirán muchas estatuas paganas, pero la
aristocracia consideraba el cristianismo una religión popular, de clases bajas. Liviano
y Amiano Marcelino, preceptores de Juliano el Apóstata, comenzaron a difundir
estas ideas, proponiendo una vuelta al paganismo.
Hasta la caída del imperio (476**), muchos senadores se mantuvieron paganos, a
pesar del Edicto de Tesalónica.
2. La correcta relación Estado – religión
[Imagen de la deificación del emperador] Cuando los emperadores se declaraban
“hijo del divino [emperador]”, estaban confesando la divinidad de su predecesor.

54
Daniel Lamana
El estado confesional pagano: aprovechan toda la estructura de la religión, el aura
de santidad, el poder de la divinidad. Es un estado teocrático y dictatorial, donde
el poder político está revestido de poder divino (Pontifex Maximus). Podríamos
decir que el Estado abusa o aprovecha la religión para sus propios fines. Al mismo
tiempo, las instituciones religiosas aprovechan su estatus social.
Los filósofos estoicos concluyen que no puede haber un Estado ateo, pues la
religión sirve como elemento cohesivo y unitario.
La desacralización del estado y el mundo: el cristianismo desacraliza tanto el Estado
como el mundo. Nada es Dios salvo Dios. Todo lo demás son criaturas (factor muy
importante en el surgimiento de la ciencia). Para el cristiano, el poder tiene
dignidad, pero no es Dios, y esto lo dejan muy claro Jesús y los apóstoles (y muy
notablemente el libro del Apocalipsis)
Una convivencia pacífica. Pablo, Pedro, los Apóstoles piden un sometimiento a la
autoridad, que los cristianos paguen los impuestos, que recen por los dirigentes.
Se propone por tanto una convivencia pacífica.
Melitón de sardes, por ejemplo, dice al emperador que “el cristianismo es fuente
de bien y grandeza para el Imperio”. Orígenes (+254) dice que “si todos se
convierten al cristianismo, el Imperio será más fuerte, pues las oraciones de los
cristianos son más fuertes que las del propio Moisés” (cfr. Ex 17,11-13).
3. La conversión de los intelectuales
La conversión de una gran figura como fueron S. Ambrosio de Milán o S. Juan
Crisóstomo sirvió para atraer a la conversión a otros muchos intelectuales (como S.
Agustín), como la del emperador atrajo a muchos políticos.
En la escuela de Atenas, por ejemplo, se formaron algunos como S. Basilio o
Gregorio Nacianceno, a pesar de seguir siendo pagana hasta su clausura por
Justiniano en el 564.
Sólo a finales del s. IV (Tesalónica 380**) fue un momento importante para la
conversión de los intelectuales, pero muchos se mantendrán paganos todo este
siglo (e.g. Símaco)
4. La conversión de los campesinos a finales del siglo IV
Persistencia paganismo rural: fue complicada la conversión de los campesinos
durante siglos (recordemos el vínculo etimológico pagus-pagano). Podríamos
incluso decir que ni siquiera entraron en ellas los cultos romanos: éstos crearon
grandes ciudades en las zonas ricas en minerales, abiertas a la navegación, o
estratégicamente relevantes, pero muchas zonas de campaña quedan
prácticamente aisladas, y, por tanto, no del todo integradas en la cultura romana.
Se mantienen, de hecho, los cultos paganos ancestrales, muy relacionados con
el campo y los ciclos naturales. No calan ni el culto al emperador ni los cultos
oficiales.
Entre el 313** y el 380** la gente se va enterando de que existe, e incluso de
que se impone oficialmente el cristianismo, pero no lo conocen realmente, y los
misioneros tendrán que hacer un primer anuncio de Cristo.
Campañas sistemáticas s. IV. Se comienza la evangelización de los pagus y
montañas.
Nicetas de Remesiana, Virgilio de Trento, Victrinio de Rouen, Martín de Tours. El
primero envía misioneros a evangelizar Tracia, el norte de Grecia, que con la
llegada de los bárbaros había vuelto al paganismo. El segundo envía misioneros
a los Alpes (los mártires de Trentino). El tercero evangeliza en Galia, Bélgica… S.
Martín (+397) evangelizó el norte de Francia.
5. La sustitución del antiguo paganismo por el cristianismo
[Imágenes del Deo Soli Invicti de Constantino] En el 313 se establece una
convivencia pacífica entre ambas religiones, entre ambos proyectos de vida.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Eusebio de Cesárea escribe que Constantino cumple las promesas hechas por Dios a
los padres, y lo presenta con una luz muy favorable (quizá excesiva); es una especie
de nuevo mesías, lleno de rasgos casi divinos (justo lo que los cristianos querían
evitar en su relación con el Estado). Se rompe así la pretendida neutralidad del Edicto
de Milán: lo que se quería evitar (Estado>Iglesia) vuelve de nuevo y se crea una
especie de teología política, que traerá muchos problemas. El emperador es vicario
de Dios, señor del Imperio, y con autoridad sobre los obispos. Es, en realidad, como
un Papa desde fuera (cesaropapismo). Hasta tal punto llega esto, que el emperador
nombra al papa.
Cristianismo acaba sumiendo el papel de la anterior religión pagana, y los
emperadores se abandonan a la tentación de someter la religión al poder político.
Se convierte así a la Iglesia en la nueva religión de Estado.
[S. Bonifacio y el árbol de Donar] Frente al paganismo, los santos actúan con
radicalidad. En otros casos, se bendicen los lugares (e.g. transformando templos en
iglesias).
6. La ruptura de la neutralidad
La imposible neutralidad. Los primeros en romperla serán quienes la firmaron. La
relación entre sagrado y profano no fue posible.
Los primeros en romperla. Licinio, por ejemplo, en Sebaste, comienza a perseguir
de nuevo a los cristianos (S. Blas y los 40 de Sebaste). Constantino tampoco:
persigue a los paganos, convoca sínodos…
7. La tensa relación Iglesia – Imperio
Curiosamente, un imperio cristiano supone una gran injerencia del poder político.
Osio de Córdoba le tuvo que recordar que “a ti, Dios te dio el Imperio, a nosotros
nos confió la Iglesia. Por tanto, ni a nosotros nos es lícito… ni a ti gobernar sobre
las cosas sagradas”.
8. La Iglesia sobre el Imperio
La ascendencia de la Iglesia. Por otro lado, la Iglesia acaba cayendo en el extremo
contario. Este pensamiento de Osio de Córdoba y el simultáneo de S. Ambrosio
no dejará de crear fricciones.
Edicto de Tesalónica, año 380**. Con su proclamación, el cristianismo se convierte
en religión oficial del Imperio.
Teodosio contra Ambrosio. Esto provoca un enfrentamiento entre Teodosio y S.
Ambrosio: ante su excesiva intervención, dijo que “el emperador está en la
Iglesia, no por encima de la Iglesia”.
La penitencia del emperador. Desafortunadamente, un par de ejemplos nos
muestran que también se cayó en el error contario:
1- Unos fanáticos cristianos destruyeron una sinagoga. Teodosio los mandó
castigar duramente, y S. Ambrosio le impuso una penitencia por castigar a los
cristianos. Ambrosio le obligó a retractarse de una aplicación legal, en principio
justa.
2- [cuadro de Van Dick] El emperador ordenó una masacre contra los habitantes
sediciosos de Tesalónica. Teodosio recibe aquí una penitencia pública, que el
emperador acepta. Esto fue posible porque S. Ambrosio era arzobispo de Milán,
sede de la residencia del emperador en aquel momento.
9. Estructura de la Iglesia en el Imperio
Las comunidades locales, presididas por un obispo. Como ya habíamos apuntado,
la Iglesia aprovecha la estructura del Imperio. Las provincias están presididas por
el obispo metropolitano, con sus obispos sufragáneos. A la muerte de éstos, sus
ciudades aclaman al nuevo obispo, con aprobación del metropolitano. A la
muerte de éste, se elegía por aclamación en toda la provincia, con la aprobación
de los obispos sufragáneos.

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Daniel Lamana
Los obispos permanecían hasta su muerte en la diócesis (no había traslado), y no
tenían poder en la designación de los sucesores.
Los sacerdotes itinerantes y los obispos auxiliares. Donde había suficientes obispos
y sacerdotes, éstos pueden mandar misioneros a los territorios rurales. Ya
mencionamos la disparidad de números en el apartado anterior, por ejemplo.
Las diócesis, las archidiócesis y los patriarcados. A cada iglesia local se la llamó
diócesis (nombre romano, de los emperadores Augusto, Caracalla, y, sobre todo, Imperio: unión de diócesis→
Diocleciano). Su origen es el de la división de las provincias, segundo nombre que provincias
los cristianos adoptan (para usarlo a la inversa), con un metropolitano al frente
de obispos sufragáneos. Recordemos siempre que las diócesis nacen de la Iglesia: patriarcado→ provincia→
división de las provincias, no de la unión de diócesis. diócesis
- Provincia se divide en
Cuando se reúnen varias provincias (llamadas eparquías en oriente) se crean los diócesis
patriarcados. En el Concilio de Nicea (325**) Roma, Alejandría, Antioquía y - Provincias se unen en
Jerusalén. En el Concilio de Constantinopla (381*), tras la fundación de ésta: patriarcados
Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén
10. El obispo de Roma
Patriarca de occidente. Corresponde al obispo de Roma. Posteriormente se le
reservan los títulos de papa, sumo pontífice, y servo servorum Dei, sobre todo a
partir de S. Gregorio Magno.
La elección del papa se llevaba a cabo por el clero y el pueblo de Roma. Más
adelante, el emperador comenzó a considerarse a sí mismo como “el pueblo de
Roma”. A partir del s. VII será así, hasta Carlomagno. Con S. León IX, vuelve la
responsabilidad a las manos de los romanos.
11. Las iglesias parroquiales
Patriarcado→ provincia→
Títulos y parroquias. La división de las diócesis genera los títulos y las parroquias. Al diócesis→ iglesias parroquiales
inicio sólo había una iglesia; la presidida por el obispo. Con el aumento de los
fieles, surgen iglesias no-episcopales, y en Roma estas reciben el nombre de
Titulus, por los nombres que se escribían en las entradas (domus Martini = casa
de Martín, no S. Martín). Fuera de Roma se llamarán parroquias.
Unión de parroquias→
Los arciprestazgos. La acumulación de parroquias se llamará arciprestazgo, arciprestazgo
presidida por un arcipreste.
Clero parroquial y auxiliar. Junto al obispo, eje de la diócesis, y los presbíteros, hay
un montón de clérigos: ecónomos, ostiarios, exorcistas, concubilario
(consejeros), abogados, archiveros… Las necesidades de la comunidad fueron
generando diversos oficios que han llegado a nuestros días.
12. El clero en el Imperio
El papa Inocencio I en el s. V, distingue diversos tipos de clérigos:
- Clero ordenado o superior, solamente ordenados por el obispo: obispos,
presbíteros y diáconos.
- Clero inferior o in minoribus: dependían de las necesidades de la comunidad y
podían cambiar. Con el tiempo lo serán ya para siempre. Esto crea una situación
un poco rara: un lector ordenado era ya considerado clérigo, pero siendo in
minoribus se podía casar. Ahora se llama institución, pero antes era ordenación.
Había unos tiempos a respetar entre las diversas ordenaciones.
13. Los candidatos a la clericatura
Se marcan edades mínimas. 30 años para presbítero. Había algunas excepciones (S.
Ambrosio fue ordenado obispo con 24). No se acogía a la clericatura fácilmente a los
apóstatas o antiguos cismáticos. Tampoco se nombraba obispo a los recién
bautizados.
Los candidatos eran presentados a la comunidad por el obispo. Si era un obispo,
éstos eran aclamados por la comunidad, y tres obispos de la provincia acudían a la
ordenación.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
14. La formación del clero
El clero se forma en las escuelas catequéticas y episcopales, a las que el obispo lleva
a quienes se van a formar como presbíteros (S. Agustín crea una casa episcopal para
su clero). S. Juan Crisóstomo escribe el manual Sobre el sacerdocio para la formación
de presbíteros. S. Ambrosio escribe Sobre los oficios de los ministros.
15. El sustento del clero y su fuero
Congrua sustentación. Al principio los sacerdotes se procuran su propio sustento,
pero cuando las obligaciones aumentan, el clero no puede atender su propio
sustento, y lo hará la comunidad. En las colectas que se recogen se distinguen 4
partes: 1 parte para el obispo, 1 para el clero de la parroquia, 1 para los pobres,
y 1 para la fábrica, el edificio de la iglesia. Al inicio es voluntaria, pero cuando la
generosidad decae, se instituye el diezmo.
El fuero eclesiástico. Al clero se le aplica una legislación propia. Por ejemplo,
Constantino exime a los clérigos de participar de cargos públicos. Con el tiempo,
sólo los obispos podrán juzgar a los clérigos. Justiniano añade a los monjes a esa
autoridad. Más aún, el obispo podrá juzgar también a los laicos. Honorio en el
409 entrega a los obispos el control de las prisiones. Curiosamente, ante el
desmoronamiento del imperio, la Iglesia mantendrá su estructura: política,
económica, legal…
16. El celibato de los clérigos
La primacía de la familia. En la época apostólica la familia lleva la primacía (había
una gran conexión familia-comunidad). A los ministros se les pide ser buenos
padres y esposos, y lo mismo a los obispos (cfr. Epístola a Tito). Se podría decir
que es hostil al celibato defendido por los herejes (condena de la carne de los
gnósticos y los encratitas, que consideraban a la mujer como hechura del
demonio). Por otro lado, S. Pablo y S. Juan. El celibato era entendido más como
situación natural, de cara al ministerio, pero no como el ideal de vida cristiana.
Propuestas de vida célibe. Con S. Jerónimo y Epifanio de Salamina surgen algunas
propuestas de vida célibe. Proponen que la vida cristiana en plenitud puede ser
más difícil en la vida conyugal. Es un problema que viene del neoplatonismo. El
problema no era la relación con el ministerio, sino de la conjunción bautismo-
carne. Apareció en Nicea, pero no se aprobó debido a la defensa que hacían de
ello los herejes.
Al principio, s. I, la primacía era de la iglesia doméstica, la familiar. Aquellos que
iban a favor del celibato eran los enemigos de la iglesia, los que atacaban la
carnalidad, la encarnación de Dios. Para ellos, el celibato era simplemente un
arma contra la carne.
El paso para comprenderlo como una configuración con Cristo célibe llegará más
adelante. En los 3 primeros siglos, sin embargo, el celibato era defendido por
herejes como arma contra la carnalidad de Dios, aunque hubiera casos aislados
de célibes. Pero como Iglesia no era así, pues en el momento era un arma contra
la humanidad de Cristo.
En el s. IV, Jerónimo y otros llevarán a una nueva reflexión más profunda, que al
contrario que la opción de Orígenes, permite a Cristo asumir la naturaleza
humana, no negarla, no suprimirla. Es celibato, no castración. Poco a poco se irá
reconociendo el valor superior del celibato, al reconocer en la vida de Cristo,
rasgos de vida célibe. Por otro lado, en este mismo siglo, algunos empezaban a
tener problemas en conjugar la vida familiar y la cristiana, lo cual es también un
error. Se considera un mal necesario el matrimonio.
Apareció el tema en Nicea, pero no se aprueba.
Los obispos monjes, oriente: sin embargo, el celibato se va extendiendo porque en
oriente se empieza a elegir obispos a quienes han hecho ya opción de vida célibe
(los monjes) y no al revés (imponer el celibato a quien es ordenado).

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Daniel Lamana
Concilio de Elvira (ca. 302)
Sólo en el Concilio I de Letrán (1103) se impone el celibato.
17. Novedades del culto en el siglo IV
6.3 LA RUPTURA DE LA IGLESIA IMPERIAL
Este tema nos ayudará a resolver algunas cuestiones que salieron en el tema
anterior, y a comprender algunas tomas de posiciones de la Iglesia, sobre todo
respecto del donatismo y el arrianismo.
1. El donatismo, en el norte de África
En particular tiene como eje la iglesia de Cartago, de la que S. Cipriano había sido
obispo en el s. III. Es una de las ciudades más importantes, junto con Alejandría, del
norte de África. Las famosas Guerras púnicas fueron de Roma contra los fenicios
cartaginenses, fenicios (Medio Oriente) que habían conquistado y colonizado el
norte de África (Cartago).
El origen del cisma: en el s. VI, muerto el obispo, le sucede su diácono Ceciliano*,
como era habitual. Se enfrenta a dos presbíteros, apoyados por Lucila, una noble
local muy devota de las reliquias. Lo difama y exige que se lo reconozca como no
válido, argumentando que en su consagración no habían llegado los obispos de
Numidia, estuvieron en ella. Además, dice que ha participado en la consagración
de un obispo traidor (tradere: entregar), que había entregado los libros sacros
en la persecución de Diocleciano.
Al llegar estos obispos de Numidia, eligen a uno nuevo, acuciados por Lucila. Es
un problema, en el fondo, disciplinar: ¿cuál es el obispo válido? A este nuevo
obispo (apoyado por Lucila) le sucede Donato. Donato no deja de ser el sucesor
de un obispo elegido tras una especie de motín en la ciudad de Cartago. Habiendo
dos obispos, tenemos un cisma.
El problema teológico: lo anterior acabará derivando en un problema teológico, a
pesar de tener origen disciplinar. Donato (en la línea de Lucila, que lo favorecía)
estaba implantando la doctrina de rebautizar a los herejes.
En la época de persecución de Decio (249-251**) algunos cristianos ofrecían el
incienso (apóstatas) o compraban el libelo (libeláticos). Frente a la teoría que
defendió S. Cipriano, la Tª Novaciana decía que había que rebautizar a los
herejes. Esta misma Tª la recogerá y defenderá Donato.
De fondo, está la consideración de que los sacramentos celebrados por herejes
no son válidos, y que con la apostasía (de tipo que sea) se pierde la gracia
sacramental. Recordemos que S. Cipriano aprueba el juicio popular a los obispos
libeláticos de Mérida, y su destitución del episcopado, pero ni dice que deban ser
expulsados de la Iglesia (Novaciano), aunque deban hacer penitencia (rápida, en
caso de nueva persecución), ni que hayan perdido la gracia sacramental.
En juego está, por tanto, la verdad de los sacramentos.
Primer periodo (312-321): En el 311 es elegido Ceciliano, en el 312 su sucesor ilícito,
y en el 313 Donato. En este mismo año algunos piden al emperador (Constantino)
que se aborde el problema en un Sínodo Romano (313) y en Arlés (314). En
ambos se ratifica la postura de Cipriano y la validez de Ceciliano.
Constantino exige que los cismáticos devuelvan las iglesias, pero al negarse, son
ejecutados. A ojos de los donatistas, mueren defendiendo la fe de Novaciano y
por tanto son mártires.
Segundo periodo (321-362): Constantino libera a los donatistas de las cárceles, pero
la cosa se convierte en una revolución social. Los donatistas se juntan con los
circunceliones, esclavos fugados, desertores, indeseables… A un problema
disciplinar primero, teológico después, y sobre los mártires, se une la cuestión
social.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Además, se dedican a consagrar obispos por toda África. Constantino, que
apoyaba la causa del catolicismo (Nicea) expulsa a todos los obispos cismáticos
de sus diócesis. Donato muere expulsado en el 355, y le sucede otro obispo
cismático.
Todo este problema se agrava con la subida al poder de Juliano el apóstata en el
362.
Tercer periodo (362-411): con el objetivo de crear más confusión y división en la
Iglesia, Juliano restituye a todos los obispos donatistas. Con la muerte del tercer
sucesor de Donato la herejía se debilita mucho, no sólo por la debilidad de la
misma herejía, sino también por la influencia de S. Agustín. Su magisterio y
reflexión desde Hipona, los sacramentos, la gracia, etc. termina con el cisma. En
el 411 hay una gran conferencia en Cartago con 7 obispos de cada bando y se
pacta la paz, con la aceptación de los donatistas de la doctrina católica.
2. El arrianismo, en Alejandría
El origen teológico del cisma: al contrario que el anterior, no es un problema
disciplinar y de comunión lo que genera la ruptura teológica, sino al revés. Se
empieza por la herejía y se pasa al cisma.
En Alejandrina (escuela de teología), el cristianismo está intentando explicar la
verdad sobre Dios de acuerdo con categorías filosóficas griegas. Los apóstoles
mismos, que escriben en griego, intentan explicar el ser humano y divino de Jesús
y la Trinidad con las categorías de que disponen.
El pensamiento de Arrio de Alejandría: en este contexto, Arrio, nacido en Libia, era
presbítero de la ciudad. El obispo Alejandro le había encargado los suburbios de
la ciudad como empeño pastoral. Allí fue apreciado por su oratoria y
compromiso social. Sus problemas vendrán originados por su platonismo
estricto, y la afirmación rotunda del Dios Uno, trascendente, inmutable, etc.
Desde sus categorías platónicas, rechaza el contacto de Dios trascendente con la
materia. Por tanto, el Dios revelado en Jesucristo es creado (≠ credo Niceno). La
relación entre el Padre y el Hijo se da ya en el orden de la creación (el Hijo, el
lovgoς, etc. es ya criatura). El Hijo es modelo, prototipo… pero creado, y Dios sólo
por participación: hubo un tiempo en que el Logos no existía. No es Dios
plenamente.
En segundo lugar, el Hijo tampoco es plenamente hombre, pues el hombre está
compuesto de cuerpo y alma, mientras que considera que el Hijo no tiene alma,
sino que él mismo es el alma del mundo.
De esta manera evita el modalismo, pero evita en un excesivo
subordinacionismo. Su obispo convoca en el 321 un sínodo que condena estas
teorías.
Arrio, queriendo justificar la debilidad del Verbo y la trascendencia de Dios,
caerá en un error todavía más grande. En juego estaba la salvación del hombre,
que radica en que Deus fit homo ut homo fieret Deus.
La convocatoria del concilio de Nicea (325): Arrio huye, pero es acogido por Eusebio
de Nicomedia, que lo perdona y aprueba su teología y proceder. No contentos
con eso, comienzan a hacer propaganda de sus ideas.
Constantino, en 324 acababa de deshacerse del rebelde Licinio, y, preocupado
por lo que estaba sucediendo en Alejandría, envía allí a su consejero teológico,
Osio de Córdoba. Éste, tras asesorar la situación, sugiere la convocación de un
sínodo local.
El papa no lo convoca, pero envía legados y aprueba los cánones. Por eso,
aunque no lo convoca el Papa, es absolutamente católico. Es ecuménico porque
es aceptado por toda la Iglesia. Es un sínodo inicialmente local, sin presencia
directa del Papa, pero es que esto no era extraño en aquella época. ¿Por qué

60
Daniel Lamana
pasa a ser Concilio ecuménico? Por la fe que profesa, por su acogida universal y
por la intervención (al final, no al inicio) del Papa.
Aparte de condenar a Arrio, como otros sínodos anteriores, emite la fe católica,
que aún hoy nosotros mantenemos. Acuden unos 200 obispos, entre ellos
Ceciliano de Cartago (que, de nuevo, apoya la fe católica). En el palacio de
Constantino en Nicea se celebrarán las reuniones.
El símbolo de Nicea: el mejor resultado del Sínodo no es ya la condena del hereje
Arrio, sino la proclamación de la fe.
“Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre (oJmoouvsioς to
Patriv)
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.”
Aparte de Osio, estuvo presente Atanasio. También Arrio, que, junto a algunos
obispos, rechaza la fe de Nicea y es desterrado.
Otros cánones de Nicea: condenan otros cismas, reconocen los patriarcados.
El arrianismo después de Nicea: no sólo se mantienen firmes en el error, sino que
se apoyan en la hermana de Constantino, Constanza, que defiende sobre todo a
Eusebio de Nicomedia, forzando la expulsión de los católicos.
En el 328, en un momento de debilidad, los católicos regresan con fuerza a sus
sedes. S. Atanasio es desterrado de Alejandría a Tria (Alemania). En el 336 muere
Arrio, en el 337 Constantino, y el imperio se divide entre sus hijos, Constancio
entre ellos. A la muerte de Constantino, que había apoyado en el último periodo
a los arrianos, vuelven los católicos y se expulsa a los arrianos. Todo esto, en la
zona oriental.
En el 340 muere uno de los hijos y Oriente pasa a Constancio (católico). Al morir
él, pasa a manos de Constante, arriano.
En esta época, S. Atanasio se va a la Tebaida.
En el 361, Juliano restituye a donatistas y católicos pensando en hacer mal a la
Iglesia (que, en el momento de su ascenso es arriana en Oriente).
325*→ Católicos
En el 380/3 Teodosio expulsa definitivamente a los arrianos, que huyen al norte
328→ Arrianos
de Europa (con las invasiones reintroducirán el arrianismo), y a Arabia. En el 622
337→ Católicos
el cristianismo arriano está muy vivo aún en esa zona cuando aparece Mahoma.
339→ Arrianos
A todo esto, añadamos que, hasta la conversión de Recaredo, Hispania fue
340→ Católicos
arriana. Los pecados de unidad de la Iglesia afectan así a todo el mundo; hoy hay
355→ Arrianos
1000 millones de personas que no aceptan la versión imperfecta de Jesucristo
que se le presentó a Mahoma. 361→ Católicos

Como segundo aspecto: S. Atanasio huirá 5 veces. Una de ellas a la Tebaida,


donde entra en contacto con la figura de S. Antonio Abad (vita Antonii),
convirtiéndose en el mayor impulsor de la vida religiosa en occidente.
Otros cismas anejos al arrianismo
- Macedonianismo
- Adopcionismo
- Cisma de Melecio de Antioquía
- Cisma luciferiano

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
- Cisma romano
Algunos efectos negativos del arrianismo: la caída de los obispos, la lucha, la falta
de unidad, los errores teológicos… Nunca es bueno llegar a la fe por medio de
luchas. Un momento precioso para la evangelización de los pueblos fue
empleado en aclarar la fe cristiana.
Algunos efectos positivos: aparecieron grandes figuras y se concreta la fe que hoy
seguimos profesando.
3. El primer concilio de Constantinopla (381**) y la divinidad del Espíritu Santo
El desarrollo de la teología sobre el Espíritu Santo: este desarrollo está a la base del
Concilio. Recordemos que en el 380** Teodosio impone el cristianismo católico
al imperio (reunificado ya) con el Edicto de Tesalónica.
“Queremos que todos los pueblos situados bajo la dulce autoridad de
nuestra clemencia vivan en la fe que el santo apóstol Pedro transmitió a
los romanos, que se ha predicado hasta hoy como la predicó él mismo y
que siguen, como todos saben, el pontífice Dámaso y el obispo Pedro de
Alejandría... Decretamos que solo tendrán derecho a decirse cristianos
católicos los que se sometan a esta ley y que todos los demás son locos e
insensatos sobre los que pesará la vergüenza de la herejía. Tendrán que
aguardar ser objeto en primer lugar de la venganza divina, para ser luego
castigados por nosotros, según la decisión que nos ha inspirado el cielo.”
(Edicto de Tesalónica, AD380)
Todos los pueblos deben profesar la fe del Papa Dámaso, y del obispo Pedro de
Alejandría (lo menciona explícitamente por la multiplicidad de obispos, siendo
éste el católico). A los herejes, los castigará Dios, pero también el emperador (de
ahí que sea una imposición).
El problema era uno sobre la fe en la Iglesia, que es, en el fondo, un problema de
la fe en el Espíritu Santo. Es una época de muchas herejías (montanistas,
gnósticos, etc.).
Algunas dificultades en esta teología: ya desde el s. II muchos autores ya citados,
grandes figuras, están intentando definir la fe del Espíritu Santo. Y el problema
principal es si Espíritu es sólo la naturaleza de Dios, o si hay algo más, si es algo
distinto del padre (y del Hijo).
Quienes negaban el valor de la Iglesia, negaban también el Espíritu como persona
divina. La Iglesia carecía así de un elemento sobrenatural, quedando reducida a
institución humana.
El concilio de Constantinopla I (381**): es el segundo Concilio Ecuménico. Tiene
lugar un año después del Edicto de Tesalónica, y en la capital del Imperio.
Como figuras esenciales: Cirilo de Jerusalén y los santos hermanos de S. Basilio:
Gregorio de Nisa y Pedro de Sebaste.
Elementos disciplinares del concilio de Constantinopla: Este Concilio define la fe en
el Espíritu Santo. Los arrianos acusaban a los católicos en Nicea de usar términos
no-bíblicos, sino filosóficos. Al llegar Constantinopla, no se define al Espíritu
Santo con términos teológicos, sino por su obrar, por cómo se le adora, y por
cómo actúa, todo ello bíblicamente.
- Señor (= Dios), dador de vida (aspecto bíblico también), que procede del
Padre y del Hijo (= no es ellos), recibe una misma adoración y gloria (pero
también es Dios), y habló por los profetas (se expone en la Escritura).
Las verdades defendidas en estos dos Concilios acabarán dando lugar a nuevas
dificultades, sobre todo en lo relativo a la divinidad y humanidad de Jesucristo:
la maternidad divina de María (Éfeso), la unión hipostática en Cristo
(Calcedonia), y la unión de voluntades en Él (2º de Constantinopla).

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Daniel Lamana
4. Otras herejías después del 313
En este largo camino de progreso, muchos grupos heréticos van quedando fuera, y
la unidad que Cristo pidió al Padre en la oración sacerdotal se vulnera.
- Pelagianismo: niega el pecado original, propone que se puede luchar para
obtener la gracia y la salvación, y no que es un don gratuito.
- Semipelagianismo
- Priscilianismo: condenado en el concilio de Zaragoza (380).
- Antidicomarianitas: negaban la maternidad y perpetua virginidad de María.
- Paulicianos: parecidos a los anteriores
- Mesalianos: niegan la eficacia de los sacramentos y dicen que cada persona está
poseída por un demonio.
- Joviniano: contra la virginidad de María. No distingue entre pecado y buenas
obras.
- Origenistas.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
7- La construcción de la cultura cristiana
7.1 LOS ASCETAS, LOS EREMITAS Y LOS ANACORETAS
1. Introducción
Este tema se dividiría en 4 partes, de las cuales vamos a ver 2 en esta asignatura. En
primer lugar, los ascetas, eremitas y anacoretas; en segundo lugar, el monacato. Las
que no vamos a ver son la Patrística y el arte cristiano.
En cuanto a la primera parte debemos hacernos dos preguntas ¿es posible la vida
de la Iglesia sin vida consagrada? Y ¿hubo vida consagrada desde el principio?
Vamos a ver que a finales del s. II e inicios del III se produce la llamada anajóresis o
separación, con unas características muy determinadas.
2. El ideal del monje: la vida de Cristo
El Concilio Vaticano II reconoce que la Vida Consagrada es una imitación del modo
de vida de Cristo. Los consejos evangélicos se fundan en el ejemplo, en la vida y
palabra de Cristo. Tienen también una dimensión escatológica: la caridad
perfecta, lo absoluto y la primacía del amor de Dios… son anunciados
proféticamente por los consejos evangélicos.
Algunas limitaciones importantes: decir que la VC tiene su origen en la vida de
Cristo no es lo mismo que decir que Cristo fue monje, lo que implicaría que, quien
no lo sea (quien no viva en pobreza, castidad y obediencia), no es un buen
cristiano.
Esto, que parece una perogrullada, no era tan evidente en el s. XIV, cuando sólo
la VC era vía de santidad. No es, sin embargo, la única forma de realizar el Reino
de Dios en la Tierra.
Monje, s. IV, sucesor de los mártires: con la caída de las persecuciones, al menos
en su grandísima mayoría, tras el 313**, se empezó a comprender que, con la
desaparición del martirio, la vida del monje es la forma más perfecta de realizar
la vida del Reino en la Tierra. Se concibe que son quienes de mejor manera
reproducen la vida de los apóstoles. Para S. Agustín (a pesar de que lo que él
hace son comunidades de clérigos seculares) y otros autores de los ss. IV y V,
Cristo y los apóstoles se veían como una primera comunidad monástica.
*Idea del martirio blanco: al desaparecer las persecuciones, la vida
monástica se ve como lo más cercano al martirio de sangre.
Cristianos de primera y de segunda: se llega al punto de considerar que existen, en
efecto, cristianos más y menos perfectos en función de su estado de vida. En
comparación con la VC, el resto de realizaciones se menosprecian.
El que de verdad quiere ser santo, debe vivir al modo de la primitiva comunidad
de Jerusalén, y la forma más fácil de hacerlo es la vida monacal o anacoreta.
3. El sustrato antropológico
Un fenómeno universal: el monacato o la VC no es exclusiva del cristianismo, por
lo menos en su realización exterior. Frente a la insatisfacción de la vida
“corriente”, el ser humano busca un encuentro con lo Absoluto más radical. Es
un proyecto de vida que vincula los proyectos humanos con lo trascendente.
Semejanzas del monacato cristiano: no siendo del todo equivalentes, podemos Semejanzas: separación, ascesis,
hablar de una cierta separación, ya sea para vivir solos o en comunidad; ciertas mística (conexión especial con lo
prácticas ascéticas: renuncia de los bienes, del egoísmo…; y cierta aspiración absoluto)
mística, contemplativa, meditativa… un cierto deseo de relación o conexión más
íntima con lo absoluto (dependiente de la religión particular). Por supuesto, cada
religión pone luego mediaciones o rostros concretos, pero a un nivel muy
general, podemos encontrar estos tres rasgos.
Lo específico del monacato cristiano: la VC cristiana no es mera reproducción de
una suerte de esquema general, transcultural. Ya en el NT, el contraste entre las

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Daniel Lamana
prácticas de los discípulos de Cristo y los de Juan o los fariseos se hace evidente. Propio cristiano: todo se refiere a
En la VC cristiana todo se refiere a Cristo: la renuncia no es por separación o Cristo
rechazo (de cosas buenas), sino para vivir más absolutamente la relación con
Cristo; el encuentro profundo es con Cristo, etc.
Aun así, podemos reconocer en esas formas que compartimos una huella o
vestigio de quien nos ha creado.
4. La consagración de ascetas cristianos
A las puertas del monacato, cronológicamente durante el s. III, pero también hoy,
comienzan a aparecer formas de vida consagrada, podríamos decir pre-monástica.
Un proceso de lucha personal: ya en el s. III, ya hoy, hay un proceso humano de
purificación, lucha contra el pecado, el afecto desordenado o las inclinaciones
pecaminosas, etc. Todo ello para agradar a Dios. Sería lo que más adelante los
místicos han llamado la vía purgativa.
La tradición evangélica: En el Evangelio ya se predica esta renuncia (El que quiera
seguirme, se niegue a sí mismo, cargue su cruz y me siga) y los apóstoles también.
Ya en el s. II tenemos una especie de pre-monacato, siendo su rasgo más
destacado la ascesis (quizá incluso en el s. I)
La propuesta de los Padres del s. II: por ejemplo, S. Ignacio de Antioquía, que muere
en la persecución de Trajano, exhorta a la humildad como rasgo de una cierta
consagración. S. Justino (+165) reconoce que hay gente que se ha mantenido
célibe, sin contaminarse, por el Reino. Como vemos, el matrimonio se considera
casi un mal necesario (en continuación con la visión paulina).
La generalización en el siglo III: los ejemplos se multiplican, unos con orden (S.
Cipriano) y otros con excesos que los colocan fuera de la fe cristiana tal y como
se entiende hoy (Orígenes y Tertuliano, Pelagio). Dicho esto, hay una gran
profusión de personas que buscan este tipo de vida, y que construyen Iglesia, y
a los que se irán dando diversos nombres: continentes, confesores, siervas de
Dios…
La institucionalización en el siglo IV: por primera vez, encontramos un ritual de
consagración de vírgenes. Aquí surge un problema: como algunos empezaban a
manifestar verdaderos deseos de consagración, de vida angelical, de santidad… S. IV: ritual de consagración de
se produce un fenómeno de nefastas consecuencias hasta casi nuestros días. Al vírgenes
haber “profesionales de la santidad”, el resto se puede conformar con ir tirando.
No existen proyectos de santidad para los santos en el s. XX. Las órdenes seglares
de los ss. XIII – XIV son, en realidad, el ejemplo más claro de esto: sólo en la
medida en que los laicos imitan la VC pueden ser santos (hábitos, renuncia de los
bienes, cierta abstinencia…)
5. La Carta a las Vírgenes
La mujer en la vida familiar: al principio la mujer vive la vida familiar. Las que
buscaban una cierta consagración lo hace dentro de su familia. No está bien visto
que vivan solas, ni que vivan en comunidades de ascetas, y por eso vive con sus
hermanos y hermanas.
Algunos rasgos pre-monásticos: tras la paz de Constantino (313**) se empiezan a
perfilar algunos rasgos monásticos, entre ellos una cierta renuncia a los bienes
(superfluos, pero también necesarios), y una cierta organización, con superiores
que acabarán definiendo un cierto voto de pobreza.
La necesidad de la separación: en este siglo, en algunos casos, la injerencia de la
comunidad (en sentido amplio) les complica la fidelidad a las opciones de vida.
Se empieza entonces a percibir la necesidad de la separación (ἀναχώρησις), que
podemos interpretar como origen de la VC.
Pasamos de una vida ascética inserida en la comunidad, a una vida separada.
Hay gente que se encierra en su propia casa, y después, se retiran al desierto (un

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
lugar donde no hay nadie e[rhmon tovpon; cfr. Mc 1,35). A continuación, con un
período intermedio, algunos de estos ascetas pasan por una etapa de salidas
evangelizadoras.
En este contexto podemos ubicar la siguiente carta.
La Carta a las Vírgenes: atribuida a Clemente Romano, está dirigida a unas vírgenes
que recorren las comunidades fortaleciendo a sus hermanos, predicando o
catequizando. Viven “como ángeles por el reino de los cielos”. Aparecen, por un
lado, la actividad apostólica, y por otro, caritativa: cuidado de pobres, enfermos…
Esta carta se sitúa en este periodo de transición entre la vida ascética y la
ἀναχώρησις propia del monacato.
A las puertas del monacato. La preparación al martirio: al no haber martirio, la vida
de ascesis de los monjes es una preparación, mortificando el cuerpo, el tiempo,
la voluntad, para el martirio, que es, en realidad, una configuración plena con
Cristo.
El martirio cotidiano en el monacato: la vida del monje se transforma así en un
martirio blanco, cotidiano.
6. Los monjes del desierto
A finales del s. III desaparecen propiamente las persecuciones. Tras el 257/8 con el
fin de la persecución de Valeriano, no hay grandes persecuciones (aunque, en
realidad, faltaba la de Diocleciano), y en ese periodo de tranquilidad tiene lugar el
surgimiento de los eremitas.
Un surgimiento simultáneo en Siria, Turquía y Egipto: en origen se pensaba que
estaba sólo en Egipto, donde más allá del Nilo y sus orillas fértiles no hay sino
desierto total. En ese contexto, es fácil entender el paso de la vida en la ciudad,
a la vida aislada en la propia casa, a la vida en el desierto, que está, en realidad,
bien cerca. Este proceso se da en estos tres lugares a la vez, lo cual habla también
de cómo la misma construcción del cristianismo lleva a esto.
Aunque se habla de figuras individuales (Antonio, Pacomio…), cuando llegan ellos
ya había monjes.
El monacato egipcio, modelo de vida: el monacato egipcio será importante porque
será tomado como modelo, tanto para los anacoretas (solitarios) como para los
cenobitas (vida comunitaria), gracias a la enorme difusión de la Vita Antonii de
S. Atanasio.
Un mundo preparado para el monacato: la misma rapidez de la difusión de la vida
de S. Antonio y el deseo de imitarlo, hablan de una preparación de la Iglesia y del
mundo para ello, de un anhelo casi intrínseco.
Varios candidatos, el primer monje: en realidad, cuando Antonio llega ya había
otros monjes. Otros proponen a S. Ammón de Nitria. S. Jerónimo propone a S.
Pablo el ermitaño. En cualquier caso, siempre en los relatos de sus vidas, queda
patente que había ya otros antes.
En el 273 Antonio abandona su pueblo para ir a vivir en soledad.
Ascetas, anacoretas, eremitas: no son sinónimos, sino rasgos distintos de la misma
afirmación.
Asceta: quien vive una cierta renuncia (material, continencia…)
Anacoreta: incorpora a lo anterior el concepto de separación solitaria.
Semianacoreta se refiere a quien vive sólo, pero cerca de otros.
Eremita: viven en el desierto. Al principio son desiertos no sólo en cuanto a la
ausencia de población, sino también auténticos páramos.
Algunos de los primeros anacoretas: S. Ammón de Nitria, S. Evagrio Póntico, etc.
Más o menos sus vidas y pensamientos se recogen en las obras Historia Lausíaca,
de Paladio, y los Apotegmas de los padres del desierto.

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Daniel Lamana
Dejamos aquí un momento histórico con anacoretas y ascetas, que están
empezando a separarse en el desierto.
7. El monacato, denuncia profética
De alguna manera, reclaman con su vida una vuelta a los orígenes de la vida
cristiana.
El rechazo protestante del monacato: lo consideran una desviación de la verdad
evangélica.
El peligro de acomodarse al mundo: este peligro, muy real tras el 313**, todos son
cristianos, y, por tanto, serlo no significa nada. Se bautizan por moda, por seguir
al emperador, por medrar. De ahí un poco esta perspectiva de cristianos de dos
clases: quienes se conforman con vivir y quienes buscan la santidad.
“No confisca nuestros bienes, dándonos así la vida, pero nos enriquece
para la muerte. No nos mete en la cárcel, pero nos honra en su palacio
para esclavizarnos. No desgarra nuestras carnes, pero destroza nuestra
alma con su oro. No nos amenaza públicamente con la hoguera, pero nos
prepara sutilmente para el fuego del infierno” (S. Hilario de Poitiers)
La condena de san Jerónimo a los presbíteros de Roma:
“Ambicionan ser presbíteros o diáconos para poder ver más libremente a
mujeres. Toda su preocupación es el vestido, andar bien perfumados y
que el pie no se mueva dentro del zapato como si fuera un fuelle. Los
cabellos ensortijados llevan las señales del rizador, los dedos lanzan
destellos por los anillos, y para que la humedad de la calle no les moje la
planta del pie, apenas si pisan el suelo con la punta de los zapatos. Cuando
vieres a gentes semejantes, tenlos más bien por pretendientes que por
clérigos” (S. Jerónimo, Carta 22,28).
Los clérigos se acomodan, los laicos se conforman con el mundo y la mediocridad;
por eso el monacato se ve como una denuncia profética en su huida al desierto,
en su silencio, en su renuncia del mundo
La huida del mundo: el mundo es de nuevo el enemigo, no ya por la persecución,
sino por los halagos.
Literatura sobre monjes primitivos: la vida de los monjes, con la difusión de la
literatura sobre sus vidas, se convierte en un estímulo para el resto de los
cristianos.
8. Referencias espirituales de los Padres del Desierto
La relación con Dios: ya no hablamos de un absoluto impersonal, sino de la relación
con Dios, el Dios de Jesucristo. Esta se manifiesta sobre todo en los fenómenos
extraordinarios, místicos y milagrosos, que causaban furor entre la gente, sobre
todo en las narraciones de sus vidas. Éstos no eran el fin de esta vida, sino fruto
o manifestación de esa unión más intensa con Dios.
Búsqueda del cielo: existe una preocupación por la salvación personal (¿qué he de
hacer para salvarme?). El ascetismo y la renuncia se ven como medios para la
purificación y la preparación a la vida futura.
La vida cristiana en soledad: la soledad es un elemento de los anacoretas. Siendo
el cristianismo una propuesta de salvación comunitaria, ¿por qué aparece esta
propuesta de vida como vía salvífica? S. Benito, que incorpora ambas cosas, dice
que sólo se puede combatir en soledad cuando uno ha combatido en comunidad,
y sólo bajo la dirección de un abad.
La renuncia a todo: es una manifestación de la vida cristiana. La separación
favorece la renuncia y el despojarse del hombre viejo. El desarrollo de los votos
refleja la concepción de las distintas renuncias.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Trabajo manual, extravagancias: frente a las extravagancias, se acaba imponiendo
el trabajo manual. Dendritas, Adanitas, los locos o idiotas (como renuncia a la
propia dignidad), reclusos…
El objetivo: la apatheia. El monje anacoreta busca vivir un adelanto de la vida
eterna, de la imperturbabilidad del alma. A grandes ejemplos acompañaron, por
desgracia, pésimos excesos.
9. Texto: Vida de san Antonio
7.2 LOS CENOBITAS Y LOS MONJES OCCIDENTALES
1. Introducción
El cristianismo tiene una gran fuerza transformadora: cambia el pensamiento, el
arte, pero, sobre todo, la propia vida, el modo de relacionarse con el mundo y los
demás. Ya hemos visto cómo iniciaba esta nueva forma de vida que es el monacato.
Las tres primeras manifestaciones que veremos proceden de Oriente en primer
lugar (Pacomio y Basilio en la primera y segunda mitad del s. IV) y Agustín a final de
siglo e inicios del V. Como broche, Benito nace un año después de la caída de Roma
y supone una destilación de todo lo anterior.
*¿Se puede considerar el cenobistismo un sustituto o una perfección de la
anacoresis? No. Para S. Benito, no se puede combatir individualmente sin una
adecuada formación en la vida comunitaria. Al final, la vida cristiana es la vida
de una comunidad, nunca una cuestión individual, incluso cuando se vive solo.
Sea en la vida comunitaria, sea en una vida anacoreta inserto en una comunidad
creyente (aunque se esté físicamente separado). Cualquiera de los dos caminos
permiten alcanzar la perfección de la vida cristiana.
Tanto S. Benito como S. Agustín van a dar un gran peso a la vida comunitaria
para evitar el riesgo de extravagancias, que se multiplican en estos siglos.
2. San Pacomio (290-346) y el origen de la vida comunitaria de los monjes
La conversión de san Pacomio: en un primer momento, sentía una lejana
admiración por S. Antonio, convertido en paradigma de los anacoretas, gracias a
la Vita de S. Atanasio. Para él, las grandezas de Egipto son S. Antonio, la koinonía
(comunión), y S. Atanasio (no sólo promotor
de S. Antonio, sino gran defensor de la fe
católica -sufrió 5 destierros por ello).
Fue enrolado en el ejército de Maximino Daja
en el 310, contra su propia voluntad. Fue a la
guerra encadenado, de hecho. En una de las
paradas en su marcha hacia la guerra, es
ayudado (junto con los otros soldados) por
unos personajes, que dicen hacerlo “por amor
del Dios del cielo”.
Cuando recuerda esto, tiene conciencia de
haber hecho una promesa interna, por la cual
si era liberado se pondría a servicio del género
humano por “Tu nombre”.
En el 313 la guerra acaba con la batalla del
puente Milvio. S. Pacomio queda liberado y huye a la zona de la Tebaida.
Pacomio, anacoreta: se retira al desierto en esta zona de la Tebaida (donde pone
Pachomius en el mapa), en particular en la ciudad de Chenoboscion, en unas
ruinas, como anacoreta.
Habitualmente este tipo de personajes se metían a vivir en antiguas tumbas
egipcias.
Pacomio y el fracaso de Tabennesi: en este momento, S. Pacomio recordará su
promesa, y cómo no estaba cumpliendo con ella. En ese momento se traslada a

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Daniel Lamana
la cercana aldea de Tabenessi. Él quería servir a Dios, pero cristo le recuerda que
ese servicio, por su propia promesa, pasaba por el servicio a los demás.
Estando allí se le empiezan a unir semianacoretas, anacoretas que vivían en
torno a Tabennesi. Esta experiencia fue un fracaso, por lo ingobernable de un
grupo tan marcadamente individual. Así las cosas, huirá de dicha aldea, para
empezar de nuevo.
La Regla de Pacomio: esta vez, va a crear primero una regla y luego a aceptar a quien
quiera tomarla por norma, en lugar de intentar regular la vida de gente que ya
tenía un cierto camino o forma de espiritualidad (bastante potente, por cierto).
Nunca pretendió sustituir ni la Palabra de Dios ni la conciencia, pero sí establecer
unas pequeñas normas. Él hablará de que se la inspira un ángel (cfr. Legenda
Maior de S. Buenaventura).
Las comunidades de san Pacomio: conseguirá formar 7 comunidades con una media
de 900 monjes. Él vive en Phou, con 1300 monjes. Creará una congregación,
formada por esas diversas comunidades, inicialmente masculinas, pero
posteriormente crea dos femeninas, que deja al gobierno de su hermana María.
Lo más importante de este momento es la creación de una regla como norma de
vida y coherencia para la comunidad. La comunidad ya no es sólo una excusa
para facilitar la vida, una acumulación de individuos, sino que tiene valor en sí
misma (la koinonía de que hablábamos antes). En las comunidades
semianacoretas, la clave de la convivencia era generalmente un maestro
espiritual, pero tenían el problema de qué hacer cuando moría éste, lo que
generalmente acababa en la dispersión. Ahora, lo importante es la misma
comunidad, y la regla que sigue vigente, permitiendo la continuidad tras la
muerte del maestro. Hay una desapropiación de la persona en favor de la
comunidad eclesial que se va creando.
Hay, además de una renuncia a los bienes superfluos, sino también a la propiedad
individual, en favor de la comunidad. Hay bienes, pero son de la comunidad, no
del monje individual (como los anacoretas).
Las ciudades monasterio: las comunidades son prácticamente ciudades, incluso con
murallas. Un ejemplo claro es Sta. Catalina, en el Sinaí, una auténtica ciudad-
monasterio. Son, de alguna forma “ciudades de Dios” frente a las “ciudades del
mundo”.
En el centro, suele haber una iglesia. Además, un lugar de almacenamiento,
cocina y comida común (aunque sea por turnos), el refectorio. Por último, en la
ciudad se distribuyen en casas con grupos más reducidos de monjes (20-25), cada
uno con una celda individual. Como vemos, mezcla elementos de la vida
comunitaria e individual.
Toda la ciudad está rodeada por un muro con una sola puerta. Hay relaciones
jerárquicas en toda la comunidad: superior de la casa, del monasterio, y S.
Pacomio como coordinador de todas las comunidades, que representa ser el
padre de la comunidad.
El ritmo de la comunidad incluía reuniones litúrgicas y conferencias, una especie
de charlas o retiros espirituales, acompañados de ayunos. Trabajan para
subsistir, con huertas en torno al monasterio (obviamente situado cerca del
Nilo). Tienen ritmos, marcados semanalmente por el hebdomadario.
En estas comunidades no hay sacerdotes. Acuden a las parroquias de los pueblos
cercanos. Al final sí que habrá algunos ordenados, pero hasta ese momento la
iglesia quedaba reservada a las reuniones litúrgicas.
Hay una cosa, sin embargo, que no contempla el santo en su Regla. Sus
comunidades, a pesar de su promesa, viven sin un servicio a la comunidad fuera
del monasterio.

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3. El monacato de san Basilio (329-379)
Nacimiento y formación: S. Basilio nace en Cesarea de Capadocia (Kayseri), de
familia profundamente cristiana, muy cultivado. Nieto de un mártir y de Sta.
Macrina. Hijo de Sta. Emelia y S. Basilio. Hermano de Sta. Macrina, S. Gregorio de
Nisa y S. Pedro de Sebaste. Para colmo, amigo de S. Juan Crisóstomo.
Su familia lo manda a estudiar a las mejores universidades: Constantinopla y
Atenas. Fue bautizado. Obtuvo una plaza de profesor, pero habiendo recibido su
vocación, la rechaza.
San Basilio, monje anacoreta: le inspiran su madre y su hermana, que, tras criar a
sus hijos, hacen opción de retirarse a un lugar apartado. S. Basilio se retirará
también, pero antes va a visitar experiencias religiosas de Oriente, recorriendo
muchos monasterios de Egipto, Palestina, Siria y Asia Menor.
San Basilio, líder espiritual: Basilio recibirá, la ordenación sacerdotal en el 364
(clave que a S. Pacomio le faltaba), de manos del obispo Eusebio de Cesarea, que
lo convierte en su consejero para combatir el arrianismo, en particular el de
Eusebio de Nicomedia. En el 370 muere Eusebio, y Basilio es elegido para
sucederlo en la sede episcopal.
El nuevo monacato de san Basilio: estamos en el centro de Turquía. Había sido
anacoreta, pero se fue a vivir a Cesarea, la capital. Potenciará de manera especial
el amor al prójimo. S. Pacomio se había convertido por el aspecto del servicio al
prójimo, pero sus comunidades no servían a la comunidad más amplia. S.
Pacomio, sin embargo, en virtud de su ministerio ordenado, intrínsecamente
apostólico, introduce esta dimensión en su monacato. No se detiene en la
comunión, la koinonía, sino que ésta sirve de punto de partida para el servicio al
prójimo. Incorpora la estructura social con vistas al servicio hacia fuera (sobre
todo en el aspecto de la educación).
El anacoreta goza de sus propios carismas; el monje de S. Pacomio los comparte
con sus hermanos de comunidad; y S. Basilio los comparte con la comunidad que
rodea sus monasterios, que no están ya en medio del desierto, sino en ciudades.
Allí educan a los jóvenes, atienden a los peregrinos y huérfanos. Hay pequeñas
comunidades, en las que los monjes hacen vida comunitaria, formación (Biblia,
Padres de la Iglesia, Gramática, Retorica… son maestros, con una labor
educativa). Los jóvenes acudían allí a formarse, lo cual despertaba en muchos la
vocación, y por eso Oriente se llenó de monjes. Representaban lo mejor de la
cultura griega y la vida cristiana, en coherencia con la naturaleza humana
(social).
La Regla de san Basilio: como S. Pacomio, crea una regla con dos partes. La primera
con 55 grandes capítulos (en forma de preguntas-respuestas largas) y una
segunda con 313, más breves. En ellos, la comunidad se encuentra bajo la
autoridad del abad, si bien los monjes conservan bastante independencia.
4. El origen del monacato occidental
El monacato en la Península Ibérica: ya en el Concilio de Elvira (305) tenemos
algunas experiencias de vida ascética (e.g. la familia de S. Dámaso, Lucino,
Teodora…). En concreto, se acusó a algunas vírgenes a no ser fieles al pacto de
virginidad. Se pide que los continentes sean fieles a su vocación. No había
muchos, eso sí.
Prisciliano, en el 380 fue consagrado obispo de Ávila, y, pretendiendo por sus
méritos obtener la salvación (continuación de Pelagio y Tertuliano), fue
condenado en el Concilio de Zaragoza que repercutió en la percepción general
del ascetismo como algo en el límite de la heterodoxia. Las exageraciones
llevaron a una visión negativa de ciertas prácticas, y ciertas experiencias fueron
ridiculizadas o difamadas.

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Daniel Lamana
- E.g. la monja Egeria hizo una peregrinación hasta los lugares santos,
escribiendo a su comunidad en Galicia.
En el 415 los visigodos invaden la península. Arrianos como eran, destruyen casi
todas las manifestaciones de vida religiosa y ascética anterior a su llegada.
El monacato en la Península Italiana: algunas de las antiguas colinas de Roma
empiezan a conocer manifestaciones de vida ascética, que se transformarán en
lugares de anacoresis, y que acabarán adoptando el modelo de vida propuesto
por S. Benito.
El origen del monacato en la Galia: S. Martín de Tours.
5. El monacato de san Agustín (356-430)
Junto con S. Benito, serán los grandes promotores de la Vida Religiosa en occidente.
Vive el tiempo de la caída de Roma. Muere defendiendo la ciudad de Hipona contra
los vándalos, en mitad del inicio del desmoronarse del imperio, empezando por
Cartago.
El ascetismo preagustiniano: nos encontramos en la diócesis de África. Ya en su
época existían algunas experiencias de eremitas y anacoretas, en particular en la
Iglesia de Cartago, S. Cipriano había promovido estas experiencias. Su muerte en
el 258** en la persecución de Valeriano. De esta zona también era Tertuliano
(+220, pero condenado por creer que podía salvarse por sus medios). Eran
experiencias de vida ascética, no retirada o separada (anacoreta).
S. Agustín tiene un momento de conversión en el 387. Su figura llegará a llenar
todo lo que sucede en Occidente, cegando toda otra experiencia con la luz de la
suya propia.
El ascetismo en tiempos de san Agustín: vive en un momento de expansión del
ascetismo y de las vírgenes.
“Miles y miles de jóvenes desdeñan el matrimonio y viven en la castidad
sin que nadie se sorprenda. Se comprometen en este camino en tan gran
número que hombres de todas clases desprecian las riquezas y los
honores de este mundo para consagrar su vida al solo Dios soberano,
llenan las islas, desiertas en otro tiempo, y la soledad de numerosos
parajes. En las villas y en las ciudades, en los burgos y en las aldeas, incluso
en la campiña, y en domicilios particulares... se acepta y se desea...”
S. Agustín en Milán, donde había ido a vivir con S. Ambrosio, ve a su alrededor
este florecer de experiencias.
El ascetismo de san Agustín: en Casiciaco (Milán) vive una cierta vida ascética,
retirada, aún no plenamente religiosa. Es una especie de ocio filosófico, que vive
junto a otros filósofos. Dos años después, vuelve a Tagaste, a una finca de sus
padres, donde funda la primera comunidad laical en el 389.
Comienzan siendo poquitos, pero entiende que es una experiencia para
entregarse a Dios y buscar su sabiduría. Si en Casiciaco eran sólo intelectuales,
ahora son una especie de monjes intelectuales.
Una comunidad sacerdotal: incorporará en el 391 (dos años tras volver a Tagaste),
fue ordenado sacerdote, y es entonces que funda una comunidad de laicos y
sacerdotes. Esta ordenación, obviamente, debía incluir el servicio apostólico,
como era el caso con S. Basilio.
Hch 2,42 será la norma que rija esta experiencia: de nuevo, el modelo de Hch se
convierte en norma de la comunidad, y por tanto enseñanza, fracción del pan y
vida comunitaria (comer en la misma mesa, compartir los bienes, dormir en la
misma habitación…).
Se sospechaba que podían hacerlo obispo, cosa que él no deseaba, pues quería
ocuparse de su recién fundada comunidad) y por eso sólo iba a las ciudades
donde ya había obispo (recordemos que había más de 700 en África).

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Pero al ir a visitar Hipona en el 395, Valerio, el obispo, le impone ser obispo
auxiliar. En el 397 Valerio muere y él debe quedar en Hipona, donde impone a
los clérigos de su diócesis la vida comunitaria (según el modelo de Hch).
Para ello creará unas directrices (dos cartas, en realidad, más que una Regla). Se
impone la oración, el estudio, el diálogo y el ministerio apostólico. Son monjes
dedicados al apostolado: viven para anunciar el evangelio, se forman para
predicar bien, rezan por el pueblo. No buscan un elemento escatológico
personal (salvarse a sí mismos) sino salvar a los cristianos.
Comparación con las otras experiencias orientales: en comparación con S. Pacomio,
que comienza como anacoreta→ semianacoreta→ koinonía, éste vive un
ascetismo que aún no ha dado el paso al servicio. En S. Basilio ese ascetismo está
marcado por el amor al prójimo, explicitado en las obras de misericordia. En la
experiencia agustiniana no hay ascesis en el sentido corporal, sino que busca la
caridad fraterna para que otros conozcan a Cristo.
Al crear esta escuela sacerdotal tan intensa, de sus comunidades comenzaron a
surgir muchos obispos, que implantaban este modelo en sus ciudades, y por ello
se extendió por todo el norte de África. Con la llegada de los vándalos, se vieron
obligados a huir a Europa, y fundan muchas comunidades por el Mediterráneo.
La regla es muy sencilla, pero cuando en el s. XI S. Gregorio busca un modelo de
vida sacerdotal para su reforma (gregoriana) tomará la de S. Agustín, acentuando
especialmente la formación para la catequesis, la predicación, la celebración de
los sacramentos en favor del pueblo… Este modelo se impuso a los cabildos de
las catedrales y sus canónigos. En el s. XIII (1256) surgirán los agustinos como
una manifestación más de la VR tras la gran unión, en la que el papa obligó a los
que vivián al modo agustiniano a unirse en una orden mendicante.
7.3 SAN BENITO DE NURSIA Y LAS COMUNIDADES BENEDICTINAS10

10
Estudiar por la lectura extra El monacato occidental (ss. IV-VI)

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Daniel Lamana
8- Las primeras invasiones y la transformación eclesial
1. Las primeras invasiones de los pueblos germánicos
con este evento comienza el final de la Hª Antigua de la Iglesia, que como llevamos
diciendo desde el inicio del curso, está muy ligada a la historia del mismo Imperio.
En el 395** se produce la división definitiva del Imperio de Oriente y occidente. La
inestabilidad interna y la amenaza externa provocará su derrumbe definitivo.
Los pueblos germánicos son sociedades bastante tribales, con poca infraestructura.
A finales del S. IV, se produce una etapa de glaciación. Los pueblos que vienen de
zonas más frías empujan a los pueblos limítrofes del Imperio, que empiezan a
presionar las fronteras: alanos, suevos, godos (ostrogodos y visigodos), francos,
anglos y sajones, etc.
El empuje de los hunos a los germánicos: los hunos germánicos empujan a los
pueblos del norte del imperio. Aunque no se nos piden para el examen, los
nombres de estos pueblos son importantes para entender el desarrollo de la
Iglesia en la Hª de las distintas regiones invadidas por ellos.
La vida en un poblado germánico: El Rhin y el Danubio marcan las fronteras con el
imperio. Son pueblos ganaderos y agrícolas, pero radicalmente violentos, como
se puede deducir de sus creencias religiosas.
Odín, el dios supremo de la guerra: un dios violento que engendra dioses violentos.
Para ellos, la única ocupación digna del hombre es la guerra, o en su defecto, la
caza. Lo demás, para las mujeres. Unido al panteón de dioses, adoran a diversas
fuerzas de la naturaleza y multitud de seres fantásticos (duendes, hadas, etc.).
La primera llegada germánica (406)
El asalto visigodo de Roma en el año 410 (Alarico): en el 410, tras la muerte de
Teodosio, y por tanto, de la división del Imperio, llega el rey visigodo Alarico
(arriano) y saquean la indefensa Roma.
Los reinos germánicos en el siglo V: en esta época tenemos a los suevos en Galicia
y norte de Portugal; Hispania y parte de Francia invadida por los visigodos; los
burgundios en la Galia; el norte de África por los Vándalos, Roma por los
ostrogodos.
Los visigodos entran en el 415 en Hispania. En el 450 los hunos llegan a Italia. En
el 452 el Papa León III se planta delante de Atila, que había llegado a las puertas
de la ciudad, y consigue que no la saquee.
Estos pueblos se han convertido ya de sus creencias al arrianismo. En el 380,
cuando el Imperio es fundamentalmente católico, los misioneros exiliados
arrianos ejercen su apostolado en las zonas más extremas del Imperio. Por
fortuna, a pesar de su fuerte empuje, no tienen una gran preparación. Se juntan
así las creencias arrianas, ya de por sí hostiles a la Iglesia, con la gran violencia y
empuje de estos pueblos.
Los obispos católicos mantienen su fe e intentan mantener la de su grey en este
difícil contexto.
El asalto vándalo de Roma en el año 455 (Gerserico): en el 428-30 llega a Hipona y
la destruye (muerte de S. Agustín). En el 455 Gerserico, al contrario que Atila, sí
que entra en Roma, y se produce el segundo saqueo.
Deposición de Rómulo Augusto por Odoacro (476**): en realidad, Rómulo
Augústulo, es traicionado por la guardia personal del emperador, Odoracro, rey
de los eruléos. El Basileus de Oriente aceptará su proclamación como rey de
Romanos. En este momento, lo que quedaba del imperio romano de occidente
se derrumba.
Comienza la Alta Edad Media, caracterizada por la división en multitud de
pequeños reinos.

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
2. La predicación arriana más allá del limes
La descomposición del Imperio: los senadores abandonan Roma y se retiran a sus
villae. No quieren sostener una ciudad que se hunde, y se retiran con sus familias
al campo. Algunos, de hecho, incluso se declaran emperadores. Los cristianos, en
este momento, a pesar de haber sido perseguidos por el Imperio, ya no saben
cómo se va a sostener la Iglesia sin el imperio (tan sólo 100 años después del
Edicto de Tesalónica).
Los bárbaros también son cristianos: la Providencia, sin embargo, tenía otros
planes. La expulsión de los arrianos al otro lado del limex en el 380**, reforzada
con la expulsión explícita de los no-católicos, llevará a muchos misioneros
arrianos (poco preparados) a evangelizar a los pueblos bárbaros.
Pablo Osorio, Hipona, sobre los bárbaros
“¿Quién sabe? Quizás los bárbaros han podido penetrar en el Imperio
Romano para que, en todas partes, en oriente y en occidente, las iglesias
de Cristo se llenaran de hunos, de suevos, de vándalos, de burgundios y
de otros pueblos. ¿No habría que alabar y celebrar entonces la
misericordia divina, ya que, gracias a nuestra ruina, tantas naciones han
conocido la verdad con la que no habrían podido entrar en contacto de
otra manera?” (Pablo Orosio, Historia contra paganos)
Como vemos, ya en aquel mismo momento, la situación se interpretó, en algunos
casos, con una mirada de fe, de confianza en la Providencia que guía la Hª. Quizá
esa misma expulsión de los arrianos al limex, esa invasión de éstos pueblos…
responde a un empujón por parte de Dios a la naturaleza misionera de la Iglesia
misma (cfr. Evangeli Nuntiandii). De hecho, ya en este momento se empiezan a
dar las primeras grandes conversiones por mano de excepcionales misioneros
católicos.
La predicación de Ulfila (311-383): en el norte de la Dacia (actual Rumanía), este
discípulo de Eusebio de Nicomedia (arriano), de origen godo, había sido hecho
obispo de Constantinopla en el 341 (donde reinaba Constante, arriano). Sus
orígenes lo empujan a desear la evangelización de su pueblo, y crea un alfabeto
para traducir la Biblia al godo, produce materiales para la evangelización y
prepara catequistas.
Empezando por los godos, otros pueblos del norte irán, poco a poco, conociendo
el cristianismo arriano.
La rápida expansión del arrianismo: Los católicos eran conscientes de este proceso,
y enviaron diversos misioneros, como S. Severino.
Con la llegada de los pueblos al territorio imperial, los extranjeros traen consigo
su religión. En algunos territorios, por ejemplo, se prohíben los matrimonios
mixtos.
El intento de conversión de los católicos en arrianos: los invasores, encabezados
por sus líderes, forzaron la conversión de los católicos mediante una cierta
persecución. La inferior preparación de los sacerdotes y obispos arrianos en
comparación con obispos como S. Leandro en la península, impidió en gran parte
la imposición del arrianismo. Éstos no tenían jerarquía ni vida monástica, y
obedecían a sus príncipes-obispos.
Relación violenta contra los católicos: hubo una persecución violenta, pues se
pretende añadir a la victoria militar, la religiosa.
El reino visigodo de Galia (breve persecución): En la zona limítrofe con el Rhin, se
van creando algunos reinos, precursores del Imperio de Carlomagno. En esta
región surgen los reyes merovingios, a quienes la leyenda medieval quería
atribuir la sangre de Jesucristo, quien, reclamaban, había tenido hijos con María
Magdalena, dando lugar a una dinastía que se sentía consagrada.

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Daniel Lamana
En esta época hay una muy mala relación entre arrianos y católicos. Pero
Clodovico, rey del reino franco, en una historia similar a la de Constantino, y de
esposa católica, se convierte en el 495, y convierte a su reino con él. Junto a su
reino, la fe católica se irá extendiendo, primero por la dinastía de los
merovingios, y luego de los carolingios (carolingio por el abuelo de Carlomagno,
Carlos Martell). En estos tiempos, los reinos se convierten con su rey, por la
patrimonialización del territorio.
Vándalos en África (sangrienta persecución)
Teodorico, rey ostrogodo (católico y arriano)
Burgundios (arrianos tolerantes)
3. La conversión del occidente bárbaro
Con la conversión del rey Clodoveo, bautizado por el obispo de Reims, extiende el
catolicismo junto con su reino. Expulsará definitivamente de la Galia a los visigodos,
que huirán a la Península. Es el primer rey de Europa en convertirse, lo que hará de
los reyes de Francia reyes cristianísimos.
Los francos
Clodoveo, fundador del reino franco (481-511)
La conversión de Clodoveo (495): en el 495 se convierte, y en el 496 se bautiza.
La evangelización franca sobre los paganos: la expansión de los francos, con la
conversión de Clodoveo, expande igualmente el cristianismo en una región llena
de paganos de corte naturalista.
Europa católica hacia el 540: en torno a esta época, los pueblos se van convirtiendo
al catolicismo, con la excepción de los visigodos de Hispania.
El Imperio de Justiniano (527-565): este emperador de Constantinopla era sobrino
de Justino, el emperador al que sirvió 40 años como lugarteniente. Después,
estuvo 38 años como emperador, lo que hace un total de 78 años asociado al
Imperio.
Viendo que el territorio del imperio occidental se desmorona, los vándalos
habían tomado África, e Hispania los visigodos, emprende una campaña de
reconquista del Occidente arriano, empezando por los ostrogodos de Italia y los
Vándalos del norte de África, llegando a las costas de Hispania.
Es en esta época cuando surgen Leandro y su familia, quienes ayudarán a la
conversión de Recaredo, precisamente en la costa de Cartagena.
Roma está destruida, con el Papa como única figura de referencia. Será Rávena
la ciudad italiana que importará el esplendor de Oriente hacia occidente.
Así, la conversión y expansión de Clodoveo favorecen el avance del catolicismo
por el norte, y la de Justiniano por el sur.
Gran Bretaña: la suya es una situación compleja. El cristianismo llega en el s. II (los
mártires de Lyon, etc.). En el s. IV tenemos el concilio de Arlés, en Galia, que nos
da la información de que en Gran Bretaña había sólo 3 obispos, cifra que nos
habla de la poca romanización y cristianización, en comparación con los 100 de
Italia y los 700 de África.
Respecto de la situación, son muy ilustrativos los muros de Adriano (122 d.C.) y
Antonino, que marcan el limex, más allá del cual no hay cristianos.
En el 380** los britano-romanos se convierten, con Teodosio, al catolicismo. En
el 407, se produce una invasión de pueblos germánicos, desplazados por los
hunos (Roma será atacada en el 410). En este momento, los militares abandonan
la isla para acudir a la defensa de la Urbe, quedando la primera desprotegida. 80
años antes de la caída del Imperio, Inglaterra queda abandonada. Había pocos
obispos, pocos romanos, y los que quedan, quedan abandonados.
Los britanos continentales

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Las invasiones de los pictos, iro-galos, anglos, jutos y sajones: desde la zona de
Dinamarca, estos pueblos, empujados por los hunos, invaden la isla de Inglaterra
hasta Escocia. Los romano-cristianos huyen a la Britania francesa y a Gales.
En Gales mantendrán una cierta independencia respecto de los anglos y sajones,
lo mismo que Escocia.
Los britanos franceses pasarán, desde allí, a Irlanda y Escocia, que no habían sido
romanas.
La evangelización de Escocia: se funda algún pequeño monasterio en este territorio,
poblado por los pictos.
La evangelización de Irlanda: muy interesante este proceso. S. Patricio, britano-
romano de origen, fue capturado por piratas irlandeses de niño. Cuando
consigue escapar, huye al continente. En Italia estudia teología, y desde allí es
enviado justamente a evangelizar la isla de la que había sido liberado.
Encuentra un país sin estructura diocesana, sin Imperio, sin ciudades. Así,
empieza a erigir monasterios por toda la isla, que se llena de cientos de ellos. Se
convierten en sedes episcopales, y las conversiones de los jefes de las tribus no
sólo llevan a la conversión de la tribu, sino que éstos mismos personajes dan las
dotaciones para la fundación de nuevos monasterios.
Se crea, de esta manera, una nueva estructura eclesial. Estos monasterios tienen
una regla muy estricta, con duras formas de penitencia. Practican la confesión
individual. Con la conversión de los pueblos al catolicismo se produce una forma
de entender el ministerio ordenado y la vida religiosa marcada por una fuerte
disciplina personal.
A destacar Columbano el viejo, que hace la peregrinación por Cristo,
renunciando incluso a la estabilidad. Desde el Norte de la isla de Gran Bretaña,
intenta conquistar a la fe católica a los escoceses y anglosajones, mediante la
creación de monasterios. Lo mismo hace Columbano el joven en Alemania.
En el pontificado de Gregorio Magno (590-604**), benedictino, encuentra en
Roma a los anglos, esclavos de los romanos, en el 590 (de estos anglos haré
ángeles para evangelizar a los anglos). Envía a jóvenes de Roma a evangelizar a
los anglosajones, cosa que no habían hecho los britano-romanos.
Así, tenemos un movimiento doble: desde el sur, monasterios benedictinos;
desde el norte, monasterios celtas. Europa se llena de monasterios. Con la
asunción de los monasterios celtas de la Regla benedictina, Europa se hace
benedictina.
Hispania visigoda: en el 380** todo el Imperio es católico. En el 415 entran los
visigodos poco a poco en la península. En el 476** cae el Imperio, quedando la
península en manos de los visigodos, con un único gobierno.
En el 517 Clodoveo expulsa de Aquitania (Tolosa) a los pocos visigodos que
quedaban allí, quedando Hispania convertida en un único reino visigodo (de
Toledo), y, por tanto, arrianos.
En el 527, Justiniano intenta reconquistar la ex-provincia imperial desde el sur.
Como ya hemos dicho, la familia de S. Leandro y S. Isidoro, futuros arzobispos de
Toledo y Sevilla nacen allí. S. Leandro acude a Constantinopla a hablar con el
basileus para que lo ayude en la evangelización de los visigodos.
En el 496 se convierte Clodoveo, con la consiguiente expansión del reino franco.
Durante 100 años el reino visigodo en la Península persigue a los católicos. Con
ayuda de S. Leandro y el apoyo de Justiniano, Recaredo de convierte en el 586-
7, y el reino visigodo de Toledo con él. De hecho, dos años después, se produce
el III Concilio de Toledo (589), donde se proclama definitivamente la fe católica
en España.
En el 711 se produce la invasión musulmana.

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Daniel Lamana

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Hª de la Iglesia antigua – J. A. Calvo
Anexo I: Fechas para el examen
36/37 d.C. Martirio de S. Esteban
42/44 d.C. Martirio de Santiago el Mayor en la persecución de Herodes
48-50 d.C. Concilio de Jerusalén
64-67 d.C. Persecución de Nerón
67 d.C. Martirio ss. Pedro y Pablo (Nerón)
70 d.C. Destrucción de Jerusalén y del Templo por las tropas de Tito
249-251 d.C. Persecución de Decio
257-258 d.C. Persecución de Valeriano (crisis s. III)
258 d.C. Muerte de S. Cipriano de Cartago (persecución de Valeriano)
303-304 d.C. Persecución de Diocleciano.
*312 d.C. Batalla del puente Milvio
313 d.C. Edicto de Milán
325 d.C. Concilio de Nicea
380 d.C. Edicto de Tesalónica
381 d.C. Concilio de Constantinopla
395 d.C. División definitiva del Imperio Romano (por Teodosio)
*430 d.C. Muerte de S. Agustín
476 d.C. Caída del Imperio Romano de Occidente
*480 d.C. Nacimiento de S. Benito de Nursia
590-604 d.C. Pontificado de Gregorio Magno

*Las tres fechas marcadas con asterisco no se señalaron durante el curso pero el profesor consideró que eran lo
suficientemente importantes como para preguntarlas en el examen de febrero de 2020.

Anexo II: Examen


Constará de:
1 tema muy largo (a elegir entre 2): no son propiamente temas del manual. Deben ser construidos por el alumno
con ideas de los diversos temas del manual. Se puede incluir el material de las clases, pero también lecturas y
conocimientos propios.
- Extensión: 5 folios por las dos caras. Se debe ver claro el esquema, la dirección de la respuesta. Para ello ayuda
subrayar palabras clave.
2 temas breves (a elegir entre 3):
- Extensión: 2 caras por tema (máximo), pero bastaría una cara por tema.
1 pregunta de comparación: es de lo más difícil del examen. Implica conocer muy bien ambos términos de la
comparación.

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