Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Folleto-Hora-Santa Eucaristica-Los Discipulos de Emaus
Folleto-Hora-Santa Eucaristica-Los Discipulos de Emaus
EUCARÍSTICA
Lc 24,13-35
[1]
Introducción
[2]
Hora Santa I
Canto
Exposición del
Santísimo
Meditación personal
Canto de meditación
[5]
Sería interesante descubrir en este momento cuál es mi Emaús y
darle nombre.
Canto de meditación
[6]
Nuestros dolores generalmente están unidos a las pérdidas. Pero
hay muchas formas de pérdidas. A veces son pérdidas de personas,
pero también hay otras cosas que podemos perder: a veces, la
intimidad, la seguridad, la inocencia, el amor, el hogar, los hijos…
a veces hemos perdido nuestros sueños, metas e ilusiones y
preocupados, angustiados, somos incapaces de hablar de cosas
lindas. Por eso en este momento pidamos al Señor nos conceda
tener siempre un corazón que hable siempre de las bondades que
de Él recibimos, pidamos al Señor nos acompañe siempre en el
camino y nos conceda llevarlo siempre a los demás, que las
dificultades de la vida no nos inquieten, sino más bien nos ayuden
a cercarnos más y más al Señor.
Canto
Oración final: Te damos gracias Señor por esta hora que nos has
permitido poder estar contigo en tu presencia viva y resucitada en
el Santísimo Sacramento del Altar, te pedimos Señor que nos
acompañes en el camino de la vida como acompañaste a los
discípulos de Emaús, que nosotros también podamos experimentar
tu presencia y sobre todo que no seamos ciegos ni lentos para
conocerte, ayúdanos a reconocerte lo antes posible y permite que
seamos agradecidos por todo lo que recibimos de Ti, aumenta
nuestra fe y permite que podamos amarte y desear nuevamente
estar junto a Ti, que vives y reinas con el Padre en unidad del
Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Canto final
[7]
Hora Santa II
Canto
Exposición del
Santísimo
Oración inicial:
Amado Jesús
Sacramentado,
nuevamente estamos
ante Ti, para
agradecerte por la vida
que nos das, para darte gracias por tu resurrección porque a través
de ellas nos enseñas que la muerte no es el final de la vida, sino el
comienzo de una nueva vida a tu lado, para contemplar tu gloria y
tu poder. Te pedimos Señor que nos acompañes y que este día nos
permitas experimentar como tu mano nos protege, como tu amor
nos acompaña y tu misericordia nos rodea. En tus manos ponemos
esta Hora Santa que vamos a dirigir delante de tu presencia viva en
la Hostia consagrada, donde por amor a nosotros te has querido
quedar para mostrarnos el amor tan grande que nos tienes a pesar
de nuestras dificultades y muchas veces de nuestra poca fe, te
pedimos Señor que nos ayudes y nos des la gracia que necesitamos
para poder seguir adelante en nuestra vida, danos valor, danos
entrega, danos fidelidad a Ti y a tus mandamientos. Que en esta
Hora Santa podamos verdaderamente sentirte y experimentar tu
presencia entre nosotros, preocupado por lo que nos pasa en la
vida, concédenos sabernos siempre acompañado y auxiliados por
tu misericordia, concédenos poder abrirnos a Ti para contarte lo
que nos pasa, para que así podamos encontrar el consuelo y la
compañía que necesitamos de Ti para seguir luchando y avanzando
[8]
en el camino hacia la vida eterna. Te lo pedimos a Ti que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Canto
Meditación personal
Canto de meditación
[10]
Canto de meditación
Canto
Canto final
[12]
Hora Santa III
Canto
Exposición del
Santísimo
Oración inicial:
En esta hora Santa
nos dirigimos
nuevamente a Ti,
Jesús
Sacramentado
para darte gracias
por todo lo que recibimos de tu bondad y misericordia, queremos
pedirte perdón por la veces que no creemos desde el primer
instante posible todo lo que Tu eres capaz de hacer en nuestra vida,
muchas veces nos pasa como a los discípulos de Emaús, no
creemos, desconfiamos de lo que nos dicen acerca de Ti, pero hoy
Señor, queremos pedirte que aumentes nuestra fe y que nos ayudes
a creer cada día más y más en Ti, que no desconfiemos de tu
palabra y de las promesas que nos has hecho, Tú estás vivo, y te
muestras ante nuestros ojos en la Santa Eucaristía, donde te
quedaste para acompañarnos y para demostrarnos que eres grande
y que tu amor es para todos los que en Ti creen y esperan,
ayúdanos pues, Señor a descubrirte vivo y resucitado en nuestras
vida y concédenos la gracia de no dudar de tu presencia resucitada
verdaderamente presente aquí en el Santísimo Sacramento del
Altar. Te lo pedimos, Señor, a Ti que vives y reinas por los siglos
de los siglos. Amén.
Meditación personal
Canto de meditación
[15]
por más claro que se les aparezca. ¿Qué nos impide muchas
veces a nosotros reconocer a Jesús que camina a nuestro
lado?
La esperanza que ellos habían tenido, pequeña y a su
medida, no les deja aceptar la gloria y el gozo de la
resurrección. ¿No será que los intereses personales y
muchas veces egoístas se anteponen a los intereses del
reino?
¿Sería conveniente y oportuno dejarse penetrar por las
palabras de Jesús, para reconocer nuestras debilidades, que
no permiten ver claramente al Señor?
Canto de meditación
Canto final
[17]
Hora Santa IV
Canto
Exposición del
Santísimo
Oración inicial:
Estamos
nuevamente Señor
ante tu presencia
Eucarística,
queremos darte
gracias por lo que
este día nos has permitido realizar a lo largo de nuestra jornada,
gracias porque al final de la misma, podemos encontrarnos
contigo, gracias porque hoy podemos acercarnos a Ti
verdaderamente presente ante nuestros ojos, en tus manos ponemos
todas nuestras intenciones y necesidades y te pedimos las atiendas
favorablemente, según sea tu voluntad, danos la fuerza que
necesitamos para continuar nuestro caminar, fortalece nuestro
corazón para que no tengamos miedo de enfrentarnos a nuestra
propia realidad, danos un corazón como el tuyo y quédate siempre
con nosotros, Tú eres nuestro Señor y Salvador, Tú eres nuestra vía
y nuestra verdad, Tú eres el más grande y omnipotente en quien
siempre ponemos nuestra esperanza, Tú eres el dueño y Señor de
nuestras vidas, a tu voluntad nos acogemos. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
[18]
Canto
Meditación personal
Canto de meditación
[19]
comprender, su corazón había comenzado a arder, sus vidas se
estaban empezando a transformar.
Profesión de fe…
[20]
Canto de meditación
Canto
Canto final
[22]
Hora Santa V
Canto
Exposición del
Santísimo
Oración inicial: Te
adoro con
devoción, Dios
escondido, oculto
verdaderamente
bajo estas
apariencias, A ti se somete mi corazón por completo y se rinde
totalmente al contemplarte. Al juzgar de ti, se equivocan la vista, el
tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo
lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta
palabra de verdad. En la cruz se escondía sólo la Divinidad, pero
aquí se esconde también la Humanidad; creo y confieso ambas
cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido. No veo las
llagas como las vio Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que
yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame. ¡Oh
memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre:
concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu
dulzura. Señor Jesús, bondadoso pelícano, límpiame a mí,
inmundo, con tu Sangre, de la que una solo gota puede liberar de
todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien veo oculto, te
ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara
a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.
[23]
Canto
Meditación personal
Canto de meditación
Canto
Canto final
[26]
Hora Santa VI
LA CONVERSIÓN VERDADRA
Canto
Exposición del
Santísimo
Oración inicial: Te
alabamos Señor, te
bendecimos y te damos
gracias por el don tan
grande que nos has
concedido de quedarte con nosotros en la Eucaristía, gracias Señor
porque sabemos que desde este Sacramento nos ves y contemplas
los latidos de nuestro corazón que late sin cesar de amor por Ti,
gracias por amarnos y por llamarnos para estar junto a tu presencia
real, viva y verdadera en el Santísimo Sacramento del Altar,
acompáñanos en esta hora y concédenos la gracia de encontrarnos
contigo, ayúdanos a ser como Tú, enséñanos a ser misericordiosos
como Tú y el padre los son, que nosotros podamos amarte en los
demás y que en este día podamos renovar nuestras fuerzas
desgastadas por los cansancios y carreras y angustias de este día,
líbranos siempre del mal y acompáñanos en el camino como
acompañaste a los discípulos de Emaús, que podamos encontrarte
y así iniciar y continuar con nuestro proceso de conversión, que
cada día, podamos morir a nosotros mismos y podamos renacer a
Ti y que de ese renacer contigo brote en deseo de llevarte y
transmitirte a los demás, especialmente a aquellos que se han
alejado y no creen en Ti, que con nuestro propio testimonio de vida
podamos acercar a más personas a tu camino, te lo pedimos a Ti
Jesús Sacramentado que estás presente ante nuestros ojos y vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
[27]
Momento de silencio para ofrecer al Señor nuestras intenciones
y necesidades…
Canto
Meditación personal
Lucas 24, 32
Canto de meditación
He aquí que el punto central de este relato nos muestra sin dejar
duda alguna, sin ocultar detalle, de cómo la conversión, la
verdadera conversión proviene de ese encuentro personal e íntimo
con Cristo. Estar en la presencia misma de Cristo resucitado es
aquel suceso portentoso, pero oculto, de cómo un corazón deja de
ser de piedra y se hace carne. (Ez 11,19).
[28]
La conversión verdadera consiste entonces en experimentar en la
Palabra del Señor, la misma presencia de Dios que nos acompaña,
nos guía, nos escucha y quiere que cada día seamos mejores y
vivamos de acuerdo a lo que Él nos enseña en su Palabras, también
de acuerdo a lo que la doctrina de la Iglesia Católica nos enseña
como camino para encontrarnos con el Señor. La conversión
consiste en un cambio profundo de mentalidad y al cambiar nuestra
mente también cambia y transformamos nuestro corazón, tenemos
que esforzarnos por hacer en nuestra vida un verdadero cambio de
mente y de corazón, esforcémonos por buscar siempre el encuentro
con el Señor y pidámosle a Él nos conceda la gracia de sentir
siempre que Él camina a nuestro lado, que nunca nos deja solos, se
hace el desconocido, nada más para medir nuestra capacidad de
actuar y tomar buenas decisiones en la vida, lo hace para evaluar
cómo está nuestra fe en Él. Pidamos al Señor nos de la gracia de
esforzarnos cada día por alcanzar la conversión verdadera de la que
hoy hemos hablado en esta Hora Santa.
Canto de meditación
Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido, insisto
una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros
los que nos cansamos de acudir a su misericordia. Meditemos un
momento las siguientes cuestiones ante Jesús Sacramentado.
Canto
[30]
Oración final: Gracias Señor por permitirnos formar parte de tu
familia en la Iglesia, gracias por permitirnos este día poder haber
estado delante de Ti, gracias porque nos permites adorarte, porque
verdaderamente hemos sentido como tu Palabra hace arder nuestro
corazón herido muchas veces por las dificultades de la vida,
gracias Señor porque estar contigo es experimentar tu amor, tu
bondad y tu misericordia, gracias por este don tan grande de tu
amor, acompáñanos, guárdanos, defiéndenos, sé Tú nuestro mayor
consuelo, sé Tú la fuente donde nosotros podamos saciar nuestra fe
para que, nosotros con nuestra propia vida podamos conducir a los
demás. Gracias por esta Hora Santa que nos has permitido vivir,
inflama nuestro corazón con tu amor y danos siempre el deseo de
buscarte y estar siempre junto a Ti que eres Dios y vives y reinas
con el Padre en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los
siglos. Amén.
Canto final
[31]
Hora Santa VII
Canto
Canto
[32]
Meditación personal
Canto de meditación
Canto de meditación
El Señor nos llama para ser parte de su familia y por eso tenemos
que reconocerlo resucitado entre nosotros, no tardemos tanto, no
seamos como los discípulos de Emaús que habían caminado
mucho tiempo con Él y no lo reconocieron, reconozcámoslo
presente aquí entre nosotros, reconozcámoslo presente en cualquier
momento de nuestra vida, especialmente reconozcámoslo presente
en nuestros hermanos e incluso en nosotros mismos. Jesús ha
resucitado y por eso estamos alegres, Jesús está aquí y quiere que
[34]
nosotros al reconocerlo como los discípulos de Emaús, seamos
capaces de ir y de anunciar esta gran noticia a los demás, incluso a
aquellos que no creen, a ellos también tiene que llegar esta gran
noticia.
Pidamos al Señor que nos acompañe siempre en nuestra vida, que
sea Él quien guíe nuestro caminar y sobre todos que nos ayude a
encontrarnos siempre con Él, con su presencia viva y resucitada,
verdaderamente presente entre nosotros en el Santísimo
sacramento del Altar. Hagamos nuestras las siguientes preguntas y
respondámoslas desde lo más profundo de nuestro corazón,
hablando con Jesús y diciéndole cuanto lo amamos y el deseo que
hay en nuestro corazón de estar siempre con Él.
El señor ha resucitado…
¿Tu también te has encontrado con Él?
¿Qué esperas?
Corre a dar la gran noticia…
Canto
[35]
servirte, amarte y seguirte, haciéndote presente a los demás con
nuestras obras y con nuestro propio testimonio de vida. Te lo
pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Canto final
[36]