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Análisis de los cánones de belleza masculino y

femenino
EGIPTO (2955 a.C– 332 a.C.)
En Egipto la belleza consiste en armonía, perfección y frontalidad. Utiliza el puño
como unidad de medida. La estatura perfecta está en 18 puños: 2 para el rostro, 10
desde los hombros hasta las rodillas y 6 para las piernas y los pies. El canon de belleza
femenino dicta que la mujer debe ser delgada, con pequeños miembros pero de caderas
anchas. Suele ensalzar su belleza mediante joyas y bisutería. 
Las preocupaciones estéticas, tanto en mujeres como en hombres, por las arrugas de la
piel les llevan a emplear, diferentes cremas que realizan mezclando diferentes
ingredientes naturales. Encontramos también en Egipto los primeros indicios del
maquillaje, sobre todo en lo que se refiere a los ojos perfilados de negro, no solo lo
hacían para verse bien, sino también para hacer alusión al dios Horus (Horus "el
elevado", dios celeste en la mitología egipcia. Se le consideró iniciador de la civilización
egipcia.)

GRECIA (VIII a.C– I a.C.)


La escultura griega tiene una gran influencia de la escuela Pitagórica a la hora de crear
sus obras. Los griegos relacionan la belleza y la armonía directamente con las
matemáticas. En Grecia la belleza está directamente relacionada con lo bueno y lo
justo, por ello sus obras de arte alcanzan la mayor perfección posible y se basan en
convencionalismos. Las figuras no representan ideales humanos hasta la etapa
Helenística, en la que la escultura cobra importancia el retrato y las obras alcanzan
mayor realismo. La simetría era la característica del arte griego.
El canon principal de la belleza griega, es el implementado por Policleto (S. V a.C.), el
escultor más importante de la Antigua Grecia. Su obra más característica es el
Doríforo, portador de lanza. Escultura siempre respetando la armonía.. Policleto
instaura el canon de 7 cabezas. El canon de la mujer lo plasma en su obra Amazona
herida.
Las esculturas de las mujeres (naturalistas, pero no realistas) representan a mujeres
más bien robustas y sin sensualidad, ojos grandes y almendrados, la nariz afilada, boca
y orejas de tamaño medio, las mejillas y el mentón ovalados. El ideal masculino está
basado única y exclusivamente en los atletas. Se les atribuyen cualidades comunes a los
dioses: equilibrio, voluntad, valor, control, belleza.
El canon de belleza griego será adquirido del mismo modo en el Imperio Romano
durante cuatro siglos aproximadamente.

EDAD MEDIA (V d.C – XV d.C)


La belleza depende de la intervención de Dios como consecuencia del auge del
cristianismo: si se considera bello algo, es porque ha sido una creación divina. La
belleza material es externa, física o sensible y es una cualidad que se marchita con el
tiempo, al contrario que la belleza espiritual  que permanece en el interior de las
personas. El ideal de belleza es impuesto por las invasiones bárbaras que muestran la
belleza nórdica de ninfas y caballeros en la pintura. La fe y la moralidad cristianas
imponen un recato en las vestimentas. En la Caída de Adán y Eva o El Juicio final, los
cuerpos se esquematizan al máximo para quitarles cualquier matiz de sexualidad.
Destaca también la práctica desaparición del maquillaje, que se consideraba contrario
a la moral cristiana ya que desfigura lo que Dios había creado, lo que contrasta con el
uso de maquillajes excesivos utilizados en épocas anteriores como la egipcia. 

La mujer medieval muestra blancura en la piel, cabello rubio y largo, aunque suele
estar recogido, rostro ovalado, ojos pequeños y vivos, nariz y labios pequeños y
rosados, torso delgado de complexión: caderas estrechas, senos pequeños y firmes, y
manos blancas y delgadas. La blancura de la piel es un símbolo muy importante ya que
connota la pureza de la mujer y al mismo tiempo un símbolo de la procedencia del
norte de Europa. 

Las vírgenes medievales presentan también estas mismas características:

  “En cuanto a la nobleza y a la belleza de las mujeres, se trata de que tengan cuatro
cosas muy negras: el pelo, las cejas, las pestañas y los ojos; cuatro muy coloradas:
las mejillas, la lengua, las encías y los labios; cuatro muy blancas: el rostro, los
dientes, el blanco de los  ojos y las piernas; cuatro muy estrechas [pequeñas]: los
orificios de la nariz y de los oídos, la boca, los pechos y los pies; cuatro muy
delgadas;: las cejas, la nariz, los labios y las costillas; cuatro muy grandes: la frente,
los ojos, los pechos y las nalgas; cuatro muy redondas[…]” (Speculum al foder, pág
54)

Descripción esquematizada:

1. Estatura media 2. Que sea una dama 3. Cabeza, orejas, dientes, labios, boca, pies,
manos y senos pequeños. 4. Nariz delgada. 5. Cuello largo. 6. Pelo sea rubio natural.  7.
Cejas delgadas, elevadas y no juntas. 8. Depilada. 9. Piel blanca.  10. Ojos claros y
brillantes. 11. Labios y encías rojos.

En cuanto a los hombres: son representados como caballeros guerreros del mismo
estilo que los de las novelas románticas: pelo largo (simbolismo de fuerza), virilidad y
libertad. La descripción responde a la de un caballero con armadura; alto, delgado,
fuerte , vigoroso y esbelto. Pecho y hombros anchos, piernas largas y rectas como señal
de elegancia, manos grandes y generosas como símbolo de habilidad con la espada.
La descripción de una mujer joven, de cabello rubio, cara ovalada, frente blanca, cejas
negras y perfiladas, nariz recta y armónica, mejillas y labios rojizos, dientes juntos y
pequeños, cuello largo y firme, grandes pechos blancos, manos delicadas y cintura
delgada. Es hija de una tradición que está penetrando en la España prerrenacentista a
través del Humanismo italiano, que no la inventa, sino que la extrae de la recuperación
de los clásicos griegos. Cuando hablamos del modelo de belleza femenina que enfrentó
a dos ciudades e inspiró la más famosa obra de la antigüedad griega nos referimos a la
bella Helena de Troya.

RENACIMIENTO (XIV d.C)

En el Renacimiento vuelve al ideal de belleza plasmado en el mundo griego, aunque


con innovaciones. El autor más importante es Leonardo Da Vinci. Representa la
proporción áurea con el número 1’618: la máxima belleza y perfección, la belleza
divina. 
En el canon de belleza masculino destaca la importancia del ejercicio físico para
moldear el cuerpo: un hombre fuerte y musculado, similar al de la Antigua Grecia.
David de Miguel Ángel es la escultura representativa de esta época.

EL BARROCO (XVII d.C -XVIII d.C) 


En esta etapa la apariencia es la principal característica de la belleza. Destaca el uso y
abuso tanto de perfumes, carmines, lunares postizos o pintados y peinados muy
huecos. Nació la palabra “maquillaje” y se extendió por varias lenguas.

El ideal de belleza femenino se clasificaría como artificial. Se pueden imaginar bajo las
vestimentas unos cuerpos más rellenitos que en épocas anteriores (pechos más
voluptuosos alzados por corsés, caderas anchas y cinturas estrechas, hombros
estrechos y brazos redondeados y carnosos). La piel blanca sigue siendo un referente
de belleza. De los hombres destaca mucho el pelo, muchas veces con peluca; la piel
muy blanca y las mejillas rosadas.

NEOCLASICISMO(XVIII d.C- XIX d.C)


En Pleno Siglo de las Luces en Europa Italia se convirtió en el referente para establecer
un cánon de belleza: el ideal de belleza de la antigüedad y de la antigua Roma eran los
referentes. En la pintura destacó Jaques-Louis David, que reprodujo los principales
hechos de la revolución y exaltó los mitos romanos, a los que se identificó con los
valores de la revolución.

ROMANTICISMO (finales XVIII y mediados XIX)

Nace en Reino Unido y Alemania. Se opone totalmente a la etapa anterior. Rompe con
el clasicismo. Le da prioridad a los sentimientos y por ello rompe con las normas
estrictas del arte y belleza griegos. Este movimiento artístico y cultural es una manera
de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre que se representa de manera
distinta y particular en cada país donde se desarrolla. Aunque dentro de una misma 
nación se pueden manifiestar diferentes tendencias inspirándose en todas las artes.
La belleza se experimenta directamente, no es una belleza estética y armónica, sino
cambiante. Bello puede ser todo, lo feo, lo grotesco, lo extravagante, lo horrendo…
Supuso un auténtico culto a la irracionalidad.

SIGLO XX
En muchas de las décadas no se menciona el canon masculino. Es un canon que se
mantiene fiel al griego, por ello no reiteramos la descripción.
Años 10

Tras la guerra la mujer quería parecer enigmática y peligrosa. Su corte de pelo era
masculino contrastado con el uso de maquillaje. Un ejemplo de iconos de belleza
fueron Isadora Duncan y Mata Hari.

Años 20
Los hombres de esta década siguen manteniendo las características principales de la
década anterior. Se puede considerar como revolución del canon que la piel negra
empezó a considerarse algo muy bello. 
Las mujeres de hombros anchos y caderas delicadas, altas y delgadas.

Años 30

La mujer debía ser delgada, femenina, con aspecto atlético y cuidado. Looks con
encanto, sensualidad y misterio. Belleza madura de movimientos felinos y mirada
dormida; la mujer sacaba provecho de su cuerpo y no lo ocultaba por prejuicios
morales.
Lucir la piel morena era la tendencia. Se priorizaba la belleza interior. Greta Garbo.
mujeres de hombros anchos y caderas delicadas, altas y delgadas como una esfinge
egipcia. la espalda, la que era resaltada por prominentes escotes y que provocaba el
delirio masculino. 
Años 40

Tendencia a los colores oscuros, aunque no es de uso "obligado", como consecuencia


de la influencia en la sociedad de la II Guerra Mundial. Se sigue llevando la mujer
esbelta.

Años 50
Los modelos a seguir Marilyn Monroe o Sofía Loren, mujeres muy anchas de cadera,
con redondeadas y voluptuosas piernas, además de pechos grandes. La cintura muy
estrecha, lo que definía una silueta muy contrastada abandonando el gusto por lo
masculino.. La palidez dejó de llevarse, se pretendía una piel bronceada. La publicidad
comenzó a difundir hábitos de belleza e higiene, enfatizando el cuidado del cuerpo.

Años 60
La delgadez extrema era considerada como algo necesario para ser una “chica 10”. En
esta época no existió un giro en el cánon sino que los Mods, los Rockers y los Hippies.
Con el movimiento hippie surgió un canon desaliñado en el que el vello facial y
corporal estaban bien vistos. Las mujeres y los hombres hippies no cuidaban su imagen
personal ni su higiene.

Twiggy

Años 70

Mujeres con estrechas caderas como Paris Milton o Twiggy, fueron el prototipo de
belleza. El cuerpo de la mujer se ve cada vez más delgado y estilizado, influido por
las vanguardias, las modas de la alta costura y la irrupción en las pasarelas de
nuevos diseños. Melenas con volumen. Sombras de ojos coloridas.

Años 80

El cuerpo se muestra cada vez más y ya no sólo en verano. La gente comienza a


preocuparse más por su salud física: empiezan a expandirse los gimnasios, a luchar
contra el alcohol y el tabaco. Las mujeres que marcan el ideal de belleza en esta época
son: Claudia Schiffer, Naomi Campbell y Elle McPherson.

Preferencia por la delgadez extrema y los cuerpos rectos, más parecidos a los del
hombre como consecuencia de la importancia de la mujer en la sociedad .

Años 90
Se comienza a hablar de bulimia y anorexia, trastornos alimenticios fruto, en cierto
modo, del canon de belleza casi imposible y reinante y que muchas mujeres pretendían
alcanzar. La delgadez extrema llegó de la mano de Kate Moss.

Siglo XXI
Aparece el concepto de "metrosexual" (proveniente de otros países), que hace
referencia a aquellos hombres que se cuidan igual o más que una mujer. Destacan
David Beckham, George Clooney ó Brad Pitt. 
En cuanto a la mujer, el canon de belleza se establece en mujeres altas y
extremadamente delgadas que poseen cualidades relacionadas con la juventud y con
capacidad de procrear, lo que convierte a la mujer en persuasiva, deseable y con éxito
social. Búsqueda de unas medidas del cuerpo 90-60-90 con el pelo rubio y aspecto
frágil. Se busca una figura esbelta, con senos firmes, simétricos y sólidos, con una
altura superior a la media, piel tersa y bronceada, ojos grandes, nariz pequeña, boca
grande y labios gruesos, vientre liso, pelo largo, piernas largas y torneadas y, sobre
todo, tener menos de treinta años. Vivimos en la sociedad que anhela la eterna
juventud: la figura firme, la forma intacta y el resto de la vida por delante para cumplir
los grandes sueños.
En la actualidad tanto hombres como mujeres pasan horas en el gimnasio y siguen
dietas para conseguir un cuerpo delgado, ágil y esbelto que demuestre a los demás que
pueden consumir alimentos escogidos y tienen tiempo suficiente para ir al gimnasio.
Se siguen usando cosméticos, y además se arriesga cada vez más la vida en operaciones
de estética. 

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