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COMUNICACION ORAL Y ESCRITA

IenS UMG QUETGO


martes, 16 de julio de 2013
Lenguaje, lengua...

UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ


QUETZALTENANGO

LENGUAJE, LENGUA, HABLA

Introducción:

El ser humano es por antonomasia un ser social y, en consecuencia tiene necesidad de


comunicarse con sus semejantes, la comunicación es el eje que se basa l vida social de la
humanidad

Todos participamos continuamente en diversos actos de comunicación: así la


conversación, el saludo, un piloto intermitente, el disco de un semáforo, el silbido de una
locomotora o la etiqueta de un producto, son diferentes signos que nos proporcionan
diversos tipos de información de un punto a otro.

Más exactamente, se trasmite de una fuente o emisor o un destino o receptores, entre


esto dos polos de información se desplaza a través de una vía un medio o un canal

Ejemplo una comunicación telefónica, por medio de las ondas radioeléctricas; en una
comunicación oral.

En una comunicación escrita, por medio del papel la carta o el libro. El contenido que se
comunica o se transmite, es decir, la información que el emisor envía al receptor. Circula
en forma de mensaje.

LENGUAJE

Todo sistema o Código que sirve para representar, EXPRESAR O COMUNICAR UN


MENSAJE ES LO QUE LLAMAMOS LENGUAJE.
En el sentido más general del término. No solo la especie humana posee esa facultad,
sino también un Buen número de especies animales.

Se puede afirmar que existen diversos lenguajes que emplean signos muy distintos.

      ACUSTICOS: sirena de una ambulancia.


      ÓPTICOS: la luz de un semáforo
      TACTILES: como un beso o un apretón de manos

También se define como lenguaje a la capacidad para comunicarse mediante códigos o


sistems que pertenecen a campos específicos de la actividad humana, así podemos hablar
entre otros, de los lenguajes informáticos de los ordenadores, del “ lenguaje
matemático” de las ciencias o del lenguaje metafórico de la poesía.

Sin embargo, el lenguaje primordial EL LENGUAJE VOCAL HUMANO: La facultad


que posee el hombre para comunicar sus pensamientos y sentimientos, a través de un
código de sonidos articulados producidos oralmente y organizados según un sistema
gramatical.

Esa capacidad de poder comunicarnos oralmente es común a todas las personas. La


estamos ejerciendo por ejemplo al dialogar con un amigo, puesto que empleamos un
sistema de signos acústicos que ambos conocemos y sabemos interpretar.

Es una capacidad que posee tanto un japonés como un italiano, un español, un


australiano o un chino, ni un australiano o un chino sin embargo, ni un japonés puede
entender a un italiano o a un chino y viceversa, a no ser que previamente el que habla o
escucha haya aprendido el idioma de su interlocutor.

En efecto, no se debe confundir el lenguaje, esa capacidad común a todos los seres
humanos, con la lengua que se habla en cada nación, país o comunidad hace uso de dicha
facultad; la lengua es el sistema convencional de signos que emplea la comunidad
lingüística como instrumento propio………..
LENGUAJE, LEGUA, HABLA
•          LENGUA

•          Conjunto de signos y reglas que utiliza una comunidad para comunicarse.

•          LENGUAJE

•          Forma de comunicarse.

•          HABLA

•          Facultad de hablar, acto individual del ejercicio del leguaje.

•          DIALECTO

•          Variantes o modalidades regionales de una legua.

•          ADSTRATO

•          Legua que ejerce influencia sobre otra .

•          SUSTRATO

•          Estrato que subyace a otro y sobre el cual puede influir.

Niveles del Leguaje


NIVELES DEL LENGUAJE

UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ, QUETZALTENANGO


CURSO COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA
NIVELES DEL LENGUAJE: COLOQUIAL, ESTADARIZADO, CULTO

Nivel coloquial

Se llama nivel coloquial al empleo del lenguaje en un contexto informal, familiar y distendido.
Coloquio es sinónimo de conversación. Por extensión, el lenguaje coloquial es el que,
independientemente de la profesión o estatus social del hablante, se utiliza en la conversación
natural y cotidiana.

En nuestra forma cotidiana de hablar solemos usar un lenguaje llano, carente de sofisticaciones y
no necesariamente ceñido a la gramática castellana. Esto no es indicio de deficiencias culturales;
al contrario, es un conjunto de herramientas que nos proporciona el idioma para lograr una
comunicación rápida y directa con nuestros semejantes.

CARACTERÍSTICAS GENERALES
•ORALIDAD: El hecho de ser una variedad de comunicación oral hace que sea un lenguaje más
relajado y permite :

◦las repeticiones, las redundancias: Y yo le dije a ella, le dije, yo no te quiero volver a ver a ti en la
vida.

◦las elipsis y las frases inacabadas: Ella, que vayamos y nosotros, que no. ¡Llevo un susto...!

◦También tiene mucha importancia la entonación, que suele ser variada (interrogativa, exclamativa,
enunciativa) y truncada (puntos suspensivos): ¡Si yo te contara...!

◦Las oraciones suelen ser cortas y sencillas.

◦Abundan las onomatopeyas (apoyadas por los elementos de comunicación extratextuales (gesto,
tono, situación, expresión facial...): juajua, catacloc.

◦Abundan las contracciones (pa qué)a

◦Son frecuentes los rasgos de pronunciación dialectal: seseo y ceceo en el Sur, aspiración de la "s"
(ej que)...

•ESPONTANEIDAD e IMPRECISIÓN: Hace que en esta variedad del lenguaje utilice un código
poco elaborado en el que aparezcan impropiedades y una pronunciación relajada.

◦Uso del artículo ante antropónimos: El Juan me ha dicho que vaya.

◦Incoherencias en el discurso debidas a la improvisación: cambios de tema, razonamientos


inacabados...

◦Pobreza léxica: uso de palabras poco precisas (palabras comodín: tema, hacer, cosa...) y
repetición de términos.

◦Incorreciones léxicas e interferencias: "No hago servir el libro", "Enchega la luz"

◦Empleo de palabras apocopadas: mates, filo, profe, cate...

•EXPRESIVIDAD: Predomina la función expresiva, hecho que implica el uso de palabras y


enunciados que tienen bastante carga expresiva, afectiva o emotiva:

◦Abundan los sufijos apreciativos (aumentativos, diminutivos y despectivos): grandote, manitas...

◦Uso frecuente de interjecciones: ¡Tu padre! ¡Menudo lío!

◦Empleo frecuente de pronombres personales y deícticos que hacen referencia sobre todo al
emisor: "Tú eso, a mí no me lo repites en mi cara" "Te lo digo yo"

◦Uso de comparaciones humorísticas: Tienes menos futuro que el Fary en la NBA, trabajas menos
que el sastre de tarzán, Te pierdes más que el alambre del pan Bimbo.
◦El contexto familiar y la intención comunicativa hacen que abunden las expresiones procedentes
de jerga y argot: dabuten, guay, me estás rallando, pringao, ...

•CONTACTO CON EL EMISOR: El lenguaje coloquial se caracteriza por el apoyo de los códigos
extratextuales y el uso de una fraseología formulística propia de las funciones fática y apelativa del
lenguaje (por las que se establece, mantiene y estimula el contacto con el receptor) en la que
abundan:

◦modismos, frases hechas, refranes: como Pedro por su casa, sin ton ni son...

◦saludos, apelaciones, vocativos (a veces, insultos cariñosos): tía, chaval, capullo, ¿qué pasa?,
¿qué hay?

◦felicitaciones: chachi, tope, total, genial, guay, super...

◦expresiones eufemísticas: Ostras, jo, jolín, jolines, le llegó la hora, voy a cambiar el agua al
canario...

◦Uso de muletillas: o sea, ¿me explico?, bueno..., ¿me entiendes?, pues (o pos), pues eso,
entonces...

Textos coloquiales:

•Un viaje por Europa

•Haciendo amigos

•Cataclismo

¿Dónde está la gracia del chiste de Forges que encabeza la página?

EJEMPLOS DE LOS NIVELES DEL LENGUAJE

Nivel Culto: Las directrices que hay que seguir para realizar este trabajo adecuadamente.

Nivel coloquIal: perdona, me puede decir ¿dónde está la calle Cirilo Flores?

Nivel vulgar: tengo más hambre k el perro del tio.

Rol del Comunicador


Universidad Mariano Gálvez de guatemala, quetzaltenango
Facultad de Igeniería en sistemas
Curso: Comunicación Oral y Escrita

el rol es un conjunto de expextativas de comportamiento exijido a los q ocultan una posicion social
determinada de comunicacion el como podemos ser como debemos ser, al como aprender a
escuchar y como hacer funcionar bien nuestra comunicación

Escuchar es un verbo que hace referencia a la acción de poner atención en algo que es
captado por el sentido auditivo. La palabra, que proviene del latín ascultāre, indica que la
persona apela a las facultades de su oído para oír lo dicho.

Por ejemplo: “¿Puedes bajar la música, por favor? No logro


escuchar la televisión”, “Traté de escuchar lo que me dijo Don Raúl al pasar, pero fue
imposible”, “Te doy un consejo: dedícate a escuchar más y a hablar menos”.

El hecho de escuchar, por lo tanto, está vinculado a la audición y contempla un entramado


psíquico y fisiológico que permite que una persona oiga.

Lee todo en: Definición de escuchar - Qué es, Significado y Concepto


http://definicion.de/escuchar/#ixzz2coSWbV00
Tiene las siguientes habilidades personales:

 Canalizar el nerviosismo,

 Relajarse,

 Comprometerse con sus ideas,

 Cultivar una actitud receptiva.

Tiene el siguiente conocimiento técnico:

 Maneja la comunicación no verbal (la voz, la acción corporal y los gestos corporales y
faciales),

 Analiza al público,

 Selecciona el tema,,

 Prepara el mensaje,

 Busca información,

 practica el discurso, y

 contesta las preguntas.

El buen orador tiene credibilidad de su público, sabe canalizar su energía nerviosa de una
manera positiva y sabe escuchar. El buen orador conoce a su público, sabe los temas que
puede tratar con determinado público y cómo enfocarlos. Su comportamiento no verbal es
apropiado y sabe leer el comportamiento no verbal de su público. El buen orador tiene
conocimiento básico del proceso de la comunicación, que le permite ganar credibilidad de
su público con cada mensaje que presenta.

Si pretende impactar a los demás se recomienda lucir con:

ORIGINALIDAD:

El que imita el estilo de otro, no actúa con naturalidad porque los movimientos de éste son
torpes y lentos. Lo mas importante es la autenticidad. Los que son originales causan muy
buena impresión.
CREATIVIDAD:

El creativo es aquel que IMPROVISA sin que se den cuenta y puede alterar el orden de su
discurso según le convenga.

DINAMISMO:

Sea siempre dinámico al hablar, pues sus palabras deben pronunciarse con FUERZA Y
EMOCIÓN provocando la participación en el auditorio.

SOLTURA:

Si actúa siendo genuino, creativo y dinámico, téngalo por seguro que hablará con mucha
soltura.

El comunicador eficaz ha desarrollado las habilidades de canalizar su nerviosismo para el


beneficio propio, de relajarse, de comprometerse con sus ideas y de cultivar la actitud
receptiva hacia otros comunicadores.

EL NERVIOSISMO

Un factor que influye en la percepción que el público tiene de nosotros y de nuestro


mensaje es el nerviosismo que todos sentimos al enfrentarnos con un auditorio.

Después del enfrentamiento con el público no es raro oír comentarios como los siguientes.

“Mi problema fue el nerviosismo.”

“Me dio miedo al momento de pasar; mi máximo problema fue el nerviosismo.”

“Estuve tenso del cuerpo.”

“Mi problema fueron los nervios y las carreras, es decir, tratar de acabar rápido debido a
los nervios.”

“Me sentí nervioso al pasar al frente y pensar si realmente gustaría el tema, mi


personalidad y la forma de dar el discurso.”

Estos comentarios reflejan una preocupación común entre todos los que enfrentamos a un
público.

Es normal la reacción emocional y física ante situaciones importantes, como es la de la


comunicación oral. Estamos arriesgando nuestra reputación al abrirnos ante un público, al
demostrarle nuestro punto de vista o tratar de informarle algo. La situación de
comunicación oral es importante y por eso nos sentimos nerviosos, nos percatamos del
peligro potencial de no quedar bien con el público.
El nerviosismo que sentimos ante el público es una respuesta emocional y física normal que
nos indica que estamos enfrentándonos a una situación importante y peligrosa. Ante
cualquier situación de peligro respondemos con nerviosismo. Un cazador que se enfrenta
con un oso, aunque tenga experiencia en la caza seguramente respondería emocional y
físicamente ante esta situación de peligro potencial. El peligro potencial en la situación de
comunicación en público es el riesgo de perder la aprobación social, tan importante para
cada uno de nosotros si queremos vivir en sociedad.

El hecho de sentir nervios ante la situación de comunicación en público no debe


desilusionarnos, sino al contrario. Si nos sentimos nerviosos nos damos cuenta de que
somos personas responsables, que respondemos a la situación en forma normal.

El nerviosismo que sentimos es energía que nos está preparando para enfrentarnos al
peligro potencial de no obtener la aprobación social. Sin embargo, debemos saber
aprovechar esta energía, porque de otra forma ésta, que podría ayudarnos a lograr la
aprobación social, funcionaría en contra nuestra, evitando que presentemos nuestro mensaje
de manera adecuada.

RELAJACIÓN

Este es un consejo que es más fácil decir que llevar a cabo. Para poder relajarse en el
momento de hacer su presentación, el orador tiene que haber aprendido a relajarse en las
múltiples situaciones que se enfrenta en su vida cotidiana. Para esto debe aprender a no
presionarse y no dejar que otros lo presionen.

El orador que sabe enfrentarse a la situación de comunicación en público con calma y


seguridad se conoce a sí mismo. Reconoce y acepta sus limitaciones, así como sus
habilidades.

Es útil para el orador saber que respirar profundo antes de su presentación le ayudaría a
relajarse. También se le podría sugerir tensionar sus músculos, para después relajarse.
Algunos oradores tienen la costumbre de agarrar con las dos manos fuertemente el podio y
luego soltarlo lentamente para así inducir el relajamiento en los músculos. Esas son
soluciones inmediatas y es bueno tomarlas en cuenta. Sin embargo, es muy difícil que estas
sugerencias ayuden mucho a las personas que generalmente se enfrentan a las múltiples
situaciones diarias con tensión y ansiedad. A estas personas les falta madurez.

Responder a las situaciones cotidianas en una forma madura no es fácil. La madurez no es


un estado estático al que la persona puede llegar y permanecer así. Lo más que se puede
esperar de sí mismo es que generalmente, aunque no siempre, se responderá a las
situaciones diarias en una forma calmada, razonada y madura.

Para acostumbrarse a enfrentar las situaciones en una forma razonada, ayuda tener la con
confianza de una persona madura, generalmente un mayor con quien platicar. La
autoexpresión es necesaria para el desarrollo cognoscitivo, social y lingüístico. Y el
desarrollo de estas habilidades es lo que diferencia al adulto ( a la persona madura), del
niño, que por definición es egocéntrico o centrado en si mismo.
El egocentrismo del niño se debe a su inmadurez tanto física como sociolingüística. En la
medida en que tengan oportunidades de expresarse con un adulto, y éste, por medio de
preguntas dirigidas lo hace enfrentarse con perspectivas que varían de las que
habitualmente percibe, se va alejando de su egocentrismo. Va adquiriendo la habilidad de
ver otros puntos de vista además del suyo. Va madurando.

Nuestro desarrollo psíquico, del que depende nuestra madurez, se beneficia por la
oportunidad de intercambiar nuestras ideas prematuras, nacientes, con una persona madura,
ya sea un pariente, maestro o amigo que nos alienta a expresarlas.

Otro factor que le ayuda a una persona a enfrentar las situaciones de forma tranquila y
calmada, es su habilidad para organizarse. Esta habilidad se adquiere al aprender cómo
optimizar nuestro tiempo y energía. Hay varios libros útiles que dan orientación sobre cómo
organizarse. Sugerimos que el orador los consulte. Saber organizarse le facilitará cumplir
con sus obligaciones, de tal forma que evite la tensión y el nerviosismo que tienen su origen
en el hecho de que la persona, en apariencia, no ha tenido tiempo suficiente para
desempeñar de forma adecuada sus tareas.

No menos importante resulta una buena alimentación. “somos lo que comemos”, dice un
nutriólogo famoso. Si nos faltan los elementos bioquímicos esenciales para mantener sano
nuestro sistema nervioso, es de esperar una conducta errática y nerviosa. Por ejemplo, hay
evidencia de que la falta de vitamina B conduce a la esquizofrenia.

Nuestra sociedad moderna urbana, tecnológica, nos provee más fácilmente de productos
procesados que, aunque se conservan más tiempo que los naturales, carecen de elementos
nutricionales esenciales. Sin embargo, mucha publicidad se dedica a convencernos de que
estos productos son “nutritivos”. Al respecto, es muy conveniente informarnos sobre
nutrición para poder juzgar y consumir aquellos productos que en realidad nos mantengan
sanos física y por consiguiente, psicológicamente. Hay varios libros básicos que informan
sobre nutrición. Se sugiere que el orador los consulte.

COMPROMISO CON LAS IDEAS

De hecho, la persona que se siente tan nerviosa que no puede enfrentarse con un público es
muy egoísta. La mejor definición de la enfermedad nerviosa es terco egocentrismo”.

Quien cree estar imposibilitado para hablar en público o rehuye enfrentarse con la situación
de comunicación oral está demasiado “centrado en sí mismo”. Le preocupa cómo se ve ante
el público. Tal vez le preocupa su apariencia física, que esté cojo, tuerto o calvo, o que no
esté vestido a la última moda. Las personas que se preocupan demasiado en cómo están
quedando con el público no pueden al mismo tiempo estar pensando en el mensaje que
presentan. Su energía y atención están dirigidas a la preocupación centrada en su propia
persona. Al estar pensando en nosotros mismos y cómo nos verá el público, nos ponemos
nerviosos. Estamos conscientes de nosotros mismos, nos preocupamos de cómo nos está
viendo el público. Sentimos estar “ en el centro de las miradas”.
Si podemos lograr comprometernos con nuestras ideas, si logramos convencernos de que
tenemos un mensaje importante que queremos compartir con el público, desviaríamos la
atención que mantenemos en nosotros mismo hacia el mensaje que estamos presentando.

De esta forma, dedicaríamos nuestra energía y atención al mensaje y no nos pondríamos


nerviosos. Nuestro pensamiento estaría dirigido a un objeto: al mensaje y a nuestra tarea de
compartirlo con el público. No podemos estar conscientes de estar nerviosos y al mismo
tiempo concentrarnos en nuestro mensaje y la tarea que nos enfrenta. Por consiguiente, no
estaríamos experimentando este “terco egocentrismo” que es indicación de la enfermedad
nerviosa.

¿Cómo lograremos convencernos de la importancia de nuestras ideas? Para esto


necesitamos ser personas maduras y tener conocimiento profundo de la significación de
nuestras ideas.

Para considerar nuestras ideas a la luz de estas preguntas se requiere que hayamos
desarrollado madurez en el pensamiento. Asimismo es preciso tomar el tiempo necesario
para asimilar información y reflexionar.

Hoy es difícil encontrar tiempo para la reflexión, pues existen muchas obligaciones, tareas,
trabajos y horarios completos. Parece, y así es, que siempre estamos corriendo de manera
enloquecida. Quien actúa así y nunca tiene tiempo para asimilar sus ideas y reflexionar
sobre ellas y su significación, no puede tener “conocimiento profundo” de tales ideas. Esta
persona no puede ser buen oradora porque le falta la seguridad en sí misma, algo que viene
de la madurez, de haber reflexionado sobre sus ideas y sobre la importancia de éstas para la
sociedad en que vive. Sin embargo, se debe tener cuidado de no caer en extremos. No
debemos exagerar la importancia de nuestras ideas. Son los fanáticos, los “creyentes
verdaderos”, quienes caen en el extremo opuesto al del egocentrismo por apatía y
desinterés. El fanático exagera la importancia de sus ideas; en realidad tampoco tiene
conocimiento profundo de ellas, porque no las puede ver de manera objetiva en relación
con su público. No puede juzgar las limitaciones de lo que puede lograr de un público, pues
quiere lograr demasiado; está egocéntrico que sólo le importa su idea y no lo que pueda
informar o persuadir al público.

“El neurótico frecuentemente es una persona que tiene las aspiraciones demasiado altas
para su capacidad. El estudiante que espera salva al mundo con su discurso está fuera de la
realidad”

Para comprometernos con nuestras ideas debemos considerar las limitaciones que nos
imponen la situación y público. Si somos personas maduras, si hemos reflexionado sobre
nuestras ideas, sabemos qué podemos lograr dentro de estas limitaciones.

LA ACTITUD RECEPTIVA

Seguramente has estado presente alguna vez en la ponencia de un orador nervioso. Habrás
notado, que, como miembro del público, también te pones nervioso y que el público se
mueve nerviosamente. La razón de esto es que cuando el orador se siente nervioso, lo
transmite al público y motiva que el mismo público sienta ansiedad por la inseguridad del
orador.

Quizás hayas notado alguna vez, al hablar frente a un grupo, que hay algunas personas que
parece gustarles lo que estás diciendo. Demuestran su interés tal vez al asentir con la cabeza
o inclinar el cuerpo un poco hacia delante. Por otra parte, quizá te hayas fijado en otras
personas muy “gruñonas” que parece que nos “quieren matar con la vista”. Lógicamente,
tendemos a dirigirnos a aquellas personas que nos demuestran una actitud de aceptación y
evitar la mirada de las que demuestran una actitud de rechazo.

La persona con conocimiento de comunicación sabe portarse como miembro de un público,


de tal forma que ayuda a aliviar la tensión del orador en vez de aumentarla. Por medio de
una expresión facial agradable, y tal vez movimientos de la cabeza apenas perceptibles que
muestran aceptación, se puede comunicar una actitud favorable y alentadora al orador. Un
buen orador también es un buen miembro del público. Sabe hacer sentir cómodos a los
otros, ya sea que esté frente a un público comunicándole un mensaje o, como miembro de
éste, recibiéndolo.

PRESENTACIÓN DE UN ORADOR O COMUNICADOR

Deben considerarse dos aspectos importantes cuando se está enfrente de un auditorio: EL


PORTE Y EL VESTUARIO. La mayoría de aspirantes a participar con una pieza oratoria
tienen la creencia que pueden capturar la atención, sí hablan frases bonitas. El orador o
comunicador puede estar muy bien preparado; pero, si no se presenta adecuadamente
delante de su público provocará desinterés. Los asistentes son muy minuciosos y exigentes
con la persona que ven al frente, no perdonan ni un solo detalle.

Entendemos, “POR PORTE”; la postura o apariencia de un individuo. Cuando se esté de


pie en un escenario, en el caso de los varones las piernas deben quedar levemente
separadas; mientras que las damas un pie un poco adelante del otro. Esta posición le
permitirá girar a la derecha o izquierda si así lo desea el disertante. No se ve bien el parado
como si fuera a desenfundar una pistola o como si bajara de un caballo; tampoco pararse
tan rígido o tieso como un poste; ni muy agachado que le salga joroba. LAS MANOS, no
deben colocarlas en la cadera, ni adentro de los bolsillos porque da la apariencia de estar
desafiando; simplemente olvídese de las manos.

Al referirnos, “AL VESTUARIO” NO SE PRETENDE QUE NUESTRO LECTOR


IMAGINE PRENDAS DE GRAN VALOR. La idea es que conciba un arreglo elegante y
sencillo, no de llamar exageradamente la atención porque podría distraer de lo que se está
hablando. El que viste informal cuando las circunstancias no lo ameritan no se ve elegante
y baja el nivel de aceptación por parte del oyente. Lo ideal es vestir formal o semi-formal
de acuerdo a la ocasión y al estado del tiempo. En un clima caluroso no se podrá lucir con
saco y corbata, en un clima frío debe vestirse abrigado porque puede resfriarse. Lo que no
es conveniente es verse desarreglado porque será motivo de burla.

LA MIRADA
Repetidas veces, escuchamos pronunciar de parte de los expositores la siguiente frase: “Yo
nunca miro a mi público, sólo veo cabezas o hacia un punto de fuga para no avergonzarme
o bien equivocarme”. ¿Cuál es la solución? Lo mas lógico es que se esta cometiendo una
gran equivocación. Usted debe mantener contacto visual todo el tiempo con su auditorio; de
lo contrario, provocaría aburrimiento y alguien podría retirarse antes de que termine su
discurso.

La atención de un público se mantiene mediante observar detenidamente a cada uno de los


participantes: Viendo de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, de atrás hacia delante.
De tal manera, que converse con ellos. Sólo así, podrá darse cuenta si realmente está
interesando con su plática. Puede parecer que esto fuera un diálogo. Sin embargo, el
conferencista cuando plantea una pregunta a la general, él inmediatamente la responde
después de unos breves segundos.

Si en el transcurso de un discurso alguna persona bosteza o cabecea, puede mirarlo


fijamente a los ojos y plantearle una pregunta para volver a capturar su atención. Si el
grupo es muy numeroso, diríjase a ellos por sectores.

Es indispensable, contemplar, observar y examinar a nuestro auditorio. El comunicador u


orador necesita tener un amplio conocimiento de el.

LOS GESTOS

Un gesto es un movimiento de las facciones que expresa un estado de ánimo, es un aspecto


o semblante que puede ser agradable o desagradable. No siempre se necesita pronunciar
alguna palabra para dar un mensaje; porque para ello las facciones del rostro hablan por
nosotros. Basta con fruncir el ceño para aparentar un enojo o guiñar el ojo y sonreír, para
demostrar que se está contento.

Un orador o comunicador siempre debe mostrar su mejor semblante, nunca debe dar la
apariencia de estar en contra de su público, porque esto crearía un rechazo absoluto.
También, debe tomarse en cuenta el papel que él está jugando; pues, aparte de trasmitir un
mensaje se espera que incite simpatía. Procure brindar siempre una sonrisa amable, no
sarcástica ni fingida.

Por eso es importante para el comunicador hablar con fervor con ímpetu, contagiar e
impresionar a su público y debe hacerlo con los ojos, boca, manos y todo el cuerpo.

LA VOZ

Es la cualidad que posee el ser humano para comunicarse, es un instrumento muy valioso
que debemos cuidar. Es el arma más poderosa de un comunicador.

Con el tono de voz se atrae la atención, se hace énfasis en una frase que se habla y se tocan
las emociones de un auditorio. Para capturar la atención podemos “bajar el volumen de voz,
al hacer énfasis en lo que se dice “se eleva el volumen. Pero no olvide percatarse que el
último de la fila escuche.

LA DICCIÓN

Es la pronunciación correcta de las palabras y la falta de ella defórmale lenguaje. Podemos


catalogar la falta de dicción, como la pereza mental que tiene el individuo de expresarse
bien. Puede ocurrir también, cuando se hace una lectura improvisada y se lee con mayor
velocidad.

Preguntas para evaluación de ideas en un discurso

¿Que importancia tienen estas ideas hoy en día?

¿Cómo se relacionan estas ideas con las necesidades materiales, psicológicas y espirituales
del público?

¿En que forma podrían influir mis ideas en las actitudes y conducta del público?

¿En qué forma podrían influir mis ideas en las actitudes y conducta del público?

¿En el pasado estas ideas han desempeñado un servicio útil?

Si se aceptan estas ideas, ¿cómo se cambiarán los asuntos contemporáneos.

PRESENTACIÓN DE UN ORADOR O COMUNICADOR

Deben considerarse dos aspectos importantes cuando se está enfrente de un auditorio: EL


PORTE Y EL VESTUARIO. La mayoría de aspirantes a participar con una pieza oratoria
tienen la creencia que pueden capturar la atención, sí hablan frases bonitas. El orador o
comunicador puede estar muy bien preparado; pero, si no se presenta adecuadamente
delante de su público provocará desinterés. Los asistentes son muy minuciosos y exigentes
con la persona que ven al frente, no perdonan ni un solo detalle.

Entendemos, “POR PORTE”; la postura o apariencia de un individuo. Cuando se esté de


pie en un escenario, en el caso de los varones las piernas deben quedar levemente
separadas; mientras que las damas un pie un poco adelante del otro. Esta posición le
permitirá girar a la derecha o izquierda si así lo desea el disertante. No se ve bien el parado
como si fuera a desenfundar una pistola o como si bajara de un caballo; tampoco pararse
tan rígido o tieso como un poste; ni muy agachado que le salga joroba. LAS MANOS, no
deben colocarlas en la cadera, ni adentro de los bolsillos porque da la apariencia de estar
desafiando; simplemente olvídese de las manos.

Al referirnos, “AL VESTUARIO” NO SE PRETENDE QUE NUESTRO LECTOR


IMAGINE PRENDAS DE GRAN VALOR. La idea es que conciba un arreglo elegante y
sencillo, no de llamar exageradamente la atención porque podría distraer de lo que se está
hablando. El que viste informal cuando las circunstancias no lo ameritan no se ve elegante
y baja el nivel de aceptación por parte del oyente. Lo ideal es vestir formal o semi-formal
de acuerdo a la ocasión y al estado del tiempo. En un clima caluroso no se podrá lucir con
saco y corbata, en un clima frío debe vestirse abrigado porque puede resfriarse. Lo que no
es conveniente es verse desarreglado porque será motivo de burla.

LA MIRADA

Repetidas veces, escuchamos pronunciar de parte de los expositores la siguiente frase: “Yo
nunca miro a mi público, sólo veo cabezas o hacia un punto de fuga para no avergonzarme
o bien equivocarme”. ¿Cuál es la solución? Lo mas lógico es que se esta cometiendo una
gran equivocación. Usted debe mantener contacto visual todo el tiempo con su auditorio; de
lo contrario, provocaría aburrimiento y alguien podría retirarse antes de que termine su
discurso.

La atención de un público se mantiene mediante observar detenidamente a cada uno de los


participantes: Viendo de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, de atrás hacia delante.
De tal manera, que converse con ellos. Sólo así, podrá darse cuenta si realmente está
interesando con su plática. Puede parecer que esto fuera un diálogo. Sin embargo, el
conferencista cuando plantea una pregunta a la general, él inmediatamente la responde
después de unos breves segundos.

Si en el transcurso de un discurso alguna persona bosteza o cabecea, puede mirarlo


fijamente a los ojos y plantearle una pregunta para volver a capturar su atención. Si el
grupo es muy numeroso, diríjase a ellos por sectores.

Es indispensable, contemplar, observar y examinar a nuestro auditorio. El comunicador u


orador necesita tener un amplio conocimiento de el.

LOS GESTOS

Un gesto es un movimiento de las facciones que expresa un estado de ánimo, es un aspecto


o semblante que puede ser agradable o desagradable. No siempre se necesita pronunciar
alguna palabra para dar un mensaje; porque para ello las facciones del rostro hablan por
nosotros. Basta con fruncir el ceño para aparentar un enojo o guiñar el ojo y sonreír, para
demostrar que se está contento.

La lectura es el proceso de significación y comprensión de algún tipo de información y/o ideas


almacenadas en un soporte y transmitidas mediante algún tipo de código, usualmente un
lenguaje, que puede ser visual o táctil (por ejemplo, el sistema Braille). Otros tipos de lectura
pueden no estar basados en el lenguaje tales como la notación o los pictogramas.

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