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● ¿Qué es el muermo?

El muermo es una enfermedad infecciosa y mortal causada por la bacteria Burkholderia


mallei que afecta principalmente a los caballos, asnos o mulos. Es transmisible al hombre.
Se ha observado también que los camélidos, félidos salvajes, osos, lobos y perros son
susceptibles de contraer esta enfermedad. Los carnívoros pueden contraerla al comer carne
infectada. El conejillo de Indias y el hámster son especies muy susceptibles. La infección
suele ser mortal. El periodo de incubación varía entre unos días y varios meses en función
de la intensidad de la exposición. El muermo se conoce desde la Antigüedad. Hipócrates lo
consideraba una enfermedad grave de los équidos. La enfermedad afectaba
predominantemente a las caballerías y era una zoonosis importante de los veterinarios y los
palafreneros. La intervención de los Servicios veterinarios y los programas nacionales de
control ha permitido reducir considerablemente la prevalencia de esta enfermedad en el
mundo. El muermo es una enfermedad de la lista de la OIE que se aborda en Código
Sanitario para los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
Conforme al Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE la declaración a la OIE
de esta enfermedad es obligatoria.

● ¿Donde existe la enfermedad?

La enfermedad fue erradicada de Norteamérica, Australia y Europa gracias a medidas que


asociaban pruebas de laboratorio y la subsiguiente eliminación de los animales infectados
con medidas de control a la importación. Sin embargo, el muermo sigue observándose de
modo esporádico en algunos países de Asia, África, Oriente Medio y Sudamérica. En abril
de 2010, Bahréin notifi có la aparición por primera vez de la enfermedad; en 2009, había
vuelto a aparecer en Brasil.

● ¿Cómo se propaga?

La fuente de infección más extendida es la ingesta de alimentos o de agua contaminados.


También pueden ser fuente de infección aerosoles (producidos al toser y estornudar) y
fomites contaminados que entran en contacto con los animales a través de los arreos y el
material para su cuidado. La bacteria puede penetrar igualmente en el organismo por
contacto con lesiones u abrasiones de la piel o por las mucosas. En ese caso, se desarrolla
una infección local con ulceración que se irá diseminando a otras partes del cuerpo según
vaya evolucionando la enfermedad. Las malas condiciones de mantenimiento y
alimentación así como el transporte de los animales pueden ser factores predisponentes. La
insalubridad y la superpoblación en los establos son factores de riesgo.

● ¿Qué riesgos implica para la salud pública?

El muermo es una zoonosis mortal para la cual no existe vacuna. Es una enfermedad poco
frecuente en el hombre con casos observados en veterinarios, personas que trabajan en
contacto directo con los caballos y en trabajadores de laboratorios. Aparte de los animales
con signos clínicos, los animales infectados asintomáticos suponen un riesgo para el
hombre.

El hombre es un huésped secundario y la transmisión de hombre a hombre es poco


frecuente. En el hombre, la enfermedad puede tener diversas formas: nasal, localizada con
nódulos y abscesos, pulmonar, septicemia con infección crónica o diseminada,
respectivamente. No obstante, la curación es posible en el hombre si los casos son tratados
rápidamente con antibióticos; la tasa de mortalidad es muy alta en las infecciones no
tratadas. La infección puede suceder por contacto directo con animales infectados, con sus
secreciones, y por contacto indirecto a través de fomites, comida, tierra y agua
contaminados. La transmisión al hombre puede prevenirse si se controla la enfermedad en
los animales, evitando el contacto con animales infectados, y se toman medidas preventivas
de higiene.

Toda manipulación de material potencialmente contaminado debería efectuarse únicamente


en un laboratorio adoptando las medidas de bioseguridad e inocuidad apropiadas, según las
disposiciones enunciadas en el Manual de las Pruebas de Diagnóstico y de las Vacunas
para los Animales Terrestres de la OIE.

● ¿Cuáles son sus signos clínicos?

El muermo causa en los animales la formación de nódulos y ulceraciones en las vías


respiratorias y los pulmones. Existe también una forma cutánea conocida con el nombre de
“farcy”. Se han descrito tanto formas agudas como crónicas de la enfermedad. Las formas
agudas suelen observarse en asnos y mulos, que presentan fi ebre alta y signos
respiratorios. En los caballos, la evolución del muermo suele ser crónica y pueden sobrevivir
durante varios años. Existen cuatro manifestaciones clínicas de muermo: – nasal, –
pulmonar, – cutáneo, – portador asintomático. Estas diferentes formas de la enfermedad
suelen describirse según la localización de la primera infección. Las formas nasal y
pulmonar son de índole generalmente aguda, mientras que la forma cutánea está
relacionada con un proceso crónico. Se forman en los conductos nasales nódulos infl
amatorios y úlceras que provocan un moquillo amarillo y pegajoso. Tras la curación de las
úlceras, aparecen unas cicatrices en estrella. La formación de abscesos nodulares en los
pulmones se acompaña de astenia progresiva, tos y, a veces, diarrea. En la forma cutánea,
los vasos linfáticos están tumefactos, con formación de abscesos nodulares en su trayecto,
ulceración y supuración de pus amarillo. Se suelen hallar nódulos en el hígado y el bazo, lo
que induce una pérdida de peso considerable y la muerte.

● ¿Cómo se diagnostica la enfermedad?

Los signos clínicos solos no permiten establecer un diagnóstico defi nitivo, sobre todo en
los primeros estadios de la enfermedad. Es necesario proceder a pruebas de laboratorio
para confirmar el diagnóstico. Las recomendaciones de la OIE al respecto fi guran en el
Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE y en el Manual de las Pruebas de
Diagnóstico y de las Vacunas para los Animales Terrestres de la OIE.

● ¿Cómo prevenir o controlar la enfermedad?

No existe actualmente ningún tratamiento con medicamentos veterinarios capaz de curar la


infección. El control del muermo requiere su detección precoz y efectuar pruebas de
diagnóstico a los casos clínicos sospechosos así como a los équidos aparentemente
normales, con la consiguiente eliminación de los casos positivos. Para los países libres de
muermo, se han formulado recomendaciones para las importaciones de équidos. Se exige
la presentación de un certifi cado veterinario internacional donde conste que los animales no
presentaron ningún signo clínico de muermo y estuvieron en un país exportador libre de la
enfermedad durante al menos seis meses antes de su transporte.

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