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INTRODUCCIÓN
Cuestiones preliminares
Este breve manual está dirigido a estudiantes universitarios que se dedicarán a las
Ciencias Económicas y Empresariales, a las Ciencias de la Información y al Derecho,
quienes en su mayoría por primera vez cursan una asignatura de Antropología
Filosófica.
Por tanto, y para centrar bien las expectativas, tenemos que precisar desde el
comienzo que este libro no es para especialistas en Filosofía; sólo pretende ser una
ayuda para introducir a los alumnos de nivel universitario en el difícil problema del
conocimiento del ser humano, lo cual atañe a su propio ser y es la realidad más
importante de sus futuras carreras profesionales.
Esta exigencia es mayor cuando por poco que nos adentremos a la realidad
humana nos encontramos ante el ser más complejo que existe en este mundo. Nosotros
mismos tenemos la experiencia de lo intrincado que es nuestro ser. Sin embargo, los
seres humanos tenemos el gran peligro de pasar por alto lo más evidente. Por esto no es
de extrañar que el hombre actual se encuentre en crisis y por consiguiente que las
Instituciones humanas, familia, empresa, organizaciones políticas, etc., se encuentren
hoy en situaciones muy críticas. Estas crisis tienen muchas causas, pero una de ellas, la
más básica es que nos desconocemos increíblemente a nosotros mismos y a los demás.
Por otra parte, el tratar de hacer un pequeño manual introductorio de una ciencia
tan amplia y profunda como lo es la Antropología Filosófica, puede resultar temerario si
no es por la necesidad que de él tienen los alumnos en este nivel. Seguir un plano
inclinado, partir de la experiencia que poseen los alumnos, y paulatinamente ir elevando
esa experiencia a concepto, es un procedimiento didáctico que trataremos en lo posible
de seguir en el tratamiento de los temas.
Así pues, para emprender el presente estudio podemos contar con una gran
motivación que va más allá del deseo de aprobar la asignatura, y es el interés por
conocemos a nosotros mismos y a los demás. ¿Quién soy?, ¿Cómo soy?, ¿Cómo son los
demás?, ¿Cómo aprovechar mejor mis posibilidades de desarrollo9 ¿Cuál es el sentido
de mi vida?, son preguntas que normalmente nos las haremos todos más pronto o más
tarde.
Finalmente nos ocuparemos de nuestro ser personal, en el cual está sostenida toda
la actividad anterior. Esta profunda realidad de ser personas, es más que ser
simplemente seres humanos, porque. la naturaleza humana la tenemos todos por igual,
en cambio el acto de ser personal es de cada quién, único e irrepetible, es lo que hace
que nuestra intimidad se abra intelectual, libre y donalmente al resto de seres
especialmente a otra u otras personas.
Es oportuno advertir, desde el principio, que aunque detengamos la atención de
manera especial en cada dimensión del ser humano, al mismo tiempo haremos alusión a
la complejidad de sus interrelaciones y a su realidad personal; de manera que no se trata
de separar analíticamente al ser humano, como si tuviera compartimentos estancos, el
detenernos un poco más en uno de sus aspectos o dimensiones es sólo requerido por la
exposición didáctica.
En cierta- manera, se podría decir que uno de los propósitos del libro es el de ser
una ayuda para la vida práctica, algo así como una especie de manual de instrucciones,
o manual de funcionamiento del ser humano. Se trata de iniciarse en saber cómo es el
ser humano, con qué facultades o capacidades contamos,'ómo se activan, cuáles son sus
actos u operaciones propias, para ver corno se las puede usar mejor, y cómo se puede
ser coherente con la dimensión personal que el ser humano comporta.
Sin embargo, el reto del estudio de la Antropología Filosófica, es que sea muy
formativo personalmente y esto ya es tarea de cada quien. En ella se trata de estudiar al
ser humano, personal, que somos. Si se estuviera estudiando el mar y los peces, o los
astros y sus órbitas, etc., podríamos decir que en cierta manera aquello no «nos toca»
directamente.
Como decíamos, esto depende de cada quien, de su libertad. Aún con todo, al
saber cómo es el hombre, al entender sus causas y principios más últimos, al ver las
consecuencias que tienen los propios actos, etc., al menos queda la advertencia; luego
hará cada uno libremente lo que quiera, pero por lo menos estará en condiciones de
saber las consecuencias de lo que está haciendo.
Además, como ya señalamos anteriormente, intentaremos seguir (especialmente
en las clases), una exposición rigurosa y académica pero también haremos algunos
breves comentarios referidos a las inquietudes que hoy por hoy tienen los alumnos. Nos
quedará entonces la seguridad de que el tratamiento de estos temas no se acaba aquí, ni
en la clase, sino que se prolonga después, cuando en el asesoramiento y de modo
personal comente o comentemos más despacio estos temas tan propios por ser tan
humanos.
Podemos entonces aprovechar la asignatura para aclararnos una serie de dudas que
existen hoy sobre la persona humana y para descubrimos a nosotros mismos. Nunca
como en los momentos actuales se ha hecho necesaria una Filosofía sobre el hombre. En
los tiempos que corren muchas ciencias han invocado una explicación del ser humano.
Esto es una exigencia de siempre, porque para que el hombre realice algo para sí o para
los demás tiene que partir del conocimiento de sí y de los otros.
Las prisas, el atractivo de los reclamos externos, hacen que el hombre queme
caprichosamente su vida en cada momento que pasa, sin lograr y ni siquiera desear
buscar lo que realmente vale, tratando de ahogar su vacío interior en medio de un gran
activismo externo o de compensaciones estériles.
Sin embargo, en medio de esa vorágine y desasosiego, el ser humano más que
nunca necesita saber el qué y el por qué de sus reacciones, de sus impulsos, de por qué
llora y por qué ríe, de sus deseos de felicidad y de sus sufrimientos, de sus proyectos y
actividades, de su conocimiento y dé sus amores, de su trabajo, de su vida en sociedad,
y qué sentido tiene todo aquello.
Las averiguaciones que se han realizado sobre el ser humano desde la perspectiva
filosófica han sido abundantes durante casi 25 siglos. A lo largo de las diferentes
épocas, los diversos filósofos han ido aportando un caudal de descubrimientos
filosóficos sobre el hombre.
La Antropología Filosófica actual tiene la posibilidad de nutrirse con los aportes
más significativos y tiene el reto de integrarlos en una visión coherente y radicalmente
profunda de la realidad humana y tiene la misión de continuarlos, en lo posible, ya que
el saber filosófico es un saber siempre abierto.