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PERÍODOS MAYAS

La civilización maya se desarrolló en dos grandes etapas que se conocen como el Imperio
Antiguo y el Nuevo Imperio. El Imperio Antiguo corresponde a los períodos Formativo y
Clásico, y se dio entre el 300 a. de C. y el 950 d. de C., y el Nuevo Imperio, al Posclásico,
entre el 950 y el 1536 d. de C. Al Igual que las demás culturas de Mesoamérica, tuvo un
período Formativo, en el cual los mayas se limitaron a la faja costera de El Salvador,
Honduras y Chiapas.

El desarrollo de la civilización maya conoce tres períodos históricos sucesivos y definidos: el


Preclásico, el Clásico y el Posclásico. El primero de ellos se desarrolló entre el 2.000 a.de C. y
el 250-300, periodo en el que surgen algunas de las más importantes ciudades.

Período Preclásico

La civilización maya remite sus orígenes a más de 3.000 años, y


recibió en sus primeros pasos la notoria influencia de otras
culturas, como la olmeca. Durante el Preclásico comienzan a
aparecer las primeras grandes ciudades, como Edzná y
Dzibilchaltún, ambas con importantes centros ceremoniales.
También es el período de establecimiento y expansión de la
producción agrícola, el comercio y las manifestaciones artísticas en
cerámica y terracota.

Hacia el año 1000 a.C. la población fue extendiéndose por la zona


central, posiblemente empujada por un progresivo aumento de la
demografía, iniciándose a la vez un proceso de organización políti-
ca más desarrollada que incluía, por primera vez entre ellos, una
mayor jerarquización social, en cuya cima se hallaban los nobles y
los sacerdotes. También de esta época datan los primeros registros
urbanos y una mayor diversificación laboral, la que alcanzaba a la
caza, pesca, recolección de frutos del bosque, alfarería, textilería y un comercio cada vez más
asiduo con las poblaciones vecinas.

No obstante esta diversidad, las actividades agrícolas se destacaban como las más
importantes, en especial las relacionadas con el cultivo de maíz, frijol, cacao y calabaza. No
es de extrañar que se conozca a este período como "agrícola".

Corresponde al Período Preclásico el establecimiento de numerosos grupos humanos


agrícolas y una incipiente producción ceramista, sobre todo en Santa Marta, Chiapas;
Xtampak, Campeche; Yaxuná y Acanceh, Yucatán; El Trapiche, Las Victorias y Bolinas,
Chalchuapa; y finalmente en Kaminaljuyú, en el sur del territorio guatemalteco.
Período Clásico

Se prolonga aproximadamente entre los siglos III-IV y X, cuando la cultura maya alcanzó su
mayor esplendor. A lo largo de este extenso período se erigieron grandes ciudades y otras
tantas alcanzaron su más elevado desarrollo, sea ya urbano como religioso y ceremonial.
Entre las más destacadas se hallan la de Palenque, Copán y Tikal. Se admite que durante
esta época la cultura maya estaba relacionada con la de Teotihuacan, y que la declinación de
ésta última aparejó la de aquella. Otras teorías señalan como causas de la decadencia maya
una explosión demográfica que planteó irresolubles problemas de subsistencia de la
comunidad.

La suposición inicial de que la casta sacerdotal era la que se hallaba al frente de la sociedad
contribuyó a definir esta etapa, en un primer momento, como Período Teocrático. En verdad,
la casta sacerdotal tuvo un papel decisivo en la estructuración del gobierno, pero no llegó a
concentrar en sus manos la totalidad del poder político. Durante todo este periodo, la actividad
económica predominante fue la agricultura, practicada por una mayoría poblacional dedicada
a la producción cerealera.

TIKAL COPAN

Los principales centros urbanos de la zona de El Petén fueron Uaxactún y Tikal, separados


entre sí por no más de 30 kilómetros. El primero alberga al templo maya más antiguo del que
se tenga conocimiento en la zona. El segundo, enclavado en el corazón mismo de la selva,
llegó a concentrar en su momento de mayor esplendor a unos 100.000 habitantes. Tikal es
una ciudad sagrada que cuenta con seis templos ceremoniales considerados los más altos
santuarios de la región. Tiene monumentos que sobrepasan los 60 m de altura. Su progreso
se manifiesta en los avances técnicos. Sus habitantes almacenaban el agua en pozos
artificiales y tenían una estructura social definida. Las aldeas estaban alrededor de los centros
y los pobladores pagaban con mano de obra los tributos a la clase política. Tikal fue la más
grande entre las ciudades de los mayas de este período.

Otra de las ciudades importantes fue Copán, en Honduras, cuyos mejores fulgores relucieron
hacia el año 736, cuando se convirtió virtualmente en el centro científico maya. Copán
también se halla escondida entre las selvas del occidente de Honduras. Es considerada como
uno de los centros de la sabiduría, cuyo testimonio de grandeza lo presentan las ruinas
encontradas. Una de sus más imponentes realizaciones la constituye la escalinata del Templo
de los Jeroglíficos, donde cada una de las piedras utilizadas estaba esculpida en jeroglíficos
y contiene la mayor inscripción encontrada en el área maya. En esta región, se destacan
numerosos altares y estelas.

Durante todo este período se destaca una íntima e intensa relación entre el desarrollo maya y
la influencia recibida de la cultura de Teotihuacán, muy especialmente entre los siglos V y VII.
En efecto, Teotihuacán influyó sobre las ciudades mayas a través de la guerra, el intercambio
comercial, el dominio político y la cultura, dejando una profunda huella en la civilización de
aquéllos.

Dentro del campo de las especulaciones, durante un tiempo se asimiló que la cultura maya
absorbió a la teotihuacana, incorporando algunas de sus singularidades. No obstante, el
descubrimiento de algunas estelas en Tikal, por ejemplo, en las que se señalaba algún tipo de
conflictividad bélica entre mayas y teotihuacanos, dejó establecido que los primeros tuvieron
sobre los segundos una incidencia mayor, más directa y traumática.

La relación estrecha entre las civilizaciones y culturas mayas y teotihuacanas permite


sostener que la desintegración de algunos centros ceremoniales de los primeros,
especialmente entre los años 750 y 900, está relacionada con la caída en desgracia de los
segundos. De hecho, se sabe que la ciudad de Teotihuacán fue reducida a escombros entre
principios y mediados del siglo VIII, tras ser saqueada por fuerzas aún no claramente
identificadas. Esta situación derivó con el fin de la influencia de Teotihuacán en toda el área
maya.

De esta manera, la prosperidad económica y cultural alcanzada comenzó paulatinamente a


declinar y dio lugar a la aparición de la cultura de Xochicalco, y más tarde de los toltecas, en
el dominio del Valle de México. No es casual que un siglo más tarde de la desaparición de
Teotihuacán, la crisis de los centros mayas se revele como irresoluble. Entonces serán ellos
los que verán despoblarse sus ciudades.

Además de la decadencia de Teotihuacán como decisiva en la de los mayas, otros factores


pudieron haberse unido para provocar el colapso de las ciudades mayas. Una posible
explicación anida en el agotamiento de la producción agrícola por la progresiva destrucción de
la selva y otros territorios adecuados para el cultivo, destrucción supuestamente provocada
por los sistemas agrícolas que los mayas empleaban. Otra teoría, en cambio, señala que la
crisis se asentó en un desmedido crecimiento demográfico y, por lo tanto, en un requerimiento
de producción que no llegó a satisfacerse.

Estos factores seguramente existieron y contribuyeron a gestar una crisis que, por otra parte,
contó con un factor potenciador y desencadenante: las propias contradicciones y luchas
internas dentro de la sociedad maya.

Período Posclásico

La última etapa del desarrollo maya se extiende entre los años 1000 y 1697. En esta fase
decaen los anteriores centros sagrados de la zona del Petén y se desarrollan las ciudades
de Kabah, Sayil,Chichén-Itzá, Mayapán y Uxmal, en la península de Yucatán, región de
clima seco donde floreció el Imperio Nuevo. En esta etapa, las ciudades dejan de ser centros
ceremoniales y se convierten en núcleos residenciales. Fue un esplendoroso período que
duró 200 años.
Abandonados los centros ceremoniales mayas surgidos durante el período clásico, va a
destacar una corriente migratoria identificada étnicamente con los mayas arraigados en la
región: se trata de losputún o maya-chontal, quienes habitaban en el sur de Tabasco. Serán
ellos quienes, después de la caída de los sacerdotes y dirigentes mayas del período Clásico,
van a establecer un dominio sobre la región.

Los putunes provenían del delta de los


ríos Usumacinta y Grijalva, desde donde
dominaron las rutas marítimas alrededor de la
península de Yucatán, establecidos al sur del río
de la Pasión, bautizaron a tierra Acalán, nombre
que significa en lengua original "lugar de
canoas".

Los dos primeros dibujos muestran balsas de guerra maya utilizados en la conquista de maya-chontal de la
península de Yucatán. El dibujo inferior es de una tumba en Tikal y muestra un remero dirigiendo un gobernante
fallecido en el otro mundo acuatico maya o cielo maya.

Los putunes fundaron dos ciudades principales, ambas a los lados de sendos
ríos: Potonchan, junto al Champotón, e Itzamkanac, a un lado de Candelaria. La primera
concentraba la mayor parte de la población y centralizaba las labores productivas y las
actividades comerciales con los zoques ychiapanecos. Itzamkanac, en cambio, oficiaba
como capital de Acalán, canalizando su comercio a través de la ciudad de Xicalango.
Además, establecieron numerosos puertos, como Cozumel y Xel-Há, controlados por
los itzáes, una rama de los putunes. Posteriormente los itzaes se lanzaron a una campaña
por la conquista de Chichén, lo que lograron en el 918, razón por la cual se los comenzó a
conocer como Chichén-Itzá, la más grande de las ciudades mayas. Fue fundada tres veces.
Se destacó por sus imponentes construcciones de templos-pirámides, juegos de pelota,
palacios, columnas esculpidas y por los famosos cenotes sagrados. Hacia el año 950, habían
puesto bajo su dominio la región oriental hasta Bakhalal y Chactemal, desde donde
comenzaron a establecer relaciones con sus vecinos de Campeche. Según la mitología ma-
ya, serán los itzaes quienes reciban a Quetzalcóatl, a quien rebautizaron con el nombre
de Kukulkán. De esta época datan las
influencias toltecas en el arte y la arquitectura
mayas.

Hacia el año 1000, Chichén-Itzá formó una


alianza con los cocomes de Mayapán y
los xiu de Uxmal, conformándose de esta
manera la llamada Confederación Mayapán,
que se fracturaría en el 1194 con una guerra que
concluirá con la derrota de los itzaes y xiu. El
auge de Chichén-Itzá y de sus gobernantes maya-toltecas terminará hacia fines del siglo XIII.
Los itzaes abandonarán su ciudad y migraran hacia las selvas del Petén, donde a la vera del
lago Petén-Itzá, levantarán una nueva población en la isla de Tayasal.

La supremacía de Mayapán, ciudad fortificada que en su momento de mayor esplendor llegó a


albergar una población de poco más de diez mil almas. Pero hacia 1441 afrontará su fin,
cuando el líder xiu de Uxmal. Ah Xupan Xiu, la destruyó por completo. En el este de la
península, los putunes conservaron bajo du dominio la región de Bakhalal y Chetumal durante
el período 1200-1480, además de regir los destinos del sur de Tabasco.

Tras la caída de Mayapán, la península de Yucatán se partió en 16 pequeños estados, cada


uno de los cuales mantenía una cierta independencia y autonomía a través de sus propio
gobernantes. Estas autonomías alimentaron, a su vez, rivalidades regionales que
desencadenaron enfrentamientos militares.

En medio de esa situación fue cuando aparecieron en su horizonte los pioneros


conquistadores españoles. La división conllevaba, una debilidad estructural que poco pudo
hacer frente a las armas y decisión de los recién llegados. La conquista progresó en toda la
región, y las últimas ciudades mayas en caer bajo la espada y la cruz española fueron
Tayasal, de los Itzáes (el 13 de marzo de 1697);Zacpetén, de los Kowoj, y Queixil, de
los Yalnain.

PERIODOS AZTECA

El período mexica o azteca fue una fase más de otras culturas y períodos arqueológicos, entre
los que destacan:

 olmecas (2 500 a.C-200 d.C): constructores de pirámides, los jefes eran los reyes-
sacerdotes;

 Teotihuacan (400 a.C-800 d.C): se encuentran el templo de la luna y la pirámide del


sol; su dios principal fue Quetzalcóatl;

 toltecas (900 d.C-1168 d.C): tuvo como capital Tula (Tollan-Xicocotitlan).

Periodo preclásico
Olmecas (2 500 a.C-200 d.C)

La cultura olmeca es el nombre de la civilización


que se desarrolló durante el Período Preclásico
Medio. Aunque se han encontrado vestigios de
su presencia en amplias zonas de
Mesoamérica, se considera que el área nuclear
olmeca — zona metropolitana— abarca la parte
sureste del estado de Veracruz y el oeste de
Tabasco. Se desconoce, a cabalidad, la filiación
étnica —esto es, quiénes son los antepasados de este pueblo—; sin embargo, hay numerosas
conjeturas que han intentado resolver el problema de la identidad de los olmecas. En ese
sentido, es necesario hacer la aclaración de que el etnónimo olmeca les fue impuesto por los
arqueólogos del siglo XX, y no debe ser confundido con el de los olmeca-xicalancas, que
fueron un grupo que floreció en el Epiclásico en sitios del centro de México, como Cacaxtla.

Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de la civilización
mesoamericana.1 Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico
identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que se revelan en la
evidencia arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear. Se sabe, por ejemplo,
que algunos de los atributos propiamente olmecas pudiesen haber aparecido, primero en
Chiapas o en los Valles Centrales de Oaxaca. Entre otras dudas que están pendientes de
respuesta definitiva, está la cuestión de los numerosos sitios asociados a esta cultura en la
Depresión del Balsas (centro de Guerrero). Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca,
la red de intercambios comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la
difusión de muchos elementos culturales que son identificados con la cultura olmeca, incluidos
el culto a las montañas y a las cuevas; el culto a la Serpiente Emplumada, como deidad
asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del jade e, incluso, el propio estilo artístico,
que fue reelaborado intensamente en los siglos posteriores a la declinación de los principales
centros de esta sociedad.

Periodo Clásico

Teotihuacan (400 a.C-800 d.C)

Teotihuacán o Teotihuacan (en náhuatl:


Teōtihuācan, ‘‘lugar donde los hombres se
convierten en dioses ’;1 ‘lugar donde se
hicieron los dioses ’; ‘ciudad de los dioses’’)?
2 es el nombre que se da a la que fue una de
las mayores ciudades prehispánicas de
Mesoamérica. El topónimo es de origen náhuatl y fue empleado por los mexicas para
identificar a esta ciudad construida por una civilización anterior a ellos y que ya se encontraba
en ruinas cuando los mexicas la vieron por primera vez. A la fecha se desconoce el nombre
que le daban sus habitantes originales. Los restos de la ciudad se encuentran al noreste del
valle de México, en los municipios de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides (estado de
México), aproximadamente a 78 kilómetros de distancia del centro de la Ciudad de México. La
zona de monumentos arqueológicos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco
en 1987.

Los orígenes de Teotihuacán son todavía objeto de investigación entre los especialistas.
Alrededor del inicio de la era cristiana, Teotihuacán era una aldea que cobraba importancia
como centro de culto en la cuenca del Anáhuac. Las primeras construcciones de envergadura
proceden de esa época, como muestran las excavaciones en la Pirámide de la Luna. El
apogeo de la ciudad tuvo lugar durante el Periodo Clásico (ss. III-VII d. C.). En esa etapa, la
ciudad fue un importante nodo comercial y político que llegó a tener una superficie de casi 21
km2, con una población de 100 000 a 200 000 habitantes. La influencia de Teotihuacán se
dejó sentir por todos los rumbos de Mesoamérica, como muestran los descubrimientos en
ciudades como Tikal y Monte Albán, entre otros sitios que tuvieron una importante relación
con los teotihuacanos. El declive de la ciudad ocurrió en el siglo VII, en un contexto marcado
por inestabilidad política, rebeliones internas y cambios climatológicos que causaron un
colapso en el Norte de Mesoamérica. La mayor parte de la población de la ciudad se dispersó
por diversas localidades en la cuenca de México.

Periodo Postclásico

Toltecas (900 d.C-1168 d.C)

Los toltecas alcanzaron su apogeo durante este


periodo, entre los años 900 y 1200 d. C. Fueron el
grupo dominante de un estado cuya influencia se
extendía hasta el actual estado de Zacatecas, y al
sureste en la península de Yucatán. La relación entre
los toltecas y los mayas del período posclásico ha sido
objeto de controversias. Mucho tiempo después de la
caída de Teotihuacan, hacia el año 700, hubo en
Mesoamérica varios siglos de tinieblas y confusión,
cambió la índole de su civilización, las ciudades sin fortificaciones y gobernadas por élites
religiosas se desmoronaron, y dieron lugar a ciudades guerreras y a religiones más belicosas.

Si bien es cierto que los toltecas tuvieron una gran influencia entre los mayas, no está
comprobado que hubiera una presencia militar en la península de Yucatán. Ni viceversa,
aunque algunos autores pensaron que Tula había sido fundada por mayas de Yucatán. Se
puede hablar de una gran influencia comercial y político-religiosa de los toltecas en Chichén
Itzá, influencia que se refleja básicamente en la arquitectura de muchas estructuras como son
el Castillo, el Templo de los Guerreros (que muestra una fusión del estilo Puuc (seguramente
influida por Uxmal) con diseño tolteca, así como en la presencia del llamado chac-mool típico
de Tula. La incursión de Quetzalcóatl como deidad es otro elemento tolteca importante
reflejado en Kukulkán entre los mayas: Tuvieron mucho talento para construir, y su influencia
se extendió a gran parte de Mesoamérica en el período Posclásico. Entre los pueblos nahuas
de la época de la conquista, la palabra tolteca significaba alguien sabio que dominaba las
artes y artesanías. Y la palabra "toltequidad" equivalía a lo que llamaríamos, alta cultura.

La reestructuración política del Posclásico implicó que los centros de poder no sólo tenían un
dominio económico regional a través del control comercial sino también buscaban un
sometimiento que consiguiera poner bajo su mando a pueblos en condición de tributarios.
Esto provocó un clima generalizado de rivalidades, resistencias y agresiones. El militarismo
implicó que hubiera guerreros profesionales, que la casta militar tuviera gran poder social y
político y que aumentaran considerablemente los sacrificios humanos para dar un sentido
sagrado a las campañas de conquista y expansionismo.
La necesidad de protección propició que los centros de
poder se construyeran en sitios protegidos, como islas
(México-Tenochtitlan y México-Tlatelolco), en
acantilados (Tulum) y en barrancos, laderas empinadas
y dentro de murallas. En el centro de México, las
expresiones artísticas y culturales también se vieron
afectadas por el clima bélico, volviéndose más severas
y marciales. Proliferaron las imágenes de sacrificios
humanos y en muchos templos se añadieron
esculturas de militares armados. Los símbolos de la
ideología militarista fueron difundidos primero por los
toltecas y sus seguidores, y después por los mexicas.

CULTURA INCA

EL PERIODO PRECLÁSICO

Las dos culturas más importantes del periodo


preclásico fueron las de Chavín y Paracas.

Chavín: hace casi 3.000 años, floreció en el norte del


altiplano peruano; fue el centro de una gran
civilización. Su notable influencia en la costa cercana
a los Andes duró hasta hace unos 2.200 años. Se
destacaron por su escultura y su cerámica. Otros
puntos fueron Cerro Blanco y Cerro Sechín. 

Paracas: se desarrolló en la costa sur del Perú; no se


sabe a ciencia cierta sobre cuándo nació y cuándo
desapareció. Sus fechas de inicio oscilan entre el
1200 a.C. y el 600 a.C. Uno de los aspectos más interesantes de esta cultura fueron sus
tejidos, que se han conservado en perfecto estado gracias a la aridez de la zona. Los muertos
eran envueltos con telas y enterrados en tumbas; en ellas, la sequedad del aire momificaba
los cuerpos, por eso, también se han encontrado momias de individuos de Paracas muy bien
conservadas. Las telas de Paracas estaban bordadas, tejidas o pintadas de forma muy
elaborada, con decoraciones diversas.

PERIODO CLÁSICO

En el periodo clásico se destacaron las culturas


mochica, la de Nazca, la de Tiahuanaco y las
relacionadas con Huari.

Mochica: la cultura mochica apareció en torno al año


200 a.C. y duró aproximadamente hasta el año 700
d.C. Se desarrolló en la costa norte de Perú, y su
capital fue Moche. Esta ciudad se extendía alrededor
de dos grandes pirámides de adobe: las huacas del
Sol y de la Luna. Los mochicas fueron una sociedad
militar, pero también mostraron un delicado gusto
artístico. En las tumbas mochicas se han encontrado
objetos de cerámica y orfebrería muy refinados; una
de las más importantes es la tumba del Señor de Sipán.

Nazca: esta cultura, que descendía de la de Paracas, se desarrolló en el sur de la costa


peruana, en el valle del río Nazca. Su momento de esplendor se produjo entre los años 100
d.C. y 800 d.C. Se destacó por sus tejidos y por su cerámica. Uno de los mayores misterios de
las civilizaciones precolombinas son las líneas dibujadas en el desierto de Nazca: son
enormes representaciones de animales y formas geométricas, que solo pueden apreciarse en
su totalidad desde el aire.

Tiahuanaco: esta ciudad, cercana al lago Titicaca, en la actual Bolivia, fue el centro de otra
importante civilización del periodo preclásico. Surgió en torno al año 200 a.C., y su vida se
prolongó hasta casi el 900 d.C. Sus creadores fueron los aimaras. El principal resto de
Tiahuanaco es la monumental Puerta del Sol, que está hecha con un solo bloque de piedra y
decorada con bellos relieves. Sus numerosas estatuas con forma humana alcanzan alturas de
más de 6 metros y están igualmente decoradas con relieves.

Huari: esta civilización se desarrolló en el sur peruano entre los años 650 y 800 de nuestra
era. Era una sociedad guerrera, pero también apreciaba el arte.
PERIODO POSCLÁSICO

Las últimas civilizaciones andinas anteriores a la


llegada de los españoles fueron la chimú y la
incaica.

Chimú: aproximadamente entre los años 1000 y


1470, la civilización chimú dominó el norte de Perú.
Su capital fue Chanchán, que ya era una
verdadera ciudad, pues en ella había centros
ceremoniales, viviendas, mercados, talleres,
jardines, depósitos de agua y alimentos. Los
edificios estaban decorados con mosaicos hechos
con ladrillos de adobe y adornados con relieves
que representan animales, pájaros y figuras mitológicas. La cultura chimú destacó también por
su cerámica, su orfebrería y sus tejidos.

Inca: desde su capital, Cuzco, los incas gobernarían, a partir del siglo XV, un imperio que se
extendía por el área central andina: desde Ecuador hasta Chile. Llegaron a Cuzco hacia el
año 1100 d.C., y su esplendor se prolongó hasta el siglo XVI, cuando su gran imperio fue
conquistado por los españoles.

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