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La civilización maya se desarrolló en dos grandes etapas que se conocen como el Imperio
Antiguo y el Nuevo Imperio. El Imperio Antiguo corresponde a los períodos Formativo y
Clásico, y se dio entre el 300 a. de C. y el 950 d. de C., y el Nuevo Imperio, al Posclásico,
entre el 950 y el 1536 d. de C. Al Igual que las demás culturas de Mesoamérica, tuvo un
período Formativo, en el cual los mayas se limitaron a la faja costera de El Salvador,
Honduras y Chiapas.
Período Preclásico
No obstante esta diversidad, las actividades agrícolas se destacaban como las más
importantes, en especial las relacionadas con el cultivo de maíz, frijol, cacao y calabaza. No
es de extrañar que se conozca a este período como "agrícola".
Se prolonga aproximadamente entre los siglos III-IV y X, cuando la cultura maya alcanzó su
mayor esplendor. A lo largo de este extenso período se erigieron grandes ciudades y otras
tantas alcanzaron su más elevado desarrollo, sea ya urbano como religioso y ceremonial.
Entre las más destacadas se hallan la de Palenque, Copán y Tikal. Se admite que durante
esta época la cultura maya estaba relacionada con la de Teotihuacan, y que la declinación de
ésta última aparejó la de aquella. Otras teorías señalan como causas de la decadencia maya
una explosión demográfica que planteó irresolubles problemas de subsistencia de la
comunidad.
La suposición inicial de que la casta sacerdotal era la que se hallaba al frente de la sociedad
contribuyó a definir esta etapa, en un primer momento, como Período Teocrático. En verdad,
la casta sacerdotal tuvo un papel decisivo en la estructuración del gobierno, pero no llegó a
concentrar en sus manos la totalidad del poder político. Durante todo este periodo, la actividad
económica predominante fue la agricultura, practicada por una mayoría poblacional dedicada
a la producción cerealera.
TIKAL COPAN
Otra de las ciudades importantes fue Copán, en Honduras, cuyos mejores fulgores relucieron
hacia el año 736, cuando se convirtió virtualmente en el centro científico maya. Copán
también se halla escondida entre las selvas del occidente de Honduras. Es considerada como
uno de los centros de la sabiduría, cuyo testimonio de grandeza lo presentan las ruinas
encontradas. Una de sus más imponentes realizaciones la constituye la escalinata del Templo
de los Jeroglíficos, donde cada una de las piedras utilizadas estaba esculpida en jeroglíficos
y contiene la mayor inscripción encontrada en el área maya. En esta región, se destacan
numerosos altares y estelas.
Durante todo este período se destaca una íntima e intensa relación entre el desarrollo maya y
la influencia recibida de la cultura de Teotihuacán, muy especialmente entre los siglos V y VII.
En efecto, Teotihuacán influyó sobre las ciudades mayas a través de la guerra, el intercambio
comercial, el dominio político y la cultura, dejando una profunda huella en la civilización de
aquéllos.
Dentro del campo de las especulaciones, durante un tiempo se asimiló que la cultura maya
absorbió a la teotihuacana, incorporando algunas de sus singularidades. No obstante, el
descubrimiento de algunas estelas en Tikal, por ejemplo, en las que se señalaba algún tipo de
conflictividad bélica entre mayas y teotihuacanos, dejó establecido que los primeros tuvieron
sobre los segundos una incidencia mayor, más directa y traumática.
Estos factores seguramente existieron y contribuyeron a gestar una crisis que, por otra parte,
contó con un factor potenciador y desencadenante: las propias contradicciones y luchas
internas dentro de la sociedad maya.
Período Posclásico
La última etapa del desarrollo maya se extiende entre los años 1000 y 1697. En esta fase
decaen los anteriores centros sagrados de la zona del Petén y se desarrollan las ciudades
de Kabah, Sayil,Chichén-Itzá, Mayapán y Uxmal, en la península de Yucatán, región de
clima seco donde floreció el Imperio Nuevo. En esta etapa, las ciudades dejan de ser centros
ceremoniales y se convierten en núcleos residenciales. Fue un esplendoroso período que
duró 200 años.
Abandonados los centros ceremoniales mayas surgidos durante el período clásico, va a
destacar una corriente migratoria identificada étnicamente con los mayas arraigados en la
región: se trata de losputún o maya-chontal, quienes habitaban en el sur de Tabasco. Serán
ellos quienes, después de la caída de los sacerdotes y dirigentes mayas del período Clásico,
van a establecer un dominio sobre la región.
Los dos primeros dibujos muestran balsas de guerra maya utilizados en la conquista de maya-chontal de la
península de Yucatán. El dibujo inferior es de una tumba en Tikal y muestra un remero dirigiendo un gobernante
fallecido en el otro mundo acuatico maya o cielo maya.
Los putunes fundaron dos ciudades principales, ambas a los lados de sendos
ríos: Potonchan, junto al Champotón, e Itzamkanac, a un lado de Candelaria. La primera
concentraba la mayor parte de la población y centralizaba las labores productivas y las
actividades comerciales con los zoques ychiapanecos. Itzamkanac, en cambio, oficiaba
como capital de Acalán, canalizando su comercio a través de la ciudad de Xicalango.
Además, establecieron numerosos puertos, como Cozumel y Xel-Há, controlados por
los itzáes, una rama de los putunes. Posteriormente los itzaes se lanzaron a una campaña
por la conquista de Chichén, lo que lograron en el 918, razón por la cual se los comenzó a
conocer como Chichén-Itzá, la más grande de las ciudades mayas. Fue fundada tres veces.
Se destacó por sus imponentes construcciones de templos-pirámides, juegos de pelota,
palacios, columnas esculpidas y por los famosos cenotes sagrados. Hacia el año 950, habían
puesto bajo su dominio la región oriental hasta Bakhalal y Chactemal, desde donde
comenzaron a establecer relaciones con sus vecinos de Campeche. Según la mitología ma-
ya, serán los itzaes quienes reciban a Quetzalcóatl, a quien rebautizaron con el nombre
de Kukulkán. De esta época datan las
influencias toltecas en el arte y la arquitectura
mayas.
PERIODOS AZTECA
El período mexica o azteca fue una fase más de otras culturas y períodos arqueológicos, entre
los que destacan:
olmecas (2 500 a.C-200 d.C): constructores de pirámides, los jefes eran los reyes-
sacerdotes;
Periodo preclásico
Olmecas (2 500 a.C-200 d.C)
Durante mucho tiempo se consideró que la olmeca era la cultura madre de la civilización
mesoamericana.1 Sin embargo, no está claro el proceso que dio origen al estilo artístico
identificado con esta sociedad, ni hasta qué punto los rasgos culturales que se revelan en la
evidencia arqueológica son creación de los olmecas del área nuclear. Se sabe, por ejemplo,
que algunos de los atributos propiamente olmecas pudiesen haber aparecido, primero en
Chiapas o en los Valles Centrales de Oaxaca. Entre otras dudas que están pendientes de
respuesta definitiva, está la cuestión de los numerosos sitios asociados a esta cultura en la
Depresión del Balsas (centro de Guerrero). Sea cual haya sido el origen de la cultura olmeca,
la red de intercambios comerciales entre distintas zonas de Mesoamérica contribuyó a la
difusión de muchos elementos culturales que son identificados con la cultura olmeca, incluidos
el culto a las montañas y a las cuevas; el culto a la Serpiente Emplumada, como deidad
asociada a la agricultura, el simbolismo religioso del jade e, incluso, el propio estilo artístico,
que fue reelaborado intensamente en los siglos posteriores a la declinación de los principales
centros de esta sociedad.
Periodo Clásico
Los orígenes de Teotihuacán son todavía objeto de investigación entre los especialistas.
Alrededor del inicio de la era cristiana, Teotihuacán era una aldea que cobraba importancia
como centro de culto en la cuenca del Anáhuac. Las primeras construcciones de envergadura
proceden de esa época, como muestran las excavaciones en la Pirámide de la Luna. El
apogeo de la ciudad tuvo lugar durante el Periodo Clásico (ss. III-VII d. C.). En esa etapa, la
ciudad fue un importante nodo comercial y político que llegó a tener una superficie de casi 21
km2, con una población de 100 000 a 200 000 habitantes. La influencia de Teotihuacán se
dejó sentir por todos los rumbos de Mesoamérica, como muestran los descubrimientos en
ciudades como Tikal y Monte Albán, entre otros sitios que tuvieron una importante relación
con los teotihuacanos. El declive de la ciudad ocurrió en el siglo VII, en un contexto marcado
por inestabilidad política, rebeliones internas y cambios climatológicos que causaron un
colapso en el Norte de Mesoamérica. La mayor parte de la población de la ciudad se dispersó
por diversas localidades en la cuenca de México.
Periodo Postclásico
Si bien es cierto que los toltecas tuvieron una gran influencia entre los mayas, no está
comprobado que hubiera una presencia militar en la península de Yucatán. Ni viceversa,
aunque algunos autores pensaron que Tula había sido fundada por mayas de Yucatán. Se
puede hablar de una gran influencia comercial y político-religiosa de los toltecas en Chichén
Itzá, influencia que se refleja básicamente en la arquitectura de muchas estructuras como son
el Castillo, el Templo de los Guerreros (que muestra una fusión del estilo Puuc (seguramente
influida por Uxmal) con diseño tolteca, así como en la presencia del llamado chac-mool típico
de Tula. La incursión de Quetzalcóatl como deidad es otro elemento tolteca importante
reflejado en Kukulkán entre los mayas: Tuvieron mucho talento para construir, y su influencia
se extendió a gran parte de Mesoamérica en el período Posclásico. Entre los pueblos nahuas
de la época de la conquista, la palabra tolteca significaba alguien sabio que dominaba las
artes y artesanías. Y la palabra "toltequidad" equivalía a lo que llamaríamos, alta cultura.
La reestructuración política del Posclásico implicó que los centros de poder no sólo tenían un
dominio económico regional a través del control comercial sino también buscaban un
sometimiento que consiguiera poner bajo su mando a pueblos en condición de tributarios.
Esto provocó un clima generalizado de rivalidades, resistencias y agresiones. El militarismo
implicó que hubiera guerreros profesionales, que la casta militar tuviera gran poder social y
político y que aumentaran considerablemente los sacrificios humanos para dar un sentido
sagrado a las campañas de conquista y expansionismo.
La necesidad de protección propició que los centros de
poder se construyeran en sitios protegidos, como islas
(México-Tenochtitlan y México-Tlatelolco), en
acantilados (Tulum) y en barrancos, laderas empinadas
y dentro de murallas. En el centro de México, las
expresiones artísticas y culturales también se vieron
afectadas por el clima bélico, volviéndose más severas
y marciales. Proliferaron las imágenes de sacrificios
humanos y en muchos templos se añadieron
esculturas de militares armados. Los símbolos de la
ideología militarista fueron difundidos primero por los
toltecas y sus seguidores, y después por los mexicas.
CULTURA INCA
EL PERIODO PRECLÁSICO
PERIODO CLÁSICO
Tiahuanaco: esta ciudad, cercana al lago Titicaca, en la actual Bolivia, fue el centro de otra
importante civilización del periodo preclásico. Surgió en torno al año 200 a.C., y su vida se
prolongó hasta casi el 900 d.C. Sus creadores fueron los aimaras. El principal resto de
Tiahuanaco es la monumental Puerta del Sol, que está hecha con un solo bloque de piedra y
decorada con bellos relieves. Sus numerosas estatuas con forma humana alcanzan alturas de
más de 6 metros y están igualmente decoradas con relieves.
Huari: esta civilización se desarrolló en el sur peruano entre los años 650 y 800 de nuestra
era. Era una sociedad guerrera, pero también apreciaba el arte.
PERIODO POSCLÁSICO
Inca: desde su capital, Cuzco, los incas gobernarían, a partir del siglo XV, un imperio que se
extendía por el área central andina: desde Ecuador hasta Chile. Llegaron a Cuzco hacia el
año 1100 d.C., y su esplendor se prolongó hasta el siglo XVI, cuando su gran imperio fue
conquistado por los españoles.