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El 25 de junio de 2009 

Michael Jackson murió a causa de una intoxicación aguda


de propofol y benzodiazepina en su casa en North Carolwood Drive en el barrio de
Holmby Hills de Bel-Air, Los Ángeles, California. Su médico personal, Conrad
Murray, declaró que había encontrado a Jackson en su habitación, sin respirar y
con un pulso apenas detectable, y que administró la RCP a Jackson en vano.
Después de una llamada al 911 a las 12:21 p.m. hora local, Jackson fue tratado
por paramédicos y más tarde fue declarado muerto en el Ronald Reagan UCLA
Medical Center.
En un principio se apuntó a la posibilidad de que su muerte se hubiese producido
una hora después de recibir una inyección de petidina (demerol), un analgésico al
cual Jackson fue adicto en los años 90 y al que varios testigos declaran continuaba
siendo adicto; otros lo desmienten, así como la autopsia, que afirma que sus
órganos estaban en buen estado. Murray a su vez confesó, en un interrogatorio
realizado dos días después, que no había proporcionado a Jackson dicho fármaco,
aunque reconoció haberle inyectado propofol, un fuerte anestésico que debe ser
administrado con un equipo de monitorización y reanimación adecuado, del que
Murray no disponía. El 28 de agosto de 2009, el juez de instrucción del condado de
Los Ángeles concluyó que su muerte fue un homicidio. Poco antes de su muerte,
Jackson había recibido en su casa propofol y dos benzodiazepinas anti-
ansiedad, lorazepam y midazolam.[8] Su médico personal fue condenado por homicidio
involuntario en 2011 y cumplió una condena de dos años de prisión.

Según la orden, tomaba propofol (diprivan) diluido con lidocaina (xylocaine) cada
noche por vía intravenosa (drip IV). Pero esa noche tuvo especiales problemas para
dormir, por lo que le suministró otros varios sedantes:

 01.30 h 10 mg de diazepam (valium)


 02.00 h 2 mg lorazepam (ativan)
 03.00 h 2 mg midazolam (versed)
 05.00 h 2 mg lorazepam (ativan)
 07.30 h 2 mg midazolam (versed)
 10.40 h 25 mg propofol (diprivan) diluido con lidocaina (xylocaine)

Según Murray, él no fue el primer doctor en suministrarle propofol a Jackson,


aunque el cantante se negó a revelarle qué otros doctores lo habían hecho. Según
el doctor, este se refería al anestésico como «leche». La administración de propofol
es muy compleja, ya que el margen de suministro entre sedante y anestésico es
muy estrecho. En el segundo caso se da una depresión de la respiración y la
actividad cardíaca, por lo que requiere de asistencia de un soporte bio-electrónico
que Jackson no tenía a su lado; además requiere la supervisión permanente del
médico para vigilar las constantes vitales. Jackson se sumergió en un estado de
semi-insconciencia o de sopor.

Según los registros del teléfono móvil del doctor, este realizó llamadas durante 47
minutos antes de encontrar al cantante inconsciente. Mientras, Jackson sufrió
un paro cardiorrespiratorio. Murray intentó revertir los efectos del propofol
inyectando un antídoto que estimularía su sistema nervioso, mientras realizaba
desesperados esfuerzos de reanimación mediante masaje cardíaco, sobre la cama,
como refleja la llamada a urgencias.
Uno de los guardaespaldas del artista, Alberto Álvarez realizó una llamada al
servicio de urgencias 911 para solicitar auxilio a las 12:21 del 25 de junio PDT (UTC-
7). El operador de urgencias pide que trasladen al paciente al suelo. Los
paramédicos, que llegaron 9 minutos después, lo encontraron sin pulso ni
respiración, por lo que continuaron la reanimación cardiopulmonar y lo trasladaron
al Ronald Reagan UCLA Medical Center, ubicado en Los Ángeles a las 1:14 p. m.. Pero
a pesar de los esfuerzos de los médicos Jackson fue declarado muerto a las 2:26 p.
m.. Pocas horas después, tras varios rumores sobre su estado y un supuesto coma,
la familia anunció la muerte del cantante en la sala de prensa del Ronald Reagan
UCLA Medical Center

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